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NADIE SE SALVA SIN EL ARREPENTIMIENTO

Lucas 13.3 Si no nos arrepentimos, todos pereceremos igualmente, nadie se salva sin el
arrepentimiento, porque él no vino a buscar buenos, sino pecadores.

El arrepentimiento es una de las doctrinas fundamentales de la Biblia.

¿Qué es doctrina fundamental?

Doctrina fundamental es aquella doctrina indispensable para ser salvo, es decir, que no se
puede omitir dentro del proceso o del plan de salvación, sin ella no se salva nadie.

Para la salvación es el indispensable y fundamental el arrepentimiento, porque nadie se


salva sin el arrepentimiento.

Los judíos, compungidos el día de Pentecostés, sintieron la necesidad de ser salvos, y le


dijeron a Pedro y a los otros apóstoles ¿Qué haremos para ser salvos?.

La respuesta fue “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros, en el nombre de


Jesucristo, para perdón de los pecados y recibiréis el don del Espíritu Santo”.

Según este pasaje de Hechos 2:38, parece ser que la salvación está embarcada dentro de
estos tres pasos:

 Arrepentimiento
 Bautizarse
 Recibir el Espíritu Santo.

Pero leyéndolo nuevamente, encontramos que el primero de esta lista es el arrepentimiento.

El arrepentimiento es una doctrina fundamental, porque sin ella nadie puede ser salvo;
revisando las doctrinas de la Biblia, encontramos la doctrina del arrepentimiento como un
componente imprescindible en el plan salvífico de Dios.
Es imprescindible el arrepentimiento, nadie se salva sin arrepentirse ¿Por qué motivo?
Porque todos, por bueno que parezca que seamos, somos pecadores.

La dama más decente, la señorita más delicada, el caballero más fino, todos hemos pecado,
nadie se escapa de esa lista negra.

Siempre señalamos a los que están hundidos en la prostitución, en la droga, en el alcohol,


en el delito, y la sociedad nos hace ver, que no somos iguales a ellos.

Pero el Señor está hablando diferente, todo el mundo debe arrepentirse para ser salvo, los
que se crean buenos y también los malos.

Además, el arrepentimiento es una de las doctrinas más antiguas del Nuevo Testamento,
pero que hoy sigue vigente, y por eso hay que predicarlo sin miedo y sin pereza.

Cuando se hablan de estos temas fuertes, hay gente que hasta se sale del culto, y algunos
predicadores, para que la gente no se les vaya, omiten cosas que la gente necesita
escuchar.

En ocasiones muchas personas en medio de la predica, da la espalda y se va del


servicio, pero que bueno que podamos entender que hay más de uno, en la iglesia, que
necesita saber las cosas que dice Dios, y estamos hablando de la doctrina que es el
arrepentimiento.

Estamos de acuerdo en decir que el arrepentimiento no fue doctrina del pasado, no fue
doctrina de los apóstoles, ni de la iglesia primitiva; estamos de acuerdo que el
arrepentimiento es una doctrina vigente.

Preguntémonos:

¿De verdad nos hemos arrepentidos? O solo somos unos religiosos alegres.
EVIDENCIAS DE UN VERDADERO ARREPENTIMIENTO

Evidencias de un verdadero arrepentimiento

Todo lector de las sagradas escrituras se dará cuenta que con la muerte de Jesucristo, Dios
ha regalado el arrepentimiento a todos los hombres. Esta incógnita fue declarada con la
primera visita que Pedro hizo a los gentiles, en la cual se descubrieron varias cosas que
estaban ocultas en la mente de los apóstoles, las cuales sirvieron para preparar una reunión
gigantesca entre los discípulos, los ancianos y la iglesia de la ciudad de Jerusalén. En este
artículo veremos las evidencias de un verdadero arrepentimiento.

Esto se dio en la casa del centurión Cornelio, una experiencia que impactó a todos los
asistentes, ya que entre tanto el predicador exponía la palabra de Dios, cayó el Espíritu
Santo sobre todos los gentiles que oían el discurso, esto originó un asombro entre los
hermanos judaizantes.

Por este motivo Pedro tuvo que reunir a todos los demás apóstoles y ancianos para
contarles lo sucedido entre los gentiles. Él les explicaba que mientras predicaba cayó el
Espíritu Santo como en el día de pentecostés, oídas estas cosas los hermanos en
Jerusalén, expresaban: “¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios
arrepentimiento para vida!”.

En otra ocasión, se llevó a cabo otro evento, en donde el apóstol Pablo da una explicación
ante el Tribunal en la ciudad de Atenas, quien a su vez estaba acompañado por setenta
jueces, a los cuales les expuso ampliamente el plan de salvación.

El cual consistía que “Dios había pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, y que
ahora manda a todos los hombres en todo lugar que se arrepientan; por cuanto ha
establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó,
dando fe a todos fe con haberle levantado de los muertos”. Hechos 17:30-31.
También el apóstol San Pedro da unas amplias aclaraciones a los hermanos desesperado
que vivían en el Asia Menor, por la supuesta tardanza de la venida del Señor, San Pedro
les escribe. “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino
que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca”, sino que “todos
procedan al arrepentimiento”. 2. Pedro 3:9.

La doctrina del arrepentimiento es un área indispensable para ser salvo. El Señor


Jesucristo ocupó dos versículos para repetir lo mismo tocante al arrepentimiento. “Os digo:
No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente”. San Lucas 13:3,5. El
arrepentimiento es el único camino para llegar a Dios.

El arrepentimiento es un conjunto de operaciones que se realiza en la vida de un individuo


cuando oye y acepta el evangelio de Jesucristo, el cual, emana un ánimo flotante que
encamina al conocimiento de la verdad central. Esto quiere decir que en la persona
arrepentida ha tenido que operar un cambio interno a lo externo, de lo interior a lo exterior.

El arrepentimiento es tan importante que fue un regalo de Dios para el hombre perdido,
como lo declara los siguientes textos:

1. “¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!”.
2. Por ello. “Ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan”.
3. Propósito de Dios. “Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo
con justicia”, y no quiere que “nadie se pierda”.
4. Consecuencia por no aceptar el regalo. “Porque si no os arrepentís todos
perecerás igualmente”.

Dios regaló el arrepentimiento a cada hombre con la muerte de Jesucristo, porque es la


voluntad de Dios que nadie se pierda; pero también estableció que cada individuo tiene que
arrepentirse o de no perecerá. Un paradigma para este ejercicio no era la voluntad de Dios
que Noé pereciera en el diluvio, por eso le mandó a construir el arca; pero si éste no la
construye se pierde.
Un regalo empacado por Dios

El arrepentimiento es un regalo empacado por Dios que trae lo siguiente:

1. Un cambio de pensamiento, actitud para volver hacia Dios y aborrecer el pecado


de una vez por todas. Vea este episodio, escrito por Mateo 21:28-32.
2. Un cambio en la persona y la tristeza por haber ofendido a Dios. San Pablo
escribiéndoles a los Corintios les habló de esto. 2 Corintios 7:9-10.
3. Le enseña que el hombre tiene que darle la espalda al pecado, al ego, al mundo
y al diablo.
4. Le guía como amar a Dios y volverse a él, tal como el hijo pródigo. Lucas 15:17-
20.
5. La consecuencia de esconder el pecado. Proverbios 28:13.
6. El conocimiento de lo que es sinceramente el arrepentimiento, el cual tenemos
que cargarlo por donde quiera que andemos. El día que se nos olvide es posible
que el viejo hombre se levante, y hasta allí seremos cristianos.

El arrepentimiento no es

1. Tratar de hacer buenas obras para limpiarse así del pecado, esto ¡es
imposible!, porque las mejores obras del pecador ante la presencia de Dios, son
como trapos de inmundicia. Isaías 64:6; Jeremías 2:22.
2. Una reforma momentánea, como en el caso de Esaú, cuando no pudo alcanzar
la bendición paternal, le vino un remordimiento agudo por haber despreciado lo
que Dios le había dado, pero no fue un arrepentimiento, sino un desasosiego por
haber perdido su futuro seguro.
3. Judas que vendió a Jesús, supuestamente se arrepintió, pero por sus frutos de
suicidio, demuestra que lo que tuvo fue un remordimiento desenfrenado que lo
llevó a la muerte. (Remordimiento es sentirse mal por haber sido descubierto de
sus fechorías y no por el pecado cometido).
4. Faraón tuvo varios remordimientos a causas de las plagas, pero no se arrepintió
porque a última hora persiguió a los israelitas para destruirlos; por no haberse
arrepentido, fue destruido en el mar rojo.
5. Tampoco es echarle la culpa a otro, como en el caso de Adam: “la mujer que me
diste me dio y comí”; o como en el caso de Eva, “la serpiente me engañó”.

Los Frutos de arrepentimiento

1. Obedecer la palabra de Dios. Hechos 2:38.


2. Perseverar en la doctrina de los apóstoles. Hechos 2:42.
3. No dejar de congregarse. Hebreos 10:25.
4. Vivir una vida de Santidad. Hebreos 12:14.
5. Orad si cesar. 1. Tesalonicenses 5:17.
6. La adoración al Señor. San Juan 4:23.
7. Tener comunión los unos y los otros. 1. Juan 1:7.
8. Sed llenos del Espíritu Santo. Efesios 5:18.
9. Fiesta permanente en los cielos. Lucas 15:7,10.

Los resultados del arrepentimiento

1. Perdón de pecado. Hechos 2:38; 1. Juan 1:12.


2. Conciencia limpia. Hebreos 9:14.
3. Perdonad los unos a los otros. Colosenses 3:13; Efesios 4:32.
4. Libre de condenación. Romanos 8:1.
5. Esperando la venida del Señor. 2: Pedro 3:12.

Evidencias de un verdadero arrepentimiento

Haciendo un analices cognitivo lo que encierra el arrepentimiento, se puede considerar una


operación realizada; de allí se denotan siete principios que se evidencian en las personas
que han entrado en el proceso del arrepentimiento.

a. Cambio en la persona.
b. Cambio en el pensamiento.
c. Cambio en el propósito.
d. Cambio en la opinión.
e. Cambio en el sentimiento.
f. Cambio en la conducta.
g. Cambio en la mente.

Se puede decir concretamente que el arrepentimiento es un aislante, que aísla al hombre


del pecado, del diablo, del ego personal y del mundo en perdición, lo conecta con la vida
eterna en Cristo Jesús. 1 Juan 2:15-17.

La Biblia resalta la doctrina del arrepentimiento, comenzando con Juan el bautista,


precursor de Jesús; lo podemos ver también a lo largo de la historia del cristianismo.

Tenemos que recordar principios que a veces se van olvidando, que se van quedando atrás
y no es bueno.

Cuando Marcos inicia su escrito en su evangelio, se va allá a Juan y dice “bautizaba Juan
en el desierto, y predicaba el bautismo del arrepentimiento”.

¿Para qué era ese bautismo?

Pues para perdón de los pecados.

Quiere decir que no hay otra fórmula para el perdón de los pecados, esas es desde el
principio, y esa fórmula sigue siendo la misma hoy, y jamás podrá ser reemplazada.

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