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Mónica Schnitter Castellanos Psicóloga Clínica, M. A., Tutora Especialización
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← La psicología relacional tendría así una línea central de desarrollo
normal, no por oposición o contraste al desarrollo patológico. No son
polaridades. La patología del carácter es la resultante de fallas asociadas
a los procesos del desarrollo y organización psíquica. Estaría determinada
por fallas en la cohesión, o en la integración de las representaciones
internas; o fallas en la relación con los objetos, o en la relación con la
realidad. Podemos entonces pensar de manera más amplia en psiquismo
y los recursos internos de los que dispone el individuo para enfrentar la
vida y las desviaciones mismas.
← Esto tiene un doble efecto: simplifica la clasificación de las
estructuras psíquicas: psicosis, desórdenes del carácter y neurosis y
permite una infinita lectura de la dinámica de caracteres dentro de cada
organización estructural, en términos descriptivos de proceso. Al mismo
tiempo que exige del terapeuta una profunda familiaridad con los temas
del desarrollo y los procesos de organización y desorganización, le permite
hacer intervenciones ajustadas infinitamente a la estructura y
características de cada individuo. De este modo tiene sentido hablar del
proceso terapéutico como relacional. Es por medio de la relación que las
intervenciones tendrán sentido y efecto organizador.
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← Funciones
← El terapeuta tiene un lugar definido y delimitado por el encuadre,
desde donde cumple la función de catalizador de los procesos de
organización, integración, diferenciación, asimilación y acomodación del
psiquismo; promueve la negociación, o renegociación con la realidad y la
actualidad en el sentido de Erikson. El vínculo terapéutico, que se apoya
en el original vínculo afectivo, permite cumplir la función de promover la
individuación, nel proceso de cambio terapéutico
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← Alianza Terapéutica:
← El concepto alianza terapéutica se aplica a aquella dimensión de la
relación en la que participa el Yo observante y consciente del paciente. En
muchas ocasiones permite mantener el trabajo terapéutico aún en
circunstancias difíciles defensivas o resistenciales. Bajo la perspectiva del
desarrollo, la resistencia no debe ser abordada como un impedimento
para el trabajo. Debe ser entendida bajo la lectura del proceso
organizacional del paciente.
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← Fuera de la clínica individual hay otra dimensión del terapeuta con
relación a lo que el aprende a través del trabajo clínico, como proceso
investigativo en si mismo. La dimensión de las desviaciones del desarrollo
y organización de la estructura psíquica nos permite ver la necesidad, una
y otra vez, de pensar en el trabajo de prevención y promoción a través de
procesos sociales más amplios.
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← Muchos de los tratamientos para problemas como las adicciones,
maltrato y violencia intra familiar, son ineficientes para un alto porcentaje
de la población afectada. Esto nos lleva a pensar que la única solución
esta en la prevención temprana. Según esto el terapeuta tiene otro lugar
en la prevención y promoción de la salud, en el trabajo de diseño de
políticas institucionales que promuevan organización y protejan los
procesos tempranos de estructuración. Así como la posibilidad de que la
estructura social permita la reorganización y complejización de los
esquemas.
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← Para terminar, retomaré la frase final del texto de Althea Horner
(1979):
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← El terapeuta que conciba su rol como el mediador o la organización
dentro de la matriz terapéutica tendrá, en ocasiones, la oportunidad de
compartir con el paciente la alegría del proceso de emerger de la
oscuridad del desespero existencial.
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← Referencias Bibliográficas:
← Horner, Althea; (1979) Object Relations and the Developing Ego in
← Therapy; New York: Jason Aronson; 2nd Printing 1982 p. 332
← Mahler, Margaret; Fred Pine; Annie Bergman; (1975) The
Psychological Birth of The Human Infant; New York: Basic Books