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POLICIA NACIONAL
ESCUELA DE ALTOS ESTUDIOS POLICIALES
31va. Promoción
Sustentante:
Curso:
Sección:
GRUPO B
Profesor:
Materia:
LECTURA DE LIBROS
Tema:
Su objetivo es mostrar cómo los príncipes deben gobernar sus Estados, según las
distintas circunstancias, para poder conservarlos exitosamente en su poder, lo cual
es constantemente demostrado mediante múltiples referencias a gobernantes
históricos y a sus acciones. Presenta como característica sobresaliente el método
de dejar de lado sistemáticamente, con respecto a las estrategias políticas, las
cuestiones relativas a la moral y a la religión. Solo interesa conservar el poder.
Entre 1494 y 1512 estuvo a cargo de una oficina pública. Viajó a varias cortes
en Francia, Alemania y otras ciudades-estado italianas en misiones diplomáticas. En
1512 fue encarcelado por un breve periodo en Florencia, y después fue exiliado y
despachado a San Casciano. Murió en Florencia en 1527 y fue sepultado en
la Santa Cruz.
RESUMEN DE LA OBRA
Capítulo I:
De cuántas clases son los principados y de cuántas maneras se adquieren.
En este capítulo, Nicolás Maquiavelo hace referencia a que todos los Estados, todas
las dominaciones que han ejercido y ejercen soberanía sobre los hombres, fueron y
son repúblicas o principados. Los principados son o hereditarios o como
miembros agregados al estado hereditario del príncipe que los adquiere.
Los Estado es un dominio que tiene soberanía sobre los hombres. Todos los
Estados son o bien Repúblicas (territorios libres, no sometidos, de los que no se
trata en este libro sino en los Discursos) o bien principados (de los que en el
presente tratado se desarrollarán sus clasificaciones y las maneras como pueden
ser conservados y gobernados). Los principados pueden ser hereditarios (hay un
linaje que se ha venido transmitiendo) o ser nuevos (o bien totalmente nuevos o
añadidos a un principado hereditario).
Capítulo II:
Sobre los principados hereditarios
En este segundo capítulo, Nicolás Maquiavelo hace referencia a que los principados
hereditarios ya están acostumbrados al linaje de un príncipe. Éste ofende menos a
sus súbditos, quienes lo aman más y además, por el larga costumbre, ni se
representan un cambio ni lo desean. Por eso, es más fácil de conservar que un
principado nuevo. Lo que debe hacer el príncipe para mantenerlo simplemente es:
no descuidar el orden ya establecido, saber adaptarse a los nuevos acontecimientos
y, en el caso excepcional de que se lo arrebaten, podrá recuperarlo con facilidad a la
primera adversidad del usurpador.
Capítulo III:
Sobre los principados mixtos
En este tercer capítulo, Nicolás Maquiavelo trata sobre los principados mixtos:
vienen a ser aquellos que son nuevos, pero no enteramente nuevos, sino que
anexan un miembro nuevo a un principado antiguo ya poseído. Los principados
mixtos se asemejan mucho a los principados completamente nuevos en que
presentan casi las mismas dificultades para conservar el poder.
Capítulo IV:
Por qué razón el reino de Darío, ocupado por Alejandro, no se rebeló contra
los sucesores de éste después de su muerte
En este capítulo, Nicolás Maquiavelo hace referencia a la distinción entre las dos
formas generales de gobernar un principado. O bien lo gobierna el príncipe solo, de
manera absoluta y únicamente con siervos que, por gracia suya, lo ayudan a
administrar el dominio; o bien lo gobierna el príncipe pero con barones que tienen su
título y prerrogativas, no por gracia de aquél, sino por nobleza propia.
Capítulo V:
De qué modo deben gobernarse las ciudades o principados que, antes de ser
ocupados, se gobernaban con leyes propias
En este quinto capítulo, Nicolás Maquiavelo hace referencia que, los Estados que
antes de ser conquistados se gobernaban con leyes propias son difíciles de
dominar.
Hay tres modos de conservar un Estado que estaba acostumbrado a regirse por sus
propias leyes y a vivir en libertad:
1. Destruirlo
2. radicarse en él
3. dejarlo regir por sus leyes, obligándolo a pagar tributo y establecer
un gobierno compuesto por un pequeño número de personas para que se
encarguen de velar por la conquista.
Nada hay mejor para conservar una ciudad acostumbrada a vivir libre que hacerla
gobernar por los mismos ciudadanos. El único sistema seguro de dominar una
ciudad acostumbrada a vivir libre es destruirla.
Capítulo VI:
Sobre los principados nuevos que se adquieren con armas propias y con
virtud
En este capítulo, Nicolás Maquiavelo hace referencia a que los hombres siguen casi
siempre el camino abierto por otros y se empeñan en limitar las acciones de los
demás. Todo hombre que sea prudente debe imitar a los que han sido excelsos,
para que, si no los iguala en virtud, por lo menos se les acerque.
Los principados de nueva creación, son más o menos difíciles de conservar según
que sea más o menos hábil e inteligente el príncipe que los adquiere. El que menos
ha confiado en el azar es el que siempre se ha conservado en su conquista.
También facilita enormemente las cosas el que un príncipe, al no poseer otros
Estados, se vea obligado a establecerse en el que ha adquirido (aquellos que no se
convirtieron en príncipes por azar, sino por sus virtudes).
Capítulo VII:
De los principados nuevos adquiridos con las armas y fortuna de otros
En este capítulo, Nicolás Maquiavelo nos dice, los que sólo por suerte se convierten
en príncipes y poco esfuerzo necesitan para llegar a serlo, se mantienen pero con
muchísimo trabajo.
Las dificultades se presentan una vez instaladas. Estos príncipes no se sostienen
más que por la voluntad y la fortuna (mudables e inseguras) de quienes los elevaron
y no saben ni pueden conservar aquella dignidad. No es factible que conozca
el arte del mando, ya que han vivido siempre como simples ciudadanos.
Capítulo VIII:
De los que por medio de delitos llegaron al poder
Además de por virtud y por fortuna, puede obtenerse el poder por medio de
crímenes. Todo dependerá de si las crueldades son bien usadas o mal usadas. Bien
usadas son aquellas crueldades que se cometen todas juntas al principio (las cuales
son necesarias si se quiere tener éxito y hay que saber identificarlas todas) pero que
luego se dejan de cometer y se reemplazan por bienes que favorezcan poco a poco
a los súbditos, de modo que éstos logran olvidar las ofensas recibidas y saborean
constantemente pequeños bienes. Mal usadas son las crueldades que, por no
querer cometerse todas al principio, luego tienen que seguir cometiéndose y en
orden creciente. Ello causa la enemistad del pueblo y garantiza el fracaso.
Capítulo IX:
Del principado civil
En este capítulo, Nicolás Maquiavelo nos habla que el poder también puede
obtenerse con el favor de los ciudadanos, con lo cual tendremos un principado civil.
Si el poder se obtiene gracias a los poderosos será muy difícil de mantenerlo: los
poderosos harán competencia al príncipe, quien no tendrá autoridad sobre ellos;
para satisfacerlos, el príncipe deberá oprimir a todo el pueblo, con lo que se ganará
la enemistad de éste y acabará perdiendo el poder. Pero si logra ganar la amistad
del pueblo siendo su protector y haciéndole favores, podrá mantenerse.
En cambio, si se obtiene el poder con el favor popular, se conserva una autoridad
indiscutida y sólo hay que ofender a la minoría de los poderosos y quitarles su
poder, mientras que el pueblo amará al príncipe por no ser oprimido.
Capítulo X:
De qué modo han de medirse las fuerzas de todos los principados
En este capítulo, Nicolás Maquiavelo nos dice que un principado tendrá mayor o
menor fuerza dependiendo de si el poder del príncipe le permite, en caso de
necesitad, valerse por sí mismo o no. Valerse de sí mismo quiere decir tener los
hombres o el dinero suficiente para armar un ejército adecuado a cualquier guerra
que se presente.
Capítulo XI:
De los principados eclesiásticos
En este XI capítulo, Nicolás Maquiavelo nos dice que los principados eclesiásticos
existen dificultades antes de poseerlos, se adquieren o por valor o por suerte,
mantiene a sus príncipes en el poder sea cual fuere el modo que estos procedan o
vivan.
Estos son los únicos que tienen Estados y no los defienden; súbditos no os
gobiernan. Pero a pesar de eso no les son arrebatados y los súbditos no se
preocupan, ni piensan, ni podían situarse a su soberanía. Son los únicos
principados seguros y felices.
Capítulo XVI:
De la liberalidad y la parsimonia
Es virtuoso ser liberal y generoso, pero esta virtud colisiona contra la realidad del
poder. Si el príncipe practica la liberalidad como se debe (es decir, sin que se note),
parecerá mezquino. Si la práctica de modo que todos lo tengan por generoso, le
será perjudicial: para mantener la reputación deberá gastar todo su patrimonio en
los poderosos que lo rodean, caerá en la pobreza, acabará por tener que cobrar
fuertes impuestos al pueblo y éste lo odiará, de modo que por beneficiar a unos
pocos ofenderá a la mayoría.
Capítulo XVII:
De la crueldad y la compasión; y de si es mejor ser amado que temido o lo
contrario
Es virtuoso ser compasivo. También conviene serlo, sólo que dependiendo del uso
que se haga de esa compasión. No debe el príncipe preocuparse de ser cruel si ello
le resulta efectivo.84 De hecho, le resulta efectivo y, además, si se pretende ser
compasivo se acaba necesariamente teniendo que ser más cruel que si se es cruel
desde el inicio. La diferencia está en que si desde el inicio se cometen las
crueldades necesarias (tal es la "compasión bien usada"), luego no se tendrá que
seguir ese camino; mientras que si se lo evita, se acabará por tener que cometer,
para conservar el Estado, muchas más y mayores crueldades (compasión "mal
usada")
Capítulo XVIII:
De cómo los príncipes han de mantener la palabra dada
Hay dos maneras de combatir: una, con las leyes, otra, con la fuerza. La primera es
distintiva del hombre; la segunda de la bestia.
Un príncipe debe saber comportarse como bestia y como hombre. Como el receptor
es mitad bestia y mitad hombre, un príncipe debe saber emplear las cualidades de
ambas naturalezas, ya que una no puede durar mucho tiempo sin la otra.
Como bestia conviene que el príncipe se transforme en zorro y en león; porque el
león no sabe protegerse de las trampas y el zorro no se protege de los lobos.
Un príncipe prudente no debe observar la fe jurada cuando semejante observancia
vaya en contra de sus intereses y cuando hayan desaparecido las razones que le
hicieron prometer ya que los hombres son perversos.
Capítulo XIX:
De qué manera se ha de evitar ser menospreciado y odiado
Es de absoluta necesidad evitar ser despreciado u odiado. Son éstos los únicos
defectos realmente perjudiciales. Se evita el odio absteniéndose de ser rapaz y
usurpador de los bienes y las mujeres de los súbditos (la mayoría se contenta sólo
con eso, con que no le quiten aunque no le den). Se evita el desprecio guardándose
de tener los defectos que quitan prestigio (ser voluble, frívolo, afeminado, cobarde o
irresoluto) y adoptando las cualidades contrarias.
Capítulo XX:
Si las fortalezas y muchas otras cosas que diariamente hacen los príncipes
son útiles o inútiles
En cuanto a armar o mantener armados a los súbditos, un príncipe nuevo debe
hacerlo, pues siempre es mejor tener armas propias y es necesario que los súbditos
se mantengan fieles y no tengan sospechas de su gobernante (en este caso, sólo
los armados deben recibir beneficios, de modo que se los mantenga fieles).
Hubo príncipes que, para conservar sin inquietudes el Estado, desarmaron a sus
súbditos, que dividieron sus territorios conquistados, que favorecieron a sus mismos
enemigos, que se esforzaron por atraerse a aquellos que les inspiraban recelo al
comienzo de su gobierno, que construyeron fortalezas y que las arrasaron.
Nunca sucedió que un príncipe nuevo desarmase a sus súbditos, más bien los armó
cada vez que los encontró desarmados. De este modo las armas del pueblo se
convirtieron en las del príncipe. Los súbditos a quienes el príncipe arma, son
deudores del príncipe y se consideran más obligados a él.
Cuando un príncipe adquiere un Estado nuevo que se añade al que ya poseía
conviene que desarme a sus nuevos súbditos, excepción hecha de aquellos que se
declararon partidarios suyos durante la conquista.
Capítulo XXI:
De lo que debe hacer el príncipe para ser estimado
Nada hace más estimable a un príncipe como las grandes empresas, pues con ello
mantiene ocupados a los nobles y atento al pueblo, adquiere poder y reputación
entre ambos y puede consolidar su ejército.
Se estima al príncipe ser capaz de ser amigo o enemigo franco, al que, sin temores
de ninguna índole, se declarase abiertamente a favor de uno y en contra de otro. El
abrazar un partido es siempre más conveniente que el permanecer neutral. Por que
si dos vecinos poderosos se declaran la guerra, se tendrá que temer a cualquiera de
los dos que gane la guerra.
Capítulo XXII:
De los secretarios de los príncipes
Es una necesidad para el príncipe saber elegir los secretarios o ministros que sean
competentes, fieles y se entreguen plenamente al servicio, de modo que coloquen
los intereses del príncipe y del Estado por encima de todo interés personal.
Capítulo XXIII:
De cómo hay que huir de los aduladores
En este capítulo, Maquiavelo nos explica de la tarea difícil para el príncipe rechazar
a quienes lo adulan y animar en cambio a que quienes lo rodean le digan la verdad.
Porque otorgar ese derecho deriva luego en faltas de respeto, de modo que el
expediente correcto es elegir un conjunto de hombres sabios cuya tarea sea
responder a las consultas con toda la verdad.
Capítulo XXIV:
De por qué los príncipes de Italia han perdido sus Estados
En este capítulo, Maquiavelo nos explica que el príncipe nuevo es más observado
en sus acciones que uno hereditario, de modo que, si sabe hacerlas como
corresponde, le va mejor que al hereditario, pues sus acciones conquistan y obligan
más por el hecho de ser presentes y estar vivas. He ahí una primera desventaja
para los príncipes italianos. Ello se completa con una serie de defectos que no
pueden sino conducir a la pérdida del poder: carencia de ejércitos propios, malas
relaciones con el pueblo con los poderosos, falta de previsión y luego falta de
decisión a la hora de actuar.
Capítulo XXV:
Cuál es el poder de la fortuna en las cosas humanas y cómo hay que
enfrentarse a ella
En este capítulo, Maquiavelo comienza exponiendo que no todo depende de la
fortuna, pero sí una gran parte de las cosas y que quizá sea la mayor parte. Por eso,
la sabiduría consiste en disponer las cosas de modo tal que puedan resistir luego a
las adversidades incontrolables y en volverse virtuoso para saber actuar.
La fortuna es la juez de la mitad de nuestras acciones, pero nos deja gobernar la
otra mitad. Y aunque esto sea inevitable, no basta para que los hombres, tomen sus
precauciones con diques y reparos.
Con la fortuna se manifiesta todo suponer allí donde no hay virtud preparada para
resistirle y dirigirse sus arrebatos.
No existe hombre lo suficientemente flexible como para adaptarse a todas las
circunstancias.
Capítulo XXVI:
Exhortación a liderar Italia y liberarla de los bárbaros
En este capítulo, Nicolás Maquiavelo señala que es el momento más apto para que
alguien emprenda su recuperación, pues si se es virtuoso el pueblo no estará mejor
dispuesto a acompañar. Ese papel deben asumir ahora los Medici, a quienes está
dedicada la obra y de quienes el autor espera obtener protección.
las circunstancias son propicias para que un nuevo príncipe pueda adquirir gloria, y
si se encuentra en ella cuanto es necesario a un hombre prudente y virtuoso para
instaurar una nueva forma de gobierno , por lo cual se honraría a sí mismo,
haciendo la felicidad a los italianos.
PERSONAJES PRIMARIOS
El Príncipe, dedicado a Lorenzo di Piero dei Medici, duque de Urbino.
PERSONAJES SECUNDARIOS
Maquiavelo
Principados Hereditarios
PALABRAS DESCONOCIDAS
Magnificencia: culto Lujo extraordinario: la magnificencia de las pinturas
barrocas.
Fluir una corriente de agua por un terreno: en este recodo el arroyo discurre
manso y reposado.
Vejaciones: f. Maltrato, humillación causada a otra persona: sus constantes
vejaciones acabaron con el matrimonio.
Anarquía: f. Falta de todo gobierno en un Estado: la anarquía es una forma
utópica de organización social.
Desorden, confusión o barullo por ausencia o flaqueza de una autoridad: pon
orden en tu empresa, no dejes que reine la anarquía.
Disertación: f. Razonamiento detenido y metódico sobre alguna materia: una
disertación muy compleja.
Escrito o discurso en el que se hace un razonamiento detenido y metódico
sobre una materia: dejó escrita su disertación sobre la relación de la filosofía
y el lenguaje.
Homilía: f. En la misa católica, comentario que hace el sacerdote tras la
lectura de los textos sagrados: la homilía versó sobre la violencia en el hogar
Nuncio: m. Representante diplomático del Papa, que ejerce ciertas
facultades pontificias.
Mensajero.
Anuncio o señal.
Sosegado: adj. Tranquilo, pacífico, reposado: aguas sosegadas; genio
sosegado.
Avasallar: tr. Dominar, rendir o someter a obediencia: avasalló al adversario.
Actuar sin tener en cuenta los derechos de los demás: no avasalles ni
intentes imponer tus criterios a la fuerza.
Macedonio: adj. y s. De Macedonia o relativo a esta región balcánica:
guerras macedonias.
m. LING. Lengua eslava que se habla en Macedonia: estudió macedonio en
Yugoslavia.
f. Ensalada de frutas: echa un poco de licor a la macedonia.
Guiso preparado con legumbres diversas: macedonia de verduras.
Desmanes: m. Exceso, desorden, falta de control: no cometáis desmanes en
la reunión.
Atropello, abuso de autoridad: las Naciones Unidas controlarán que no se
produzcan desmanes al distribuir la ayuda humanitaria.
Linaje: m. Conjunto de los antepasados o descendientes de una persona o de
una familia: forma parte de un linaje de rancio abolengo.
Clase o condición de una cosa.
Prerrogativa: f. Privilegio, gracia o exención que se concede a alguien por su
situación o cargo: ahora disfruta de las prerrogativas de la edad.
Facultad que tiene una autoridad o alguno de los poderes supremos del
Estado: el indulto es una prerrogativa del gobierno
Oligarquía: f. Forma de gobierno según la cual el poder es ejercido por un
reducido grupo de personas.
P. ext., autoridad que ejercen en su provecho un pequeño número de
personas.
Conjunto de poderosos negociantes que se aúnan para que todos los
negocios dependan de su arbitrio.
Baluarte: m. Obra de fortificación de figura pentagonal, que sobresale en el
encuentro de dos partes de una muralla.
Amparo y defensa de algo o alguien: es un baluarte del cristianismo.
Sojuzgar: tr. Dominar, someter con violencia: tras el golpe de Estado, el
ejército sojuzgó al pueblo.
LUGAR Y EPOCA CON QUE SE DESARROLLA
San Casciano (cerca de Florencia), Italia, en el año 1512, siglo XVI, Edad
Moderna.
INTENCION DE LA OBRA
Mostrar cómo los príncipes deben gobernar sus Estados, del modo de
fundarlos y fortalecerlos, donde cuyo gobernante deberá mostrarse virtuoso,
prudente, dispuesto a servirse de todos los medios posibles incluso de la
astucia y el engaño para establecer y preservar el orden.
CONTENIDO. EXPLIQUE
En la Obra, Maquiavelo dice que si el príncipe posee un Estado, se sostiene
a sí mismo con un ejército respetable e integrado por sus propios súbditos, y
una ciudad bien fortificada. Sólo los principados eclesiásticos pueden
prescindir de la milicia, pues su poder radica en la religión. El príncipe sólo
debe preocuparse por su ejército, pues no debe delegar su control en nadie.
En tiempos de paz, debe ejercitarse con la acción y con el estudio.
También hace referencia a las diferentes clases de tropas con que un
príncipe defiende su Estado son propias (las más seguras), mercenarias,
auxiliares o mixtas (todas estas, inseguras).
VALORES Y ANTIVALORES
En dicha Obra podemos encontrarnos con unas series de valores, los cuales
nos pueden servir como fuentes de motivación para alcanzar a través de la
perseverancia nuestras metas propuestas. En la misma podemos notar
cuando Nicolás Maquiavelo le recomienda el Príncipe de no desmallar, de
seguir hacia adelante para alcanzar su propósito.
También nos hace referencia de las virtudes que debe tener un príncipe: ser
guiado por la verdadera realidad y no por utopías irreales; atenerse a lo que
es y no a lo que debe ser.
De igual modo, en dicha Obra podemos encontrarlos con Antivalores, los
cuales van en contra de Ético. El autor de la Obra, Nicolás Maquiavelo le
recomienda al Príncipe agotar cualquier medio posible para alcanzar su
objetivo/propósito/meta, bajo el alegato que ¨El Fin justifica los medios¨
OPINION PERSONAL
Este texto, permite conocer parte de la cultura del Renacimiento a inicios del siglo
XVI y una de las ideologías políticas que derivaron de él: el maquiavelismo. El texto
tiene una relativa importancia debido a que muchos monarcas de la Edad Moderna
fueron influenciados por esta obra de Maquiavelo con el fin de acrecentar su
autoridad, que evolucionó hacia un absolutismo durante el siglo XVII.
Es una Obra fácil de comprender. Ayuda a tener una base histórica para relacionar
lo escrito por Nicolás Maquiavelo con el contexto político, social y cultural de la
época.
BIBLIOGRAFIA