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El maestro eficaz siempre enseña de lo que fluye de una vida plena. La ley del maestro es esta:
“Si deja de crecer hoy, dejará de enseñar mañana”
Esta filosofía requiere cierta actitud – la actitud que reconoce que uno todavía no ha alcanzado la
cúspide. La persona que aplica este principio siempre se pregunta: ¿Cómo puedo mejorar?
Considérelo de la siguiente manera: Mientras vive, aprende; y mientras aprende, vive.
En la búsqueda de buenos maestros siempre se busca personas que sean fieles, que estén
disponibles y que estén dispuestos a ser instruidos. Lo que tienen en la cabeza no es el factor
determinante.
La enseñanza eficaz viene de una persona cambiada. Mientras más cambie, más se convertirá en
instrumentos de cambio en la vida de otras personas. Si quiere convertirse en un agente de
cambio, también usted debe de cambiar.
Las personas más entusiastas que conocemos, son personas que nunca han dejado de aprender.
SU DIMENSIÓN INTELECTUAL
Hay tres recomendaciones:
1. Mantenga un programa constante de estudio y lectura.- No sólo se dedique a leer libros, sino
también a estudiar a personas. Los dos factores que le influenciarán más en su vida son los libros
que lee y las personas que lo rodean.
SU DIMENSIÓN FÍSICA
Muchas veces se descuida esta área de la vida.
SU DIMENSIÓN SOCIAL
Debemos pensar creativamente acerca de cómo interactuar con nuestras amistades, una de las
cosas más difíciles es compenetrarse con un grupo de cristianos.
Los adolescentes no están buscando un maestro perfecto, sino un maestro que sea honesto y
que esté creciendo. En la actualidad nuestra tierra está repleta de jóvenes y adultos que están
quebrantados, que no tienen idea de por qué vino Cristo a la tierra, tampoco saben que la Biblia
tiene respuestas para sus problemas. Lo que necesitan desesperadamente es ver hombres y
mujeres que conozcan la palabra viva de Dios, que sean estudiantes constantes de la Biblia y se
dejen asir de él para madurar y así odiar lo que Dios odia y amar lo que Dios ama.
LA LEY DE LA EDUCACIÓN
Como maestro eficaz, usted no sólo debe de conocer lo que intenta enseñar, sino también a
quienes desea enseñar. Usted no está interesado en inculcar principios; usted quiere
contagiarlos para que ellos estén tan emocionados con los principios como lo está usted.
La verdadera función del maestro es crear las condiciones más favorables para el
autoaprendizaje. La verdadera enseñanza no es la que imparte conocimiento, sino la que estimula
a los alumnos a obtenerlo. Es posible decir que quien enseña mejor es quien enseña menos.
La última prueba de la enseñanza no es lo que usted hace o lo bien que lo hace, sino qué y cómo
lo hace el estudiante. Los buenos maestros no deben de enfocarse en lo que ellos hacen, sino en
lo que sus estudiantes están haciendo.
Enseñe a las personas cómo pensar.- Si quiere cambiar a una persona permanentemente,
asegúrese de cambiar su manera de pensar y no sólo su conducta. Si sólo cambia su conducta, él
no entenderá por qué la cambió. Resulta ser un cambio superficial, y por lo general de corta vida.
Enseñe a las personas cómo aprender.- Desarrolle estudiantes que sepan perpetuar el proceso
aprendizaje por el resto de sus vidas. Piense por un momento qué involucra el aprendizaje.
Aprender es siempre un proceso. Se está realizando todo el tiempo. Cada momento que usted
vive. Deje de aprender hoy y dejará de vivir mañana.
Enseñe a las personas cómo a trabajar.- Este concepto nos regresa al principio de nunca hacer
por el estudiante lo que él puede hacer por sí mismo. Si lo hace hará de él o ella un incapacitado.
Nunca olvide que su tarea es desarrollar personas que sean autodirigidas, que sean disciplinadas,
que hagan lo que hacen porque ellos deciden hacerlo.
Si va enseñar a, los estudiantes a pensar, aprender, trabajar, entonces ayúdelos a dominar cuatro
habilidades básicas: Leer, escribir, escuchar y hablar.
LA LEY DE LA ACTIVIDAD
Piense por un momento en estas tres declaraciones, y pregúntese cómo podría mejorar cada
una:
Con respecto a la primera: No, realmente la práctica no hace la perfección; lo que hace es la
permanencia.
Por lo tanto una mejor afirmación es: Aprendemos haciendo las cosas correctas.
Así que hay una correlación directa entre aprender y hacer. Mientras mayor sea la participación
del estudiante, mayor será su potencial para aprender. Los mejores estudiantes son participantes;
ellos no sólo están mirando la acción desde afuera, están profundamente envueltos en ella,
participando hasta lo máximo.
YO HAGO – Y YO CAMBIO
Esta ley de la actividad se confirma tanto como una buena cantidad de investigaciones modernas
como por un antiguo proverbio chino:
Oigo, y olvido.
Veo y recuerdo
Hago y entiendo.
Cuando usted hace, el resultado es más que entender, usted también cambia.
ACTIVIDAD SIGNIFICATIVA
Dijimos que la ley de la actividad es cierta con una condición: La actividad debe de ser
significativa. ¿Qué clase de actividades son significativas?
Mostramos cinco formas de actividades significativas.
1. Actividad que provee dirección sin ser dictatorial.- Cuando usted asigna tareas y debe de
hacerlo para que los estuantes participen más en el proceso de aprendizaje, recuerde siempre
ofrecer una esfera de libertad. Usted quiere estructura, no una camisa –no una camisa de fuerza.
3. La actividad con un propósito planeado.- Los objetivos determinan los resultados. Usted logra
lo que se propone. Si usted está enseñando una lección que contiene requisitos pregúntese: ¿Cuál
es mi objetivo?
4. La actividad que se preocupa tanto del proceso como del resultado.- De manera que los
estudiantes no sólo saben qué creen, sino también por qué lo creen. Si usted sólo les da
conocimiento a los estudiantes, los limitará. Pero si les da el proceso los lanzará por un camino
que no tiene límites.
LA LEY DE LA COMUNICACIÓN
La palabra comunicación viene de la palabra conmunis , que significa común. Para comunicar
debemos de establecer lo que se tiene en común, lo que se comparte. Y mientras mayor sea lo
que hay en común, mayor será el potencial para la comunicación.
Así, cada vez que enseñe, pregúntese: ¿Qué es lo que sé y qué quiero que estos alumnos sepan?
¿Qué siento, y qué quiero que los alumnos sientan? ¿Qué hago y qué quiero que ellos hagan?
PERFECCIONE SU COMUNICACIÓN
Hagamos un repaso del proceso: Tomamos conocimiento y sentimos y acciones, los traducimos
en palabras y entonces las comunicamos por medio del discurso, lo cual requiere dos cosas:
Preparación y presentación
b. La presentación, incluye, entre otras cosas, la dicción, hablar con claridad para que las
personas entiendan exactamente lo que usted está hablando. Debemos saber articular nuestras
palabras, otra cosa que debemos cuidar es el volumen de la voz, también varíe su entonación.
Esta ley es cierta mientras usted entienda el significado bíblico de la palabra corazón. Es una de
las palabras difíciles de definir y que se presta al sentimentalismo. En la actualidad tendemos a
usarla con poca precisión, pero los escritores del Antiguo Testamento nunca lo usaron así.
Deuteronomio 6. 4-6 es un pasaje que revela el contexto bíblico de la palabra. Moisés dijo: “Oye,
Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de
toda tu alma, y con todas las fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu
corazón”. Para los hebreos, el corazón abarca la totalidad de la persona, su intelecto, sus
emociones, su voluntad.
Ethos, como Sócrates lo consideró, significa establecer la credibilidad del maestro, sus
credenciales. Él entendió que quien usted es, es mucho más importante de lo que diga o haga.
Pathos, o compasión, se refiere a cómo el maestro estimula los sentimientos del oyente y dirige
sus emociones, nuestras direcciones deben de correr en la dirección de nuestras acciones. Este
es el secreto de la motivación, porque Dios nos creó como seres con emociones y sentimientos.
Los maestros también necesitan el contenido, e interesantemente Sócrates los llamó logos, la
misma palabra griega que se usa en Juan 1.1. Cuando Dios quiso comunicarse con nosotros
envolvió su mensaje en una sola persona. Eso es exactamente lo que estamos llamados a hacer.
Por supuesto usted como maestro puede enseñar sin carácter, sin compasión, sin contenido. Pero
razone qué consecuencia le traerá esto al estudiante.
Porque el carácter del maestro es lo que produce confianza.
Porque la compasión del maestro es lo que produce motivación.
Porque el contenido es lo que produce la percepción del mensaje.
“La enseñanza tiende a ser más eficaz cuando el estudiante está apropiadamente motivado.”
Una palabra importante en esta ley es “apropiadamente” porque nos dice que existe una
motivación inapropiada, motivación ilegítima que puede traer resultados devastadores.
Una forma de esta última es lo que yo llamo la motivación del caramelo: “Hijo, pórtate bien en la
iglesia y te compraré un helado” o “Apréndete doscientos versículos de memoria en el verano y
te enviaremos a un campamento por una semana”. Ahora, estas suenan bien, y pueden lograr que
los estudiantes hagan cosas buenas. Pero sin duda es posible que esas cosas buenas no rindan
buenos resultados.
Otra motivación inapropiada es la culpa. Esta es otra razón por la cual memorizan la Biblia: “No
puedo ser un cristiano de primera clase si no memorizo estos versículos.” Por cierto esta tal vez
sea una de las motivaciones más comunes que algunos comunicadores cristianos usan. No
obstante esta motivación incluye el engaño intencional o no intencional. Si yo le digo que
conozco una fórmula para el éxito y lo convenzo de que si la prueba inmediatamente, ésta
revolucionará su vida por completo, es probable que usted la pruebe, pero sólo una vez. Es mejor
que funcione la primera vez, o esa será la última cosa que usted querrá escuchar de esa persona.
De igual forma no debemos de añadir nada a las Escrituras para ilusionar falsamente a una
persona.
CONCIENCIA DE LA NECESIDAD
Existen dos niveles de motivación. El primero es la motivación extrínseca- la motivación externa.
El segundo es más significante- motivación intrínseca que viene de adentro.
Su tarea en toda motivación extrínseca es desencadenar la motivación intrínseca. Usted quisiera
meterse dentro del estudiante, hurgar por allí, encontrar su botón rojo y oprimirlo. Tiene que
trabajar desde el exterior para lograr que algo suceda en el interior.
UN BUEN ENTRENAMIENTO
Uno motiva a las personas a estructurar correctamente su experiencia de aprendizaje. La
capacitación incluye cuatro etapas importantes.
La primera es la etapa de decir, y por lo general este es nuestro punto más fuerte. Siempre
recomiendo que en esta etapa se registre el contenido por escrito y en una cinta de grabación.
No haga que los estudiantes dependan de una sola exposición del contenido, sino póngalo de
manera que ellos puedan repasarlo continuamente. Sólo entonces comenzarán captarlo en
realidad. A propósito nuestra investigación nos demuestra que para el aprendizaje eficaz, las
mujeres están más dispuestas a leer libros, y los hombres están más dispuestos a oír cintas
grabadas.
La creatividad está disponible, pero no estamos proporcionando oportunidades para que para
que se manifieste.
LA LEY DE LA PREPARACIÓN
Antes de la carrera, los corredores calientan sus músculos. Antes del concierto, la orquesta afina
sus instrumentos. Y de la misma forma es necesaria una preparación por parte del estudiante
como del maestro.
Esto resalta uno de los grandes problemas para los maestros. Los estudiantes llegan fríos a la
clase. Supongamos que usted está enseñando el libro de Isaías. Un cierto domingo, ocurre un
milagro. Esta mañana usted tendrá sesenta minutos completos para realizar la enseñanza
(principalmente porque han eliminado las actividades de preparación-terminología fascinante ya
que la mayoría de estas preparan poco y activan mucho menos). Así que tienen por delante una
buena hora, y usted comienza diciendo: “Por favor, abramos la Biblia en Isaías 27”. In -
mediatamente ellos están pensando: ¿De qué trata Isaías 27? ¡Quién sabe! Y peor aún: ¡A quién le
importa! pero usted es un maestro competente. Usted cree que este capítulo no sólo es un pasaje
que se debe dominar, sino que debe dominarlo a uno .Poco a poco la clase comienza a sentirse
cómoda con Isaías 27. Por cierto, a medida que la hora ya está llegando a su fin, a la clase le
empieza a ocurrir preguntas. El pasaje que usted ha explorado ya tocado varias necesidades y
problemas en la vida de ellos. Usted ha despertado un profundo interés. Pero se fue el tiempo. Y
hace lo mismo la siguiente clase.
Quiero proponerle un método alternativo que le permita invertir el tiempo de la mejor manera
posible. No piense en el principio de esa hora de clase como el punto de partida para crear
interés en su tema. En su lugar, adelante el punto de comienzo para crear interés en su tema
para que de esa forma, a la hora que se reúnan, usted siga desarrollando el impulso ya creado. Y
cuando llegue al final clase, los estudiantes habrán encontrado respuestas a sus preguntas y
soluciones a sus problemas, y estarán motivados para seguir estudiando el pasaje por su cuenta.
TAREAS EXITOSAS
Esta ley de la preparación provee las bases filosóficas para las tareas. Le puedo garantizar que
mientras usted no les dé una tarea, los estudiantes no lo harán. Así que piense un poco del valor
de las tareas. Pues miremos tres beneficios:
1. Provocan la reflexión.-Las tareas son la preparación mental. Precalientan la mente para que
esté trabajando antes que comience la lección.
2. Provee un contexto, un fundamento sobre el cual edificar. El estudiante llega consciente de los
problemas y asuntos concernientes al pasaje y cómo éste se relaciona a su vida. Las preguntas
han surgido.
2. Deben de estimular el pensamiento.- Deben de cuestionar más respuestas que responder más
preguntas. Desafíe la mente de los estudiantes. Sé que pensar es doloroso pero también es
beneficioso si está bajo la dirección del espíritu Santo.
3. Las tareas deben de ser realizables.- Debemos de sembrar confianza con los alumnos. Si sus
alumnos tienen confianza en usted, su tarea es valerse de ella para transferírsela a fin de que
ahora ellos confíen en sí mismos. Haga que participen en la clase. Darles crédito cuando
participan.