Sie sind auf Seite 1von 6
y Karl R. Popper LA LOGICA DE LA INVESTIGACION CIENTIFICA EDITORIAL TECNOS MADRID Los reco pas aversion castlan de oben The Lote of Sofie Danes pubizads por RoUTsDat de Lots, on propiedad de EDITORIAL TECNOS, SA ‘VICTOR SANCHEZ DE ZAVALA, Dist decubiers “emis Baad Joagla Gallo 1 edi, 1962 14 reimpresi, 20 Reservados ts fs dereshot. El contend det aba et pots poe Ie Ley, gue enables pens de prison yl mas, ademis elas corres Donstntesindernzatones por dais paces, pages repod ‘re, plaglaren.csbayereno coruncarenpublicamen, ent © eo jure un ea Irate o enti 9 so talon, ine ‘resco cui arse aon elguier ipo de soporte com gue mat sina cepa nrc cade ates © Kant R. Pore, 1934, 1959 (© EDITORIAL TECNOS (GRUPO ANAYA, S.A.) 2003 ‘an Ignacio Luca de Tena, 1S 28027 Madi ISON: 8.309.071 1-8 Dept Legal: M-6486-2004 Print Spain. Impreso on Espa por Ete ‘cariruzo PRIMERO Panorama de algunos problemas fundamentales El hombre de ciencia, ya sea teérico experimental, propone enun- ciados —o sistemas de enuneiados— y los contrasta paso a paso. En particular, en el os empiries is o sistemas de teorias— y las contrasta con Ia experiencia por medio de observaciones y experimentos. Segiin mi opinidn, la tarea de la logica de Ia investi fica —o ligics del conocimionto— es ofrecer un ani modo de proceder: esto es, analizar el método de pirieas. ‘Pero, zeuiles ton estos emétodos do las ciencias empiricasy? Y, {a qué cosa Hamamos «ciencia empiricay’ Vogico de tal 1. EL Promina pe 1a ixpucci6x De acuerdo con una tesis que tiene gran aceptecién —y a le que not opondremos en este libro—, las frieas pueden carac- terizarse por el hecho de que emplean los amados «métodos induc- sein a légica de la inves ‘2 la logica inductiva, es decir, al anilisis Iigico de tales mé todos induetivos. Es eorriente Hamar einductivay a una inferencia cuando pasa de ‘enunciados singulares (llamados, 2 veces, enunciados «particuleres»), tales como deseripciones de los resultados de observaciones 0 expe. rimentos, a enunciados universales, tales como hipdtesis o teorias. ‘Ahora bien, desde un punto de vista légico dista mucho de’ sor obvio que estemos justificados al inferir enuneiados universales par- tiendo de enunciados singulares, por elevado que sea su mimero pues cualquier conclusién que saquemos de este modo corre siempre el igo de resultar un dia falsa: asi, cualquiera que sea el’nimero de ejemplares de cisnes blancos que hayamos observado, no es ada In conclusién de que todos los eisnes sean blancos. ‘Se conoce con el nombre del probleme de la induceién In eves: tidn acerca de si estin justificadas las inferencias induct bajo qué condiciones lo esti TEI problema de la induccién puede formularse, asimismo, como In euestion sobre cémo establecer Ia verdad de los enunciados uni- versales basedos en le experiencia —como son las hipétesis y los sie- 28 La légica de ta investigaciin cientifica temas teéricos de las cioncias empiricas—. Pues muchos ereen que In verdad de estos enunciados se «sabe por experienciay; sin embar- 40, es claro que todo informe en que se da cuenta de una experiencia =o de una observacién, o del resultado de un experimento— no pue- de ser origineriamente un enunciado universal, sino sdlo tun enuncia: do singular. Por lo tanto, quien dice que sabemos por experiencia la verdad de un enunciado’ universal suele querer decir que la verdad de dicho enuneiado puede reducirse, de cierta forma, « In verdad de otros enunciados —éstos singulares—- que son verdaderos segiin sabe- riencia ; Io cual equivale a decir que los enunciados uni- bbasados en inferencias inductivas, Asi pues, In pregunt acerca de si hay leyes natursles cuya verdad nos conste viene a ser otro modo de preguntar si las inferencias inductivas estin justifies. das Logicamente. Mas si queremos encontrar un modo de justificar las inferenci induetivas, hemos de intentar, en primer término, establecer un pri ceipio de induccién. Semejante principio seria un enuneiado con euya ayuda pudiéramos presenter dichas inferencias de una forma légiea- septable. A’ los ojos de los mantenedores de la logiea induc importancia de un principio de induccién para el método mifico es maxima: «...este principio —dice Reichenbach— deier- mina la verdad de las teorias cientifices; eliminarlo de la ciencia significaria nada menos que privar a ésta de la posibilidad de deci dir sobre Ta verdad o falsedad de sus teorias; es evidente quo sin él Ia ciencia perderia el derecho de distinguir sus teorias de las erea- ciones fantisticas y arbitrarias de Ta imaginacién del pocta»’. Pero tal principio de induccién no puede ser mente légiea, como una tantologia o un enunciado a lidad, si existiera un principio de inducciin puramente légico no hi bria problema de Ia indueeién; pues, en tal caso, seria menester con- siderar todas las inferencias inductivas como transformaciones pura: mente logicas, o tautolégicas, exactamente lo mismo que ocurre con las inferencias de 1a Iogica deductiva. Por tanto, el principio de in- duccisn tiene que ser un enunciado sintético: esto es, uno cuya neg cidn no sea contr sino légicamente posible. Surge, pues, la euestiin acerea de por qué habria que accptar semojante ¥ de e6mo podemos justifiear racionalmente su aceptacisn. ‘Algunas personas que ereen en la ligiea inductiva se precipitan ilar, con Reichenhach, que «la totalidad de Ia ciencia acepta reservas el principio de induccién, y que nadie ps dudar de este principio en Ia vida corriente» *, No obstante, aun st: poniendo que fuese asi —después de todo, ala totalidad de Ia cien- podria estar en un error— yo seguiria afirmando que es super- fluo todo principio de induccién, y que leva forzosamente @ incohe- rencias (incompatibilidades) ligicas 7 Hi, Rricnsnnace, Erkenninis 1, 1990, pig: 196, (Cf, también las pigs 6 Pree Ce ence seg el fee el iene ce elec el eee Tado!®2 de mi Posneript * "Tetenanaacmy Wily pg. 67 Panorama de algunos problemas fundamentales 29 |A partir de la obra de Hume * deberia haberse visto claramente que aparecen con facilidad incoherencias cuando se admite el prin ipio de indueciin; y también que dificilmente pueden evitarse (si tes que es posible tal cosa): ya que, a su vez, el principio de induccién tiene que ser un enunciado universal. Asi pues, si intentamos afir- mar que sabemos por experiencia que es verdadero, reaparecen de nuevo justamente Tos mism: emas_ que motivaron wy introduce ida: pay ficarlo tenemos que utilizar inferencias inductivas; para justificar éstas hemos de suponer un principio de induccion de drden superior, y asi sucesivamente. Por tanto, eae por su base el intento de fundamentar el principio de induccién en Ia experiencia, ya que lleva, inevitablemente, una regresiOn infinita. ‘Kant trats de escapar a esta dificultad admitiendo que el princi pio de induccién (que I Uamaba «principio de eausacién universal») ido a@ priori». Pero, a mi entender, no tayo éxito en su inge- nntativa de dar una justifieacién « priori de los enunciados sintéticos, Por mi parte, considero que Ias diversas dificultades que acabo de esborar de la logica induetiva son insuperables. Y me temo que o mismo ocurre con la doctrina, tan corriente hoy, de que las infe- rencias inductivas, aun no siendo cestrictamente validass, pueden al- ‘canzar cierto grado de «seguridad» 0 de «probabilidad>. Esta doo- trina sostiene que las inferencias inductivas son cinferencias proba: bles». «Hemos descrito —dice Reichenbach— el principio de induc- cién como el medio por el que la ciencia decide sobre Ia verdad. Pars ser més exactos, deberiamos decir que sirve para decidir sobre la probabilidad: pues no le es dado a la ciencia llegar a Ia verdad mi 4 Ia falsedad..., mas los enunciadlos cientifieos pueden aleanzar dnica- mente grados continuos de probabilidad, euyos limites superior © in- ferior, inaleanzables, son la verdad y la falsedado +. Por el momento, puedo hacer easo omiso del hecho de que Tos fereyentes en Ia Logica inductiva alimentan una idea de la probabil dad que rechazaré luego por sumamente inoportuna para sus propios Hines (véase, mas adelante, el spartado 80). Puedo hacer tal cosa, por- que con reeurrir a le probabilidad ni siquiera se rozan las dificulta ddes mencionadas: pues si ha de asignarse cierto grado de probabili dad a los enunciados que se basen en inferencias inductivas, tal pro- feeder tendri que juslificarse invoeando un nuevo principio” de induecién, moditicedo convenientemente ; el cual habra de just ‘su ven, ele. Ain mis: no se gana nada si el mismo principio de induecién no se toma como «vertiadero», sino como meramente «pro- able», En resumen: I logica de Ia inferencia probable © «légica Las posses delsivs de Hume se cltan en el apédice *VIE (texto correspon. iene a ns notes 4, 5 6) véase tumbiga, mis adelante, Ia nota 2 del parte BI Be Gc. M. Kerees, A: Tromue om Probabity (BL), O, Koure, Portngen Aer Logik (o. yor Sele, 1923), Resenennaci (que emplea sl irmino «implica fe protbilsticts), Asiomatil der Wabrecainlchhelnrechnang, Methem,- Leach, 34 (1032), y ote Tugare A qexcutvascn, Erkenninis 1, 1980, pig. 186. 30 La légica de la investigacién cientifica de Ia probabilidads, como todes las demés formas de 1a légica indue- tiva, conduce, bien a una regresion infinita, bien a la doctrina del apriorismo *. La teoria que desarrollaremos en las paginas que siguen se opone iectamente a todos los intentos de apoyarse en las ideas de una Logica inductiva. Podria deseribirsela como la teoria del método de- ductive de contrastar**, 6 como la opiniin de que una hipstesis sélo puede contrastarse empiricamente —y tinicamente después de que hha sido formulada, Para poder desarrollar esta tesis (que podria Iamarse «deductic vismos, por contraposicidn al «inductivismoy*) es neceserio que pon- gaen claro primero la distincidn entre Ia psicologia del conocimiento, que trata de hechos empiricos, y la lgica del conocimiento, que se ‘cupa exclusivamente de relaciones légieas. Pues la ereencia en una logica inductiva se debe, en gran parte, a una confusin de los pro- lems ros con los epistemoligicos; y quiz sea convenient: advertir, de paso, que esta confusién origina dificultades no sélo en In Logica del conceimiento, sino en su psicologin también. 2 ELimnaci6n vet rstcorocisso He 10 més arriba que el trabajo del cien poner teorias y en contrastarlas. La etapa inicial, el acto de concebir o inventar una teori parece que exija un anilisis ligico ni sea susceptible de él. La cucs- tién acerca de tuna persona —ya sea un tema musical, un eonflicto dramatico puede ser de gran interés para la psicolog! de importancia para el anilisis légico del comocimiento cientifico. 4 al copiulo Mit ‘o'er, Strerae y anecpama n exrenns cnr er a contrene, ete, parm trade he témines Inglses tet, tating {ote te. Las tors de hal ayendo al de esta obre— ilza tan bin to contrat, pero puede verter sin dificulad —e lchuso mir conforme. & at sentido por cantroponer w conraponere. (3. dal T1) * Laeme (en Indubtion und Deduhtion, 1865) fue probablemente el primero que techaas el métolo Inductive desde el punt’ de vista de In cienia natural a atague 2 dirgin contra Baoon. Donita (en La Theorie piysigne, sn objet et te sreetre To06; sem. ings por PP. Wiesem, The dim and Structure of Physi! Theory, 1980) bn manenido ts marcadamente deductivicaa,(* Pero ea el ‘ientean también tas Inductivisias por ejemplo, en el ap. H vo me dee gue : so a la ley de In refrecion de Descartes: ell trad, ing, pag, 455.) Ven, ‘simbmo, V. Kear, Die Grundjormen der ssizenchaichen Methoden, 1925, , 1992, ig. 440. ar Events

Das könnte Ihnen auch gefallen