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DOI: http://dx.doi.org/10.22201/iij.24484873e.2017.149.11353
Resumen: El derecho a la vida es uno de los Abstract: The right to life is one of the most
derechos humanos más importante; ha sido important human rights, it has been recognized in
reconocido en todos los tratados de derechos all human rights treaties and on a national level,
humanos y a nivel nacional; su privación es their breach is a criminal offence. Nonetheless, in
sancionada penalmente. Sin embargo, en International Criminal Law it doesn’t have the
el derecho penal internacional no tiene la same regulation that national jurisdictions and
misma regulación que en las jurisdicciones the same importance in contrast with others hu-
nacionales, y tampoco tiene la misma im- man rights such as human dignity, due process and
portancia en comparación con otros dere- racial equality.
chos humanos, como la dignidad humana,
el debido proceso y la igualdad racial.
I. Introducción
4
Corte IDH, caso Comunidad Indígena Yakye Axa v. Paraguay, fondo reparaciones y costas,
sentencia del 17 de junio de 2005, serie C, núm. 125, párrs. 162-176.
5 Corte IDH, caso Comunidad Indígena Sawhoyamaxa v. Paraguay, fondo, reparaciones y
costas, sentencia del 29 de marzo de 2006, serie C, núm. 146, párrs. 150-155.
6 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículo 6 (1) y Carta Árabe de
Derechos Humanos, artículo 5 (a).
7 Convenio Europeo de Derechos Humanos, artículo 2 (1) y Convención Americana
sobre Derechos Humanos, artículo 4 (1).
Se debe tomar en cuenta que como disposición (art. 2), que no sólo salva-
guarda el derecho a la vida sino también establece las condiciones cuando la
privación de la vida puede estar justificada, el articulo 2 (art. 2) se ubica como
uno de los preceptos más importantes en la Convención, de hecho uno que,
en tiempos de paz, no admite derogación bajo el Artículo 15 (art. 15). Junto
con el artículo 3 (art. 15+3) de la Convención, consagra uno de los valores bá-
sicos de las sociedades democráticas que forman el Consejo de Europa. Como
tal, sus disposiciones deben ser interpretadas estrictamente.13
Existen otros dos aspectos importantes para este estudio donde se ex-
pande la aplicación del DAV. En Öneryildiz, el TEDH también plantea la
regla de que no sólo los organismos públicos pueden violar este derecho.
Sin embargo, este principio usualmente ha sido aplicado a casos donde
las autoridades no han realizado una investigación exhaustiva, por lo
que no se ha determinado si la violación fue causada por un agente del
Estado.22
Adicionalmente, el TEDH también ha considerado casos donde en
realidad no ha ocurrido privación de la vida, ya que la sola amenaza es su-
ficiente para violar el artículo 2o.23 Dentro de estos casos, los más relevan-
tes para la presente discusión son aquellos donde la pérdida de vida siguió
a un caso de privación de la libertad, como en la desaparición forzada.24
29 Corte IDH, caso Juan Humberto Sánchez v. Honduras. excepción preliminar, fondo, re-
paraciones y costas, sentencia del 7 de junio de 2003, serie C, núm. 99, párr. 99
30 Corte IDH, caso “Instituto de Reeducación del Menor” v. Paraguay, excepciones prelimina-
res, fondo, reparaciones y costas, sentencia del 2 de septiembre de 2004, serie C, núm. 112,
párr. 160.
31 Corte IDH, caso Comunidad Indígena Yakye Axa v. Paraguay, fondo, reparaciones y costas,
sentencia del 17 de junio de 2005, serie C, núm. 125, párr. 162.
32 Corte IDH, caso Ximenes Lopes v. Brasil, sentencia del 4 de julio de 2006, serie C, núm.
149, párr. 148.
33 Corte IDH, caso Velásquez Rodríguez v. Honduras, fondo, sentencia del 29 de julio de
1988, serie C, núm. 4, párr. 156.
34 Ibidem, párr. 157; véase también Corte IDH, caso Godínez Cruz v. Honduras, fondo,
sentencia del 20 de enero de 1989, serie C, núm. 5, párr. 165. En este caso, se identificó un
patrón de desapariciones forzadas en el Estado.
35 Corte IDH, caso Blake v. Guatemala, fondo, sentencia del 24 de enero de 1998, serie C,
núm. 36, párr. 66.
36 Corte IDH, caso Barrios Altos v. Perú, fondo, sentencia del 14 de marzo de 2001, serie
C, núm. 75, párr. 41.
37 Corte IDH, caso de la Masacre de Pueblo Bello v. Colombia, sentencia del 31 de enero de
2006, serie C, núm. 140, párr. 143.
1. Genocidio
38
Mettraux, Guénaël, “International Crimes and Ad Hoc Tribunals”, BHRLR, vol.
6, 2005. (Para un análisis exhaustivo de los crímenes internacionales desarrollados por la
jurisprudencia de los tribunales de Naciones Unidas para la Ex-Yugoslavia y Ruanda).
39 Elementos de los Crímenes, U.N. Doc. PCNICC/2000/1/Add.2 (2000), artículo 6
(c) Genocidio mediante sometimiento intencional a condiciones de existencia que hayan
de acarrear su destrucción física. Ninguno de los cinco elementos que conforman dicho
crimen requieren la privación de la vida, como tal.
En el artículo 7 (1) del ECPI hay dos tipos penales que describen la
privación de la vida o al menos la amenaza a ésta, el asesinato y el exter-
minio como crímenes de lesa humanidad.42 El exterminio “comprenderá
la imposición intencional de condiciones de vida, entre otras, la privación
del acceso a alimentos o medicinas, entre otras, encaminadas a causar la
destrucción de parte de una población”.43
Mientras que el asesinato como crimen de lesa humanidad es evi-
dente, el exterminio es menos claro, ya que a primera vista se podría in-
40 Gil, Alicia, El genocidio y otros crímenes internacionales, Valencia, Centro Francisco To-
más y Valiente UNED-Alzira Valencia, 1999, p. 142, véase también Alonzo-Maizlish,
David, “In Whole or in Part: Group Rights, the Intent Element of Genocide, and the
‘Quantitative Criterion’”, New York University Law Review, vol. 77, 2002. Afirmando que el
“genocidio” se basa en la existencia de un grupo internacionalmente reconocido.
41 TPIY, Prosecutor v. Sikirica et al., Judgement on defence motions to acquit, IT-95-8-T, 3
de septiembre de 2001, párr. 89: La prueba debe demostrar que es el grupo el que ha sido
seleccionado como objetivo y no meramente personas específicas dentro del grupo. Ello es
el significado de la frase “como tal” en el encabezado. Mientras que son los individuos los
que constituyen las víctimas de la mayoría de los crímenes, la víctima final del genocidio
es el grupo, aunque su destrucción necesariamente implica la comisión de crímenes contra
sus miembros; es decir, contra las personas que pertenecen a ese grupo”. Véase Saul, Ben,
“Was the Conflict in East Timor ‘Genocide’ and why does it matter?”, Melbourne Journal of
International Law, vol. 2, 2001. Menciona que en realidad el genocidio ofende al individuo y
al grupo, aunque este autor reconoce que en derecho internacional el genocidio es el más
atroz de los dos.
42 La CPI, al analizar el asesinato como crimen de lesa humanidad, únicamente de-
sarrolla los elementos del tipo penal. Véase CPI, Prosecutor v. Germain Katanga, Judgment
pursuant to article 74 of the Statute, Trial Chamber II, 7 march 2014, ICC-01/04-01/07-
3436, párrs. 765-782, CPI, Prosecutor v. Jean-Pierre Bemba Gombo, Judgment pursuant to ar-
ticle 74 of the Statute, 21 march 2016, ICC-01/05-01/08-3343, párrs. 87-90; CPI, Pros-
ecutor v. Bosco Ntaganda, Decision Pursuant to Article 61(7)(a) and (b) of the Rome Statute
on the Charges of the Prosecutor Against Bosco Ntaganda¸ Pre-Trial Chamber II, 9 june
2014, ICC-01/04-02/06-309, párrs. 38-44.
43 Estatuto de la Corte Penal Internacional, A/CONF.183/9 (en adelante ECPI) ar-
tículo 7 (2)(b).
ferir que no tiene lugar ninguna pérdida de la vida. Sin embargo, de los
elementos de los crímenes44 se desprende que este resultado es requerido
conforme a la definición penal.
No obstante, ambas conductas requieren que sean cometidas como
parte de un ataque sistemático o generalizado, lo que significa que los
casos individuales de privación de la vida no son crímenes de lesa hu-
manidad.45 Esta afirmación se confirma por la definición del ECPI de
“ataque contra la población civil”: “se entenderá como ‘ataque contra la
población civil’ una línea de conducta que implique la comisión múltiple
de actos mencionados en el párrafo 1 contra una población civil, de con-
formidad con la política de un Estado o de una organización de cometer
ese ataque…”.46
Si bien se puede argumentar que los actos mencionados no tienen
que ser del mismo tipo, un solo asesinato (o caso de exterminio) tiene que
haberse cometido como parte de un ataque; es decir, debe estar acompa-
ñado por otros actos descritos en dicha disposición para que un crimen
de lesa humanidad ocurra, excluyendo los actos aislados, por lo que el
asesinato (o exterminio) por sí sólo no es un crimen de lesa humanidad.
Adicionalmente, la definición de ataque en contra de la población re-
quiere que la conducta sea cometida con un objetivo específico: la promo-
ción de una política. Esto significa que el asesinato (o exterminio) cometido
por otra razón no constituirá un crimen de lesa humanidad, aun si no es
un incidente aislado, ya que no se configuraría otro elemento del ataque.
En esencia, el DAV no está efectivamente protegido por este crimen
internacional, ya que a pesar de que una muerte puede ser causada para
que ocurra un crimen de lesa humanidad, se deben probar todos los ele-
mentos contextuales. La complejidad de estos elementos hace difícil cas-
tigar a alguien por haber causado la muerte bajo este concepto, dejando
una laguna enorme en su regulación.
44 Elementos de los crímenes, op. cit., artículo 7 (1)(b) Crimen de lesa humanidad de
exterminio, “1. Que el autor haya dado muerte, a una o más personas, incluso mediante
la imposición de condiciones de existencia destinadas deliberadamente a causar la des-
trucción de parte de una población. 2. Que la conducta hay consistido en una matanza de
miembros de una población civil o haya tenido lugar como parte de esa matanza”.
45 Ibidem, artículo 7o. Crímenes de lesa humanidad, introducción, párr. 2. La naturale-
za sistemática o generalizada de los actos forman parte del actus reus del crimen.
46 ECPI, artículo 7 (2)(a).
3. Crímenes de guerra
47
Para una discusión de la relación entre el derecho internacional humanitario y el
derecho a la vida véase Paust, Jordan, “The Right to Life in Human Rights Law and the
Law of War”, Saskatchewan Law Review, vol. 65, 2002.
48 La CPI, al analizar el homicidio como crimen de guerra únicamente desarrolla los
elementos del tipo penal. Véase CPI, Prosecutor v. Germain Katanga, Judgment pursuant to
article 74 of the Statute, 7 march 2014, ICC-01/04-01/07-3436, párr. 783-794; CPI; Pros-
ecutor v. Jean-Pierre Bemba Gombo, Judgment pursuant to article 74 of the Statute, 21 march
2016, ICC-01/05-01/08-3343, párrs. 91-97; CPI, Prosecutor v. Bosco Ntaganda, Decision
Pursuant to Article 61(7)(a) and (b) of the Rome Statute on the Charges of the Prosecutor
Against Bosco Ntaganda¸ Pre-Trial Chamber II, 9 june 2014, ICC-01/04-02/06-309,
párrs. 38-44.
49 Detter, Ingrid, The Law of War, 2a. ed., Cambridge, Cambridge University Press,
2000, pp. 156-160.
4. Terrorismo
50 Travieso, Juan Antonio, Derechos humanos y derecho internacional, 2a. ed., Buenos Aires,
Helista, 1996, pp. 508 y 509. Argumenta que el terrorismo es un crimen que, entre otros,
protege la seguridad pública.
51 Asamblea General, Medidas para eliminar el terrorismo internacional, A/Res/49/60, 17
de febrero de 1995; véase también Asamblea General, Medidas para eliminar el terrorismo inter-
nacional, A/Res/55/158, 30 de enero de 2001 (“Actos criminales intencionales o calculados
para provocar un estado de terror al público en general…”.
52 Cassese, Antonio, International Criminal Law, New York, Oxford University Press,
2003, p. 125. La característica principal del terrorismo es la despersonalización de la víc-
tima. Esto es, la víctima no es atacada por razones personales, sino con el fin de lograr otro
objetivo; véase también Skubiszewski, Krysztof, “Definition of Terrorism”, Israel Yearbook
on Human Rights, vol. 19, 1989; también G, Gilbert, “The ‘Law’ and ‘Transnational Ter-
rorism’”, Netherlands Yearbook of International Law, vol. XXVI, 1995, pp. 9 y 10. El crimen
subyacente al acto terrorista no es importante, lo que es relevante es este causa terror en la
población.
53 Para una vision general de estos tratados véase Trahan, Jennifer, “Terrorism Con-
ventions: Existing Gaps and Different Approaches”, New England International and Compara-
tive Law Annual, vol. 8, 2002, p. 215.
58
Convención sobre la Protección Física de los Materiales Nucleares, Preámbulo, párr. 3.
59
Convenio Internacional para la Represión de los Actos de Terrorismo Nuclear, ar-
tículo 2. Este tratado expresamente tipifica la posesión de material radiactivo o cualquier
otro artefacto “con la intención de causar dolor”.
60 Convención sobre la Protección Física de los Materiales Nucleares, artículo 7 (1).
61 Convención Interamericana contra el Terrorismo, artículo 2.1; Convenio del Con-
sejo de Europa para la Prevención del Terrorismo, artículo 1.1; y Convención Árabe sobre
la Supresión del Terrorismo, artículo 1.3.
62 Ibidem, preámbulo, párr. 2.
63
Convención Árabe sobre la Supresión del Terrorismo, preámbulo, párr. 1.
64
Convención para Prevenir y Combatir el Terrorismo de la Unión Africana, preám-
bulo, párr. 9.
65 Convención para Prevenir y Combatir el Terrorismo de la Unión Africana, preám-
bulo, párr. 5.
66 Asamblea General, Estrategia global de las Naciones Unidas contra el terrorismo, A/
RES/60/288, 20 de septiembre de 2006.
67 Asamblea General, Informe del Secretario General; Unidos contra el terrorismo, recomendacio-
nes para una estrategia global contra el terrorismo, A/60/825, 27 de abril de 2006, párr. 111. La
libertad, la seguridad, el bienestar y el derecho a vivir sin temor, también fueron mencio-
nados en el informe.
68 Consejo de Seguridad, Amenazas a la paz y seguridad internacional causadas por actos terro-
ristas, SC Res. 1438, 14 de octubre de 2002; Consejo de Seguridad, Amenazas a la paz y segu-
ridad internacional causadas por actos terroristas, SC Res. 1440, 24 de octubre de 2002; Consejo
de Seguridad, Consejo de Seguridad, Amenazas a la paz y seguridad internacional causadas por
actos terroristas, SC Res. 1465, 14 de febrero de 2003; Consejo de Seguridad, Amenazas a la
paz y seguridad internacional causadas por actos terroristas, SC Res. 1618, 4 de agosto de 2005.
69 Idem.
70 Consejo Económico y Social, Principles on the Effective Prevention and Investigation of
Extra-Legal, Arbitrary and Summary Executions, E/Res/1989/65, 24 de mayo de 1989.
71 Manual sobre la Prevención e Investigación Eficaces en las Ejecuciones Extralega-
les, Arbitrarias o Sumarias, UN Doc. E/ST/CSDHA/.12 (1991).
72 Prevención de las violaciones de derechos humanos cometidas con armas pequeñas
y armas ligeras, Sub-Com. Res. 2006/22 (2006).
73
Asamblea General, Ejecuciones sumarias o arbitrarias, A/Res/42/141, 7 de diciembre
de 1987.
74 Asamblea General, Ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, A/Res/55/111, 12
de marzo de 2001; Asamblea General, Ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, A/
Res/57/214, 25 de febrero de 2003; Asamblea General, Ejecuciones extrajudiciales, sumarias o
arbitrarias, A/Res/59/197, 10 de marzo de 2005; Asamblea General, Ejecuciones Extrajudi-
ciales, sumarias o arbitrarias, A/Res/61/173, 1 de marzo de 2007.
75 Consejo Económico y Social, Ejecuciones sumarias o arbitrarias, E/RES/1982/35,
7 de mayo de 1982. Para una guía general de las funciones del Relator Especial véase Eje-
cuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias: folleto informativo núm. 11 (Rev. 1).
76 Consejo de Derechos Humanos, Informe del Relator Especial sobre las Ejecuciones Extraju-
diciales, Sumarias o Arbitrarias, A/HRC/4/20 29 de enero de 2007. El informe se enfoca en
conflictos armados, muertes misericordiosas, la definición de los “crímenes más serios” en la
imposición de la pena de muerte y la prohibición de la pena de muerte preceptiva.
77 Consejo Económico y Social, Informe de la Relatora Especial sobre las Ejecuciones Extraju-
diciales, Sumarias o Arbitrarias, E/CN.4/2002/74, 9 de enero de 2002, párr. 30-32.
78 Ibidem, párrs. 41-43.
79 Principios EESA, principio 18. Un enfoque similar a los Principios EESA también
ha sido sugerido por Amnistía Internacional. Véase Programa de 14 Puntos para Preve-
nir las Ejecuciones Extrajudiciales, en http://www.amnestyusa.org/What_We_Fight_For/14_
Point_Program_for_the_Prevention_of_Extrajudicial_Executions/page.do?id=1101188&n1=2&n2
=769&n3=777.
80 Asamblea General, Informe del Relator Especial sobre Ejecuciones Extrajudiciales, Sumarias
o Arbitrarias, A/61/311, 5 de septiembre de 2006, 2006, párrs. 31 y 32. Incluso el Relator
Especial ha reconocido la naturaleza no obligatoria de las normas de EESA pero enfatiza
la utilidad como herramientas interpretativas.
81 TEDH, Timurtas v. Turkey, op. cit. y Corte IDH, Velázquez Rodríguez v. Honduras, op. cit.
82 Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degra-
dantes.
de 1975; Declaración sobre la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones
Forzadas, A/Res/47/133, 18 de diciembre de 1992.
85
Consejo Económico y Social, Informe del Relator Especial sobre Ejecuciones Ex-
trajudiciales, Sumarias o Arbitrarias, E/CN.4/2002/74, 9 de enero de 2002, párrs. 27-29
y 66-71.
86
Ibidem, párrs. 33-35.
87
Véase sección 2.
88 Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Des-
apariciones Forzadas, artículo 6 (b). También debe considerarse la responsabilidad de su-
perior jerárquico.
89 Ibidem, artículo 7 (2)(b). Ya se considera como circunstancias agravantes cuando la
muerte resulta de una desaparición forzada en relación a embarazadas, menores de edad,
personas con discapacidad u otras personas particularmente vulnerables.
IV. Conclusión