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psicoanálisis la repetición, tanto desde Freud como de Lacan. Este concepto fue variando según
repetición quedará del lado del principio de placer y de las leyes del proceso primario. Es lo
olvidado y reprimido que se produce en actos mediante la transferencia como clise con el analista
Sin embargo es en 1920 a partir de sus propios cuestionamientos sobre el imperio del principio
de placer que la repetición se establece fuera de este y en intima vinculación con la pulsión de
muerte, fuerza elemental que busca un estado de inmovilización permanente, no crea vínculos ni
nuevas relaciones. Esto se debió al descubrimiento de que esta repetición de marcas de tiempos
primordiales, no causan placer ni lo causaron nunca en ninguno de los sistemas. “El hecho nuevo y
asombroso que ahora debemos describir es que la compulsión de repetición devuelve también
vivencias pasadas que no contienen posibilidad alguna de placer, que tampoco en aquel momento
pudieron ser satisfacciones, ni siquiera de las mociones pulsionales reprimidas desde entonces” 1
A partir de este momento los traumas no son posibles de ser elaborados mediante la
reproducción mimética. Hay una incipiente relación entre la repetición y la transferencia, lo que se
ligado a ninguna representación ni tampoco reprimido, queda como resto de pulsión que lo que
1
Freud, S. [1920]: Más allá del principio de placer, Obras Completas, Tomo XVIII, Buenos Aires, Amorrortu, 2001, p.
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1
intentara es, mediante su retorno incesante, ser dominada e integrada simbólicamente. La
Desde una mirada lacaniana se puede decir que la repetición como intento de ligadura fracasa,
aparece un goce que nunca lograra entrar totalmente en el campo del significante.
A partir de esta diferenciación podemos hablar de una repetición restitutiva del lado del
Por otro lado, Lacan a lo largo de su recorrido teórico realiza diferentes lecturas del concepto
de repetición.
En la primera teoría cerca del año 1954, Seminario 2, se encuentra de lado de la preminencia
del registro simbólico y con ello de la noción de significante para pensar el devenir del psiquismo.
Lacan trabaja el estatuto de la repetición como la cadena significante, marcas del inconsciente, que
presente del efecto del significante, que provoca cierta fragmentación al yo, a su constitución
imaginaria.
“La ley propia de la cadena es lo que rige los efectos determinantes para el sujeto (…) efectos
que siguen tan fielmente el desplazamiento del significante que los factores imaginarios, a pesar
El sujeto son es agente de la cadena impuesta, sino que la recibe, se inscribe en ella
2
Lacan, J. [1956] Seminario La Carta Robada, p.11
2
Este momento es fuertemente atravesado por los estudios de lingüística y estructuralismo de
Lacan y está vinculado a una concepción de la repetición en cuanto ley del psiquismo
fallido con lo real. En esta etapa Lacan deja de lado la presencia de una ley determinista para
“Para la dimensión de la ley basta la ley del significante. Por otra parte, es necesario establecer
la causa, que no es un significante, puesto que se trata de algo que el significante no puede cernir:
la causa es real…Esta cadena permitirá establecer la ley de los retornos, pero no permitirá
alcanzar la causa de esos retornos desde ahora indicada por la aparición del objeto a “3
Por consiguiente en esta teoría cobra relevancia el registro de lo real y supone como elemento
articulador la noción de trauma. A partir del cual se puede pensar que la repetición supone el
despertar de una realidad inconsciente que puja por aparecer y que sitúa el estatuto de la repetición
en cuanto causa. Es así que la causa no es aprehensible por lo simbólico, no cesa de no poder
inscribirse. Desde la teoría freudiana se situaría del lado del exceso, esto es del lado del trauma,
Lacan dirá:
“Allí, una cosa distinta exige su realización, una cosa que aparece como intencional, ciertamente,
pero con una extraña temporalidad, lo que se produce en esta hiancia, en el sentido pleno del
término producirse, se presenta como el hallazgo…Con todo, este hallazgo, en cuanto se presenta,
3
Porras, M.: Azar y Destino en psicoanálisis, Buenos Aires, Letra Viva, 2008, p. 91
3
es re-hallazgo y, además, está siempre dispuesto a escabullirse de nuevo, instaurando así la
dimensión de la perdida.”4
A partir de una articulación entre las dos teorías de la repetición se podría decir que la
repetición, como insistencia de la cadena de significantes, nos dejara saber por la vía del
estará emparentada con la dimensión de la causa de esos retornos, ósea la aparición del concepto
de objeto a.
En esta segunda concepción Lacan utilizara dos términos tomados de la filosofía aristotélica.
La repetición se encuentra repartida entre automaton, para la repetición como insistencia del
significante, de su legalidad.
mismo, es un modo de lo real en el inconsciente, un real que más que cualquier otro gobierna las
actividades y conductas como si fuera fuerza del azar, del destino, del cual el sujeto nada sabe.
“Las casualidades nos empujan a diestra y siniestra, y con ellas construimos nuestro destino,
porque somos nosotros quienes lo trenzamos como tal. Hacemos de ellas nuestro destino porque
hablamos. Creemos que decimos lo que queremos, pero es lo que han querido otros”5
4
Lacan, J. [1964]: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Buenos Aires, Paidós, 2008, p. 33
5
Lacan, J. [1975] Seminario 2 El Yo En La Teoría De Freud, Paidós, Buenos Aires, 2008, pág. 161.
4
Lo real nunca es lo mismo, pero siempre está en el mismo lugar, el de la falta de significante.
En la repetición, cada vez es la primera vez, siempre se está en la primera vez, suponiendo una
anulación de tiempo.
En efecto lo que la repetición varia no es más que la alienación de su sentido, S1 que no cesa de
no poder inscribirse, hay que pugnar porque este arme cadena S1-S2.Es entonces que la necesidad
del trabajo analítico consistirá en que el sujeto permita incorporar este significante a la cadena,
hacerlo circular hasta llevarlo al punto en que en vez de producir sentido, quede despojado de
sentido. Esto se debe a que el significante no vincula al sujeto con a lo real por su semántica,
nunca toca lo real por medio de sus efectos de sentido, sino más bien lo obtura. El yo se sitúa
Solo en su literalidad pura el significante puede arrastrar algo propiamente real, traumático.Es
desde allí que se buscaran las intervenciones, para encaminar la dirección de la cura.
Para finalizar, debemos hacer alusión que la noción de Repetición, tema de vital importancia
para el psicoanálisis, ha creado disyuntivas sobre la misma. el hecho de considerar dos modos, de
entender la repetición tanto desde Freud como de Lacan habla de un entrecruzamiento entre
diferentes momentos epistemológicos. No quiere decir que una concepción anule a la otra, sino
más bien en una dialéctica continua, una forma parte de la otra, se incluyen entre sí. Son diferentes
formas de abordar a lo inconsciente dentro de la práctica analítica y dependiendo del caso por caso
sabremos desde qué lado de la repetición se nos presenta para luego intervenir.
Debemos suponer al psicoanálisis como agente de cambio, como palabra plena en su amplio
despliegue polisémico y no como dogmatismo de una ideología que solo reproduce y representa
5
“La ideología con su palabra vacía, aparentemente llena de convicciones, logra la ilusión de un
paradigma, que perdió vigencia, pero que gracias a la labor ideológica aún mantiene sus
estructuras teóricas”6
BIBLIOGRAFIA
Levato, Mabel
- “Objetos de consumo”.
6
Fischer, H. Conceptos Fundamentales de Psicopatología III , Buenos Aires, Centro Editor Argentino, cap 2.
6
U. K. Aula Virtual .www.kennedy.edu.a
Lopez , Hector