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Marx, Tafuri y el trabajo abstracto en

arquitectura

Felice Mometti

27/01/2017
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Las abejas siempre han envidiado a los arquitectos. Cada vez se ven obligadas,
incluso en el mejor de los casos, a construir complejas colmenas sin ningún tipo
de diseño de referencia preciso, y en cambio los arquitectos, incluso en el peor de
los casos, tienen primero en la cabeza lo que quieren construir, se trate de una
cabaña o de un rascacielos. Este es el significado del famoso pasaje de El
Capital de Marx, objeto de litigio sin fin sobre las abejas y el arquitecto [1]. De
hecho, como a menudo sucede en los escritos de Marx, detrás de lo que puede
parecer trivial se articulan múltiples discursos sobre el trabajo concreto y
abstracto, la cooperación y la división social del trabajo. En un momento en el que
en la arquitectura predomina el oxímoron de una retórica hiper-modernista del
postmodernismo, bajar unos cuantos peldaños de la escalera que conduce a
los "laboratorios secretos" de la producción arquitectónica puede ser de
utilidad .

Un objeto insignificante

Desde hace algún tiempo Hal Foster llama la atención sobre el "complejo arte-
arquitectura", en alusión al más inquietante "complejo militar-industrial", que habría
subsumido la cultura a la economía. A partir de los encuentros, de las conexiones
del pasado, entre arte y arquitectura, se habría alcanzado una unidad casi
orgánica que tendría el carácter de un bloque o de un síndrome [2]. Un "complejo"
que condiciona gravemente los escenarios imaginarios y urbanos metropolitanos.
Incluso en su audacia, el análisis de Foster, sin embargo, no va más allá de la
superficie de los fenómenos perceptibles. Más allá se encuentra la contradicción
que atraviesa al arte contemporáneo que, como todos los productos básicos en la
producción y la circulación global, cumple la lógica del capitalismo financiero
internacional y el artista ha perdido aquella "diferencia antropológica", atribuida por
el modernismo, en la que había basado su autenticidad como crítico de la
sociedad [3], sin dejar de tener comportamientos de resistencia a las cadenas de
valor del capital transnacional. Las formas actuales de la producción del
espacio urbano y del arte contemporáneo han subsumido a la arquitectura,
en cuanto forma especial de trabajo intelectual que insiste en una amplia gama
de actividades directa o indirectamente productivas: el diseño y construcción de
edificios y organización de la ciudad, la definición de los códigos icónicos, las
estrategias de rendimiento del trabajo, las relaciones con los ciudadanos y
clientes, asñi como la gobernabilidad urbana, la adopción de nuevos lenguajes
simbólicos y un vocabulario de vanguardia para la producción del imaginario
colectivo, la tecnología y la aplicación de programas de software. Es como si en el
campo de la arquitectura se hubiera establecido esa dialéctica instituida
gradualmente "en la relación entre el trabajo concreto y el trabajo abstracto en el
sentido marxista de los términos" de la que hablaba Manfredo Tafuri hace más de
cuarenta años [4]. Abriendo, de esta manera, la posibilidad de una lectura
simultánea del proceso de abstracción del trabajo arquitectónico y de su
lugar dentro de las relaciones de producción capitalistas. Una hipótesis de
trabajo explorada por Tafuri largamente, pero que no fue aceptada por los
historiadores y teóricos de la arquitectura, cada vez más involucrados y
abrumados por la individualización de nuevos estilos en la época posmoderna, o
encerrados en una filología auto-referencial del fragmento arquitectónico. Lo que
Tafuri aplicó en la producción arquitectónica es la misma intuición de Benjamin en
referencia a la poesía: no es necesario preguntar que posición ocupa una obra
poética con respecto a las relaciones de producción de la época, si está en
armonía con ellas, si es reaccionaria, o si busca su superación, si es
revolucionaria. Antes de preguntar qué posición ocupa la arquitectura con
respecto a las relaciones de producción, se debe preguntar ¿cuál es su
posición en ellas? [5]. Se va así a la raíz de la cuestión, haciendo un
planteamiento decisivo respecto al discurso sobre la falsa conciencia de los
arquitectos, incluyendo los más afamados, sobre las teorías de las relaciones
recíprocas entre la arquitectura y la sociedad, entre las estructuras urbanas y los
modos de producción. Que la producción del espacio urbano se convierte, en el
capitalismo contemporáneo, en uno de los elementos constitutivos de las
relaciones sociales es una idea apenas esbozada por Tafuri con la definición de
la ciudad como una máquina funcional de la extracción de la plusvalía
social [6]. Una maquina urbana, se podría añadir, que soporta las relaciones de
explotación, dominación, alienación y, al mismo tiempo, reproduce las condiciones
y el contexto de su funcionamiento impersonal. Las intersecciones continuas, en la
metrópolis contemporánea, entre los lugares de producción social y el
entretenimiento más o menos alternativo, entre las rutas históricas y artísticas y
los centros de las finanzas internacionales, incluidos los lugares simbólicos y las
redes de la ciudad inteligente, entre las fronteras movedizas de los centros y las
periferias, que incesantemente temporalizan espacios, su representación y su
reestructuración. La arquitectura se convierte en ideología material y al mismo
tiempo en un "objeto insignificante", ya que se convierte en algo distinto de sí
misma [7]. En otras palabras, parafraseando a Tafuri, la arquitectura explota en la
realidad, esparciendo sus fragmentos. La producción arquitectónica ya no es una
cuestión de verdad o falsedad de las ideas que se afirman en las relaciones
internas de la propia producción. Es la ideología material articulada, en el
mismo ámbito, en las relaciones reales que se dan entre los espacios
urbanos y las relaciones "vividas" en la imaginación individual y colectiva. El
marketing específico de lugares y hechos urbanos tiende a ser suplantado por el
proceso de reproducción de la metrópolis que vive y disfruta como tal. No ya cómo
el flaneur de la memoria de Benjamin que hace del perderse una experiencia
interior, sino un ciudadano-productor-consumidor que continuamente se
geolocaliza utilizando las aplicaciones de GPS, y cuya experiencia de los lugares y
recorridos a menudo es anticipada por buscadores como TripAdvisor. La
metrópolis, en el proceso de su reproducción social y urbana, rompe la
colectividad y la comunidad y las vuelve a recomponer en una yuxtaposición
forzada de individualidades y roles separados. Un proceso que en su desarrollo
muestra toda su inestabilidad generando formas de subjetividad y áreas
metropolitanas que no son fácilmente subsumibles por el modo dominante
de producción social .

El trasfondo

El trabajo, en cuanto uso de la fuerza de trabajo, en la producción arquitectónica


actual no está presente en los índices de las revistas de arquitectura y diseño.
Casi nunca aparece en los carteles de conferencias y seminarios. Y es objeto de
muy pocas investigaciones de campo. Las condiciones materiales en las que
tiene lugar el trabajo en los estudios profesionales de arquitectura están
muy a menudo por debajo de los estándares aceptables de protección y
garantías. Se caracterizan por una completa flexibilidad de las formas y la
duración de la relación laboral y se ha establecido una modalidad gratuita de
reclutamiento y selección de la fuerza laboral con pasantías, prácticas y
becarios [8]. En el interior y alrededor de los estudios profesionales de arquitectura
en Italia giran más de 300.000 personas entre miembros de los colegios
profesionales, colaboradores de diversos tipos, falsos profesionales, mirones.
Durante las últimas dos décadas, y especialmente tras la crisis de 2008, estamos
asistiendo a un profundo cambio de las formas de cooperación, la división del
trabajo y la organización de los espacios de producción arquitectónica.
La narración del estudio de arquitectura como un lugar de trabajo creativo, de
intuición espacial traducida en proyectos y de cooperación espontánea y
enriquecedora se ha desvanecido poco a poco, dando paso a otra más real
de estudios-haciendas que se convierten en laboratorios de nuevas
jerarquías organizativas, especializaciones sectoriales extremas, de un co-
trabajo horizontal falso. Los modelos de referencia son los estudios
profesionales, con filiales asociadas en las grandes ciudades, grandes estrellas
internacionales que manejan cientos, si no miles de empleados, personal de
apoyo y empleados leales. Modelos que se simplifican y se reproducen hasta en
los más pequeños detalles por un grupo restringido, de muy pocas personas, que
concentra en sí el conocimiento necesario y la visión global para producir un
proyecto, que representa la prefiguración del espacio a construir, para participar
en un concurso de ideas. A su alrededor se encuentra una geografía de círculos
concéntricos, varias constelaciones de empleados temporales, pasantes,
aprendices, proveedores de servicios, compañías de habilidades específicas que
se ponen en movimiento, dependiendo del tipo de proyecto o concurso, de su
tamaño, y de su importancia económica. Además de la organización y gestión
del trabajo vivo necesario también cambia la organización del espacio de
producción y la proyección comunicativa en el uso de sitios web y redes
sociales. Se está afirmando una variante espacial del lugar de la producción
arquitectónica, independientemente de su tamaño: el lugar del trabajo informático.
Un verdadero emblema de la transición del taller arquitectónico a una oficina de
cualquier actividad terciaria o cuaternaria, cuando no a una de las sedes más o
menos periféricas de una gran empresa de diseño [9]. La potencia de cálculo, la
velocidad de conexión, la amplitud de la base de datos de los modelos y formas
arquitectónicas, el acceso a bibliotecas y archivos especializados, la construcción
de sitios web ligeros y eficaces, la auto-promoción disfrazada de reflexión sobre el
diseño en las redes sociales son también elementos que entran en la definición de
las formas de cooperación competitiva, dentro de una división jerárquica del
trabajo, en el diseño y fabricación de objetos arquitectónicos .

Abstracciones y algoritmos

Nunca es fácil establecer analogías, incluso veladas, entre el pensamiento de


Marx y el de Hannah Arendt. Aún más complicado resulta la búsqueda de puntos
de contacto en relación con la definición del trabajo. Hannah Arendt en Vita
activa critica a Marx los concepto de trabajo productivo e improductivo y de trabajo
manual e intelectual, proponiendo en cambio una distinción esencial entre trabajo
y obra. El trabajo encuentra su necesidad y justificación en el mantenimiento de la
vida humana y en el intercambio directo entre el hombre y la naturaleza sin
ninguna cuantificación de salarios. La obra, por el contrario, produce objetos y
bienes duraderos y se caracteriza por la violencia de la destrucción de la
naturaleza. El intento de relacionar el trabajo y la obra de Arendt con el trabajo
abstracto y concreto de Marx en la producción arquitectónica, asumiendo la
supuesta ambigüedad de los términos, nos mete en un callejón sin salida [10]. Un
trabajo que para ser tal debe asumir una autonomía disciplinar específica de
la arquitectura, hecha de teoría, historia y práctica del diseño, que no se ha
dado en las últimas décadas. Porque no hay un trabajo que se divida en
abstracto y concreto en las rutinas de producción y realización de los objetos
arquitectónicos. Es posible en la transmisión del conocimiento en la universidad -
de acuerdo con esta línea de pensamiento – un reencuentro del trabajo con la
obra y, dentro de esta, del trabajo abstracto con el trabajo concreto. Para Tafuri la
historia de la arquitectura, y luego la arquitectura, van a "reaccionar", tensionadas,
con el desarrollo del trabajo abstracto. De esta manera, la relación con el cliente,
los horizontes simbólicos, la invención tecnológica serás despojadas de la
ambigüedad inherente a la obra arquitectónica [11]. Un trabajo abstracto, sin
indicaciones específicas, una actividad generalmente indiferentes a su forma
particular de desarrollo. Un trabajo no entendido como un objeto, sino como
actividad; no como un valor en sí mismo, sino como una fuente viva del valor [12].
Y más aún, una obra abstracta que sólo en su desarrollo, en el proceso de
objetivación, toma la forma fenoménica de trabajo concreto [13]. Pero ¿cómo
puede, en la producción arquitectónica actual, el trabajo concreto
convertirse en forma fenoménica del trabajo humano abstracto y el trabajo
privado en forma fenoménica del trabajo inmediatamente social? Se pueden
avanzar algunas hipótesis. Los diseños arquitectónicos están cada vez más
condicionados por procedimientos estándar, protocolos de actuación, el
cumplimiento de los reglamentos técnicos y burocráticos, que coinciden con la
verificación de los requisitos funcionales con los que el objeto arquitectónico a
menudo anticipa la reflexión sobre el diseño. Y la representación del proyecto con
los programas de infografía, que generan perspectivas gráficas recreadas a partir
de simples datos volumétricos iniciales, con técnicas de maqueta que modelan – a
una escala más pequeña - el objeto arquitectónico que será producido, haciendo
uso de una realidad "aumentada" por estos softwares para llegar a la elaboración
de proyectos de ejecución. La organización del trabajo concreto del diseño
arquitectónico no consiste en una simple división de las tareas en la edificación,
sino que afecta directamente a la objetivación del trabajo abstracto de diseño de
empleados, pasantes y aprendices. La homologación del software a usar en los
estudios profesionales de arquitectura se basa en una santa trinidad informática: el
CAD ( diseño asistido por ordenador ), que uniformiza los procedimientos,
"creativo", el BIM ( Modelado de la información de la construcción ) que gestiona
los protocolos de la ejecución del proyecto, y el IPD ( Proyecto integrado final ),
que prevé la celebración de un contrato multilateral con la distribución de riesgos y
beneficios entre todas las partes implicadas, que inicialmente trabajan juntos para
definir una solución de diseño. Los procedimientos, los protocolos, el software
homologado han hecho perder definitivamente el aura del arquitecto
creativo, que se convierte más en un prestador de servicios o un gerente a cargo
de la producción del espacio urbano que en un "intelectual social" dedicado a la
composición arquitectónica de formas y tipos.
Notas:
[1] “Una araña ejecuta operaciones que semejan a las manipulaciones del tejedor, y la construcción de los
panales de las abejas podría avergonzar, por su perfección, a más de un maestro de obras. Pero, hay algo en
que el peor maestro de obras aventaja, desde luego, a la mejor abeja, y es el hecho de que, antes de ejecutar
la construcción, la proyecta en su cerebro”. Karl Marx, de Capital , Libro Primero, Einaudi, Torino, 1978 p.
216. (página 147 en la versión de El Capital en castellano referida)

[2] Hal Foster, The Art-Architecture Complex, Verso, London-New York, 2011, p. XII.

[3] Alessandro Del Puppo, L’arte contemporanea, Einaudi, Torino, 2013, p. 3.

[4] Manfredo Tafuri, Architettura e storiografia: una proposta di metodo, in «Arte Veneta», 1975, n. 29, p. 276.

[5] Walter Benjamin, Autore come produttore, in Avanguardia e Rivoluzione, Einaudi, Torino, 1973, p. 201.

[6] Manfredo Tafuri, Progetto e utopia, Laterza, Roma-Bari, 1973, p. 76.

[7] Manfredo Tafuri, Teorie e storia dell’architettura, Laterza, Roma-Bari, 1968, pp. 91-116.

[8] Marco Biraghi, L’architettura come mestiere.

[9] Marco Sullam, C’erano, una volta, gli studi, in AA.VV. Backstage. L’architettura come lavoro concreto,
Franco Angeli, Milano, 2016, pp. 167-171.

[10] Paolo Tombesi, More for Less: Architectural Labour and Design Productivity, in Peggy Deamer, The
Architect as Worker, Bloomsbury, 2015.

[11] Manfredo Tafuri, La sfera e il labirinto, Einaudi, Torino, 1980, p. 20.

[12] Karl Marx, Lineamenti fondamentali della critica dell’economia politica, vol. 1, La Nuova Italia, Firenze,
1978, pp. 280-81.

[13] Karl Marx, Il Capitale, Libro Primo, Einaudi, Torino, 1978, p. 71.

Felice Mometti

Filósofo e historiador de la arquitectura italiano, activo participante en los movimientos


sociales.

Fuente:
http://www.connessioniprecarie.org/2017/01/17/marx-tafuri-e-il-lavoro-astratto-in-
architettura/
Traducción:
G. Buster
Temática:
Arquitectura
Capitalismo contemporáneo
Marxismo
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