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PASTORAL DE NIÑOS

Por: Rev. Lic. Jorge Bravo C.

I. INTRODUCCIÓN

Todo niño o niña desde su gestación en el seno de la madre, va asimilando todos los
procesos de cambios que experimenta (huevo, embrión y feto) y también la madre
(alegría, tristeza, dolor, cambios físicos y psicológicos). Cuando nace ya tiene
internalizado en su ser una serie de factores positivos y negativos que van a formar
parte de su personalidad. El niño y la niña son el fiel reflejo de lo que su hogar y la
sociedad son. Los valores que se le inculca a un niño o niña han de ser el tesoro más
precioso que los padres pueden dejar como herencia a sus hijos e hijas.

Desde pequeños, el niño y la niña, necesitan experimentar el amor de la madre y del


padre; ser educados con el ejemplo; tener un ambiente positivo; motivarles hacia cosas
positivas y trascendentes; enseñarles los caminos de Dios y practicar siempre lo bueno.
Sólo así los niños tendrán un carácter positivo y un alto valor de la vida. Pero la
realidad es otra, la mayoría de niños y niñas no viven esta experiencia y sus conductas,
por lo tanto, son negativas. Muchos de ellos no tienen familia completa (falta mamá o
papá, en otros casos los dos); viven en un ambiente hostil, familiarizados con el lenguaje
soez, asimilan actitudes negativas por medio de la TV; sufren agresión verbal, psíquica y
física; abandono a temprana edad; son obligados a trabajar desde muy temprana edad.
Los resultados están a la vista todos los días.

La Pastoral tiene una tarea muy importante con los padres y la familia del niño. Debe
procurar generar espacios de amor y de alegría, es decir, un ambiente positivo. Es
urgente y necesario orientar a la familia y a la sociedad sobre el rol que les toca en la
educación del niño y de la niña. La Iglesia no puede estar ajena a esta problemática;
es en este campo que puede ejercer una pastoral infantil a través de diversos programas:
kindergarten, educación inicial, escuela dominical, colegios, escuela para padres, etc. El
futuro de un país y de la humanidad entera está en la buena formación moral y
espiritual de los niños y niñas. Ellos y ellas necesitan desde muy pequeños ser
orientados y educados en la Palabra de Dios. La Biblia tiene muchos testimonios de niños
al servicio de Dios.
II. SITUACIÓN ACTUAL DE LOS NIÑOS

A. En la familia.- Generalmente los niños y niñas al nacer adquieren su desarrollo en


el hogar y ahí van recibiendo la enseñanza previa a su formación integral. Esta
enseñanza en muchos casos está a cargo de la madre, quien trasmite al niño o
niña valores y costumbres de acuerdo al tipo de educación que haya recibido en el
transcurso de la vida. En muchos casos el padre está ausente en la educación de
los hijos e hijas por diversos motivos coyunturales, como por ejemplo, la excesiva
hora de trabajo en la oficina, en la empresa u otra forma de trabajo; viaje;
separación, etc. Raros son los casos en que la situación es contraria.

En otros casos los padres están ausentes del hogar por diversos motivos y no
están preparados para educar a sus hijos e hijas en esas situaciones; recurren
para ello a un familiar que los puedan tener o de lo contrario a alguna persona que
realiza el servicio de cuidar niños y entonces se da que para la formación del niño
se apela a la tradición familiar, a costumbres populares o a criterios personales de
quien cría a los niños. En casos extremos se abusa de ellos, hasta el punto de
dañar su físico, su moral, su espiritualidad, y hasta su sexualidad. Se violan todos
sus derechos

Como consecuencia, el accionar de un niño depende mucho de la formación


que se le imparte en el hogar. De ahí que podríamos decir que existen niños y
niñas con "buenas costumbres", así como niños y niñas con "malas
costumbres".

Esto nos permite apreciar el tipo de formación familiar que recibe el niño desde
muy temprana edad y que a medida que va creciendo, va internalizando en lo
profundo de su ser y se reflejará en su conducta.

B. En el barrio.- El barrio es otro lugar donde el niño aprende una serie de cosas y
costumbres. Ahí aprende a convivir con los demás, es el medio de escape con su
familia, no se encuentra con la rigidez de la autoridad de los padres, casi diríamos
que se encuentra liberado de su ambiente familiar.

Si analizamos el ambiente del barrio, éste es muy heterogéneo. El niño recibe la


influencia de diversos tipos de costumbres de valores morales y espirituales,
los cuales son diferentes a lo que se le enseña en el hogar. Es ahí donde el
grupo influye grandemente en la personalidad del niño. Generalmente los padres ni
se enteran de lo que su hijo habla, piensa o hace en el barrio. Hay un descuido por
saber quiénes son los amigos de sus hijos y qué es lo piensan y hacen.

C. En la escuela.- En la escuela o colegio se establece una relación: maestro(a)-


alumno(a)-alumno(a). La misión de toda entidad educativa es educar al niño en
el aspecto cognoscitivo, afectivo, social, y espiritual. Un estudio ha
determinado que las tres cuartas partes de lo que un niño refleja en su
personalidad, se debe a las diversas influencias recibidas tanto del maestro como
de sus compañeros de aula. De ahí que se afirme que la escuela o colegio es el
segundo hogar del niño.

Hay muchos factores negativos que pueden darse en la formación de la


personalidad del niño, tales como: adquirir posturas o manías de otros,
rebeldía, desadaptación distracción al estudiar, etc.
La escuela o colegio es el encuentro de niños y maestros que permite establecer
una verdadera relación de diálogo, no sólo sobre la base del conocimiento sino
sobre la base de las inquietudes y necesidades que expresa el niño.

El maestro debe ser el mejor amigo del niño en toda su vida escolar.

D. En la Iglesia.- Una de las tareas de la iglesia es la de alimentar la fe los niños y


niñas, darles las herramientas para el crecimiento y desarrollo de sus vidas
en lo espiritual, los cuales han ser parte constitutiva de su personalidad (Cf.
Mt. 19:13-15). En cada actividad litúrgica el niño participa con su propia
comprensión y adoración a Dios. Pero muchas veces se les descuida y no se les
tiene en cuenta. El niño no comprende lo que realiza el adulto en el templo y de las
formas de adoración que expresa. Una de las fallas que encontramos en la iglesia
es que muchos de los adultos no están debidamente capacitados para formar
niños. Demos un vistazo a dos espacios en la que confluyen muchos niños y niñas:

a. El Culto de Adoración.- Casi la mayoría de los niños y niñas en el Culto no


participan activamente y cuando hacen su participación ésta es repitiendo
canciones o textos de memoria. Aquí podemos ver que falta una dinámica propia
para ellos, que pueda permitir expresar el nivel de su fe a Dios, que les permita
gozar del encuentro con su Dios y su comunidad. Lamentablemente cuando
molestan o hacen ruido, lo primero que se hace es retirarlos del culto, llevándolos a
lugares especiales para ellos o de lo contrario no se les atiende. El Culto debe ser
una experiencia agradable para todo niño que se acerca a adorar a Dios.
b. La Escuela Dominical.- La Escuela Dominical debe ser un espacio donde el niño y
la niña aprenden todo lo referente a su fe en Dios, conocen y practican los valores
cristianos, comparten la amistad con los demás. Muchas de nuestras Escuelas
Dominicales carecen de maestros preparados y que cuenten con materiales
propios para niños(as). La atención para con el niño debe ser especial, se les debe
brindar calor de hogar, materiales para su edad, enseñanza actualizada,
oportunidades para su creatividad, canciones que refuercen su fe, etc. La Escuela
Dominical debe ser un espacio donde el niño pueda dialogar acerca de su fe
con su maestro y sus amigos. El maestro es el pastor del niño.

III. LOS NIÑOS OLVIDADOS.-

Estos niños son aquellos que no entran fácilmente a la categoría de niños excelentes,
generalmente son olvidados por su condición social en que viven. Son los que están
totalmente desamparados por la sociedad.

a. Abandonados.- Son aquellos que caminan por las calles mendigando un pan o
deambulando sin saber a donde ir. Han sido abandonados por sus padres o
tutores. En ellos la personalidad a desarrollar ha de ser el resultado de la influencia
del medio ambiente y del tipo de relación que tenga con las personas de su edad o
mayores. En un contexto social así, éstos niños adquieren costumbres y hábitos
negativos, que difícilmente se podrán cambiar a corto plazo. Sus modelos de vida
no son los grandes personajes de la sociedad que se caracterizan por la
práctica de altos valores morales y espirituales, sino los de la calle.
b. Enfermos.- Generalmente el ambiente del niño enfermo es su lecho o algún lugar
donde permanece largo tiempo para su recuperación y se desarrolla. Unos tienen
enfermedades físicas y otros padecen enfermedades psicológicas. En estos casos
la atención toma dos caminos: uno es la atención simple, casi descuidada, se
realiza en el hogar o en algún lugar asistencial no muy adecuado, sin posibilidades
de contar con las medicinas necesarias. El otro es la atención adecuada, pero
donde no tienen la posibilidad de compartir muy a menudo con sus familiares, ya
sea porque estos lugares se encuentran muy distantes o por el abandono de los
padres.

Es lamentable encontrar muchos niños en situación de abandono, ya sea por la


irresponsabilidad de sus padres o por insensibilidad social.

c. Pobres.- Muchos niños y niñas se encuentran en una situación de extrema


pobreza, desde ya esta situación les impide tener una buena alimentación, una
buena educación, es decir, un bienestar adecuado; lo que implica que no tienen las
condiciones básicas para ser felices. El panorama es bastante desolador, ya que
muchos de esos niños mueren al nacer o en edad temprana; otros caen en
desgracia, son abandonados por sus padres, y no tienen donde ir. En la mayoría de
casos son llamados por la sociedad: "niños de la calle", "pirañitas" o en el último de
los casos "peligrosos". La personalidad y situación de cada uno de estos niños es
muy crítica y su futuro no es nada extraordinario, a pesar de los esfuerzos que
realizan algunas personas e instituciones por ayudarles a superar esta situación.

IV. UNA PASTORAL PARA NIÑOS.-

1. Análisis de su entorno social.- Como se habrá visto anteriormente, para realizar


una pastoral con los niños es necesario hacer un análisis previo de su entorno
social (familia, barrio, escuela, sociedad), para lo cual nos ayuda las siguientes
preguntas: ¿Qué está sucediendo con los niños y niñas?, ¿Cómo es su medio
donde viven?, ¿Cómo se están desarrollando?, ¿Tienen problemas de orden
social, económico, cultural, familiar y espiritual?. Estas preguntas nos ayudarán a
realizar un cuidadoso análisis de la realidad infantil, el cual nos permitirá
bosquejar un plan para nuestra tarea pastoral.
2. Establecer el diálogo.- Una vez obtenida la información necesaria, se necesita
establecer un diálogo con los niños y niñas, hacerse amigos de ellos, estar con
ellos en todas sus actividades. Es un diálogo restaurador en el cual no sólo se
obtiene datos sino un mayor conocimiento existencial de su persona, de su familia
y de su situación social.
3. Visita a sus hogares.- Toda información necesita ser verificada; para ello es
aconsejable visitar el hogar del niño para establecer un diálogo con los padres y
poder comprometerlos en la tarea pastoral. Esta es una gran oportunidad para
compartir nuestro interés por sus hijos, invitarles a reuniones de orientación
familiar, escuela de padres, reuniones de la iglesia. A la vez nos permite conocer
sus necesidades básicas.
4. Identificación con su visión de las cosas.- Los niños desde ya por todas las
informaciones que reciben van adquiriendo una visión de las cosas, por lo tanto, es
necesario que los que van a hacer una pastoral con los niños se identifiquen
plenamente con sus ideales, su realidad, sus inquietudes e interrogantes que
tienen. Esta actitud no significa salir del paso ante sus preguntas ni dar falsas
ilusiones, sino es tomar la actitud de sentarse con ellos, estar en plena relación
íntima, ayudarles a forjar su propio destino.
5. Formación de un equipo idóneo.- La pastoral no puede estar en manos de una
sola persona, es necesario contar con un equipo idóneo que apoye la tarea
pastoral. El trabajo tiene que darse en equipo y para ello debe tenerse en cuenta
lo siguiente:

a. No se puede atender al niño simplemente con relatos o cuentos bíblicos, sino que
se le debe complementar con temas de la vida cotidiana, para poder interpretar
mejor la realidad desde una perspectiva cristiana.
b. Las formas verbales casi no deben usarse, es conveniente usar la forma de la
expresión en forma creativa (arte), como medio para posibilitar la expresión del
niño, sus conflictos, ideas, etc.
c. Las dificultades que experimentan los niños requieren en su proceso de ajuste a
la sociedad una atención pastoral y ésta debe estar al alcance del niño.

6. La Iglesia como centro de encuentro.- La iglesia tiene que convertirse en un


centro de encuentro cristiano de los niños y niñas, donde ellos puedan sentirse
como si fuese su casa, su escuela, su barrio, la casa de Dios. Para lograr ello
es necesario que toda la comunidad haga suyo este propósito.

La Escuela Dominical es un buen espacio que permite una buena formación


cristiana para sus vidas. En lo posible debe haber cultos para niños, una vez al
mes, utilizando para ello liturgias apropiadas para su nivel y dinámicas posibles
para su celebración, incluyendo desde la creatividad hasta su plena participación.
Permitir una separación transitoria con las personas mayores para poder vivenciar
a su edad una experiencia con Dios. Luego pueden participar en el Culto con sus
expresiones propias y talentos.

Las actividades que realice la iglesia con niños y niñas deben tener en cuenta todo
lo expresado hasta aquí. Si hubiera niños y niñas de la comunidad que no son
parte de la congregación, no se les debe forzar a asistir a los cultos, sino invitar a
asistir juntos con sus padres. Nuestra misión principal es formarlos con valores
cristianos y que puedan expresar su fe en la comunidad cristiana a la que
pertenecen.

La tarea pastoral de la Iglesia en cualquier comunidad es compartir el amor


de Dios con todos los niños y niñas.
UNA BUENA AUTOESTIMA
LA VALORACIÓN DE UNO MISMO ES UN GRAN PASO HACIA LA BUENA AUTOESTIMA

La aceptación y la valoración son los ladrillos básicos dentro de la construcción de una buena
autoestima. El niño que se siente aceptado como es, es un niño que aprende a asumir sus
errores y, posteriormente, es capaz de mejorar y convertirlos en virtudes. Los padres deben
tener una idea realista y clara de cómo es su hijo y aceptarle como es. Corregirle, educarle y
actuar con firmeza y cariño es fundamental para mejorar la opinión que el niño tiene de sí mismo.

Cada niño evoluciona a su ritmo


El respeto es uno de los pilares en el trabajo de construcción de la autoestima. Es necesario
valorar la situación de los niños y darles fuerzas para que superen sus problemas, e intenten
mejorar sus debilidades respetando, sobre todo, su manera de ser, de pensar y de sentir. No
se debe intentar cambiar a nadie, pero sí moldear lo que necesite más atención. Debemos
respetar el ritmo de nuestros hijos y el tiempo que necesitan para ir asumiendo los cambios en su
desarrollo. Cada niño evoluciona siguiendo su propio ritmo.
Una educación con límites
Muchas veces, los padres imaginan al niño ideal y llegan a aplastar al niño real, que nada tiene
que ver con el que ellos idealizaron. Cuando eso ocurre, el desarrollo personal del niño se verá
truncado. Si los padres no pueden ver cómo su hijo es realmente, no le estarán ayudando a
conocerse a si mismo. Lo mejor, cuando existen diferencias, es ayudarle a corregir sus defectos
de una forma cariñosa y positiva, fundamentada en la necesidad. Los límites y la disciplina son
también una buena base en esta obra constructiva. Los niños necesitan límites firmes,
consistentes, claros, y adecuados. Necesitan una buena disciplina, y no que les cuelguen el
cartel de culpables, miedosos o agresivos, que son factores que deforman la educación.
Ayuda a tu hijo a construir su autoestima
Para que tu hijo tenga una buena autoestima, no existen recetas preconcebidas. Lo que sí existen
son algunas consideraciones que os podrán servir de ayuda:
1. Seguridad. Para que un niño se sienta seguro es necesario que sea aceptado, valorado, y
querido por ser como es. La seguridad hará con que el niño actúe con más libertad.
2. Responsabilidad. Para que un niño se sienta capacitado para hacer frente a las diferentes
situaciones que ocurren durante su desarrollo, es necesario que sus padres les den la
oportunidad de elegir, así como de equivocarse. También, deben proporcionarle el estímulo
necesario para aceptar responsabilidades y asumir consecuencias.
3. Respeto. Para que un niño se sienta integrado en su entorno, es necesario que se respete su
raza, religión, clase, cultura, etc.
4. Superación. Para que un niño sienta que puede superarse, es necesario que algo le motive.
Sus padres pueden motivarle hacia actividades, que beneficien su desarrollo personal, sin
olvidarse de sus capacidades. Antes de poner en práctica estas consideraciones, es necesario
que los padres conozcan las carencias de sus hijos, así como sus virtudes. Solamente así, podrán
evaluar en qué etapa se encuentra el niño para poder echarle una mano.

CÓMO EDUCAR EN VALORES


LO QUE NECESITAN LOS NIÑOS PARA VIVIR Y CONVIVIR BIEN CON LOS DEMÁS

Nos preguntamos muchas veces por qué es importante y necesario que eduquemos a nuestros
hijos a través de los valores. Educar a nuestros hijos para que aprendan a dar valor a algunas
conductas y comportamientos les ayudará a convivir de mejor manera y a sentirse bien en
el ambiente en que se encuentren.

Valores como la amistad, la comprensión, la tolerancia, la paciencia, la solidaridad y el respeto,


son esenciales para un sano desarrollo de los niños.
Un niño que conoce el límite del otro, podrá vivir una vida sana y saludable, sea en su entorno
familiar o escolar. Un niño que sabe respetar a los demás, será más fácilmente respetado, y así
con todo.

La transmisión de los valores a los hijos


Los valores son las reglas de conducta y actitudes según las cuales nos comportarnos y que
están de acuerdo con aquello que consideramos correcto. Al nacer, los niños no son ni
buenos ni malos. Con la ayuda de sus padres, educadores y de los que conviven con ellos,
aprenderán lo que está bien y lo que está mal decir, hacer, actuar, vivir.
Pero, ¿cómo educar a los hijos en valores? Primero, conociendo cada uno de los valores.
GuiaInfantil.com hizo una selección de los principales valores para que los padres hagan un
repaso y luego se los enseñen en el día a día a sus hijos, y con ejemplos.
También es preciso recordaros que los niños aprenden con el ejemplo. El ejemplo que dan sus
padres en su forma de relacionarse con los demás, de pedir las cosas, de compartir mesa,
asiento, de cooperar, de ayudar a los demás, de defender, de reclamar, de tolerar y aceptar. Si los
padres no tienen paciencia con su hijo, ¿qué creen que el niño va a aprender? La responsabilidad
que tienen los padres en la transmisión de los valores a sus hijos es crucial.

Valores para educar


Amabilidad Obediencia
Amistad Perseverancia
Amor a la naturaleza Respeto al bien común
Bondad Respeto a la diversidad
Generosidad Tolerancia

EDUCAR EN VALORES. LA OBEDIENCIA


UNA ACTITUD RESPONSABLE DE COLABORACIÓN Y PARTICIPACIÓN

La obediencia es una actitud responsable de colaboración y participación, importante para las


buenas relaciones, la convivencia y las tareas productivas. La acción de obedecer es aquella en la
que se acatan normas, órdenes, reglas y comportamientos.
Aunque el aprender a obedecer parece un valor a inculcar solamente a los niños, toda persona
puede, y debe, procurar su desarrollo.
La obediencia no se determina por el afecto que puedas tener hacia la persona que autoriza,
manda o pide, se concentra en realizar la tarea o cumplir el encargo que se te encomienda, sin
pedir nada a cambio.
Aprender a ser obediente

La obediencia forma parte del aprendizaje del control y regulación de la conducta, de la


asimilación de las reglas, primero en el plano externo, haciendo las cosas como el adulto le dice
para agradarlo, y ganarse su aprobación y elogio; y, posteriormente, si el niño es debidamente
estimulado por el adulto, por propio deseo, aprendiendo a controlar su conducta y cumplir las
reglas de manera consciente, ya no para agradar a nadie sino por la satisfacción que esto le
produzca. El aprender a ser obediente consiste también en que se explique el por qué es
necesario que se haga las cosas que se le pidan.

El niño puede aprender a ser obediente


- Sabiendo qué es lo que sus padres o profesores quieren
- Conociendo la satisfacción que su obediencia producirá
- Sabiendo el por qué y el valor de cada orden
- Teniendo claras sus obligaciones y deberes
- Con una enseñanza sistemática de todas sus actividades
- Teniendo reglas en casa y en la escuela
- Cuando siente la aprobación de sus padres cuando es obediente
- Con las experiencias de sus padres
- Cuando siente que con la desobediencia no consigue lo que quiere
Fuente consultada: - Cuentos y canciones para compartir valores. Ed.de la Infancia
FRASES POSITIVAS PARA MOTIVAR A TU HIJO
LAS FRASES POSITIVAS DEBEN SER USADAS A MENUDO EN LA EDUCACIÓN

Para conseguir que los niños sean ordenados, estudiosos, alegres, sinceros, responsables, y que
sean constantes en lo que sea posible, parece difícil pero no lo es tanto. Se puede motivar a los
niños, desde la más temprana edad, a que aprendan y sepan lo que esperamos de ellos y para
ellos.
La motivación es lo que más puede colaborar en la tarea de educar a los niños, despertando en
ellos una acción positiva en todas las tareas que realizan durante su cotidiano.

Después de conocer las frases que alimentan y estimulan la afectividad de los niños y mejoran su
comunicación y diálogo con la familia, es recomendable que se haga un ejercicio. Añade algunas
frases que normalmente usas en tu casa con tu hijo al listado abajo. Obsérvalas y verifica de qué
forma están motivando a tu hijo. Seguro que tu hijo has presentado un comportamiento deseable.
Presentamos las frases para una motivación positiva y la consecuente relación con la actitud
promovida. Las frases positivas deben ser usadas a menudo. Delante de otras personas
aumentan su eficacia; pero, en presencia de hermanos pueden producir celos.
Así que hay que tener mucho cuidado para no sobrepasarse en este sentido. Es recomendable
sorprender a los hijos haciendo algo bueno para ellos y decirles lo mucho que se les quiere. Que
lo hagamos por lo menos una vez al día, no sería mala idea. Siguen las frases. Primero, lo que
dicen los padres y luego la actitud que promueven las palabras.

Frases positivas para tu hijo


MOTIVACIÓN POSITIVA (frases dichas por los padres a sus hijos) ACTITUD PROMOVIDA (en los hijos)
Has sido capaz de hacerlo - Soy capaz
Muy bien. Yo sé que lo harás - Soy capaz
No dudo de tu buena intención - Soy bueno
Juan tiene un alto concepto de ti - Juan es mi amigo
Si necesitas algo, pídemelo - Amigo
Sé que lo has hecho sin querer - No lo repetiré
Estoy muy orgulloso de ti - Satisfacción
Sabes que te quiero mucho - Amor
Yo sé que eres bueno - Soy bueno
Te felicito por lo que has hecho - Alegría, ganas de mejorar
Qué sorpresa más buena me has dado - Alegría
Cuando me necesites, yo te ayudaré - Amor
Así me gusta, lo has hecho muy bien - Satisfacción
Noto que cada día eres mejor - Ganas de serlo
Creo lo que me dices, sé que lo harás - Confianza
Sabes que quiero para ti lo mejor - Amor
Tú te mereces lo mejor - Satisfacción
No esperaba menos de ti - Confía en mí
Puedes llegar a donde tú quieras - Puedo hacerlo
Seguro que las próximas notas son mejores - Estudiar más
Has aprendido frases positivas, ahora es bueno conocer frases negativas que son muy malas que solo
desmotivan a tu hijo. Frases que jamás debemos decir a los niños.
Fuente consultada: - Artículo de Pablo Garrido. Profesor del Instituto Europeo de Estudios de la Educación.

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