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Presentado a:
Liliana Oviedo Tovar
Si bien es cierto existen leyes que intentan disminuir y hasta prevenir con el feminicidio,
aún faltan por abarcar pautas y normatividades específicas que ayuden a determinar en
qué casos existe o no feminicidio, refiriéndome en particular al feminicidio de pareja. No
es suficiente tener una agravante dentro de nuestro Código Penal para sancionar el
feminicidio, donde debemos buscar políticas públicas que prevengan y sensibilicen a los
hombres y a las mismas mujeres desde el colegio para evitar estos finales tan brutales.
Hay mucho camino por recorrer dentro de nuestra legislación para sancionar el
feminicidio, primero que todo debemos estudiarlo y entenderlo para poder aplicarlo,
prevenirlo y sancionarlo. Independiente de la tipificación como delito independiente o no
del feminicidio dentro del estatuto penal colombiano, se constata que esta es una de las
causas de muerte hasta el momento más preocupante para las mujeres por ende se debe
instaurar un mecanismo que sea lo suficientemente fuerte que haga frente a este delito.
Existe entonces un tipo de violencia feminicida que no es más que aquella violencia que
no alcanza a terminar con el fallecimiento de una mujer, sino que la intencionalidad del
victimario es lastimar, subordinar, maltratar física y psicológicamente a las mujeres, caso
que encuentro más notorio en las relaciones de pareja, o como diría la profesora Russell,
en aquella clase de feminicidio íntimo, en donde los atacantes suelen ser aquellos
hombres que son pareja, expareja o familiares de la víctima.
MARCO REFERENCIAL: Se debe definir con cada una de las categorías que
comprende el problema de investigación enriquecido con los aportes de los autores y
teóricos expertos en el tema: Ej. Suicidio, factores socioeconómicos, desarrollo
psicosocial, desarrollo cognitivo, adolescencia) Los conceptos que cubren la pregunta
problema. Consultar teóricos serios.
En el caso del feminicidio, se está frente a una intención que sobrepasa el dolor del
homicidio por las connotaciones asociadas a las diferentes violencias de género que
establecen un continuo de violencia contra las mujeres, que va desde la violación sexual,
la violencia doméstica y de pareja, el acoso sexual, el incesto, el uso de las mujeres en
la pornografia, entre otros, como formas de la opresión hecha a las mujeres y teniendo en
cuenta que estas modalidades son una propuesta unilateral del hombre a la mujer, desde el
momento en que terminan con la vida de ella, se convierte en un feminicidio. (Carcedo;
2001:12)
El dolor del feminicidio, está presente en la categoría masculinidad violenta, es el resultado
de una socialización en el sexismo y conforma una sintomatología socio cultural compleja,
fundamentada en el poder masculino sobre las mujeres, caracterizando las violencias
previas capaces de terminar en el asesinato de una mujer. Por lo tanto, se definirá siempre
como asesinato, por la premeditación implicada y la característica de "muerte anunciada",
sobre todo, en el caso de los feminicidios íntimos, tal y como se verá más adelante. El
hombre violento, que maltrata física o emocionalmente, sabe que mata algún día, por lo
tanto, mantiene una intención permanente y dolosa.
Finalmente, cuando se habla de violencia intrafamiliar, debe preocupar a la sociedad entera
su trascendencia al entorno inmediato y el espacio ideal que constituye la familia para la
perpetuación del modelo cultural violento. Varios estudios indican que la violencia
doméstica contra la mujer tiene consecuencias para sus hijos/as, ya sea como testigos o
víctimas de ella. Estas consecuencias se traducen en problemas de conducta, problemas
escolares y falta de relación positiva con los compañeros (Jaffe, Wolfe y Wilson, 1990)
[9]. Los niños expuestos a la violencia contra sus madres tienen igualmente dificultades de
adaptación al medio escolar, incluyendo el ausentismo. Además del hecho de ser testigos,
la victimización de los niños también perpetúa el ciclo de la violencia por otros caminos.
Se sabe que los niños que sufren abusos sexuales tienen una escasa autoestima,
incapacidad para rechazar las relaciones sexuales no deseadas y comportamientos
autodestructivos, entre ellos el abuso del alcohol y las drogas. Igualmente hay una estrecha
relación con la depresión otros problemas mentales y el abuso posterior.
El feminicidio, es la expresión más brutal en la escalada de violencia en contra de la
mujer. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) señala que el 70 por ciento de las
mujeres sufren de violencia al menos una vez en su vida.
La violencia de género constituye una de las causas principales que conlleva al delito de
femicidio, en la mayoría de estas muertes, existen patrones comunes, las mujeres
asesinadas, ya fueron víctimas de celos, agresión sexual, maltrato físico y psicológico;
quienes por una parte decidieron denunciar estos hechos teniendo a su favor diversas
medidas de protección, mientras que otras mujeres decidieron creer en el arrepentimiento
de sus agresores, viviendo un período de tranquilidad momentáneo, generando un círculo
de violencia, cuya consecuencia desencadenó en la muerte. Los familiares de la víctima
deben, a más de asimilar la pérdida de su familiar, impulsar un proceso penal para
sancionar al responsable, y lo más importante, determinar qué hacer con los hijos de la
víctima, quienes han perdido a sus progenitores; es así que los abuelos maternos o paternos,
tías o tíos, y parientes cercanos, desempeñan el rol de los padres, y si ninguno de ellos
ejerce la tutoría, pasan a casas de acogimiento familiar. Por otro lado, las niñas, niños o
adolescentes al quedar huérfanos necesitan de una pensión alimenticia para poder subsistir,
es ahí donde ingresan los obligados subsidiarios debido a la ausencia del titular principal
de la prestación de alimentos.
Antecedentes:
La violencia es uno de los fenómenos sociales más extendidos en el mundo contemporáneo
y su impacto se advierte no solo en situaciones de abierto conflicto, sino incluso en la
solución de simples problemas de la vida cotidiana, por lo que se puede afirmar que
muchas personas, en alguna etapa de sus vidas, han sido víctimas de esta o, en su defecto
victimarias. Este problema no es un fenómeno moderno como muchos piensan, pues
durante siglos, generaciones de padres y madres, educadores y educadoras, maltrataban a
los niños porque quizás pensaban que hacían bien. Tales concepciones éticomorales, de
modelo tradicional, mantenidas hasta la actualidad, sustentan una educación vertical y
represora, de discriminación, obediencia y "respeto", que solamente desarrolla la
dependencia. 2 La familia es una de las instituciones en la que identificar el fenómeno
resulta más complejo porque los integrantes lo niegan ante el temor de ser cuestionados o
lacerar la imagen familiar. En dichos eventos, las mujeres, los niños y las niñas suelen ser
los más afectados. La violencia familiar es un grave problema que tiene consecuencias
sobre la salud física, psicológica y emocional de las personas, pues destruye las
posibilidades de vivir en un clima de paz y armonía.
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL:
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
Definir las edades de las mujeres que son o han sido víctimas frecuentemente de
feminicidio en San Calixto Norte de Santander.
-Enumerar las causas de maltrato que han llevado al feminicidio por parte de los agresores
hacia las mujeres en San Calixto y el territorio del Norte de Santander.
-Describir que está haciendo el Ministerio de protección Social para evitar los casos de
Violencia registrados, para que estos no se conviertan en Femicidios en San Calixto Norte
de Santander.
Referencias Bibliográficas:
Castillo, Y. (2011). El Feminicidio: Modismo o Realidad. Santiago de los Caballeros,
República Dominicana. Monografias.com. Recuperado de
https://www.monografias.com/trabajos91/feminicidio-modismo-o-realidad/feminicidio-
modismo-o-realidad.shtml