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Facultad de Filosofía y Letras, UBA

Cátedra de Historia de la Filosofía Medieval


Prof. Francisco Bertelloni - Prof. Claudia D’Amico
2do. Cuatrimestre de 2009
Comisión de Trabajos Prácticos Nº - Viernes, 19.00
Prof. Carolina Fernández

DEL PENSAMIENTO COMO REPRESENTACIÓN


AL PENSAMIENTO COMO LENGUAJE:

LAS TEORÍAS DEL CONOCIMIENTO DE


TOMÁS DE AQUINO Y GUILLERMO DE OCKHAM

MÓDULO DE FUENTES

INCLUYE:

PROGRAMA DE TRABAJOS PRÁCTICOS


CALENDARIO
EVALUACIONES (INFORMACIÓN GENERAL)
GUÍA DE LECTURAS COMPLEMENTARIAS
MONOGRAFÍA DE TRABAJOS PRÁCTICOS (INDICACIONES GENERALES)
SELECCIÓN DE FUENTES DE TRABAJOS PRÁCTICOS
ÍNDICE

Programa de trabajos prácticos................................................................................................4

Calendario Académico del segundo cuatrimestre de 2009......................................................5

Evaluaciones (Información general)........................................................................................6

Guía de lecturas complementarias...........................................................................................7

Monografía de trabajos prácticos - indicaciones generales .....................................................9

Tomás de Aquino ..................................................................................................................10

Guillermo de Ockham ...........................................................................................................23


PROGRAMA DE TRABAJOS PRÁCTICOS

DEL PENSAMIENTO COMO REPRESENTACIÓN


AL PENSAMIENTO COMO LENGUAJE:

LAS TEORÍAS DEL CONOCIMIENTO DE


TOMÁS DE AQUINO Y GUILLERMO DE OCKHAM

TOMÁS DE AQUINO

1. Aspectos generales: concepción naturalista (hilemórfica) del hombre;


antiplatonismo; multipotencialidad del alma; distinción de los aspectos activo y
pasivo de la facultad intelectiva; modo del entendimiento humano. (Se proveerá
selección de pasajes).
2. La teoría de la especie inteligible como principio instrumental del conocimiento:
Suma Teológica I, q. 85, arts. 1 y 2.
3. La teoría del verbo mental como término del acto intelectual: Comentario al
Evangelio de s. Juan, lec. 1.

GUILLERMO DE OCKHAM

1. Aspectos generales: individualismo ontológico y antirrealismo de los universales;


reformulación de la teoría clásica de las facultades de conocimiento: la teoría de la
noticia intuitiva y abstractiva, el rechazo a la distinción entre intelecto agente y
paciente. (Se proveerá selección de pasajes).
2. La temprana teoría del objeto mental (fictum): Exposición del Perihermeneias,
proemio, §§ 2-12.
3. El giro posterior hacia una teoría de los actos mentales, ib.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:

MÓDULO DE FUENTES y MÓDULO DE BIBLIOGRAFÍA BÁSICA, ambos traducidos, en su mayoría,


para uso exclusivo de los alumnos de esta comisión de trabajos prácticos. A ser
fotocopiados en lugar a definir.

BIBLIOGRAFÍA ADICIONAL: será sugerida y facilitada durante el curso.

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CALENDARIO ACADÉMICO DEL SEGUNDO CUATRIMESTRE DE 2009

Duración de materias, seminarios y cursos regulares de Lenguas Modernas correspondientes al


2º Cuatrimestre
24 de agosto al 28 de noviembre
Inscripción a exámenes correspondientes al turno septiembre
Idiomas: 3 y 4 de septiembre (Libres)
Materias: 7 al 9 de septiembre
Exámenes de Septiembre
22 al 28 de septiembre
Inscripción a exámenes de materias y exámenes libres de Lenguas Modernas correspondientes al
turno de diciembre e inscripción a Inglés a Distancia:
Idiomas: 23 y 24 de noviembre
Materias: 25, 27 y 30 de noviembre y 1 y 2 de diciembre
Exámenes de Diciembre
3 llamados comprendidos entre el 7 y el 23 de diciembre

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EVALUACIONES (INFORMACIÓN GENERAL)

La materia no es promocional, sino que se aprueba con un examen final. Durante la cursada están
previstas las siguientes evaluaciones:

Primer parcial. Será presencial y se tomará en el horario de la comisión. Fecha tentativa: 2 de


Octubre de 2009. Se evaluarán:
1. Contenidos dictados en las clases teóricas hasta la semana anterior a la fecha del parcial;
2. Lecturas complementarias: a) Romero, J.L., La Edad Media, F.C.E., México, 1979 y b) Le
Goff, J., Los intelectuales en la Edad Media, Gedisa, Barcelona, 1986.

Segundo parcial. De igual modalidad. Fecha tentativa: 20 de Noviembre. Se evaluarán:

1. Contenidos dictados en las clases teóricas que no entraron en el primer parcial, hasta una
semana anterior a la fecha del mismo.
2. Lecturas complementarias: a) Pernoud, R., Abelardo y Eloísa, Espasa Calpe, Madrid, 1973 y b)
Eco, U., El nombre de la rosa, Lumen, Barcelona, 1982.

Evaluación de los Trabajos Prácticos: en esta comisión se requerirá una monografía sobre el tema
de trabajos prácticos, sobre la que se dan indicaciones iniciales en este mismo módulo, y un
comentario a la monografía de otro alumno, sobre el que se darán indicaciones oportunamente.

Para rendir el examen final en calidad de alumno/a regular, los/as alumnos/as deben obtener un
promedio mínimo de 4 (cuatro) entre las siguientes notas: 1) el promedio de las notas de teóricos
del primer y segundo parcial; 2) el promedio de las notas de lecturas complementarias; y 3) la
nota de prácticos (duplicada).

1er PARCIAL 2do PARCIAL PROMEDIOS


TEÓRICOS T1 + T2 = Prom. Teór.
Nota final
LECTURAS L1 + L2 = Prom. Lect.
de cursada
PRÁCTICOS Monografía = Prom. Práct.

Observaciones:
– Los/as alumnos/as que no hayan alcanzado un promedio mínimo de 4 (cuatro) en la parte de
lecturas complementarias, deberán rendirlas en el examen final.
– Para la preparación de las lecturas complementarias se ofrece una guía de lectura (cf. infra).

Los/as alumnos/as que no hayan alcanzado un promedio mínimo de 4 (cuatro) como nota final de
cursada, quedarán habilitados a rendir el examen final en condición de alumnos/as libres. Por
reglamentación general de la Facultad, los/as alumnos/as libres deben rendir un examen escrito
eliminatorio sobre 1 (un) tema de una de las comisiones de trabajos prácticos, y luego un examen
oral sobre todos los puntos contemplados por el programa general de la asignatura. Los/as
alumnos/as regulares, en cambio, rinden directamente un examen oral sobre los puntos del
programa que hayan sido desarrollados durante el curso. Para la calificación final se promedia la
nota de cursada con la nota obtenida en el oral. En cualquier caso, deben inscribirse en el
correspondiente turno de examen (cf. infra, Calendario Académico).
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GUÍA DE LECTURAS COMPLEMENTARIAS

I. José Luis Romero, La Edad Media

1. Causas de la declinación y caída del Imperio Romano de Occidente: factores externos e


internos.
2. Relación entre romanos e invasores en los reinos romano-germánicos.
3. Expansión árabe a partir de los siglos VII y VIII: importancia cultural de la posterior
influencia en Occidente.
4. Surgimiento del Imperio Carolingio: la figura de Carlomagno y el papel del papado en la
restauración del Imperio.
5. Causas de la disgregación del Imperio Carolingio y del nacimiento del feudalismo durante y
después de Carlomagno.
6. Caracterización del feudalismo.
7. El saber y la enseñanza en el S. XIII: las universidades.
8. Querella de las Investiduras y su culminación en Canossa.
9. La lucha en Italia entre papado e Imperio: el conflicto entre güelfos y gibelinos.
10. Factores políticos, económicos y sociales en el surgimiento de las ciudades: sus relaciones
con el poder real y el de la nobleza.
11. Dante y la aspiración universalista medieval: el ideal del Imperio.

II. Jacques Le Goff, Los intelectuales en la Edad Media

1. Alcances del denominado "renacimiento carolingio".


2. Poesía goliarda y crítica social.
3. Contraposición entre las figuras de Abelardo y San Bernardo.
4. Naturalismo y humanismo de la Escuela de Chartres.
5. Orígenes corporativos de la Universidad: su relación con los poderes establecidos.
6. Caracterización de la vida universitaria en el S. XIII y sus actividades.
7. Recursos y subvenciones de estudiantes y maestros.
8. La querella regulares-seculares.
9. Transformación del carácter de la ciencia en el S. XIV.
10. Diferencias entre el intelectual y el humanista.

7
III. Régine Pernoud, Abelardo y Eloísa

1. Significado histórico de la orilla izquierda del Sena.


2. Sacra pagina y teología: el cambio de la teología a partir de Abelardo.
3. Resumen de la polémica entre Abelardo y Bernardo.
4. El Sic et Non de Abelardo: caracterización.
5. Significado de la crítica de Abelardo a la identidad entre el Areopagita y el patrono de San
Dionisio.
6. La vida monacal antes de la reforma gregoriana.
7. Explicación de la expresión «filósofo de Dios» referida a Abelardo.
8. Significado del retiro de Abelardo a la vida monacal en relación con su vocación de
maestro de artes.

IV. Umberto Eco, El nombre de la Rosa

1. Exposición de la línea general del procedimiento seguido por Guillermo de Baskerville en


la búsqueda de Brunello. Orientación gnoseológica implicada en dicho procedimiento.
2. El perfil intelectual y filosófico de Guillermo de Baskerville: nominalismo, expe-
rimentalismo, ockhamismo.
3. Posiciones abad benedictino Abbone y la del franciscano Guillermo de Baskerville respecto
del enfrentamiento medieval abadías-ciudades.
4. El movimiento milenarista iniciado por Joaquín de Fiore y sus repercusiones en las sectas
herético-sediciosas. Implicancias políticas y religiosas.
5. Exposición de los términos de la querella sobre la pobreza evangélica: implicancias
religiosas y políticas. Cruce de alianzas y conflictos entre los actores en juego: el Papado de
Juan XXII, la Orden franciscana, y el Imperio de Luis de Baviera.
6. Explicación e identificación de las principales tesis de aquella “extraña concepción del
gobierno temporal” que Guillermo expone ante los miembros de la legación pontificia. Su
significación histórica y política.
7. Comparación de la actitud de Jorge de Burgos y de Guillermo de Baskerville en relación
con el reingreso de Aristóteles en Occidente y la valoración de lo natural.

Bibliografía complementaria:

– Zechini, G., “La Edad Media de Umberto Eco” en Giovannoli, R. (ed.), Ensayos sobre El
nombre de la rosa, Barcelona, 1987, p. 383-442.
– Bertelloni, F., (comp.) Para leer El nombre de la rosa de Umberto Eco, Buenos Aires,
Facultad de Filosofía y Letras, Secretaría de Extensión Universitaria y Ciclo Básico
Común (UBA), 1997.

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MONOGRAFÍA DE TRABAJOS PRÁCTICOS - INDICACIONES GENERALES

I. Características generales

Para la aprobación de los trabajos prácticos se requiere la confección de una monografía, artículo
o ensayo breve (no menos de 2000 palabras y no más de 3000), en el que se desarrolle uno o
varios aspectos del tema tratado en clase. No se espera que el trabajo ofrezca necesariamente una
tesis o hipótesis interpretativa original sobre el tema que trate –aunque ella será bienvenida, si lo
hiciere–, sino que refleje la asimilación de la temática estudiada durante el curso. La estructura del
trabajo será libre: puede tratarse de reconstruir un texto primario, un concepto o una discusión
sostenida por los autores estudiados, comparar el tratamiento de un mismo concepto o problema
por parte de ellos, analizar cómo las ideas de un autor anticipan o preparan las de otro, etc..
Referencias y/o conexiones de los autores estudiados con los de períodos anteriores o posteriores
de la historia de la filosofía serán bienvenidas, si están justificadas, pero necesariamente deberán
insumir un desarrollo menor en la economía del trabajo con respecto al análisis de las fuentes
medievales. Como única pauta ineludible, requerimos que el trabajo refleje el conocimiento de los
dos autores principales estudiados en el curso de trabajos prácticos –naturalmente, con respecto al
punto de análisis escogido– y que en algún aspecto se demuestre el conocimiento y
aprovechamiento del módulo de bibliografía básica. Además de la monografía se requerirá la
entrega de un comentario crítico a la monografía de otro alumno, sobre el que se darán precisiones
oportunamente.

II. Criterios de evaluación

Para la evaluación del trabajo se tomarán en cuenta los siguientes aspectos: 1) calidad del manejo
de los textos primarios estudiados en clase y, eventualmente, de otros conexos con ellos
(corrección, claridad, exhaustividad, profundidad filosófica y creatividad del comentario serán
tomadas en cuenta); 2) coherencia, cohesión y equilibrio de las partes del trabajo entre sí; 3)
aprovechamiento de la bibliografía (entendemos por tal, la formulación personal de los contenidos
de dicha bibliografía y su puesta en relación con la discusión de los textos primarios); 4) calidad
de la redacción (distribución criteriosa de la secuencia, dimensión y ligazón de las partes del
discurso, uso adecuado de los conectores lógicos, precisión y riqueza de vocabulario, etc.).

III. Fecha de entrega de la monografía y el comentario: a definir, entre la penúltima y última


semana de clases.
TOMÁS DE AQUINO

SUMA TEOLÓGICA I Q. 85
SOBRE EL MODO Y ORDEN EN EL CONOCER1
Artículos 1-2

Articulus 1 Artículo 1
Primo, utrum intellectus noster intelligat 1. Nuestro entendimiento, ¿conoce o no
abstrahendo species a phantasmatibus. conoce lo corporal y lo material abstrayendo
especies de las imágenes?
Ad primum sic proceditur. Videtur quod Objeciones por las que parece que nuestro
intellectus noster non intelligat res corporeas entendimiento no conoce lo corporal y lo
et materiales per abstractionem a material abstrayendo especies de las
phantasmatibus. imágenes:

Quicumque enim intellectus intelligit rem 1. Cualquier entendimiento que entiende una
aliter quam sit, est falsus. Formae autem cosa de modo distinto a como ella es, está
rerum materialium non sunt abstractae a equivocado. Ahora bien, las formas de las
particularibus, quorum similitudines sunt cosas materiales no existen abstraídas de los
phantasmata. Si ergo intelligamus res objetos particulares, cuyas representaciones
materiales per abstractionem specierum a son las imágenes. Por lo tanto, si
phantasmatibus, erit falsitas in intellectu conociéramos las realidades materiales
nostro. abstrayendo sus especies de las imágenes, la
falsedad estaría en nuestro entendimiento.
Praeterea, res materiales sunt res naturales, in 2. Las realidades materiales son realidades
quarum definitione cadit materia. Sed nihil naturales en cuya definición entra la materia.
potest intelligi sine eo quod cadit in Pero nada puede ser entendido sin conocer lo
definitione eius. Ergo res materiales non que entra en su definición. Por lo tanto, los
possunt intelligi sine materia. Sed materia est seres materiales no pueden ser entendidos sin
individuationis principium. Ergo res la materia. Pero la materia es principio de
materiales non possunt intelligi per individuación. Por lo tanto, las realidades
abstractionem universalis a particulari, quod materiales no pueden ser entendidas
est abstrahere species intelligibiles a abstrayendo lo universal de lo particular, que
phantasmatibus. consiste en abstraer las especies inteligibles de
las imágenes.
Praeterea, in III de anima dicitur quod 3. En el III De Anima se dice que las
phantasmata se habent ad animam imágenes se relacionan con el alma intelectiva
intellectivam sicut colores ad visum. Sed visio como los colores con la vista. Pero la visión
non fit per abstractionem aliquarum specierum no se verifica abstrayendo especies de los
a coloribus, sed per hoc quod colores colores, sino por la impresión de éstos en la

1
Tomás de Aquino, Suma de Teología, J- Martorell Capó, (Trad.) Bibl. de Autores Cristianos, Madrid, 2001.
Ed. crítica: Sancti Thomae de Aquino Opera Omnia iusu Leonis XIII, p. m. edita, Roma, 1882 (1a. ed.).
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imprimunt in visum. Ergo nec intelligere vista. Por lo tanto, tampoco el entender se
contingit per hoc quod aliquid abstrahatur a verifica abstrayendo algo de las imágenes,
phantasmatibus, sed per hoc quod sino porque las imágenes se imprimen en el
phantasmata imprimunt in intellectum. entendimiento.
Praeterea, ut dicitur in III de anima, in 4. Como se dice en III De Anima, en el alma
intellectiva anima sunt duo, scilicet intellectus intelectiva se encuentra el entendimiento
possibilis, et agens. Sed abstrahere a posible y el agente. Pero extraer las especies
phantasmatibus species intelligibiles non inteligibles de las imágenes no le corresponde
pertinet ad intellectum possibilem, sed al entendimiento posible, sino que le
recipere species iam abstractas. Sed nec etiam corresponde archivar las especies ya
videtur pertinere ad intellectum agentem, qui abstraídas. Pero tampoco parece que le
se habet ad phantasmata sicut lumen ad corresponda al entendimiento agente, que se
colores, quod non abstrahit aliquid a relaciona con las imágenes como con los
coloribus, sed magis eis influit. Ergo nullo colores la luz, la cual no abstrae nada de.
modo intelligimus abstrahendo a ellos, sino que, más bien, influye en ellos. Por
phantasmatibus. lo tanto, de ninguna manera entendemos
abstrayendo de las imágenes.
Praeterea, philosophus, in III de anima, dicit 5. El Filósofo, en el III De Anima, dice: El
quod intellectus intelligit species in entendimiento conoce las especies en las
phantasmatibus. Non ergo eas abstrahendo. imágenes. Por lo tanto, no abstrayéndolas.
Sed contra est quod dicitur in III de anima, Contra esto: está lo que se dice en III De
quod sicut res sunt separabiles a materia, sic Anima: En la medida en que las cosas son
circa intellectum sunt. Ergo oportet quod separables de la materia, se aproximan al
materialia intelligantur inquantum a materia entendimiento. Por lo tanto, es necesario que
abstrahuntur, et a similitudinibus materialibus, las cosas materiales sean entendidas por
quae sunt phantasmata. abstracción de la materia y de las
representaciones materiales, esto es, de las
imágenes.
Respondeo dicendum quod, sicut supra dictum Respondo: Como dijimos (q.84 a.7), el objeto
est, obiectum cognoscibile proportionatur cognoscible está proporcionado a la facultad
virtuti cognoscitivae. Est autem triplex gradus cognoscitiva. Hay tres grados en la facultad
cognoscitivae virtutis. Quaedam enim cognoscitiva. 1) Hay una facultad
cognoscitiva virtus est actus organi corporalis, cognoscitiva que es acto de un órgano
scilicet sensus. Et ideo obiectum cuiuslibet corporal, y es el sentido. Por eso, el objeto de
sensitivae potentiae est forma prout in materia cualquier potencia sensitiva es la forma en
corporali existit. Et quia huiusmodi materia est cuanto presente en la materia corporal. Como
individuationis principium, ideo omnis dicha materia es principio de individuación,
potentia sensitivae partis est cognoscitiva las potencias de la parte sensitiva sólo
particularium tantum. Quaedam autem virtus conocen realidades concretas. 2) Hay otra
cognoscitiva est quae neque est actus organi facultad cognoscitiva que ni es acto de un
corporalis, neque est aliquo modo corporali órgano corporal ni está unida de ninguna
materiae coniuncta, sicut intellectus angelicus. manera a lo corpóreo, y ésta es el
Et ideo huius virtutis cognoscitivae obiectum entendimiento angélico. Así, el objeto de esta
est forma sine materia subsistens, etsi enim facultad cognoscitiva es la forma subsistente
materialia cognoscant, non tamen nisi in sin materia, pues aunque conozca las
immaterialibus ea intuentur, scilicet vel in realidades materiales, sin embargo, no las
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seipsis vel in Deo. Intellectus autem humanus conoce más que viéndolas en las inmateriales,
medio modo se habet, non enim est actus ya sea en sí mismo, ya en Dios. 3) El
alicuius organi, sed tamen est quaedam virtus entendimiento humano ocupa un lugar
animae, quae est forma corporis, ut ex supra intermedio, pues no es acto de ningún órgano
dictis patet. Et ideo proprium eius est corporal. En cambio, es una facultad del alma
cognoscere formam in materia quidem que es forma del cuerpo, como quedó
corporali individualiter existentem, non tamen demostrado (q.76 a.1). Y por eso, le
prout est in tali materia. Cognoscere vero id corresponde como propio el conocimiento de
quod est in materia individuali, non prout est la forma presente en la materia corporal
in tali materia, est abstrahere formam a individual, si bien no tal como está en la
materia individuali, quam repraesentant materia. Pero conocer lo que está en una
phantasmata. Et ideo necesse est dicere quod materia individual y no tal como está en dicha
intellectus noster intelligit materialia materia, es abstraer la forma de la materia
abstrahendo a phantasmatibus; et per individual representada en las imágenes. De
materialia sic considerata in immaterialium este modo, es necesario afirmar que nuestro
aliqualem cognitionem devenimus, sicut e entendimiento conoce las realidades
contra Angeli per immaterialia materialia materiales abstrayendo de las imágenes. Y por
cognoscunt. medio de las realidades materiales así
entendidas, llegamos al conocimiento de las
inmateriales, pero de forma distinta a como lo
hacen los ángeles, los cuales por lo inmaterial
conocen lo material.
Plato vero, attendens solum ad En cambio, Platón, atendiendo sólo a la
immaterialitatem intellectus humani, non inmaterialidad del entendimiento humano y no
autem ad hoc quod est corpori quodammodo al hecho de que de algún modo está unido al
unitus, posuit obiectum intellectus ideas cuerpo, sostuvo que su objeto son las ideas
separatas; et quod intelligimus, non quidem separadas y que nosotros entendemos no
abstrahendo, sed magis abstracta participando, abstrayendo, sino, más bien, participando de
ut supra dictum est. las realidades abstractas, como se dijo
anteriormente (q.84 a.l).
A las objeciones:
Ad primum ergo dicendum quod abstrahere 1. Hay dos maneras de Abstraer. 1) Una, por
contingit dupliciter. Uno modo, per modum composición y división, como cuando
compositionis et divisionis; sicut cum entendemos que una cosa no está en otra o que
intelligimus aliquid non esse in alio, vel esse está separada de ella. 2) Otra, por
separatum ab eo. Alio modo, per modum consideración simple y absoluta, como cuando
simplicis et absolutae considerationis; sicut entendemos una cosa sin pensar en ninguna
cum intelligimus unum, nihil considerando de otra. Así, pues, abstraer según la primera
alio. Abstrahere igitur per intellectum ea quae manera indicada, esto es, abstraer con el
secundum rem non sunt abstracta, secundum entendimiento cosas que en la realidad no
primum modum abstrahendi, non est absque están abstraídas, no puede darse sin error. Pero
falsitate. Sed secundo modo abstrahere per no hay error en abstraer según la segunda
intellectum quae non sunt abstracta secundum manera, como resulta evidente en el orden
rem, non habet falsitatem; ut in sensibilibus sensible, pues si pensamos o decimos que el
manifeste apparet. Si enim intelligamus vel color de un cuerpo no le es inherente, o que
dicamus colorem non inesse corpori colorato, está separado de él, hay falsedad en el juicio o

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vel esse separatum ab eo, erit falsitas in en la expresión. En cambio, si consideramos el
opinione vel in oratione. Si vero consideremus color y sus propiedades sin referencia alguna a
colorem et proprietates eius, nihil la manzana en que está el color, o expresamos
considerantes de pomo colorato; vel quod sic de palabra lo que así entendemos, no habrá
intelligimus, etiam voce exprimamus; erit error ni en el juicio ni en la expresión. Pues la
absque falsitate opinionis et orationis. Pomum manzana no pertenece a la esencia del color,
enim non est de ratione coloris; et ideo nihil y, consecuentemente, no hay inconveniente en
prohibet colorem intelligi, nihil intelligendo que consideremos el color sin referirnos para
de pomo. Similiter dico quod ea quae nada a la manzana. Igualmente, lo que
pertinent ad rationem speciei cuiuslibet rei pertenece a la esencia específica de cualquier
materialis, puta lapidis aut hominis aut equi, objeto material, una piedra, un hombre o un
possunt considerari sine principiis caballo, puede ser considerado sin sus
individualibus, quae non sunt de ratione principios individuales, que no entran en el
speciei. Et hoc est abstrahere universale a concepto de esencia. En esto consiste
particulari, vel speciem intelligibilem a precisamente abstraer lo universal de lo
phantasmatibus, considerare scilicet naturam particular por la especie inteligible de las
speciei absque consideratione individualium imágenes, esto es, considerar la naturaleza
principiorum, quae per phantasmata específica independientemente de los
repraesentantur. Cum ergo dicitur quod principios individuales representados por las
intellectus est falsus qui intelligit rem aliter imágenes. Por lo tanto, cuando se dice que es
quam sit, verum est si ly aliter referatur ad falso quien entiende algo de modo distinto a
rem intellectam. Tunc enim intellectus est como es, se está diciendo algo verdadero si la
falsus, quando intelligit rem esse aliter quam expresiónde modo distinto se refiere a lo
sit. Unde falsus esset intellectus, si sic entendido. Pues es falso aquel entendimiento
abstraheret speciem lapidis a materia, ut que entiende algo de modo distinto a como es
intelligeret eam non esse in materia, ut Plato en realidad. Por eso, sería falso aquel
posuit. Non est autem verum quod proponitur, entendimiento que abstrayera de la materia la
si ly aliter accipiatur ex parte intelligentis. Est especie de piedra de manera que entendiese
enim absque falsitate ut alius sit modus que no está en la materia, como sostuvo
intelligentis in intelligendo, quam modus rei in Platón. Pero no es verdadero si la expresión de
existendo, quia intellectum est in intelligente modo distinto está referida a quien entiende.
immaterialiter, per modum intellectus; non Pues no hay falsedad en que su modo de ser
autem materialiter, per modum rei materialis. cuando entiende sea distinto del modo de ser
de la realidad existente, puesto que lo
entendido está inmaterialmente en quien lo
entiende, según el modo de ser del
entendimiento, y no materialmente, según el
modo de ser de la realidad material.
Ad secundum dicendum quod quidam 2. Algunos pensaron que la especie del objeto
putaverunt quod species rei naturalis sit forma natural es sólo la forma, y que la materia no es
solum, et quod materia non sit pars speciei. parte de la especie. Pero, según esto, la
Sed secundum hoc, in definitionibus rerum materia no entraría en la definición de las
naturalium non poneretur materia. Et ideo cosas naturales. Hay que tener presente dos
aliter dicendum est, quod materia est duplex, tipos de materia, esto es, la común y la
scilicet communis, et signata vel individualis, concreta o individual. Común, como la carne y
communis quidem, ut caro et os; individualis los huesos; individual, como esta carne y estos
autem, ut hae carnes et haec ossa. Intellectus huesos. El entendimiento abstrae la especie de

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igitur abstrahit speciem rei naturalis a materia la materia sensible individual, no de la materia
sensibili individuali, non autem a materia sensible común. De este modo, abstrae la
sensibili communi. Sicut speciem hominis especie de hombre de esta carne y de estos
abstrahit ab his carnibus et his ossibus, quae huesos, que no pertenecen al concepto de
non sunt de ratione speciei, sed sunt partes especie, sino que son partes del individuo,
individui, ut dicitur in VII Metaphys.; et ideo como se dice en VII Metaphys., que no sufran
sine eis considerari potest. Sed species en su noción esencial. Pero la especie de
hominis non potest abstrahi per intellectum a hombre no puede ser abstraída por el
carnibus et ossibus. Species autem entendimiento de la carne y de los huesos. Las
mathematicae possunt abstrahi per intellectum especies matemáticas pueden ser abstraídas
a materia sensibili non solum individuali, sed por el entendimiento, no sólo de la materia
etiam communi; non tamen a materia sensible individual, sino también de la común.
intelligibili communi, sed solum individuali. Sin embargo, no de la materia inteligible
Materia enim sensibilis dicitur materia común, sino sólo de la individual. Pues se
corporalis secundum quod subiacet llama materia sensible a la materia corporal en
qualitatibus sensibilibus, scilicet calido et cuanto que es sujeto de cualidades sensibles,
frigido, duro et molli, et huiusmodi. Materia como el calor, el frío, la dureza o la blandura.
vero intelligibilis dicitur substantia secundum Y se llama materia inteligible a la sustancia en
quod subiacet quantitati. Manifestum est cuanto que es sujeto de la cantidad. Es
autem quod quantitas prius inest substantiae evidente que la cantidad está presente en la
quam qualitates sensibiles. Unde quantitates, sustancia antes que las cualidades sensibles.
ut numeri et dimensiones et figurae, quae sunt Por eso, las cantidades, como números,
terminationes quantitatum, possunt considerari dimensiones y figuras, que son límites de la
absque qualitatibus sensibilibus, quod est eas cantidad, pueden ser consideradas sin las
abstrahi a materia sensibili, non tamen possunt cualidades sensibles, y esto es abstraer de la
considerari sine intellectu substantiae materia sensible. Sin embargo, no pueden ser
quantitati subiectae, quod esset eas abstrahi a concebidas sin referirlas a la sustancia en
materia intelligibili communi. Possunt tamen cuanto sujeto de la cantidad, ya que esto sería
considerari sine hac vel illa substantia; quod abstraerías de la materia inteligible común.
est eas abstrahi a materia intelligibili Sin embargo, no es necesario referirlas a esta
individuali. Quaedam vero sunt quae possunt o a aquella sustancia. Esto equivaldría a
abstrahi etiam a materia intelligibili communi, abstraerías de la materia inteligible individual.
sicut ens, unum, potentia et actus, et alia Hay esencias que pueden ser abstraídas
huiusmodi, quae etiam esse possunt absque incluso de la materia inteligible común, como
omni materia, ut patet in substantiis son el ser, la unidad, la potencia y el acto, los
immaterialibus. Et quia Plato non consideravit cuales también pueden existir sin materia
quod dictum est de duplici modo abstractionis, alguna, como es el caso de las sustancias
omnia quae diximus abstrahi per intellectum, inmateriales. Y porque Platón no tuvo
posuit abstracta esse secundum rem. presente este doble modo de abstracción,
sostuvo que era abstracto realmente todo lo
que, tal como dijimos (ad 1), es abstraído por
el entendimiento.
Ad tertium dicendum quod colores habent 3. Los colores existen del mismo modo en la
eundem modum existendi prout sunt in materia corporal que en la potencia visiva, y,
materia corporali individuali, sicut et potentia así, pueden imprimir su representación en la
visiva, et ideo possunt imprimere suam vista. Pero las imágenes, por ser
similitudinem in visum. Sed phantasmata, cum representaciones de individuos y existir en

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sint similitudines individuorum, et existant in órganos corporales, no tienen el mismo modo
organis corporeis, non habent eundem modum de existencia en el entendimiento humano,
existendi quem habet intellectus humanus, ut como resulta claro por lo dicho, y, por lo
ex dictis patet; et ideo non possunt sua virtute tanto, por sí mismas no pueden imprimirse en
imprimere in intellectum possibilem. Sed el entendimiento posible. Pero en virtud del
virtute intellectus agentis resultat quaedam entendimiento agente, que actúa sobre las
similitudo in intellectu possibili ex imágenes, en el entendimiento posible se
conversione intellectus agentis supra produce una cierta impresión o representación
phantasmata, quae quidem est repraesentativa de los mismos objetos a los que se refieren las
eorum quorum sunt phantasmata, solum imágenes, pero exclusivamente en lo que
quantum ad naturam speciei. Et per hunc respecta a su naturaleza específica. En este
modum dicitur abstrahi species intelligibilis a sentido, se habla de abstraer las especies
phantasmatibus, non quod aliqua eadem inteligibles de las imágenes, no en el sentido
numero forma, quae prius fuit in de que una forma numéricamente la misma, y
phantasmatibus, postmodum fiat in intellectu que antes estaba en la imaginación, pase al
possibili, ad modum quo corpus accipitur ab entendimiento posible, tal como un cuerpo
uno loco et transfertur ad alterum. pasa de un lugar a otro.
Ad quartum dicendum quod phantasmata et 4. El entendimiento agente no sólo ilumina las
illuminantur ab intellectu agente; et iterum ab imágenes, sino que también abstrae de ellas
eis, per virtutem intellectus agentis, species las especies inteligibles. Las ilumina porque,
intelligibiles abstrahuntur. Illuminantur así como el sentido se perfecciona en su
quidem, quia, sicut pars sensitiva ex capacidad por su unión a la facultad
coniunctione ad intellectivam efficitur intelectiva, así también las imágenes, en virtud
virtuosior, ita phantasmata ex virtute del entendimiento agente, se hacen aptas para
intellectus agentis redduntur habilia ut ab eis que de ellas puedan ser abstraídas las especies
intentiones intelligibiles abstrahantur. inteligibles. Y abstrae estas especies
Abstrahit autem intellectus agens species inteligibles de las imágenes en cuanto que, en
intelligibiles a phantasmatibus, inquantum per virtud del entendimiento agente, podemos
virtutem intellectus agentis accipere possumus considerar las naturalezas específicas de las
in nostra consideratione naturas specierum cosas sin sus determinaciones individuales, en
sine individualibus conditionibus, secundum cuanto que el entendimiento posible es
quarum similitudines intellectus possibilis informado por las representaciones de dichas
informatur. naturalezas.
Ad quintum dicendum quod intellectus noster 5. Nuestro entendimiento abstrae las especies
et abstrahit species intelligibiles a inteligibles de las imágenes en cuanto que
phantasmatibus, inquantum considerat naturas considera de modo universal la naturaleza de
rerum in universali; et tamen intelligit eas in las cosas. Sin embargo, las entiende en las
phantasmatibus, quia non potest intelligere imágenes, porque no puede entender nada, ni
etiam ea quorum species abstrahit, nisi siquiera lo abstraído, a no ser recurriendo a las
convertendo se ad phantasmata, ut supra imágenes, como dijimos anteriormente (q.84
dictum est. a.7).
Articulus 2 Artículo 2
Secundo, utrum species intelligibiles Las especies inteligibles abstraídas de las
abstractae a phantasmatibus, se habeant ad imágenes, ¿se relacionan con nuestro
intellectum nostrum ut quod intelligitur, vel entendimiento como lo que se conoce o como
sicut id quo intelligitur. el medio por lo que se conoce?
15
Ad secundum sic proceditur. Videtur quod Objeciones por las que parece que las especies
species intelligibiles a phantasmatibus inteligibles abstraídas de las imágenes se
abstractae, se habeant ad intellectum nostrum relacionan con nuestro entendimiento como el
sicut id quod intelligitur. objeto:
Intellectum enim in actu est in intelligente, 1. Lo entendido en acto está en quien
quia intellectum in actu est ipse intellectus in entiende, porque lo entendido en acto es el
actu. Sed nihil de re intellecta est in intellectu mismo entendimiento en acto. Pero nada de lo
actu intelligente, nisi species intelligibilis entendido está en el entendimiento de quien
abstracta. Ergo huiusmodi species est ipsum entiende en acto, a no ser la especie inteligible
intellectum in actu. abstraída. Por lo tanto, esta misma especie es
lo entendido en acto.
Praeterea, intellectum in actu oportet in aliquo 2. Es necesario que lo entendido en acto esté
esse, alioquin nihil esset. Sed non est in re en algún ser. De no ser así, nada sería. Pero no
quae est extra animam, quia, cum res extra está en la realidad exterior al alma, porque,
animam sit materialis, nihil quod est in ea, por ser ésta una realidad material, nada de lo
potest esse intellectum in actu. Relinquitur que hay en ella puede ser entendido en acto.
ergo quod intellectum in actu sit in intellectu. Por lo tanto, lo entendido en acto está en el
Et ita nihil est aliud quam species intelligibilis entendimiento. Consecuentemente, no es más
praedicta. que la especie inteligible anteriormente
mencionada.
Praeterea, philosophus dicit, in I Periherm., 3. Dice el Filósofo en I Periherm.: Las
quod voces sunt notae earum quae sunt in palabras son signos de las impresiones que
anima passionum. Sed voces significant res hay en el alma. Pero las palabras significan las
intellectas, id enim voce significamus quod cosas entendidas, pues por ellas expresamos lo
intelligimus. Ergo ipsae passiones animae, que entendemos. Por lo tanto, lo entendido en
scilicet species intelligibiles, sunt ea quae acto son las mismas impresiones del alma,
intelliguntur in actu. esto es, las especies inteligibles.
Sed contra, species intelligibilis se habet ad Contra esto: la especie inteligible es con
intellectum, sicut species sensibilis ad sensum. respecto al entendimiento lo que lo sensible
Sed species sensibilis non est illud quod con respecto al sentido. Pero la especie
sentitur, sed magis id quo sensus sentit. Ergo sensible no es lo que se siente, sino, más bien,
species intelligibilis non est quod intelligitur aquello por lo que el sentido siente. Por lo
actu, sed id quo intelligit intellectus. tanto, la especie inteligible no es lo que se
entiende en acto, sino aquello por lo que el
entendimiento entiende.
Respondeo dicendum quod quidam posuerunt Respondo: Algunos sostuvieron que nuestras
quod vires cognoscitivae quae sunt in nobis, facultades cognoscitivas no conocen más que
nihil cognoscunt nisi proprias passiones; puta las propias pasiones. Por ejemplo, que el
quod sensus non sentit nisi passionem sui sentido no conoce más que la alteración de su
organi. Et secundum hoc, intellectus nihil órgano. En este supuesto, el entendimiento no
intelligit nisi suam passionem, idest speciem entendería más que su propia alteración, es
intelligibilem in se receptam. Et secundum decir, la especie inteligible recibida en él.
hoc, species huiusmodi est ipsum quod Según esto, estas especies son lo que el
intelligitur. entendimiento conoce.

16
Sed haec opinio manifeste apparet falsa ex Pero esta opinión es evidentemente falsa por
duobus. Primo quidem, quia eadem sunt quae dos razones. 1)Primera, porque los objetos que
intelligimus, et de quibus sunt scientiae. Si entendemos son los mismos que constituyen
igitur ea quae intelligimus essent solum las ciencias. Así, pues, si solamente
species quae sunt in anima, sequeretur quod entendiéramos las especies presentes en el
scientiae omnes non essent de rebus quae sunt alma, se seguiría que ninguna ciencia trataría
extra animam, sed solum de speciebus sobre las realidades exteriores al alma, sino
intelligibilibus quae sunt in anima; sicut sólo sobre las especies inteligibles que hay en
secundum Platonicos omnes scientiae sunt de ella. Así, los platónicos sostenían que todas las
ideis, quas ponebant esse intellecta in actu. ciencias tratan sobre las ideas, entendidas en
Secundo, quia sequeretur error antiquorum acto. 2) Segunda, porque se repetiría el error
dicentium quod omne quod videtur est verum; de los antiguos, los cuales sostenían que es
et sic quod contradictoriae essent simul verae. verdadero todo lo aparente. Así, lo
Si enim potentia non cognoscit nisi propriam contradictorio sería simultáneamente
passionem, de ea solum iudicat. Sic autem verdadero. Pues si una potencia no conoce
videtur aliquid, secundum quod potentia más que su propia impresión, sólo juzga de
cognoscitiva afficitur. Semper ergo iudicium ella. Pero lo que algo parece, depende del
potentiae cognoscitivae erit de eo quod modo como es alterada la potencia
iudicat, scilicet de propria passione, secundum cognoscitiva. Por lo tanto, el juicio de la
quod est; et ita omne iudicium erit verum. potencia cognoscitiva siempre tendría por
Puta si gustus non sentit nisi propriam objeto aquello que juzga, es decir, su propia
passionem, cum aliquis habens sanum gustum alteración tal y como es. Consecuentemente,
iudicat mel esse dulce, vere iudicabit; et todos sus juicios serían verdaderos. Por
similiter si ille qui habet gustum infectum, ejemplo, si el gusto no siente más que su
iudicet mel esse amarum, vere iudicabit, propia impresión, cuando alguien tiene el
uterque enim iudicat secundum quod gustus gusto sano y juzga que la miel es dulce, hará
eius afficitur. Et sic sequitur quod omnis un juicio verdadero. Igualmente emitiría un
opinio aequaliter erit vera, et universaliter juicio verdadero quien, por tener el gusto
omnis acceptio. afectado, afirmara que la miel es amarga. Pues
ambos juzgan según les indica su gusto. De
ser así, se deduciría que todas las opiniones
son igualmente verdaderas. Lo mismo cabría
decir de cualquier percepción.
Et ideo dicendum est quod species Por lo tanto, hay que afirmar que la especie
intelligibilis se habet ad intellectum ut quo inteligible con respecto al entendimiento es
intelligit intellectus. Quod sic patet. Cum enim como el medio por el que entiende. Se
sit duplex actio, sicut dicitur IX Metaphys., demuestra de la siguiente manera. Como se
una quae manet in agente, ut videre et dice en IX Metaphys., la acción es doble. 1)
intelligere, altera quae transit in rem Una, que permanece en el agente, como ver o
exteriorem, ut calefacere et secare; utraque fit entender. 2) Otra, que pasa a una realidad
secundum aliquam formam. Et sicut forma externa, como calentar o cortar. Ambas se
secundum quam provenit actio tendens in rem realizan de una forma determinada. Así como
exteriorem, est similitudo obiecti actionis, ut la forma según la cual se realiza la acción que
calor calefacientis est similitudo calefacti; tiende a una realidad exterior es imagen del
similiter forma secundum quam provenit actio objeto de dicha acción, como el calor de lo
manens in agente, est similitudo obiecti. Unde que calienta es imagen de lo calentado, así
similitudo rei visibilis est secundum quam también la forma según la que se produce la

17
visus videt; et similitudo rei intellectae, quae acción que permanece en el agente, es una
est species intelligibilis, est forma secundum representación del objeto. Por eso, en
quam intellectus intelligit. conformidad con la imagen del objeto visible
ve la vista, y la representación de lo entendido
o la especie inteligible, es la forma según la
que el entendimiento conoce.
Sed quia intellectus supra seipsum reflectitur, Pero porque el entendimiento vuelve sobre sí
secundum eandem reflexionem intelligit et mismo, por un único acto reflexivo conoce
suum intelligere, et speciem qua intelligit. Et tanto su propio entender como la especie por
sic species intellectiva secundario est id quod la que entiende, y, así, secundariamente, la
intelligitur. Sed id quod intelligitur primo, est especie inteligible es lo entendido. Pues lo
res cuius species intelligibilis est similitudo. primero que se entiende es la realidad
representada en la especie inteligible.
Et hoc etiam patet ex antiquorum opinione, Esto se comprueba partiendo de la opinión de
qui ponebant simile simili cognosci. Ponebant los antiguos, quienes sostenían que lo
enim quod anima per terram quae in ipsa erat, semejante se conoce por lo semejante. Pues
cognosceret terram quae extra ipsam erat; et también afirmaban que el alma conoce la
sic de aliis. Si ergo accipiamus speciem terrae tierra exterior a ella por la tierra presente en
loco terrae, secundum doctrinam Aristotelis, ella, y lo mismo las demás cosas. Por lo tanto,
qui dicit quod lapis non est in anima, sed si en lugar de la tierra ponemos su especie
species lapidis; sequetur quod anima per inteligible, según la doctrina de Aristóteles,
species intelligibiles cognoscat res quae sunt para quien en el alma no está la piedra, sino la
extra animam. especie de la piedra, tendremos que el alma
conoce por medio de las especies inteligibles
la realidad exterior a ella.
A las objeciones:
Ad primum ergo dicendum quod intellectum 1. Lo entendido está en quien entiende por
est in intelligente per suam similitudinem. Et medio de una representación. Y así se dice que
per hunc modum dicitur quod intellectum in lo entendido en acto significa que la
actu est intellectus in actu, inquantum representación de lo entendido es la forma del
similitudo rei intellectae est forma intellectus; entendimiento, como la imagen del objeto
sicut similitudo rei sensibilis est forma sensus sensible es la forma del sentido en acto. Por
in actu. Unde non sequitur quod species eso, no se sigue de aquí que la especie
intelligibilis abstracta sit id quod actu inteligible abstraída sea lo entendido en acto,
intelligitur, sed quod sit similitudo eius. sino que es su imagen.
Ad secundum dicendum quod, cum dicitur 2. Cuando se dice lo entendido en acto se
intellectum in actu, duo importantur, scilicet implica tanto lo entendido como el acto de
res quae intelligitur, et hoc quod est ipsum entender. Igualmente, cuando se dice el
intelligi. Et similiter cum dicitur universale universal abstraído, se implica tanto la
abstractum, duo intelliguntur, scilicet ipsa naturaleza misma del objeto como su
natura rei, et abstractio seu universalitas. Ipsa abstracción o universalidad. Así, pues, la
igitur natura cui accidit vel intelligi vel naturaleza que puede ser abstraída, entendida
abstrahi, vel intentio universalitatis, non est o concebida de modo universal, no existe más
nisi in singularibus; sed hoc ipsum quod est que en los singulares, mientras que su
intelligi vel abstrahi, vel intentio abstracción, intelección y universalización
universalitatis, est in intellectu. Et hoc conceptual es propia del entendimiento. Algo
18
possumus videre per simile in sensu. Visus parecido podemos observar en los sentidos.
enim videt colorem pomi sine eius odore. Si Pues la vista ve el color de la manzana sin su
ergo quaeratur ubi sit color qui videtur sine olor. Por lo tanto, si se pregunta dónde está el
odore manifestum est quod color qui videtur, color que se ve sin el olor, la respuesta tiene
non est nisi in pomo; sed quod sit sine odore que ser: en la manzana misma. El que se
perceptus, hoc accidit ei ex parte visus, perciba sin el olor depende de la vista, en
inquantum in visu est similitudo coloris et non cuanto que posee la imagen del color y no la
odoris. Similiter humanitas quae intelligitur, del olor. Igualmente, la humanidad conocida
non est nisi in hoc vel in illo homine, sed quod no existe más que en este o en aquel hombre.
humanitas apprehendatur sine individualibus El que sea percibida sin las condiciones
conditionibus, quod est ipsam abstrahi, ad individuantes, en lo cual consiste su
quod sequitur intentio universalitatis, accidit abstracción y de lo que se sigue su
humanitatis secundum quod percipitur ab universalidad conceptual, le viene del hecho
intellectu, in quo est similitudo naturae de ser percibida por el entendimiento, en el
speciei, et non individualium principiorum. que se encuentra la representación de su
naturaleza específica y no la de sus principios
individuales.
Ad tertium dicendum quod in parte sensitiva 3. En la parte sensitiva hay una doble
invenitur duplex operatio. Una secundum operación. Una, consistente en la alteración.
solam immutationem, et sic perficitur operatio Es la operación del sentido, que se realiza por
sensus per hoc quod immutatur a sensibili. la alteración que en los sentidos produce lo
Alia operatio est formatio, secundum quod vis sensible. Otra, formativa, que se da cuando la
imaginativa format sibi aliquod idolum rei potencia imaginativa forma la imagen de
absentis, vel etiam nunquam visae. Et utraque algún objeto ausente o nunca visto. Esta doble
haec operatio coniungitur in intellectu. Nam operación se encuentra en el entendimiento.
primo quidem consideratur passio intellectus Pues, en primer lugar, el entendimiento
possibilis secundum quod informatur specie posible sufre una modificación al ser
intelligibili. Qua quidem formatus, format informado por la especie inteligible, y luego,
secundo vel definitionem vel divisionem vel una vez informado, establece una definición,
compositionem, quae per vocem significatur. división o composición, que expresa por
Unde ratio quam significat nomen, est medio de la palabra. La razón significada por
definitio; et enuntiatio significat el nombre es la definición. La proposición
compositionem et divisionem intellectus. Non indica la composición o división hecha por el
ergo voces significant ipsas species entendimiento. Por lo tanto, las palabras no
intelligibiles; sed ea quae intellectus sibi indican las especies inteligibles, sino lo que el
format ad iudicandum de rebus exterioribus. entendimiento forma para juzgar las realidades
exteriores.

19
COMENTARIO AL EVANGELIO DE JUAN, CAP. 1, LECC. 12

In intellectu autem nostro sunt tria: scilicet Ahora bien, en nuestro intelecto hay tres
ipsa potentia intellectus; species rei cosas, a saber, la misma facultad del intelecto,
intellectae, quae est forma eius, se habens ad la especie de la cosa inteligida, que es su
ipsum intellectum, sicut species coloris ad forma, la cual se halla en el mismo intelecto
pupillam; et, tertio, ipsa operatio intellectus como la especie del color en la pupila, y
quae est intelligere. Nullum autem istorum tercero, la misma operación del intelecto, que
significatur verbo exteriori voce prolato. Nam es inteligir. Pero ninguna de estas cosas es
hoc nomen lapis non significat substantiam significada con el verbo exterior pronunciado
intellectus, quia hoc non intendit dicere con la voz. Pues el nombre "piedra" no
nominans; nec significat speciem, quae est qua significa la sustancia del intelecto, pues el que
intellectus intelligit, cum etiam hoc non sit da el nombre no quiere decir esto; ni significa
intentio nominantis; non significat etiam la especie, que es aquello por lo cual el
ipsum intelligere, cum intelligere non sit actio intelecto intelige, pues el inteligir no es una
exterius progrediens ab intelligente, sed in acción que llega al exterior desde el
ipso manens. Illud ergo proprie dicitur verbum inteligente, sino que permanece en éste. Por lo
interius, quod intelligens intelligendo format. tanto, se dice propiamente verbo interior
aquello que el que intelige forma al inteligir.

Istud ergo sic expressum, scilicet formatum in Expresado esto así, es decir, formado en el
anima, dicitur verbum interius; et ideo alma, es llamado verbo interior, y por eso se
comparatur ad intellectum, non sicut quo compara al intelecto, no como aquello por lo
intellectus intelligit, sed sicut in quo intelligit; cual el intelecto intelige, sino como aquello en
quia in ipso expresso et formato videt naturam lo cual intelige, pues expresado y formado en
rei intellectae. Sic ergo habemus él, ve la naturaleza de la cosa inteligida. Así
significationem huius nominis verbum. pues, tenemos la significación del nombre
Secundo, ex his quae dicta sunt, concipere "verbo". Segundo, a partir de las cosas dichas,
possumus, quod verbum semper est aliquid podemos concebir que el verbo siempre es
procedens ab intellectu in actu existente. algo que procede del intelecto existente en
Iterum quod verbum semper est ratio et acto. En segundo lugar, que el verbo siempre
similitudo rei intellectae. Et si quidem eadem es la razón y semejanza de la cosa inteligida.
res sit intelligens et intellecta, tunc verbum est Y, por cierto, si la misma cosa es inteligente e
ratio et similitudo intellectus, a quo procedit; inteligida, entonces, el verbo es razón y
si autem sit aliud intelligens et intellectum, semejanza del intelecto del cual procede; pero
tunc verbum non est similitudo et ratio si lo inteligente y lo inteligido son distintos,
intelligentis, sed rei intellectae: sicut entonces el verbo no es semejanza y razón de
conceptio quam aliquis habet de lapide, est lo inteligente, sino de la cosa inteligida: como
similitudo lapidis tantum, sed quando la concepción que alguien tiene de la piedra es
intellectus intelligit se, tunc huiusmodi sólo semejanza de la piedra, pero cuando el
verbum est similitudo et ratio intellectus. Et intelecto se intelige a sí mismo, entonces ese
ideo Augustinus ponit similitudinem Trinitatis verbo es semejanza y razón del intelecto. Y
in anima, secundum quod mens intelligit por eso Agustín pone una semejanza de la
seipsam, non autem secundum quod intelligit Trinidad en el alma en cuanto la mente se

2
Trad. de C. F.
20
alia. Patet ergo quod in qualibet natura intelige sí misma, no, en cambio, en cuanto
intellectuali necesse est ponere verbum: quia intelige las otras cosas. Es manifiesto, por lo
de ratione intelligendi est quod intellectus tanto, que en cualquier naturaleza intelectual
intelligendo aliquid formet; huius autem es necesario postular un verbo: pues es propio
formatio dicitur verbum; et ideo in omni del inteligir que el intelecto, inteligiendo,
intelligente oportet ponere verbum. forme algo; pero esa formación se llama
verbo; y por eso en todo inteligente hay que
poner un verbo.

Natura autem intellectualis est triplex, scilicet Ahora bien, la naturaleza intelectual es triple,
humana, angelica et divina: et ideo triplex est a saber, humana, angélica y divina, y por eso
verbum. [...] verbum Dei, de quo Ioannes hic triple es el verbo. [...] El verbo de Dios del
loquitur [...] differt a nostro verbo in tribus. cual Juan habla aquí... difiere de nuestro verbo
Prima differentia est, secundum Augustinum, en tres cosas. La primera diferencia es, según
quia verbum nostrum prius est formabile, Agustín, que nuestro verbo es, antes, formable
quam formatum: nam cum volo concipere que formado: pues cuando quiero concebir el
rationem lapidis, oportet quod ad ipsam concepto de piedra, es preciso que llegue a él
ratiocinando perveniam; et sic est in omnibus razonando, y así es en todas las otras cosas
aliis, quae a nobis intelliguntur, nisi forte in que son inteligidas por nosotros, a no ser,
primis principiis, quae cum sint simpliciter quizá, en los primeros principios, los cuales,
nota, absque discursu rationis statim sciuntur. como son conocidos. Pues durante todo el
Quamdiu ergo sic ratiocinando, intellectus tiempo que razona así, el intelecto anda, aquí
iactatur hac atque illac, nec dum formatio y allá, y todavía la formación no está
perfecta est, nisi quando ipsam rationem rei completa, sino cuando ha concebido el
perfecte conceperit: et tunc primo habet concepto mismo de la cosa de modo perfecto,
rationem rei perfecte, et tunc primo habet y entonces tiene por primera vez la razón de
rationem verbi. Et inde est quod in anima verbo. Y de ahí que en nuestra alma haya un
nostra est cogitatio, per quam significatur ipse pensamiento, por el cual se significan el
discursus inquisitionis, et verbum, quod est mismo discurso de la investigación y el verbo
iam formatum secundum perfectam que ya está formado según la perfecta
contemplationem veritatis. Sic ergo verbum contemplación de la verdad. Así pues, nuestro
nostrum primo est in potentia quam in actu; verbo está, primero, en potencia que en acto;
sed verbum Dei semper est in actu: et ideo pero el verbo de Dios siempre está en acto: y
nomen cogitationis verbo Dei proprie non por eso el nombre “pensamiento” no conviene
convenit. propiamente al verbo de Dios.

[...] Secunda vero differentia verbi nostri ad Pero la segunda diferencia de nuestro verbo
verbum divinum est, quia verbum nostrum est con el verbo divino que es que nuestro verbo
imperfectum, sed verbum divinum est es imperfecto, mas el verbo divino es
perfectissimum. Quia enim nos non possumus perfectísimo. En efecto, puesto que nosotros
omnes nostras conceptiones uno verbo no podemos expresar todas nuestras
exprimere, ideo oportet quod plura verba concepciones con un verbo, es necesario que
imperfecta formemus, per quae divisim formemos muchos verbos imperfectos, por los
exprimamus omnia, quae in scientia nostra cuales expresemos de modo dividido todo lo
sunt. In Deo autem non est sic: cum enim que hay en nuestra ciencia. En cambio, en
21
intelligat, et seipsum etiam et quicquid Dios no es así: pues como intelige, tanto a sí
intelligit per essentiam suam, uno actu, mismo como a todo lo que intelige, por su
unicum verbum divinum est expressivum esencia, en un único acto, el verbo divino
totius quod in Deo est, non solum personarum, único es expresivo de todo lo que hay en Dios,
sed etiam creaturarum: alias esset no sólo de las Personas, sino de las criaturas:
imperfectum. [...] de otro modo, sería imperfecto.

Tertia differentia est, quod verbum nostrum La tercera diferencia es que nuestro verbo no
non est eiusdem naturae nobiscum, sed es de la misma naturaleza que nosotros, pero
verbum divinum est eiusdem naturae cum el verbo divino es de la misma naturaleza que
Deo: et ideo est aliquid subsistens in natura Dios: y por eso es algo subsistente en la
divina. Nam ratio intellecta, quam intellectus naturaleza divina. Pues el concepto inteligido
videtur de aliqua re formare, habet esse que el intelecto parece formar a partir de
intelligibile tantum in anima nostra; intelligere alguna cosa tiene sólo un ser inteligible en
autem in anima nostra non est idem quod est nuestra alma; pero el inteligir, en nuestra
natura animae, quia anima non est sua alma, no es lo mismo que la naturaleza del
operatio. Et ideo verbum quod format alma, pues el alma no es su operación. Y por
intellectus noster, non est de essentia animae, eso el verbo que forma nuestro intelecto no es
sed est accidens ei. In Deo autem idem est de la esencia del alma, sino un accidente de
intelligere et esse; et ideo verbum intellectus ella. En cambio, en Dios lo mismo es inteligir
divini non est aliquid accidens, sed pertinens que ser; y por eso el verbo del intelecto divino
ad naturam eius: quia quicquid est in natura no es accidente alguno, sino que conviene a su
Dei, est Deus. [...] naturaleza: pues todo lo que está en la
naturaleza de Dios, es Dios.

22
GUILLERMO DE OCKHAM

EXPOSICIÓN DEL PERIHERMENEIAS3


PROEMIO
§ 2: Sobre el orden de las palabras y los conceptos en el significar

Aristóteles: Pues aquellas cosas que se dan en la voz


son símbolos de aquellas que son pasiones en el alma y
aquellas que se escriben, lo son de las que se dan en la
voz [c. 1; 16ª 2-6].

En esa parte el Filósofo establece el orden de las voces, sobre las cuales se pronunciará, con
respecto a otras cosas. Y primero hace esto; segundo, establece entre ellas una diferencia. Así
pues, dice primero que las voces pronunciadas son notas de las pasiones del alma y que aquellas
que se escriben son notas de las voces pronunciadas.
Aquí primero hay que notar que el Filósofo no sostiene que todas las palabras, propia y
primeramente, significan pasiones del alma, como si fueran impuestas para significar
primeramente las pasiones del alma. Sino que muchas palabras y nombres de primera intención
son impuestos para significar primeramente cosas, como la palabra “hombre” es impuesta,
primero, para significar todos los hombres, y sólo cuando son hombres, de tal modo que, cuando
dejan de ser hombres, dejan de ser significados por la palabra “hombre”. Sin embargo, el Filósofo
dice que la palabra es nota de la pasión del alma por cierto orden de ellas en el significar, porque
primero, la pasión significa la cosa y secundariamente, la voz significa, no la pasión del alma, sino
las mismas cosas que significa la pasión; de tal modo que, si la pasión mutara sus significados, al
punto la palabra, por eso mismo, sin ninguna nueva imposición o institución, mutaría sus
significados. Y esto es más manifiesto respecto de la voz y lo escrito, pues puedo instituir la voz
“hombre” para significar tal cosa; luego puedo instituir del mismo modo la dicción “hombre”
escrita, diciendo así: instituyo esta dicción escrita, no para significar la voz pronunciada
“hombre”, sino para significar esa misma cosa que esta voz pronunciada significa y ninguna otra
cosa, de tal modo que todo lo que es significado por la voz, y por todo tiempo, ello mismo y no
otra cosa durante el mismo tiempo, sea significado por la dicción escrita. Establecido esto, la
dicción escrita no significará la voz, sino sólo la cosa, y si la voz mutara su significado, al punto,
por eso mismo, la dicción escrita mutará su significado. Y así parece de hecho. Por lo cual, si
todos los hombres, de modo nuevo, impusieran la voz “hombre” para significar aquello mismo
que es significado por la voz “blancura”, no hecha mutación ninguna respecto de la escritura, el
que, después, escribiera la proposición “Hombre es animal” (otro le diría que escribió algo falso)
no significaría la voz, sino la cosa, y esto, a causa del orden en el significar, esto es, porque la
dicción escrita no es impuesta para significar sino aquello mismo que es significado por la voz y
ninguna otra cosa. Sin embargo, esto no es sino por arbitrio del que instituye. Y así como hay tal
orden en el significar entre la voz y la escritura, del mismo modo existe tal orden en el significar
entre la voz y la pasión del alma. Y a causa de aquel orden el Filósofo dice que las voces son
notas de las pasiones. Y así deben ser entendidas todas las autoridades de los filósofos y de otros
que así suenan.

3
Expositio in Librum Perihermenias Aristotelis, Prooemium, A. Gambatese & S. Brown (eds.), Guillelmi de
Ockham Opera Philosophica II, A. Gambatese & S. Brown (eds.), St. Bonaventure, 1978, pp. 345-376.
23
§ 3: ¿Qué es la pasión del alma o concepto?

Segundo, hay que considerar qué es esta pasión. Y hay que decir que “pasión” se toma de un
modo distinto aquí y en el libro de los Predicamentos. Ahora bien, cómo es tomada allí, allí se
dijo. Pero en la cuestión expuesta, “pasión del alma” se toma por algo predicable de algo, que no
es voz ni escritura, y es llamado por algunos intención del alma, por otros es llamado concepto.
Ahora bien, de qué clase es esta pasión, esto es, si alguna cosa fuera del alma o algo realmente
existente en el alma o algún ente representado existente sólo en el alma como objeto, no le
compete considerar al lógico, sino al metafísico. Sin embargo, quiero citar algunas opiniones que
podrían afirmarse en relación con esta dificultad.

§ 4: ¿Es, la pasión, una cualidad del alma distinta del acto intelectual?

Así pues, podría afirmarse una opinión tal, a saber, que la pasión del alma, de la cual el Filósofo
habla aquí, es alguna cualidad del alma realmente distinta del acto intelectual, la cual termina,
como objeto, el mismo acto intelectual, cualidad que, por cierto, no tiene existencia sino cuando
se da el acto intelectual. Y esta cualidad es una verdadera similitud de la cosa externa, en virtud de
lo cual representa la misma cosa externa y supone por ella por su naturaleza, así como la palabra
supone por las cosas por institución.
Pero, sea esta opinión verdadera, sea falsa, contra ella hay algunas dificultades: una, que el
Filósofo no parece establecer en el alma sino potencias, hábitos y pasiones o actos, como se tiene
en el libro II de la Ética. Por lo tanto, como semejante cualidad no es hábito ni potencia ni acto,
como es manifiesto según esta opinión, no parece que sea una verdadera cualidad de la mente.
Similarmente, parecería que esta cualidad no es objeto del intelecto, porque las pasiones del alma
son afirmadas de tal modo que correspondan a las voces, esto es, de tal modo que algo sea
inteligido al ser pronunciada la palabra y al ser significado su concepto. Pero cuando digo
“animal” y otro oye y conoce el significado de esta voz, no parece inteligir alguna cualidad tal,
pues parece inteligir al animal en común. Pero tal cualidad no puede ser el animal en común, pues
aquella cualidad, si se la afirmara, se distinguiría del animal como la blancura o el calor, pues
sería un accidente espiritual en el alma y el calor es accidente corpóreo en el cuerpo, y el
accidente espiritual parece distinguirse más del animal que el accidente corpóreo.

§ 5: Opinión irracional: la pasión es la especie de la cosa

Otra puede ser la opinión de que la pasión del alma, de la cual habla el Filósofo aquí, es algo que
puede ser sujeto o predicado, de lo cual se compone la proposición en la mente que corresponde a
la proposición en el lenguaje; y que esta pasión es la especie de la cosa que representa la cosa
naturalmente, y por eso puede suponer naturalmente por la cosa en la proposición.
Pero esta opinión me parece más irracional que la primera, sea porque tal especie no ha de ser
postulada a causa de su superfluidad, como se hará manifiesto en otro lugar, sea porque, como se
dijo contra la opinión anterior, en el alma no hay algo realmente distinto del alma sino el hábito o
el acto, según el Filósofo, sea porque, entonces, tales pasiones permanecerían en el alma, no
pensando nada la misma alma, y habría proposiciones en el alma cuando no pensara nada
actualmente.

§ 6: La opinión más probable entre las opiniones que afirman que los conceptos son
cualidades: la pasión del alma es el acto intelectual mismo
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Otra podría ser la opinión de que la pasión del alma es el acto intelectual mismo. Y porque esa
opinión me parece la más probable de todas las opiniones que afirman que estas pasiones están
como en un sujeto y realmente en el alma, como verdaderas cualidades de la misma, por eso, en
relación con esta opinión, primero estableceré el modo más probable de afirmarla, en caso de que
deba afirmarse; segundo, estableceré los inconvenientes verdaderos o aparentes contra ella y
responderé a ellos del modo que considero que quien la sostiene debe responder.
Asó pues, digo que quien quiere sostener la antedicha opinión puede suponer que, aprehendiendo,
el intelecto, la cosa singular, produce en sí un conocimiento que es sólo de este singular y se llama
pasión del alma, la cual puede por su naturaleza suponer por aquella cosa singular. Del mismo
modo que, por institución, la voz “Sócrates” supone por aquella cosa que significa, de tal suerte
que el que oye la palabra “Sócrates corre” no concibe, por ella, que la palabra “Sócrates”, que
oyó, corre, sino que la cosa significada por aquella palabra corre, del mismo modo, el que viera o
inteligiera que se afirma algo de aquella intelección de la cosa singular no concebiría que aquella
intelección es tal o tal, sino que concebiría que es tal o tal la misma cosa de la cual es <la
intelección>. De tal modo que, así como la voz, por institución, supone por aquella cosa, así la
misma intelección, por su naturaleza, sin ninguna institución, supone por la cosa de la cual es.
Pero además de esta intelección de esta cosa singular, el intelecto forma para sí otras intelecciones
que no son más de esta cosa que de otra, como la palabra “hombre” no significa más a Sócrates,
que a Platón; por eso, no supone más por Sócrates, que por Platón. Así sería respecto de tal
intelección, que por ella no se inteligiría más a Sócrates que a Platón, y así con todos los otros
hombres. Así también habría alguna intelección por la cual no se inteligiría más este animal que
aquel animal, y así con otras cosas. Por lo tanto, brevemente, las mismas intelecciones del alma se
llaman pasiones del alma y suponen, por su naturaleza, por las mismas cosas externas o por otras
cosas en el alma, como las palabras <suponen> por institución.
Pero contra esta opinión se puede argumentar de muchos modos. Primero, así: tomo el
conocimiento común o confuso que corresponde a la voz “hombre” o a la voz “animal” y
pregunto: ¿se intelige algo por este conocimiento, o nada? No se puede decir que nada porque, así
como es imposible que haya visión y nada sea visto o que haya amor y nada sea amado, del
mismo modo, es imposible que haya conocimiento y nada sea conocido por aquel conocimiento.
Si algo es conocido por ese conocimiento, o bien algo en el alma o bien algo fuera del alma. Si
alguna cosa fuera del alma –y no una cosa universal, pues no hay cosa tal, como se mostró en los
libros precedentes y se mostrará más ampliamente en este libro–, entonces por tal conocimiento se
conoce alguna cosa singular; pero no más una que otra; por lo tanto, o todas o ninguna; pero no
ninguna, luego se intelige cualquiera. Y así, cuando inteligiera al hombre o formara en el alma la
proposición “Hombre es animal”, yo inteligiría a todo hombre, y así inteligiría y conocería
muchos hombres que nunca vi y sobre los cuales jamás pensé, lo cual parece inconveniente.
Ahora bien, si por tal conocimiento se conoce algo existente en el alma, pregunto: ¿qué? Y no
puede darse sino la intelección misma, y así la intelección se conocería a sí misma, lo cual parece
inconveniente–.
Se confirma: al decir en el alma, sin ninguna voz pronunciada o pensada, “Todo hombre puede
correr”, o bien se intelige algún hombre,o bien ningún hombre, o bien algo distinto del hombre. Si
se dijera que se intelige algún hombre, y no uno más que otro ni el hombre que existe más que el
hombre que puede existir, pues supone tanto por los que pueden ser hombres como por los que
son hombres, y los que pueden ser hombres son infinitos, entonces, por tal intelección se inteligen
infinitas cosas. Por otro lado, si no se intelige ningún hombre, es manifiesto que no se intelige
ninguna otra cosa fuera del alma. Por lo tanto, o bien no se intelige nada o bien se intelige alguna
otra cosa en el alma. Y en el alma no puede darse realmente alguna otra cosa que sea inteligida,
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sino la intelección misma; por lo tanto, la misma intelección se intelige a sí misma, lo cual parece
inconveniente.
Además, tomo el acto de conocer la proposición y pregunto: ¿qué se intelige por tal acto? O lo
simple, o lo compuesto. No lo simple, porque toda proposición se compone de sujeto, predicado y
cópula, cuando menos. Si lo compuesto, pregunto: ¿de qué se compone esta proposición? O bien,
exclusivamente, de cosas, y entonces la proposición sería por parte de la realidad y no sólo en el
intelecto. O bien se compone de algo en el intelecto, y no de actos intelectuales, porque entonces,
además del acto de inteligir la proposición, habría otros actos de los cuales la proposición se
compondría, y así habría muchos actos simultáneamente. Por lo tanto, se intelige algo distinto del
acto intelectual, lo cual, sin embargo, está en el intelecto, y por consiguiente, será aquello, más
verdaderamente que el acto intelectual, la pasión de la que el Filósofo habla aquí.
Y si se dijera que el acto de aprehender o de conocer una proposición no es algún acto simple
único, sino que es un acto compuesto de muchos actos, todos los cuales actos hacen una única
proposición, contra esto: entonces, las proposiciones “Todo hombre es animal” y “Todo animal es
hombre” no se distinguirían en la mente. Pues si esta proposición mental no es sino el acto
intelectual compuesto de estas intelecciones particulares, como aquí no puede haber acto
particular alguno en una proposición, que no esté en la otra, y la diversidad de orden no impide
<que sean la misma proposición>, como lo impide en el lenguaje pronunciado, no parece cómo se
pueda distinguir en la mente. Similarmente, el acto de conocer se distingue de todos aquellos
actos tomados separada y simultáneamente, pues todos pueden existir simultáneamente, aunque
no exista el acto de conocer.
A estas objeciones puede responder el que quiere sostener esa opinión. A lo primero se puede
decir que por tal intelección confusa se inteligen las cosas singulares externas, así como tener
intelección confusa del hombre no es otra cosa que tener un conocimiento por el cual no se
intelige más un hombre que otro, y sin embargo, que por tal conocimiento se conoce o se intelige
más al hombre que al asno. Y esto no es otra cosa que el hecho de que tal conocimiento se
asimila, por algún modo de asimilación, más al hombre, que al asno, y no más a este hombre que
a aquél. Y según aquello parece que hay que decir, consecuentemente, que por tal conocimiento
confuso pueden conocerse infinitas cosas. Y esto no parece ser más inopinable que el que por el
mismo amor o deseo puedan amarse o desearse infinitas cosas. Pero esta segunda cosa no parece
inopinable, pues alguien puede amar a todas las partes de algún continuo, que son infinitas, o
puede desear que todas las partes del continuo duren en el ser, y sin embargo, con tal deseo no
desea que exista sino alguna parte del continuo, y no más una que otra. Conviene que sean
deseadas todas, las cuales, sin embargo, son infinitas. Similarmente, alguien puede desear que
existan todos los hombres que pueden existir, los cuales, sin embargo, son infinitos, pues infinitos
pueden ser generados. Así pues, podría decirse que un mismo conocimiento puede ser de infinitas
cosas, sin embargo, no será conocimiento propio de alguna de aquellas, ni por ese conocimiento
puede ser distinguido uno del otro, y esto, en razón de alguna similitud especial de ese
conocimiento respecto de aquellos individuos y no de otros.
A lo segundo puede responderse de muchas maneras. De un modo, que la proposición mental es
un compuesto de muchos actos intelectuales, así como la proposición mental “Hombre es animal”
no es otra cosa que el acto por el cual se intelige confusamente a todos los hombres y el acto por
el cual se intelige confusamente a todos los animales, y uno es el acto que corresponde a la
cópula. O bien se puede decir que esta proposición es un acto equivalente a tales tres actos
existentes simultáneamente en el intelecto, y entonces, según ese modo de responder, la
proposición no es algo compuesto realmente, sino sólo por equivalencia, esto es, es equivalente a
tal compuesto.

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Pero entonces, es difícil salvar de qué modo se distinguen en la mente las proposiciones “Todo
animal es blanco”, “Todo blanco es animal” y semejantes, porque en la mente no se distinguen
por un orden diverso, al modo en que pueden distinguirse en el lenguaje. Pues la conjunción del
signo con una voz pronunciada o con otra vuelve a la proposición manifiestamente diversa. Pero
esto no puede ser salvado en la mente, pues tales actos intelectuales, como son simultáneos y en el
mismo sujeto, pues <se dan> en el intelecto, no pueden tener tal orden diverso, ni puede, el mismo
acto intelectual, componerse más con uno que con otro.
A esto se puede decir que la proposición puede ser un acto intelectual equivalente a toda una
proposición compuesta de <partes> realmente distintas, si tienen un orden semejante al que tienen
en el lenguaje. Y entonces, serán proposiciones distintas en la medida en que se distingan las
proposiciones correspondientes, si sus términos o partes se han de ordenar de modo distinto. De
otro modo, se puede decir que en la proposición mental corresponde un acto intelectual
compuesto del signo universal y el término común, y por eso en la proposición mental
correspondiente a la proposición pronunciada “Todo animal es blanco”, un acto corresponde,
como parte de la proposición, al todo “Todo animal”, y otro acto, a “blanco”, pero en la
proposición mental correspondiente a la proposición “Todo blanco es animal”, un acto
corresponde al todo “Todo blanco”, y otro, al término “animal”. Y así, las partes de las
proposiciones mentales “Todo animal es blanco” y “Todo blanco es animal” no son las mismas,
porque el acto intelectual correspondiente al todo “Todo blanco” se distingue del acto intelectual
correspondiente exclusivamente al término “blanco”. Y así habría que decir proporcionalmente de
otras.
Y según esta opinión podría decirse que toda proposición mental, que no es en modo alguno voz
ni escritura, se compone de intelecciones y en modo alguno de cosas. Y así, si alguien afirmara
que Sócrates es Platón o lo negara, aquella proposición no se compondría de Sócrates y Platón,
sino de las intelecciones de Sócrates y Platón o sería una intelección equivalente a estas distintas
intelecciones de Sócrates y Platón y a la intelección que se llama cópula, y también a la
intelección que se llama negación, si la proposición fuera negativa. Y entonces, a cualquier voz
significativa, sea categorema, sea sincategorema, le corresponde o puede corresponderle una
intelección que tenga naturalmente el mismo modo de significar, respecto de lo mismo, que tiene
la dicción pronunciada por institución. Así como el sollozo de los enfermos, el gemido y muchas
voces semejantes significan naturalmente aquello mismo que pueden significar las voces
significativas arbitrariamente, del mismo modo, las intelecciones del alma, a las que el Filósofo
llama aquí “pasiones del alma”, pueden significar naturalmente aquello mismo que significan las
voces instituidas arbitrariamente; y no sólo esto: más aún, alguna intelección única puede
significar –y del mismo modo– aquello que significa algún compuesto de voz categoremática y
sincategoremática. Sin embargo, hay una diferencia en esto, que la voz significa, no sólo para el
que pronuncia, sino también para los que oyen; en cambio, las intelecciones del alma no
significan sino para la misma alma que intelige, porque los otros no pueden aprehender las
pasiones del alma.
Por lo tanto, se puede responder formalmente al argumento que conviene hablar del acto de saber
y del acto de aprehender la proposición, porque el acto de aprehender será la proposición misma,
más que de la proposición misma, y así, aprehender la proposición no es otra cosa que formar la
proposición. Y entonces, cuando se pregunta qué se intelige por tal proposición en la mente –lo
simple o lo compuesto– se puede decir que ni lo simple, ni lo compuesto. Así como, por ejemplo,
por la proposición “Hombre es animal”, no se aprehende, propiamente hablando, ni lo simple ni lo
compuesto, sino que esa proposición mental es el acto intelectual por el cual se aprehende todo
hombre y también todo animal de modo confuso, y que lo mismo en número es hombre y animal,
pues esto es denotado por ella, y así, por tal proposición se inteligen muchas cosas –no, sin
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embargo, el compuesto–. Y cuando se dice que toda proposición se compone de sujeto, predicado
y cópula, se puede decir que esto es verdadero respecto de las proposiciones pronunciadas y
escritas. Pero de la proposición pensada, que sólo está en la mente, se puede decir que una se
compone de tal sujeto, predicado y cópula, y otra es equivalente a tal compuesto. Y esto basta
para la proposición. Y por eso, según ese modo de responder, habría que decir más
verdaderamente que no siempre es inteligida la proposición cuando está en el alma, sino que es
aquello por lo cual son inteligidas las cosas o las intenciones del alma, esto es, los actos
intelectuales, pues entonces, la proposición es el acto intelectual. Pero si hablamos del acto de
conocer alguna proposición, se puede decir que aquel acto es un acto distinto de la proposición. Y
por eso, cuando alguna proposición mental se conoce, entonces hay dos actos del intelecto
simultáneamente, a saber, la misma proposición y otro acto por el cual aquella proposición es
conocida. Y jamás se encuentra, en Aristóteles, que negara que puede haber dos actos
simultáneamente en el intelecto, y máxime respecto de actos ordenados como son la proposición y
el acto de conocerla.
Así pues, el que quiera, podría sostener esta opinión: que las pasiones del alma de las que habla el
Filósofo son intelecciones, la cual es una opinión probable y concuerda con las precedentes en
esta conclusión común, que las pasiones del alma son verdaderas cualidades de la mente. Y quien
quiera sostener esta opinión, considero que hablaría más convenientemente si dijera que todas las
proposiciones, silogismos, intenciones del alma cualesquiera y, en general, todos los llamados
“entes de razón”, son verdaderamente entes reales positivos y verdaderas cualidades de la mente
que informan realmente la mente, como la blancura informa realmente la pared y el calor, al
fuego. Y entonces, la división del ente en ente en el alma y ente fuera del alma no es otra que si el
ente fuera dividido en cualidades de la mente y otros entes.

§ 7: Opinión probable: las pasiones del alma son imágenes o representaciones

Además de estas opiniones podría afirmarse otra opinión, que la intención del alma, o concepto o
pasión del alma, no es otra cosa que lo que puede ser sujeto o predicado en la proposición mental,
a lo cual corresponde lo que puede ser sujeto o predicado en la voz y, en general, que las pasiones
del alma o intenciones del alma o conceptos son proposiciones o silogismos mentales o partes de
ellos. Pero podría afirmarse que no son verdaderas cualidades de la mente ni entes reales
existentes en el alma como en un sujeto, sino sólo ciertos objetos conocidos por el alma, de tal
modo que su ser no es otro que el ser conocidos, y pueden llamarse “imágenes”, según el modo de
hablar de algunos, o ciertas representaciones, según el modo de hablar de otros. Y por este modo
se puede decir que el intelecto, aprehendiendo el singular, se representa un singular similar, y
aquel singular así representado no está en lugar alguno existiendo realmente, más que el castillo
que se representa el artesano antes de que lo produzca realmente, y sin embargo, es semejante en
la existencia representada a como es el otro afuera. Y por esta causa puede suponer, en la
proposición, por la cosa externa por la que es representado, y puede ser llamado “pasión” por el
hecho de que no tiene existencia sino por la operación del alma. También puede ser llamado
“intención del alma” por el hecho de que no es algo real en el alma, al modo en que es algo real en
el alma el hábito, sino que tiene sólo existencia intencional, es decir, existencia cognitiva, en el
alma. Y por lo mismo puede ser llamado “concepto de la mente” y termina el acto intelectual
cuando no se intelige alguna cosa singular externa, y sin embargo, se intelige algo común a las
cosas externas. Y se puede decir que aquello así formado o representado es universal, porque
refiere igualmente a todas las cosas de las que es abstraído por esa formación o representación. Y
de esas representaciones se forman las proposiciones, proposiciones que son inteligidas y
conocidas; sin embargo, en muchas proposiciones no suponen sino por las cosas externas.
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Y contra esta opinión no considero algo de peso, sino que es difícil imaginar que algo pueda ser
inteligido con intelección real por el intelecto y, sin embargo, que ni eso mismo ni parte alguna
suya ni algo de ello pueda estar en la realidad ni pueda ser sustancia ni accidente, como se
afirmaría tal representación.
Similarmente, tal representación diferiría más de cualquier cosa <real> que una cosa <real>
cualquiera de otra, pues el ente real y el ente de razón difieren más que dos entes reales
cualesquiera; por lo tanto, tal ente representado se asimila menos a la cosa; por lo tanto, puede
suponer por la cosa mucho menos que la intelección, que se le asimila más, y por consiguiente,
será menos común a la cosa externa que la intelección y tendrá menos razón de universal que la
intelección. Pero no se afirma tal imagen o representación más que para que suponga por la cosa,
para que la proposición se componga de ella y para que sea común a la cosa, pues estas
<condiciones> son negadas a las cosas. Por lo tanto, como estas <condiciones> pueden competer
más verdaderamente a la intelección que a tal imagen, parece que tal imagen o representación se
afirmada superfluamente.
Similarmente, aunque las antedichas <condiciones> no puedan competer a la intelección, pues es
difícil salvar que <yo> intelija tal intelección, sin embargo, todas ellas pueden competer más
verdaderamente a alguna cualidad existente en el alma que termina el acto intelectual, pues, si se
afirmara alguna cualidad realmente existente en la mente, como aquella sería un ente real y
positivo como es la sustancia externa, se asimila más verdaderamente a la cosa externa que tal
imagen o representación. Por lo tanto, se puede decir que la cosa externa es inteligida en tal
cualidad más propiamente que en tal imagen o representación. O bien se puede decir más
verdaderamente, en cierto modo, que se intelige la cosa externa porque se intelige tal cualidad,
que porque se intelige tal imagen o representación. Similarmente, por lo mismo, puede ser más
verdaderamente común a la cosa externa y suponer más verdaderamente por la cosa. Por lo tanto,
por estos argumentos, más debe afirmarse que las pasiones del alma de las que habla el Filósofo
aquí son cualidades de la mente, que tales imágenes o representaciones.

(...)

§ 11: Sobre la diferencia entre las voces pronunciadas y escritas y las pasiones del alma

Arist.: Y así como las letras no son para todos las


mismas, así tampoco son las mismas las voces. En cambio,
aquellas primeras cosas de las que éstas son notas, son
para todos las mismas pasiones del alma, y aquellas de
las que éstas son similitudes, son también las mismas
cosas <para todos>. [c. 1; 16ª 6-9].

En esta parte, el Filósofo establece la diferencia entre estos signos, es decir, entre las palabras y
aquello que se escribe, por una parte, y las pasiones del alma <por otra parte>, diciendo que, así
como las letras escritas no son las mismas entre todos los hombres, pues unas letras usan los
griegos, otras los hebreos y otras, los latinos, así tampoco las voces son las mismas en todos,
porque es distinto el idioma de los griegos, el de los latinos, el de los hebreos y el de los bárbaros;
de tal modo que tanto las letras escritas como las voces convienen en esto, en que no son las
mismas en todos. Pero las pasiones del alma difieren de las antedichas en esto, en que las pasiones
del alma, de las cuales las letras y las voces son notas –del modo expuesto en la parte precedente–
son las mismas en todos. Así las cosas mismas, de las cuales las mismas pasiones del alma son

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similitudes, son las mismas en todos; pero de éstas se habló en el libro Del alma, pues esto es de
otro asunto y no compete sino al libro Del alma.
Hay que notar aquí que a partir de este texto es manifiesto que hay algunos signos de las cosas en
la mente, sea realmente, sea como objetos, según las diversas opiniones, que son signos de modo
natural y no sólo arbitrario, como son las voces y las letras.
Segundo, hay que notar que las cosas no son las mismas en todos <los hombres> de tal modo que
todas las cosas que tienen algunos, las tengan todos los otros, sino que son las mismas en todos de
tal modo que diversos hombres, a las mismas cosas según la especie o el número, las llaman con
diversos nombres y escriben con diversas letras.
Tercero, hay que notar que este texto parece sonar como si las pasiones del alma de las que habla
aquí el Filósofo fueran cualidades de la mente, porque dice haber hablado de ellas en el libro Del
alma, mas parece que en el libro Del alma no habla sino del alma y sus cualidades reales.

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