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ÉTICA, CONVIVENCIA HUMANA Y CIUDADANÍA

CIUDADANÍA Y PARTICIPACIÓN

Integrantes :

Agreda Vera Lizbeth

Guzman Galarreta Alejandra

Ramirez Villanueva Marita

Vigo Gutierrez Luis Miguel

Fernandez Contreras Yury

Rodriguez Jara Edwin

Profesor :

Alex Vicente Herrada Herrera


PRESENTACIÓN

Mediante este trabajo daremos a conocer la importancia de la ciudadanía y participación


activa, ya que consisten en tener el derecho, los medios, el espacio y la oportunidad y, en
caso necesario, el apoyo para participar e incidir en las decisiones y colaborar en las acciones
y actividades a fin de contribuir a la construcción de una sociedad mejor.

Asimismo, la participación activa de los jóvenes en los diferentes ámbitos, promovido por el
consejo de Europa para que puedan tener influencia y responsabilidad en las decisiones y
acciones que afectan a ellos mismos y su país.

Esperamos que el trabajo sea de agrado y comprensión.


CIUDADANÍA Y PARTICIPACIÓN
¿QUÉ ES LA CIUDADANÍA?
Las tradiciones y enfoques sobre ciudadanía varían a lo largo de la historia y a lo
largo del mundo de acuerdo a los diferentes países, a la historia, a las sociedades, a las
culturas y a las ideologías, lo que se traduce en muchas diferentes interpretaciones del
concepto de ciudadanía.
El origen de la ciudadanía se remonta a la
Antigua Grecia, en el que “los ciudadanos” eran
aquellos que tenían derecho a participar en los asuntos
del estado. Sin embargo, de ninguna manera eran
todos ciudadanos: los esclavos, los campesinos, las
mujeres o los extranjeros residentes eran simples
súbditos. Para aquellos que tenían la condición
privilegiada de ciudadano, la idea de “virtud cívica” o ser un “buen” ciudadano era una parte
importante del concepto, puesto que la participación no se consideraba solo un derecho, sino
también, y, ante todo, un deber. Un ciudadano que no cumplía con sus responsabilidades era
considerado socialmente perjudicial.
Esta idea de ciudadanía tiene hoy su reflejo en la mayoría de los significados más
comunes del término, que se refieren a la relación jurídica entre el individuo y el estado. La
mayoría de las personas en el mundo son ciudadanos legales de uno u otro estado-nación, y
ello les da derecho a ciertos privilegios o derechos. Ser un ciudadano también impone ciertas
obligaciones en términos de lo que el estado espera de las personas sometidas a su
jurisdicción. Por lo tanto, los ciudadanos cumplen ciertas obligaciones con su estado y a
cambio pueden esperar la protección de sus intereses vitales.
Sin embargo, el concepto de ciudadanía tiene muchas más capas de significado que
la de ciudadanía legal. Hoy en día “ciudadanía” es mucho más que una construcción jurídica
y se refiere, entre otras cosas, a la sensación personal de pertenencia, por ejemplo, al sentido
de pertenencia a una comunidad que puedas moldear e influir directamente.
Una comunidad puede definirse a través de una variedad de elementos, por ejemplo,
a través de un código moral compartido, de un conjunto idéntico de derechos y obligaciones,
de la lealtad a una civilización común, o a través de un sentido de identidad. Desde el punto
de vista geográfico, el término “comunidad” generalmente se define a dos niveles principales,
diferenciando entre la comunidad local, en la que vive la persona, y el estado, al que pertenece
la persona.
En la relación entre el individuo y la sociedad se pueden distinguir cuatro dimensiones
que se corresponden con los cuatro subsistemas que uno puede reconocer en una sociedad, y
que son esenciales para su existencia: la dimensión política/jurídica, la dimensión social, la
dimensión cultural y la dimensión económica. Estas cuatro dimensiones de la ciudadanía
fueron desarrolladas por Ruud Veldhuis.
La dimensión política de la ciudadanía se
refiere a los derechos políticos y
responsabilidades con respecto a su sistema
político. El desarrollo de esta dimensión viene a
través del conocimiento del sistema político y la
promoción de actitudes democráticas y
participativas.
La dimensión social de la ciudadanía
tiene que ver con el comportamiento entre los
individuos en una sociedad y requiere un poco de
lealtad y solidaridad. Las habilidades sociales y el
conocimiento de las relaciones sociales en la
sociedad son necesarios para el desarrollo de esta
dimensión.
La dimensión cultural de la ciudadanía se refiere a la conciencia de un patrimonio
cultural común. Esta dimensión cultural debe desarrollarse a través del conocimiento del
patrimonio cultural, y de la historia y las habilidades básicas (competencia lingüística, lectura
y escritura).
La dimensión económica de la ciudadanía se refiere a la relación entre un individuo
y el mercado laboral y de consumo. Implica el derecho al trabajo y a un nivel mínimo de
subsistencia. Las habilidades económicas (para el trabajo y otras actividades económicas) y
la formación profesional desempeñan un papel clave en el cumplimiento de esta dimensión
económica.
Estas cuatro dimensiones de ciudadanía se logran a través de procesos de
socialización que tienen lugar en la escuela, en familias, organizaciones cívicas, partidos
políticos, así como a través de asociaciones, medios de comunicación, el barrio y grupos de
pares.
Al igual que con las cuatro patas de una silla, cada persona debe poder ejercer las
cuatro dimensiones de manera equilibrada e igual, de lo contrario, la ciudadanía plena se verá
desequilibrada.
Cuando somos parte de una comunidad, podemos influir en ella, participar en su
desarrollo y contribuir a su bienestar. Por lo tanto, la ciudadanía también se entiende como
una práctica: la práctica de desempeñar un papel activo en nuestra sociedad. Dicha
participación podría ser dentro de nuestro vecindario, en un grupo social formal o informal,
en nuestro país o en todo el mundo. La noción de ciudadanía activa implica trabajar para
mejorar la comunidad a través de la participación para mejorar la vida de todos los miembros
de la comunidad. La ciudadanía democrática es un concepto estrechamente relacionado, que
enfatiza la creencia de que la ciudadanía debe basarse en principios y valores democráticos
como el pluralismo, el respeto a la dignidad humana y el estado de derecho

Pregunta: ¿Qué sentidos de pertenencia reconoces en ti mismo?

Cuando somos parte de una comunidad, podemos influir en ella, participar en su


desarrollo y contribuir a su bienestar. Por lo tanto, la ciudadanía también se entiende como
una práctica: la práctica de desempeñar un papel activo en nuestra sociedad. Dicha
participación podría ser dentro de nuestro vecindario, en un grupo social formal o informal,
en nuestro país o en todo el mundo. La noción de ciudadanía activa implica trabajar para
mejorar la comunidad a través de la participación para mejorar la vida de todos los miembros
de la comunidad. La ciudadanía democrática es un concepto estrechamente relacionado, que
enfatiza la creencia de que la ciudadanía debe basarse en principios y valores democráticos
como el pluralismo, el respeto a la dignidad humana y el estado de derecho.

Formas de participación
La participación de los ciudadanos en su gobierno se cree que es la piedra angular de la
democracia, y que puede tener lugar a través de diferentes mecanismos y formas, y a distintos
niveles. Se han desarrollado varios modelos de participación: la primera y probablemente la
más conocida es la escalera de participación Sherry Arnstein (1969).

Arnstein identificó ocho niveles de participación, cada uno de los cuales corresponde a un
peldaño de la escalera, con poca o ninguna participación de los ciudadanos en un extremo
hasta una forma totalmente ciudadana en el otro. Cuanto más alto esté en la escalera más
poder se tiene a la hora de determinar el resultado. Los dos peldaños de la parte inferior, que
son la manipulación y la terapia, no son participativos, y deben ser evitados. Los próximos
tres, información, consulta y apaciguando, son meramente simbólicos; permiten a los
ciudadanos tener una voz y ser escuchados, pero sus opiniones no pueden ser debidamente
consideradas por quienes están en el poder. Los tres últimos pasos –asociación, delegación
del poder y control ciudadano, son de verdadero poder ciudadano y la forma más completa
de la participación de estos.

Derechos frente a la realidad


las comunidades gitanas son habitualmente discriminadas en muchas partes de Europa. En algunos
casos, se les niega la ciudadanía de los países en los que viven. Cuando Checoslovaquia y Yugoslavia
se rompieron en la década de los 1990, algunos de ellos se quedaron sin nacionalidad, porque los
estados sucesores les consideraron pertenecientes a otros lugares y aplicaron leyes que negaban su
nacionalidad. Además, los padres gitanos que son considerados ilegales o han emigrado a otro país
a menudo no inscribían a sus niños, aunque estos tuviesen derecho a la ciudadanía en virtud del
derecho internacional. Como consecuencia de ello, esos niños no pueden acceder a algunos de sus
derechos fundamentales como la salud o la educación. Otras comunidades itinerantes con estilos
de vida, por ejemplo, los viajeros en Gran Bretaña, enfrentan problemas similares.

Incluso cuando los gitanos están reconocidos oficialmente como ciudadanos pueden ser excluidos
de la posibilidad de participar plenamente en sus comunidades y en la práctica ser tratados como
ciudadanos de segunda clase, debido a la discriminación y los prejuicios.

Los Estados miembros reconocen los derechos del niño a la libertad de asociación y a la libertad de
Los Estados miembros reconocen los derechos del niño a la libertad de
asociación y a la libertad de reunión pacífica.

Convención sobre los Derechos del Niño

El modelo de Arnstein fue desarrollado por Roger Hart y adaptado a la cuestión de los niños
y a la participación de los jóvenes. Hart afirmó que la participación es un derecho
fundamental de los ciudadanos7, porque esa es la manera de aprender lo que significa ser un
ciudadano y cómo serlo. La participación de los jóvenes puede verse también como una
forma de asociación entre jóvenes y adultos. Hay diferentes grados, para que los jóvenes
puedan participar o asumir la responsabilidad, en función de la situación local, los recursos,
las necesidades y nivel de experiencia. En la escalera de Hart sobre la participación se
muestran diferentes grados de participación de los niños y de los jóvenes en los proyectos,
las organizaciones o comunidades.

Estos son los ocho niveles de participación de los jóvenes:

Escalón 8: toma de decisiones compartida

Los proyectos o ideas son iniciados por los jóvenes, que invitan a los adultos a participar
como socios en el proceso de toma de decisiones.

Escalón 7: iniciados y dirigidos por jóvenes

Los proyectos o ideas son iniciados y dirigidos por los jóvenes, los adultos pueden ser
invitados a proporcionar el apoyo necesario, pero un proyecto puede llevarse a cabo sin su
intervención.

Escalón 6: iniciados por adultos, comparten las decisiones con los jóvenes

Los proyectos son iniciados por los adultos, pero los jóvenes son invitados como asociados
en pie de igualdad a compartir el poder de decisión y sus responsabilidades.

Escalón 5: jóvenes consultados e informados

Los proyectos son iniciados y ejecutados por adultos, pero los jóvenes ofrecen consejos y
sugerencias y están informados sobre la manera en que esas sugerencias contribuyen a las
decisiones finales o resultados.

Escalón 4: jóvenes asignados pero informados

Los proyectos son iniciados y ejecutados por adultos; los jóvenes son invitados a tomar
algunas funciones específicas o tareas dentro del proyecto, pero son conscientes de cuál es la
influencia que en realidad tienen.
Participación significa estar implicados, tener tareas y compartir y asumir responsabilidades.
Significa tener acceso y estar incluido.

Escalón 3: falsa integración de los jóvenes

A los jóvenes se les dan algunas funciones dentro de los proyectos, pero no tienen influencia
real en las decisiones. Hay una falsa apariencia creada (a propósito, o involuntariamente) de
que los jóvenes participan, cuando en realidad no tienen ninguna posibilidad de elección
sobre el qué y el cómo de lo que se está llevando a cabo.

Escalón 2: decoración

Los jóvenes son necesarios en el proyecto para representarlos como grupo desfavorecido. No
tienen un papel significativo (con la excepción de estar presentes) y, como con la decoración,
se colocan en un lugar visible dentro de un proyecto u organización, a fin de que puedan ser
fácilmente reconocidos para los que son ajenos al proyecto.

Escalón 1: manipulación

Se invita a los jóvenes a participar en el proyecto, pero no tienen una influencia real en las
decisiones y los resultados. De hecho, su presencia se utiliza para conseguir algunas otras
metas, como ganar las elecciones locales, crear una mejor imagen de la institución o intentar
obtener algunos fondos adicionales de las instituciones que prestan apoyo a la participación
de los jóvenes.

Hay muchas maneras por las que los jóvenes juegan un papel activo como los ciudadanos de
sus sociedades. En 2011 se llevó a cabo un estudio de los jóvenes de entre 15 y 30 años que
viven en los Estados miembros de la UE para averiguar cómo los jóvenes ciudadanos están
participando en la sociedad. Se centró en su participación en las organizaciones (p. ej., clubes
deportivos, organizaciones voluntarias…), las elecciones políticas, las actividades de
voluntariado y el fomento de proyectos de cooperación con los jóvenes de otros países.

Los resultados fueron los siguientes:

En todos los países, una minoría de los jóvenes declaró que habían participado en
actividades encaminadas a fomentar la cooperación con jóvenes de otros países;
desde el 4% en Italia al 16% en Austria.
Alrededor de una cuarta parte de los jóvenes adultos había participado en una
actividad voluntaria organizada en 2010. Las tasas más altas se observaron en
Eslovenia, Dinamarca, Irlanda y los Países Bajos (36% - 40%).
Entre los jóvenes, que tenían suficiente edad para votar, aproximadamente 8 de
cada 10 dijeron que habían votado en unas elecciones políticas a nivel local,
regional, nacional o de la Unión Europea en los tres años anteriores. Esto osciló
entre el 67% en Luxemburgo al 93% en Bélgica (donde el voto es obligatorio).
Alrededor de un tercio de los jóvenes de la UE había tenido una participación activa
en un club deportivo en 2010. Cerca de un sexto había participado en una
organización juvenil y uno de cada siete lo había hecho en una organización de
actividades culturales.
Participación de la juventud en el Consejo de Europa
El objetivo de la política de la juventud del Consejo de Europa es la de proporcionar a los
jóvenes, las niñas y los niños, mujeres y hombres jóvenes igualdad de oportunidades y la
experiencia que les permita desarrollar los conocimientos, habilidades y competencias para
desempeñar un papel pleno en todos los aspectos de la sociedad.
El Consejo de Europa desempeña un importante papel en el apoyo y fomento de la
participación y de la ciudadanía activa. La participación es fundamental para la política de
juventud del Consejo de varias formas:
 Las políticas de juventud deben promover la participación de los jóvenes en los
distintos ámbitos de la sociedad, especialmente aquellos que están más directamente
relacionados con ellos.
 Las políticas de juventud se deben elaborar, aplicar y evaluar con los jóvenes, es decir
a través de medios que tengan en cuenta las prioridades, perspectivas e intereses de
ellos y con su participación en el proceso
 Las políticas y los programas para la juventud deben alentar enfoques centrados en el
participante de aprendizaje y acción, como en la educación en los derechos humanos,
a través de las cuales practican y aprenden la participación y la ciudadanía.
Estas dimensiones de la participación de la juventud reflejan los planteamientos de la Carta
Europea sobre la implicación de los jóvenes en la vida local y regional, donde se destaca que:
Participar significa tener influencia y responsabilidad en las decisiones y acciones que
afectan a la vida de los jóvenes o simplemente son importantes para ellos. Por lo tanto, en la
práctica, esto podría querer decir votar en las elecciones locales, así como crear una
organización de jóvenes o un foro de Internet para el intercambio de información sobre
intereses y hobbies u otras formas de pasar el tiempo libre. La definición de participación de
la Carta muestra también un cambio en el enfoque hacia los jóvenes y la participación de
estos.
La Carta Europea sobre la participación de los jóvenes en la vida local y regional11
(producida en 1992 y revisada en 2003) es un documento político internacional aprobado por
el congreso de autoridades locales y regionales del Consejo de Europa.
La Carta consta de tres partes relativas a los distintos aspectos de la participación de los
jóvenes a nivel local. La primera con las directrices para los entes locales y regionales sobre
cómo llevar a cabo las políticas que afectan a los jóvenes en una serie de ámbitos. La segunda
parte proporciona las herramientas para promover la participación de estos. Por último, la
tercera sección ofrece asesoramiento sobre la forma de proporcionar condiciones
institucionales para la participación de los jóvenes.
La carta describe 14 áreas en las que los jóvenes deben participar. Son las siguientes:
1. Deporte, ocio y vida asociativa.
2. Trabajo y empleo.
3. Alojamiento y transporte.
4. Educación y formación.
5. Movilidad e intercambios interculturales.
6. Salud.
7. Igualdad entre mujeres y hombres.
8. Jóvenes en zonas rurales.
9. Acceso a la cultura.
10. Desarrollo sostenible y medio ambiente.
11. Violencia y crimen.
12. Lucha contra la discriminación.
13. Amor y sexualidad.
14. Acceso a la justicia y la ley.

Para llevar a cabo la participación de los jóvenes en la política de la juventud, el Consejo de


Europa ha introducido una manera única; un sistema de cogestión en el sector de la juventud,
en el que los representantes de las organizaciones no gubernamentales de jóvenes y los
representantes de los gobiernos trabajan juntos para desarrollar prioridades y formular
recomendaciones relativas a la juventud. Este sistema de cogestión consta de tres órganos: el
Comité Directivo Europeo de la Juventud, el Consejo Consultivo de la Juventud y el Consejo
Conjunto para la Juventud.
El Consejo consultivo está formado por 30 representantes de organizaciones no
gubernamentales y redes de jóvenes, que ofrecen opiniones y aportes sobre todas las
actividades del sector juvenil. Su tarea es la de emitir opiniones y propuestas sobre cualquier
cuestión relativa a los jóvenes, en el ámbito del Consejo de Europa.
El Comité Directivo Europeo de la Juventud (CDEJ) está compuesto por representantes de
los ministerios y organismos responsables de los asuntos de la juventud de los Estados
miembros en la Convención Cultural Europea. Anima a una mayor cooperación entre los
gobiernos en las cuestiones relacionadas con la juventud y proporciona un foro para comparar
las políticas nacionales de juventud, el intercambio de las prácticas más adecuadas y la
redacción de documentos. La CDEJ también organiza las conferencias de los ministros
europeos responsables de asuntos de juventud, proyectos de ley y reglamentos de política de
juventud de los estados miembros.
El Consejo Conjunto de la Juventud engloba al CDEJ y el Consejo Consultivo juntos en un
órgano de decisión, en el que se establecen las prioridades, objetivos y presupuestos del
sector de juventud.

CONCLUSIÓN

El reconocimiento de las diferencias de cada colectivo es esencial para el proceso


democrático y para la ciudadanía y se dio en gran medida por la organización de las
personas en movimientos civiles y por su participación activa en la construcción de la
ciudadanía.
La ciudadanía acontece en la escuela, en la casa, en nuestro tiempo libre, en la vida política,
en nuestra vida con los otros y las otras. Acontece también en nuestras relaciones de
género, en cómo vivimos y convivimos con la diversidad de las personas que nos rodean,
acontece en nosotros y nosotras, ya sea solos/as u organizados en los diversos grupos en
que estamos insertados.
La participación ciudadana es fundamental para que sigamos construyendo ciudadanías
cada vez más incluyentes, y por eso necesitamos que no sea condicionada por factores de
género, de clase, de origen, de pertenencia étnica o geográfica, de orientación sexual.
Hagámonos visibles, pero siempre con respeto, para de esta manera, contribuir a la justicia,
a la equidad social, a la conservación de los ecosistemas y al respeto de los Derechos
Humanos en nuestro entorno inmediato o en cualquier lugar del planeta.

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