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¿Cómo actúa?
Como una especie de brigada de limpieza celular, es
decir «no destruye la célula, destruye o elimina la
basura y porquería acumulada en las células». «Las
neuronas y las células que no se pueden dividir
necesitan de la autofagia para eliminar la basura», dice
Boya.
EQUILIBRIO PERFECTO
La autofagia es un sistema de supervivencia muy bien
calibrado: requiere un punto de equilibrio perfecto.
Tanto un defecto de autofagia como un exceso podría
ser perjudicial. Tiene que haber un punto de equilibrio
entre la autofagia activada y la autofagia frenada.
¿Cómo se consigue? En el ámbito bioquímico, este
control en la activación de la autofagia se establece
mediante el balance entre una vía metabólica llamada
mTOR, que es una proteína ligada al crecimiento, y una
vía llamada AMP-K, una proteína ligada a sistemas de
alerta por escasez.
Para hacerlo más comprensible, imagina un
interruptor: en la rama del circuito mTOR, cuando el
interruptor mTOR está on, la autofagia queda inhibida;
y cuando está off, la autofagia se activa. En la otra rama
del circuito, la denominada AMP-K, cuando el
interruptor AMP-K está encendido, la autofagia se
activa; y cuando AMP-K está apagado, la autofagia se
detiene.
Veamos ahora qué es lo que activa una u otra vía en
nuestro organismo.
1. LA VÍA DE LA COMIDA
La vía mTOR se activa al ingerir comida, especialmente
la rica en hidratos de carbono, por la elevación de los
niveles de glucosa en sangre, por el incremento de la
insulina y por la presencia del "factor de crecimiento
similar a la insulina" (IGF), y también –muy
importante– por los niveles altos de aminoácidos.
Un exceso de alimento, de carbohidratos y de proteínas
estimula la vía mTOR.
2. LA VÍA DE LA ESCASEZ
La otra vía, AMP-K, se estimula por situaciones de
escasez, que el organismo identifica como de dificultad
y alarma, en las que es necesario ahorrar energía y
activar el reciclaje para obtener todos los recursos
propios al menor coste posible, como en situaciones de
restricción calórica, falta de oxígeno, bajada de
temperatura… Y también cuando ayunamos, aunque en
este caso es una parada voluntaria en la ingesta de
alimentos, el ayuno permite hacer una puesta a punto
global del organismo.
AYUNO Y AUTOFAGIA, UNA PRÁCTICA MILENARIA
La depuración y el ayuno son prácticas naturales,
comunes a muchas especies. Si convives con animales
lo habrás visto: gatos y perros dejan de comer y hacen
purgas cuando se han intoxicado; en estado salvaje la
mayoría de los animales dejan de comer mientras se
curan de fracturas o heridas, las aves migratorias no
comen durante largos períodos de tiempo y los osos
ayunan durante el periodo de hibernación.
El ser humano está adaptado a periodos de escasez, y
de forma natural, el hombre ayuna cuando está
enfermo.
Las dietas depurativas y los ayunos han estado
presentes a lo largo de la historia de la humanidad,
tanto en Oriente como en Occidente, por motivos
religiosos y de salud. En el siglo XX el ayuno
terapéutico reapareció con fuerza y hoy está de gran
actualidad por su vínculo con la alimentación y la
salud.
AYUDA A LA DESINTOXICACIÓN
La sobrealimentación actual, el consumo de alimentos
procesados y el sedentarismo sobrepasan nuestra
capacidad natural de eliminación de toxinas. Y con el
ayuno facilitamos el proceso de desintoxicación y
depuración del organismo y el mejor funcionamiento
de los órganos encargados de estos procesos: el
intestino, el hígado, el riñón, la piel y los pulmones.
Al ayunar, podemos expulsar las toxinas procedentes
del exterior (químicos del ambiente, tóxicos de los
alimentos, del hogar…) y las toxinas del interior del
organismo, originadas por el proceso de asimilación,
como la urea del metabolismo de las proteínas o los
radicales libres de los procesos metabólicos de
obtención de energía.
Para nuestra seguridad, nuestro organismo cuenta
también con mecanismos de defensa que nos protegen
del efecto dañino de las toxinas que no podemos
expulsar, como la retención de líquidos (edemas), la
unión a grasas (celulitis) o la cristalización y el
depósito en diversas estructuras (articulaciones o las
paredes de los vasos sanguíneos).
Mitofagia
La mitofagia es la selección selectiva de mitocondrias
defectuosas o disfuncionales. Estas son las partes de la
célula que producen energía, las centrales eléctricas. Si
no funcionan correctamente, el proceso de mitofagia
las ataca para destruirlas. Los reguladores críticos de
este proceso incluyen el conocido gen supresor de
tumores PTEN. Esto puede parecer inicialmente malo,
recuerda que, al mismo tiempo que aumenta la
mitofagia, se estimulan nuevas mitocondrias para que
crezcan. La AMPK, por ejemplo, estimulará la mitofagia
y el crecimiento de las mitocondrias, básicamente
sustituyendo la mitocondria anterior por otras nuevas
en un proceso de renovación. Esto es fantástico, es
fundamentalmente una renovación completa del
conjunto mitocondrial. Se descomponen las antiguas
mitocondrias y estimula al cuerpo para crear nuevas.
Esta es una de las razones por las cuales se promociona
la metformina normalmente como un compuesto
rejuvenecedor, no tanto por sus efectos en la glucosa
sanguínea, sino por su efecto sobre la AMPK y la
autofagia.