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CURSO DE MAGIA WICCA

LAS ANTIGUAS FESTIVIDADES


Hace frío y está oscuro. Las noches han crecido y se han hecho cada vez
más largas.
Parece como si el Sol nunca fuese a volver. La Tierra está yerma y los campos
están helados. Para calentarse, la gente se abraza entre sí. La gente espera,
sus ojos brillan con la luz del fuego, se cuentan historias, se comparten sueños,
se celebra el momento de la oscuridad, en la espera de que la luz llegue
pronto... Finalmente se hace una noche especial. Toda la tribu, los adultos y los
niños, permanecen juntos – en un monte o en una plaza, o en el gran salón de
reuniones – porque hoy es la noche más larga del año. Se necesita la
colaboración de todos para hacer que el Sol asome nuevamente. Y por esto,
entre todos construyen una gran fogata en honor al Sol, y bailan y cantan y
hacen ruido con matracas y tambores y campanas durante toda la noche. Al
salir al Sol, en la mañana de la fiesta de Yule, cada persona sabe que él o ella
ha colaborado para que esto sucediera. Alegres, cansados y profundamente
satisfechos, saludan al amanecer. Han compartido algo que los va a llenar de
emoción, procurándoles calor, durante el resto del largo invierno: un
sentimiento vivo de magia. Una vez más, con la colaboración del grupo, la Gran
Madre Tierra ha estado toda la noche de parto y ha dado origen al nacimiento

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del Sol, una vez más. Los días van a ser más largos a partir de ahora, dentro
de unos pocos meses, los campos –que son su cuerpo- van a florecer. La
rueda, el gran círculo cósmico, ha vuelto a girar sobre sí mismo.

Desde tiempos cercanos a la Prehistoria, las culturas de todo el mundo han


realizado celebraciones comunitarias para señalar la noche más larga del año,
donde cada participante –mujer, hombre o niño- acostumbraba a compartir por
igual el misterio. Sin embargo, aunque muchas cosas se han perdido, han
sobrevivido hasta nosotros suficientemente como para ofrecernos un buen
punto de partida si deseamos conocerlas y vivirlas. Y eso es justamente lo que
estamos viendo ahora, un gran movimiento que quiere retomar la sabiduría
desde sus raíces.

Hace unos años, investigadoras como Marija Gimbutas y Riane Eisler


descubrieron y organizaron un gran número de pruebas que indicaban la
existencia de comunidades basadas en los valores de la Diosa Madre Tierra –
valores de comunidad, cariño y creatividad, lejos de las jerarquías de poder y
frente a los desposeídos, con el único deseo de ganar a toda costa de lo que
fuera la riqueza de las culturas posteriores. Pero mientras algunos consideran
que dichas culturas basadas en la Diosa son utopías, la realidad demuestra
que nuestra sociedad necesita transformarse y que son estos valores los que
necesitamos potenciar y mantener a fin de que la cultura sobreviva.

Al reconstruir nuestro sentimiento respecto de lo espiritual, estamos


generando una mejor forma de sociedad. Este es el trabajo en el que nos
involucramos muchos de nosotros, y algunos inconscientemente. Porque al
redescubrir el antiguo camino de la Diosa, encontramos el modo de recuperar
esas partes de nosotros mismos que teníamos desconectadas desde hacía
mucho tiempo pero que, al fin, se han despertado. La Gran Madre nos ofrece
curación, para nosotros y para nuestro planeta enfermo. Y son estas
festividades las que nos unen con la Tierra, de forma real y profundamente
tangible.

Retornamos a esas festividades que marcan cada cuarto y medio cuarto de


la gran rueda anual – festividades que nuestros antepasados honraban y
celebraban con rituales y costumbres, algunos de los cuales han sobrevivido
hasta hoy de forma más o menos reconocible. En cierto sentido, renovar
nuestra conexión con estos sagrados días del pasado es como volver al hogar,
un camino para recuperar algo de lo que somos, en lo más hondo de nosotros
– pero que nuestra sociedad ha perdido u olvidado. Aunque nuestra tecnología
sobrepase largamente nuestra capacidad de comprensión, nuestro yo interno
no es muy distinto del de hace miles de años. Todos compartimos un yo
profundo, instintivo, un paisaje interno poblado por los mitos y arquetipos,
alimentado por los cuentos de hadas y las leyendas y que viene de un distante
camino consciente. Estas antiguas celebraciones se refieren a ese yo interno y
sus necesidades - la necesidad de formar parte activa y viva del gran drama
de la Naturaleza y que se ejecuta año tras año en nuestro planeta.

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Cuando respetamos los ciclos anuales de la germinación, crecimiento,
formación del fruto, caída y muerte, y de nuevo germinación, nos regalamos
serenidad. Hay algo de satisfactorio y tranquilizador en estos ciclos, una
promesa de renacimiento y renovación a la vez que honramos los procesos de
decaimiento y muerte. Al alinearnos de forma consciente con este ciclo,
aceptamos sabiamente nuestros propios conceptos y realizamos una profunda
conexión con nuestro planeta. Compartir esta conexión con los demás se
convierte en una verdad sagrada.

Estos momentos especiales que celebramos son momentos en el tiempo,


creados conjuntamente por la Tierra y el sol. Nos enseñan con suavidad a
abrazar el instante para luego dejarlo ir con especial gratitud. En Mabon, el
equinoccio de otoño, el día y la noche son iguales, pero sólo por un instante.
Entre una respiración y la siguiente, nuestro planeta ha girado por lo que
deberemos esperar un año entero para que este momento especial de
equilibrio y armonía surja de nuevo. Las festividades marcan pausas
fundamentales, mientras que las estaciones son quienes honran esos caminos
graduales. Ambas tienen mucho que enseñarnos acerca de cómo vivir el
momento con sabiduría.

Celebrar el patrón anual nos ofrece un camino para recuperar nuestro


sentimiento de que la Tierra es sagrada, ya que ella se convierte en el cuerpo
de una Gran Diosa que nos enseña infinitas cosas. Al conocerla bajo una
experiencia directa y personal sobre los grandes misterios y con una
espiritualidad viva, el mundo se convierte en un lugar lleno de magia. Lejos de
los puntos de vista tanto alienados como alienantes de culturas que enseñan el
dominio sobre la naturaleza –dándole permiso a la Humanidad para que
destruir y contaminar el planeta- se convierte la Tierra en un estéril lugar
desierto sin espíritu. Este antiguo camino hace que el espíritu habite en todas
las cosas. Las propias rocas y los árboles se convierten en nuestros guías y
los animales en nuestros aliados. Todo es sagrado y de una importancia vital
para el conjunto. Al experimentar y celebrar según los modos antiguos,
reafirmamos nuestro compromiso de curación del planeta tanto como de cada
uno de nosotros; puesto que si vemos a la Tierra como el cuerpo de nuestra
sagrada madre, resulta muy poco probable que seamos capaces de herirla o
maltratarla. Y si honramos nuestra capacidad de saber, de ser sabios y
poderosos- si, de hecho, celebramos la esencia de la Diosa que nos es propia-
curamos la división que tantos de nosotros hemos sostenido entre nuestro yo
cotidiano y consciente y nuestro yo interior y profundo. Vicki Noble resume
magníficamente esta idea en su innovador libro Madre-Paz:

“En estos días, la mayoría de nosotros nos sentimos no muy bien física o
mentalmente –en cierto modo, estamos desequilibrados. Nos damos cuenta de
ese malestar pero no sabemos cómo solucionarlo. Si supiésemos qué hacer
para sentirnos bien, ciertamente lo haríamos. El gran regalo que nos ofrece la
Diosa es precisamente esto. Al individuo, le ofrece tanto el bienestar personal
como la experiencia de vivir en plenitud. A la Humanidad, puede otorgarle la
armonía que conlleva al reconocimiento de que todos estamos interconectados
en espíritu a este planeta. Dependemos de él para nuestra supervivencia y le
debemos el don de la vida”.

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Llegados a este punto, resulta vital afirmar una vez más que seguir el
camino de la Diosa no es un pre-requisito necesario para realizar las
actividades que propongo en este curso. Deseo que sea un curso útil para
todos, porque sean cuales fueran sus creencias espirituales, la única cosa que
todos tenemos en común es que compartimos nuestra existencia en este
planeta. Una existencia que se convierte cada vez en algo más precario y
amenazador. Para muchos de los que realicen este curso, la idea de que la
espiritualidad basada en la Tierra nos ofrece esperanza y curación no es nada
nueva.

Las ocho festividades que celebra este curso son las tradiciones de la
familia humana. Antes de que los calendarios estuviesen al alcance de
cualquiera, la gente observaba dichas festividades como puntos de referencia
para plantar o cosechar, para vivir de un modo que asegurase la continuidad de
la vida humana. La celebración de la Gran Danza Cósmica era la celebración
de nuestro lugar en la rueda según los vastos recursos que nos ofrecía la
Madre, como maestra, guía, y dadora de alimentos.

Aquí voy a presentar un resumen de este ciclo anual, un punto de partida


para entender su impacto en nosotros hoy en día. Doy a las festividades su
antiguo nombre celta, en parte porque esto es reflejo de mi herencia cultural
particular, porque me he dado cuenta que utilizar estos nombres mágicos
devuelve a esos días su significación especial. Durante años, muchos de
nosotros los hemos celebrado sin prestar ningún reconocimiento a su
importancia. Durante años, ese día puede haber sido simplemente el primero
de Agosto, pero ahora es Lughnasad. Y esto marca la diferencia.

Cuatro de estas festividades caen en días distintos cada año, aunque


siempre dentro del mismo margen de tres o cuatro días. Usted va a necesitar
consultar alguna efeméride o el “Almanaque del Campesino” para hallar
exactamente que días son los equinoccios y los solsticios. En la actualidad
resulta fácil encontrar calendarios que señalen esos días sagrados, pero a
algunas personas Les gusta buscarlos por su cuenta y organizar su propio
calendario en la pared. De hecho, hay quien ha creado una tradición familiar
con esta actividad, que normalmente se lleva a cabo en Año Nuevo y así se
puede anticipar el delicioso camino en espiral que se va a seguir mes a mes en
el próximo año.

No se pretende en modo alguno recrear las antiguas festividades de manera


histórica –lo que era válido para nuestros antepasados, que vivían de la
manera en que vivían no sería valido hoy por nuestro modo de vida actual. De
todos modos, no es mi propósito mantener la precisión histórica. En vez de
esto, quiero re-visionar, re-organizar y re-crear un sentimiento sagrado, la
reverencia por el ciclo anual de nuestro planeta y de una manera de ser alegre
y feliz. Si pensamos en la idea de festividad –celebrar el nacimiento del sol, por
ejemplo, o las bendiciones de la cosecha- como semilla, lo que se puede hacer
es inventar maneras contemporáneas, frescas y significativas, para cuidar a
esta semilla hasta que se convierta en fruto gracias a nuestras celebraciones

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familiares. Y si un antepasado nuestro viajase en el tiempo y apareciese justo
en medio de una de estas celebraciones, él o ella aún podrían reconocer la
imagen central o el acontecimiento que estamos celebrando.

MABON 20-23 septiembre:


Voy a empezar hablando de Mabon, la festividad de acción de gracias que
marca el equinoccio de otoño en septiembre, el momento de equilibrio entre el
día y la noche, la luz y la oscuridad. Tradicionalmente, Mabon es el momento
de la última cosecha, un día para celebrar los dones de la Madre con la familia
y la comunidad y, puesto que las noches empiezan a ser más largas, guardar
todo lo que hemos cosechado. Mabon nos ofrece la oportunidad de celebrar y
dar las gracias de todo corazón por las espléndidas y variadas cosechas que
hemos disfrutado durante todo el año. Mabon marca el inicio del tiempo en que
las cosas van a orientarse hacia el interior, por su rico contraste de imágenes
entre la abundancia terrenal y la disminución del poder del sol. Y también nos
es posible imaginar a nuestros antepasados, con sus caras pintadas de blanco
y negro, juntos, en medio de un círculo durante la danza sagrada que
celebraba el fluir de la luz y de la oscuridad en el ciclo espiral de la vida.

SAMHAIN 31 octubre:
Halloween (Día de Difuntos) aún conserva retazos de esta antigua festividad
de los muertos. Una noche para honrar al Anciano que ha nacido de nuevo tras
la medianoche. El misterio de Samhain hace que nos acordemos que nuestras
raíces están profundamente hundidas en la oscura Tierra, y nos despierta los
recuerdos y el poder de esta noche, que es la noche más bruja del año.
Samhain nos enseña a convertir la muerte en algo menos terrible: preparamos
comidas especiales, reservamos un lugar en la mesa para las personas
queridas que han fallecido y Les recordamos con respeto. Nuestros
antepasados sabían que en Samhain el velo que separa este mundo del
próximo es delgado y que, con ello, la comunicación entre ambos mundos es
una posibilidad real. Es el momento del año ideal para la adivinación, porque
Samhain nos anima a que escuchemos la sabia voz que hay en nuestro
interior, que confiemos en nuestra habilidad para ver y modificar el futuro. Al día
siguiente llega el invierno, el momento de la oscuridad, de mirar hacia dentro,
de conectarnos con nuestra sabiduría interna. La oscuridad llega junto con las
hojas muertas que trae el frío viento del invierno y mientras encendemos
nuestras esculpidas lámparas de calabaza y nos sentamos junto al fuego,
soñamos con nuestra propia muerte y con las muchas elecciones,
oportunidades y misterios que yacen frente a nosotros.

YULE 20-23 diciembre:


El solsticio de invierno en diciembre es el momento de mayor oscuridad: el sol
está en su punto más bajo en los cielos, mientras que la noche es la más larga
del año. Yule es uno de los puntos clave del ciclo. Tras Yule, los días empiezan
a prolongarse, por lo que esta festividad (similar en espíritu a la Navidad o a la
Hanukkah) se celebra tradicionalmente para convocar el retorno de la luz y de

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la esperanza al mundo oscuro y helado. En Yule hay celebraciones ruidosas y
reflexión silenciosa; nuestros antepasados encendían grandes fogatas en la
noche de Yule y bailaban a su alrededor toda la noche para llamar al amanecer,
girando y girando para invocar al cambio, tanto en el aspecto interno como en
el externo. Y la perfecta quietud de las imágenes de Yule (las velas iluminan la
oscuridad, el sagrado árbol verde constituye el eco de la naturaleza vibrante de
la vida en medio de la aparente muerte, y la Madre Tierra que da cobijo al Niño
Sol) nos recuerda que, justo cuando las cosas parecen haber perdido
esperanza y apagarse, el ciclo cambia y la luz retorna.

IMBOLC 2 de febrero:
Se celebra a principios de febrero. Tradicionalmente Imbolc honra a las
semillas que bajo Tierra empiezan a germinar. Imbolc celebra los días,
que visiblemente van siendo cada vez más largos y nos anima a limpiarlo
todo y a prepararse para la atareada estación que se avecina. Los
antiguos Celtas denominaban este día “Día de Brígida”, en
Honor a la triple diosa de este nombre. En Imbolc pedimos inspiración y guía
para nuestros nuevos planes y proyectos, y le dedicamos algunos
pensamientos a los misterios ocultos que están teniendo lugar en la
oscuridad. Al igual que la tierra oscura gesta la vida que va a surgir y a
florecer en primavera, nosotros honramos nuestros momentos de poder
oscuro, que gestan el crecimiento que nos va a sostener en los cálidos y
soleados meses de creatividad que están por venir.

OSTARA 20-23 de marzo:


El equinoccio de primavera en Marzo nos muestra el equilibrio entre la luz y la
oscuridad, pero en este punto de la rueda, con el triunfo de la luz, los días van
a ser en lo sucesivo más largos que las noches. Al realizar un homenaje a toda
la nueva vida, Ostara, al igual que la fiesta de la Pascua, trae a nuestra vida
huevos y polluelos para demostrar así el exuberante poder de los inicios. Con
el equinoccio de primavera, descubrimos en nuestro interior la energía y la
frescura suficientes como para romper el oscuro huevo de la inactividad
invernal y celebrar con abundante evidencia que la vida continúa.

BELTANE 1de mayo:


Esta antigua festividad de la fertilidad y de la sexualidad aclama la capacidad
sorprendente de la Naturaleza para autofecundarse. Situado al inicio del mes
de Mayo, cuando el mundo está pleno de vitalidad sensual, Beltane nos
conecta con la floración que está teniendo lugar en todas partes, a nuestro
alrededor. Beltane es un día para apreciar nuestro cuerpo y su capacidad
divina para el placer. La antigua festividad de Beltane honraba al sexo en su
aspecto creativo, como portador de alegría y generador de nueva vida. Cuando
nos imaginamos a nuestros antepasados ondeando sus guirnaldas de flores
alrededor del “árbol de mayo” (Maypole), que es a la vez tanto un símbolo fálico
como la representación del gran Árbol del Mundo, recordamos un tiempo en el

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que el sexo no era un pecado (cuando hacer el amor sin culpa, abiertamente,
en los campos constituía un acto sagrado que, como tal se creía, ayudaba a
obtener una mayor cosecha en otoño). Beltane es la reivindicación del cuerpo
como algo sagrado.

LITHA 20-23 de junio:


El Solsticio de Verano en Junio honra el poder del Sol: es el día más largo del
año. El Sol está en su Cenit, el punto más alto en el cielo. Las fiestas de Litha
nos animan a gozar del poder del Sol como dador de vida, calor, al tiempo en
que se celebra nuestra propia capacidad para hacer que las cosas crezcan.
Con sus radiantes imágenes solares y con llamativos colores en todas partes,
Litha nos empuja a abandonarnos a la alegría de este punto culminante. En
este día, nuestros antepasados acostumbraban a encender hogueras en lo alto
de las colinas, o grandes ruedas de paja que hacían rodar por las laderas hasta
que se apagaban al caer en las aguas de un río o de una corriente. Es bueno
gozar del calor del fuego gigantesco del sol que da luz y vida a nuestro planeta.
También darse cuenta de su poder ambivalente. Si tomamos demasiado de su
energía radiante tendremos sed, quemaduras en la piel e, incluso cáncer. Por
ello, aún en climas templados, hay que respetar esta energía.

LUGHNASAD 1 de Agosto:
La festividad del primero de Agosto marca la primera cosecha.
Tradicionalmente es el momento del sacrificio del grano que se ofrece al cuerpo
para alimentarlo. Lughnasad nos hace recordar las muchas maneras de que la
Madre Tierra responde a las necesidades de sus hijos. Cuando hacemos
partícipe a todo nuestro cuerpo (manos, mente, sentimiento) en el ritual de
hacer el pan, nos acercamos a la reverencia que nuestros antepasados sentían
por este alimento que Les salvaba del hambre en invierno y que era la sagrada
representación del cuerpo de la Diosa o del Dios. Justamente por eso, acabo
con esta reafirmación de lo sagrado que hay en toda vida, y de lo sagrado que
se halla también en nosotros mismos.

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LAS ENERGÍAS ELEMENTALES

Cuatro de estas festividades suceden en momentos cumbre, ricos respecto de


las energías que cada una de las estaciones simboliza. Las otras cuatro
festividades marcan cambios o transformaciones que anuncian lo nuevo por
venir después de que la estación haya llegado a su cumbre y haya declinado.
Los antiguos concebían un importante sentido detrás de las estaciones, así
como del significado que tienen para la humanidad – y para todo ser vivo -,
conformando los cuatro movimientos de la gran danza. Desde el punto de vista
tradicional, podemos empezar nuestro viaje hacia la recuperación de nuestra
unidad con la Naturaleza, comprendiendo estas vivencias estacionales, llenas
de energía vital y diferentes.
Para nuestros antepasados, las estaciones se correspondían directamente
con los cuatro elementos mágicos – tierra, agua, fuego y aire -. Los bloques
con los que se ha construido la vida, a su vez conforman la naturaleza humana,
según los modos básicos de ser. El reputado psicoanalista Carl Jung identificó
cuatro tipologías de la personalidad que se correspondían con los elementos,
con los cuatro palos del Tarot y su visión intemporal de la humanidad, un reflejo
de esta idea de las cuatro formas básicas de ordenar, entender, e interpretar
nuestra experiencia vital.
Desde esta perspectiva, cada año se convierte así en un viaje a través de
cada uno de estos elementos, ofreciéndonos la oportunidad de vivirlos de
forma plena, a fin de corregir el desequilibrio que hay en nuestras vidas.
Aunque voy a desarrollar esta idea de conexión y correspondencia de forma
más amplia, más adelante cuando me ocupe de las estaciones, el resumen que
ofrezco a continuación tiene la intención de hacer que medite al respecto del
modo en que la Naturaleza nos enseña sobre nosotros mismos. Se hallará una
hermosa interrelación que se implica en esta visión, desde donde es factible
percibir a la vez un delicado equilibrio y un firme fundamento en la fuerza y en
la permanencia. Una vez que uno se ha abierto a ellas, las correspondencias le
sugerirán un sistema de vida que surge del concienciarse como parte de un
todo mayor.

Estas correspondencias constituyen los elementos de las estaciones tal y


como las conocemos y están extraídas de las tradiciones occidentales
europeas que forman nuestra herencia cultural. Pero si alguien está interesado
por otros caminos –la visión de los aborígenes norteamericanos, por ejemplo-
deseo que también se interesen en descubrir que dicha propuesta conforma
otra visión del gran ciclo, diferente de la que explico aquí. Cada cual debe
descubrir la visión que tiene el significado más profundo para sí mismo.

Otoño – Agua – Las emociones.


El agua es el elemento del Otoño, está en relación con las lágrimas, el fluir y
los sentimientos. Es un momento de dejar ir, abandonar, permitir que la vida –

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aparentemente- se vaya: muchos nos encontramos tristes cuando los días se
acortan y las hojas de los árboles caen. Pero también nos empuja a soñar, a
buscar los ciclos que subyacen a nuestro alrededor y que nos ayudan a
descubrir los significados que se esconden detrás de la realidad. Nos enseñan
a respetar nuestro conocimiento interno, escuchar la voz interior, intuitiva y
sabia. El elemento agua del otoño es soñador, emocional y deseoso de ir hacia
los demás para unirse a ellos; y tiene mucho que enseñarnos con respecto a
nuestros sentimientos.

Invierno – Tierra – El cuerpo


Entrar en el invierno es como penetrar en una cueva cubierta de nieve: el
invierno nos enseña sobre nuestro yo físico. En invierno vemos el contorno de
las cosas; sin el camuflaje de la hierba o las plantas, los montes tienen una
belleza serena bajo su manto de nieve, los árboles revelan sus elegantes
esqueletos y el agua se convierte en piedra. Somos obligados a reconocer
nuestro cuerpo –al resbalar en el hielo, al masajear nuestros pies para
mantenerlos calientes, al tener un resfriado, al desear dormir cuando las largas
noches nos empujan a hibernar y a experimentar la energía curativa de los
sueños -. La conexión de la Tierra con el invierno nos aconseja cuidar de
nuestra salud, escuchar la sabiduría del cuerpo y afianzarnos en honrar lo
físico. El invierno nos insta a respetar nuestras propias estaciones de
oscuridad; en ellas, como la Tierra que ahora yace estéril, está el poder de la
gestación y, por ello, resulta imposible nacer de nuevo a la vida.

Primavera – Aire – La mente


En primavera, los silenciosos cielos del invierno cobran vida y regresan
nuevamente los pájaros; para muchas culturas antiguas los pájaros y su
elemento, el aire, están relacionados con la rapidez del pensamiento. Es el
momento de empezar de nuevo, surgen los primeros brotes jóvenes, las brisas
frescas se llevan las telarañas de nuestra mente y hacemos listas y
planificaciones los proyectos que deseamos llevar a cabo en esta época de
crecimiento –y al compartir estos proyectos con los demás los hacemos
florecer -. La primavera nos enseña acerca de la comunicación y la inspiración
de las nuevas ideas.

Verano – Fuego – La Voluntad


Pasión y empuje, y la llama espiritual que nos empuja a actuar; todo ello está
relacionado con el fuego y con el ardiente y vibrante verano que lleva a
fructificar todas las cosas. Mientras todo el mundo crece y madura a nuestro
alrededor, el fuego del verano nos enseña cómo recuperar nuestro fervor como
algo clave para hacer que lo bueno suceda en nuestra vida. La fogosidad del
verano nos da pruebas concluyentes de su poder vivificante –o de sequedad, si
no se contempla con respeto -. El impulso de energía positiva nos incita a
finalizar los proyectos, a celebrar la abundancia que vemos en todas partes.

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LAS ANTIGUAS TRANSICIONES
Una vez que nos hayamos familiarizado con el orden y el ciclo de las
festividades comenzaremos a notar algo extraño. ¿Te has preguntado alguna
vez por qué se denomina a Litha el centro del verano (Midsummer) cuando en
el calendario se dice que sólo es el primer día del verano? ¿O por qué el
solsticio de invierno se supone es el primer día del invierno, pero en el exterior
ha estado haciendo frío y nevando durante semanas y las canciones navideñas
antiguas se refieren a Yule, indiscutiblemente como el centro del invierno
(Midwinter)?

La respuesta la encontramos en la visión que nuestros antepasados tenían


de los puntos de transición que señalan las estaciones y cómo en nuestro
moderno calendario de forma significativa.

Por ejemplo, para los antiguos celtas, Samhain (el Halloween o Día de
Difuntos) era el último día del otoño; y al día siguiente llegaba el invierno. Si
uno vive en una región cerca del Norte, probablemente reconocerá la verdad
de esta creencia –las brillantes hojas ya han sido barridas por el viento a
principios de Noviembre y la aguanieve o las nevadas nos fuerzan a estar
dentro de casa. – Y cuando Yule llega, ya hemos sentido durante un tiempo el
invierno y con ello el vocablo para designar al solsticio –centro del invierno
(Midwinter) – tiene sentido.

Beltane, la ceremonia de la sensualidad y la fertilidad, podría decirse que


anuncia el verano y, con ello, la descripción de Litha como centro del verano
también encaja. Por esto, cuando llega Lughnasad, se puede sentir un cambio
palpable en la energía de la Tierra. Aunque las hojas aún tarden unas semanas
en cambiar de color, el mundo verde se torna más silencioso, más reflexivo,
como si toda la Naturaleza estuviera encerrándose en las semillas. Se siente
que la estación del crecimiento ha terminado y que la Naturaleza ha empezado
su descenso y se está secando. Podríamos asegurar que el otoño empieza
aquí, con Mabon como punto cumbre, al igual que Litha es el clímax del
verano, y Yule el del invierno. Y para completar el esquema, es bueno saber
que el clima suave de Irlanda llevó a los antiguos celtas a considerar Imbolc el
primer día de la primavera. Ostara es entonces el punto medio de la primavera,
el centro de las fuerzas estacionales.

Lo que sucedió es que nuestra cultura convirtió los puntos centrales en


transiciones y se olvidó de los puntos de transición. Sólo festividades como la
Candelaria (Groundhog Day) o el Día de los Difuntos (Halloween) aún evocan
un cierto parecido con sus orígenes antiguos como Imbolc o Samhain.

Otro modo de comprender el esquema de las antiguas celebraciones


estacionales es visualizar la rueda anual como si fuese la esfera de un reloj, y
colocar los festivales en ella. Yule a las 12 A.M., el oscuro centro de la noche,
pero un instante después de la medianoche, la mañana empieza. Imbolc
estaría a las 3 A.M., cuando el mundo comienza a moverse aún dormido

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sintiendo la cercanía del amanecer. Ostara, a las 6 A.M. es la luz clara de la
salida del sol y Beltane a las 9 A.M. es la cúspide de la luz de la mañana. Litha
es el mediodía del año cuando el sol luce en su punto más alto –y luego
empieza a declinar. Lughnasad a las 3 P.M. es la dorada sobremesa, cuando
las sombras empiezan a crecer. Mabon, a las 6 P.M. es el atardecer, mientras
decimos adiós al Sol y a los días largos y damos la bienvenida a la oscuridad. Y
Samhain a las 9 P.M. es la noche profunda, la negrura de la capa del Anciano
que se arremolina en torno a la Luna.

Como uno de los propósitos de este curso, he decidido mantener las


actividades estacionales o las festividades en el calendario que nos resultarán
más familiares a todos. Pero una vez nos hemos dado cuenta de la claridad del
punto de vista de los antiguos –una vez que nos hemos percatado de los
puntos culminantes de la danza- nos encontramos viendo este ciclo anual de
un modo distinto tejiendo nuestro conocimiento con lo que va a venir, al tiempo
que vivenciamos lo que está alejándose como si se tratara de un bordado.

ACTIVIDADES ESTACIONALES

Las actividades estacionales de este curso sirven para fomentar la interacción


“con” y “respecto de”, y para disfrutar las energías de cada estación. Existen
actividades con agua para el otoño que desarrollan nuestra sabiduría interna al
tiempo que nos ofrecen un excelente equilibrio en las relaciones familiares. Las
actividades con la Tierra en invierno van a fomentar el respeto por ese
momento oscuro y detenido que tiene la cualidad de las piedras. Por su parte,
las actividades relacionadas con el aire en primavera inspiran y deleitan.
Mientras que, por último las actividades relacionadas con el fuego en verano
nos convierten en recipientes sagrados de la energía solar.

Por esto decimos que aprendemos tanto exterior como internamente. Si


estamos en contacto con la Naturaleza, poseeremos un sentimiento más fuerte
respecto al ciclo cambiante de la misma. Esto es un medio de descubrir lo que
ya conocíamos. Si prestamos atención a la Naturaleza conseguiremos
simplemente dejarnos guiar por nuestro propio modo de ser.

Cuando realizamos tareas respecto a cada estación y cuando celebramos


las festividades de la Tierra que encajan con lo que sentimos – al involucrarnos
en actividades sencillas pero con significado, que resuenan todavía en nuestros
medio conscientes recuerdos antiguos- somos capaces de vivenciar la danza y
lo sagrado de las estaciones con una mayor profundidad y totalidad, además
de relacionarlo con cada aspecto de nosotros mismos. Y este es precisamente
el modo en que conseguiremos ser una encarnación tan consciente como
actual de nuestra antigua magia.

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Libro III (Falta)

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EL MUNDO SAGRADO DE LA NATURALEZA
La consciencia de la Diosa a menudo empieza en el mundo natural y con
nuestra actitud hacia él. En los últimos cinco mil años, la cultura patriarcal ha
enseñado a las personas a apartarse de la naturaleza. Racionalizando de todos
los modos posibles la avaricia y la explotación, mediante la visión de que la
Tierra estaba puesta bajo nuestros pies para servir a la humanidad – y que
habíamos sido creados para ser sus dueños- esta es la raíz de la presente
pesadilla ecológica. Al robarnos este sentimiento de lo sagrado que proviene de
la naturaleza –al convertirla en algo de poca importancia, inferior y muerto- las
culturas que adoraban a un dios en los cielos provocaron un sesgo cruel en
nuestra naturaleza interna y prepararon el camino para la psicosis y la
alienación que hoy está tan extendida.

A un nivel más personal, muchos de nuestros padres pensaban que la


Naturaleza era su enemigo. Las personas no respetaban ni la flora ni la fauna.
Pero empezaron a darse cuenta del precio real de esta manera de vivir
desequilibrada y sin alma.

Ahora existe un creciente impulso de cambio. A la vez que nos abrimos a lo


sagrado de la vida –a las enseñanzas espirituales que todas las criaturas
pueden ofrecernos, si las observamos con nuestros ojos humanos, bien
abiertos – redescubrimos nuestro lugar en la imagen global. Hay unos lazos
que irrevocablemente nos unen a todo lo vivo que comparte este planeta con
nosotros.

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LOS MAESTROS ANIMALES
Tal vez nada nos haga profundizar más nuestra experiencia de la Naturaleza y
de su espíritu sagrado que observar y honrar a los animales que la habitan.

Si permitimos vivir y observamos las vidas que haya a nuestro alrededor, Les
daremos la oportunidad de conectar. La intimidad, el respeto y el amor van a
crecer junto a la continua observación. Y una vez nos empecemos a dar
cuenta, veremos que hay miles de pequeñas vidas entrelazadas con la nuestra
- los árboles, la hierba e, incluso, la vida que se desarrolla debajo del suelo de
nuestros pies -. Aprender acerca de los pájaros, las ardillas, las arañas o las
hormigas se convierte en una fascinante ocupación sin final y que está al
alcance de muchos de nosotros, no importa dónde vivamos. Y si nuestro hogar
está cercano a alguna Tierra salvaje – o si vivimos cerca de una reserva o un
parque – podemos relacionarnos también con muchas criaturas. En mi zona mi
lugar favorito para ello, es el Arroyo Bejarano, y la zona del río Guadiato, si
alguna vez vienes a Córdoba. No te lo pierdas.

De esta forma se aprende a respetar las vidas de los demás, y va a ser algo
impensable ver a alguien torturar o destruir sin piedad a cualquier criatura. El
activismo ecológico puede empezar de este modo.

Él involucrarse con las criaturas vivientes se profundiza con el paso de los


días. Uno debe darse tiempo a sí mismo el tiempo necesario para observarlos
y conectar realmente con ellos.

HABLAR CON LAS HADAS


Los espíritus de los árboles y otros aliados verdes.

La idea de hablarle a las plantas para ayudarlas a crecer mejor no es nueva –


muchos de nosotros nos hicimos amigos de nuestras plantas en los años 70.
Pero las personas que más saben de esto son los Magos Verdes, como sabían
de ello los druidas, (en otras culturas los chamanes). Muchos nos han
enseñado que las cosas verdes que crecen y tienen raíces también tienen un

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espíritu, con el cual es posible comunicarnos. Ahora podemos escuchar a
nuestras amigas las plantas con atención.

Oír a los árboles y a los prados se convierte en una apertura a la intuición, un


diálogo con la Fuente. De este modo, podemos aprender el valor de cada árbol
o prado con el que compartimos nuestro espacio
Para los niños, las hadas son reales. Ahora parece que existen evidencias
válidas para los adultos acerca de su existencia –no en su disfraz popular de
ninfas aladas, sino como presencias que pueden sentirse, conocerse y
honrarse. Algunos herbalistas Les llaman “devas” y fundamentan sus
conocimientos (que más tarde ampliaran mediante estudios e investigaciones)
respecto de lo que los devas Les cuentan.

Yo mismo cuando he ido a pasear al Arroyo Bejarano, de Córdoba y he


caminado por el río Guadiato corriente arriba, he notado su presencia.

Durante la festividad de Lughnasad, en el Verano, se pueden realizar


algunas actividades específicas para establecer una relación amorosa con los
árboles, por lo menos es la mejor época. Al abrirnos a la suave energía de los
árboles vamos a enriquecer nuestra vida de forma inconmensurable. Si uno
aprende a amar algún árbol en particular –si este se ha convertido en una
persona o en un espíritu para uno- entonces probablemente será más difícil
que uno hiera o escriba con un cuchillo sobre su tronco, o que eche alguno
abajo sin razón o, incluso que gaste innecesariamente el papel.

El involucrarse con el espíritu de seres en otras dimensiones empieza con


los que hay en este planeta, lo que constituye la llave para tener una auténtica
conciencia ecológica. Si todos los seres tienen su espíritu, no nos resultará
difícil predisponernos a su cuidado y conservación.

PASEAR RECOGIENDO HIERBAS


Alimentos silvestres obtenidos en la despensa de la NATURALEZA

Pero si toda vida es sagrada, ¿cómo podemos comerla? Muchos de nosotros


somos vegetarianos porque no podemos vivir en paz con la idea de comer
animales. Pero si las plantas poseen también espíritu, ¿cómo vamos a
sobrevivir?

El concepto “todos mis parientes” de los indios norteamericanos implica el sacrificio de


nuestros cuerpos a favor de los demás. El término “sacrificio” significa “hacer sagrado”. Si las
hierbas, frutos y algunos animales, se convierten en sagrados al sacrificar sus cuerpos en mi
favor. Me corresponde a mi ser digno del sacrificio de vida. Las hierbas, los frutos y esos
animales se convierten en parte de mí y yo en parte de ellos. Somos uno.

Tenemos que aprender que nosotros también somos sagrados. Formamos


parte de la Naturaleza al igual que los árboles, los animales y las plantas. El
conocimiento auténtico y verdadero de esto hace que el acto de alimentar
nuestro cuerpo sea sagrado. Aquellos que hablan de forma regular con los

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espíritus de las plantas, afirman que ellas quieren realmente que las comamos
y los seres del “Mundo verde” se regocijan en su entrega.

Con un poco de estudio previo, la mayoría de nosotros podemos ir al campo


y experimentar directamente este espíritu satisfecho de las plantas
comestibles. De repente la Tierra cobra vida y está repleta de tesoros verdes. Y
la constante interacción con las fases y los ciclos de los campos va a darnos
como beneficio secundario el redescubrimiento familiar del ciclo sagrado.

Existe una magia real y salvaje y podemos descubrir muchas de las hierbas
que crecen bajo nuestras narices resultan a la vez, deliciosas y listas paras que
las cojamos –una relación satisfactoria con nuestros antepasados recolectores,
tal vez -. Estaremos maravillados de saber que muchas plantas que
consideramos molestas, malas hierbas y enemigas de nuestro césped
inmaculado, poseen incalculables beneficios para nuestra salud, además de
ser un apetitoso alimento.

Ante todo, es bueno tener una buena guía de campo para estar
absolutamente seguro de que sabemos con exactitud lo que estamos
comiendo, se puede comprar en cualquier herbolario o librería. Al identificar las
plantas con una guía de campo se va a tener la seguridad de que sea lo que
fuere aquello que se pongo en la boca, es algo seguro. Voy a añadir una
pequeña lista en la cual he realizado algunas omisiones: las ortigas, por
ejemplo, crecen libremente y tienen un tremendo valor nutritivo, pero pueden
darle picor si las roza desprevenido. Y aunque no es fácil confundir el zumaque
rojo con su pariente blanco venenoso, he decidido no arriesgarme. No se va a
correr ningún peligro con la lista que menciono a continuación.

Lo siguiente que se debe considerar es estar seguro de que en el área de tu


cosecha no ha habido ningún tratamiento insecticida o productos químicos. La
manera más fácil de comprobarlo es recolectar sólo en tu propio terreno, al
cual, por supuesto, no habrás echado pesticidas o herbicidas

También se debería eludir las plantas que crecen cerca de las carreteras o
caminos transitados para evitar la contaminación por metales pesados. Hay
que tener especial cuidado con las áreas vigiladas por los perros del
vecindario. Si una planta huele de forma extraña, no la recojas. También se
debe intentar recoger solo una porción de cada planta, así crecerá de nuevo en
ese mismo lugar. Se debe recoger solo lo que se vaya a utilizar; lo que necesite
uno y su familia, así no se malgastarán estas encarnaciones de lo sagrado de
la vida.

Una vez tenga lleno su cesto, puede lavar sus hallazgos simplemente en un
bol con agua fría y sacudirlos para secarlos o dejar que se sequen
esparciéndolos sobre una toalla. Si uno piensa en cocinarlas al vapor o en
freírlas, las debe poner simplemente en una cacerola con las gotitas de agua
aún adheridas. Esto suele ser suficiente para cocinarlas. Si desea ideas sobre
recetas uno puede acercarse a una librería o herboristería y seguro que
encontrará libros al respecto.

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PAMPLINA
Deliciosamente llamada “Señora de la pequeña estrella”, la Pamplina es la
primera hierba comestible que aparece en la primavera. En algunas regiones
se la puede ver antes de que la nieve haya desaparecido por completo. Crece
muy cerca del suelo, y sus hojas finas y diminutas flores blancas nos invitan a
encontrarla, tiene un sabor dulce y delicioso parecido a la lechuga.

MALVA
Es otra planta temprana de la primavera. El gusto a limón de las primeras hojas
jóvenes de la Malva es popular. Las hojas recogidas al final del verano pueden
añadirse al stock familiar de hierbas y las semillas de color marrón o rojo
oscuro recogidas al final del verano o a principios del otoño constituyen un
añadido crujiente para las ensaladas, sopas y cocidos.

DIENTE DE LEÓN
Es difícil pensar que algunas personas fumigan sus campos para matarlos. El
diente de león es un tesoro lleno de cosas buenas. Probar el licor de diente de
león es suficiente para convertirlo en un aliado. También se pueden comer sus
flores fritas. Las hojas verdes son sabrosas en ensaladas (a los niños puede no
gustarles su sabor ácido) y a casi todo el mundo le gustan al vapor o cocidas.
Se pueden tostar sus raíces y hacer una bebida parecida al café con ellas.

AJO
El sabor picante del ajo no le gusta a todas las personas cuando está cruda.
Pero a todo el mundo le gusta su sabor si esta planta está cocida o frita. Es un
buen complemento para las ensaladas. Una planta resistente como la
Pamplina, crece al principio de la primavera y es fácil de encontrar.
CENIZO
Con ella se hace una ensalada que agrada mucho a causa de su dulzor suave
y tierno. El Cenizo tiene las hojas de una forma característica y son muy
comunes en la mayoria de las regiones.

LANTÉN
Tiene el apodo de “pan del camino” porque es comestible y crece en muchos
lugares. Esta humilde planta que crece al lado de los senderos ha sido utilizada
como comida durante cientos de años tanto por los peregrinos hambrientos
como por otros viajeros de a pie. La mayoría de personas la prefieren, si es
posible. Es deliciosa cuando se la hierve un poco y luego se la cubre con salsa
de queso o se la convierte en un pastelito. El Lantén pronto va a convertirse en
la hierba favorita de su familia. Sin embargo, todos deberíamos conocerla por
sus propiedades medicinales. También se la llama la “planta tirita”: si uno se
hace un corte o le pica una abeja, puede masticar un poco de Lantén y poner la
masa encima de la herida, con lo que sanará más rápidamente.

VERDOLAGA
Muchos jardineros la consideran una molestia, pero un mordisco a su suculenta
dulzura suele ser suficiente para disfrutarla.

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TRÉBOL ROJO
Las hermosas flores púrpura hacen que esta hierba sea una de las que más
Les gusta recoger a los niños. Cuando se comen crudas, las flores son un tanto
amargas; por ello es conveniente freírlas en un poco de mantequilla, o echarlas
en agua hirviendo para hacer un té. Hay quien las seca en ramilletes que
cuelgan boca abajo en la cocina – en parte por gusto estético, pero también
porque las flores, una vez secas, dan mejor sabor al té -.

VIOLETA SALVAJE
Las vívidas flores púrpuras constituyen un añadido bonito e inusual a las
ensaladas a principios de primavera y las hojas resultan una merienda popular
en verano, ya sea ensaladas o masticadas en el mismo momento de cogerlas.
Además, es divertido buscarlas: las hojas tienen forma de corazón y al ponerlas
en la boca su sabor es un poco viscoso (parecido a la ocra pero menos),
aunque mucho más dulce.

ALELUYA
De todas las hierbas probadas por los niños que se ingieren crudas, ésta es
una de las más tradicionales; algo tiene que ver el sabor ácido – como el de la
Malva aunque mucho más tierno – que ha hecho sonreír a muchas personas y
arrugar los labios durante años. Las semillas, parecidas a la ocra, son un
deleite especial cuando se forman al final del verano.

De este modo tan simple podemos empezar a buscar afuera en la


Naturaleza, el confort, la fuerza y el alimento. Cuando tenemos un día difícil en
el trabajo, el ir a recoger plantas o mirar como una mariposa toma un baño de
sol encima de una hoja, o bien descansar apoyados en un roble gigante
sintiendo su firmeza, constituye un paseo curativo. Estar sencillamente
sentados en silencio, mirando y escuchando es un modo de aquietar los
conflictos internos y abrirnos a la vida. Con ello aparece un silencioso darse
cuenta de nuestra conexión profunda con todos los aspectos de la vida y el
lugar que nos merecemos en el gran diseño de la Naturaleza, por nuestra
propia esencia sagrada mientras nos sentimos bailar con la Tierra a nuestro
alrededor.

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ALGUNOS REMEDIOS NATURALES

ESTA TABLA NO PRETENDE REEMPLAZAR


EL CONSEJO MÉDICO NI SU
TRATAMIENTO. SI LOS SÍNTOMAS
PERSISTEN O EMPEORAN, CONSULTAR
CON EL ESPECIALISTA.

Pie de Atleta:
Infección de hongos común que causa ampollas, picores y dolor. Mantén los
pies bien secos y lleva calcetines.

- Aceite del árbol del té: aplícalo directamente sobre la zona afectada.
- Aceite de eucalipto: diluye 15 gotas en una cucharada de aceite de oliva y
aplícala en el lugar de la infección.

Dolor de espalda:
Dolor muscular, especialmente en la parte baja, causado por permanecer
muchas horas de pie, falta de ejercicio o lesiones.

- Calor: aplica compresas tibias, 30 min.


- Corteza de sauce blanco: contiene salicina una sustancia natural de la cual
se desarrolló la aspirina: toma ½ a 1 cucharadita de tintura 3 o 4 veces al
día.
- Aceite o gel de árnica: masajea la zona afectada y no apliques en heridas
abiertas.

Contusiones
La piel se amorata cuando se daña alguna vena, sin producir herida superficial.

- Reposo, hielo y compresas y elevación: de la parte dañada.


- Árnica: aplica directamente sobre la contusión (nunca sobre heridas
abiertas).
- Ledum: preparado homeopático para contusiones fuertes, como ojos
amoratados o una lesión que deja la zona fría o entumecida. Puedes
ingerirlo o aplicar externamente.

Quemaduras leves
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Se producen cuando la exposición al calor provoca el enrojecimiento de la piel.

- Agua fría: aplica inmediatamente hasta que desaparezca la sensación de


quemazón.
- Áloe vera: estimula la regeneración celular y refresca la quemadura; aplica
tanto gel como sea necesario.
- Caléndula: produce un alivio rápido; prepara una infusión y empapa un paño
para aplicarlo a la quemadura (no en herida abierta).

Dolor de oído
Del oído externo, se produce normalmente al entrar agua mientras nadamos o
nos duchamos.

- Vinagre blanco: mezcla con la misma cantidad de alcohol isopropílico al


70% y ponte unas cuantas gotitas en el oído durante unos 30 segundos.
- Aceite de ajo o extracto liquido de ajo: pon de 5 a 10 gotas del aceite
calentito en el oído cada 2 o 3 horas.

Fiebre
Es un síntoma de lucha del organismo contra la infección.

- Milenrama, flor de saúco, menta y jengibre, solas o combinadas: tomadas


en infusión hacen sudar, reduciendo la fiebre; toma 1 taza 3 o 4 veces al
día.
- Belladona: Es un remedio homeopático para la fiebre y los sofocos; toma la
cantidad recomendada en el envase.

Dolores menstruales
Causados por cambios hormonales durante el ciclo menstrual y que muchas
veces pueden aliviarse evitando la cafeína y alimentos ricos en azúcar, sal y
grasas.

- Valeriana: calmante; toma ½ a 1 cucharadita de tintura al día o 2 cápsulas


3 o 4 veces al día.
- Manzanilla: Calma los dolores y estimula el flujo menstrual; date un masaje
con aceite esencial en la parte baja del abdomen.

Alergias
Estornudos, ojos hinchados y dolores de cabeza son los síntomas que se
producen cuando el sistema inmunitario se vuelve hipersensible a una
sustancia extraña.

- Vitamina C más biaflavonoides: antiinflamatorio; 500 mg. Dos o tres veces


al día.

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- Quercitina: para estabilizar las células que liberan histamina; 1.000 mg. Con
500 mg. De bromelaína (empieza a tomar 2 semanas antes de que empiece
la estación del polen).

Congestión nasal
Forma que tiene el organismo de combatir una infección (como el resfriado
común).

- Hidrastis: ayuda a secar la excesiva mucosidad; 2 cápsulas o ½ cucharadita


de tintura, 3 o 4 veces al día.
- Regaliz: facilita la expulsión de mucosidades; ½ cucharadita de tintura o 1
taza de infusión tres veces al día.
- Aceite de eucalipto: descongestiona y expectorante, para masaje o
inhalación.
Hemorroides
Venas hinchadas y dolorosas alrededor del ano, resultado muchas veces de la
ingestión insuficiente de fibra.

- Caléndula: propiedades antibactericidas; coloca el preparado en un paño de


algodón y aplícalo en la zona lesionada.
- Hamamelis: calmante y astringente, contrae los vasos sanguíneos; empapa
en un algodón y aplícalo en la zona lesionada.

Zumaque
La piel se irrita debido a las sustancias de la planta que entran en contacto con
la piel. Lávala inmediatamente con jabón y agua.

- Caléndula: como tintura para el acné, o sarpullido.


- Aloe Vera: el gel que calma la irritación.
- Hamamelis: para aliviar la hinchazón; aplica sobre la piel con un tejido de
algodón.

Estreñimiento
Causado por una ingestión insuficiente de fibra y agua. Algunas soluciones a
largo plazo son hacer ejercicio (sobre todo caminar), una dieta rica en fibra y
beber más líquidos.

- Semillas de zaragotana: toma de 1 a 2 cucharaditas diluidas en un vaso de


agua, seguidas de otro vaso de agua, de una a tres veces al día.
- Semillas de lino: 1 o 2 cucharaditas tomadas por la mañana con cereales o
en bebida.

Indigestión y flatulencias
Normalmente las causan el comer en exceso o demasiado rápido. Los
alimentos que no son totalmente digeridos tienden a fermentar y producir gases
intestinales.

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- Carbón vegetal: ayuda a absorber gases; toma 500 mg con las comidas o al
primer síntoma de indigestión.
- Bromelaína o papaína: proporciona enzimas digestivos; masca de 2 a 4
grageas, después de cada comida.

Dolor de garganta
Dolor o escozor que suele anunciar el comienzo de un resfriado o gripe.

- Tabletas de zinc: 23 mg de gluconato de zinc cada dos horas (no más de 6


al día) durante una semana.
- Tintura de mirra: haz gárgaras cada media hora con ½ cucharadita de
tintura disuelta en ¼ de litro de agua caliente.
- Infusión de salvia: haz gárgaras cada media hora.

Tos de resfriado común


Ayuda al cuerpo a expulsar las mucosidades. Toma alimentos picantes como
guindilla, raíz de rábano rusticano para ayudarte a expulsar la flema.

- Equinacea: de ½ a 1 cucharadita de tintura, o de 500 a 1.000 mg de raiz


seca tres o cuatro veces al día.
- Olmo (Ulmus fulva): en caso de tos seca, toma algún comprimido que lo
contenga.

Picaduras de insectos
Puedes lavarlas bajo un chorro de agua fría con un jabón suave. Después
aplica un tratamiento natural.

Picaduras de mosquito:

- Aceite del árbol de té: aplica 2 o 3 gotas.

Picaduras de abeja:

- Arcilla: mezcla el polvo con unas cuantas gotas de agua.


- Apis: preparado homeopático aplicado en forma de ungüento.

Cistitis
Produce escozor después de orinar y un gran deseo de orinar. Evita los
endulzantes concentrados como la miel, los jarabes de arroz o arce o la
melaza.

- Zumo de arándanos sin endulzar: dificulta la reproducción de las bacterias;


dos o tres veces al día.

- Vitamina C: 500 mg cada dos o tres horas.

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Cortes
Debes lavarlos inmediatamente debajo de un chorro de agua fría y con jabón
suave. Sécalos con cuidado y aplica un remedio natural.

- Equinácea: aplica la tintura (diluida en 5 partes de agua) una vez deje de


sangrar, para evitar que se infecte.
- Caléndula: empapa una gasa estéril en la tintura diluida y aplícala sobre la
herida. Protégela después con una venda.

Insomnio
Dificultad para conciliar el sueño y descansar, y para dormir toda la noche de
un tirón.

- Valeriana: tómala en infusión caliente, en tintura o cápsula, 30 minutos


antes de irte a dormir; 1 taza, ½ cucharadita de tintura o 2 cápsulas.
- Manzanilla: efecto sedante; tómala en infusión tres o cuatro veces al día.
- Lavanda: calma y relaja; utilízala para masajes o en el baño.

Diarrea
Muchas veces se trata de la respuesta del organismo para librarse de las
toxinas presentes en el tracto intestinal. Bebe muchos líquidos, como plátanos,
arroz y frutos secos pues son astringentes.

- Arcilla: fija y arrastra los residuos en los intestinos; 1 cucharadita con un


vaso de agua.
- Acidophilus: restablece el equilibrio de la flora intestinal; 1 cucharadita tres
veces al día.

Fatiga
Caracterizada por una falta de vitalidad, es un síntoma claro de deficiencia de
hierro, potasio, vitamina B y zinc.

- Eleuterococo: aumenta la resistencia al estrés; ½ cucharadita de tintura dos


o tres veces al día.
- Avena: alivia el cansancio y la depresión; elige preparaciones que
contengan semillas de avena y toma de ½ a 1 cucharadita de tintura tres
veces al día.

Sofocos menopausicos
Se caracterizan por la sensación de calor y sudores en la cabeza, causada por
los cambios en los niveles del estrógeno que se producen durante la
menopausia.

- Alfalfa y cimicífuca racemosa: para estimular la producción de estrógeno; ½


cucharadita de tintura o 2 cápsulas tres veces al día.
- Pulsatila: preparado homeopático para los cambios frecuentes de humor y
sofocos nocturnos.

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Candidiasis
Entre los síntomas están hinchazón, escozor y supuración vaginal. Evita el
alcohol, los carbohidratos refinados y el azúcar en todas sus formas.

- Acidophilus y bifidobacterias: ½-1 cucharadita o dos cápsulas tres veces al


día.
- Pau d´Arco (lapacho): ½ cucharadita de tintura tópicamente, 1 infusión o 2
cápsulas tres veces al día.

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Libro IV ¿?

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