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A lo largo de esta presentación se desarrollara uno de los conceptos fundamentales del

psicoanálisis la repetición, tanto desde Freud como de Lacan. Este concepto fue variando según

distintos momentos históricos del método y por la implementación misma en la práctica.

En el retorno a Freud debemos comenzar destacando dos momentos en la concepción de

repetición. Un primer momento en 1914 en el escrito “Recordar, repetir y reelaborar” donde

queda conceptualizada como un modo de retorno de lo reprimido, por lo que la compulsión de

repetición quedará del lado del principio de placer y de las leyes del proceso primario. Es lo

olvidado y reprimido que se produce en actos mediante la transferencia como clise con el analista

Sin embargo es en 1920 a partir de sus propios cuestionamientos sobre el imperio del principio

de placer que la repetición se establece fuera de este y en intima vinculación con la pulsión de

muerte, fuerza elemental que busca un estado de inmovilización permanente, no crea vínculos ni

nuevas relaciones. Esto se debió al descubrimiento de que esta repetición de marcas de tiempos

primordiales, no causan placer ni lo causaron nunca en ninguno de los sistemas. “El hecho nuevo y

asombroso que ahora debemos describir es que la compulsión de repetición devuelve también

vivencias pasadas que no contienen posibilidad alguna de placer, que tampoco en aquel momento

pudieron ser satisfacciones, ni siquiera de las mociones pulsionales reprimidas desde entonces” 1

A partir de este momento los traumas no son posibles de ser elaborados mediante la

reproducción mimética. Hay una incipiente relación entre la repetición y la transferencia, lo que se

encuentra no es la escena efectivamente vivida sino restos displacenteros. El trauma no queda ni

ligado a ninguna representación ni tampoco reprimido, queda como resto de pulsión que lo que

1
Freud, S. [1920]: Más allá del principio de placer, Obras Completas, Tomo XVIII, Buenos Aires, Amorrortu, 2001, p.
20
1
intentara es, mediante su retorno incesante, ser dominada e integrada simbólicamente. La

repetición ha pasado de ser la resistencia al recuerdo a ser lo resistido.

Desde una mirada lacaniana se puede decir que la repetición como intento de ligadura fracasa,

aparece un goce que nunca lograra entrar totalmente en el campo del significante.

A partir de esta diferenciación podemos hablar de una repetición restitutiva del lado del

principio del placer y la repetición como insistencia antihomeostática, compulsión a la repetición,

ligada al más allá del principio de placer.

Por otro lado, Lacan a lo largo de su recorrido teórico realiza diferentes lecturas del concepto

de repetición.

En la primera teoría cerca del año 1954, Seminario 2, se encuentra de lado de la preminencia

del registro simbólico y con ello de la noción de significante para pensar el devenir del psiquismo.

Lacan trabaja el estatuto de la repetición como la cadena significante, marcas del inconsciente, que

insiste en el sujeto,. Podríamos pensar así la repetición como emergencia y actualización en el

presente del efecto del significante, que provoca cierta fragmentación al yo, a su constitución

imaginaria.

“La ley propia de la cadena es lo que rige los efectos determinantes para el sujeto (…) efectos

que siguen tan fielmente el desplazamiento del significante que los factores imaginarios, a pesar

de su inercia, sólo hacen en ellos el papel de sombras y de reflejos”2

El sujeto son es agente de la cadena impuesta, sino que la recibe, se inscribe en ella

2
Lacan, J. [1956] Seminario La Carta Robada, p.11
2
Este momento es fuertemente atravesado por los estudios de lingüística y estructuralismo de

Lacan y está vinculado a una concepción de la repetición en cuanto ley del psiquismo

No obstante es en la segunda teoría, 1964, donde denomina a la repetición como encuentro

fallido con lo real. En esta etapa Lacan deja de lado la presencia de una ley determinista para

posicionarse sobre la causa real. Si se piensa en términos de causalidad determinista se pierde la

singularidad, el caso por caso.

“Para la dimensión de la ley basta la ley del significante. Por otra parte, es necesario establecer

la causa, que no es un significante, puesto que se trata de algo que el significante no puede cernir:

la causa es real…Esta cadena permitirá establecer la ley de los retornos, pero no permitirá

alcanzar la causa de esos retornos desde ahora indicada por la aparición del objeto a “3

Por consiguiente en esta teoría cobra relevancia el registro de lo real y supone como elemento

articulador la noción de trauma. A partir del cual se puede pensar que la repetición supone el

despertar de una realidad inconsciente que puja por aparecer y que sitúa el estatuto de la repetición

en cuanto causa. Es así que la causa no es aprehensible por lo simbólico, no cesa de no poder

inscribirse. Desde la teoría freudiana se situaría del lado del exceso, esto es del lado del trauma,

fuera del principio de placer.

Lacan dirá:

“Allí, una cosa distinta exige su realización, una cosa que aparece como intencional, ciertamente,

pero con una extraña temporalidad, lo que se produce en esta hiancia, en el sentido pleno del

término producirse, se presenta como el hallazgo…Con todo, este hallazgo, en cuanto se presenta,

3
Porras, M.: Azar y Destino en psicoanálisis, Buenos Aires, Letra Viva, 2008, p. 91
3
es re-hallazgo y, además, está siempre dispuesto a escabullirse de nuevo, instaurando así la

dimensión de la perdida.”4

La cita anterior da cuenta del real como encuentro fallido.

A partir de una articulación entre las dos teorías de la repetición se podría decir que la

repetición, como insistencia de la cadena de significantes, nos dejara saber por la vía del

significante y de sus articulaciones cómo retorna, y la dimensión de la causa de esos retornos

estará emparentada con la dimensión de la causa de esos retornos, ósea la aparición del concepto

de objeto a.

En esta segunda concepción Lacan utilizara dos términos tomados de la filosofía aristotélica.

La repetición se encuentra repartida entre automaton, para la repetición como insistencia del

significante, y tyche ligada a la noción de causa.

El automaton es el funcionamiento automático de la cadena significante, es decir, dentro del

campo simbólico y sin la presencia de un sujeto que la ordene. Es la autonomía de la cadena de

significante, de su legalidad.

Mientas que la tyche indica la ausencia de la intención humana, se ubica en el inconsciente

mismo, es un modo de lo real en el inconsciente, un real que más que cualquier otro gobierna las

actividades y conductas como si fuera fuerza del azar, del destino, del cual el sujeto nada sabe.

“Las casualidades nos empujan a diestra y siniestra, y con ellas construimos nuestro destino,

porque somos nosotros quienes lo trenzamos como tal. Hacemos de ellas nuestro destino porque

hablamos. Creemos que decimos lo que queremos, pero es lo que han querido otros”5

4
Lacan, J. [1964]: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Buenos Aires, Paidós, 2008, p. 33
5
Lacan, J. [1975] Seminario 2 El Yo En La Teoría De Freud, Paidós, Buenos Aires, 2008, pág. 161.
4
Lo real nunca es lo mismo, pero siempre está en el mismo lugar, el de la falta de significante.

En la repetición, cada vez es la primera vez, siempre se está en la primera vez, suponiendo una

anulación de tiempo.

En efecto lo que la repetición varia no es más que la alienación de su sentido, S1 que no cesa de

no poder inscribirse, hay que pugnar porque este arme cadena S1-S2.Es entonces que la necesidad

del trabajo analítico consistirá en que el sujeto permita incorporar este significante a la cadena,

hacerlo circular hasta llevarlo al punto en que en vez de producir sentido, quede despojado de

sentido. Esto se debe a que el significante no vincula al sujeto con a lo real por su semántica,

nunca toca lo real por medio de sus efectos de sentido, sino más bien lo obtura. El yo se sitúa

como un obstáculo, que se interpone, cumpliendo su papel de filtro al discurso inconsciente.

Solo en su literalidad pura el significante puede arrastrar algo propiamente real, traumático.Es

desde allí que se buscaran las intervenciones, para encaminar la dirección de la cura.

Para finalizar, debemos hacer alusión que la noción de Repetición, tema de vital importancia

para el psicoanálisis, ha creado disyuntivas sobre la misma. el hecho de considerar dos modos, de

entender la repetición tanto desde Freud como de Lacan habla de un entrecruzamiento entre

diferentes momentos epistemológicos. No quiere decir que una concepción anule a la otra, sino

más bien en una dialéctica continua, una forma parte de la otra, se incluyen entre sí. Son diferentes

formas de abordar a lo inconsciente dentro de la práctica analítica y dependiendo del caso por caso

sabremos desde qué lado de la repetición se nos presenta para luego intervenir.

Debemos suponer al psicoanálisis como agente de cambio, como palabra plena en su amplio

despliegue polisémico y no como dogmatismo de una ideología que solo reproduce y representa

palabras vacías provocando una forclusion de las ciencias, agujero.

5
“La ideología con su palabra vacía, aparentemente llena de convicciones, logra la ilusión de un

paradigma, que perdió vigencia, pero que gracias a la labor ideológica aún mantiene sus

estructuras teóricas”6

BIBLIOGRAFIA

Levato, Mabel

- “Objetos de consumo”.

6
Fischer, H. Conceptos Fundamentales de Psicopatología III , Buenos Aires, Centro Editor Argentino, cap 2.
6
U. K. Aula Virtual .www.kennedy.edu.a

- “Maratones tóxicas: la pulsión, el goce y el síntoma en las toxicomanías”.

Revista Borromeo Nº 1 www.revistaborromeo.kennedy.edu.ar

Lopez , Hector

- “Las adicciones ,sus fundamentos clínicos”

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