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“Los estilos de liderazgo o de dirección son las formas alternativas en que los
líderes estructuran su conducta interactiva para llevar a cabo sus roles en tanto
a líderes”. (Bass, 1990. pág.27).
LIDERAZGO TRANSFORMACIONAL
En las últimas dos décadas se ha venido estudiado cada vez con mayor frecuencia un
enfoque bastante similar al del liderazgo carismático, el cual a menudo ha sido defendido
por los académicos que estudian sobre el liderazgo. Se trata del liderazgo transformador.
Ambas formas de ver el liderazgo implican la noción de ser capaces de motivar a los
seguidores para que realicen cambios importantes o para que su desempeño alcance
niveles notables.
El concepto original del liderazgo transformador, autoría del científico político James M.
Burns, es que es un proceso donde “líderes y seguidores se elevan entre sí a niveles
superiores de moralidad y de motivación”. Versiones posteriores de este enfoque
realizadas por científicos sociales de los contextos organizacionales destacan que los
líderes transformadores no necesariamente tienen que llevar hacia “niveles superiores de
moralidad y de motivación”, siempre y cuando motiven a sus seguidores para que dejen
de lado sus intereses personales y trabajen por el bienestar general de la organización. En
otras palabras, las atribuciones del carisma se basan de manera consistente en los rasgos
y las características personales del líder, mientras que las atribuciones de las cualidades
transformadoras se basan principalmente en lo que los líderes hacen y dicen.
Al igual que los líderes carismáticos, los líderes transformadores inspiran a sus
seguidores. Sin embargo, ellos no lo hacen sólo a través de la identificación de los
seguidores con su líder, como en el caso del liderazgo carismático, sino también
delegando autoridad y entrenando a sus seguidores. Es respecto de esta última
característica sobre lo que el concepto de liderazgo transformador difiere del de liderazgo
carismático. Con el liderazgo transformador no es necesario que los seguidores dependan
mucho de sus líderes. Asimismo, mientras las instancias de liderazgo carismático son
poco comunes, se considera que la conducta de liderazgo transformador es
potencialmente posible casi en cualquier lugar de la organización. Quienes defienden un
mayor uso del liderazgo transformador en las organizaciones en general lo contrastan con
el llamado liderazgo negociador.
“Un líder transformacional va más allá de la gestión del día a día de las
estrategias de operaciones y oficios para llevar su empresa, departamento o
equipo de trabajo al siguiente nivel de rendimiento y éxito”. (Ingram, 2015).
“En vez de responder al auto interés inmediato de los seguidores como resultado
del palo o la zanahoria, los líderes transformacionales despiertan en el individuo
un alto conocimiento de temas claves para el grupo y la organización, mientras
aumentan la confianza de los seguidores, gradualmente los mueven desde los
intereses para la existencia hacia intereses para logros, crecimiento y
desarrollo”. (Burns, 1978).
Los líderes transformacionales inspiran a otros con su visión, a menudo promueven esta
visión a pesar de la discrepancia y muestran confianza en sí mismos y en sus opiniones.
Estos líderes cambian las percepciones de lo que es posible y lo que es deseable. También
desarrollan nuevos enfoques para problemas antiguos y nuevas opciones para cuestiones
abiertas. Los líderes transformacionales proyectan emoción y entusiasmo y generan esos
mismos sentimientos en otros. Aceptan los riesgos que entraña perseguir nuevas
oportunidades. Tienen una capacidad intuitiva para relacionarse con otros, despiertan
empatía y, en general, tienen una enorme inteligencia emocional. Por lo anterior, la gente
confía mucho en ellos y sus organizaciones registran un mejor desempeño.
Líderes transaccionales: Lideres que determinan qué deben hacer los subordinados para
alcanzar los objetivos, clasifican dichos requisitos y ayudan a los subordinados a tener
confianza en que pueden alcanzar sus objetivos.
Todo aquel que es identificado como líder es porque reúne una serie de características
que no todos han desarrollado, son personas que tienen ciertos atributos que les permite
tener seguidores, que las personas confíen en él, pero que, además, sean líderes
generadores de cambios, que garanticen pro actividad y sobre todo transformaciones en
aquellos aspectos que lo demanden.
Seguros: Como los líderes transformacionales luchan por ser éticos en sus relaciones, la
gente considera que son seguros. Los empleados que no confían en un líder dudarán si
siguen la visión expresada por el líder e interpretarán sus mensajes inspiradores con
escepticismo. Con frecuencia estos líderes son conocidos por su honestidad bajo presión,
hablan directo y respetan sus compromisos. “Hacen lo que dicen.”
Además de que la gente los percibe como seguros, los líderes transformacionales confían
en sus seguidores. Estos líderes delegan tareas y facultades a sus seguidores. Asimismo,
fomentan de manera muy activa el flujo de información bilateral.
Pensadores: Los líderes transformacionales son pensadores. Piden a los seguidores que
partan de su visión ofreciéndoles soluciones innovadoras y nuevas ideas. Fomentan la
solución de problemas y los razonamientos positivos.
También creen que se deben asumir riesgos, pero fundan sus acciones en un análisis y
una discusión bien meditados. Fomentan la creatividad. Alientan a los seguidores a
cuestionar los supuestos y las prácticas anti- guas y esperan que así lo hagan. Estos líderes
suelen concentrarse en el “qué” y en el “porqué” de los problemas, y no en el “quién”
para responsabilizarlos. Estos líderes piensan que no existe nada que sea tan bueno, tan
establecido ni tan político que no se pueda desafiar o cambiar.
LIDERAZGO TRANSACCIONAL
“Esta teoría asume que la gente se motiva por la recompensa y el castigo, los
sistemas sociales trabajan mejor cuando existe una clara cadena de mando.
Cuando la gente ha acordado hacer un trabajo, una parte del trato es que ellos
ceden toda la autoridad a sus líderes o gerentes. El primer propósito de un
subordinado es que el director les diga a ellos qué deben hacer”. (David Straker,
2009).
“El líder transaccional trabaja a través de crear estructuras, por lo cual, es claro
que se requieren subordinados y las recompensas que los directivos les asignen
por seguir sus órdenes. El trato (castigo) no siempre es mencionado, pero los
seguidores están bien entendidos de la existencia de un sistema formal de
disciplina que existen normalmente en el lugar de trabajo”. (Kreitner & Kinicki,
1997).
El seguidor del líder transaccional es un individuo racional, motivado por el dinero y otros
beneficios o recompensas y cuyo comportamiento es predecible.
El liderazgo transaccional, más que un estilo de liderazgo es un tipo de management ya
que el foco está en las tareas a corto plazo. Tiene muchas limitaciones para el trabajo
creativo o basado en el conocimiento, de todas formas, es efectivo para determinadas
situaciones. Max Weber uno de los fundadores de la sociología moderna, desarrolló esta
teoría en 1947. En este modelo los aumentos de salario o beneficios, corresponderían a
quienes hayan realizado el mejor trabajo.
Los líderes transaccionales deben entender que los subordinados trabajan mejor solos, por
lo tanto deben tener una postura indiferente.
Esta forma de trabajo requiere que el subordinado tenga una ética del trabajo sólida, a fin
de completar las tareas requeridas sin supervisión.
Gestión activa por excepción: Los líderes transaccionales controlan el trabajo de sus
subordinados, verifican desviaciones a las reglas y aplican acciones correctivas para
prevenir errores.
Gestión pasiva por excepción: Los líderes transaccionales intervienen solo cuando la
performance no es la esperada.
Libertad: El líder provee un entorno donde los subordinados cuentan con muchas
herramientas disponibles para tomar decisiones.
El sociólogo alemán Max Weber, a mediados del siglo XX, estableció la idea de
diferentes estilos de liderazgo, uno de los cuales se volvió conocido como liderazgo
transaccional. El científico político, historiador y biógrafo presidencial, James
MacGregor Burns, un pionero en el campo de los estudios de liderazgo, avanzó la teoría
del liderazgo transaccional. Su libro de 1978, titulado Liderazgo estableció los elementos
del liderazgo transaccional y el liderazgo transformacional. El investigador Bernard M.
Bass promovió la comprensión del liderazgo transaccional en su trabajo académico a
principios de los años ochenta.
El estilo de liderazgo transaccional fue frecuente en Estados Unidos después de la
Segunda Guerra Mundial. Muchas empresas modernas, con su mayor enfoque en la
innovación y el cambio, prefieren otros estilos de supervisión, como el liderazgo
transformacional. Sin embargo, los líderes transaccionales siguen siendo valorados en
ciertas organizaciones y entornos de trabajo. Y, de hecho, los líderes transaccionales
todavía se encuentran comúnmente en las corporaciones militares y grandes donde
dominan las reglas y las regulaciones.
Las características que forman al Liderazgo Transaccional aplicado en las empresas son
las que se mencionan a continuación:
Los empleados deben conocer claramente las actividades que deben realizar.
Se castiga al empleado que no sigue las normas establecidas por los empleadores.
Hacer uso de incentivos para motivar a sus empleados. Esto es muy importante,
puesto que se les da una recompensa por la cual deben esforzarse en serio. Está
puede adentrarse dentro de opciones muy variadas, como un bono o alguna
especie de reconocimiento o ascenso. Con frecuencia, el incentivo es utilizado por
cientos de empresas en la actualidad que mantienen a los trabajadores dando el
100%.
Sabe cómo hablar con sus subordinados para infundirles motivación. El uso de las
palabras es muy importante en este tipo de líder, pues debe saber cómo tiene que
comunicarse con quienes están a su mando, para lograr que sean eficientes y que
comprendan la importancia de comprometerse con su trabajo. Además, esto es de
gran utilidad cuando se toman decisiones respecto a su productividad.
“La principal limitación de este tipo de liderazgo es asumir que el ser humano es
“racional”, una persona quien es largamente motivada por el dinero y una simple
recompensa y fuera de aquí, su comportamiento es predecible. El fundamento
subyacente psicológico es el “conductismo”, incluido el clásico
condicionamiento operativo de Pavlov y Skinner. Estas teorías ampliamente
basadas en experimentos de laboratorio (a menudo con animales) ignoran el
complejo factor emocional y los valores sociales”. (Tichy y M.A. Devanna, 1986).
Este autor propuso que el liderazgo transaccional forma parte de un continuo de liderazgo;
con tres factores relacionados con las consecuencias contingentes al cumplimiento de las
tareas y objetivos.
“Las teorías transaccionales se concentran en los efectos del comportamiento del
líder sobre el conocimiento de los seguidores, motivaciones y desempeño. El
liderazgo transaccional es presentado en intercambio de recompensas
constructivas o correctivas o evitación de disciplina para el acatamiento del
seguidor”. (McGregor Burns, 1978).
Como suele ocurrir con todos los estilos de liderazgo, este también presente sus cosas
buenas y sus inconvenientes. A continuación, puedes leer las principales desventajas y
ventajas con las que te puedes topar a la hora de ponerlo en práctica.
VENTAJAS:
Las recompensas suelen tener efectos muy positivos en los trabajadores. No solo
son buenas para motivarlos, sino que también son justas para premiar a los que
destacan en lo que hacen y por su dedicación al efectuarlo.
Es contundente si se tiene una meta. Una de las cosas más destacables del
liderazgo transaccional, es que resalta por ser de los que no se detienen en asuntos
aparte y llegan a cumplir más rápido con sus objetivos.
Ayuda a identificar a los empleados más capaces. El hecho de que las personas
pongan todo de sí para hacerse con un incentivo, puede ser un gran indicativo para
detectar a aquellas que son más indispensables y talentosas en las tareas donde se
desempeñan.
Sabe cómo valorar el trabajo bien hecho. Pocos líderes tienen a reconocer lo
importante que es que quienes están a su cargo, se sientan productivos y
apreciados por las cosas que hacen, incluso más allá del agradecimiento, por
medio de retribuciones económicas que sean justas.
DESVENTAJAS:
Limita mucho la innovación dentro del trabajo. Al estar tan enfocado en las metas
y los premios, no hay mucho lugar a que los empleados disfrutan más del proceso
o aporten ideas que, a largo o corto plazo, ayuden con el crecimiento de una
empresa.
No tiene tanto alcance como otras clases de liderazgo. Con esto se quiere decir
que no llega a causar el impacto esperado en todas las personas que forman parte
de una compañía y, por lo tanto, esta se pierde de tener toda la eficacia con la que
podría llegar a funcionar.
Bibliografía
Hellriegel, Jackson & Slocum. Administración: Un enfoque basado en competencias.
México: Cengage Learing Editores S.A., 2009.