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Una definición rápida de la desigualdad económica sería decir que consiste en un reparto
desequilibrado de riqueza y rentas económicas entre los miembros o grupos de una
comunidad, según nos explica Wikipedia.
Pero no vamos a enredarte con definiciones sobre economía. Preferimos ofrecerte algunos datos
del informe Una economía al servicio del 1% de Oxfam Intermón:
3.600 millones de personas en el mundo poseían, en 2015, igual riqueza que 62 personas
ricas.
Tal y como se indica en el informe “Una economía para el 99%” de Oxfam Intermón, el método
más conocido para su medición es el coeficiente de Gini:
Es decir, que cuanto más pequeño sea el Gini menor es la desigualdad, y cuanto mayor sea este,
hay un incremento de la desigualdad.
Organismos como las Naciones Unidas o el Banco Mundial usan el coeficiente de Gini para valorar
la desigualdad existente. Puedes consultarlo en la web de esta última institución.
Las diferencias entre los niveles de renta, capitales o patrimonio entre unas y otras personas es
evidente, y aún peor, es cada vez más abismal, tal y como comprobaremos a lo largo del post. Pero
¿cuál es el origen de la desigualdad económica?
No es fácil fijar un momento exacto en que unas comenzaron a ser más ricas y otras más pobres.
Sin embargo, podemos encontrar el germen de la desigualdad económica en los inicios de la
industrialización. Su llegada introdujo transformaciones sociales y económicas.
Los beneficios y progresos de la era industrial no favorecieron por igual al conjunto de la sociedad
ni todos los países tuvieron la misma capacidad de sacar rentabilidad a estos nuevos avances.
¿Imaginas por qué?
Las disparidades actuales son un obstáculo para los derechos y el bienestar de las personas, es
decir, dificultan la justicia social. Impiden la movilidad social o el acceso a educación o sanidad en
igualdad de condiciones. ¿Cuáles son las causas de la desigualdad económica? Veamos siete de
ellas.
La globalización
Hace que la economía mundial esté más integrada y, por ejemplo, facilita prácticas como la
externalización de los servicios.
Esto provoca que las empresas puedan subcontratar a su personal en otras regiones, como los
países en desarrollo, y demanden perfiles poco cualificados.
La irrupción de la tecnología
Las nuevas tecnologías pueden crear una brecha profesional y salarial porque benefician las
habilidades personales y contribuyen a la producción.
De este modo:
Aquellas personas que conozcan estas herramientas y sepan usarlas podrán aprovechar
sus posibilidades porque se crean nuevos puestos laborales asociados a ellos (creación de
aplicaciones móviles, community management, experiencias de realidad aumentada…).
Habrá personas que pierdan su trabajo porque su labor podrá ser sustituida por nuevas
tecnologías.
En cambio, aquellas otras que desempeñan funciones no rutinarias, sino más creativas, no
sufrirán este relevo.
Como consecuencia de ello, los ingresos entre unas y otras personas serán muy desiguales.
La distribución de la riqueza
El Informe sobre la Desigualdad Global 2018 del Laboratorio sobre la Desigualdad Global nos
explica cómo la desigualdad económica está vinculada a esta cuestión.
Esto ha provocado que en los países ricos la riqueza pública sea negativa o próxima a cero,
mientras que la nacional (riqueza pública más privada) ha aumentado.
Ahora las personas controlan más riqueza que los gobiernos, pues la riqueza privada neta,
en la mayor parte de los países ricos, es del 400-700% del ingreso nacional.
Situación de la mujer en el mundo laboral. En dicho informe se explica que las mujeres se
encuentran en una situación más vulnerable. Ellas ocupan los puestos con peores
sueldos (son mujeres, el 73,9% de la población española en este caso) y son contratadas a
tiempo parcial o de forma temporal.
Se tienden a sustentar las políticas públicas mediante las aportaciones de las personas
trabajadoras y las familias, mientras que se busca reducir la fiscalidad a las personas pudientes y
grandes compañías. Hay una persistencia de sistemas tributarios poco progresivos o concentrados
en torno a las rentas del trabajo.
La evasión fiscal
Es algo tan sencillo como no pagar los impuestos correspondientes. Y algo tan grave que pone en
riesgo el acceso a los servicios básicos de toda la ciudadanía.
Son regiones con nula o escasa tributación y sin control o transparencia sobre las
transacciones, lo que permite acrecentar los beneficios.
También se señalaban los 15 países sede de los paraísos fiscales más agresivos (entre ellos,
algunos ubicados en Europa, como los Países Bajos o Suiza, que ocupan los puestos número 3 y 4
del ranking) debido a su oferta de incentivos fiscales para seducir a inversores, como un bajo o
ausente tipo nominal sobre el impuesto de sociedades o su desinterés por evitar la evasión fiscal.
Estas son solo algunas de las causas que explican la desigualdad económica existente. Por
desgracia hay muchas otras variables, y su efecto se deja sentir en personas anónimas o familias
como la tuya. Por eso es tan importante concienciarse. Hay frases que pueden ayudarnos a
reflexionar sobre las crisis actuales y hacernos cambiar de actitud. ¿Sabes cuáles son sus secuelas?
¡Te las contamos!
Carmen Lidia Marcelino es conocida en el barrio Simón Bolívar de Santo Domingo como Jakeline
“La Yolera” (conductora de bote). Todas las mañanas, Jakeline transporta personas de una orilla a
otra del río, ya que no existen puentes ni otro tipo de infraestructura segura para el
desplazamiento en esta zona de la capital, Santo Domingo. Lleva 39 años viviendo en este barrio
de casas precarias expuestas a los fenómenos naturales. Su casa es de madera y zinc a escasos
metros de la orilla del río Ozama, que cuando sube su caudal inunda toda la zona. El 71% de la
población de República Dominicana no tiene una vivienda digna. © Pablo Tosco / Oxfam Intermón
El informe de la OIT, Global Wage Report 2018/19: ¿Qué hay detrás de las brechas salariales de
género?, se centra en la disparidad de salarios entre hombres y mujeres. Nos señala que:
En prácticamente todos los países encontramos salarios desiguales entre los dos géneros.
En el mundo, las mujeres perciben, de promedio, un 20% menos que los hombres.
Además de la desigualdad salarial por cuestiones de género, nos hablan de la “disparidad por
maternidad”, que conlleva que las mujeres madres trabajadoras reciban un sueldo inferior a
aquellas que no lo son.
La desigualdad económica, que se materializa, por ejemplo, en esta brecha salarial entre ambos
grupos o la perpetuación de los roles de género (que consideran que deben ser ellas quienes se
encarguen del cuidado del hogar y familiares, unas labores no retribuidas), se ha convertido en
una poderosa traba para acabar con la desigualdad entre sexos y garantizar los derechos de las
mujeres.
Con una mayor equidad, el colectivo femenino podría fortalecerse a nivel económico, mejoraría su
calidad de vida, se reforzaría su seguridad en la vejez mediante pensiones justas, o sería más
autónoma e independiente con respecto al colectivo masculino.
En el informe Bajan los salarios, crece la desigualdad de Oxfam Intermón, se indica que en España
hubo una caída del 6,1% en el salario medio entre los años 2008 y 2014, y que se observa una
diferencia entre los sueldos más altos y más bajos en muchos países pertenecientes a la OCDE, que
se viene manifestando desde 1990 en un incremento de cerca de un 20% en los sueldos del 1%
que más percibe y una caída de los sueldos más bajos.
Los sueldos son la principal vía de ingresos para las personas y familias. Con ellos cubren sus
necesidades básicas y las de su familia. Pero ahora, disponer de uno, ¿implica vivir dignamente? Si
los salarios no alcanzan para acceder a alimentación saludable, atender necesidades de salud,
educación, vestimenta, vivienda o no impiden caer en la pobreza energética, ¿qué podemos
pensar?
Es un obstáculo para que colectivos vulnerables puedan contrarrestar los efectos del cambio
climático
El pequeño campesinado de muchas regiones del planeta solo cuenta con sus plantaciones
domésticas como medio de vida. La agricultura y ganadería les permiten alimentar a su familia.
Pero las temporadas de sequía y épocas de lluvia extrema merman sus cosechas y perjudican su
ganado, y no cuentan con los medios económicos necesarios para adaptarse a los efectos del
cambio climático.
Las Naciones Unidas indican que desde el año 2000 se ha conseguido reducir el índice de pobreza
en todo el mundo, pero también nos da una cifra:
Sigue viviendo bajo el umbral de la pobreza cerca del 42% de la ciudadanía del África
Subsahariana.
En las regiones en desarrollo, una de cada diez personas y sus familias sobreviven con 1,90
dólares al día.
Según los últimos datos de Eurostat, relativos al año 2016, el colectivo infantil (26,4%) corría más
peligro que la población total de sufrir pobreza o exclusión social (AROPE), en los países miembros
de la Unión Europea.
Algunos de los agentes que influyen en la pobreza de los niños y niñas son:
Además, este organismo recuerda que hay colectivos más vulnerables, como los migrantes.
El indicador AROPE se define como la relación de la población en al menos una de estas tres
circunstancias:
Los menores que crecen en condiciones de pobreza y exclusión social tienen menos oportunidades
y un mayor riesgo de no poder abandonar esa situación. El objetivo de ayudar a los niños y niñas
es la base de algunas ONG, pero tú también puedes encontrar maneras de ayudar a este colectivo.
¡Permitamos que su futuro pueda brillar!
La falta de igualdad económica alimenta otro tipo de desigualdades y limita las libertades y
derechos de los individuos, dificultando que podamos vivir en un mundo justo y ético. ¿Cuánto
tiempo vamos a ignorarlo?
Para acabar con ellas es preciso fomentar modelos económicos inclusivos que tengan en cuenta a
las poblaciones desfavorecidas o excluidas.
1. Mantener el aumento de las ganancias del 40% más pobre de la ciudadanía en un índice
por encima de la media nacional.
2. Impulsar la ayuda oficial al desarrollo para los países con más necesidades.
3. Fomentar la inclusión social, política y económica de toda la población sin ningún tipo de
discriminación.
5. Aprobar políticas (de protección social, salariales y fiscales) en pos de esa igualdad.
10. Acotar por debajo del 3% los costes de transacción de los envíos de las personas migrantes
y acabar con los agentes de remesas de un valor superior al 5%.
Las Naciones Unidas resaltan la ayuda al desarrollo como uno de los pilares para luchar contra la
desigualdad mundial. En nuestro caso, las comunidades autónomas ejercen un papel vital en el
marco de la cooperación, es decir, de la ayuda humanitaria. ¿Cómo de solidarias crees que son?
2. Andalucía: 0,15%
3. Navarra: 0,14%
4. Extremadura: 0,13%
5. Asturias: 0,10%
6. La Rioja: 0,09%
8. Cataluña: 0,05%
9. Aragón: 0,04%
Su ayuda constituyó el 3,6% de la ayuda oficial al desarrollo bruta (el total de las sumas
desembolsadas por un estado sin considerar los reembolsos por amortización) en 2016.
Aun así, las comunidades siguen estando lejos del 0,7% del PIB (estándar que se considera
que debe ofrecer un país desarrollado).
País Vasco y Andalucía se mantienen, igual que en 2015, a la cabeza de la lista. Pero
entonces sus porcentajes de ayuda fueron inferiores (0,33% y 0,14%, respectivamente).
En los últimos diez años el descenso en la aportación es alarmante. En 2016 las tres
comunidades autónomas más solidarias eran: Baleares, Navarra y Castilla-La Mancha, que
destinaban un 0,52%, 0,49% y 0,47% respectivamente de su presupuesto público a AOD.
En esa fecha, solo Galicia se quedaba bajo el umbral del 0,1%.
El compromiso de los organismos públicos es esencial. Solo con el trabajo conjunto será posible
cambiar a mejor la sociedad. Tu ayuda también cuenta. ¡Seamos todos y todas responsables!
La respuesta es muy sencilla e intuimos que puedes adivinarla, ¿es así? ¡Abre los ojos y plántale
cara a lo que está ocurriendo a tu alrededor! Te explicamos cómo han reaccionado las potencias
mundiales a la situación que vive la población de Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen.
La respuesta del G7 a la hambruna del continente africano
En 2017, Oxfam Intermón reivindicaba al G7 que actuara para poner fin a las cuatro hambrunas
que en Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen están poniendo en peligro la vida de su población,
pues los siete países más pudientes del mundo podrían sufragar la mitad de los fondos que se
requieren para lograrlo.
¿Cómo se podría ayudar a reducir las condiciones de inseguridad alimentaria que vive la
población? Más de 2.500 millones de euros es la cifra que permitiría cubrir
aproximadamente la mitad de los efectivos necesarios para dar respuesta a la petición
urgente realizada por las Naciones Unidas con el objetivo de contrarrestar esta crisis y
mitigar sus efectos.
¿Cómo debería colaborar cada país? La ONG considera que si cada miembro del G7
colaborara de manera equitativa según la capacidad de su economía con la petición de las
Naciones Unidas, este organismo dispondría de cerca de la mitad de los medios
indispensables para actuar antes de que se produzca una catástrofe mayor en estos
países.
¿Es posible que los miembros del G7 se hayan olvidado de las responsabilidades
contraídas? Siendo así, puede que sea preciso refrescarles la memoria con algún dato
como que ayudar a 500 millones de personas a salir de la situación de hambre y
desnutrición fue el compromiso adquirido por el G7 en 2015.
¿Dispone la ONU de la ayuda necesaria? Sin embargo, aún no han facilitado los medios
económicos que las Naciones Unidas solicitan para actuar ante la inseguridad alimentaria
que viven estos cuatro países.
¿Qué está haciendo Oxfam Intermón? Oxfam Intermón está trabajando para mitigar los
efectos de la hambruna mediante alimentos, dinero en efectivo, facilitando el acceso a
agua limpia para cocinar, beber y garantizar una correcta higiene y evitar, así, la
propagación de enfermedades como la diarrea y el cólera, o asegurando el acceso a ayuda
a colectivos vulnerables como las mujeres.
Aunque los que tengan más riqueza no sean los primeros en ayudar ante una catástrofe, no
debemos quedarnos impasibles. La suma de pequeños gestos es mucho más poderosa de lo que
pensamos. ¡Movilízate! Puedes hacerles llegar ayuda a las familias que padecen hambruna.
4. Haz oír tu voz. Oxfam Intermón está trabajando contra la desigualdad en España y
necesita tu firma para acabar con la inseguridad que acecha a las familias españolas.
Únete y luchemos juntos contra la precariedad del mercado laboral, la desigualdad de
género en el trabajo y los paraísos fiscales.
6. Exige a tu gobierno que cumpla con sus responsabilidades: en su mano está garantizar el
estado de bienestar al conjunto de la ciudadanía.
7. Difunde los datos de la desigualdad: usa tus redes y movilízate dando a conocer la
disparidad salarial y de género que se vive en España. En la web de Oxfam
Intermón dispones de ideas para que tus tweets hagan reflexionar.
10. Educa en valores: hay ONG que luchan contra la pobreza infantil mediante la recogida de
materiales o alimentos. Puedes participar con tus hijos e hijas en estas campañas para que
asimilen desde la infancia que es indispensable lograr un mundo igualitario.