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Hoy vengo a establecer el reino de Cristo:

 Declaramos que esta ciudad de Concepción y la nación de Chile le pertenece a Cristo.

 Decretamos que el hombre fuerte es atado y le entregamos a Cristo toda autoridad,


dominio y gobierno de esta ciudad de Concepción y toda la nación de Chile; arrebatamos,
y poseemos, y le sometemos a Su voluntad.

 Establecemos, que todo principado, potestad, gobernador de las tinieblas, hueste


espiritual de maldad de las regiones celestes, espíritus demoniacos y humanos, hoy
quedan sujeto, bajo nuestros pies.

 Declaramos que se abren los cerrojos, y aquel que este cautivo, oprimido, enfermo,
escaso, triste recibe libertad, sanidad, fructificación y gozo.

 Accedemos al trono de la gracia, para que sobreabunde la gracia donde hay pecado, y
reciban la redención.

 Decretamos un tiempo nuevo, donde se rompen las cadenas que oprimen la ciudad, la
nación y a todos los que habitamos, a la viuda, al pobre, al menesteroso.

 Establecemos el Poder Sobrenatural de Dios, sus promesas, su nombre, su sangre,


sobre la Iglesia que teme al Señor, y se establece la bendición conforme a sus riquezas
en gloria.

 Establecemos a Cristo como Rey de reyes, te coronamos Dios, establecemos tu


Soberanía, Señorío, Poderío y tu Gobierno a través de tu Iglesia en esta nación de chile
y nuestras vidas.

 Profetizamos la Paz de Dios que sobre pasa todo entendimiento humano, se establece
y se queda en esta nación.

 Profetizamos cielos abiertos de toda bendición sobre nuestra Iglesia, sobre tu casa,
sobre tu familia, sobre tus hijos, sobre tu matrimonio, sobre tus finanzas, sobre tu ciudad,
sobre tu nación.

 Profetizamos que donde un hijo de Dios pisa, se establece el gobierno y soberanía de


Dios, porque fuimos escogidos antes de que naciéramos para traer el Reino de los Cielos
aquí a la tierra.

Doblamos nuestras rodillas ante ti Señor Jesucristo, para recibir tu amor que excede todo
conocimiento humano, y nos fortalecemos con tu Espiritu de sabiduria, inteligencia,
conocimiento, consejo, temor, poder y tu Espiritu Santo, y recibir tu fruto: El Amor, la paz, la
fé, el gozo, la paiencia, benignidad, la bondad, la mansedumbre, la templanza, que nos lleva
a conocer la plenitud del Padre Todopoderoso, para hacer todas las cosas mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,
a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos.
Amén.

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