El exilio político es el hecho de estar lejos de tu residencia
natural por razones políticas, es decir, cuando tienes que abandonar tu tierra natal y salir de tu país de origen para refugiarte en otro porque te ves forzado a hacerlo. Es lo que comúnmente conocemos como expatriación.
El exilio es un mecanismo de exclusión institucional destinado a
revocar el pleno uso de los derechos de ciudadanía y, más aún, prevenir la participación del exiliado/a en la arena política nacional. Por su carácter excluyente, la literatura tiende a atribuirlo a gobiernos autoritarios, así como se asume que los Estados receptores son países bajo gobiernos democráticos. Este trabajo destaca la existencia de una relación más compleja entre exilio y democracia. Con base en un análisis cualitativo de casos notorios de exilio masivo e individual y un análisis cuantitativo de exilio presidencial a lo largo de dos siglos, el artículo destaca que las democracias también generan exilio y que también los países autoritarios han constituido lugares de residencia y asilo para las personas que han tomado la ruta del exilio de sus países de origen.
Asilo Político
El asilo político es la protección que te ofrece otro estado para
no ser extraditado de un país a otro que te requiere o que te persigue para ser juzgado por cometer presuntamente delitos políticos. Es decir, el gobierno de otro país te ofrece protección y te acoge. Además, cuando el asilo político se concede a personas que se encuentran en la sede de embajadas u oficinas consulares es lo que se conoce como asilo diplomático.
El asilo político o diplomático es el derecho que tiene toda
persona a no ser extraditada de un país a otro que lo requiera por razones de un juicio político que se le esté siguiendo. Este es un derecho internacional que es mencionado en el artículo 14 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948). "En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país".