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Homero

LA ILÍADA
La Ilíada tiene por tema la leyenda de Troya y se circunscribe a la narración del asedio
de esta ciudad de Asia Menor (llamada Ilion en griego, de donde el título del poema)
por las tropas aqueas o griegas. La leyenda fijaba en diez años largos la duración de
esta campaña, pero Homero nos la presenta en una de sus últimas fases y con una
serie de episodios que transcurren en 51 días.

Un historiador o un mitógrafo se hubieran visto obligados a narrar el asedio de Troya


arrancando de sus antecedentes (el rapto de Helena por Paris, llamado también
Alejandro) para, tras pasar por el detalle de las incidencias bélicas, acabar con la
destrucción de la ciudad. El poeta, que escribe para un público que ya conoce la
leyenda, ha sintetizado todo su dramatismo y su sentido en unos hechos, muchos
inventados por él, sin duda, que se originan en un conflicto moral y una explosion de
pasiones. Desde el momento que entran en juego la ira, el resentimiento, el amor y
el orgullo militar, nace la verdad poética y humana del sitio de Troya, cuya verdad
histórica o legendaria deja, en cierto modo, de acaparar el interés. El conflicto surge
cuando Agamenón, jefe de las fuerzas griegas, procede injustamente con Aquiles,
que se retira irritado a su tienda y contempla impasible cómo los suyos reciben
terribles golpes del enemigo. El agravio consiste en que Agamenón se apodera de
una cautiva, Briseida, que figuraba como parte del botín que correspondía a Aquiles.
Aquiles depone su actitud y acepta las excusas de Agamenón y la devolución de
Briseida sólo cuando muere su amigo Patroclo a manos de Héctor, hijo de Príamo,
hermano por tanto de Paris y principal caudillo de las fuerzas troyanas.

El público conocía ya la leyenda. La epopeya carece de lo que se ha venido a llamar


suspense: sus valores están al margen de la intriga argumental y el auditorio puede
aproximarse al recitador cuando ya ha comenzado su sesión o retirarse antes de que
la acabe sin desorientarse ni quedarse insatisfecho.
Aquiles es el auténtico héroe de la Ilíada, a causa precisamente de su ira contra
Agamenón y el furor que le acomete al morir su amigo Patroclo. Esto es lo que le
incita a tomar nuevamente las armas, para sembrar terror en el campo enemigo y
realizar toda suerte de proezas, que culminan en un combate singular con Héctor, el
mejor de los capitanes troyanos. Las dos pasiones de Aquiles dividen
equilibradamente el poema, cargado de acontecimientos varios, lleno de
descripciones bélicas y con mención expresa de los guerreros que luchan en ambos
bandos.
Aristóteles
HIMNO A ARETÉ, POEMA DE ARISTÓTELES

Oh Virtud, afanosa de conseguir para los mortales,


nobilísima presa de la vida,
por tu hermosura, oh Virgen,
es morir en la Hélade un glorioso destino,
y se toleran crueles, incesantes labores.
Semejante es el fruto que tú grabas en las mentes,
inmortal, preferible al oro,
más querido que los padres
y el blando rayo del sueño.
Por tu causa, el hijo de Zeus, Heracles, y los hijos de Leda,
sufrieron muchos trabajos,
cazando tu poder.
Por el mismo deseo Aquiles
y Áyax marcharon al Hades.
Por el amor de tu hermosura el retoño de Atarneo
dejó viuda a la luz del sol;
por esto sus hazañas serán cantadas, y las inmortales
Musas,
hijas de la Memoria, aumentarán la majestad de Zeus Hospedador,
en homenaje a la firme amistad.
Safo
DE VERDAD QUE MORIR YO QUIERO
de verdad que morir yo quiero
pues aquella llorando se fue de mí.

Y al marchar me decía: Ay, Safo,


qué terrible dolor el nuestro
que sin yo desearlo me voy de ti.

Pero yo contestaba entonces:


No me olvides y vete alegre
sabes bien el amor que por ti sentí,

y, si no, recordarte quiero,


por si acaso a olvidarlo llegas,
cuánto hermoso a las dos nos pasó y feliz:

las coronas de rosas tantas


y violetas también que tú
junto a mí te ponías después allí,

las guirnaldas que tú trenzabas


y que en torno a tu tierno cuello
enredabas haciendo con flores mil,

perfumado tu cuerpo luego


con aceite de nardo todo
y con leche y aceite del de jazmín.

recostada en el blando lecho,


delicada muchacha en flor,
al deseo dejabas tú ya salir.

Y ni fiesta jamás ni danza,


ni tampoco un sagrado bosque
al que tú no quisieras conmigo ir
Píndaro
A Hagesídamo, vencedor en el pugilato
Leedme en voz alta el nombre del vencedor olímpico,
el hijo de Arquéstrato, a ver en qué parte de mi espíritu
está escrito, pues se me había olvidado que le debía
un dulce canto. Musa, tu y la Verdad,
hija de Zeus, con la mano enderezadora,
rechazad la censura embustera
de que he faltado contra el huésped
así también cuando un hombre, Hagesidamo,
que ha conseguido victorias llega al predio de Hades
sin ser cantado, con vana aspiración ha obtenido para su esfuerzo
placer breve; pero sobre ti la lira de grata voz
y la dulce flauta esparcen su encanto.
Nodriza de tu ancha fama
son las Piérides, hijas de Zeus.
Yo he emprendido esta tarea con afán y me he posado
sobre el glorioso pueblo locro, para verter
miel sobre esta viril ciudad.
Al hijo seductor de Arquéstrato
he elogiado, pues le vi vencer con la fuerza de su puño
junto al altar de Olimpia en aquella ocasión:
poseía esa mezcla de hermosura externa
y lozanía que antaño a Ganímedes (*)
libro de la muerte, que a nadie respeta
con la ayuda de la Cípride.
Esquilo
Frases de Esquilo
01.
Ningún mortal ha de pensar por encima de la condición humana, porque la insolencia,
al florecer, produce la espiga del error, de donde se siega una cosecha de lágrimas.

02.
Cuando el veneno malévolo infecciona el corazón, constituye un doble sufrimiento para
el que lo lleva en sí: siente el peso de sus propias desgracias y gime ante el
espectáculo de la felicidad ajena.
Sófocles
Amor, invencible en combate,
Amor, que irrumpes en los ganados,
que pernoctas en las tiernas mejillas de la doncella,
y te paseas por el mar y entre
las majadas campestres.
Y no escapa a ti ninguno
ni de los dioses ni
de los efímeros mortales,
y el que se hace contigo, enloquece.
Sófocles, en Antígona.
Eurípides
"EÚRIPIDES Y LA MUJER DE SU TIEMPO"
(Y QUIZÁS TAMBIÉN DEL NUESTRO... ):

"De todas las cosas


que sangran sobre la tierra,
la mujer es...
la hierba
más maltratada"

(nosotras pagamos
como dote...
nuestro precio en oro ),

oro...
que hemos
acumulado
sólo para ese día,
y así de ese modo
compramos el amor
de un hombre,

y luego ese hombre


se convierte
en amo
y señor...
de nuestra carne,
Virgilio
El hechizado

A Lezama, en su muerte

Por un plazo que no pude señalar


me llevas la ventaja de tu muerte:
lo mismo que en la vida, fue tu suerte
llegar primero. Yo, en segundo lugar.

Estaba escrito. ¿Dónde? En esa mar


encrespada y terrible que es la vida.
A ti primero te cerró la herida:
mortal combate del ser y del estar.

Es tu inmortalidad haber matado


a ese que te hacía respirar
para que el otro respire eternamente.

Lo hiciste con el arma Paradiso.


-Golpe maestro, jaque mate al hado-.
Ahora respira en paz. Viva tu hechizo.
Cátulo

¿A quién dono este agradable, nuevo librito


con árida pómez recién pulido?
Cornelio, a ti, pues tú solías
creer que son algo mis tonterías,
ya entonces cuando osaste, único de los ítalos,
el tiempo explicar en tres pliegos,
doctos, Júpiter, y laboriosos.
Por ello ten para ti este librito, sea cual sea
y como sea; el cual, patrona Virgen,
más dure, perenne, de un siglo.
Horacio
DIÁLOGO ENTRE HORACIO Y LIDIA
HORACIO.– Cuando tú me amabas y ningún rival poderoso oprimía tu cuello
con sus brazos, me sentía más feliz que el rey de los persas.
LIDIA.– Cuando no ardías más por otra y Lidia no reinaba en tu corazón
después de Cloe, la fama de Lidia llegó a ser más ilustre que la de la romana
Ilia.
HORACIO.– Ahora me domina Cloe de Tracia, que a su voz dulcísima reúne el
arte de pulsar ta cítara, y por ella no temería morir si los hados perdonasen su
vida, que me es tan adorable.
LIDIA.– Calais, el hijo de Órnito de Turio, me abrasa en su propia llama, por
quien sufriría dos veces la muerte si así lograba que el destino respetase a joven
de mí tan querido
HORAClO.– ¿Y si vuelve el amor que antes nos profesábamos y sujeta con
férreos lazos nuestros corazones?' ¿Y si doy alolvido a la rubia Cloe y abro mi
puerta a Lidia, a quien rechacé?
LIDIA.– Aunque mi amante es más hermoso que un astro y tú más ligero que el corcho
y más iracundo que el oleaje del Adriático, seré feliz en tu compañía, y moriré gozosa
contigo.
Ovidio
«Soldado es todo enamorado y Cupido tiene su propio campamento;
Ático, créeme, soldado es todo enamorado.
La edad que es adecuada para la guerra, lo es también para el Amor.
Fea cosa es un soldado viejo, fea cosa el amor de un viejo.
Los ánimos que los jefes buscan en un soldado valiente,
son los que busca una bella joven en el hombre que le acompaña.
Hacen vela los dos, en tierra descansan uno y otro,
uno guarda la puerta de su dueña, el otro la de su general.
El deber de un soldado es el largo camino. Envía tú lejos a una joven: el valiente
amante la seguirá al fin del mundo. […]
¿Quién, a no ser un soldado o un amante soportará los fríos de la noche y las
nieves mezcladas con la tupida lluvia?
Se envía a uno a espiar al enemigo; el otro pone en su rival
sus ojos como si fuera un enemigo.
Aquél asedia poderosas ciudades, éste el umbral de la amada altiva, éste rompe
puertas, pero aquél entradas […]
Yo mismo era perezoso y nacido para el indolente ocio;
el lecho y la penumbra habían ablandado mi ánimo;
las cuitas por una hermosa muchacha despertaron al cobarde
y le ordenaron ganarse la soldada en el campamento.
Desde entonces me ves ágil y dispuesto a las luchas nocturnas
¡El que no quiera convertirse en un vago, que ame
Marco tulio cicerón
-"Preferiría la paz más injusta"

lo dijo en lejanas tierras

el retórico Marco Tulio Cicerón.

Agregando con su mirada adusta:

-"A la más justa de la guerras"

Frase que fue el colofón.


Anacreonte
ODA DEL AMOR Por ANACREONTE
Era la media noche ;
En el sereno cielo
La Osa revolvía revolvía
Su giro hacia el Boyero.
Yacían los mortales
En un profundo sueño,
Cuando el Amor mis puertas
Golpea con estrépito.
¿Quién llama grito, y quiere
Turbar mi dulce ensueño ?
Un niño soy responde ;
-Abre ; no tengas miedo.
Mojado estoy ; no hay luna,
Y en las sombras me pierdo.
Compadecíme oyéndole,
Y la lámpara enciendo;
Abro, y un niño alado
Con arco y carcaj veo.
Le hago entrar, ya la lumbre
Junto al hogar lo siento.
Sus manos yertecitas
Entre las mías templo,
Y enjugo cariñoso
Sus húmedos cabellos.
El, desechado el frío,
Dame el arco ; veremos
Me dice si el relente
Daño a la cuerda ha hecho.
La tiende, y me dispara
Un dardo tan certero,
Que cual rabioso tábano
Me da en medio del pecho.
Ríe entonces, y brinca, Y dice :
Congratulémonos,
Huésped ; mi arco está sano,
Pero tu pecho enfermo.
Alceo
Bebe y emborráchate, Melanipo, conmigo. ¿Qué piensas?

¿Qué vas a vadear de nuevo el vorticoso Aqueronte,

Una vez ya cruzado, y de nuevo del sol la luz clara

Vas a ver? Vamos, no te empeñes en tamañas porfías.

En efecto, también Sísifo, rey de los eolios, que a todos

Superaba en ingenio, se jactó de escapar a la muerte.

Y, desde luego, el muy artero, burlando su sino mortal,

Dos veces cruzó el vorticoso Aqueronte. Terrible

Y abrumador castigo le impuso el Crónida más tarde

Bajo la negra tierra. Con que, vamos, no te ilusiones.

Mientras jóvenes seamos, más que nunca, ahora importa

Gozar de todo aquello que un dios pueda ofrecernos.


Cornelio
“Por que não hei de amá-lo? – Se esse rio
É o amigo dos tempos de criança,
Que meu primeiro pranto repetiu,
Levando-o em eco na corrente mansa!

Foi ele, esse Tietê, quem mais me viu


Cheio de sonhos, cheio de esperanças...
E muita vez comigo repartiu
Sua calma ideal, sua bonança.

De dia, ele a passar todo escorreito,


Era parceiro de correria.
Eu pela margem e ele pelo leito.

Ao luar, pela noite, ele passava


E estrelado de espumas se estendia
E tal qual eu, tranquilo repousava.”
Seneca
10 frases de Séneca
1 «Las obras se tienen medio terminadas cuando se han comenzado bien»

2 «No hay viento favorable para el que no sabe adónde va»

3 «Cuanto mayor es la prosperidad tanto menor se debe confiar en ella»

4 «Quien da pronto da dos veces»

5 «No existe ningún gran genio sin un toque de demencia»

6 «No es pobre el que tiene poco, sino el que mucho desea»

7 «Los hombres aman sus vicios y al mismo tiempo los odian»

8 «Languidece la virtud sin adversarios»

9 «No hay mayor causa de llanto que no poder llorar»

10 «Lo que de raíz se aprende nunca del todo se olvida»


Julio cesar
Lamentos y ecos urbanos

Pantanos que son ciudades que son prisas y son mundo:

Aquí se vino a desenvainar el odio


a acuchillar el hambre de cuántos siglos
a domar la furia de socavar
con lento paso
la llamada
terrible angustia:

A eso vinimos:

No a ser pájaros felices


o trinos entre las ramas
y sin embargo
volamos indudablemente.

Guerreros de ningún combate


y combatientes de tanta guerra
somos
y somos como felices pájaros
que trinando mueren
y viven sobre el asfalto.
Gonzalo de berceo
Lavó luego sus pies; los limpió con su paño.
A cuantos allí estaban, él les hizo ese baño.
Repartió los tesoros entre ellos, sin engaño;
sin provocar a nadie reyerta ni regaño.

Cuando los tuvo a todos servidos y agradados,


les dijo: «Sed, amigos, y a Dios encomendados.
Yo cumpliré mi oficio; buscaré a los menguados,
porque pronto seremos por Decio reclamados».

Entre esos compañeros de casa de Narciso


había un hombre bueno presente, aunque sin «viso»,
que le dijo: «Te ruego, si ves el Paraíso
que coloques tus manos como el Señor lo hizo».

El le impuso sus manos e hizo su oración:


«Cristo, por quien tu Madre nunca causó lesión,
te pido que ilumines a este hombre sin visión,
y dejes en el ciego santa consolación».
Juan Ruiz
Después de esta aventura fuime para Segovia,
non a comprar las joyas para la chata novia,
fui ver una costilla de la serpiente groya
que mató al viejo Rando segund dise en Moya.

Torné para mi casa luego al terçero día,


mas non vine por Loçoya, que joyas non traía,
coydé tomar el puerto que es de la Fuentfría,
erré todo el camino, como quien lo non sabía.

Por el pinar ayuso fallé una vaquera,


que guardaba sus vacas en aquesa ribera;
«Homíllome», dixe yo, «serrana falaguera,
o morarme he con vusco, o mostradme la carrera.»

«Seméjasme», dis' «sandio, que ansí te convidas;


non te llegues a mí, ante lo comidas,
si non, yo te faré que mi cayada midas,
si en lleno te cojo, bien tarde la olvidas.»

Como dise la fabla, del que de mal nos quita,


escarba la gallina, et falla su pepita:
probeme de llegar a la chata maldita,
diome con la cayada en la oreja fita.
Juan Ramón Molina
La araña

Ved con qué natural sabiduría


las finas hebras a las hojas ata,
y una red teje de fulgor de plata
que la infeliz Aracné envidiaría.

Mas si el viento soplante con porfía


la prodigiosa tela desbarata,
vuelve otra vez a su labor ingrata,
y una malla más tenue alumbra el día.

Hombre, que tus empresas no coronas


porque al primer fracaso o desperfecto
a un esteril desmayo te abandonas;

ten de tu vida y tu vigor conciencia,


y aprende al ver el triunfo de ese insecto
una lección sublime de paciencia.
Rubén Darío
¿Tienes, joven amigo, ceñida la coraza
para empezar, valiente, la divina pelea?
¿Has visto si resiste el metal de tu idea
la furia del mandoble y el peso de la maza?

¿Te sientes con la sangre de la celeste raza


que vida con los números pitagóricos crea?
¿Y, cómo el fuerte Herakles al león de Nemea,
a los sangrientos tigres del mal darías caza?

¿Te enternece el azul de una noche tranquila?


¿Escuchas pensativo el sonar de la esquila
cuando el Angelus dice el alma de la tarde?

¿Tu corazón las voces ocultas interpreta?


Sigue, entonces, tu rumbo de amor. Eres poeta.
La belleza te cubra de luz y Dios te guarde.
Plauto
IRRACIONAL AMOR
Irracional amor,
tonto amor.
Tocas mi puerta
y no respondo.
La tocas de nuevo,
me entrego a ti.
Y como la arena seca
me ensucias con tu maldita piel.
Pero llega el invierno,
y del cielo del cual murmurabas,
ahora caen gotas de sudor.

De ti,
entonces,
maldita arena,
nacen los pétalos
que forman el sol de mi existencia.
Irracional amor,
tonto amor.
Me llenas,
me enjugas,
me golpeas,
me haces vivir.
Terencio
1

“¡Con que falta de equidad están ordenadas las cosas! ¡Que los que menos bienes
poseen, tengan que acrecentar los de los más ricos!”

2
“Éste es el deber de los padres: acostumbrar a los hijos a obrar por propia voluntad y
no impulsados por el temor.”

3
“Es un gran error suponer, que el imperio que se establece sobre los hombres por la
fuerza, sea más agradable y permanente, que el que se funda sobre el amor.”
Hesiodo
Teogonía

¡Salud, hijas de Zeus! Otorgadme el hechizo de vuestro canto. (...) Inspiradme esto,
Musas que desde un principio habitáis las mansiones olímpicas, y decidme lo que de
ello fue primero. Cosmogonía: Caos, Gea, Eros, y sus primeros hijos.

Hijos de Gea y Urano: Nacimiento de los Titanes, los Cíclopes y los Hecatonquiros.
Mito de la castración de Urano: Gea crea una hoz de acero, y Cronos siega los
genitales del padre. De aquí nacen: de Gea, las Erinias, los Gigantes, las Ninfas; y de
Océano, Afrodita.

Madre, yo podría, lo prometo, realizar dicha empresa, ya que no siento piedad por
nuestro abominable padre; pues él fue el primero en maquinar odiosas acciones.

Hijos de la Noche y de Eris: Nacimiento de los tormentos, dolores y enfermedades de


los hombres. Hijos del Ponto.

Catálogo de las Nereidas: Los nombres de las cincuenta hijas de Nereo. A las que ya
nombraba Homero, que describen islas, grutas y acantilados, se añaden otras cuyos
nombres se relacionan con el tráfico marino. Hijos de Taumante y Electra.
Descendientes de Ceto y Fortis: Nacimiento de una serie de monstruos muy conocidos:
las Gorgonas, Cerbero, Gerión, el dragón de las Hespérides,...

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