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perfecto
El Currículum Vitae, esa fantástica herramienta que usas para mostrar a los demás quién eres
y qué haces. Hay muchas personas que piensan que un buen curriculum vitae no es importante,
que es una pérdida de tiempo, que hay otras herramientas mejores, pero se equivocan. El CV
siempre ha sido (y sigue siendo) una herramienta fundamental para mostrar tus habilidades
como profesional y buscar y encontrar trabajo. Sin ir más lejos, es la primera impresión que se
van a llevar las empresas sobre ti, y no importa que estés desempleado, que tengas el mejor
trabajo del mundo o que aspires a otro puesto mucho mejor, tu Currículum Vitae debe estar
siempre a la altura.
Por mucho que avancen las tecnologías y que cada vez más empresas busquen en la red
información de cada candidato, el CV sigue siendo un documento clave para acceder y tener
éxito en las entrevistas (aparte de la entrevista en sí) y debes cuidarlo al máximo. El mercado
exige un currículum que llame la atención, que resulte atractivo y que sea diferente al resto
(diferenciación).
Son muchas veces las que he enviado mi CV a una empresa y después de tantas experiencias,
algunas más positivas que otras, terminas dándote cuenta de los detalles que necesitan las
empresas para convertirte en su trabajador, qué valoran más y por qué y qué esperan de ti y de
tu currículum. Te voy a dar todas las claves para conseguir un CV de estas características.
Espero que te sirvan.
#1 Saber qué es un Curriculum Vitae
Los profesionales dedicados a la contratación de personal esperan que el Curriculum Vitae sea
la expresión clara y concisa de informaciones sobre los datos personales, la formación y la
experiencia profesional de la persona que aspira a un empleo. El primer objetivo que buscas a
la hora de preparar tu Curriculum Vitae es obtener un entrevista de trabajo. El Curriculum
Vitae cumple una triple función:
Nota: Aunque puede sonar a tópico, no pongas una foto recortada donde apareces de fiesta,
con amigos o en un bar. Debes trasmitir una imagen seria y profesional. No lo olvides.
Tienes que poner un título en la cabecera de tu currículum vitae que te defina como profesional.
Con esto no me refiero a que pongas “serio, responsable, buen compañero o con capacidad de
organización”, no se trata de escribir adjetivos sobre ti. Lo que tienes que hacer es mostrar las
palabras clave que indiquen a qué te dedicas. Por ejemplo, mi caso sería “Consultor
especializado en Marketing Online”. Es breve y, aunque muy abierto (podía hablar de que soy
experto en WordPress o en SEO), muestra mi fortaleza: el Marketing Online, donde yo me quiero
posicionar. Si sólo se me diesen bien las redes sociales, por ejemplo, pondría “Gestor y
dinamizador de las redes sociales”, que va más la grano. Todo depende del objetivo de tu CV.
Justo debajo, en la descripción, tienes espacio para explicar un poco más a qué te dedicas.
Igual de importante que una buena foto es que tu nombre, apellidos, teléfono y correo
electrónico estén bien visibles en el currículum. ¿Crees que soy tonto Ignacio? Desde luego que
no, y se parece evidente pero todavía hay personas que se incluye estos datos básicos (o los
escriben en sitios que no se ven correctamente). Te voy a explicar, punto por punto, la
información personal que hay que poner y cuál es suprimible, con el objetivo de ganar en
eficiencia y facilitar la labor de reclutador:
Sería positivo que, junto a tus datos personales, incluyeras enlaces a tus perfiles sociales
profesionales. La coletilla de “profesionales” no la he puesto porque sí, está puesta a propósito,
ya que estos perfiles tendrán que ser eso: profesionales y correctos. Si eres de los que no ha
prestado atención a tus perfiles sociales y no los tienes en modo “privado”, te recomiendo
encarecidamente que los revises y, si has decidido que no quieres optimizarlos, que los “cierres”
para que nadie pueda verlos.
Experiencia laboral
Llegamos al punto de contar tu experiencia laboral, es decir, qué has hecho a lo largo de tu vida
profesional y dónde. Es habitual ponerla después de la formación, sobre todo si estás buscando
trabajo en el mismo sector en el que aplicas, pero te recomiendo que lo pongas antes. Este
consejo viene desde mi experiencia con reclutadores internacionales. Ellos se fijan más en la
experiencia y en los roles que has desempeñado en las empresas que has trabajado, más que
los cursos o estudios que tengas (aunque suma puntos). Debes escribir dicha experiencia en
orden cronológico inverso, es decir, desde la experiencia más reciente hasta lo más antigua,
detallando el período de tiempo, el nombre del puesto, las funciones realizadas, el nombre de
la empresa y la localidad, empezando siempre por los últimos trabajos realizados. De hecho, si
quieres potenciar aún más tu CV, utiliza negritas en la experiencia relacionada con el puesto
que quieres conseguir.
Si tu caso es el de una persona que no tiene experiencia profesional remunerada o con contrato,
entonces debes recurrir a la inclusión de las prácticas que hayas realizado durante tus estudios
o en cursos de formación. Incluye colaboraciones no remuneradas o sin contrato que hayas
realizado como voluntario de ONG, colaborando con familiares o amigos, etc.. las becas y, por
supuesto, añade también los trabajos que hayas realizado aunque haya sido sin contrato. Si en
tu caso no puedes añadir ninguna experiencia profesional, no te preocupes, muchas empresas
buscan trabajadores sin experiencia para formarlos.
Imagina por un momento a un reclutador promedio en una empresa grande, que leerá unos 50
currículums en un solo día. ¿Qué tiene de especial tu CV frente al de otros? La
respuesta: cuantificar tu experiencia laboral. A menudo tus responsabilidades no suenan tan
impresionantes hasta que detallas cuánto trabajo realizamos. Saca la calculadora y empieza a
ponerle número a tus actividades. Ej. ¿Eres recepcionista? ¿Cuántas llamadas atiendes al día?
Habilidades personales
En las ofertas de trabajo, aparte de decir tus habilidades intrínsecas (si eres community
manager serían “Curación de contenidos”, “Planificación editorial”, etc) añade alguna de las
siguientes habilidades, actitudes o características personales, es muy probable que se interesen
por alguna.
Actitud positiva hacia el trabajo y la vida: Por resumirlo de forma sencilla, son aquellas
personas que están felices y demuestran que tienen ganas de trabajar (muy pocos lo
saben demostrar)
Facilidad para la comunicación: En un mundo cada vez más globalizado y conectado, se
valora que sepas comunicarte con otras personas, ya sean clientes, proveedores,
compañeros, jefes, etc
Capacidad para relacionarse con los demás: Aunque trabajes desde casa o estés en un
despacho tú solo, debes saber relacionarte con el resto de personas
Confianza: Si tú no confías en ti no lo hará el seleccionador, los clientes, tus jefes, tus
compañeros, etc
Capacidad de análisis y resolución de problemas: En todos los puestos hay problemas que
pueden surgir y las empresas necesitan personas que sean capaces de entender lo que
ocurrió (no echarle la culpa a algo o alguien y ya está) y además solucionarlo de forma
que pueda volver a ocurrir
Adaptabilidad: Los entornos cambian y los puestos evolucionan, y si demuestras que no
importa lo que pase y que puedes adaptarte tienes más posibilidades, ya que el
seleccionador estará tranquilo sabiendo que podrás cambiar y evolucionar a medida que
lo haga la empresa
Automotivación: No es suficiente con que se te pague un sueldo. Para que el espíritu o
alma de una persona no se marchite y amargue (afectando a su trabajo y a los demás),
debe tener algo que la alimente. Ilusionarse y vivir con pasión el trabajo al que aspiras será
tu gasolina para disfrutar del mismo y crecer.
Liderazgo: Aunque no vayas a dirigir personas directamente, se valora, pues en caso de
problema o dificultad se espera que si no está tu jefe, seas capaz de resolver la situación
y guiar a otros
Trabajo en equipo: Es importante tanto si lideras como si no que puedas trabajar con otros
en armonía y con eficacia
Orientación a resultados: Establecer metas ambiciosas y lograr resultados al enfrentar
retos, al asumir responsabilidades y al tomar riesgos, así como emprender situaciones
nuevas superando las dificultades del medio
Orientación al cliente: Es la capacidad para mantener relaciones satisfactorias y duraderas
con los clientes internos y/o externos (incluyendo el consumidor final), mediante una
disposición y actitud que demuestre sensibilidad hacia las necesidades de los clientes y/o
consumidores, asegurando su satisfacción de manera atenta, oportuna y permanente
Formación Académica
En este apartado debes incluir tus últimos estudios y dónde se impartieron. Si son superiores,
no hace falta que pongas también los anteriores (Se entiende que si eres licenciado has
superado con éxito COU y la selectividad). En cuanto a la formación complementaria (másteres
y cursos especializados), debes escribir sobre todo la que está relacionada con la oferta de
trabajo en cuestión.
Diseño
Un buen currículum es aquel que, desde el primer momento, entra por los ojos. Esto significa
que, además de prestar atención al contenido, tienes que cuidar el diseño. Espero que las claves
que te doy a continuación puedan ayudarte a dar forma a tu CV:
Diseño que llame la atención, pero sin pasarse: Si entregas el currículum en un archivo
Word lleno de texto, las posibilidades de que acabe en la papelera son bastante altas. Muy
altas. La persona que lo reciba no tendrá ninguna ganas de leerlo. Por ello es importante
que hagas un esfuerzo y elabores un CV que resulte visualmente atractivo, que impacte,
pero sin que sea exagerado. El diseño debe estar al servicio de los datos, no al revés
Diseño de fácil digestión: Te interesa captar la atención del seleccionador de personal en
los primeros segundos, por lo que te recomiendo que estructures bien el contenido,
dejando espacios en blanco entre los distintos apartados e incluyendo títulos, subtítulos y
palabras en negrita
Uso de un tipo de letra de fácil lectura: Utiliza una tipografía clara, legible y limpia. No uses
muchos tipos de letra diferentes. Te sugiero la Century Gothic y la Verdana
Uso de colores neutros: Para el fondo del CV, es mejor que utilices el blanco o un tono
claro. Resultan más limpios que los oscuros. No uses muchos colores diferentes en el
diseño del currículum. Dos distintos como mucho, aparte del blanco del fondo y el negro o
gris para el texto
Elaborar el CV en diferentes formatos: Es interesante tener el currículum en formatos
distintos (PDF, online, vídeo…) para mandarlos en función de las características del puesto
de trabajo y de la empresa. Si decides hacer un vídeo currículum conseguirás uno de los
principales objetivos que perseguimos cuando buscamos empleo: descatar y diferenciarte
del resto. Eso sí, asegúrate que está bien hecho y que incluye todos los datos necesarios
Usa la menor cantidad de hojas posibles: La información superflua hará que la atención se
desvíe de la parte importante de tu curriculum vitae. Sé objetivo cuando decidas cuál es la
información relevante para el gerente de contratación. Una o dos páginas es más que
suficiente para los currriculums no académicos
1. Cronológico: Su misión consiste en usar la cronología para exponer los datos del
curriculum vitae. Hay dos tipos:
o Cronológico Natural: Consiste en ordenar el currículum vítae del más antiguo al
más reciente. No es recomendable cuando se ha cambiado de trabajo con
frecuencia.
o Cronológico Inverso: Permite destacar la experiencia laboral reciente.
Recomendable si ésta tiene relación con el puesto de trabajo al que aspiramos.
2. Temático o Funcional: Consiste en ordenar el currículum vítae por bloques temáticos.
Recomendable cuando la experiencia es muy dispersa o cuando hay grandes espacios de
tiempo en los que no se ha trabajado.
3. Combinado o mixto: La información se organiza temáticamente aunque mantiene la
distribución cronológica (o cronológica inversa) dentro de cada bloque.