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Ética de la familia enfocado al trato de

personas de edad avanzada con sus


familiares

Mary Lucia Pillajo Romero


mpillajor1@est.ups.edu.ec

Universidad Politécnica Salesiana, 2019.


Ética de la familia enfocado al trato
entre
bros de una generación. Ese proceso tiene impli-
TRANSFORMACIONES ESTRUCTURA- caciones en otros factores, como en la compleji-
LES DE LA FAMILIA dad y potencialidad de las relaciones intergene-
racionales y de las modalidades de convivencia
Cada vez es mayor la conciencia de que vivi- multigeneracional. También tiene sus conse-
mos en sociedades envejecidas. Se ha producido cuencias respecto a la provisión de los cuidados.
una revolución demográfica que tiene diversas Las personas en el próximo futuro envejece- rán
consecuencias, pero además otros cambios que teniendo más vínculos familiares verticales que
han variado las expectativas sociales sobre la horizontales. Al tiempo que aumentan los
vejez y la familia que existían en las sociedades abuelos y bisabuelos, disminuyen los hermanos,
industriales. El aumento de la esperanza de vida tíos y primos. Puede preguntarse si se dará un
y la disminución de la fecundidad conllevan un aumento semejante en los hogares multigenera-
debilitamiento de las estructuras familiares entre cionales. Hace un siglo era probable encontrar
las diversas generaciones. Ha aumentado la familias de tres generaciones conviviendo en un
diversidad en las formas familiares, normas, y mismo hogar. En cambio en la actualidad, aun-
costumbres. Eso conlleva a su vez que se pro- que haya más generaciones, es más común en las
duzca gran heterogeneidad en lo referente a la sociedades contemporáneas que una persona
situación de las personas ancianas en sus relacio- anciana viva sola o con su cónyuge, lo que no
nes familiares. Las personas en la actualidad significa que no siga manteniendo intensos lazos
están envejeciendo en familias intergeneraciona- afectivos y emocionales con su familia
les que son cuantitativa y cualitativamente dife- (Walker, Guillemard y Alber 1993: 30).
rentes de las de sus antepasadas. Ha cambiado no Pueden ser varios los factores que influyen en
sólo la estructura familiar, que se ha alargado por que los miembros de una familia extensa
el aumento de las generaciones y la disminu- ción compartan la vivienda, como pueden ser la edad,
de los miembros pertenecientes a una gene- el género, el estado civil y la salud, así como la
ración, sino también la duración de los roles y necesidad económica. Ciertas investi- gaciones
relaciones familiares. En lugar de ser familias de muestran que las personas de edad tienden a vivir
dos o a veces tres generaciones, ahora pueden ser con una hija casada, cuando la salud, la viudez o
familias de cuatro generaciones. Además, el la falta de recursos económi- cos hace difícil
número de años que las personas mayores pue- vivir a solas (Bazo 1990). En el caso de España
den ejercer sus roles familiares ha aumentado de según datos del IMSERSO
forma significativa. Los padres pueden seguir (http://www.imsersomayores.csic.es) se constata
formando parte de las vidas de sus hijos/as que las personas ancianas viven notablemente
durante medio siglo. Como abuelos/as los lazos más en su propia casa que en la de otras perso-
con sus nietos adultos, e incluso biznietos, pue- nas, aunque entre las de más edad la proporción
den durar durante veinte años. disminuye de forma remarcable, especialmente
Otros rasgos de la revolución demográfica entre las mujeres. Algo más de la mitad de las de
que han contribuido a los cambios en la vida 80 y más años vive en otra casa (55%) así como
familiar de las personas mayores incluyen varia- casi las dos quintas partes de los varones (37%).
ciones en el tiempo dedicado a la procreación y Incluso en el conjunto de las mujeres ancianas,
crianza de los hijos. También en cuanto a la post- una cuarta parte (25%) vive en casa de otras
posición del primer hijo, y el hecho de no tener personas, el doble que los varones ancia- nos
hijos. Influye igualmente el aumento de las (12%). En la convivencia en pareja la pro-
familias monoparentales y el divorcio. Un rasgo porción de mujeres está por debajo de la de los
de la nueva estructura familiar como resultado varones, y por el contrario las mujeres viven a
del declive de la mortalidad y fecundi- dad es lo solas en dos veces y media la proporción de los
que se denomina “verticalización”. Significa que varones, o el doble entre las personas más
aumenta el número de generacio- nes vivas ancianas.
incrementándose las posibilidades de mantener Vivir más años ha alargado el tiempo en que
relaciones intergeneracionales, al tiempo que se se detentan estatus y se representan roles fami-
contraen las relaciones intra- generacionales al liares. Dado que las mujeres viven más que los
disminuir el número de miem-
Personas mayores y solidaridad familiarPresentación

fundos y pérdidas de carácter objetivo y subjeti-


varones, la duración de los mismos es diferente vo, teniendo consecuencias negativas en la salud
para unas y otros. Las personas en la actualidad, y la mortalidad, aunque puede mejorar con el
y sobre todo las mujeres, pueden esperar vivir al tiempo. Los hijos/as que suponen en general un
menos la mitad de su vida como hijas. Además apoyo importante para los padres/madres, lo son
de los estatus y roles como padres prolongados a aún más en la viudez (Bazo 1990). Cuando las
lo largo del tiempo, también tienen lugar los que personas mayores necesitan apoyo social y
corresponden a los abuelos/as, o a la abueli- dad. cuidado lo reciben en general por este orden: del
La prolongación de la vida permite espe- cónyuge, un hijo/a, otros familiares (Ministerio
cialmente a las mujeres, conocer a sus nietos de Asuntos Sociales 1995: 70). Amigos y vecinos
como niños, adolescentes, jóvenes e incluso suelen proporcio- nar apoyo afectivo y
como padres y madres. Una mujer en la actuali- compañía. Los hijos/as son lo que proporcionan
dad puede tener la probabilidad de pasar alrede- más apoyo instrumental, como los cuidados y
dor de la mitad de su vida siendo abuela. Todas atención personal y domés- tica, realizando esas
estas cuestiones tienen muchas consecuencias. tareas por más tiempo.
Por ejemplo, en cuanto al cuidado familiar de las Las personas ancianas divorciadas han sido
personas ancianas. Cada vez habrá más poco estudiadas y no se conoce adecuadamente
miembros de más generaciones ancianas y el impacto del divorcio en la ancianidad en las
menos de las jóvenes. No poder compartir el relaciones con hijos y nietos, ni que apoyo pue-
cuidado de los ancianos entre hermanos/as e den recibir en ese momento los padres que no
hijos/as supone una situación potencialmente tuvieron la custodia legal de los hijos. Algunas
conflictiva. Por otro lado, debido a que los roles personas ancianas vuelven a casarse, y otras per-
y estatus de mujeres y varones en la estructura manecen solteras siempre. Dado que la mayoría
familiar multigeneracional aumentan en el tiem- de las personas solteras no han tenido hijos/as no
po, también surgen oportunidades nuevas para pueden recibir su apoyo, por lo que son más
crear lazos afectivos más intensos. Hay más atendidas por otros miembros de la familia. Pero
tiempo para compartir experiencias entre los también tienen más probabilidades de institucio-
miembros de las diversas generaciones, y la nalización que las que tienen hijos/as (Bazo
existencia de un número menor de familiares 1991a). Por otro lado, el haber sido siempre sol-
puede conllevar una facilidad mayor de implica- teras ha hecho que la mayor parte de las perso-
ción en el grupo familiar. La revolución demo- nas haya adquirido habilidades para vivir de
gráfica experimentada ha producido un número forma independiente, y a solas, por lo que no
de modelos diversos en las estructuras y roles experimentan el impacto negativo de la viudedad
intergeneracionales. o el divorcio, además de que tienen mejor salud
En cuanto al estado civil, en la ancianidad física y mental que las divorciadas y viudas.
los varones tienen más probabilidad de estar Existe una diversidad considerable en los
casados que las mujeres, debido a las pautas modelos de solidaridad asociacional. Son cuatro
diferentes de edad del matrimonio, a la mortali- los factores de diferenciación social, aparte de las
dad diferencial por sexos, y a la mayor tenden- diferencias individuales, que predicen las
cia de los varones con respecto a las mujeres de variaciones: género (las hijas tienden a tener una
volver a casarse tras la viudez o divorcio. Las interacción más frecuente con los padres que los
mujeres pueden pasar mucho tiempo de su vida hijos); estado civil (la viudez incrementa los
como viudas. Aunque ha disminuido el número contactos y los hijos/as solteros/as mantie- nen un
de mujeres que quedan viudas antes de los 50 contacto más estrecho con los padres); clase
años, sin embargo su mayor esperanza de vida, social (mantienen más relación los hijos/as de las
hace que permanezcan mucho más tiempo que clases trabajadoras que los profesionales); y
antes en ese estatus. Los varones, debido a que también se observan diferencias étnicas (por
tienden a casarse con más edad que las mujeres, ejemplo, en los EEUU los hispanos mantienen
y a que su esperanza de vida es más corta, tie- los niveles de interacción más altos). En cuanto a
nen más probabilidad que ellas de morir antes de la solidaridad que se muestra en los intercam-
experimentar esa duración en los roles y esta- tus bios así como en la asistencia y apoyo, las per-
familiares. La viudez supone cambios pro-

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Ética de la familia enfocado al trato
entre
de la modernización que han tenido consecuen-
sonas mayores enfermas crónicas y discapacita- cias notables, como la tecnología de la salud, la
das reciben apoyo material y afectivo de sus económica, los procesos de urbanización y la
hijos/as (Bazo 1998a, Ministerio de Asuntos educación de masas. Esos desarrollos han mejo-
Sociales 1995b) realizando también una serie de rado la calidad de vida de las personas mayores
aportaciones de carácter material, económico y pero han contribuido también al surgimiento de
afectivo a los miembros jóvenes de la familia ideologías más individualistas que ponen el
(Bazo 1994). De cara al futuro en sociedades énfasis en la autorrealización en detrimento de
envejecidas, en las que las distintas fases del otros valores como el deber de cuidar a las per-
ciclo vital se han alargado, donde las personas sonas ancianas de la familia. Tratando de verifi-
viven más años pero en mejor estado de salud car la teoría de la modernización en esta área,
que sus antepasadas, las perspectivas sobre las Silverstein et al. (1998) compararon las relacio-
personas de edad como miembros que contribu- nes entre padres e hijos en Gales, Inglaterra y los
yen al bienestar de la familia y también de la Estados Unidos. Llegaron a concluir que “aunque
sociedad serán mayores. los padres mayores en los países des- arrollados
tienen un contacto menor con sus hijos y tienen
menos probabilidad de vivir con ellos, si se
SOLIDARIDAD INTERGENERACIONAL compara su situación con la de sus coetáneos en
los países con un desarrollo econó- mico menor,
El envejecimiento poblacional y los cambios no significa que hayan sido aban- donados por
sociales en las sociedades contemporáneas han sus hijos” (pg. 390).
producido una preocupación creciente sobre la Otros estudios han probado también la false-
continuidad de la cohesión entre las generacio- dad de esas perspectivas pesimistas de la fami-
nes. Esas preocupaciones se refieren a la solidari- lia. La familia continúa llevando la mayor parte
dad intergeneracional tanto en el plano familiar de la carga del cuidado de las personas ancianas,
como en el social. Cabe preguntarse si las nor- incluso en los países con estados de bienestar que
mas familiares incluyen todavía a las generacio- proporcionan servicios y ayudas amplios para las
nes de más edad o si se está expandiendo el personas ancianas (Shanas 1979, Sussman
modelo de familia nuclear aislada. Asimismo, 1985, Sancho Castiello 2002: 33). Todavía la
puede formularse la pregunta de si están crecien- solidaridad familiar y las normas que rigen los
do las tensiones entre generaciones en el plano comportamientos parecen ser fuertes y ser
social en respuesta a los cambios en la estructura sostenidas de forma mayoritaria en las socie-
de edades, y si crecen los conflictos por los recur- dades contemporáneas tanto entre las personas
sos escasos. Un tema de creciente interés social y mayores como entre las jóvenes (Bengtson y
económico es el cuidado de las personas ancianas Roberts, 1991; Walker 1993a). El debate sobre la
dependientes, que es parte de un debate creciente igualdad generacional que se centra en el tema de
sobre las responsabilidades y valores familiares, y que puedan adjudicarse más recursos públicos en
sobre las políticas de familia. Ese debate se centra la atención de las personas mayores en
en cuestiones tales como la capacidad de las detrimento de las generaciones más jóvenes, se
familias y su voluntad para cuidar de los familiares entiende que ha sido sobre todo un fenómeno
ancianos en el futuro, o hasta qué punto pueden y mediático. Es más, la investigación sobre las
se espera de ellas que cuiden, y cuales son las opiniones y actitudes de la población han mos-
preferencias de las personas jóve- nes y de las de trado más bien un apoyo a las políticas y apoyos
más edad, así como sobre la posi- bilidad de que para las personas ancianas (Walker 1993a). Los
los países puedan proveer a las personas ancianas estereotipos sobre las personas ancianas tienen
de los servicios necesarios (European Foundation algo que ver en esto. Como que las personas
for the Improvement of Living and Working ancianas son más débiles y se encuentran en peor
Conditions, 1995). situación económica que otros grupos de edad, lo
Se ha argumentado que la modernización ha que es un hecho en general y como consecuencia
modificado las estructuras familiares y sus fun- se adopta una actitud condescen- diente, o
ciones y producido cambios en las obligaciones como Robert Binstock denomina
filiales. Cowgill (1974) señala cuatro elementos
Personas mayores y solidaridad familiarPresentación

personas otorgan a la idea del cuidado familiar.


(1983) un “edadismo compasivo”. El edadismo Desde esta perspectiva se entiende que los signi-
tiene dos caras, por un lado conlleva prejuicios ficados de cuidado familiar son construidos
que actúan en contra de las personas de edad, e socialmente y reflejan tanto la cultura familiar
incluso menosprecio, y por otro paternalismo y emergente como las realidades sociales más
actitudes condescendientes que también resultan amplias de las estrategias políticas y económi-
humillantes para ellas. cas. La teoría del intercambio en parte se fija en
Las familias pueden elegir distintas estrate- las obligaciones contraídas por los anteriores
gias para hacer frente a las situaciones con que se apoyos recibidos, aunque también por lo que
encuentran, basadas en los valores y prefe- supone de medios para la interacción en el pre-
rencias familiares. Por su parte, las sociedades sente. La realización del rol en la familia y lo que
pueden adoptar políticas de bienestar diversas conlleva de valor las normas sociales son parte
para hacer frente a las necesidades de cuidado de de las relaciones de intercambio entre los
las personas ancianas y sus familias. Estado y miembros de la familia. El modelo proporciona
familia, su participación en el cuidado puede ser un apoyo teórico desde el que poder comprender
percibida de forma distinta en cada país, y de por qué las personas eligen mantener situaciones
forma distinta según de qué actividades de apoyo de cuidados de larga duración estresantes, con un
se traten, y cada sociedad puede tener sus mínimo apoyo formal, o porqué algunas familias
expectativas respecto al equilibro entre ambas eligen implicar desde el principio a las redes
instituciones, según las estructuras de apoyo, formales en la situación de cuidado.
tradiciones, y valores culturales. El envejeci- El enfoque de la solidaridad intergeneracio-
miento de la población, el aumento de la longe- nal integra la teoría del intercambio en la que
vidad y los cambios en las sociedades contem- las personas con recursos para intercambiar son
poráneas que llevan a un incremento del indivi- quienes pueden proporcionar diversos tipos de
dualismo, puede añadir presiones y tensiones a la ayuda y apoyo, mientras los receptores de ayuda
cuestión del equilibrio preferido entre familia y y apoyo se vuelven dependientes de los provee-
Estado. La tendencia en las últimas décadas es a dores, haciendo de ese modo que se debilite el
presionar cada vez más a las familias en detri- poder del receptor en esa relación (Hirdes y
mento de la responsabilidad de los gobiernos. Strain 1995). Los miembros de la familia que
Resulta pues interesante en la presente coyuntu- proporcionan más asistencia que la que reciben
ra conocer como se desarrolla la solidaridad pueden percibir que el intercambio es menos
intergeneracional, y en concreto, bajo que con- deseable conforme pasa el tiempo. En cambio,
diciones dicha solidaridad puede ser fortalecida el miembro de la familia que recibe ayuda
o debilitada. puede querer evitar el sentimiento de dependen-
Son varias los marcos conceptuales que anali- cia del que se la proporciona y puede intentar
zan las normas de responsabilidad filial y expec- compensar con otras formas de ayuda, como el
tativas existentes entre hijos/as adultos y apoyo emocional o el consejo, de modo que se
padres/madres ancianos. Una línea teórica pone encuentre un cierto equilibrio en vuelva más
el énfasis en la socialización temprana y los recíproca la relación (Parrott y Bengtson 1999).
modelos culturales aprendidos, y que muestran En cuanto a la investigación sobre el cuidado
las diferencias por grupo étnico. Una variante es familiar de las personas ancianas frágiles, puede
la teoría del rol, sobre todo en relación a los roles decirse que se ha obviado durante tiempo el
de género, y los roles paterno-filiales. Dentro de estudio de las expectativas y preferencias de las
esta línea se encuentra la teoría de la propias personas ancianas. La familia es una
modernización y el cambio en el rol de las fami- fuente importante de ayuda y apoyo para las
lias, que pasan de instrumentales a emocionales. personas ancianas pero las expectativas de
También va en esta dirección la teoría de la padres e hijos pueden no coincidir. Respecto a
cohesión o vinculación aunque a través de las Europa se observa una falta de datos sobre pre-
experiencias entre padres e hijos compartidas ferencias para el cuidado. Se considera que
tempranamente. El interaccionismo simbólico mientras en los países del sur de Europa las per-
constituye un enfoque teórico adecuado para sonas ancianas parecen preferir el cuidado fami-
entender la construcción del significado que las

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Ética de la familia enfocado al trato
entre
puestas de los individuos. Implica en primer
liar, en el norte es más probable que se prefieran lugar una relación que se desarrolla en un siste-
los servicios formales (OECD 1992). En el caso ma de cuidado específico y en un contexto espe-
de Noruega se ha encontrado que las preferen- cífico social, político y económico. El proceso de
cias por el cuidado varían según el tipo y canti- cuidar puede ser una experiencia difícil y
dad de cuidado requerido (Daatland 1990). gratificante al mismo tiempo tanto para quienes
Cuando se precisan cuidados de larga duración la cuidan como para las personas ancianas cuida-
mayoría prefiere en primer lugar ser atendi- do/a das (Qureshi y Walker 1989). Los aspectos
por los servicios públicos. Sin embargo, se esenciales de una relación de cuidado hacen
encontró un pequeño grupo que prefería los hijos. referencia a las condiciones materiales estructu-
Se concluye que las personas mayores han rales del cuidado, como la frecuencia del con-
invertido más en las relaciones paterno-filiales y tacto, intensidad, duración y fuentes de cuidado
están más preocupadas por eso, prefiriendo per- así como tareas realizadas por los cuidadores, y
manecer lo más independientes como sea posi- también al impacto de los factores ideológicos,
ble, de ese modo tratan pues de imponer a sus como las creencias normativas, sentido de la
hijos las menores responsabilidades. La investi- obligación filial, calidad de la relación, cercanía
gación en preferencias por el cuidado ha tratado emocional y conflicto. Esos factores ejercen
a menudo de determinar las actitudes de las per- obviamente una influencia en la división del tra-
sonas ancianas hacia el cuidado institucional, bajo del cuidado por género realmente existente
como opuesto al cuidado en casa, y ha encontra- internacionalmente.
do sobre todo visiones negativas sobre el mismo Diversas investigaciones han puesto de
(Finch 1989, Walker y Warren 1993). Diversas manifiesto la naturaleza y la importancia del
investigaciones han mostrado que las personas cuidado y su impacto en la salud y bienestar de
mayores en general desean vivir con sus fami- las personas cuidadoras (Lowenstein 1999,
lias, pero en lo que se conoce como en una Bazo 1998a, 1998b; Ministerio de Asuntos
“intimidad a distancia” en expresión de Sociales 1995b). Una de las principales razones
(Rosenmayr y Koekeis 1963, Jamieson 1990, de ese interés es que los miembros de la familia
Finch 1989, Bazo 1990). Ocurre que cuando los han sido tradicionalmente los cuidadores princi-
servicios son ampliamente accesibles tienden a pales, responsables del cuidado instrumental, y
verse como un derecho (Daatland 1990). Por el del apoyo afectivo y emocional a los parientes
contrario, cuando existe una carencia de los ancianos, y se siente inclinados a realizar esos
mismos, tienden a verse como algo graciable y cuidados (Allen et al. 1999, Bazo y Domínguez-
pueden conllevar un estigma para las personas Alcón 1996, Bazo 2001b). Sin embargo, esa res-
que los reciben (Bazo 1993). Lo que las perso- ponsabilidad asumida por las distintas genera-
nas ancianas quieren y esperan en el futuro en ciones de la familia, ha generado un interés
términos de cuidado familiar puede ser muy nuevo debido por un lado al creciente envejeci-
diferente de lo que esperan en la actualidad e miento de la población, sino también a los cam-
incluso donde las tradiciones familiares son bios sociales tan relevantes que han tenido lugar,
fuertes las expectativas pueden continuar cam- como el número creciente de mujeres que
biando. El surgimiento de los valores feministas participan en el mercado laboral, tasas más altas
y otros cambios culturales, como la ideología de divorcio, tasas de natalidad bajas, y cambios
individualista, además de los económicos y en la estructura y tamaño de la familia (Walker y
sociales que están variando la posición de las Warren 1993). También los factores ideológi- cos
mujeres en las sociedades contemporáneas, han tenido un papel esencial en ese nuevo empuje
puede conllevar que éstas conforme envejecen de la investigación sobre el cuidado familiar.
puedan alejarse más de los modelos tradiciona- También influye el reconocimiento cre- ciente de
les y ser más exigentes en las demandas de elec- la necesidad de mejorar la calidad del cuidado
ción de alternativas de cuidado. informal proporcionado a las personas ancianas.
Analizar el concepto de cuidado resulta fun- Las personas están participando de relaciones de
damental en la actualidad. Cuidar es una cons- cuidado entre generaciones nuevas en cuanto a
trucción social y está influenciado y conforma- intensidad y duración, y eso en rela-
do por los valores sociales, así como por las res-
Personas mayores y solidaridad familiarPresentación

ahora están encomendadas al Estado. Es una


ción a las personas cuidadoras y las cuidadas que
cuestión relevante en cuanto a los deberes de los
tienen que hacer frente a las tensiones que esas
hijos hacia los padres mayores (Sgritta 1997).
relaciones pueden generar (Walker 1993a). El
Cuidado social viene a significar tanto las redes
resultado es que esas relaciones de cuidado
formales como las informales, que actúan en
pueden romperse y su probabilidad es creciente.
conjunción unas con otras para proporcionar
Un medio de evitarlo es apoyando a las familias
apoyo en las actividades de la vida cotidiana
con servicios.
(Cantor 1989, 1991).
El equilibrio entre cuidado informal y formal
es pues un tema relevante. Se entiende que las
soluciones para el cuidado familiar ante la falta
INTERCAMBIOS ENTRE LAS GENERA-
de autonomía son el cuidado familiar informal, el
CIONES
cuidado comunitario, y el residencial. Se con-
sidera también que los tres deben coexistir y ser
En el proyecto OASIS1, y dentro del análisis
desarrollados al unísono, de forma que las per-
de las aportaciones familiares entre las genera-
sonas ancianas tengan una oportunidad real de
ciones, se ha tenido en cuenta el apoyo que las
elegir según sus preferencias. En la realidad las
personas (de todas las edades, pero con especial
personas dependientes reciben apoyo de los tres
énfasis las de más edad) reciben en diversos
sectores, aunque con diferencias en cuanto a la
ámbitos relacionados generalmente con la vida
combinación en el uso, y también las desigual-
cotidiana, y especialmente con el cuidado perso-
dades incluso en el plano individual, pero tam-
nal en caso de discapacidad. Se ha tenido en
bién regional. Sucede que lo que las personas
cuenta la ayuda recibida de la familia pero tam-
ancianas reciben sea de la familia o el Estado
bién de los servicios, cuidados que se reparten de
afecta y es influido por las percepciones socia-
forma desequilibrada, y desigual en los cinco
les sobre los deberes familiares. Existe una
países estudiados, como se analiza seguidamen-
interacción compleja entre las costumbres y tra-
te. El cuestionario contiene una sección sobre
diciones, expectativas, ideología política y nivel
Servicios y Ayuda proporcionada por distintas
de provisión de cuidado formal (Blieszner y
fuentes (Familia, Servicios y Otros) en tres áreas
Bedford 1995). La extensión de la intervención
diferentes (tareas de la casa, transporte o compra
pública en áreas que fueron de acción exclusiva
y cuidado personal). Se pasa ahora a analizar la
de la familia, cambia las fronteras entre lo
ayuda familiar y de los servicios en las dos
público y lo privado. La diferenciación entre
primeras áreas, ya que en el cuidado per- sonal
solidaridad pública y familiar se vuelve incierta
las proporciones son pequeñas. Eso facili- ta
y se produce una multiplicación de las relacio-
ahondar en la relación entre cultura familiar,
nes y circunstancias que no pertenecen exclusi-
desde el punto de vista de las normas y las prác-
vamente al área privada o pública, sino que se
ticas, y la organización de los servicios. Se trata
solapan. Aunque sin duda la familia sigue asu-
en definitiva de analizar el rol de las familias, de
miendo una serie de tareas del cuidado y aten-
los servicios, y de los otros actores también
ción a sus miembros, algunas de las responsabi-
intervinientes en los cuidados y apoyo a todas
lidades del cuidado para las personas ancianas

1 OASIS es el acrónimo del proyecto Old Age and Autonomy: The Role of Social Services Systems and Intergenerational
Family Solidarity que ha sido financiado por la Comisión Europea dentro del V Programa Marco de Investigación (Contrato
número QLK6-CT-1999-02182). La investigación se ha realizado en cinco países: España, Alemania, Inglaterra (no en todo
el Reino Unido), Noruega e Israel, en el ámbito urbano. El objetivo principal del proyec- to es conocer de qué manera las
distintas culturas familiares y los sistemas socio-sanitarios apoyan la autonomía de las per- sonas mayores y retrasan su
dependencia, para mejorar así su calidad de vida y promover nuevas iniciativas políticas y pla- nes de intervención. El diseño
está basado en una combinación de métodos cuantitativos y cualitativos. Los datos cuantita- tivos se han recogido a través
de un cuestionario aplicado en los cinco países sobre muestras representativas del grupo de personas de 25 a 64 años un total
de 800, y el de 75 y más años con 400 personas. En total una muestra de unas 1.200 per- sonas en cada país, lo que supone
una muestra total de 6.000 personas en los cinco países. Las tablas que se presentan en el presente artículo son algunos de
los resultados.

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entre

BIBLIOGRAFÍA

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