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ISSN 2215-8332

UIERDA 80
Régimen político y proyecto hegemónico A tres años de la firma, ¿qué
queda del Acuerdo de paz con las FARC-EP? · Más allá de las urnas.
Algunos elementos de análisis frente a las elecciones regionales de 2019
Nuestra América Manifestaciones en América Latina · (Anti)Neoliberalismo
hoy ¿Eterno retorno o Porvenir de nuevas ilusiones en Nuestramérica? ·
Derrota electoral de Macri y la impugnación a la ofensiva del capital en
Nuestramérica Subversiones intelectuales Ante la frustración del ciclo
progresista en América Latina: Una perspectiva estratégica Señales de la
implementación El trazador presupuestal para la paz y los recursos para la
implementación 2020. Simulación y “creatividad técnica” · Zonas Futuro.
Una estrategia dirigida a desdibujar la paz territorial del Acuerdo Final ·
NOVIEMBRE DE 2019 De luchas y resistencias: Algunas preocupaciones e intereses de las mujeres
BOGOTÁ, COLOMBIA exguerrilleras Editorial Alfredo Molano: Un caminante en busca de la verdad
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ISSN-2215-8332

80
NOVIEMBRE DE 2019 La información sobre las fuentes de las imágenes
BOGOTÁ, COLOMBIA aquí publicadas se incluye en la última página.
CONTENIDO
RÉGIMEN POLÍTICO Y PROYECTO HEGEMÓNICO
5 A tres años de la firma, ¿qué queda del
Acuerdo de paz con las FARC-EP?
Jairo Estrada Álvarez

13 Más allá de las urnas. Algunos elementos de análisis


frente a las elecciones regionales de 2019
Francisco Javier Toloza

NUESTRA AMÉRICA
21 Manifestaciones en América Latina
Víctor de Currea-Lugo

33 (Anti)Neoliberalismo hoy. ¿Eterno retorno o Porvenir


de nuevas ilusiones en Nuestramérica?
José Francisco Puello-Socarrás

41 Derrota electoral de Macri y la impugnación a


la ofensiva del capital en Nuestramérica
Julio C. Gambina

SUBVERSIONES INTELECTUALES
49 Ante la frustración del ciclo progresista en América
Latina: Una perspectiva estratégica
Víctor Manuel Moncayo C.

SEÑALES DE LA IMPLEMENTACIÓN
57 El trazador presupuestal para la paz y los recursos para la
implementación 2020. Simulación y “creatividad técnica”
Marcela Valencia Toro

63 Zonas Futuro. Una estrategia dirigida a desdibujar


la paz territorial del Acuerdo Final
Sandra Naranjo Aristizábal, Diana Machuca Pérez

73 De luchas y resistencias: Algunas preocupaciones


e intereses de las mujeres exguerrilleras
María Fernanda Velandia, Ximena Correal Cabezas

EDITORIAL
81 Alfredo Molano: Un caminante en busca de la verdad
Jesús Gualdrón
RÉGIMEN POLÍTICO Y
PROYECTO HEGEMÓNICO
A tres años de la firma,
¿qué queda del Acuerdo
de paz con las FARC-EP?
5

JAIRO ESTRADA ÁLVAREZ


PROFESOR DEL DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLÍTICA
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

A
tres años de la firma del Acuerdo Final –renegociado
tras los resultados adversos del plebiscito– cabe la
pregunta acerca de cuál es su legado para la historia
presente y futura de nuestro país, más allá del final
de la confrontación armada con las FARC-EP, la de-
jación de armas por parte de esa guerrilla y el muy complejo y
difícil proceso de reincorporación integral, el cual es en sí mismo
un objeto particular de estudio que escapa a las consideraciones
del presente texto.

Sobre las tendencias y los rasgos de la implementación

Si el análisis se circunscribe a la implementación del Acuerdo de


paz, es constatable que los logros se encuentran muy distantes
del espíritu y la letra de lo convenido por las partes, en la medida
en que sus contenidos reformistas en los aspectos esenciales no
han sido objeto de ejecución, como es el caso de la medidas y
acciones para la reforma rural integral, la apertura democrática y
la participación política, y las garantías de seguridad; o han sido
sustancialmente alterados, según se comprueba en los ejemplos
de la solución al problema de las drogas ilícitas, y del sistema
integral de verdad, justicia reparación y no repetición, con par-
ticular énfasis en la jurisdicción especial para la paz; además

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Noviembre de 2019 Contenido
Bogotá, Colombia
El Acuerdo de paz representa un del desconocimiento material de los propósi-
tos de traducir los contenidos del Acuerdo a
programa político reformista, procesos de planeación y diseños de políticas
el cual –sin lograr recoger el públicas en diferentes niveles y escalas.
conjunto de las demandas Las primeras imágenes de las Zonas Vere-
dales Transitorias de Normalización, luego
actuales de la sociedad de las últimas marchas guerrilleras, evi-
colombiana– es contentivo de denciaron ya algunos de los rasgos que iría
aspiraciones democratizadoras y asumiendo el proceso de implementación:
la irreversible y tozuda decisión guerrillera
modernizantes del orden social, de cumplir con lo acordado, acompañada del
6 en su gran mayoría aplazadas cumplimiento parcial y selectivo, o incluso
históricamente, que de llevarse a de la tendencia al incumplimiento por parte
del Estado (que por cierto nunca ha asumido
cabo podrían abrir un arco hacia en y a través de todos los poderes públicos el
transformaciones más profundas. compromiso pleno con lo pactado), así como
de una organización institucional que, ade-
más de mostrar resistencias y precariedad,
ha puesto de presente los límites de una orga-
nización del poder y la dominación dispues-
ta históricamente para preservarse, hacer la
guerra e imponer el “modelo económico”, y
no precisamente para transitar la senda de la
construcción de una paz estable y duradera.
A lo largo de estos tres años, esas imágenes
se han venido reproduciendo de variadas
maneras; han cambiado las escenas, también
muchos de los actores, pero los rasgos esen-
ciales de la implementación se han mante-
nido, como se observado durante el tiempo
ya transcurrido del gobierno de Iván Duque.
En el entretanto, al carácter complejo, con-
tradictorio, desigual y diferenciado de la im-
plementación, se le agregan las pretensiones
gubernamentales de consumar la tendencia
a la perfidia, y la simulación, recurso éste
último al que ha apelado el actual gobierno
ante la imposibilidad política –por carecer de
capacidad y fuerza para ello– de hacer trizas
y desconocer abiertamente lo acordado.
Simular es “representar una cosa fingiendo
e imitando lo que no es”; es el verbo más
adecuado para caracterizar la acción guber-
namental respecto de la implementación del
Acuerdo de paz. No se trata de una califica-
ción caprichosa; es el resultado del análisis
riguroso de la particular interpretación y

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Bogotá, Colombia RéGIMEN POLíTICO y PROyECTO hEGEMóNICO Contenido
simplificación del Acuerdo de paz en el docu- ras y modernizantes del orden social, en su
mento del gobierno de Duque “Paz con lega- gran mayoría aplazadas históricamente, que
lidad”1, del Plan de Inversiones para la Paz, de llevarse a cabo podrían abrir un arco hacia
contenido en el Plan Nacional de Desarrollo, transformaciones más profundas.
y de las disposiciones presupuestales para el Se trata esencialmente, primero, de la ha-
año 2020 2 . bilitación de condiciones materiales para el
Si el análisis se circunscribiera al estado ge- bienestar y el buen vivir de la población rural
neral de la implementación y a las pretensio- (particularmente del campesinado y también
nes del gobierno actual frente al Acuerdo de de los pueblos étnicos), a fin de reducir el
paz, por mero ejercicio de contraste entre lo patrón de desigualdad existente entre la so-
convenido y lo que se ha realizado, se podría ciedad urbana y la sociedad rural, y de esta-
llegar rápidamente a la conclusión de que se blecer límites al régimen económico derivado 7
está frente a un proceso que ha sido mutila- de la concentración extrema de la propiedad
do y que va camino de representar un nuevo sobre la tierra.
esfuerzo colectivo infructuoso por avanzar Segundo, de afectar las economías ilegales,
hacia propósitos democratizadores de la so- particularmente el narcotráfico, a partir de
ciedad colombiana; al tiempo que –desde la su entendimiento como negocio corporativo
perspectiva de las clases dominantes– se ha transnacional, y por cuenta de soluciones
cumplido una de sus mayores aspiraciones: el socioeconómicas para los cultivadores de la
“desarme” de las FARC-EP. mata de coca, del tratamiento de salud públi-
Empero, si el Acuerdo de paz se sitúa en el ca al consumo y de la persecución al lavado
contexto histórico-concreto, es posible afir- de activos.
mar que aún nos encontramos frente a una Tercero, de proveer nuevas condiciones de
relativa indefinición respecto de la tendencia reproducción del sistema político y represen-
definitiva, la cual no sólo no parece resolver- tación, así como del reconocimiento de moda-
se en lo inmediato, sino que está marcada por lidades de la acción política que trascienden
el nudo de conflictos y contradicciones inhe- el escenario meramente electoral, a fin de
rentes al orden social y por el curso mismo de avanzar en propósitos de apertura democrá-
las luchas sociales y de clase. tica y participación política que, además de
Desde esa perspectiva el Acuerdo de paz re- superar la exclusión secular, permitan dejar
presenta un programa político reformista, el atrás las configuraciones clientelistas, crimi-
cual –sin lograr recoger el conjunto de las de- nales y corruptas del régimen político.
mandas actuales de la sociedad colombiana– Cuarto, de contribuir al reconocimiento de
es contentivo de aspiraciones democratizado- los derechos integrales de las víctimas del
conflicto con énfasis en el esclarecimiento de
la verdad, lo cual implica la apertura de un
1 Duque Márquez, Iván. Paz con legalidad. Presiden- compás de disputa por la historia y de iden-
cia de la República, Bogotá, 2018. tificación de las múltiples responsabilidades,
2 Al respecto ver los documentos de CSIVI-FARC / más allá de las que le son imputables al ac-
Centro de Pensamiento y Diálogo Político, La paz
cionar guerrillero, esto es, de aquellas de al-
ausente. Un Plan Nacional de Desarrollo (2018-2022)
sin capítulo específico de la implementación del Acuerdo cance sistémico, o en cabeza del Estado y de
de paz, Bogotá, marzo de 2019; La implementación sus agentes, o de los poderes económicos, en
del Acuerdo de paz durante el gobierno de Iván Duque. sus diversas expresiones.
Tendencia a la perfidia y simulación, Bogotá, septiem- Y, quinto, de la superación de las condiciones
bre de 2019; “De la paz ausente a la paz simulada.
del ejercicio estructural de la violencia, par-
Análisis del Proyecto de Presupuesto General de la
Nación 2020”, Documento de Trabajo No. 16, agos- ticularmente a través de la violencia política
to de 2019. Disponibles en www.cepdipo.org.co extrema, constituida en modalidad privile-

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Bogotá, Colombia RéGIMEN POLíTICO y PROyECTO hEGEMóNICO Contenido
El Acuerdo de paz llegó giada de la reproducción del régimen de domi-
nación de clase, para de esa manera imponer
para quedarse. Pero debe una regulación del conflicto de clase por la
reconocerse que le faltan más vía exclusivamente política.
“dolientes”, liderazgos y, sobre
Sobre las contradicciones del presente
todo, aprehensión social. Más
que un texto, es un hecho Esas calidades del Acuerdo de paz, concebidas
político que –pese a su precaria desde un principio de integralidad y mutua
interrelación, explican los tipos de contradic-
implementación– ha incidido sobre ciones principales que se han observado en
8 la tendencia general del proceso la fase inicial de la implementación, es decir,
político y puede conducir a una en estos tres primeros años. Por tratarse de
componentes que tienden a modificar las con-
inflexión hacia la construcción diciones estructurantes de la organización del
de la paz verdadera con justicia poder y la dominación de clase, han activado
social; ha producido fisuras todo tipo de resistencias sistémicas, que in-
cluyen la exacerbación de la violencia políti-
en el régimen de dominación ca, como se manifiesta en el asesinato siste-
de clase y habilitado mejores mático de mujeres y hombres líderes sociales
condiciones para las luchas, aún y de exintegrantes de las FARC-EP.
En ese sentido, la primera contradicción, que
no suficientemente perceptibles. es predominante, se expresa en su forma más
general y abstracta, entre aquellos sectores
contrarios a cualquier afectación de las seña-
ladas condiciones de estructuración del poder,
que consideran el Acuerdo como una amenaza
sistémica, por una parte, y aquellos que apre-
cian su potencial reformista y modernizante,
por la otra. Los primeros son gobierno en la
actualidad, corresponden a las facciones más
retrógradas de la oligarquía financiero-terra-
teniente, han logrado conformar una impor-
tante base social con sectores medios y pobres
de la población y se encuentran en los secto-
res más extremos del espectro político de la
derecha. Ante la imposibilidad política de in-
cumplir abiertamente el Acuerdo, como ya se
dijo, han optado por una política de la simu-
lación, con la que buscan subsumir la imple-
mentación a su proyecto político general, que
no es otro que la continuidad de la “seguridad
democrática” y del proceso de neoliberaliza-
ción bajo nuevas condiciones. Los segundos
ejercen la oposición política y social, cobijan
un amplio y heterogéneo abanico de fuerzas
de derecha modernizante, del llamado cen-

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Bogotá, Colombia RéGIMEN POLíTICO y PROyECTO hEGEMóNICO Contenido
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Bogotá, Colombia RéGIMEN POLíTICO y PROyECTO hEGEMóNICO Contenido
Al carácter complejo, tro político, del progresismo, de la izquierda
institucional y de los movimientos sociales y
contradictorio, desigual y revolucionarios, y comprenden también sec-
diferenciado de la implementación, tores de la oligarquía que consideran necesa-
se le agregan las pretensiones rias reformas contenidas en el Acuerdo para
un remozamiento de la dominación de clase
gubernamentales de consumar y la generación de mejores condiciones para
la tendencia a la perfidia, y la los negocios.
simulación, recurso éste último al La segunda contradicción, no suficientemen-
te explícita en el presente, pero sí actuante,
que ha apelado el actual gobierno se encuentra en el campo de quienes se en-
10 ante la imposibilidad política –por cuentran en términos genéricos del “lado de
carecer de capacidad y fuerza para la paz”. Esta contradicción se deriva esencial-
mente de los variados entendimientos y con-
ello– de hacer trizas y desconocer tenidos que se le otorgan a la paz y al propio
abiertamente lo acordado. Acuerdo. En ese campo existen gradaciones
que abarcan desde un concepto de paz en abs-
tracto, en lo esencial como “paz pacificadora”,
reducida al desarme de las FARC-EP, pasando
por una paz con reformas, pero de implemen-
tación controlada, sin desbordes significativos
del marco normativo existente, hasta quienes
abogan por un entendimiento del Acuerdo de
paz y su implementación con atención estricta
al espíritu y letra de lo convenido y, en con-
secuencia, con posibilidad real de desatar su
potencial transformador hacia cambios más
profundos de alcance estructural.
En esa variopinta constelación de fuerzas a
favor de la paz los mayores consensos en la
actualidad se encuentran en torno a la “paz
pacificadora”, disminuyen cuando se trata la
paz con reformas controladas, y son muy li-
mitados cuando se asume un concepto de paz
en cuanto implementación del Acuerdo desde
una perspectiva de integralidad. Esta situa-
ción se expresa en la ausencia de iniciativa
política para dar continuidad a los desarro-
llos normativos aplazados e inconclusos del
Acuerdo paz, con sus consecuentes requeri-
mientos de traducción en diseños y acciones
de política pública, así como en el hecho de
que la defensa de la paz, más allá de su evo-
cación abstracta, no ocupa un lugar central
en la agenda de los proyectos políticos que
se conciben democráticos y progresistas. Al
respecto es más que ilustrativo que la imple-

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Bogotá, Colombia RéGIMEN POLíTICO y PROyECTO hEGEMóNICO Contenido
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mentación del Acuerdo haya estado prácti- cial. Más que un texto, es un hecho político
camente ausente de los debates de las elec- que –pese a su precaria implementación– ha
ciones regionales y no se encuentre en los incidido sobre la tendencia general del proce-
programas de los gobernantes electos en los so político y puede conducir a una inflexión
principales centros urbanos, en las ciudades hacia la construcción de la paz verdadera con
intermedias o en la inmensa mayoría de los justicia social; ha producido fisuras en el ré-
municipios de la periferia. gimen de dominación de clase y habilitado
mejores condiciones para las luchas, aún no
Sobre los retos a superar suficientemente perceptibles. Su destino no
puede concebirse desde una visión etapista y
Además de las indiscutibles arremetidas de progresiva, sino en articulación y como par-
la derecha contra el Acuerdo de paz, este tie- te del conjunto de demandas, aspiraciones
ne que lidiar con el imperio del pragmatismo y luchas sociales y de clase para enfrentar
hecho política y con la ausencia de debates y transformar el orden social vigente. Su
programáticos y de alcance estratégico. Y, condición de programa político reformis-
desde luego, con la situación derivada de ta adquiere sentido transformador si logra
la acentuación de la violencia política como acompañarse de una perspectiva política con
mecanismo de preservación sistémica, que visión estratégica, hoy ausente. En ese sen-
conlleva un inevitable desplazamiento de las tido, las exigencias del presente no solo se
prioridades. Más allá de la evocación a la “no refieren a la superación de las resistencias de
violencia”, este aspecto pone precisamente los sectores más retrógrados de la sociedad;
de presente la importancia de la implementa- también a la decantación de los entendimien-
ción integral del Acuerdo de paz. No se puede tos de la paz, que comprenden además el pro-
avanzar en la superación de la violencia si no pósito de la paz completa. Tal y como ocurre
hay reformas básicas, como las contenidas en toda Nuestra América, lo que se observa
los acuerdos de La Habana. es la intensificación de las luchas y la dispu-
El Acuerdo de paz llegó para quedarse. Pero ta por nuestro futuro.
debe reconocerse que le faltan más “dolien-
tes”, liderazgos y, sobre todo, aprehensión so-

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Bogotá, Colombia RéGIMEN POLíTICO y PROyECTO hEGEMóNICO Contenido
Más allá de las urnas
Algunos elementos de análisis
frente a las elecciones
regionales de 2019

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FRANCISCO JAVIER TOLOZA


POLITÓLOGO
DOCENTE DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

M
ás allá de lecturas centradas meramente en gua-
rismos electorales, o de las miradas propias del
llamado marketing político, las elecciones re-
gionales del pasado 27 de octubre no dejan de
expresar una síntesis –en el sentido gramscia-
no– de “movimientos orgánicos” que condensan características
importantes de esta nueva etapa de la lucha de clases posterior
al Acuerdo Final de Paz y bajo el actual gobierno del Centro De-
mocrático.
Sin perder de vista particularidades propias de este tipo de comi-
cios locales y de sus limitaciones como mecanismo confecciona-
do para la disputa política intrasistémica, son varios los rasgos
relevantes a analizar para la comprensión de las contradicciones
existentes en el –y del– régimen político colombiano.

Anacronismo del régimen electoral

En primer lugar, el sistema electoral de la mal llamada “demo-


cracia más antigua del continente” mostró por enésima vez su
anacronismo y podredumbre. Las de 2019 fueron elecciones rea-
lizadas bajo el mismo régimen electoral previo al proceso de paz,
y que había sido reconocido como una de las causalidades y aci-

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Noviembre de 2019 Contenido
Bogotá, Colombia
La grave crisis humanitaria en cuyo cates de la guerra. Aunque parezca increíble,
cerrando la segunda década del siglo XXI, el
marco tuvieron lugar los comicios Código Electoral vigente sigue siendo el ve-
electorales devela la persistencia tusto Decreto 2241 de 1986, previo incluso a
de uno de los rasgos característicos la Constitución de 1991 y hoy a todas luces
inapropiado para regular estas votaciones o
del régimen político colombiano: su intentar corregir sus vicios.
compulsión a recurrir a la violencia Burlada la reforma política electoral manda-
política en medio de un manto tada en el Acuerdo de La Habana, y salvando
un par de novedades muy puntuales (vigen-
formal de legalismo, que incluye sin cia del Estatuto de la Oposición1, existencia
14 duda el ritual electoral. Sobra decir de nuevos partidos con personería jurídica)
que la continuidad del conflicto se mantienen las reglas del juego electoral
hechas justamente por quienes han ganado
ha incidido inevitablemente en el y, esencialmente, siguen ganando con ellas.
desarrollo y resultados no solo de Consecuentemente con la perennidad de
las elecciones sino de las diversas este sistema electoral viciado, se conservan
igualmente –aunque con leves remozamien-
luchas sociales y políticas. tos– todas las perturbaciones y anomalías
antidemocráticas denunciadas desde antaño,
acompañadas ahora por nuevas formas de al-
teración del proceso electoral.
Gamonalismos recargados, candidatos pre-
pagos de desproporcionadas financiaciones
legales e ilegales, compra de votos, venta
de avales, trashumancia de votantes, en-
cuestadoras fletadas y falaces sin regulación
alguna, perversión y manoseo ilimitado de
las figuras de los grupos significativos de
ciudadanos y de las coaliciones, transfuguis-
mos legalizados, atraso técnico y caos admi-
nistrativo de las instituciones electorales,
trampas con las inhabilidades y sanciones
aprovechando la inexistencia de una real y
oportuna jurisdicción electoral, entre otras
tantas irregularidades, fueron protagonistas
de los pasados comicios. Y, lamentablemente,
seguirán teniendo roles estelares en próxi-

1 Gracias al Estatuto de Oposición expedido den-


tro de la implementación del Acuerdo de Paz, se
habilita el otorgamiento de curules en concejos
y asambleas para los segundos candidatos más
votados a alcaldías y gobernaciones. Se inicia un
experimento interesante de ejercicio de oposición
local que, no obstante, tiene grandes vacíos en su
reglamentación y que va a ser utilizado por todas
las fuerzas políticas.

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Bogotá, Colombia RéGIMEN POLíTICO y PROyECTO hEGEMóNICO Contenido
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mas votaciones, mientras se sigan negando mancilla los resultados en buena parte del
las necesarias transformaciones al régimen país. La reivindicación del Acuerdo de Paz y
electoral. En resumen, el triste espectácu- su invaluable aporte para la convivencia pa-
lo que periódicamente nos muestra el ritual cífica y la reconciliación no pueden llevarnos
electoral colombiano manifiesta su crisis y a caer en la negación del conflicto propio de
descomposición pese a la funcionalidad que ciertas facciones del establecimiento.
conserva esencialmente para el bloque de El Acuerdo de La Habana concibió el des-
poder y quienes usufructúan el modelo re- mantelamiento de las organizaciones para-
presentativo. Pero, al mismo tiempo, expresa militares y sus redes de apoyo como elemen-
la pertinencia de la aplazada y obstaculizada to esencial del fin del conflicto. En contravía
reforma política como bandera irrenunciable a lo firmado, en múltiples territorios han
para la apertura democrática. persistido, emergido y/o se han potenciado
nuevas y viejas formas de paramilitarismo.
Elecciones en medio del Este neoparamilitarismo –aunque distinto
conflicto y la violencia al de las AUC– es una realidad armada con
claros intereses económicos, sociales y políti-
En segundo lugar, más allá de las reglas de cos, que sigue cumpliendo su función contra-
juego específicas para la contienda electoral, insurgente y de acumulación por despojo en
estas primeras elecciones locales del pos- medio de la ineptitud cómplice del Ministerio
tacuerdo se dieron en medio del conflicto y de Defensa. Esta situación, aunada a la ne-
la violencia política. En consecuencia, no po- gativa gubernamental a avanzar hacia una
demos hablar de la existencia de reales ga- paz completa, mantiene de facto a millones
rantías democráticas a nivel nacional, y esto de compatriotas bajo el padecimiento de la

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Bogotá, Colombia RéGIMEN POLíTICO y PROyECTO hEGEMóNICO Contenido
Gamonalismos recargados, guerra, especialmente a comunidades rurales
campesinas, afrodescendientes e indígenas.
candidatos prepagos de Ningún análisis electoral debe ignorar que
desproporcionadas financiaciones los pasados comicios locales se dieron en
legales e ilegales, compra de votos, medio de un genocidio en curso contra las
organizaciones sociales que ya suma más de
venta de avales, trashumancia 200 líderes muertos, así como del asesinato
de votantes, encuestadoras de 169 excombatientes firmantes del Acuer-
fletadas y falaces sin regulación do de Paz en proceso de reincorporación. La
Misión de Observación Electoral (MOE)2 re-
alguna, perversión y manoseo gistra desde el inicio de la campaña electoral
16 ilimitado de las figuras de 532 dirigentes sociales, políticos y comuna-
los grupos significativos de les víctimas de violencia política en más de
200 municipios; de igual manera contabiliza
ciudadanos y de las coaliciones, 135 candidatos víctimas de hechos de violen-
transfuguismos legalizados, atraso cia a partir del cierre de las inscripciones en
técnico y caos administrativo julio pasado, sin contar las 36 amenazas co-
lectivas contra listas o partidos enteros, ni
de las instituciones electorales, las candidaturas compelidas a retirarse, ni
trampas con las inhabilidades la represión masiva de las protestas urbanas
y sanciones aprovechando la durante este mismo periodo.
Esta grave crisis humanitaria devela la per-
inexistencia de una real y oportuna sistencia de uno de los rasgos característicos
jurisdicción electoral, entre del régimen político colombiano: su compul-
otras tantas irregularidades, sión a recurrir a la violencia política en me-
dio de un manto formal de legalismo, que in-
fueron protagonistas de cluye sin duda el ritual electoral. Sobra decir
los pasados comicios. que la continuidad del conflicto ha incidido
inevitablemente en el desarrollo y resultados
no solo de las elecciones sino de las diversas
luchas sociales y políticas.

Contradicciones en el bloque de poder

Un tercer gran elemento de las pasadas


elecciones a tener en cuenta corresponde al
momento actual de la disputa en el seno del
bloque de poder. Los resultados en las urnas
expresan una derrota del uribismo en la con-
solidación de su proyecto hegemónico, sin
que ello implique per se que estemos presen-
ciando sus estertores. El Centro Democrático
como partido creció con respecto a las elec-
ciones de 2015 –cuando estaba en la oposi-

2 Misión de Observación Electoral. Kit Electoral. Elec-


ciones Autoridades Locales. 2019. 115 p.

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Bogotá, Colombia RéGIMEN POLíTICO y PROyECTO hEGEMóNICO Contenido
ción–, tanto en votos como en elegidos3, man- cia del neoliberalismo, importantes sectores
teniendo una presencia nacional y recogien- del bloque de poder preparan desde ya alter-
do sectores considerables de elites regionales nativas del régimen al desgaste uribista y
y de pequeños municipios, pero quedó lejos a la incapacidad de consenso que mostró el
de ser el partido mayoritario a nivel nacional santismo en las pasadas elecciones presiden-
y, sobre todo, sufrió grandes descalabros en ciales. Mientras tanto, a la larga agonía de
plazas claves para un partido de gobierno, los 3 años que restan del gobierno de Duque
siendo incapaz de ratificar la mayoría elec- le corresponderá un nuevo e inusitado esce-
toral obtenida en las presidenciales en varias nario generado por estas elecciones, en el que
regiones. En términos de la llamada opinión no contará con un solo alcalde de su coalición
pública, la desastrosa gestión de Duque, el de gobierno en ninguna de las 10 principales
desgastante proceso en la Corte Suprema por capitales del país. 17
manipulación de testigos contra el otrora in-
tocable expresidente y su virulenta oposición Balance ambivalente de las
al Acuerdo de Paz le pasan cuenta al CD ante fuerzas políticas tradicionales
electorados urbanos y nuevas generaciones
de votantes que no se sienten representadas Un cuarto aspecto que se deriva de estas
con su proyecto de ultraderecha. elecciones se refiere al balance ambivalente
En términos de movimientos orgánicos, se de los denominados partidos tradicionales, a
mantiene la fractura dentro del bloque de los que se agregarían los “neotradicionales”
poder gestada por el proceso de paz con las (devenidos de estos, como La U o Cambio Ra-
FARC-EP. Desaparecida esta guerrilla, múl- dical). Si bien el 27 de octubre se expresaron
tiples sectores del establecimiento ven en el importantes votaciones fuera de la férula de
uribismo un pesado e inútil fardo para cargar, las grandes maquinarias políticas, y se pue-
y el discurso neofascista no logra la cohesión de notar estancamientos y retrocesos de es-
del bloque hegemónico. El manejo sectario y tos partidos y de la llamada “clase política”,
pendenciero de Uribe y de su partido tanto tales avances de apertura democrática deben
de la burocracia del ejecutivo como de la mis- matizarse ante otras realidades igualmente
ma agenda política –centrada ante todo en el palmarias.
blindaje jurídico del expresidente–, así como En efecto, mientras candidaturas antiuribis-
del proceso de verdad abierto por el Acuerdo tas, cívicas e incluso alternativas ganaron
de Paz, han imposibilitado por ahora una re- importantes capitales con mayor o menor
conciliación en el seno del bloque de poder y guiño de maquinarias y canalizando un in-
de la clase política, mientras que, por el con- conformismo real, clanes y caciques electo-
trario, las diferencias tienden a ahondarse. rales disfrazados de “coaliciones” o grupos
Es así como, en medio de la crisis sostenida significativos de ciudadanos arrasaban, en-
de los partidos tradicionales y “neotradicio- tremezclados con los partidos del estableci-
nales” y ante la convulsión social y política miento, con la mayoría de gobernaciones del
que recorre Nuestra América en la decaden- país4 . Se ratifica la vigencia en las urnas den-
tro de este perverso sistema electoral de po-
3 El CD pasó de 56 a 191 alcaldías y, técnicamente, de tenciadas maquinarias, como la de los Char,
2 a 6 gobernaciones, de las cuales 4 fueron en coa-
lición, ganando directamente solo Casanare y Vau-
pés. En listas al Concejo se aumentó la votación de 4 Las excepciones más relevantes de esta tendencia
1,1 a 1,5 millones y en Asamblea se mantuvo en 1,1 serán las gobernaciones de Magdalena y Huila, que
millones, pero para ambas corporaciones solo fue no obstante, son ganadas por políticos de recono-
el partido más votado en Antioquia, mientras que cido ejercicio electoral en sus respectivos departa-
a nivel nacional ocupó el quinto lugar. mentos.

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Bogotá, Colombia RéGIMEN POLíTICO y PROyECTO hEGEMóNICO Contenido
Cada coalición, cada Dilian Francisca Toro o los Aguilar, pero tam-
bién que un importante espectro del electora-
administración, cada territorio es do a nivel regional, en pequeños y medianos
un escenario abierto para la lucha municipios sigue atado al clientelismo más
política. Estamos en un intenso tradicional y a las expresiones más reaccio-
narias del bloque de poder. Que nadie olvide
terreno en disputa, donde urge que esta franja de votación fue determinante
consolidar una alternativa política en la victoria del NO en el plebiscito.
al régimen sin que ello implique En lo cuantitativo se podrá decir que el Par-
tido Liberal sigue siendo el más votado, o ha-
su aislamiento político. En medio blar del estancamiento del conservatismo o
18 de los conflictos geopolíticos de la merma de votación de Cambio Radical
globales y continentales, la crisis o de la de La U., pero de fondo todos estos
partidos no son colectividades disciplinadas
económica y política regional y el ni ideologizadas, sino que tienden a decan-
ascenso de la movilización popular tarse en meras franquicias electorales, des-
en Nuestra América, la política en cuadernadas en función de intereses particu-
lares tras cada aval otorgado y unos débiles
Colombia quedará marcada por liderazgos nacionales. Incluso una medición
disputas más allá de las urnas. rigurosa de su desempeño electoral se torna
difícil en medio de la mimetización de mu-
chos de sus candidatos en coaliciones en las
que todos los partidos tradicionales y otros
movimientos colgaron sus logos y avales, la
inclusión de otras fuerzas en sus listas (como
es el caso de la Misión Carismática en Bogotá
en el liberalismo), o ante la profunda autono-
mización o personalismo de estas agrupacio-
nes a nivel regional, como pasa en la Costa
Caribe.

Posicionamiento de diversas
“alternativas” políticas

Una quinta línea de análisis corresponde al


posicionamiento de múltiples “alternativas”
teniendo en cuenta el debilitamiento de las
opciones hegemónicas ya mencionadas. Ade-
más de la abstención y la importante vota-
ción protesta (votos en blanco y no marca-
dos)5, se proyectaron alternativas de derecha,

5 Se mantiene la abstención en el 40% y en algunas


grandes ciudades, como Cali o Medellín, sigue
votando menos de la mitad del electorado. En
Barranquilla y Armenia, el voto en blanco fue la se-
gunda opción más votada.

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Bogotá, Colombia RéGIMEN POLíTICO y PROyECTO hEGEMóNICO Contenido
19

de centro y de izquierda en el terreno elec- un cierre del sistema político frente a alter-
toral. Desde el bloque de poder se procura nativas al régimen –o a las que sean sospe-
canalizar las “alternativas” de derecha y de chosas de serlo–, en relación con las cuales se
centro como opciones dentro de la llamada promueve un apartheid político.
“gobernanza democrática”, al tiempo que la Las elecciones de octubre esencialmente de-
matriz mediática predominante pretende finieron unos nuevos términos para la con-
venderlas como la derrota de los “extremos”. tinuidad de la lucha política de las diversas
Se trata de variantes al autoritarismo uribis- expresiones del bloque de poder, y de otras
ta, que recurren a discursos renovados, téc- externas a este. Hay apuestas y proyeccio-
nicas modernizadas y frescas de comunica- nes, pero aún son apresuradas las descalifi-
ción política, en ruptura verbal con la política caciones, los triunfalismos o los catastrofis-
tradicional, pero que programáticamente se mos frente a las administraciones locales que
enmarcan –con ribetes– dentro del neolibe- empezarán en 2020, así como impreciso cual-
ralismo, haciendo hincapié en algunos as- quier vaticinio hacia las elecciones de 2022,
pectos importantes más no esenciales de la como desearían hacerlo algunos analistas.
gestión pública, aunque, en realidad, no hay Cada coalición, cada administración, cada te-
un horizonte estratégico más allá del capita- rritorio es un escenario abierto para la lucha
lismo y del sistema de representación liberal. política. Estamos en un intenso terreno en
De Barranquilla a Bogotá –y en buena parte disputa, donde urge consolidar una alterna-
de los resultados electorales de las grandes tiva política al régimen sin que ello implique
ciudades– pueden estarse perfilando estas su aislamiento político. En medio de los con-
opciones de recambio del régimen dentro del flictos geopolíticos globales y continentales,
régimen, a las que un importante sector del la crisis económica y política regional y el
establecimiento apoya y lanza cantos de si- ascenso de la movilización popular en Nues-
rena para gerenciarlas, buscando vacunar tra América, la política en Colombia quedará
tempranamente estos procesos contra el vi- marcada por disputas más allá de las urnas.
rus del inconformismo ciudadano que han
logrado representar, buscando reconfigurar

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Bogotá, Colombia RéGIMEN POLíTICO y PROyECTO hEGEMóNICO Contenido
NUESTRA AMÉRICA
Manifestaciones en
América Latina

21

VÍCTOR DE CURREA-LUGO
MD, PHD
PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

L
as manifestaciones masivas en varios países de América
Latina son el reflejo de unas preocupaciones sociales más
grandes. Las dinámicas políticas que allí se expresan co-
rresponden a años de malestar. A pesar de que en ellas se
manifiestan las particularidades propias de las tensiones
locales del orden nacional, también hay elementos comunes, que
aquí intentamos describir.
Dichos elementos cambian de intensidad de un contexto a otro,
pero igual aparecen como una realidad política en otros países de
la región, aunque allí no se hayan dado grandes manifestaciones,
lo que debería servir de alerta para unos gobiernos que, a pesar
de las protestas sociales, tratan de mantener sus políticas.
Dos elementos simbólicos del poder de las manifestaciones fue
el desplazamiento temporal del gobierno de Ecuador, de Quito a
Guayaquil, y la renuncia de todo el gabinete de ministros chileno;
aunque tales cambios en Chile ya han sido calificados de cosmé-
ticos, lo importante no son los funcionarios solamente sino, prin-
cipalmente, las agendas políticas que busquen implementarse.

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Noviembre de 2019 Contenido
Bogotá, Colombia
El sujeto político latinoamericano Paquetes económicos
de hoy es una mezcla que incluye Partamos de una realidad: América Latina
a obreros portuarios de Chile y es la región más desigual del mundo, y las
líderes religiosos y raperos en medidas de los llamados “paquetazos” no
buscaban hacerla más igual sino ahondar la
haití. Por su puesto, allí también desigualdad. En Ecuador, las medidas econó-
se reflejan los movimientos micas tomadas por el presidente Lenin Mo-
sociales que han venido creciendo reno fueron el detonante de un malestar cre-
ciente frente al gobierno central por su giro
y consolidándose en América a la derecha; estas políticas fueron producto
22 Latina, como las minorías sexuales, de una dinámica ya conocida en la región:
las organizaciones de mujeres recomendaciones, léase más bien obligacio-
nes impuestas por el Fondo Monetario In-
y las expresiones juveniles, ternacional (FMI), para otorgar un préstamo
especialmente las canalizadas a por 4.200 millones de dólares, incluidas en
través del movimiento estudiantil. el famoso decreto 883. Uno de los elementos
en discusión es el de la necesidad real de so-
Así mismo, es relevante la licitar dicho crédito. Además de las agendas
presencia de las mujeres de manera neoliberales, pesan en Ecuador las tensiones
masiva en las manifestaciones entre centro y periferia y las reivindicaciones
de la población indígena.
de Ecuador, Argentina y Chile. En Chile, el detonante fue un aumento en el
costo del transporte público; pero reducir el
malestar social a ese solo hecho es un gran
error. Hay una serie de datos que muestra la
exclusión económica creciente y el aumento
de la brecha social, y que explica muy bien la
consigna ¡No son 30 pesos, son 30 años!
En Haití las protestas se están dando desde
febrero pasado y obedecen al malestar gene-
ral frente a los problemas de la desigualdad y
a la corrupción en el manejo de los recursos
del petróleo.
En Argentina se registran el desempleo más
alto en los últimos 14 años y un salario que
no compensa la inflación. Las medidas eco-
nómicas llevaron al quiebre de más del 50%
de las pequeñas y medianas industrias. Allí,
en septiembre, hubo marchas para exigir un
plan de emergencia alimentaria.
Las medidas económicas que buscan impo-
nerse ya fueron aplicadas en la región en el
año ochenta, refrendadas por las políticas
del Consenso de Washington en los años no-
venta, y que retrocedieron, en parte, por una
oleada de gobiernos progresistas al comien-

80
Noviembre de 2019
Bogotá, Colombia NUESTRA AMéRICA Contenido
zo de este siglo. Esas mismas políticas han
sido desenmascaradas por el premio Nobel de
Economía, Joseph Stiglitz, y fueron el moti-
vo para que el mismo FMI pidiera perdón en
África en algunos casos.

La lucha por el Estado Social de Derecho

A pesar de las críticas al modelo capitalista


en su fase neoliberal, los reclamos y las aspi-
raciones no corresponden de ninguna manera
a un cuestionamiento de fondo del modo de 23
producción. Dicho de otra manera, lo que se
reivindica en las calles es la defensa del Esta-
do Social de Derecho, reconocido por muchas
constituciones de Latinoamérica en las últi-
mas décadas.
Podría incluso plantearse una aceptación ma-
yoritaria, especialmente de las clases medias,
de condiciones de injusticia social no tan
marcadas, ni tan intempestivas. Es decir, lo
que se critica en el fondo no es la anunciada
explotación del hombre por el hombre, sino
una alteración en la cotidianidad de dichas
condiciones. Las banderas más radicales pi-
den la salida del poder de Piñera y de More-
no, un cambio en el gobierno haitiano y una
nueva constitución política en Chile.
Como en las Revueltas Árabes, las consignas
han sido, en estricto sentido, reformistas, y
su giro a consignas más radicales (como la
salida de Piñera o de Moreno) es más bien
la respuesta ante las medidas represivas im-
plantadas por los Estados. En todo caso es
difícil pensar en un escenario sostenido de
radicalización, como el que vivieron en su
momento Egipto y Túnez.
En 2017, el 1% de la población chilena se que-
dó con el 26,5% de la riqueza, mientras el
50% solo accedió al 2,1% de la misma. En las
clases altas, el transporte representa solo el
2% de los gastos, mientras que en sectores
pobres este rubro puede representar hasta un
30% de los ingresos. A esto debe agregarse
que las medidas de Piñera incluían incremen-
tos de las tarifas de la luz y el agua, sin dejar
de lado la crisis de los sistemas de pensiones

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Bogotá, Colombia NUESTRA AMéRICA Contenido
Hay una narrativa oficial y de y de salud. En efecto, el 80% de las pensiones
está por debajo del salario mínimo.
sectores cercanos a los gobiernos Otras causas fueron la privatización del agua
que pretende desviar el debate (lo que hace más de una década generó el
de las causas de las protestas a estallido social de Bolivia), la corrupción y
hasta la alta tasa de suicidios de ancianos,
sus consecuencias. Así las cosas, asociada con las pésimas condiciones de los
el problema no es la política pensionados.
neoliberal sino las manifestaciones En Ecuador, las protestas se dispararon por
una medida principal: la eliminación de los
en su contra, ni tampoco la subsidios del combustible, medida que repre-
24 violencia estatal sino los hechos sentaría la afectación de todos los precios,
violentos por parte de algunos incluyendo los de los alimentos y el trans-
porte. Lo que está en juego es el modelo de
manifestantes. Podemos discutir capitalismo: si uno basado en las teorías de
sobre las formas violentas y no Keynes o uno basado en las teorías de Ha-
violentas. Pero eso no resuelve yek. Marx no aparece en esta pugna como el
sujeto central.
dos problemas: la rabia social y la
brutalidad policial; como tampoco El papel de las fuerzas militares
el debate sobre la violencia
Las dictaduras militares del siglo XX fueron
estructural en América Latina. sinónimo de injusticia social y represión, pero
quienes hoy asumen esas tareas son gobiernos
civiles elegidos democráticamente. A pesar de
una muy mencionada transición democrática
en América Latina, el comportamiento de las
fuerzas militares en Ecuador, Chile y Colom-
bia sigue estando determinado por la lógica
de la Guerra Fría: la seguridad nacional y el
enemigo interno. Prácticas de tortura, desapa-
rición y violencia sexual en Chile recuerdan la
época de la dictadura y ratifican la urgencia
de un cambio en la doctrina militar.
Al final de las dictaduras, las fuerzas armadas
de la región no han tenido un proceso adecua-
do de reforma de su doctrina, pero tampoco la
han experimentado durante los gobiernos lla-
mados de izquierda del presente siglo. Dicho
de otra manera, el militar promedio de Ecua-
dor o de Chile sigue siendo el mismo de hace
unas décadas. Y sin esas reformas a la doctri-
na es difícil consolidar espacios realmente de-
mocráticos. En Colombia, por ejemplo, la paz
no será posible sin la revisión de la doctrina
militar; así lo demuestran los asesinatos de
Dimar Torres y de Flower Trompetero.

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Bogotá, Colombia NUESTRA AMéRICA Contenido
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Bogotá, Colombia NUESTRA AMéRICA Contenido
Hay una narrativa oficial y Además de la inmunidad ofrecida, las fuer-
zas armadas de Latinoamérica han gozado de
de sectores cercanos a los sistemas de salud y de pensión diferentes al
gobiernos que pretende resto de la población y, por tanto, han sido
Los retos están en diferentes menos golpeados por las políticas neolibera-
les.
niveles: desde la consolidación Las medidas tomadas, de carácter represivo,
de un sujeto político plural como la detención de líderes, toques de que-
que permita mantener las da (Ecuador) y militarización de las ciudades
(Chile), no consiguieron disminuir la furia
reivindicaciones hasta la capacidad social sino, por el contrario, la aumentaron.
26 real de gobiernos alternativos La torpeza de Piñera de decir que “estamos
para gestionar lo público de en guerra contra un enemigo poderoso” es
parte de la lógica militarista con que las éli-
manera adecuada, pasando tes intentaron responder. Lo que hay detrás
por la revisión del modelo del mal manejo de la fuerza pública es el uso
neoliberal y la doctrina militar. de la represión para responder y gestionar
una problemática social que va mucho más
allá del control del orden público.

El sujeto político

Aunque hay colectivos determinantes en la


protesta social, como los indígenas en Ecua-
dor, simbólicamente relevantes, como las
Madres de la Plaza de Mayo de Argentina,
o manifiestamente visibles, como los estu-
diantes en Chile y Colombia, lo cierto es que
no hay una vanguardia obrera o campesina,
como dirían militantes de la vieja izquierda.
El sujeto político latinoamericano de hoy es
una mezcla que incluye a obreros portuarios
de Chile y líderes religiosos y raperos en Hai-
tí. Por su puesto, allí también se reflejan los
movimientos sociales que han venido cre-
ciendo y consolidándose en América Latina,
como las minorías sexuales, las organizacio-
nes de mujeres y las expresiones juveniles,
especialmente las canalizadas a través del
movimiento estudiantil. Así mismo, es rele-
vante la presencia de las mujeres de manera
masiva en las manifestaciones de Ecuador,
Argentina y Chile.
Como dato interesante sobre ese sujeto político
debe mencionarse que ningún partido está ni
al frente ni detrás de la movilización social,
aunque si haya casos de oportunismo político.

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Bogotá, Colombia NUESTRA AMéRICA Contenido
Los movimientos sociales que están en las ca-
lles hay que entenderlos también más allá de
la izquierda tradicional. En Ecuador, algunas
de las voces de la protesta también se consi-
deran contrarias a Correa. En el caso actual
del Líbano y de Irak, ese sujeto político es no
sólo suprapartidista, sino también supraétnico
y suprarreligioso.

Respuestas de las élites

Las élites latinoamericanas han respondido a 27


las protestas sociales principalmente median-
te dos mecanismos: la argumentación prove-
niente de la tecnocracia y las medidas repre-
sivas de las fuerzas militares. Estas dos res-
puestas son esenciales al modelo neoliberal,
tal y como se ha visto en otras experiencias.
La lógica neoliberal se sostiene en una argu-
mentación tecnocrática, según la cual, para
resumir, el mercado puede ofrecer justicia,
mientras que, por otra parte, el descontento
social ante las medidas económicas se en-
tiende como una “externalidad” que puede re-
solverse por vía militar. Por eso, es necesario
crear, con el apoyo de los medios oficiales de
comunicación, un manifestante cercano a la
delincuencia común. Llaman la atención los
videos que sugieren que el incendio del metro
de Santiago de Chile fue producido por agen-
tes estatales.
Aunque los gobiernos contra los que se protes-
ta, como son los de Macri, Piñera, Bolsonaro y
Duque, fueron elegidos democráticamente, lo
cierto es que los autoritarismos, en lo político
y en lo militar, siguen siendo una agenda no
superada de la realidad latinoamericana.

La teoría de la conspiración chavista

Al igual que los dictadores y gobiernos autori-


tarios del mundo árabe, las élites latinoameri-
canas buscan desviar el análisis de las protes-
tas hacia una supuesta conspiración interna-
cional, en este caso impulsada desde Caracas.

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Bogotá, Colombia NUESTRA AMéRICA Contenido
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No obstante, las condiciones objetivas de injusticia social que motivaron las


manifestaciones son, en primer lugar, innegables. En segundo lugar, es sorpren-
dente la movilización de amplios sectores de las clases medias que no fácilmen-
te de identificarían con el proyecto de Venezuela, al cual en general ni si quiera
conocen. En tercer término, dicho argumento presupone el reconocimiento de
una capacidad del gobierno venezolano para influir en toda la región. Lo cierto
es que si algo es fácil de reconocer en el experimento venezolano es su falta
de capacidad de gestión de los problemas internos. Cuesta trabajo pensar que
dichas fallas, que ponen en juego su propia supervivencia, no aparecen en un
complot con pretensiones regionales. Y como un cuarto elemento para el análi-
sis, dicha teoría presupone una inmadurez política total de los pueblos latinoa-
mericanos que responderían como títeres a una orden externa.

Otras expresiones en el mundo

Al mismo tiempo, se han dado protestas en Hong Kong, Bolivia, Uruguay,


Líbano e Irak, aunque no todas tienen la misma naturaleza. En Hong Kong,
las marchas obedecen a una histórica lucha por la democracia frente al ré-
gimen de China; en Bolivia, las marchas –a favor y en contra– tienen como
detonante el resultado electoral; las manifestaciones en Uruguay se dieron
como rechazo a la propuesta política de devolverles la agenda de seguridad a
los militares uruguayos. Las protestas de Barcelona son fruto de un proceso

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Bogotá, Colombia NUESTRA AMéRICA Contenido
de nacionalismo, mientras que las de París sí se explican dentro de la lucha
contra el modelo socioeconómico imperante.
Las políticas neoliberales explicaron el estallido en Túnez, la corrupción en
Egipto, el neoliberalismo en Siria y el autoritarismo en Libia. Esas fueron
agendas determinantes, pero no únicas, pues la causalidad realmente es mul-
tifactorial. A diferencia del mundo árabe –que es una nación distribuida en
varios países– y sus revueltas, América Latina está compuesta por países
plurinacionales. Pero más allá de eso, las elecciones en América Latina si ac-
túan como válvulas de escape para desviar el descontento social, lo que no se
observó en el Oriente Medio. Además, los pasos atrás dados por los gobiernos
de Ecuador y Chile se contraponen a la arrogancia con que los líderes árabes
manejaron sus crisis. Las revueltas árabes enseñaron que si no se resuelven 29
las agendas económicas se pasa a reclamos de orden más político.
Hoy día, en Irak y en el Líbano, las marchas tienen un componente socioeco-
nómico, mucho más cercano a lo que se observa en América Latina. En Irak,
el 60% de la población tiene menos de 25 años y el desempleo juvenil sube al
40%; en Irak, rico en petróleo, las protestas se asocian con una pésima ges-
tión de lo público y la incapacidad para resolver viejas tensiones.
Aunque en el Líbano los medios de comunicación han hecho énfasis en que
las marchas se asocian con impuestos, lo cierto es que hay una larga agenda
de problemas sociales que ha obligado a un masivo cambio de ministros, como
lo intentara Piñera en Chile, y a que el Gobierno rebaje en un 50% el sueldo de
los más altos funcionarios.

Reflexiones finales

Hablando con un empresario venezolano de oposición, este me decía: “A mí


me parece asombroso que esta sociedad, y sobre todo sus elites empresaria-
les, políticas, intelectuales, incluso militares, no se dieron cuenta de (...) el
quiebre económico del año 83, el viernes negro; el quiebre social del año 89,
la gran campanada social del Caracazo...”. Esa incapacidad para leer la rea-
lidad parece que es una constante de las élites latinoamericanas. Otra de las
conclusiones de estas marchas es la ruptura de los canales de comunicación
institucional entre la sociedad de latinoamericanas y sus gobiernos. Ese cierre
de canales refleja la poca legitimidad de los Estados, la falta de confianza en
los partidos políticos y el rechazo a la burocracia institucional, que es moneda
corriente en los parlamentos.
En Chile, el proceso postdictadura no hizo cambios de fondo, sino que simple-
mente administró el modelo instaurado. Un error similar al que se cometió en
Sudáfrica, donde los cambios políticos no se acompañaron de revisiones del
modelo económico.
Hay una narrativa oficial y de sectores cercanos a los gobiernos que pretende
desviar el debate de las causas de las protestas a sus consecuencias. Así las
cosas, el problema no es la política neoliberal sino las manifestaciones en su
contra, ni tampoco la violencia estatal sino los hechos violentos por parte de
algunos manifestantes. Podemos discutir sobre las formas violentas y no vio-

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lentas. Pero eso no resuelve dos problemas: la rabia social y la brutalidad poli-
cial; como tampoco el debate sobre la violencia estructural en América Latina.
Es llamativo que a pesar de las evidencias los líderes actuales repiten alterna-
tivas ya conocidas y fallidas, como las políticas del FMI. Igualmente, preocu-
pa la falta de recambio o la promoción de nuevos liderazgos por parte de viejos
líderes. Duque fue quien dijo Uribe, Maduro quien dijo Chávez, Moreno quien
dijo Correa, Fernández quien dijo Kitchner, y Piñera repite mandato.
Los retos están en diferentes niveles: desde la consolidación de un sujeto po-
lítico plural que permita mantener las reivindicaciones hasta la capacidad
real de gobiernos alternativos para gestionar lo público de manera adecuada,
pasando por la revisión del modelo neoliberal y la doctrina militar.
30 Parte del triunfo simbólico de lo logrado hasta ahora es desmentir la idea
generalizada de que Chile y su modelo neoliberal, era un ejemplo a seguir;
pero sería demasiado triunfalista pensar en un cambio inmediato del modelo,
porque los Estados latinoamericanos y sus élites permanecen en lo estructural
sin fisuras, porque los aparatos represivos se mantienen intactos y, sobre todo,
porque la edificación de modelos económicos alternativos al neoliberalismo
(y su puesta en práctica) requeriría de muchos aliados que, hoy por hoy, no
existen.
Por otra parte, Túnez y Bolivia demostraron en el pasado que las revueltas
pueden tumbar gobiernos. Filipinas y Siria demuestran que la guerra de gue-
rrillas puede fracasar estrepitosamente. Una guerrilla sin pueblo no hace
cambios, pero un pueblo sin guerrilla sí puede hacerlos. Si a esto se suma la
degradación de la guerra, la lucha armada pierde legitimidad. Pero también
las revueltas árabes, al igual que las marchas contra la guerra de 2003, de-
muestran que la movilización social tiene límites en su alcance.
El problema es, primero, que las protestas, como tal, no necesariamente gene-
ran movimiento. Una cosa es la movilización y otra es el movimiento político.
Lo segundo es que la sostenibilidad de dichas manifestaciones es discutible,
debido a muchos factores. Y tercero, que los Estados no están obligados a es-
cuchar; en otras palabras, podemos decir que el deber ser de las élites es tener
en cuenta la opinión de las calles, pero en la práctica sabemos que ese deber
ser es reemplazado por un pragmatismo político que ha hecho historia. Como
consecuencia de estos tres factores, las manifestaciones pueden convertirse
en parte del paisaje político.

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Bogotá, Colombia NUESTRA AMéRICA Contenido
(Anti)Neoliberalismo hoy
¿Eterno retorno o Porvenir
de nuevas ilusiones
en Nuestramérica?
33

JOSÉ FRANCISCO PUELLO-SOCARRÁS


ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
COLOMBIA

C
iertamente nadie podría negar que los acontecimientos
sucedidos los últimos meses en el subcontinente resul-
tan ser de la mayor significación política. Previenen
sobre posibles cambios y potenciales transformacio-
nes en el devenir inmediato como fruto de las luchas
promovidas por los pueblos nuestroamericanos y caribeños, y no
solo por los hechos contenciosos considerados en sí mismos en
distintas latitudes y bajo diferentes modalidades.
Los eventos electorales en Bolivia, Argentina y Colombia, y con
mayor fuerza las manifestaciones populares protagonizadas en
Ecuador, Chile y Haití, figuran ser un calidoscopio de episodios
para derivar en alerta. No únicamente por aquello que sugiere
animarlos y constituirlos en su emergencia inmediata, sino por lo
que han pretendido interpelar en perspectiva política en clave de
memoria corta y larga tanto retrospectiva como prospectivamen-
te. Los futuros desenlaces –aún por definición– se debaten enton-
ces entre la ruptura y la estabilización (algunos la dirimen como
mera “normalización”) frente a lo históricamente establecido.
Varios análisis realizados, no obstante, parecen quedar atrapados
en los límites siempre insalvables de la urgencia por reflexionar
coyunturalmente sobre la coyuntura. Como en otras oportunida-
des, en muchos casos, la salida a la euforia viene siendo promovi-
da por la catarsis.

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Bogotá, Colombia
La oleada de contestaciones Entre las “tesis” más difundidas: el fin del
giro a la derecha y el retorno de la (¿nueva?)
variopintas al neoliberalismo izquierda; se llega a hablar preventivamente
hoy no resulta inédita ni es una del “nuevo progresismo”, una suerte de pro-
casualidad. Al contrario, ella gresismo recargado que devendría inminente
después del corto ævum neoliberal “reinicia-
debería interpretarse como una do” por los gobiernos de derecha en el siglo
causalidad y otro episodio que XXI, de Macri en Argentina a Duque en Co-
rehabilita las luchas desde abajo, lombia pasando por Bolsonaro en Brasil, el
segundo mandato de Piñera en Chile, Abdo
que han persistido manteniéndose en Paraguay, Kuczynski (y su sucesor Vizca-
34 con relativa intensidad y frecuencia rra) en Perú, nombrando los más conocidos.
selectiva, permaneciendo además En medio de la efervescencia de las “predic-
ciones” incluso se ha incitado la inminencia
activas de la mano de constantes y del “fin” (final de los finales) del neoliberalis-
crecientes reivindicaciones durante mo ¿Qué está sucediendo y qué esperar?
toda la fase de construcción
1. El neoliberalismo: ¡la saliva
neoliberal y en diferentes países que todos tienen en la boca,
y territorios de la región. pero nadie sabe qué es!

Para interpretar con un mayor grado de simi-


litud los acontecimientos que han despertado
las ilusiones sobre un preventivo cambio de
época es preciso volver a recordar qué es el
neoliberalismo (y qué no). De otra forma re-
sulta inviable un análisis que permita carac-
terizaciones sobre el presente y arriesgar así
hipótesis para el futuro que se desprendería
a partir de la coyuntura actual.
Tres atributos mínimos (genéricos) son ne-
cesarios para identificar el neoliberalismo.
Primero: Se trata de un proyecto político co-
mandado por una clase capitalista transna-
cional que se ha desplegado progresivamente
a nivel global. El neoliberalismo no se agota
–como genéricamente se cree– en algún pro-
grama de políticas públicas (ni económicas
ni sociales). El tristemente célebre Consenso
de Washington sea en su versión original de
1989, sea en sus formulaciones sucedáneas de
1998 promocionadas por el Banco Mundial (el
Consenso revisado de J. Williamson), el Ban-
co Interamericano de Desarrollo (Consenso
ampliado de G. Perry y S. Burki), el Instituto
Mundial para la Investigación de la Economía
del Desarrollo (Consenso post-Washington de

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Noviembre de 2019
Bogotá, Colombia NUESTRA AMéRICA Contenido
J. Stiglitz), incluso, el cínicamente denomina- como sea posible. Para ello, se hace preciso
do: Disenso de Washington del Diálogo Inte- desregular allí donde sea necesario introdu-
ramericano y el Fondo Carnegie para la Paz cir lógicas mercantiles (“crear” mercados) y
Internacional, son solo expresiones tácticas regular allí donde sea necesario estabilizar y
(corto plazo) al nivel de las políticas de un pro- profundizar las condiciones de mercado exis-
yecto político estratégico (largo plazo) en la tentes (“sostener” mercados).
fase avanzada del capitalismo tardío. O para decirlo de otra forma: no existe una
Es más. El mote “Washington” propuesto para dicotomía entre Estado y Mercado sino me-
los Consensos habría que rectificarlo en rigor. jor una complementariedad jerarquizada. El
Si bien el proyecto político neoliberal se ha ins- Estado respalda la relación capitalista funda-
trumentalizado mundialmente a través de es- mental en este modo de (re)producción social
tas instituciones financieras internacionales, apoyando los procesos (exacerbados en la era 35
con el Fondo Monetario Internacional (FMI) neoliberal) de explotación, dominación, opre-
como punta de lanza, el contenido de los Con- sión y alienación. El lema neoliberal: no hay
sensos ha mantenido una impronta ontológica mercados libres sin Estados fuertes resume lo
directamente vinculada con América Latina y dicho anteriormente despejando varias con-
el Caribe. De hecho, en términos de políticas fusiones hoy vigentes que identifican equi-
públicas neoliberales, el primer Consenso de vocadamente al neoliberalismo con el lema
1989 estuvo basado en las experiencias del liberal: dejar hacer, dejar pasar. Como se ha
ajuste estructural tempranamente impuestas insistido en otras oportunidades, (des)regu-
en Nuestramérica, estilo globalizado durante lar no significa intervenir (como en el estilo
la década de los noventa; y antes, durante la keynesiano) ni planificar centralizadamente
década de los setenta, no debe olvidarse que (como en los llamados Socialismos reales). Se
el momento ab origine de la construcción eco- trata de una acción que permite un proceso
nómico política del neoliberalismo se inaugura descentralizado y (supuestamente) espontá-
con el arco autoritario de dictaduras cívico-mi- neo gracias a las lógicas de mercado.
litares-eclesiales en América Latina, donde Tercero: La estrategia de largo plazo neolibe-
Chile y Argentina son los ejemplos paradig- ral se sintetiza alrededor de la materializa-
máticos y Colombia, a través de un régimen ción en las relaciones sociales de Sociedades
progresivamente autoritario aunque con elec- de Mercado –no únicamente “economías”–
ciones (ni limpias ni competitivas), uno de los orientadas por lógicas mercantiles. Al nivel
ejemplos ilustrativos. de las políticas económicas funcionales como
Segundo: El neoliberalismo no tiene nada que desde las configuraciones estructurales de
ver con la creencia (impracticable y por tan- gobierno y organización institucional: gober-
to inverosímil dentro del capitalismo actual, nanza y nueva gestión pública, el lugar de
recuerdan los propios neoliberales) en la “au- disposición privilegiado es transnacional (v.
torregulación” de los mercados y la presencia gr. “hacia afuera”, sesgo proexportador y el
estatal mínima o inexistente. Este proyecto mercado internacional). La premisa de esa
político en sentido amplio ha defendido, des- estrategia se sostiene a partir de la denomi-
de sus inicios primordiales y antes como aho- nada estabilización macroeconómica, lo cual
ra, la desregulación y la regulación estatales palabras más palabras menos no es otra cosa
de los mercados. La convicción auténtica- que el manejo disciplinado de las políticas en
mente neoliberal avala un tipo proactivo de la clave de la austeridad expansiva (la idea
acción estatal. Aquí el Estado institucional se de que la austeridad conduce al crecimiento
encuentra en función, subordinado y al ser- económico y este al bienestar social igualita-
vicio del desarrollo del Capital garantizando rio; nunca verificada empíricamente, al con-
que los mercados disfruten de tanta libertad trario).

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Debe recordarse que las luchas 2. El crepúsculo “progresista”
y supuestos ciclos, péndulos
exitosas más determinantes y oscilaciones
contra el régimen neoliberal del
siglo pasado y el nuevo mileno La oleada de contestaciones variopintas al
neoliberalismo hoy no resulta inédita ni es
especialmente, tuvieron como una casualidad. Al contrario, ella debería in-
impronta contestaciones que terpretarse como una causalidad y otro episo-
no se agotaron en los aspectos dio que rehabilita las luchas desde abajo, que
han persistido manteniéndose con relativa
económicos sino condujeron hacia intensidad y frecuencia selectiva, permane-
36 la desestructuración política, ciendo además activas de la mano de cons-
enarbolando la posibilidad de tantes y crecientes reivindicaciones durante
toda la fase de construcción neoliberal y en
superar al neoliberalismo de raíz. diferentes países y territorios de la región.
La falaz hipótesis sobre los gobiernos progre-
sistas caracterizados como “pos-neoliberales”
que incluso hoy tozudamente y contra toda
evidencia viene promocionándose, parecería
reeditarse una vez más. Ante los aconteci-
mientos recientes se aluden algunas varian-
tes.
La primera: un supuesto regreso del neoli-
beralismo –¡sin explicar cuándo ni cómo se
habría ido!– encarnado por el giro a la (ultra)
derecha y concretado a raíz de los resultados
electorales en Argentina, Brasil, Chile, Para-
guay, Perú, Ecuador, Colombia, citando los
casos imaginariamente demostrativos acae-
cidos desde 2015. Una segunda variante pos-
tula ahora automáticamente una oscilación
contraria análoga a un péndulo y contra-cí-
clica que significaría el regreso del “progre-
sismo” (prolongando lo desafortunado que
resulta esta designación), pero advirtiendo:
renovado, una situación que avalarían me-
cánicamente tanto los triunfos electorales
presidenciales en Bolivia (ratificando a Evo
Morales), en Argentina (rectificando el rum-
bo con la fórmula de A. Fernández y C. Fer-
nández de Kirchner) y anticipando una re-
ñida, pero al fin y al cabo confirmación de
la hegemonía del Frente Amplio en Uruguay.
México con Andrés Manuel López Obrador
habría reabierto este panorama.

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Con ello, una vez más se augura el inminente diferentes suspicacias ante lo expresado por
desvanecimiento neoliberal por el acto mági- el ministro Arce (desde 2006 en el gabinete),
co del proceso electoral y de la mano del po- quien en medio de la campaña presidencial
der gubernamental (sin considerar lo acotado aseguró que el modelo económico boliviano
de este proceso). es un “socialismo con estabilidad macroeco-
En Argentina, por caso, el entusiasmo deja de nómica” (https://bit.ly/2BUmdJl). Ello puede ser
verificar si las “rupturas” del plan de gobier- interpretado como un mero artificio retórico
no de coalición del Frente de Todos a partir de en medio de una disputa electoral, pero tam-
2020, lo serían exclusivamente frente a las bién un retroceso ideológico y político decla-
políticas de choque y el neoliberalismo orto- rado frente al “socialismo comunitario”, hoy
doxo de M. Macri o contra los aspectos es- en aparente transición.
tructurales del neoliberalismo instalado des- Otra consecuencia de las variantes está en no
de 1976, año de la última dictadura, proceso advertir tampoco sobre la diferencia de im-
que antes que ser conculcado mantuvo una pactos. La persistencia de las movilizaciones
continuidad regulada estatalmente –menos en Chile sostienen las reivindicaciones más
vociferada pero evidente– durante 12 años allá de los “30 pesos” en la subida de los pre-
de las administraciones de Kirchner y Fer- cios del transporte público y cada vez más en-
nández de Kirchner y el neoliberal-desarro- fatizan en el sistema neoliberal que por más
llismo argentino con la feliz excepción de la de 40 años ha regido los destinos y desatinos
única medida auténticamente antineoliberal en ese país. La reivindicación en principio
tomada en esa época: el enjuiciamiento a los meramente económica ha llegado a postular
militares por violaciones sistemáticas a los una asamblea constituyente que sustituya
derechos humanos. En Bolivia se han creado la actual, herencia dictatorial. El desenlace

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en Ecuador, por lo pronto, mantuvo un ritmo trayectoria, la clave ha sido la toma de con-
creciente desde el anuncio de las medidas por ciencia sobre la naturaleza del neoliberalis-
decreto, entre ellas, aumento de precios a la mo como proyecto político y no simplemente
gasolina, reducción de subsidios, entre otros, mantenerlo como una cuestión de pura eco-
hasta escalar en protestas contra el gobierno nomía, un simple programa económico, pues
de Lenin Moreno apuntando directamente a las políticas (o los ministros, como acaba
los préstamos con el FMI. Posteriormente, a de suceder con las decisiones cosméticas
pesar de derogar el decreto 883 y en medio de adoptadas por Piñera en Chile) pueden cam-
las negociaciones, el ritmo de las apuestas se biarse, pero sin transformar el modelo de la
ha desacelerado aunque no desactivado, pero economía, y menos aún: el régimen antiso-
estabilizando y normalizando el balance en- cial que el neoliberalismo significa. Hay que
38 tre cambios y transformaciones. recordar que Bolivia primero transitó desde
el neoliberalismo ortodoxo desregulador de
3. Aprender enseñando, Mesa y Rodríguez Veltzé al proyecto del Ca-
enseñar aprendiendo. Lecciones pitalismo amazónico del propio Evo y García
históricas de las luchas contra el Linera, pero luego se radicalizó enarbolan-
neoliberalismo en Nuestramérica do la esperanza del Socialismo Comunitario
como vía alterna y nativa distinta en fondo
Debe recordarse que las luchas exitosas más y forma al neoliberalismo.
determinantes contra el régimen neoliberal
del siglo pasado y el nuevo mileno especial-
mente, tuvieron como impronta contestacio-
nes que no se agotaron en los aspectos eco-
nómicos sino condujeron hacia la desestruc- En esta última trayectoria, la clave
turación política, enarbolando la posibilidad
de superar al neoliberalismo de raíz. ha sido la toma de conciencia sobre
Las protestas contra la dimensión económi- la naturaleza del neoliberalismo
ca del neoliberalismo, es decir, tímidamente
anti-Consenso de Washington y al nivel de
como proyecto político y no
las políticas económicas generalmente pro- simplemente mantenerlo como
piciaron cambios, pero no transformaciones. una cuestión de pura economía,
El caso paradigmático fue Argentina donde
los levantamientos de diciembre de 2001 fue- un simple programa económico,
ron atenuados con el tránsito desde el neoli- pues las políticas (o los ministros,
beralismo ortodoxo desregulador de Ménem
hacia el nuevo neoliberalismo de Kirchner
como acaba de suceder con las
(heterodoxo, regulador, neodesarrollista). decisiones cosméticas adoptadas
En contraste, en Bolivia, la determinación por Piñera en Chile) pueden
popular cifrada en las guerras del agua, el
gas y la coca potenciaron la dimensión polí- cambiarse, pero sin transformar
tica crítica frente al neoliberalismo. Es decir: el modelo de la economía, y
no solo fueron luchas anti-Consenso de Was-
menos aún: el régimen antisocial
hington y al nivel de las políticas económi-
cas, sino que permitieron –aun operando vía que el neoliberalismo significa.
electoral– propiciar cambios con transforma-
ciones (si bien muchas de ellas aún por des-
encadenarse en profundidad). En esta última

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Derrota electoral de
Macri y la impugnación
a la ofensiva del capital
en Nuestramérica
41

JULIO C. GAMBINA
PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN DE
INVESTIGACIONES SOCIALES Y POLÍTICAS - FISYP

E
l pasado domingo 27 de octubre se eligió nuevo gobier-
no en la Argentina para el periodo 2019-2023, en una
disputa electoral enmarcada en luchas y contradicciones
diversas relativas al rumbo económico, social, político
y cultural en Nuestramérica y en el mundo. Remito a
tanto a los levantamientos populares recientes en Chile, Ecuador,
Haití, como a los procesos electorales en Bolivia, Colombia o Uru-
guay, e incluso a las tensiones y luchas que protagonizan pueblos
en todas las latitudes del sistema mundial. Un sistema en plena
desaceleración económica y con tensiones diversas promovidas
por el desorden que ejerce en las relaciones internacionales la
política exterior de la potencia hegemónica: EE.UU. Estas luchas
populares, especialmente en Chile, constituyen impugnaciones a
la ofensiva capitalista bajo hegemonía de las políticas neolibera-
les desplegada en los últimos cuarenta años.
Por eso, por todo lo que se juega en la región y en el mundo, no
daba lo mismo el triunfo del Frente Amplio en Uruguay, de Evo
en Bolivia o de una de las dos fórmulas que disputaron casi el
90% de los votos en la Argentina (un 50% para el Frente de Todos
y un 40% para Juntos por el Cambio hasta que se verifiquen ofi-
cialmente los cómputos). Los perdedores enarbolaban el discurso
liberal, de derecha, y los que ganaron lo hicieron con un dis-
curso crítico a la orientación aperturista y liberalizadora. Otras

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Bogotá, Colombia
La derrota de Macri está precedida cuatro fórmulas apenas superaron el 10% del
electorado. Sin duda, una gran polarización
de cuantiosas movilizaciones electoral que definió la contienda en primera
populares, que incluyen 5 paros vuelta a favor de la candidatura del frente
generales del movimiento sindical; liderado por la unidad del peronismo. La po-
larización incluye considerar una importante
protestas contra los “tarifazos” de cantidad de votos definidos por la negativa a
la dolarización de las tarifas de votar a una u otra fórmula de la polaridad, en
servicios públicos privatizados; virtual anticipo y negación de una segunda
vuelta o balotaje, lo que evidencia la cons-
un creciente movimiento trucción de novedosas identidades políticas
42 feminista que supone la lucha en nuestro tiempo.
por la igualdad de género, las ¿Qué sugiero? Que la coalición que lideran
los Fernández con casi el 50% de votos son
diversidades y las disidencias, más que la unidad del peronismo o la vuelta
como diversas iniciativas contra el del kirchnerismo gobernante entre 2003 y
modelo productivo extractivista 2015, ya que expresan una coalición diversa
que contiene en su seno identidades autode-
exacerbado y en defensa del medio finidas en un arco que se extiende desde la
ambiente y las condiciones de vida izquierda a la derecha, con matices en sus
de la población. Esta movilización posiciones sobre temas estratégicos, entre
otros relativos al orden económico, social
social en continuo es lo que abonó y a las relaciones e inserción internacional
el camino para la derrota electoral del país, especialmente al cómo posicionar-
del gobierno de la derecha. se con relación a Venezuela. Pero también,
que la coalición liderada por Macri se despi-
de del gobierno con una cosecha del 40% de
las voluntades electorales y con actos masi-
vos de tipo callejero, atípico a una tradición
ajena a todo aquello que no sea discreción y
actividad política puertas adentro.
He sugerido en ocasiones anteriores que la
novedad política post 2001 en la Argentina
se manifestaba en el “kirchnerismo” y en
el “macrismo”, que hegemonizan las coali-
ciones que disputaron gobierno en esta oca-
sión. En ambas coaliciones existen expresio-
nes de los partidos tradicionales, peronismo
y radicalismo, cuyas identidades son dispu-
tadas por personas cuyos nombres expre-
san corrientes diversas sobre el diagnóstico
del presente y del futuro del país. Se trata
de cambios en las identidades políticas, en
cuyo contexto el peronismo y el radicalis-
mo continúan siendo la tradición histórica,
cobijando nuevos fenómenos que intentan

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distanciarse de la matriz originaria y confi-
gurar una nueva representación política.
La hegemonía de las coaliciones está en el
kirchnerismo y en el macrismo, más preci-
samente en Cristina Fernández de Kirchner
(CFK) por un lado y en Mauricio Macri por
el otro. Junto a CFK coexiste un conjunto de
mujeres y hombres que disputarán el legado
y el liderazgo en el próximo tiempo, inclui-
dos el presidente electo, Alberto Fernández,
Máximo Kirchner, Axel Kicillof e, incluso,
una diversidad de dirigentes provinciales y 43
municipales al frente de los gobiernos pro-
vinciales, locales y sus parlamentos. Junto
a Macri se consolida en la sucesión el Jefe
del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires,
que repite mandato con el 55% de los votos
y por cierto la exgobernadora de la Provincia
de Buenos Aires y algunos líderes del radica-
lismo, especialmente los que mantienen posi-
ción de gobierno en provincias y municipios,
muy especialmente los que se encuentran en
la zona más rica del país y vinculada al agro-
negocio, donde se hizo fuerte la propuesta de
la derecha, en Mendoza, Córdoba, Santa Fe,
Entre Ríos y la ciudad de Buenos Aires.

¿Qué situación queda luego del


mandato de Macri (2015-2019)?

La situación es de inflación y recesión, con


alza de precios más cercana al 60% para este
año y una caída del PIB estimada en -3%;
con una política económica que tiene entre
los ganadores al complejo del agronegocio de
exportación con principal sustento en la soja
y sus derivados bajo dominación de las trans-
nacionales de la alimentación y la biotecno-
logía; el complejo de la megaminería a cielo
abierto; las petroleras y el nuevo objetivo de
los hidrocarburos no convencionales en el ya-
cimiento de Vaca Muerta; las privatizadas de
servicios públicos con sus dolarizadas tarifas;
el sector de empresas transnacionalizadas de
la industria de ensamble para el mercado
mundial, y, por supuesto, la especulación fi-
nanciera con la banca transnacional al frente

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Resulta complejo pensar el futuro y el elevado endeudamiento (casi 100% del
PIB) externo y público favorecido por el FMI
cercano de la Argentina, por el desde la corrida cambiaria de 2018.
condicionante estructural del Entre los perdedores se encuentra la mayoría
modelo productivo hegemónico de la sociedad, con una proyección de 40%
empobrecidos hacia fin de año y un registro
y los derivados del acuerdo con el a mediados de año del 10,6% de desempleo
FMI. Ahí está la demanda del poder abierto, una cifra superior de subempleo y
económico local y mundial, que un tercio de la fuerza de trabajo total en si-
tuación irregular, sin acceso a la seguridad
apunta a sostener el mecanismo social. La precariedad del empleo es un dato
44 de apropiación de plusvalor entre estructural con perspectivas de agravarse
los capitales más concentrados con la pretensión de reforma reaccionaria de
las relaciones laborales, contra los convenios
que actúan en el país. De otro colectivos de trabajo, el derecho protectorio
lado se demanda atender la de trabajadores, trabajadoras y sus organi-
emergencia alimentaria de una zaciones sindicales, sociales y territoriales.
Con ingresos por jubilaciones con la mayoría
mayoría social empobrecida y percibiendo el mínimo de una pirámide de in-
salir de manera urgente de la gresos achatada que pretende agudizarse con
recesión y el proceso de aceleración renovadas reformas contra los derechos de
jubiladas y jubilados. Además de la mayoría
inflacionaria de los precios. de trabajadoras y trabajadores, el sector de la
pequeña y mediana producción y empresaria
se ve también afectado ante la disminución
de la capacidad de compra de la mayoría de
la población y una inserción internacional
que privilegia las exportaciones del sector
integrado al sistema mundial del capitalismo
contemporáneo.
Son ganadores y perdedores de un modelo
productivo gestado bajo dictadura desde me-
diados de los 70, fortalecido en la década del
90 bajo gobiernos constitucionales, peronis-
tas y radicales, y claramente potenciado en
años de gobierno de Macri. Las políticas neo-
liberales, liberales de este tiempo, definieron
casi medio siglo de historia reciente, con pe-
riodos que intentaron morigerar el impacto
social sobre sectores de menores ingresos, sin
modificar los condicionantes estructurales:

a) la tendencia a la afectación de los de-


rechos, ingresos y condición socioeco-
nómica de las trabajadoras y los traba-
jadores;

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Es cierto que no se puede b) el cambio reaccionario de la función
estatal para favorecer la lógica de la
modificar de un momento a ganancia y la promoción del capital
otro el modelo productivo, privado, local y externo;
pero la impugnación a la lógica
c) una aceleración de la apertura del país
neoliberal solo puede prosperar al libre movimiento internacional de
si se apunta contra la dinámica capitales, servicios y mercancías con-
de acumulación capitalista, lo tra toda propuesta de inserción alter-
nativa promovida desde la región en
que solo es pensable desde una años recientes.
46 fuerte intervención organizada
y movilizada de la sociedad Las políticas neoliberales han generado una
concepción cultural individualista, del sálve-
con disposición a transformar se quien pueda, base de sustento para el aval
conscientemente la realidad. a una política de derecha, que por primera vez
No hay posibilidad de resolver en la historia constitucional de la Argentina
accedió por el voto al gobierno. La historia
la demanda social y el sentido desde 1930 es que la derecha accedía al go-
principal del voto con medidas bierno mediante golpes de Estado para inten-
de política económica que no tar subordinar al conjunto de la sociedad al
mandato de las clases dominantes, que ahora
confronten con el orden capitalista. desde 2015 intentaron perpetuarse por la vía
electoral bajo la presidencia de Macri. Es algo
a no subestimar con lo acumulado electoral-
mente (40%) y la movilización social visible
de estos últimos tiempos. Ese consenso hizo
posible la experiencia de gobierno de Mauri-
cio Macri, apoyada con endeudamiento pú-
blico y sustentado desde EE.UU., asociado al
interés de Trump por ahogar al proceso vene-
zolano con el objeto de obstaculizar cualquier
intento crítico a las políticas procapitalistas
y, sobre todo, con interés en apropiarse de la
enorme fuente de provisión de petróleo origi-
nario de Venezuela, la mayor reserva mun-
dial del estratégico insumo.
Al mismo tiempo debe señalarse que la derro-
ta de Macri está precedida de cuantiosas mo-
vilizaciones populares, que incluyen 5 paros
generales del movimiento sindical; protestas
contra los “tarifazos” de la dolarización de
las tarifas de servicios públicos privatizados;
un creciente movimiento feminista que su-
pone la lucha por la igualdad de género, las
diversidades y las disidencias, como diversas
iniciativas contra el modelo productivo ex-

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tractivista exacerbado y en defensa del me- se a proceso previo de investigación y audito-
dio ambiente y las condiciones de vida de la ria, tanto de las nuevas deudas de este último
población. Esta movilización social en conti- periodo como también de la acumulada desde
nuo es lo que abonó el camino para la derrota tiempos de la dictadura genocida. La investi-
electoral del gobierno de la derecha. gación constituye una asignatura pendiente,
aun cuando existe un importante avance en
Para pensar en lo que viene la Justicia, incluso con sentencias no ejecu-
tadas.
Resulta complejo pensar el futuro cercano de Es cierto que no se puede modificar de un
la Argentina, por el condicionante estructu- momento a otro el modelo productivo, pero la
ral del modelo productivo hegemónico y los impugnación a la lógica neoliberal solo puede
derivados del acuerdo con el FMI. Ahí está la prosperar si se apunta contra la dinámica de 47
demanda del poder económico local y mun- acumulación capitalista, lo que solo es pensa-
dial, que apunta a sostener el mecanismo de ble desde una fuerte intervención organizada
apropiación de plusvalor entre los capitales y movilizada de la sociedad con disposición a
más concentrados que actúan en el país. De transformar conscientemente la realidad. No
otro lado se demanda atender la emergencia hay posibilidad de resolver la demanda social
alimentaria de una mayoría social empobre- y el sentido principal del voto con medidas de
cida y salir de manera urgente de la recesión política económica que no confronten con el
y el proceso de aceleración inflacionaria de orden capitalista.
los precios. Un orden que se despliega desde la salida de
Más allá de un discurso crítico a las políticas la crisis de los 70 bajo el rótulo del neolibe-
de Macri, es aún prematuro definir por dónde ralismo, que son las políticas desplegados
transitará la política oficial del próximo go- desde el terrorismo de Estado del cono sur
bierno que asumirá el 10/12 próximo. Aún no de América como ensayo, para generalizarse
hay designaciones de futuros funcionarios. en los 80 en Gran Bretaña y EE.UU. y desde
Podemos anticipar que, si no existen respues- allí a todo el mundo, muy especialmente hace
tas inmediatas, es muy probable que escale el tres décadas con la caída del muro de Berlín
conflicto social, sustentado en la tradición de y la desarticulación de la URSS. El principal
luchas y organización de la Argentina, pero resultado fue la objeción a la prédica por una
también estimulado por el clima social del sociedad anticapitalista, lo que habilitó la ilu-
momento en la región. sión de la lucha contra el neoliberalismo para
Qué hacer con la deuda es un gran interro- recuperar otra forma de construir la socie-
gante. El FMI y EE.UU. han señalado dispo- dad capitalista, atendiendo las necesidades y
sición a la renegociación de los vencimien- derechos de la mayoría de la población. Esa
tos, incluso con llamada telefónica de Trump ilusión se agota con las cuantiosas experien-
para saludar al presidente electo y colocar a cias realizadas a su nombre, por lo que no hay
EE.UU. y al FMI a disposición para iniciar forma de confrontar al neoliberalismo, si al
renegociaciones. Esta voluntad no incluye mismo tiempo no se apunta contra el orden
necesariamente flexibilizar la condicionali- capitalista. Ese es el debate de este tiempo.
dad por el ajuste fiscal y las reaccionarias re-
formas laborales, previsionales e impositivas
contenidas en el acuerdo con el FMI. Existe
una opinión alternativa, que privilegia aten-
der las acreencias sociales antes que la de los
acreedores externos, lo que supone postergar
cancelaciones de deuda, la que debe someter-

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Bogotá, Colombia NUESTRA AMéRICA Contenido
SUBVERSIONES
INTELECTUALES
Ante la frustración
del ciclo progresista
en América Latina:
Una perspectiva estratégica
49

VÍCTOR MANUEL MONCAYO C.


EXRECTOR Y PROFESOR EMÉRITO
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

F
1. Algunas advertencias necesarias

rente a lo que se ha convenido en denominar el final del


ciclo de los gobiernos progresistas en América Latina aún
no podemos dar respuestas satisfactorias. Sin embar-
go, intentaremos contribuir con algunos elementos para
sugerirlas, teniendo en cuenta que esa circunstancia se
escenifica bajo la vigencia de una nueva fase del sistema de or-
ganización capitalista, que ha transformado radicalmente sus
formas sociales. Se trata de una era que sucede luego del ago-
tamiento del modelo fordista-taylorista-keynesiano, en ruptura
con las bases del llamado capitalismo industrial, a partir de una
naturaleza diferente del trabajo y de las fuentes del valor que
sustentan la acumulación del capital y reorganizan la explota-
ción como una expropiación rentista de lo común, en el contexto
del sistema financiero globalizado 1.
Si bien esa fase tiene rasgos relativamente comunes a nivel glo-
bal, ofrece especificidades en cada forma societaria, como las que
se advierten en cada una de las sociedades latinoamericanas en
función de sus diferentes configuraciones nacionales y de sus

1 Hemos analizado el debate sobre esta nueva gran transformación del Capita-
lismo en Éxodo: Salir del Capitalismo. Editorial Aurora, Bogotá, 2018.

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Bogotá, Colombia
Es preciso recuperar el sentido de distintas formas de inserción en el capitalis-
mo global.
la estrategia como la perspectiva Ahora bien, a cuarenta años de la trágica
que otorga sentido de conjunto desaparición de Poulantzas, bueno es regre-
y de largo plazo a los objetivos sar a sus iluminadores trabajos sobre el Es-
tado para recordar como la dimensión estatal
y medios superiores de una es parte constitutiva de la sociedad capitalis-
alternativa anticapitalista, que ta, y que esta se nos presenta históricamente
debe encarnarse en las prácticas bajo formas diversas que no pueden confun-
dirse con los regímenes políticos, ni mucho
concretas que ofrece la táctica en menos con los gobiernos en particular.
50 términos de eficacia inmediata. Sin En el caso concreto de América Latina la
estrategia se cae en el tacticismo, dimensión estatal propia del capitalismo ha
regido con sus rasgos esenciales, aunque con
que sucumbe ante el juego especificidades derivadas de las caracterís-
inmediatista, llegando a aceptar ticas de su advenimiento histórico al capi-
lo existente y a confundir el poder talismo y de su articulación con las formas
derivadas de su inserción colonial. Como tal,
de una minoría con las verdaderas esos Estados han correspondido también a
posibilidades de cambio. Son las necesidades de cada fase del capitalismo
los movimientos y las luchas y, en particular, a esa fase contemporánea a
la cual hemos aludido, aunque bajo formas
los que descubren y expresan la heterogéneas y en momentos temporales di-
estrategia que debe subordinar ferentes. Similar consideración puede hacer-
al liderazgo en su acción táctica. se respecto de los regímenes políticos, que
han sido distintos según el tratamiento na-
cional de las variaciones de organización y
funcionamiento del sistema democrático, de-
terminadas por la composición de las clases y
fracciones dominantes en el bloque de poder,
y por las organizaciones, luchas y resisten-
cias de los sectores explotados y excluidos.

2. El ciclo antineoliberal

En los inicios del presente siglo, varios países


del continente (excluidos México, Colombia,
Perú y Chile) inician lo que se ha bautizado
como un “ciclo de impugnación al neolibe-
ralismo en América Latina” (CINAL)2, como
resultado de procesos internos de luchas
sociales y de circunstancias particulares de

2 Mabel Thwaites Rey y Hernán Ouviña. “El ciclo de


impugnación al neoliberalismo en América Latina:
auge y fractura”, en Estados en Disputa, CLACSO,
Buenos Aires, 2018.

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Bogotá, Colombia SUBVERSIONES INTELECTUALES Contenido
51

funcionamiento de los sistemas político-re- Pero lo principal es que, en todos los casos,
presentativos. Su pretensión fue atender rei- con algunas excepciones notables, los proce-
vindicaciones de diversa índole provenientes sos no han estado acompañados por un reco-
de los movimientos indígenas, las organi- nocimiento claro de la fase actual del capita-
zaciones campesinas y los agrupamientos lismo y de su particular incidencia en cada
afrodescendientes, de los movimientos de sociedad. Más bien se acudió nostálgicamen-
desocupados y pobladores, y de sectores de te a reivindicar el Estado Bienestar, a exaltar
la clase trabajadora afectados por la precari- las posibles ventajas de un mejoramiento del
zación laboral y en sus condiciones de vida3 . sistema democrático-representativo, a plan-
Sobre sus desarrollos específicos no puede tear posibilidades de un capitalismo nacional
hablarse en términos de generalización, pues con rostro humano, a organizar sistemas de
son, sin duda, muy específicos. En algunos redistribución de rentas derivadas de un mo-
han sido significativas las respuestas a pro- mento internacional favorable, a la procla-
blemas de naturaleza colonial (como en Boli- mación de la igualdad y de nuevos derechos,
via y Ecuador), o a problemas de discrimina- al reconocimiento de la heterogeneidad de
ción y exclusión (como en Brasil). En otros, lo las singularidades múltiples y a legitimar la
determinante han sido problemas asociados llamada pertinencia de las políticas extrac-
al régimen político y a determinados gobier- tivistas por su papel generador de rentas de
nos (como en Venezuela, Argentina o Para- posible redistribución.
guay).

3 Mabel Thwaites Rey y Hernán Ouviña. Op. cit., ibí-


dem.

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Bogotá, Colombia SUBVERSIONES INTELECTUALES Contenido
El universo de los explotados de Pues bien, más allá de los resultados de esos
procesos que han sido analizados en cada
hoy es complejo y heterogéneo. caso con detenimiento4 , y que precisamente
Está más allá de los sectores aún han dado lugar a la tesis de que el “ciclo pro-
sometidos al régimen salarial gresista” ha concluido o ha entrado en cri-
sis, se podría afirmar que todos ellos repre-
propio del capitalismo industrial. sentaron una tentativa de enfrentar la fase
Se encuentra en una amplia gama contemporánea del capitalismo (el “neolibe-
de singularidades que optan por ralismo”) a través de gobiernos que buscaron
cambiar el régimen político de cada sociedad
diversas formas alternativas de en particular. Tentativa que se puede califi-
52 ingreso, que van desde la supuesta car como derrotada o fracasada. Podría decir-
autonomía del emprendimiento se que representaron ejercicios de cambio de
gobierno y de régimen político para ponerlos
individual y las muchas formas en funcionamiento en favor de una ruptura
precarias e inestables de de la fase actual del capitalismo y, por qué
remuneración hasta las prácticas no decirlo, del propio sistema de organización
capitalista, que han conducido en tiempos re-
informales, legales o no, de cientes, al menos parcialmente, a una involu-
captación de recursos. Es lo que se ción autoritaria, a regímenes y gobiernos de
ha llamado la “heterogeneidad del derecha o neofascistas, alineados de manera
abierta con las tendencias más recientes de
trabajo”, a la cual corresponden la fase neoliberal.
“multiplicidad de luchas, prácticas
de resistencia y rechazo que no 3. Hacia una perspectiva estratégica
pueden ser localmente unificadas y Más allá de los factores causales de esa frus-
representadas por organizaciones tración y de su revés autoritario, es el mo-
políticas tradicionales como mento para considerar, sin la pasión de la
los partidos y los sindicatos”.
4 Nos referimos, entre otros muchos, a estos ensa-
yos: Mabel Thwaites Rey y Hernán Ouviña. “El ciclo
de impugnación al neoliberalismo en América Lati-
na: auge y fractura”, en Estados en Disputa, CLACSO,
Buenos Aires, 2018; Antonio, Negri, Michel Hardt
y Sandro Mezzadra, en Biocapitalismo, procesos de
gobierno y Movimientos Sociales. Ed. FLACSO, Quito,
2013; Sylvain Schultze. Les gauches en Amerique du
Sud. La vie des idées. Febrero de 2018; Alberto Acos-
ta. “El correismo: un nuevo modelo de dominación
burguesa”. Sin permiso, septiembre 2013; Pablo
Stefanoni. “El nuevo escenario político boliviano:
¿Traspié electoral o fin de un ciclo?”, en Revista Nue-
va Sociedad No. 262, marzo-abril de 2016; Walter D.
Mignolo. “¿Giro a la izquierda o giro descolonial?
Evo Morales en Bolivia”. Revista del Sur No. 164. Mar-
zo/abril 2006.; Verónica Gago y Diego Sztulwark.
“La temporalidad de la lucha social en el fin de Ciclo
“Progresista” en América Latina”. En Dossier América
Latina, septiembre 2016.

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Noviembre de 2019
Bogotá, Colombia SUBVERSIONES INTELECTUALES Contenido
urgencia reactiva, las condiciones difíciles para una estrategia anticapitalista
en el contexto de regímenes y gobiernos más o menos autoritarios, sirvientes
de la fase actual del capitalismo, que podrían plantearse así:

a. Es preciso recuperar el sentido de la estrategia como la perspectiva que


otorga sentido de conjunto y de largo plazo a los objetivos y medios
superiores de una alternativa anticapitalista, que debe encarnarse en
las prácticas concretas que ofrece la táctica en términos de eficacia
inmediata. Sin estrategia se cae en el tacticismo, que sucumbe ante
el juego inmediatista, llegando a aceptar lo existente y a confundir el
poder de una minoría con las verdaderas posibilidades de cambio. Son
los movimientos y las luchas los que descubren y expresan la estrate- 53
gia que debe subordinar al liderazgo en su acción táctica. Como se ha
advertido, “La acción de la multitud ya no es (o no debe ser) táctica,
corta de miras y ciega al interés social general. La vocación (Beruf)
de la multitud es estratégica. Y, de manera acorde, el liderazgo debe
convertirse en algo fundamentalmente diferente: un arma que blandir
y que desechar según dicte la ocasión”5 .

b. En la fase actual, de manera tendencial va quedando atrás la explo-


tación de la fuerza de trabajo bajo el modelo industrial, dando paso a
nuevas formas de explotación-extracción del valor a partir de las cre-
cientes formas de cooperación social y de apropiación del común natu-
ral/social, mediante mecanismos novedosos que giran especialmente
alrededor de los instrumentos del sistema financiero, que convierten
en renta el beneficio o la riqueza generada. Hoy la producción se esce-
nifica de manera creciente en redes cooperativas, y sus resultados no
son sólo mercancías de distinta naturaleza sino las propias relaciones
sociales.

c. Ese carácter cada vez más social de la producción vuelve la propiedad


un residuo obsoleto que evidencia la naturaleza común no sólo de los
recursos naturales, sino de las relaciones productivas y de sus resul-
tados, y convierte en ilegítima y absurda la necesidad de apelar a la
voluntad general para soportar el sistema democrático-representativo
como núcleo esencial del Estado propio del capitalismo.

d. Y, lo que es más importante, ha determinado que los sujetos del traba-


jo no sean ya meramente instrumentos del Capital, sino que al poder
incorporar a sus propios cuerpos y cerebros, las herramientas produc-
tivas y el General Intellect, puedan erigirse como singularidades au-
tónomas del Capital. En este sentido se afirma que la producción es
biopolítica.

5 Michael Hardt y Antonio Negri. Asamblea. Editorial AKAL, Madrid, 2019, p.48

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Bogotá, Colombia SUBVERSIONES INTELECTUALES Contenido
e. En la dimensión estatal, por lo tanto, se desmorona la falacia represen-
tativa que, sin embargo, continúa operando como un cascarón vacío en
el cual nadie cree, apelando al monopolio de la fuerza legítima, a la po-
testad represiva, que es la que permite el advenimiento de regímenes
autoritarios o neofascistas, como los que han surgido en ciertos casos
de derrumbe de los gobiernos progresistas (el de Bolsonaro en Brasil o
el de Macri en Argentina o el más reciente de Ecuador).

f. En los espacios de los Estados nacionales, la nueva naturaleza social


de la producción, hace imposible el despliegue de las políticas que ca-
racterizaron el Estado Bienestar que, sin embargo, reclaman con nos-
54 talgia quienes piensan que la historia del capitalismo puede retroceder.
En la etapa inicial de la fase contemporánea del capitalismo, la forma
estatal transitó la ruta de las privatizaciones o de imprimirle la lógica
privada a los aparatos estatales concebidos para contribuir con salario
indirecto, pero ahora tiene que acudir a su potestad reguladora para re-
componer y mantener un determinado bloque de poder y para afrontar
de la mejor manera las tendencias globales del capitalismo y tratar de
conservar algún beneficio en los intrincados lazos del sistema finan-
ciero global6.

g. El universo de los explotados de hoy es complejo y heterogéneo. Está


más allá de los sectores aún sometidos al régimen salarial propio del
capitalismo industrial. Se encuentra en una amplia gama de singu-
laridades que optan por diversas formas alternativas de ingreso, que
van desde la supuesta autonomía del emprendimiento individual y las
muchas formas precarias e inestables de remuneración hasta las prác-
ticas informales, legales o no, de captación de recursos. Es lo que se ha
llamado la “heterogeneidad del trabajo”, a la cual corresponden “mul-
tiplicidad de luchas, prácticas de resistencia y rechazo que no pueden
ser localmente unificadas y representadas por organizaciones políticas
tradicionales como los partidos y los sindicatos”7.

h. Existe allí un espacio para la comunicación y la traducción de todos


esos elementos heterogéneos en un proyecto de nuevas organizaciones,
de nuevas redes, ligadas ahora por lo que es común8. Pero, también nos
encontramos con el peligro de que se produzca entre ellos una segmen-
tación por razones de género, étnicas o territoriales9, o que la tensiones
suscitadas por el orden capitalista en materias tales como la seguridad
individual y social, la corrupción o el medio ambiente provoquen iluso-

6 Ver algunos desarrollos interesantes sobre este particular en Emmanuel Rodríguez López. La
Política en el ocaso de la clase media. Ed. Traficantes de Sueños. Madrid, 2016.
7 Sandro Mezzadra. Vivir en Transición. Hacia una teoría heterolingüe de la multitud. Publicaciones
EIPCP, junio de 2007.
8 Sandro Mezzadra. Op. cit., ibídem.
9 Emmanuel Rodríguez López. Op. cit., ibídem, p. 227

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Bogotá, Colombia SUBVERSIONES INTELECTUALES Contenido
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rias identificaciones de la población sobre las cuales se edifiquen fórmulas populistas


de todo tipo o figuras neofascistas. Riesgo populista que también acecha a los gobier-
nos de izquierda o progresistas, que luego de “reconocer su fuente en los movimientos
que los trajeron al poder, [...] siempre acaban separándose de esa fuente y afirmando
que el poder político es el ámbito autónomo respecto al social, afirmando que pueden
discernir y representar la voluntad general del pueblo. Los populistas sobreestiman la
importancia del poder estatal y subestiman las expresiones políticas de los movimien-
tos sociales, no solo por su legitimidad sino también por la efectividad del proyecto. El
populismo se caracteriza entonces por una paradoja central: una adulación verbal del
poder del pueblo pero, en última instancia, un control y una toma de decisiones por
parte de una camarilla de políticos”10.

En ese contexto, es necesaria y útil la crítica para la continuidad de la resistencia con propó-
sitos subversivos a fin de que esas singularidades reencuentren su camino, con independen-
cia de los regímenes y gobiernos existentes, y para que señalen su estrategia a las nuevas
formas de organización que las integren; para que hallen nuevas modalidades de expresión
de la resistencia y de la subversión, deslindándose de las conocidas y ya superadas; para
que actúen en los aparatos estatales, especialmente en los democrático-representativos con
todas las cautelas posibles para impedir los procesos de cooptación; para que reivindiquen la
desmercantilización de todos los bienes y servicios que la cooperación social puede asumir en
forma autónoma, sin caer en el espejismo de la estatización; en fin, para controlar y gestionar
sin mediaciones los bienes comunes.

10 Michael Hardt y Antonio Negri. Asamblea. Editorial AKAL, Madrid, 2019, p.49

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Bogotá, Colombia SUBVERSIONES INTELECTUALES Contenido
SEÑALES DE LA
IMPLEMENTACIÓN
El trazador presupuestal
para la paz y los
recursos para la
implementación 2020.
Simulación y “creatividad técnica”
57

MARCELA VALENCIA TORO


POLITÓLOGA
ESPECIALISTA EN ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS
MAGÍSTER EN DESARROLLO RURAL
ESTUDIANTE DEL DOCTORADO EN ESTUDIOS POLÍTICOS
Y RELACIONES INTERNACIONALES
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

U
no de los problemas estructurales con respecto a la
implementación del Acuerdo de Paz con las FARC-EP
tiene que ver con la asignación presupuestal para la
puesta en marcha de las acciones necesarias para la
paz. El escenario que se construyó en el Plan Marco
de la Implementación (PMI) es de desfinanciación estructural, en
la medida en que se estableció un monto de $129,5 billones para
una vigencia de 15 años. Este monto, desde la perspectiva de or-
ganizaciones como ANIF o Bank of America, está muy por debajo
de los recursos necesarios para la implementación de todas las
acciones contenidas en el Acuerdo Final (AF). En esto coincide la
Contraloría General de la República en su segundo informe sobre
la implementación del AF, señalando que los recursos asignados
en el PMI son coherentes con la regla fiscal, pero no son sufi-
cientes para la implementación de los acordado, especialmente
en los puntos de Reforma Rural Integral, el Programa Integral
de Sustitución de Cultivos y el fortalecimiento de la reparación
integral de la Ley 1448 de 2011 (CGR, 2018), es decir, con los ejes
centrales del AF para la garantía de una paz estable y duradera.
La posibilidad de realizar seguimiento con respecto a los temas
presupuestales no existe, pues en la actualidad el Sistema In-
tegrado de Información para el Conflicto (SIIPO) no está fun-
cionando, por lo que no se puede decir a ciencia cierta cuánto

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Noviembre de 2019 Contenido
Bogotá, Colombia
La posibilidad de realizar se ha invertido hoy en la implementación. A
esto se suma la invisibilización de la imple-
seguimiento con respecto a los mentación del AF en el Presupuesto General
temas presupuestales no existe, de la Nación 2019, en el que no se presentó
pues en la actualidad el Sistema la relación entre productos específicos del
PMI y recursos asignados. La cifra global
Integrado de Información para presupuestal que pudo identificarse para el
el Conflicto (SIIPO) no está año fiscal en vigencia fue de apenas $ 1,63
funcionando, por lo que no se billones para el punto de la Reforma Rural
Integral, el Fin del Conflicto y para el punto 5
puede decir a ciencia cierta de Víctimas (Cepdipo, 2018).
58 cuánto se ha invertido hoy en En la primera versión del proyecto de Presu-
la implementación. A esto se puesto General de la Nación 2020 entregado
por el Gobierno Nacional se incluyó un anexo
suma la invisibilización de la con el presupuesto destinado para la imple-
implementación del AF en el mentación del AF, a partir del trazador pre-
Presupuesto General de la Nación supuestal para la paz. Este documento, que
pareciera un avance en relación con la posi-
2019, en el que no se presentó la bilidad de hacer un seguimiento a los dineros
relación entre productos específicos invertidos en la paz, terminó brindando más
del PMI y recursos asignados. elementos para señalar que existe una ten-
dencia al incumplimiento que se disfraza a
partir de la simulación.
El anexo parte de un primer problema: El
monto total de la asignación de $9,7 billones
para el año 2020 es más alto que el contem-
plado en el PMI, que es en promedio de $ 8,6
billones anuales, contemplando todas las
fuentes presupuestales. Es decir, con esta
perspectiva el Gobierno Nacional estaría ha-
ciendo un esfuerzo presupuestal superior en
un $1,1 billones y este rubro no contemplaría
recursos provenientes de la cooperación in-
ternacional, el Sistema General de Regalías,
los actores privados y los entes territoriales.
Esto no parece coherente con la perspectiva
macroeconómica para el país ni es realis-
ta con respecto a las acciones realizadas en
periodos fiscales anteriores con respecto a la
paz.
Sumado a la incoherencia de la cifra total de
la asignación, se puede ubicar un problema
con respecto a las fuentes para las asignacio-
nes presupuestales. De los $9,7 billones tota-
les para el año 2020 $4,7 billones provienen
del Sistema General de Participaciones en el
rubro de destinación específica. Esto impli-

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Bogotá, Colombia SEñALES DE LA IMPLEMENTACIóN Contenido
59

ca que son recursos que están asignados a al Ministerio de Defensa-Armada, supues-


salud, educación y saneamiento básico y co- tamente porque la Armada brinda seguridad
rresponden a una obligación constitucional a los Espacios Territoriales de Capacitación
del Gobierno central con las entidades terri- y Reincorporación (ETCR). Cualquier lector
toriales, por lo que se puede señalar clara- atento notará el problema: la Armada es la
mente que no son recursos nuevos. Es decir, encargada de la salvaguarda de ríos y mares
que el esfuerzo presupuestal real asciende a y hasta donde se puede ver no hay un ETCR
$ 5 billones. ubicado en una isla. Este cuidado tampoco se
En segundo lugar, de acuerdo con lo señalado contempla como parte de un producto PMI,
por el Gobierno Nacional, el trazador presu- que es el documento estratégico de la planea-
puestal se construyó a partir de una serie de ción de la implementación.
talleres en los que se expusieron a las enti- En tercer lugar, sumada a la falta de esfuerzo
dades los contenidos de PMI y estas estable- presupuestal real y a la aparición de insti-
cieron en sus presupuestos las acciones que tuciones extrañas y que no tienen ninguna
consideraban le aportaban de alguna forma acción contemplada en el PMI, se encuentra
a las iniciativas por la paz. Pero al realizar que en el presupuesto para la paz correspon-
este ejercicio lo que se encuentra es que no diente al año 2020 el 76 % de los recursos
hay coherencia entre los productos del PMI asignados corresponden al concepto de fun-
y los proyectos a los que se están cargando cionamiento de las instituciones. Esto no es
rubros que supuestamente cumplen con es- menor: De acuerdo con lo establecido en el
tas acciones. Un ejemplo de esto lo encontra- PMI, las acciones de la implementación se
mos en el punto 3, en el que se estableció un traducen en productos específicos, lo que im-
presupuesto de $4.772 millones destinados plicaría que la mayoría de rubros asignados

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Bogotá, Colombia SEñALES DE LA IMPLEMENTACIóN Contenido
Para el gobierno de Iván Duque para la implementación corresponderían a
presupuesto de inversión. Técnicamente se
hacer trizas el Acuerdo Final sigue podría pensar que los recursos de funciona-
siendo la perspectiva fundamental miento deberían limitarse a las instituciones
de acción, pero como entendió que del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Re-
paración y No Repetición (SIVJRNR) y tal
no podría lograrlo a partir de la vez a la Agencia de Renovación del Territorio
modificación de la reglamentación (ART), pues esta se encarga específicamente
que busca brindarle estabilidad al de la implementación de los Planes de Desa-
rrollo con Enfoque Territorial, en la medida
Acuerdo y, además, se dio cuenta de en que son los nuevos esfuerzos institucio-
60 que la comunidad internacional y nales que implicó el Acuerdo Final. Pero el
las fuerzas políticas progresistas del Gobierno Nacional decidió imputar a la im-
plementación un muy importante porcentaje
país no permitirían su eliminación, de recursos para el funcionamiento de ins-
terminó iniciando las acciones tituciones, para atender a sus funciones mi-
necesarias para hacer inviable la sionales, sin que tengan una relación clara
con los productos del PMI. Esta es otra de las
implementación del Acuerdo a señales de la simulación de implementación.
partir de su desfinanciación y de Un último aspecto tiene que ver con la im-
una serie de maromas técnicas putación a la implementación del Acuerdo
Final de rubros relacionados con acciones de
que hicieran pensar que hay un los entes de control para el seguimiento de
esfuerzo real para lograr la paz. temas de política pública que existían antes
de la firma del Acuerdo. Un ejemplo de esto
es la inclusión como presupuesto de la imple-
mentación del seguimiento que debe realizar
la Defensoría del Pueblo a la implementación
de la Ley 1448 de 2011. Esta tarea, de vital
importancia, no se puede entender como par-
te de la paz, pues claramente constituye un
compromiso previo del Estado colombiano
con la política de atención a las víctimas que
no se modificó en los términos que debería
realizarse en coherencia con el Acuerdo Final
en el punto de Víctimas.
Todos los elementos anteriores denotan una
realidad apremiante: para el gobierno de
Iván Duque hacer trizas el Acuerdo Final
sigue siendo la perspectiva fundamental de
acción, pero como entendió que no podría lo-
grarlo a partir de la modificación de la regla-
mentación que busca brindarle estabilidad al
Acuerdo y, además, se dio cuenta de que la
comunidad internacional y las fuerzas polí-
ticas progresistas del país no permitirían su
eliminación, terminó iniciando las acciones

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Bogotá, Colombia SEñALES DE LA IMPLEMENTACIóN Contenido
61

necesarias para hacer inviable la implementación del Acuerdo a partir de su desfinanciación


y de una serie de maromas técnicas que hicieran pensar que hay un esfuerzo real para lograr
la paz.
En esto radica la perspectiva de la simulación de la implementación y de la “creatividad
técnica” que se refleja en este anexo del PGN: “Ponga ahí cualquier plata, siga con el mismo
nombre de los programas, haga de cuenta que de verdad queremos implementar el Acuerdo
Final porque no se puede generar otra grieta en la limitada gobernabilidad que hoy tiene el
Centro Democrático”. Ello genera, por supuesto, la necesidad de un seguimiento técnico de las
acciones del Gobierno con respecto a la paz, pero también, y esto es más urgente, de la visibi-
lidad que los diferentes sectores que defienden la paz deben dar a esta lógica de la simulación
que pretende esconder el peligro al que se enfrenta la implementación hoy.

Bibliografía

ʝ Cepdipo (2018). La implementación del acuerdo final en el presupuesto general de la nación 2019. La
paz desfinanciada. Bogotá: Colombia.

ʝ CGR (2018). Segundo informe al Congreso sobre la ejecución de los recursos y cumplimiento de las
metas del componente para la paz del Plan Plurianual de Inversiones. 1 de enero de 2017 a 30 de marzo
de 2018, en: https://www.contraloria.gov.co/documents/20181/787219/Segundo+informe+al+Con-
greso+sobre+la+ejecuci%C3%B3n+de+los+recursos+y+cumplimiento+de+las+metas+del+componen-
te+para+la+paz+del+Plan+Plurianual+de+Inversiones+1+de+enereo+de+2017+a+30+de+marzo+-
de+2018.pdf/6af3e981-05e3-44b0-8d3d-c334edbc60c6

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Noviembre de 2019
Bogotá, Colombia SEñALES DE LA IMPLEMENTACIóN Contenido
Zonas Futuro
Una estrategia dirigida a
desdibujar la paz territorial
del Acuerdo Final
63

SANDRA NARANJO ARISTIZÁBAL


ABOGADA
UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA
MAESTRÍA EN SOCIOLOGÍA
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

DIANA MACHUCA PÉREZ


POLITÓLOGA
MAGÍSTER EN ESTUDIOS POLÍTICOS
Y RELACIONES INTERNACIONALES
IEPRI

A
continuación se plantea una problematización a la
iniciativa de las Zonas Futuro lanzadas recientemen-
te por el actual Gobierno como una estrategia que
desdibuja la propuesta de paz territorial concebida en
el Acuerdo Final. El propósito se desarrolla en tres
momentos: primero, se hace una exposición del contenido de la
iniciativa; segundo, se analiza el modo en que esta atenta contra
la concepción de los Programas de Desarrollo con Enfoque Terri-
torial que sustentan la base territorial del Acuerdo Final, y, fi-
nalmente, se incluye un tercer apartado dirigido a destacar cómo
las Zonas Futuro se configuran como uno de los varios ejericios
de paralelismo institucional que viene adelantando este Gobier-
no en el marco de su tendencia a simular la implementación del
Acuerdo Final en abierta contravía con su contenido.

Las Zonas Futuro como política de


seguridad y lucha antidrogas

Las Zonas Futuro son una nueva estrategia gubernamental lan-


zada el pasado 8 de agosto por parte del presidente Iván Duque
en el municipio de Tumaco. De acuerdo con la exposición del
Presidente, las Zonas Futuro se caracterizan por sus economías
ilícitas, la violencia y la criminalidad, la ausencia de Estado o su

80
Noviembre de 2019 Contenido
Bogotá, Colombia
El primer año de gobierno del presidente Duque se ha
caracterizado por el incumplimiento al Acuerdo manifestado
a través de tres estrategias principales: Primero, la inexistencia
de un cavpítulo especial de paz en las bases y en la ley del
Plan Nacional de Desarrollo; segundo, la simulación de la
implementación, en tanto el Gobierno pone en marcha
64 ciertas “acciones de paz” que terminan desconfigurando el
sentido, los conceptos, y los propósitos del Acuerdo, y, por
último, el paralelismo institucional, desde el cual se crean
nuevas instituciones que, pese a su aparente convergencia
con el Acuerdo, constituyen arreglos institucionales que
terminan por suplantar sus propósitos centrales.

precaria presencia y altos índices de necesidades básicas insatisfechas (Pre-


sidencia, 2019b). Es así como la Presidencia propone en dichos lugares “dirigir
una acción estatal unificada que permita transformar los territorios y lograr
su control institucional, promoviendo legalidad, emprendimiento y equidad”
(Presidencia, 2019a). De esta manera, la estrategia plantea como objetivo la
transformación productiva de los territorios, garantizar el acceso a los ser-
vicios sociales básicos y formalizar la propiedad de la tierra, restituir a los
despojados y promover la iniciativa privada y la economía.
A partir de esta idea, la estrategia contempla los siguientes pilares:
1. Juntos: El Estado no llega de manera articulada, se requieren
que lleguen todas las instituciones de manera conjunta.
2. Coordinación y compartir intereses
comunes: Trabajo de articulación.
3. Rendición de cuentas: Garantizar la transparencia
en la inversión y ejecución de los recursos.

Bajo este marco, la intervención en las Zonas Futuro dispone de unos objeti-
vos y acciones que se inscriben en los criterios del Gobierno consignados en
el Plan Nacional de Desarrollo, a saber: legalidad, emprendimiento y equidad.

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Bogotá, Colombia SEñALES DE LA IMPLEMENTACIóN Contenido
Criterio Objetivos
Enfrentar y desarticular las redes criminales.
Luchar contra el narcotráfico bajo el concepto de la Ruta
Futuro: Visión integral para acabar con los cultivos ilícitos;
Legalidad combinar estrategias de erradicación forzada.
Acabar con el narcotráfico, pues es el causante
del asesinato de los líderes sociales.
Desmantelamiento de los carteles.
Buscar que la pequeña, mediana y gran empresa
prospere trayendo inversión y generando empleo. 65
Fomentar el pequeño emprendimiento: salones de belleza,
productos para la piel, comercialización pesquera.
Acceso a crédito para micro y pequeños empresarios.
Emprendimiento
Facilitar llegada de nuevos mercados.
Cosecha y venda a la fija: programa del gobierno de
Duque (venta de productos sin intermediarios).
Fortalecer sellos productivos de la región que permitan pasar la
página del narcotráfico: cacao, palma, frutales, activación pesquera.
Traer soluciones de vivienda. Mejoramiento de
pisos, techos, baños y baterías sanitarias.
Equidad Programa de adulto mayor. Mejorar el pago mensual.
Programas de educación: primera infancia, programas de doble
titulación y educación gratuita de jóvenes a la educación superior.
Elaboración propia con base en Presidencia (2019b).

Desconfiguración y desconocimiento de los Planes


de Desarrollo con Enfoque Territorial

El Acuerdo Final de paz prioriza la intervención estatal en unas regiones


específicas a través de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial
(PDET) que, de acuerdo con su diagnóstico, son regiones altamente vulnera-
bles, víctimas de las históricas condiciones de inequidad te2rritorial expresa-
das en pobreza y situaciones de alta conflictividad armada. Esta intervención
propuso en su momento que dichos lugares pudieran convertirse en los nodos
centrales del quehacer estatal en la perspectiva de un cierre de brechas con
respecto de otras regiones y de avanzar en la cimentación de unas bases mí-
nimas a partir de las cuales fuera posible encaminarse la construcción de la
paz territorial.
Además de lo anterior, el Acuerdo contempla sintonizar dicha intervención
territorial con una política de atención a la problemática de cultivos de uso
ilícito a través del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de
Uso Ilícito (PNIS) y los respectivos Planes Integrales Comunitarios y Muni-
cipales de Sustitución y Desarrollo Alternativo (PISDA), los cuales, articu-
lados con los PDET, constituyen una estrategia integral del Acuerdo Final

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Bogotá, Colombia SEñALES DE LA IMPLEMENTACIóN Contenido
Pese al tono coherente que puede para atender los escenarios de conflictividad
y precariedad en perspectiva de avanzar ha-
contener esta propuesta, lo cierto cia una verdadera transformación territorial.
es que el planteamiento de nuevas Sin embargo, el Plan Nacional de Desarrollo
figuras de intervención en los 2018-2022 “Pacto por Colombia, Pacto por
la equidad” da un primer paso hacia el des-
territorios que se asemejan a los conocimiento de los propósitos centrales de
PDET, o que de manera superficial esta estrategia de intervención integral, en
pueden llegar a perseguir sus la medida que, si bien establece la implemen-
tación de varias de las políticas contenidas
mismos propósitos, genera varios en el plan de cuatrienio con énfasis en zonas
66 interrogantes. En primer lugar, PDET, al mismo tiempo define un nuevo cri-
no resulta claro ni se justifica por terio de priorización territorial contrario a los
propósitos del Acuerdo alrededor de lo que
parte del Gobierno la necesidad denomina Zonas Estratégicas de Interven-
de crear una nueva figura. ción Integral (ZEII).
Bajo el objetivo de la seguridad nacional
–contrario al concepto de seguridad huma-
na establecido en el Acuerdo Final–, estas
ZEII, definidas por el Ministerio de Defensa,
conllevan a la simultaneidad de dos figu-
ras de priorización territorial que, si bien el
PND anuncia deben estar articuladas (DNP,
2019:62), lo cierto es que responden a concep-
tos y enfoques diferentes de la intervención
estatal, lo que resulta más complejo ante su
eventual traslape.
Ahora, aunada a dicha simultaneidad de
figuras, se suma la adopción de las Zonas
Futuro que, de acuerdo con la Presidencia,
contribuirán a acelerar la implementación
de los PDET mediante la puesta en marcha
de acciones inmediatas que necesitan dichos
territorios para alcanzar opciones dignas de
desarrollo (Presidencia, 2019b). Asimismo, de
forma insistente el Presidente advirtió que,
en lugar de ir en contravía de los PDET, las
Zonas Futuro contribuyen a lograr acciones
de paz en los territorios: “(...) las Zonas Fu-
turo nacen para trabajar desde y para los
territorios. Llegan como una forma comple-
mentaria y congruente con los PDET, y como
estrategia focalizada para atacar la violen-
cia” (Presidencia, 2019b).
Pese al tono coherente que puede contener
esta propuesta, lo cierto es que el plantea-
miento de nuevas figuras de intervención en

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Noviembre de 2019
Bogotá, Colombia SEñALES DE LA IMPLEMENTACIóN Contenido
67

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Noviembre de 2019
Bogotá, Colombia SEñALES DE LA IMPLEMENTACIóN Contenido
los territorios que se asemejan a los PDET, o que de manera superficial pue-
den llegar a perseguir sus mismos propósitos, genera varios interrogantes.
En primer lugar, no resulta claro ni se justifica por parte del Gobierno la
necesidad de crear una nueva figura. Los PDET formulados, con todas las
dificultades que tuvo su planeación y con los vacíos que se encuentran en
su construcción, ya son herramientas resultado de un proceso participativo
con las comunidades que generó unos diagnósticos y propuestas desde las
regiones, que, a su vez, esperan recursos para ser llevados a cabo. ¿Por qué no
seguir entonces con esa ruta de implementación que respeta acuerdos comu-
nitarios y en últimas el Acuerdo de Paz?
En segundo lugar, en el discurso del Presidente se encuentran relacionadas
68 estas zonas con la estrategia de Ruta Futuro, la hoja de ruta de la política
antidroga de Duque, la cual insiste en el recurso y el retorno a las fumiga-
ciones y a la criminalización del consumo, medidas que por si solas proponen
un abierto rechazo a la solución del problema de las drogas planteado en el
Acuerdo Final.
En vista de lo anterior, existe una superposición de estrategias a nivel terri-
torial con las ZEII, los PDET y las Zonas Futuro que desdibuja la prioridad
que el Acuerdo Final pretendía de los PDET. Consecuentemente, se desnatu-
raliza su sentido y con ello la estructura material y territorial del Acuerdo
Final con la que se esperaba que las regiones más apartadas y con precaria
presencia del Estado pudieran contar con nuevas intervenciones plenamente
coherentes con sus necesidades, de acuerdo con su población y, así, superar
sus más esenciales limitaciones para conectarse con el resto del país. De este
modo, la paz territorial a la que le apostaba el Acuerdo Final buscaba generar
las condiciones sociales mínimas de bienestar que contribuyeran al cierre de
espacios para la reproducción de la conflictividad.
Esta superposición de zonas con criterios contradictorios o con énfasis inne-
cesarios, cuya aparente justificación hubiera podido atenderse con una con-
secuente implementación de los PDET en articulación con el PNIS, pone en
cuestión los esfuerzos del Gobierno para hacer del Acuerdo de Paz una política
de Estado, como lo dejó señalado la Corte Constitucional.
Más que inventar una nueva figura para “acelerar” la implementación de los
PDET, lo que claman las regiones que los conforman es la implementación
de las medidas que con sus limitaciones fueron definidas participativamen-
te como producto de un ejercicio liderado por el Estado mismo, así como la
priorización de la implementación en esas regiones de las figuras del Acuerdo
Final, como el acceso a tierras, los planes nacionales, los PISDA, medidas que
concebidas en su integralidad buscan atender las problemáticas más sentidas
de las regiones y dar respuestas en materia de seguridad y cultivos de uso
ilícito, entre otras, desde una perspectiva que, al no ser compartida por este
Gobierno, se desdibuja tan paulatinamente como intentaron lograr forma.

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Bogotá, Colombia SEñALES DE LA IMPLEMENTACIóN Contenido
Los PDET formulados, con todas Del paralelismo institucional
a la tendencia a simular la
las dificultades que tuvo su implementación del Acuerdo Final
planeación y con los vacíos que se
encuentran en su construcción, Como ha sido indicado en los informes de
implementación del Acuerdo de Paz del
ya son herramientas resultado de Centro de Pensamiento y Diálogo Político
un proceso participativo con las (2019a, 2019b) este primer año de gobierno
comunidades que generó unos del presidente Duque se ha caracterizado
por el incumplimiento al Acuerdo manifes-
diagnósticos y propuestas desde tado a través de tres estrategias principa-
las regiones, que, a su vez, esperan les: Primero, la inexistencia de un capítulo 69

recursos para ser llevados a cabo. especial de paz en las bases y en la ley del
Plan Nacional de Desarrollo; segundo, la si-
¿Por qué no seguir entonces con mulación de la implementación, en tanto el
esa ruta de implementación que Gobierno pone en marcha ciertas “acciones
respeta acuerdos comunitarios y de paz” que terminan desconfigurando el
sentido, los conceptos, y los propósitos del
en últimas el Acuerdo de Paz? Acuerdo, y, por último, el paralelismo insti-
tucional, desde el cual se crean nuevas ins-
tituciones que, pese a su aparente conver-
gencia con el Acuerdo, constituyen arreglos
institucionales que terminan por suplantar
sus propósitos centrales.
A la luz de este paralelismo institucional es
posible evaluar la propuesta del Gobierno
sobre las llamadas Zonas Futuro, figura que
termina suplantando los diseños institucio-
nales del Acuerdo, en este caso los PDET
y el PNIS, al priorizar enfoques que nun-
ca fueron incluidos en el Acuerdo, como
la seguridad desde el punto de vista de la
presencia y fortalecimiento de la fuerza pú-
blica en los territorios, las fumigaciones y la
criminalización del consumo, lo que desco-
noce no solo los ejercicios de participación
comunitaria que, con algunos límites, se
habían hecho en la formulación de PDET,
sino una priorización territorial en perspec-
tiva regional que generare condiciones mí-
nimas para avanzar en la transformación de
las históricas inequidades territoriales que
caracterizan a Colombia y que han sido el
escenario de exacerbación del conflicto en
ciertas áreas del territorio nacional.

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Referencias

ʝ CEPDIPO, & CSIVI-FARC. (2019a, agosto).


Documento de Trabajo No. 16. De la Paz Ausente
a la Paz Simulada. Análisis del Proyecto de
Presupuesto General de la Nación 2020.

ʝ CEPDIPO, & CSIVI-FARC. (2019b, septiembre).


La Implementación del Acuerdo de paz
durante el Gobierno de Iván Duque.
Tendencia a la perfidia y a la simulación.
70
ʝ DNP. (2019). Bases Plan nacional de Desarrollo
2018-2022. Pacto por Colombia, Pacto por
la Equidad, en: https://colaboracion.dnp.gov.
co/CDT/Prensa/BasesPND2018-2022n.pdf

ʝ Presidencia de la República (2019a). Zonas


futuro Zonas Estratégicas de intervención
Integral, en: https://id.presidencia.gov.co/
Documents/190808-Infografia-Zonas-Futuro.pdf

ʝ Presidencia de la República (2019b) En Tumaco, el


Presidente Duque lanzó Zonas Futuro, estrategia
integral para impulsar el desarrollo en los
territorios más afectados por la violencia y la
pobreza, en: https://id.presidencia.gov.co/Paginas/
prensa/2019/190808-Tumaco-Presidente-Duque-
lanzo-Zonas-Futuro-estrategia-integral-impulsar-
desarrollo-territorios-afectados-violencia.aspx

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De luchas y resistencias:
Algunas preocupaciones
e intereses de las
mujeres exguerrilleras
73

MARÍA FERNANDA VELANDIA


LICENCIADA EN GESTIÓN AMBIENTAL
UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MILITANTE DEL FEMINISMO Y DE LA EDUCACIÓN POPULAR
ASESORA DEL ENFOQUE DE GÉNERO EN EL PROCESO DE REINCORPORACIÓN

XIMENA CORREAL CABEZAS


FEMINISTA, COMUNICADORA, EDUCADORA
ESPECIALISTA EN GERENCIA Y GESTIÓN CULTURAL
MAGISTRA EN ESTUDIOS CULTURALES

La reincorporación es solo una parte para lograr las transfor-


maciones que necesitamos.

Marcela Gonzáles, Caldono (Cauca)

A
bordar el tema de reincorporación no es fácil, ya que,
además de depender de aparatos institucionales que
faciliten su materialización en el marco del Estado
Social de Derecho, afecta directamente las apuestas
de vida de la población exguerrillera y, a su vez, in-
volucra reivindicaciones históricas de todo el pueblo colombiano.
El presente documento tiene como objetivo visibilizar algunas
preocupaciones e intereses de las mujeres exguerrilleras. Se ge-
nera producto de los diálogos y encuentros realizados entre no-
viembre de 2018 y marzo de 2019 en diferentes zonas del país1.
No pretende, sin embargo, abarcar todas las necesidades o apues-
tas identificadas, sino destacar algunas de las que prevalecieron
durante los intercambios. Estas preocupaciones, necesidades e

1 Antioquia: Anorí, Ituango; Cauca: El Bordo, El Estrecho y Popayán; Cesar, Tie-


rragrata; La Guajira: Pondores; Meta: La Julia, La Macarena, El Diamante, Vis-
ta Hermosa; Nariño: La Variante; Norte de Santander: Caño Indio; Putumayo:
La Carmelita; Risaralda: Pereira; y, Tolima: Icononzo

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Noviembre de 2019 Contenido
Bogotá, Colombia
En el Acuerdo se reconoció intereses de las mujeres parten de un profun-
el enfoque de género como do compromiso por lo colectivo. El aprendi-
zaje es grande, y es que las mujeres no solo
principio transversal y en cada piensan en sí mismas, siempre –quizá por ese
punto este fue sin duda un “darse a otros” culturalmente aprendido– es-
campo de disputa de las partes tán pensando en función de su espacio, de
su zona o, como diría Victoria Sandino, “de
(lo sigue siendo hoy), donde la esos lugares en donde finalmente está nues-
firmeza y trabajo impulsado tra gente”2 .
por la Subcomisión de Género
El lado A de la historia
74 dio sus frutos. En él se definió la
reincorporación como un proceso La reincorporación es el salto cualitativo
que consideraría los intereses de que se dio no es algo solo económico,
sino que obedece a todas las necesida-
la comunidad de las FARC-EP, de des humanas. La reincorporación no es
sus integrantes y sus familias, solo para la gente rural, también debe
orientado al fortalecimiento del ser en lo urbano.

tejido social en los territorios, con Camila Cienfuegos, La Elvira (Cauca)


enfoque diferencial y énfasis en
los derechos de las mujeres. El lado A de la historia es aquel consignado
en los documentos que recogen el enfoque de
género, desde el Acuerdo Final de Paz, algu-
nas normas y unos mínimos esperados en el
proceso de reincorporación. Frente a esto hay
diferentes avances que siguen siendo hoy
importantes en materia de implementación,
pero que no obstante carecen o incorporan
muy vagamente el enfoque3 .
En el Acuerdo se reconoció el enfoque de gé-
nero como principio transversal y en cada
punto este fue sin duda un campo de disputa
de las partes (lo sigue siendo hoy), donde la

2 Intervención durante el Encuentro Regional de


Mujeres del Suroccidente Colombiano realizado
del 19 al 21 de febrero.
3 “Las disposiciones incluidas en la normativa apro-
bada y en la que se encuentra en trámite, hacen
referencia a la inclusión, visibilización y priorización
de las mujeres, sin embargo, no incluye considera-
ciones referentes a la población LGBTI, lo cual repre-
senta un retroceso para la garantía de sus derechos.
Además, algunas de estas disposiciones son gené-
ricas, por lo cual, se desconocen las acciones que
permitan garantizar la efectiva inclusión de este
enfoque” (CINEP-CERAC, diciembre de 2018: 5).

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Bogotá, Colombia SEñALES DE LA IMPLEMENTACIóN Contenido
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firmeza y trabajo impulsado por la Subcomi- Por su parte, la Comisión Nacional de Mu-
sión de Género dio sus frutos. En él se definió jer, Género y Diversidades construyó colec-
la reincorporación como un proceso que con- tivamente la Estrategia Integral para la Re-
sideraría los intereses de la comunidad de las incorporación de las Mujeres de la FARC, la
FARC-EP, de sus integrantes y sus familias, cual incluyó cinco líneas de acción: social,
orientado al fortalecimiento del tejido social política, económica, seguridad y jurídica, y,
en los territorios, con enfoque diferencial y én- contempló algunas medidas afirmativas para
fasis en los derechos de las mujeres. resarcir los riesgos que se tendrían durante el
En este mismo marco, en junio de 2018, se proceso de reincorporación (riesgos que son
emitió la Política Nacional para la Reincorpo- ahora una realidad). Bajo esta ruta de nave-
ración Social y Económica de Exintegrantes de gación, la Comisión ha impulsado el fortale-
las FARC-EP (CONPES 3931), cuyo objetivo es cimiento político de las mujeres como actoras
garantizar la reincorporación integral de exin- fundamentales en el partido y con ello, para
tegrantes de las FARC-EP y sus familias a la el país. Se supo desde un inicio que las accio-
vida civil, de acuerdo con sus intereses y en el nes adelantadas por las mujeres en diferen-
marco del Acuerdo Final. La Política incluyó tes dimensiones supondrían mayores retos
un total de 97 acciones prioritarias asignadas a nivel partidario y comunitario, por ello se
a 19 entidades del Estado con un horizonte de previó y se sigue trabajando por impulsar su
tiempo en materia de cumplimiento a 2026. De liderazgo y participación.
estas acciones, 17 fueron acciones prioritarias
en materia de género.

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Para las mujeres y, en general, prevalecieron durante las conversaciones e
intercambios.
para los habitantes de las zonas, Para las mujeres y, en general, para los ha-
la tenencia de la tierra ha sido y bitantes de las zonas, la tenencia de la tie-
será siempre una problemática rra ha sido y será siempre una problemática
fundamental, ya que “sin tierra no hay na-
fundamental, ya que “sin tierra da”4; de hecho, fue esta una de las razones
no hay nada”; de hecho, fue esta que dio origen al conflicto armado en el país
una de las razones que dio origen y al surgimiento de una guerrilla como las
FARC. Con la formalización de la tenencia
al conflicto armado en el país y al podría avanzarse en lo mínimo que se pue-
76 surgimiento de una guerrilla como de tener, un espacio para habitar, para cons-
las FARC. Con la formalización truir viviendas, contar con acceso efectivo a
servicios públicos, permitir que las rutas y
de la tenencia podría avanzarse transportes lleguen a esa Colombia lejana 5 e
en lo mínimo que se puede tener, iniciar procesos productivos.
un espacio para habitar, para La vivienda ha sintetizado eso más íntimo,
ese espacio propio que quizás muchas y mu-
construir viviendas, contar con chos nunca tuvieron6. Pese a esto, las muje-
acceso efectivo a servicios públicos, res se empeñan en sacar adelante proyectos
permitir que las rutas y transportes productivos como iniciativas de autoabaste-
cimiento y para obtener recursos, tales como
lleguen a esa Colombia lejana e sastrerías, gallinas ponedoras, espacios de
iniciar procesos productivos. cuidado, turismo, apicultura, restaurantes y
huertas. Se presenta, sin embargo, como un
elemento en común, que en algunas de las
El lado B de la historia zonas las iniciativas impulsadas tienden a
reproducir roles de género tradicionales.
Quisimos llegar a esas zonas a las que Otra de las preocupaciones primordiales es la
nada hubiera llegado, si por lo menos garantía del derecho a la salud libre de estig-
nosotros no estuviéramos aquí. Fue una mas y estereotipos hacia esta población. Hay
decisión colectiva el estar aquí adentro secuelas propias de la guerra y actualmente
y el que todo lo que se negociara inclu-
yera también a la gente de la comuni-
dad. 4 Palabras recogidas durante la visita realizada al
ETCR de Caño Indio (Norte de Santander) en febre-
Karina, Caño Indio (Norte de Santander) ro de 2019.
5 Increíble por ejemplo que en trayectos tan cerca-
nos por carretera como la vía Bogotá-Tolima, y en
Quisiéramos plantear este lado de la historia este departamento, llegar al municipio de Plana-
como aquel que ocurre todos los días, resul- das tome según el estado del clima y las carreteras
tado de la fuerza colectiva inagotable que se casi el mismo tiempo que se requiera para llegar al
nutre de esperanza. Esta historia es lidera- Caribe colombiano, que es mucho más lejano en
da por las mujeres, esas que tienen la fuer- términos de distancia.
za de árboles centenarios, las que persisten 6 Es común en los diálogos y formaciones de género
problematizar el tema de “lo privado” y “lo público”,
y resisten. Las preocupaciones e intereses
pero también lo es encontrarse con respuestas
que aquí se presentan son aquellos que más asociadas a que si nunca lo tuvieron; es lo mínimo
que desearían tener: un espacio propio.

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no se cuenta con una ruta clara y la atención Otro tema que no podemos dejar de mencio-
específica que estas dolencias requieren. La nar es el “baby boom” del que tanto hablaron
población exguerrillera ya se enfrenta a un los medios. El proceso de paz trajo consigo
sistema de salud que olvida las particula- que en varias de las zonas la reproducción
ridades propias del campo y, con ello, a sus fuese una prioridad para las mujeres y, con
campesinos y campesinas. En parte con la ello, la casa y las labores que allí se realizan,
expectativa de llenar estos vacíos, una gran sus principales actividades. Hubiese sido cla-
cantidad de exguerrilleras y exguerrilleros se ve que con la llegada de las zonas veredales
animaron a homologar sus saberes en salud7. y la instalación de los ETCR, la oferta ins-
Por otro lado, es clave destacar que las mu- titucional previera la importancia (dados los
jeres quieren seguir estudiando, para algunas anteriores procesos de paz en el mundo) de
cursar su bachillerato constituye apenas un servicios de salud sexual y reproductiva, que
escalón para seguir con sus estudios técnicos o minimizaran los efectos de esta realidad.
superiores, encontrar una manera de emplear- Algunas mujeres, además del cuidado, han
se y de aportar a los procesos de organización tenido a su cargo responsabilidades organi-
y producción colectiva. Interesan procesos de zativas y políticas, asunto que ha aumentado
formación a largo plazo, pero, al mismo tiem- su carga de trabajo de una manera significa-
po, posibilidades económicas viables. tiva, dificultando su autocuidado y su parti-
cipación en otros escenarios fundamentales8.

7 Mujeres y hombres de FARC durante la guerra rea- 8 Es por esto que una demanda generalizada es la de
lizaron diferentes oficios, entre esos, fueron médi- espacios de cuidado para niños y niñas en las zo-
cos/as y enfermeros/as. nas.

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Los procesos de autogestión Es clave que se entienda la necesidad de
asumir la crianza como un escenario políti-
de los que son protagonistas co fundamental para la construcción de las
mujeres y hombres exguerrilleros bases de una nueva sociedad y que, como
demuestran su interés por construir tal, requiere de abordajes colectivos a partir
de una pedagogía propia que reconozcan en
alternativas de buen vivir, a pesar niños, niñas y adolescentes sujetos políticos.
del incumplimiento de lo acordado Como resultado de la problemática mencio-
en La habana. Sí, es innegable nada, las mujeres han regresado al espacio
privado (y con ello a las labores domésticas)9
que se siente desesperanza y y han empezado a silenciarse. No obstante,
78 desconfianza, pero la inacción hay interés por parte de algunas en impul-
no ha sido la decisión. Por ello, es sar el trabajo de género, pero es fundamen-
tal que se reconozca a las encargadas de ese
fundamental una lectura mucho trabajo y a los comités como actores políticos
más estratégica del contexto legítimos en las diferentes zonas. En este
actual, en el que sean las apuestas marco, es necesario el fortalecimiento de los
liderazgos de mujeres en espacios decisivos
propias las que se posicionen en lo como las cooperativas, consejos territoriales
público –lo cual incluye concebir las de reincorporación y escenarios de inciden-
luchas del feminismo insurgente cia, superando debilidades frente al descono-
cimiento político y administrativo en el fun-
como luchas propias– y no las cionamiento de los mismos.
externas –esas que nada tienen Otra razón que ha afectado la participación
que ver con la transformación es la violencia política en los territorios. En
efecto, amenazas por parte de diferentes ac-
social– las que se impongan. tores han dificultado o fragmentado el tejido
de redes y la incidencia no solo de las muje-
res sino, en general, de los habitantes de las
diferentes zonas. Existe temor a la hora de
movilizarse y de posicionar sus reivindica-

9 “El trabajo doméstico fue transformado en un atri-


buto natural en vez de ser reconocido como traba-
jo ya que estaba destinado a no ser remunerado.
El capital tenía que convencernos de que es natu-
ral, inevitable e incluso una actividad que te hace
sentir plena, para así hacernos aceptar el trabajar
sin obtener un salario. A su vez, la condición no re-
munerada del trabajo doméstico ha sido el arma
más poderosa en el fortalecimiento de la extendi-
da asunción de que el trabajo doméstico no es un
trabajo, anticipándose al negarle este carácter a
que las mujeres se rebelen contra él, excepto en el
ámbito privado del dormitorio-cocina que toda la
sociedad acuerda ridiculizar, minimizando de esta
manera aún más a las protagonistas de la lucha. Se
nos ve como brujas gruñonas, no como trabajado-
ras en lucha” (Federicci, 2013: 37).

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Bogotá, Colombia SEñALES DE LA IMPLEMENTACIóN Contenido
ciones. Se carga con el estigma de ser FARC, colectivo en términos de redistribución, reco-
ser exguerrilleras, haber entrado al proceso nocimiento y participación.
de negociación y ser líderes comunitarias.
Igualmente, en algunas zonas las exguerri- Referencias bibliográficas
lleras y sus hijos han sido víctimas de violen-
cias de género por parte principalmente de ʝ Comisión Nacional de Mujer,
sus compañeros, y no en todos los casos se Género y Diversidad Sexual
han reconocido estos hechos como una pro- de FARC. Estrategia Integral
blemática a la que debe prestarse atención para la Reincorporación de
en los espacios o nuevos puntos. Las mujeres las Mujeres de FARC.
organizadas han insistido en la necesidad de
tomar acciones que frenen estas situaciones, ʝ Federicci, S. (2013). Revolución 79
por lo que es fundamental que se generen es- en punto cero. Trabajo doméstico,
pacios de cuidado y protección al interior de reproducción y luchas feministas.
las zonas para resguardar su integridad y su Traficantes de Sueños. Madrid.
vida; que a nivel interno se rechace cualquie-
ra de estas prácticas (FARC es un partido de- ʝ Relatorías visitas realizadas
nominado públicamente antipatriarcal) y que a los diferentes espacios
la institucionalidad fortalezca la garantía del territoriales y nuevos
derecho a una vida libre de violencias y, con puntos de reagrupamiento
ello, que en la relación con las exguerrilleras entre noviembre de 2018
se faciliten herramientas para que logren ac- y marzo de 2019.
ceder a la justicia.
En suma, los procesos de autogestión de los ʝ Secretaría Técnica del
que son protagonistas mujeres y hombres ex- Componente Internacional de
guerrilleros demuestran su interés por cons- Verificación CINEP/PPP-CERAC.
truir alternativas de buen vivir, a pesar del Segundo informe de verificación
incumplimiento de lo acordado en La Haba- de la implementación del Enfoque
na. Sí, es innegable que se siente desespe- de Género en el Acuerdo Final
ranza y desconfianza, pero la inacción no ha de Paz en Colombia para los
sido la decisión. Por ello, es fundamental una Verificadores Internacionales
lectura mucho más estratégica del contexto Felipe González y José Mujica (A.F.
actual, en el que sean las apuestas propias 6.3.2). Diciembre de 2018.
las que se posicionen en lo público –lo cual
incluye concebir las luchas del feminismo
insurgente como luchas propias– y no las ex-
ternas –esas que nada tienen que ver con la
transformación social– las que se impongan10.
La apuesta de las mujeres de las FARC sigue
siendo una lucha colectiva, pero esto requie-
re transformaciones reales a nivel interno y

10 No es raro por ejemplo escucharles decir que llegó


determinada entidad o agencia de cooperación a
ofrecerles un curso o una iniciativa económica, y
que deben hacerla. Es fundamental fortalecerse
en procesos de interlocución y diálogo.

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Bogotá, Colombia SEñALES DE LA IMPLEMENTACIóN Contenido
EDITORIAL
Alfredo Molano: Un
caminante en busca
de la verdad

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JESÚS GUALDRÓN

Escribí buscando los adentros de la gente


en sus afueras, en sus padecimientos,
su valor, sus ilusiones. Borraba más que
escribía, hurgaba, rebuscaba el acorde
de las sensaciones que vivía la gente con las
que yo mismo llevaba cargadas en un
morral. Un río crecido, una noche oscura, un
jadeo debajo del aguacero que golpea un
techo de zinc, el terror de oír armas en las sombras
eran caminos por donde entraba la vida
que se jugaba en las selvas y por donde llegaba
su soplo a mis letras. Creo que sólo ahí, en el
acecho, en el peligro, en el miedo aparecía el reclamo
de justicia que yo buscaba para contarlo1.

Alfredo Molano

Alfredo no se fue a descansar, Alfredo nos está


moviendo de una manera que no entendemos,
pero que nos va a llevar hasta siempre.

Francisco de Roux

1 Noticia publicada en Revista Semana:  http://www.semana.com/nacion/arti-


culo/premio-nacional-simon-bolivar-2016-alfredo-molano-recibe-premio-a-la-vi-
da-y-obra-de-un-periodista/504185

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Noviembre de 2019 Contenido
Bogotá, Colombia
E
l fallecimiento del sociólogo, escritor y periodista
Alfredo Molano Bravo constituye indiscutiblemente
una irreparable pérdida para nuestro país.
En los últimos días hemos visto en los medios aca-
démicos, políticos y noticiosos multitud de artículos,
reseñas, comentarios y entrevistas destinados a relevar su
aporte a la comprensión de nuestra compleja realidad y a la
construcción de una memoria histórica, tanto más necesaria
cuanto existen poderosas fuerzas oscurantistas en nuestro
medio empeñadas en tergiversar y cubrir con un manto de
humo y olvido la realidad del conflicto social y armado colom-
82 biano, y sus causas y consecuencias.
Alfredo Molano, despreciando todos los riesgos, tanto los na-
turales como los derivados del talante criminal de las oligar-
quías terratenientes y sus agentes políticos y paramilitares, y
asumiendo incluso el camino del exilio, recorrió el país, inda-
gó entre los colonos, los cultivadores de coca, los campesinos
y las guerrillas, buscando la verdad histórica, reconstruyen-
do historias de vida, acercando a la ciudad, a la academia, a
los medios de comunicación a ese país desconocido –al que se
ha dado en denominar la Colombia profunda–, complejo, con-
tradictorio y violento, que, pese a todo, sigue señalando ter-
camente los caminos por los que deberíamos transitar hacia
la paz y la solución negociada de nuestra conflictividad.
Y en esas historias, recogidas bajo el cobijo de árboles mile-
narios y al arrullo de ríos infinitos que han irrigado la epider-
mis de nuestro suelo desde siempre, Molano tejió con enorme
dedicación y paciencia la red de hechos y causalidades que
imbrican las diversas etapas de la historia de un país en el
que la guerra y la violencia se constituyeron desde sus inicios
en el común denominador de su existencia. Los títulos de sus
libros son como un mapa de itinerancias múltiples e ininte-
rrumpidas: Trochas y fusiles, Selva adentro: una historia oral
de la colonización del Guaviare, Siguiendo el corte: relatos de
guerras y de tierras, Trochas y fusiles, Del Llano llano: relatos
y testimonios, A lomo de mula, Los años del tropel ..., un infini-
to recorrido literario, vital y comprometido que desentraña e
ilustra nuestra historia y combate, al tiempo, contra la injus-
ticia, poniéndose del lado de los sueños de esos protagonistas
anónimos de nuestro devenir que él tan bien conocía.
Alfredo Molano persiguió también el sueño de la paz, y lu-
chó por alcanzarla. De ese activo compromiso político con
el futuro de nuestro pueblo hizo parte, entre muchas otros
libros, columnas y reportajes, su contribución a los trabajos
de la Comisión de Historia del Conflicto y sus Víctimas, de
la cual fue miembro. El texto titulado Fragmentos de la His-

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Bogotá, Colombia EDITORIAL Contenido
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Bogotá, Colombia EDITORIAL Contenido
toria del Conflicto Armado (1920-2010)2 hace un recorrido por
la historia política del país en ese periodo, con énfasis en la
génesis del conflicto social y armado en diferentes regiones
y en diferentes etapas, ocupándose también de la historia de
los movimientos guerrilleros insurgentes, antes y después del
viraje representado por el surgimiento del Frente Nacional.
El acento de su reflexión se sitúa en el conflicto por la tierra
que subyace a la confrontación social, y del cual los proce-
sos de colonización y ampliación de la frontera agrícola son
parte sustantiva.
Molano fue elegido en noviembre de 2017 para hacer parte de
84 la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Conviven-
cia y la No Repetición, a la que se vinculó activamente hasta
sus últimos días. Allí aportó su enorme saber y experiencia en
el contacto directo con las regiones en las que el conflicto fue
especialmente brutal y con las víctimas, conocedoras de la
verdad y protagonistas de la lucha por la paz.
El padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión, decía
recordando su trabajo: “Alfredo, con su vida nos llamó a po-
nernos al lado de la gente [...] Alfredo nos llamó a no perder
el tiempo [...] Alfredo nos llamó a no tener miedo [...] Alfredo
nos llamó al silencio. Nos invitó a darle cabida para escuchar-
nos a nosotros mismos [...] Alfredo, finalmente, nos llamó a
la esperanza [...]”.
Izquierda se suma a las manifestaciones de duelo con motivo
de su desaparición física y exalta su contribución a la lucha
por la memoria histórica, la verdad, los derechos humanos y
la paz.

Coletilla: Al terminar de escribir esta nota, nos enteramos de


la renuncia del ministro de Defensa, Guillermo Botero, contra
quien se adelantaba una moción de censura en el Congreso
Nacional. Su caída muestra el fracaso de la política de se-
guridad del gobierno de Duque que se inscribe en la misma
filosofía de la nefasta política de “seguridad democrática” y
ha dado en abundancia los mismos frutos de aquella: viola-
ción de los derechos humanos, criminalización de la protesta
social, falsos positivos y crecimiento de la violencia armada.
¿Significará el cambio de ministro un cambio de la política de
seguridad para que esta promueva la paz, la tolerancia y el
buen vivir de los colombianos?

2 Véase http://espaciocritico.com/sites/all/files/libros/chcv/chcv_molano.pdf

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Todos los números de la publicación se pueden consultar en
www.espaciocritico.com | www.revistaizquierda.com
Tolas las imágenes de la esta publicación fueron tomadas de
las siguientes fuentes, en orden de aparición

PDA https://www.theclinic.cl/wp-content/uploads/2019/10/Plaza-Italia-1.jpg

4 https://elpais.com/elpais/2019/10/25/album/1572025713_245765.html

9 https://elpais.com/elpais/2019/10/11/album/1570829587_202254.html#foto_gal

11 https://elpais.com/elpais/2019/10/11/album/1570829587_202254.html#foto_gal

12 https://elpais.com/elpais/2019/10/26/album/1572088158_397471.html

15 https://elpais.com/elpais/2019/10/11/album/1570829587_202254.html#foto_gal

19 https://elpais.com/elpais/2019/10/25/album/1572025713_245765.html

20 https://elpais.com/elpais/2019/10/26/album/1572088158_397471.html

23 https://elpais.com/elpais/2019/10/26/album/1572088158_397471.html

25 https://elpais.com/elpais/2019/10/26/album/1572088158_397471.html

27 https://elpais.com/elpais/2019/10/26/album/1572088158_397471.html

28 https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50124583

31 https://www.elespectador.com/noticias/el-mundo/lo-que-dejan-las-protestas-de-chile-hasta-el-momento-articulo-887433

37 https://www.am.com.mx/noticias/Decretan-toque-de-queda-en-Chile-por-descontento-social-ante-tarifas-del-Metro-20191019-0059.html

39 https://elpais.com/elpais/2019/10/26/album/1572088158_397471.html

40 https://elpais.com/elpais/2019/10/26/opinion/1572099617_821165.html

43 https://www.dw.com/es/por-qu%C3%A9-arde-am%C3%A9rica-latina/a-51040605

45 https://elpais.com/elpais/2019/10/11/album/1570829587_202254.html#foto_gal

45 https://elpais.com/internacional/2019/10/13/america/1570993974_158093.html

48 https://elpais.com/elpais/2019/10/26/album/1572088158_397471.html

51 https://elpais.com/internacional/2019/10/04/colombia/1570220008_285079.html

55 https://elpais.com/internacional/2019/09/06/america/1567786855_874135.html

56 https://elpais.com/elpais/2019/10/25/album/1571999550_091591.html#foto_gal

59 https://elpais.com/elpais/2019/10/25/album/1571999550_091591.html#foto_gal

61 https://elpais.com/elpais/2019/11/06/album/1573033334_134936.html#foto_gal

62 https://elpais.com/elpais/2019/02/15/album/1550250482_649881.html#foto_gal

67 https://elpais.com/elpais/2019/02/15/album/1550250482_649881.html#foto_gal

71 https://www.dw.com/es/disturbios-en-hait%C3%AD-durante-protestas-por-desabastecimiento-de-combustible/a-50523810

71 https://elpais.com/elpais/2019/02/15/album/1550250482_649881.html#foto_gal

72 https://elpais.com/elpais/2019/10/29/album/1572359990_722547.html#foto_gal_8

75 https://elpais.com/internacional/2019/11/05/actualidad/1572974665_298313.html

77

80 https://www.publimetro.cl/cl/noticias/2019/09/05/nos-cansamos-nos-unimos-jornada-de-protestas-en-santiago.html

83 https://www.elpais.cr/2019/10/31/alfredo-molano-el-gran-narrador-del-conflicto-armado-fallece-en-colombia/

85 https://www.eldesconcierto.cl/2019/06/18/de-chile-a-bangladesh-la-ola-feminista-en-america-latina-y-el-mundo/

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