Sie sind auf Seite 1von 22

AVERIA

CONCEPTO GENERAL Y CLASES DE AVERÍAS MARÍTIMAS

Ya mencionamos que tres son los elementos que intervienen en una expedición marítima
y que están expuestos a los riesgos propios de la navegación cualquiera sea su
clasificación (marítima, fluvial o lacustre): EL BUQUE, LA CARGA que transporta y
EL FLETE que esta reditúa. El conjunto de ellos por un lado, y el riesgo o peligros a los
que están expuestos por otro, constituyen lo que en Derecho Marítimo se designa con la
expresión “Aventura Marítima”.

La “aventura” comienza para cada uno de estos elementos cuando se incorpora al


conjunto y termina cuando se separa de él. Durante la “aventura cada uno de estos
elementos individualmente, o bien los tres en conjunto pueden debido a los peligros
mencionados, sufrir daños o dar origen a gastos, los cuales tienen distinta naturaleza
según sea la causa que los ha provocado o el carácter de ellos. De allí surge la primera
condición de que las averías en la aventura marítima deben poseer el carácter de
“extraordinarias”, no revistiendo ese significado los daños o gastos extraordinarios que
motiva la navegación de un buque (por ejemplo: los gastos de pilotajes, de remolques, de
anclaje, de entrada y salida de puertos, etc. y en general de todo aquellos daños y gastos
que no revisten el carácter de eventuales o extraordinarios).

Al establecer una distinción entre gastos y daños estamos ya diferenciando claramente


dos tipos de averías: las “averías-gastos” y las “averías-daño”. Vale resaltar que tal como
se señala en el estudio que hace Atilio Malvagni de la avería gruesa en la Ley de
Navegación, existen averías-daños relativas al buque y averías-daños relativas a la carga.
En las averías-daños relativas al buque se encuentran: 1. Varadura del buque; 2. El
forzamiento de velas; 3. El abandono de anclas y amarras para salvación o ventaja común;
4. El hundimiento de un buque en puerto para mitigar un incendio y salvar a los demás
buques que se encuentren próximos al que sufre el incendio; entre otros ejemplos. En
cuanto a las averías-daños en la carga, se encuentran: 1. Las mercaderías que se dan
como rescate al enemigo; 2. La echazón de mercancías; y 3. Las mercaderías que se dañan
por el cargue y descargue para prevenir un daño; entre otros.

A su vez, existe otro tipo de causal de avería común, la cual se denomina avería gastos,
esta, se pueden observar (según el estudio de Malvagni) en los siguientes casos: 1. La
curación, manutención e indemnización de los tripulantes heridos o mutilados en defensa
del buque; 2. Los que se hagan para poner a flote el buque encallado; 3. Los gastos
encaminados a pagar los sueldos y la manutención de la tripulación en el evento en que
ocurra una arribada forzosa; 4. El valor de las costas judiciales para la clasificación y
contribución en avería gruesa; entre otros.

La institución de la avería es considerada como una de las más tradicionales y peculiares


del Derecho Marítimo, encontrando su razón de ser última en la necesidad de hacer frente
adecuadamente a los diversos riesgos que desde siempre han acechado a la navegación o
tráfico marítimo, circunstancia que en unión de la lejanía del viaje explican la existencia
de muchas de las especialidades que presenta esta rama jurídica.
Se define las averías marítimas como aquellos gastos extraordinarios o eventuales que,
para conservar el buque, el cargamento o ambas cosas, ocurriesen durante la navegación,
así como todo daño o desperfecto que sufriere el buque desde que parta del puerto de
salida hasta que arribe al de destino y las mercancías desde que se cargan hasta que son
descargadas en el puerto de destino, con exclusión de los gastos menudos y ordinarios de
la navegación.

La exclusión de estos gastos se defiende por ser previsibles y habituales, siendo su


naturaleza diversa a los que puede originar la avería, al ser inherente a la misma su
carácter extraordinario, alguno de estos gastos, reflejando sin ánimo exhaustivo, entre
otros, los de pilotaje de puertos, remolques y anclajes, reflejando además el carácter
referido: ser comunes a la navegación. Se distingue las averías entre averías simples o
particulares y comunes o gruesas.

Estas últimas se caracterizan por ser provocadas de modo voluntario al objeto de salvar
el buque, la carga o ambos a la vez, siendo sus consecuencias negativas o gastos
originados soportados por todos los interesados en el buque y en el cargamento. Las
averías simples o particulares, diversamente, tienen un origen involuntario y sus daños o
gastos recaen sobre quien los origina o provoca.

Es decir el conjunto de bienes expuesto, en la aventura marítima, esto es, el buque y las
mercancías que transporta, pueden sufrir ciertos daños o soportar determinados gastos
originados por las eventualidades de la navegación.

Dichos daños y gastos, cuando son extraordinarios, se reconocen con el nombre de


averías. En el lenguaje corriente y en el derecho comercial la palabra avería significa los
daños materiales que sufre una cosa. Esta acepción corresponde al origen etimológico del
vocablo avería que se atribuye a la palabra árabe avvar (vicio o daño). Pero en el derecho
marítimo la vos avería tiene un sentido más amplio y cierta correspondencia con las
expresiones latinas avere, aver, habere, usadas por las ciudades comerciales del Mare
Nostrum, en el siglo XII, con las que se indicaban las mercancías que componían el
cargamento de una nave. En efecto, en el derecho marítimo, la palabra avería no
solamente abarca los daños si no también los gastos extraordinarios, en relación con las
necesidades de esa universalidad mancomunada que constituye la carga del buque.

CLASIFICACION DE LAS AVERIAS

Las averías se clasifican en “GRUESAS o COMUNES” y en “SIMPLES o


PARTICULARES”. Se designa como “averías simples” a los daños o gastos
extraordinarios producidos voluntaria o involuntariamente en beneficio exclusivo de
algunos elementos que constituyen la aventura marítima. Son averías “gruesas o
comunes” los daños o gastos extraordinarios realizados voluntariamente y en beneficio y
utilidad común de todos los integrantes de la aventura marítima.
Las consecuencias legales en ambos casos difieren integralmente; mientras que el valor
de la avería simple es soportado por el propio dueño de la cosa o por el autor del gasto
realizado, en cambio el valor de la avería gruesa se reparte proporcionalmente entre los
elementos integrantes de la aventura: Buque, carga y flete, siguiendo el principio
tradicional que “…todo aquello que es sacrificado o invertido en momentos de peligro
para beneficio de todos, debe ser repuesto mediante la contribución de todos…”.
AVERIA GRUESA O COMUN

La Avería Gruesa, como muchos de los institutos del Derecho Marítimo, es enigmática
en su formulación. Comparte con éstos un particular sustentáculo: la idea de comunidad
de intereses, que nace en cada viaje con la formación de la empresa marítima. Juntos, sus
integrantes -buque, carga y flete- se configuran en una unidad ideal para afrontar los
riesgos de la navegación. La idea misma de la aventura marítima, representada por la
imagen del buque que surca solitario el océano sorteando los peligros del mar, hace pensar
en un nivel de cohesión entre sus partes incomprensible en otro contexto. Por tanto,
prevalece entre ellas un régimen particular de solidaridad. Bajo este principio rector, el
instituto de Avería Gruesa pretende instaurar un sistema de contribución tendente a
compensar las pérdidas voluntariamente soportadas por una de las partes de la aventura
marítima para la seguridad común de toda la empresa.

La regla A de las Reglas de York-Amberes define la avería gruesa de la siguiente manera:

“Existe un acto de avería gruesa cuando se ha efectuado o contraído, intencional y


razonablemente, algún sacrificio o gasto extraordinario para la seguridad común, con
el objeto de preservar de un peligro a los bienes comprometidos en una expedición
marítima.”

Es decir, un hundimiento por sí mismo no tiene que contribuir una avería gruesa. Para
que se configure una avería común o gruesa, es necesaria pues la concurrencia de los
siguientes elementos:

 Peligro común y la razonabilidad del acto.


 La voluntariedad.
 Autoría y formalismos.
 El sacrificio extraordinario.
 La salvación común.
 El resultado útil.

Sintetizando, podemos decir que los dos elementos fundamentales son:

 El acto de avería gruesa.


 La contribución a la misma.

Como ya hemos expuesto anteriormente en qué consiste la avería gruesa, centrémonos en


este momento en la contribución, que consiste en la obligación que se impone legalmente
a todos los interesados en el viaje de soportar una cuota proporcional del sacrificio
causado por el acto del capitán.

Los artículos que encontramos en la legislación que regula esta materia, la Regla D de
York y Amberes:

“A satisfacer el importe de las averías gruesas o comunes contribuirán todos los


interesados en el buque y cargamento existente en el tiempo de concurrir la avería” y
“Cuando el acontecimiento que motivó el sacrificio o el gasto haya sido consecuencia
de una falta cometida por una de las partes comprometidas en la aventura, subsistirá
la obligación de contribuir; pero ello sin perjuicio de las acciones o medios de defensa
que puedan afectar a dicha parte por tal falta”.

Cuando nos referimos a contribución nos referimos a que el perjuicio se hace extensivo a
todos los partícipes de la expedición, es decir, que unos y otros contribuyen
respectivamente, en proporción al valor de los salvado y de lo admitido en avería gruesa
a dos masas, la acreedora constituida por los perjuicios y la deudora que integran los
valores salvados y recuperados.

Así es avería gruesa, por regla general, todos los daños y gastos que se causen
deliberadamente para salvar el buque, su cargamento o ambas cosas a la vez, de un riesgo
conocido y efectivo, y en particular:

1º - Los efectos o metálico invertido en el rescate del buque o del cargamento apresado
por enemigos, corsarios o piratas y los alimentos salario y gastos del buque detenido
mientras se hiciere el arreglo o rescate.
2º - Los afectos arrojados al mar para aligerar el buque ya pertenecientes al cargamento,
ya al buque o a la tripulación, y el daño que por tal acto resulte a los efectos que se
conserven a bordo.
3º - Los cables y palos que se corten o inutilicen, las anclas y cadenas que se abandonen
para salvar el cargamento, el buque o ambas cosas.
4º - Los gastos de alijo o transbordo de una parte del cargamento para aligerar el buque y
ponerlo en estado de tomar puerto o rada, y el perjurio que de ello resulte a los efectos
alijados o transbordados.
5º - El daño causado a los efectos del cargamento por la abertura hecha en el buque para
desaguarlo e impedir que zozobre.
6º - Los gastos hechos para poner a flote un buque encallado de propósito con objeto de
salvarlo.
7º - El daño causado en el buque que fuere necesario abrir, agujerear o romper para salvar
el cargamento.
8º - Los gastos de curación y alimentos de los tripulantes que hubieren sido heridos o
estropeados, defendiendo o salvando el buque.
9º - Los salarios de cualquier individuo de la tripulación retenido en rehenes por
enemigos, corsarios o piratas, y los gastos necesarios que se causen en su prisión hasta
restituirse al buque o a su domicilio, si lo prefiriere.
10º - El salario y alimentos de la tripulación del buque fletado por meses, durante el
tiempo que estuviere embargados o detenido por fuerza mayor y orden del Gobierno, o
para reparar los daños causados en beneficio común.
11º - El menoscabo que resultare en el valor de los géneros vendidos en arribada forzosa
para reparar el buque por causa de avería gruesa.
12º - Los gastos de liquidación de la avería.

A estos supuestos hay que añadir si como medida necesaria para cortar un incendio en
puerto, rada, ensenada o bahía se acordase echar a pique algún buque, está perdida será
considerada avería gruesa, a la que contribuirán los buques salvados; así como el supuesto
de que careciendo el capitán de instrucciones del fletador sobreviniere declaración de
guerra o bloqueo durante la ejecución de un contrato de fletamento, en cuyo caso ,deberá
dirigirse al puerto neutral y seguro más cercano, pidiendo y aguardando ordenes del
cargador, pagándose como avería común los gastos y salarios devengados en la detención;
y por último, revisten este mismo carácter los alimentos y salarios de la tripulación en el
caso de que el buque no pudiere hacerse a la mar por cerramiento del puerto de salida u
otra causa pasajera.

A satisfacer el importe de las averías gruesas o comunes contribuirán todos los interesados
en el buque y cargamento existentes en el al tiempo de ocurrir la avería.

Existen excepciones a la obligación de contribuir a favor de determinadas efectos, así


como otros supuestos en los que algunas cosas, si bien contribuyen si se salvan, no dan
lugar a indemnización si se pierden.

No contribuyen a la avería gruesa:

1º - el combustible y demás provisiones de a bordo.


2º - las ropas, vestidos y efectos personales de la dotación.
3º - los efectos arrojados, respecto de la avería gruesa que ocurra a las mercancías salvadas
en riesgo diferente y posterior.
4º - las mercancías perdidas y robadas con posterioridad al salvamento.

Mercancías que contribuyen si se salvaran y que no dan lugar a indemnización si se


perdieran:

1º - mercancías introducidas clandestinamente a bordo.


2º - mercancías cargadas en cubierta.

Tipos de avería gruesa

A continuación enumeramos los casos que tanto las Reglas de York y Amberes y el
Código de Comercio, enumeran como tipos de avería gruesa:

 Pérdida o daños por el sacrificio de la Avería Gruesa.


 Extinción de fuego.
 Corte de restos.
 Varada voluntaria.
 Salvamento.
 Forzamiento de máquinas.
 Gastos de alijos de buque embarrancado y daños consiguientes.
 Utilización como combustible.
 Gastos en puerto de refugio.
 Salarios y manutención de tripulación en puerto de refugio.
 Daños al cargamento en la descarga
 Y reparaciones provisionales.

¿Qué hacer ante declaración de avería gruesa?


Profundizando en el momento en el que ya se ha producido la avería gruesa, ¿qué
debemos hacer? La Ley nos indica que la carga de la prueba de que una pérdida o gasto
debe ser admitida en avería gruesa corresponde a la parte que reclama dicha admisión.
Quienes reclamen en avería gruesa deberán comunicar por escrito al liquidador de averías
la pérdida o gasto por el que se reclaman contribución dentro de los doce meses siguientes
a la fecha de terminación de la aventura común.

A falta de tal comunicación, o si dentro del plazo de 12 meses desde que le sea solicitada
alguna de las partes dejase de aportar la prueba de su reclamación, o los datos sobre el
valor del interés del contribuyente, el liquidador de averías quedará en libertad para
calcular la cuantía de la bonificación o el valor del contribuyente de acuerdo con la
información de que disponga, cálculo que podrá ser impugnado únicamente por razón de
su manifiesta incorrección.

Solamente son reembolsados aquellos daños, pérdidas o gastos que sean consecuencia
directa del acto de avería gruesa. Las pérdidas o daños sufridos por el buque o el
cargamento, a consecuencia de retraso, y las pérdidas indirectas, tales como la demora y
pérdida de mercado, no serán admitidos en avería gruesa.

Los derechos a obtener la contribución en avería gruesa no serán afectados aunque el


acontecimiento que dio lugar al sacrificio o gasto pueda haberse debido a la falta de una
de las partes en la aventura.

Cuando recibamos un certificado de avería gruesa de alguno de los buques en los que se
transportaban nuestros contenedores tendremos que consultar la siguiente
documentación:

 Las cláusulas en las pólizas de fletamento.


 Los conocimientos de embarque.
 El pacto contractual y la remisión a la forma liquidadora.

Tras observar estos documentos o alguno de ellos, y con estas nociones básicas, ya
estaremos en disposición de saber si nuestro caso se puede considerar avería gruesa o no.

La experiencia muestra que en muy pocas y contadas ocasiones se dan los requisitos para
establecer una avería gruesa, y es que en la mayoría de ocasiones en las que el armador
presenta la solicitud de aceptación de avería gruesa a los interesados en la carga suele
faltar ere requisito del “peligro” previo que genera la pérdida económica.

Un caso típico de avería gruesa sería aquel en el que en un contenedor se incendia a bordo
de un portacontenedores y para evitar un mal mayor lo tiran por la borda para poder salvar
al resto de contenedores, al buque y a toda la tripulación. El resto de interesados en la
carga deben pues contribuir ya que gracias a esa pérdida ellos han podido recibir sus
cargas en destino.

La recomendación es que nunca se dé por sentado que por muy grave que haya sido un
accidente tenga que ser avería gruesa. Son cosas totalmente independientes, la magnitud
del accidente y que se den los requisitos legales. Gruesa no significa grande, espectacular,
tremenda… es un concepto jurídico y como tal debe analizarse caso a caso si concurren
los requisitos que permiten al armador cobrarnos una cantidad determinada frente a un
incidente.
Los elementos que caracterizan a la avería gruesa son:

A. EL PELIGRO: El buque navegando debe encontrarse en presencia de un peligro. Este


peligro debe ser: Real, es decir, debe existir, pues puede el Capitán, por razones varias,
creer que hay peligro y en realidad no haberlo. La existencia de este peligro debe ser
juzgada por el juez con un criterio subjetivo, es decir, el juez debe ponerse en la situación
del Capitán en ese momento. Actual, el peligro no debe ser ni muy remoto, de modo que
no produzca sus efectos, ni muy cercano, porque si es muy cercano carece de todo objeto
el sacrificio. Por eso es muy criticable la definición que da algún código cuando exige
"inminencia" del peligro. Común, este peligro debe amenazar al buque, flete o carga,
porque si amenaza a uno solo, será una avería particular o simple y la indemnización se
haría en beneficio de uno solo.

En cuanto al origen del peligro, pregunta si hay avería gruesa, cuando a aquél ha sido
ocasionado por la culpa del Capitán u otras personas autorizadas. Al respecto hay dos
teorías:

I. La antigua teoría francesa sostiene que cuando el daño se ha producido por vicio propio
del buque o por culpa del Capitán (negligencia) no hay avería.
II. La teoría inglesa, alemana y de los códigos modernos, establece el principio contrario:
aunque haya culpa en el origen hay avería gruesa. Se consagró este principio en la Regla
de Amberes de 1913 y pasó a la de York-Amberes de 1924 quedando plasmado en dicho
texto.
¿Cómo juega la acción de avería cuando el peligro ha sido ocasionado por la culpa? Por
ejemplo, si se cargan clandestinamente mercaderías, se fermentan y se hace necesario
tirar otra mercadería al agua, ¿hay avería gruesa? Sí, y al dueño de la mercadería debe
indemnizarse. Claro, que una vez que todos han indemnizados tiene acción por esa parte
contra el autor de la culpa. De modo que en cuanto al origen, haya o no culpa o dolo,
existe avería.

En presencia de un peligro, el Capitán realiza un sacrificio, generalmente una echazón.


¿Este sacrificio cómo debe ser? Surgen así otros elementos que caracterizan a la avería:

B. LA VOLUNTAD: La voluntad del Capitán es indispensable. (Tiene que tratarse de


un acto deliberado del Capitán o persona que lo sustituya en el comando. Si es un hecho
fortuito, aunque derive en un gasto o sacrificio, no es bonificable en avería común).

C. EL SACRIFICIO: Debe ser extraordinario, porque si es ordinario de la


navegación no hay avería gruesa. El ejemplo de un gasto ordinario es el pago de sueldos
a la tripulación, pero cuando los pagos deben hacerse extraordinariamente, por ejemplo
por una arribada forzosa, se convierten en avería gruesa. No sería razonable ni útil
obligar al Capitán a aguardar hasta la ocurrencia del siniestro para efectuar el gasto o
sacrificio, con el consiguiente riesgo. El peligro no debe afectar a un solo interés, por
ejemplo el de la carga, sino a la expedición marítima como a un todo. Se exige que se
trate de un peligro real.
D. INTERÉS O BENEFICIO COMÚN: Que tenga un resultado útil, que si ese
sacrificio, voluntario y extraordinario, realizado en presencia de un peligro real, actual y
común, no tiene resultado útil no hay avería. Ello se aprecia claramente en el típico
ejemplo del echazón. Si sólo se persigue beneficiar a un interés, no existe acto de avería
gruesa. Por ejemplo, si se fumiga en un puerto de escala parte de la carga de granos a
granel para evitar la proliferación de insectos, no hay avería gruesa porque sólo está en
peligro la carga, y el objetivo del acto no es la seguridad común.

El acto de Avería Gruesa (sacrificio o gasto)


Dispone la Regla A de las Reglas de York-Amberes que constituyen actos de Avería
Gruesa tanto los sacrificios como los gastos realizados con arreglo a esta norma. Ambos,
gastos y sacrificios, pueden recogerse bajo el término más amplio de pérdida, en razón de
que implican un menoscabo en el patrimonio de al menos una de las partes de la aventura
marítima. Por su parte, las Reglas Numeradas de este mismo cuerpo normativo,
establecen de manera taxativa qué gastos y sacrificios son particularmente admitidos en
Avería Gruesa. Luego, antes de disponerse a analizar los elementos constitutivos de este
instituto, resulta pertinente dedicar un apartado al estudio de los actos constitutivos de
Avería Gruesa.

A continuación se expone esta clasificación esencial de los actos de Avería Gruesa en


gastos y sacrificios. Asimismo, se hará la distinción, al seno de la categoría de los
sacrificios, entre aquellos que afectan al buque, y los que recaen sobre la carga. De manera
preliminar puede establecerse que, mientras las Averías-Sacrificio implican un acto físico
de deterioro o destrucción de un objeto, las Averías-Gasto constituyen invariablemente
un desembolso monetario.

1.1Avería - Sacrificio (daño)


Refiere al daño, deterioro o sacrificio extraordinario del buque o sus aparejos, de la carga
o de parte de ella. Siendo que, como se verá, uno de los requisitos para su constitución
como acto de Avería Gruesa es que sea voluntariamente realizado, se excluyen las
pérdidas ocasionadas por caso fortuito o fuerza mayor. Debe mediar la determinación
razonada del Capitán para que una pérdida tal se admita en Avería Gruesa.

a) Avería-sacrificio del buque


Implica la destrucción, pérdida, daño o deterioro del buque, sus partes, y aparejos e
instrumentos.

i) Daños ocasionados al buque para la seguridad común (barrenado)

La Regla II de las Reglas de York-Amberes establece que: “La pérdida o daño causado a
un buque y a su cargamento, o a cualquiera de ellos, por o a consecuencia de un sacrificio
hecho para la seguridad común, así como por el agua que penetre por las escotillas
abiertas, o por cualquier otra abertura practicada con el objeto de efectuar una echazón
para la seguridad común, serán admitidos como avería gruesa.”.

Así, los daños ocasionados al buque, sus partes o aparejos por barrenado o por el
anegamiento causado por la apertura de las escotillas, constituyen actos de Avería Gruesa.
ii) Extinción de fuego a bordo

La Regla III de las Regla York-Amberes establece que: “El daño causado a un buque y
su cargamento, o a cualquiera de ellos, por agua o de otro modo, incluso el que se
produzca al varar o barrenar un buque para extinguir un fuego a bordo, será admitido en
avería gruesa; sin embargo no se hará bonificación alguna del daño ocasionado por humo
y calor, cualquiera que fuera la causa.”

iii) Corte de restos (despojos)

La Regla IV de la Regla de York-Amberes establece que: “Las pérdidas o daños


ocasionados por cortar los despojos o partes del buque, que previamente hayan sido
arrancados o que se hayan perdido por accidente, no serán admitidos como avería
gruesa.”. Confrontándose esta norma con la Regla A, y haciendo una lectura contrario
sensu de aquélla, se determina que cualquier daño causado al buque o sus partes o
aparejos, que cumpla con los requisitos establecidos por la Regla A, y que, de acuerdo
con la Regla IV, no hayan sido arrancados o perdidos por accidente, será admisible en
Avería Gruesa.

iv) Encallamiento voluntario

El encallamiento, en tanto acto de Avería Gruesa, refiere a los daños que sufrieren el
casco y la quilla del buque cuando este se hiciere encallar o varar en un banco de arena o
arrecife. La Regla V de la Regla de York-Amberes establece que: “Cuando un buque es
encallado intencionalmente para la seguridad común, haya sido o no llevado a la orilla,
las pérdidas o daños consecuentes sufridos por la propiedad de la aventura marítima serán
admitidos como avería gruesa.”.

v) Daños ocasionados a la maquinaria y calderas


La Regla VII de la Regla de York-Amberes establece que: “El daño que se causa a
cualquier máquina o caldera de un buque que se encuentre embarrancado y en situación
de peligro, con el fin de reflotarlo, se admitirá en avería gruesa, siempre que se demuestre
que aquél proviene de un acto realmente intencional de reflotar el buque, para la seguridad
común, a riesgo de sufrir tal daño, pero cuando un buque esté a flote ninguna pérdida o
daño por el funcionamiento de los elementos de propulsión y calderas será, bajo concepto
alguno, admitido como avería gruesa.”.

Así, el daño causado a la maquinaria o calderas de un buque varado, ha de admitirse en


Avería Gruesa. No así cuando el buque se encuentre a flote.

b) Avería-sacrificio de la carga
La pérdida o daño sufrido por la carga, puede, en diversas situaciones, constituir un acto
de Avería Gruesa. A saber:

i) Echazón

El acto de echazón refiere a la acción y efecto de arrojar al agua la carga, parte de ella o
ciertos objetos pesados de un buque, cuando es necesario aligerarlo. Así, arrojar la
totalidad o parte de la carga por encima de la borda, para aligerar el buque a fin de salvarlo
del peligro, constituye un acto de Avería Gruesa. Es precisamente este acto particular, el
que dio origen al instituto y doctrina de Avería Gruesa.

La Regla I de la Regla de York-Amberes, dedicada al acto de echazón, establece que:


“Ninguna echazón de carga será bonificada como avería gruesa a menos que tal
cargamento sea transportado de acuerdo con las costumbres reconocidas del tráfico.”. En
esta regla se admite la echazón de carga transportada según las costumbres reconocidas
del tráfico, excluyendo así la mercaderías cargadas sobre cubierta -a menos que sea este
el procedimiento habitual-, así como los objetos echados que no se hallen en el
conocimiento de embarque o en el manifiesto de la carga.

Por su parte, la Regla II de la Regla de York-Amberes establece, en relación con los


daños ocasionados al buque o el cargamento para practicar la echazón, son actos de avería
Gruesa: “La pérdida o daño causado a un buque y a su cargamento, o a cualquiera de
ellos, por o a consecuencia de un sacrificio hecho para la seguridad común, así como por
el agua que penetre por las escotillas abiertas, o por cualquier otra abertura practicada con
el objeto de efectuar una echazón para la seguridad común, serán admitidos como avería
gruesa.”

ii) Extinción de fuego a bordo

La Regla III de la Regla de York-Amberes establece que: “El daño causado a un buque y
su cargamento, o a cualquiera de ellos, por agua o de otro modo, incluso el que se
produzca al varar o barrenar un buque para extinguir un fuego abordo, será admitido en
avería gruesa; sin embargo no se hará bonificación alguna del daño ocasionado por humo
y calor, cualquiera fuera la causa.”.

iii) Encallamiento voluntario

La Regla V de la Regla de York-Amberes establece que: “Cuando un buque es encallado


intencionalmente para la seguridad común (…), las pérdidas o daños consecuentes
sufridos por la propiedad de la aventura marítima serán admitidos como avería gruesa.”.

En relación con el buque, es fácil imaginar los daños que éste puede sufrir a consecuencia
del encallamiento. Sin embargo, la Regla V no restringe el acto de Avería Gruesa a los
daños sufridos por éste, sino que la norma abarca todas las pérdidas o daños consecuentes
sufridos por la propiedad de la aventura marítima. Luego, esto incluye la carga. En este
respecto, puede figurarse, por ejemplo, el daño causado a la mercadería transportada por
la exposición climática prolongada, a consecuencia del varamiento.

iv) Carga, materiales y provisiones quemados como combustibles

Señala la Regla IX de la Regla York-Amberes que: “La carga, materiales y provisiones


del buque, o cualquiera de ellos, que en caso de peligro haya sido preciso quemar como
combustible para la seguridad común, serán admitidos en avería gruesa; excepto cuando
tal admisión sea efectuada por el costo de los materiales y provisiones, en cuyo caso la
avería gruesa será acreditada con el costo estimado del combustible que hubiera sido
consumido en la realización del viaje planeado.”.
v) Daño causado al cargamento en la descarga, etc.

La Regla XII de la Regla de York-Amberes establece que: “Las pérdidas o daños sufridos
por el cargamento, el combustible o las provisiones, al trasladarlos, almacenarlos,
reembarcarlos o estibarlos serán abonados en avería gruesas cuando, y solamente cuando,
el costo de las respectivas operaciones sea admitido como avería gruesa.”.

Esta norma restringe la inclusión del daño sufrido por la carga en su descargo, a la
admisión en Avería Gruesa del gasto de traslado, almacenamiento, reembarque o estibaje
realizado.

vi) Pérdida del flete

Dispone la Regla XV de la Regla de York-Amberes que: “La pérdida de flete resultante


de una pérdida o daño del cargamento será admitida en avería gruesa, tanto si es causada
por un acto de avería gruesa, como si la pérdida o daño del cargamento se bonifica en
igual forma. Del importe del flete bruto perdido se deducirán los gastos en que el titular
del mismo habría incurrido para ganarlo, pero que no ha incurrido por causa del
sacrificio.”.

Luego, en relación con la pérdida o daño de la carga, será el flete de la misma admitido
en Avería Gruesa.

vii) Mercaderías sin conocimiento o falsamente declaradas

Tampoco han de admitirse en Avería Gruesa los objetos abordo no incluido en los
conocimientos de embarque o en el manifiesto de carga.
La Regla XIX de la Regla de York-Amberes establece, en materia de mercancías no o
falsamente declaradas: “Los daños o pérdidas sufridos por las mercancías cargadas sin
conocimiento del armador o de su agente o por las que intencionadamente hubiesen sido
objeto de una falsa declaración en el momento del embarque, no se abonarán en avería
gruesa, pero tales mercancías estarán sujetas a la correspondiente contribución si se
salvasen. Las pérdidas y daños causados a las mercancías que hayan sido falsamente
declaradas, con un valor más bajo que el efectivo, se abonarán sobre la base del valor
declarado, pero contribuirán con su valor real.”.

Se establece que las pérdidas o daños sufridos por la mercancía cargada de forma irregular
no estará cubierto por la Avería Gruesa, sin embargo, si estas se salvasen merced de un
gasto o sacrificio realizado por la seguridad común, éstas habrán de contribuir.

1.2Avería Gasto
Refiere, grosso modo, a cualquier desembolso o gasto que realice el Capitán para la
salvación o seguridad común, en su condición de representante de la comunidad de
intereses de la aventura marítima. A diferencia de las Averías-Sacrificio, no importan
destrucción, deterioro o daño de un bien, pero sí un menoscabo en el patrimonio de la
expedición. La condición fundamental para su consideración como acto de Avería
Gruesa, es que ha de ser extraordinario, sea, sobreviniente y no propio del giro regular de
la empresa.
i) Gastos Sustitutivos

La expresión gastos sustitutivos, se emplea para significar ciertos gastos que, aunque
carecen por sí mismos del carácter propio de Avería Gruesa se liquidan como tales,
siempre que éstos hayan evitado la realización de un desembolso mayor.

La Regla F de la Regla de York-Amberes señala que: “Cualquier gasto extraordinario


incurrido en sustitución de otro que hubiera sido bonificado en avería gruesa, será
considerado como avería gruesa y así admitido, sin tener en cuenta lo ahorrado, si lo
hubiera, a otros intereses, pero solamente hasta el importe del gasto de
Avería gruesa así evitado.”.

ii) Gastos de Salvamento

La Regla VI de la Regla de York-Amberes señala en lo atinente, que: “Los pagos por


salvamento, incluidos los intereses y honorarios legales asociados con tales pagos, no
serán admitidos en avería gruesa, salvo en el caso que una de las partes de la aventura
haya pagado la totalidad o parte de la proporción del salvamento (incluyendo intereses y
honorarios legales) correspondiente a otra parte (calculado con base en los valores
salvados y no en los valores contributivos en avería gruesa). Tal contribución al gasto de
salvamento deberá ser acreditada en el ajuste de avería gruesa a la parte que la ha pagado,
y debitada a la parte en cuya representación el pago fue realizado.”.

iii) Gastos en el puerto de refugio (de arribada) etc.

Dispone la Regla X de la Regla de York-Amberes que: “i) Cuando un buque haya entrado
a un puerto o lugar de arribada o haya vuelto a su puerto o lugar de carga a causa de un
accidente, sacrificio o alguna u otras circunstancias extraordinarias que exijan una
determinación para le seguridad común, los gastos de entrada en tal puerto o lugar serán
admitidos como avería gruesa; y cuando el buque vuelva a salir nuevamente con todo o
parte de su cargamento original, los gastos correspondientes a la salida de tal puerto o
lugar que sean consecuencia de la entrada o retorno, serán asimismo admitidos en avería
gruesa. ii. Cuando un buque se encuentra en un puerto o lugar de refugio y es
necesariamente llevado a otro puerto o lugar de refugio, siendo que las reparaciones
requeridas no pueden efectuarse en el primer lugar, las disposiciones de esta Regla han
de aplicarse al segundo puerto o lugar de refugio, y por tanto, los costos de tal remoción,
así como las reparaciones provisionales y estibaje han de ser admitidos en avería gruesa.
Las disposiciones de la Regla XI han de aplicarse a la prolongación del viaje ocurrido en
razón de tal traslado.”.

Así, de conformidad con la Regla X serán admitidos los siguientes gastos de arribada,
realizados en el puerto de refugio:

- Los gastos de arribada originados cuando un buque haya entrado a un puerto o lugar de
arribada por circunstancias extraordinarias, así como los gastos correspondientes a la
salida de tal puerto.
- Los gastos originados cuando un buque se encuentra en un puerto o lugar de refugio y
es necesariamente llevado a otro, pues las reparaciones requeridas no pueden efectuarse
en el primer lugar. Los costos de tal remoción, así como las reparaciones provisionales y
estibaje han de ser admitidos en Avería Gruesa.
Continúa la Regla X en su inciso b) que: “(i) El costo de la manipulación a bordo o del
descargo de la carga, combustible o provisiones en un puerto o lugar de carga o refugio,
será permitida como avería gruesa cuando la manipulación o descarga fuere necesaria
para la seguridad común o para permitir la reparación del daño causado a la nave por
sacrificio o accidente, si las reparaciones fueren necesarias para la continuación segura
del viaje, excepto en los casos donde el daño a la nave se descubre en un puerto o lugar
de carga, sin que logre identificarse conexión con accidente alguno u otras circunstancias
extraordinarias sobrevenidas durante el viaje. (ii) El costo de manipulación a bordo de la
carga o de su descargo, o el del combustible o provisiones, no será admitido como avería
gruesa cuando se haya incurrido en éste con el único fin de re-estibar la carga movida
durante el viaje, a menos que tal re-estibaje sea necesario para la seguridad común.”.

iv) Gastos de alijo de un buque encallado y daños consiguientes

La Regla VII de la Regla de York-Amberes establece que: “Cuando un buque está


encallado y se procede a la descarga de su cargamento, provisiones o combustible o
cualquiera de ellos, en circunstancias tales que esa medida constituye un acto de avería
gruesa, los gastos extras de alijo, alquiler de lanchas y reembarque (si se realiza), así como
las pérdidas y daños que resulten de tal motivo, serán admitidas como avería gruesa.”.

Así, esta norma emana de una Avería-Sacrificio, cual es el encallamiento voluntario,


según la cual el gasto generado por el alijo, alquiler de lanchas y reembarque, así como
las pérdidas y daños resultantes, destinados no solo a aligerar el buque, sino
eventualmente a salvaguardar la carga, serán admitidas en Avería Gruesa.

v) Gastos en el puerto de refugio (de arribada), en relación con los salarios


y manutención de la tripulación y otros gastos ocasionados para ganar un
puerto de arribada, etc.

Continúa la Regla XI.a refiriéndose a los gastos de arribada en puerto de refugio, pero
esta vez no sobre los gastos producto de la manipulación y descarga de la carga, sino
particularmente de los gastos de salario y manutención de la tripulación, entre otros: “a)
Los salarios y manutención devengados razonablemente por el capitán, oficiales y
tripulantes y el combustible y aprovisionamientos consumidos durante la prolongación
del viaje ocasionada por la entrada de un buque en un puerto o lugar de arribada o por su
retorno al puerto o lugar de carga, serán admitidos en avería gruesa, cuando los gastos de
entrada en dicho puerto o lugar se admitan en la misma forma, de conformidad con la
Regla X (a).”. Esta Regla fue reformada en la revisión de 2004, a fin de excluir de la
admisión en Avería Gruesa, los salarios y mantenimiento del capitán, oficiales y
tripulación mientras el buque se encuentre detenido en el puerto de refugio.

LA LIQUIDACION DE LAS AVERÍAS

La liquidación de las averías es un procedimiento técnico-contable que tiene por objeto


la distribución del importe de las averías.

La documentación que debe solicitar el Liquidador de Averías son los siguientes:

1. Protesta del capitán.


2. Copia del Diario de Navegación y del Cuaderno de Máquinas.
3. Póliza de fletamento y/o conocimiento de embarque.
4. Informe de los peritos en relación con los daños.
5. Cuenta de todos los gastos en que se haya incurrido.
6. Certificado de valoración del buque.
7. Certificado de valoración del cargamento.
8. Fletes.
9. Cuentas de gastos de puerto.
10. Combustible consumido.
11. Cualquier otro documento

El Liquidador de Av. Gruesa deberá tener en cuenta el valor del buque, el valor de la
carga y el valor del flete para determinar la proporcionalidad de cada parte en la
contribución del gasto incurrido. Esa tarea es sumamente dificultosa además de
considerar aspectos como: a) las coberturas de la póliza que amparan cada riesgo; b) el
valor de la suma asegurada del buque; c) la continuidad del buque después de ocurrido el
hecho, y que pasaría si existieran nuevos daños al continuar dicho viaje; d) si los bienes
en riesgo (buque, flete y carga) fueran de la misma persona; e) si el cálculo del flete
proporcionado es bruto o neto para determinar la contribución, entre otras
consideraciones.

El objeto del ajuste o liquidación de la avería gruesa consiste en la determinación de la


contribución de cada uno de los elementos integrantes de la aventura marítima. En
términos Generales podemos decir que toda liquidación consta de varias partes y etapas.
Habitualmente se comienza haciendo una exposición resumida de los hechos que
provocaron la avería gruesa y de su calificación, para proceder luego a formar la masa
acreedora, que es la suma de los valores que deben ser resarcidos, y la masa deudora, que
es la suma de los valores contribuyentes. A continuación se obtiene un cociente, al
relacionar ambas masas, cociente que aplicado sobre cada uno delos valores de la masa
deudora da por resultado el monto de contribución del buque, del flete y de la carga.

El Liquidador de Averías es un técnico que, en virtud de sus conocimientos prácticos y


profesionales, interviene en los siniestros del seguro de transportes para emitir un informe
relativo a la descripción de circunstancias que han determinado la ocurrencia de un
accidente o avería y la fijación de su importe, sus funciones son:

1) Verificar el origen del siniestro


2) Determinar el encuadre del siniestro según la cobertura contratada
3) Determinar el monto de los daños
4) Efectuar la valuación para determinar el valor a riesgo según la medida de la prestación
5) Confeccionar el informe respectivo

La masa acreedora ((quién exige): Exige aquel que recibe el daño.

Está constituida por el conjunto de créditos que representan los daños y gastos sufridos o
incurridos en beneficio común. En cuanto al buque, si ha sido reparado, la suma a ser
bonificada como avería gruesa será el precio real y razonable del daño o la pérdida,
aunque sujeto a las deducciones en concepto de "nuevo por viejo" contempladas en la
Regla XVIII de York-Amberes, de 1974. Si las reparaciones no se hubieren efectuado e
admitirá una razonable depreciación. Si el buque sufriera una pérdida total el importe
admisible, será el valor estimado del buque en buen estado, luego de deducir el costo
estimado de las reparaciones que no fueran averías gruesas y el producto de la venta si
existiera. En cuanto a la carga que se ha perdido o dañado como consecuencia del acto de
avería, señalaremos que la Regla XVI de York-Amberes, establece que el importe a
bonificarse, será la pérdida sufrida por el propietario de la mercadería, tomándose por
base el precio del documento o la factura comercial, en el momento de descarga, o a falta
de estos el valor al momento de embarque. No integran la masa acreedora, las mercaderías
sacrificadas que hayan sido cargadas sin consentimiento del transportador (Regla
XIX).La pérdida del flete resultante del daño o pérdida de mercadería, será admitida como
avería gruesa, tanto cuando sea consecuencia de un acto de avería gruesa como cuando el
daño o la pérdida de la mercadería sean bonificadas como tal, pero del valor del flete
bruto perdido se deducen los gastos en que han incurrido los propietarios del flete para
ganarlo, incluyéndose los efectuados como consecuencia del sacrificio (conforme a la
Regla XV de York-Amberes, de 1974).

En síntesis la masa acreedora está formada por la suma de todos los perjuicios
extraordinarios (daños y/o gastos) admisibles en avería común e indemnizables por este
motivo. Tales perjuicios pueden consistir en: a) daños o pérdidas de las mercaderías
embarcadas; b) daños sufridos por el buque, sus máquinas y/o aparejos; c) pérdida
total o parcial del flete relativo a mercaderías pérdidas o dañadas y d) gastos
extraordinarios. También integran la masa acreedora los gastos de liquidación, por ej.
Los honorarios del liquidador y de los peritos, si los hay.

La masa deudora ((quién ha de pagar): Pagará el buque y los cargadores


salvados.

La masa deudora está constituida por todos los bienes salvados más todos los bienes
que integran la masa acreedora, pues, de no ser así, percibirían una indemnización
integra sin contribuir, como los demás, al pago de ella. La integraran por tanto, el
buque, la carga y el flete, salvo que este fuese ganado a todo evento, en cuyo caso
quedaría al margen de la liquidación. Está integrada por los valores de los elementos
que forman la aventura marítima beneficiada en común por acto de avería gruesa, es
decir, el buque, el flete y la carga. En general, la contribución debe hacerse sobre los
valores reales netos de los bienes a la terminación de la aventura, a cuyos valores se
agrega las sumas bonificadas como averías gruesas, excepto el valor de la carga que
será el que tenga al momento de la descarga, el cual será acreditado como
anteriormente se dijo. El buque contribuye según su valor en el estado en que se halle
a su llegada (en estado de avería).Para obtener el valor en estado de avería hay que
deducir el costo de las reparaciones realizadas como consecuencia del acto de avería
gruesa.

La carga participa como hemos dicho precedentemente pero esta incluye el costo del
seguro y el flete, a menos que este no se halle a riesgo del propietario de la mercadería,
pero son deducidos los derechos de importación, las averías particulares, y en general
todo gasto que el propietario de la mercadería hubiera realizado para alcanzar ese valor
contribuyente. La carga sacrificada también se incluye, pues de otra manera su propietario
se beneficiaría con una indemnización total de la expedición. El flete concurre con su
valor convenido entre el transportador y el cargador, previa deducción de los salarios y
gastos de manutención de los tripulantes que no se hubieran devengado para ganar el flete
si el buque y la carga se hubieren perdido totalmente en el momento de llevarse a cabo el
acto de avería común, siempre que hayan sido admitidos en avería común. El flete
contribuye a la avería gruesa solamente cuando está a riesgo del transportador y es ganado
efectivamente o bonificado como avería gruesa. Siempre con relación al flete, nos
referimos a dos situaciones ajenas al contrato de transporte sin fletamento, es decir, al
documentado solamente mediante un conocimiento de embarque: contribución del flete
en el fletamento al tiempo y contribución del flete en el fletamento por viaje (voyage-
charter). En el fletamento a tiempo (time-charter) el valor del flete debido por el cargador
al transportador solo participa en la avería gruesa cuando la mercadería está a bordo,
cuando el flete está a riesgo del transportador y cuando esta convenido "por viaje”.

No contribuyen los equipajes de los pasajeros y de los tripulantes, ni los efectos


personales que no hayan sido embarcados bajo conocimiento de embarque, ni el correo,
ni las personas embarcadas a bordo.

Determinación de la contribución

Luego de conocido el monto de la masa acreedora y deudora, se relacionan ambas a fin


de obtener el cociente, que se proyecta sobre cada uno de los valores de la masa deudora,
lográndose en consecuencia la contribución de dichos valores y la determinación del saldo
de ellos. Un pequeño ejemplo de esto podría ser el siguiente: La fórmula a utilizar,
entonces es la siguiente:

X = M.A.
100 M.D.

MA = Masa acreedora
MD = Masa deudora

Si la masa acreedora registra un valor total de cuarenta y cinco mil pesos ($ 45.000) y la
deudora de doscientos mil pesos ($ 200.000), la fórmula de referencia se expresaría del
siguiente modo:

X/100 = 45000/200000

Entonces X = 100 x 45000 / 200000 = 22,5 %

El porcentaje que obtenemos nos indicará cual ha de ser, en el ejemplo con el cual
operamos, el porcentaje o cuota de contribución que deberá soportar cada uno de los
intereses vinculados a la expedición. El 22,5 %, establecido en este ejemplo deberá
aplicarse sobre el valor asignado a cada uno de los intereses contribuyentes, de modo que
se cubra el valor total fijado a la masa acreedora. La liquidación se lleva volcando los
valores a una moneda estable. Los gastos y los daños se calculan al tipo de cambio vigente
en la fecha en que se efectúan, y los valores contribuyentes a las fechas respectivas en
que deben fijarse. El tema del tipo de cambio aplicable tiene gran significación sobre todo
durante períodos de inestabilidad en los mercados monetarios, ya que el resultado puede
consistir en beneficios y pérdidas para los distintos interesados.

Ejemplo 1:

1. Masa acreedora
a) Echazón de mercadería. Conocimiento Nº1 50.000.-
b) Flete Mercadería echada 3.000.-
c) Daños sufridos por el buque 10.000.-

2. Masa Deudora:

a) Valor del Buque en estado de avería 205.000.-


b) Daños al buque 10.000.-
c) Valor del flete 6.500.-
d) Valor mercadería Conocimiento Nº1 50.000.-
e) Valor mercadería Conocimiento Nº2 60.000.-

3. Total masa deudora 331.500.-

4. Porcentaje de contribución
Masa acreedora 63.000.-
Masa deudora 331.500.-

Porcentaje = MA 63.000.- = 1.9 o sea 19%


MD 331.500.-

Ejemplo 2:

1. Masa acreedora

a) Créditos del armador


Daños al buque 10.000.-
Fletes perdidos 2.000.-

b) Créditos de la carga
Mercaderías sacrificadas 38.000.-

Total masa acreedora 50.000.-

2. Masa deudora

a) Valor del buque en estado de avería 650.000.-


b) Daños al buque admitidos en avería común 10.000.-
c) Valor de los fletes netos 40.000.-
d) Valor mercaderías sacrificadas 38.000.-
e) Valor mercaderías salvadas 62.000.-

Total masa deudora 800.000.-

3. Porcentaje de contribución
Masa acreedora 50.000.-
Masa deudora 800.000.-

Porcentaje = MA/MD x 100 = 6,25%


4. Reparto de contribución y saldo

a) Buque y flete

Valor del buque 650.000.-


Daño al buque 10.000.-
Valor flete 40.000.-
Total 700.000.-

Contribución = 700.000 x 0, 0625 = 43.750

Recibe

Daño al buque 10.000.-


Flete perdido 2.000.-
Total 12.000.-

Saldo a pagar

Contribución – Percepción = 43.750 – 12.000 = 31.750.-

c) Mercadería sacrificada

Contribuye = 38.000 x 0,0625 = 2.375.-


Recibe 38.000.-
Saldo a cobrar 35.625.-

d) Mercadería salvada
Contribuye = 62.000 x 0,0625 = 3.875.-
Recibe = Cero
Saldo a pagar 3.875.-

AVERÍA PARTICULAR

Se denomina también avería simple y es todo gasto o perjuicio imprevisto e involuntario


causado en el buque o en su cargamento que no haya redundado en beneficio o utilidad
común de los interesados en el buque y en su carga. Toda vez que no se produce el
beneficio común, tampoco se producirá distribución de la avería; el gasto o el daño de
ésta serán soportados por su dueño. En consecuencia, la liquidación de las averías
particulares afecta a la ejecución de los contratos de fletamento y de seguro. Los casos
legales de avería simple no tienen carácter limitativo. Las averías-daños del buque son
todos los daños sobrevenidos al buque por vicios del mismo, por accidente de mar o por
fuerza mayor. Las averías-daños del cargamento, son los daños ocurridos a la carga por
vicio de ella, accidente de mar, fuerza mayor o negligencia de la tripulación. Entre las
averías-gastos están los salarios y alimentos de la tripulación del buque detenido por
orden legítima o fuerza mayor, siempre que el fletamento estuviese contratado por un
tanto el viaje.
Es decir esta clase de averías se caracterizaban porque, diversamente a las comunes,
tienen un origen involuntario y sus daños o gastos recaen sobre quien los origina o
provoca, en definitiva todo daño o gasto causado durante la aventura marítima que no sea
avería gruesa se reputa avería particular. Cuando existe un daño o gasto y falta alguno de
los requisitos de la avería común, estamos en presencia de un acto de avería simple.
Consecuentemente, el deber de todos de contribuir proporcionalmente al valor de los
intereses salvados se sustituye por el principio general de que la cosa perece para su
dueño. Como se ha dicho, ya no se hace en la actual legislación referencia expresa a las
mismas, debiendo estar a las normas generales en materia de responsabilidad civil a la
hora de ser reclamadas.

Es importante resaltar los siguientes puntos para la comprensión del concepto:

 Una Avería Simple debe ser Extraordinaria.


 Una Avería Simple no debe ser Intencional.
 Una Avería Simple es toda avería que no está dentro del grupo de las llamadas
“Gruesas o Comunes”
 Los Gastos Simples a cargo del Buque no deben considerarse averías ya que son
comunes a la actividad.
 Los gastos por concepto de averías simples son soportadas por el dueño del buque
o quien ha pagado el gasto.

Serán averías simples o particulares, por regla general, todos los gastos y perjuicios
causados en el buque o en su cargamento, que no hayan redundado en beneficio y utilidad
común de todos los interesados en el buque y su carga, y especialmente los siguientes:

1. Los daños que sobrevinieren al cargamento desde su embarque hasta su descarga, así
por vicio propio de la cosa, como por accidente de mar o por fuerza mayor, y los gastos
hechos para evitarlos y repararlos.
2. Los daños y gastos que sobrevinieren al buque en su casco, aparejos, armas y
pertrechos, por las mismas causas y motivos, desde que se hizo a la mar en el puerto de
salida, hasta que ancló y fondeó en el de su destino.
3. Los daños sufridos por las mercaderías cargadas sobre cubierta, excepto en la
navegación de cabotaje, si las ordenanzas marítimas lo permiten.
4. Los sueldos y alimentos de la tripulación, cuando el buque fuere detenido o embargado
por orden legítima o fuerza mayor, si el fletamento estuviere contratado por un tanto el
viaje.
5. Los gastos necesarios de arribada a un puerto para repararse aprovisionarse.
6. El menor valor de los géneros vendidos por el capitán en arribada forzosa, para pagos
de alimentos y salvar a la tripulación, o para cubrir cualquiera otra necesidad del buque,
a cuyo cargo vendrá el abono correspondiente.
7. Los alimentos y salarios de la tripulación, mientras estuviere el buque en cuarentena.
8. El daño inferido al buque o cargamento por el choque o abordaje con otro, siendo
fortuito e inevitable. Si el accidente ocurriere por culpa o descuido del capitán, éste
responderá de todo el daño causado.
9. Cualquier daño que resultare al cargamento por faltas, descuidos o baraterías del
capitán o de la tripulación; sin perjuicio del derecho del propietario a la indemnización
correspondiente contra el capitán, el buque y el flete.
DIFERENCIAS ENTRE AVERÍAS PARTICULARES Y COMUNES

a) Por su origen. La diferencia fundamental, en cuanto al origen, radica en la


voluntariedad, ya que en la avería simple vemos que, "no hayan redundado en beneficio
y utilidad común"; mientras que por el concepto de avería común observamos que es
preciso que concurran voluntariedad, riesgo conocido y efectivo. Podríamos aclarar que
en la avería común es necesario la existencia de "motu propio" amén de los requisitos ya
formulados.
b) Por su finalidad. Es claro que mientras en la avería común hay deliberalidad ésta por
el contrario no existe en la avería simple; así, también la avería común persigue el
salvamento del buque y cargamento, mientras que este fin no es el resultado en la avería
simple.
c) Por sus efectos. El dueño de la cosa que dio lugar al gasto o recibió el daño, soportará
las averías simples o particulares. En avería común, la contribución u obligación de los
distintos intereses vinculados para soportar el sacrificio o gasto efectuado sobre las bases
convenidas (todos ponen).

REGLAS DE YORK AMBERES (RESUMEN)

No son normas jurídicas, sino reglas prácticas de carácter voluntario internacional para la
liquidación de las averías y que pueden ser aplicadas en el Derecho Marítimo al
especificar que “los interesados en la justificación y liquidación de las averías podrán
convenirse y obligarse mutuamente en cualquier tiempo acerca de la responsabilidad,
liquidación y pago de ellas”.

Constituyen un agrupamiento de normas de carácter privado dirigidas a lograr un régimen


internacional uniforme de la avería gruesa por vía convencional, que fueron aprobadas en
sucesivas conferencias especialmente convocadas por diversas organizaciones privadas
interesadas en el tema. Estas reglas están compuesta por siete reglas designadas
alfabéticamente (A a G), que contienen principios generales, y Veintidós reglas numéricas
(1 a XXII), que enuncian casos concretos de daños y gastos admisibles en avería gruesa,
valores contribuyentes, etc.

REGLA A. DEFINICIÓN DE AVERÍA COMÚN Y SU CONTRIBUCIÓN

Existe un acto de avería común solamente cuando intencionada y razonablemente, se


realiza un sacrificio o se contrae un gasto extraordinario para la seguridad común, con el
fin de preservar de un peligro los bienes comprometidos en una aventura marítima común.
Los sacrificios y gastos de avería común (masa activa) serán soportados por los diversos
intereses contribuyentes (masa pasiva), sobre las bases establecidas a continuación (en
relación con la Regla G). Como vemos esta regla tiene dos apartados: el primero es la
definición y el segundo trata de la contribución. Viene bien que estén juntos, ya que una
cosa es el acto y otra la contribución, y es un grave error confundir el acto de avería común
con la contribución por la avería común.

ELEMENTOS:

• Debe tratarse de un acto voluntario, intencional: el daño, sacrifico o gasto


extraordinario debe ser hecho u ordenado voluntariamente por el Capitán.
• Debe existir un peligro: la avería gruesa supone la existencia de un peligro común, es
decir, que amenace a todos los intereses de la expedición y no solo a uno de ellos. El
peligro debe revestir gravedad y además debe ser real, efectivo y actual. El Capitán es
quien debe apreciar la magnitud y característica del peligro.
• Debe haber responsabilidad del gasto o sacrificio realizado: Esto significa que ante
la situación de peligro, las consecuencias de las órdenes del capitán (daño, gasto,
sacrificio) no deben ser más gravosas que las del peligro que se quiere evitar.
• Seguridad común y obtención de un resultado útil: el acto de avería gruesa debe
seguir la seguridad de todos los intereses puestos en juego en la expedición. Si el gasto se
hace en interés o seguridad de uno solo de los elementos no es avería gruesa.

OTRAS REGLAS ALFABETICAS DE YORK AMBERES

• REGLA “B”: se refiere a la contribución y establece que los sacrificios y gastos por
avería gruesa deben ser soportados por todos los interesados en la expedición. Buque,
Carga y flete.
• REGLA “C”: determina que “solamente las pérdidas, daños o gastos que sean directa
consecuencia del acto de avería común serán admitidos como averías gruesas. Las
pérdidas o daños sufridos x el buque o su cargamento como consecuencia de demora, ya
sea en el viaje o con posterioridad, tales como la detención, y cualquier perdida indirecta
como la de mercadería, no serán admitidas como avería gruesa.
• REGLA “D”: se refiere a la culpa. Establece que si el gasto o sacrificio se debió a la
culpa de una de las partes comprometidas en la aventura, igual procederá la contribución,
sin perjuicio de las acciones que puedan ejercerse contra el que incurrió en la culpa.
• REGLA E: Se refiere a la prueba y pone a cargo de quien alegue un acto de avería
gruesa, acreditarlo.
• REGLA “F”: Se refiere a los gastos extraordinarios.
• REGLA “G”: determina que la “liquidación de la avería gruesa debe practicarse, tanto
en lo referente a la estimación de las perdidas, como a la contribución sobre la base de
los valores en el momento donde termina la aventura”.

REGLAS NUMERICAS: Estas veintidós reglas (1 a XXII) contemplan casos


específicos de avería gruesa, los cuales deberán ser considerados y liquidados conforme
a las mismas, aun cuando no concurran todos los requisitos de la Regla A.

AVERIAS – DAÑO

1- ECHAZON: consiste en arrojar cosas al agua, para alijar el buque, siempre que la
carga haya sido transportada de conformidad a los usos reconocidos en el comercio.
Ninguna echazón de carga será bonificada como avería gruesa a menos que tal
cargamento sea transportado de acuerdo con las costumbres reconocidas del tráfico.
2- EXTINCION DE INCENDIO: solo se admite como avería gruesa los daños causados
al buque y a la carga o a uno de ellos, por el agua u otro procedimiento utilizado para
extinguir un incendio a bordo. Pero no admite compensación de daños causados a partes
de buque y de la carga a granel o a bultos individuales de carga, que hubieren sido
afectados por el fuego.
3- VARADURA VOLUNTARIA: la regla V establece que se liquidara como avería
gruesa todo daño sufrido a consecuencia de haberse varado intencionalmente el buque
por razones de seguridad común, como así también los daños sufridos para reflotar el
buque varado.
4- FORZAMIENTO O PERDIDAS DE LAS VELAS: la regla VI admite como avería
gruesa la perdida de velas y mástiles a consecuencia de los esfuerzos hechos para zafar el
buque varado o para llevarlo a una profundidad menor por razones de seguridad.
6- OBJETOS QUEMADOS COMO COMBUISTIBLE.- Regla IX Solamente serán
admitidos como avería gruesa cuando el buque hubiera tenido un amplio
aprovisionamiento de combustible.
7- PERDIDA DE FLETE: regla XV se considerara avería gruesa cuando ha sido causada
por un acto de avería gruesa o cuando el daño o la pérdida de la carga se considere como
tal carácter.

PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN DE AVERÍA


El plazo de prescripción de las acciones derivadas de la avería gruesa varía según se haya
firmado o no el compromiso de avería.

a) Ausencia de compromiso: La prescripción se opera en el plazo de un año a partir de


la conclusión de la descarga en el puerto en que concluyó el viaje.

b) Existencia de compromiso de avería firmado: La prescripción se opera en término


de cuatro años, contados desde la fecha de firma del compromiso. En el caso de que una
de las partes firmantes accione judicialmente, se autoriza al tribunal a conceder un plazo
suplementario de conformidad con las circunstancias del caso y durante la vigencia de
éste queda suspendido el término de la prescripción.
c) Plazo de prescripción de la acción ejecutiva: La prescripción es de un año contado
desde el reconocimiento de la liquidación efectuada por la partes o por decisión judicial.

Das könnte Ihnen auch gefallen