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Tipos de muros de contención

para una casa


Publicado el 24 noviembre, 2016 Deja un comentario

Es la pregunta que le surge a cualquier persona que tiene en propiedad o bien


está pensando en comprar un terreno inclinado, ¿cómo vamos a contener las
tierras? Los tipos de muros de contención para una casa que se construye en
un terreno inclinado varian en función las necesidades de proyecto y del
terreno.
En este sentido, hoy hemos decidido preparar un post más técnico de lo
habitual para que os hagáis una idea de las distintas opciones de contención
de tierras en un terreno y cuáles son las ventajas e inconvenientes de cada uno
de los tipos de muros de contención para una casa.
¿Qué es un muro de contención y cuándo
hay que construirlo?
Aunque puede parecer obvio, no está de más partir de la base de que una casa
debe ser construida sobre una superficie plana, por este motivo, si no
encontramos ante un terreno inclinado, será necesario aterrazarlo.
Un muro de contención es un elemento constructivo destinado a soportar el
empuje horizontal de las tierras que contiene para evitar su desprendimiento.
Es decir, que al desplazar una parte de las tierras de un terreno inclinado para
generar una superficie plana donde colocar nuestra casa, deberemos soportar
estas tierras con una pared más resistente de lo habitual, ya que de otro modo,
tenderían a desprenderse.
Las personas necesitamos estar sobre planos horizontales para nuestro
confort. Por ello, en terrenos inclinados la tendencia es a aterrazarlo de
acuerdo con el desnivel para conseguir superficies planas.
Mover las tierras que conforman el terreno puede ser un elemento clave en los
proyectos y hacerlo con el tipo de muro de contención adecuado puede
suponer un ahorro considerable en el presupuesto total.
Tipos de muros de contención para una casa
Hablar de los tipos de muros de contención para una casa implica un gran
despliegue de opciones que van desde los muros de piedra tradicionales hasta
las pantallas hechas con micropilotaje.
En este caso hemos decidido organizar este post distinguiendo cada tipo de
muro según su forma de trabajar, es decir, la forma en que la estructura trabaja
para resistir el empuje de las tierras.
Esta clasificación convierte a algunos tipos de muros de contención para una
casa en más convenientes para situaciones al aire libre y otros para espacios
interiores o con estructuras encima.
Muros que trabajan por gravedad
Dentro de los tipos de muros de contención para una casa, los que trabajan por
gravedad son sobretodo indicados para zonas exteriores.
Muchas veces no requieren cimientos para soportarse sino que simplemente se
apoyan sobre el terreno.
Esto supone que se requiera poco trabajo en obra, con la consecuente
reducción de costes. No obstante, también pueden suponer una mano de obra
más especializada según en qué casos.
Muros de piedra en seco
El muro de piedra en seco es, seguramente, uno de los más tradicionales y el
que se construye desde hace más tiempo junto con el muro de roca.
Se trata del típico muro de piedra que encontramos en el Pirineo catalán o de
los tradicionales muros de las zonas rurales de las Islas Baleares, aunque
podemos encontrar ejemplos en todas las zonas de España.
Se trata de un muro compuesto por una serie de piedras con la parte inferior y
superior más o menos planas para conseguir apilarlas. No se usa cemento, ni
ningún otro producto cola para unir los elementos del muro. Las propias piedras
de distintos tamaños y su geometría es lo que le confieren consistencia.
Actualmente ya casi no se construyen este tipo de muros para la contención de
tierras de una casa, ya que a parte de requerir una mano de obra
especializada, son muros con poca resistencia que no están pensados para
soportar grandes cargas como las de una vivienda.
El muro de rocalla es en cierto modo parecido al de piedra en seco, pues
también está formado por piedras.
En este caso las rocas no tienen partes planas para encajar entre ellas.
Simplemente se colocan unas encima de otras de forma que no desmoronen.
Suele resultar un muro más ancho, con forma casi de pirámide.
Actualmente la rocalla se usa en casos en los que se busca un aspecto más
natural. Una de sus ventajas es que, como las piedras dejan juntas abiertas
entre ellas, pueden crecer plantes entre las rocas y tener un aspecto
mínimamente verde.
Es un tipo de muro que, gracias también a estos espacios entre piedras, drena
muy bien y difícilmente habrá problemas de acumulación de agua debido al
muro.
Para grandes contenciones de tierra será necesario utilizar rocas de gran
tamaño, cuya manipulación puede ser costosa porque requiere maquinaria muy
pesada (grandes camiones grúa) además, según el tipo de terreno la rocalla
puede requerir un soporte adicional de tierras bien mediante tensores en el
terreno o bien mediante muro de hormigón.
Muros de bloques prefabricados
Siguiendo con la evolución de los muros de contención, aparecen los bloques
prefabricados. Su lógica se basa en los muros de piedra en seco, de forma que
también consiste en el apilamiento de piezas o bloques.
En este caso, no obstante, encontramos una gran variedad de formas y
materiales. La cerámica, el hormigón y la piedra son los materiales más usados
en este tipo de muros.
Podemos trabajar bien con clásicos bloques de hormigón convencionales hasta
bloques diseñados a medida para un caso concreto. Por ejemplo, se pueden
hacer bloques de piedra maciza o piezas cerámicas con espacio para poder
plantar vegetación y conseguir un aspecto más verde.
En general los bloques se apilan unos encima de otros y se unen con cemento
o incluso se les añade armadura dependiendo de los requerimientos del
terreno.
Las soluciones formales son casi infinitas, desde muros completamente
verticales hasta muros tipo talud.
Muros de gaviones
Otro de los tipos de muros de contención para una casa son los muros
formados por gaviones, cada vez más extendidos.
Los gaviones son rejas metálicas que forman recipientes que se llenan con
piedras relativamente pequeñas.
Este tipo de muros de contención para una casa se utilizan sobretodo en
contención de tierras para ajardinamiento, de hecho es un tipo de muro muy
clásico en carreteras y espacios públicos, pero no está preparado para
soportan cargas más allá de la propia tierra.
De hecho, el muro de gaviones trabaja a modo de bloques en los que las
piedras del interior se usan para aportar peso al conjunto. La piedra queda vista
y contenida por estas cajas de malla metálica, lo que le confiere un aspecto
relativamente natural.
Igual que el muro de piedra en seco, como no se trata de un muro compacto,
drena el agua de lluvia bastante bien debido a las juntas abiertas entre piedras.
También tiene buenas prestaciones acústicas que puede ser de utilidad en
zonas ruidosas.
Aunque la gran mayoría de muros de gaviones se llenan con piedras, dentro de
los cajones o recipientes metálicos es posible combinar madera, ladrillos u
otros materiales. En este caso, será necesario tener en cuenta el peso del
material utilizado en relación al empuje de las tierras del terreno.
Muros de tierra armada / suelo reforzado
Si lo que se busca es un aspecto más natural, existe la opción de reforzar la
misma tierra sin construir un muro delante. Un muro de tierra armada es, como
su nombre indica, tierra a la que se le añade una malla de acero para evitar
que se desprenda.
Podríamos comparar este tipo de muro con el hormigón armado, que no deja
de ser un árido al que se le añade cemento con una malla metálica que lo hace
más resistente.
Esta forma de reforzar el terreno da como resultado la formación de un talud
casi natural, por lo que se genera muy poco impacto visual
Muro de hormigón en masa
Por último, la utilización del hormigón en masa como muro de contención es
una técnica que, aunque en determinados casos merece la pena, su uso no
está muy extendido.
Eso se debe a que el hormigón sin armar, sin una malla de acero, puede ceder
ante una elevada presión de las tierras.
Para que el hormigón trabaje de forma correcta hay que construir los muros
con un grosor considerable. Como trabaja por peso propio, implica que como
más tierras tenga que contener el muro, más peso deberá tener.
Muros estructurales
Los muros estructurales son los tipos de muros de contención que se usan
siempre que hay que colocar una estructura encima.
Se trata de muros de hormigón fuertemente armados para soportar las tierras y
por ello, su grosor aumenta rápidamente en cuanto aumenta la altura.
Es seguramente el tipo de contención más utilizado hoy en día debido sencillo
proceso constructivo y precio económico.
Los muros de contención estructurales se distinguen según su forma y
colocación en el terreno:
Muro en ménsula
Los muros de contención en ménsula son aquellos muros a los que se les
añade una base horizontal a modo de cimientos. El peligro de las contenciones
de hormigón armado es que, al ser muy esbeltos podrían lleguen a volcar por
eso es importante, el cálculo de la base horizontal que queda enterrada e
impide justamente el vuelco.
Los cimientos de estos muros se prevén en función del tipo de subsuelo que
haya y de su resistencia, pues la estabilidad del muro dependerá de la
estabilidad del terreno.
Muros a base con contrafuertes
Los muros con contrafuertes son iguales que los anteriores, pero a estos
últimos se les añade una estructura de contrafuertes.
Los contrafuertes serán necesarios por ejemplo cuando la altura del muro es
considerable y hay que evitar el peligro de vuelco o desplome.
Los contrafuertes también consiguen más contacto con el terreno, por lo que el
agarre del muro es mayor.
Muros pantalla
El más reciente de los tipos de muros de contención para una casa es el muro
pantalla, una técnica relativamente reciente. Se trata de un muro de hormigón
armado que se encasta en el terreno sin ningún tipo de base horizontal.
Se suele usar en grandes profundidades a la vez como cimientos y muro de
contención. Aquí no existe la base que impida el vuelco del muro, por este
motivo es necesario anclar al propio muro unos cables que se clavan en el
terreno.

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