IGLEICO

Iglesia Interamericana Evangélica de Colombia

ANTECEDENTES DE LA IGLEICO

La Asociación de Iglesias Evangélicas Interamericanas de Colombia

(ASODIEICO), cómo fue su nombre inicial por más de sesenta (60) años, hoy
IGLEICO, Iglesia Evangélica Interamericana de Colombia, es fruto del trabajo
evangelizador de la Sociedad Misionera Interamericana (SMI).

La SMI es una derivación de la Sociedad Misionera Oriental (Oriental Missionary

Society), conocida en adelante como OMS por sus siglas en inglés.
¿Qué llevó a la Sociedad Misionera Oriental a trabajar en Colombia, siendo que
fue creada para trabajar en el lejano oriente?
Entre 1937 y 1945 se llevó a cabo la segunda guerra entre China y Japón,
provocada por la invasión de este último buscando apropiarse de territorio chino.
Dado que la OMS tenía misioneros en estos dos países, su labor se vio afectada
por los efectos de esta guerra prolongada, provocando que las puertas a los
misioneros les fueran cerradas en esos países.

El cierre de espacios en Asia oriental debido ésta guerra entre China y Japón fue
lo que motivó la ampliación de las fronteras misioneras de la OMS, a sur América
y específicamente a Colombia

OBJETIVO GENERAL

Glorificar a Dios y guiar a las personas para que conozcan a Cristo, hacer que se
integren en Su familia y se convierta en sus discípulos, cumpliendo con
su ministerio en la Iglesia y su misión en el mundo.

OBJETIVO ESPECÍFICOS

Testificar el evangelio del reino de Dios, permitiendo que la gente vea que Dios es
el Señor Jesús retornado de los últimos días y que Él ha emprendido la obra
de juicio.
Difundir la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, trayendo con ello ante
Dios a todos los que reconozcan la existencia de Dios y amen la verdad
Apoyar la evangelización, la reflexión teológica desde una perspectiva evangélica,
y la dinámica del crecimiento integral de las iglesias en el ámbito local.

MISIÓN

Dar a conocer el reino de los cielos a través de la palabra divina, la enseñanza de

la doctrina bibliocéntrica, la acción social, el testimonio de vida personal y
comunitario y el ejercicio del poder de Dios con señales, prodigios y milagros.

VISIÓN

Ser una iglesia aceptada a los ojos de Dios, grande, fuerte, líder e influyente capaz
de alcanzar con el evangelio de Jesucristo a toda persona en el orden local,
distrital, nacional e internacional.

VALORES CORPORATIVOS

1 – RESPETO A LA VIDA

La vida es un don de Dios y por consiguiente nos comprometemos a favor de su

preservación y de la dignificación del ser humano.

2 – INTEGRIDAD

Nuestra manera de conducirnos se fundamenta en la verdad, sinceridad, rectitud y

compromiso.

3 – UNIDAD

Sobre la base del amor fraternal promovemos la convivencia armoniosa de

nuestros miembros, observando el más absoluto respeto a sus convicciones
doctrinales.

4 – FIDELIDAD

Afirmamos el imperativo de ser fieles a Dios y a los principios eternos contenidos

en la Palabra de Dios, de la que emana nuestra lealtad a la Iglesia como Cuerpo
de Cristo, tanto en su expresión universal como denominacional y local.

5 – FAMILIA

Afirmamos que la familia es el fundamento de la sociedad y promovemos su

integración, armonía, solidez y estabilidad.
6 – RESPONSABILIDAD SOCIAL

Sostenemos que el ser humano es indivisible y que es nuestra responsabilidad ser

solidarios con él, atendiendo sus necesidades integralmente, siguiendo el modelo
de Jesucristo.

7 – RESPONSABILIDAD SOCIO-POLITICA

Conforme a lo mandado en las Sagradas Escrituras, reconocemos y nos

sujetamos a las autoridades del Estado hondureño, respetando las leyes que lo
rigen.

8 – JUSTICIA Y EQUIDAD

Sostenemos y promovemos la justicia en todas sus expresiones y alcances desde

la perspectiva bíblica, como base para la paz, la seguridad y la prosperidad de
nuestra Nación.

9 – EXCELENCIA

Todo lo que hacemos es «como para el Señor», por tanto nuestras acciones están
caracterizadas por un sentido de excelencia, buscando resultados óptimos con los
recursos disponibles.

10 – MAYORDOMIA

Nos esforzamos por realizar y hacer evidente una sana y sabia administración de
los dones y talentos, así como de los recursos financieros y materiales que Dios
nos confía.