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LECCION 4

NUESTRAS RESPONSABILIDADES CRISTIANAS


La vida cristiana es una vida de obediencia. Es lo que un autor ha descrito genialmente
como «una larga obediencia en la misma dirección». Quienes se han vuelto a Jesús con
arrepentimiento y fe demuestran la autenticidad de su conversión por su obediencia. Tan
pronto como hacen su profesión de fe, comienzan a buscar gustosos y alegres la voluntad
de Dios y a vivir conforme a ella. Como David, ellos aprenden a suplicar: «Dirígeme por la
senda de tus mandamientos, porque en ella encuentro mi solaz», y sus corazones
exclaman: «¡Cuánto amo yo tu ley! Todo el día medito en ella» (Salmo 119:35, 97). A los
cristianos se les enseñan los mandamientos de Cristo para que puedan obedecerlos
(Mateo 28:20). Ellos aprenden que tienen el deber de orar, así que oran; aprenden que
tienen el deber de perdonar, así que perdonan; aprenden que tienen el deber de la
diligencia, así que trabajan arduamente y proveen generosamente.
Nuestra responsabilidad esta con Dios quien nos dio la salvación por medio de su hijo
Jesucristo. Debemos ser fieles, obedientes y agradecidos a Dios por su amor y
misericordia.
En segundo lugar nuestra responsabilidad esta con nuestro prójimo. Debemos hablarle del
amor y misericordia del señor; y por otro lado nuestro testimonio debe ser tal que le
motive a buscar la salvación que tenemos.
En tercer lugar nuestra responsabilidad esta con la patria. Como cristianos debemos ser
buenos ciudadanos, honrados, responsables y trabajadores.
Otra responsabilidad que tenemos es con el cuerpo de cristo, la iglesia a la que asistimos o
de la cual somos miembros.
Estudiaremos aspectos de la mayordomía:
LA MAYORDOMÍA CRISTIANA
Significado de la mayordomía. Las Escrituras enseñan que Dios es el dueño de todas las
personas y de todas las cosas. Por lo tanto, somos sus mayordomos tanto de la vida como
de las posesiones. Debemos reconocer que Dios es el dueño y que nosotros somos los
mayordomos, porque daremos cuenta personalmente a Él por el desempeño de nuestra
mayordomía. Dios, como un Dios de sistema y de orden en todas sus relaciones, ha
establecido un sistema de contribución que lo reconoce como el dueño sobre todos los
recursos y relaciones humanas. Con este propósito, todos sus hijos deben diezmar
fielmente y dar ofrendas para el sostenimiento del evangelio.
La mayordomía es reconocer el señorío de cristo sobre nuestra vida, y cuando decimos
sobre nuestra vida significa sobre todas las áreas de nuestra vida: tiempo, dones, vida,
finanzas y bienes materiales.
a. Mayordomía de los Dones.
¡No nos falta nada! Todos tenemos los dones adecuados para hacer lo que Dios quiere
que hagamos. La única pregunta que nos queda es si estamos dispuestos a servir.
Es claro, que si tienes un don, y quieres utilizarlo conforme a la voluntad del verdadero
Dueño de tu don, tienes que saber qué es.
¿Cómo puedes saber cuáles son tus dones?
La Biblia parece decirnos poca cosa sobre este asunto. Menciona algunos dones
"naturales" y algunos "sobrenaturales" (aunque los dos vienen de Dios).
Todos son dones de Dios y deben ser controlados por el Espíritu de Dios. No para
engrandecerse a sí mismo, sino para edificar el cuerpo de Cristo. Pero ¿cómo reconocer
tu don espiritual? Tienes que tratar de servir a Dios con lo que pienses que puedes hacer
y mientras lo haces el don que Dios te habrá dado se manifestará de alguna manera.
En 2 Ti. 1:6 y 1 Ti. 4:14 vemos dos cosas importantes sobre los dones. "Avives el fuego del
don" significa que tienes que ejercer y desarrollarlo. " (Vemos también que Timoteo
sabía cuál era su don). "con la imposición de las manos del presbiterio (ancianos)" implica
que la iglesia reconoció el don de Timoteo. Tu iglesia reconocerá tus dones a medida que
sigas sirviendo al Señor. A veces los dones de ciertos creyentes son reconocidos por los
demás creyentes antes de que ellos mismo los reconozcan."
Tu don puede tener que ver con la enseñanza, la evangelización, con el liderazgo, la
animación de reuniones, la administración, el servicio, el animar a los demás, la provisión
de fondos, la ayuda a los desgraciados. Estos dones se pueden manifestar en el pastorado,
el liderazgo en la iglesia o la federación, la evangelización de los vecinos, enseñar la
escuela dominical, la hospitalidad, participar en Misión Urbana, traer un mendigo a casa,
pasar tiempo al lado de un drogadicto, etc.
Muchas personas no descubren sus dones porque no están dispuestos a enseñar una clase
de escuela dominical, o salir a evangelizar con otros de la iglesia, o hacer la limpieza del
local de la iglesia, etc.
¿Estás dispuesto a hacer cualquier cosa por el Señor? ¿Estás dispuesto a barrer el local,
recoger las basuras de la iglesia, etc.? Por ejemplo un matrimonio bastante distinguido en
una iglesia se ofreció para hacer la limpieza después de cada actividad de la iglesia. Lo
consideraron un ministerio importante en la iglesia. Lo que sea que el Señor te pida que
hagas, "servíos por amor los unos a los otros" (Gá. 5:13) "y todo lo que hagáis, hacedlo de
corazón, como para el Señor, y no para los hombres" (Col. 3:23).
b. Mayordomía De Las Finanzas (Malaquías 3:10-11)
Es irónico y quizás hasta chistoso que los cristianos decimos que dios es el dueño del oro y
de la plata, pero siempre y cuando no sea mi oro y mi plata!!
Es verdad que dios es el dueño del oro y de la plata, y ese oro y esa plata la ha repartido a
los hombres para que la administremos, ese oro y esa plata dios la hace llegar a tu vida por
medio de tu trabajo, de tu empresa, de tu negocio, de tus parientes, etc.
Tenemos que saber muy bien que amar a Dios tiene que ver no solo con
nuestro corazón sino también con nuestra billetera, pues muchos estamos dispuestos a
desatar el burrito del servicio, el burrito del ayuno, el burrito del tiempo, pero nuestras
finanzas las tenemos bien amarradas y no queremos soltarlas para dios.
Quizás podamos preguntarnos, ¿y porque tengo que dar mi dinero? Y la respuesta
de Jesús para tu vida seria la misma que para los dueños de aquel burrito: porque yo lo
necesito!!
Jesús necesita ese dinero para que su palabra se continué predicando, para que las iglesias
siempre se abran, para sostener a sus siervos, para enviar misioneros, para comprar
tratados, para darle transportes a sus hijos que se quieren congregar, etc.
Si quieres siempre tener, tienes que tener para dios (Lucas 8:18)
Y pongamos mucha atención en un detalle muy importante: el que no tiene para dios, se
está robando su bendición en el futuro, pues aun lo que piensa tener le será quitado.
Tenemos que recordar muy bien esta mañana: ese burrito no es nuestro, es de dios!!
c. Mayordomía De Los Bienes Materiales (LUCAS 8:1-3)
Los bienes materiales son todas aquellas cosas que una persona posee, el versículo que
hemos leído nos dice que había mujeres que servían al señor con sus bienes.
La pregunta es: ¿están mis bienes al servicio del señor? Esta mi casa al servicio del señor?
Esta mi vehículo al servicio del señor? Esta la ropa de mi familia al servicio del señor? Esta
la comida de mi familia al servicio de la obra de Dios?
Tenemos que comprender que todos los bienes que tenemos le pertenecen a Dios y el nos
pedirá cuentas sobre ellos (lucas 16:1-2) estaremos solamente disipando o malgastando
sus bienes o los estamos poniendo al servicio del Señor??
d. Mayordomía De Nuestra Vida Misma (1 Corintios 6:19-20)
Nosotros decimos que Jesús es el señor de nuestra vida pero no queremos que el pueda
usarla para su reino.
El Señor necesita nuestra vida, nuestro tiempo, para predicar su palabra, para ayudar al
necesitado, para trabajar en su iglesia, etc.
Posiblemente hay hermanas que dicen yo no tengo dinero ni posesiones materiales, pero
tienes la vida que Dios te ha dado, dale tu vida a Dios, pon tu vida al servicio de Dios!!
e. La Mayordomía Del Tiempo.
Cuando hablamos de la mayordomía del tiempo no estamos hablando de cuántas horas a
la semana invertimos en actividades de tipo religioso.
Estamos hablando de cómo invertimos nuestra vida y en qué cosas la estamos invirtiendo.
Porque vida y tiempo son sinónimos. El pensado norteamericano Benjamín Franklin tiene
una frase genial que capta esta realidad. No desperdicies el tiempo porque es la sustancia
de que está hecha la vida.
Realmente la vida está hecha de tiempo. Si lo pensamos bien y detenidamente nos
daremos cuenta que donde va nuestro tiempo es, en realidad, donde va nuestra vida.
Invertimos nuestra vida, es decir, nuestro tiempo en aquellas cosas que consideramos
importantes y valiosas.
Un simple análisis de dónde van nuestras horas revelará de forma clara donde están
nuestras prioridades y las cosas que consideramos importantes en nuestras vidas. Es otra
manera de ver la apreciación que Jesús hace de la vida y de las cosas que realmente, no
teóricamente, son prioritarias para nosotros. Mateo 6:21
El lenguaje popular refleja esta identificación entre vida y tiempo
Utilicemos algunas de las frases que habitualmente usamos y cambiémosle simplemente
una palabra, veremos cómo suenan:
(1) No tengo vida
(2) Me falta vida
(3) Se me va la vida entre los dedos
(4) ¡Si tuviera más vida!
(5) No paro de perder mi vida
(6) Tengo que sacar vida para hacer lo que realmente quiero
(7) Malgastar la vida
(8) Matar la vida

La mayordomía del tiempo no tiene que ver con la agenda sino con la vida. La agenda
simplemente refleja las prioridades existentes en nuestra vida, sean estas correctas o no
lo sean.
El tiempo pertenece a Dios.- Si hemos sido comprados por alto precio tiene sentido que
también nuestro tiempo pertenece al Señor.
Si el tiempo es vida, no vivimos para nosotros mismos, vivimos para aquel que murió y
resucitó por nosotros para que nosotros ya no vivamos para nuestros propios propósitos,
sino los de Jesús. Pablo es radical cuando afirma esto en Romanos 14:7-9. Leer este pasaje
sustituyendo vida por tiempo le da una nueva dimensión, mucho más práctica y cercana.

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