Sie sind auf Seite 1von 6

Paternidad

Al comienzo, desde un punto de vista biológico y psíquico, la madre con su hijo se comportan

como uno solo, en una especie de simbiosis y como dijimos, es normal, ya que él bebe no puede

valerse por sí mismo en ningún aspecto. Ahora bien, llegado el momento (complejo de Edipo), es

el padre el encargado de establecer un corte en esta relación simbiótica.

Este corte, si es efectivo, nos permitirá conformar una estructura neurótica o normal, es decir,

adviene el superyó como heredero del complejo de Edipo, la ley del No al incesto y al parricidio

quedaron internalizadas y todo este acontecer quedará reprimido, escindiendo y conformando así

el aparato psíquico.

En efecto, una estructura denominada “normal” comparte ciertos elementos con una “neurótica”,

ya que van a transitar por las etapas oral, anal y fálica como así también van a inscribir puntos de

fijación, lo que nos servirá para entender si el sujeto quedo demorado o no en el complejo de

Edipo será a partir del periodo de latencia en adelante.

Volviendo al lugar del corte, para que este corte sea eficiente tiene que coincidir la amenaza de

castración con la verificación de los genitales femeninos, ya que hay un pensamiento infantil

predeterminado de que todos tenemos penes y si no hay, va a crecer en algún momento. Por eso

es necesario, la verificación (por parte del varoncito) de que en la niña falta algo para que cobre
vigor. Este suceso hace salir al niñito del complejo, mientras que a la niña, la introduce en el

complejo de Edipo.

Lacan – 3 tiempos

1º. Padre como modelo identificatorio.

Nuestros padres, nos sirven como modelos y base para formar nuestra personalidad

independientemente de que uno busque o no esto. La identificación es el primer enlace afectivo

por excelencia y es justamente sobre una base de identificaciones que buscamos un objeto de

amor. Lo cierto es que hasta donde termine nuestra infancia, no elegimos que parte buena o mala

tomamos de nuestros padres, ya que vemos a nuestros padres como figuras omnipotentes y

queremos ser como ellos. Será en la adolescencia que comenzará este proceso/duelo de

desidentificación de los padres para conformar una personalidad propia, pero con ciertos rasgos

paternos que nos son inherentes.

2º. Padre como interdictor

Aquí hay una doble función de corte dirá Lacan, ya que no solo le prohíbe al niño el objeto de

amor que es la madre, sino que también prohíbe a la madre no reintegrar su producto. Ahora

bien, para que haya una interdicción, debe haber una habilitación por parte de la madre, sino el

padre no puede hacer ese corte y quedará relegado.

3º. Padre como dador de dones

El padre para Lacan, porta el falo, pero no lo es. Es decir, el padre da el falo al hijo para así tener

la posibilidad de instaurarse como sujeto deseante y no como un sujeto deseado.


Vale aclarar que el falo es aquello que falta (gracias a la castración) y por esto mismo, es lo que

posibilita que se instaure el deseo, por eso dar el falo, es la posibilidad de ser deseado pero por

un otro.

“El falo simbólico es el significante por antonomasia del deseo. El don del falo implica

que el hijo pueda tener su propio deseo. Este don del falo inicia el tránsito del ser al

tener.

Será el padre que autoriza y el niño deja de ser el falo de su madre para poder tener él

mismo sus deseos; cambia así de estatuto pasando de ser objeto deseado a ser sujeto

deseante por haber sido atravesado por la ley paterna.

Si desea es porque “algo le falta”; si algo falta es que se ha inscripto en su inconsciente

el significante del falo; por ello puede desear.

Si el padre desoye esta demanda filial o la madre impide su desarrollo, esto pondrá

simiente a una posible alteración patológica que eclosionará o no, dependiendo de las

circunstancias. Si la madre no se corre de ese lugar generará la posible inscripción al

algo que después “desestructurará” esa psiquis.”

Tipos de padres

Padre adolescentes

Padres que terminan siendo como amigos, hermanos o en su defecto compitiendo con sus hijos.

Si son padres que justamente están transitando por una conformación de personalidad (ligado o

no a su edad), va a ser arduo dificultoso ser soporte de alguien que lo necesita plenamente como

es su hijo. Hay que tener en cuenta cuanto estos padres han podido desidealizar y pasar por el

duelo de los padres perdidos para una mejor comprensión


“puede estar más cerca de su hijo y comprender algunas de sus necesidades, que todavía

son válidas en él; y puede, en cambio, estar demasiado ocupado en su propio

crecimiento, abandonar el rol o fatigarse y sentirse como abrumado por una doble

responsabilidad: crecer y hacer crecer al mismo tiempo.”

Padres adultos maduros

“Más cerca de la muerte, puede prodigarse demasiado, sin tener en cuenta las necesidades

reales del niño, porque responde, sobre todo, a un afán de prolongar su vida a través del

hijo. Puede así idealizarlo, estimularlo en exceso, apurarlo en su crecimiento; o sentir una

fuerte rivalidad ante la fuerza de su juventud y obstaculizar inconscientemente su

desarrollo.”

Puede haber una sobrecompensación a nivel económico o material, pero por otro lado hay un

déficit a la hora de como padre, actuar desde el juego para introducirlo en ello, o sino la poca

tolerancia a ciertas situaciones.

Padre con hijo único – con familia numerosa

Un padre que tendrá una labor extra a la hora de conectarlo a la sociabilidad. Ya que desde el

núcleo familiar no tiene ese compañero de juegos o hermanito mayor como modelo de

referencia. También así, aunque se busque la sociabilidad, son muy sobrecompensados por parte

de los padres.

Y por otro lado, el padre que tiene una familia numerosa, deberá estar preocupado por entender y

saber manejarse entendiendo que cada hijo es único y que tiene necesidades diferentes, como a

su vez, están transitando momento evolutivos diferentes y no puedo tratarlos de la misma manera

a todos.
Tipos de roles

Estos roles no están en asociación con las edades de los padres, son indiferentes.

Padres ausentes. Obliga de alguna manera al niño Padre autoritario. No permite que el
a tomar su rol como padre, aunque este no esté niño se potencie, por el contrario, te
preparado bajo ningún punto de vista. obliga a que sigas su imagen y que
Esto se hace muy evidente cuando hay varios seas de cierta manera sin posibilidad
hermanos y el mayor es el “compañero de la de un interjuego o discusión.
madre”, el que la auxilia y la ayuda en su tarea
diaria en desmedro del desarrollo de su identidad
propia. Vive en “como si” de adulto y padre, que lo
inhibe en el desarrollo de su personalidad, en el
afianzamiento de su propia paternidad futura.

Padre Laisefor. Aquel padre que sirve como líder, Padre débil/abandonico.
este liderazgo motiva a que el otro saque y potencia Aquel padre que en presencia, es
lo mejor de sí, que es muy diferente a un padre que ausente. No cumple su rol como
permite el libertinaje. figura paterna ya sea por motivo
propio y porque es imposibilitado
también.

PATERNALISMO

El sufijo “ismo” implica un carácter peyorativo de la palabra “Paternal”. El diccionario de

Sociología dice que paternalismo es una forma de dominación y protección que se asemeja a la

ejercida por el padre sobre su hijo pequeño. Alguien que está ubicado en condición de

superioridad sobre otro en condición de inferioridad, por lo tanto en condiciones de dependencia.

La actitud paternalista resulta paralizante e inhibidora. Es decir sobreprotege tanto que asfixia en

vez de conducir a la autonomía del otro.

El padre paternalista le suministra al hijo todo bien y le evita todo mal; lo que equivale a decir

que el hijo es un “minusválido o débil existencial”.

Existe un momento en la vida en que la presencia del padre adquiere una relevancia definitiva

porque su presencia implica una autodefinición personal, que es: “Yo sé quién soy”, más la
autonomía de crecimiento e identidad; por lo tanto el padre funciona como “modelo” a través de

las identificaciones con la ley, como libertad y como promesa de futuro.

La autoridad, en el caso del padre paternalista, es ejercida por medio de la presión, su fin es el

dominio del otro inerme. De alguna manera se busca impedir experiencias dolorosas y frustrantes

al niño. El otro (el hijo) es reducido a un débil existencial. Todo el mal que el hijo no sabrá evitar

y todo el bien que no sabrá procurarse por sí mismo, el padre se lo dará. Se trata entonces de una

sobreprotección, por ello funciona como un tóxico oculto que resulta asfixiante.

Das könnte Ihnen auch gefallen