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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


UNIVERSIDAD LATINOAMERICANA Y DEL CARIBE
COORDINACIÓN DE POSTGRADO
COORDINACIÓN DEL CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO CUMANÁ
DOCTORADO EN EDUCACIÓN

CATEDRA:

ETICA EN EL DISCURSO

DISERTACION TEMATICA SOBRE LA ETICA Y LA MORAL

Participante:

Nelson, Sifontes
Profesor:
Dr. Jesús Catillo

Cumana, 2019
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Moral y luces son nuestras primeras necesidades (Simón Bolívar)

Ética y moral, dos términos que han venido evolucionando en el transcurrir de los
tiempos, para unos autores sus definiciones son sinónimos y parten de un neologismo
usado por los romanos para describir el término ética usado por los griegos, tal como lo
explica Ortiz (2015:118):

“muy probablemente la palabra “ética” hubiera pasado con similares significados


al latín de no ser por Cicerón. Tal vez el problema de distinguir entre estos dos
términos se lo debamos a él, porque se propuso “enriquecer” el idioma latino
añadiendo la palabra “moral”. Cicerón comienza su tratado Del destino afirmando
“ya que atañe a las costumbres, lo que los griegos llaman ἦθος, mientras que
nosotros solemos llamar a esa parte de la filosofía ‘el estudio de las costumbres’,
pero conviene llamarla ‘moral’ para que se enriquezca la lengua latina”…Cicerón,
entonces, propone un neologismo, el término “moral”, para llamar así a la
disciplina filosófica que estudia las costumbres y que los griegos llamaban “ética”.

Para otros, los términos definen dos condiciones distintas de proceder o filosofías de
vida, basados en criterios internos y externos del ser humano, como lo indica Ricoeur
(como se citó en villa, 2015:165):

“En la etimología o en la historia de los términos, nada la impone. Uno viene del
griego, el otro del latín; y ambos remiten a la idea intuitiva de costumbres, con la
doble connotación que vamos a intentar descomponer de lo que es estimado
bueno y de lo que se impone como obligatorio. Por tanto, por convención
reservaré el término de ética para la intencionalidad de una vida realizada, y el de
moral para la articulación de esta intencionalidad dentro de normas
caracterizadas a la vez por la pretensión de universalidad y por un efecto de
restricción”.

Se definen distinciones entre dichos términos, el ethos griego asociado a costumbre o


carácter asociado a un telos o finalidad, mientras que el mos-moris latino, tiene un
cierto sentido adquirido de obligatoriedad; otros autores basados en la modernidad
filosófica describen la ética como la afirmación de la conciencia autónoma y la
autenticidad individual, mientras que la moral se refiere a la observancia de las reglas
impuestas por la sociedad; en ese mismo orden de ideas, otros autores describen la
ética como referente a los fines, mientras que a la moral como asociada a los deberes y
obligaciones del ciudadano, de tal forma que, ambas posturas podrían llevarnos a
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concluir que hay acciones específicas que pudieran ser éticas y no morales, mientras
que otras pudieran ser morales pero antiéticas y visto desde esta óptica, podrían ser
acciones que dependiendo de la sociedad en la cual se llevan a cabo, pueden cumplir
con ambas condiciones o no cumplir con ninguna, inclusive ambas condiciones podrían
ser validas dependiendo de lo impuesto por la sociedad, como por ejemplo, las playas
nudistas, donde la desnudez deja de ser un acto inmoral , mientras que en la periferia
de dichas playas ya la moralidad cambia, entendiendo que lo moral e inmoral están
signados por “mapas geográficos” impuestos por la sociedad, sería oportuno
preguntarse en estas condiciones, donde queda la ética? Siendo esta una condición
determinada por la “conciencia autónoma y la autenticidad individual”, ¿sería este, un
acto ético o antiético el disfrutar de estas playas con la libertad permitida?

Lo cierto es que en esta sociedad, nos desenvolvemos marchando entre la ética y la


moral, nuestras acciones, nuestros pensamientos, decisiones y acciones se ven
enmarcadas dentro de estos dos términos; aprendemos estas barreras en principio
dentro del seno familiar, luego entre la escuela y el diario convivir; comenzamos a
precisar los matices existentes entre la ética y la moral desde el mismo instante en que
interactuamos con el otro, calibrando nuestras acciones y modos de interacción, de
manera subjetiva, por modelado o por descubrimiento o por iniciativa propia, vamos
amoldándonos a este conjunto de patrones sociales que van definiendo el umbral entre
el ser y el deber ser.

Este conjunto de patrones configurados por la ética y la moral, van formando en el ser
un conjunto de posturas que guían nuestros pensamientos y acciones desde nuestro
interior hacia el exterior, señalan el camino de nuestro proceder y definen nuestro modo
interrelacionarnos con el otro; este conjunto de patrones establecen un orden social, y
pueden llegar a influir en nuestras emociones y sentimientos en la medida en que nos
apegamos o alejamos de este entramado de condiciones establecidas por la sociedad,
porque definen nuestro perfil, positivo o negativo, frente a otros ciudadanos, en relación
directa al cumplimiento o no, de dichos patrones y comportamientos esperados.

De tal forma que la ética y la moral, cabalga con firmeza, estableciendo un orden social
de manera dinámica, no hay posibilidad de estancamiento en este entramado de
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condiciones establecidas, sin analizamos la historia de cualquier sociedad vemos que,


son los actores sociales, quienes van calibrando este conjunto de reglas y principios,
dando validez a la postura que implica la distinción entre la ética y la moral, lo que ayer
se consideraba antiético o amoral, quizás hoy no lo sea, y esto permea en todo el
accionar de la sociedad, porque la ética y la moral se imponen, en nuestro caso, desde
tiempos coloniales según el orden que establece el poder político o religioso de turno,
hay condiciones en la ética y moral que se han mantenido intactas en el tiempo, pero
otras condiciones o posturas han venido amoldándose a los cambios sociales,
culturales e ideológicos que marcan pauta en el accionar de los actores sociales;
evidencia de ello son los constantes cambios en el campo de las leyes con la
incorporación de nuevas condiciones que se van adaptando a la modernidad y a los
emergentes y nuevos campos de acción social, definidos por la velocidad , por ejemplo,
con la que las áreas científicas y tecnológicas van cambiando el accionar y la
interrelación de los actores sociales.

Nuevas pautas, nuevas posturas en el pensar y en el hacer van exigiendo, nuevas


restricciones en este entramado de patrones y condiciones impuestas por la ética y la
moral; en el campo científico, vemos como por ejemplo, como en algunas sociedades
se restringen algunas prácticas experiméntales asociadas a la genética del ser humano,
por considerarlas antiéticas, mientras que otras sociedades, llamadas "más abiertas",
se alientan tales prácticas en nombre de la evolución de nuestra especie; otro ejemplo
de ello, en el campo de las relaciones personales frente a la sociedad, vemos casos
como el matrimonio entre personas de igual género, la legalización del aborto y el
consumo de drogas y hasta el matrimonio múltiple, asuntos que hasta cierta época eras
consideradas amorales y ni más remotamente, alguien podía considerar la posibilidad
de que tales prácticas pudieran conseguir apoyo en el campo de la legalidad.

De tal forma que, vemos en estos casos, que este entramado de patrones configurados
por la ética y la moral, van amoldándose de manera dinámica a los constantes cambios
sociales y culturales; cada sociedad va estableciendo los límites establecidos por la
ética y la moral, en una suerte de "espacios geográficos” en los cuales, así como en el
ejemplo que tocamos respecto a las playas nudistas, se configuran fronteras donde la
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moralidad y la ética, cambian de manera abrupta en respuesta a las demandas sociales


cada vez más exigentes en nombre de la libertad y el respeto al derecho de pensar y de
sentir diferente, apoyado en los preceptos de los derechos humanos universales.

Y en ese sentido, la educación juega un papel preponderante dentro de cada sociedad,


porque es a través de la educación, que los actores sociales, siembran en la conciencia
del ciudadano el concepto del bien y los ideales de vida del ser y de la comunidad,
configurando un ethos cultural que configura y define una fuerte identidad colectiva. Tal
como lo expresa De Zan (2005:24):

“En este contexto la educación.., no hace otra cosa que inculcar en los jóvenes
el modo de ser propio de la comunidad en la que ingresa, como la forma de vida
ética´, los valores y costumbres que caracterizan o identifican a los miembros de
esa comunidad y que ellos comprenden como naturales, de tal manera que no
permiten ninguna libertad para elegir otra forma de vida diferente. Este modelo de
educación moral supone que la posible experiencia de conflictos de valores ha de
tener siempre una resolución ya dada en el ordenamiento jerárquico de los
valores mismos. El modelo no es cuestionado mientras la homogeneidad cultural
de la comunidad y sus valores se mantiene inalterado”.

Y es en esta descripción de Julio de Zan, donde vemos la clave de estos cambios


progresivos en el entramado configurado por la ética y la moral, cuando dice: “El
modelo no es cuestionado mientras la homogeneidad cultural de la comunidad y sus
valores se mantiene inalterado”, porque esta homogeneidad cultural de la comunidad y
sus valores van presentando cambios progresivos con cada ciclo generacional, el
avance de la modernidad, la movilización social, territorial y profesional de los actores
sociales, la apertura de las comunidades, la globalización, son elementos que han
erosionando estos “modelos” basados en la cultura tradicional y las identidades
comunitarias, lo cual justifica, porque los preceptos éticos y morales han venido
sufriendo cambios importantes dentro de la sociedad en el transcurrir de las épocas, lo
que ayer se consideraba amoral y antiético, hoy quizás se consideran prácticas de la
cotidianeidad.

La moral es la ciencia que enseña, no cómo hemos de ser felices, sino cómo hemos de llegar a
ser dignos de la felicidad (Immanuel Kant)
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BIBLIOGRAFIA

De Zan, J (2002). Capítulo I conceptos de “ética” y moral, Libro Panorama de la Ética


continental contemporánea, Documento en línea, Recuperado de
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/5/2228/4.pdf

Ortiz, M. (2016).Sobre la Distinción entre ética y moral. Revista Isonomia N° 45.


Documento en línea, Recuperado de https://www.redalyc.org/pdf/3636/363648284005.pdf

Rodríguez, M (2005). Sobre Ética Y Moral. Revista Digital DGSCA-UNAM, Vol 6, Nº 3,


Documento en línea, http://www.revista.unam.mx/vol.6/num3/art19/mar_art19.pdf

Villa, J (2015). Vida buena y acción en la ética de Paul Ricoeur. Revista Tópicos N° 49.
Documento en línea, Recuperado
de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-66492015000200006

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