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PRUEBA INTERMEDIA 3º MEDIO LENGUAJE Y
COMUNICACIÓN 2019
Detective bonaerense
Pasamos el día con Monique remoloneando en la habitación del hotel hasta las siete de la tarde. En
un restaurante del centro de Kiruna nos encontramos a cenar con Amadeo y un amigo que se ha
hecho. Un sueco de unos treinta años que habla castellano bastante bien aunque conjuga mal los
verbos y la pifia en los artículos. Vivió en Centroamérica con sus padres durante su infancia; usa
lentes y tiene una sonrisa muy divertida.
Monique se ha puesto un vestido negro y lleva un cinturón psicodélico que le rodea la cintura. Son
unos ojos de cerámica, pintados con esmalte verde, amarrados a una cadenita de metal. Comemos
sopa de pescado y ensalada de papas.
Durante la cena recibo el llamado de Olof. Mañana nos encontraremos en su despacho. Tiene
novedades importantes de Arañita. Más tarde seguimos la sobremesa en la habitación.
Johan, el amigo de Amadeo, toca la guitarra mientras las cervezas van y vienen. Estoy sentado en el
piso, la espalda apoyada contra la pared, relajado; en la otra punta de la pieza, Monique fuma y canta
con Johan que se sabe un par de canciones de Silvio Rodríguez.
Amadeo dibuja alguna cosa despatarrado sobre el almohadón. La escena me hace acordar de pronto
a las reuniones en casa de mi hermano, esas comilonas con sus compañeros de facultad, artistas,
estudiantes de filosofía, cosas que entonces eran para mí tan raras… me sentía ajeno a todo eso y a
la vez fascinado por algo que no podía entender.
“Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan” cantan Johan y Monique y sus acentos de
español atravesado le dan a la canción una belleza especialísima, “para que no las puedas convertir
en cristal”, me parece mentira ser parte de todo esto, de esta noche acá, de aquellas noches en casa
de mi hermano, —Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo—, Monique se ha
equivocado en una palabra y con Johan ríen por el pifie, —Ojalá que la luna pueda salir sin ti—, Ojalá
que esta sensación dure por siempre, —Ojalá que la tierra no te bese los pasos—, Ojalá que esta
noche dure por siempre.
Fuente: http://narrativa-postparentetica.blogspot.com/2013/03/marcelo-gurrieri-detective-
bonaerense.html
A Narrador testigo.
B Narrador objetivo.
C Narrador omnisciente.
D Narrador protagonista.
A Inquieto.
B Temerario.
C Observador.
D Extrovertido.
A Expandido.
B Desgarrado.
C Desglosado.
D Despedazado.
Quince primaveras
B El paso a la juventud.
A Anáfora.
B Hipérbole.
C Metonimia.
D Personificación.
A Rima libre.
B Rima asonante.
C Rima consonante.
A Anáfora.
B Metáfora.
C Antítesis.
D Aliteración.
Lee y responde las preguntas 11, 12, 13, 14, 15, 16 y 17 a partir del siguiente recurso:
En términos generales, el viaje al interior de la Tierra es uno de los mitos más antiguos de la
humanidad. El sumerio Gilgamesh descendió en su epopeya a los infiernos para visitar allí a
Utnapishtim en busca de la fórmula de la inmortalidad, a quien se la habían concedido los dioses tras
sobrevivir al Diluvio Universal. También bajó Orfeo al tenebroso Hades del centro de la Tierra para
intentar recuperar a su esposa Eurídice, muerta por la mordedura de una serpiente venenosa, a la que
perdió por mirar hacia atrás antes de lo permitido.
Pensaban los griegos que por las entrañas de la Tierra corría el Tártaro y Platón, que suponía la Tierra
esférica, trató de conciliar ciencia y ficción en su geografía infernal. Imaginó nuestro interior como una
serie de regiones concéntricas, comunicadas entre sí, por las que corrían grandes torrentes de agua,
barro y fuego. Ulises, en la Odisea, ofrece un sacrificio para que las almas de los ancianos asciendan
desde el interior del mundo a la superficie y lo aconsejen, y Eneas desciende a los infiernos para
interrogar a su padre. Dante, en fin, describe en la Divina Comedia los nueve círculos del Infierno,
haciendo inmortal la inscripción de su puerta: ‘Lasciate ogni speranza voi qui entrate’ (“Los que aquí
entráis, perded toda esperanza”).
Con el paso de los siglos el mito fue dando paso a la ficción y la especulación científica o
seudocientífica, a veces con la una disfrazada de la otra. El famoso astrónomo inglés Halley, el
descubridor del cometa que lleva su nombre, para explicar las desviaciones de la aguja magnética en
determinados lugares, propuso en 1692 ante la Royal Society londinense que la Tierra contenía en su
centro otro globo polarizado que giraba sobre un eje fijo, distinto de aquel sobre el que gira el planeta,
dejando a la superficie terrestre como una simple concha. Un año más tarde sugirió que no solo la
convexidad de la concha estaba habitada, sino igualmente su concavidad, como una casa de pisos.
En 1721 el inspector francés de Ponts et Chaussées, un ingeniero de caminos como diríamos hoy,
propuso a su vez que esta concha o corteza terrestre tenía un espesor medio de cinco kilómetros y en
su parte cóncava había montañas, valles, mares y ríos semejantes a los de la convexa, estando el
resto casi vacío, relleno de un aire más sutil que el de la atmósfera.
Y hasta hace bien poco se sucedieron las especulaciones sobre hombres y animales prehistóricos que
vivían bajo nosotros, como he comentado en algún otro artículo.
Sabios posteriores creyeron que, si algún día se accedía al interior del planeta, se haría por los polos,
debido en parte a las ficciones que sobre ellos se habían escrito por ser regiones inexploradas, y en
parte por fenómenos como las auroras boreales, los movimientos inexplicados de la brújula en sus
inmediaciones y el desconocimiento de la forma exacta de nuestro planeta.
Fuente: http://www.augustouribe.com/icosameron.html
B Los griegos pensaban que por las entrañas de la Tierra corría el Tártaro.
D Ser autores que han dado forma al mito del viaje al interior de la Tierra.
13 ¿Con qué nombre se conocen los polos de los que se hace referencia en el texto?
A Ártico y Antártico.
B Meridiano y Paralelo.
C Cáncer y Capricornio.
15 ¿Cuál de las siguientes opciones no corresponde a una concepción griega sobre el mundo
infraterrenal?
Con el paso de los siglos el mito fue dando paso a la ficción y la especulación científica o
seudocientífica, a veces con la una disfrazada de la otra.
A Reflexión.
B Invención.
C Revolución.
D Producción.
A Orfeo.
B Platón.
C Ulises.
D Tártaro.
Lee y responde las preguntas 18, 19, 20, 21 y 22 a partir del siguiente recurso:
Ítaca
A La Iliada.
B Edipo rey.
C La Odisea.
D La Eneida.
A Hipérbole.
B Metonimia.
C Sinécdoque.
D Personificación.
A Rima libre.
B Rima asonante.
C Rima consonante.
A Como un guía.
B Como un sabio.
C Como un traidor.
Lee y responde las preguntas 23, 24, 25, 26, 27 y 28 a partir del siguiente recurso:
1. El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el
buque en que llegaba el obispo. Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde
caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por
completo salpicado de cagada de pájaros. «Siempre soñaba con árboles», me dijo Plácida Linero,
su madre, evocando 27 años después los pormenores de aquel lunes ingrato. «La semana
anterior había soñado que iba solo en un avión de papel de estaño que volaba sin tropezar por
entre los almendros», me dijo. Tenía una reputación muy bien ganada de intérprete certera de los
sueños ajenos, siempre que se los contaran en ayunas, pero no había advertido ningún augurio
aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles que él le había contado
en las mañanas que precedieron a su muerte.
2. Tampoco Santiago Nasar reconoció el presagio. Había dormido poco y mal, sin quitarse la ropa, y
despertó con dolor de cabeza y con un sedimento de estribo de cobre en el paladar, y los
interpretó como estragos naturales de la parranda de bodas que se había prolongado hasta
después de la media noche. Más aún: las muchas personas que encontró desde que salió de su
casa a las 6.05 hasta que fue destazado como un cerdo una hora después, lo recordaban un poco
soñoliento pero de buen humor, y a todos les comentó de un modo casual que era un día muy
hermoso. Nadie estaba seguro de si se refería al estado del tiempo. Muchos coincidían en el
recuerdo de que era una mañana radiante con una brisa de mar que llegaba a través de los
platanales, como era de pensar que lo fuera en un buen febrero de aquella época. Pero la
mayoría estaba de acuerdo en que era un tiempo fúnebre, con un cielo turbio y bajo y un denso
olor de aguas dormidas, y que en el instante de la desgracia estaba cayendo una llovizna menuda
como la que había visto Santiago Nasar en el bosque del sueño. Yo estaba reponiéndome de la
parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina Cervantes, y apenas si desperté
con el alboroto de las campanas tocando a rebato, porque pensé que las habían soltado en honor
del obispo.
3. Santiago Nasar se puso un pantalón y una camisa de lino blanco, ambas piezas sin almidón,
iguales a las que se había puesto el día anterior para la boda. Era un atuendo de ocasión. De no
haber sido por la llegada del obispo se habría puesto el vestido de caqui y las botas de montar
con que se iba los lunes a El Divino Rostro, la hacienda de ganado que heredó de su padre, y que
él administraba con muy buen juicio aunque sin mucha fortuna. En el monte llevaba al cinto una
357 Magnum, cuyas balas blindadas, según él decía, podían partir un caballo por la cintura. En
época de perdices llevaba también sus aperos de cetrería. En el armario tenía además un rifle
30.06 Mannlicher-Schönauer, un rifle 300 Holland Magnum, un 22 Hornet con mira telescópica de
dos poderes, y una Winchester de repetición. Siempre dormía como durmió su padre, con el arma
escondida dentro de la funda de la almohada, pero antes de abandonar la casa aquel día le sacó
los proyectiles y la puso en la gaveta de la mesa de noche.
A Narrador testigo.
B Narrador objetivo.
C Narrador omnisciente.
D Narrador protagonista.
A En un sector lacustre.
B En un sector marítimo.
C En un sector desértico.
D En un sector cordillerano.
Lee y responde las preguntas 29, 30, 31, 32, 33, 34 y 35 a partir del siguiente recurso:
1. ¿Cuál es la principal obra que producen los autores-narradores de los nuevos géneros
confesionales de internet? Esa obra es un personaje llamado yo. Lo que se crea y recrea
incesantemente en esos espacios interactivos es la propia personalidad. Esta sería, al menos, la
meta prioritaria de gran parte de esas imágenes autorreferentes y esos textos intimistas que
aturden las pantallas de las computadoras interconectadas: permitir que sus autores se conviertan
en celebridades, o en personajes calcados de los moldes mediáticos.
2. Por eso, las nuevas formas de expresión y comunicación que conforman la web 2.0 son, también,
herramientas para la creación de sí. Estos instrumentos ahora se encuentran a disposición de
cualquiera. Eso significa todos los usuarios de internet —usted, yo y todos nosotros—, pero al
mismo tiempo remite a otro sentido: nadie es extraordinario por haber producido una obra valiosa
o alguna otra cosa excepcional, y además no está impelido a hacerlo.
3. Porque gracias a este poderoso arsenal que hoy está a disposición de prácticamente cualquiera,
de hecho usted también puede crear libremente aquello que sería su principal obra. Es decir, su
personalidad, que debe consistir en un peculiar modo de ser, impregnado con vestigios del
antiguo estilo artístico de aires románticos, aun cuando las bellas artes de la era burguesa tengan
poca relación con estas nuevas prácticas.
4. Pero si es la propia personalidad lo que se construye y se cultiva con esmero en esos espacios de
internet tan saturados del yo, ¿qué sería una personalidad? Hay varias definiciones posibles para
este término tan impregnado de connotaciones. En este contexto, sin embargo, la personalidad es
sobre todo algo que se ve: una subjetividad visible. Una forma de ser que se cincela para
mostrarse. Por eso, estas personalidades constituyen un tipo de construcción subjetiva
alterdirigida, orientada hacia los demás: para y por los otros. En oposición al carácter introdirigido
o autodirigido, es decir, orientado hacia sí mismo, un tipo de subjetividad característica de otros
contextos históricos, como bien mostrara David Riesman en su libro La muchedumbre solitaria.
5. En ese clásico estudio sobre los procesos de modernización y urbanización de los Estados
Unidos a fines del siglo XIX y durante la primera mitad del XX, el sociólogo señaló la relevancia
creciente del consumo y los medios de comunicación de masa como dos elementos
fundamentales. Dos factores que afectaron intensamente la sociabilidad y las formas de
autoconstrucción, desembocando en una importante “transformación del carácter”. Porque a partir
de los datos recabados en la población analizada, el sociólogo intentó inferir los cambios que
dichos procesos históricos impulsaron en esas arenas, y fue así como observó una especie de
mutación en las subjetividades modernas, ocurrida a mediados del siglo XX. Un desplazamiento
del eje alrededor del cual se edifica lo que se es: desde adentro —introdirigidos— hacia afuera —
alterdirigidos—. Otro término usado para denominar al primer tipo de constitución subjetiva es
carácter. En cambio, la segunda modalidad, que en vez de asentarse sobre la densa base de la
propia interioridad apuesta a los efectos sobre los otros, recibió el expresivo título de
personalidad.
6. El modo de vida y los valores privilegiados por el capitalismo fueron primordiales en esa transición
del carácter hacia la personalidad, al propiciar el desarrollo de habilidades de autopromoción y
autoventa en los individuos, y la instauración de un verdadero “mercado de personalidad”, en el
cual la imagen personal es el principal valor de cambio. No obstante, a pesar de esta tradición ya
cimentada por ese recorrido histórico nacional, a mediados del siglo pasado hubo una redefinición
del yo. El nuevo vástago es, antes que nada, una subjetividad que desea ser amada, que busca
desesperadamente la aprobación ajena, y para lograrlo intenta tejer contactos y relaciones íntimas
con los demás. Ese tipo de sujeto “vive en una casa de vidrio, no detrás de cortinas bordadas o de
terciopelo”, constata el sociólogo estadounidense. Porque bajo el imperio de las subjetividades
alterdirigidas, lo que se es debe verse, y cada uno es lo que muestra de sí mismo.
Sibilia, P. (2008). La intimidad como espectáculo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
(Fragmento)
32 ¿Qué es el capitalismo?
A Introdirigida.
B Interdirigida.
C Alterdirigida.
D Autodirigida.
A Guiado.
B Incitado.
C Condicionado.
D Imposibilitado.
"No obstante, a pesar de esta tradición ya cimentada por ese recorrido histórico nacional,
a mediados del siglo pasado hubo una redefinición del yo."
A Por eso.
B Sin embargo.
C Mientras tanto.
D Por consiguiente.