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El gas, el petróleo y la electricidad son bienes físicos. Como tales, han dado origen a
unos mercados “spot”, en los que se casa oferta y demanda y se cierran
operaciones a precio real. Estos mercados se localizan en los nudos de las
grandes redes de transporte de gas. De momento, sólo hay dos tales “lonjas” de
gas en Europa: el National Balancing Point en Inglaterra y el de Zeebrugge en
Bélgica. Hay proyectos para desarrollar nuevos “hubs” en la frontera germano-
holandesa, cruce de gas noruego e inglés y en Baumgarten, en el sur de Austria,
zona de tránsito para el gas ruso.
La mayor parte de las operaciones se realizan informáticamente, por internet (lo que se
llama la “front office”). Sin embargo, para confirmarlas es necesario, por el momento,
fijarlas en papel, comprobando las firmas (un proceso que se conoce como
“confirmación”, y se realiza en la “back office”). Los brokers o traders jóvenes suelen
trabajar en esta labor de confirmación, constituyendo la “oficina trasera” de la empresa
de negociación de valores energéticos.
Y se debe hacer bien, porque los apagones tienen muy alto coste político, y los
operadores del sistema, responsables de la fiabilidad del suministro, imponen sanciones
muy fuertes por errores que desequilibren el sistema. La posibilidad de error es
directamente proporcional al volumen de operaciones y a la volatilidad del mercado, En
períodos de en que se perciba una escasez de oferta energética, las dificultades objetivas
se ven multiplicadas por la percepción sicológica del mercado, creando situaciones de
pánico, en las que crecen exponencialmente las operaciones y las posibilidades de error.
Además, a diferencia del riesgo precio, para el que existen instrumentos de cobertura, el
riesgo operativo o riesgo error no puede cubrirse más que con una gestión eficiente por
parte de la empresa negociadora. Algunas empresas americanas recurren a auditores
externos para que practiquen controles independientes que midan su nivel de exposición
al riesgo. Pero aún no se dispone de seguros para este tipo de riesgos.
Mario de Echevarría
Baker & McKenzie
Briones, Alonso y Martín
abril de 2002