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INTRODUCCIÓN
Vamos a continuar con esta pequeña serie; la semana pasada pudimos desarrollar
los primeros 6 párrafos del cap.26 de la CFBL1689, en lo referente a la iglesia
universal. En la mañana de hoy vamos a desarrollar la mayor cantidad de párrafos
que podamos; en lo concerniente a la iglesia local.
6. Los miembros de estas iglesias son santos por su llamamiento, y en una forma
visible manifiestan y evidencian (por su profesión de fe y su conducta) su obediencia
al llamamiento de Cristo; y voluntariamente acuerdan andar juntos, conforme al
designio de Cristo, dándose a sí mismos al Señor y mutuamente, por la voluntad de
Dios, profesando sujeción a los preceptos del evangelio.
Esta persona ha sido apartada por Dios para sí mismo, es por eso que a los cristianos
se les llama “santos”. Estos santos no son criaturas incorpóreas con una apariencia
física, sino que son personas, de carne y hueso en los que la obra de Cristo ha sido
hecha y se continúa haciendo; y usted los puede ver andar en los caminos de Dios.
A menudo nos hemos encontrado con personas que dicen que son cristianos, pero
Estas personas que son santos o apartados por su llamamiento, quienes han
confesado a Cristo y procuran vivir según su creencia, deben formar parte de una
iglesia local específica. Estas personas son miembros de la iglesia y su membresía al
menos ha incluido tres aspectos.
Eso significa que ellos han respondido al llamamiento de Cristo por medio del
evangelio. Veamos al menos dos ejemplos Bíblicos. En 1Corintios.1:2 dice los
siguiente: a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús,
llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de
nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:
Noten que aquí se hace una declaración importante de los creyentes de Corinto,
primero que son una iglesia local (a la iglesia de Dios que está en Corinto), dos que
han sido apartados y llamados a ser santos bajo el Señor Jesucristo (a los
santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier
lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro)
De manera que estas personas forman una iglesia local no un grupo de personas
que se reúnen con variados fines o con propósitos diversos. Ellos en los vv.13-17,
son exhortados a mantener la unidad entre ellos, ¿Bajo qué consideraciones?
Que Cristo es uno, que Cristo fue crucificado por ellos, que fueron bautizados en el
nombre de Cristo.
Si ellos solo eran un grupo social, no habría más que palabras entusiastas para que
no se disolvieran, pero ya que estaban bajo Cristo, Su sacrificio, Sus palabras, Su
obra, entonces ellos tenían que abandonar todo intento de división.
Versículo 3 acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de
Eso era lo que era común entre ellos. Eso es tener una membresía evangélica. Eso
es lo que los identifica como un cuerpo local de creyentes, no sus necesidades
temporales, sus profesiones, ES EL EVANGELIO. Pero el párrafo 6, también nos habla
que esa membresía es voluntaria, no impuesta.
De manera que las iglesias locales deben estar compuestas por individuos
regenerados y persuadidos por las Escrituras que han decidido unirse a un grupo
específico de creyentes, identificado por su fe en Jesucristo y las practicas piadosas
de acuerdo a las Escrituras. Esto demuestra el carácter voluntario de su membresía.
Pero noten los elementos implicados en una membresía voluntaria:
Pero yendo más adelante, estos individuos que voluntariamente acuerdan andar
juntos en la fe de Cristo se dan de corazón a Dios bajo Su Palabra. Ellos no
traicionan la base de su unión que es precisamente ser discípulos de Cristo bajo las
Escrituras.
Por último, la membresía voluntaria implica que los hermanos se dan de corazón
a los demás bajo la Palabra de Dios. Ellos no solo viven a la luz de su relación
vertical, es decir su relación con Dios. Sino que la membresía tiene una dimensión
horizontal, es decir, con sus hermanos.
Ellos no son personas a las que no les gusta “meterse en la vida de otros” o que
“nadie se meta con ellos”. Si bien, el involucramiento de unos y otros en las vidas
de los hermanos, debe hacerse bajo la Palabra de Dios, con amor, prudencia y
buscando su edificación, la verdad es que la membresía significa exponernos a una
comunidad evangélica, donde debemos estar dispuestos a brindar atención, así
como a recibirla.
Debe haber, en sentido regular, una compenetración real entre las personas que
conforman una membresía y la iglesia debe moverse más y más en esta dirección.
Podemos citar tres ejemplos bíblicos para demostrar estas implicaciones de una
membresía voluntaria.
Por ejemplo: Hechos.2:41-42. Así que, los que recibieron su palabra fueron
bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la
doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan
y en las oraciones.
Ellos a la verdad le huyen a cualquier tipo de compromiso porque sus pies no están
lo suficientemente enraizados en el evangelio y probablemente estén con un pie en
algunas debilidades pecaminosas que no están dispuestos a abandonar.
Ellos deberían recordar que una de las pruebas inmediatas de la llenura del Espíritu
Santo es la que expresa el apóstol Pablo en Efesios 5:21. “someteos unos a otros
en el temor de Dios” ¿Será que es su falta de sujeción a Dios lo que los saca
huyendo de profesar sujeción a los preceptos del evangelio en un grupo
particular de creyentes?
Tal vez a usted le asombre saber que la Iglesia goza de un poder o facultad, para
regir la vida de los creyentes en todo su peregrinar. Sacudimos la cabeza tratando
de entender cómo puede ser esto posible, más aun sabiendo los abusos en que la
iglesia ha caído cuando se pone como autoridad sobre la vida de las personas. Tal
vez usted sea un damnificado del uso del poder de una iglesia que lo maltrató y
quizás lo explotó en su buena intención.
Pero déjeme aclararle varias cosas. Usted puede estar seguro de que los abusos de
poder se dan en la gran mayoría de los casos, por no decir que, en todos, no por un
poder eclesiástico, sino por gente dentro de las iglesias, por líderes particulares que
se erigieron autoridad sobre otros creyentes.
Difícilmente usted encontrará el caso cuando toda una iglesia sirva para propósitos
de manipulación, maltrato y explotación, pero casi siempre son un grupo de
personas manipuladoras que se creen dueños de la iglesia y ponen a la fuerza su
autoridad sobre ella, los que propinan esta clase de males.
También es bueno que diferencie que puede haber un uso legítimo del poder y uno
ilegitimo del mismo. Usted debe cuidarse de arrojar a la basura el principio de la
autoridad eclesiástica, tratando de arrojar el autoritarismo y la manipulación que se
presenta. El que personas inescrupulosas, la mayoría de ellas ajenas a la vida de la
fe, usen su autoridad para someter carnalmente a otros, no significa que el principio
de autoridad eclesial sea lo malo, lo malo es la distorsión pecaminosa de este
principio.
Por último, será definitivamente indispensable que usted comprenda este punto
donde la mayoría de cristianos que han podido salir de la manipulación de otras
iglesias, han perdido el rumbo en iglesias bíblicas. Ellos ahora viven reaccionando a
su experiencia pasada y al hacerlo, desprecian una de las mayores riquezas que
tenemos como hijos de Dios, el ser guardados por el mismo Dios a través del