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Problemas de aprendizaje, dificultad para concentrarse y ataques de

ansiedad suelen afectar a los niños hiperactivos. ¡Atención!


Redacción Cromos. Tips

Definir rutinas
Crear un cronograma con todas las actividades de la semana les ayuda a
ordenarlos y, de paso, a calmar la ansiedad.

Hablar claro
Utilizar un lenguaje sencillo y hablar despacio facilitan la comunicación y
refuerzan la confianza en los niños, pues se sienten escuchados.

Aprovechar los espacios abiertos


Los niños hiperactivos necesitan moverse con libertad. Reforzar las actividades
en parques, playas, piscinas, o hacer deportes es vital para que gasten
saludablemente la energía y puedan dormir mejor.

Jugar
A diferencia de lo que muchos pensarían, el juego es una herramienta de
aprendizaje muy exitosa, en la medida en que recrea y educa. En el caso de los
niños hiperactivos, les ayuda a calmar su ansiedad y concentrarse en una
actividad.

Evitar los dulces


Si bien el dulce por la noche está prohibido para los niños, en el caso de los
hiperactivos está prohibido durante todo el día porque triplica la energía física y
hace que sea muy difícil concentrarse.

Establecer normas
Es necesario dejar por escrito normas relacionadas con tareas, horarios,
juegos... y colocarlas en un lugar visible para los niños, de manera que
entiendan que no son un capricho y que hay que seguirlas.

Aprovechar la tecnología
Aunque en casos normales la televisión, los computadores y los videojuegos no
son recomendables para los niños, en los casos de hiperactividad funcionan en
la medida en que los mantiene enfocados en un tema, les estimula el
vocabulario y les ayuda a desarrollar motricidad fina. Es claro que no hay que
abusar del número de horas de uso.

Demostrar afecto
A los niños con hiperactividad sentirse entendidos y no criticados es muy
importante en su crecimiento. Se recomienda tener momentos solo con ellos
que permitan afianzar su relación y confianza con las personas más cercanas.

Foto: iStock.
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Mi bebé - niños - Hiperactividad

as técnicas de modificación de conducta tratan de evitar las conductas inadecuadas


fomentando formas de comportamiento más apropiadas. Lo que hacen es controlar las
consecuencias, de modo que a una conducta apropiada seguirá un “refuerzo positivo”, es
decir, un estímulo agradable que haga que dicha conducta se repita. Cuando el niño
muestra una conducta inapropiada recibe un “castigo”, un estímulo desagradable como,
por ejemplo, quedarse sin ver su programa favorito de la tele, con lo que poco a poco esa
conducta desaparece. Entre las más utilizadas están: la economía de fichas, los contratos
de contingencias, el coste de respuesta, la sobrecorrección y el tiempo fuera. Todas las
técnicas mencionadas están descritas en el libro Nuestro hijo es hiperactivo.

Pero, sin duda, lo que más os interesa conocer es ¿en qué va a


afectar a vuestro hijo tener hiperactividad? y ¿qué podéis hacer
vosotros para ayudarle? El principal problema de la hiperactividad
no son sus síntomas sino lo que éstos provocan, sus consecuencias.
Las más comunes son:
 Debido a la dificultad para prestar atención: problemas de aprendizaje.
 Debido a su comportamiento inquieto e impulsivo: problemas de disciplina,
deficiente ejecución de las tareas que realiza y dificultades para relacionarse con
otros niños.
 Debido a que continuamente están siendo recriminados por su forma de actuar,
acusados de desobedientes y a la alta tasa de actividades que abandonan a medias
o que realizan mediocremente, es muy frecuente que tengan asociados problemas
afectivos y emocionales como: baja autoestima, dependencia, baja tolerancia a la
frustración, “indefensión aprendida” (él piensa que no está en sus manos hacer las
cosas bien), depresión, ansiedad y agresividad.
Afortunadamente, evitar estas situaciones está en vuestras manos.
Y no me refiero sólo a que podáis acudir a un especialista que
ponga en práctica todas esas técnicas de las que hemos hablado
sino, sobre todo, a la importantísima labor que podéis hacer en casa
manteniendo una actitud adecuada. Para ello, aquí tenéis algunos
consejos:

 Estableced unas normas a seguir en el hogar, definiendo claramente los límites. Es


importante que haya consenso entre los padres.

 Ofreced a vuestro hijo información sobre sus conductas (feedback) que le permita
evaluar su actuación.

 Siempre que actúe de forma correcta reforzádle su conducta positivamente. Un


refuerzo no tiene por qué ser un premio material, basta con un beso o una alabanza.
Si le castigáis no olvidéis que el castigo nunca debe ser físico y que éste por si solo
no sirve de nada, siempre se debe enseñar la conducta alternativa (cómo debía haber
actuado).

 No le pongáis etiquetas. Si está oyendo continuamente que “es un desastre” cada vez
actuará más como tal y además su autoimagen se verá mermada, lo que contribuye a
la baja autoestima y la depresión.

 Mantened expectativas positivas. Con vuestra ayuda vuestro hijo es capaz de


superarlo todo. Si pensáis así él también lo hará, su motivación aumentará y será
más capaz de enfrentarse a sus problemas.

Esther García Schmah


Pedagoga

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