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DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL


constitucional. II.
I. Conceptodel dere o procesal
SUMARIO.' del derecho rocesal constitucio-
Ri@pli , III. Evolución consolidación
constitucional V. Derecho pmcesal
derecho procesal
nal. IV. El contenido del derecho
procesal. VI, Contenido del
constitucional dezcho constitucional
constitucional Procesal.

I. CONCEPTO DEL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL


consolidado una de
179. Podemos afirmar que en la actualidad se ha procesal, .que
las más recientes disciplinas de la ciencia del derecho y ha logrado
recibe la denominación de derechoprocesalconstitucional, su naci-
una aceptación generalizada en las últimas décadas, pero lo que
miento dio lugar a numerosos debates y polémicas, tanto por los
como en relación con su contenido, sobre
se refiere a su concepto
cualesno existe todavíaun consenso,no obstante el extraordinario
desarrolloque esta disciplina ha logrado en la actualidad.
180. En primer término debemos señalar que no debe confundir-
se-el.surgimiento de esta rama del derecho' procesal con la aparición
de los organismosJurisdiccionalesy dedos instrumentos de solución de
lóconflictos constitucionales,pues ya hemos señalado con anterio-
ridad que desde finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX,
¿on el establecimiento y evolución de IArevisión judiciallàel derecho
constitucional estadounidense, se confirio naturaleza jurídica al prin-
cipiode al otorgarse a los jueces y tribu-
nales, no sólo la facultad, Sino la de agaplicar en los
_uocesos concretos de qy%conocían, las
considerarancontrariasa la carta-federal, con lo cual surgieron los
proce Irmenõs para rõlüer-los conflictosde caráctér constitucio-
nal, que se desarrollaron con posterioridad y paulatinamente en el
Continente americano. 168

108CF. FIX-ZAMUOIO, Héctor, diversos artículos y la monografia Intmducciónal doecho proce-


sal constitucional,México, Fundación Universitaria de Derecho, Administración y
Política, 2002,
pp. 19-31.

77
78 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

impidieron por mucho


181. Se pueden señalar dos factores que procesal constitu-
tiempo que se aceptara la existencia del derecho
de la terminología para
cional. En primer términcPla imprecisión de solución de las
designar a los instrumentos y a .los organismos el contenido
controversias de carácter fundamental, es decir, sobre defensa, con-
de esta disciplina. Así, se han utilizado los nombres de calificativo de
trol, justicia,jurisdicción y garantías, todos ellos con el
constitucional.Pero estas denominaciones poseen diversos matices y
extensión, por lo que es necesario precisarlas. 16Y Los vocablos que
abarcan mayor amplitud son los de rontrnl y defenga constituciona-
les. El primem es el más genérico, pues abarca•todo tipo de examen
de los actos de autoridad, y puede asumir varios aspectos: político,
económico, social y también jurídico; 170el segundo comprende dos
sectores distintos, el protector y preventivo, y el de las garantías cons-
titucionales, como lo desarrollamos en este .estudio monográfico
(véanse, supra capítulo segun , párrafos 23-26).
182. La otra cuestión que a retrasado el reconocimiento de la
disciplina procesal. constitucional es la separación que por mucho
tiempo se advirtió entre los cultivadores del derecho constitucional y
los procesalistas, que realizaban estudios sobre materias muy próxi-
mas, pero con un enfoque diferente. Sin embargo, la constante aproxi-
mación de ambas disciplinas con motivo del examen de los organismos
e instrumentos de solución de conflictosconstitucionales ha reunido a
ambos sectores científicos al estudiar estas materias de confluencia,
como se señaló en una de las conclusionesdel Primer Congreso Lati-
noamericano de Derecho Constitucional,que se efectuó en la ciudad
de México, del 25 al 30 de agosto de 1975, en el cual se. sostuvo:
Es necesaria una mayor aproximación entre los constitucionalistas y
los cultivadores del procesalismocientífico, con el objeto dé estudiar
con mayor profundidad y en forma integral las materias que com-•
prenden las zonas de confluencia entre ambas disc.iplinasy que tiene
relación directa con la función del organismo judicial.
183. Las expresiones "justicia" y "jurisdicción constitucionales"
poseen un contenidomenos extenso, ya que la primera es la más
CF. FIX-Z*MUDIO, 'Héctor, Veinticincoaños de evolución de ¿ajusticia
constitucional, México,
UNAM, 1968, pp. 12-15.
170Sobre los diversos sectores del control
lución controldel poder. Introduccióna constitucional, cfr. ARAGÓN REYFS,Manuel, Consti-
una teoría constitucional del contml, Buenos Ediciones
Ciudad Argentina, 1995, especialmente
pp. 69-89; del mismo, Constitución,democracia control,
México, UNAM,2002, pp. 81-135.
171La función del PoderJudicial en
los sistemas constitucionales latinoamericanos, México, UNAM,
1977, p. 201.
•DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
79

juristas en los últimos años, y el


o
utilizada por un grupo numerosohadeempleado en virtud de que el tér-
autor de este trabajo también la se reduce al análisis de los tribu-
mino
la primera puede abarcar otras
nales en sentido estricto, en tanto queactividadçs, pero que son mu
instituciones que no realizan estas
importantes para la solución de conflictos de carácter constituciona ,
como con los organismos que se han establecido en la mayór
parte de los ordenamientos contemporáneos de acuerdo con el mo-
delo escandinavo del ombudsman.
184.Tcncmos la convicción de que el punto de partida más ade-
cuado para el análisis sistemático de la mencionada disciplina debe
fundamentarse cn la de carácter genérico, conocida como "teoría o
doctrina general del proceso o del derecho procesal", como una crea-
ción dél "procesalismo científico" que surgió en Alemania y en Lalia
en la segunda mitad del siglo XIX, el cual ha evolucionado en forma
impresionante hasta la actualidad. Como lo señaló el notable proce-
salista Salvatore Satta, contribuyó a reelaborar, en relación
con el proceso, todos los grandes problemas de la teoría general del
derecho. 173
185.Aun cuando la terminologíapredominante es la de la teoría
general del proceso,174por nuestra parte preferimos hablar de doc-
trina o teoría general del derecho procesal, en virtud de que si bien
es correcta la primera denominación, debe tomarse en cuenta que g
es una de las tres categorías procesales fundamentales (juris-
dicción, accióñ y y por ello sería conveniente una califi-
cación más amplia, como lo hace el notable procesalista español Víc-
tor Fairén Guillén, en tanto que otro jurista español, Juan Montero

de lojusticia constitucional, Cit. Cjr. H¿n-


Cfr FIX-ZAMUDIO,1-Iéctor, Veinticincoaños de evolucÉ672
ción del Poda Judicia! en Lossistemas constitucionaleslotino¿mericanos, México, UNAM, 1977, p. 201;
del mismo, b protea:iónjurídica pmcesal de los derechoshumanos ante las jurisdicciones nacionales, cit.
En su clásim estudio Della procedura civile al diritto processuale civile", Rivisla Trimes-
trole de Drit¿ttoe Procedura Civile, Milán, marzo de 1964, p. 31.
174Para los interesados en la disciplina general, pueden consultarse varios estudios que se
han publicado .recientemente en nuestro país, entre los que deben mencionarse, además de la
clásicaobra del ilustre procesalista español, que l)lornovió la introducción del curso sobre esta
materia en las escuelas y facultades de derecho, ALCALÁ-ZAMORA Y CASTtLtn,Niceto, Atudios de
e histor;n del proce„ (1945-1972), 2 vols., UNAM, '1974; OVALLE
F;wELA,José,
generalLl proceso,4a. ed., México, Oxford University Press-Harla, 1997; GÓMEZ LAM,Cipriano,
GARCÍA,
Proceso,9a. ed., México, Oxford University Press-Harla, 1997; ARELLANO
Carios, Teoríageneral del proceso, 8a, ed., Porrúa, 1999, y ARMIENTA
CALDERÓN, Gonzalo, M., Teo'fa
generaldelPoceso, México, Pornía, 2003.
175La trilogía de que habla el mismo ALÇAIÁ-ZAMORA YCASTILLO,
Niceto, Proceso, autocompo-
ga. ed., México, UNAM, 1993, pp. 103 y 10,1
170Que prefiere el nombre de Doctrinageneral del doecho Procesal,edición española, la que
fue reimpresa en México, UNAM, 1992, como Teoríageneral del derechoptvcesal.
80 HÉCTOR FIX'-ZAMUDIO

Aroca, ha considerado más adecuada la denominación de derecho


jurisdiccional, 177pero este último incurre, desde nuestro punto de
vista, en el defecto en acentuar la jurisdicción sobre las otras dos
categorías procesales.
186. Resulta, pues, evidente que el enfoque del derecho procesal
constitucional radica en su vinculación con la teoría o doctrina
general, con sus aspectos peculiares como ocurre con las diversas
ramas procesales, civil, mercantil, penal, administrativa, tributaria y
laboral, aun cuando todas ellas participan de los principios y linea-
mientos de la doctrina o teoría general, y al mismo tiempo enrique-
cen y amplían las categorías procesales, en un movimiento perma-
nente y recíproco de evolución que va de la teoría a la práctica
especializada y viceversa. Al respeto, consideramos pertinente citar la
opinión muy autorizada del destacado procesalista español Jesús
González Pérez, uno de los primeros en utilizar el nombre de dere-
choprocesal constitucional: sólo empleando la técnica propia
del derecho procesal podrán replantearse correctamente, y en conse-
cuencia, resolverse felizmente, los problemas que plantean las nor-
179
mas reguladoras del proceso constitucional".
187. De manera muy breve podemos afirmar que el derecho pro-
cesal constitucional es una de más recientes ramas del derecho proce-
sal, que analiza de manera sistemática los principios, conceptos, orga-
de los
nismos, y procedimientos que tienen por objeto la solución
constitucionales,
conflictosque surgen de la aplicación de las normas
o de otra manera, el estudio científico de las diversas "garantías de
carácter constitucional" en sentido contemporáneo, es decir, los ins-
trumentos que se han establecido a fin de restaurar la normalidad
fundamental infringida o desconocida por los órganos del poder pú-
blico (pero que recientemente se ha extendido, especialmente en el
campo de los llamados "poderes privados", de los grupos sociales en
situación de preeminencia). 180A este respecto consideramos conve-
niente mencionar el concepto que de esta materia ha expresado el
jurista peruano Elvito A. Rodríguez Domínguez:

177C$. RAM0.sORTELL, Manuel y GÓMEZCOLOMF.R, Juan Luis, Derechojuñsdiccional,t. l, Palú


general,loa. ed., Valencia,Tirant lo Blanch, 2000.
178C$. GÓMEZ LARA, Cipriano, "La teoría general del proceso y el derecho procesal consti-
tucional", DerechoProcesalconstitucional,cit. t. I, pp. 259-268.
170El derechoprocesalconstitucional,Madrid, Civitas, 1980, pp. 50 y 51,
180C$. poderes privados, la obra clásica de LOMBAROI, C,i01gio,men privato e diñtlifondamen-
tali, Turín, G. Giappichelli Editore, 1970; ESTRADA,
Julio Alexei, La eficaciade los doechosficndamen-
tales entreparticulares,Santa Fe de Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2000;
FORNOS, Iván, derechoshumanos el contml/nivado, Santa Fe de Bogotá, Instituto de Estudios
Constitucionales Carlos Restrepo Piedrahita, Universidad Externado de Colombia, 2001,
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 81

(...) el derecho procesal constitucional es aquella disciplina que se ocu-


pa del estudio de las garantías constitucionales,las que consisten en
instrumentosprocesales,que sirven para ectivizar el respeto de la
que señala la Constitución y e respe o y cump 1-
miento de los dê?êZñõõfiüññõÇéFCãrta Magna establece.181

188. Por..su uçsto que se advierten matices entre los constitucio-


nalis la disciplina desde el punto de vista sustantivo,
e esta las afirmaciones del notable jurista Italiano
oZeb k p ofundo conocedorde la justicia constitucio-
n n ntos r ula la pregunta de si efectivamente puede
afirin c• de un verdadero derecho procesal constitucio-
nal, y si en su respuesta es afirmativa, considera que posee moda-
lidadesq lo separan de otras materias procesales. Consideramos
convenient transcribirsu penetrante razonamiento:

(...) La&spuesta a la pregunta formulada en el título de estas obser-


vacioneAme parece que se puede redactar en consecuencia de esta
manera. 'tucional,sí, ero sui eneñs—es más,
muy sui generis— que compren a en s -perspectivas,
que deben reconstruirse alrededor de bienes jurídicos múltiples. Un
derecho procesal capaz de comprender las razones no siempre coin-
cidentes de la tutela subjetiva de los derechos constitucionales, pero
también las razones de la tutela objetiva de la Constitución (...) (las
cursivas son del autor).182
189. Consideramos muy agudas las reflexiones del destacado
constitucionalista, que además ha tenido una valiosa experiencia como
magistrado de la Corte çonstitucional italiana, pero os
afirmaciónde ue el derec onal debe
cons• u sui éner• , pues las moda-
li ades de esta rama del derecho procesa , no son muy distintas de
las que existen en mayor o menor grado, en todos los sectores espe-
cíficosdel defecho procesal general, y por ello no significa una sepa-
ración radical de los conceptosy principios de la doctrina general
del propio derecho procesal.

II. ORIGEN DE FASTA


DISCIPLINA
190. El insigne proceSalista español Niceto
tillo, quien residió por tres décadas Alcalá-Zamora y Cas-
en México, señaló hace varios
181Derechopmcesalconstitucional,Lima,
Grijley, 1997, pp. 9-31, especialmente p.
182Cfr. ¿DerechoPncesa¿ constitucional?
y otros ensayos de justicia constitucional,
17.
Cecilia Ainciburu, México, Fundap, 2000, trad. de María
pp. 5-57, cita en la última de dichas
páginas.
82 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

como
años183 que el ándadgr-.-dgl-.dexe.chQ-.-2EQ.ces.al.--CQ.nsnm.ctnaaL
de la Escuela de
rama científica lo fue el insigne jurista Hans Kelsen, cual .coincidi-
Viena.184Un importante sector de la doctrina, con la
mos, está de acuerdo con esta afirmación, pero cabe aclarar que el
notablejurista austriaco(nopretendió de manera intencional fundar
esta nueva disciplina, ya que no era un estudioso del derecho proce-
sal, sino de la teoría general del derecho, pero sus reflexiones siste-
máticas y rigurosas sobre la jurisdicción constitucional) que antes no
existían, nos permite asignarle esta paternidad. Sin embargo, existen
algunas objeciones que cabe aclarar.
191. En primer término, el conocido jurista peruano o Eto
quien reconoce la aportación {Undamentalde Hans Kelsen a a
disciplina, cre de la afirmación que hemos hed10 en algunas
ocasiones, e sentido de que el inicio de los estudios científicos
sobre la materia pueden fijarse, si se quicrc precisar alguna fecha, en
el muy conocido estudio de estejurista de origen austriaco {que na-
ció realmente en Praga, pero en la época del Imperio Austro-Hún-
garo), en el artículo que publicó en la Revista Francesa de Derecho
Público Ciencia Política en 1928, 185con elnombre de "La garantía
jurisdiccional de la Constitución (lajusticia constitucional)". al consi-
derar que el p.ensamientokelseniano.no se agota en este estudio, ya
que menciona obras suyas anteriores en las cuales se establecen las
grandes bases de su pensamiento sobre esta materia. 186
192. Estamos de acuerdo con el jurista peruano en cuanto son
varios los estudios kelsenianos en los cuales se generan las bases del
derecho prpcesal constitucional,y hemos mencionado varios con an-
terioridad,al hablar de la génesisdel concepto moderno de las ga-
rantías cpnstitucionales (véanse, supra, párrafos 162-165), pero
la
afirmación hecha. por vez primera por Niceto Alcalá-Zamora y Cas-
tillo,187
y que compartimos,se apoya en la circunstancia de que en ese

183En su clásico libro Proceso,autocomposición


184CF. ETO CRUZ,Gerardo, "Un y autodefensa,cit., pp. 214 y 215.
DoechoPncesal artífice del precesai constiülcional: Eans Kelsen",
t. l, pp. 3-19.
"La garantiejuridictionnelle
droit publique et de la science de la Constitución (Lajustice Revuede
politique en France et á l'étranger,
en Annuaire de l'lnsititute de Erís, 1928, pp. 52-143, reproducido
Droit Publique, 1949, pp.
y Salmorán, "La garantía 52-143, este úlámo traducido Rolando
jurisdiccional
I, UNAM,1974,pp. 471-515, de la Constitución {Lajusticia constitucional)",
AnuarioJurídico
mismo nombre y y reproducida posoeriormenteen el folleto con el
traductor,publicado en 2000.
llano de este clásico de La más reciente versión de la traducción
estudio de Kelsen fue al caste-
realizada porel notable cónstitucionahsta
penaano
En su artículo
"Un
9!10. artíficedel derecho
procesal constitucional:
Hans Kelsea", cit.,pp.
187CF.
Pmceso,autocomposición
autodefensa,cit., p. 215.
83
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL

lineamientos básicos en los


trascendental estudio Kelsen expone los de una jurisdicción
cuales condensa sus ideas sobre la necesidadConstitucional de la carta
constitucional, de su organismo (la Corte
cual fue magistrado durante
federal austriaca que promovió y de laprocesos que debían seguirse
varios años), así como de los distintos
lineamientos esenciales del lla-
ante la misma, con lo cual sentó los tri c o kelseniano de resolu-
madosis ciuental europeo, au
ció ictoS "Ctonales.
19 . Néstor Pedro s coñocidoJuri argentino a quien po-
de Kcomi@grar.com os más destacados especialistas del
derec Itucional, discrc a de la idea de ue Kelsell
discip Ina
fuera el fundador de la misma, por consi erar que si estade carácter
se.nútre de los conocidísihos Iñstrumentos rocesales emas Ins-
aro wnt o mor
constituciona dei hábeas cor us, am
fundamentales el rin-
trumentos destinados a tute ar los derechos
ue Kelsen
CIPIOde la su remacía constitucion ,aun cuan o reconoce
ue e ser el an mo e a or contem oraneo e a isci lina, ulZá
no se
atri una p 111 a que Istoncamente no e corres-
le puede
ponde. Claro que los instrumentos de resolución de conflictos cons-
titucionalesy el principio de la supremacía constitucional son muy
anteriores a la doctrina kelseniana, como ya lo habíamos afirmado (véa-
se, supra, párrafo 180), pero el estudio sistematizado y profundo, es
decir, cienúfico, de los principios básicos del derecho procesal consti-
tucional, a nuestro modo de ver, se inician a partir de las enseñanzas
kelsenianas, ya que anteriormente sólo se habían hecho análisis ais-
lados de los diversos instrumentos y comentarios sobre los mismos, y
por ello la consideramoscomo una de las ramas más recientes de la
ciencia del derecho procesal.
III. EVOLUCIÓN Y CONSOLIDACIÓNDEI, DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL

194. Con independencia de si consideramos a Hans Kelsen el


fundador de esta disciplina procesal y su fundamental estudio de
1928,o su obra de conjunto, lo cierto es que el desarrollo de la
doctrina sobre esta materia fue paulatino, no obstante el desarrollo
creCientey dinámico de los organismos y los procedimientos para la
solución de los conflictos de carácter constitucional en sentido estricto,
pues ya hemos señalado (véase,supra, párrafo 181) que predomina-
ron los estudios con las denominaciones de defensa, control, jurisdic-
188"Derzcho constitucional", Recursoextraordinario,2a. ed., Buenos Aires, Depal-
ma, 1989,pp. ll y ss.
84 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

ción y justicia, todos ellos con el calificativo clc•constitucionales, con


predilección por esta última.
195. Sin embargo, el nombre de "derecho procesal constitucio-
nal" utilizado en los años cuarentas por el insigne procesalista espa-
ñol Niceto Alcalá-Zamora y Castillo (véase, supra, párrafo 190) se
impuso lento pero seguro, especialmente en los últimos años en los
cuales se ha convertido en una materia de análisis de gran expansión
en la doctrina procesal y constitucional contemporáneas; en una co-
laboración cada vez más estrecha entre los cultivadores de ambas
disciplinas.
196. Podemos citar algunos de los estudios monográficos sobre
esta disciplina, entre ellos los de Roberto Rosas;189 José Alfredo de
Oliveira Baracho, Jesús González Pérez, mencionado anterior-
mente (véase, supra, párrafo 186), Héctor Quiroga Cubillos, 191 Néstor
Pedro Sagüés, 192Ernesto Rey Cantor, 193Osvaldo Alfredo Gozaíni, 19t
Rubén Hernández Valle 195Elvito Rodríguez Domínguez, 196Iván Es-
cobar Fornos, Domingo García Belaúnde, 198 Aníbal Quiroga León, 199
Juan Carlos Hitters, 200César Landa Arroyo,201Gustavo Zagrebelsky202
y Christian Pestalozza, entre otros.203Como puede observarse la lite-

180 Cf. Processo Constitucional.Di7eitohocessual Constitucional,Sâo Paulo, Saraiva, 1987.


IDOProcesoconstitucional, Belo Horizonte, 1981.
El pmcesoconstitucional,Bogotá, Ediciones Librería del Pvofesional, 1985.
102"Derecho ptocesal constitucional", cit., pp. ll y ss.
Introducción al derechoprocesal constitucional (controlesde constitucionalidad de legalidad),
Cali, Colombia, Universidad Libre, 1994.
y los derechoshumanos (vínculos autonomías), México,
El derecho Procesal coruçlizucional
UNAM, 1995.
Derecho procesal constitucional,
San José, Costa Rica, 1995.
Derechoprocesal constitucional, cit.
107Derechoprocesal constitucional, Managua, Hispaner, 1999.
108Doecho procesal constitucional,Trujillo, Perú, Universidad César Vallejo, Instituto de In-
vestigacionesJurídicas, 1998; 2a. ed., Bogotá, Editorial Temis, 2001', PALOMINOMANCHEGO,José,
"Contribuciones de Domingo García Belaúnde al derecho pmcesal constitucional",Reváta]u-
7ídicadel Peni, Lima, año LII, núm, 42, enero de 2003, pp. 153-163.También debe hacerse
mención que se publicó una extensa obra en honor del destacadoconstitucionalistaperuano
coordinada por el citado profesor José F. PALOMINO MANCHEGO con el título El üencho procesal
constitucionalPeauano. Estudiosen homenajea DomingoGarcía Belaúnde, Lima, Editorial Jurídica
Grijley, II vols. 2005. La más reciente obra del profesor GARCIABELAÚNDE se denomina El der-
choprocesalconstitucionalen Perspectiva,núm. 24, México, Porrúa-lnstituto Mexicano de Derecho
Procesal Constitucional, 2008.
199"EI derecho procesal constitucional pemano", VEGAGÓMEZ,
Juan y CORZO
SOSA,Edgar
(coords.), Instrumentos de tutela y justicia conslilucional. Memoña del VII Congreso Ibemameñcano de
DerechoConstitucional,México, UNAM, 2002, pp. 471-503.

200
Derechoprocesal constitucional", en la obra del mismo nombre, cit. t. I, pp, 269-287.
201
LANOA
ARROYO,
César, Teoña del doecho invcesal constitucional, Lima, Palestn Edito:es, 2003.
'202¿Derec/¿o Procesal constitucional? Y otros ensayos, de justicia constitucional, cit.
203Verfassungsprozessrechl
(Derechoprocesalconstilucional),3a. ed., Múnich, C. H. Beck, 1991.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 85

ratura especializadaen esta disciplina tiende a aumentar de manera


progresiva y acelerada.
197. La importancia de la materia ha seguido incrementándose
realización del P7imer Seminariode Derecho
si se toma en cuenta la anuado
ProcesalConstitucional,or or la Asociación de Secretarios de
Estudio Cuenta de la Su rema Corte e usticia, del 20 de septiem-
bre al 30 de octu re de 2000, con una gran asistencia, y cuyos nume-
en un extenso volumen con el título
rosos trabajos fueron integrados
de Derechoprocesalconstitucional,que se publicó el año siguiente por
la Editorial Porrúa y la referida Asociación de Secretarios de Estudio
y Cuenta de la Suprema Corte de Justicia, bajo la coordinación del
joven jurista mexicano Eduardo Ferrer Mac-Gregor, con una segunda
edición aparecida ese mismo año. La obra ha tenido gran éxito, ya
que la tercera ediaón que consta de tres volúmenes apareció en 2002,
y la cuarta, de cuatro volúmenes, en 2003, todas ellas publicadas por
la Editorial Porrúa.
198. Por otra parte, en numerosas facultades y escuelas de de-
recho de México y Latinoamérica se han establecido cursos de derecho
procesal constitucional,204además del establecimiento del Centro
Interdisciplinario de Derecho Procesal Constitucional en la Facul-
tad de Derecho y Ciencias Sociales de Rosario, Argentina, presidido
muy certeramente por el destacado constitucionalista argentino
Néstor Pedro Sagüés,205quien además promovió la creación del Ins-
tituto Iberoamericano de Derecho Procesal Constitucional, que
también preside con toda justificación, Instituto que ha creado re-
cientemente una revista especializada sobre esta materia. 205Asimis-
mo, debe señalarse que se ha iniciado la codificación de las normas
que regulan la jurisdicción, acción y procesos constitucionales 207En
esta dirección se puede mencionar en forma destacada al Código
José E. et al., Syllabus de derecho procesal constitucional, Lima,
MANCHEGO,
204CF. PALOMINO
Cuadernos de la Asociación Peruana de Derecho Constitucional, 2003, en el cual realizan un
programa tentativo para la enseñanza de la materia en las facultades de derecho de las univer-
sidades peruanas,
205Autor que, además del artículo que hemos señalado anteriormente, cit., ha publicado
tres extensosvolúmenescon el nombre genérico de Dozchoprocesalconstitucional,el primero
sobre Recursoextraordinario,el segundo sobre Hábeas corpus y el tercero sobre Amparo.
20c'Revista Iberoameñcanade Derecho Bmcesal Constitucional. Proceso Constitución, México,
Porrúa-lnstitutoIberoamericano de Derecho Procesal Constitucional, núm. I, enero-junio de
2004; núm. 2, julio-diciembre de 2004, y así sucesivamente hasta la núm. IO, que es la más re-
ciente que corresponde a julio a diciembre de 2008.
20 Cfr. Néstor Pedro, "La codificación del derecho plX)cesai constitucional", Derecho
pmcesalconstitucional,
cit., t. I, pp. 289-296; DiM.Rtcc.l,Sergio, "Necesidad de un código proce-
sal constitucional", en VEGA GÓMEZ,Juan y CORZO SOSA, Edgar (coords.), Instrumentos de tutela y
justicia constitucional,Memoriadel VII CongresoIberoameñcanode DerechoConstitucional, México,
UNAM, 2002, pp. 151-163,
86 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

Procesal Constitucional (Ley núm. 6944), de la Provincia argentina


de -mcumán, expedida el 9 de octubre de 1995 y en vigor el 7 de
mayo de 1999'208pero también existen otros ordenamientos que sin
asumir esta denominación reúnen en un solo cuerpo legislativo los
distintos procedimientos de solución de controversias constitucio-
nales, como las leyes de procedimientos constitucionales (8369), de
la también provincia argentina de Entre Ríos; la Ley de Amparo,
exhibición personal y dé constitucionalidad; de Guatemala, que en-
tró en vigor el 14 de enero de 1986;de Jurisdicción Constitucional
(7135) de Costa Rica, de 1989, y la Ley de Procedimientos Consti-
tucionales de El Salvador, de enero de 1960, pero reformada cn
1977, 1985 y 1998, por lo que de acuerdo con la tendencia que
hemos señalado se ha elaborado recientemente para dicho país un
Anteproyecto de Ley ProcesalConstitucionalpara la Repúblicade
El Salvador.209A todo lo cual debe agregarse que un grupo de juris-
tas peruanos elaboró un Anteproyectode Código Procesal Consti-
tucional del Perú,210el cual, con ligeras modificaciones, fue aprobado
por el Congreso de la Repúblicacon el número de Ley 28237,la
que fue publicada en el periódico oficial El Peruanoel lunes 31 de
mayo de 2004, y que al unificar todas las garantías constitucionales
existentes deroga las leyes especiales que las regulaban. 211Asimismo,
debe mencionarse que varias entidades federativas mexicanas han
consagrado recientemente instmmentos de garantíasconstituciona-
les locales, y algunas de ellas han expedido leyes reglamentarias de
los mismos con la denominación de Ley de Control Constitucional
como las de los estados de Tlaxcala (18 de mayo de 2001), y Chiapas
(25 de octubre de 2002), que desarrollan los diversos procesos consti-
tucionales establecidos en sus respectivas Constituciones reformadas
en 2001 y 2002, respectivamente (véase, infra, capítulo decimoquinto,
párrafos 965 y 966).
Constitucio-
208Cuyo texto puede consultarse en la Revista Iberoamericana de DerechoPmcesal
nal, núm. I, cit.,
pp. 223-249.
200El texto de dicho Anteproyecto está publicado en el núm. 2, de la RevistaIberoamericana
de Derecho Procesal Constitucional, cit.,pp. 251-273.
210Publicado en la ltvista mencionada en la nota anterior, núm. I, pp. 251-282; cfr.Abad
Antepmycto vigente,Lima, Pa-
legislación
Yupanqui, Samuel et al.,Código Procesal Constitucional.
lestra Editores, 1994; el minucioso análisis pendiente de publicación presentado por el destaca-
do procesalista peruano Quiroga León, Aníbal, "El derecho procesal constitucional en el Perú:
a ptx)pósito del Código Procesal Constitucional. Apuntes preliminares", II Encuentn de Derecho
Pmcesal Constitucional Iberoameñcano5' Seminario deJusticia Constitucional, San José, Costa Rica, 8
y 9 de julio de 2004, 47 pp.
Rodríguez Domínguez, Elvito, Derechoprocesalconstitucional, ga. ed.,Lima, Grijley, 2007;
Gutiérrez, Gustavo, Todosobre el Código Procesal Constitucional. Con las reformas de la 1-4 número
28946, Lima, MFC Editores E. 1. R. L, 2007.
DERECHO PROCESAL CONSTrrtJCIONAL 87

199. La evolución ha continuado con posterioridad al estableci-


miento de leyes y códigos procesales especializados en la regulación
que también se ad-
del derecho procesal constitucional, tendencia como
vierte de manera acelerada tanto en la doctrina la jurispruden-
cia, especialmente la de Latinoamérica, pero también en Europa, no
obstante que en el Continente tenía redominio el análisis de la "jus-
ticia constitucional",debido a que la materia ha sido analizada de
manera prefertnte desde el punto de vista del derecho constitucio-
Sin embargo, debe
nal, sin la participación activa de los procesalistas.
recordarse que el muy destacádo cultivador del derecho procesal ad-
ministrativo español, el profesor Jesús González Pérez fue de los pri-
merosjuristas europeos en denominar su importante obra como De-
212y recientemente esta denominación ha
rechoProcesalconstitucional,
sido utilizada por otos estudiosos europeos, por influencia de la doc-
trina de nuestra región. El crecimiento de la disciplina ha sido tan
acelerado en todos sus aspectos, inclusive el de los cursos especiali-
zados impartidos en las universidades contemporáneas, y por ello
sería muy complicado hacer una reseña detallada de esve desarrollo.
Pelo para los lectores que se interesen en conocer a detalle la situa-
ción actual de la disciplina pueden consultar el minucioso estudio
realizado muy recientementepor el notable procesalista mexicano
Eduardo Ferrer Mac-Gregor,actual y dinámico presidente del Insti-
tuto Mexicano de Derecho Procesal Constitucional, uno de los juris-
tas.que ha promovido con gran entusiasmo el crecimiento acelerado
del
de la disciplina. Ese estudio contiene la información cuidadosa 213
progreso actualizado del derecho procesal en todos sus aspectos.
200.(Por tanto, puede afirmarse sin exageración que el derecho
procesal constitucional se ha consolidado plenamente como una dis-
ciplina autónoma del derecho procesal general, ya que cuenta con
una doctrina abundante y en constante aumento, una jurisdicción es-
pecializada,que ha producidouna profusajurisprudencia, y un con-
junto de procedimientosque tutelan las normas fundamentales y los
derechoshumanos en los ordenamientos constitucionales de nuestra
época.)

EL CONTENIDO DEL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONA

201. El derecho procesal constitucional debe considerarse como


una disciplinacientificarelativamente reciente, por lo que todavía
se encuentra en formación no obstante que, como lo hemos sosteni-
212' Madrid, Civitas, 1980, cit.
213Cfr. Daecho procesalconstitucional,Madrid, Marcial Pons, 2008.
88 HÉCTOR FIX'-ZAMUDIO

do anteriormente (véase, supra, párrafo 186), se ha consolidado ple-


namente, lo que significa que todavía no existe un criterio predomi-
nante sobre su contenido, es decir, sobre la materia u objeto de su
estudio.
202. Si bien se puede sostener que la mayoría de los estudiosos
de la disciplinahan llegado a la c nclusiónde que se trata de un
sector del erecho rocesal general y por ello vinculado a la teoría
o doctrina del proceso o de erec procesal (véanse, supra, párrafos
184 y 185), no un sector del análisis del derech stitucional; al
tratarse de una materia e ron era entr osr as
cho, existe incertidumbre del contenido de la misma, por lo que es
comprensible que no sea sencillodeterminar sus límites.De cualquier
manera, las divisiones que se han hecho de las ramas del derecho no
pueden considerarse como sectores estancos, sino clasificaciones doctri-
nales para poder profundizar ciertasinstitucionesjurídicas, pues en
última instancia el derecho es una unidad, pero tan extensa, que salvo
el examen de su teoría general o desde el punto de vista filosófico es
preciso dividirlá cuando se trata de sectores del derecho positivo, para
estar en aptitud de profundizar su análisis.
203. Para no citar sino algunos ejemplos, el notable constitucio-
nalista argentino Germán J. Bidart Campos (fallecido en 2004) afir-
mó, y en ello desde nuestro particular punto de vista incurre en una
confusión (véase, infra, párrafo 204), que el derecho procesal cons-
titucional o derecho constitucional procesal está muy vinculado a la
jurisdicción ConstituciñãlVAüêM...)sintética te es el ue re
laelproceso constituciotiene eto la materia constitu-
clona Por su parte, el también jurista argen Ino Osva do
Alfredo Gozaíni (que ha estudiado tanto materias del derecho cons-
titucional como del procesal) otorga al derecho constitucional un
contenido todavía más extenso, pues en su opinión dicha disci lina
abarca el examen no sólo de las garantías constitugggges en senti-
-¯dô estrictÕ,sino tam ién las instituciones procesales reguladas por
las normas acción y del
015
debido proceso.-
204. El problema que se plantea para no restringir o ampliar
excesivamentela materia de estudio de la disciplina que intentamos
analizar es dividir las institucion e estud' en dos sec ores, ambos
muy relacionados entre sí, y que hemos denominado, por un parte,
"derecho procesal constitucional",y, la otra„ "derecho constitucional
214La interpelación y control constitucionalesen la jurisdicción constitucional, Buenos Aires,
Ediar, 1987, pp. 257-260.
215El derechopocesal conslilucionaly los denchos humanos (vínaclos y autonomías), cit., pp. 77-89.
DERECHO PROCESALCONSTITUCIONAL 89

proces que no constituye como a primera vista pudiera parecer,


simple juego de palabras, sino que esta división, exclusivamente
académica como todas ellas, se apoya en la necesidad de precisar el
contenido de ambas disciplinas. Como un punto de partida, ya que
nos referiremos más adelante y con mayor detalle al segundo de
ambos ectores (véanse, infra, párrafo 276 y ss.), podemos afirmar
que el cho rocesal constitucional xamina las instituciones, los
organismos, los procesos y os proce Imientos que tienen como finali-
dad la solución de contmversias constitu es en sentido estricto, que
podemos agrupar.en o que se a denomi ado usticla constitucional o
gara tías constitucionales. Por su parte, el
cesal que pertenece al análisis del derecho constitucional general,
examina las categorías procesales, que cada vez con mayor extensión
consagnn contemporáneos,
los ordenamientos constitucionales pero con
alcance genérico, ya que se trata de las instituciones, organismos y
procesos para los conflictos de todas las materias: civil, mercantil,
penal, administrativa, laboral, agraria, etcétera.
de analizar con mayor cui-
205. El estudioso que se ha ocupado
dado el contenido del derecho rocesal constitucionales el distingui-
do constitucionalista peruan Domin o García Belaúnde a quien
dedicamos esta obra. Este nota le •uristaconsidera ue esta disci li-
na está re ida por los rinci los, v ores e Institucionesdel derecho
rocesal enera , como o es a ama a tri ogía fundamental, inte-
Iccwn, a accion e ro so, e manera ue, con
grada or a uns
este enfoque, considera que esta rama procesa e e estu iar esen-
Cl men e:a un 1 uci esos cons 1 uciona es,
c ór nos constituciona es.-
206. Estóy tota mente e acuerdo que el derecho procesal cons-
titucional se analice desde la perspectiva de la trilogía procesal de
jurisdicción, acción y proceso constitucionales,y si examinamos los
estudiosmonográficossobre esta disciplina, en su mayoría abordan
estos tres temas, primero desde un punto de vista general y poste-
riormente aplicado a los instrumentos que el derecho positivo de sus
ordenamientos establece para la decisión de los conflictos sobre cues-
tiones de carácter constitucional.
207. Lo anterior también se aplica a las diversas ramas procesa-
les,vero consideramosque como se trata de una disciplina en for-
mación sería conveniente establecer las diversas materias que deben
210Derechoprocesalconstitucional,2a,' ed., cit., pp. 7-20. El más reciente estudio sobre la
materia de este destacadojurista peruano se intitula "El derecho procesal con•slitucionaly su
configuración jurídica (aprnximación al tema)", Revista Ibetoameñcanade DerechoIhcesal Consti-
tucional, núm. 2, cit.,pp. 45-55.
90 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

examinarse específicamente, con independencia de que cada una de


utiliza en todas las
ellas se analice de acuerdo con la trilogía que se
A este Itspecto, y de
restantes ramas del derecho procesal general.italiano Mauro Cappe=
acuerdo con las ideas del notable procesalista constitucional se de-
lle ti, consideramos u e derecho rocesal
en estu lar estos ect res: a •urisdicciónconstituciona de a
c) jun Icclon cons-
libertad: b) 'jurisdicción constitucional orgánica;
titucional transnacional.
de liberta. Esta denominación ha
tenido una gran aceptación, y se inicia con una obra clásica dcl mis»
mo Mauro originalmente en 1955.217Ha al-
canzado un gran desarrollo en los últimos años, ya que-comprendg_a
los instrumentos establecidos en nuestra época, con el objeto de tu-
telar jurídicamente los derechos humanos consagrados en los mis-
mos ordenamientos,y a partir dc la segundaposguerra,también
comprendidos eñ instrumentos internacionales, vez más nume-
rosos, que además se aplican con criterio prógresivoP 8 La compleji-
dad creciente de estos instrumentos de tutela de los derechos funda-
mentales se debe al gran desarrollo de los derechos humanos en los
textos constitucionales, que se incrementa constantemente con la ra-
tificación de los tratados de derechos humanos, incorporandose al
orden constitucionalinterno como derechos de "fuente internacio-•
nal" que por su gran extensiónhan dado origen a una nueva disci-
plina que adquiere cada vez más autonomía y que podemos calificar
como "derecho constitucionalde los derechos humanos".
209. Es difícil proporcionar un panorama siquiera aproximado
de los numerosos y complejos instrumentos procesales y jurídicos19
que se han desarrollado en las Constituciones contemporáneas,"
pueden ensayarse varias clasificaciones, pero consideramos nrás
adecuada a la que divide los rnediosjurídicos de protección de los
derechos humanos de acuerdo con lás regiones cn las cuales se han
originado,
217Ingiuñsdizione constituzionaledele liberté, Milán, Giüffré, 1955. trad. castellana de Héctor
ñx-Zamudio, Lajurisdicciónconstitucionalde la libertad, México, UNAú, 196 Iv Puede consultarse
al conocido constitucionalista español José Luis Cascajo, "La j:ñdicción ccnstitucional de la
libertad", Revista de Esltdios Políticos,núm. 199, Madrid, 1975, pp, 149-198; BMGECAMAZANO,
Joaquín, Lajurisdicción constitucionalde la libeffad(Teoría general, México, Corie.Interame-

ricana de Derechos Rumanos), México.


218CF. NIKKEN,Pedro, La protección internacional de los derechas humanos. üarrollo progre-
sivo, Madrid, Civitas-lnstitüto Interamericano de Derechos Humanos Ig87.
CF. Un intehto sistemático de sistematización de estos instrumentos, en FEX-ZAMUDIO,
Héctor, In Pnt¿tciónjtofdica procesal de los derechoshumanos en lasjurisdicciôtus aac;ondes, cit., que
realiza un intento de resümir el contenido Sumamente:amplio de la 'jurisdicdón constitucional
de la libertad".
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 91

210. a) Se pueden señalar, en primer lugar, a los mecanismos


creados en Inglaterra y posteriormente en los países que estuvieron
bajo su dominio, especialmente Estados Unidos. El más antiguo es
•indudablemente el hábeas corpus (castellanizado como hábeas corpus
o exhibición personal), que surgió en el primero de esos países desde
la Edad Media.220De ahí pasó a las colonias británicas en América;
se desarrolló en todos los países de la Commonwealth,2t21
y se ha exten-
dido a nume:-ososordenamientos, prácticamente la totalidad de los
latinoamericanos y algunos de Europa continental. 222
211. Otra crcación del derecho angloamericano, pero que paradó-
jicamente no pudo implantarse en Inglaterra, pero sí en las colonias
americanas y post •a e en otros países de la Commonwealth,es la
revisión judicial udicial review por medio de la cual se estableció
. rimero la ticulta es ues a obli ción de los •ueces de desa licar
en os procesos concretos, as IS osiclones e s ativas contrarias a a
n, ue o u ara
onstltucl ama o sistemaamericano e con-
trol constituciona ue se exten ló e manera aulatina or to o el
ontinente,
ese entina asta ana a.- 1 len e o Jeto de esta
institución que más bien puede consi erarse como "un principio y no

220CF. Pollodç Frederick y MAITLAND,William, The History.of English Lnw, vol. II, Cam-
bridge, Inglaterra, 1952, pp. 587-589.
221CF. SHARE,R. J., The Law of "Hábeas Corpus", Oxford, Oxford Univerity Press, 1976,
pp. 15 v ss.
224C$. El estudio más amplio de SAGÜÉS,Néstor Pedro, DerechoProcesal.Hábeas Corpus, cit.
supra nota 205, esp. estudio comparativo, pp. 16-60; SÁNCHEZ VIAMONTE, Carlos, El hábeas corpus.
GarantíadeIc libertad,2a, ed., Buenos Aites, Editorial Perrot, 1956; GARCfÀBELAÚNDE,Domingo,
El hábeascorpusen el Perú, Lima, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1979; del mismo
autor, "El hábeas corpus htinoamericano", De7echoprocesalconstituéional,2a. ed., cit., pp. 89-
115; VIGOZEVALtDS, Hermi2io, El hábeas corpus. Legislación, doctrina, juñsprudencia, trámite Pncesa¿,
Lima, Editorial Cuzco, 1989; BORFÀ ODRIA,Alberto, Las garantías constitucionales; habeas corpus y
amparo,Lima, LibposPeruanos-JVCediciones, 1992, pp. 137-219; Eto Cruz, Gerardo, Régimen
legal dethábêascorpus mzParo,Lima, Gaceta Jurídica, 1999, pp. 25-42.
223 Cfr. CAFPE'LLEITI, Mauro, Judicial Review in Contemporary World, Indianapolis-Kansas
City-Nueva York, --971, pp. 36-40; del lilis1110au101',La justicia constitucional (Estudios
de bre-
¿ho
comparado),México, UNAM, 1987, pp. 57-97; EDER,Phanor J., "Judicial
Review in Latin
&nerica", OhioLaa'Journa!, otoño de 1960, pp. 570-614; ROSF.NN,
Keith S., "Judicial Review in
Latin America", Ohio State LawJournal, 1974, pp. 785-819; CLARK,
David S., "Judicial Protection
of the Constitutior: in Latin America", Hastings Constitutional
Law Quaterly, 1975, pp. 404-442;
J. A C., El confroldc la constitucionalidadde las leyes,México,
se denomina gráficamente "Una contribución de UNAM, 1963. Cuyo subtítulo
las Américas a la ciencia política"; McWHlN-
NEY, Edward,Judicül Revie:u,4a. ed., Toronto, University
varios estudios comparativos de la revisión judicial ofToronto Press, 1969, que contiene
en los diversos países de la Commonwealth;
•.FIX-ZAMUDIO,
Héctor, "Influencia del derecho angloamericano en
humanos en América Latina". Festschriftfi¿rKarl la protección de los derechos
Loewenstein(Libro de
tein), TÜBINGEN, J. B; C Mohr (PaulSiebeck), 1971,pp. 485-508, homenaje a Karl Loewns-
mismo autor, Latinoamérica:Constitución,proceso reproducido en el libro del
y derechoshumanos, México, UDUAL-Miguel
gel Porrúa, 1988, pp. 131-154, y BREWER-CARíAS, Án-
Allan R.,Judicial Review in Comparative
Cambridge, Cambridge University Press, 1989, World,
pp, 87-181.
92 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

un procedimiento específico", sobre la impugnación de las leyes in-


constitucionales en general, sin embargo está estrechamente vinculada
con la tutela de los derechos humanos, ya que se utiliza con frecuencia
para desaplicar normas violatorias de los propios derechos fundamen-
tales, y además clebe considerarse como un paradigma para la creación
del derecho de amparo en los ordenamientoslatinoamericanos. 224
212. b) En los ordenamientos latinoamericanoshan surgido ins-
trumentos tutelares que posteriormente se han extendido a otras re-
giones. El más importante de todos es el (derecho de amparo,)que
surgió definitivamente en los artículos 101 y 102 de la Constitución
Federal de 1857 (con antecedentes en la Constitucióndel Estado de
Yucatán de 1841 y en el documento llamado Acta Constitutiva y
de Reformas de 1847 (a la carta federal de 1824) (véanse, infra, ca-
pítulo decimoprimero, párrafos 650-654)el cual se extendió a otras
Constituciones y leyes de nuestro Continente, en primer lugar en
Centroamérica, 225para abarcar paulatinamente otros ordenamientos
latinoamericanos, de acuerdo con su concepción original de procedi-
miento protector de los derechos o "garantías" individuales contra
leyes o actos de cualquier autoridad, que comprendía en México
también a la libertad de movimientofa la integridad personal, que
en otros países se ha encomendado al hábeas corpus o exhibición
personal.
213. En la actualidad, con ese mismo nombre de acción, recursp o

juicio de amparo de raigambre hispánica, se han establecido en los


siguientes ordenamientos cons!itucionales latinoamericanos citados al-
fabéticamente: Argentina (1853-1860, reformada sustancialmente en
1994),artículo 43, primero y segundo párrafos, y consagrado también
en varias Constituciones provinciales; Bolivia (1967), artículo 19, regu-
lado por la actual carta fundamental (2008), artículos 128 y 129, con
el nombre de acción de amparo constitucional;de Costa Rica (1949,
reformada en 1989), artículo 48; Ecuador (1948, texto revisado en

224CF. FIX-ZAMUDIO,
Héctor, "El juicio de amparo mexicano y el detzcho constitucional
comparado", Ensayossobree! derechode amparo, ga. ed., México, Porrúa-UNAM, 2003, pp. 425-
466
El primer país que consagró cl amparo con posterioridad a su consagración en la Cons-
tituci6n mexicanade 1857fue El Salvador,en su carta fundamental del 13 de agosto de 1886,
y le siguieron Honduras y Nicaragua en sus Constituciones y Leyes de Ampato expedidas en
1894;Guatemalaen la reforma constitucionaldel ll de marzo, y Algentina en la carta de la
Pmvincia de Santa Fe del 13 de agosto, ambas de 1921, y con posterioridad a las legislaciones la.
tinoamericanas que se citan en el texto. Cfr. FIX-ZAMUDIO,
Héctor, "Diversos significados jurídicos
del amparo en el derecho iberoamericano", Boletíndel Inslitulo de
DevechoComparadode México,
núm. 52, enero-abril de 1965, pp. 119-132, reproducido en
Rivista di DiñttoAgraTio. Milán, julio-
septiembrede 1967,pp. 502-518,e incorporadoposteriormente
en el libro del mismo autor,
Latinoamé7ica:Constitución, proceso y derechoshumanos, cit.,
pp. 17-52.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 93

1998), artículo 95, modificado en la reciente ley fundamental de 2008,


por el actual artículo 88, que cambia el vocablo de amparo por el que
denomina acción de protección;226El Salvador (1983), artículo 247; Gua-
temala (1985), artículo 265; Honduras (1982), artículo 183; México
(1917) artículos 103 y 107; Nicaragua (1987), artículo 188; Panamá
(1972-1983), artículo 50; Paraguay (1992), artículo 128; Perú (1993),
artículo 200.2; Uruguay (1966), implícitamente artículos 70. y 72, y
Venezuela (1999), artículo 27 '227
214. El derecho de amparo, también por influencia mexicana, se
introdujo en la Constitución Republicana española del 9 de diciembre
de 1931 (artículos 105 y 121, inciso b, y fue regulada por los artículos
44-58 de la Ley del TYibunalde Garantías Constitucionales del 14 de
junio de 1933, reformada el IO de julio y el 9 de septiembre del mismo
año, así como el título VII, artículos 76 a 82 del reglamento del men-
cionado TYibunal de Garantías Constitucionales,expedido por el mis-
mo. La doctrina española ha reconocido expresamente que la creación
del recurso de amparo se debe a las enseñanzas del jurista mexicano
Rodolfo Reyes, quien residió bastantes años en España, en donde se
refugió debido a los acontecimientosde la Revoluciónmexicana ini-
ciada en 1910.228Por causa de las convulsiones políticasque precedie-
ron a la guerra civil, la que concluyócon la supresión del régimen
republicanopara sustituirlopor uno autoritariobajo la dictadura del
.general Francisco Franco, el amparo español tuvo una aplicación muy
restringida durante la vigencia de la carta de 1931, y con posterioridad
se inició el análisis de los fallos que en esa materia pronunció el citado
de Garantías Constitucionales, que únicamente fueron treinta
y cinco entre noviembre de 1934 y septiembre de 1936,229

Héctor, "Eljuicio de ampam mexicano y el derecho constitucional com-


226Cfr. FIX-ZAMUDIO,
parado", Ensayossobreel derechode amparo, Sa. ed., México, Porrúa-UNAM, 2003, pp. 425-466.
227Cfr. BREWER-CARíM, Allan R., El ampa10a los doechos humanos y libertades fundamenta-
les (una aproximacióncomparativa),Caracas, Editorial Jurídica Venezolana, 1993; AYALA COMO,
Carlos, Del amparo constitucional al amparo latinoameñcano como instituto de Pmtección de los derechos
humanos,Caracas-San José, Instituto Interamericano de Derechos Humanos-EditoriaI Jurídica
Venezolana, 1998.
228Cfr. REYES,Rodolfo, Ante el montenlo consli!uynle español. Experiencias y ejemplos amaicaaos,
Madrid, Compañía Ibemamericana de Publicaciones, 1931; del mismo autor, La defensa consti-
tucional,cit.; Ftx-ZAMun10, Héctor, "Ehdelzcho de amparo en México y en España. Su influencia
recípoca", Revistade EstudiosPolíticos,Madrid, enem-febrero de 1979, pp. ,227-677, rümpreso
en el libro del mismo autor, Ensayossobreel derechode amparo,
cit., pp. 285-328; FERRER MAC-
GREGOR, Eduardo, La acciónconstitucionalde amparo en México en España, México, Porría,
pp. 123-135;del mismo autor, "Rodolfo Reyes 1999,
del Instilulode Documentación
y el recurso de amparo español", Iuñs, Revista
e InvestigaciónJurídicas, núm.
22, México, 1999.
El texto de esos tlCinta y cinco fallos de ampam
Ruiz, José Luis, El recursode amparoen el derecho pueden consultarse en' el libro de GARCIA
185-272; Reí?.LAPF.ÑA, español,Madrid, Editora Nacional, 1980, pp.
Rosa Mafia, El Tribunal de Garantías Constitucionales
en la II República Espa-
94 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

215. El recurso de amparo constitucional, como institución pro-


tectora de los derechos fundamentales, se restableció en los artículos
532, 161.1 y 166.2 de la Constitución democrática española expedi-
da en octubre de 1978, que entró en vigor después de haber sido
sometida a referéndum el 29 de diciembre siguiente.
E
Estos preceptos
fueron reglamentados por la Ley Orgánica del fribunal
e Constitucio-
nal promulgada el 3 de octubre de 1979. Dicho fribunal inició sus
actividades en 1980. De acuerdo con las referidas disposiciones cons-
puede ser interpuesto por cual-
titucionales, el cecu.rsn-..de--am.pato
quier ciudadano, por el Defensor del Pueblo 0 bien
por el Ministerio Fiscal, contra la violación realizada por toda clase
de autoridades, esencialmente las adininislralivas, de los .derechos y
libertades fundamentales consagrados en la referida Constitución,
después de haberse agotado el procesojudicial previo (amparo ordi-
nario), basado en los principios de preferencia y.sumariedad.231
216. El recurso de amparo es el procedimiento que absorbe casi el
90% de los asuntos sometidos a la competencia del TYibunalConstitu-
cional español, y dentro de este elevado porcentaje el sector más nu-
meroso lo ocupa la impugnación de las resoluciones de los tribunales
ordinarios por la violación de las reglas procesales establecidas por el
artículo 24, en sus dos apartados, de la Constitución Española, que
consagra la "tutela judicial efectiva". Este precepto .regula los derechos
procesales de carácter fundamental de los justiciables, tanto por lo que
se refiere a su posibilidad de acudir ante los tribunales para solicitar
la prestación jurisdiccional, .como los derechos de defensa y debido
proceso durante la traniitación•del mismo, y finalment el derecho a
que se ejecuten de manera efectiva los fallos respectivos.232Este sector

COMA,Manuel, Lojurisprudencia del Tribunal


ñola, Barcelona, Bosch, 1982, pp. 274-284; BASSOLS
de GarantíasConstitucionalesde la SegundaRopúblicajMadrid, Centro dc Estudios Constitucio-
nales, 1981; C,RUZVII.LALÓN, Pedro, Información del sistema eumPeo de de cv•n.slilucionalidad
(1918-1939), cit.,
pp. 336-340.
230Lfr. La obra editada por el mismo Defensor del Pueblo español, Recursosante el Tribunal
Constitucional(1983-1987), Madrid, 1987.
231La' bibliografía sobre el amparo español es muy abundante, por lo que citarunos las
obras monográficas más recientes, CASCAJOCASTRO,José L. y GIMENOSENDRA,Vicente, El dencho
de amparo, Madrid, Tecnos, 1985; CORDÓN MOREÑO, Faustino, El pnceso de amparo constilucicnal,
2a, ed., La Ley, 1992; GIMENOSENDEU,Vicente y GARBERILLOBREGAT,José, Ins pmcesosde ampam
(ordinario, constitucional e internacional), Madrid, Editorial Colex, 1994; FERNÁNDEZ Ger-
FARRERAS,
mán, El recurso de amparo según la jutif@udencia constitucional. Comentario al títuloIII de la LOT C,
Madrid, Marcial Pons, 1994, Rumo LLORENTE,
Francisco, "El recurso de amparo constitucio-
nal", In jurisdicciónconstitucionalen España, Madrid, Fbunal Constitucional-Centro de Estudios
Constitucionales, 1995, pp, 125-173;ARAGÓN REYES, Manuel, "Algunas consideraciones sobre el
recurso de ampatn", Instrumentosde tutela'justicia constitucional,
cit., pp. 27-50.
2 Cfr. GONZÁLEZ
PÉREZ,
Jesús, El derecho a la tutela judicial e ectiva, 3a. ed„ Madrid, Civitas,
2001; FIGUEREI.O
BURRItm, Ángela, El deled.ho
a la tutelajudicial e ectiva, Madrid, tecnos, 1990.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 95

del recurso de amparo español ha sido objeto de una jurisprudencia


233y presenta problemas
muv abundante del IYibunal Constitucional,
difíciles de resolver en cuanto a la separación estricta entre las viola-
ciones procesales de carácter constitucional en sentido estricto y las
infracciones a las disposiciones legales secundarias, por lo que existe
el riesgo de que pueda convertirse en un recurso de casación similar
al del amparo mexicano contra resolucionesjudiciales (véanse, infra,
decimoprimero, párrafos 669 y ss.), aun con menor amplitud que el
nuestro. 234Toda vez que la jurisprudencia establecida por el Tribunal
Constitucional español sobre el derecho a la tutela judicial efectiva es
muy amplia, tal vez fuera posible en un futuro próximo establecer una
para que el citado Tribunal tuviera una competen-
especie de certiorari,
cia discrecional para admitir únicamente aquellos recursos constitucio-
nales cn esta materia que fueran paradigmáticos, como lo propone el
conocido constitucionalista y magistrado del Tribunal Constitucional
español, Manuel Aragón Reyes. 235
217. Finalmente, una breve referencia a la reciente introducción
dcl derecho de amparo en los ordenamientosjurídicos de Macao y de
las Islas de Cabo Verde, territorios de colonización portuguesa, que
no obstante su vinculación con el ordenamiento metropolitano, en el
cual no existe un instrumento específico de tutela de los derechos
humanos como el que se estableció en Brasil (véanse, infra, párrafos 221
y 222), ni tampoco se ha utilizado el vocablo "amparo", que como
es de origen hispánico (véase,supra, párrafo 213); en años
recientes han introducido este mecanismo similar al establecido en
varios ordenamientos latinoamericanos.
218. El Territorio de Macao, situado en China y. antigua colonia
portuguesa, que poseía, de acuerdo con el artículo inciso 4, de
la Constitución de Portugal de 1974-1982,una situación peculiar,2$6
La bibdiografiaes abundante, p'ero nos limitamos acitar la obra elaborada por Borrajo
Inicatn, Ignacio ct al., El doncho a la tutalajudicial y el recurso de Una T]lerifín sobre Inj7t.1isfrru,-
denc¿aconstitucional,Madrid, BBV•Civitas,1995; también debe consultarse el extenso y minucioso
conrntario jurispmdencial de los dos apartados del citado artículo 24 constitucional 1Ealizàdo
Ahurnada Ruf2, María de los Ángeles et al., en Rubio Llorente, Flancisco (coord.), Derechosfunda-
(doctrinajurisprudencial),Barcelona, Ariel, 1995, pp. 261-383.
menüzs princ¿piosronstitucionales
Cfr. Fx-Zamudio, Héctor, "Estudio comparativo del amparo contra resoluciones judi-
ciales en México y en España", La democraciaconslÜucional.Estudios en homenaje al pmfesor Fran-
ciscoRubioLlorente,con el patrocinio del Congreso de los Diputados, Tribunal Constitucional,
Universidad Complutense de Madrid y Fundación Ortega y Gasset, Madrid, Centro de Estudios
Políticosy Constitucionales, 2002, vol. II, pp. 1557-1613; incorporado posteriormente al libro
del miãlno autor, Ensayossobreel derechode amparo, cit., pp. 1023-1092.
• En su documentado estudio "Algunas consideraciones sobre el recurso de amparo", op.
cit., pp.. 27-50, especialmente pp. 44-48.
C$. G.')MES CANOTIt.1•iO,
J. J. y MORERA,
Vttal, Constituicaode República Portuguesa, Coim-
bra, Coimbra Editora, 1980,pp. 39 y 40.
96 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

ya que se regía por un Estatuto que conservaba la administración de


la metrópoli, pero que se vinculó mediante un tratado con la Repú-
blica Popular de China, denominado "Declaración Conjunta", según
el cual en diciembre de 1999 la citada República reasumió la sobera-
nía de dicho territorio, pero considerado de administración especial
037
y con un alto grado de autonomía.-
219. En el artículo 17 de la Ley núm. 112, del 29 de agosto de
1991, ordenamiento que establece las bases de la organizaciónjudi-
cial de Macao, se introdujo el "recurso de amparo", como medio
directo de impugnación interpuestopor violación de los derechos
fundamentales, garantizado por el Estatuto Orgánico de Macao, ante
el Pleno del Superior de Justicia contra el citado territorio
y también ante los tribunales de jurisdicción administrativa contra
actos administrativos o por la vía de hecho de los poderes públicos.
Como dicho instrumento está reglamentado, se ha desarrollado en
vía jurisprudencial y con apoyo de la doctrina, de acuerdo con la cual
el artículo 20. del citado Estatuto Orgánico incorpora los derechos,
libertades y garantías establecidos por la Constitución Portuguesa de
1974-1982,la que además contiene una disposición abierta sobre la
inclusión de libertades y garantías materiales, 238por lo que se consi-
dera que el amparo tutela los derechos humanos establecidos por la
mencionada carta portuguesa, pero también los que se establecen en
las disposiciones ordinarias de carácter local y en los tratados inter-
239
nacionales sobre derechos fundamentales.
220. Por lo que respecta al archipiélago de Cabo Verde, antigua
colonia portuguesa, pero en la actualidad independiente, el artículo
19 de la Constituciónde 1992, que tiene como epígrafe "liltela de
los derechos, libertades y garantías", consagra expresamente el "re-
curso de amparo", que pueden ejercer todos los ciudadanos ante el
Supremo Tribunal de Justicia, para solicitar la tutela de sus derechos,
libertades y garantías fundamentales, reconocidos constitucional-
mente, en términos de la ley. Se establecen como lineamientos de
este instrumento, que sólo puede ser interpuesto contra actos u omi-
siones de los poderes públicos lesivos de tales derechos fundamenta-

Cf. MIMNDA,Jorge, Manual de Dinito Constitucional,Coímbra, Coimbra Editora, t. III,


1994, pp. 249-251.
2' 8 Sobre la amplitud de los derechos fundamentales en la citada Constitución portuguesa,
puede consultarse al destacado constitucionalista Inencionado en la nota anterior, t. IV, 1993,
PP. 7-478.
239CF. El documentado estudio comparativo del destacadojurista CARDINALE,Paulo, "O
alnparo de direito fundamentais no direito comparado e no ordenamiento jurídico de Macau'l,
RevislaJu7fdicade Macau (bilingüe portugués-chino), vol. III, núm. l, 1996, pp. 51-92, especial-
mente, pp. 51-58,72-92.
DERECHO PROCESALCONSTITUCIONAL 97

les después de haberse agotado todas las vías de recursos ordinarios,


y que el recurso de amparo puede ser promovido por conducto de
un simple escrito y tiene carácter urgente, pues el procedimiento
debe basarse en el principio de sumariedad.240
221. c) Además del derecho de amparo con esa denominación y
en sentido estricto, han surgido otros instrumentos equivalentes pero
con distintasdenominaciones,que por otra parte pueden considerar-
se como sinónimas. El primero de dichos mecanismos equivalentes
al amparo en aparecer fue el llamado Imandadode segurança.l(queal-
gunos autores traducen al castellano como mandamiento de ampa-
ro), creado en la Constitución federal de 1934, y actualmente regu-
lado por el artículo 50, parágrafo LXIX, de la vigente carta federal
brasileña del 5 de octubre de 1988. Dicho precepto fue reglamentado
por la Ley núm. 1533 del 31 de diciembre de 1951 (expedida bajo
la vigencia de la Constitución federal de 1946, reformada en ocasio-
nes post riores.
222 ndado de se ra procede
especialmente contra los actos inconstitucionales o ilegales e autori-

dades administrativas,y en general contra la conducta administrativa


de cualquier autoridad que afecten los derechos de los gobernados.
Sólo de manera excepcional puede promoverse contra resoluciones
judiciales. En principio tampoco puede interponerse directamente en
contra las disposiciones legislativasque se consideren inconstituciona-
les,ya que únTcamente pueden impugnarse los actos o resoluciones
administrativasque se apoyen en dichos ordenamientos,

fue consagrado por el Acta Institucional núm. 3, expedida por el


gobierno militar chileno y publicada el 13 de septiembre de 1976.
Fuereglamentadopor el Auto Acordadode la Corte Suprema el 2
de abril de 1977. Este mismo instrumento fue incorporado al artícu-
lo 20 de la Constitución aprobada por plebiscito de septiembre de
1980.De acuerdo con estos ordenamientos, el citado recurso tiene
por objeto proteger los derechos fundamentales consagrados consti-
tucionalmente contra actos violatorios que provengan de autoridades
públicas,con excepciónde la tutela de la libertad y la integridad
240Cfr. CARDINALE,Paulo, op. cit., pp. 65 y 66.
Cfr.la bibliografíasobre el instrumento brasileño es muy amplia, por lo que haremos
referenciaúnicamentea varios estudios relativamente recientes, SIDOU,
José Othon, Hábeascor-
pus, mandadode seguranca, mandadode injuncao,
"habeasdata", acao popular. As garantias ativas
dosdinitocoletivos,5a. ed., Río de Janeiro,
Forense, 1998; FLAKS, Milton, Mandado do seguranca.
Pressupostos de impretacao,Río de Janeiro, Fotznse, 1980; BARBI,
guranca,ga. ed., Río de Janeiro, Celso Agricola, Do 'nandado de se-
Forense, 1980; SILVA,José Afonso da, Curso de dipito costitucional
positivo,cit., pp. 390 y 391.
98 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

personales, tuteladas por el hábeas corpus (que a partir de su consa-


como "recurso de
gración en la carta fundamental de 1925se conoce mencionada
amparo", este último regulado en el artículo 21 de la
Constitución de 1980. proceso
224. Como puede observarse,se trata en realidad de un
recurso de
de amparo con otro nombrc similar, y que sólo se le llamó
protección, debido a que se había utilizado con anterioridad la deno-
minación de recurso de amparo como equivalente al de hábeas cor-
pus.242En la actualidad preyalece esta última denominación respecto
del procedimiento establecidoen los artículos 16 de la carta de 1925
y 21 de la vigente de 1980. Con el restablecimiento del arden cons-
titucional democrático, en virtud del plebiscito del 30 de julio de
1989, el recurso de protección inició un desarrollo sobre bases más
firmes. 243
225. Otra figura es la llamada "acción de tutela", establecida por
la Constitución colombiana del 7 de julio de 1991, quc poscc fincio-
nes similares a las -del amparo en el. y por
este motivo se había propuesto la denominación de "derecho de am-
paro", en el proyecto presentado por el gobierno ante la Asamblea
Constituyente.244De acuerdo con el artículo 86 de la atada carta
ftindamental, ese instrumento puede hacerse valer:
por cualquier persona en todo momento
(...) y lugar ante los órganos
jurisdiccionales, mediante un•procedimiento preferente y sumario,
con el objeto de obtener la proteccióninmediata de sas derechos
constitucionales fundamentales, cuando los mismos sean vulnerados
o amenazados-por la acción u omisión de cualquier autoridad. Dicha
acción sólo procede cuando él afectado no disponga de otro medio
de defensa judicial, salvo cuando aquella'se udlice como un mecanis-
mo transitorio para evitar un perjuicio irreparable. La protección
debe consistir en una orden para que aquel respecto de quien se
solicite, actúe o se abstenga de hacerlo. El fallo debe ser de inmedia-
to cumplimiento y puede impugnarse ante juez competente, pero en

242Cfr. El constitucionalista chileno Es-rÉvEzGASMURI,Carlos, Ñerrtentos de de davcho constitu-


cional,Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 1949,se refiere a dicha institucón calificándolade
"amparo" o de "hábeas corpus", Utiliza las mismas denominaciones CAFFARENA DEGILES, Elena,
F) recurso dz amparo frente a las situaciones de emergencia, Santiago, 1957, 152 y 187; VERDUGO
Mario et aJ., Derechoconstitucional,Santiago, Editorial Jurídica de alile, 1994, t. l,
MARIROVIC,
pp, 330-337.
243Cfr. Scyro KLOSS,Eduardo, El recurso de Protección. Orígenes, docti{na 'jurispn¿denàa, San-
tiago, Editorial.Jurfdica de Chile, 1989; LIRAHERRERA, Sergio, El recursode proteccida.Naturaleza
jurídica, doctrinayjurisprudeñcia, Santiago de Chile, 1990; VERDUGO MARKOVtC, Mario et alq Derecho
constitucional, op. cit.,pp. 337-346.
244CF. h'Ôyoto de Acto Reformatori de la Constitución Política de Colombia, Bogotá, Presidencia
de la República, 1'991,p, 202, "derecho de amparo",
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 99

r;

todo caso dicho juzgador debe remitirlo a la Corte Constitucional


para su eventual revisión.245
226. Este precepto constitucional fue desarrollado por el decreto
2591 del 19 de noviembre de 1991, que a su vez fue reglamentado
por el decreto presidencial 306 del 19 de febrero de 1992. También
debe tomarseen cuenta para la tramitaciónde la revisiónde dicha
acción de tutela ante la Corte Constitucional,el Decreto 2067 del 4
de de 1991,que regula el Régimen Procedimentalde los
juicios ante la Corte Constitucional,así como el Acuerdo de la Sala
Plena de la propia Corte del 13 de octubre de 1992, que contiene el
Reglamento.Unificado de la Corte Constitucional, artículos 49-55.243
227. d) Dentro de un concepto amplio del derecho de amparo,
(que comprendería también el hábeas corpus) deben considerarse
también otras institutiones con funciones equivalentes, pero que tu-
telan de manera específica algunos derechos fundamentales. La ma-
yorfa de estos inslrulllenlos fueloll introducidos en la Constitución
brasileña de octubre de 1988,pero se han extendido a otros ordena-
mientos latinoamericanos, que a su vez han incrementado los instn-l-
mentos de protección, lo que resulta explicable debido a 17ãõTõFÕsa
experiencia de varios de los países de la región, que sufrieron el au-
toritarismoy la dictadura de regímenespredominantemente milita-
res que fueron causantes de violacionesmasivasde los derechos hu-
I manos, y por ello ha existido una mayor imaginación en los juristas
de Latinoamérica que los de otras regiones del mundo.
228. El primero de estos instrumentosrecibió la denominación
de mandadode segurança colectivo,consagrado .por el artículo 50., pa-
rágrafo LXX, de la citada carta federal brasileña de 1988, y que
puede considerarse como una ampliación de la misma institución en
el ámbito individua), que, como hemos señalado con anterioridad,
únicamente puede interponerse por los particulares afectados por la
violación de sus derechos fundamentales (véanse, supra, párrafos 221
y 222). El 'nuevo mecanismo protege derechos de carácter colectivo
por medio de un procedimiento sencilloy rápido que caracteriza el
SALAZAR,
245CIT.,entre otros, ARENAS Jorge, La tutela. Una acciónhumanitaria, 2a. ed., Santa
Fe de Bogotá, Ediciones Doctrina y Ley, 1993; CHARRY, J. M. In acciónde tutela, reimplE.sión,
Santa Fe de Bogotá, Temis, 1992; MONRROY TORRES, Marcia y ÁLVAREZ RQIAS,Fernando, Juñsfiu•
dencia de la Corte Constitucional, vols. III y IV, acción de tutela, Santa Fe de Bogotá, Juris Editore c
v
1993; OSUNAPATIÑO,Néstor Iván, Tutela amparo;derechosPotegidos, Santa Fe de Bogotá, u
versidad Externado de 1998; excelente estudio comparativo entre la acción de tu'
colombianay el recurso de amparo constitucionalespañol.
246Estosordemmientos pueden consultarse en el Apéndice Legislativodel libro de
R0DRfCuEZ, Javier, La Corte Con;titucional el controlde constitucionalidad,Santa Fe dé Bogo'
ciones Jurídicas Gustavo Ibáña, 1996, pp. 327-386.
100 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

mandamiento de amparo individual, ya que el nuevo medio tutelar


puede ser promovido por partidos políticos con representación en el
Congreso Nacional, por organizaciones sindicales, por entidades gre-
miales o por asociaciones legalmente constituidas y en funcionamien-
to, que tengan cuando menos un año de existencia,
todos ellosen
defensa de los intereses de sus miembros o asociados.247
229. El instrumento que ha tenido una mayor repercusión en el
derecho constitucional latinoamericano es el calificado como
data¿intmducido en el artículo fracción LXXXII, de la citada Cons-
titución brasileña de 1988, y procede para lograr el conocimientode
informaciones ltlativas al promovente que consten en registros o bancos
de datos pertenecientes a entidades gubernamentales de carácter públi-
co, o bien para obtener la rectificaciónde datos, cuando el afectadono
Pl?fier hacerlo por conducto de un proceso reservado,ya sea judicial
o administrativo.Como puede observarse,dicho mecanismo tiene por
objeto proteger a los gobernados contra las posibles alteraciones de la
información electrónica,que se ha extendido de manera notable en
nuestra época y que puede lesionar gravemente a los particulares.
230. Con toda razón, la doctrina ha estimado que tanto en el caso
de esta institucióncomo de otras establecidaspor vez primera en la
i carta brasileña, aun cuando no se expida de inmediato la ley re-
glamentaria respectiva, deben aplicarse directamente las normas fun-
damentales. Concretamente en el ordenamiento brasileño, el Tribu-
nal Federal de Recursos (en la actualidad, Tribunal Superior de
Justicia) expidió el Auto (acordado) núm. 1245 del 13 de diciembre
de 1988, que establece las directrices del procedimiento tanto del
hábeasdata como del mandado de injunçâo (véase, infra, párrafo 232), 1
y les otorgan preferencia sobre todos los actos judiciales, con exclu-
048
Sión del mandamiento de amparo y del hábeas corpus.-
231, Debido a la problemática que puede generar la informática
en los derechos de los gobernados, el "hábeas data" ha tenido, con

247Cfr, FIX-ZAMVOIO,
Héctor, "Avancesy perspectivas de los derechos humanos en Latino-
américa", Memoriadel VI CongresoIberoame7icanode DerechoConstitucional, Santa Fe de Bogotá,
Universidad Externado de Colombia, 1998, t, II, pp. 805-858, reimpreso en el libro del mismo
autor, Protección
jurídica de los derechoshumanos.Estudioscomparativos,2a. ed., México, Comisión
Nacional de Derechos Humanos, 1999, pp, 413-454.
248Cfr. Sil)0U, Oth6n, J. M., "Las nuevas figuras del i
derecho procesal constitucional bra-
sileño; mandado de injunçâo y hábeas data", trad. de FIX•ZAMUOtO,
Dencho Comparado,núm. 70, enero-abril de 1991, Héctor, BoletínMexicanode
pp. 179-186, y SILVA,
José Afonso da, Mandado
de injunçâo e hábeas data, Sao Paulo, Revista dos
Tribunais, 1989, pp. 35-69; ABREUDALIARI, Dal-
mo, "El hábeas data en Brasil", lus et Praxis, Derecho de
la Región, Universidad de Talca, Chile,
Facultadde Ciencias Jurídicas y Sociales,que entre otros contiene los estudios
el II SeminarioIberoamericanode HábeasData, que se efectuó en dicha presentados en
abril de 1997, pp. 71-80 universidad del 9 al I I de
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
101
esa denominación, una amplia repercusión en los
ordenamientos
constitucionales posteriores a la carta brasileña.de 1988, que creó
esta institución. En ese sentido, fue consagrado con esa denomina-
ción en las Constituciones de Paraguay de 1992 (artículo de
Pení de 1993 (artículo 200, inciso en la reforma constitucional
argentina de 1994 (último párrafo del artículo asícomoenel
texto de la ley fundamental de Ecuador, revisada en 1998 (artículo
la que se conserva con el mismo nombre en la carta fundamen-
tal de 2008, en el artículo 92 de la Constituciónvenezolana de 1999
(artículo y finalmente en la carta fundamental de Bolivia de
2008, que anteriormente no regulaba este instrumento, lo introduce
en sus artículos 131 y 132, con el nombre de "acción de protección
de privacidad". Además debe tomarse en cuenta que se encuentra en
discusión en el Congreso de Chile un proyecto de reforma constitu-
cional y de expedición de una ley para establecer dicha institución
tutelar con el mismo nombre de "hábeas data".254
232. El tercer instrumento novedoso introducido por la Constitu-
ción brasileña de octubre de 1988 recibe el nombre equívoco de mon-
dado de iniu,nçân.Tal denominación tiene similitud aparente con el
wHtofinjunction angloamericano, el cual tiene un significado diverso
e inclusive contrario, pues en tanto que este último constituye un
mandato judicial prohibitivo, ya sea provisional o definitivo, la insti-

240Cfr. BENÍTEZ,Luis María, "La acción de hábeas data en el derecho paraguayo", en la obra
mencionada en la revista citada en la nota anterior, pp; 107-118.
250Cfr. OKIECIIO VILLENA, Víctor Julio, Jurisdicción constitucional.Procesosconstüucionales,
Trujillo, Perú, Fondo Editorial de la Universidad Antenor Orrego de Trujillo, 1998, pp. 191-206;
R0DRfGUü5RODRIGUE,Elvito, Depcho pmcesal constitucional, cit., pp. 151• 165; ABADYUPANQUI,
Samuel
B., "Hábeas data y conflicto entre órganos constitucionales. Dos procesos constitucionales", La
Constituciónde 1993. Análisisy comentaribs,Lima, Comisión Andina de Juristas, 1994, pp. 265-
272; EGUIGUREN P., Francisco J., "El hábeas data y su desarrollo en el Pení", lus et Praxis, pp.
119-135. Actualmente se encuentra regulado dicho instrumento por el título IV, hoceso de
hábeasdola, artículos 6 1-65 del reciente Código Procesal Constitucional, publicado el 31 de mayo
de 2004.
251C$. EKMF.KOJIA,N, Miguel Angel y CALOCERO(hijo), Habeasdata. E! derechoa la
intimidadfiente a la revoluciÓninformática,Buenos Depalma, 1996, pp. 96-115; SAGÜÉS,
Néstor Pedro, Derecl¿oprocesalconstitucional,t, 3, Acciónde ampam, 4a. ed., Editorial Astrea, 1995.
CapítuloXXVII,"Amparoy hábeas data en la reforma constitucionalde 199'1".pp. 663-687;
del mismo, "El hábeas data en Argentina (orden nacional)", lus el Praxis, pp. 137-150; SEISDF.OOS,
Felipe, "Amparo, hábeas data y hábeas corpus en la reforma de 1996", Derechoconstitucionalde la
reforma de 1994, cit.,pp, 445-448.
252CfT,SALGADO
PFSAMFES,Hernán, "La jurisdicción constitucional en el Ecuador", en GAR-
cíl\ BELWNDE,Domingo y FERNÁNDEZSEGADO,Francisco (coolds.), Madrid, Dykinson, 1997, pp,
596 y 597.
c'" Cfr, Allan R., Constituciónde 1999, cit., pp. 163 y 164.
254NOGUEIRA ALCALÁ, Humberto, "Reflexiones soblt el establecimiento constitucional del
hábeas data y del proyecto en tramitación parlamentaria la materia", BoletínMexicanc
DerechoComparado,pp. 265-284.
102 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

tución brasileña regulada por el artículo 50., fracciónLXXconstitu-


cional, procede cuando la ausencia de una norma reglamentaria im-
pida el ejercicio de derechos y•libertades constitucionaleso de las
prerrogativas que se refieren a la nacionalidad, a la soberaníay a la
ciudadanía; lo que implica que sc trata de un mecanismo para lograr
que se supere la omisión en que incurre una autoridad con facultades
255
legislativas para dictar disposiciones reglamentarias.
É33. Finalmente, hacemos una breve mención de la llamada "ac-
ción de cumplimiento", que corno garantía constitucionalfue estable-
cida, por el artículo 200.6 de la Constitución peruana de 1993,de la
siguiente manera: "La acción de cumplimiento procede contra cual-
quier autoridad o funcionario renuente a acatar una norma legal o
un acto administrativo, en perjuicio de las responsabilidadesde ley"
Este instrumento procesal fue reglamentado conjuntamente. con la
acción de "hábeas data" en la Ley 26,301, promulgada el 2 de mayo
de 1994 y expedida por el Congreso Constituyentecon la denomi-
nación de Ley de Hábeas Data y Acciónde Cumplimiento, con apli-
cación supletoria de la Ley de Amparo.2Q 5 En la actualidad dichas
disposiciones fueron sustituidas por el título V, "Proceso de cumpli-
miento", artículos 66 a 74 del Código ProcesalConstitucional,pu-
blicado en mayo de 2004. Las cartas constitucionales recientes de
Boliviay Ecuador, expedidas ambas, .comose ha dicho, en 2008, han
seguido el ejemplo peruano de la "acción de cumplimiento". En la
primera de dichas leyes fundamentales se regula la citada acción de
cumplimiento por el artículo 134 constitucional,'de acuerdo con el
cual dicho mecanismo procederá en el caso de incumplimiento de
disposicionesconstitucionaleso de la ley por parte de servidorespú-
blicoscon el objeto de garantizar la ejecuciónde la norma omitida,
y establece los lineamientos del procedimiento respectivo. Por su par-
te, la carta ecuatoriana introduce este instrumento con la calificación
de acción por incumplimiento en el artículo 93, la cual procederá en
supuestos muy amplios, pues tendrá por objeto garantizar la aplica-
ción de las normas que integran el sistema jurídico, así como el cum-
plimiento de sentencias o informes de organismos internacionales de
los derechos humanos, cuando la norma o decisión cuyo cumpli-
miento se persigue contenga una obligación de hacer o no hacer

255Cfr. SIDOU, Othon, J. M., "Las nuevas figuras de derecho pmcesal constitucional brasile-
ño: Mandado de Injuncao y Hábeas Data", y Stt.VA, José Afonso da, Mandado de injurtcaoy hábeas
data, cit., pp. 90, 169-179 y 9-52, respectivamente.
256CF. ORTECHO VILLENA, Víctor Julio, Jurisdicción constitucional. Ptvcesos constitucionales,
cit., pp. 91 y 207-210; RODRÍGUEZ
y 170.
DOMÍNGUEZ, Elvito, Derechoprocesalconstitucional, cit., pp. 169
DERECHO PROCESALCONSTITUCIONAL 103

clara, expresa y exigible. Dicho procedirniento debe plantearse ante


la Corte Constitucional.
234. Por último, y de manera muy sintética, podemos mencionar
las "acciones populares" como instrumentos cle garantía constitucio-
nal que han asumido diverso significadoen el derecho latinoameri-
cano,v por ello dicho término puede aplicarse,por una parte, como
medio para ejercer una acción abstracta de inconstitucionalidad;en
segundo lugar como una instancia para reclamar la inconstitucio-
nalidad c ilegalidad contra reglarnentos, norrnas y disposiciones ge-
nerales de carácter administrativo, y finalmente, que es lo que nos
incereS2en esta oportunidad, como un procedimiento para tutelar
derechos o inteft2sesdifusos o trascendentales, y en general, de ca-
rácter colectivo.
235. Esta categoría de acciones populares de carácter constitucio-
nal ha sido consagrada en los ordenamientos fundamentales de Bra-
sil y de Colombia, y la muy reciente de Bolivia, como "instrumentos
dirigidos a la protección de los calificados corno interese,s difusos o
trascendentales": que asumen cada vez mayor importancia en esta
época de acelerado desarrollo tecnológicoy económico, en el que
con frecuencia se afecta la esferajurídica de un número indetermi-
nado de personas de personas que no se encuentran organizadas
para defensa, por lo que sus derechos no pueden ser tutelados
jurídicamente por medio de los instrumentos tradicionales.
236. No pretendemos, debido a la brevedad de este estudio, ha-
cer un examen de la evolución que ha experimentado esta categoría
de interses y derechos en numerosos ordenamientos contemporá-
neos,2E7 pero debemos destacar que también se han desarrollado, en
las legislaciones latinoamericanas, instrumentos procesales para pro-

957,Destacan en este campo dos eventos académicOsde particular relieve, efectuados, el


primero, en la ciudad de Pavía, Italia el ll y 12 de julio de 1974, cuyos trabajos se publicamn
en el volumen intitulado azioni a tutela di intensse colettivi,Padova, Cedam, 1976, con acento en
el análisis de varias rarnas ptocesales, es decir, en las materias administrativa, civil y penal, y el
segundo con los estudios discutidos en el II Congnso de laAsociación Internacional de DerechoCom-
parco, realizado en la Universidad de Salerno del 22 al 25 de mayo de 1975, publicados en La
tuteü interesi difLssi in dirilto comparato con Particulare tiguardo alla Protezione detl'ambiente e aei
coxsunzatoñ,Milán, Giuffré, 1996.A los anteriores debe agregarse el estudio relativo a i'.La
tecd6n ¿e los.intereses difusos, fragmentarios y colectivos en el proceso civil" (Der Schutz•difil.se
kaE€h!itz In&ressenin Zivilprozessaecht),VII Conceso Internacional de Doecho Ecesal, Würzburg,
Re ' licn Federal de Alemania. Este trabajo fue publicado en la obra colectiva editada por
terJs Habdcheid, Effektiver Rechtsschutzund Verfassunsm¿ssigeOtzlñt¿ng. Effecliviness(fJudicial
Prection y .Pwro
CónstitutionalOrder, Bielefeld, Gieseking Verlag, 1984; LOZAN0411GUERO
Manuel) La Fotección procesal de los intenses difi¿sos,Madrid, 1983; María de
MARTÍNEZ,
Pilar, Me•-anianos de tutela dc los intereses difusos y colectivos, México, UÑAM, '1997.
104 HÉCTOR FIX'-ZAMUDIO

tegerlos.2ñ8En primer lugar debemos hacer referencia a "la acción


popular de la Constitución brasileña de 1988", artículo 50., fracción
LXXIII, que ya había sido introducida por las Cartas Federales de
1946 y 1967, reglamentada por la Ley 4717 del 29 de junio de 1965,
todavía en vigor, que amplió la esfera de las normas fundamentales
para comprender la tutela de los intereses difusos de los sectores
sociales no organizados. El texto vigente, que recoge la evolución que
propició la ley reglamentaria de 1995, dispone:
Cualquier ciudadano es parte legítima para proponer la acciónpo-
pular que pretende anular un acto lesivopara el patrimoniopúblico
o de una entidad en que el Estado participe, para la moralidad ad-
ministrativa, para el medio ambiente o para el patrimoniohistórico
y cultural, quedando las costas a cargo del actor, salvo las de carácter
procesal al vencido.259
237. La Constitución colombiana de 1991 regula la acción popu-
lar de manera más amplia en su artículo 88, según el cual:
La ley regulará las accionespopulares para la protección de los dere-
chos e intereses colectivos, relacionados con el patrimonio, el espacio,
la seguridad y salubridad públicos, la moralidad administrativa,el
ambiente, la libre competencia económicay otros de similar natura-
las acciones originadas
leza que se definen en ella.También regulará
plural de personas, sin perjui-
en los daños ocasionados a un número 60
cio de las correspondientes acciones particulares."
accionesco-
238. Aún cuando no corresponde a este sector de las
reformada en
lectivas, el artículo 43 de la Constitución argentina,
los intereses
agosto de 1994, recogió esta evolución sobre la tutela de
encomendarlo a un procedimien-
o derechos difusos,pero en lugar de
acción
to específico,comprendió dicha protección expresamente en la
posibilidad
de amparo, y si bien no se legitima a cualquier persona, la
iberoamericanos:
Podemos citar algunos ejemplos de estudios doctrinales de juristas de las organiza-
MOREI.LO, Mario Augusto, "Legitimación procesal de los colegios profesionales, Lajusticia entre
difusos",
ciones de protección de los consumidores y de defensa de los intelzses Francisco, "La dina-
dos épocas,La Plata, Editora Platense, 1983, pp. 181-206; FERNÁNDEZ SEGADO,
difusos en el Estado
mizaci6n de los mecanismos de garantía de los derechos y de los interesesconstitucionales soblt
Héctor, "Ejercicio de las garantías
social", cit., pp. 582-597; FIX-Z,AMUDtO,
cit., pp, 488-493.
la eficacia del proceso", LnlinoaméTica;Constitución,procesoy denchos humanos, Ediçào Sara-
259Cfr. BARBOSA DECAMPOS FtLH0, Paulo, Acça popular constitucional, Sao Paulo,
difusos",
via, 1968; BARBOSA MOREIRA, José Carlos, ".Legitimación para la defensa de los intereses
Celso, "Legi-
Conoeso Nacional de Procesal, Plata, 1981, t. 11,pp. 1240-1288;
octubre-diciembrede
timaçâo processual e a nova Constituiçao", Revistade Processo,núm. 54, 400-408.
1989, pp. 1-40; José Afonso da, Curso di Direito Constitucional Positivo,cit., pp.
Fe de
Luis Carlos, Nuevo derechoconstitucionalcolombiano,loa. ed., Santa
CIT.SÁC.HIC.A,
Bogotá, Temis, 1992, pp. 213-222,
DERECHO PROCESALCONSTITUCIONAL
105

de interponérlo se extiende de manera considerable, puesto que


puede hacerlo el ombudsman y las asociacionesde defensa de tales
derechos colectivos.Por ello la doctrina considera que se ha creado
un "amparo colectivo".2GlEn efecto, el segundo párrafo de dicho pre-
cepto establece claramente:
(...) Podrán interponer esta acción (de amparo), contra cualquier for-
I ma de discriminacióny en lo relativo a los derechos que protegen al
ambiente, a la competencia,al usuario y al consumidor,así como a
los derechos de incidencia colectiva en general, el afectado, el Defen-
sor del Pueblo y las asociacionesque propendan a esos fines, regis-
tradas conforme a la ley, la que determinará los requisitosy formas
de su organización.262
239. En la muy reciente carta fundamental de Bolivia se adiciona
el sistema de garantías de la persona, ya que la Constitución anterior,
de 1967, reformada en 1994, sólo contemplaba las de hábeas corpus
(que en la nueva carta se califica de "acción de libertad" (artículos
125-127);se agregan otros instrumentos, entre ellos la "acción popu-
lar" en el sentido que se ha señalado (artículos 135 y 136), El primer
precepto establece:
La acciónpopular procederá contra todo acto u omisión de las autori-
dades o de personas individualeso colectivasque violen o amenacen
con violar derechose interesescolectivosrelacionados con el Patrimonio, el
espacio, la seguridad y salubridad pública, el medio ambiente )Aotros de similar
naturaleza reconocidospor esta Constitución 263

240. c) Un tercer sector de instrumentos tutelares de los derechos


fundamentales es el establecido por los ordenamientos de Europa
continental,específicamente los de lengua alemana, ya que han crea-
do un recurso específico para la protección de los derechos humanos
consagrados constitucionalmente, con una denominación genérica

261Cf. GOZAfNl*Osvaldo A, El derechode amparo. Los nuevos derechos garandías del artículo
43 de la Constituciónnacional, Buenos Depalma, 1995, cit. pp. 86-100, y NATAIX, Alberto,
Comentarios sobre la Constitución, La reforma de 1994, Buenos Depalma, 1995, pp. 66-69.
202Sobre la legitimación en el derecho de amparo de la tutela de los interrses difu-
sos, cfr, GomíNt, Osvaldo Alfredo, Derecho procesal constitucional. Amparo, Buenos Aires, Rubinzal-
I Culzonit 2004, pp, 340-374,
263"Asu vez el artículo 136, fracciones I y II, de la misma Constitución boliviana de 2008
dispone que dicha acción podrá interponerse durante el tiempo que subsistala vulneracióno
la amenaza a los derechos e intereses colectivos. Para interponer esta acción no será necesario
agotar la víajudicial o administrativa que pueda existir y que la mencionada acción puede pro-
moversepor cualquier persona, a título individual o en representación de una colectividady
con carácter obligatorio, el Ministerio Público y el Defensor del Pueblo, cuando por el ejercicit
de sus funciones tengan conocimiento de estos actos. Se aplicará el procedimiento de la acción
amparo constitucional.
106 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

que se ha traducido como (Beschwerde,lite-


ralmente, queja), que está consagrado en el artículo 144 de la Cons.
titución federal austriaca de 1920<restablecidaen 1945, con varias
reformas posteriores. Thmbién se ha introducido el más conocido de
estos mecanismos con el nombre de "queja constitucional"(Verías-
sugsbeschwerde) en el artículo 93, inciso 40,, según reforrrn de 29 de
enero de 1969, pero que algunos autores, especialmente españoles,
han traducido dicho término como "recurso de amparo".
241. Finalmente, se puede citar en esta dirección el que se puede
calificar como "recurso o queja de derecho público" (Staatsrechtliche
Beschtuerdc),regulado por el artículo 113 de la Constitución Federal
Suiza anterior, del 29 de mayo de 18744sustituida por la carta fede-
ral ap10badapor referéndum del 18 de abril de 1999y en vigor el
lo. de enero de 2000, en la cual dicho instrumentose encuentra
reconocido en el artículo 189 (que tiene el epígrafe de "Jurisdicción
constitucional"), y cuyo inciso a atribuye al Federal la com.
petencia para conocer de las reclamacionespor la violaciónde los
derechos constitucionales.
242. Este instrumento puede ser interpuesto por los particulares
afectados por la infracción de sus derechos fundamentales, en última
instancia ante la Corte Constitucionalaustriaca, el Tribunal Federal
Constitucional alemán y el ?fribunalFederal suizo, después de haber
agotado los recursos ordinariose264El que tiene mayor trascendencia,
tanto por su número como por las cuestiones planteadas, es el que
se hace valer en último grado ante el Pfribunal Federal y por
ello ha asumido un gran significadoen la jurisprudencia de dicho
tribunal. 265
243 d) En los países socialistas no se aceptaba, algunas excep
ciones, que los derechos fundamentales de los goberrradus pudieran
exigirseante los tribunales,ya que dicha instancia era considerada
como instituciónburguesa. Por supuesto lo anterior no era uniforme y
en algunos ordenamientosde tradición occidental se admitían varios
264Cfr. El estudio comparativo de estos tres mecanismos en la obra de SCHULER,
Hans, Der Verfassungsbeschwerde Andl?a
in der Schweiz, der Budesrepublik Deutschbui un aterric«h (El recur-
so constitucional en Suiza, la
República
Federal de Alemania y en AL5tria), Zúrich, 1968.
265La doctrina sobre este instrumento
el estudio monográficodel es muy amplia, por lo que nos limitamos a citar
und Verfahren(El recurso profesor GUSY, Cristoph, Die Verfassuneúschtvenle.Pbrcussetzungen
berg, 1988; HABERLE, constitucional. Presupuestos y procedimiento), cfre MOLLER, Heidel-
Peter, "El it•curso de ampato en el sistema germano
constitucional", In jurisdicción federal dejurisdicción
227-282;FIX-ZAMtJbtO, constitucionalen Ibemamérica, trad. de Carlcs
Héctor, "El juicio de ampatx) Rufz Miguel, cit., pp.
ral alemán mexicano y el tecurso constitucional fede-
teflexiones comparativas)". Boletín
mayo-agosto de 1993, pp. Mexicano de Derec)n Comparado, núm. 77,
461-488, reproducido en
FIX-ZAMUDLO, Héctor» Ensayos sobe el dencho
O
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 107
o

supuestos de instanciajudicial, así fuera como recursos administrati-


vos.266La institución a la cual los afectados podían hacer reclamaciones
267de acuerdo con cl modelo soviético.
era la fiscalía o Prokuratura,
Dicho organismo se ha asimilado al Ministerio Público en los países de
Europa oriental e inclusiveen la República Federal de Rusia, que han
adoptado actualmente las instituciones occidentales.
244. Sin embargo, en los escasos ordenamientos que todavía se
inspiran en el antiguo régimen soviético,como son los de Corea del
Norte, República Popular China, Vletnalll y Cuba, funciona todavía
dicho instrumento como un órgano estrictamentejerarquizado en sus
diversos niveles, y está encargaclo, aciemás de sus funciones similares
a las del Ministerio Público de investigar y perseguir los delitos, de
rec.ibirlas reclamacionesde los gobernados contra los actos de auto-
ridades y de organizaciones sociales. Una vez recibidas las quejas in-
dividuales,el procurador respectivo,en su función de fiscalizadorde
la legalidad socialista, realiza gestiones ante las autoridades u organi-
zacionesque se consideran responsablesde dichas infracciones,a fin
de obtener su reparación,y de no lograrlo se asciende en la escala
hasta llegar al procurador o fiscal general. Se ha señalado que esta
labor es en derto modo similar a las del ombudsmande origen9b8escan-
dinavo, del que haremos una breve referencia a continuación.
quinto sector está constituido por los organismos no
245, c) Un
jurisdiccionalesque se inspiran en el ombudsmande origen escandi-
procesal, sus
navop que si bien no poseen un carácter estrictamente
funciones se pueden situar dentro de la jurisdicción constitucional de
la libertad a la que nos referimos, en virtud de su vinculación con los
tribunales en sentido estricto, a los cuales apoyan y auxilian en su
labor de protección de los derechos humanos, al resolver preventiva-
mente las violaciones de tales derechos, que de esta manera ya no es
q• Esta
necesario plantear los conflictos respectivos en la vía judicial.26

artículo 57, sc-


200Un gran adelanto, peto todavfa de acuerdo con el modelo socialista,el ciudadanos
gundo Úrafo de la Constituciónsoviéticadel 7 de octubre de 1977, dispuso: "Los
dignidad, a la
de la URSStienen derecho a la defensa judicial contra los atentados al honor, a la
vida y a la salud, la libertad personal y el patrimonio".
267Un análisis panorámico de esta institución en FIX-ZAMUL)IO, Héctor, La pmtecciónjurídica
procesa de los derechoshumanos ante las jurisdicciones nacionales, cit., pp. 233-279.
Henry, "Le controle de l'adminis-
268Sobre la similitud de ambas instituciones, cfr. PUGE.-r,
tration, les systémes clasiques (1'0mbudsman et la Prokuratura)" Revue internationalede ¿nit
comparé,París, erEro-marzo de 1965, pp. 5 y ss., y BotM,León, "Ombudsmanship in the Soviet
Union", TheAmericanJocrnalofComParaliveLatv, verano de 1974, pp, 509-540.
no de.
269Algunos autores estiman que estas instituciones de naturaleza no jurisdiccional
ben contemplarse dentro de la disciplina del derecho pxoceSalconstitucional, en virtud de que
no constituyen instrumentos procesales de defensa, sino que pertenecen al amplio campo de los
mecanismosprocesalesde defensa de los derechos humanos, y en este sentido puede mencio
108 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

función la realizan dichos organismos por medio de la recepción de


quejas y de reclamaciones individuales, o inclusive de oficio, con el
objeto de reparar las infraccionesa los derechos fundamentales rea-
lizadas por la administraciónpública o por la conducta administrati-
va de otras autoridades; por medio de un procedimiento flexibley
breve de fácil acceso, que en una primera etapa procuran resolverel
problema por medio de la conciliación,y si no obtienen resultados
inmediatos se inicia una investigación, que en su caso culmina con
una "recomendación no obligatoria", pero que tiene la fuerza de la
publicidad. Además, en sus informes públicos periódicos, dichos or-
ganismos pueden proponer, en muchas ocasiones con éxito,reformas
a las prácticas, reglamentos y leyes administrativas que pueden ser
obstáculo para la tutela de los derechos de los gobernados.
246. Aun cuando se ha utilizado el nombre escandinavo de om-
budsmandesde el punto de vista genérico, la institución ha recibido
en los ordenamientos positivosdiversas denominaciones, talescomo
210
las de Comisionado Parlamentario para la Administración; Médiateur,
Volksamtwdtschaft (abogado popular); Difensore Civico, Procurador de
los Derechos Humanos; Defensor del Pueblo (establecido este último
en la Constitución española de 1978, pero cuyo nombre ha sido adop-
tado por la mayoría de los ordenamientos latinoamericanos que han
introducido la institución).Este organismo no jurisdiccional ha tenido
un desarrollo muy dinámico y acelerado en diversos ordenamientos
pertenecientes a varias familias, sistemas o tradiciones jurídicas, por
271
lo que se ha considerado como una institución universal.

narse el muy completo y minucioso estudio del distinguido jurista peruano C,VVIÉkREZ, Gustavo,
Todosobreel CódigoProcesal Constitucional,cit., pp. 69 y. 70. Al respecto se puede afirmar que
es necesario distinguir entre los pmcesos constitucionalesen sentido estricto y la ciencia del
derecho procesal constitucional, ya que varias disciplinas procesales incorl)oran dentn de su
estudio algunas instituciones que no son estrictamente jurisdiccionales, pem que están estre-
chamente vinculadas con ellas, como son los recursos aclministrativosinternos en el derecho
procesal administrativo: la etapa de investigación prm'ia que realizan las autoridades de policía
bajo la dirección del Ministerio Público, y la llamada jurisdicción voluntaria y otras actividades
no estrictamente jurisdiccionales de los jueces y tribunales, y de organismos como los Consejos
de la Judicatura o la Magistratura, y es evidente que los orvanismos inspirados en el de
origen escandinavo tienen en su función protectora la de resolver conflictos relativos a las viola.
ciones de los derechos humanos, la de servir de filtro a las autoridades en su labor de protección
de los derechos fundamentales.
270Este nombre que correspondió desde su creación a la institución francesa no jurisdic-
cional de protección de los derechos humanos fue modificada en la Ñforma constitucional del
21 de julio de 2008, por la de lu Defcnçeurdes Dmits,ya que se agtcgó un título XI bis a dicha
carta fundamental, artículo 71,1, que regula el nombramiento, timciones y responsabilidad del
titular de dicha institución.
Cfr, LEGRANO, , Revue Internalioaaled
André, "Une institution Universelle (ombudsman)"
DroitComparé,París, 1973, pp, 851-853, Una visión panoMmica puede consultarse en la exter
obra comparativa editada por CAIt)EN,
Gerald InternationalHandbookofthe Ombudsman,v
DERECHO PROCESAL CONS+ITUCIONAL 109

247. Dichos organismos no jurisdiccionales que fueron introduci-


dos en nuestra carta federal por reforma constitucional del 27 de
enero de 1992, que adicionó un apartado B) al artículo 102de dicha
carta fundamental, modificadoa su vez por nueva reforma publicada
el 13 de noviembrede 1999,han recibidoel nombre predominante
de Comisionesde DerechosHumanos, que son actualmente 33 (31
en los estados, una en el Distrito Federaly la Comisión Nacional).
Como nos ocuparemos de estos organismos con posterioridad,infra no
hacemos en este momento el análisis de los mismos (véanse,
capítulo decimocuarto, árrafos 830. ss.),
248. B anis icciónconstituctonno amca 'Es aquella dirigida a la
protección Irecta e as disposicionesy principios constitucionales
que consa n as atri uciones y com s e os ISInosorganos
e
e gobierno, y en este sector po emos sena ar el
la. consdtucionalidad de las disposiciones legislativas, en especial
calificado como control abstracto de las propias normas generales,
el cual puede resolver las controversias entre los diversos órganos del
gobierno sobre el alcance sus facultades para realizar actos y, en par-
ticular, para expedir disposiciones legislativas,
249, Los instrumentos que conforman esta categoría surgieron
históricamente en los países federales, en virtud de que era necesario
resolver las controversiasjurídicas que pudieran surgir entre los poa
deres centrales y los locales sobre sus competencias establecidas por
la Constitución federal. Por ello no resulta extraño que el primer
documento fundamental que estableció el procedimiento para la de-
cisióñ de estos conflictos fue la Constitución Federal de los Estados
Unidos de 1797, en su artículo 30. inciso l, en cuanto atribuyó a la
Corte Suprema Federal el conocimiento de las controversias en que
participaraEstados Unidos y aquellas que surgieran entre dos o más
Estados, disposición que no tuvo una fácilaplicación,pues ocasionó
serios debates y variables tesis jurisprudenciales.- - — 40
250. Este tipo de confliqos de carácter vertical y territorial fueron
incorporados al conocimientdde los tribunales o cortes constituciona-

Evolutionand PresentFunction,vol. II, CountrySurverysvGreenwood Press, Westport, Conneci-


cui, 1983; GIL RENDÓN,Raymundo, El ombudsman ea el derechoconstitucional ccnnparado,México,
McGraw-Hill, 2002.
272C$, Respecto de los primeros casos el clásico libio de Joseph, C0Ütenta7ioabrevia-
do de la Constituciónfederal de los Estados Unidos de A711érica, México, Imprenta del Comeltio de
Dublán y Cia., 1879, pp. 490-502; SCHWA1(17., Bernard, Ins poderes del gobierno. Comentaños a la
Constituciónde los Estados Unidos, vol. 1., Poderesfederalesy estatales, trad. de Juan José Olloqui La-
bastida, México, UNAM, 1966, pp. 506-518; The Costitutionofthe United Sales offlinérica. Analyis
and InterfieealionjThe Congressional Researth
Service-Library of Congress, Washington, D. C.,
U. S. Government Printing Office,
1973, pp, 718-733.
110 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

les especializadosa partir de la creaciónde la Corte Constitucional


austriaca en la carta de 1920,y posteriormente se han ampliado para
comprender los llamados "conflictosde atribución", es decir, aquellos
que se producen entre los ólFñõs¯cTñSíiÑõñãraael Estado,o sea que
puede considerarse como una garantía jurídica del llamado principio
de la división.de poderes (véanse, supra, párrafos 29 y 30).273
251. Sin embargo, es preciso aclarar que la división puramente
conceptual entre las jurisdicciones orgánica y de la libertad no puede
aplicarse de manera estricta en el desarrollo de la praxis de los cita-
dos mecanismos, ya que podemos citar el ejemplo .significativodel
Consejo Constitucional ff.alic&como organismo directa-
mente para el examen de la constitucionalidadde la$diêposiciones
generales aprobadas por el órgano legislativojpero todavía no pro-
mulgadas (es decir, por conducto de un çgntr-Ql-ds-.-ca.ú.cte..t-p.tgy.e.L-
La), y gjgid2.s la protecciónde las normas constitucionalesque
fijan las atribuciones y competenciasde los órganos del poder, que
se ha destacado esencialmenteen la tutela de los derechos funda-
mentales.274
252. En resumen, el sector de la jurisdicción constitucional orgá-
nica está constituido or los medios rocesalespor conducto de los
en ocasiones,un
sector .lnorltano de le isladores, ueden im ugnar actosy disposi-
inv as com etenci ritoriales o atrifiãÕFae carácter ho-
1;i4Qnptals$aecldas ell lasâjvosiciones constitycionêlçs=Cuando
conflictose refiere a la dispósicioneslegislati-
vas,asumeun(car que la doctrina alemana califica
como es decir, que no surge en un proceso
a la
concreto y puede interponerse previamente o con posterioridad
promulgación o entrada en vigor de la ley impugnada, y la decisión
\175
respectiva asume efectos generales o erga omnzs.- de
2534 También en las Constituciones federales mexicanas con el
1824, 1857 y la 'vigente de 1917 se introdujeron, de acuerdodecisión se
ejemplo norteamericano, la jurisdicción orgánica, cuya
atribuyó en única instancia a usticia y los
conflictos respectivos se calificaron como "QQntLQg-e1S1as.-c.Q-nsnn1.CL0.:
Centro
constitucionales, Madrid,
273 Cfr. GÓMEZ MONTORO, Ángel Ji, El conflictoentre órganos

de Estudios Constitucionales, 1992,pp. 93-190. Constitutionriel,7a. ed.,


Louis y Lorc, Philip, Lesgrands décisionsdu Conseil
274CF. FAVOREU,
París, Sirey, 1993. humanos ante las
275Cfr. •FtX-ZAMUDlOiHécton La Protecciónjurídica procesal de los derechos
jurisdicciones nacionales, cit.,pp, 170-172.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL

mes", que se ampliaron de maneta considerableen la reforma.


constitucional y legal de 1995. No examinamos esta materia en esta
oportunidad, ya que haremos su análisis con posterioridad (véase,
cuando a
mera vista pudiera parecer extraño que un sector del erecho proce o
sal constitucional, ue es redo temente interno posea proyec-
ción en el ámbit exterior del ordenamiento Jurí ICOnacional, lo
cierto es que un examen más cuidadoso nos lleva al convencimiento
/ de que existen cada vez más relaciones, y por ello conflictos, entre la
aplicación de las disposiciones constitucionalcs y las que pertenecen
al campo transnacional, algunas dc las cuales forman parte directa,
por medio de mecanismosde incorporación, del orden jurídico in-
terno, y por ello deben considerarse"normas nacionales de fuente
J internacional".276Preferimos utilizar el término transnacional que es
más amplio que el de derecho internacional;en cuanto el primero
comprende no sólo a este último sino también al creciente derecho
de la integración, que estable¿enormas comunitarias que son inter-
medias entre el derecho internacional en sentido estricto y los orde-
namientos jurídicos nacionales.
255. Los problemas en esta materia son muy complejos y todavía
se encuentran sujetos a revisión debido a los constantes avances en
los campos de los derechos internacionaly comunitario, pero ara
efectos de estudio pueden separarse en dos sectores principales a los
4 relativosa las normas o principios generalmente reconocidos,yo
los Üatados y convenios propiamente dichos, entre los cuales tam-
bién figuran algunas declaraciones internacionales, que han adquirido
con el tiempo efectosjurídicos vinculantes.
256. a Los tratados o convenciones internacionales son los ri-
meros que se tomaron e cue en as cartas constitucionaes
su Incor- racion en el derecho interno, Así, podemos señalar que el
artícu o VI de la Constitución de los Estados Unidos de 1787 dispu-
so que los tratados internacionales celebrados de acuerdo con la
misma Constitución, o sea los ratificados por el presidente de la Re-
pública con aprobación del Senado Federal, integran conjuntamente
con misma Constitución y las leyes federales el derecho supremo
de la Unión. Al mismo tiempo se otorgó al Poder Judicial Federal la
facultad de conocer las controversias derivadas de los propios trata.
dos internacionales (artículo III) sección 2, inciso l). La jurisprudent

Cfr. CAPPELLETTE, Mauro, "Justicia constitucional transnacional", Lajusticia constitucv


(Estudiosde derechocomparado),trad. de Luis Dorantes Tamayo, México, 1977, pp. 215-242
112 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

cia de los citados tribunales otorgó a dichos tratados el carácter de


nonnas ordinarias federales y examinó en varias ocasionesla con-
formidad de las disposicionesinternas en relación con las normas
internacionales.-977
257, b) Por lo que se refiere al otro sector, es decir, a. las "reglas
de derecho internacional generalmente reconocidas", éstas se incor- por<
poraron de manera expresa en algunos ordenamientos constitucio- tudi
nales a partir de la primera posguerra. Podemos citar como ejemplo cori
el artículo 40. de la Constituciónalemana del ll de agosto de 1919, resl
en el cual se dispuso: "Las reglas de derecho internacional que sean con
generalmente reconocidas obligan como si formaran parte integran- fun
te del derecho alemán del Reich"278
258. La incorporación a los ordenamientos constitucionales inter- cip
nos de las reglas de derecho internacional generalmente reconocidas Lu
se ha incrementado en esta segunda posguerra y, con mayor vazón del
en las cartas fundamentales europeas, en virtud de la creación del
derecho comunitario. Desde este ángulo podemos citaralgunos pre- 20
ceptos importantes, como la parte relativadel artículo IO de la Cons- na
titución italiana de 1948, según la cual: "El ordenamiento jurídico
za
ítaliano se ajustará a las normas generalmente reconocidas del dere-
su
g cho internacional". Tiene mayór significaciónen esta materia el ar-
Q3tículo 25 de la ley fundamental de la República Federal de Alemania co
4 de 1949: "Las reglas generales del derechointernacionalforman parte del
derechofederal. Tienen preferencia sobre las leyes y hacen nacer direc-
tamente derechos y obligaciones para los habitantes del territorio de
ta
la Federación".A su vez, el artículo 80. la Constitución portuguesa
de 1976-1982 establece en su parte conducente; "Las normas y princi-
o pios del derechointernacional general o comúnfonnan parte integrante del
derechoPortugués"279(las cursivas son del autor),
259. También podemos señalar como ejemplo reciente y signifi-
cativo lo dispuesto por el artículo 15, fracción 4, de la Constitución
de la Federación Rusa de diciembre de 1993, el cual establece:
Los pñncipios normas del derechointernacional y los tratados internacio-
nales aprobados por la
Federación Rusa son parle de su sistema jurídico. En

277CF,
HF.Nk'lN',
Louis, ForeignAffairs and the United States Conslitulion,
York, Claredon Press, 2a. ed., Oxford-Nueva
1996, pp. 121-230,
978Cf. BÜ1•lt.ER,
Ottmar, La Constituciónalemanade ll de agosto
Armen 01,Barcelona, Aguilar, 1931, pp. de 1919, trad. José Rovira
139-150.
Cfr. LAPERGOLA, Antonio, Constitucióndel Estadoy normas
Cascajo Castro y Jorge Rodríguez-Zapata intemacionales, trad. José Luis
cionalisnoanteel derechointernacional, Pérez, México, UNAM, 1985; del mismo, El coastüu•
trad. de José Luis Cascajo Castro,
de Salamanca, 1987. Salamanca, Universidar
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 113
el caso de que dichos tratados internacionalesestablezcan normas
contrarias a las contenidas en las leyes, entonces se aplican las nor-
mas de los tratados internacionales 281)
(las cursivas son del autor).
260. Los preceptos mencionados anteriormente son importantes
porque significan la incorporación automática de las normas consue-
tudinarias del derecho internacional al ordenamiento interno, así
como las de los tratados internacionales aprobados por los órganos
respectivos, inclusive con jerarquía superior las leyes ordinarias,
como lo dispone expresamente el transcrito artículo 25 de la ley
fundamental de la RepúblicaFederal de Alemania. Además, a algu-
nos de los países a que nos hemos referido le son aplicables los prin-
cipios generales que la Corte de la Unión Europea, con sede en
Luxemburgo,ha establecido en su jurisprudencia.2BlPor otra parte,
debemos mencionar la Carta de los Derechos Fundamentales de la
Unión Europea, expedida en la ciudad de Niza el 7 de diciembre de
2000, que institucionalizóla citada jurisprudencia sobre los mencio-
nados principios generales,282
261, Algunos textos constitucionales se han destacado en el refor-
zamiento de la jurisdicción constitucional de la libertad en el ámbito
.supranacional,por la incorporación de las normas internacionales y
comunitarias en el campo de los derechos humanos, Al respecto,
podemos señalar el artículo 16 de la Constitución portuguesa de
1976-1982,que estableceen su parte conducente: 2. Los pre-
ceptos constitucionales y legales relativos a los derechos fundamen-
tales deben ser interpretados en armonía con la Declaración Univer-
sal de los Derechos del Hombre".283A su vez, el artículo IO, inciso 2, de
la carta española de 1978, dispone de manera similar: "Las normas
relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Consti-
I tuciónreconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración
Universal de los Derechos Humanos y los tratados y acuerdos inter-
nacionalessobre la misma materia ratificados por Espana .984

280CF. VANDER
BERG)
Ger R, "Human Rights in the Legislation and in the Draft Constitu-
tion of the Russian Federationen Review of
Central ana East EunPean Law, núm. 3, 1992, pp.
197-251; Becerra Ramírez, Manuel, La ConslÜuciÓnncsa de 1993, cit., p. 31,
281C$. DUBOIS,Louis, "El papel del Triburlal de Justicia de las Comunidades Europeas.
Objeto y ámbito de protección", en FAVOREU,
Louis (ed.), Tñbunales constitucionaleseuropeosy dere-
choshumanos,trad. de Luis Aguiar de Luque
y María Gracia Rubio de Casas, Madrid, Centro de
Estudios Políticos y Constitucionales, 1984, pp.
563-597.
2 CF. FREiXF.s,Teresa y REMOITI,José Carlos, El futuro
de Europa. Constitucióny dergchos
fin.damentales,Wencia, España, 2002.
283Cfr. MIRANDA,Jorge, Manual dederechoconstitucional,cit., t. II, pp. 420-424.
284Cfr, FERNÁNDEZSEGADO,Francisco,
1992, pp. 240-339;
El sistema constitucional español, Madrid, Dykinson,
TORRES DEL MORAL t Antonio,
Madrid,Átomo Ediciones, hincipios de derecho constitucional españolt 2a. ed,
1988, l. l, pp. 231-234.
114 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO
ll

262. Esta internacionalización de las Constituciones contemporá-


neas también se advierte en los ordenamientos fundamentaleslati-
noamericanos, por lo que describiremosbrevemente esta tendencia.
Podemos señalar como ejemplos importantes: a) En primer lugar, el
artículo 46 de la Constituciónguatemaltecade 1985,en el cual se
preceptúa: "Preaninencia del derechointernacional.Se establece el prin-
cipio general de que en materia de derechos humanos, los tratados
y convenciones aceptados y ratificados por Guatemala tienen preemi-
nencia sobre el derecho interno". b) A su vez, el artículo 70., primer
párrafo, de la Constitución de Costa Rica de 1949 dispone: "Los
tratados públicos, las convenciones internacionales y los concordados
debidamente aprobados por la Asamblea Legislativa tendrán desde
su promulgación o desde el día que ellos designen, autoridadsuperior
a las leyes"(las cursivas son del autor).
263. c) En la carta fundamental de Colombia de 1991 se estable-
ces en el artículo 93, cl siguiente precepto, cuya parte final se inspira
en el principio establecido por los artículos.16 y IO de las Constitu-
ciones de Portugal y España, respectivamente, mencionados anterior-
mente (véase, supra, párrafo 261):
Los tratados y convenios internacionales ratificadospor el Congreso,
quÕñ?6ñEéÑlõõdêFãÕhÜmanos rohíben su limitación en los
estados de exce ción Prevalecen en el derechointerno. Ixos derechosA) e-
eres consagra os en esta Carta, se interpretarán de conformidad Conlos tra-
tados internacionalesratificadospor Colombia(las cursivas son del autor).

264. d) La situación de predominio es todavía más evidente cuan-


do se reconoce de manera expresa la jerarquía constitucional de los
tratados internacionales de los derechos humanos, como ocurre en
el artículo 75, inciso 22, de la Constitución argentina reformada el
22 de agosto de 1994. En la primera parte de dicho precepto (que
es bastante extenso y se refiere a las facultades legislativasdel Con-
greso Nacional) se dispone, en principio, la naturaleza superior de
los tratados internacionales y de los concordatns, pero rango
constitucional a algunos instrumentos sobre derechos humanos, al
señalar de manera precisa:
(...) en las condiciones de su vigencia tienen jercnquíacnstüucional, no
derogan artículo alguno de la Primera Parte de esta Constitución
(que se refiere a los derechos fundamentales),y deben entenderse
complementariosde los derechos y garantías por ella reconocidos.
Sólo podrán ser denunciados,en su por el Poder Ejecutivo,
previa aprobación de dos terceras partes de los miembros de las Cá-
maras, Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos
DERECHO PROCESALCONSTITUCIONAL 115

(no mencionados expresamente en dicho artículo), luego de ser apro-


bados por el Congresorequerirán del voto de las dos terceras partes
de la totalidad de los miembros de cada Cámara para poder gozar de
la jerarquía constitucional (las cursivas son del autor). 285
265. e) El artículo 105 de la Constitución Peruana de 1979 esta-
blecía de manera expresa: "Los preceptos contenidos en los tratados
relativos a los derechos humanos, tienen jerarquía constitucional. No
pueden ser modificadossino por el procedimiento que rige para .la
reforma de la Constitución"286Sin embargo, en la nueva carta fun-
damental de 1993 se suprimió dicho precepto. En su lugar se intro-
dujo la disposición final cuarta, la cual establece que las normas re-
lativas a los demchos y a las libertades que la Constitución reconoce
se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de los
Derechos Humanos y con los tratados y acuerdos int.e.rnacionalesso-
bre las mismas materias ratificadospor cl Perú, precepto que lacun-
bién se inspira en los mencionados artículos 16 y 10 de las cartas
portuguesa y española (véase,supra, párrafo 261) 287
4 266. f). En esta dirección también debemos destacar la parte re-
lativa del artículo 50. de la Constituciónchilena de 1980, tal como
fue reformado por el plebiscito del 30 de julio de 1989:
El ejercido de la soberanía reconocecomo limitación el respeto de los dere-
chosesencialesque emanande la naturalezahumana. Es deber de los órga-
nos del Esãdo respetar y promover talesderechos garantizados por
esta Constitución: así comoen los tratados internacionales ratificadospor
Chiley que encuentran vigentes(las cursivas son del autor). 288
267, g) Se advierte la propensión de conferir rango constitucional
a los tratados internacionalesde derechos humanos, en el artículo
285
Los inst:umentos internacionalesenumerados expresamente por
la Constitución argentina son hs siguientes: la Declaración el citado precepto de
del Hombre;la Declaración Cniversal de los Americana de Derechos y Deberes
Derechos Humanos; la Convención Americana
sobreDerechos el Pacto Internacional
turales;el Pacto Internacional sobre Derechos sobre Derechos Sociales, Económicos y Cul-
Convenciónsobre la ProteccMny Sanción
Civilesy Políticosy su Protocolo Facultativo;la
del Delito de Genocidio; la Convención Internacional
sobre la Eliminación de Ú)daslas
formas de Discriminación Racial; la Convención sobre la Elimi-
nación de de todas las foanas de
y otros Tratos o Penas Crueles, Discriminación contra la Mujer, la Convención sobre la Tortura
del Niño. CF. BIDART Inhumanos o Degradantes, y la Convención sobre los Derechos
CAMPOS, Germán J., Manual de la Constituciónrefonnada, Buenos Aires, Ediar,
1997, t. 1, pp. 9u67.
286Cfr.
García Sayán, D/.ego,"Constitución
añosdespués,Lima, política y política exterior", La Consti!ucióndiez
Constituc±ór, y Sociedad-Fundación Friedrich Naumann, 1989,
CIURLIZZA, pp. 205-221.
Javiert "La inserción y jerarquía de los tratados en
retrocesos y confictos", la Constitución de 1993;
de Juristas-Konrad La Constitución de 1993. Análisis y comentario, II, Lima,
Comisión Andina
Adenauer Stiftung, 1995, pp. 65-83.
8 Cfr. BLANC REINAD,Neville el al., La Constitución
ca, 1990, t.
I, pp. chilena, Valparaíso, Universidad Católi-
36-40.
116 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

142 de la Constitución de Paraguay de 1992, en el cual se establece:


"Los tratados internacionales relativos a los derechos humanos no
por los procedimientos que rigen para
podrán ser denunciados sino
la enmienda de la Constitución". A nuestro modo de ver, lo anterior
equivale a disponer de manera implícita que dichos tratados poseen
un rango similar al de las normas fundamentales, lo que en cierta
el artículo 105 de la Constitu-
manera se asemeja a lo que disponíapárrafo 265), y establece actual-
ción peruana de 1979 (véase, supra, carta argentina reformada en
mente el artículo 75, inciso 22, de la
1994 (véase, supra, párrafo 264),
268. h) También debe destacarse lo dispuesto por el artículo 50.,
parágrafo LXXVII, inciso 20., de la Constitución brasileña de octu-
bre de 1988, de acuerdo con el cual: "Los derechos y garantías ex-
presados en esta Constitución no excluyen otros derivados del
régimen y de los principios por ella adoptados, o de los tratadosinter-
(las cursivas son del
nacionales en que sea parte la República del Brasil
que los derechos
autor). Lo anterior significa,en nuestro concepto,
manera implícita,
consagrados en dichos tratados forman parte, de
expresamente por dicha
de los de carácter fundamental, consagrados
ley suprema, cuando los primeros amplíen y complementen a los
segundos.
269. i) La carta fundamental de Venezuela de 1999 siguió el
ejemplo de las Constituciones de Perú de 1979 y de la reforma cons-
de manera
titucionalargentina de agosto de 1994, pues reconoció
derechos hu-
expresa lajerarquía constitucional de los tratados sobre
manos en su artículo 23, el cual preceptúa:
Los tratados, pactos y convencionesrelativos a derechos humanos,
suscritos y ratificados por Venezuela, tienen jerarquía constitucional
y prevalecenen el orden interno, en la medida en que contengan
normas sobre su goce y ejercicio más favorables a las establecidas
por esta Constitucióny la ley de la República,y son de aplicación
inmediata y directa por los tribunales y demás órganos del Poder
Público."89

270, Las nuevas Constituciones de Bolivia y de Ecuador, promul-


gadas y publicadas en 2008, contienen algunas reglas sobre los trata-
dos internacionales que no aparecían en sus cartas fundamentales
anteriores. Por lo que respecta a Bolivia, dicha carta fundamental
dispone en su artículo 410, fracción II, que la Constitución es la nor-
280Cfr, BREWER-CARíAS,
Alan R., La Constituciónde 1999, Comentada, Caracas, Ed. Arte, 2000,
p. 161. Este autor considera que el citado precepto transcrito debe considerarse como una de las
gnndes innovacionesde esa carta fundamental,
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
117

ma suprema del ordenamiento jurídico boliviano y goza de primacía


frente a cualquier otra disposición normativa, pero agrega que el
"bloque de constitucionalidad está integrado por los tratados y con-
venios internacionales en materia de derechos humanos y las normas
de derecho comunitario, ratificados por el país". La aplicación de las
normasjurídicas se debe regir por la jerarquía señaladapor dicha
carta fundamental, de acuerdo a las competenciasde las entidades
territoriales: l. La Constitución Política del Estado. 2, Los tratados
internacionales. 3, Las leyes nacionales. Los estatutos autonómicos,
las cartas orgánicas y el resto de la legislación departamental, muni-
cipal e indígena. 4. Los decretos, reglamentos y demás soluciones
emanadas de los órganos ejecutivoscorrespondientes.
271. A su vez, la muy reciente Constitución de Ecuador dedica
todo un capítulo, el segundo de su título VIII, relativo a las relaciones
internacionales, a "tratados e instrumentos internacionales". En el
artículo 417 se dispone que los tratados internacionales ratificados
por el Ecuador se sujetarán a lo establecido en la Constitución, pero
en el caso de los tratadosinternacionales otrosinstrumentos
internacio-
nales de derechos humanos se aplicarán los principios pro ser humano, de no
restricción de derechos, aplicabilidad directa y de cláusula abierta establecida
en la Constitución,lo que implica, en mi concepto, reconocer el nivel
constitucional de los citados instrumentos y convenciones sobre de-
rechoshumanos.
272. Como puede observarse,en la mayoría de los ordenamien-
tos constitucionales latinoamericanos se advierte una tendencia cada
vez más acentuada para otorgar a los tratados internacionales en
general una jerarquía superior a las normas ordinarias, y específicamen-
teaquellos que consagran derechos humanos una categoría equivalente
a las disposiciones constitucionales (ya sea de manera expresa o implí-
cita),o al menos inmediatamente inferiora la de las normas funda-
290
men tales.

273. En el ordenamiento constitucionalmexicano no se ha inicia-


do todavía un desarrollo similar, puesto que se había impuesto en la
jurisprudencia y en la doctrina tradicionales el criterio inspirado en
lite-
el artículo VI de la Constitución de los Estados Unidos, que casi
internacionales,especial-
Sobre esta tendencia a la jerarquía superior de los tratados entre otms, FIX-ZAMU-
mente, los que consagran derechos fundamentales, pueden consultarse,
en las Constituciones Latinoa-
DIO,Héctor, "El derecho internacional de los derechos humanos Modem World
Humanos", The
mericanas y en la Corte Interamericana de los Derechos Thomas Buergen-
mundo moderno de los derechos humanos, Essays in Honor, Ensayos en honor,
Rights. El pp. 159-207;
de Derechos Humanos, 1996,
thai, San José, Cokta Rica, Instituto Interamericano a derechoshumanos y sus
de los tratados relativos
AYALA CORA(), Carlos M., In jerarquía constitucional
México, Fundap, 2003,
consecuencias,
118 'HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

ralmente se había consagrado en los artículos 126 y 133, respectiva-


mente, de las cartas federales de 1857y la vigente de 1917, de que
una vez aprobados los tratados internacionales por el Senado Federal
adquirían la naturaleza de leyes federales,201
274. Sin embargo, en fecha reciente la Suprema Corte de Justicia
modificó dicha interpretación tradicional sobre la equiparación de
los tratados a las leyes federales y cstableció una nueva tesis, en el
sentido de que "los tratados internaciones se ubican jerárquicamente
por encima de las leyes federales y en un segundo plano respecto de
la Constitución Federal", Este nuevo criterio significa una aprecia-
ción más actual del artículo 133 constitucional, que se apoya esen-
cialmente, entre OtTOS argumentos, en el de que los compromisos
intemacionales son asumidos por el Estado mexicano en su conjunto
y comprometen a todas las autoridades frente a la comunidad inter-
nacional, y por lo tanto en esa materia no existe limitación de com-
petencias entre la Federación y las entidades federativas (véanse,su-
pras párrafos 254 y
275. Una interpretación progresiva, en particular en el campo
del derecho internacional de los derechos humanos,293puede con-
ducir, aun sin modificar dicho precepto fundamental de la carta
federal mexicana, hacia la incorporación de los derechos consagra-
dos por los tratados internacionales ratificados por nuestro país
(que han sido numerosos en los últimos años), en los términos del
citado artículo 133 constitucional, como parte¯fiÉÑñÕd71F
derechos fundamentales,
cuando no los limiten o contradigan, sino por el contrario, los com-
plementen y desarrollen. En tales condicionesy en nuestro concep-
tos si derechos de fuente internacional pero incorporados a nuestro
ordenamiento interno, cuando impliquen condiciones más favora-
291Cfr. CARPIZO, Jorge, "La interpretación del artículo 133 constitucional", Estudiosde dere-
cho constitucional, 8a. ed., México, Porrúa-UNAM, 2003, pp. 22-24', FIX-ZAMUDIO, Héctor y VALF.N-
CIACARMONA, Salvador, Derecho constitucional tnexicano comparado, cit., pp. 70-79.
202Este criterio jurisprudencial se estableció por unanimidad de diez votos al resolver el
Tribunal en Pleno el I I de mayo de 1999, el amparo en revisión 1475/98,promovido por el Sin-
dicato Nacional de Controladores de liánsito AéiE0, tesis LXXVII/99,publicada en el Infomte
de 1-nboresde la SupremaCorte de usticia, 1999, pp. 841-843. Pueden consultarse los profundos
cómentarios sobre esta tesis por os juristas mexicanos BECERRARAMÍREZ,Manuel, CARPIZO, Jorge,
Sergio, en Cuestiones Constitucionales. Revista Mexicana de Derecho
CORZO,Edgar y LÓPEZ*AYLLÓN,
Constitucional,núm. 3, julio-diciembre de 2000, pp, 169-208. Existe otra tesis aislada de la Su-
prema Corte en el mismo sentido, al resolver el amparo en I&visión120/2002,tesis p, 1X-2007,
S.emanarioJudicial de la Federación, abril de 2007,
293Una corriente doctrinal cada vez más vigomsa sostiene, a nuestro modo de ver certe-
ramente, que dicho derecho internacional de los humanos debe interpretarse,desa-
rrollarse y aplicarse de manera .Pedro, La Proteccióninternacionalde los
Cfr. NtKKEN,
derechos.humanos. Su desarrollo Progresivo, cit.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 119

a- bles para los gobernados respecto de los establecidos en nuestra carta


le federal, "deben considerarseal mismo nivel jerárquico de los precep-
al
tos de la Constitución mexicana que establecen los propios derechos
fundamentales"
a
e to PROCESAL
DF.RECI
V DEREC,IIO CONSTITUCIONAL PROCESAL

276. En párrafos anteriores intentamos establecer un concepto de


la disciplinaque se ha calificadocomo derecho procesal constitucio-
nal, así como las diversasopiniones que existen sobre su delimitación
y contenido (véase,supra, párrafo 204). En esta última parte de este
capítulo haremos el ensayo de señalar las relaciones y diferencias con
otra rarna juúclica que hemos denominado "derecho constitucional
procesal", esta vez como un sector del derecho constitucional gene-
ral: pero estrechamente vinculada también con la ciencia del derecho
pocesale Por ello nos hemos referido a ambas disciplinas como de
"frontera y de confluencia".295Sin embargo, algunos distinguidos ju-
ristas no están de acuerdo con esta dualidad.
277. En un primer sentido, y lo habíamos señalado ya anterior-
Osvaldo Alfredo Gozaíni considera que el derecho procesal
constitucionaltiene un sentido amplio, y por ello abarca todas las
instituciones procesales consagradas en los ordenamientos constitu-
cionales (véase, supra, párrafo 203), de manera que además de las
instituciones de jurisdicción constitucional también comprende las que
calificacomo "garantías constitucionales en el proceso", ya que en-
tiende que: el proceso jurisdiccional tiene suprema importancia
para el Derecho Procesal Constitucional. Desde este punto de vista
hasta podría considerarse que es la única garantía (...) 996y así com-
prende dentro de esta disciplina los lineamientos generales de la
acción procesal, del debido proceso, tanto procesal como sustancial,
y de manera específica el debido proceso penal. 297
278. Desde una perspectiva diferente, Domingo García Belaunde
sostiene,en esencia, que el hecho de que tras esta nueva nomenclatu-

C$, Héctor, "Ochenta años de evolución constitucional del juicio de ampa-


ro mexicano", Ochentaaños de vida constitucionalen México,México, Cámara de Diputados,
Legislatura, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1998, pp. '121 y 422, reimpreso en
Ensayossabre el derecho de amparo, cit., pp, 783 y 784.
295
C$. FI,X-ZAMUDIO,Héctor, "Reflexiones sobre el constitucional procesal mexica-
no":Justicia constitucional,cmbudsmany devechoshumanos,ga, ed., México, Comisión Nacional de
los Derechos Humanos, 2001, pp, 358 y 359.
'206Derecho
prccesal constitucional,Amparo. Doctrina y jurisprudencia, cit.,p. 106.
2117
op. cit.,
pp. 107-231.
120 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

ra (derecho constitucionalprocesal) se dé una realidad, que nos sea,


útil por razones de estudio, y que tenga cierto predicamento,no sig-
nifica que sea necesaria, Agrega que, más que un juego de palabras,
dicha calificaciónestá relacionada con un crecimiento innecesariode
disciplinasjurídicas sin beneficio de rigor, que puede equipararse a
otros cursos conlo Introducción al estudio del derecho, Crirninología,
o Derecho económico, los que no ticncn sustancia propia sino que sólo
son útiles convencionahnente como uniclades académicas para el estu-
dio, pero sin alcanzar configuración autónoma, y por ello concluyeque
si bien estas disciplinas son útiles para fines docentes y curriculares,
pueden eliminarse si se pretende mantener una sistemáticacoherente
en la clasificaciónde las áreas jurídicas, por lo que aquello que se pre-
tende como contenido del derecho constitucionalprocesalpuede ser
distribuido en dos sectores, es decir, los aspectos netamente procesales
pueden ir al derecho procesal constitucional, y los constitucionales,en
sentido estricto, deben desarrollarse en el derecho constitucional.2Çà
279. Son muy atendibles los puntos de vista de estos dos distin-
guidosjuristas, uno argentino y el otro peruano, pero debe tomarse
en cuenta que toda divisióny clasificaciónen el enorme campo del
derecho sólo tiene por objeto estudiar con mayor profundidad ciertos
temas, que debido a la extensión del ordenamientojurídico y de al-
gunos de sus sectores no pueden ser analizados con la debida preci-
Sión si sólo los apreciamos desde un punto de vista genérico, pero las
divisionesy clasificaciones no pueden ser consideradas como depar-
tamentos estancos, ni la llamada autonomía de las distintas disciplinas
se encuentra rigurosamente delimitada, de tal manera que pudiera
equipararse como una especie de soberanía, que impide una relación
y compenetración permanente con las demás, especialmente en estas
dos áreas que son bastante recientes y muy estrechamente vinculadas.
Lo único que hemos pretendido con esta denominación es hacer más
sencilla la comprensión de instituciones muy complejas, pero de nin-
guna manera incrementar innecesariamente las ramas jurídicas.
280, Se afirma que son dos enfoques distintos, en virtud de que
el derecho procesal constitucional tiene como contenido los organis-
mos, instrumentos y procedimientos establecidos para la resolución
de los conflictos de carácter constitucional, y por ello hemos sostenido
que es una rama del derecho procesal general, y por su parte el de-
recho constitucional procesal examina las diversas categorías procesa-
les que se han incorporado, cada vez con mayor detalle a las Consti-

298.
GARCÍA
BELAÚNDE,
Domingo, "Derecho prx)cesalconstitucional y su aproximación al
tema", op. cit.,pp, 45-55.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
121
tuciones contemporáneas,pero que se aplican a la decisión de las
controversias de todas las materias y no exclusivamente las de carácter
fundamental, y como ejemplo podemos afirmar que a la primera dis-
ciplina pertenece el examen de la jurisdicción constitucional,y a la
segunda la jurisdicción en general, y lo mismo ocurre con el derecho
de acción, los procedimientos y los organismos jurisdiccionales, que
algunos autores calificancomo magistratura o judicatura.
281. Lo que es indudable es el crecimiento de lo que se ha califi-
cado como "constitucionalizacióndel ordenamiento jurídico", el que
puede examinarse desde distintas perspectivas,2M) pero que para los
efectos de estas reflexiones se analiza en cuanto a la incorporación a
los ordenamientos constitucionales contemporáneas de numerosas
institucionesjurídicas que se consideran de gran importancia, y por
ello deben consagrarse, al menos en sus lineamientos esenciales, en
las normas fundamentales, lo que ha determinado la gran extensión
y complejidad de los textos constitucionales, que en muchas ocasiones
asumen un carácter reglamentario,300
282. Lo anterior resulta evidente respecto de las instituciones de
carácter procesal, que si bien se han consagrado de manera escueta en
las primeras Constituciones escritas,su trascendencia ha aumentado
progresivamente, y en las cartas contemporáneas los aspectos esencia-
les del derecho procesal asumen una considerable extensión, que se ha
ampliado también a los instrumentos internacionales.Así como seña-
lamos en su oportunidad, el estudio de la ciencia de frontera del de-
recho procesal constitucional fue iniciado en sus lineamientos teóricos
por el pensamiento de Hans Kelsen (véase, supra, párrafo 190), el
análisis sistemático del derecho constitucional procesal, si bien tiene
antecedentes en las reflexiones de notables procesalistas como Frances-
co Carnelutti y Piero Calamandrei, puede considerarse que inició su
sistematizaciónpor conducto de los comentarios doctrinales del ilustre
procesalistauruguayo Eduardo J, Couture, quien señaló que los ele-
mentos fundamentales del derecho procesal se encuentran en los tex-
tos constitucionales,y posteriormente se han incorporado a los instm-
mentosinternacionales de derechos humanos. En este último sentido
también se podría hablar de "derecho internacional procesal".301
299C$. la complejidad del citado
rista italiano GUASTINI,Riccardo, fenómeno que examina con profundidad el conocido ju.
"La «constitucionalización»del ordenamiento jurfdico: el caso
italiano", en CARBONELL, Miguel (ed.), Neoconslilucionalismo,
México, UNAM-Editorial Tlntta,
Cfr. SAXI'ORI,
Giovanni, Ingeniería constitucional, México, Fondo de Cultura Económica,
1994.
soj „
Las garantías
constitucionales en el ptx)ceso civil", Estudios de
HugoAlsina,Buenos Aires, derechoprocesal en honor de
Ediar, 1946, pp. 153-213; LIEBAN, Enrico Tullio, "Dirilto, costituzionc
122 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

283. Debido a la gran extensión que ha asumido el derecho


constitucional de nuestra época, su examen se ha divididoen vas
rios sectores, que no pueden considerarse independientes y aisla-
dos, sino como partes del derecho constitucional general. Podemos
citar como ejemplos los aspectos relativos al derecho constitucional
de los derechos humanos y al derecho constitucional económico,
entre otros. Por lo que respecta a lo que hemos denominado dere-
cho constitucional procesal, que requiere la colaboracióny labor
conjunta de constitucionalistas y procesalistas, lo examinamoscon
un enfoque que puede considerarse provisional, ya que no se han
desarrollado de manera suficiente los estudios sobre el contenido
de esta disciplina, aun cuando su nombre se utiliza cada vez con
más frecuencia como un instrumento útil para el estudio especia-
lizado de las instituciones procesales incorporadas a los textos fun-
damentales.S02

VI. CONTENIDO DEL DERECHO CONSTITUCIONAL PROCESAL

284. Con esta advertencia y apoyándose en la famosa trilogía


estructural del derecho procesal a que hemos hecho referencia con
anterioridad (véase, supra, párrafo 207), se pueden señalar tres as-
pectos esenciales como contenido del sector del derecho constitucio-
nal que pretendemos analizar: a) jurisdicción; b) garantías judiciales;
c) garantías de las partes. A este respecto resulta adecuado citar las
reflexiones del procesalista español Rafael Hinojosa Segovia, en
cuanto señala que: "(000) la trilogía estructural del derecho procesal
—jurisdicción, acción y proceso— no sólo debe ser atendida para la
consideración científica del Derecho procesal, sino que demuestra su
utilidad también para perfilar el contenido y favorecer la sistemati-
zación del denominado DerechoconstitucionalProcesal .S03

e processo civile", Rivista di DirittoProcessuale,Padova, 1952, pp. 327-332, trad. castellana "De-
recho constitucional y proceso civil", Revistade Dencho,JuñPntdencia Adróútraci6n, Montevi-
deo, junio-julio de 1953,pp. 121-124,estudio que comenta las ideas de Couture. FIX-ZAMUDIO,
Héctor,"El pensamiento de EduardoJ. Couture y el derecho constitucional ptvcesal", Boletín
Mexicanode DerechoComparado,núm. 30,
septiembrvdiciembl& de 1977, pp, 315-348, Rprodu-
cido en la Revista de la Facultad de Derechoy
Ciencias Sociales, Estudios en honor de Eduardo J. Couture,
Montevideo,enero-junio de 1980, t, I, pp, 51-68.
302En este sentido lo entiende también el conocidojurista ü)lombiano REYCAWOR,
Ernes-
to, Derechoprocesal constitucional, derecho
constitucional ptvcesal, deyechos humanos Pncesales, cit., y
"Principio de legalidad y derechos humanos.
Análisis desde la perspectiva del derecho constitu-
cional rocesal", Instrumentosde tutela
'justicia constitucional,cit.*especialmente pp. 530-532.
"La Constitución Española. Veinticinco años después.
sal", Revista Iberoamericanade Su influencia en el derecho proce-
DeiechoProcesal,año ll, núm. E, Buenos Aires, Instituto Iberoameri-
cano de Derecho Procesal-Rubinzal
Culzoni Editores, 2003, pp. 137-162, especialmente p. 138.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 123
2&5.A. Jurisdicción, Afirmó el destacado procesalista español
to Alcalá-Zamoray Castilloque debido a su situación de Nice-
isla- no se sabe con precisión su encuadramiento, ya sea en laconfluencia,
ciencia del
nos derecho procesalo en la clel detccho constitucional,en virtud de que
»nal esta institucióndebe ser atlêlizacladesde los dos ángulos y perspectivas,
ico, por lo que estimó que para cl constitucionalistala jurisdicción es una
de las tres funciones de Estado, y para cl procesalista cs una actividad
Sor
del Estadoque se imparte por medio del proceso. El mismo tratadista
español señaló con agudeza que los constitucionalistashan analizado
jurisdicción desde el punto de vista "estático", es decir, corno una la
san nación o atributo de la soberanía del Estado, mientras que el ema-
do pmcesal la examina desde el ángulo "dinámico", si se [orna enenfoque
on la cort?lación de la propia jurisdicción con el proceso.304 atenta
286. Sólo para mntar con un punto de apoyo por conducto
n- una noción aproximada, se puede sostener que la jurisdicción de
función pública que tiene por objeto resolver las controversias es la
plantean entre dos partes o intereses contrapuestos, y que que se
dichos conflictosde manera imperativa y desde una posición decide
a cial, que corresponde al juzgador. Este es el aspecto externo impar-
de la jurisdicción, puesto que dicha actividad pública se ha o formal
mado de manera paulatina, de un procedimientomecánicotransfor- de apli-
cación de normas legislativas,como lo pretendía la doctrina de la
exégesis,en una actividad de creaciónjurídica que otorga contenido
a las propias normas legislativaspor medio de su interpretación
integración
e
en los casos concretos de que conocen los
tribunales,y
de esta manera adaptan de manera conStante
y dinámica los propios
principios normativas a los cambios cada vez más acelerados de las
sociedades contemporáneas. Además, cuando losjueces deben resolver
los derivados de la aplicación de las disposiciones,princi-
pios y valores establecidos en las cartas
fundamentales, su función,
además de dinámica, es de carácter político en sentido técnico, ya
que participan en las decisiones de los otros órganos del poder, como
es el caso específico de la jurisdicción constitucional.305
287. B. Garantías judiciales. Por ellas debemos entender el con-
junto de instrumentos establecidos en las normas constitucionales,
con el objeto de lograr la independencia y la imparcialidad de los

l&tivas al concepto de jurisdicción", Estudios de teoña general e histona del pnceso, cit.,
t. l, pp. 29-60; M0MlER()ARoctvJuan,
Inboducción al derechopocesal, Tecnos, Madrid, 1976, pp. 115-
112; del mismo, "Del derecho procesal
al derecho jurisdiccional", Revista Uruguaya de DerechoBoce-
sal, l, 1984, pp. 19-47; RIGANO, Francesco, Coslituzioneepotere giudiziatio, Padova, Cedam, 1982.
305CF. Héctor y Cossío DIAZ,José Ramón, El Pocler]udicialen el ordenanlienlo
judicial, México, Fondo de Cultura
Económica, 2003, pp. 30 y 31.
124 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

órganos jurisdiccionales, y que poseen además un doble enfoque,


pues al misino tiempo que se utilizan para fortalecer las actividades
de los miembros de la judicatura, también favorecen la situación de
los justiciables, ya que la función jurisdiccional se ha establecido en
beneficio de estos últinnos. Estos mecanismos tienen una gran tras-
cendencia y por ello no únicamcntc se han incorporado a las normas
fundamentales internas sino que también se han consagrado en los
instruinentos internacionales de los derechos humanos, y en este sen-
tido podemos invocar lo establecido por los artículos 14, primer pá-
rrafo del Pacto de las Naciones Unidas sobre Derechos Civilesy Po-
líticosdel 15 de diciembre de 1966; 80. de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, suscritaen la ciudad de San José, Costa
Rica el 22 de noviembre de 1969; el 60. del Convenio Europeo para
la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamen-
tales, firmado en Roma en noviembre de 1950, así como el artículo 47
de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea,
precepto que lleva como epígrafe: "Derecho a la tutela judicial efec-
tiva y a un juez imparcial". En todos estos preceptos se establece, en
esencia,el derecho fundamental de todo gobernado de ser escuchado
públicamente con las debidas garantías ante un tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido por la ley, en la substanciación
de cualquier acusaciónde carácter penal o para la determinación de
sus derechos y obligaciones.$06
288. Entre dichas garantías judiciales de carácter institucional po-
demos señalar varios instrumentos que se aplican a los miembros de
la judicatura, relativos a: a) procedimientos de formación, selección
y nombramiento; b) estabilidad; c) remuneración; d) responsabilidad, y
d) autoridad de los juzgadores. Y07 Ese conjunto de prerrogativas son
indispensablespara lograr la independencia de los jueces. 308 I

Cfr, A, H,,
ción Anericana y Convención"Pactos y Protocolo Opcional de las Naciones Unidas, Conven-
Pulección intencacional de los
Europea sobre Deirchos Humanos. Estudio comparativo",
doechos del hombre. Balance
150-157; Peueclivas, México, UNAM, 1983, pp,
Héctor,"Eficaciade los instrumentos
nos", Anuario Mexicanode
Derecho
ptotectores de los derechos huma-
Cfr, AI.MAC,RO Internacional, México, UNAM, vol. II, 2002,
Nosetc, José, Constitucióny pp. I I -50,
Veásela /nvceso, Batrelona, Bosch, 1984, pp. 80-86.
DeclaraciónUniversalsobre la
Montreal)1985,de las Naciones Independencia de la Justicia (Declaración de
ción de los jueces), Unidas, que injplica también la
preceptos 2.01-216. formación, selección y forma-
instrumentos básicos,realizada por Reed En independencia de jueces , abogados, Recopilación
de
de Jueces y Abogados BJX)0dy,Ginebra, Suiza, Centro para la
de la Comisión Internacional Independencia
al derecho mexicano de Juristas, pp, 34-41; por lo
cfr. Héctor, que respecta
¿Hacia dónde refonnajudicial en México. ¿De dónde viene?
Ref0ñnaJudicia1. Revista
TribunalesSuperiores Mexicana deJusticia, México,
de Justicia de los Estados Comisión Nacional de
gacionesJurídicas, núln. 2, Unidos Mexicanos-UNAM,
julio-diciembr-ede 2003, Instituto de Investi-
pp, 280-292,
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 125

289. a) Formación, selección y nombramiento de los jueces. De


manera paulatina se han perfeccionado los procedimientos para
lograr que la designación de los jueces y magistrados recaiga en los
profesionistasjurídicos más idóneos para desempeñar funciones
que implican la creación de normas jurídicas, por conducto de la
interpretación e integración dcl ordenamiento jurídico hasta el ni-
vel constitucional, e inclusive el desempeño de funciones políticas
de carácter técnico (véase, supra, párrafo 245), Para llegar a esa fl-
nalidad se han establecidoen varios ordenamientos contemporá-
neos sistemas de preparación específica de los aspirantes a ingresar
a la judicatura, y también para actualizar los conocimientos de los
que ya forman parte de ella. De los diversos sistemas destacan en
la actualidad las llamadas "escuelasjudiciales", las primeras de las
cuales se establecieron en España (1944), Japón (1947), Francia
(1958)y posteriormente se han extendido a otros países, inclusive
de Latinoamérica, como se ha dicho anteriormente, 309En todo caso
predomina el requerimiento de estudios especializadospara la for-
mación de los aspirantes a las funcionesjudiciales, si bien existen
ordenamientoscomo el de Inglaterra, en el que los jueces son se-
leccionados entre los abogados de mayor prestigio, sin requerir una
formación especial,
290. Por lo que se refiere a la selección,son muy variables los
procedimientos, pero generalmente están vinculados con los sistemas
de designación, si bien en algunos regímenes jurídicos corresponde
a comisiones especializadas proponer a los candidatos, después de
analizar sus antecedentes y conocimientos.
291. En forma muy sintéticase puede afirmar que existen dos
sistemas para designar a los juzgadores: nombramiento (Appo-
I intment)y elección (Election),respecto de los cuales se están impo-
niendo procedimientos mixtos. En términos generales, a partir del
siglo XIX predominó en los Estados Unidos el régimen de elección
popular de los jueces en las entidades federativas, ya que los miem-
bros de la justicia federal son propuestos por el presidente de la
Repúblicacon aprobación del Senado Federal. También en los paí-
ses socialistaspredominó el sistema de elección popular, además
con participación de legos. Sin embargo, en ambos sistemas se evo-
lucionó hacia sistemas mixtos, de designación por el Ejecutivo con
alguna participación ciudadana o del órgano legislativo. Por lo que
respecta a los Estados Unidos, ha disminuido de manera creciente

Néstor Pedro, Escuelasjudiciales, Cuadernos para la ltforma de la justicia, 5,


C$. SACÜÉs,
México, UNAM, passim.
126 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

el número de Estados que siguen en sistemade elecciónpopular por el


riesgo de politización de los candidatos, y se han seguido los llamados
Planes Missouri y California, desde los años cuarenta del siglo ante-
rior, que se extendieron paulatinamente a otras entidades, y que con
variantes implica una propuesta de comisionesde selección,nombra-
miento del Ejecutivo,y después de un cierto periodo, dicho nombramien-
para ratificar o revocar la designación de
to se somete a votación popular
los jueces respectivos.
292. En los países de Europa occidental ha imperado el sistema
de una preparación
de carrera judicial, lo que significa que despuésoposición
especializadase debe ingresar por concursos de y ascender
por medio de promociones. En aquellos países europeos que no han
establecido la citada carrera judicial, el nombramiento se hace por el
Ejecutivoa propuesta de comisiones de selección, Como se ha dicho
anteriormente, éste es el sistema que se sigue en nuestro país en
relación con los jueces federales a partir de las reformas constitucio-
nales y legales de 1995.310
293, En los ordenamientos contemporáneos que han establecido
I organismos jurisdiccionales especializados en la resolución de con-
flictos constitucionales existe la tendencia, de seguir reglas diferentes
para la selección y nombramiento de los magistrados de dichos or-
ganismos, que generalmente son diversas de las que se aplican a los
jueces de los tribunales que podemos calificarde ordinarios, que de
cierta manera también pueden interpretar las normas fundamenta-
les, pero los primeros son los que realizan la interpretación y decisión
finales,por lo que se considera que deben poseer, además de sólidos
conocimientosjurídicos, sensibilidad de carácter político en sentido
técnico,y por ello son designados por los órganos políticos por pe-
ríodos determinados, predominantemente amplios, y en los ordena-
mientos en los que existe carrera judicial, los cargos de magistrados
de la Corte o Tribunal Constitucionalno forman parte de la citada
carrera judicial. De esta manera puede observarse que en los tribu-
nales y cortes constitucionales no sólo se nombran jueces y magistra-
dos, sino también, y en ocasiones de manera preferente, académicos
y abogados con experiencia política. 3il

310Cfr, Para toda esva materia, cfr. FIX.ZAMUDIO,Héctor, "Selección y nombramiento de los
jueces (Selectionadn APPointmentCfJudges)" , en MARCELSIX)RME
y HÉLÉNE CASMAN(eds.), Towarda
Justice uritha Human FacesThe First
International Congress ofthe Law OJÉCivil Pmcedun, Anõaerpen•
Deventer, Kluver, 1978; pp. 407-458;
reproducido en Revista de DerechoProcesal,Santiago de
Chile, año VII, núm. 12, 1977 y 1978*
pp. 23-64.
311CF. FIX-ZAMUDIO, Héctor,"Breves teflexiones sobe la naturaleza, estructun y funciones de
Ips organismosjurisdiccionales
especializadosen la resolución de procesos constitucionales", Tri-
DERECHO PROCESALCONSTITUCIONAL 127

294. b) Estabilidad.Como tal debe entenderse el cónjunto de


medios que se traducen en la permanencia de los jueces y magistra-
dos, ya sea por un periodo determinado o de manera indefinida,
la finalizaciónde su cargo, fallecimiento o edad de retiro, a no
ser que incurran en un motivo de responsabilidadque implique su
remoción por medio de un proceso o de un juicio político, La forma
más perfeccionada radica en la "inamovilidad", que significaque el
juez o magistrado, una vez designado, permanece indefinidamente
en sus funciones hasta su retiro forzoso a una edad determinada, e
inclusive en algunos ordenamientos el cargo es vitalicio (por ejemplo
es el caso de los magistrados de la Corte Suprema Federal de los
Estados Unidos, aun cuando ha surgido en los últimos decenios la
costumbre de un retiro voluntario). En las legislaciones angloameri-
canos se ha establecidocl principio que ha tenido influencia en La-
tinoanlérica, conforme al cual el desempeño de los cargos judiciales
está sometido a la condición de que los miembros de la judicatura
observen buena conducta (Good Behavior).
295. c) Remuneración. Este ha sido uno de los aspectos más dé-
biles en la mayoría de los sistemasjurídicos de organización judicial,
y can mayor razón en Latinoamérica,pues, en general, los jueces y
magistrados reciben sueldos proporcionalmente inferiores a los que
se otorgan a los funcionarios administrativoso legislativos,puesto
que el presupuesto dedicado a los tribunales es inferior al de los
otros dos órganos del poder del Estado (lo cual ha estado relacionado
con la concepción tradicional acerca del carácter secundario y mecá-
nico de la actividadjudicial).
296. La remuneración insuficienteha sido en el pasado un fenó-
meno general en los países del Continente europeo y particularmen-
te en Latinoamérica, aun cuando la situación ha cambiado de mane-
ra paulatina en cuanto se reconocela función creativa de los jueces
y tribunales. Con excepción de los ordenamientos angloamericanos,
en los cuales predomina y ha predominado una remuneración ade-
cuada debido al reconocimiento de la importancia esencial que se ha
conferido a los juzgadores. En nuestra región la situación es más
aflictiva,por lo que se ha ensayado la implantación de instrumentos
que atenúen o que inclusive superen esta situación de inferioridad
económica. En esta dirección podemos señalar varios preceptos cons-
titucionalesque consagran un porcentaje mínimo del presupuesto
nacional para el organismo judicial. Como ejemplQesepueden citar

buna&s'justicia constitucional,cit., pp. 212-214; Itproducido en RevistaLalino-Americanade Estudios


Belo Hor.zonte, Brasil, núm. l, enero-junio de 2003, especialmente pp. 88-90.
Consãtuzionales,
128 HÉCTOR FIX'-7AMtJDlO

los artículos 177 de la Constitución de Costa Rica; 238 de la carta del


Perú de 1979'312123 de la ley fundamental de Guatemala de 1985;
205 de la Constituciónparaguaya cle 1992,y 254 de la carta de Ve-
nezuela de 1999. Dichos preceptos instituyen, respectivamente, el
6%, es decir, el nnásalto para Costa Rica y 2% en todos los demás.
297. En nuestro país se ha propuesto clesclehace tiempo un sis-
tema similar a los mencionados anteriorrnente, pues debe recordarse
que sen la Cuarta Convención de Barras Asociadasde la República
Mexicana, celebrada el 8 de junio de 1972, se propuso el estableci-
miento de un porcentaje no menor de 1% de los egresos totales que
cada año figuran en el presupuesto federal, para que se atribuyaal
Poder Judicial de la Federación, y cuyo manejo debía atribuirse en-
tonces a la Suprema Corte de Justicia.313Sin embargo, debe recono-
cerse que por decisión del presidente Miguel de La Madrid, antiguo
profesor de derecho constitucionalen la Facultadde Derecho de la
UNAM,S14se incrementó notablemente el presupuesto del Poder Ju-
dicial Federal, que además de sueldos muy decorosos de los miem-
bros de la judicatura federal, permitió el inició de un crecimiento
progresivo de Juzgados de Distrito y Tribunales Colegiados, que sub-
sanó varias de las deficiencias anteriores, No obstante, y tomando en
cuenta los ordenamientos latinoamericanos mencionados en el pá-
rrafo anterior, algunas fracciones parlamentarias han presentado ini-
ciativas para lograr dicho porcentaje mínimo del presupuesto para el
citado Poder Judicial Federal, y el anterior presidente de la Suprema
Corte de Justicia, magistrado Genaro David Góngora, propuso tam-
bién se estableciera un porcentaje fijo en el presupuesto nacional
destinado específicamente al Poder Judicial Federal. 315
298. A este respecto podemos afirmar que la situación económi-
ca del Poder Judicial Federal en México es relativamente satisfacto-
ria, en cuanto al incremento de organismos jurisdiccionales, a la
infraestructura y a los salarios de jueces y magistrados, ya que en
2000, después de pasar el 0.15% del presupuesto federal en 1970,
se pasó al 1% en 2002.316No ocurre lo mismo en los tribunales de

312Sin embargo, el arúculo 145 de la carta vigente de 1993, que es equivalente el citado
238 de la Constitución anterior de 1979, suprimió el citado porcentaje del presupuesto.
313Cfr, Memoria del IV Convención de Barras Asociadas de la República Mexicana, México, 1972,
p, 55.
31'1CIT. MADREO,
Miguel de la, El ejercicio (l? las funciones presidenciales, México. Porrúa, 1998,
pp, 24 25.
Cfr, Informe del Presidente de la Suprema Corle deJuslicia, 2000,
CIT.FIX-FtERRO,
Héctor, "La reforma judicial en México, ¿De dónde viene? ¿Hacia dón-
de va?", cit., pp. 284-287; Cossio DíAZ,José Ramón, Jurisdiccionfederaly carrera judicial en México,
México, UNAM, 1966.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 129
las entidades federativas, ya que sus presupuestos son bastante des-
'iguales,pero en el mejor de los supuestos, ni siquiera en el Distrito
Federal, su situación económica puede compararse con la judicatura
federal .317
299. También desde el ángulo de la remuneración de los jueces
debe destacarse el principio consagrado en cl artículo III, sección
primera de la Constitución Federal de los Estados Unidos, en el cual
se dispone que los jueces federales recibirán una remuneración por
sus servicios "que no será disminuida durante su encargo". Esta dis-
posición se ha incorporado a varias Constituciones latinoamericanas,
y por Io que se refiere a nuestro país, el séptimo párrafo del artículo
94 de la carta federal, en su texto vigente, dispone: "La remunera-
ción que perciban por sus servicios los ministros de la Suprema Cor-
te, los magistrados de Circuito, los jueces de Distrito y los consejeros
de la Judicatura Federal, así como los magistrados electorales, no
podrá ser disminuidadurante su encargo".Por lo que respecta a los
miembros de las judicaturas locales, el artículo 116, fracción III, de
la misma Constitución establece: "(...) Los magistrados y jueces reci-
birán una remuneración adecuada e irrenunciable,la cual no podrá
ser disminuida durante su encargo (.„)"
300, Como una situación significativaa este respecto se puede
destacar una sentencia de la Corte Suprema argentina, pronunciada
el 18 de noviembre de 1985 (en una época de profunda inestabilidad
monetaria), por la cual declaró fundada la acción de amparo que
promovieron varios jueces federales contra las autoridades hacenda-
rias, por considerar que no se respetaba el principio de no disminu-
ción de los ingresos a los miembros del Poder Judicial Federal con-
sagrado por el artículo 96 (actualmente110, de acuerdo con la
reforma de 1994) de la carta argentina, inspirado en el principio
mencionado de la Constitución norteamericana. La Corte señaló en
esa ocasión que la intangibilidad de los sueldos de los jueces era
garantía de independencia del Poder Judicial, de modo que había
que considerarla, junto con la inamovilidad, como garantías de fun-
cionamientode un Poder del Estado, de manera similar a las que
preservaban a las cámara del Congreso, y a sus miembros y a los
funcionarios del organismo ejecutivo. Por otra parte, el más alto tri-
bunal argentino estimó que "dicha intangibilidad de la remuneración
comprendía la conservación del poder adquisitivo de la misma, y no
exclusivamente su valor monetario formal", a causa del envilecimien-
adminis-
CF, CONCHACAIWÚ,Hugo y CABALLEROJ UÁREZ,José Antonio, Diagnósticosobe la
tración dejusticia en las entidades federativas. Un estudio institucional sobre la justicia local en México,
México, National Center for State Court.s-UNAM,2001, pp. 36-38.
130 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

to o degradación de las retribuciones judiciales producida por


flación, que en esa época podía considerarse galopante.318 la in-
301. d) Responsabilidad. Ésta puede analizarse desde varias
pers-
pectivas. En sentido estricto, como el procedimiento establecido
imponer sanciones a los jueces que cometan errores inexcusables, para
faltas o delitos en el ejercicio de sus funcionesy, en una dimensión
más amplia, también puede incluir la responsabilidad procesal,'
medida en que los miembros de la judicatura gozan de atribuciones en la
en la dirección del proceso, y finalmente la responsabilidad de
ter político, en particular cuando dichos juzgadores intervienen carác-
i. en
los instrumentos de justicia constitucional.319
302. Debido a la brevedad de este trabajo sólo haremos
referenciaa
la responsabilidad en sentido estricto, que también abarca varios
tos, patrimonial, administrativa o disciplinaria y penal. La aspec-
patrimonial
ha evolucionado del principio tradicional de que en lo per-
sonal está obligado al pago de los daños y perjuicios a los justiciables
o
a terceros por una conducta de negligencia o de ignorancia inexcusable,
por medio de un proceso civil, pero en la actualidad, sin descartar la
anterior, se ha impuesto la responsabilidad paüimonial objetiva y direc-
ta del Estado debido a la defectuosaprestación del serviciojurisdiccio-
nal, que forma parte de la obligacióngenérica del propio Estado por
deficiencias en la prestación de los servicios públicos.32Q
303. En nuestro país sólo existía muy recientemente la responsa-
I bilidad patrimonial del juzgador y subsidiaria del la que po-
día exigirse por medio de un proceso civil ordinario, pero en la re-
forma constitucional del artículo 113 de la carta federal, por decreto
legislativopublicado el 14 de junio de 2002, a la que nos referiremos
con amplitud posteriormente (véanse, infra, capítulo séptimo párra-
fos 430 y ss.), además de modificarse el título cuarto de la Constitu-
ción, que actualmente se intitula "De la responsabilidad de los servi-
dores públicos y Patrimonial del Estado", se adicionó un segundo
párrafo a dicho precepto fundamental, con la siguiente redacción:
'"18Cfr, RIVAS,
Adolfo Armando, "Hacia un replanteamiento del ampam como instituto
de defensa de jueces y magistrados",
1986. DoctrinaJudicial, Buenos.Aires, La Ley, 12 de diciembre de
C$. FIXZÂMtJDtO,
Héctor, "La
ComunicacionesMexicanas al Xi Congresoresponsabilidad de losjueces en el derecho mexicano",
co,
Internacional de Dencho Comparado(Caratas, 1982), Méxi-
UNAM, 1984, pp. 59-117.
320Cfr.,
entre otros, REBOLLO, Luis Martín, Jueces
de la Constitución, responsabilida del Estado. El artículo 123
Madrid, Centro de Estudios Constitucionales,
precepto fundamental de la 1983, pp. 119-182.El citado
Constitución Española nos puede servir de ejempla, ya que dispone:
"Losdaños causados por
error
anormal de la Administración judicial, asf como los que sean consealencia del funcionamiento
do, conforme a la ley". de Justicia, darán derecho a una indemnización
a cargo del Esta-
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 131

(...) La responsabilidaddel Estado por los daños que, con motivo de su acti-
1- t»idad administrativa irregular, cause en los bienes o derechosde los Particu-
lares,será objetiva directa.Los particulares tendrán derecho a una
3- indemnizaciónconforme a las bases, límites y procedimientos que
a establezcan las leyes32t(las cursivas son del autor).

304. Por lo que se refiere a la responsabilidad administrativa o


disciplmaria, generalmente sc conficrc ya sca a los organismos de
mayor jerarquía del Poder Judicial, a tribunales disciplinarios, o
bien a los Consejos de la Magistratura o Judicatura. En cuanto a
la responsabilidad penal, que es la más grave, compete a los tribu-
nales ordinarios, salvo en algunos ordenamientos respecto de los
integrantes de los más elevados organismos judiciales, que implica
un enjuiciam{entoespecial, pero en todo caso los ordenamientos
contemporáneos exigen un procedimiento previo para suspender
la investidura de jueces y magistrados.
305. e) Autoridad. Esta garantía significa que los jueces y magis-
trados deben contar con instrumentos jurídicos para hacer respetar
sus resoluciones, así como el auxilio de la fuerza pública para la eje-
cución de éstas. Por otra parte, la autoridad del juzgador puede en-
tendase en un sentido moral, en virtud de que no en todos los
países se les otorga reconocimientosocial por la importante labor
que realizan. Es comprensibleque este reconocimientode la digni-
dad de la aãividad judicial se hubiera establecidoprimeramente en
los países de la tradición angloamericana del commonlaw, en virtud
de la función creativa que se atribuye a la jurisprudencia judicial para
la integración del ordenamiento jurídico.
306. En sentido propio, los códigos procesales otorgan al juzga-
dor instrumentos para hacer valer su autoridad dentro del proceso,
tales como los medios de apremio y correcciones disciplinarias, que
pueden llegar a la multa y al arresto en casos extremos, para impo-
ner sus decisiones a las partes o a terceros. Son varias las Constitu-
ciones contemporáneas que establecen la obligación expresa de las
autoridadeé públicas de otorgar auxilio a los tribunales en la ejecu-
ción de sus Entre otros, podemos citar los artículos 209 de la
Constituciónde iknezuela de 1961 (que no se reitera en la actual
de con el mismo número el de la Constituciónportuguesa
321Cfr. CA$IX) ESTRADA,Álvaro, Nueva garantía constitucional.In tesponsabilidadPatrimonial
dcl Esta&, México, Porrúa, 2002.
322El artículo 253, segundo párrafo, de la actual carta venezolana de 1999 dispone: "Co-
rresponde a los &ganos del PoderJudicial conocer de las causas y asuntos de su competencia•
mediante los procedimientos que determinen las leyes, y ejecutaro hacer ejecutarsus sentencias"
(las cursivas son autor).
132 HÉCTOR FIX'-ZAMUDIO

de 1966-1982;el 313 de la de Honduras de 1982, y el 202 de la carta


paraguaya de 1992. De manera implícita, también puede conside-
rarse regulada esta situaciónen el tercer párrafo del artículo 17 de la
Constitución federal mexicana, modificado cl 17 de marzo de 1987,
en cuanto preceptúa: Las leyes federales y locales establece-
rán los medios necesarios para que se garantice la independencia
de los tribunales y la plena ejecuciónde sus resoluciones"(las cursivas son
del autor).
307. C. Garantías de las partes. Son las que poseen los justiciables
cuando acuden a solicitar la prestaciónjurisdiccional. Sus lineamien-
tos fundamentales han sido consagrados, así fuera de manera escue-
ta, por la mayoría de los ordenamientos constitucionales,inclusive
los expedidos a fines del siglo XVIII o principios del siglo XIX, tales
como las cartas de Estados Unidos, las francesas revolucionarias y la
española de 1812. Estos derechos procesales se han ampliado pro-
gresivamente en las cartas fundamentales de nuestra época, ya que
los derechos subjetivos públicos relativos a la "acción procesal, y a la
defensa o debido proceso", se han consagrado tradicionalmente
como derechos fundamentales procesales de las personas, y han sido
regulados cada vez con mayor amplitud y detalle por los preceptos
constitucionales,particularmente por lo que respecta al proceso pe-
nal, que ha sido el sector más sensible del derecho constitucional
procesal. Las declaraciones y tratados internacionales sobre derechos
humanos también han incorporado estos derechos procesales funda-
mentales en todos los campos, como lo señalamos anteriormente
(véanse, supra, párrafos 254 y ss.).323
308. AcciónProcesal.El derecho de acción se consideró tradicio-
nalmente a partir del derecho romano y hasta la primera mitad del
siglo XIX, corno el Inismo derecho subjetivo llevado al proceso. Sin
embargo, gracias a las aportaciones de los juristas alemanes de la
segunda mitad de dicho siglo, se reconoció a la acción como un
derecho autónomo, distinto del derecho sustantivo, y si bien en un prin-
cipio se sustentó la tesis de la acción como un derecho concreto a
una sentencia favorable,la tesis predominante
considera como un derecho subjetivo público
en la actualidad lo
que corresponde a todo gobernado de carácter abstracto,
para solicitar del Estado la
prestación jurisdiccional por medio de
se prohíbe, salvo casos excepcionales, los tribunales, puesto que
mientos constitucionales han reconocidola autodefensa. Los ordena-
esta concepción, con lo cual
CIT.FIX.ZAMUDIO, Héctor, " El debido proceso, los
artículo en plt•nsa, 2008. derechos humanos y el Poder Judicial",
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
133
'ta
se ha reconocido a esta institucióncomo un derecho fundamental
la de la persona humana. Pero este mismo derecho autónomo y abs-
tracto, cuyo contenido es la pretensión, que consiste en la exigencia
de cada una de las partes para que se exija a la otra el cumplimien-
a to de su obligación sustantiva,ha experimentado una transforma-
ción sustancial.
309, En efecto, en la concepción tradicional, el derecho de acción
consagrado en las cartas fundamentales de carácter clásico era carac-
terizadopor el derecho del individuode exigir al Estadola presta-
ciónjurisdiccional. Su significadoera puramente técnico, conforme
al enfoque del liberalismo individualistade la igualdad formal de los
gobernados, que no tomaba en cuenta: los obstáculosde orden
económico y social (podemos agregar también los políticos y cultura-
les), que limitando de hecho la libertad e igualdad de los ciudadanos,
impiden el pleno desenvolvimientode la personalidad humana
según lo dispuesto por el artículo 30. de la Constitución italiana de
1948; obstáculos que en el campo del derecho procesal entorpecen
en un sentido la participación de los justiciables y, por el otro, impi-
den la eficacia del proceso.
310. Los lineamientos renovadores de la acción procesal, consi-
derada como un derecho a la justicia y no sólo a la prestación juris-
diccionaldesde un punto puramente formal,324no se ha reflejadoen
todos los supuestosen los textos constitucionales,pues la mayoría
de los ordenamientos se refieren sólo al derecho de los justiciables de
acudir a los tribunales, y aun lo han incluido en las disposiciones que
consagran el derecho genérico de petición, Por ello resulta explicable
que los textos constitucionales más recientes hubieran consagrado en
sus textos un concepto más amplio de la acción procesal, y entre ellos
podemos destacar como un ejemplo significativoel artículo 24 de la
Constituciónespañola de 1978, que regula el derecho a la llamada
"tutela judicial efectiva",
311. Por otra parte, la transformación del derecho de acción pro-
cesal, en el sentido de un derecho a la justicia, se advierte con mayor
claridad en los instrumentos internacionales, en especial los que con-
sagran derechos humanos que hemos citado anteriormente (véase,
supra, párrafo 287). Aun cuando dichos instrumentos tienen un con-
tenido similar en cuanto a las garantías procesales, debe destacarse

deltcho mexica-
Héctor, "El derecho constitucional a la justicia en el
CJ6•.FIX.ZÀMUD[O,
279-326.
no", Los derechos socialesen el derecho mexicano, México, Manuel Porrúa, 1979, pp.
134 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

el artículo 60. del Convenio de Roma de 1950, el cual exige la cali-


dad de "equitativa" a la tramitacióndel proceso.925
312. Pem el mencionado derecho procesal de acción no debe
examinarse como un instrumento aislado que únicamente permite el
acceso a la jurisdicción, sino que es prectso relacionarlo con otras
instituciones procesales, como cl llamado "derecho de defensa en
juicio", que también sc conoce como "garantía o derecho de audien-
cia", si se considera que existe consenso doctrinal acerca del carácter
"bilateral del derecho de acción",que por ello corresponde,desde
distintos ángulos, a las dos partes, es decir, tanto al actor como al
Ministerio Público, como al demandado o anisado. Además, debe
mos vincular la acción que un buen número de textos constituciona-
les han consagrado como "debido proceso legal" (véanse, infra, pá-
rrafos 318-320), así como otros mecanismos procesales que dan
contenido al derecho fundamental de acción, como son las "preten-
siones", que se traducen en las peticiones dc las partes relacionadas
con sus derechos sustantivos, y que se hacen valer al inicio y durante
el proceso (que en muchas ocasionesse confunden con la acciónen
sentido estricto), y también con la "relaciónjurídica procesal", que
siempre es de carácter público y que vincula al juez con las partes y
con los auxiliares procesales,con independencia de la relaciónde
carácter sustantivo. Todas estas instituciones se desglosan más ade-
lante, si es que se estima que la acciónprocesalno significaúnica-
mente la posibilidad real de acudir a los sino también en
el "resultado efectivo de su ejercicio .326
313. Como lo afirma certeramente el notable procesalista español
l, Jesús González Pérez, al referirseal artículo24 de la Constitución
española de 1978, el derecho fundamental a la tutela judicial efecti-
va que consagra dicho precepto (es decir, de acción prcxesal en sen-
tido amplio) despliega sus efectos en tres momentos: primero en el
acceso a la justicia; segundo en el proceso ya iniciado, y, tercero, ya
una vez dictada sentencia, en el momento culminante de la ejecución
y plena efectividad de los pronunciamientos.3Ei
314. La vinculacióndel derecho acción procesal con el ordena-
miento constitucional y, por lo tanto, con el régimen político en el
cual se hace valer fue señalada por el insigne procesalista florentino

Héctor, La ConvenciónAmericana la Canvencidn FAf0Peade Derechos


3'25Cfr, GROSESPIELL,
Humanos.Análisis Comparativo,Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 1991, pp. 92-94.
326Idem,
"27Cfr. FiX•ZAMVOlO, Héctor, 'Ejercicio de las garantías constitucionales .scbre la eficacia del
proceso", Latinoamérica: Constitución, proceso derechoshumanas, ci¿., FP. 465-542.
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL 135

Piero Calamandrei en su clásicoestudio acerca de la "relatividad del


concepto de acción".328
315, Desde el punto de vista del derecho constitucional de acción
procesal, la socializacióndel Estado contemporáneo ha determinado
la necesidad de crear los instrurnentos necesarios para lograr su ejer-
cicio efectivopara todos los gobernados, y no sólo para lós que cuentan
con los medios económicos y el asesoramiento de abogados particu-
lares para acceder a la prestaciónjurisdiccional. En otras palabras,
de un simple derecho formal en el constitucionalismoclásicose ha
transformado,en nuestros días, al menos en teoría, en una facultad
con contenido material que debe permitir gu cjcrcicioefectivo.320
316. Derechode defensa,o debidoProcesolegal. El vocablo es la tra-
ducción al castellano del concepto angloamericano del due Processof
lazo,consagrado expresamente en las enmiendas V y XIV de la Cons-
titución de los Estados Unidos, aprobadas en 1791 y 1868, respecti-
vamente, las que han tenido una gran repercusión, especialmente la
primera, en los ordenamientos constitucionalesen Latinoamérica,
que se ha vinculado con la tradición española del llamado "derecho
de defensa o de audiencia en juicio",pues ambas institucionespo-
seen el significado similar de que nadie puede ser afectado en sus
derechos sin ser escuchado ni vencido previamente en un proceso.
317. En realidad, como lo hemos sostenido con anterioridad, el
derecho de defensa, audiencia o debido proceso, está vinculado a la
acción procesal: ya que la misma tiene carácter bilateral (véase, supra,
párrafo 312), y no puede concebirseen la actualidad esta última si
no se ejercita por medio de un procedimiento que permita la ade-
cuada defensa de las dos partes, puesto que la propia acción procesal
no sólo implica el inicio sino la continuidad del proceso en todas sus
etapas, entre ellas la ejecución d: las resoluciones judiciales, con la
tradicional exclusión de las decisiones de carácter penal, cuyo cum-
plimiento se ha encomendado a las autoridades administrativas, pero
en los últimos años se ha abierto paso la tendencia de que también
debe existir una fiscalizaciónjudicial en dicha etapa del cumplimien-
to de la condena penal, y como ejemplo podemos citar los "juzgados
de vigilancia penitenciaria", regulados por los artículos 94 y 95 de la
Ley Orgánica del Poder Judicial español del 2 de julio de 1985.

328"La relatividad del concepto de acción", Ensayosde derechopncesal civil, trad. Santiago
Sentís Melendo, Buenos Aires, Bibliográfica Argentina, 1961, pp. 135-160. Otro excelente estu-
dio, en el cual se analiza esta concepción de Calamandrei, es el elaborado por FAIRÉNGUILLÉN,
Víctor,"La aeción, derecho procesal y derecho político", Estudiosde derechopmcesal,Madrid,
Editorial Derecho Privado, 1955,pp. 70-75,
Cf. GON7ÁlXZ Jesús, El derechoa la tutela jurisdiccional, cit., pp. 58 y 59.
PÉREZ,
136 HÉCTOR FIX-ZAMUDIO

318. El derecho constitucional al debido proceso legal o de de-


fensa en juicio es una institución muy compleja y abarca
numerosos
aspectos que han sido desarrollados por la jurisprudencia de muy
diversa manera en los distintos ordenamientos que lo consagran,
pues abarca varios mecanismos procesales, que sintéticamente pode-
mos señalar, de acuerdo con los principios que se han introducido en
los ordenamientos constitucionales y en los instrumentos de carácter
internacionales, tales como el juez competente, independiente e
parcial; la publicidad; la duración razonable del procedimiento; im-
igualdad del contradictorio; la oportunidad probatoria; las medidas la
cautelares;la fundamentación de las sentencias,y la ejecuciónefec-
tiva, entre otras.330Pero además de estos aspectos procesales puede
abarcar también algunos de carácter sustantivo, si se toma en consi-
deración que las Cortes Supremas de los Estados Unidos y de Argen-
tina han sostenido que la solución que se dicte en el proceso debe
ser razonable, es decir, adecuada a la controversia planteada,331
319, Un aspecto esencial del debido proceso en nuestra época
es
el relativo a la "igualdad efectivade las partes en el proceso",como
aplicación del principio genérico de la igualdad de los gobernados
ante la ley, que fue consagrado históricamente en el artículo primero
de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de
1789. Esta igualdad procesal de las partes era concebida de manera
diferente en el régimen liberal individualistay predominantemente
dispositivo del proceso tradicional, respecto de la que pretende esta-
blecerse de acuerdo con las orientaciones del procesalismo científico
con fuerte orientación social, que persigue la superación de situacio-
nes excesivamente formalistasque han predominado en la mayoría
de los códigos, especialmente los procesales civiles, que se empiezan
a superar en nuestra época. En tal virtud, la existencia de dos partes
o intereses jurídicos equidistantes, .iguales
y contrapuestos, se ha in-
terpretado de diversas maneras según el contexto político-jurídico.
En este sentido podemos parafrasear a Piero Calamandrei, en cuanto
sostuvo la relatividad del concepto de acción procesal (véase,supra,
párrafo 314), y podemos hablar de manera similar de la "relatividad
del contradictorio".

Cfr, Osvaldo, "El desplazamiento de la noción de derecho subjetivo por el de


acceso a la justicia sin restricciones (Sobre
cial)", BoletínMexicanode DerechoConvarado, problemas actuales de legitimación y el proceso judi-
núlii. 83, mayo•agosto de 1995, pp. 661-668.
Cfr. Entre los juristas latinoamericanos
BERNARDIS,Luis Marcelo de, La garantía pueden citarse los estudios monográficos de
Procesaldel debidoproceso,Lima, Cultura Cuzco Editores,
1995, y Hoyos, Arturo, El debido
Proceso,Santa Fe de Bogotá, Colombia, Temis,
1996,
DERECHO PROCESALCONSTITUCIONAL 137

320. La rama del proceso en la cual se inició esa nueva orienta-


ción de la igualdad real de las partes fue en el derecho procesalla-
boral, que surgió precisamente de la comprobación de que en los
conflictos obreros patronales existía un desequilibrio en el proceso
respectivo,ya que frente a una parte fuerte (el empresario) se con-
traponía otra débil (el trabajador). Al respecto, debemos descartar las
profundas reflexiones del insigne procesalista uruguayo Eduardo J.
Couture sobre la igualdad procesal por compensación, para lograr la
igualdad real de las partes en el mencionado derecho procesal del
trabajo.332Esta igualdad efectiva de las partes también tiene aplica-
ción en el proceso penal, en cuanto al posible desequilibrio entre el
acusador público y el imputado,333por medio de dos principios simi-
lares que se han calificado como in dubio pro reo, y presunción de
que tienen repercusión esencial tanto en el procedimiento
inocencia, 334
como en la sentencia de fondo. 335

hu-
protectores de los derechos
Cfr. Héctor, "Eficacia de los instrumentos
de la Constitución
comogarantía ¿nominada
pp. 22-31.
manos", cit.,
Juan Francisco, "El debido proceso" deldebido
ss?'Cfr. LINARFS, de, Lo
Luis Marcelo
argentina,2a. ed., Buenos aires, 1970;
de
pp. 257-300.
proceso,cit., del trabajoen su obra
Algunas nociones fundamentales del derecho procesal
1989, pp. 271-288, de la Presun-
Buenos
derecho frrocesal, Aires, Depalma,
inocencia. Lo consagración expresa
Presunción de
CF, VÁZQUEZ SOTELO, José Luis, México de junio de
2008.
penales de
ción de inocencia en las Momas Procesales

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