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LA EDUCACIÓN SEXUAL EN NIÑOS DE 6 A 11 AÑOS

La educación sexual en los niños de 6 a 11 años se enfrenta a la problemática que


encierra la educación sexual general en los individuos, con la diferencia de que en
estas edades los niños aprenden muchas cosas que le quedan arraigadas, las
cuales difícilmente pueden ser renovadas o cambiadas del parecer adoptadas por
ellos previamente.
Se requiere una ardua labor de los padres de familia y de los profesores para que
se constituyan en verdaderos guías de los niños a fin de ir resolviendo sus
inquietudes pero con respuestas que satisfagan satisfactoriamente el ansia del
saber suscitado en ellos, propio de lo que ven y escuchan en su entorno social.
Partiendo de las anteriores premisas se aludió el texto titulado La educación sexual
de niños y niñas de 6 a 12 años, cuyas autoras son Graciela Hernández Morales y
Concepción Jaramillo Guijarro. Leído el texto del mismo se procedió a responder
las siguientes preguntas:

1. ¿Cuál es la problemática a la que se refiere el texto?

A la falta de una correcta y sana educación sexual de los niños de 6 a 11 años, lo


cual ha llevado a confundir sexualidad con sexo, más aun, a reducir el término
general de sexualidad al término particular de sexo, el cual hace parte del primero.
De allí que cuando a los niños se le menciona la palabra sexualidad lo reducen de
inmediato a relaciones sexuales. Esto está tan arraigado en el pensamiento de
niños y niñas que desanclarlos de su pensamiento o parecer cuesta mucho trabajo
a los padres de familia y profesores, se requiere de la ayuda de profesionales sobre
el tema de la sexualidad para lograr cambios de actitudes en los niños y niñas con
respecto a la consideración del tema.

2. ¿Cómo explica o interpretan las autoras la problemática?

La interpretan como respuesta al miedo que sienten los padres de familia de hablar
sobre sexualidad con sus hijos. El tema actúa como resistencia para que aborden
las diferentes temáticas con plena libertad y llenen de confianza a sus niños y niñas,
quienes al verse rodeados de padres conocedores y expresivos del tema
descargarían todas sus inquietudes sobre ellos, pues en el fondo saben del amor
que sus padres le tienen y de que quieren lo mejor para ellos.
Al hablar de sexualidad los primeros que se cohíben son los padres de familia,
quienes con la actitud que generalmente asumen parecen huir despavoridos de una
realidad latente, como si el huirle los eximiera de la responsabilidad de educar bien
sexualmente a sus hijos.
El miedo que sienten los padres es captado por medio de las percepciones de sus
hijos, lo cual a su vez se traduce en la falta de un clima de confianza de los niños y
niñas que le permitan expresar libremente sus sentimientos, percepciones o
deseos. A su vez esta falta de confianza en los niños y niñas le genera miedos de
comunicarles inquietudes propias de la sexualidad por la actitud que puedan asumir
sus padres cuando se las cuenten.

3. ¿Cómo describen la metodología de su trabajo?

Para el abordaje del tema las autores acuden a la recopilación de experiencias de


docentes en educación sexual, de las capacitaciones que muchos de ellos han
recibido sobre la temática y la socialización de las mismas a los demás colegas,
acuden también a las charlas y entrevistas con numerosos padres de familia y
estudiantes. Todo el conjunto de experiencias de uno y otro actor de la temática se
convirtió en un compendio selecto de evidencias, a quienes las autoras denominan
recetario, a fin de brindar una adecuada ayuda tanto a padres de familia,
educadores y niños y niñas de 6 a 11 años en la adquisición de una correcta
educación sexual.

4. ¿Cuáles son los resultados o conclusiones a las que llegan luego de


estudiar la problemática?

La conclusión más trascendental a la que llegan las autoras de la investigación


partiendo de su propia experiencia en el aula de clases, a la interacción con los
padres de familia y al intercambio de conceptos con otros docentes de educación
sexual; es la de la necesidad atenuante de que los padres de familia brinden a sus
hijos en estas edades un clima de absoluta confianza que despierte seguridad en
ellos de expresarles sus dudas, inquietudes y necesidad de saber aspectos
interesantes o significativos sobre educación sexual, es mejor desde todo punto de
vista que los niños y niñas acudan a sus padres en su anhelo de adquisición de
nuevos saberes en temas de educación sexual, a que acudan a otros adultos para
conocer sobre estos temas. Los padres deben mantener un interés permanente por
las inquietudes de los niños y niñas cuando se trate de sexualidad porque ello los
llena de confianza, pero que el interés que demuestren los padres no traspase las
barreras de querer inmiscuirse en sus asuntos privados, por lo tanto no hay que
presionarlos para que hablen de aquello que no quieren hablar. Hay que saber
ganarse la confianza de ellos, y una vez logrado esto se debe proceder con cautela
para utilizar las palabras adecuadas al igual que los gestos, pues los niños y niñas
en estas edades poseen alta capacidad perceptiva y se dan cuenta fácilmente las
manifestaciones de las personas que lo rodean, especialmente de sus padres.

5. ¿Qué nuevo aspecto nos aportan para comprender nuestro tema de


investigación?

Hay dos aspectos sumamente interesantes que abordan las autoras y que
contribuyen mucho en la comprensión del tema. El primero de ellos, es el dar
información sexual a los niños y niñas de 6 a 11 años sin el temor de que con ello
se le estén “abriendo los sentidos”, hay que entender que dar una correcta
educación sexual no es adelantarse a los acontecimientos (Hernández y Jaramillo,
p.50), ni estimular una sexualidad que no sea acorde a su edad. Más bien significa
que los niños y niñas vayan comprendiendo los cambios corporales, sus relaciones
con los demás niños y niñas, el comportamiento de los demás, etc. Todo esto
redunda de manera positiva en las relaciones socio-afectivas tanto a nivel familiar
como social, principalmente en las que establecen en la escuela. Es de mucha
importancia que los niños y niñas vayan al compás de sus conocimientos con
respecto a sus cambios corporales, pues ello conlleva a que vivan con salud,
creatividad y alegría (Hernández y Jaramillo. p.54). Además cuando en sus
interrelaciones con los demás niños y niñas de su edad o con personas mayores,
escuchen o tengan información sobre sexualidad antepondrán los conocimientos
adquiridos a través de sus padres, o de personal especializado cuando éstos no
asuman tal procedimiento.
El segundo aspecto, que también es de gran importancia para la comprensión de la
temática, es la del saber escuchar por parte de los padres y enseñarles a sus hijos
a escucharse a sí mismos y a escuchar a los demás. El saber escuchar a los niños
y niñas de 6 a 11 años significa no sólo lo referente a las expresiones de sus
palabras, sino a sus gestos, comportamientos y juegos. Hay que desarrollar la
empatía padres-hijos, pues ello genera confianza en los individuos y la
manifestación sin temores de sus dudas e inquietudes con respecto a la educación
sexual.
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA

HERNÁNDEZ MORALES, Graciela y JARAMILLO GUIJARRO, Concepción.


La educación sexual de niños y niñas de 6 a 12 años.
www.aulaviolenciadegeneroenlocal.es/.../La_educacion_sexual_de_niñas..

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