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LOS MOVIMIENTOS LIBERALES DE 1830 115

gestión gubernamental en cuanto que los gabinetes han de estar formados por
CAPÍTULO VI miembros de la opción mayoritaria y contar con la confianza de la Cámara,
ante la que son responsables. No es menos esencial la función jurídica, el or­
denamiento normativo que articula la vida social en leyes de validez universal
dentro de un determinado territorio, sin reconocimiento de privilegios indivi­
duales en su obediencia y sanción.

LOS MOVIMIENTOS LIBERALES Todo tiende a limitar cualquier exceso de poder. Los ciudadanos no consti­
tuyen un conjunto homogéneo sino que se agrupan en partidos, cuyos líderes

DE 1830 pueden acceder, tras el resultado de las elecciones. a los Parlamentos. Los
pueblos continentales poseían escasa experiencia del funcionamiento de los
partidos, para los que en principio sólo encontraban un antecedente en el
funcionamiento de los clubes de la Revolución francesa, pero pronto se forja­
ron estos grupos de orientaciones divergentes -reaccionarios, moderados, in­
dependientes, revolucionarios- que convierten la vida política en un juego de
tensiones, propaganda y sucesión de programas y gestiones de gobierno. Con
el mismo propósito de impedir concentraciones de poder postula el liberalismo
l. BASES DE LAS REVOLUCIONES las autonomías provinciales y municipales, en merma de la jurisdicción de los
poderes centrales.
Finalmente, la libertad del individuo está garantizada, frente a cualquier
l. EL J:,IBERALISMO abuso, por una serie de derechos que regulan todos los códigos: integridad
personal y familiar, libertad religiosa y de industria, protección de la propie­
Los movimientos liberale.s constituyen la primera oleada de asaltos al Anti­ dad. Y un derecho imprescindible de tipo social, libertad de prensa, proclama
guo Régimen, cuya pervivencia han procurado las grandes potencias en 1815. de todas las revoluciones, porque sólo mediante la concurrencia de una pren­
La ideología liberal se expresa en los discursos de los políticos, en las páginas sa libre se pueden expresar los partidos y decidir en elecciones los ciudadanos
de los periódicos, en los escritos de los filósofos; existe una era liberal en Eu­ entre las varias opciones que se les ofrecen. Un texto de Benjamín Constant,
ropa, superada en algunos aspectos por sus insuficiencias. incluso por sus de su obra De la libertad de los antiguos comparada a la de los modernos. ofre­
contradicciones. ¿En qué consiste es.ta ideología, que sirve de base a la serie ce uno de los resúmenes más claros de lo que es el liberalismo político:
de movimientos revolucionarios europeos de 1830? •La libertad es el derecho que cada uno tiene a estar sometido sólo a las le­
El liberalismo es una filosofía política orientada hacia la salvaguardia de la yes, de no ser detenido, encarcelado ni condenado a muerte o molestado, en
libertad del individuo, justificación última de la sociedad política. Esta liber­ cualquier forma que sea, por el capricho de uno o más individuos. Es el dere­
tad individual no puede depender de la decisión exclusiva del rey, que tendría cho que todos tienen a expresar su opinión, a seguir sus inclinaciones, a tras­
facultad de revocarla; el titular último del poder es el pueblo. El poder popu­ ladarse de un lugar a otro, a asociarse. Es, finalmente, el derecho a influir so­
lar, o la soberanía nacional. que es la expresión utilizada, implica la limitación bre la marcha del Estado, bien sea nombrando todos o parte de los funciona­
de las facultades de los reyes. mediante constituciones, en las cuales se con­ rios, bien aconsejando o preguntando, o mediante las peticiones que la
signan las garantías de los ciudadanos y la división de los poderes, que nunca autoridad esté más o menos en la obligación de tomar en consideración.,
deben estar concentrados. En 1830 Thiers. en un artículo famoso, formula el Otra manera de restringir el poder estriba en limitar su actuación al cam­
principio de que el rey reina, pero no gobierna. El derecho a legislar corres­ po estricto de la política, postulando su no intervención en las actividades
ponde únicamente a los parlamentos y los ciudadanos no están obligados a económicas y sociales; es la doctrina del latssezfaire, latssez passer. Nos en­
cumplir más que lo que las leyes disponen, conforme a la interpretación que contramos aquí con una de las insuficiencias del liberalismo, cuya concepción
de ellas hacen jueces independientes. del estado-gendarme, que sólo interviene en los casos de flagrante delito, cen­
Los Parlamentos -no ya las salas de los palacios reales o las mansiones de tra sus funciones en el mantenimiento de la libertad individual y descuida el
la grandeza aristocrática- se convierten en el eje de la vida política. En ellos se ámbito de la justicia social.
busca la síntesis de las ideologías, la solución de los problemas generales; en El liberalismo aparecerá así como un movimiento inoperante para enfren­
ellos se sientan los dirtgentes de las diversas corrientes, pero convertidos en tarse a las contradicciones y problemas de la revolución industrial -otras ide­
representantes de la nación. Su papel fue evolucionando desde el control de ologías más revolucionarias surgen como banderas ante los problemas socia­
los gobiernos, función jamás olvidada, hasta la participación indirecta en la l<&- Y, poc otra parte, su negación de la sobernnia cea! y su exigencia de
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consignar en textos escritos los derechos ciudadanos, es considerado como Mancini, ministro y Jurista italiano: •Las nacionalidades que no posean
Ideología subversiva por los monarcas de la Restauración. El liberalismo com­ un gobierno surgido de su propia vida interna y que estén sujetas a leyes
porta la destrucción del antiguo orden político, en este sentido es revoluciona­ que les hayan sido .Impuestas desde el exterior se han convertido en me­
rlo; despreocupado de las estructuras sociales, se convierte en ideología de dios para los propósitos de los otros•.
una clase, la burguesía, en este sentido es conservador. René Remond ha re­
flejado esta ambivalencia: «Una vez y otra, revolucionario y conservador, sub­ - Peculiaridad cultural y lingüística. La creencia de que el pueblo se identi­
versivo y conformista. Los mismos hombres pasarán de la oposición al poder, fica en una lengua, más que en un conjunto de rasgos anatómicos, fue
los mismos partidos del combate contra el régimen a la defensa de las institu­ subrayada por Herder al afirmar que la obra creadora sólo puede reali­
ciones., zarse en el •propio lenguaje•.
El temor a la revolución social inclina a los liberales a interpretar en senti­ - Pureza étnica. En los teóricos más exaltados se propende a rechazar la
do restrictivo la soberanía nacional, con la negación del sufragio universal; só­ fusión de pueblos con argumentos biológicos de pérdida de fuerza o me­
lo poseen derecho de voto los grupos con un determinado nivel de riqueza o de siánicos de superioridad, •pueblo elegido•. Esta vertiente, la más peligro­
cultura, la burguesía del dinero y del talento. Constitución escrita, monarquía sa del nacionalismo, fue criticada por Renán (Qu'est-ce qu'une nation?,
limitada, elecciones y partidos políticos, sufragio censitario, descentralización, 1882). cuando habla de •falacia racial,.
Igualdad Jurídica y desigualdad social son rasgos que perfilan las sociedades
políticas del liberalismo europeo. El nacionalismo constituyó una fuerza formidable durante la centuria. pe­
ro después de la gran convulsión de 1848 perdió sus rasgos revolucionarios y
comenzaron a primar sus limitaciones, su oposición a las ideologías y corrien­
tes Internacionalistas. Ya en 1849 Stuart Mili- se lamenta de que hace a los
2. EL NACIONALISMO hombres indiferentes a los derechos de cualquier «porción de la especie huma­
na, salvo de aquella que tiene el mismo nombre y habla la misma lengua que
La Restauración había sofocado en 1815 las ansias nacionales de los pue­ ellos,. En 1862 lord Acton, en su ensayo Nationality, llama la atención sobre
blos; hacia 1830 los anhelos de independencia nacional rebrotan y constitu­ sus peligrosas Implicaciones. Pero en 1848 todavía el romanticismo mantiene
yen otra base de los procesos revolucionarios, en los que estallan la rebeldía enhiestas sus banderas y los pueblos Identifican nacionalismo con futuro de
de los patriotas italianos contra el despotismo austriaco, la de los polacos libertad, con supervivencia de la cultura legada por la historia. Los teóricos, a
contra el rigor autocrático del zar ruso Nicolás I, la actividad de los revolucio­ veces, subrayan alguno de los rasgos aminorando los restantes. Así el nacio­
narios de la «Joven Alemania•, y la de los patriotas belgas, que reclaman la se­ nalismo se apoya en rasgos raciales en los escritos del conde de Gobineau;
paración de Holanda. Varias obras de los años 30 hablan de nacionalidad y otros pensadores prefieren basarse en rasgos culturales, así Mazzlni y Giober­
nacionalismo. El concepto es confuso, parece tratarse de un sentimiento, más ti en Italia, o Mieckiewicz en Polonia; otros en la lengua, que se considera, du­
que de una doctrina racionalmente elaborada. En todos los pueblos europeos, rante el romanticismo, como creación y expresión del genio popular. Lo más
y con mayor fuerza en los oprimidos, se suscita la conciencia de pertenecer a frecuente, en las figuras destacadas del nacionalismo, es la apelación a todo
una comunidad ligada por una herencia común de lenguaje y cultura, unida tipo de referencias étnicas, culturales y lingüísticas. Los historiadores no es­
por vínculos de sangre y en una especial relación con el suelo de la patria; tán ajenos al movímiento. Michelet, cuando habla de nación, piensa en Fran­
cultura, raza o grupo étnico, ámbito territorial, confluyen en la idea de nación. cia y hace un canto a la independencia de las naciones: •Matar a un hombre
El término nación proviene del latín •nasci• y etimológicamente se refiere a es un crimen. Pero ¿qué es matar a una nación? ¿Cómo calificar este enorme
grupo humano, a conjunto de hombres nacidos en el mismo lugar. En la Bi­ crimen?, Larnmenais, en Palabras de un creyente, efectúa una denuncia de
blia (Jacob) aparece la contraposición entre el pueblo Judío y las naciones de los •opresores de las naciones,. La Historia de los girondinos de Larnartine se
gentiles. Todavía en el siglo XVIII se mantiene la identificación entre pueblo y lee en Dublín, Atenas, Budapest.
nación hasta que en la Revolución Francesa los oradores de la Asamblea Na­ Uno de los centros del nacionalismo es París, que se convierte en la capital
cional la invocan como síntesis de lá voluntad popular, pero también de las
de los exiliados; allí acuden el italiano Mazzini y el ruso Herzen. Pero las for­
fronteras naturales, la historia y el idioma peculiar de un pueblo. Desde en­ mulaciones teóricas más completas surgen en las universidades alemanas.
tonces las vibrantes exaltaciones de la soberanía se vinculan a la existencia
Herder es el iniciador de la idea de •Volkstum,, nación-pueblo, grupo históri­
de Estados coincidentes con fronteras étnicas o lingüísticas. Varios elementos co, frente al Estado, que puede ser una creación artificial. Los filósofos ro­
integran la nación en el pensamiento de los revolucionarios del segundo tercio mánticos e idealistas alemanes contribuyen a generar en el ánimo de sus
del siglo XIX: compatriotas un sentimiento de patria unitaria. En Berlín habfa redactado
Fichte, en el Invierno de 1807-1808, sus Discursos a la nación alemana, para
- Autodetenninación política. El ·gobierno que dirige al grupo étnico ha de incitar a la lucha contra Napoleón. Esta actitud de rebeldía permanece viva en
estar libre de cualquier instancia exterior. �n 1851 lo expuso claramente
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las sociedades secretas de los años 20; la Joven Alemania y la Joven Italia le­ II. LAS CONVULSIONES DE 1830
vantan la bandera del nacionalismo frente a las decisiones conservadoras de
la Santa Alianza.
4. LA REVOLUCIÓN FRANCESA DE 1830

3. PROBLEMAS SOCIALES El modelo político de la monarquía borbónica en Francia, definido por la


Carta Otorgada, presentaba con relación a las constituciones de la época re­
Las aspiraciones liberales y nacionales habían prendido sólo en una mino­ volucionaria evidentes limitaciones, la más palmaria la de proceder la Carta
ría instruida. Pero las revoluciones se expanden en una atmósfera de descon­ de una concesión unilateral del monarca sin menoscabo de su autoridad: ,To­
tento popular, alimentado por los problemas sociales que suscita la revolución da la autoridad en Francia reside en la persona del rey.• Ni siquiera se trataba
industrial, salarios bajos por ejemplo, más graves en una coyuntura de crisis. de un pacto bilateral monarca-pueblo; de su lectura no podría deducirse el re­
Los movimientos de masas, cuando no existen partidos políticos capaces de conocimiento de la soberanía nacional, y al subir al trono francés Carlos X in­
suscitarlos, sólo pueden explicarse en circunstancias económicas dificiles. En cluso los constitucionalistas más moderados, los denominados doctrinarios
1848 la revolución está precedida por un intenso movimiento social; en 1830 -Royer Collard, De Broglie-, temieron una involución hacia fórmulas autorita­
la nota social es menos evidente, pero la crisis económica, como una de las rias. En efecto, la monarquía de Carlos X significa, con respecto a la de Luis
raíces del proceso revolucionario, ha sido reconocida por todos los historiado­ XVIII. una regresión espoleada en ciega marcha hacia atrás por las tensiones
res y demostrada, con autoridad indiscutible, por Ernest Labrousse. En julio sociales que tuvieron su ápice en 1827.
de 1830 estalla la revolución en París. Unos meses antes, el 2 de enero, reco­
gía un periódico el siguiente suelto: •El prematuro rigor invernal, el precio ele­ En agosto de 1829 se anuncia la formación de un nuevo gobierno presidi­
vado del pan, la falta de trabajo y la miseria de las clases inferiores de la so­ do por el príncipe Jules de Polignac, cuyos componentes parecían selecciona­
ciedad han producido en las clases superiores una simpatía y una piedad ge­ dos para herir a la opinión pública. Polignac, antiguo emigrado de tiempos de
nerosas•. Nos encontramos con la clásica crisis de subsistencias. Al lado de la la revolución, encamaba la imagen de la corte borbónica del siglo XVIII y la
agrícola aparece además, como fenómeno relacionado con la industrialización, oposición a cuanto había significado el 89 y Napoleón. Algunos periódicos en­
la crisis financiera. cabezan la protesta; el Jownal du Commerce invita a los ciudadanos a formar
asociaciones con el fin de rechazar los impuestos; Le National. órgano recién
Desde 1821 a 1825 se efectúan grandes inversiones en ferrocarriles, en la nacido, apoyado por Talleyrand, lanza en sibilinos editoriales la posibilidad de
construcción de barcos de vapor para la navegación fluvial, en instalaciones sustituir la dinastía por la de Orleans. Pronto se plantea una cuestión consti­
metalúrgicas y en modernas hilaturas de algodón en el alto Rhin y el norte de tucional; la Carta atribuye al monarca la designación de los ministros, pero
Francia. En 1825 estalla una crisis financiera en Londres, las inversiones no no pueden gobernar sin el consentimiento de las Cámaras, de las que depen­
son rentables, muchas empresas quiebran, el paro obrero se convierte en se­ de la aprobación de los impuestos. En la respuesta al discurso del Trono, Ro­
cuela inevitable del hundimiento de la actividad industrial. Pero en estos años yer Collard resalta que la Carta consagra el derecho del país a intervenir en
parece ser más grave la crisis agraria. En 1826 se produce una crisis de la pa­ los asuntos públicos, y ante la advertencia gubernamental de que los diputa­
tata, alimento popular y básico del siglo XIX. Al año siguiente la crisis afecta a dos atentan contra derechos de la Corona, una mayoría de 221 frente a 181
los cereales, su precio aumenta en un cincuenta por ciento. La crisis continúa replica apoyando el texto de Royer Collard, que presentaba a Francia como
en los años siguientes; las revueltas en el campo son especialmente intensas una monarquía constitucional. En mayo el monarca disuelve la Cámara y r,
en julio de 1829; en París se crean talleres de caridad, en los que las autorida­ trasa la convocatoria de elecciones a la espera de que un éxito militar del
des intentan proporcionar trabajo a los parados. A las crisis económicas pro­ Cuerpo expedicionario en Argel fortalezca su autoridad, pero la victoria se r,
vocadas por cosechas deficientes se denomina de tipo antiguo, a las provoca­ trasó hasta julio, excesivamente tarde para influir en el electorado, y por otra
das por pánico financiero o hundimiento industrial se denomina de tipo mo­ parte privó al trono de los 37.000 hombres enviados a África. El rey trató d
derno. Según Labrousse, las crisis que actúan de detonante en 1830 y 1848 influir en los electores mientras todos los grupos de la oposición se unían pa
vienen a ser el cruce de los dos tipos, aunque en el primer año tienen mayor ra conseguir la reelección de los 221 diputados de la protesta; los resultado
peso los problemas agrícolas y en el segundo los industriales y financieros. fueron decepcionantes para el gobierno: en la nueva Cámara se sentaría casi
No debemos olvidar una última vertiente de los problemas, la conciencia la totalidad de los diputados rebeldes y sólo la mitad de los gubernamental
que de ellos se tiene. En este sentido la revolución de 1848 señala una dife­ ¿Podría mantener Carlos X sus apetencias de gobierno personal con una C
rencia notable con respecto a la de 1830; pensadores más lúcidos, un esque­ mara que estaba integrada por 270 diputados independientes frente a 14
ma conceptual más coherente sobre las causas de una crisis económica y las borbónicos? El gobierno aconsejó al monarca que, interpretando extenslv
contradicciones del sistema capitalista, figuras de mayor impacto popular al mente el artículo 14 de la Carta, suspendiese el régimen constitucional y go
frente de las masas urbanas. bernase por decreto. declarando nulas las elecciones y estableciendo en lo su
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eslvo un nuevo procedimiento de acceso a la Cámara baja (testimonio de a los franceses el respeto a la ley y una serie de garantías de libertad: resta­
Guernon-Ranville, ministro de Instrucción). Eran peticiones que sintonizaban blecimiento de la guardia nacional con nombramiento electivo de los oficiales,
perfectamente con las inclinaciones del autoritario rey; el 25 de julio, en intervención de los ciudadanos en la formación de las administraciones de­
SaJnt-Cloud, firmó las Ordenanzas que suspendían la libertad de prensa, di- partamentales y municipales, jurado para delitos de prensa, responsabilidad
olvían la Cámara de diputados, establecían un nuevo régimen electoral que de los ministros. Tras nombrar al duque de Orleans lugarteniente general del
reducía el censo a la categoría de grandes propietarios y fijaba para septiem­ reino, el 7 de agosto, una gran mayoría de los diputados presentes en la capi­
bre las nuevas elecciones. De la simple enumeración no se deduce la decisión tal elige a Luis Felipe de Orleans nuevo rey. Se trata de un acontecimiento de­
on que se había regresado al absolutismo puro y simple; la redacción tajante finitorio; el monarca recibe su titularidad no de un designio divino ni de una
de los artículos es más expresiva, por ejemplo el 28 del nuevo reglamento herencia histórica depositada en su familia, sino simplemente de la voluntad
lectoral consigna que •ninguna enmienda podrá ser hecha en una ley, en la de los representantes del pueblo en el ejercicio pleno de la soberanía nacional.
ámara, si no ha sido propuesta o consentida por Nos•. La vuelta a la concen­ Rule y Tilly matizan que antes que rey de Francia Luis Felipe es rey de los
l ración de poderes en el rey, frente a la división que postula el liberalismo, es franceses, su poder depende del depósito de confianza que los ciudadanos le
vidente. han otorgado.
La Insurrección de París los días 27, 28 y 29 de julio desemboca en el des­ París no es un foco aislado ni la culminación de un proceso, sino el co­
tronamlento de Carlos X. El primer acto está protagonizado por un grupo de mienzo de una larga cadena de conflictos en Francia hasta 1832. Casi al mis­
periodistas que el lunes 26 de julio se reúnen en la redacción de Le National mo tiempo que en París las turbas gritan en Amiens: ¡abajo Carlos XI Un mes
pnra elaborar una proclama en protesta por la supresión de la libertad de después, los disturbios de Moissac adquieren dimensiones sociales con la pe­
f"rensa; encargada a Thiers y a otros dos periodistas, se convierte en un docu­ tición de rebaja de los impuestos, y en mayo de 1831 en Burdeos, con mayor
mento más ambicioso, eri el que se denuncia el golpe de Estado efectuado por claridad al pedirse la destrucción de las máquinas que generan paro. En junio
11n monarca violador de las leyes: •El régimen legal está, por tanto, lnterrum­ de 1832, en Auch, se solicita la rebaja del precio dél grano. La gráfica de los
ptdo. el de la fuerza ha comenzado.• La mayoría de los diputados, en el rigor disturbios señala dos cotas destacadas en julio de 1830 y junio de 1832, esta
del verano, se encontraban fuera de París; un grupo se reúne en casa de La­ segunda de mayores dimensiones pero sin las relevantes consecuencias políti­
l>orde, pero en las primeras horas no se atreve a redactar una protesta. Al día cas del verano del año 30.
t�utente la agitación ha pasado de los cenáculos de periodistas y políticos a
In t'nlle. La guarnición de París, comandada por Marmont, viejo mariscal del Los acontecimientos de julio en París fueron interpretados por los contem­
rlt'-rctto napoleónico, dispone de fuerzas limitadas: 11.500 hombres, de ellos poráneos de diferentes maneras. Los soberanos europeos más conservadores
11011 regimientos de lanceros y coraceros, y 12 piezas de artillería; pero en el contemplan con horror al •rey de las barricadas,. Algunos políticos, como Laf­
momento en que llegaran a la capital los efectivos de la casa militar del rey en fitte, y periódicos, como Le Patriote, estiman que la revolución no ha termina­
Rnlnt-Cloud y Versalles podría elevarse a 26.000 soldados y 36 piezas artille­ do, que Francia debe contribuir con su nuevo monarca a apoyar las revolucio­
rnfl, por lo que para los líderes Insurgentes resultaba apremiante el éxito del nes liberales y nacionales de los otros pueblos europeos. Los políticos hostiles
ll'vnntamtento popular en horas. a los aires revolucionarios, como el banquero Casimir Perier y el historiador
Guizot., eren que las jornadas de julio no han sido una revolución, sino la re­
El miércoles 28, la Jornada de ,las tres gloriosas, que Delacroix elige para sistencia a un golpe de Estado de Carlos X. que ha quebrantado la Carta otor­
rl'presentar en su famoso cuadro La Libertad guiando al pueblo, el ímpetu de gada.
11111 masas movilizadas es tan fuerte que Marmont Informa que no se trata ya
ck una Insurrección parcial: •Desde el momento en que la población entera to­ Durante dos años Francia sigue una orientación revolucionaria, de apoyo a
maba parte en la revolución, no existía otro recurso para restablecer el orden otros procesos similares en otros países, y de medidas radicales en el Interior,
1111c las negociaciones• (Memorias del Duque de Ragusa). y concluye que el nú­ como el proceso a los ministros de Carlos X. El ministerio Laffitte apoyó la de­
mero de tropas es insuficiente. Pero el monarca no quiere parlamentar y orde­ mocratización de la guardia nacional, cuyos miembros elegían a sus jefes, y
na n Marmont que concentre sus fuerzas entre las plazas de las Victorias y permitió la agitación anticlerical en las provincias. Pero no fue capaz de solu­
Vrnd0me y las Tullerías, maniobra que en las primeras horas del día 29 es cionar la crisis económica, agravada por la revolución. El hundimiento de la
,tesbordada; el pueblo entra en las Tullerías y París está en manos de los in- economía, el desorden en los campos y la epidemia de cólera contribuyeron al
urgentes. El tributo humano de los combates en las calles ha sido elevado; gran pánico de 1832. Se produce por esta causa la aparición de gabinetes
11n contemporáneo, Meniere, calculó 70"0 muertos por parte de los insurgen­ más conservadores, Perier, Guizot, que inician la· represión contra la prensa,
tes: los historiadores actuales James Rule y Charles Tilly lo elevan a 2.000. proclaman el estado de sitio en París y señalan el distanciamiento del régimen
En el momento de la victoria se movilizan los monárquicos: se teme a la orleanista con respecto a la revolución. Este viraje explica la nueva oleada re­
República, sinónimo de terror; Thiers redacta una proclama sobre la fidelidad volucionaria, años más tarde, contra el rey al que los revolucionarios entroni­
del duque de Orleans, Luis Felipe, a la nación; otra de los diputados asegura zan en 1830.
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5. ANATOMÍA SOCIAL DE LA REVOLUCIÓN c) estudiantes. Su número fue reducido. A pesar de que la nueva monar­
quía les encomia los testigos de los acontecimientos apenas les men­
No resulta fácil -no lo fue para los contemporáneos- la disección de los ele­ cionan, y la Comisión de recompensas nacionales de la Revolución ci­
mentos medulares de la conmoción del año 30 en Francia. De lo expuesto se ta sólo tres muertos y siete heridos en una lista de má.s de 1.500 vícti­
deduce la confluencia de dos fundamentales: mas. Newman calcula que de los 8.000 ciudadanos que combatieron
activamente en las barricadas no más de dos o tres centenares eran
- político; confrontación entre un monarca de apetencias absolutistas y un estudiantes. Ni siquiera la Escuela Politécnica, considerada un foco
pueblo movilizado por la filosofía liberal de participación popular y no revolucionario, aportó un contingente estimable.
concentración del poder.
d) obreros. Sus líderes habían asistido, despertando sospechas de la poli­
- social; reivindicaciones de pleno empleo y salario suficiente por parte de cía, en 1825 a los cursos de teoría política impartidos en el Conserva­
las masas proletarias. Las barrtcadas del año 1827 en las calles Saint­ torio de Artes y Oficios, entre cuyos profesores figuraba Antaine Jay,
Denis y Saint-Martin, banios obreros de París, aún levantándose al grito redactor de Le Constitutionnel y admirador del modelo norteamericano
de •¡Viva la Carta!•, habían constituido una insurrección social; de ahí de separación de poderes. Más peligrosos parecieron los cursos del
que la clase media, deseosa de orden, no interviniera o incluso apoyara a Ateneo, de los que los informes policíacos denunciaban •las doctrina
los soldados, y el movimiento no tuviera mayor alcance. más impías y más republicanas,. Estos obreros-estudiantes, al produ­
cirse en París una grave penuria de empleo por la crisis de la cons­
Por el contrario, en 1830 se produce la conjunción clases medias-proleta­ trucción, •difunden la corrupción,, según el boletín de la policía, en
riado, pero una vez derribada la monarquía borbónica se comprueba que los tertulias de café, y conducen a sus compañeros a las barricadas en
objetivos son diferentes, y de ahí las perturbaciones sociales de los años si­ noviembre de 1827 y en julio de 1830.
guientes hasta el viraje autoritario de 1832. Con razón estima Newman: ,En
julio de 1830, los trabajadores parisinos combatieron con pleno convenci­ e) republicanos. Su participación constituye uno de los problemas histo­
miento por la causa de una Carta liberal que, es necesario subrayarlo, no les riográficos. En los primeros momentos aparecen unidos a los monár·
concedía nada•. Aquí estriba.la contradicción de la revolución de 1830: para quicos pero pronto surgieron los recelos. Grupos de estudiantes y pe
la burguesía liberal el destronamiento de Carlos X suponía el final de la revo­ riodistas de extrema izquierda, dirigidos por el doctor Raspail y Char
lución, para el proletariado sólo el principio. Mas en las jornadas exultantes les Teste, Intentaron organizar comunas clandestinas como células de
de julio nadie reparaba en intereses contradictorios; todos los grupos de la so­ una futura insurrección republicana y democrática, pero carecieron
ciedad francesa intervinieron con mayor o menor protagonismo en la lucha de fuerza, como se deduce, entre otros indicadores, de la escasa Uradn
contra un monarca aborrecido: de sus órganos de prensa: La Tiibune, 500 ejemplares; La Révolutlon,
200.
a) diputados liberales. Los dirigentes de la revuelta son políticos hostiles
a una versión restringida de la Carta: como consigna un testigo, Cuvi­ Coalición de fuerzas sociales tan heterogéneas ha de presentar inevitable·
mente contradicciones. No ofrece relevancia la simbiosis republicanlsmo-mo
llier-Fleury (Diario íntimo), el pueblo deja a los ,sabios• la tarea de re­
narqulsmo porque la postura de los republicanos en julio fue slmplement"
organizar el Estado, y Luis Blanc resalta que el 27 de julio se produjo
oportunista; a pesar de las afirmaciones de Fabre, director de La Tiibune, el
la alianza entre los liberales y el pueblo. El grupo reunido en casa de
que las ideas republicanas habían ganado el corazón de los franceses no crcl
Laffitte se erigió en jefe de la resistencia al pedir al ejército que aban­
an que ése fuera su momento ni su revolución. Más sorprendente resulta lu
donara la causa borbónica.
alianza burguesía liberal-proletariado si consideramos los Intereses divergen
tes de las dos clases. Mientras los liberales -como los patronos- apoyan la In
b) periodistas. La prensa se había convertido en púlpito de la conciencia traducción de máquinas en la industria, los obreros temen la tecnología gen
popular; de Le Constitutionnel se lanzaban más de 20.000 ejemplares: radora de paro y llegan a adoptar posiciones mecanoclastas; los liberal
en los días de la insurrección tres periódicos liberales, Le National. Le aferran a la ley Le Chapelier que prohíbe las coaliciones obreras, en clara
Globe y Le Temps, mantuvieron encendido el entusiasmo de los revo­ sión con una de las peticiones básicas de los trabajadores; la burguesía
lucionarlos. La primera proclama, como hemos visto, es redactada por partidaria de la inmigración de trabajadores extranjeros, que el proletariado
periodistas; políticos como Thiers deben su Influencia a disponer de contemplaba con recelo como competidores de bajo salario; los impuestos In
un órgano de prensa. Probablemente es 1830 el primer acontecimiento directos, que gravan el consumo, son predicados en las publicaciones libcr
histórico en el que la prensa juega papel de protagonista, ya que en les mientras los escritos sociales, en defensa de las masas obreras, postulan
1789 todavía el influjo de la letra impresa fue menor que el de la pala­ la imposición directa sobre las fortunas; finalmente, los propietarios se lncll
bra en los clubes. nan por precios y beneficios altos y los proletarios alzan bandera por el d
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censo de los precios. Son demasiadas las contradicciones como para no resul­ blecer el orden; esta división anima a Guillermo I a enviar un cuerpo de seis
tar sorprendente la alianza. Paul Mantotu{, en su trabajo sobre la revolución mil soldados a Bruselas para reprimir la rebelión. La entrada del cuerpo expe­
industrial, subrayó, refiriéndose a 1830: «Los patronos supieron utilizar el dicionario de soldados considerados extranjeros provoca el levantamiento de
descontento popular... y lo movilizaron, una vez más, en provecho suyo,. La la nación. Varias ciudades se mantuvieron leales al poder: Gante, Amberes,
magia de las palabras, libertad, soberanía nacional, en la prensa o en la fa­ Ostende, Malinas; en la mayoría, burguesía y clases populares se lanzan con
cundia de tribunos como Foy, Thiers, Laffitte, Odilon Barrot, consiguió el pro­ entusiasmo a la lucha contra la tiranía: Bruselas, Lleja, Vervlers, Brujas... La
digio de que se olvidaran todas las diferencias y se contemplara exclusivamen­ Junta de Defensa que en los primeros días del levantamiento se había forma­
te el enemigo común: un monarca rodeado de aristócratas reaccionarios. do en Bruselas se transforma en gobierno provisional, declara la independen­
cia el 4 de octubre y solicita el apoyo francés.
El conflicto se internacionaliza; las dos Europas políticas toman postura
6. LA INDEPENDENCIA DE BÉLGICA ante la revolución. Prusia muestra su intención de enviar ayuda armada a
Guillermo I; el zar Nicolás I prepara un ejército de 60.000 hombres; Austria,
Si el movimiento francés de julio puede considerarse el paradigma de la di­ en ese momento preocupada por los acontecimientos de Italia, no se encuen­
mensión liberal en 1830, la revolución belga constituye una muestra de la tra en condiciones de intervenir, pero sus notas diplomáticas expresan con
vertiente nacional. La unión de Bélgica a Holanda, decidida en la remodela­ energía su postura favorable al status de 1815 y a los derechos legítimos del
clón del mapa europeo por el Congreso de Viena en 1815 con la fmalldad de rey de Holanda. Francia se convierte en el apoyo de los belgas; una nota de
crear un Estado tapón frente al expansionismo francés, no había sido acepta­ Luis Felipe declara que no intervendrá si no lo hacen las otras potencias, ad­
da por los belgas; la Iglesia había aconsejado el voto en contra cuando se so­ virtiendo a las potencias absolutistas contra alguna eventual aventura militar
mefió la Constitución de los Países Bajos a consulta de una comisión mixta de en los Países Bajos. La posición inglesa es incómoda; como potencia clave de
notables, porque establecía la Igualdad de las religiones. A pesar de la oposi­ los tratados de 1815 ha participado en la formación del Reino de los Países
ción belga, Guillermo I impuso el texto constitucional de agosto de 1815, que Bajos, pero por rivalidad comercial con los holandeses y consciente de la im­
en realidad subordinaba Bélgica a Holanda. La simbiosis de los dos Estados portancia del puerto de Amberes para el tráfico de sus mercancías, mira con
era problemática, las diferencias profundas. Profesando los belgas el catolicis­ simpatía el movimiento belga; por otra parte, algunos documentos diplomáti­
mo y los holandeses el protestantismo, la religión constituía una barrera; el cos translucen su recelo ante una posible anexión de Bélgica por Francia, pro­
Idioma se convirtió en otro escollo, pues si inicialmente no hubo problemas piciada por la identidad idiomática y religiosa. La situación internacional favo­
para que los belgas se expresaran en francés y los holandeses en neerlandés, rece a los belgas. El zar ruso, el más dispuesto a prestar la ayuda requerida
a partir de 1823 el rey decretó que éste sería el idioma oficial para la adminis­ por Guillermo I, se ve retenido por el levantamiento polaco, mientras que la
tración y la justicia, al tiempo que ordenaba su implantación gradual en las ayuda del ejército francés y la marina británica son eficaces en el rechazo de
escuelas secundarias; Bélgica, que había iniciado precozmente su desarrollo, los holandeses.
precisaba un período de prote�ción para su industria, en tanto que los holan­ Ante el peligro de un conflicto general europeo y a instancias de Talley­
deses, con hábitos seculares de comerciantes, se inclinaban por la política li­ rand, embajador francés en Londres, se reúnen en la capital británica las cin­
brecambista. Todo les separaba, religión, lengua, economía. Y aunque en el co potencias del sistema de la pentarquía. Su primer objetivo es la consecu­
Parlamento el número de diputados belgas era igual al holandés sólo uno de ción del final de las hostilidades entre belgas y holandeses; el segundo, esta­
los ministros era belga; los nacionalistas argumentaban que Bélgica más que blecer un régimen político, lo que luego derivará en el reconocimiento de la
unida estaba sometida. Dos temas se convierten en bandera de rebeldía: la li­ independencia de Bélgica con la condición de que sea un Estado neutral per­
bertad de prensa, exigida por los belgas y negada por Guillermo I mediante petuamente. Más que de una conferencia se trata de una serie de conversacio­
decreto que establece penas de dos a cinco años de prisión para quienes cri­ nes que no se rematan hasta 1838. Las cuestiones que hubo de dilucidar eran
tiquen al rey o menosprecien sus órdenes, y la libertad de enseñanza, la cual extraordinariamente arduas, tales como las fronteras belgas -de cuyo territo­
reclamaba la Iglesia Católica para obstaculizar la asimilación a su credo que rio quedan excluidos Ltu{emburgo y Limburgo-, las deudas de los Países Ba­
el gobierno holandés intentaba conseguir por medio de los programas esco­ jos, de las que habría de pagar Bruselas el 16/31, la población, a la que du­
lares. rante dos años se permitía el cambio de domicilio con transferencias de pro­
piedad de un país a otro, el levantamiento de los secuestros ejecutados por
Las noticias de París estimulan a la población irritada por el dominio ho­ motivos políticos. Lo que se denominó el tratado de los 24 artículos no fue
landés. La representación de la ópera La Muette de Portici, que escenifica la aceptado por los holandeses hasta que en noviembre de 1832 las tropas fran­
lucha de los napolitanos por su independencia contra los españoles, provocó cesas rindieron Amberes y al ejército holandés que la ocupaba.
la noche del 25 de agosto los primeros desmanes, con el asalto al periódico
gubernamental El Nacional. Los insurgentes piden la autonomía, pero algunos Los belgas no esperaron a que finalizara la confrontación armada ni a la
sectores de la burguesía belga se ponen al lado de las autoridades para resta- laboriosa articulación diplomática de un tratado con respaldo internacional;
LOS MOVIMIENTOS LIBERALES DE 1830 127
126 HISTORIA UNIVERSAL: EDAD CONTEMPORÁNEA

un congreso convocado en Bruselas con poderes constituyentes se inclina por - las ciudades crecen; Varsovia pasa de 80.000 a 140.000 habitantes en
la monarquía y elige a Leopoldo de Sajonia-Coburgo como primer soberano. pocos años. En ella viven grandes comerciantes extranjeros que saben
Es el segundo caso en que un monarca de 1830 recibe sus poderes de un par­ aprovechar su ubicación en el Báltico; en los suburbios aparecen las pri­
lamento que representa a la nación. meras constelaciones industriales.
La Constitución belga de 1831 ha sido considerada como la expresión más - la industria del algodón concentra las principales firmas en Varsovia y
clara de la Ideología liberal que nutre los movimientos de los años 30. Hasta Lodz. Al tiempo que la lana se deprime por la concurrencia extranjera, el
ese momento la espal'\ola de Cádlz, de 1812, había Inspirado las reflexiones de lino se convierte en otro sector en expansión, A partir de 1826 se desa­
los constituclonalistas liberales europeos, pero abolida por la involución auto­ rrolla la industria azucarera, en la que la nobleza invierte los capitales
crática de Fernando VII el código belga nace como nuevo modelo de monar­ acumulados en la agricultura.
quía constitucional: soberanía nacional, monarca que debe su poder al pueblo
y a su juramento de la Constitución, cuerpo legislativo compuesto por dos cá­ - una nueva clase social comienza a controlar la vida polaca. En la •inteli­
maras elegidas, independencia judicial, clero pagado por el Estado, declara­ gencia•, probablemente en 1830 no más de seis o siete mil personas, se
ción de derechos del ciudadano en seguimiento de los principios de 1789. inscriben los cuadros superiores de la administración, los profesores de
Aunque no podía ser calificada de texto democrático, ya que no recoge, por liceos y universidades, otras profesiones liberales y artistas. La proce­
ejemplo, el sufragio universal, era susceptible de ser reformada e introducir dencia es doble: en la •inteligencia• se incluyen algunos sectores de cla­
más amplias cotas de participación popular. Al año siguiente, Inglaterra ses medias promocionados por estudios universitarios y, sobre todo,
aprueba una reforma parlamentaria que ensancha la base electoral, mas, a miembros de la nobleza empobrecida.
pesar del interés que despertó, fue la Constitución de Bélgica la que con ma­
yor detenimiento se estudió en Alemania, Italia y los países escandinavos. De las 30.000 familias nobles censadas solamente las cuatro mil que basa­
ban su poder económico en la propiedad agrícola se sentían ligadas a la per­
manencia del mundo de los grandes dominios agrarios. Las noticias del julio
parisino conmocionan a los grupos inquietos, y, mientras los terratenientes se
7. LA IMPOSIBLE REVOLUCIÓN POLACA inclinan por el mantenimiento de la situación de dependencia, los pequeños
Desgajada territorialmente por el Congreso de Viena, con Posnania y Po­ nobles, los altos funcionarios y los profesionales liberales preparan la revolu-
merania incorporadas a Prusia, y sometido a la soberanía del zar ruso, el rei­ ción.
no de Polonia conservaba empero una cierta autonomía con administración y Los polacos aprovechan la movilización del ejército ruso en dirección a Bél­
ejército propios, respeto total a su lengua nacional y un texto constitucional gica para iniciar su levantamiento. En noviembre de 1830 se produce la insu­
que había establecido la emancipación personal de los campesinos en 1815. rrección popular de los patriotas y la instalación de un gobierno provisional
En muchos aspectos la férula rusa era más suave que la austriaca o prusiana en Varsovia, presidido por Chlopicki, antiguo general napoleónico. El zar ruso
en sus demarcaciones respectivas, y el zar intentaba una modernización de la Nicolás I rehúye discutir cualquier estatuto, la Dieta proclama la independen­
estructura estatal que en Rusia rechazaba drásticamente; pensemos, por cia. En septiembre de 1831 Varsovia cae en manos rusas. La ayuda francesa
ejemplo, que la servidumbre del campesinado no es abolida en Rusia hasta no llega. La represión es severa; se disuelve la Dieta, se cierra la universidad,
1861. se suprimen las moderadas concesiones de autonomía. Muchos polacos emi­
gran, 4.800 familias entran en Francia, donde se constituye la Sociedad De­
En 1830 el viejo reino báltico presentaba un extraño cuadro de arcaísmos mocrática Polaca, que redacta proclamas en nombre de la patria contra los
y modernidad. Todavía el 80 % de su población era campesina, mas la modifi­ privilegios nobiliarios. Desde el punto de vista social la insurrección polaca del
cación de su estatuto jurídico no había sido acompañada de una reestructu­ año 1830 aparece como obra de una minoría, a diferencia de Francia o Bélgi­
ración del régimen de la propiedad; 4.000 grandes propietarios nobles eran ca. No se moviliza el campesinado ni los núcleos de obrerismo industrial, se
los dueños de los dominios; el descenso de los precios en el ciclo a la baja que oponen egoístamente los terratenientes; tan sólo intelectuales, funcionarios y
enmarca la Europa postnapoleónica había proletarizado a los pequeños y me­ nobles empobrecidos tratan de emancipar a la patria. Poco había madurado
dios propietarios. Por otra parte, se produce en la década de los veinte una todavía la sociedad polaca para afrontar la reacción del coloso ruso.
enorme expansión de la producción agraria, especialmente en el cultivo de la
patata, por entonces artículo básico de la dieta popular, y de la ganadería,
que con la misma fuerza permite una revolución alimentaria, pero el progreso
técnico aprovecha casi exclusivamente a una minoría. Mientras la nobleza te­ 8. FRACASOS REVOLUCIONARIOS EN ITALIA Y ALEMANIA
rrateniente es hostil a cualquier reforma, como se comprueba en la encuesta
ordenada por el príncipe Czartoriski, y los campesinos se inquietan por su si­ Aunque en el complejo mapa italiano diseñado en el Congreso de Viena so­
tuación prolongada de miseria, otro mundo está naciendo: bresale la presencia austriaca en Lombardía y Venecia como obstáculo para la
128 HISTORIA UNIVERSAL: EDAD CONTEMPORÁNEA
LOS MOVIMIENTOS LIBERALES DE 1830 129
unidad, para los liberales italianos constituía, a partir de 1815, un problema
La situación política de Alemania después de 1815 ofrece bastantes parale­
previo la erradicación de los regímenes absolutistas intalados en otros Esta­
lismos con la de Italia. Dividida, con regímenes absolutistas en la mayoría de
dos, puesto que la administración de Viena, como la de Moscú en Varsovia, se
mostró moderada con el fin de evitar agitaciones. Por el contrario, en el Pia­ los Estados, el ansia de la unidad nacional y la previa instalación de modelos
monte el rey Victor Emmanuel I, inspirándose en ideas de J. de Maistre, esti­ constitucionales constituyen los dos objetivos de las fuerzas renovadoras. En­
ma que revolución y traición son sinónimos; en Nápoles, Fernando IV suprime tre 1814 y 1820 se aprueban constituciones en los estados del Sur: Nassau,
la constitución liberal que se había otorgado a Sic!lia; en Módena, el duque re­ Baviera, Baden, Hesse-Darmstadt; sus textos significan un compromiso del
prime cruelmente los movimientos subversivos; en los Estados Pontificios, el progreso con la tradición, ya que se reserva la Cámara alta para la nobleza de
cardenal Rivarola demuestra que era posible sobrepasar en la vuelta atrás a rango y los dignatarios eclesiásticos, carecen las Cámaras del derecho de !ni·
todos los Estados y restablece la justicia feudal, la Inquisición, los ghettos ju­ ciativa y de la facultad de votar el presupuesto, y los ministros son únicamen­
díos, suprimiendo los códigos civil y penal de inspiración francesa. Frente a te responsables ante los soberanos. El modelo ofrece bastantes similitudes
este espectro político regresivo los liberales italianos desenvuelven sus reivin­ con el francés de Carta Otorgada, pero en cualquier caso suponía una innova­
dicaciones en los planos literario, apelando a los temas románticos de la liber­ ción si se comparaba con Austria, donde Metternlch mantenía férreamente la
tad, político, reclamando constituciones, y económico, argumentando que sólo omnipotencia imperial, o con los Estados del Norte de Alemania. Tres aspec­
la creación de un vasto mercado peninsular permitiría la modernización de tos pueden distinguirse en los movimientos de 1830:
Italia. Los escritos de Pecchio y Ressi, el periódico El Conciliador y las socieda­
des secretas, especialmente los carbonarios, mantienen viva el ansia de un - constitucional. En los estados del Centro y Norte se producen disturbios
Estado unitario y liberal. en petición de constituciones similares a las de los estados del Sur: en
Brunswick es expulsado el soberano Carlos II; en Hannover encabeza la
Los movimientos revolucionarios de los años 1820 y 1821 consiguen la ela­ agitación la universidad de Gotinga y se consigue la Constitución de
boración de constituciones en Nápoles y el P!amonte, pero la situación inter­ 1833; en Sajonia acusan de mal gobierno a los Wettin y se obliga al go­
nacional hacía Imposible el éxito de la empresa; las potencias de la Santa bierno a la redacción de un texto constitucional: en Hesse-Kassel se es­
Alianza acuerdan la intervención en el Congreso de Laybach y el ejército aus­ tablece una cámara única -con lo que se elimina la prepotencia política
triaco restablece el Antiguo Régimen. Por añadidura, los movimientos se cir­ de la nobleza- y el derecho de iniciativa legal y de impugnación del go­
cunscriben a las clases dirigentes, que no consiguen el apoyo de la población bierno.
urbana -situación, como vemos, inversa a la de los movimientos populares
franceses, carentes del apoyo de la burguesía liberal hasta después de 1827- - nacional. Las noticias de la insurrección polaca producen un vasto movi­
y aminoran la cohesión de las insurrecciones las diferencias entre los modera­ miento de solidaridad. Augusto W!rth redacta su llamamiento «a los ami­
dos, que se conforrmarían con introducir en Nápoles y Piamonte la Carta otor­ gos de los pueblos•, donde al tiempo que simpatiza con la lucha de Polo­
gada francesa, y los radicales, que se inspiran en la Constitución española de nia por su libertad se pide para Alemania una república federal.
Cádiz, basada en el dogma de la soberanía nacional.
La revolución parisina de 1830 reenciende las esperanzas de los círculos li­ - social. Mientras los burgueses se contentan con las conquistas políticas
berales. Desencadenada la insurrección por el carbonario Ciro Menotti en Mó­ las masas populares aspiran a la mejora del nivel de vida y a la supre­
dena. inmediatamente se extiende a los Estados del centro de Italia y se esta­ sión de los derechos feudales en el campo. En Hesse el dramaturgo
blecen gobiernos provisionales ·en Módena, Bolonia y Parma. En febrero de Büchner intenta provocar una revuelta de los pobres.
1831 se constituye en las ciudades de los Estados Pontificios las «Provincias Las diferencias en las fuerzas movilizadas, entre la burguesía y las masas
Unidas italianas•, pero el viejo espíritu de las comunas subsiste, y cada ciu­ populares por un lado, entre los liberales moderados y radicales dentro de al·
dad o cada ducado mantienen su soberanía, como lo demuestra Bolonia al re­ gunos estados, entre los partidarios de la unidad nacional y los constituciona­
chazar como intromisión en los asuntos internos la propuesta de unidad for­ les que aspiran únicamente a modernizar el modelo político de su Estado, per­
mulada por Módena. Sin objetivos sociales claros que movilicen el apoyo po­ mitieron la recuperación de los gobiernos. Así en Hesse-Kassel, que se había
pular y con la visión estrecha de anteponer los intereses particulares, el dado la Constitución más avanzada, el Príncipe consiguió eludir su implanta­
ejército austriaco no encuentra excesivas dificultades en sofocar el movimien­ ción. En la llamada fiesta de Hambach, Wirth proclamó ante 30.000 asisten­
to insurrecciona!. Los soberanos de Parma y Módena ocupan nuevamente sus tes que Alemania no podía esperar nada de sus soberanos y que su suerte es­
asientos ducales con plenitud de ejercicio, la política pontificia se vuelve más taba ligada a la de Polonia, Hungría y Bélgica. Tras este acontecimiento co­
hermética, los regímenes absolutistas se fortalecen y se desata la represión. menzó el viraje en Prusia, con arrestos y restricción de la libertad de prensa y
Pero permanece vivo un sentimiento nacionalista, que se refleja en las edicio­ reunión. Al fracasar, en abril de 1833, un intento de ocupar la ciudad de
nes del Dante, en las obras de Manzoni y Leopardi, en el movimiento de la Francfort, sede del Bundestag, se intensifica la represión. Metternich convoca
«Joven Italia•, en el ambiente romántico en el que se exaltan las glorias del pa- varias conferencias en Viena, donde se organiza la represión contra las uni­
sado italiano. versidades, la prensa y las cámaras estatales. Como en Italia, los movimientos
LOS MOVIMIENTOS LIBERALES DE 1830 131
130 HISTORIA UNIVERSAL: EDAD CONTEMPORÁNEA
vadores de la Santa Alianza. En algunos sectores, tanto revolucionarios como
del 30 en Alemania fracasan, pero queda el impulso de las fuerzas progresis­ conservadores, se temía una conflagración continental. En vísperas de la In­
tas que se preparan para un segundo asalto. La formación del Zollverein, surrección polaca de noviembre de 1830, Grabowski, secretario de estado del
unión aduanera de los Estados del Norte, es por el momento el único paso en reino de Polonia, residente en San Petersburgo, escribía a Lubecki, ministro
el camino de la unidad. de Finanzas de Varsovia: •A pesar del interés de tantos hombres por conservar
el estado de paz, a pesar de la solicitud de todos los gobiernos por el futuro,
los sucesos se complican tan singularmente que será un verdadero milagro.
9. ALGUNAS DEDUCCIONES DE LOS MOVIMIENTOS DE 1830 un favor de la Providencia, si se ·escapa a una guerra general•. Entre los revo­
lucionarios la solidaridad se produce más por iniciativa individual. como
En el orden internacional, tras los acontecimientos de 1830, se ha produ­ prueban los voluntarios franceses, belgas e italianos que participan en la re­
cido un cambio fundamental. El sfstema de la pentarquía, basado en el recto­ vuelta de Varsovia, que por resolución de gobiernos. Sin embargo, las influen­
rado de la vida internacional por cinco grandes potencias, se ha cuarteado. cias de unos movimientos en otros parecen Incontestables; los acontecimien­
Metternlch, que ya no puede apelar a Francia o a Inglaterra, consigue la tos franceses Influyen en todos los continentales e incluso en la pugna por la
unión sagrada de los tres soberanos conservadores, Austria, Prusia y Rusia. reforma electoral en Gran Bretaña; los polacos estimulan a húngaros y che­
No hace más que evidenciar esta alianza la contraposición entre dos grupos cos, y la Insurrección de Varsovia se toma como modelo en los levantamientos
de naciones, las liberales, en cuya estructura política se introduce la partici­ de Módena, Parma y Bolonia, en febrero de 1831.
pación popular, y las conservadoras, fieles a la tradición de plena potestad de
La segunda pulsación, la de 1848, dispone de las lecciones de este gran
los monarcas.
ensayo general. Sus objetivos limitados, sus fracasos, el apoyo mutuo entr,
La frustración inclina a los protagonistas a reflexionar sobre los motivos; las grandes potencias, constituyen un capital de experiencias para los revolu­
todos comprenden la interdependencia de los factores constitucional, nacional cionarios que intentan subvertir el orden europeo dieciocho años después d
y social, por Jo que en el futuro han de prestar más atención al último. E l ca­ las tres jornadas gloriosas parisinas de 1830.
so polaco resulta aleccionador. La cuestión agraria debe incluirse en cualquier
programa de independencia, y tras esta constatación la Sociedad Democrática
Polaca elabora un progr�a de acción en el que incluye el reparto gratuito de
parcelas el primer día de la liberación nacional. DOCUMENTOS
Las revoluciones se han iniciado como fenómenos estrictamente urbanos;
París, Bruselas, Varsovia son los centros focales. El pueblo de las grandes PROCLAMACIÓN DE LOS DIPUTADOS FRANCESES
ciudades ha decidido la victoria; la muchedumbre armada ha asaltado el
Louvre y las Tullerías. En la siguiente pulsación intentará acompañarse esta Deben identificarse los acontecimientos reseñados en el relato de Berard,
movilización urbana con la rural. mentar los personajes e instituciones y desarrollar, con más amplitud, los prlnct
pios revolucionarios del 30 que los diputados consignan. Compárese el conlcnld<1
Los objetivos políticos han sido moderados; se cifra en monarquías consti­ ideológico con el de la Carta otorgada de 1814.
tucionales el cuadro de una más amplia participación popular; ninguno de los
movimientos nacionales desemboca en la proclamación de la república; en «¡Franceses!
Francia se ha producido simplemente un cambio de monarca, en Bélgica la Francia es libre. El poder absoluto ha arriado su bandera, la herol
Independencia se simboliza en la elección de un titular para el trono; en blación de París la ha abatido. París ha hecho triunfar con las arm
Brunswick y Hesse Electoral se opta por la solución monárquica, y con ciertos causa sagrada de la libertad que había triunfado vanamente en las elc<:t"ln
cambios se adopta la misma resolución en Sajonia; a Hannover se envía un nes. Un poder usurpador de nuestros derechos, perturbador de nuestro , t·
virrey, el duque de Cambridge, lo que una vez más refleja que no se plantea la poso, amenazador para la libertad y el orden; volveremos al disfrute del 01
posibilidad de la república. Los sectores izquierdistas consideran que este den y la libertad. Ni llanto por los derechos perdidos, ni más barreras cnt1
planteamiento ha aminorado la radicalidad de los objetivos; el programa pari­ nosotros y los derechos que todavía nos faltan.
sino en el momento de ocupar el Ayuntamiento durante las tres jornadas glo­ Un gobierno que, sin engaños, nos garantice estos bienes es hoy lu p, 1
riosas incluía como básicos la soberanía del pueblo y el sufragio universal, mera necesidad de la patria. ¡Franceses! Los diputados que se encuenln111
principios luego rebajados. En Polonia el único cambio inmediato fue el esta­ ya en París se han reunido y, a la espera de la reunión regular de la Cr'111111
blecimiento de la libertad de prensa; de ahí que Engels llame a la Insurrección ra, han invitado a un francés que nunca ha combatido más que para Frn11
polaca una revolución conservadora. cia, el duque de Orleans, a ejercer las funciones de lugarteniente gencrul d1•I
Los movimientos han suscitado la cuestión del derecho de intervención, reino.(... )
que hasta el momento constituía uno de los pilares de los regímenes conser- El duque de Orleans es devoto de la causa nacional y constiluciu1111I

\
132 HISTORIA UNIVERSAL: EDAD CONTEMPORÁNEA LOS MOVIMIENTOS LIBERALES DE 1830 133

Siempre ha defendido sus intereses y profesado sus principios. Respetará jranr;aise. XLVII (1975). David H. PINKNEY ha dedicado dos artículos: «A new look at
nuestros derechos, porque él encontrará en nosotros la defensa de los su­ the French Revolution of 1830• (Review of Polítics, 1961) y «The crowd in the
yos. Aseguremos con las leyes las garantías necesarias para hacer la liber­ French Revolution of 1830• (American Historical Review, 1959). ÜRLIK ha publicado
tad fuerte y duradera: un enfoque nuevo y sugeridor en cuanto que relaciona dos sociedades políticas
-restablec1mlento de la guardia nacional con intervención de los guar­ opuestas: ,La Révolution fran�alse de 1830 dans la presse russe, (Revue d'histoire
dias nacionales en la elección de los oficiales; modeme et contemporaine. Jul.-sepbre. 1969). Puede recurrirse también a algún
-intervención de los ciudadanos en la formación de las adm1n!straciones trabajo sobre la figura de Carlos X, como la biografía de Jean-Paul GARNIER: Char­
departamentales y municipales; les X, le roi, le proscrit. París, 1967. Con motivo del centenario la Soclété d'Histoire
-jurado para los delitos de prensa; Modeme publicó sus trabajos conmemorativos: Études sur les mouvements natto­
-responsabilidad legalmente establecida de los ministros y agentes se- naux et libéraux. París, 1932.
cundarlos de la Administración;
-estado de los militares regulado por la ley;
-reelección de los diputados promovidos al ejercicio de funciones públi-
cas;
-daremos a nuestras instituciones, de acuerdo con el Jefe del Estado, el
desarrollo que requieran.
¡Franceses!, el duque de Orleans ha hablado y su lenguaje es el que con­
viene a un país llbre: las Cámaras se reunirán, ha prometido, y buscarán
los medios para asegurar el reino de las leyes y el mantenimiento de los de­
rechos de la nación. La Carta será, en adelante, una realidad.•
BERARD: «Recuerdos históricos sobre la revolución de 1830•. En BERTIER
DE SAUVJGNY: La revolución de 1830 en Francia.

BIBLIOGRffÍA
Resulta sorprendente el vacío bibliográfico en tomo a los movimientos del año
1830. Ha de recurrirse a obras que estudian el período 1815-1848, o a capítulos
que se Incluyen en estudios sobre la Restauración o sobre las revoluciones de
1848.
BERTIER DE SAUVJGNY, que ha dedicado constante atención a la Restauración, ha
estudiado y recopilado textos en una publicación imprescindible para aproximarse
al tema: La révolution de 1830 en France. París, Colin, 1970. En el trabajo de LA­
BR0USSE incluido en Fluctuaciones económicas e historia social. (Tecnos). se relaciona
el proceso con las convulsiones de 1789 y 1848. En los tomos de JARDIN y TuDESg:
La France des notables, citados en la lección anterior, se atiende también el 30.
El único proceso estudiado suficientemente es el francés. Aportación valiosa es
la miscelánea de colaboraciones, dirigida por John M. MERRIMAN: 1830 in France.
Nueva York-Londres, New Viewpoints, 1975. Desde el punto de vista social ha sido
fundamental la aportación de David PINKNEY: The French Revolutton oj 1830. Prln­
ceton Unlversity Press, 1972.
Sobre la independencia belga, J. DH0NT: Histoire de la Belgique. París, P.U.F.,
1979. y los Documents de l'Histoire de la Belgique. Bruselas, Ministerio de Asuntos
Exteriores, 1978.
Para completar el tema ha de recurrirse a artículos de revista. Uno de excepcio­
nal importancia: Edgar NEWMAN: ,La blouse et la redingote. L'Alliance du peuple et
de la bourgeoisie a la fin de la Restauration•. Annales historiques de la Révolutton
LAS REVOLUCIONES DEMOCRÁTICAS DE 1848 135

tras que la palabra pueblo subraya la totalidad de los individuos; el pueblo,


CAPÍTULO VII del que habla Michelet y al que invocan los revolucionarios de 1848, es el con­
junto de los ciudadanos, no una abstracción jurídica. El régimen de libertades
es más rigurosamente expresado en los textos democráticos; la libertad de
prensa no supone sólo la exención de la censura, sino también la independi­
zación del control financiero del periódico. En el orden social se lucha por la
reducción de las desigualdades y se acusa al liberalismo de predicar una
LAS REVOLUCIONES igualdad estrictamente jurídica, ante la ley, mientras permanece impasible
ante los contrastes sociales de riqueza-pobreza, cultura-analfabetismo. Si el

DEMOCRÁTICAS DE 1 848 liberalismo se ha inclinado por la monarquía como forma de gobierno la de­
mocracia considera a la república como forma política más idónea para el
ejercicio del sufragio universal, la soberanía popular y la garantía de las liber­
tades.

La crisis económica
La angustia económica del año 1847 tomo dimensiones europeas y en ella
se pueden distinguir tres vertientes: agrícola, industrial y bursátil.
l. CARÁCTER PECULIAR DE LOS MOVIMIENTOS DE 1848
- agrícola. Las cosechas deficitarias de 1845-1847 se inscriben en las cri­
De las revoluciones de 1830 sólo queda un testigo, Bélgica, independiente sis decenales que sufre, por el ritmo de las oscilaciones climáticas, la
y con una constitución liberal. En Francia el viraje conservador de la monar­ agricultura europea durante el siglo XIX. En 1846 una enfermedad de la
quía orleanista a partir de 1832 supone una traición para la revolución que patata, provoca problemas de subsistencias en varias naciones; en 1847
ha llevado al trono a Luis Felipe; en Italia los austríacos mantienen su presen­ son los cereales los que sufren los rigores de la sequía y el calor. Cares­
cia; en Alemania se posponen los sueños unitarios y en muchos estados los tía, disturbios, sobremortalidad constituyen los tres parámetros de la
soberanos gobiernan con uri régimen prácticamente absolutista; en Polonia
crisis alimentaria. Los precios agrícolas suben, de 1845 a 1847, en un
los rusos han suprimido todas las libertades. En 1848 la revolución intenta
su segundo asalto. Las similitudes con 1830 son muchas, aspiraciones libera­ 50 %; en mayo de 1847 el precio del pan en París y Lille es el doble del
les y nacionales, problemas económicos y sociales como detonante. Pero las estimado como soportable por las masas. La cólera popular se manifiesta
diferencias son también importantes y es necesario precisarlas. En síntesis en asaltos a panaderías de varias ciudades; los medios de comunicación
contribuyen a difundir la protesta con mayor capacidad de contagio que
podemos señalar como raíces del 48 ideas políticas democráticas, problemas
en 1789 o en 1830. Remi Gossez ha dibujado, a partir de los informes de
económicos y convulsiones sociales.
la policía, el mapa de los disturbios, que coincide significativamente con
el de la penuria alimentaria. En 1846 se producen levantamientos de
Los ideales democráticos
siervos en Galitzia contra los grandes propietarios polacos; en la prima­
La democracia decimonónica se define en oposición al Antiguo Régimen; vera de 1847 se suceden los motines en Escocia, Bruselas, Berlín, Viena,
también como una superación de las limitaciones del liberalismo, al que pro­ Lombardía, Toscana. El hambre favorece la difusión de enfermedades y
longa y completa. La relación liberalismo-democracia es indiscutible, pero los epidemias (cólera, tifus). En Bélgica la hambruna eleva la sobremortall­
movimientos liberales de 1830 no deben ser confundidos con los democráticos dad mientras en las provincias valonas de Hainaut y Lieja, de mejor nivel
de 1848. René Remond, que ha precisado con claridad las diferencias, escribe: de vida, se mantienen los índices; el tifus se ceba en las masas famélicas
•Estamos tentados hoy frecuentemente a no ver en la democracia nada más y produce 16.000 víctimas en Silesia; en París la tasa de mortalidad s
que el desarrollo de la idea liberal, mientras que en el siglo XIX aparece sobre eleva de un 24.2 por 1.000 (en 1842) a un 29.3 por 1.000 (en 1847). Las
todo como una ruptura con el orden y la sociedad del liberalismo•. revueltas de las subsistencias crean el ambiente propicio para una insu­
rrección general contra los gobiernos.
A diferencia del liberalismo el movimiento democrático de 1848 reivindica
la abolición del sufragio censitario y el establecimiento del derecho de voto pa­ - industrial. Tras varios años de prosperidad, y probablemente de super­
ra todos los ciudadanos; no existe democracia sin sufragio universal. En el producción, algunas fábricas, en primer lugar las textiles, quiebran, de­
mismo sentido prefiere hablarse de soberanía popular en vez de soberanía na­ bido a la insuficiencia de sus ventas. Dejan de construirse los ferrocarri­
cional, ya que la palabra nación parece referirse a una entidad colectiva y la les, lo cual, sólo en Francia, provoca, al arrastrar a otros sectores,
soberanía no es ejercida, en la práctica, nada más que por una minoría, mien- 750.000 parados. Ya en 1845 pasan apuros los especuladores en aceto-
136 HISTORIA UNIVERSAL: EDAD CONTEMPORÁNEA LAS REVOLUCIONES DEMOCRÁTICAS DE 1848 137

nes ferroviarias, porque la caída de los valores es indicador de la fase de­ Comu, Gerhard Becker, Samuel Bemstein, Femando Claudin) ponen de relie­
presiva, pero más grave es en ese momento el hundimiento de la meta­ ve el intenso impacto que en su pensamiento desempeñó el 48, pero es más
lurgia, desarrollada exageradamente para proveer a la demanda voraz de difícil sostener la tesis inversa de que en la revolución actuaran sus ideas.
las empresas ferroviarias. Los obreros culpan a las máquinas de su si­ Marx, tras su matrimonio con Jenny Westphalen, reside en París desde 1843
tuación y se producen destrucciones de maquinaria textil. En enero de hasta que, en enero de 1845, el ministro del interior francés ordena su expul­
1847 en Manchester hay más de 3.000 parados. En Bélgica, en ese mo­ sión por sus contactos con los líderes de la Liga comunista, Leroux, Blanc,
mento en período de expansión industrial, los obreros, que combinan el Bakunin, y se traslada a Bruselas. El primer Congreso de la Liga Democrática
trabajo en la industria con el laboreo de la tierra, no son capaces de re­ comunista que se celebra en Londres, en junio de 1847, encarga a Marx y En­
montar la escasez de la cosecha y adquirir los alimentos que ese año no gels la redacción de un manifiesto que se distribuirá por toda Europa. El lla­
recogen; las viejas industrias de estructura artesanal, como la del lino, mado «Maniflesto comunista• aparece en Londres, sin los nombres de sus au­
desaparecen. tores, en febrero de 1848, unos días antes del estallido revolucionario en
Francia. Al consolidarse la revolución Marx acude a París, en el mes de mar­
- bursátil. Las dificultades de venta provocan el hundimiento de las accio­ zo, pero pronto se traslada a Alemania, y a partir de junio colabora incesante­
nes de las sociedades; los bancos no pueden hacer frente a las deman­ mente en una revista que en ese momento aparece, la Nueva Gaceta Renana,
das de crédito; los fondos de los tesoros estatales se han destinado a con artículos en los que reflexiona sobre los procesos que está viviendo Euro­
comprar en el exterior masivamente productos agrícolas y se ven impo­ pa, mientras Engels dedica una serle de artículos a los acontecimientos de fe­
tentes para sostener a las sociedades de crédito. brero en París. Posteriormente consagrará Marx tres libros a los procesos del
48: El 18 Brumaría de Luis Bonaparte, Las luchas de clases en Francia y Revo­
Algunos historiadores han considerado que la raíz de la crisis económica lución y contrarrevolución en Alemania. El viraje conservador que experimenta
es agrícola; la subida de precios de los alimentos provoca el descenso de venta Francia le sitúa en una posición más crítica con respecto a la burguesía. Si en
de los productos industriales, la ruina y el paro. Otros conceden mayor impor­ el Manifiesto todavía la considera como una clase revolucionaria y parece
tancia a los aspectos financieros; la inversión ruinosa en ferrocarriles y la fal­ translucirse la idea de que la primera fase de la revolución podría iniciarla la
ta de liquidez bancaria arrastran a la agricultura. En general, se inclinan por clase burguesa, la frustración radicaliza sus posturas y comienza a describirla
otorgar a la crisis económica un papel relativo en el mecanismo de la revolu­ como clase contrarrevolucionaria. La derrota sufrida por el proletariado le in­
ción; las revoluciones de 1848 son revoluciones de élite, no revoluciones de clina a pensar en la dictadura del proletariado -vaticinada ya en el Manifles­
masas; esto explica la posibilidad de contraofensiva de las fuerzas del Antiguo to-; el destino de las revoluciones nacionales -escribe- queda supeditado a las
Régimen. Labrousse dice que otros años hubo crisis económica, pero no revo­ revoluciones proletarias. En Londres, convencido de que el 48 ha fracasado,
lución; la crisis económica agrava, acompaña, pero no provoca la revolución. prevé una nueva y más avanzada etapa de la revolución.
Jacques Droz ha precisado, sutilmente, que si la causa de la revolución fuese
económica hubiera estallado en 1847 y no en 1848. El aparato intelectual del 48 y las reflexiones que suscita constituyen una
vertiente de gran interés. Confluyen en París una serle de obervadores excep­
Convulsiones sociales cionales: Tocqueville, Michelet, Gulzot, que aplican a sus observaciones su
oficio de historiadores; Marx, Proudhon, Blanqul, Raspail, Arago, que enfocan
Los problemas de pauperismo y paro creados por las máquinas han provo­ sus planteamientos desde su atalaya social. En Viena galvanizan las concien­
cado inquietud en las masas obreras y reflexiones en los intelectuales. Desde cias poetas y escritores durante veinte años; en Rumanía organizan los prime­
1830 surgen en Francia grupos organizados de obreros, embrión de futuros ros círculo·s revolucionarios estudiantes que siguen sus cursos universitarios
sindicatos, con periódicos como el Joumat des Ouvriers y Le Peuple, y, episó­ en París; los intelectuales checos, como el poeta Jan Kóllar o el historiador
dicamente, estallidos de violencia, como los de Lyon en 1834. En los subur­ Palacky, encuentran audiencia entre los jóvenes; en Italia Mazzini es conside­
bios de las ciudades aparecen médicos de humildes, primer sector intelectual rado como el modelo de conspirador romántico. Las ideas liberales son predi­
que toma conciencia del problema; es el caso del prestigioso Raspail. Los pri­ cadas por Camphausen, banquero de Colonia; Odilon Barrot, que adquiere re­
meros pensadores socialistas escriben sus obras en tomo al 48: Cabet su uto­ nombre como parlamentario en el 48; Lamartine, conocido por su dimensión
pía del Viaje a Icaria; Pierre Leroux habla del socialismo como la religión de la literaria; Gustavo Struve, republicano alemán opuesto a cualquier compromi­
humanidad; otros socialistas, Louls Blanc y Blanqui, intervienen directamente so con fuerzas moderadas; Lajas Kossuth, el «Mazzini húngaro•... Es en Euro­
en los acontecimientos. En algunos momentos, por su actividad periodística, pa la era de las arengas, de los escritos subversivos, de los círculos clandesti­
Proudhon es la voz que más se escucha. El socialismo premarxista presta a la nos. La efervescencia de las ideas, aparato como hemos indicado inexcusable
revolución del 48 un aparato intelectual del que careció la del 30. en un proceso revolucionario, constituye otra coordenada clave de esta encru­
cijada histórica.
No está totalmente resuelta la interrelación marxismo-48. Mayor influjo en
la convulsión europea de este año tuvo el socialismo utópico que el cientifico, Marx, desde una perspectiva revolucionaria, y Tocqueville, desde una pers­
y los diversos estudios que se han dedicado al papel de Marx (Peter Amann, pectiva conservadora, interpretan el 48 como un enfrentamiento de clases.
138 HISTORIA UNIVERSAL: EDAD CONTEMPORÁNEA LAS REVOLUCIONES DEMOCRÁTICAS DE 1848 139

Los historiadores actuales no lo ven tan claro. Rudé señala una situación so­ clpltaclón su protagonismo, pero en la mayoría de las naciones no puede dis­
cial complicada, con obreros en las fuerzas conservadoras y propietarios en cutirse. En Francia su papel fue esencial. En Alemania y Austria las universi­
las revolucionarias. Reml Gossez demuestra que no existe en el 48 división de dades fueron cenáculos de la subversión, como lo prueba la Intromisión de la
clases; en la Guardia Nacional se integran obreros al lado de propietarios e in­ policía, la prohibición de las asociaciones estudiantiles y la expulsión de algu­
quilinos en contra de tenderos, comerciantes y terratenientes, más bien que nos profesores, como el historiador Gervinus. La carrera de derecho se convir­
en contra de dueños de fábricas. tió en un factor dinam!zador de primer orden; en la década de 1840 el número
de estudiantes de derecho en las universidades de Prusia creció en casi un
Podríamos concluir que en el año 1848 se produce una intensa convulsión tercio. No menor fue el papel de los ·periodistas, especialmente en Francia,
social, pero en la que no es fácil trazar un esquema sencillo, de enfrentamien­ donde ya en 1830 se habían convertido en protagonistas; la rigidez de la cen­
to de clases, y en la que los historiadores discrepan incluso a la hora de seña­ sura y el tesón por suprim1rla sugieren que en algunas naciones todos los sec­
lar a los protagonistas de la revolución: Namier habla de una revolución de in­ tores, y especialmente los órganos del poder, reconocían su Influjo. Anotemos
telectuales, Cuvillier del despertar de la conciencia obrera, Jean Baby reduce la actuación en febrero de 1848 en París de L'Atelier y los artículos de Luis
la dimension social para subrayar los movimientos nacionalistas. Blanc en diversas publicaciones.
Sin duda en el 48 la participación de las clases populares urbanas adquie­
re una dimensión superior a la del 30, pero conviene matizarla. Se trata de un
2. LOS GRUPOS SOCIALES ANTE LA REVOLUCIÓN
modelo de dinámica popular intermedio entre el de 1789 -papel secundario de
las masas en la sociedad preindustrial- y el de la Comuna de 1871 -protago­
En 1848 la revolución asume proporciones continentales. Francia, Italia,
nismo del proletariado en la sociedad industrial-. Sería prematuro hablar a
Alemania, Austria, Hungría, Bohemia, se ven sacudidas por la convulsión; Di­
mediados del siglo XIX en Francia de movilización del proletariado; la mecani­
namarca, Rumanía, Polonia, Irlanda las experimentan de menor Intensidad;
zación sólo se había aplicado a las industrias del algodón y de la lana; la me­
incluso España, considerada inmune antes de los estudios de los últimos
años, es el escenario de motines que sin duda se relacionan con la fase álgida; talurgia se encontraba en un acelerado proceso de transformación, pero toda­
vía la mitad de la producción se obtenía en pequeñas factorías tradicional
Inglaterra no se enfrenta a un proceso de transformación política pero la agi­
París, Berlín y Viena poseían barrios obreros, mas predominaba la pequ
tación cartista muestra que las alteraciones sociales también afectan a la so­
ciedad británica. Sólo Rusia, con su autocracia y su campesinado sometido a empresa, en la que es dificil una movilización de dimensiones políticas. NI
quiera en el campo de las ideas se ha producido una concienciación suficlen
servidumbre, aparece como un mundo alejado e inmóvil. De la vastedad del
mapa revolucionario y de la heterogeneidad de situaciones políticas y sociales te. Con clarividencia precisa Rude que dos factores determinaron que las mul
se deduce que no es fácil la formulación de actitudes unánimes; no podían ser tltudes de 1848 no fuesen idénticas a las de 1789: •Uno de ellos fue el co
idénticas las posturas de la burguesía británica, en rápido proceso pacífico de mienzo (pero sólo el comienzo) de la industria moderna; el otro, la difusión clt·
acceso al poder. y la alemana, necesitada de la articulación del Estado nacio­ las ideas socialistas o casi socialistas entre la población obrera e indust.rlnl•,
nal como fundamento de un mercado moderno. De todas maneras, conviene Reparemos en los dos matices:- sólo comienzo de la industrialización, Jde
definir la actitud predominante de las diferentes clases para evitar la slmplifl­ si socialistas; no ha llegado todavía la hora del proletariado.
caclón de algunas versiones que presentan la revolución del 48 como un mo­ Debemos observar que, a diferencia de 1789, los muy pobres, los desh11
vimiento urbano de clases medias. rrapados, no intervienen en los acontecimientos. En las barricadas de Parl11 y
Efectivamente, en la mayoría de los países son las clases medias las con­ Viena, cuyos participantes conocemos mejor, esta categoría social del pnr1ttl11
ductoras del proceso. Sus móviles son primordialmente políticos y podrían re­ o el marginado apenas aparece. En contraposición, es relevante la aportnrtc1, 1
sumirse en el deseo de asumir la hegemonía desplazando el histórico protago­ del artesanado; en el movimiento de febrero en París lo ha constatado Uml
nismo de las clases aristocráticas, de ahí que donde no exista este móvil, co­ Chevalier; en Marsella, Sewell; en Berlín, Paul Noyes. Es una comprobnt'l!111
mo en Inglaterra y Bélgica, naciones en las cuales la casi totalidad de las interesante, porque quizá tendríamos que deducir que en las fuerzas que up11
clases medias posee el derecho de voto, se muestren reacias a la aventura de yan la revolución hay algunos componentes conservadores, o al·menos de 11•11
dinamizar el modelo de poder. En otros casos su participación tiene raíces dencla ambivalente entre la defensa de los Intereses gremiales y el apoyo II h1
económicas; durante la crisis los hombres de negocios se muestran proclives renovación social. Probablemente los artesanos defendían su antiguo ntwl el,
a criticar la pasividad de los gobiernos. Lógicamente no falta la combinación vida deteriorado por la competencia de la industria.
de premisas políticas y económicas; tal ocurre con las burguesías alemana e Permanece todavía confuso el papel del campesinado en los movhnl1�11111
italiana, a quienes la necesidad de suprimir la multiplicidad de barreras para del 48, pero su participación en algunos capítulos nos debe inclinar n po111 ,
el tráfico comercial les lleva a apoyar las ideas nacionalistas de unificación. interrogantes a la catalogación de una revolución exclusivamente urbo11u, I0:11
El sector más politizado de las clases medias es el de los profesionales: Sicilia, en el sur de la península y en el valle del Po, los campesinos tlnlt111111
abogados, médicos, periodistas, profesores. Se ha generalizado con cierta pre- viven sometidos a un duro estatus y muchos emigran hacia las regto11c� 111
140 HISTORIA UNIVERSAL: EDAD CONTEMPORÁNEA
LAS REVOLUCIONES DEMOCRÁTICAS DE 1848 141
dustrlales; en el imperio de los Augsburgo perdura un sistema feudal y la au­
toridad de los propietarios se extiende a derechos sobre las personas; en Pru­ ral Le National y el socialista La Réforme, o revistas literarias como la Revue
sia se ha abolido la servidumbre en 1807 pero no ha cambiado sustancial­ Indépendante, que dlrtgía George Sand, y la proliferación de asociaciones, cír­
mente el nivel de vida de los hombres del campo. Resulta dificil sostener la culos y escuelas en el barrio Latino. Monarca solitario y oposición poderosa
ausencia de un factor rural en una convulsión que hunde sus raíces en una­ constituían dos coordenadas demasiado visibles como para considerar impre­
crisis agrícola. ¿Permanecieron impasibles los campesinos ante los cambios visible la revolución.
que podía prometerles la revolución? En algunos casos, Irlanda, Hungría, el Los acontecimientos se sucedieron al mismo ritmo vertiginoso que los del
campesinado debe ser incluido en las mesnadas de la revolución; en otros, es año 1830. Para el 22 de febrero solicitan los republicanos permiso de celebra­
tema que debe ser indagado. Los movimientos franceses son los mejor conoci­ ción de un banquete en un restaurante de los Campos Elíseos, que iría segui­
dos, por los estudios de Soboul. Tocqueville y Marx anotaron la importancia do de manifestación; Guizot lo prohíbe. No obstante, la manifestación se pro­
de las deudas hipotecarias como factor de movilización de los campesinos duce, y se repite el 23, ya con el pueblo en la calle; los guardias nacionales se
abrumados por los usureros; en los disturbios de febrero y marzo en algunos niegan a disparar y a mediodía el rey acepta la dimisión de Guizot. Pero la
cantones de los Pirineos destacaron los ataques contra los prestamistas. En muchedumbre, lejos de aplacarse, se dlrtge en manifestación hacia su minis­
conjunto, más importante que la movilización, en el año 48, parece ser la to­ terio, el de Asuntos Exteriores, en el bulevard de los Capuchinos. Los prime­
ma de conciencia; de ahí que más debamos calificarlo un punto de partida, ya ros disparos de las fuerzas del orden y los primeros muertos constituyen la
que los campesinos se incorporan entre 1848 y 1851 a las bases sociales de la sen.al para el levantamiento de barricadas en diversos barrios de la capital. En
Izquierda. El juicio de Soboul: ,a la adhesión de los grandes propietarios al la noche del 23 al 24 los insurgentes se han hecho duenos de parte del recin­
partido del Orden respondía, en posición antagónica, la adscripción de peque­ to urbano, y el 24 asaltan las Tullerías. Luis Felipe abdica. Las masas obreras
n.os campesinos y obreros agrícolas a la democracia social•, resume nítida­ han jugado un papel clave y han salido de sus barrios, a los que se había deli­
mente este viraje del campesinado hacia la dinámica política. mitado la geografía de otros movimientos subversivos, ya que aparte de los
tradicionales de San Martín y de San Antonio se han aduenado de La Cité y el
barrio Latino y extendido su control hasta Montmartre y Gentilly. El número
de obreros armados y de guardias nacionales que les apoyaron debió de llegar
3. LA REVOLUCIÓN DE FEBRERO EN FRANCIA a 100.000; al menos ése fue el número de fusiles confiscados posteriormente.
La presión popular impidió además una solución tibia tras la abdicación del
Los contemporáneos tuvieron la impresión de un acontecimiento imprevis­ monarca, como la Regencia del conde de París, o el mantenimiento de la Cá­
to. Tocqueville, en un discurso el día 27 de enero, un mes antes de las jorna­ mara controlada por los monárquicos.
das revolucionarias, afirma que las clases obreras están tranquilas. Los perió­
dicos testifican de manera similar, «nunca hubo una revolución tan rápida, En la composición del gobierno provisional se vislumbra el compromiso en­
tan imprevista• (Le NationaO. Sin embargo, no es fácil aceptar hoy este carác­ tre los diversos vectores de la revolución: republicanos moderados o liberales
ter inopinado; los presagios de ruina del régimen de Luis Felipe eran muchos (Lamartine y su grupo de Le National -Arago, Marte, Marrast), demócratas o
y un observador avispado podía leer en ellos. El fundamental era el aislamien­ republicanos exaltados (Ledru-Rollin) y socialistas (Luis Blanc, Albert). Presi­
to de la monarquía del año 30. Las clases e instituciones sostenedoras del tro­ dido por Lamarttne, verdadero hombre fuerte, elabora un programa político­
no eludían el contacto con un monarca para ellos de origen espúreo. La prác­ social: proclamación de la República, sufragio universal, abolición de la escla­
tica totalidad de la aristocracia había permanecido distanciada de un rey que vitud en las colonias, libertad de prensa y reunión, supresión de la pena de
lo era por proclamación armada del pueblo; los dignatarios eclesiásticos se muerte. Las disposiciones sociales se reflejan en las Ideas de los socialistas,
apoyadas por los demócratas: derecho al trabajo, libertad de huelga, limita­
quejaban de las limitaciones que en el campo de la educación la monarquía de
ción de la jornada laboral a 10 horas, creación de talleres nacionales, en los
Julio había establecido para evitar el predominio de los centros religiosos, y al­ que se dé trabajo a los parados. Un ambiente exultante de libertad se vuelve a
gunos obispos no se recataban en proclamar su preferencia por la derrocada respirar en la nación; Michelet ocupa otra vez su silla en el Colegio de Fran­
monarquía borbónica; el ejército, desmoralizado por el olvido de sus sacrifi­ cia, Marx regresa de Bruselas; abren de nuevo los clubes políticos, como des­
cios en Argelia y por el carácter interminable de la lucha social, había vuelto cribe Flaubert. Pero en las semanas siguientes la presión social se hace más
la espalda a Luis Felipe. No le eran más proclives las fuerzas de la revolución fuerte: 145 clubes exigen medidas más revolucionarias, 171 periódicos apo­
de 1830. Por ejemplo, abundan los testimonios sobre la hostilidad de la Guar­ yan las manifestaciones en la calle, los talleres sociales son simplemente cen­
dia Nacional, y únicamente pequen.as unidades de las Guardias Municipales tros de propaganda política. En esta vorágine de gobierno heterogéneo y de
permanecían leales. Steams estima, probablemente sin exageración, que Luis presión constante de centros extragubernamentales cuatro problemas pueden
Felipe había llegado a ser el monarca más solitario de la historia de Francia. destacarse:
En contraposición, la implantación de los republicanos se había reforzado en
los últimos años, con el grupo de los •radicales, en la Cámara (Ledru-Rollin, - diplomático. A los protagonistas del primer éxito revolucionario en el con­
Arago, Hipólito Camot), el control de periódicos de gran difusión, como el libe- tinente se les exige la definición de sus objetivos internacionales. En el
142 HISTORIA UNIVERSAL: EDAD CONTEMPORÁNEA LAS REVOLUCIONES DEMOCRÁTICAS DE 1848 143

Manifiesto a Europa Lamartine, aún empleando la mesura del lenguaje 4. DE LA REPÚBLICA SOCIAL AL ORDEN BONAPARTISTA
diplomático (,la República Francesa desea entrar en la familia de los go­
biernos instituidos como una potencia normal, y no como un fenómeno La República había nacido con una fuerte preocupación social y con pre­
perturbador•) no deja lugar a dudas sobre su oposición a los regímenes sencia en el gobierno provisional de dos socialistas: las elecciones de abril
absolutistas, al denunciar los tratados de 1815, y su apoyo a los movi­ constituyen un resultado adverso para la República social, especialmente en
mientos nacionales, entre los que cita con gran entusiasmo de los círcu­ el campo, y en consecuencia la política gubernamental experimenta, dirigida
los revolucionarios, a los italianos. por Lamartine, una evolución hacia posiciones más conservadoras. Lamartine
elabora un proyecto de construcciones de ferrocarriles para solucionar el paro
- financiero. Muchos bancos e industrias han cerrado. Inicialmente el go­ y para alejar de París a los obreros ferroviarios, que se habían significado en
bierno Lamartine actúa sobre la demanda mediante el lanzamiento de bi­ las jornadas de febrero, y en segundo lugar prepara la disolución de los talle­
lletes de curso forzoso -medida inflacionaria- y un aumento del 45 % de res nacionales, ruinosos y centros de propaganda revolucionaria. Estas dos
los impuestos directos con el fm de suprimir los de los artículos de pri­ medidas provocan la insurrección obrera de junio. En París se pueden distin­
mera necesidad y bajar sus precios. guir dos sectores en lucha, el este, obrero, contra el oeste, burgués. El minis­
tro de la guerra, Cavaignac, se convierte en el dirigente de la represión, tras
- político. Ha de conseguirse a un tiempo establecer la legitimidad y la na­ cuatro jornadas de lucha: 4.000 deportados, 11.000 detenidos, varios miles
turaleza del nuevo régimen. Tras la proclamación del sufragio universal, de muertos y heridos.
el 2 de marzo, se convocan elecciones para una Asamblea Constituyente.
Ledru-Rollln, ministro del Interior, otorga amplios poderes a los nuevos Tras las jornadas de junio se inicia la reacción: disolución de los talleres
prefectos de los departamentos, de los que reclama un activismo apostó­ nacionales, suspensión del programa de ferrocarriles, control de los clubes y
lico: ,Sus poderes son ilimitados. Agentes del gobierno revolucionario, la prensa, comisión de encuesta contra los autores de revueltas. Cavaignac
ustedes son revolucionarios también•. De la redacción de los boletines de gobierna dictatorialmente hasta el mes de diciembre, en que se aprueba una
propaganda se encarga en un gabinete del ministerio la escritora George Constitución autoritaria, que otorga fuertes poderes al presidente de la Repú­
Sand; el adoctrinamiento cubre la primera fase de los objetivos Internos blica y de cuyo preámbulo ha desaparecido el derecho al trabajo.
del nuevo gobierno.
Los dos siguientes pasos de la vida política francesa señalan de forma cla­
ra la evolución hacia posiciones conservadoras. En primer lugar, en las elec­
- sociaL Aquí surgen las primeras tensiones, al reclamar Luis Blanc el es­ ciones para la Asamblea legislativa triunfa el partido del Orden, en cuyo pro­
tablecimiento de un ministerio de Trabajo y la creación de talleres nacio­ grama se defienden la propiedad, el orden, la religión, se niega el derecho d
nales para erradicar el paro. De momento se crea la denominada Comi­
asociación y se propugna el restablecimiento de la guillotina para perseguir 1
sión del Luxemburgo -por el palacio donde se reunía-, y se establece el
violencia. Seignobos ha señalado dos zonas políticas en Francia: el Cenlro y
salario de dos francos para los días de trabajo y de franco y medio para
los Alpes son los bastiones de los revolucionarios, el Norte y el Oeste los de lo
los días sin actividad laboral. Pronto la crisis obligará a moderar medi­
das tan generosas. conservadores: hay dos concepciones de la República y dos Franelas políticas.

Las elecciones de abril constituyen el gran test para calibrar las fuerzas del El segundo paso es la elección del presidente. Luis Bonaparte, sobrino d�·
nuevo régimen. La mayoría, más de 500 escaños, es para los. republicanos Napoleón, triunfa sobre los otros candidatos, en parte por el apoyo de los m
moderados de Lamartlne y el periódico Le Natinnal; los monárquicos obtienen nárquicos. Se camina hacia una República conservadora. En mayo de 1850 se
300 al unirse orleanistas y legitimismas borbónicos; la izquierda de demócra­ suprime el sufragio universal. Las leyes sobre los clubes, la prensa y la unl·
tas y socialistas tan sólo reúne 80 diputados, y son derrotadas muchas de sus versidad acentúan el control por las autoridades. En 1852 se planteaba ti
figuras, como Blanqui, Cabet, Raspail. Francia ha votado la República liberal, problema de la reelección, que la Constitución impedía. Bonaparte intenta In
sin revolución social ni reacción monárquica. Pero se puede comprobar que la revisión de la Constitución por la Asamblea; al no conseguirlo decide atracnlt'
monarquía mantiene raíces vivas; en provincias se ha elegido a los notables, al pueblo, con la promesa del restablecimiento del sufragio universal, y 11I
propietarios que han medrado en el Antiguo Régimen; incluso se ha producido ejército. Su discurso de Dijon es inquietante: a la Asamblea que pone obsl
alguna continuidad en la clase política; 165 diputados lo han sido con la mo­ culos se contrapone el pueblo. Se presagia el golpe de Estado. El 2 de diclcm
narquía de julio. Si en la reaparición de los realistas se entrevé la no del todo bre de 1851, aniversario de la batalla de Austerlitz, Bonaparte firma dos d
estabilizada base política de la República, la derrota electoral de la izquierda cretos. disolución de la Asamblea y restablecimiento del sufragio universal. L11
va a incrementar las tensiones sociales. resistencia de los asambleístas se vence con detenciones. la resistencia popu
lar con cuatrocientos muertos en los bulevares.
El desenlace de la revolución del 48 en Francia no puede ser más paradóJI
co. De una república social se ha pasado a una monarquía autoritaria, de u1111
144 HISTORIA UNIVERSAL: EDAD CONTEMPORÁNEA LAS REVOLUCIONES DEMOCRÁTICAS DE 1848 145

revolución a una reacción conservadora, de un movimiento que se había lni­ yo e Inicia una serie de medidas represivas. No puede extrañar que las dificul­
lado contra el escaso respeto de la monarquía de Luis Felipe por la Constitu­ tades políticas susciten en seguida dificultades militares ante la recuperación
lón a un régimen que se inicia suspendiendo la Asamblea, depositaria de la del potencial austriaco. Tras la derrota de Custozza, el rey Carlos Alberto or­
oberanía nacional. El miedo a la revolución social arrojó a la burguesía fran­ dena el abandono de la guerra y los austriacos entran en Milán.
esa en brazos de la reacción.
Es la oportunidad de los radicales, que sueñan en conseguir la unidad pa­
ra Italia al margen de los príncipes. A partir del otoño de 1848, siguiendo pos­
tulados sobre los que había escrito Mazzini, se producen insurrecciones popu­
5. GUERRA Y REVOLUCIÓN EN ITALIA lares en Venecia, Florencia y Roma, de donde huye el Pontífice. Pero sin el
concurso del ejército piamontés y ante los fracasos revolucionarios europeos
Desde 1831, fecha en que sube al trono de Piamonte Carlos Alberto de Sa­ el reflujo es Inevitable; el ejército francés de Oudinot desaloja de Roma a las
baya, que despierta esperanzas pronto desvanecidas, los patriotas italianos tropas de Mazzinl y repone al Papa; Venecia es nuevamente ocupada en agos­
sueñan con la unidad política que el Congreso de Viena de 1815 les ha dene­ to de 1849 tras sufrir los estragos de un bombardeo de la flota austriaca y de
gado. Desde 1846 es Papa, con el nombre de Pío IX, el cardenal Mastai Ferret­ una epidemia de cólera.
ti, cuya fama de conciliador y liberal, frente al candidato de los austriacos car­ El fracaso ha mostrado a los italianos muchas lecciones. La principal es
denal Lambruschlni, Je convierte en figura nacional. Los acontecimientos del que no se conseguirá la unidad por un acuerdo entre los príncipes, porque és­
48 en Francia provocan una honda emoción en toda la península; ¿ha llegado tos han comprendido que la Italia unida exigirá un modelo político liberal que
el momento de enfrentarse a Austria y construir la nación italiana? No obs­ limite sus poderes; ni podrán los patriotas contar con apoyo europeo, ni será
tante. el febrero parisino, y más todavía la revolución vienesa de marzo, no ha­ posible la expulsión de los austriacos sin el concurso de Piamonte. Son leccio­
cen otra cosa que espolear un proceso hacia la Independencia y la unidad que nes que aplicará Cavour cuando un nuevo monarca sustituya en el reino del
ya era muy intenso en 1847. En este año Pío IX ha Introducido en los Estados Norte al titubeante y contradictorio Carlos Alberto.
Pontificios moderadas medidas de reforma: amnistía para delitos políticos, es­
tablecimiento de una Consulta que recogería los deseos de la población, estu­
dio para la construcción de vías férreas, luz de gas en Roma, etc.; en noviem­
bre Pío IX, Carlos Alberto y Leopoldo II de Toscana firman los preliminares de 6. EL 48 ALEMÁN
una unión aduanera y los dos últimos disponen la libertad de prensa. La olea­
da constitucional se extiende de un Estado a otro; el rey de Cerdeña establece El movimiento alemán es más complicado; se combinan en él dos procesos
una Constitución con sufragio censitario; en enero de 1848 la anuncia Fer­ distintos: la revolución liberal en el marco de los Estados y el alzamiento na­
nando, rey de las Dos Sicilias, y los soberanos de Parma y Piamonte las pro­ cional, de signo democrático-unitario. Lo mismo que en Francia, la crisis de la
meten en los primeros días de febrero. Pero la oleada liberal es eclipsada por patata en 1846 y la bancarrota de los ferrocarriles perfilan una situación difi­
la expectativa nacional que enciende la revolución vienesa de marzo. Dos fa­ cil; en 1847 se producen en Berlín las típicas sublevaciones del hambre. En
ses pueden distinguirse en el movimiento nacional italiano; la primera, de ín­ Prusia y en Baden se pide una Constitución -a lo que el rey prusiano Federico
dole federal, cuenta con el apoyo de los soberanos; la segunda, de índole de­ Guillermo replica que no permitirá •una hoja de papel•- y un Parlamento, que
mocrática, despierta recelos en los poderes establecidos, y de las disensiones acometa la unificación política de los Estados alemanes.
se aprovecharán los austriacos para abortar el movimiento. Las jornadas de marzo señalan el Inicio del 48 en Alemania. Se producen
La táctica del paso a paso en tomo a Pío IX es sustituida en marzo de 1848 primero revueltas campesinas, provocadas por la crisis económica; casi al
por la insurrección antiaustriaca apoyada por Piamonte. Los estados austria­ mismo tiempo, revueltas en las capitales del sur, en las que se pide libertad
cos, Lombardía y Véneto, se ven sacudidos por el alzamiento patriótico; en Mi­ de prensa, formación de guardias nacionales y asambleas formadas tras elec­
lán, tras los combates de los llamados cinco días (18 a 23 de marzo) el maris­ ciones; unos días después, la revolución berlinesa consigue que el monarca
cal Radetzky se ve obligado a evacuar las tropas; en Venecia, Manin proclama convoque por sufragio universal una Asamblea constituyente. La victoria de la
la República. De la solución neogüelfa de realizar la unidad en tomo al Papa revolución en Berlín provoca nuevas revueltas y nuevas concesiones de los so­
se pasa rápidamente a la solución piamontesa; sólo el apoyo de Piamonte po­ beranos en Sajonia, Baviera y Hannover.
dría alejar definitivamente el peligro autriaco. En otro tema insistiremos en la Con el compromiso de no tomar decisiones contra los monarcas se acuerda
guerra del 48, fase Inicial del proceso unificador, pero consignaremos aquí la celebración de una Asamblea en Francfort, en la que se reúnen represen­
únicamente que la solución moderada se manifiesta imposible por la defec­ tantes de los distintos estados alemanes. En el Parlamento de Francjort se
ción de los soberanos. Primero es el Papa quien, alegando razones humanita­ aprecian claramente las diferencias entre los liberales, dirigidos por Gagem,
rias, se opone a la guerra contra los austriacos; luego titubea el duque de Tos­ partidarios de monarquías reformadas y de asambleas que no se reunirán de
cana; finalmente, el rey Femando II de Nápoles disuelve el Parlamento en ma- forma periódica, y los demócratas, partidarios de una República federal; en
146 HISTORIA UNIVERSAL: EDAD CONTEMPORÁNEA LAS REVOLUCIONES DEMOCRÁTICAS DE 1848 147

los demócratas se inserta un ala izquierda de programa socialista. Más que a) la clase media liberal, que espera de la revolución el protagonismo y
por reformas interiores, en las que no se llega a un acuerdo entre liberales y solicita la conversión de la Guardia Cívica en Guardia Nacional y la di­
demócratas, el Parlamento de Francfort se significa por su nacionalismo exa­ misión de Metternich;
cerbado, en el que se solicita que se integren en una gran Alemania no sólo
comarcas como el Tiro! y la Bohemia, sino lo que llaman bastiones avanzados, b) la izquierda democratica, formada por estudiantes, muchos de origen
Alsacia, Suiza y Holanda. artesano, que han sido víctimas de la represión, y se organizan en clu­
bes y se expresan en periódicos radicales, en los que atacan el poder
Más revolucionaria resulta la Asamblea nacional prusiana, que reclama de la Iglesia y el Ejército;
una sola cámara, soberanía popular y proyectos de ley para liberar a los cam­
pesinos: estos últimos provocan la oposición de los terratenientes y la consti­
tución de un •Junker Parlament» o parlamento de propietarios. El programa e) obreros, en general no atentos a demandas políticas pero movilizados
social de la asamblea prusiana y sus intentos de ayuda a la Viena sublevada por el odio al rico y la exigencia de un abastecimiento barato para la
contra su emperador deciden a Federico Guillermo a reprimir la revolución en ciudad.
Prusia. El ministro del Intelior Von Manteuffel proclama el estado de excep­ La Corte se divide; mientras Metternich y el príncipe de Windischgraetz,
ción y se disuelve la Asamblea, aunque el monarca otorga una Constitución gobernador de Bohemia, postulan la represión, el Consejo Imperial se inclina
relativamente abierta, cuya vigencia será breve. a otorgar algunas concesiones. La presión popular obtiene del gobierno varias
El Parlamento de Francfort no ha conseguido la unificación, el prusiano ha medidas liberalizadoras: Constitución liberal en las provincias alemanas de
fracasado en su intento de establecer un modelo político constitucional; los Austria, Bohemia, Moravia y Galicia, garantías de libertad civil, Parlamento
soberanos absolutistas se apoyan mutuamente para frustrar la revolución con dos Cámaras y sufragio censitario; pero los estudiantes demócratas exi­
-Sajonia pide ayuda a Prusia, los movimientos republicanos de Renania y Ale­ gen el sufragio universal y la cámara única. El triunfo de los radicales obli­
mania central y meridional son disueltos por el ejército prusiano-. La reacción ga al emperador a abandonar Viena el 17 de mayo y establecer su residencia
se generaliza en todos los estados alemanes: disolución de las Cámaras, en Innsbruck. Hasta ese momento el proceso es similar al francés, salvo en la
arrestós. Alemania vuelve a su situación de principios del año 1848. caída de la monarquía, limitada aquí a un ostracismo que aleja al titular del
trono imperial del ejercicio incluso simbólico de su hasta entonces ilimitada
autoridad.
7. ENTRECRUCE DE NACIONALISMOS: Mucho más complejo es el problema nacional, que terminará frustrando la
EJEMPLO MODÉLICO DE AUSTRIA-HUNGRÍA revolución en el viejo imperio centroeuropeo, en cuyo entramado pueden se­
ñalarse:
El nacionalismo, bandera de todos los movimientos revolucionarios del 48,
, constituía la gran fuerza unificadora en Italia y Alemania o podía ser signo de - Multiplicidad de pueblos: alemanes, húngaros, checos, croatas, serbios,
independencia para irlandeses o rumanos, pero en la encrucijada de naciona­ rumanos, polacos, italianos, etc. Tal conglomerado étnico implica diversi­
lidades que conformaba el mosaico lingüístico y étnico del imperio austro­ dad de lenguas y culturas, y recelos mutuos; y así los polacos y eslova­
húngaro de los Augsburgo las reivindicaciones y ansias de índole nacional ju­ cos temen a los checos, los croatas y serbios a los húngaros, éstos a los
garon en algunos momentos una función de ruptura entre las fuerzas revolu­ austriacos, etc., hasta el punto de que algunas minorías étnicas prefie­
cionarias y en otros derivaron hacia la defensa del status imperial. El tema es ren el mantenimiento de la autoridad imperial antes que el nacimiento
extraordinariamente complejo y resulta conveniente detenerse en su análisis, de la dominación del pueblo rival.
porque el rompecabezas de fronteras y etnias de Centroeuropa resurge en ca­
da encrucijada de la historia continental. - Instituciones anacrónicas para la era del liberalismo: perduran goberna­
El 48 ofrece en Viena una vertiente democrática similar al febrero francés. dores omnipotentes, como delegados del emperador, y varias Dietas, es­
Esta fase política no ofrece problemas de comprensión, mas hemos de expo­ pecie de parlamentos deliberantes sin potestad legislativa pero símbolos
nerla siquiera de forma sumaria. Los acontecimientos de París movilizan a to­ de la prepotencia social de ciertos grupos que tienen en ellos sus repre­
dos los sectores disconformes con el centralismo autoritario de la corte viene­ sentantes.
sa. El discurso de Kossuth en la Dieta húngara pidiendo la descentralización
y sus mítines en Viena a muchedumbres que acuden a oírle muestran que el - Fronteras mal delimitadas, que no señalan la demarcación geográfica de
tema de la remodelación del estado imperial constituía preocupación popular. las etnias, y en algunos casos, como en el norte de Italia, recientes, esta­
A lo largo del mes de marzo, durante el primero de los tres impulsos -con julio blecidas por el Congreso del año 1815.
y octubre- de los acontecimientos, estallan revueltas en Hungría, Bohemia y
norte de Italia, al tiempo que en Viena piden reformas tres fuerzas: - Dos peligros exteriores que provocan reacciones centrípetas: Alemania y
LAS REVOLUCIONES DEMOCRÁTICAS DE 1848 149
148 HISTORIA UNIVERSAL: EDAD CONTEMPORÁNEA
presión alemana; en ese momento el Parlamento de Francfort prepara la unifi­
Rusia. Así los eslavos ante la posibilidad de ser absorbidos por el Estado
cación de los Estados alemanes, entre los que considera a Bohemia. Ante el
zarista apoyarán durante la revolución la autoridad de los Augsburgo.
doble peligro de absorción alemana de los Estados de etnia germánica y rusa
de los de etnia eslava, Palacky reafirma su lealtad al imperio augsburgo y con­
- Diferencias entre los revolucionarlos, y en no pocos casos contradiccio­ voca un Congreso austroeslavo para el mes de junio. Un manifiesto de Pa­
nes; por ejemplo, los húngaros luchan por su independencia, pero no es­ lacky promete el respeto por todos los pueblos, pero las tensiones entre pola­
tán dispuestos a que la consigan las minorías étnicas que viven en Hun­ cos, eslovacos, alemanes y checos, radicalizan las posturas y el Congreso pro­
gría. clama la República checa. Windischgraetz sitúa la artillería alrededor de
Praga, bombardea la ciudad e implanta la ley marcial. El fracaso, tras sus
El movimiento nacionalista húngaro múltiples titubeos y contradicciones, de la revolución en Bohemia significa el
Este movimiento se inicia en marzo con la discusión en su Dieta de una reflujo en todo el imperio. La Corte Imperial ha podido comprobar que es posi­
propuesta de Kossuth para asumir la autonomía, al tener noticias de que en ble la victoria sin concesiones; la militar de Custozza sobre los italianos, en
Viena se ha producido la dimisión de Metternich, pero el territorio no se cir­ julio, termina de reforzar las posiciones de los partidarios del viejo orden.
cunscribiría al reino de San Esteban, sino que incluiría áreas eslavas de Croa­
cia, Eslavonia y la Transilvania habitada por rumanos. El día 15 se establece Los frenos a la revolución en Austria
el Estado húngaro, con capital en Budapest; la Dieta se convierte en Parla­
mento, que se cubrirá por sufragio restringido, con responsabilidad ministe­ A las victorias de las fuerzas militares imperiales han de añadirse otros dos
rial ante la Cámara; pero no se ha oído a las Dietas de Croacia y Transilvania, factores como frenos a la revolución en Austria: las fricciones sociales y los
y aquélla se opone a la inclusión en el nuevo Estado. Las medidas del gobier­ desacuerdos entre las fuerzas pqlíticas de la Asamblea que se abre en Viena el
no húngaro, en el que Kossuth, héroe nacional, ocupa la cartera de Finanzas, 22 de julio. En proceso paralelo al francés, las clases medias vienesas obser­
son las características del 48: abolición de la censura de prensa, implantación van con creciente recelo las demandas de los trabajadores, y en agosto, mien­
de una Guardia Nacional, libertad de cultos, abolición de la servidumbre, de tras varios manifiestos de intelectuales piden el retomo del emperador a Vie­
la Jurisdicción y de todo derecho feudal en el campo; no obstante, los grupos na, ante la parálisis de las obras públicas las organizaciones obreras incluyen
radicales, tras una sublevación de jóvenes en Budapest, se hacen con el con­ en sus protestas el rechazo no ya del viejo régimen absolutista sino, por aña­
trol del Comité local y son dueños de la situación. Inmediatamente estallan didura, de la orientación conservadora que está experimentando la revolución.
las resistencias antlhúngaras. El gobernador de Croacia, barón Jelacic, orde­ A la Asamblea de los territorios del imperio, convocada tras una consulta elec­
na a los oficiales croatas ignoren al gobierno húngaro; serbios y rumanos ex­ toral, no asisten italianos ni húngaros, y pronto se comprueba el peso conser­
presan su oposición a Budapest y su lealtad a la dinastía de los Augsburgo. vador de los propietarios elegidos en bastantes regiones por los campesinos; a
Kossuth pide una leva de 200.000 hombres para salvar a la nación húngara; las ausencias y a la presencia de grupos no revolucionarios se ha de sumar la
1 gobierno imperial sólo espera el momento del ataque, aprovechándose de complejidad de los objetivos de los asistentes; por ejemplo, los checos solici­
los problemas internos de Budapest. En septiembre Jelacic invade Hungría y tan una federación. Pero la derrota de la revolución no vendrá de la inoperan­
los sectores moderados abandonan al gobierno y a Kossuth, que, nombrado cia de la Asamblea, sino de las disensiones en tomo a la cuestión húngara;
presidente, galvaniza a sus compatriotas_para que resistan. los radicales vieneses apoyan la autonomía e incluso la eventualidad de la in­
dependencia, los liberales moderados se inclinan por un Imperio unido, los
El movimiento nacionalista bohemio nacionalistas eslavos por la restauración de la autoridad del emperador. Los
radicales, verdaderos depositarios de los ideales constitucionales y nacionales
En Bohemia, el movimiento nacionalista no encuentra apoyo en todos los de la revolución, contaban todavía en octubre con una serie de apoyos: Guar­
sectores de la sociedad: la nobleza, de origen alemán, es leal a los Augsburgo; dia Nacional, obreros, estudiantes de la Universidad, húngaros, campesinos,
los campesinos ansían la abolición de los derechos feudales, y especialmente pero desde el punto de vista militar poco significaban los 18.000 guardias na­
la servidumbre, pero ignoran qué sea una nación; tan sólo un pequeño núme­ cionales frente a los 70.000 soldados de que dispone Windischgraetz, nombra­
ro de intelectuales de Praga, entre los que destaca el historiador Palacky, pide do general en Jefe del ejército imperial. Calculando que la revolución se ha de­
la Igualdad de las lenguas checa y alemana. Los acontecimientos de marzo en bilitado por la falta de solidaridad entre sus elementos, Windlschgraetz pone
Viena y Budapest provocan la proclamación del Estado autónomo checo, que sitio a Viena el día 23 de octubre y el 31, tras bombardearla, la ocupa. Los re­
incluye a Bohemia, Moravia y la Silesia austriaca, pero no se trata del naci­ volucionarios sufren 3.000 muertos, las tropas imperiales 1.300; el combate
miento de una nación, como en el caso húngaro, sino simplemente de autono­ ha sido breve pero sangriento. La entrada en Viena de Windischgraetz señala
mía, que es aceptada por Viena al mismo tiempo que reconoce la paridad ofi­ el final de la revolución en Austria. Se disuelve la Guardia Nacional, se resta­
cial de las lenguas. A pesar de que no se han roto los lazos con el Imperio, blece la censura y veinticinco dirigentes revolucionarios son condenados a
surgen centros de resistencia anticheca; los dirigentes de Praga no les han muerte.
consultado a la hora de presentar sus reivindicaciones. Pero más peso tiene la
150 HISTORIA UNIVERSAL: EDAD CONTEMPORÁNEA LAS REVOLUCIONES DEMOCRÁTICAS DE 1848 151

Sólo Hungría resiste, dirigida por Kossuth, pero la solidaridad entre los - Generales aristocráticos, Radetzky, Windischgraetz, unidos a la monar­
monarcas no constitucionales aumenta el drama de los pueblos en armas: el quía absoluta y a los sectores privilegiados, controlan el ejército.
zar ruso envía en junio de 1849 un ejército de cien mil hombres a Hungría y
treinta mil a Transilvania: la tenaza se convierte en irresistible. Kossuth huye. - La insolidaridad entre los revolucionarios de los distintos países contras­
Los austriacos ejecutan a trece generales, miles de húngaros son condenados ta con la actitud que toman los monarcas absolutistas. Por ejemplo, los
a largas penas de prisión; a los soldados nacidos en Hungría se les disemina húngaros no apoyan a los checos. Más graves parecen las contradiccio­
en unidades lejos de su patria; el país es colocado bajo la ley marcial. nes en el alcance de los principios revolucionarios, como las disensiones
de liberales y demócratas en Alemania, o las tendencias encontradas en­
La compleja estructura del imperio austro-húngaro ha propiciado la repo­
tre los húngaros, Kossuth, que pide la independencia, y Deak, que se
sición de la institución imperial vienesa como elemento de soldadura de pie­
zas tan heterogéneas; la multiplicidad de fuerzas constitucionales y naciona­ conforma con autonomía y reformas. Estas contradicciones se señalan
les y sus objetivos contradictorios se han mostrado como el elemento clave de en algunos programas nacionalistas; los húngaros exigen para ellos la
su debilidad. autonomía mientras rehúsan concederla a croatas y rumanos.
No obstante, el nacionalismo, a pesar de que generó choques entre fuerzas
revolucionarias, constituyó en otros casos la gran amalgama. Muchos líderes
8. FACTORES DE FRACASO liberales se movilizaron exclusivamente por su sentimiento nacional. Así se
explica la persistencia de la revolución en Italia y Hungría, donde los enemigos
Aparentemente los movimientos del 48 se han frustrado en todas partes. de la nación unida o de la nación independiente anheladas eran claros. Bien
Han afectado especialmente a países con un problema nacional, Italia, Alema­ entendieron el potencial revolucionario del nacionalismo los políticos absolu­
nia, Hungría, Bohemia, o gobernados de manera autocrática, Austria, o con tistas que se ocuparon de apagar todos los focos; tras la ocupación de Hungría
una intensa tradición revolucionaria que choca con monarquías titubeantes, los dirigentes de Viena sometieron a Croacia, que había permanecido leal al
Francia. A otros países les ha afectado menos, pero las ondas de la gran con­ imperio, a la misma ley marcial que maniataba al pueblo húngaro rebelde.
vulsión llegan a todas partes. En España Narváez supo prevenirla, pero, a pe­
sar de todo, se producen en marzo y mayo movimientos en varias ciudades,
sobre los que testifican Balmes, Donoso Cortés, Alcalá Galiano, Pastor Díaz,
Andrés Borrego. 9. EL LEGADO DEL 48

La convulsión del 48 fracasa por diversos motivos: Sin embargo, el balance no es de fracaso total. En Francia Luis Napoleón
restablece el sufragio universal, reivindicación básica de los demócratas; en
- El fundamental, para Stearns, es la contradicción entre los objetivos mo­ Italia el Piamonte se configura como un reino constitucional y liberal, en tomo
derados de la burguesía, que se satisfacen con la modernización del Es­ al cual se efectuará la unificación; en Alemania se comprende que es Prusia, y
tado, y el proletariado, que reclama la modificación de las estructuras no Austria, albacea del ordenamiento del Congreso del año 1815, el único E�­
productivas; el caso francés, con la involución del proceso revoluciona­ tado que puede conseguir la unidad.
rio, resulta paradigmático. •Con raras excepciones, ninguno de los hom­
bres que asumió el control de los gobiernos revolucionarios había sido Las lecciones son muchas en el ámbito social. Los trabajadores han dcscu
nunca un revolucionario» (Stearns). Ésta fue la tragedia -así la llaman bierto que no obtendrán ventajas de una revolución protagonizada por la bur
varios historiadores- del 48. La clase media liberal se desentendía de guesía y se impone contar con las propias fuerzas; en esta constatación del 4
problemas como el desempleo; de ahí los desórdenes de las clases traba­ se hunden los orígenes de la Primera Internacional obrera. Los artesanos d
jadoras durante la fase activa de la revolución. sisten de su esperanza de conseguir un alto en la mecanización. Los sectorc
conservadores de las clases medias se vuelven más herméticos ante el pcllgrn
- La situación económica mejora en el año 1848 con buenas cosechas y proletario; el discurso de Donoso Cortés sobre la Dictadura -señalando su
descenso del paro. Los campesinos, satisfechos por la abolición de la ser­ preferencia por la que procede de arriba sobre la que Irrumpe de abajo- se d
vidumbre y el feudalismo, temen que una revolución de mayor alcance senvuelve en esta línea de recelo. Paradójicamente, si reparamos que la htslo
les prive de la propiedad. riografia descuidó este sector, son, en muchas partes, los campesinos los m
satisfechos, al menos donde se ha abolido la servidumbre o los derechos fcu
dales.
- Entre los monarcas absolutistas se produce la solidaridad en momentos
decisivos: los rusos intervienen en Hungría, el ejército prusiano en varios El 48 constituye la última revolución romántica, quizá la plenitud del l�
estados alemanes. El viraje francés hacia una república conservadora manticismo experimentado en el campo real de una revolución. Ya no conOu
tiene el mismo efecto; los soldados franceses reponen al Papa en Roma. rán tan ingenuamente los revolucionarios en la fuerza de las barricadas, ni 1
152 HISTORIA UNIVERSAL: EDAD CONTEMPORÁNEA LAS REVOLUCIONES DEMOCRÁTICAS DE 1848 153

gobiernos concederán efecto de apocalipsis al sufragio universal; en lo sucesi­ Porque reducen el presupuesto en 150 millones, a pesar de los esfuerzos
vo todos, gobernantes y oposición, actuarán con mayor realismo. de los ministros y los reaccionarios;
Han sido vencidos los actores: proletarios de Pruis y Viena, diputados de Porque han reconocido abusos en la administración, sinecuras inven­
los Parlamentos de Prusia y Austria, periodistas y abogados de las grandes tadas por la monarquía para crearse favoritos y apoyos; porque han lucha­
ciudades. Pero subsiste la fuerza que les impulsó. Los pueblos que no han do contra ello y lucharán todavía más, pues no han obtenido todo lo que pe­
conseguido su ideal de constituir estado nacional reafirman sus rasgos pecu­ dían;
liares, a la espera de otra circunstancia histórica más propicia, como subraya Porque han votado por la reforma postal y por la reducción del Impuesto
n sus conclusiones sobre el 48 Jean Sigmann: •En el transcurso de luchas sobre la sal;
Implacables, los rasgos de los pueblos se acentuaron: el espíritu de contradic­ Porque han planteado la necesidad de suprimir el impuesto sobre la be­
ción germánico, la inercia checa, la brutalidad magiar, la resolución croata, el bida y están dispuestos a solicitarlo a la Asamblea legislativa;
misticismo polaco,• Con una observación aparentemente intrascendente capta Porque han votado en contra de los 600.000 francos de gastos de repre­
Slgmann el espíritu original, el pulso, de la gran convulsión: •Revoluciones de sentación asignados al Presidente de la República, lo cual, sumado a los
lra duración y de otra envergadura marcarán el siglo XX. No tendrán, sin em­ 600.000 francos de sueldo concedidos por la Constitución y los 600.000
bargo, ni la espontaneidad ni el candor del 48.• francos para el mantenimiento de su casa, alcanza la cifra total de
1.800.000 francos, únicamente para ese funcionario:
Porque han votado contra los 1.200.000 francos solicitados para resta­
blecer al Papa sobre su trono temporal;
DOCUMENTOS Porque acaban de aumentar el sueldo de los maestros, de los cuales se
preocupa muy poco el partido Thlers-Falloux, ya que pretende que, median­
te la instrucción, han desmoralizado a Francia y que eran más adecuados
l. UN MANIFIESTO ELECTORAL DE 1849 los hermanos de San Juan de Dios;
Porque, en cambio, han gravado con Impuestos los bienes de manos
Puede entreverse la sinuosa trayectoria del proceso revolucionario del 48 en muertas y los de los conventos;
Francia. Han de subrayarse las expresiones ideológicas definidoras del 48, ordenar Porque han votado por todas las mejoras graduales y sin sacudidas, pro­
101 problemas internos de Francia y distinguir las afirmaciones que Implican la puestas en favor del pueblo;
continuación de la revolución de las que supom:n la vuelta atrás. Y, finalmente, porque desean mantener lo que existe y lucharán a ul­
...Porque los enemigos de la República creen que pueden confiar en ese tranza contra todos los que quisieran arrancamos la República, pues única­
candidato. mente ella puede mejorar el destino de las poblaciones.
¿Por qué los demás representantes han sido excluidos de semejantes lis­ VOILLIARD: Documentos... pp. 196-197.
tas?
Porque han aclamado a la República con la firme voluntad de mante­
nerla:
Porque han votado la Constitución a pesar de la resistencia de los mo­
2. DEMANDAS DEL PUEBLO HÚNGARO
nárquicos;
Porque han resistido a la reacción; Antes de comentarlas ordénense las demandas con el siguiente criterio: l. Prin­
Porque no han vendido su conciencia al poder, como ocurría bajo la Mo­ cipios generales definidores del 48 europeo. 2. Peticiones específicas del naciona­
narquía; lismo húngaro. 3. Algún postulado que se repita en todos los movimientos revolu­
Porque no han pedido ni obtenido cargos para ellos, ni para sus parien­ cionarios.
tes o amigos;
Porque aunque no se han unido a los que han fatigado a la Asamblea Demandas del pueblo húngaro
con sus discursos, han votado casi siempre con unanimidad y en favor de l. Libertad de la prensa. Abolición de la censura.
todas las instituciones populares; 2. Un ministerio responsable con su sede en la capital.
Porque han votado a favor del sufragio universal, que reconoce el mismo 3. Un parlamento anual en Budapest.
derecho para todos; 4. Igualdad política y religiosa ante la ley.
Porque han votado contra el restablecimiento de ese poder aristocrático 5. Una guardia nacional.
y disuelto que recibía el nombre de título nobiliario; 6. Impuestos pagados por todos.
Porque acaban de reducir los salarios Importantes y han prometido re­ 7. Abolición de la servidumbre de la gleba.
ducir otros que son verdaderamente escandalosos; 8. Sistema de jurado.
154 HISTORIA UNIVERSAL: EDAD CONTEMPORÁNEA LAS REVOLUCIONES DEMOCRÁTICAS DE 1848 155

9. Un banco nacional. ce of 1848. Londres, E. Amold, 1979. Y conserva vigencia la obra de NAMIER: 1848.
10. La constitución jurada por los militares, que no se estacionen solda­ The Revolution of Intellectuals. Londres, 1944. Disponemos además de un texto bá­
dos húngaros en el extranjero, y abandonen nuestro suelo los solda­ sico: MARx-ENGELS: Sobre la revolución de 1848-1849. Moscú, Progreso, 1981.
dos extranjeros.
El 48 fuera de Francia está desigualmente atendido. Para el proceso alemán
11. La liberación de presos políticos.
DRoz: La.formación de la unidad alemana. Barcelona, Vicens Vives, 1973, y del
12. Unión con Transylvania.
mismo autor, Les révolutions allemandes. París, P.U.F., 1957. Para Italia al viejo
J0NES: The 1848 Revolutions, p. 74. estudio de ROTA (dir.): n 1848 nella Storia italiana ed europea. Milán, Vallardi,
1948, 2 vols., ha de añadirse Cario CATTANE0: n 1848 in Italia. Turín, Einaudi,
1972.
Un estudio social: Albert SoaouL: Problemas campesinos de la revolución. 1789-
BIBUOGAffÍA 1848. Madrid, Siglo XXI, 1980.

En contraste con la pobreza bibliográfica en tomo a los movimientos de 1830,


el 48 ofrece tal riqueza y variedad de estudios que impone una selección, en la que
prescindimos de los libros generales que permiten encuadrarlo.
Francia inició la indagación historiográfica; en 1904 se funda una Sociedad de
Historia de la Revolución, que ha publicado una revista: Révolution de 1848. Con
motivo del centenario se celebró un Congreso y publicaron sus actas: Actes du
Congrés historique du Centenaire de la révolution de 1848. París, P.U.F .. 1948. Ese
año se publicaron en varias naciones revistas con números conmemorativos. Y ba­
jo la dirección de Ch. M0ULIN: 1848. Le livre du Centenaire. Ouvrage publié sous la
direction de... París, Ed. Atlas, 1948.
Monografias básicas:
R0BERTS0N: Revolution of 1848. A social history. Princeton University Press,
1967.
PoNTEIL: La revolución de 1848. Madrid, ZY.X, 1966.
MAfmN: La révolution de 1848. París, P.U.F., 1948.
G0DECHOT: Les révolutions de 1848. París, A. Michel, 1971.
Maurice AGULH0N: 1848 ou l'apprentissage de la République. Points. París, du
Seuil, 1973.
FEJro (dir.): 1848 dans le monde. Le Printemps des peuples. París, Ed. du Mi­
nuit 1948, 2 vols.
WooococK: A Hundred years of Revolution. 1848 and ajter. Londres, Porcupine
Press, 1948.
EYcK: Revolutions of 1848-1849. Londres, Oliver, 1972.
Algunas monografias posteriores suponen una auténtica renovación del tema:
Jean SIGMANN: 1848. Las revoluciones románticas y democráticas de Europa.
Madrid, Siglo XXI, 1977.
Peter N. STEARNS: The Revolution of 1848. Londres, Weindenfeld and Nicolson,
1974.
Peter J0NES: The 1848 Revolutions. Harlow, Longmcros, 1981.
Un aspecto concreto, sobre el que se había trabajado poco, la relación con el
socialismo, ha sido atendido por Femando CLAUDIN: Marx, Engels y la revolución de
1848. Madrid, Siglo XXI, 1975.
En el plano del pensamiento es importante la aportación de una serie de cola­
boraciones: KAMENKA (dir.): Intellectuals and Revolution. Socialism and the Experien-

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