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Hablar del Venerable Fulton Sheen2 es referirse a una persona que se ha entregado
como barro al Alfarero de la Vida. Su vida y sus obras son reflejo del amor de Dios y ejemplo
de un ser humano que vive in persona Christi. Sus enseñanzas son, para nosotros, una guía
espiritual en esta peregrinación.
Fulton Sheen ha extraído la metáfora de la vasija de una carta de San Pablo a los
corintios. Con aquella quiso reflejar la frágil condición humana y la grandeza de la vocación
sacerdotal. Naturaleza humana identificada con la vasija de barro. Vocación al sacerdocio
como un gran tesoro y regalo divino. Se nos muestra lo maravilloso del sacerdocio y el gran
deber que nuestros pastores tienen. Pero también, las debilidades con las que luchan, que
1
Para citar este artículo: QUIROGA, Marianela. Como el barro en las manos del alfarero. Recuperado de:
http://ceerigansmontes/articulos/, día, mes, año en que fue recuperado.
2
En 2012 S. S. Benedicto XVI aprobó el decreto por el cual se reconocen sus virtudes heroicas, con lo cual pasó
a ser Venerable Siervo de Dios.
3
Tesoro en vasija de barro. La autobiografía de Fulton J. Sheen. Logos, Rosario, 2015.
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son las mismas que tenemos los demás hombres, pero entre ellos y nosotros hay una gran
diferencia. Con estas palabras lo expresa Fulton Sheen:
“Nuestra caída puede ser mucho mayor que la caída de otros debido a la altura desde la
que tropezamos. De todos los hombres malos, los religiosos malos son los peores, porque son los que
han sido llamados a estar más cerca de Cristo”4.
Este sacerdote nos enseña el modo en que el mismo Dios trabaja. Ya que Él, en su
infinita Providencia, elige a los más débiles a fin de revelar todo su poder a través de estos
pobres instrumentos. ¿Por qué? Porque “de otra manera, parecería que es el barro quien hace el
bien, y no el Espíritu” 5. Gran Sabiduría es Dios que se sirve de nuestra debilidad, de nuestra
flaqueza, nuestra miseria, para mostrarse en su infinito Poder y Misericordia.
Dios nos ha dado innumerables pastores que, tan de barro como nosotros, han sido
bendecidos con el tesoro de ser “mediadores entre Dios y los hombres”. En el día del
natalicio del Venerable Siervo de Dios Fulton Sheen, apreciemos el sacerdocio, recemos por
nuestros pastores y pidámosles entrega plena. Una gran cosa se le ha dado a cada sacerdote:
la vocación de servir a Dios en cuerpo y alma. Fulton Sheen reconoce que la respuesta a este
llamado tiene sus exigencias:
Esta enseñanza no sólo es válida para nuestros sacerdotes, sino también para cada uno
de nosotros, en la medida que nos corresponde. Medida que conoce el alma en la intimidad
con Cristo.
Reconociendo nuestro propio barro, miremos en la interioridad del tesoro que se nos
ha confiado y vivamos fieles en el cumplimiento de la Voluntad de Dios. Cada uno de
4
Ibídem, p. 20.
5
Ibídem, p. 22.
6
Ibídem, p. 23.
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nosotros conoce cuál es su llamado. Y por más frágiles que nos sintamos dejémonos moldear,
a imitación de Fulton Sheen, como el barro se entrega en las manos de su alfarero.