cosmovisión, esto es, una nueva mirada hacia el espacio de lo político desde el punto de vista de la ontología ecológica. Esta nueva mirada de lo ya existente en el territorio del poder político se irá traduciendo en muchas cosas y una de ellas necesariamente adoptará la forma del programa. Un modelo ecológico de sistema juridico-politico. Este sistema se caracterizará por lo siguiente: • por ser un sistema de poder mínimo y, por ello, adecuado a la vida. • por ser una técnica de tutela idónea para minimizar la violencia sobre el entorno y entre la especie y por ser un sistema adecuado para maximizar la libertad. • como un sistema de límites impuestos al mercado y a los poderes públicos para la garantía de los derechos e intereses del ciudadano. La ecología política y el Estado de derecho. El modelo de la Ecología política no designa simplemente a un Estado legal o cuyos poderes estén regulados en su interacción por leyes, sino a un modelo de Estado caracterizado por cumplir además un segundo requisito sustancial: que sus poderes estén orientados exclusivamente hacia la garantía de los derechos fundamentales de los ciudadanos. Lo cual se traduce en dos deberes: 1. El deber de no lesionar ni los derechos de libertad ni el entorno. 2. El deber de satisfacer los derechos sociales y mejorar el entorno. La ecología como pacto por la vida. La principal regla del nuevo pacto social no sería que sobre todo se puede decidir por mayoría o que sobre la vida sólo se puede decidir por mayoría, sino que sobre la vida no se puede decidir o no decidir ni siquiera por mayoría. De manera que el país más democrático del planeta no será legítimo desde el punto de vista ecológico si en ella el poder del pueblo puede romper los límites del equilibrio ecológico. La consideración del equilibrio ecológico como cosa sagrada sobre la que no se puede decidir es la aportación principal de la Ecología política a la teoría del Estado. La ecología y los derechos humanos. La innovación constitucional que propone la Ecología política consiste en la incorporación al catálogo de los derechos humanos y, por tanto, al catálogo de los correspondientes deberes del Estado, de los derechos del tiempo: los derechos del pasado, los derechos de los seres vivos y los derechos de las generaciones venideras. Con esta estipulación constitucional de los deberes ecológicos del Estado y de los límites ecológicos al mercado, los derechos del tiempo devendrán derechos Inviolables. La ecología y el capital. El pacto social, visto como un pacto por la vida, necesariamente tendrá que excluir al capital, la razón es que el eje del nuevo pacto social es la vida y sus claúsulas dirán que no todo es transferible en el mercado, que no sobre todo se puede decidir, que no siempre se puede crecer, que no todo es apropiable. Por tanto, no puede ser la propiedad transferible sin límite, sino la vida limitada por el tiempo la que rija el nuevo pacto. Y, por tanto, sujeto de este pacto no es el que posee recursos que transfiere sino el que vive. Democracia formal y sustancial. La democracia formal será aquella que se refiere a las formas y procedimientos adecuados que garantizan que las decisiones producidas sean expresión de la voluntad popular. La democracia sustancial, será aquella democracia formal como razón social la garantía de los derechos primarios de libertad y de los derechos sociales. La ecología y la democracia.
La ecología se va a identificar con la
democracia sustancial, debido a que busca por una parte que se garantice el respeto a la vida (derecho primario de libertad) así como las acciones necesarias para restituir el medio ambiente en donde se desarrolla esa vida. Los bienes fundamentales. Luigi Ferrajoli llama bienes fundamentales a todos aquellos garantizados a todos como objetos de derechos fundamentales: desde los bienes comunes, como el aire y los demás bienes del patrimonio ecológico de la humanidad, y los bienes personalísimos, como los órganos del cuerpo humano, vitales e indisponibles también, hasta los bienes sociales, como el agua y los llamados fármacos esenciales. Los bienes fundamentales como límites al mercado. La propuesta de Ferrajoli es sustraer los bienes fundamentales, declararlos indisponibles e inviolables, es decir, sustraerlos al mercado, para ello es necesario que se les proteja mediante normas que tengan la misma estructura de las normas relativas a los derechos humanos, y por lo tanto, que se hallen protegidos de forma absoluta.
"El Desarrollo de La Comprensión Del Lenguaje Escrito en Estudiantes Con Hipoacusia" Autor - Jaime Felipe Palma Sierra Tutora - Msc. Karla Carrera Salinas Guayaquil-Ecuador 2021