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Santiago, siete de noviembre de dos mil diecisiete.

Vistos y teniendo presente:

Primero: Que comparece en estos antecedentes don Ernesto Augusto

Galaz Guzmán solicitando la declaración previa para el ejercicio de la acción

indemnizatoria por error judicial consagrada en el artículo 19, N° 7”, letra i), de

la Constitución Política de la República, respecto de la condena dictada por los

Tribunales de Justicia Militar en Tiempo de Guerra, en causa caratulada

"Fuerza Aérea de Chile contra Bachelet y otros" Rol N° 1-73, que lo condenó

como autor de delitos de incumplimiento de deberes militares, traición,

promoción a la sedición, conspiración para la sedición y divulgación de

secretos militares, descritos y sancionados en los artículos 299 N° 3, 245 N° 1,

274, 278 y 257 del Código de Justicia Militar.

Segundo: Que en fundamento de su acción refiere que como

consecuencia del golpe de estado de septiembre de 1973, junto a oficiales y

suboficiales de la Fuerza Aérea de Chile fue detenido ilegalmente, torturado,

sometido a Consejo Guerra y condenado a muerte, sanción esta que le fue

modificada por presidio y, ésta, a su vez, sustituida por extrañamiento, el que

cumplió junto a su familia en Bélgica, con los padecimientos que detalla.

Recuperada la democracia, indica que abrió un proceso en la Corte

Interamericana de Derechos Humanos, la que por sentencia de 2 de

septiembre de 2015, ordenó al Estado de Chile adoptar las medidas

legislativas, administrativas o de cualquier índole, adecuadas para que

personas condenadas por Consejos de Guerra durante la dictadura, vieran

revisadas y anuladas las sentencias condenatorias dictadas en procesos que

pudieron haber tomado en cuenta pruebas o confesiones obtenidas bajo

tortura, como fue su caso.

En cumplimiento de esta disposición, el Consejo de Defensa del Estado

se dirigió al Fiscal Judicial de la Corte Suprema para interponer un recurso de

revisión en contra de la sentencia recaída en el proceso militar 1-73, el que fue

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acogido por sentencia de 3 de octubre de 2016, invalidando los fallos dictados

en los Consejos de Guerra convocados el 30 de julio de 1974 y 27 de enero de

1975, anulando todo lo obrado en los autos 1-73 de la Fiscalía de Aviación y se

declaró que se absuelve, por haber sido probada satisfactoriamente su

completa inocencia, a Ernesto Galaz Guzmán.

Con estos antecedentes, el requirente estima establecido que ha sido

víctima de una sentencia manifiestamente incorrecta de manera insoportable

para la idea de justicia, por lo que le corresponde el resarcimiento para el cual

solicita la declaración previa que indica, haciendo presente que procede dentro

del plazo que establece el auto acordado de 1996, esto es, 6 meses desde el 3

de octubre de 2016.

Tercero: Que el Consejo de Defensa del Estado evacúa el traslado que

le fuera concedido solicitando en primer término la declaración de

inadmisibilidad de la petición que se revisa por las razones de forma que

enuncia y, subsidiariamente, su rechazo, oponiendo en primer término la

excepción de pago, señalando que el requirente ya accionó ante la Corte

Interamericana de Derechos Humanos, pidiendo reparación por el daño moral

ocasionado por la falta de investigación, la negativa a proveer un recurso

efectivo y el menoscabo a su honra y reputación, lo que fue otorgado,

ordenando el pago de US$25.000 ($16.750.000.- a dicha fecha), lo que

demuestra que lo demandado en autos corresponde al detrimento inmaterial

que la Corte Interamericana ordenó reparar y que fue resarcido por el Estado

de Chile.

En segundo término, sostiene que la pretensión que se hace valer debe

ser desestimada porque los Consejos de Guerra aludidos constituyeron

comisiones especiales, al tenor de lo dispuesto en el artículo 19 N° 3 de la

Constitución Política de la República, afirmación que sustenta en los párrafos

que cita de la sentencia de revisión aludida por el requirente, conforme a lo

cual concluye que los Consejos de Guerra y demás Tribunales en Tiempo de

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Guerra no fueron, en realidad, órganos encargados de la administración de

justicia, sino verdaderos instrumentos de coacción y castigo para la

persecución de los supuestos partidarios del gobierno del presidente Allende,

que luego serían opositores al régimen militar, de manera que al haberse

constituido para juzgar hechos acaecidos con anterioridad a su constitución,

conformaron comisiones especiales de aquellas a que se refiere el artículo 19

N° 3 dela Constitución Política de la República.

En razón de lo señalado, y teniendo en consideración que las normas

invocadas establecen un régimen de responsabilidad del Estado por actos de

juzgador (Poder judicial), en el entendido que es el único habilitado para privar

de libertad a una persona, exigiendo que ésta haya sido condenada en

cualquier instancia sobre la base de la existencia de un justo y racional

procedimiento consagrado en el artículo 19 N° 3 de la Constitución Política de

la República, en que a pesar de las garantías procesales, el tribunal incurra en

decisiones injustificadamente erróneas o arbitrarias, condiciones todas que no

concurren, expresa que el señor Galaz no puede recurrir al estatuto aludido.

Lo anterior no significa – expone- que el requirente no tenga derecho a

reparación, ya que ha sido beneficiario de los programas habilitados al efecto,

además de haber sido favorecido por las medidas que impuso la sentencia de

la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por lo que reitera, finalmente,

la afirmación ya expuesta en el sentido que el daño padecido por el señor

Guzmán ya ha sido reparado mediante el pago de la suma ordenada por la

Corte Interamericana de Derechos Humanos, sin perjuicio de señalar que el

Estado, a través del Poder Judicial ha investigado los casos de tortura

asociados a los Consejos de Guerra, se ha publicado en 2015 y 2016 la

sentencia dictada por dicho tribunal internacional, se ha realizado el acto

público de responsabilidad internacional del Estado, se ha develado una placa

con los nombres de las víctimas del presente caso y solicitado al Fiscal Judicial

de la Corte Suprema la revisión de la sentencia aludida, la que fue acogida el 3

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de octubre del año pasado, además de haber sido pagadas las costas de la

causa seguida ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Cuarto: Que la Sra. Fiscal Judicial, en su informe señala como hechos

no controvertidos la existencia de la sentencia de la Corte Interamericana de

Derechos Humanos, las resoluciones emitidas por el referido tribunal respecto

del solicitante, la dictación de la sentencia de revisión que anuló las dictadas

por los Consejos de Guerra convocados el 30 de julio de 1974 y 27 de enero

de 1975, anulando lo obrado en dichos procesos y absolviendo a don Ernesto

Galaz Guzmán, entre otros. En tal fallo, indica, la Corte Suprema declaró la

vulneración flagrante de los principios de igualdad ante la ley, debido proceso,

asentando la mala aplicación por parte de las autoridades militares de las

normas sobre jurisdicción militar en tiempo de guerra, con el único objeto de

dar visos aparentes de legitimidad a una expulsión arbitraria de sus filas y del

país, de colaboradores, adherentes, partidarios o simpatizantes del presidente

Allende, o de aquellos que no manifestaron su apoyo al pronunciamiento que

llevó al poder al régimen militar.

Con esa decisión, expone la señora Fiscal, la Corte Suprema ha

establecido la existencia de error injustificado y arbitrario en la dictación de

resoluciones que afectaron a los acusados y condenados en tales

procedimientos, lo cual- expresa- debe ser reparado, haciendo presente que

el Consejo de Defensa del Estado no ha negado la existencia de estas graves

situaciones, sino que pide el rechazo fundado en las reparaciones efectuadas

por distintas vías.

Analiza, al tenor del encargo que le compete, el requisito que exige la

Constitución Política de la República, señalando que se demanda que la

decisión sea errónea injustificadamente, elemento este último que supone un

plus de exigencia. Así, una resolución es injustificadamente errónea cuando los

razonamientos que la conducen al resultado no son susceptibles de explicación

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razonable, cuando son contrarios a la lógica, los dictados de la experiencia y

los conocimientos más difundidos sobre la materia respecto de la cual versa.

En tales términos, las consideraciones y fundamentos invocados por la

Corte Suprema en el recurso de revisión que se alude, resultan suficientemente

concluyentes en cuanto a las irregularidades cometidas en todo el

procedimiento seguido en contra en las personas aludidas por la Corte

Interamericana de Derechos Humanos, que lo convierten en injustificadamente

erróneo y arbitrario, destacando las consideraciones tenidas en cuenta por la

Corte Suprema al acoger la revisión planteada, conforme a las cuales se

expresó que los tribunales militares en tiempo de guerra no tuvieron basamento

o justificación para resolver como lo hicieron y se carecía de antecedentes en

contra del imputado recurrente de autos, para haberle imputado un ilícito

gravísimo, privado de libertad y luego condenado a rigurosas penas.

Señala además que la hipótesis de todo procedimiento nulo o arbitrario

que afecte las garantías de las personas sometidas a aquel es también

reconducible al restringido sistema de reparación del error judicial regulado en

el artículo 19 N° 7 letra i) de la Constitución Política de la República, porque el

derecho internacional convencional de los Derechos Humanos amplía el

alcance del instituto resarcitorio para comprender en él situaciones como el

derecho de toda persona a ser oída con las debidas garantías, lo que se da en

forma especial en materia penal, porque su vulneración representa una forma

de funcionamiento indebido de la Administración de justicia, asimilable a la falta

de servicio, de modo que el juzgamiento en procedimientos militares en tiempo

de guerra, con graves afecciones a distintos derechos de los imputados,

representó una tal hipótesis de funcionamiento anormal del servicio de la

administración de justicia, cualesquiera que sean las circunstancias que

pudieren aducirse para explicar una situación que contradice la letra y espíritu

de la Convención, que asegura el reconocimiento del derecho a la reparación

de las consecuencias de la medida o situación que configura tal violación.

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Hace presente que la acción planteada se refiere a la actuación

jurisdiccional de los tribunales con competencia en materia criminal, solicitando

la declaración referida a la existencia de error injustificado o arbitrario en su

condena. No se refiere a las afecciones a otras garantías que pudo sufrir el

recurrente a consecuencia de lo anterior, todas las cuales pueden haber

generado responsabilidad estatal y que se ha intentado reparar de alguna

manera. En la sentencia de octubre de 2016 tal declaración ya se hizo, por lo

que estima que debe formularse la referida declaración habilitante a fin de que

la parte del requirente sea reparada en los montos que debe fijar el tribunal

competente.

Quinto: Que para resolver adecuadamente este asunto es menester

dejar constancia que las partes no discrepan sobre la existencia de la condena

que afectara al requirente, ni sobre su invalidación dispuesta por este tribunal

mediante sentencia de 3 de octubre de dos mil dieciséis, motivo por el cual las

alegaciones formales efectuadas por el Consejo de Defensa del Estado sobre

la integridad de la sentencia que motiva el requerimiento, sus notificaciones y la

existencia de recursos a su respecto no serán atendidas.

Sexto: Que lo debatido en autos se centra, por una parte, en la

improcedencia de la pretensión del compareciente, atendido que los perjuicios

padecidos por él – sustento de la declaración que busca- ya han sido

indemnizados por el Estado de Chile, sea materialmente a través del pago que

se efectuara de la suma en que la Corte Interamericana de Derechos Humanos

cifró sus detrimentos; sea inmaterialmente, a través de los actos de reparación

simbólica propiciados y/o convocados por el mismo. Por la otra, el Consejo de

Defensa del Estado postula que lo pedido es improcedente, atendido el

carácter de comisión especial de los referidos Consejos de Guerra, lo que

impide considerar su dictamen como uno capaz de generar responsabilidad

del Estado por actos del juzgador.

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Séptimo: Que la afirmación referida a la existencia de un pago que

extingue el derecho del actor a renovar la pretensión que anuncia no podrá ser

atendida en esta sede, al constituir una excepción de fondo, propia del

procedimiento en que se ventile la existencia de los presupuestos que generen

responsabilidad estatal y – en su caso- la correlativa obligación de

indemnizarlos, y en tales condiciones, impertinente a los fines del que se

intenta.

Octavo: Que sobre la segunda línea de argumentaciones por las que

el Consejo de Defensa del Estado se opone a lo pedido, cabe tener presente

que de acuerdo a lo expuesto, ella encuentra su sustento en las

consideraciones tenidas en cuenta por esta Corte para acoger la revisión

presentada por el Fiscal Judicial de esta Corte Suprema de las sentencias

dictadas el treinta de julio de mil novecientos setenta y cuatro y veintisiete de

enero de mil novecientos setenta y cinco, por los Tribunales de Justicia Militar

en Tiempo de Guerra, en causa caratulada "Fuerza Aérea de Chile contra

Bachelet y otros" Rol N° 1-73, conforme a las cuales el representante del

Estado concluye que los Consejos de Guerra y demás Tribunales en tiempos

de guerra no fueron órganos encargados de la administración de justicia, sino

verdaderos instrumentos de coacción y castigo para la persecución de los

supuestos partidarios del Gobierno del Presidente Allende, que luego serían

opositores al régimen militar. De acuerdo a esta conclusión, afirma que

conforme la jurisprudencia que cita en materia de recurso de protección, un

órgano que aplica sanciones o medidas disciplinarias sin respetar las garantías

propias del debido proceso, tales como el derecho a defensa, se convierte por

ello en una comisión especial.

La disposición del artículo 19 N° 7 del Constitución Política de la

República, agrega, se enmarca en la consagración de la garantía constitucional

de libertad personal y seguridad individual, en un marco de garantías penales

pensadas en un entorno de normalidad constitucional., escapando a este

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marco el escenario de ruptura constitucional y golpe de estado, en el cual

Consejos de Guerra no sometidos a la superintendencia de la Corte Suprema,

aplicaron sanciones como un órgano represivo, dotado de apariencia

jurisdiccional.

Noveno: Que la argumentación descrita precedentemente será

desestimada por las razones que se exponen a continuación.

En primer lugar y desde un punto de vista estrictamente formal, porque

ella desatiende la doctrina de los actos propios que impone “el deber jurídico

de respeto y sometimiento a una situación jurídica creada anteriormente por la

conducta del mismo sujeto” (Fueyo, Instituciones de Derecho Civil Moderno,

pag 310 y ss), y cuyos presupuestos concurren en la especie: una conducta

relevante, eficaz y vinculante, constituida en la especie por la solicitud del

Consejo de Defensa del Estado al señor Fiscal Judicial de la Corte Suprema

para que requiriera la revisión de las sentencias dictadas por los Tribunales de

Justicia Militar en Tiempo de Guerra, en causa caratulada "Fuerza Aérea de

Chile contra Bachelet y otros" Rol N° 1-73, así como por los términos de su

comparecencia en el referido procedimiento de revisión, respaldando la

solicitud de invalidación de tales sentencias; el ejercicio de una facultad o

derecho subjetivo en autos que crea la presente situación litigiosa por la

contradicción evidente entre su conducta previa y la actual, y que posibilita la

admisión de una pretensión que puede perjudicar los derechos de la contraria

y, por último, el tercer elemento, la identidad de sujetos que se vinculan en

ambas conductas (Borda, A., La Teoría de los Actos Propios, pag 73).

En tales términos, entonces, no resulta aceptable una oposición como

la formulada, toda vez que ella desatiende no sólo el impulso procesal que

demostró el Consejo de Defensa del Estado en los autos Ingreso de esta Corte

Suprema Rol N° 27.543-2016, sino los argumentos vertidos para respaldar la

referida solicitud de revisión conforme a los cuales se ha reconocido lo que

ahora se niega: el carácter de resolución emanada de un órgano jurisdiccional-

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única forma de admitir su revisión, susceptible de ser invalidada por la

transgresión flagrante de las normas del debido proceso en su dictación,

posibilitando la dictación de una decisión acorde al ordenamiento jurídico; todo

esto en el marco de una relación jurídica procesal que vincula a los mismos

sujetos que comparecieron en el referido proceso de revisión.

Décimo: Que, por lo demás, y como lo declara la sentencia de este

tribunal en la causa Rol N° 27.543-16, los Tribunales Militares en Tiempo de

Guerra se encuentran regulados en el Título III del Libro I del Código de

Justicia Militar, normativa que establece sus hipótesis de funcionamiento, las

figuras delictivas y sanciones especiales que cobran vigencia en tales

situaciones, consagrando en el Título IV del mismo libro el procedimiento

aplicable, disposiciones todas que fueron invocadas para el funcionamiento de

“una jurisdicción extraordinaria indebidamente convocada”, en contravención a

su propia normativa, de la forma que describe el motivo 8° de la sentencia

citada.

Sin embargo, la constatación de la circunstancia que tales entes

jurisdiccionales hayan actuado en contravención a la normativa que los regía,

excediendo sus atribuciones y en abierta vulneración del estatuto que

justificaba su constitución, competencia y procedimiento, no quita el carácter de

acto amparado por la presunción de juricidad que tuvieron tales dictámenes,

los que surtieron todos sus efectos al haberse impuesto coercitivamente a los

condenados el cumplimiento de las penas que se determinaron, entre ellos el

requirente de autos.

Undécimo: Que las consideraciones precedentes fueron tenidas en

cuenta por este tribunal para estimar que las sentencias condenatorias que se

citan como fundamento de la declaración que se requiere tenían el carácter de

decisión emanada de un órgano jurisdiccional, al punto de estimarlas

susceptibles de ser invalidadas por la vía del recurso de revisión de acuerdo a

lo que prescribe el artículo 657 del Código de Procedimiento Penal, zanjando

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además la competencia de esta Corte para conocer de tal solicitud, de manera

que no es posible – como se ha dicho- admitir las alegaciones que les niegan

el referido carácter, o que discuten su calidad de decisión constitutiva de

instancia, en atención a la existencia de un período – extenso, por lo demás-

de anormalidad institucional, en el cual incluso los tribunales ordinarios

conocieron de acciones cautelares que buscaban enervar o entrabar la

actuación de organismos que actuaban al amparo de tales Consejos.

Duodécimo: Que el artículo 19, N°7°, letra i), de la Constitución

Política de la República confiere el derecho a reclamar del Estado la

indemnización de los perjuicios sufridos como consecuencia del sometimiento

a proceso o condena injustificadamente erróneos o arbitrarios. Es necesario

entonces que se denuncien actuaciones de la judicatura desprovistas de

elementos de convicción que habiliten su sustento racional o que fueron

expedidas por voluntad meramente potestativa, caprichosa o insensata.

Décimo tercero: Que la sentencia dictada en los autos sobre revisión,

Rol 27.543-2016 estableció, en su motivo 28° que “fue demostrada la

existencia de un método, patrón o sistema general de menoscabo físico o

mental y de afrenta a su dignidad, al que fueron sometidos los acusados ante

los Consejos de Guerra convocados en la causa Rol N° 1-73 de la Fiscalía de

Aviación, cometido por parte de sus interrogadores, celadores u otros

funcionarios que intervinieron en el procedimiento mientras dichos inculpados

eran mantenidos detenidos en la Academia de Guerra de la Fuerza Aérea de

Chile, todo ello con el objeto de obtener su admisión o confesión de los hechos

que les atribuían, así como para que implicaran o imputaran al resto de los

procesados en los mismos hechos”, agregando en su fundamento 31° “Que al

asentarse por las sentencias ya estudiadas que un número importante de los

detenidos en la Academia de Guerra Aérea y luego condenados en el proceso

Rol N° 1-73, sufrieron graves atentados a su integridad y dignidad, ello es

suficiente para poner en duda la legitimidad de la forma en que se obtuvieron

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“todas” las confesiones y declaraciones en este proceso, sea de inculpados o

incluso meros testigos, …”, de manera que “Constatada tal infracción a la

Constitución y ley procesal vigente a la sazón, cabe concluir que dichas

confesiones no podían sustentar las condenas impuestas a los acusados.”

(razonamiento 33°), por lo que “ prescindiendo de esas confesiones y

declaraciones no quedan elementos probatorios que permitieran a los

Consejos de Guerra alcanzar la convicción condenatoria en las sentencias

objeto de revisión y, por consiguiente, las circunstancias que se han

descubierto con posterioridad son de tal naturaleza que permiten establecer

claramente la inocencia de los allí condenados” (considerando 34°), por lo que

se determinó hacer lugar a la acción y declarar que todo lo obrado en el

proceso impugnado es nulo.

Décimo cuarto: Que los hechos asentados en el referido proceso que

culminó con la invalidación de las sentencias cuya revisión se requirió,

permiten tener por acreditado que la condena del actor fue consecuencia de

una actuación de la judicatura militar carente de elementos de convicción que

la fundamentaran racionalmente, por lo que no cabe si no concluir que tal

decisión fue injustificadamente errónea, al ser consecuencia de una voluntad

meramente potestativa, lo que determina el acogimiento de la solicitud

interpuesta en estos antecedentes.

Por estas consideraciones, disposiciones legales citadas y de

conformidad, además, con lo prevenido en el Auto Acordado que sobre esta

materia emitió esta Corte Suprema el diez de abril de mil novecientos noventa

y seis, se acoge la solicitud de declaración previa de error judicial formalizada

por don Ernesto Galaz Guzmán y, por consiguiente, se declara que las

sentencias condenatorias dictadas a su respecto en los Consejos de Guerra

convocados con fecha 30 de julio de 1974 y 27 de enero de 1975 son

injustificadamente erróneas.

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Se previene que el Ministro señor Künsemüller concurre a la

decisión, teniendo además en cuenta que, de acuerdo a lo previsto en los

artículos 180, 181, 182, 183, 184, 185, 187, 188, 189, 191, 192, 194 y 195 del

Código de Justicia Militar no es factible sostener que los Consejos de Guerra

tuvieran el carácter de “comisiones especiales”, sino que, por el contrario, que

se trata de órganos jurisdiccionales consagrados legalmente, que ejercen

atribuciones propias de los tribunales de justicia en un escenario fáctico –

jurídico – procesal extraordinario que concita un procedimiento penal especial,

propio del tiempo de guerra.

El comentarista Renato Astrosa señala que “para el tiempo de guerra,

el Código establece tribunales (Consejos de Guerra) y procedimientos que se

asemejan a los que existen en la legislación comparada” (lo subrayado es del

previniente) (Derecho Penal Militar, Ed. Jurídica, 1971, p. 17).

Que, además, la Corte Suprema estableció en fallo de 13 de noviembre

de 1973, que los Consejos de Guerra son tribunales militares en tiempo de

guerra, sometidos al General en Jefe del territorio respectivo, careciendo la

Corte de poder jurisdiccional respecto de la función del mando militar.

En su comentario crítico al fallo citado, don J.A. Figueroa precisa que

incuestionablemente los Consejos de Guerra son tribunales que, si bien es

cierto que son especiales y de excepción, están cumpliendo una típica y

clarísima función jurisdiccional (Revista de Ciencias Penales, Mayo- Diciembre

1973, N° 2, T.XXXII, pags 345 y siguientes).

Asimismo, se previene que el abogado integrante señor Rodríguez

concurre a la declaración previa de error judicial requerida, en atención

principalmente a los efectos procesales de la sentencia pronunciada por esta

Corte, con fecha 3 de octubre recién pasado en la causa N° 27.543 2016,

relativa al recurso de revisión acogido para invalidar los fallos emitidos por los

Consejos de Guerra en los autos N° 1 – 73, en razón que en la vista de aquélla

el previniente no intervino.

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Regístrese y archívese.

Rol N° 11.486-2017.

Pronunciado por la Segunda Sala integrada por los Ministros Sres. Milton Juica

A., Carlos Künsemüller L., Lamberto Cisternas R., Manuel Valderrama R., y el

Abogado Integrante Sr. Jaime Rodríguez E. No firman el Ministro Sr. Cisternas,

no obstante haber estado en la vista de la causa y acuerdo del fallo, por estar

en comisión de servicios.

MILTON IVAN JUICA ARANCIBIA CARLOS GUILLERMO JORGE


MINISTRO KUNSEMULLER LOEBENFELDER
Fecha: 07/11/2017 12:42:49 MINISTRO
Fecha: 07/11/2017 12:42:49

MANUEL ANTONIO VALDERRAMA JAIME DEL CARMEN RODRIGUEZ


REBOLLEDO ESPOZ
MINISTRO ABOGADO INTEGRANTE
Fecha: 07/11/2017 12:42:50 Fecha: 07/11/2017 12:42:50

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En Santiago, a siete de noviembre de dos mil diecisiete, notifiqué en
Secretaría por el Estado Diario la resolución precedente, como asimismo
personalmente al Fiscal Judicial de la Corte Suprema, quien no firmó.

Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la
causa.
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