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De acuerdo con el texto “El buen gusto en el conocimiento”, el cual fue escrito por Lin
Yutang, líneas en las que hace comparaciones entre el pensamiento occidental y oriental, en
el cual se ha culturalizado la percepción de lo que es el ser educado, entendiendo que un
hombre culto o educado no es necesariamente a aquel que ha leído o aprendido mucho, sino
aquel que no se deja llevar, que tiene confianza en sí mismo y ejerce su derecho al juicio
personal, para no caer en los embelecos de la vida.
La meta de la educación, su objetivo real, el pensar más que conocer. Juicio más que
conocimiento; fomentar la valentía del juicio independiente de la información estandarizada.
La educación como un placer, no como un tormento, es decir, el estudiante como dueño de
su propio conocimiento en el que no existe un dogma como única verdad del conocimiento
sino un sinnúmero de posibilidades en las que la más acertada es aquella que se aplique de la
mejor manera a nuestra realidad.
El hombre culto y educado es aquel que tiene el buen gusto por el conocimiento, no importa
cuál sea el grado de escolaridad, lo que importa son sus valores, su valentía para enfrentar
los retos intelectuales que se presentan en la cotidianidad. Este es el reto que debe enfrentar
nuestro modelo educativo: la búsqueda por el verdadero gusto por el conocimiento para
lograr una verdadera transformación social de la sociedad que responda a las necesidades
reales de la población.