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El cine y sus grandes maestros aplicados en el cine contemporáneo y como mecanismo de enseñanza aprendizaje de las nuevas generaciones de realizadores audiovisuales.
El cine y sus grandes maestros aplicados en el cine contemporáneo y como mecanismo de enseñanza aprendizaje de las nuevas generaciones de realizadores audiovisuales.
El cine y sus grandes maestros aplicados en el cine contemporáneo y como mecanismo de enseñanza aprendizaje de las nuevas generaciones de realizadores audiovisuales.
psicoanalíticos al cine, Cap. Reseña histórica del cine”, 1999, Quito, Ecuador. Síntesis de la lectura. Sonia Navarro parte de la frase de Platón de que para conocer algo hay que definirlo, establecer su ser, su concepto. Así, se pregunta en su texto ¿qué es el cine? En esta exploración lo define como compañía para solitarios, descanso para los inquietos, distracción familiar, entretenimiento, evasión, industria poderosa, objeto de laboratorio, maquinaria manipuladora. Pero no por eso deja de ser creación estética. Además, en muchos casos las imágenes audiovisuales despiertan el intelecto, la conciencia y la sensibilidad. Es decir, que el cine es un código artístico, que busca a través de la imagen, tiempo, sonido, gesto y mirada, una condensación del sentido. Por consecuencia una o varias significaciones. La autora plantea que cuando hablamos de código reside también la formación teórica de cada individuo, de cada oyente, de cada espectador, en su ideología, en su psiquismo. En este sentido, cambian o se reestructuran las formas de percibir. Percibir no es esencialmente disfrutar la realidad, sino más bien aprender a orientarse en ella, a través de dos ejes: tiempo y espacio. Y desde la perspectiva del artista el cine puede ser una necesidad de expresarse en un lenguaje distinto. Explotar el caos e inventar modos de decirlo como no ha sido dicho. Citas con comentarios personales: “Es el asombro, como develamiento de una realidad aparentemente desconocida, lo que una bella obra de arte, al margen de ser triste o alegre consigue.” (Navarro, 1999: 44). Es decir que el cine entra en los procesos cognitivos, puede generar conocimientos profundos que perduren por el uso de las emociones. La realidad develada con una mezcla de sentimientos, es difícil presa de la memoria frágil. Navarro afirma también que lo que mueve la producción cinematográfica es ese deseo del ser humano de saber, de crear, para comprender la realidad. “Si la realidad es muy dura, perversa o desordenada, nuestra mente tiene la posibilidad de re-crearla, aún sabiendo que esa realidad es irreal, que esas imágenes son ¿irreales?” (Navarro, 1999: 16). La posibilidad de generar realidades virtuales aumenta con la evolución de la tecnología. Las injusticias y desigualdades sociales en las sociedades que vivimos empuja a varios jóvenes a refugiarse en estos mundos virtuales donde aparentemente tienen “éxito”. Si las relaciones de poder y la violencia en la escuela no permiten a los jóvenes tener amigos, en los juegos en línea estos mismos chicos pueden ser los más populares gamers. Pero ¿qué tan lejos está esto de ser también un engaño del poder?