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DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL

1. TRASCENDENCIA DEL ARBITRAJE EN EL COMERCIO


INTERNACIONAL

El arbitraje comercial internacional a partir de la década de los años sesenta del


siglo pasado se fue marcando con mayor impulso en la comunidad internacional la
tendencia que en los últimos tres decenios se ha definido como el fenómeno de la
globalización económica, y es una especie de aceleramiento en la creciente
ampliación en las relaciones económicas internacionales, con lo que se ha venido
situando al arbitraje comercial internacional como institución de la mayor
importancia en el entramado de las nuevas necesidades que las relaciones
comerciales en el presente plantean jurídicamente a nivel internacional. De esta
manera, a un derecho económico internacional de nuevo tipo, también debe
corresponder “una institución arbitral ágil, eficiente y oportuna, como única
alternativa de solución fluida a los nuevos conflictos que emergen en la
actualidad”.

La trascendencia del arbitraje comercial internacional en la solución de conflictos


del mundo moderno tiene un reflejo singular en América Latina, toda vez que su
incorporación, aplicación y reconocimiento han sido objeto de regulación desde
mucho antes de que esfuerzos similares se emprendieran en Europa o en los Estados
Unidos. Esto amerita, por lo tanto, desde la óptica del derecho comparado, que se
efectúe una revisión ordenada y sistemática de su complexión regulatoria, como un
punto de partida de estudios ulteriores que se llegaren a producir acerca de su
eficacia respecto de los negocios internacionales que se llevan a cabo en el
hemisferio, así como de la conveniencia de seguir resguardando la reglamentación
con un criterio eminentemente regional.
Acorde con los retos de la globalización jurídica, cabe anticipar que, para efectos
de dotar de certidumbre a los operadores jurídicos, debe ser la Organización de
Estados Americanos el foro privativo que determine acerca de la validez material
de algunos de los tratados que se examinarán a continuación, pudiendo expedir,
tal vez, un texto refundido que ordene los contenidos y concentre la aplicación eficaz

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de la normatividad tratándose del arbitraje comercial internacional o, como


mínimo, que expida una declaración que indique, sin lugar a dudas, que son las
convenciones de Panamá (1975) , Ley Modelo sobre Arbitraje Comercial
Internacional de la Comisión de Las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil
Internacional CNUDMI, La Lex Mercatoria, Convenio Sobre “Reconocimiento Y
Ejecución De Sentencias Arbitrales Extranjeras”, Aprobado En Nueva York El 10
De Junio De 1958, Convenio Interamericano Sobre: ”Eficacia Extraterritorial De
Sentencia Y Laudos Extranjeros “, Previa Ratificación, Aprobado En Montevideo El
8 De Mayo De 1979, Convenio Sobre: “Arreglo De Diferencias Relativas A
Inversión Entre Estado Y Nacionales De Otros Estados”, Aprobado En Washington
El 18 De Marzo De 1965, el conjunto normativo que con mayor idoneidad regula la
temática del arbitraje comercial internacional.

1.1 NATURALEZA:

La doctrina no es unánime al respecto, es así que plantea en esencia la existencia


de enfoques doctrinales respecto de la naturaleza Jurisdiccionalista del arbitraje y
la naturaleza contractualista del mismo.

- Jurisdiccionalista

La jurisdicción arbitral es la que está establecida por el ordenamiento jurídico, pero


es el acuerdo de las partes a través de un contrato el que activa esta jurisdicción y
la hace competente para conocer del asunto y para establecer las vías por las
cuales se desarrollará. (Rodríguez, 2013, p.40)

- Contractualista

Naturaleza o doctrina Contractualista En este enfoque se enseña que el arbitraje


es el producto de una negociación y/o pacto entre las partes que voluntariamente
acuerdan que las controversias que surjan entre ellos, respecto del asunto objeto
del acuerdo y que tengan el carácter transigible, serán sometidas al conocimiento
y decisión de árbitros, quienes actuarán a la manera de unos mandatarios, de

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forma que su configuración estará determinada por las relaciones jurídico-


privadas.

Por su ámbito de aplicación en cuanto al espacio el arbitraje es:

- Interno, Nacional o domestico

Es un mecanismo alternativo de solución de conflictos mediante el cual las partes


confían a un tercero imparcial y especializado llamado árbitro la solución de su
controversia.

El Tribunal Arbitral -integrado por uno o tres árbitros- emite una decisión
denominada laudo arbitral que tiene el mismo efecto de una sentencia judicial, es
decir, en calidad de cosa juzgada.

Arbitraje al igual que los demás tipos de arbitraje, se rige por los principios y reglas
de imparcialidad, idoneidad, celeridad e igualdad.

Para acceder al arbitraje las partes deben haber acordado un Pacto Arbitral en la
modalidad de compromiso o cláusula compromisoria.

Las partes pueden acogerse al reglamento de arbitraje nacional del Centro de


Arbitraje y Conciliación.

- Internacional

El arbitraje internacional es a veces llamado de forma híbrida solución de


controversias internacionales, ya que combina elementos del procedimiento de
derecho civil y procedimiento de derecho común, al tiempo que permite a las
partes una oportunidad significativa para diseñar el procedimiento de arbitraje en
virtud del cual se resolverá la controversia. El arbitraje internacional se puede
utilizar para resolver cualquier controversia que se considera que es “arbitrable,”
un término cuyo alcance varía de Estado a Estado, sino que incluye la mayoría de
las disputas comerciales.

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Las empresas con frecuencia incluyen acuerdos internacionales de arbitraje en


sus contratos comerciales con otras empresas, de modo que si surge una
diferencia con respecto al acuerdo de que están obligados a arbitrar en lugar de
seguir la vía judicial tradicional. El arbitraje también puede ser utilizado por dos
partes para resolver una disputa a través de lo que se conoce como un “acuerdo
de sometimiento”, que es simplemente un acuerdo de arbitraje que se firma
después de una disputa ya ha surgido.

Los acuerdos de arbitraje típicos son muy cortos. La cláusula de arbitraje modelo
ICC, por ejemplo, simplemente lee:

“Todas las disputas que surjan de o en conexión con el presente contrato se


resolverá definitivamente bajo las Reglas de Arbitraje de la Cámara de
Comercio Internacional por uno o más árbitros designados de acuerdo con
dichas reglas.”

Las Partes también a menudo agregan normas relativas a la ley aplicable al


contrato, el número de árbitros, el lugar del arbitraje y el idioma del arbitraje.

Existen dos clases de arbitraje

- Tutelado o institucional

Es el que se lleva a cabo en una institución generalmente con sus propias normas
y con una lista cerrada de árbitros.

- Arbitraje ad hoc

El arbitraje será ad hoc, si es conducido directamente por los árbitros, o


institucional, si es administrado por un centro de arbitraje. A falta de acuerdo
respecto de su naturaleza y cuando en el pacto arbitral las partes guarden silencio,
el arbitraje será institucional. Cuando la controversia verse sobre contratos
celebrados por una entidad pública o quien desempeñe funciones administrativas,
el proceso se regirá por las reglas señaladas en la presente ley para el arbitraje
institucional.

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En razón del laudo emitido por los árbitros a petición de las partes puede ser
valorado como:

- Arbitraje en Derecho

Cuando la resolución debe estar fundamentada en criterios jurídicos (legislación y


jurisprudencia, fundamentalmente).

- Arbitraje en Equidad

También se le llama "en conciencia": Cuando para la elaboración del laudo se


apela al "buen saber hacer" y a la conciencia del árbitro que dirime el conflicto.
Implica que el árbitro debe ser experto en la materia objeto de la controversia y del
arbitraje.

1.2 Legislación Nacional: Ley Nº 708 LEY DE CONCILIACIÓN Y


ARBITRAJE

La Ley 708 de 25 de junio de 2015. Destaca nuevos principios que consagra la


nueva ley destacando al de independencia como importante incentivo a la
inversión especialmente extranjera. Describe una nueva institución como lo son
los Centros de Conciliación y Arbitraje señalando requisitos de constitución así
como sus atribuciones como Centros diseñados exclusivamente para la resolución
de controversias. Refiere al arbitraje a partir de sus disposiciones generales,
reglas, excusas, recusaciones, competencia y facultades arbitrales, y prosigue con
el procedimiento arbitral haciendo previamente una precisión sobre el arbitraje
institucional y Ad-Hoc. Prosigue con el análisis de los Regímenes Especiales
referidos a controversias con el Estado en materia de inversiones nacionales,
mixtas y extranjeras, y finalmente culmina con el análisis del Arbitraje
Testamentario.

Procedemos a dar lectura de los artículos vinculados con el arbitraje comercial


internacional.

Artículo 2. (MARCO COMPETENCIAL);

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Artículo 4. (MATERIAS EXCLUIDAS DE LA CONCILIACIÓN Y DEL ARBITRAJE);

Artículo 5. (EXCLUSIÓN EXPRESA); parágrafos 2 y 3

Artículo 6. (BIENES, OBRAS Y SERVICIOS CONTRATADOS EN EL


EXTRANJERO)

Artículo 11. (AUTORIDAD COMPETENTE)

Artículo 39. (NATURALEZA)

Artículo 54. (SEDE DEL ARBITRAJE) parágrafo II

Artículo 120. (LAUDO ARBITRAL EXTRANJERO)

Artículo 121. (NORMAS APLICABLES)

Artículo 122. (CLAUSULAS DE IMPROCEDENCIA)

Artículo 123. (SOLICITUD Y COMPETENCIA)

Artículo 124 (TRÁMITE)

Artículo 125. (OPOSICIÓN A LA EJECUCIÓN)

1.3 Ley Modelo sobre Arbitraje Comercial Internacional de la Comisión


de Las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional
CNUDMI

La Ley Modelo está formulada para ayudar a los Estados a reformar y modernizar
sus leyes sobre el procedimiento arbitral a fin de que tengan en cuenta los rasgos
peculiares y las necesidades del arbitraje comercial internacional.

Artículo 1. Ámbito de aplicación inciso 3)

1.4 ¿Cuándo el Arbitraje es Internacional?

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“El arbitraje es el método alternativo de solución de conflictos por excelencia en el


ámbito comercial, constituyéndose para la comunidad nacional e internacional, en el
mecanismo idóneo para resolver los conflictos que de estas actividades se deriven.”
-Es Arbitraje Internacional cuando por un medio privado las partes voluntariamente
aceptan sustituir al poder judicial y someter sus controversias a una decisión de un
Tribunal Arbitral o por medio de un árbitro único que responde básicamente a la
voluntad de las partes de resolver esa controversia al amparo del arbitraje
internacional sometiéndose a la normativa que las partes acuerden.

El arbitraje internacional es a veces llamado de forma híbrida solución de


controversias internacionales, ya que combina elementos del procedimiento de
derecho civil y procedimiento de derecho común, al tiempo que permite a las
partes una oportunidad significativa para diseñar el procedimiento de arbitraje en
virtud del cual se resolverá la controversia. El arbitraje internacional se puede
utilizar para resolver cualquier controversia que se considera que es “arbitrable,”
un término cuyo alcance varía de Estado a Estado, sino que incluye la mayoría de
las disputas comerciales.

Las empresas con frecuencia incluyen acuerdos internacionales de arbitraje en


sus contratos comerciales con otras empresas, de modo que si surge una
diferencia con respecto al acuerdo de que están obligados a arbitrar en lugar de
seguir la vía judicial tradicional. El arbitraje también puede ser utilizado por dos
partes para resolver una disputa a través de lo que se conoce como un “acuerdo
de sometimiento”, que es simplemente un acuerdo de arbitraje que se firma
después de una disputa ya ha surgido.

Los acuerdos de arbitraje típicos son muy cortos. La cláusula de arbitraje modelo
ICC, por ejemplo, simplemente lee:

“Todas las disputas que surjan de o en conexión con el presente contrato se


resolverá definitivamente bajo las Reglas de Arbitraje de la Cámara de
Comercio Internacional por uno o más árbitros designados de acuerdo con
dichas reglas.”

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Las Partes también a menudo agregan normas relativas a la ley aplicable al


contrato, el número de árbitros, el lugar del arbitraje y el idioma del arbitraje.

1.5 Principios en el Arbitraje Internacional


 Los principios por los que se rige el arbitraje son:

 Voluntariedad: las partes se someten voluntariamente a la decisión de un


tercero.

 Igualdad: las partes deben ser tratadas por igual, con los mismos derechos y
obligaciones.

 Audiencia: las partes tiene derecho a exponer sus razonamientos, ya sea por
escrito o de manera presencial.

 Contradicción: las partes, en concreto el demandado, tiene derecho a saber


de qué se le acusa.

 Libertad de configuración del Proceso Arbitral: las partes pueden


determinar el proceso, incluso una vez éste ya haya comenzado, si están de
acuerdo.

 Confidencialidad: ni las partes, ni el árbitro, ni la corte (si la hubiere) pueden


hacer público lo que conozcan durante el arbitraje, ni el laudo final. Salvo
acuerdo de las partes
 Por su parte la Ley Modelo de la CNUDMI sobre Arbitraje Comercial
Internacional expresara en su Artículo 2 A. inciso 1) Origen internacional y
principios generales
1) En la interpretación de la presente Ley habrán de tenerse en cuenta su origen
internacional y la necesidad de promover la uniformidad de su aplicación y la
observancia de la buena fe.
 El arbitraje se sustenta en los siguientes principios en la normativa vigente
(LEY Nº708 Ley de Conciliación y Arbitraje):

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 Buena Fe. Las partes proceden de manera honesta y leal, con el ánimo de
llegar a un acuerdo y acceder al medio alternativo que ponga fin a la
controversia.
 Celeridad. Comprende el ejercicio oportuno y sin dilaciones en la solución
de controversias.
 Cultura de Paz. Los medios alternativos de resolución de controversias
contribuyen al Vivir Bien.
 Economía. Los procedimientos se desarrollarán evitando trámites o
diligencias innecesarias, salvaguardando las garantías jurisdiccionales.
 Finalidad. Por el que se subordina la validez de los actos procesales en
aras de la solución de la controversia y no sólo a la simple observancia de
las normas o requisitos.
 Flexibilidad. Por el que las actuaciones serán informales, simples y
adaptables a las particularidades de la controversia.
 Idoneidad. La o el conciliador y la o el árbitro, legitiman su intervención a
partir de su aptitud, conocimiento y experiencia en el desarrollo de los
medios alternativos de solución de controversias.
 Igualdad. Las partes tienen igual oportunidad para hacer valer sus
derechos y sus pretensiones.
 Imparcialidad. La o el conciliador y la o el árbitro, deben permanecer
imparciales durante el procedimiento, sin mantener relación personal,
profesional o comercial alguna con las partes, ni tener interés en el asunto
objeto de controversia.
 Independencia. Por el que conciliadores y árbitros tienen plena libertad y
autonomía para el ejercicio de sus funciones.
 Legalidad. La o el conciliador y la o el árbitro, deberán actuar con arreglo a
lo dispuesto a la Ley y otras normas jurídicas.
 Oralidad. Como medio que garantiza el diálogo y la comunicación entre las
partes, generando confianza mutua.
 Voluntariedad. Por el que las partes, de forma libre y de mutuo acuerdo,
acceden a un medio alternativo de solución de controversias.

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1.6 Coordinación de la Jurisdicción Arbitral y Estatal

Dentro de este punto podremos constatar la existencia de la cooperación del


derecho internacional con el derecho interno de nuestro país y la manera en como
el Arbitraje comercial Internacional es reconocido y los efectos que en este
conlleven para ser ejecutados.

De conformidad a lo establecido en la ley 708 en sus artículos 121. (Normas


Aplicables) parágrafo I, concordante con el Código Procesal Civil Boliviano

Concordante con lo establecido en la LEY Nº 439 LEY DE 19 DE NOVIEMBRE DE


2013, CÓDIGO PROCESAL CIVIL el cual en su título VIII Cooperación Judicial
Internacional; Capítulo Primero, artículos 492, 493, 509. Y articulo 122 la ley 708
en sus artículos 121

1.7 Derecho Aplicable

En el arbitraje comercial internacional, a diferencia de lo que ocurre en el arbitraje


nacional, interviene más de un ordenamiento jurídico, o sistema de normas
jurídicas. Es posible identificar por lo menos cinco sistemas jurídicos diferentes
que pueden influir en la práctica del arbitraje comercial internacional:
1. El derecho por el que se rige la capacidad de las partes para celebrar el
acuerdo arbitral en contexto internacional.
2. El derecho por el que se rigen el pacto arbitral y su cumplimiento en el plano
internacional.
3. El derecho por el que se rigen la existencia del tribunal arbitral internacional y
los procedimientos; generalmente, es la lex arbitri o derecho arbitral.
4. El derecho o las normas jurídicas pertinentes que rigen las cuestiones de la
controversia de fondo, comúnmente conocido como derecho aplicable, ley que rige
el fondo, derecho aplicable al contrato o derecho sustancial.
5. El derecho por el que se rigen el reconocimiento y la ejecución del laudo, que
en la práctica puede resultar ser no uno, sino dos o más regímenes, cuando se
pide el reconocimiento y la ejecución en varios países en los que la parte vencida
tiene bienes o se cree que los tiene. Es posible que, para decidir la controversia, el

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tribunal arbitral internacional no se vea en la necesidad de extenderse más allá de


los límites del acuerdo celebrado originalmente entre las partes. Este contrato,
especialmente cuando se trata de operaciones comerciales internacionales, suele
ser bastante detallado.
Por ejemplo, los contratos internacionales de construcción pueden extenderse por
cientos y cientos de páginas impresas en letra pequeña y estar acompañados por
planos y especificaciones detalladas. Si se lo interpreta correctamente, el contrato
por lo general dejará en claro la intención de las partes, los deberes y las
obligaciones que cada una de ellas asumió y, en consecuencia, quién es
responsable por el incumplimiento ocurrido y cuál es la normativa adjetiva que
regulará el arbitraje. Es plausible que el contrato no contenga todo el
ordenamiento jurídico necesario para que el tribunal arbitral internacional pueda
dirimir la controversia. En consecuencia, no basta con conocer el acuerdo
celebrado entre las partes. También es fundamental saber qué derecho se aplica
al acuerdo. En un contrato puramente nacional, por lo general el derecho aplicable
será el del país en cuestión y el procedimiento será la legislación procesal estatal.
La situación es más complicada cuando el contrato o relación jurídica instrumenta
una operación internacional. Si una aeronave construida en Francia, que es
operada por una compañía aérea colombiana mediante leasing back adquirida por
una sociedad financiera con sede en el estado de Nueva York, se encuentra en el
aeropuerto de Heathrow para ser objeto de mantenimiento realizado por una
compañía italiana, se abre la problemática sobre cuál será el derecho sustancial y
procesal aplicable entre los ordenamientos jurídicos francés, colombiano, del
estado de Nueva York, inglés o italiano, en caso de controversia jurídica y
económica. En ese caso, es posible que existan dos o más ordenamientos
jurídicos nacionales que se puedan considerar como derecho aplicable al contrato
y distintos sistemas procesales que pueden contener normas jurídicas
contradictorias referentes al punto o los puntos específicos que se debaten.

-Ordenamientos internos frente a la autonomía de la voluntad privada en el pacto


procesal

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La circunstancia de que la Convención de Nueva York y todos los demás


instrumentos internacionales asignen una función aparentemente marginal a la lex
arbitri no significa que haya una completa adecuación de los ordenamientos
estatales. Es más, es posible afirmar que la mayor parte de las legislaciones
nacionales limitan la voluntad de las partes con respecto a las propias normas
imperativas. La realidad es distinta a la teoría expresada. Un ejemplo de la
limitación de la voluntad contractual en mérito al convenio de cláusulas procesales
por parte de normas imperativas del derecho procesal de la sede es Italia, en
donde las partes son libres de elegir las reglas procesales, inclusive en caso de
arbitraje administrado. Sin embargo, el artículo 832 del Codice di Procedimento
Civile italiano determina que, en caso de arbitraje administrado, el reglamento del
centro de arbitraje solo puede prever motivos de recusación complementarios
respecto a los establecidos en el artículo 815 de la codificación estatal italiana.
Vale decir que no puede ningún reglamento de arbitraje administrado reducirlos.
Además, de acuerdo con la normativa procesal italiana, es ineludible la
competencia de la jurisdicción italiana para efectos del recurso en caso de
recusación. Otra condición establecida por la legislación adjetiva italiana es la
prohibición de atribuir a un laudo el carácter de ejecutivo y, por último, el artículo
827 del Codice di Procedimento Civile italiano impide eludir el sistema de recursos
judiciales. La situación que la normatividad imperativa italiana determina es un
escenario común, en el que se garantiza a las partes una libertad de movimiento
vinculada al respeto de determinados y precisos principios inderogables de origen
estatal.
Como ejemplo omnímodo de aplicación de la voluntad de las partes para
desplazar las normas imperativas en materia procesal de la sede es el anterior
Verfahrenstheorie enucleado del libro 10 de ZPO Zivilprozessordnung germánico,
por cuanto esa normativa procesal alemana permite a las partes elegir el territorio
estatal alemán para fijar la sede de un arbitraje internacional y a la vez evitar la
aplicación de las normas imperativas alemanas con una simple remisión a la ley
extranjera. Por último, existe la posibilidad de prohibición a priori de la elección de
normatividad procesal contractual distinta de la legislación adjetiva de la sede; o

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sea, se impide la elección de una remisión o creación de una reglamentación


procesal distinta de la sede apriorísticamente. En otras palabras, la lex arbitri es
imprescindible e inmutable para efectos de la reglamentación procesal de
arbitrajes internacionales desarrollados en países que adoptan esta postura.
Efectuando una extrema síntesis, se puede establecer una clasificación de la
situación de los ordenamientos procesales estatales en relación con la autonomía
de la voluntad en mérito al convenio de derecho aplicable en lo adjetivo. Existen
sistemas jurídicos que privilegian el criterio de la localización geográfica y otros
que, en cambio, confieren preponderancia a la intención de las partes. En los
sistemas locales que optan por el supuesto doctrinario de la localización
geográfica, que es la circunstancia más común, la elección de fijar la sede arbitral
tiene consecuencias trascendentales. En algunos de ellos, la posibilidad de que
las partes indiquen una ley procedimental distinta de aquella de la ley de la sede
está prohibida apriorísticamente. Por tanto, en el caso de que se convenga
normatividad procesal distinta a la de la sede, esta tendrá relevancia en perjuicio
de la voluntad contractual.
En otros sistemas, más permisivos, si se concierta una normatividad procesal
distinta del ordenamiento procesal de la sede, las normas imperativas de la lex
arbitri son aplicables para efectos concretos, como la individualización del juez
nacional competente, el apoyo judicial y el pronunciamiento de la anulación del
laudo arbitral internacional. La Ley Modelo UNCITRAL de 1985, en su artículo 1,
inciso 2, adopta el principio de la localización geográfica “permisiva” del arbitraje
comercial internacional al expresar que se aplica si “únicamente si el lugar del
arbitraje se encuentra en el territorio de este Estado”; análogamente acontece en
los países que han acogido la Ley Modelo como legislación interna. Por cuanto
concierne a los países en los que los ordenamientos jurídicos conceden primacía
a la voluntad de las partes, es menester diferenciar los ordenamientos judiciales
en los que la referencia a la autonomía contractual es exclusiva de otros en los
que es concurrente. Un ejemplo de la exclusividad de la autonomía de la voluntad
de las partes en materia adjetiva es la normatividad belga, en la cual la lex arbitri
no es utilizable ni siquiera en sus normas imperativas cuando existe acuerdo

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procesal entre las partes. Este es el modelo de lo que la doctrina internacional


denomina laudos arbitrales flotantes. El prototipo de la concurrencia de la
autonomía de la voluntad de las partes con la lex arbitri, lo que implica la
aplicación de las normas procesales del país para efectos de apoyo judicial e
impugnación del laudo arbitral internacional, es Francia, donde la posibilidad de
escoger una legislación procesal extranjera es consolidada en armonía con el
artículo 1494 del Code de Procédure francés, que enseña que la “convention
d’arbitrage peut soumettre celleci á la loi de procédure qu’elle détermine” “acuerdo
de arbitraje puede someterlo a la ley procesal que determine”, interpretado en
jurisprudencia pacífica, que considera la ley de procedimiento desvinculada de la
sede. No obstante lo anterior, el legislador francés de 1981 garantiza que la
jurisdicción francesa —es decir, la lex arbitri— sea operativa obligatoriamente para
efectos de apoyo judicial y de impugnación del laudo arbitral. La situación
normativa presente en los distintos Estados se puede resumir y catalogar en dos
posibilidades, que se abordan desde la facultad que tienen las partes
contractuales para practicar forum shopping “foro de conveniencia”. La primera
consiste en que las partes contractuales fijan la sede del arbitraje internacional en
un ordenamiento jurídico que adopta el criterio de la localización geográfica; la
segunda radica en la posibilidad de seleccionar como sede del arbitraje un
ordenamiento jurídico que adopta el criterio de la autonomía de la voluntad de las
partes. En el caso de que se elija como sede del arbitraje internacional un país
que adopte el criterio de la localización geográfica, debe distinguirse si las partes
contractuales escogen un país con normatividad procesal incompatible con la lex
arbitri, caso en el que se aplicará enteramente la misma lex arbitri, o si escogen
una normatividad procesal admitida por la lex arbitri, caso en el cual se aplicará la
lex arbitri restringidamente a sus normas imperativas, a aquellas relativas a la
jurisdicción competente y a las correspondientes a brindar apoyo al procedimiento.
En la eventualidad de que se prefiera un país que adopte el criterio de la
autonomía de la voluntad de las partes como sede del arbitraje internacional, se
debe determinar si la normatividad de la sede permite la exclusividad del acuerdo
procesal, caso en el que no se aplica absolutamente la lex arbitiri, o si la

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codificación adjetiva de la sede no permite la absoluta exclusividad del pacto


procesal, en cuyo caso se aplica la lex arbitri solo para efectos de la jurisdicción
competente.
Por lo anterior, Alemania modificó su postura legislativa. Se habla de competencia
legislativa, para convertirse en potencial sede de arbitraje internacional
Igualmente, es doctrina casi pacífica y jurisprudencia nacional consolidada, con
minúsculas excepciones, que el juez de ejecución debe verificar la regularidad del
procedimiento en atención a las normas adjetivas convenidas, con excepción de
las normas imperativas relativas a la jurisdicción competente y las
correspondientes a brindar apoyo al mismo procedimiento arbitral. Los
instrumentos internacionales, con excepción de la antigua Convención de Ginebra
de los años veinte, aseguran la primacía de la voluntad contractual respecto a las
normas procesales de la lex arbitri, que desenvuelve, en caso de haberse pactado,
una función integrativa y supletoria, es decir, viene considerada en ausencia de
acuerdo procesal o en caso de que el acuerdo no garantice completamente la
disciplina procesal. Es evidente que, en lo relativo a la reglamentación del
procedimiento, la voluntad de las partes es garantizada en sede de aplicación más
que en cualquier otro lugar. Las cortes estatales no pueden rechazar el exequátur
por violación de las normas imperativas de la lex arbitri, a diferencia de cuanto
sucede en sede de anulación. La situación normativa presente en los distintos
Estados se puede resumir y catalogar en dos posibilidades, que se abordan desde
la facultad que tienen las partes contractuales para practicar forum shopping. La
primera consiste en que las partes contractuales fijan la sede del arbitraje
internacional en un ordenamiento jurídico que adopta el criterio de la localización
geográfica; la segunda radica en la posibilidad de seleccionar como sede del
arbitraje un ordenamiento jurídico que adopta el criterio de la autonomía de la
voluntad de las partes. Como se dijo antes, en el caso de que se elija como sede
del arbitraje internacional un país que adopte el criterio de la localización
geográfica, debe distinguirse si las partes contractuales escogen un país con
normatividad procesal incompatible con la lex arbitri, caso en el que se aplicará
enteramente la misma lex arbitri, o si escogen una normatividad procesal admitida

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por la lex arbitri, caso en el cual se aplicará la lex arbitri restringidamente a sus
normas imperativas, a aquellas relativas a la jurisdicción competente y a las
correspondientes a brindar apoyo al procedimiento. Para reiterar, en la
eventualidad de que se prefiera un país que adopte el criterio de la autonomía de
la voluntad de las partes como sede del arbitraje internacional, se debe determinar
si la normatividad de la sede permite la exclusividad del acuerdo procesal, caso en
el que no se aplica absolutamente la lex arbitiri, o si la codificación adjetiva de la
sede no permite la absoluta exclusividad del pacto procesal, en cuyo caso se
aplica la lex arbitri solo para efectos de la jurisdicción competente.
-Dentro de la normativa nacional nos regiremos por lo establecido en la ley 708 en
su artículo 40 parágrafo IV y I.

2. AUTONOMÍA Y EFICACIA DEL CONVENIO ARBITRAL

La cláusula arbitral tiene con el contrato que la contiene o a la que refiere una
relación particular, producto del específico cometido que se le asigna “Atribuir
jurisdicción a los árbitros” completamente diferente en esencia al resto de las
cláusulas de ese contrato.
La doctrina coincide en afirmar que el acuerdo arbitral goza de autonomía
respecto del contrato principal en el que se inserta, no sufriendo las vicisitudes
propias de aquel, de manera que la eficacia del arbitraje no se vería afectada por
aquellas causales por las cuales pueda controvertirse la validez el contrato.

Generalmente, se reconoce que las partes que celebran un contrato comercial


internacional cuentan con la libertad de elegir por sí mismas el derecho o las
normas jurídicas que se aplicarán a dicho acuerdo.
La teoría de la autonomía de la voluntad de las partes, desarrollada primero por la
doctrina y posteriormente adoptada por los tribunales nacionales, ha recibido
amplio reconocimiento en los ordenamientos jurídicos nacionales. A pesar de sus
diferencias, la tradición del common law, la tradición del civil law, el derecho
musulmán y los sistemas jurídicos orientales se han visto igualmente afectados

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por el movimiento tendiente a la adopción de la regla según la cual a las partes les
es permitido decidir qué derecho regirá sus relaciones contractuales y procesales.
Esto se ha dado de forma independiente en todos los países, sin que existiera un
esfuerzo concertado por parte de las distintas naciones del mundo. Es el resultado
de avances independientes, contemporáneos y pragmáticos que tuvieron lugar en
diversos sistemas nacionales de derecho internacional privado. Este principio
también ha quedado plasmado en convenios internacionales, como el Convenio
de Roma, que rige las obligaciones contractuales dentro de la Unión Europea,
reconociendo como principio básico el derecho de las partes del contrato a elegir,
antes de la controversia o una vez surgida esta, ya sea en forma expresa o
implícita, el derecho por el que se regirá su relación contractual. Tanto los
convenios internacionales como las normas modelo sobre arbitraje comercial
internacional ratifican la libertad de las partes para elegir por sí mismas el derecho
aplicable, al igual que la normatividad procesal. El Reglamento de Arbitraje de la
United Nations Commission for the Unification of International Trade Law
(UNCITRAL) de 1976 establece que el tribunal arbitral aplicará la ley que las
partes hayan indicado como aplicable al fondo del litigio. Entre las reglas
adoptadas por las instituciones arbitrales, el Reglamento de la Cámara de
Comercio Internacional de París dispone que las partes puedan acordar
libremente las normas jurídicas que el tribunal arbitral internacional deberá aplicar
al fondo de la controversia. Existen pocos principios en el derecho internacional
privado que hayan logrado un reconocimiento más universal que la comúnmente
denominada autonomía de las partes en elegir el derecho aplicable al contrato, ya
sea en forma expresa o tácita.
Es lógico permitir que las partes elijan el derecho por el que se regirá el contrato y
su solución, en la oportunidad de su celebración o incluso una vez impulsado el
arbitraje internacional. En el contrato, las partes expresan los derechos y las
obligaciones que asume cada una frente a la otra, el ordenamiento jurídico por el
que se regirá ese contrato y el procedimiento correspondiente, dado que los
ordenamientos sustantivo y adjetivo elegidos constituyen un componente
fundamental del entendimiento entre las partes. Sin embargo, puede existir una

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cantidad limitada de restricciones a esta regla, destinadas a garantizar que la


elección del derecho aplicable se efectúe en buena fe y no sea contrario al debido
proceso, entendido como categoría internacional y no constitucional. Las partes no
pueden dejar de lado este objetivo mediante un acuerdo privado. Con la buena fe,
la legalidad y el respeto del debido proceso internacional como únicos requisitos,
los convenios y reglamentos en materia de arbitraje comercial internacional
establecen claramente que las partes pueden elegir por sí mismas el derecho
aplicable al procedimiento. Quienes suscriben un contrato comercial internacional
deben aprovechar en forma plena y adecuada esta libertad e incluir en su contrato
una cláusula de derecho aplicable y de normas procesales. En la mayor parte de
las controversias comerciales internacionales que se someten a arbitraje, además
de la cláusula compromisoria existe una cláusula de elección del derecho aplicable
sustancial y de normatividad procesal.
Autonomía de la voluntad de las partes y lex arbitri
- En relación con La Convención de Ginebra de 1927, en su artículo I, numeral 2,
inciso c, establece que “La parte que solicita la aplicación debe alegar en la
solicitud de exequatur los documentos necesarios para probar que la sentencia ha
sido pronunciada por el tribunal arbitral internacional de acuerdo con el pacto
arbitral y las reglas de derecho aplicables al procedimiento de arbitraje. En el
mismo sentido, el Protocolo de Ginebra de 1923, en su artículo II, numeral 1, literal
c, enuncia que la aplicación arbitral internacional es regulada por la voluntad de
las partes y por la ley del Estado en cuyo territorio tiene lugar el arbitraje. El uso de
la conjunción “y” confiere a la lex arbitri un valor primario porque, más allá de la
autonomía conferida a las partes por los ordenamientos jurídicos nacionales para
pactar la normatividad procesal, la ley del Estado que hospeda el arbitraje
internacional se convierte en relevante y preponderante para efectos de la
aplicación, por cuanto la violación de las normas procesales imperativas de la lex
arbitri comporta el rechazo del exequatur, constituyéndose este supuesto en un
límite a la voluntad contractual. El proyecto de articulado redactado por la Cámara
de Comercio Internacional de París, que confluyó en la adopción de la Convención
de Nueva York de 1958, efectuó un cambio de rumbo y dotó a las partes de una

18
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

libertad de elección de las reglas procesales mucho más amplia, reduciendo la


prerrogativa de la lex arbitri y de sus normas imperativas.
- La Convención de Nueva York, en el artículo V, numeral 1, literal d, expresa: En
la práctica, la aplicación del laudo arbitral internacional está disciplinado en el
sistema ginebrino por la lex arbitri y por la voluntad de las partes, con obvia y
evidente prevalencia de la primera sobre la segunda, en caso de contraste. En
cambio, en el sistema parisino, tomado en Nueva York por exigencia de la
delegación yugoslava, la aplicación es regulada por las normas deseadas y
convenidas por las partes, y la lex arbitri viene a tener consideración solamente si
las partes no alcanzan un acuerdo sobre las normas aplicables. El proyecto de la
Cámara de Comercio Internacional de París otorga a la lex arbitri solo un valor
supletorio e integrativo en caso de ausencia de voluntad expresa de las partes
respecto a la normatividad procesal. Por consiguiente, puede obstaculizarse la
aplicación por errores al proceder solo si se contravienen las reglas procesales
acordadas. Otro aspecto en que la Convención de Nueva York invierte el rumbo se
presenta, en materia de exequatur, en la inversión de la prueba respecto al
sistema ginebrino, por cuanto la regularidad formal de la constitución del tribunal
arbitral y de todo el procedimiento debe ser demostrada por el recurrente. Es
decir, la parte que se opone al exequatur debe demostrar la irregularidad procesal.
Es una consecuencia directa del esfuerzo general de la Convención de Nueva
York para facilitar la circulación internacional de los laudos arbitrales
internacionales. En consecuencia, actualmente, según la Convención de Nueva
York, la denegación del exequatur por vicios en el procedimiento procederá
únicamente si la constitución del tribunal arbitral o el procedimiento del arbitraje
internacional no se han ajustado al acuerdo celebrado entre las partes o, en
defecto de tal acuerdo, si no se han ajustado a la ley procesal del país en el que el
arbitraje internacional ha tenido lugar, es decir, a la lex arbitri. De forma idéntica se
establece en la Convención de Panamá y en la Ley Modelo.
La Convención de Panamá de 1975, en su artículo V, numeral 1, inciso d,
establece que la aplicación está inhibida si la parte opositora demuestra que la
constitución del tribunal arbitral o el procedimiento arbitral no se han ajustado al

19
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

acuerdo celebrado entre las partes o, en defecto de tal acuerdo, que no se han
ajustado a la ley del Estado en el que se haya efectuado el arbitraje, es decir, a la
lex arbitri.
La Ley Modelo UNCITRAL de 1985, en el artículo 36, numeral 1, inciso iv, prevé el
rechazo del exequatur si “que la composición del tribunal arbitral o el
procedimiento arbitral no se han ajustado al acuerdo celebrado entre las partes o,
en defecto de tal acuerdo, que no se han ajustado a la ley del país donde se
efectuó el arbitraje;” al menos en teoría, las partes en un arbitraje internacional
pueden pactar, como derecho de procedimiento del arbitraje internacional, normas
procesales propias o legislación adjetiva estatal diferente a la del país de la sede,
en honor y reverencia al principio de la autonomía de la voluntad de las partes en
operaciones comerciales internacionales, y estas normas son, incluso, preferentes
respecto a la lex arbitri.
La lex arbitri desempeña un papel integrativo y supletorio. Es supletorio porque la
lex arbitri suple la ausencia total de acuerdo sobre las normas procesales, y es
integrativo porque, no obstante la existencia de un acuerdo sobre las normas
procesales, la lex arbitri colma las lagunas del acuerdo procesal, cuando la
normatividad procesal convencional no garantiza la reglamentación de todo el
procedimiento. Consideración distinta merece la Convención de Washington, que
tiene como particularidad el sistema self-contained “autónomo”, que evita las
remisiones al derecho nacional respecto a la constitución del tribunal arbitral
internacional y al procedimiento en general, aunque afirma que “excepto que las
partes acuerden lo contrario, de acuerdo con las reglas del arbitraje”, lo que quiere
decir que admite, en casos excepcionales, acuerdo procesal entre las partes. De
todas formas, solo en caso de “desviación seria de una regla de procedimiento
fundamental” se puede provocar la anulación del laudo arbitral internacional, como
podría ser la irregular constitución del panel arbitral internacional, que en realidad
es un motivo de anulación nunca invocado y de difícil concreción a causa del
severo monitoreo del secretario general la CIADI.

2.1 Cláusula compromisoria, compromiso

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DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

LA CLÁUSULA COMPROMISORIA es aquella estipulación incluida en un


contrato, ya sea como cláusula del mismo o en escrito separado, mediante la cual
las partes deciden que todas o algunas de las controversias que de tal convenio
puedan resultar en el futuro, sean sometidas a un arbitraje.
Para Matthies, “es un acuerdo de voluntades que se celebra casi siempre
conjuntamente con uno a varios negocios jurídicos y en donde las partes declaran
de antemano su decisión de someter las controversias que pudieran resultar de la
interpretación o ejecución de dichos negocios, a la exclusiva jurisdicción de los
árbitros. Se le da el nombre de cláusula porque generalmente va inserta como una
de muchas cláusulas de que consta el o los negocios que liga a dos o más partes.”
Normalmente la cláusula compromisoria es accesoria a los contratos y procura
excluir éstos del conocimiento de los jueces permanentes, a favor de los árbitros.
También se establece la autonomía de dicha cláusula para evitar de esta forma la
posibilidad que se produzca un laudo sin fundamento. Esto sucedería si mediante
el laudo se anula un contrato que contiene una cláusula compromisoria, porque al
anularse la cláusula que obliga a acudir a un proceso arbitral, se dejaría sin
fundamento el mismo proceso arbitral y por ende el laudo a que se llegue.
Así mismo la cláusula compromisoria se pacta dentro de un contrato principal,
pero puede existir separadamente, pero haciendo expresa referencia al contrato
principal. Con la estipulación de esta cláusula, las partes se obligan, en el eventual
caso de que exista un conflicto relacionado con el contrato principal, a sustraerse
de la intervención del poder judicial, y confiar en una decisión de uno o varios
árbitros.

EL COMPROMISO Para Carlos Cárdenas, el compromiso arbitral es definido


como aquél mediante el cual “…dos o más personas acuerden voluntariamente
que una controversia determinada, existente entre ellas, materia o no de un juicio,
sea resuelta por uno o más terceros (el o los árbitros) a los que designan,
sometiéndose expresamente a su jurisdicción y decisión.”

DIFERENCIA ENTRE CLÁUSULA COMPROMISORIA Y COMPROMISO

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DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

Aunque en principio, la cláusula compromisoria va muy ligada al compromiso


arbitral, no podemos confundirnos, al punto de equiparar ambos conceptos, pues
existen ciertas diferentes, que a continuación señalamos.
La cláusula compromisoria; es la estipulación que figura en un contrato de compra
venta internacional por la cual las partes contratantes se obligan a someter al
arbitraje internacional las diferencias en litigios que puedan surgir entre ellos,
durante la vigencia del contrato.
El compromiso es el “acto por el cual en cumplimiento de una cláusula
compromisoria, de una disposición de ley, o bien sin que exista obligación previa
alguna, las partes someten a la decisión arbitral las diferencias concretas y ya
surgidas que en él se determinan, nombrándose los árbitros y fijándose las
condiciones del laudo.”
El contrato de compromiso debe incluir al menos lo siguiente:
a) el acuerdo mediante el cual se somete la controversia al conocimiento del
árbitro o árbitros;
b) el objeto de la disputa, abarcando de ser posible, los puntos sobre los cuales
las partes están en acuerdo o en desacuerdo; y
c) el método para constituir el tribunal arbitral o para designar el árbitro.
- A diferencia de la cláusula compromisoria que es vista como un precontrato, el
compromiso arbitral es un contrato por el cual varias personas someten una
controversia ya determinada a uno o varios terceros (árbitros por ejemplo),
obligándose a la decisión que éste o estos tomen, por ello es que ambos deben
tener un régimen diferente. De hecho, si bien el compromiso arbitral puede
otorgarse como consecuencia de haberse pactado previamente una cláusula
compromisoria, puede que aquel se realice aún a falta de ésta, pero eso si,
cuando ya ha surgido una controversia entre las partes. Es decir, existe en ese
momento un conflicto concreto, real, a diferencia de lo que sucede con la cláusula
compromisoria, la cual, como se dijo, se suscribe cuando todavía no existe
controversia. Para José Mariano Bermúdez Jiménez, “el objeto de la cláusula
compromisoria es el conflicto mismo, el cual puede ser indeterminado, mientras

22
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

que en el compromiso debe estar identificado con claridad, ya que es el tema


sobre el que se substanciará la discusión.

3. LAUDO ARBITRAL

El laudo arbitral es el documento escrito y motivado en el que se resuelven todas


las cuestiones en controversia sometidas a arbitraje, tanto las formuladas por el
reclamante como, en su caso, las formuladas por el reclamado mediante
reconvención.
La Ley 708 en su artículo 120. (NATURALEZA) nos expresa:
Se entenderá por laudo Arbitral Extranjero a todo Laudo Arbitral dictado en una
sede distinta del territorio del Estado Plurinacional de Bolivia.

3.1 Reconocimiento y Ejecución de laudos Extranjeros

A fin de que el equilibrio jurídico quede consumado, es necesario que los laudos
arbitrales tengan fuerza extra territorial para imponer sus efectos, para ello
requiere del apoyo de una autoridad con imperium en la jurisdicción reclamada
para hacer efectivo dicho pronunciamiento.

La efectividad de los laudos arbitrales goza de reconocimiento internacional


equivalente a la sentencia de un proceso judicial. Este tipo de pronunciamientos,
disfrutan del reconocimiento máximo que ha alcanzado el Convenio de Nueva
York de 1958 sobre Reconocimiento y Ejecución de Sentencias. Los laudos son
de obligado cumplimiento, y el dictado en el extranjero fácil de ejecutar gracias a lo
previsto en dicho Convenio.

- Por su parte, la ley Nº 708 LEY DE CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE, dispone que


corresponda al Tribunal Supremo de Justicia la competencia para otorgar el
reconocimiento y ejecución de los laudos arbitrales extranjeros. En sus artículos
123 y 124.

CONVENCIÓN SOBRE EL RECONOCIMIENTO Y EJECUCIÓN DE LAS


SENTENCIAS ARBITRALES EXTRANJERAS

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DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

Articulo 1
1. La presente convención se aplicara al reconocimiento y la ejecución de las
sentencias arbitrales dictadas en el territorio de un estado distinto de aquel en que
se pide el reconocimiento y la ejecución de dichas sentencias, y que tengan su
origen en diferencias entre personas naturales o jurídicas. Se aplicara también a
las sentencias arbitrales que no sean consideradas como sentencias nacionales
en el estado en el que se pide su reconocimiento y ejecución.
2. La expresión "sentencia arbitral" no solo comprenderá las sentencias dictadas
por los árbitros nombrados para casos determinados, sino también las sentencias
dictadas por los órganos arbitrales permanentes a los que las partes se hayan
sometido.
3. En el momento de firmar o de ratificar la presente convención, de adherirse a
ella o de hacer la notificación de su extensión prevista en el artículo x, todo estado
podrá, a base de reciprocidad, declarar que aplicara la presente convención al
reconocimiento y a la ejecución de las sentencias arbitrales dictadas en el territorio
de otro estado contratante únicamente. Podrá también declarar que solo aplicara
la convención a los litigios surgidos de relaciones jurídicas, sean o no
contractuales, consideradas comerciales por su derecho interno.
4. LA LEX MERCATORIA EN EL ARBITRAJE COMERCIAL
INTERNACIONAL

El derecho del comercio internacional se despliega en la operación mercantil, y en


caso de conflicto la resolución estriba en los tribunales arbitrales. Se estima que el
noventa por ciento de los contratos internacionales posee una cláusula arbitral.
La relación entre la Lex Mercatoria y el Arbitraje es de fortalecimiento recíproco, la
primera estipula el arbitraje como medio de solución de conflictos, el segundo
apunta a la lex Mercatoria aplicándola en sus aludos.
La jurisdicción puede ser determinante en la expansión y fortalecimiento de un
derecho, extendiendo sus fronteras y potestades en la aplicación concreta, y
construyendo principios. Conocido es el caso del Tribunal de las Comunidades
Europeas.

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DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

La Cámara de Comercio Internacional es un organismo internacional privado,


formado por actores del comercio internacional, con sede en Paris. Su labor ha
sido fundamental para el desarrollo del derecho comercial internacional, siendo
sus principales aportes la recopilación de usos del comercio internacional,
conocidos como INCOTERMS, o los relativos a los Créditos Documentarios,
o Cobranzas Documentarias.
La Cámara de Comercio Internacional crea en 1923 una Corte de Arbitraje, que
luego se denominó Corte Internacional de Arbitraje. Pero ésta no es un tribunal
arbitral, no resuelve casos, sino que es un organismo que da el marco
administrativo y de control para los arbitrajes que se desarrollan conforme al
Reglamento de Arbitraje de la Cámara. El arbitraje de esta institución se ha
convertido en uno de los más importantes del mundo, habiendo participado en
más de diez mil casos.
Posibilidad de incorporación de la L e x M e r c a t o r i a
El Artículo 17 del Reglamento de Arbitraje de la Cámara de Comercio
Internacional
La determinación del derecho sustantivo aplicable a la controversia tiene especial
importancia en el desarrollo de la lex mercatoria.
Si la operación comercial recepta estas normas como su fuente de derecho se
fortalece su vigencia.
El arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional se rige en este sentido por el
artículo 17 del Reglamento de Arbitraje, que reza textualmente:
“Artículo 17
Normas jurídicas aplicables al fondo
1-Las partes podrán acordar libremente las normas jurídicas que el Tribunal
Arbitral deberá aplicar al fondo de la controversia. A falta de acuerdo de las partes,
el Tribunal Arbitral aplicara las normas jurídicas que considere apropiadas.
2- En todos los casos, el Tribunal Arbitral deberá tener en cuenta las
estipulaciones del contrato y los usos pertinentes.

25
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

3 -El Tribunal Arbitral tendrá los poderes de amigable componedor o decidirá ex


aequo et bono únicamente si las partes, de común acuerdo, le han otorgado tales
poderes.”
El inciso primero del artículo expuesto consagra como principio general la libertad
de las partes para acordar el derecho aplicable al fondo de la controversia, en
aplicación del principio de autonomía, ampliamente reconocido en el derecho
comercial internacional. En caso de que las partes no determinen un derecho
aplicable, el inciso continúa expresando que el tribunal arbitral aplicara las normas
jurídicas que considere apropiadas. Este principio se conoce como voie directe,
expresión francesa que puede traducirse como vía directa.
Asimismo el inciso segundo del artículo establece que, en todos los casos, el
Tribunal Arbitral deberá tener en cuenta las estipulaciones del contrato y los usos
comerciales pertinentes. Por tal hay dos opciones y una excepción o
complemento. Las opciones son que los contratantes determinen el derecho
aplicable en el contrato o posteriormente, o bien dejarlo a decisión del Tribunal. Y
la excepción o complemento es que en todo caso el Tribunal puede recurrir a los
usos comerciales pertinentes. Para dar un marco de operatividad de estas reglas,
vale citar el Informe Estadístico de la Cámara de Comercio Internacional de 2002,
que establece que de los setecientos contratos sometidos a arbitraje en ese año,
solo uno contenía una sumisión a los Principios UNIDROIT; el setenta y nueve por
ciento establecía una sujeción a un derecho nacional, el dieciocho por ciento no
tenía ninguna cláusula al respecto, el uno y medio por ciento se sometía a la
equidad, y menos del uno por ciento a reglas o principios generales. De manera
que mayoritariamente las partes deciden el derecho aplicable, y lo someten a un
derecho nacional. Quedando la aplicación del principio voie directe solo al
dieciocho por ciento de los casos. Y los restantes, aproximadamente el uno por
ciento se someten a expresiones que podrían entenderse como parte de la lex
mercatoria:
Principios UNIDROIT, y reglas o principios generales.
La Elección de las Partes

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DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

Como se ha expresado, la autonomía de las partes para determinar el derecho


aplicable al fondo de la controversia no se encuentra en discusión. Sin embargo
presenta facetas que ameritan un análisis.
Elección de la Lex Mercatoria
En primer lugar se debe determinar si las partes deben elegir necesariamente un
derecho estatal o les está permitido recurrir, también, a otro tipo de normas,
especialmente las que integran la Lex Mercatoria. Cabe decir que es un debate
que se encuentra prácticamente resuelto en el último sentido.
En el año 1988 se dicta el laudo “Primary Coal c. Compañía Valenciana de
Cementos Porland”, bajo las reglas de la Cámara de Comercio Internacional,
donde el árbitro aplica la Lex Mercatoria ante la ausencia de elección de derecho
de las partes. Frente a este se interpone recurso, y la Corte de Apelaciones de
Paris establece que los principios rectores de la lex mercatoria tenían la calidad de
normas de derecho. Con lo cual se amplía el concepto contenido por el artículo 13,
dando fin a la limitación de aplicación de una ley estatal. La actual redacción del
Reglamento recepta el concepto de normas jurídicas en el artículo 17, dando por
finalizado este debate en materia de arbitraje de la Cámara de Comercio
Internacional, y permite que las partes incorporen formalmente la lex
mercatoria como norma aplicable al fondo de la controversia.

5. Tratados Internacionales
5.1 Convenio Interamericano sobre : “Arbitraje Comercial Internacional”
aprobado en Panamá el 30 de enero de 1975

Los requisitos de arbitrabilidad en la Convención de Panamá, no es posible


determinar exactamente cuáles deben ser los requisitos de arbitrabilidad para que
una controversia sea conocida por árbitros. De esta manera, un asunto será
susceptible de ser arbitrado de acuerdo con lo mencionado en el texto normativo o
del derecho lugar donde se decidirá o se aplicará el laudo. Esto tampoco resulta
extraño en la Convención de Panamá. Según se señaló previamente, lo esencial
en el texto del instrumento que regula el arbitraje comercial internacional
panamericano se encuentra contenido en seis artículos. De allí que resulte factible

27
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

afirmar que los requisitos de arbitrabilidad pueden encontrarse contenidos tanto en


su ámbito de aplicación como en sus disposiciones particulares.

5.1 La arbitrabilidad según el ámbito de aplicación de la Convención de Panamá


La doctrina es unánime en afirmar que el ámbito de aplicación de la Convención
de Panamá no es lo suficientemente claro, como sí ocurre, por ejemplo, con la
Convención de Nueva York (Talero, 2008). Por tal razón, Cantuarias (2007) señala
que se debe realizar una interpretación para alcanzar su más entera precisión.
Así, encuentra que su aplicabilidad dependerá de cinco factores, los cuales se
comentan a continuación.

5.1.1. El laudo debe ser internacional Este requisito se desprende del título de la
Convención -Convenio Interamericano sobre Arbitraje Comercial Internacional-.
Sin embargo, el instrumento no define qué se entiende por “laudo internacional”.
Por ello, Aljure indica que, al no existir ninguna referencia normativa en el mismo
al respecto, de la calificación de internacional dependerá en cada caso de la
solución que brinde tanto el derecho internacional privado como la legislación
doméstica correspondiente (Aljure, 2006).

5.1.2. El laudo debe referirse a asuntos comerciales Otro requisito exigido por el
título de la Convención consiste en que el asunto debe versar sobre asuntos
comerciales. Sin embargo, la doctrina se plantea también el problema de que el
instrumento tampoco define lo que se debe entender por “comercial”, aunque se
aplique exclusivamente a tales asuntos (Gamboa, 2007; Zapata, 1998). Siguiendo
de nuevo a Aljure, en un sentido estrictamente lato, los negocios cubiertos por
este instrumento serán acuerdos de índole contractual, lo que descartaría de su
ámbito de aplicación las diferencias extracontractuales (Aljure, 2006). Igualmente,
tal comercialidad deberá determinarse de conformidad con las legislaciones
internas de cada país, según criterios como el acto de comercio o la actividad
empresarial. Sin embargo, el arbitraje internacional contemporáneo ya no se limita
a controversias comerciales tradicionales, sino que se incluyen transacciones
vinculadas, por ejemplo, con licencias, franquicias, financiamientos e, incluso,

28
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

inversiones extranjeras. Asimismo, se ha extendido su aplicación al ámbito


contractual público (Rearte, 2009).

5.1.3. El laudo debe emitirse en un país distinto a aquel en donde se pide su


reconocimiento y ejecución Aunque el instrumento panamericano no hace
referencia a que el arbitraje sea extranjero, Cantuarias (2007) infiere este requisito
de lo mencionado en los incisos 1(a), (d) y (e) del artículo 5. Sin embargo, Aljure
indica que en este punto puede tenerse en cuenta la definición de la Convención
de Nueva York (art. I), conforme a la cual un “… laudo lo será cuando proviene de
un país distinto a aquel en que se pide el exequátur y cuando siendo proferido en
un Estado, las autoridades nacionales del mismo no lo consideran como laudo
nacional” (Aljure, 2006, p. 114).

5.1.4. Reciprocidad Citando a Van den Berg, Cantuarias (2007) considera válido
afirmar que la Convención de Panamá permite exigir la reciprocidad en dos
niveles: el primero, referido a la necesidad de que el laudo arbitral sea dictado en
un país miembro. El segundo, que sea emitido en un proceso arbitral entre
nacionales que pertenezcan a Estados miembros. Esto por cuanto el instrumento
tiene la finalidad de ser aplicado solo entre Estados americanos y, además, entre
sus súbditos.

5.1.5. Residencia de las partes en Estados miembros de la Convención Las partes


del proceso arbitral deben residir en Estados miembros de la Convención, lo cual
hace que su aplicabilidad solamente tenga un carácter regional. Tal como lo
interpretan Fouchard et. al. (1999, p.146 y 147), aunque el arbitraje internacional
según la Convención de Panamá se liberalizó, según este instrumento
internacional solamente pueden ser resueltas las controversias panamericanas.

5.1.6 Las disposiciones particulares de la Convención Como se señaló


previamente, además de su ámbito de aplicación, en la Convención de Panamá
existen otros aspectos de relevancia que deben ser tenidos en cuenta para
establecer con exactitud los requisitos de arbitrabilidad en el mencionado
instrumento, los cuales se describen a continuación.

29
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

5.1.7. El acuerdo de las partes Aunque la Convención de Panamá no lo señala


expresamente, el artículo 1º le confiere validez al acuerdo de las partes en virtud
del cual se obligan a someter a la decisión arbitral las diferencias que pudieran
surgir o hubieren surgido entre ellas en relación con un negocio de carácter
mercantil. En otros términos, hace referencia a la posibilidad de someter al
arbitraje las diferencias que pudieren surgir en el desarrollo de la relación jurídica -
cláusula compromisoria-, como también las que ya hayan surgido -compromiso-
(Benetti, 1988).

5.1.8. Requisitos de forma Aunado a lo anterior, el instrumento internacional


establece que el acuerdo compromisorio debe constar por escrito. Se trata
entonces de un documento suscrito por las partes o de conformidad con un canje
de instrumentos, los cuales, a su vez, pueden estar conformados por cartas,
telegramas o aun comunicaciones por vía télex. Es claro que para la época en la
que fue redactada la Convención, todavía no existía la masificación del uso de
Internet y, menos aún, se habían desarrollado las discusiones jurídicas acerca de
la validez en el uso, envío y recepción de mensajes de datos. Sin embargo, en el
ámbito internacional el principio de equivalencia funcional es ampliamente
difundido y no cabe duda de que la iniciación de un proceso arbitral bajo las
normas de la Convención de Panamá a través del uso de este tipo de
comunicación electrónica goza de toda la validez y eficacia probatoria

5.1.9 El nombramiento de los árbitros y el procedimiento aplicable En palabras de


Fouchard et al. (1999), uno de los aspectos más significativos y progresistas de la
Convención de Panamá, en comparación con la de Nueva York, es lo relacionado
con las normas sustantivas de organización del arbitraje, las cuales se encuentran
contenidas en sus artículos 2º y 3º. En primer lugar, la designación de los árbitros
se encuentra contenida en el artículo 2º de la Convención de Panamá. Al
respecto, la normativa dispone que tal nombramiento se haga en la forma que
determinen las partes o delegarse a un tercero, persona natural o jurídica. Así, por
ejemplo, ellas pueden señalar uno o varios árbitros para que los designados
nombren a los demás miembros del tribunal. También establece que los

30
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

designados pueden ser nacionales, es decir, sujetos originarios de los países de


donde provienen las partes, o extranjeros (Aljure, 2006; Biggs, 2003; Gamboa,
2007), con lo cual se permite que lo sean personas provenientes de terceros
países distintos de donde son nacionales las partes. Para Martínez Neira “…la
nominación de árbitros extranjeros en arbitrajes comerciales internacionales (…)
obedece a la consideración de que el árbitro internacional no tiene foro (…). Este
criterio significa que la calidad de árbitro internacional no deviene de un aparato
judicial perteneciente a un Estado particular…” (Martínez, 1995, p. 132).

En este punto debe tenerse en cuenta que respecto de las normas de


procedimiento que regirán el arbitraje, el artículo 3º de la Convención de Panamá
señala que a falta de acuerdo expreso entre las partes debe seguirse el
procedimiento establecido por la Comisión Interamericana de Arbitraje Comercial
(CIAC). Las reglas de esta entidad permiten también realizar el nombramiento de
árbitros, lo cual, según refieren Feldstein y Leonardi, se hace con base en la
utilización de una nómina de expertos altamente capacitados, rigurosamente
seleccionados de las listas elaboradas por cada una de las secciones nacionales
que la conforman (Feldstein & Leonardi, 1998). A juicio de los comentaristas, la
posibilidad de escoger el procedimiento CIAC resulta muy interesante, dado que
sus reglas son “claras, completas, muy difundidas y generalmente aceptadas,
amén de que no están ligadas a ningún sistema procesal nacional, lo cual
favorece su aplicación” (Benetti, 1988). Asimismo, permite suplir cualquier clase
de laguna que pudieran tener respecto de la designación de los árbitros tanto el
compromiso como la cláusula compromisoria, en caso de que no lo hagan las
partes o que estas no establezcan la manera de hacerlo. En efecto, al haberse
presentado la solicitud en debida forma por una parte, la CIAC facilita el trámite
mediante la prestación de servicios administrativos entre los cuales se encuentran:
(i) fijación de audiencias; (ii) notificaciones; (iii) emisión de órdenes; (iv)
intermediación en el intercambio de documentación entre las partes y los árbitros y
(vi) determinación de los honorarios de los árbitros (Feldstein, 1998, p.19). Cabe
señalar que el Reglamento de Procedimientos de la CIAC se encuentra vigente
desde el 1º de enero de 1978, el cual fue modificado en 1988. A partir de 1996 se

31
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

permitió que las reglas de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho
Mercantil Internacional (Cnudmi) fueran aplicables como una normativa subsidiaria
en todos los arbitrajes interamericanos regidos por la Convención de Panamá,
siendo su última reforma la efectuada en el año 2002 (Feldstein & Leonardi, 1998;
Fouchard et al., 1999; Villalba & Moscoso, 2008).

5.2 Convenio sobre “Reconocimiento y Ejecución de Sentencias


Arbitrales Extranjeras”, aprobado en Nueva York el 10 de junio de
1958

El objetivo principal de la Convención es que los laudos arbitrales extranjeros y no


nacionales no serán discriminados y obliga a las Partes a garantizar que dichos
laudos sean reconocidos y en general capaces de ejecutarse en su jurisdicción de
la misma manera que los laudos nacionales. Un objetivo auxiliar de la Convención
es exigir a los tribunales de las Partes que den pleno efecto a los acuerdos de
arbitraje al exigir que los tribunales denieguen a las partes el acceso a los
tribunales en contravención de su acuerdo de remitir el asunto a un tribunal
arbitral.
5.3 Convenio Interamericano sobre :”Eficacia Extraterritorial de
Sentencia y Laudos Extranjeros “, previa ratificación, aprobado en
Montevideo el 8 de mayo de 1979

La eficacia extraterritorial de las sentencia y los laudos extranjeros requieren


mutua cooperación para los efectos que de estos surtan al ser dictados en sus
respectivas jurisdicciones territoriales y de conformidad al mismo daremos lectura
a los respectivos artículos.

5.4 Convenio sobre: “Arreglo de diferencias relativas a Inversión entre


Estado y Nacionales de otros Estados”, aprobado en Washington el
18 de marzo de 1965

La protección diplomática era el mecanismo tradicional por el cual se encausaban


las reclamaciones provenientes de los denominados ilícitos internacionales,

32
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

cometidos por un Estado en perjuicio de las personas, bienes o intereses


provenientes de otro Estado. Por ejemplo, ante una expropiación decretada en
perjuicio de un extranjero, este tendría la posibilidad de reclamar la protección
diplomática de su propio Estado en defensa de aquellos derechos que se
consideraban vulnerados. Bajo este mecanismo el Estado goza de legitimación
activa para implementar medidas para proteger los intereses del nacional
afectado. En la práctica estas medidas de protección se han materializado en
figuras de muy diversa índole: desde la mediación entre el inversionista y el
Estado receptor de la inversión, hasta reclamaciones o cesación de relaciones
diplomáticas y comerciales, demandas ante foros internacionales – como la Corte
Internacional de Justicia – y arbitrajes internacionales entre Estados. En el
pasado, la violación a los derechos de un nacional fue incluso casus belli para
acudir a las vías de hecho contra el Estado infractor.

Como se desprende de estos ejemplos, al recurrir a la protección diplomática las


reclamaciones, si bien fundamentadas en la alegada violación de los derechos de
un particular, se elevan a un conflicto entre Estados, sin la participación directa del
particular afectado. La aplicación práctica del mecanismo de protección
diplomática no ha estado exenta de críticas. Por un lado se ha considerado que el
mismo resulta inseguro para los inversores, ya que el Estado llamado a prestar
protección diplomática puede optar por no ejercerla, dejando al inversionista sin
posibilidad de acudir a ulteriores instancias. Por otro lado, se ha dicho que la
aplicación de esta figura ha sido objeto de abusos y arbitrariedades al proveer
justificación para amenazas e intervenciones militares, adoptar medidas
desproporcionadas de carácter económico o comercial y, en general, agravar las
relaciones diplomáticas entre Estados. Así las cosas, a mediados del siglo pasado,
ante el incremento del flujo de inversiones hacia países en vías de desarrollo,
comenzó a hacerse latente la necesidad de dotar tanto a Estados como a
inversores, de un mecanismo adecuado de solución de disputas. El diseño de
dicho mecanismo se discutía simultáneamente en varios foros, sin embargo la
iniciativa que finalmente fructificó fue la gestada en el seno del Banco Mundial.
Precisamente, la intervención del Banco en esta materia se dio a solicitud de la

33
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 196113, principalmente por


el destacado papel que había jugado dicha organización — por medio de su
Presidente — en la mediación de algunas disputas inversionista-Estado en la
década de los cincuenta, así como por una serie de iniciativas que venía
desarrollando relacionadas con la creación de un organismo multilateral de
garantía de inversiones extranjeras. El Banco Mundial preparó un primer borrador
de Convenio que sometió a valoración de juristas de distintos países por medio de
reuniones regionales. En 1965 se aprobó por parte de los Directores Ejecutivos del
Banco la versión definitiva del Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a
Inversiones entre Estados y Nacionales de Otros Estados, así como un Informe
sobre tal instrumento, y se procedió a ponerlo en conocimiento de los Estados
Miembros a fin de que considerasen su firma y posterior ratificación. El Convenio
finalmente entró en vigor el 14 de octubre de 1966, es decir, 30 días después del
depósito del vigésimo instrumento de ratificación, tal y como se prevé en el artículo
68(2) del mismo. En la actualidad, la gran mayoría de los países latinoamericanos
son signatarios del Convenio, con la salvedad de México, Brasil, Bolivia, Ecuador y
Venezuela. En total, actualmente 149 países son parte del Convenio del CIADI.
Requisitos de acceso a la jurisdicción del CIADI Los requisitos de acceso a la
jurisdicción del CIADI, a saber “los límites dentro de los cuales se aplicarán las
disposiciones del Convenio y se facilitarán los servicios del Centro para
procedimientos de conciliación y de arbitraje”, están plasmados en el artículo 25(1)
del Convenio, el cual establece lo siguiente:

“La jurisdicción del Centro se extenderá a las diferencias de naturaleza jurídica


que surjan directamente de una inversión entre un Estado Contratante (o
cualquiera subdivisión política u organismo público de un Estado Contratante
acreditados ante el Centro por dicho Estado) y el nacional de otro Estado
Contratante y que las partes hayan consentido por escrito en someter al Centro. El
consentimiento dado por las partes no podrá ser unilateralmente retirado”. De
seguido, haremos una breve reseña de cada una de los requisitos de jurisdicción
que establece este artículo.

34
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

Por medio de la presente daremos lectura a los dientes artículos referidos al


Arbitraje internacional y la importancia de este convenio.
El artículo 25 del Convenio del CIADI limita la participación de las partes en el
procedimiento arbitral a un Estado Contratante (o cualquiera subdivisión política u
organismo público de un Estado Contratante acreditados ante el Centro por dicho
Estado) y el nacional de otro Estado Contratante. De esta forma, se excluye de la
jurisdicción del Centro tanto las disputas de inversionistas entre sí, como las
disputas entre Estados. 1. El Estado Bajo este concepto se incluyen dos
supuestos distintos: por una parte un Estado contratante del Convenio, o bien,
cualquier subdivisión política u organismo público de un Estado contratante,
siempre que el mismo haya sido debidamente acreditado ante el CIADI por dicho
Estado. De conformidad con el artículo 68(2) del Convenio, un Estado se convierte
en contratante, trascurridos 30 días desde el depósito del instrumento de
ratificación ante el Banco Mundial. Costa Rica firmó el Convenio del CIADI el 28
de septiembre de 1981. El depósito del instrumento de ratificación se dio el 27 de
abril de 1993, por lo que el país se convirtió en Estado contratante el 27 de mayo
de 1993. Desde entonces Costa Rica ha participado en un total de cinco
procedimientos de arbitraje bajo el Convenio y en dos procedimientos bajo las
Reglas del Mecanismo Complementario.22 De acuerdo con lo dispuesto por el
artículo 25(1) del Convenio, la participación del Estado podrá darse también
mediante cualquier subdivisión política u organismo público de un Estado
contratante. De acuerdo con dicho artículo, Costa Rica como Estado contratante,
tendría la posibilidad de designar dentro del primer grupo, por ejemplo, a
cualquiera de las municipalidades, y dentro del segundo, aquellos entes públicos
con personalidad jurídica y capacidad de derecho público y privado en los
términos de la Ley General de la Administración Pública y leyes conexas. A la
fecha Costa Rica no ha realizado ninguna de estas designaciones.
También se prevé en el artículo 25(3) del Convenio que, si de acuerdo a las
disposiciones de derecho interno del Estado tal acreditación no es necesaria,
pueda comunicarse así al Centro Nacional de otro Estado Contratante El artículo
25(1) del Convenio indica que la jurisdicción del Centro abarcará disputas en las

35
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

que la parte no estatal debe ser nacional de otro Estado Contratante. Esta
condición de que el Estado de origen del inversionista sea también parte del
Convenio asegura una reciprocidad de trato entre aquellos Estados receptores de
inversión y aquellos que por el contrario exportan capital. El artículo 25(2) del
Convenio indica que por inversionista podrá entenderse tanto una persona física
como una jurídica. B. Diferencias de naturaleza jurídica que surjan directamente
de una inversión La referencia en el artículo 25, respecto a que la jurisdicción del
Centro se extiende únicamente a diferencias de naturaleza jurídica comprende
“conflictos de derechos”, y no “conflictos de intereses”. “La diferencia debe
referirse a la existencia o al alcance de un derecho u obligación de orden legal, o a
la naturaleza o al alcance de la reparación a que dé lugar la violación de una
obligación de orden legal”.
La referencia a la naturaleza jurídica, se contrapone a que la jurisdicción del CIADI
se extienda a diferencias de carácter netamente político o comercial, las cuales
están excluidas de la jurisdicción del CIADI. Una diferencia será calificada de
“jurídica”, si la solicitud de arbitraje se plantea en términos de un reclamo arbitral
de derechos plasmados en instrumentos jurídicos, como lo son los tratados o la
legislación local, y cuando los remedios que se pretenden por la parte demandante
son también de carácter jurídico, como lo podría ser la compensación de daños y
perjuicios, o bien, la restitución de derechos. Por su parte, el concepto de inversión
no está definido en el Convenio. Por ende, su definición fue delegada a las partes
de la disputa quienes deberán delimitar el tipo de inversiones que estarán sujetas
al mecanismo de resolución de disputas del CIADI. A pesar de ello, la mayoría de
los tribunales CIADI han considerado que el término “inversión” tiene un
significado objetivo e independiente del alcance que le hayan dado las partes y por
ende han aplicado un “doble test”, es decir, han analizado no solamente si la
inversión cumple con la definición establecida por las partes en el instrumento
aplicable, sino también si la misma debe considerarse una inversión en el marco
del Convenio del CIADI.
C. Consentimiento Una de las principales características del procedimiento arbitral
administrado por el CIADI es su carácter eminentemente voluntario30, por lo cual

36
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

el sometimiento de una determinada disputa al CIADI debe fundamentarse


necesariamente en el consentimiento de ambas partes. El hecho de que un
Estado sea signatario del Convenio no puede considerarse, por sí solo, como la
manifestación del consentimiento de dicho Estado para dirimir una disputa
particular en el marco del CIADI. Así lo dispone el propio Convenio en su
preámbulo: Declarando que la mera ratificación, aceptación o aprobación de este
Convenio por parte del Estado Contratante, no se reputará que constituye una
obligación de someter ninguna diferencia determinada a conciliación o arbitraje, a
no ser que medie el consentimiento de dicho Estado. La ratificación del Convenio
por parte de un Estado, refleja el compromiso de dicho Estado de aplicar el
mecanismo de resolución de disputas previsto por el Convenio, siempre que exista
adicionalmente una manifestación consensual por parte de este para someter
categorías específicas de disputas que pudieran surgir con inversionistas de otros
Estados contratantes del Convenio. El artículo 25(1) del Convenio establece que
dicho consentimiento deberá ser otorgado por las partes de forma escrita. Este
requisito se instrumentaliza en el artículo 2(1)(c) de las Reglas de Iniciación31 el
cual establece que, junto con la solicitud de registro de un procedimiento de
arbitraje, se adjunten los documentos que contienen dicho consentimiento, como
lo pueden ser un contrato de inversión suscrito entre el Estado y un inversionista
de otro Estado Contratante, leyes locales de inversión o instrumentos bilaterales o
multilaterales, tales como tratados bilaterales de inversión o tratados de libre
comercio. Para efectos del registro de un arbitraje ante el CIADI, “[e]l
consentimiento de las partes debe existir en el momento en que se presenta la
solicitud al Centro”32. El artículo 2(3) de las Reglas de Iniciación indican además
que la “fecha del otorgamiento del consentimiento” significa la fecha en que las
partes en la diferencia hayan consentido por escrito en someterla al Centro; y si
ambas partes no lo hubieran hecho el mismo día, contará la fecha en que la última
lo haya hecho”. De este artículo se desprende la posibilidad de que el
consentimiento de las partes esté reflejado en distintos documentos. 1.
Consentimiento recíproco expresado en un contrato de inversión. La inclusión de
la cláusula arbitral en los acuerdos suscritos entre inversionistas y Estados, es la

37
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

forma más cercana al consentimiento tradicional que se otorga en el arbitraje


comercial, en donde la cláusula arbitral tipo es de naturaleza contractual.
Precisamente, este tipo de cláusulas eran también la principal fuente de
consentimiento de los arbitrajes administrados por el CIADI hasta inicios de los
años ochenta. No fue sino a inicios de esa década cuando se comenzaron a
presentar los primeros casos fundamentados en disposiciones contenidas en leyes
o tratados internacionales del país receptor de la inversión. 36 Es decir, desde la
puesta en marcha del CIADI y hasta tales fechas, todos los asuntos resueltos se
fundamentaban en un convenio arbitral inversionista-Estado. Del total de
procedimientos de arbitraje administrados por el CIADI desde su creación hasta el
31 de diciembre de 2012, un 20% han invocado una cláusula arbitral contenida en
un contrato de inversión entre un inversionista y un Estado. Durante el año 2012
los casos cuyo consentimiento fue plasmado en una cláusula contractual
representaron únicamente el 13% de los casos registrados. Consentimiento
derivado de la legislación interna del Estado receptor Costa Rica y Cuba, son los
únicos países latinoamericanos que no cuentan con una ley especial para la
protección de la inversión extranjera directa. Este tipo de legislación es con
frecuencia, el medio para regular exenciones fiscales otorgadas a la inversión
extranjera (por ejemplo, en regímenes similares al de zona franca existente en
Costa Rica), pero en especial, son el instrumento por medio del cual los Estados
asumen una serie de garantías para la protección de la inversión extranjera y, en
algunas ocasiones, la fuente del consentimiento escrito para someterse al arbitraje
CIADI en caso de disputas con dichos inversionistas. Existen leyes que contienen
un consentimiento avanzado del Estado receptor que únicamente requiere la
aceptación del inversionista. Así por ejemplo, la Ley de Promoción y Protección de
Inversiones de la República de Honduras, aprobada en julio de 2011, en su
artículo 25 establece que, ante una disputa relacionada con inversión extranjera, el
inversionista podrá elegir entre acudir a un arbitraje administrado por el CIADI, un
arbitraje ante alguno de los centros de arbitraje locales, o la vía jurisdiccional
doméstica. Por otra parte, la Ley de Inversión Extranjera de la República de
Guatemala, contempla el arbitraje internacional (sin hacer referencia expresa al

38
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

CIADI), si así fue previsto en otro instrumento internacional debidamente ratificado


por dicha Nación.
Otras leyes de inversión someten las disputas relativas a inversiones a un arbitraje
local, como sucede con la Ley de Estabilidad Jurídica de las Inversiones de la
República de Panamá, que equipara a los inversionistas extranjeros con los
nacionales, y contempla únicamente un arbitraje local ante el Centro de
Conciliación y Arbitraje de Panamá. Otras legislaciones, como la Ley de
Inversiones Extranjeras de Argentina no prevén del todo el arbitraje como medio
para resolver las controversias. Del total de casos registrados al 31 de diciembre
de 2012 ante el CIADI, solamente un 6% ha estado fundamentado en el
consentimiento reflejado en una ley de inversiones. En el año 2012 estos casos
representaron el 12% de los casos registrados.45 3. Consentimiento expresado en
un instrumento internacional ratificado por el Estado receptor de la inversión Nos
referimos acá especialmente a los denominados tratados bilaterales de inversión
(TBI por sus siglas), conocidos en España y algunos países latinoamericanos
como Acuerdos de promoción y protección recíproca de inversiones (APPRI) y en
los países anglosajones como bilateral investment treaty (BIT). Los TBI son sin
duda el combustible actual del arbitraje de inversión, y así lo demuestran las
estadísticas del CIADI al indicar que el consentimiento en el 63% de los 419 casos
que ha tramitado esta institución en su historia, ha estado reflejado en un TBI.
La Convención de la Haya para la Resolución Pacífica de Controversias
Internacionales47, adoptada durante la Conferencia de La Haya de 1907, creó el
marco a partir del cual se fomentó la suscripción de acuerdos bilaterales para el
sometimiento de disputas entre Estados a un procedimiento arbitral48. A partir de
este momento, la inclusión de cláusulas arbitrales en los denominados tratados de
amistad, comercio y navegación comenzó a ser frecuente. Precisamente en dichos
tratados es que podemos encontrar el antecedente de los TBI. El primer TBI del
que se tiene conocimiento fue el suscrito entre Alemania y Pakistán en 1959.
Desde entonces, estos instrumentos han proliferado considerablemente como
medio de protección de inversiones extranjeras, pasando de los 385 TBI
existentes a finales de la década de los años ochenta, a los 2.860 TBI y 340

39
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

acuerdos internacionales de inversión (por ejm. tratados de libre comercio),


suscritos en todo el mundo al año 201349, siendo los países con más TBI
suscritos, grandes exportadores de capital como Alemania, China y Suiza50.
Simultáneamente a su vertiginoso incremento numérico, los TBI han adquirido
cada día mayor sofisticación, pasando de ser cartas de buenas intenciones entre
Estados, a incluir detalladas definiciones del concepto de inversión, los estándares
de protección que se garantizan y las cláusulas de sometimiento a la jurisdicción
arbitral. Costa Rica no ha estado ajena a esta tendencia a celebrar TBI, y a la
fecha cuenta con 19 tratados de esta naturaleza suscritos, en orden decreciente
de antigüedad, con: Francia, Chile, Alemania, Venezuela, Argentina, España,
Paraguay, Canadá, República Checa, China, Países Bajos, Suiza, Corea, El
Salvador, Finlandia, Ecuador, Bélgica/Luxemburgo y Qatar. De igual manera,
todos los Tratados de Libre Comercio (TLC) suscritos por Costa Rica contienen un
apartado destinado a la promoción y protección recíproca de inversiones,
mediante el cual se regula esta materia con contenidos muy similares a los de un
TBI, o, en aquellos casos en que existe un TBI entre ambos países suscrito
previamente al TLC, el capítulo relativo a inversiones del TLC remite o reafirma los
términos y condiciones contenidos en el TBI previamente suscrito55. Al igual que
se mencionó en el supuesto de las leyes de inversión, los TBI suelen contener una
oferta del Estado dirigida a un conjunto indeterminado de inversionistas para
someter cualquier disputa derivada de una inversión a un procedimiento arbitral,
que puede ser el administrado por el CIADI. En el caso de los TBI suscritos por
Costa Rica, todos ellos hacen referencia al procedimiento administrado por el
CIADI, ya sea como único mecanismo de resolución de disputas de inversión,
como en el caso de los TBI suscritos con Alemania, Chile, Corea, Francia y Reino
Unido, o junto con un arbitraje ad-hoc como en el caso de los TBI con Argentina,
Bélgica/Luxemburgo, Canadá, China, Ecuador, España, Finlandia, Países Bajos,
Paraguay, República Checa, Suiza y Venezuela. En los TBI más recientes, se
comenzó a prever la posibilidad de que uno de los Estados involucrados no fuera
parte del Convenio de Washington. Esta situación se prevé en algunos TBI
mediante el sometimiento de las disputas al Mecanismo Complementario

40
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

administrado por el CIADI. Este el caso, por ejemplo, del TBI suscrito por Costa
Rica con Canadá56. Conclusión Dentro de los denominados “arbitrajes
especiales”, el arbitraje administrado por el CIADI es sin duda uno de los que más
interés académico despierta entre los entusiastas del arbitraje. No es para menos,
ya que el hecho de encontrar a un Estado sometido a la decisión de un tribunal
arbitral y litigando en pie de igualdad con un inversionista, es un hecho que hace
algunas décadas era absolutamente inimaginable, aunque según se desprende de
las estadísticas, cada día más frecuente. El arbitraje de inversión cumple un
importante rol en la economía de mercado, ya que contribuye a reforzar la
seguridad jurídica que es un presupuesto indispensable para cualquier
inversionista que se dispone a realizar alguna actividad económica en otro Estado.
Esa seguridad consistirá en la certeza de que en caso de que las condiciones
inicialmente ofrecidas al inversionista sean modificadas por el Estado receptor de
la inversión, éste no tendrá necesariamente que resolver las diferencias derivadas
de tal situación ante las cortes locales de tal Estado, sino que tendrá la posibilidad
de someter la disputa ante un tribunal no sólo neutral y seleccionado por ambas
partes, sino conformado por especialistas en la materia. También hemos hecho
referencia a los Tratados Bilaterales o Multilaterales de Inversión, que son en la
actualidad el mecanismo por antonomasia para incorporar el consentimiento de los
Estados a la jurisdicción del CIADI. Costa Rica no es ajena a esta tendencia
internacional, y en todos los tratados de libre comercio que se han celebrado a la
fecha, se ha incluido un acápite destinado a la protección de inversiones,
contemplando al CIADI como una de las opciones principales para la resolución de
disputas Inversionista – Estado.
5.5 Acuerdo sobre Arbitral Comercial Internacional entre el MERCOSUR,
la Republica de Bolivia y la Republica de Chile

El sistema de solución de controversia del MERCOSUR prevé un arbitraje ad-


hoc, esto es que los árbitros son designados para cada conflicto que se suscite,
elegidos de listas representadas por cada uno de los Estados miembros y de la
lista de la Secretaria Administrativa del MERCOSUR (SAM)

41
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

5.6 Otros tratados internacionales que refieren el Arbitraje Internacional

-Convención europea sobre arbitraje comercial internacional. Ginebra, 21 de abril


de 1961

6. CENTROS INTERNACIOANLES PARA EL ARBITRAJE COMERCIAL Y


DE INVERSIONES.

 Asociación Americana de Arbitraje (AAA), Centro Internacional para la


Resolución de Disputas (CIRD o ICDR en inglés)

La Asociación Americana de Arbitraje que fue fundada en 1926 tiene por


propósito resolver una amplia gama de controversias a través de la
mediación, el arbitraje u otras formas de solución extrajudiciales. Es una
organización de servicio público sin ánimo de lucro que cuenta con 38
sucursales en los Estados Unidos.

La Asociación Americana de Arbitraje (AAA) administra los procedimientos


de arbitraje, mediación, etc. Alrededor de 8000 litigios son administrados
cada año a nivel nacional. A nivel internacional ella administra su
Reglamento de Arbitraje Internacional. La Asociación ofrece asistencia para
la concepción y puesta en práctica de alternativas de solución de conflictos
a solicitud de las sociedades, de órganismos gubernamentales, de oficinas
de abogados y de tribunales con la intención de solucionar conflictos
relacionados con el trabajo, el consumo, la tecnología, la salud pública, el
comercio internacional, etc. Ofrece programas de formación para las
personas implicadas en la solución de controversias, en tanto que terceros
neutrales o consejeros de las partes. Mantiene una lista de alrededor 18000
árbitros. Desarrolla reglas de ética para los árbitros y normas de conducta
para los mediadores. Edita publicaciones como el Dispute Resolution
Journal y el ADR Currents

42
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

En el campo nacional, 38 sucursales para las audiencias y la


administración de casos.

 Cámara de Comercio Internacional de París (CCI o ICC en inglés), Corte


de Arbitraje

La Corte Internacional de Arbitraje es parte de la Cámara de Comercio


Internacional (CCI), fundada en 1919. Hoy en día la CCI reúne cientos de
compañías y asociaciones miembros de más 130 países. La CCI proporciona
servicios adicionales en el campo de los negocios. El más importante de ellos
es la Corte Internacional de Arbitraje. Mientras que la mayoría de las
instituciones de arbitraje tienen un campo de aplicación nacional o regional, la
Corte de Arbitraje de la CCI es verdaderamente internacional. Por estar
compuesta de miembros de más de 80 países en todos los continentes la
Corte es una institución que cuenta con representatividad mundial.

La Corte asegura la aplicación de la Reglas de Arbitraje de la CCI. Sus miembros


no deciden sobre temas sometidos a arbitraje de la CCI ya que esta es una tarea
de los árbitros nominados bajo las Reglas de la CCI. La Corte supervisa el
proceso de arbitraje del ICC y, entre otras cosas, es responsable de la
designación de los árbitros y de la confirmación de los árbitros. En caso de que
estos hayan sido designados por las partes la Corte decide sobre las recusaciones
a los árbitros y analiza y aprueba las decisiones arbitrales y determina los
honorarios de los árbitros. En el ejercicio de sus funciones, la Corte tiene la
posibilidad de contar con la experiencia de distinguidos juristas procedentes de
diversos orígenes y culturas legales en función de la naturaleza de los
participantes en el proceso arbitral. Entre otras cosas, la Corte de la CCI podrá, si
es necesario: - Determinar prima facie si hay un acuerdo de arbitraje; - decidir
sobre el número de árbitros; - determinar el lugar del arbitraje; - fijar la duración del
arbitraje; - examinar en detalle los laudos arbitrales; y, - determinar los costos y los
honorarios de los árbitros.

43
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

La Corte es apoyada por un Secretariado localizado en la sede principal de la


CCI en París.

- El Secretariado cuenta con un grupo permanente de 40 personas, incluyendo


20 abogados de doce nacionalidades diferentes.

- El Secretariado sigue de cerca cada caso y se encuentra en posibilidad de


brindar asistencia en doce idiomas diferentes.

- actualmente cada caso es seguido por uno de seis grupos liderados por un
Consejo.

- el secretariado cuenta con un sistema de informático especialmente diseñado


para el arbitraje, así como completa información al respecto, accesible en
cuatro idiomas diferentes.

"Todas las desavenencias que deriven de este contrato o que guarden relación
con éste serán resueltas definitivamente de acuerdo con el Reglamento de
Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional por uno o más árbitros
nombrados conforme a este Reglamento."

 Comisión de las Naciones Unidas para el derecho mercantil internacional


(CNUDMI o UNCITRAL en inglés)

Principal órgano jurídico del sistema de las Naciones Unidas en el ámbito del
derecho mercantil internacional. Órgano jurídico de composición universal,
dedicado a la reforma de la legislación mercantil a nivel mundial durante más
de 50 años. La función de la CNUDMI consiste en modernizar y armonizar las
reglas del comercio internacional.

La CNUDMI apoya los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En


la Agenda de Acción de Addis Abeba los Estados respaldaron "los esfuerzos y
las iniciativas de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho
Mercantil Internacional, en su carácter de órgano jurídico central del sistema
de las Naciones Unidas en el ámbito del derecho mercantil internacional,

44
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

encaminados a aumentar la coordinación y la cooperación en las actividades


jurídicas de las organizaciones internacionales y regionales que actúan en la
esfera del derecho mercantil internacional y a promover el estado de derecho
en los planos nacional e internacional en dicha esfera".

La Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional


(CNUDMI) fue establecida por la Asamblea General en 1966 ( resolución 2205
(XXI), de 17 de diciembre de 1966). La Asamblea General, al establecer la
Comisión, reconoció que las disparidades entre las leyes nacionales que
regían el comercio internacional creaban obstáculos para ese comercio, y
consideró que, mediante la Comisión, las Naciones Unidas podría desempeñar
un papel más activo en la reducción o eliminación de esos obstáculos.

La Comisión lleva a cabo su labor en períodos de sesiones anuales, que se


celebran en años alternos en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York y el
Centro Internacional de Viena. Cada grupo de trabajo de la Comisión celebra
generalmente uno o dos períodos de sesiones al año, según el tema de que se
ocupe; el lugar de celebración alterna también entre Nueva York y Viena.

Se invita a todos los Estados que no son miembros de la Comisión, así como a las
organizaciones internacionales interesadas, a asistir como observadores a las
sesiones de la Comisión y de sus grupos de trabajo. Los observadores pueden
participar en las deliberaciones de las sesiones, en la misma medida que los
Estados miembros.

 Comisión Interamericana de Arbitraje Comercial (CIAC o IACAC en


inglés)

1934 Nace la Comisión Interamericana de Arbitraje Comercial, conocida bajo la


sigla CIAC o IACAC (sigla en inglés), como respuesta a la necesidad de crear un
sistema interamericano de arbitraje y conciliación, para solucionar de manera
especializada y eficaz, las controversias comerciales que se susciten dentro de la
comunidad empresarial internacional.

45
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

1958 La Comisión comienza a funcionar en los diversos países latinoamericanos a


través de delegaciones o comités locales, que mantenían listas permanentes de
árbitros, y desarrollaban programas educativos para hombres de negocios,
abogados y funcionarios gubernamentales.
1966 Debido a la decadencia de la práctica del arbitraje comercial y a pesar del
apoyo que se le brindaba, se realizó una extensa encuesta entre todos los países
americanos, con el objeto de determinar si había o no necesidad de revitalizar y
ensanchar el sistema de arbitraje comercial interamericano existente.
1967 Con el apoyo del Consejo Interamericano de Comercio y Producción
(CICYP) se reorganizó el funcionamiento de la CIAC y en reuniones celebradas
ese año en Buenos Aires, San José y Río de Janeiro se establecieron las bases
de su actual funcionamiento. Es así, como se constituyen las secciones nacionales
de la CIAC en diversos países del hemisferio; en algunos casos sus integrantes
fueron instituciones representativas de actividades comerciales, bancarias,
industriales, agrícolas, exportadoras, mineras, etc.
1975 Es aprobada la Convención Interamericana de Arbitraje Comercial
Internacional (Convención de Panamá) con la participación de: Argentina, Brasil,
Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras,
Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana,
Trinidad y Tobado, Estados Unidos, Uruguay y Venezuela.
1978 La CIAC modificó sus reglas de procedimiento, adoptando las reglas del
arbitraje ad hoc recomendadas por la Comisión de las Naciones Unidas para el
Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI), con algunas modificaciones menores,
considerando la naturaleza de la CIAC.
1980 El ámbito de la Comisión se amplía, incluyendo dentro de sus alcances
además del campo americano a España, constituyéndose la Cámara de Comercio
e Industria de Madrid como la Sección Nacional de la CIAC en España.
1985 A mediados de los ochenta, los objetivos de la CIAC incluyen la promoción
de los métodos alternativos de solución de controversias; es así como empieza a
participar en programas de capacitación y difusión de estos con la ayuda de
organismos internacionales y otros de carácter privado.

46
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

2002 Entra en vigencia a partir del primero de abril, el nuevo Reglamento de


Procedimientos de la CIAC.
2008 Entra en vigencia a partir del primero de julio, el nuevo Procedimiento
Administrativo Interno de la CIAC para los casos que se administren bajo su
Reglamento.
2010Desde esta época, y en los últimos años, CIAC/ IACAC ha contado con el
apoyo de los principales centros de Métodos Alternativos de Solución de
Conflictos de América, España y Portugal, los cuales se han hecho parte de la
Comisión como sección nacional o sección asociada, permitiendo difundir y
consolidar este sistema idóneo de solución de controversias.
2017Actualmente hacen parte de la Comisión Interamericana de Arbitraje
Comercial: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Costa Rica, Ecuador, El
Salvador, España, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua,
Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
Entran en vigencia los nuevos Estatutos de la CIAC, aprobados el veinticinco de
abril
Cláusula Modelo CIAC

“Todas las diferencias surgidas en relación con este contrato se resolverán de


acuerdo con el reglamento de procedimientos de la Comisión Interamericana de
Arbitraje Comercial CIAC, por (uno o tres) árbitros, designados de conformidad
con este reglamento.”

¿ Q u é e s e l a r b i t r a j e i n t e r n a c i o n a l ? p a r a e l C I AC
“El arbitraje es el método alternativo de solución de conflictos por excelencia en el
ámbito comercial, constituyéndose para la comunidad nacional e internacional, en el
mecanismo idóneo para resolver los conflictos que de estas actividades se deriven.”
¿A quién va dirigido el arbitraje Internacional?

47
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

El arbitraje comercial internacional, se encuentra dirigido cualquier persona natural


o jurídica que pretenda resolver cualquier controversia de carácter transigible,
derivada de relaciones de comercio internacional.

 Corte de Arbitraje Internacional de Londres (LCIA en inglés), Corte de


Arbitraje

La Corte de Londres de Arbitraje Internacional - AICV

Establecido en Londres, el Tribunal de Arbitraje Internacional de Londres


(“LCIA”) es uno de los más prominentes instituciones arbitrales, que
proporciona servicios de arbitraje, la mediación y otros procedimientos ADR,
con un promedio actual de 303 casos por año.

Estructura de la Corte de Arbitraje Internacional de Londres

La LCIA se compone de tres estructuras separadas: la secretaria, la Corte y la


Compañía.

La Secretaría es el único órgano permanente. Es responsable de llevar a cabo la


gestión del día a día de un procedimiento arbitral. El Secretario es la máxima
autoridad de la Secretaría, el cual es asistido por el Secretario Adjunto.

El Tribunal supervisa las actividades de la Secretaría. Treinta y cinco miembros,


que servir a un mandato de cinco años, componer la Corte de la LCIA. Sus
principales responsabilidades son: actuando como una autoridad nominadora, la
determinación de los retos a los árbitros, y controlar los costos. La Corte
también tiene la última palabra sobre la interpretación de disposiciones de las
Reglas LCIA, cuando están en cuestión.

La Compañía es el único órgano que no proporciona servicios administrativos. Se


encarga de supervisar las actividades y el desarrollo de la LCIA, de acuerdo con la
ley aplicable.

Los servicios de la Corte de Arbitraje Internacional de Londres

48
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

La EICV proporciona servicios de arbitraje, mediación, adjudicación y ADR. Es


importante señalar que la institución sí mismo no resuelve los conflictos. Más bien,
que proporciona el apoyo necesario para las partes y para el tribunal de arbitraje
durante todas las actuaciones.

Las partes también pueden recurrir a la LCIA en para actas. En este caso, la
institución actuará como autoridad nominadora, y va a ayudar a las partes en el
nombramiento de los árbitros, mediadores y expertos.

Los costos y la duración de Arbitraje LCIA

El costo del arbitraje en la Corte de Arbitraje Internacional de Londres


generalmente se divide de la siguiente:

Honorarios del tribunal, que incluye:

 tarifas horarias cargadas por árbitros (Actualmente un tope de GBP 450);


 cargos por los servicios de la secretaria de un tribunal de arbitraje (Si
alguna); y
 Otros cargos (tales como las tasas de cancelación o de un memorando de
corrección).

Cargas administrativas, que incluye:

 la cuota de inscripción para la presentación de una solicitud de arbitraje


(actualmente fijado en GBP 1,750);
 tarifas por hora de la Secretaría; y
 una tasa adicional del 5% del total de los honorarios tribunal arbitral.

Servicios de la Secretaría de la Corte y de pagan en un sistema basado por hora.


Esto significa que el coste se basa en el tiempo real dedicado al trabajo con
respecto a un procedimiento de arbitraje dado. Con ello se pretende asegurar que
las disputas simples que involucran una gran cantidad de controversia no costarán
más de disputas similares con una suma menor, a diferencia de las normas de

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DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

otras instituciones, donde las tarifas se calculan en función de la cantidad en


disputa.

Aunque es difícil saber la cantidad de un arbitraje LCIA dado costará al principio,


el trazar debajo muestra las estadísticas relativas a los costes medios
involucrados, ausente gastos legales y honorarios de expertos. Mientras que el
promedio de arbitraje LCIA dura 16 meses y los costos US 97,000, los casos en
que la cantidad en disputa es de más de USD 100 millones se deben esperar a
costar muchos cientos de miles de dólares.

 Corte Permanente de Arbitraje

La Corte Permanente de Arbitraje (CPA) o Tribunal Permanente de


Arbitraje (denominación que también se utiliza para el mismo organismo en el
Reglamento de Arbitraje de la Comisión de las Naciones Unidas sobre derecho
mercantil internacional - CNUDMI), es un organismo internacional con sede en La
Haya, Países Bajos, cuya finalidad consiste en la resolución de controversias
internacionales mediante una jurisdicción arbitral que facilite a los Estados
un recurso de arbitraje.

La CPA administra la resolución de controversias surgiendo de tratados


internacionales (incluyendo tratados bilaterales y multilaterales de protección de
inversiones extranjeras) y otros convenios de arbitraje. Los casos de la CPA tratan
diversos asuntos incluyendo controversias sobre fronteras territoriales y marítimas,
soberanía, derechos humanos, inversión extranjera, y asuntos relacionados al
comercio regional e internacional. Los arbitrajes de la CPA se llevan a cabo
principalmente bajo el Reglamento de Arbitraje de la CNUDMI.

Los dos idiomas oficiales de la CPA son el francés e inglés, y hasta fines del 2007,
se contaban 107 países miembros, es decir países que son partes a una u otra de
la Convenciones fundadoras de la CPA.

BIBLIOGRAFIA

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Normativa correspondiente al Derecho Interno

- CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO Vigente


- LEY Nº708 LEY DE CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
- LEY Nº 439 LEY DE 19 DE NOVIEMBRE DE 2013, CÓDIGO PROCESAL
CIVIL

Normativa correspondiente al Derecho Internacional

- Ley Modelo sobre Arbitraje Comercial Internacional de la Comisión de


Las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional CNUDMI
- Convenio Interamericano sobre : “Arbitraje Comercial Internacional”
aprobado en Panamá el 30 de enero de 1975
- Convenio sobre “Reconocimiento y Ejecución de Sentencias Arbitrales
Extranjeras”, aprobado en Nueva York el 10 de junio de 1958
- Convenio Interamericano sobre :”Eficacia Extraterritorial de Sentencia
y Laudos Extranjeros “,aprobado en Montevideo el 8 de mayo de 1979
- Convenio sobre: “Arreglo de diferencias relativas a Inversión entre
Estado y Nacionales de otros Estados”, aprobado en Washington el 18
de marzo de 1965
- Acuerdo sobre Arbitral Comercial Internacional entre el MERCOSUR, la
Republica de Bolivia y la Republica de Chile
- Convención europea sobre arbitraje comercial internacional. Ginebra,
21 de abril de 1961

Aporte doctrinal

- Dra. Elina Mereminskaya “APUNTES DE ARBITRAJE COMERCIAL


INTERNACIONAL”
- Murillo González: “EFECTOS DE LA CLÁUSULA COMPROMISORIA EN
LOS ARBITRAJES INTERNACIONALES”
- Kristhy Marian Herrera Bonilla “Aspectos actuales del arbitraje
comercial internacional”

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