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24 DE JULIO DE 2019
MÓDULO 7 – INDIVIDUAL
Contenido
OBJETIVO.......................................................................................................... 2
OBJETIVOS SECUNDARIOS ............................................................................ 2
INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 3
los contratos típicos .............................................................................................. 4
CONCEPTO ........................................................................................................ 4
CARACTERÍSTICAS Y REGULACIÓN ........................................................................ 5
Características ................................................................................................ 5
Regulación ..................................................................................................... 5
CLASIFICACIÓN ............................................................................................... 6
EL MARCO CONSTITUCIONAL DEL DERECHO DE CONTRATOS EN HONDURAS ........... 8
EL DERECHO DE CONTRATOS EN EL CÓDIGO CIVIL DE 1906 .................................... 9
LAS REFORMAS DEL CÓDIGO DE COMERCIO DE 1950 ........................................... 10
La Ley de Protección al Consumidor (LPC) ........................................................... 12
LA LEY PARA LA DEFENSA Y PROMOCIÓN DE LA COMPETENCIA Y SUS PROHIBICIONES
...................................................................................................................... 13
CONCLUSIONES................................................................................................... 14
BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................... 15
OBJETIVO
ESTUDIAR Y COMPRENDER SOBRE LOS CONTRATOS TÍPICOS EN
HONDURAS
OBJETIVOS SECUNDARIOS
CONCEPTUALIZAR EL CONTRATO TÍPICO EN HONDURAS
CARACTERIZAR Y ENUMERAR LOS CONTRATOS TÍPICOS EN
HONDURAS
IDENTIFICAR EL MARCO JURÍDICO DE LOS CONTRATOS EN
HONDURAS.
INTRODUCCIÓN
“el contrato como instrumento para canalizar y ordenar jurídicamente la autonomía
privada, es el más adecuado de los mecanismos para facilitar la humana necesidad de
las transacciones e intercambios de bienes y servicios: contractus ab initio est voluntas,
ex post facto neccesitatis”.
Sin embargo, a pesar de que dicha afirmación encierra el reconocimiento utilitario del
contrato, que proviene de siglos atrás, la realidad es que las normas que lo regulan
están en una permanente evolución y cambio.
Honduras no ha sido ajena a este proceso. La contratación en este país está
principalmente regulada por el Código civil, que data desde 1906, y el Código de
comercio, que data desde 1950. Sin embargo, más recientemente han aparecido otras
legislaciones que tienen que ver con la protección de los derechos del consumidor y de
lealtad en la competencia, que han venido a transformar algunos conceptos
tradicionales del derecho contractual. Este trabajo es un esfuerzo jurídico-comparativo,
en tanto (en donde) se contrastarán los diferentes instrumentos jurídicos vigentes que
regulan la contratación en Honduras, por lo que se propone analizar cuál ha sido el 2
camino evolutivo del Derecho de contratos en Honduras, y cómo éste ha sido impulsado
por la evolución misma del Estado de Derecho.
• Concepto y caracterización de los contratos típicos en
general.
los contratos típicos
son aquellos que tienen individualidad
propia y se rigen por normas específicas
contenidas en nuestro ordenamiento
jurídico.
CONCEPTO
Un contrato bancario es cualquier relación
que se establece entre una entidad
financiera y cualquiera de sus clientes por
la que surgen una serie de obligaciones
para las partes y que guarda relación con
los productos y servicios ofrecidos por la
entidad.
El término contratos bancarios, en general,
siempre se entiende referido a los establecidos entre entidad financiera-cliente como
consecuencia de la actividad típica de dicha entidad y no al resto de contratos que
suscribe un Banco o Caja de ahorros (así, no se considera contrato bancario el firmado
por un Banco con un proveedor).
Implicaciones de la tipicidad
La tipicidad no implica necesariamente la aplicación a un contrato de la regulación
prevista por la ley en su totalidad. El derecho de contratos es fundamentalmente un
derecho dispositivo y no imperativo, de acuerdo con el propio concepto de autonomía
privada. Recuérdese que el límite constituido por la ley, que el artículo 1255 del Código
civil establece, se refiere a la ley imperativa. Una vez comprobado que las partes han
querido perfeccionar un determinado contrato típico, se aplicará la regulación prevista
por la ley para el mismo, salvo en lo que las propias partes hayan acordado de forma
distinta, y salvo aquellas normas que, por ser de esencia de ese tipo de contrato, no
puedan ser cambiadas por voluntad de las partes. De ahí la importancia de distinguir en
la regulación de todo contrato típico las normas imperativas y las dispositivas.
Contratos típicos
No basta con que sean mencionados incidentalmente en alguna ley o para establecer
alguna consecuencia jurídica, sino que es necesario que sus características
esenciales, nacimiento y ejecución, se encuentren regulados por la ley.
Así, dicha regulación puede ser sucinta o parcial, pudiendo ser completada en gran
medida con las normas generales sobre los contratos.
Son ejemplos de contrato típico la compraventa o el arrendamiento urbano.
CARACTERÍSTICAS Y REGULACIÓN
Características
Dado que existen numerosos tipos de contratos bancarios no siempre todos tienen las
mismas características; sin embargo, hay algunas que resultan importantes y que se
repiten en los mismos:
a) De adhesión: los contratos bancarios
son redactados prácticamente en todos
los casos por las entidades financieras,
que incorporan a estos Condiciones
Generales idénticas para todos los
clientes que los suscriben y sobre las que
tienen un margen de negociación
escaso.
Los contratos bancarios suelen tener dos partes diferentes:
o - Las Condiciones Generales a las que acabamos de aludir.
o - Las Condiciones Particulares (datos concretos, normalmente de tipo
financiero, para la operación particular: comisiones aplicables, tipo de
interés, etc.).
b) Onerosos: este tipo de contratos no son gratuitos, como pudiera serlo una
donación, sino que una de las partes (cliente) tiene que pagar un precio a cambio
de los servicios que le presta la otra (Entidad Financiera).
c) Bilaterales: de los contratos bancarios se deducen obligaciones para ambas
partes, tanto para el cliente como para la Entidad Financiera.
d) Mercantiles: se suscriben como consecuencia de la realización de su actividad
por parte de un “comerciante” (la Entidad Financiera) y eso determina que se
conceptúen como mercantiles.
e) Atípicos: desde un punto de vista jurídico, gran parte de los contratos
bancarios son atípicos, es decir, no pueden incluirse exactamente en ninguna
tipología o clasificación específica de contratos, sino que son en cierta medida
especiales o “sui generis”; esto se debe a que los contratos bancarios se han ido
modificando y adaptando a las necesidades del mercado y los clientes, de modo
que incorporan variaciones respecto a los contratos tradicionales.
Regulación
En la regulación de los contratos bancarios son especialmente importantes:
a) El contenido del propio contrato:
Todas las relaciones que una entidad financiera concierta con sus clientes tienen forma
escrita, ya se documenten en meros documentos privados o en documentos públicos
otorgados ante Notario.
El contenido de las cláusulas o estipulaciones (ya sean Condiciones Generales,
Particulares o simples estipulaciones) tiene fuerza de ley entre los contratantes.
b) La normativa de transparencia bancaria y protección al consumidor:
Es esencial, puesto que precisamente por ser la mayoría de los contratos bancarios de
adhesión, se presume que puede existir cierto desequilibrio entre las partes:
o - La entidad financiera, con mayores medios y que precisamente redacta
el clausulado.
o - El cliente, que normalmente y dejando a un lado las condiciones
financieras, tiene que adherirse a los modelos de contratación que el
Banco o Caja le ofrece.
Para atemperar este posible desequilibrio, evitando que las Entidades financieras
incorporen a sus modelos de contrato cláusulas abusivas o que les beneficien a ellas en
perjuicio del cliente, se ha publicado una extensa normativa en materia de protección al
consumidor y transparencia bancaria.
Esta normativa resulta esencial al tener que respetarla el contenido del contrato
bancario, que si no lo hace será nulo en todo o en parte y en consecuencia no resultará
de aplicación.
Esta normativa está compuesta además de por las fuentes normativas propias del
Derecho Español (Leyes, Reglamentos, etc.) por las
disposiciones del Banco de España (fundamentalmente
Circulares procedentes de dicho Organismo).
c) El Código de Comercio y el Código Civil:
Muchos contratos bancarios tienen un sustrato común con
otros contratos típicos (por ejemplo el préstamo) y algunas
de las disposiciones aplicables a estos últimos y que se
encuentran en el Código de Comercio y el Código Civil
(fuente del derecho de obligaciones en España) pueden
serles de aplicación.
d) La jurisprudencia de los Tribunales:
Se ha señalado que muchos contratos bancarios son
atípicos y por ello la Jurisprudencia tanto del Tribunal
Supremo como la denominada jurisprudencia menor (resoluciones de otros tribunales,
como las Audiencias Provinciales, que técnicamente no constituyen jurisprudencia) han
ido perfilando el contenido de estos contratos bancarios.
Como casi para la práctica totalidad de los conceptos, existen múltiples criterios de
clasificación para los contratos bancarios; así por ejemplo, en función de su duración
pueden ser indefinidos (de duración indeterminada) o con vencimiento fijo. Sin embargo,
en el caso de los contratos bancarios existe un criterio de clasificación muy extendido y
que cataloga los mismos como:
1. Contratos bancarios de pasivo
Son básicamente aquellos que para las entidades financieras suponen una captación
de efectivo por parte de sus clientes.
Entre estos, los más conocidos son:
- Contrato de cuenta corriente.
- Contrato de libreta de ahorro.
- Contrato de imposición a plazo.
Se suele decir que no constituyen operaciones de riesgo para las entidades financieras,
ya que estas captan efectivo de sus clientes a cambio de otra serie de prestaciones (un
tipo de interés, etc.).
2. Contratos bancarios de activo
Implican la concesión de dinero o de facilidad de crédito por parte de la entidad
financiera al cliente, que deberá devolverlo en la forma y fechas pactadas.
Ejemplos típicos de contratos de activo son:
- Contrato de préstamo.
- Contrato de crédito.
- Descuento y anticipo bancario.
- Concesión de avales (algunos autores no lo consideran contrato de activo).
- Contratos de tarjeta de crédito.
- Contratos de arrendamiento financiero o leasing.
3. Contratos bancarios neutros, diversos o de servicios bancarios
La actividad bancaria ha ido extendiéndose a lo largo del tiempo a operaciones o
negocios que escapan a la categoría anterior.
En ellos el Banco no obtiene financiación de sus clientes (pasivo) ni la proporciona a los
mismos (activo), sino que a cambio de determinados servicios que presta cobra unas
comisiones.
Parte de estos contratos aparecen, como se ha señalado, como consecuencia de
haberse extendido el ámbito de la actividad bancaria a la mera operativa de tomar y
prestar dinero.
Ejemplos de contratos bancarios neutros son:
- La custodia y depósito de valores.
- El tratamiento de remesas de recibos de
servicios.
- El alquiler de cajas de seguridad.
- El propio servicio de banca por internet.
4. Contratos de intermediación
Son aquellos en los que debido a que las entidades aseguradoras y otras han
aprovechado la red de las entidades financieras para distribuir sus productos, los
Bancos y Cajas actúan como meros comercializadores e intermediarios de productos o
servicios ofrecidos por otras empresas (ya sean Compañías de Seguros, Gestoras de
Fondos de Inversión, etc., y con independencia de que pertenezcan o no al mismo grupo
que la entidad en cuestión).
Entre estos, por los que evidentemente el Banco también percibe una comisión,
tenemos:
- Contratos de fondos de inversión.
- Contratos de seguros.
que data del 2008, es aplicable a todas las relaciones de consumo que se contraten en
el territorito hondureño (Art. 2 LPC). La protección del consumidor se presenta como
intervención necesaria del Estado cuando las desigualdades entre las personas que no
son comerciantes y aquellos que sí lo son, y que conocen el funcionamiento del mercado
y por lo tanto pueden sacar provecho de ello, son evidentes. Dicha ley modifica la forma
de interpretación de los contratos que determinen las relaciones de consumo, pues más
relevante que la voluntad de las partes son los intereses del consumidor (Art. 3 LPC).
Dichas relaciones de consumo son definidas por esta ley como aquel “vínculo jurídico
establecido entre proveedor y consumidor con la finalidad, por parte de este último, de
adquirir, usar o gozar bienes o servicios (Art.7.15 LPC).
Vale la pena señalar que, la Ley de Protección al Consumidor sigue también atendiendo
a la teoría de la imprevisión que contenía ya el Código de comercio, permitiendo se
modifique las cláusulas que por hechos sobrevinientes se vuelvan excesivamente
onerosas (Art. 9 LPC). Esa protección a la parte más débil de la relación de consumo
también incluirá normas que brinden seguridad contractual. Es así que establece como
obligación de los proveedores la emisión de contratos relativos a las relaciones de
consumo, imputándoles la inexistencia de estos (Art. 19.5 LPC). Prohíbe además a los
proveedores, solicitar, obligar o permitir al consumidor firmar en blanco en todo o en
parte cualquier contrato que constituya obligaciones para este (Art. 20.5 LPC). De hecho,
esa práctica se considera abusiva (Art. 68.4 LPC).
LA LEY PARA LA DEFENSA Y PROMOCIÓN DE LA COMPETENCIA Y SUS
PROHIBICIONES
Además de las modificaciones al Código de Comercio que encontramos en la Ley de
Protección al Consumidor, debemos atender las prohibiciones contractuales que se
expresan en la Ley para la Defensa y Promoción de la Competencia que data del 20059,
que anulan los contratos que se concierten entre los agentes económicos que tiendan a
establecer precios, tarifas o descuentos en perjuicio de otros agentes económicos;
restringir la producción, distribución o comercialización de bienes y servicios; repartirse
el mercado, la clientela, los sectores de suministro o fuentes de aprovisionamiento,
establecer o coordinar abstenciones de participar en licitaciones, cotizaciones,
concursos o subastas públicas (Arts. 5 y 6 LDPC). Estas previsiones se basan en un intento
por parte del Estado de limitar la competencia usando como criterios la equidad y la
lealtad a través de la ley (Orozco & Moreno, 2011).
CONCLUSIONES
en una sociedad en la que la industrialización y el consumismo le van a ir restando
relevancia a una economía puramente agrícola, y en la que el Estado ha decidido
intervenir abiertamente en los procesos económicos, tratando de reducir así los
desequilibrios sociales.
Este proceso, que ha sido universal, no ha sido ajeno a nuestra realidad. Honduras ha
podido constatar dicha transformación de diferentes formas. Sin embargo, es el
Derecho de contratos donde esta evolución se hace muy evidente, y muy fácil de seguir
a través del tiempo.
Es posible observar cómo los principios clásicos de la contratación, la autonomía de la
voluntad y la obligatoriedad de las cláusulas contractuales, van a irse limitando al ritmo
de la aparición de nuevos instrumentos jurídicos, en la medida en la que el Estado de
Derecho va ampliando su tutela para los grupos más desfavorecidos de la sociedad.
Esto es así, porque la supremacía constitucional ha permitido la incólume permanencia
del Estado social de Derecho. Para que se consolide esta evolución, falta nada más que
su aplicación, siempre guiada por el principio de la Buena Fe, sea la adecuada por parte
de las personas naturales y jurídicas que se obligaran por medio de la actividad
contractual, base fundamental del desarrollo económico nacional; pero, sobre todo, por
una estricta vigilancia
BIBLIOGRAFÍA
República de Honduras. (1982). Decreto 131-1982, Constitución Política de la República
de Honduras.
Tegucigalpa.
República de Honduras. (2008). Decreto 24-2008, Ley de protección al consumidor.
Tegucigalpa.
República de Honduras. (2005). Decreto 357-2005, Ley para la defensa y promoción de
la competencia.
Tegucigalpa.
República de Honduras. (1950). Decreto 73-50, Código de Comercio. Tegucigalpa.
República de Honduras. (1906). Decreto 76-1906, Código Civil. Tegucigalpa.
Roca Guillamón, J. (noviembre de 2010). Armonización, unificación y modernización del
Derecho de
obligaciones y contratos (notas para una reflexión). XVI Jornadas de la Asociación de
Profesores
de Derecho Civil. Zaragoza: Asociación de Profesores de Derecho Civi.
Tábora, T. L. (2002). Código Civil de la República de Honduras. Sus fuentes,
concordancias, referencias
y notas. Tegucigalpa: Editorial Universitaria