Activos: Son todos los bienes y derechos que posee la empresa y de los cuales se
espera obtener un beneficio en el futuro
Activo Corriente: son aquellos Activos con mayor grado de liquidez (aquellos que se pueden convertir en efectivo en un período máximo de un año, es decir, el ciclo normal de operación de un negocio). Entre ellos tenemos: Efectivos y equivalentes de efectivo, Cuentas por Cobrar, Otras cuentas por cobrar, Inventarios y Gastos Pagados por Anticipado Activo No Corriente: son aquellos Activos con menor grado de liquidez (aquellos que se pueden convertir en efectivo en un plazo mayor a un año). Entre ellos tenemos los Activos Fijos (terrenos, inmuebles, maquinarias, equipos) y Depreciación. Pasivo: son las obligaciones que tiene la empresa para con terceros (excepto dueños). Se clasifican según el plazo en el cual se tiene que honrar dicha obligación y se dividen en Pasivo Corriente y Pasivo No Corriente. Pasivo Corriente: son aquellas deudas que deben honrarse en el corto plazo (un año como máximo). Se tienen: Proveedores, Bancos, Empleados, Estado, entre otros. Pasivo No Corriente: son aquellas deudas que deben honrarse en el largo plazo (más de un año). Se tienen Hipotecas, Tenedores de Bonos, entre otros. Patrimonio: son las obligaciones que la empresa tiene con accionistas. Se tienen: Capital y Utilidades Acumuladas El estado de situación financiera: presenta activos, pasivos, (en corrientes y no corrientes) y patrimonio. El estado de resultado integral: presenta el rendimiento financiero del periodo. El estado de cambios en el patrimonio: refleja toda la variación en los rubros del patrimonio, así como lo son ganancias o pérdidas, efectos de cambios de políticas y correcciones de errores importes de las inversiones, dividendos y otras. El estado de flujos de efectivo: en él se reflejan los cambios que se dieron en un periodo en el efectivo y su equivalente clasificándolo en tres rubros, actividades de operación, de inversión y de financiación. Y sus respectivas notas: en ellas se encuentran descripciones narrativas o desagregaciones de partidas presentadas, la mayoría de las secciones de este estándar, requieren información a revelar las cuales normalmente están contenidas en las notas. Son cinco los elementos que conforman un conjunto completo de estados financieros y no solo el estado de situación financiera y el estado de resultado como normalmente se acostumbraba realizar, las notas para las NIIF son sumamente importante ya que allí se harán las revelaciones requeridas, políticas contables y cualquier otra que sea relevante informar a los usuarios, tanto es así que se coloca al mismo nivel de los otros estados. Hay que acotar que en cuanto al estado de resultado, se puede presentar un solo estado de resultado integral, conformado por las partidas de ingresos y gastos reconocidos, y las partidas de otro resultado integral, o se puede presentar un estado de resultado y un estado de resultado integral de forma separada, esto va a depender de la política contable de la entidad. Ahora bien si en el periodo los únicos cambios en el patrimonio provienen de ganancias y pérdidas, pago de dividendos, correcciones de errores y cambios de políticas contables, el estándar permite presentar un estado de resultados y ganancias acumuladas, es decir adicionar al estado de resultado estos rubros (según la sección 6) y no presentar el estado de cambios en el patrimonio. Los estados financieros que se elaboren según las NIIF para Pymes se tienen que presentar de forma comparativa respecto al año anterior para todos los importes que forman parte de los estados financieros del periodo corriente a presentar, también se debe tener en cuenta que se requiere presentar por separado cada clase de partidas similares que resulte significativa como también hay que tener sumo cuidado con la omisión o inexactitudes en las partidas ya que pueden influir en la toma de decisiones. En cuanto a la identificación de los estados financieros tenemos que deben contar con: Nombre de la entidad Si son de la entidad individual o de un grupo de entidades La moneda de presentación Grado de redondeo, si aplicara Cuando se presentan los estados financieros se debe contar con una uniformidad, así como también evaluar la capacidad que tiene la entidad para continuar en funcionamiento, en esto se basa el principio del negocio en marcha, una entidad debe presentar al menos anualmente un juego completo de los estados financieros. Los gerentes siempre van a estar vinculados con los estados financieros ya que estos constituyen una fuente importante de información para evaluar y mejorar la gestión en las organizaciones como también tomar decisiones, al fin de cuentas las decisiones que se toman se verán reflejadas en estos, es por ello que es de gran importancia que se cuente con la capacidad de entender e interpretar correctamente los estados financieros ya que de casi nada serviría la información financiera de calidad si no se sabe interpretar. Por ultimo recordemos lo que el profesor Fredy kofman dice respecto a un principio de la contabilidad en la empresas, el señalaba que “La información es valiosa dependiendo de la manera en que se interpreta, por medio de su modelo mental” , es decir dependiendo de nuestro análisis e interpretación resultara o no valiosa una información y sobre esto el gerente debe reflexionar.
El balance de situación (o balance contable o general) es uno de los pilares básicos
de la situación financiera de una empresa. Para algunos, es incluso el pilar esencial, pues muestra la situación patrimonial de una empresa en un momento determinado.
¿Qué es el balance de situación?
El balance de situación es un documento o informe financiero que muestra los activos, los pasivos y el patrimonio neto con que cuenta tu empresa en un momento específico. El activo muestra los medios económicos que dispones para realizar tu actividad. Es decir, muestra el conjunto de usos de fondos de tu empresa y cómo se están usando. El pasivo y el patrimonio neto muestran los medios financieros con los que cuenta tu empresa. En otras palabras: el origen de los fondos con los que cuentas para financiarte. Según el Plan de Contabilidad General, aprobado en 2007, el pasivo y el patrimonio neto han de constar por separado. El activo siempre tiene que sumar lo mismo que el pasivo y el patrimonio neto. De lo contrario, hemos hecho algo mal. Activo = Patrimonio neto + Pasivo ¿Por qué ha de dar lo mismo? Porque el dinero no puede desaparecer sin más ni salir de la nada. Todo lo que se adquiere, por ejemplo, en préstamos (pasivos) debe estar invertido en algo (activos); y todo el dinero invertido (activos) debe provenir de alguna parte (pasivos). ¿Para qué sirve el balance de situación? El balance de situación, al compararlo con el que hemos hecho en meses o años anteriores, te permite observar cómo ha evolucionado la estructura patrimonial de tu empresa. Por eso te recomendamos actualizarlo de forma anual. El balance de situación te sirve de base para tomar decisiones de futuro. Es decir, para saber cómo invertir tus recursos y si tienes recursos suficientes para invertir. Más concretamente: con el balance de situación puedes valorar la riqueza que posee tu negocio; conocer tu patrimonio acumulado; analizar las inversiones que has realizado y los niveles de endeudamiento; determinar tus necesidades de capital de trabajo (dinero para pagar las nóminas, la renta, la luz, el teléfono, etc.). En definitiva, el balance de situación sirve para saber si tu empresa tiene una estructura sólida o no. La importancia del balance de situación El balance de situación, como ya hemos mencionado más arriba, se asemeja a una radiografía. En este caso, se trata de la radiografía del esqueleto de tu empresa. El balance de situación te proporciona información sobre la estructura de activos y pasivos: Te indica la liquidez de los activos, esto es, la posibilidad de convertirlos en dinero a corto plazo (en menos de un año); Te muestra la calidad de los pasivos, es decir, el periodo de vencimiento de tus deudas y obligaciones. Este puede ser a largo plazo (más de un año) o a corto plazo (menos de un año). Por ejemplo, una mala situación financiera para tu empresa sería aquella en que dispones de muchos pasivos que vencen a corto plazo y poca liquidez en tus activos. Como no puedes transformar fácilmente tus activos en dinero a corto plazo, tu empresa dispone de menos dinero para afrontar el vencimiento de tus deudas a corto plazo. Esta situación es muy común, por cierto, en momentos de crisis económicas. Como el balance de situación es un documento público que muestra tu empresa al desnudo, su importancia radica, entre otras cosas, en captar inversores potenciales. O en disuadirlos si tu negocio se encuentra en un estado dudoso de solvencia. Piensa que el balance de situación muestra el músculo financiero de tu empresa para afrontar situaciones de crisis y da señales de su pontencialidad de crecimiento en el futuro. Cómo interpretar el balance de situación Para entender un balance de situación, resulta imprescindible desmenuzar la estructura de los activos, los pasivos y el patrimonio neto. En otras palabras, conocer sus diferentes partes: Los activos se pueden dividir en: Activos no corrientes. Son recursos con una duración permanente (superior a un año) y no pensados para la venta. Se trata de maquinarias, coches u otros vehículos de empresa, ordenadores, patentes, terrenos, oficinas, etc. También se conocen como activos fijos o inmovilizado. Activos corrientes. Tienen una duración a corto plazo (inferior a un año) y están destinados a la venta. Se trata de materias primas o mercaderías que serán objeto de venta o facturación (existencias), las deudas que tienen tus clientes con tu empresa (realizable) y el dinero que tu empresa dispone en efectivo y en sus cuentas bancarias (disponible). También se conocen como activos corrientes o activos circulantes. Por parte de los pasivos tenemos una estructura calcada a los activos: Los pasivos corrientes. Son deudas y obligaciones a corto plazo que tiene tu empresa: deudas comerciales como gastos no pagados; sueldos o impuestos no pagados a las autoridades fiscales, etc. Los pasivos no corrientes. Son las deudas y obligaciones que tu empresa tiene pendiente a largo plazo. Por último, se encuentra el patrimonio neto, que implica: Las aportaciones hechas por los socios. Los beneficios y las ganacias retenidas de tu empresa. Hecha las aclaraciones, podemos empezar a "leer" el balance de situación de tu empresa: El fondo de maniobra. Indica la cantidad de recursos (activos) que tu empresa tiene para financiar su actividad a corto plazo. Se calcula restándole el patrimonio neto y el pasivo no corriente al activo no corriente. Fondo de maniobra = activo no corriente - (patrimonio neto + pasivo no corriente) Se pueden dar tres situaciones: Que el fondo de maniobra sea igual a cero. Es decir, que el activo no corriente o inmovilizado está completamente financiado a largo plazo y no existe sobrante para financiar el activo corriente, que se financia íntegramente con deudas a corto plazo. No es la mejor situación, pues puede crearte problemas transitorios de falta de dinero (o liquidez). Que el fondo de maniobra sea positivo. Esto significa que hay un exceso de fondos a largo plazo que se pueden aplicar para financiar los activos corrientes que necesita tu empresa para llevar a cabo su actividad. Si con esos fondos logras financiar todos tus activos, tu empresa se encontrará en una situación de máxima autonomía. Si financian parte del activo circulante, entonces se encontrará en una situación de estabilidad. Si el resultado es negativo, vamos mal. Significa que para financiar todo tu inmovilizado necesitas endeudarte a corto plazo (pasivo corriente). Y eso no es buena noticia, pues tu empresa no genera el suficiente flujo de caja para pagar las deudas a corto plazo. Hay excepciones: en empresas de distribución minorista o de servicios, donde el negocio es más financiero que circulante, es normal tener un fondo de maniobra negativo. Pues los proveedores cobran más tarde que pagan los clientes. El fondo de maniobra no es suficiente para entender la situación real de tu empresa a corto plazo. Se puede profundizar más calculando los ratios entre los diferentes tipos de activos y pasivos. Además del fondo de maniobra, es bueno tener en cuenta las siguientes consideraciones generales: Conviene que el activo corriente sea mayor que el pasivo corriente. Esto es señal de que tu empresa no tiene problemas de liquidez a corto plazo. Que tengas un patrimonio neto abundante con respecto al pasivo. Pues es mejor que la empresa deba dinero a sus propios socios que a terceras personas. Datos generales: Debitoor permite mediante sencillos pasos organizar tu contabilidad. Debitoor es un programa de facturación y contabilidad diseñado para pequeñas empresas y autónomos. Es simple, intuitivo y eficiente. Comienza ahora gratis. Incluye facturación y gastos, más la gestión total de tu lista de clientes y productos.