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UROLOGÍA
TEMA:
INFECCIONES BACTERIANAS DEL TRACTO
GENITOURINARIO
ESTUDIANTES:
MARIA DEL CISNE AGUILAR MOROCHO
ANGIE PAULETTE AGUILAR RIVERA
WILSON RICARDO ALBÁN LOAYZA
KENNET IVÁN RIOFRIO MORENO
GISELLA GABRIELA RIOFRIO RIOFRIO
NATHALY LORENA SANTANDER FEIJOO
CICLO:
9no “B”
DOCENTE:
DR. ALFONSO CONDOY COELLO
2019
INFECCIONES BACTERIANAS DEL TRACTO GENITOURINARIO
UROCULTIVO
La prueba de referencia para la identificación de uti es el cultivo cuantitativo de orina en
busca de bacterias específicas.
La orina debe recolectarse de un contenedor estéril y cultivarse de inmediato, después
de la recolección. Cuando esto no es posible, la orina puede almacenarse en el
refrigerador hasta por 24 horas. Luego se diluye la muestra y se dispersa por las placas
de cultivo. Cada bacteria forma una sola colonia en las placas. Se cuenta la cantidad de
colonias y se ajusta por mililitro de orina (cfu/ml). Puede resultar difícil definir las
cfu/ml que representan una infección con significancia clínica. Depende del método de
recolección, el género del paciente y el tipo de bacterias aisladas. Por tradición, se usa >
100 000 cfu/ml para excluir contaminación. Sin embargo, en los estudios se ha
demostrado con claridad que la uti con significancia clínica puede presentarse con < 100
000 cfu/ml bacterias en la orina.
Interpretación
1. Contaminación: < 10,000 UFC/ml
2. Sospecha de infección: 10,000 – 100,000 UFC/ml
3. Infección: > 100.000 UFC/ml
De acuerdo al método de recolección
1. Aspiración supra púbica: > 1,000 UFC/ml
2. Cateterismo vesical: > 10,000 UFC/ml
3. Chorro medio: > 100.000 UFC/ml (gram -) / > 10,000 UFC/ml (gram+)
El resultado del examen de urocultivo puede ser:
1. Negativo o normal cuando no se observa crecimiento de colonias bacterianas en
la orina en valores preocupantes;
2. Positivo cuando es posible identificar más de 100.000 colonias de bacterias. En
este caso, el resultado aún puede presentar el nombre de la bacteria y los
antibióticos eficaces o no en el tratamiento;
3. Falso positivo en situaciones en las que hay contaminación de la orina por otros
microorganismos, sangre o medicamentos;
4. Falso negativo si el individuo tiene un pH de la orina muy ácido, por debajo de
6, o está tomando algún antibiótico o diurético.
Se puede dudar del resultado si el número de colonias es inferior a 100.000, por lo que
puede ser necesario repetir el examen. Un resultado inferior a 10.000 colonias es
despreciable.
ANTIBIOTICOTERAPIA
Tetraciclina
Las tetraciclinas constituyen un grupo de antibióticos, unos naturales y otros obtenidos por
semisíntesis, que abarcan un amplio espectro en su actividad antimicrobiana. Químicamente son
derivados de la naftacenocarboxamida policíclic
DOSIS Adultos y niños de más de ocho años: 500 mg dos veces al día durante 7-10 días
NOMBRE COMERCIA :Tetraciclina genfar
Aminoglucosidos
GENTAMICINA:
RESENTACIÓN Crema Caja con un tubo con 30 g.
DOSIS Una capa de Crema debe ser aplicada tres o cuatro veces al día
PRESENTACIÓN Ampolleta de 120 mg en 1.5 ml, Ampolleta de 80 mg en 2 ml
DOSIS INTRAMUSCULAR
• Adultos: Infecciones graves y función renal normal es de 3 mg/kg/día C/8-12H
• Niños: 6 a 7.5 mg/kg/día (2.0 a 2.5 mg/kg administrados cada 8 horas).
AMIKACINA
PRESENTACIÓN
Ampolleta con 100 mg/2 ml y 500 mg/2 ml
DOSIS
• Dosis estándar para niños y adultos con función renal normal: 7.5 mg/kg de peso c/12
horas. 7-10 días.
• Niños y adultos con insuficiencia renal: 7.5 mg/kg de peso
ESTREPTOMICINA
PRESENTACIÓN
Macrolidos
ERITROMICINA
AZITROMICINA
DOSIS: Adultos 500 mg/dia x 3 dias
Niños : 10 mg/kg x 3 dias (única dosis/dia)
Quinolonas
CIPROFLOXACINO:
PRESENTACIONES:
SOLUION INYECTABLE: Frasco de vidrio y/o plástico con 200 mg/100 ml con
instructivo.
El ciprofloxacino se administra por vía oral a dosis de 250 a 750 mg cada 12 horas,
dependiendo de la indicación y la gravedad del padecimiento.
Caja con frasco ámpula O con bolsa estéril flexible conteniendo 400 mg/250 ml de
AVELOX®Solución inyectable.
DOSIS Y VÍA DE ADMINISTRACIÓN:
Dosis: La dosis recomendada de AVELOX® es de 400 mg cada 24 horas (250 ml de solución
intravenosa) para las indicaciones terapéuticas antes mencionadas. Ésta no debe excederse.
LEVOFLOXACINO
Nombre comercial. Adenasa
RESENTACIONES:
Cajas con 7, 14, 28, 30, 60 y 90 tabletas de 500 mg.
Caja con 1 contenedor flexible de 50 ml con 250 mg de levofloxacino en solución de dextrosa a
5% con o sin sistema de venoclisis
Cefalosporinas
Las cefalosporinas son antibióticos del grupo de los beta-lactámicos derivados
semisintéticos de la cefalosporina C. Al igual que las penicilinas actúan inhibiendo la
síntesis de la pared celular bacteriana. En la actualidad siguen siendo una gran
herramienta para el tratamiento de infecciones por gérmenes Gram positivos y Gram
negativos, sobre todo si son productores de beta-lactamasas, ya que estos antibióticos
han mostrado tener una buena resistencia a estas enzimas.( Las cefalosporinas no son
activas contra enterococos y L. monocytogenes)
CLASIFICACIÓN DE LA CEFALOSPORINAS
Las cefalosporinas pueden clasificarse en cuatro grupos importantes o generaciones,
según sea su principal espectro de actividad antimicrobiana.
CEFALOSPORINAS
cefoxitina
cefmetazol
cefotetán
cefotaxima
ceftazidima
ceftizoxima
ceftriaxona
cefixima
cefpodoxima
proxetilo
cefdinir
cefditorén pivoxilo
ceftibutén
moxalactam
4. Cefalosporina de Cuarta Generación
(anaerobios y pseudomonas): Las
cefalosporinas de cuarta generación de
incluyen el cefepime y el cefpirone -ambas
de administración parenteral- tienen un
extenso espectro de acción comparadas con las de tercera generación y tienen
una gran estabilidad contra Beta-lactamasas mediadas cromosomalmente y por
plásmidos, además de poca o ninguna capacidad para inducir la producción de
Beta-lactamasas tipo I. Tiene particular uso terapéutico en el tratamiento de
infecciones debidas a bacilos aerobios gram-negativos resistentes a
cefalosporinas de tercera generación con lo cual se logra su erradicación y tienen
mejor actividad contra algunos gram-positivos.[ CITATION Ber \l 12298 ]
CEFADROXILO
NOMBRE COMERCIAL: BIODROXIL
PRESENTACION: Capsulas 500mg
VÍA DE ADMINISTRACIÓN: Oral
DOSIS: Niños (40 kg): 30 a 50 mg/kg/día dividido en 1 o 2 dosis diarias.
Adultos: 1 g 1 o 2 veces al día.
NOMBRE COMERCIAL: CEFADROXILO ECUAQUIMICA
PRESENTACION: Frasco 60 ml 250/5 mg/ml
VÍA DE ADMINISTRACIÓN: Oral
DOSIS: Adultos: 1 a 2 g diarios, cada c/12 - 24 horas. Conveniente
administrar con las comidas. Niños: de 25 a 50 mg/kg de peso/día
dividido en dosis iguales cada 12 ó 24 horas. Tiempo de tratamiento: 7 a 10 días.
Viales: 750 mg
Dosis: Oral: 250 o 500 mg dos o tres veces por día, durante 10 días
Parenteral: 750 mg /8h
.Cefaclor
Presentación:
Suspensión: Frasco con polvo para 75 ml de suspensión oral de 125 mg/5 ml y 250
mg/5 ml.
Tabletas: 500 mg
Capsulas: 250 a 500 mg
Dosis
Vía Oral: Niños de 6 a 10 años de edad: Dosificación normal: 250 mg de cefaclor 2
veces al día.
Vía Oral: Jóvenes mayores de 10 años o adultos: Dosificación normal: 500 mg de
cefaclor 3 veces al día o cada 8 horas.
.- Cefotetan
CEFOTAXIMA
Presentación y dosis: Ampolletas con diluyente, 1.0 g/250 ml-4ml- 2g/10ml
500mg/2ml. es un antibiótico inyectable, por vía intravenosa.
Pacientes con función renal normal:
Adultos: En promedio 3 g/día que podrán ser aumentados hasta 12 g/día
según la gravedad de la infección.
En las infecciones urinarias la dosis promedio de 2 g/día puede ser
suficientes.
En meningitis la dosis promedio es de 6 g/día.
CEFTAZIDIMA
Presentación y dosis: Ampolletas con diluyente:
1.0 g/250 ml-4ml
2g/10ml
500mg/2ml
1 g y ampolleta con solvente., 1 g y ampolleta de 3 ml con diluyente, 0.500 g y
ampolleta de 2 ml con diluyente.500 mg con ampolleta con diluente con 2 ml 10
g sin diluyente. Niños, 50-100 mg/kg/día por vía I.V. repartidos en 2 a 4
aplicaciones..
CEFIXIME
Presentacion
Cápsulas de 200 mg
Dosis
Adultos y niños > 50 kg: 400 mg por vía oral por día dividido cada 12-24 horas.
CEFTAZIDIMA
PRESENTACION
Ámpula de 1g y ampolleta de 3ml
DOSIS
IM o IV 1 g/ 8horas.
CEFALOSPORINAS DE CUARTA
GENERACIÓN
CEFEPIME
PRESENTACION
DOSIS
La dosis y la vía de administración varían según la sensibilidad del microorganismo causante, la
severidad de la infección, la función renal y la condición general del paciente.
Clasificación de NIDDK/NIH
Factores de Riesgo
Los pacientes con prostatitis bacteriana aguda suelen presentarse con un inicio abrupto
de síntomas constitucionales como fiebre, escalofríos, malestar general, artralgia,
lumbalgia, dolor rectal o perineal. Se acompaña también de síntomas urinarios como
tenesmo vesical, polaquiuria, disuria, retención urinaria por la inflamación de la
próstata. La exploración rectal digital se debe
realizar con precaución ya que ante este examen
físico se puede encontrar glándulas dolorosas a la
palpación, hipertróficas, irregulares y cálidas.
Diagnóstico
El cultivo de orina nos permitirá identificar el agente causal, mientras que el cultivo del
expresado prostático (antes y después del masaje prostático) contiene leucocitos con
macrófagos cargados de lípidos. Cabe recalcar que el masaje prostático no es muy
recomendado ya que la próstata se encuentra dolorosa a la palpación o puede conllevar a
una bacteriemia.(3)
Tratamiento
Tratamiento empírico:
- Ceftazidima 2 g iv o im c/día
- Piperacilina+tazobactam 4 g iv c/8hrs
Tiene un inicio insidioso (> 3 meses), por infección de vías urinarias recurrentes y
recidivantes, causada por la persistencia del agente causal en el líquido prostático a
pesar del tratamiento con antibióticos. Se caracteriza por presentar cultivos positivos de
la secreción prostática y urocultivos negativos. Representa del 5 % al 10% de las
prostatitis.(4)
Etiología
Los patógenos son los mismos que en las
prostatitis agudas, siendo el más frecuente
el E. Coli y los grampositivos como el
Staphylococcus Aureus, Streptococo
faecalis y el Enterococo.
Clínica
La mayoría de los pacientes suelen presentarse con disuria, tenesmo vesical,
polaquiuria, nicturia, chorro débil y lumbalgia o dolor perineal. En cuanto al tacto rectal
la próstata puede estar de tamaño normal o ser muy dolorosa a la palpación, los cálculos
prostáticos rara vez son palpables en el examen de la próstata porque generalmente se
encuentran en las profundidades de la glándula prostática. Si los cálculos son palpables,
son una pista significativa de la causa de las recurrencias, ya que pueden ser un foco
para la infección.
Diagnóstico
1. Preparación
- Requerir que el paciente tenga la vejiga llena
- Retraer el prepucio
- Limpiar el glande con jabón y agua o povidona iodada.
2. Recolección
- Recolectar los primeros 10 ml orinados
- Descartar los siguientes 100 ml
- Recolectar los siguientes 10 ml orinados
- Masajear la próstata y recolectar el expresado de la próstata (EPS)
- Recolectar los primeros 10 ml orinados después del masaje(VB3)
- Cultivar de inmediato y explorar al microscopio toda la muestra
3. Interpretación
- Todas las muestras <103 CFU/ml sin prostatitis bacteriana
- VB3 o EPS >10 x CFU de VB3 prostatitis bacteriana crónica
- VB3 >otras muestras uretritis o contaminación de la muestra
- Todas las muestras > 103 CFU/ml Tratar y repetir la prueba
Tratamiento
Analgésicos
Quinolonas
Ampicilina 2g iv c/ 6 horas
1. PIELONEFRITIS AGUDA
La pielonefritis aguda se define como inflamación del riñón y la pelvis renal, y su
diagnóstico suele hacerse por medios clínicos.
a) Presentación y datos
Los pacientes con pielonefritis aguda se presentan con escalofríos, fiebre y dolor a la
palpación en el ángulo costovertebral. A menudo tienen síntomas acompañantes en las
vías inferiores como disuria, tenesmo vesical y polaquiuria.
Puede ocurrir septicemia, y 20 a 30% de todas las septicemias sistémicas se deben a
infección urinaria. Por lo general, el análisis de orina muestra la presencia de leucocitos
y eritrocitos en la orina. La leucocitosis, la mayor sedimentación eritrocítica y las
concentraciones elevadas de proteínas C reactivas suelen verse en el análisis sanguíneo.
Las bacterias se cultivan a partir de la orina cuando el cultivo se obtiene antes de que se
instituya el tratamiento con antibióticos.
E. coli es el organismo causante más común, responsable de 80% de los casos.
Klebsiella, Proteus, Enterobacter, Seudomonas, Serratia y Citrobacter spp son
responsables de los casos restantes. Entre las bacterias grampositivas, Streptococcus
faecalis y S. aureus pueden ser causas importantes de pielonefritis. En mujeres en edad
reproductiva, la actividad sexual y los antecedentes del paciente y la familia de uti se
relacionan con mayor riesgo de desarrollo de pielonefritis. La diabetes y la
incontinencia urinaria también aumentan este riesgo de manera independiente.
b) Imagenología radiográfica
La tomografía computarizada (ct) mejorada por contraste puede demostrar con
exactitud datos que confirman el diagnóstico de pielonefritis. La infección bacteriana
aguda causa constricción de arteriolas periférica y reduce la perfusión de los segmentos
renales afectados. Los defectos de la perfusión, que pueden ser segmentarios,
multifocales o difusos, se ven como áreas de densidad de señal reducida. La hipertrofia
renal, el parénquima atenuado y un sistema colector comprimido son otros datos
característicos en las ct. Sin embargo, la ct no es necesaria a menos que el diagnóstico
sea poco claro o que el paciente no esté respondiendo al tratamiento. La gammagrafía
con 99mTc-ácido dimercaptosuccínico tiene una sensibilidad similar en la detección de
defectos de perfusión de la pielonefritis. En pacientes con pielonefritis aguda renal, la
ecografía es importante para descartar obstrucción concomitante de las vías urinarias,
pero no puede detectar la inflamación o la infección renal de manera confiable.
c) Tratamiento
El tratamiento de la pielonefritis aguda depende de la gravedad de la infección. En
pacientes que padecen toxicidad debido a septicemia relacionada, la hospitalización es
lo indicado. De 10 a 30% de todos los pacientes adultos con pielonefritis aguda
requieren hospitalización, con una incidencia de 11.7 por cada 10 000 mujeres y 2.4 por
cada 10 000 hombres.
El tratamiento empírico con ampicilina intravenosa y aminoglucósidos es efectivo
contra un amplio rango de uropatógenos, incluidos enterococos y especies de
Pseudomonas.
Como opción, puede usarse la amoxicilina con ácido clavulánico o una cefalosporina de
tercera generación. En un estudio reciente de uti adquiridas en la comunidad en niños
hospitalizados en un centro terciario, se observó que 40% de las uti confirmadas con
cultivo fueron causadas por patógenos diferentes de E. coli. Las infecciones que no se
deben a E. coli fueron las que se encontraron con más frecuencia en hombres que tenían
anomalías renales y que habían recibido tratamiento con antibióticos en el mes anterior.
Los uropatógenos diferentes de E. coli fueron con frecuencia resistentes a las
cefalosporinas y los aminoglucósidos. A casi 19% de los pacientes se les trató al
principio con antibióticos intravenosos empíricos inapropiados. La fiebre por
pielonefritis aguda puede persistir durante varios días a pesar de un tratamiento
apropiado. El tratamiento parenteral debe mantenerse hasta que ceda la fiebre en el
paciente. Si hay bacteremia presente, el tratamiento parenteral debe continuarse por 7 a
10 días adicionales y luego debe cambiarse al tratamiento oral durante 10 a 14 días. En
los pacientes que no padecen una enfermedad grave, el tratamiento de pacientes
externos con antibióticos orales es inapropiado. En el caso de adultos, el tratamiento con
fluoroquinolonas o tmp–smx es bien tolerado y efectivo.
El tratamiento debe continuar por 10 a 14 días. Algunos pacientes en quienes se
desarrolla pielonefritis aguda requieren exploración radiológica de seguimiento como
cistouretrografía o cistoscopia de micción.
2. PIELONEFRITIS ENFISEMATOSA
La pielonefritis enfisematosa es una infección necrotizante caracterizada por la
presencia de gas dentro del parénquima renal o el tejido perinéfrico. De 80 a 90% de los
pacientes con pielonefritis enfisematosa tienen diabetes; el resto de los casos están
relacionados con obstrucción de las vías urinarias con cálculos o necrosis papilar.
a) Presentación y datos
Los pacientes con pielonefritis enfisematosa se presentan con fiebre, dolor en la fosa
renal y vómito que no responde al tratamiento inicial con antibióticos parenterales.
Puede haber neumaturia. Las bacterias que se cultivan con más frecuencia en la orina
son E. coli, Klebsiella pneumoniae y Enterobacter cloacae.
b) Imagenología radiográfica
El diagnóstico de pielonefritis enfisematosa se hace después de exploración
radiográfica. El gas que se encuentra sobre el riñón afectado puede verse en una
radiografía abdominal simple (riñones, uréteres, vejiga). La ct es mucho más sensitiva
en la d etección de la presencia de gas en el parénquima renal que la ecografía renal.
c) Tratamiento
En el tratamiento de la pielonefritis enfisematosa, el control inmediato de la glucosa en
sangre y el alivio de la obstrucción urinaria son esenciales, además de la reanimación
con líquidos y los antibióticos parenterales. El índice de mortalidad es de 11 a 54%
(Michaeli, et al., 1984). Entre los factores para un mal pronóstico se incluyen
concentración elevada decreatinina sérica, trombocitopenia y presencia de líquido renal,
perirrenal, o ambos, en relación con un patrón de gas efervescente, loculado, o ambos, o
de gas en el sistema colector. En combinación con el tratamiento médico, el drenado
percutáneo, al parecer, es útil para acelerar la resolución de la infección y reducir al
máximo la morbididad y mortalidad de la infección. Es posible que se requiera
nefrectomía, si no hay función en el riñón afectado. Por lo general, se necesita de 3 a 4
semanas de antibióticos parenterales.
3. PIELONEFRITIS CRÓNICA
La pielonefritis crónica es resultado de infección renal repetida, que lleva a
cicatrización, atrofia del riñón y posterior insuficiencia renal. El diagnóstico se hace
mediante exploración radiológica o patológica en lugar de la presentación clínica.
a) Presentación y datos
Muchos individuos con pielonefritis crónica no presentan síntomas, pero pueden tener
antecedentes de uti frecuentes.
En niños, hay una fuerte correlación entre cicatrización renal y uti recurrentes. Al
parecer, el riñón en desarrollo es muy susceptible a daño, y esta susceptibilidad depende
de la edad. La cicatrización renal inducida por uti es rara en riñones adultos. Debido a
que los pacientes con pielonefritis crónica suelen carecer de síntomas, el diagnóstico es
incidental cuando se inicia la investigación radiológica para evaluar las complicaciones
relacionadas con insuficiencia renal, como hipertensión, trastornos visuales, cefalea,
fatiga y poliuria. En estos pacientes, el análisis de orina puede mostrar leucocitos o
proteinuria, pero es probable que resulte normal. Las concentraciones de creatinina
sérica revelan la gravedad del trastorno renal. Los urocultivos sólo son positivos cuando
hay una infección activa.
b) Imagenología radiográfica
La pielografía intravenosa o la ct pueden mostrar con rapidez un riñón pequeño y
atrófico en el lado afectado. La cicatrización renal burda y focal, con abultamiento del
cáliz subyacente, resulta característica. De igual manera, la ecografía puede mostrar
estos datos. El ácido dimercaptosuccínico (dmsa) es la mejor modalidad de
Imagenología para localizar cicatrización renal. Las áreas de cicatrización pueden verse
como fotopénicas.
c) Tratamiento
El tratamiento de la pielonefritis
crónica está un poco limitado porque el daño renal en que se incurre por este
padecimiento es irreversible. La eliminación de uti recurrentes y la identificación y
corrección de cualquier problema urinario anatómico o funcional, como obstrucción o
urolitiasis, puede evitar daño renal adicional. En niños, la evaluación en busca de reflujo
vesicoureteral con una cistouretrografía de micción es importante para eliminar un
factor de riesgo de pielonefritis recurrente y cicatrización renal. Tal vez se requiera el
uso a largo plazo de tratamiento con antibióticos profilácticos continuos para limitar las
uti recurrentes y la cicatrización renal. En raras ocasiones, llega a necesitarse la
extirpación del riñón afectado, debido a hipertensión o a la presencia de una gran carga
de cálculos en un riñón que no funciona.
4. ABSCESOS RENALES
Los abscesos renales son resultado de una fuerte infección que lleva a licuefacción del
tejido renal; esta área queda secuestrada más adelante, formando un absceso. Pueden
romperse en el espacio perinéfrico, formando abcesos perinéfricos. Cuando los abscesos
se extienden más allá de la fascia de Gerota, se desarrollan abcesos paranéfricos. La
mayor parte de los abscesos renales y perinéfricos son resultado de dispersión
hematógena de estafilococos, sobre todo a partir de lesiones infectadas en la piel. Los
pacientes con diabetes, sometidos a hemodiálisis, o quienes abusan de drogas intra-
venosas, están en alto riesgo de desplegar abscesos renales.
Con el desarrollo de antibióticos efectivos y un mejor tratamiento de enfermedades
como diabetes e insuficiencia renal, los abscesos renales y perinéfricos debidos a
bacterias gram positivas son menos prevalentes; los causados por E. coli o especies de
Proteus se están volviendo más comunes. Es probable que los abscesos que se forman
en la corteza renal surjan de la dispersión hematógena, mientras que los que se
encuentran en la unión corticomedular son causados por bacterias gramnegativas junto
con algunas otras anomalías de las vías urinarias, como cálculos u obstrucción.
a) Presentación y datos
Los síntomas de presentación más comunes en pacientes con abscesos renales o
perinéfricos son fiebre, dolor en la fosa renal o el abdomen, escalofríos y disuria.
Muchos de los síntomas han durado más de dos semanas. Es posible palpar una masa en
el flanco en algunos pacientes. Por lo general, el análisis de orina muestra leucocitos;
sin embargo, puede ser normal en casi 25% de los casos. Los urocultivos sólo
identifican los organismos causantes en casi una tercera parte de los casos y los
hemocultivos en sólo la mitad de ellos
.
b) Imagenología radiográfica
Es posible detectar con exactitud los abscesos renales
mediante ecografía o ct. Hay un amplio rango de datos
ecográficos que van desde una masa anecoica dentro
del riñón o que desplaza a éste hasta un depósito de
líquido ecogénico que tiende a mezclarse con la grasa
ecogénica dentro de la fascia de Gerota. Con una
sensitividad elevada, las ct pueden mostrar un riñón
hipertrofiado con áreas focales de hipoatenuación en una etapa temprana durante el
curso de la infección. Una vez que se forma la pared inflamatoria alrededor del depósito
de líquido, el absceso aparece como una masa con un anillo de realce de contraste, el
signo del “anillo”. Las ct también pueden mostrar engrosamiento de la fascia de Gerota,
disposición en silla de montar de la grasa perinéfrica u obliteración de los planos de
tejido suave circundantes. La pielografía intravenosa y los análisis de riñones, uréter y
vejiga son menos sensitivos para detectar los abscesos renales y perinéfricos, y los
resultados son normales en casi 20% de los casos.
c) Tratamiento
El tratamiento apropiado del absceso renal debe incluir antibióticos apropiados. Debido
a que suele ser muy difícil identificar los microorganismos causantes correctos a partir
de la orina o la sangre, suele recomendarse el tratamiento empírico con antibióticos de
amplio espectro (ampicilina o vancomicina junto con un aminoglucósido o una
cefalosporina de tercera generación). Si el paciente no responde a las 48 horas de
iniciado el tratamiento, lo indicado es el drenado percutáneo bajo guía de ct o ecografía.
El líquido drenado debe cultivarse en busca de los organismos causantes. Si el absceso
aún no se resuelve, tal vez sea necesario el drenado quirúrgico abierto o la nefrectomía.
La obtención de imágenes de seguimiento es necesaria para confirmar la resolución de
los abscesos. Esos pacientes también requieren evaluación en busca de anomalías de las
vías urinarias, como cálculos u obstrucción, después de que se ha resuelto la infección.
5. PIELONEFRITIS XANTOGRANULOMATOSA
La pielonefritis xantogranulomatosa (xgp) es una forma de infección bacteriana crónica
del riñón. El riñón afectado se muestra casi siempre hidronefrótico y obstruido.
En la mayor parte de los casos, la xgp ocurre de manera unilateral. Una fuerte
inflamación y necrosis obliteran el parénquima renal. De forma característica, se
encuentran presentes histiocitos cargados con lípidos esponjosos (células xantomatosas)
y pueden confundirse con adenocarcinoma renal.
a) Presentación y datos
Los pacientes con xgp suelen presentarse con dolor en la fosa renal, fiebre, escalofríos y
bacteriuria persistente.
Antecedentes de urolitiasis están presentes en casi 35% de los pacientes. En la
exploración física, a menudo puede palparse una masa en el flanco. Por lo general, el
análisis de orina muestra leucocitos y proteínas. El análisis de suero sanguíneo revela
anemia y puede mostrar disfunción hepática en casi 50% de los pacientes. Debido a que,
en esencia, la xgp ocurre de manera unilateral, no suele verse azoemia o insuficiencia
renal (Goodman, et al., 1979). E. coli o especies de Proteus suelen cultivarse de la orina.
Sin embargo, no crecen en la orina de una tercera parte de los pacientes con xgp, tal vez
porque han recibido tratamiento reciente con antibióticos.
Casi 10% de los pacientes con xgp tienen microorganismos combinados o bacterias
anaerobias en su orina. El cultivo del tejido renal afectado puede identificar de manera
confiable los microorganismos causantes.
b) Imagenología radiográfica
La ct es el método más confiable de imagenología para
pacientes en quienes se sospecha xgp. Suelen mostrar una
masa heterogénea, reniforme. El parénquima renal suele
marcarse con diversas lesiones de la densidad del agua, lo que
representa cálices dilatados o abscesos. En imágenes con
realce por contraste, estas lesiones tienen un enrojecimiento
periférico prominente, mientras que las áreas centrales, que
están llenas de pus y desechos, no se realzan. También puede
verse un área de calcificación central rodeada por una pelvis
contraída. Es posible observar que el proceso inflamatorio se extiende a la grasa
perinéfrica, el retroperitoneo y órganos adyacentes como el músculo psoas, el bazo, el
colon o los grandes vasos. Debido a la relación entre urolitiasis y xgp renal, pueden
verse cálculos. La ecografía renal también puede usarse en la realización de imágenes
en pacientes con xgp; suele revelar un riñón hipertrófico con un área ecogénica central
grande y un parénquima anecoico. Sin embargo, la ecografía no proporciona detalles
anatómicos comparables con los obtenidos de ct. No resulta poco común para xgp que
se diagnostique por error como un tumor renal debido a sus aspectos similares en la
imagen radiológica.
c) Tratamiento
El tratamiento de xgp es dependiente de un diagnóstico exacto. En algunos casos, la xgp
se diagnostica por error como un tumor renal. Se realiza una nefrectomía y se hace un
diagnóstico a partir de la patología. En las personas en quienes se sospecha el
diagnóstico de xgp, lo indicado es una cirugía que preserva el riñón, como una
nefrectomía parcial. Sin embargo, cuando la infección resulta extensa, lo adecuado es
una nefrectomía con escisión de todo el tejido afectado. Se han reportado casos de
tratamiento de xgp sólo con antibióticos o en combinación con drenado percutáneo; sin
embargo, no es probable que estos tratamientos resulten curativos en la mayoría de los
pacientes, y pueden llevar a complicaciones como fístulas renocutáneas.
PIONEFROSIS
Pionefrosis alude a una infección bacteriana de un riñón hidro nefrótico, obstruido, que
lleva a destrucción supurante del parénquima renal y a posible pérdida de la función del
riñón. Es una colección purulenta que se desarrolla dentro de la vía excretora obstruida
y contaminada por un germen.
ETIOPATOGENIA
Desde este punto de vista debemos considerar dos tipos de pionefrosis: la infección
secundaria de una hidronefrosis preexistente, y la transformación purulenta de una
pielonefritis previa, generalmente en relación con algún estado patológico obstructivo.
En el primer caso, lo que prima inicialmente es la obstrucción y a la estasis urinaria que
determina, ya que la infección es un proceso sobreañadido posteriormente
(hidronefrosis infectada). En el segundo caso, existe un proceso infeccioso previo, que
se complica después por la retención purulenta producida a consecuencia de drenaje
deficiente, el que puede estar determinado por cualquier factor obstructivo que se añade
a la pielonefritis preexistente.
CUADRO CLINICO
Es compartido con la pielonefritis aguda. Debe considerarse la pionefrosis abierta y la
pionefrosis cerrada:
Síntomas Generales:
Dolor Lumbar mantenido y gravativo, pocas veces intenso, con ligera irradiación
hacia el flanco y fosa ilíaca correspondiente y que puede agudizarse por la
retención del contenido purulento
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico positivo se lleva a cabo valorando los datos siguientes: el antecedente de
la afección renal previa; los síntomas referidos de fiebre elevada, dolor lumbar y orinas
turbias con el sedimento característico; los signos encontrados durante el examen físico,
riñón palpable y doloroso, fundamentalmente, así como alteraciones radiográficas que
se descubren mediante el examen simple y contrastado del tracto urinario. En el examen
simple se comprueba un aumento de volumen del riñón, así como la posible existencia
de cálculos renales o ureterales . Igualmente, puede observarse un borramiento del
contorno renal, así como del músculo psoas. En los negativos radiográficos de
eliminación o contrastados se evidencia la deficiencia funcional del riñón afectado, y se
constata en muchos casos la ausencia total de eliminación del contraste.
Pueden obtenerse imágenes con ecografía renal para diagnosticar pionefrosis de manera
expedita. Entre los datos ecográficos se incluyen ecos persistentes en la parte inferior
del sistema colecto, cantidad de líquidos – desechos con ecos dependientes que se
desplazan con cambios en la posición, ecos fuertes con sombras acústicas del aire en el
sistema colector y ecos débiles a través de un sistema colector dilatado. También pueden
identificarse cálculos renales o ureterales en la ecografía.
EVOLUCIÓN Y COMPLICACIONES
CISTITIS AGUDA
Alude a infección de las vías urinarias inferiores, sobre todo vejiga. Afecta con mayor
frecuencia a las mujeres en relación con los hombres. El modo primario de infección es
ascendente a partir de la flora peri uretral, vaginal, fecal, o cualquier combinación de
ellas.
ANATOMIA PATOLOGICA
La cistitis es, por regla general, una inflamación superficial de la pared vesical,
caracterizada por la aparición de un infiltrado inflamatorio, edema e hiperemia de la
mucosa. Si la infección progresa, pueden aparecer hemorragias focales o difusas y
exudado purulento.
ETIOLOGIA
E. coli es el microorganismo causal de más del 80% de las IVU no complicadas. Otras
bacterias gram negativas (Klebsiella y Proteus spp.) y gram positivas (S. saprophyticus
y enterococos) son patógenos poco comunes. Diabetes y antecedentes de por vida de
UTI son factores de riesgo para cistitis aguda.
PATOGENIA
En condiciones normales la orina y las vías urinarias son estériles. Solo la uretra distal
esta colonizada por flora cutánea y/o vaginal constituida por Staphylococcus coagulasa-
negativa, difteroides, estreptococos del grupo viridans y Lactobacillus. Ocasionalmente,
y de forma transitoria, puede encontrarse un escaso número de Escherichia coli o de
otras enterobacterias. La mayoría de los episodios de IVU se preceden de la
colonización peri uretral significativa por estos microorganismos. Varios factores
capaces de reducir la población de Lactobacillus de la flora vaginal temporal o
permanentemente, tales como el empleo de cremas espermicidas que contienen
nonoxinol 9, el tratamiento con antibióticos y la falta de estrógenos en la mujer
posmenopáusica, facilitan la aparición de E. coli en la flora vaginal. En el varón, la falta
de circuncisión, el coito anal y, ocasionalmente, el coito con una mujer colonizada por
una cepa de E. coli uro patógena pueden originar la colonización de la uretra distal.
A partir del meato urinario los microorganismos pueden ascender a la vejiga. La uretra
femenina es corta y el paso de microorganismos al interior de la vejiga es
probablemente un fenómeno frecuente, en especial durante el coito. En cambio, en el
varón, la mayor longitud de la uretra y la presencia de una sal de cinc con actividad
antibacteriana, secretada por la próstata normal, evita el ascenso espontaneo de
microorganismos a través de la uretra. En el varón, la cistitis obedece con frecuencia a
la manipulación instrumental de la uretra o a la existencia de una prostatitis crónica o de
una anomalía urológica anatómica o funcional. Una vez los microorganismos han
alcanzado la vejiga, el posterior desarrollo de infección esta en relación con la densidad
de población bacteriana presente en la orina y los factores de virulencia del
microorganismo (especialmente, con su capacidad de adherirse al urotelio).
CUADRO CLINICO
DIAGNÓSTICO
DIAGNOSTICO DIFERENCIAL
TRATAMIENTO
Tratamiento Sintomático
El cuadro clínico debe responder en las primeras 48 hrs. posterior al inicio del
antibiótico. La disuria disminuye apenas unas horas después. Sin embargo, en pacientes
con disuria grave puedes indicar un analgésico urinario como la fenazopiridina c. 8 hrs.
por razón necesaria por dos días. Este último fármaco no debe usarse de manera crónica
ya que puede enmascarar el cuadro clínico.
PROSTATITIS GRANULOMATOSA
La prostatitis granulomatosa es una forma poco común de prostatitis. Puede ser
resultado de infección bacteriana, vírica o micótica, uso de tratamiento con bacilos de
Calmette-Guérin, malacoplaquia o enfermedades granulomatosas sistémicas que afectan
la próstata. Dos terceras partes de los casos no tienen una causa específica. Hay dos
formas distintivas de prostatitis granulomatosa no específica: no eosinofílica y
eosinofílica. La primera representa una respuesta anormal del tejido a líquido prostático
extravasado. La segunda es una respuesta más aguda, alérgica de la próstata a algún
antígeno desconocido.
a) Presentación y datos
Los pacientes con prostatitis granulomatosa a menudo se presentan con fiebre,
escalofríos y síntomas de micción obstructiva, irritante, o ambas. Algunos pueden
mostrar retención urinaria. Los pacientes con prostatitis granulomatosa eosinofílica
tienen enfermedad grave y fiebre elevada. La exploración rectal digital en pacientes con
prostatitis granulomatosa muestra una próstata dura, indurada y fija, que es difícil de
distinguir del carcinoma prostático. El análisis de orina y el urocultivo no muestran
evidencia de infección bacteriana. El análisis de suero sanguíneo por lo general muestra
leucocitosis; a menudo se ve una marcada eosinofilia en pacientes con prostatitis
granulomatosa eosinofílica. El diagnóstico se hace después de la biopsia de la próstata.
b) Tratamiento
Algunos pacientes responden al tratamiento con antibióticos, corticosteroides y drenado
temporal de la vejiga. Quienes tienen prostatitis granulomatosa eosinofílica responden
de manera notable a los corticosteroides.
Tal vez sea necesaria la resección transuretral de la próstata en pacientes que no
responden al tratamiento y tienen obstrucción significativa de las vías de salida.
ABSCESO PROSTÁTICO
Casi todos los casos de absceso prostático se deben a complicación de prostatitis
bacteriana aguda tratados de manera inadecuada o inapropiada. Los abscesos prostáticos
suelen verse en pacientes con diabetes; quienes reciben diálisis crónica; o pacientes con
inmunodepresión, sometidos a instrumentación uretral o que tienen sondas permanentes
crónicas.
a) Presentación y datos
Los pacientes con absceso prostático se presentan con síntomas similares a los de la
prostatitis bacteriana aguda. Por lo general, a esos pacientes se les trató antes por
prostatitis bacteriana aguda y tuvieron una buena respuesta inicial al tratamiento con
antibióticos. Sin embargo, sus síntomas recurrieron durante el tratamiento, lo que
sugiere el desarrollo de abscesos prostáticos. A la exploración rectal digital, la próstata
suele ser dolorosa a la palpación y estar inflamada. La fluctuación sólo se ve en 16% de
los pacientes con absceso prostático.
b) Imagenología radiológica
Las imágenes de ecografía transrectal o la ct pélvica son fundamentales para el
diagnóstico y el tratamiento.
c) Tratamiento
Se requiere tratamiento con antibióticos, junto con drenado del absceso. La ecografía
transrectal o la ct pueden usarse para el drenado transrectal directo del absceso. La
resección transuretral y el drenado pueden ser necesarios si el drenado transrectal es
inadecuado. Cuandose hace el diagnóstico apropiado y se tratan, casi todos los abscesos
prostáticos se resuelven sin secuelas significativas.
EPIDIDIMITIS, ORQUITIS O AMBAS
1. CAUSAS DE EPIDIDIMITIS Y ORQUITIS
Con más frecuencia, la infección e inflamación del epidídimo se deben a infección
ascendente a partir las vías urinarias inferiores. La infección en el epidídimo puede
dispersarse para abarcar los testículos. La mayor parte de los casos de epididimitis,
orquitis, o ambas, en el hombre menor de 35 años se debe a microorganismos que se
transmiten por vía sexual (N. gonorrhoeae y C. trachomatis); las que se presentan en
niños y hombres de edad avanzada se deben a patógenos urinarios como E. coli. Otra
causa de epididimitis, orquitis, o ambas, en niños pequeños es una reacción inflamatoria
posterior a la infección por patógenos como neumonía por micoplasma, enterovirus y
adenovirus, que suele seguir un curso más benigno. En hombres homosexuales que
practican el sexo anal, E. coli y otras bacterias son microorganismos causantes
comunes.
a) Presentación y datos
Los pacientes con epididimitis, orquitis, o ambas, se presentan con fuerte dolor escrotal,
que puede irradiar a la ingle o la fosa renal. Pueden desarrollarse con rapidez
agrandamiento del escroto debido a la inflamación del epidídimo, el testículo o ambos,
o a un hidrocele reactivo. Otros síntomas de uretritis, cistitis o prostatitis pueden
presentarse antes del inicio del dolor escrotal, o ser simultáneos con éste. En la
exploración física, se presenta un escroto agrandado y enrojecido, y a menudo resulta
difícil distinguir el epidídimo del testículo durante la infección aguda. En ocasiones, se
palpa un cordón espermático engrosado. Por lo general, el análisis de orina muestra
leucocitos y bacterias en la orina, o secreción uretral. El análisis de suero sanguíneo a
menudo revela leucocitosis.
b) Imagenología radiológica
Con frecuencia es difícil distinguir la epididimitis de la torsión testicular aguda con base
sólo en los antecedentes y la exploración física. La ecografía Doppler escrotal o la
gammagrafía pueden usarse para confirmar el diagnóstico. La presencia de flujo
sanguíneo en el testículo en la ecografía Doppler o la absorción de los trazadores en el
centro del testículo en la gammagrafía descartan la torsión. En la ecografía escrotal, los
pacientes con epididimitis, orquitis o ambas, suelen tener un epidídimo agrandado o
testículo con aumento en la circulación sanguínea. También es posible ver una hidrocele
reactiva. Los niños prepúberes a los que se les diagnostica epididimitis requieren
investigación radiológica en busca de anomalías de las vías urinarias, como reflujo o
ectopia ureteral. A los niños pospúberes a quienes se les diagnostica epididimitis debe
educárseles acerca de las enfermedades de transmisión sexual y las prácticas sexuales
seguras.
c) Tratamiento
El tratamiento con antibióticos orales se dirige contra microorganismos causantes
específicos, como se mencionó en las secciones anteriores sobre uretritis y uti. Además,
el descanso en cama, la elevación escrotal y el uso de fármacos antiinflamatorios no
esteroideos es útil para reducir la duración de los síntomas. En pacientes con
epididimitis, orquitis o ambas, causadas por microorganismos transmitidos por vía
sexual, se recomienda el tratamiento de sus parejas sexuales para evitar la reinfección.
En el caso de pacientes con septicemia o infección fuerte, tal vez se necesite
hospitalización y tratamiento parenteral con antibióticos. El drenado abierto está
indicado en casos en que se desarrolla un absceso. En ocasiones, pacientes con
epididimitis crónica y recidivante, además de dolor escrotal, pueden requerir
epididimectomía, orquiectomía o ambas, para aliviar los síntomas.
BIBLIOGRAFÍA
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