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Historia de la Química
Lavoisier
y el desarrollo de la ciencia
Con la muerte de Felipe IV de España en 1665, el rey de Francia, Luis XIV, emprendió
una política expansiva que involucró a
Francia en las guerras europeas:
• Guerra de Devolución
• Guerra de Holanda
• Guerra de las Reuniones
• Guerra de los Nueve Años
• Guerra de Sucesión Española
1. Astrónomo francés, conocido principalmente por haber catalogado cerca de diez mil estrellas y cuarenta y dos objetos astronómicos. Dió nombre a catorce constelaciones de un
total de ochenta y ocho, además calculó y tabuló una lista de eclipses para mil ochocientos años.
Lavoisier se acerca a la ciencia, estudiando geología bajo la tutela de Jean Etienne Gue-
ttard. Éste lo acompañó en varias de sus expediciones geológicas
a través de diversas regiones de Francia, asistiendo a Guettard en
el análisis mineralógico y descripción de Francia. En estas expe-
diciones, Lavoisier se percata de la estrecha relación entre la
mineralogía de campo y el análisis químico de los minerales. Sin
embargo, siguiendo la tradición familiar inició sus estudios en la
Facultad de Derecho, se graduó en 1763 y obtuvo su licencia para
ejercer la abogacía en 1764.
En octubre 1763, realiza un artículo científico describiendo una Figura 4. Jean-Étienne Guettard (22
aurora boreal que observa en Villers-Cotterets, siendo éste el do- de septiembre 1715 – 7 de enero
1786), fue un naturalista, mineralo-
cumento más antiguo en gista francés. Adquirió conocimien-
tos de plantas por parte de su abuelo,
relación con su actividad quien era boticario y más tarde recibe
su doctorado en Medicina.
científica.
Durante los veranos de 1763 y 1764, Lavoisier
trabajó con el botánico Bernard de Jussieu2 en la
cuenca de París. En ese entonces Antoine había co-
menzado a tomar un interés considerable sobre la
meteorología y comenzó a realizar las mediciones
barométricas que continuaron durante toda su
vida, acercándose así al trabajo cuantitativo. Un año
más tarde fue admitido como abogado en el Parla-
Figura 5. Fragmento de la descripción de la Aurora Boreal,
trabajo publicado en las Memorias de Lavoisier en 1868. mento de París.
Apasionado por la química de los minerales, en 1762 se inscribe en un curso de química
impartido por Guillaume-François Rouelle, integrándose al equipo
de estudio de la química de los minerales, Lavoisier aprende con él
la técnica para manipular el “aire”.
Lavoisier y Guettard en 1767 mapearon la Cordillera de los Vos-
gos y partes de Alsacia y Lorena, donde utilizó su barómetro para
medir con precisión y sistemáticamente las alturas de las montañas
y la inclinación del terreno. Utilizando en 1788 esta información y
sus notas sobre los estratos observados para apoyar su teoría de la
estratificación ante la Academia de Ciencias de París. Figura 6. G u i l l a u m e - F r a n ç o i s
El viaje se decidió en el mes de junio 1767; se realizaría a caballo, Rouelle (15 de septiembre de
1703 - 3 de agosto de 1770), fue
a causa del mal estado de las carreteras. Lavoisier hizo sus prepara- un químico francés y profesor de
Lavoisier y Diderot. Dentro de sus
tivos trayendo los instrumentos para las observaciones entre ellos, trabajos expresó la formación de
las sales, a partir de la acción de los
termómetros, el barómetro y el hidrómetro, construido en base a ácidos sobre álcalis, propuso una
sus indicaciones, para determinar la densidad del agua potable y clasificación metódica de las sales
y en 1754 introdujo la palabra base
mineral, y por último una pequeña caja de reactivos. Partieron el en química.
14 de junio y regresaron en noviembre del mismo año. Lavoisier dejó un diario detallado
de su viaje; en el cual se puede seguir en el día a día, hora a hora, lo que representa
su regularidad en el trabajo. Cada mañana toma nota de las indicaciones del barómetro
y termómetro, repitiendo las observaciones varias veces al día, realizando la última por
2. Médico y botánico francés, se encargó de la catalogación de las plantas del jardín botánico de Trianon, fue pionero en la introducción de un sistema vegetal natural dispuesto
conforme a las afinidades anatómicas.
la noche.
En el transcurso del viaje observa la naturaleza del suelo, el terreno, la vegetación.
Visitó las minas, las fábricas. En cada lugar donde se detiene, toma la temperatura y la
densidad del agua.
Cuando llegan a Estramburgo, conoce a R. Spielmann, el autor de Instituts de chimie
y al físico F. Erhmann, que más tarde llegó a ser uno de los más grandes admiradores
de Lavoisier. Por último, encontró una amplia gama de libros de química publicados en
Alemania y desconocidos en París.
De su viaje trajo los documentos; que reúnen, los resultados del análisis de agua y junto
a Guettard utiliza sus observaciones comunes para dibujar un atlas mineralógico de Fran-
cia, incluyendo dieciséis cartas; recibió la felicitación de la Academia por la contribución
realizada.
Monnet, quien era el inspector general de Minas, utilizó las cartas realizadas por Lavoi-
sier y Guettard dándole el crédito a éste último, sin embargo las copas de las cartas eran
mediciones que habían sido resultado de las nivelaciones barométricas de Lavoisier.
Ese mismo año, Lavoisier escribió las instrucciones para un viajero que iba a acompa-
ñar al gobernador de Saint-Domingue3. En 1771, se encargó de clasificar la colección de
historia natural de Bertin; e invitó a Bor4da y Pingré5 a las observaciones de la historia
natural en los países donde podrían permanecer durante el viaje que tenían que hacer en
la fragata Flora, para discutir las mejores maneras de determinar longitudes.
Lavoisier centra esta etapa de su vida a la investigación geológica, siendo su primer
análisis químico un análisis sobre el yeso. Mediante el uso de agua examinó la solubilidad
y las propiedades químicas de la sustancia. Durante estos estudios demostró que el yeso6
y el yeso de París7 son el mismo producto químico, que se diferencian por el “agua de
cristalización”, además fue el primero en explicar la causa de que por acción del calor,
el yeso pierde una cierta cantidad de agua que recibe durante la mezcla, y que ésta es la
causa de su solidificación, constatando que el yeso fuertemente calcinado no puede unirse
con el agua. Este trabajo fue leído primero en la Academia de Ciencias en febrero de 1765
y publicado posteriormente en Memoires des Savants Etrangers en 1768.
Por último, en sus cálculos sobre el coste de la iluminación en París, aplicó las cuali-
dades de orden y método, que se colocarían a la vanguardia de los recursos financieros.
9. La mejor manera de iluminar durante la noche, las calles de una gran ciudad, combinando toda la claridad, facilidad de servicio y economía.
10. Tetróxido de plomo
hacer informes: del aerómetro de Cartier, la teoría del color, las linternas Dufourny, el les
soufflets à chute d’ eau, entre otros; y duran-
te veinticinco años fue uno de los miembros
más activos de la misma.
En 1762, el ingeniero Deparcieux estaba
interesado en proporcionar de Agua Potable
a Paris, había buscado durante mucho tiempo
una manera de obtener agua de las fuentes ve-
cinas, y después de extensos estudios habían
Figura 9. Fragmento del reporte realizado por Lavoiser sobre el areó-
sugerido traer las aguas de Yvette. El proyec- metro de Cartier.
to fue recibido con entusiasmo, pero Deparcieux murió en 1768 y, poco después el Padre
Félicien de Saint-Norbert, atacó fuertemente su
proyecto. Lavoisier tomó la defensa, dirigiéndo-
se especialmente a los administradores públicos
de la ciudad, demostrando las incoherencias de
las críticas realizadas por el Padre Félicien. La
Academia le ordenó revisar el trabajo de Joseph
Auxiron, que buscaba el privilegio de establecer
una bomba contra incendios para recolectar y
distribuir las aguas del Sena. Al año siguiente,
Lavoisier hizo entrega de una memoria, donde
Figura 8. El Yvette es un pequeño río en el sur de Francia utilizado
para el transporte de agua por los distintos departamentos. estudió en detalle los costos de preparación de
las bombas.
La investigación científica de Lavoisier se interrumpe en este punto por los deberes que
le impone su cargo en la Ferme Générale, a la que se unió en marzo 1768, pocos días
después de su primera reunión en la academia.
Sus principales viajes durante esos cinco meses abarcaron las regiones de Cha-
lons-sur-Marne, Charleville, Épernay, Sois-
sons, Lille, Reims. De vuelta en París a prin-
cipios de 1770, hizo algunos informes a la
Academia y presentó ante la misma los resul-
tados de su investigación sobre el ataque del
agua al vidrio. Poco después, se le acusó de
viajar a Havre y Dieppe, con el fin de experi-
mentar un instrumento presentado por Cassini, Figura 10. Châlons-sur-Marne, entrada a la Villa.
para determinar latitudes; estos experimentos, en los que tenía como colaborador al pro-
fesor Fourray, del área hidrográfica en Havre, ocuparon todo el mes de abril.
En agosto del mismo año junto con los agricultores Delahante, Parseval y Bouilhac
hijo, realizan un viaje, referido al control de tabaco en Francia. Por su parte, Lavoisier
preparó para sus compañeros varias presentaciones referidas al cultivo del tabaco. En su
diario de viaje, toma nota de sus observaciones reuniendo las impresiones de los viajeros;
la descripción de las antiguas iglesias, entre otras cosas. Días después, sus compañeros
regresan a París y él mantuvo sólo su viaje de inspección, que lo llevó de vuelta a Reims,
Soissons, regresando a París en febrero de 1771.
Una vez en París fue capaz de retomar su trabajo de laboratorio, además de ocuparse de
los informes de la Academia, comenzó a experimentar con alcohol para la precipitación
fraccionada de sales en el análisis del agua y en la acción del agua sobre el mercurio.
Analizó varias clases de aguas, especialmente se interesó por el agua de mar. Al mismo
tiempo, continuó con la realización de los atlas mineralógicos, la nivelación de la Ópera
de París y sus alrededores, determinó la altura de las torres y molinos de viento, entre
otras cosas.
Ella aprendió inglés y sabía lo suficiente del idioma para ayudar a traducir muchos de
sus trabajos de la química, que luego leería su marido. Además de realizar traducciones
inéditas de escritos realizados por Priestley, Cavendish y Henry, entre otros. En ese tiem-
po ayudó mucho a su esposo que podía ocuparse poco de sus investigaciones debido a
sus responsabilidades en la Ferme Générale, muchos de los experimentos, esquemas y
registros que se le otorgan a Antoine, son en realidad de Marie-Anne.
La pólvora y el salitre
En 1774, Turgot, quien era el Inspector General de Finanzas, crea la Régie des poudres
et salpêtres, organismo público que sucede a la Ferme de poudre, que era una empresa
privada; con el objetivo de que el Estado domine la producción de pólvora en Francia,
siendo Lavoisier uno de los cuatro directores del mismo en 1775.
Turgot y Lavoisier proponen que Régie des poudres et salpêtres, disminuya los impues-
tos recaudados por el salitre, eliminar el monopolio de la venta de pólvora, y finalmente
aumentar la producción nacional de salitre. Aunque la extracción de salitre aumentó, el
progreso no fue lo suficientemente rápido como para satisfacer el consumo interno.
Dado que en Francia se desconocían los trabajos realizados en la producción de salitre
artificial, era necesario llevar a cabo una investigación sobre el tema. Siguiendo el conse-
jo de Lavoisier, Turgot escribe en agosto a la Academia de Ciencias para otorgar un pre-
mio a la mejor obra, que trate la forma más eficaz para la producción salitre artificial. La
Academia, se apresuró a nombrar a los comisionados y nombra a Macquer, Sage, Baumé,
Montigny, le Chevalier d’Arcy y Lavoisier. La designación de Lavoisier en esta comisión,
planteó algunas objeciones a causa de su cargo como director de Régie des poudres et
salpêtres, pero un miembro señaló que al ser un organismo público, no era incompatible
con el Comisionado de la Academia.
Todas las observaciones que la Comisión pudo reunir sobre la fabricación de salitre se
unieron en un volumen que apareció a principios de 1776. A la espera de los resultados
del concurso, Lavoisier escribió una instrucción sobre restauración de los lechos de salitre
y la producción de salitre que apareció en 1777 como un trabajo colectivo de la Comisión.
El mismo año, se presentó ante la Academia un documento sobre las cenizas del salitre de
París y su uso. El duque de La Rochefoucauld, informó la presencia de salitre en el yeso
de La Roche-Guyon; Lavoisier fue allí con su colega Clouet en marzo de 1777 para reco-
ger muestras y después de una larga serie de investigaciones, ambos demostraron que en
los suelos estudiados, la presencia de caliza basada salitre y salitre ordinario, indican los
medios para extraerlo, y conocían los métodos más adecuados para crear lechos de salitre
artificial alrededor de La Roche-Guyon.
Al año siguiente, cuando la guerra con Inglaterra era inevitable, los comercios fueron
abastecidos con pólvora para dos o tres temporadas. Sin embargo Lavoisier, preocupado
por aumentar la producción nacional de salitre, comenzó con un viaje con Clouet, Tourai-
11. ¿Cuando regresas? El latín necesita tu presencia aquí; te sentirás molesto cuando me obligues a declinar y conjugar para darme el gusto y para volverme digna de mi marido
y de tus atenciones”
ne y Saintonge con el fin de reconocer las tierras salitreras. El viaje se llevó a cabo durante
los meses de abril y junio de 1778. Visitaron las orillas del Loira, entre los castillos de
Tours, el canal de Cher, Vendôme, Saumur, Montsoreau; luego se dirigieron al valle más
allá de Vienne Chinon, Châtellerault, Poitiers, Ruffec y, finalmente, la cuenca del Charen-
te, también visitaron en Angoulêma, Saintes, Saint-Savinien, etc.
Por otra parte, los comisionados de la Academia decidieron hacer sus propias experien-
cias en la nitrificación12, experiencias que continuaron hasta 1783 y que fueron realizadas
en el Arsenal y en el laboratorio de Lavoisier bajo su dirección.
La investigación de Lavoisier sobre la refinación y análisis salitre, continuó incluso
después de haber cesado como Director de Régie des poudres et salpêtres. En 1793, rea-
lizó un documento sobre este tema, pero no tenía en ese momento el tiempo para seguir
las experiencias con su severidad habitual, y cayó en el error acreditado por Valerius y
Kirwan, que pensaban que la pérdida de salitre observada en el refinado se debió a la se-
paración de esta sal con el vapor de agua. Investigó también un proceso recomendado por
Baumé en 1788, que consistía en el lavado en frío al refinar el salitre crudo, y señaló que
este proceso no se ha estudiado lo suficiente para asegurar que el salitre obtenido fuese lo
suficientemente puro para producir pólvora.
análisis identificó como una sal marina de base terrosa y concluye que por gramo de agua
de lluvia que recogió, ésta contiene: 21mg de tierra y 7mg de sal marina.
Por otra parte analizó el vapor de agua de lluvia condensado, obtuvo que el destilado era
más denso que el agua destilada. Repitiendo la destilación del agua de lluvia siete veces
más, analizando en cada una los residuos y el destilado, observó que aunque en cada des-
tilación, separaba una cantidad considerable de tierra, no había una variación significativa
de la densidad.
De esta manera, propuso dos hipótesis:
Para determinar con certeza cuál de estas dos hipótesis era consistente, utilizó un pé-
lican14, donde realizó un proceso de digestión, equivalente a repetidas destilaciones. De
esta manera y registrando la masa de los pélican con la mayor precisión, realizó 8 destila-
ciones sucesivas, utilizando baños de arena como fuente de calor. Asimismo y mantenien-
do todos los cuidados para que no haya pérdidas ni contaminación, continuó su trabajo
durante 100 días.
Después de 57 días, comenzó a ver resultados positivos. Encontró una cantidad conside-
rable de pequeñas manchas flotantes en movimiento, pero tan finas que era imposible ana-
lizarlas. Con este fin, desarrolló una lupa que le permitió ver que esas manchas consistían
en una especie de “tierra” grisácea. Luego de 100 días, habiéndose formado una cantidad
considerable de esta “tierra” decidió dar por finalizado esta etapa del experimento.
Al determinar la densidad del agua, observa que la diferencia es prácticamente nula, con
la determinada, previo al calentamiento. Por otra parte, verificó que el pélican quedó se-
llado perfectamente y que no había entrado aire en el transcurso de los 100 días y de igual
manera, no había habido cambios en la masa del sistema. Luego, vació el pélican y de-
terminó su masa, encontrando una variación de 1,22g. Posteriormente determinó la masa
del residuo terroso que se formó en el recipiente, 0,34g. Y luego de una evaporación del
destilado, obtiene un residuo terroso con de 1,09g. Sin embargo las tierras totales, eran de
mayor masa que la perdida por el pélican. Atribuyó este hecho a los posteriores calenta-
mientos para separar las tierras, realizado sobre material de cristal y como consecuencia
aumentó la masa de las mismas. Finalmente, toma como observaciones en su trabajo:
“La mayor parte, o tal vez toda la tierra que se separa por la
evaporación del agua de lluvia, se debe a la disolución de los
recipientes en la que se almacena y en el que se evapora.
El agua contiene sólo una vigésima parte de grano de sal ma-
rina por libra, por lo que siempre se puede considerar como
muy puro en operaciones químicas.
La diferencia de peso observada entre el agua de lluvia, que se
destiló sólo una vez es casi imperceptible; de modo que, en la
práctica, incluso para las operaciones más delicadas, puede ser
14. El Pélican, es un recipiente de cristal de una pieza que pertmite realizar destilaciones multiples.
Este primer trabajo muestra la precisión que predominará en sus experiencias. La cues-
tión del cambio del agua de la tierra también preocupaba a Scheele, que llegó a los mis-
mos resultados que Lavoisier de una manera muy diferente.
En 1772 publica en las Mémoires de l’Académie des Sciences, su dossier titulado, Sur
l’usage de l’esprit-de-vin dans l’analyse des eaux minérales. En la misma, escribe:
Luego, comenzó la investigación sobre la combustión del diamante, en común con Ma-
cquer y Cadet; se lo comunicó a la Academia el 29 de abril de 1772. Por otra parte, Dar-
cet, Rouelle, Macquer y Roux lo habían demostrado con Boyle y físicos del Duque de
Toscana. En el Giornale de Litterati d’Italia, tomo VIII; se informan las experiencias
solicitadas por el Duque de Toscana:
Para concluir con este hecho, Lavoisier se comunicó con Macquer y Cadet para finali-
zar las experiencias. La primera experiencia realizada consistió en tratar la evaporación
en sistemas cerrados. Tratando los diamantes con un fuego más violento, llegaron a una
primera conclusión, la masa de los recipientes disminuía en función al contenido de aire
que podían almacenar. Macquer, propone realizar una segunda experiencia, con mayores
precauciones y un fuego más violento que en todas las experiencias realizadas, evitando
el contacto con el aire. De esta manera, al retirar el sistema del fuego, la masa de los
diamantes colocados no tuvo variación. A partir de estos resultados, relacionan el fenó-
meno observado con una combustión. Sin embargo, al repetir el experimento con un ca-
lentamiento más prolongado se encontraron que los diamantes utilizados habían perdido
cuatro novenas partes de su masa, que podía deberse a evaporación o a la formación de
escoria. Pero dado que la mayor parte de los diamantes soportó un calentamiento intenso
durante veinticuatro horas, el hecho le dio fortaleza a la hipótesis planteada.
Años atrás el físico Hales había probado que muchos organismos proporcionan un des-
tilado de aire que pesaba lo mismo que el aire atmosférico, y había ideado un dispositivo
11 Luis Fabián Blanco
Lavoisier y el desarrollo de la ciencia
para recogerlo. Este gas fue designado con el nombre de aire fijo. Más adelante Black
trató a este gas como si se tratara de un gas diferente del aire atmosférico y trabajó espe-
cialmente sobre los gases que pierden las sales como la piedra caliza al transformarse en
cal viva.
Priestley estudió lo que entonces se llamaba “el aire”. Particularmente las propiedades
del aire fijo que emerge de las fábricas de cerveza en las cubas de fermentación, y que
está vinculada con la respiración animal; y descubrió así el aire nitroso15, el gas de ácido
marino16 y demostró el papel de las plantas para restaurar el aire viciado de la combustión.
Lavoisier en 1772 observa que en la combustión del fósforo, la masa del mismo incre-
menta y resolvió repetir todas las experiencias de sus predecesores, con nuevos experi-
mentos con un mayor control para estudiar los fluidos elásticos liberados por la fermenta-
ción y destilación, para buscar la naturaleza del aire absorbido en la combustión.
En el año 1773, descubrió una serie de hechos que no podían esperar a la publicación
de las memorias de la Academia, por esta razón lo publicó en diciembre bajo el título de
Opuscules physiques et chimiques. En primer lugar, apoyado firmemente en la doctrina de
Black, demuestra de manera rigurosa por la utilización de esa tierra privada de aire fijo,
que durante la calcinación de la piedra caliza se pierde parte de su masa, y puede luego,
retomando el aire fijo, recuperar su masa original. Además, se mencionan los trabajos que
realizó Macbride, donde demostró que el aire fijo, era el mismo que se desprende durante
la fermentación, o por la descomposición de materiales de origen animal.
En cambio, Meyer observó lo que ocurre con la piedra caliza cuando se combina con
ácidos, se disuelve con efervescencia, formando sales neutras solubles en agua; finalmen-
te, una vez neutralizada, pierde la propiedad de efervescencia en ácidos y aplica estas
observaciones a la piedra caliza que ha sido expuesta a la violencia del fuego, que se
convirtió en cal viva y se da cuenta de que tiene todas las características de piedra caliza
neutralizada por el ácido por lo que llega a la conclusión de que la piedra caliza adquirió
a través del fuego, un ácido que se combina con ella y neutraliza.
A partir de estos resultados, y otros que no menciono en este trabajo, Lavoisier realiza
sus propios ensayos. Examina si en la tiza hay un fluido aeriforme, y qué fenómenos
produce la presencia o ausencia de este fluido. Y obtiene como resultado que en la piedra
caliza hay un fluido elástico fijo, especie de aire fijo, tal como había sido sugerido por
Black.
A partir de estos experimentos, describe tres tipos de Tierras Alcalinas:
Luego, los trató con álcalis fijos y volátiles; demostrando que estas sustancias salinas
contienen un fluido elástico, y que este fluido se puede eliminar por disolución en ácidos,
la excitación que tiene lugar en el momento de la combinación es nada más el mismo
fluido. Por último, muestra que este fluido tiene más afinidad con la tierra que con álcalis
salinos de piedra caliza:
Finalmente observa que la cal aumenta de masa con el fluido elástico que absorbe, y la
solución alcalina, por el contrario, disminuye su densidad en proporción a la cantidad de
cal que se añade.
Estos experimentos sobre calcinación de los metales llevaron a Lavoisier a realizar
otros experimentos similares a la combustión:
En este trabajo, analizó la fermentación del azúcar, elemento que ya había demostrado
en trabajos anteriores, que se encontraba en la naturaleza. En ese entonces el azúcar era
un óxido de verduras; que se compone de átomos de hidrógeno y que se encuentra en
estado de óxido con una cierta proporción de oxígeno, y que estos están en un estado de
equilibrio que requiere una ligera fuerza para dividirlos. A través de una larga serie de
experiencias, determinó las proporciones de los principios que intervienen en la compo-
sición de azúcar.
Para fermentar el azúcar primero extendió cuatro partes de agua. Sin embargo el agua
y el azúcar mezclados en la proporción que sea, no fermentan por sí solos. Agregó sufi-
ciente levadura de cerveza para producir este efecto y para dar el primer movimiento de
la fermentación. Así, el licor de fermentación, se compone de la siguiente manera:
Para analizar los productos de la fermentación del azúcar, determinó la calidad y canti-
dad de gas producido y pesó cada producto por separado18.
17. Nada se crea, ni en las transformaciones del arte, ni en las de la naturaleza, y podemos suponer, en principio, que en cualquier transformación, se encuentra la misma cantidad
de materia, antes y depués de la transformación; que la calidad y la cantidad de los principios es idéntica, y que solo hay cambios, modificaciones. En este principio se basa todo
el arte de hacer experimentos en química:debemos suponer que en todos ellos existe una verdadera igualdad o ecuación entre los principios del cuerpo que se examina y los que se
derivan del análisis. Así, puesto que el mosto produce gas de ácido carbónico y alcohol, pude concluir que el mosto de la uva = ácido carbónico + alcohol
18. El desarrollo completo de este experimento se encuentra en el tercer tomo del Traité élémentaire de chimie.
Unas horas después de que se realiza la mezcla a una temperatura alrededor de los 17
grados, puede observar los primeros signos de fermentación, el licor se vuelve turbio y
espumoso, emergen burbujas que estallan en la superficie. La cantidad de estas burbujas
aumenta, y hay una evolución copiosa y rápida de gas puro acompañado de espuma, que
no es más que la levadura que se separa. Después de unos pocos días, dependiendo del
grado de la temperatura y movimiento, la evolución del gas disminuye, pero no se detiene
por completo, sólo después de un largo intervalo de tiempo la fermentación se completa.
La masa del dióxido de carbono seco desprendido en esta operación determinado por
él fue de 13,2Kg. Este gas causa una parte considerable de agua que posee en solución,
que pesa unos 5,23Kg y el licor resultante tiene una masa total de 171Kg. Por lo tanto, el
sistema total tiene una masa final de 189Kg, que coincide con la masa total del sistema
inicial. Todos estos resultados, los envía a la Academia seguido del siguiente análisis:
Cierre
Nuestro primer encuentro con Lavoisier se encuentra en la escuela secundaria, donde
nos explican la ley de la conservación de la materia, obviando el hecho de como el cien-
tífico llegó a esa ley. Sin embargo, los que nos dedicamos a las ciencias, no deberíamos
solamente conocerlo desde ese punto de vista, ya que Lavoisier fue un pilar en la revo-
lución científica de la época. Su capacidad de observación, tenacidad en la búsqueda
del conocimiento y universalidad de saberes, fueron consideradas aptitudes propias e
indiscutibles, tal es así que, al no ser designado inicialmente miembro de la Academia de
Ciencias, abrió un puesto especial que fue eliminado luego de su ingreso como miembro
en la misma.
Este espíritu se observa ya en sus primeros trabajos, la descripción de la aureora boreal
en Villers-Cotterets; las mediciones barométricas; el desarrollo de equipos para realizar
experimentos con el menor error posible; el provecho de sus viajes con la Ferme Géne-
ralé, donde busca información de los grandes procesos de cada ciudad para aprovecharlos
en Francia buscando así el mejor beneficio para la producción.
Aunque podamos criticar en varios aspectos su ética a lo largo de sus diversas carreras,
motivo por el cuál fue acusado de traición junto al padre de Marie-Anne dada su posición
en la Ferme Géneralé y llevados a la guillotina. No podemos negar que su producción y
su meticulosidad experimental y observacional, dan las bases con las que trabajamos hoy
en día en cualquier experimento, es decir, el método científico.
Por lo tanto, el desarrollo de la ciencia en la actualidad no sería el mismo sin sus contri-
buciones y por eso el matemático Lagrange no se equivocó al escribir luego de su muerte:
Ya que sin la contribución científica de Lavoisier, la ciencia actual podría haber tomado
un camino muy distinto.
19. Solo tardaron un instante en cortarle la cabeza, pero puede que Francia no produzca otra como la suya en todo un siglo
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