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SAEL 2019
Dora Riestra | Nora Múgica
E D I TO R AS
SERIE EXTENSIÓN
COLECCIÓN ESTUDIOS SOCIEDAD ARGENTINA
SOCIALES Y HUMANIDADES DE ESTUDIOS LINGÜISTICOS
Volúmenes digitales de la Sociedad Argentina de Estudios Lingüísticos
Serie 2019
Editora de la serie
Isolda E. Carranza
CONICET y Universidad Nacional de Córdoba
El libro digital de la Sociedad Argentina de Estudios Lingüísticos de esta Serie ha sido preparado
con características que son valiosas para su futura indización: sistema de doble arbitraje, larga y
reconocida trayectoria de los editores de libros, aplicación del anonimato en las rondas de arbitraje
y en las de edición, cuidado para evitar conflictos de interés, condena al plagio e instrucción a los
investigadores noveles en buenas prácticas académicas, índices temáticos y lapso corto entre la
fecha de recepción y la de publicación, incepción en una convocatoria abierta, no por invitación,
conformación definitiva como resultado de la selección efectuada y alojamiento permanente en
repositorio universitario.
ISBN 978-987-655-231-8
1. Lingüística. I. Bregant, Lucía. II. Riestra, Dora, coord. III. Múgica, Nora, coord.
CDD 418.007
Libro
Universitario
Argentino
SOCIEDAD ARGENTINA
DE ESTUDIOS LINGÜÍSTICOS
Prólogo i
Evaluadores del volumen iii
Autores del volumen v
Introducción 1
Parte I
Capítulo 1
Marcadores de reformulación en adolescentes bonaerenses 9
Bregant, Lucía
Capítulo 2
Formación de nombres con elementos cultos: problemas de delimitación 23
Castillo Benítez, Bibiana Ruby y Adelstein, Andreína
Capítulo 3
Extensión temporal y subjetivización: la pragmaticalización de hasta cuándo 43
Hernández, Patricia C.
Capítulo 4
Elatividad en el español del Uruguay. Recategorización de propio/a 59
Oggiani, Carolina y Bértola, Cecilia
Capítulo 5
De qué habla la gramática: ¿Oración o discurso? 75
Pascual, Rosana y Romero, Daniel
Capítulo 6
La estructura eventiva en nombres abstractos temporales 89
Straccia, Julieta
Parte II
Capítulo 7
La concepción del lenguaje en la labor filológica de Vicente Fidel López 105
Battista, Emiliano
Capítulo 8
La adquisición de las preposiciones en un contexto multidialectal 119
Brandani, Lucía y De los Ríos, Marisol
Capítulo 9
Préstamos intracomunitarios “desbordados”: el ídish en el español bonaerense 137
Fainstein, Paula Elizabeth
Capítulo 10
Argumentación y disputa política sobre la libertad de expresión 151
Gallina, Natalia
Capítulo 11
Aproximación a la representación de las instituciones
gubernamentales en sus sitios web 165
Martínez Romagosa, Mayte y Zukerfeld, Gilda Lucía
Parte III
Capítulo 12
Proceso de revisión y calidad del producto textual 183
Aguirre, Luis Alejandro y Negri, Silvina Analía
Capítulo 13
Prácticas docentes y concepciones subyacentes sobre las lenguas 197
Galvani, Gema
Capítulo 14
La enseñanza de las categorías léxicas: un enfoque cognitivo-funcional 209
González, Daniela
Capítulo 15
Andamiaje facilitador para la adquisición de léxico en L2 223
González, María Susana
Capítulo 16
Representaciones del español en la escuela secundaria en Brasil 239
Rubio Scola, Virginia Irene
Capítulo 17
Notas sobre lenguaje en cursos de comunicación médico / paciente 253
Von Stecher, Pablo
Índice temático 269
Editoras del volumen 273
Contratapa 275
Prólogo
Para una comunidad científica, resulta deseable que las iniciativas exitosas, incluyendo las
editoriales, sean sostenidas en el tiempo porque la continuidad permite, en una mirada
retrospectiva, identificar una orientación definida y con energías renovadas, moverse hacia
adelante sin desandar lo ya recorrido. A la vez, se requiere aggiornar las iniciativas
periódicamente cuidando que, cuando su apogeo haya expirado, no sobrevivan rigidizadas en
modalidades obsoletas dado que se asemejarían a un plan de estudios de arquitectura que
exigiera dibujar con regla y sobre un tablero.
La vitalidad de los estudios lingüísticos puede constatarse en diversos indicadores de
dinamismo y expansión. Uno de ellos es la emergencia de nuevos campos de indagación,
rotulados, adoptados y difundidos en distintos continentes con una rapidez que hubiera sido
impensada pocas décadas atrás. Dos casos ilustrativos son la sociolingüística cognitiva y la
sociolingüística histórica, ambos rubricados por productos editoriales que contribuyen a atraer
a más practicantes. La actividad editorial ha sido siempre un eslabón clave en la circulación de
trabajos innovadores y esta función se encuentra potenciada con los medios disponibles en la
era digital. Más aun, en el panorama contemporáneo, tiene el efecto de consolidar territorios de
subdisciplinas e inevitablemente, trazar límites nuevos aunque, a menudo, inestables.
Otro indicador del dinamismo de la disciplina es el hecho de que las fronteras entre áreas
teóricas son frecuentemente traspasadas en proyectos que buscan fértiles entrecruzamientos.
Como en el pasado más lejano se buscaba fusionar generativismo y sociolingüística variacionista
y en el pasado más reciente asistimos al maridaje de algunas formas de lingüística de corpus
con ciertas corrientes de semántica cognitiva, las exploraciones de compatibilidad continúan y
siguen reconfigurando el campo disciplinar.
Además de dejar atrás los nichos estáticos, los investigadores reconocen el papel fundamental
que juegan los asuntos de lenguaje y comunicación en tiempos de globalización, defensa del
plurilingüismo y economías basadas en servicios y conocimiento. En consecuencia, las
comunidades científicas deben ser capaces de responder al cambiante panorama intelectual de
la disciplina, sus nuevas ramas e intersecciones con otros territorios, y a las condiciones del
mundo académico marcado por la movilidad, los recursos tecnológicos y nuevos factores de
influencia.
Dado que las publicaciones de SAEL se originan en convocatorias a contribuir trabajos de
investigación, es pertinente resaltar que el quehacer científico se caracteriza por el control
intersubjetivo de su desarrollo. Una de las variadas maneras en que eso se concreta es
sometiendo los escritos individuales y los productos editoriales colectivos a la evaluación por
parte de otros investigadores, siempre más de uno, quienes, sin vínculos directos con los autores,
aportan una apreciación de las fortalezas y debilidades de los trabajos. La adopción generalizada
de tales mecanismos de selección para publicaciones en cualquier disciplina es reconocida como
buena práctica editorial. No hay en ello un dilema que obligue a optar entre lo foráneo y lo local.
Compartir estándares con otros ambientes académicos es plenamente compatible con la decisión
de ocuparse de asuntos locales.
Son múltiples los eslabones en la cadena de la producción colectiva y se requiere de un fuerte
compromiso por parte de todos los intervinientes a fin de que el resultado sea un libro cuidado
y apreciado por los destinatarios. Esta convergencia en un esfuerzo coordinado, generoso y
profesional sirve de valiosa orientación para los escritores noveles. En busca de facilitar la
recepción del producto científico, los pares evaluadores y los editores revisan la textura
monitoreando tanto la claridad en las construcciones sintácticas como la precisión en la
aplicación de términos técnicos, de manera que el texto científico, sin oscuridad innecesaria en
la expresión, sea accesible para el mayor número posible de colegas, no solo entre los expertos
de esa especialidad sino también para aquellos en áreas afines y en otras especialidades. Las
revisiones de los pares están destinadas a asegurar que el resultado final esté caracterizado por
una redacción fluida, la aplicación consistente de las convenciones de estilo, una organización
textual relativamente homogeneizada, argumentación válida y fuentes bibliográficas recientes o
vigentes en el estado de la cuestión.
En nuestro tiempo, la revisión por pares también toma nuevas formas. El surgimiento de
estándares de indización es parte integral de la actual disponibilidad de bases electrónicas de
datos bibliográficos y rankings de publicaciones. Ambos tipos de iniciativas, bases y rankings,
también se han organizado en Latinoamérica y la proyección de su influencia alienta a los
editores locales a alcanzar los estándares acordados.
Debido al contexto organizacional al que pertenece, un volumen colectivo de temáticas
heterogéneas como el presente cumple diversas funciones. Entre otras cosas, muestra estados
de las cuestiones, sirve de modelo para los libros siguientes que deberán superarlo en calidad y
prolijidad de factura, y registra la historia de nuestra comunidad de lingüistas que perdurará en
estos documentos para ser rastreada en el futuro. Además, las referencias bibliográficas en los
trabajos reunidos en un volumen colectivo local son un buen índice de su doble relación con la
historia de los territorios teóricos. Por un lado, conocer y releer las grandes obras señeras es uno
de los caminos para generar avances defendibles. Por otro lado, extender, transformar y
cuestionar las ideas establecidas a la luz de los datos propios permite dar cuenta de las
realidades locales de manera más cabal.
Al difundir los avances de investigación de los miembros de SAEL, estos emprendimientos
editoriales iluminan los puntos de contacto entre los proyectos de trabajo y estimulan lectura
mutua entre los investigadores proporcionando, de este modo, más elementos para establecer
nuevas redes de contactos o consolidar las existentes. El presente volumen agrega un paso más
en esa dirección.
Isolda E. Carranza
Córdoba, 20 de junio de 2019
ii
Evaluadores del libro digital
Serie 2019
iii
Evaluadores
Marta Negrín
Universidad Nacional del Sur
Verónica Nercesián
CONICET - Universidad de Buenos Aires
Valentina Nobía
Universidad de Buenos Aires
Constanza Padilla
CONICET - Universidad Nacional de
Tucumán
Cadina Palachi
Universidad Nacional del Litoral
Gabriela Palazzo
Universidad Nacional de Tucumán
Alejandro Parini
Universidad de Belgrano
María Florencia Rizzo
CONICET - Universidad Nacional de San
Martín
Patricia Rogieri
Universidad Nacional de Rosario
Carolina Sacerdote
Universidad Nacional de Cuyo
Adriana Speranza
Universidad Nacional de La Plata
Martín Tapia Kwiecien
Universidad Nacional de Córdoba
Alejandra Vidal
CONICET - Universidad Nacional de
Formosa
Pablo von Stecher
CONICET - Universidad de Buenos Aires
iv
Autores
M. Gema Galvani
gema.galvani@gmail.com
Universidad Nacional de Córdoba
Daniela Soledad Gonzalez
gonzalezdanielasoledad@yahoo.com.ar
CONICET – UNCuyo
María Susana González
masugonzalez@gmail.com
Universidad de Buenos Aires
v
vi
Introducción
Resumen
El presente trabajo tiene como objetivo estudiar los marcadores textuales utilizados por
adolescentes bonaerenses para señalar procedimientos de reformulación. La reformulación es
un tipo de operación discursiva mediante la cual el hablante vuelve sobre un segmento anterior
del discurso considerado insatisfactorio para reelaborarlo con una nueva expresión. Se
caracteriza por presentar una estructura tripartita: una expresión de referencia, un marcador y
una expresión de tratamiento sugerida como alternativa (Gülich y Kotschi, 1995). En el marco
del procedimiento reformulativo, los marcadores del discurso señalan la operación que el
hablante está llevando a cabo, de manera tal que guían las inferencias que su interlocutor debe
realizar. Para la realización de este trabajo se solicitó a 45 adolescentes bonaerenses, divididos
en pequeños grupos, que explicaran expresiones presentes en canciones. Los intercambios
producto de la tarea planteada fueron analizados desde el punto de vista cuantitativo y
cualitativo. Se encontró que predominan los marcadores explicativos y, entre ellos, se prefiere
marcadamente o sea. Este marcador se registra no solamente con su valor de reformulador, sino
también marcando relaciones conclusivo-consecutivas, modales y de formulación. Además, se
recogieron otras unidades discursivas, no prototípicas, señalando procedimientos de
reformulación, tales como onda, corte que, como que y tipo. Estas observaciones sirven para
continuar verificando la marcada preponderancia de o sea en el español actual, y pueden
funcionar como punto de partida para la búsqueda de otras unidades que puedan estar iniciando
su camino hacia un uso discursivo gramaticalizado como marcador de reformulación.
Introducción
El presente trabajo forma parte de una investigación que tiene como objetivo estudiar los
procedimientos textuales mediante los cuales sujetos adolescentes reformulan expresiones
metafóricas1. En esta oportunidad, adopto una perspectiva predominantemente cuantitativa con
rioplatenses” y fue financiado por una Beca Doctoral de CONICET, bajo la dirección de la Dra. Guiomar
Ciapuscio.
2 La reformulación ha sido analizada originalmente por la escuela de Ginebra (Roulet, 1987) y la teoría de
la producción discursiva (Gülich y Kotschi, 1987, 1995), que constituye parte del marco teórico del presente
trabajo. Además, en el marco del análisis de la conversación, Schegloff, Jefferson y Sacks (1977) analizaron
el fenómeno de “reparación” (repair), que coincide parcialmente con la reformulación.
3 Algunas de las propuestas de clasificación que realizan esta distinción son: Gülich y Kotschi (1987, 1995),
de Fuentes se encuentra una sola entrada para el marcador en cuestión, designado como
“conector reformulativo de explicación”. Se reconoce también su “valor continuativo, o muletilla
en algunos hablantes”, pero no se distingue su uso conclusivo-consecutivo (Fuentes, 2009:
241)4. Garcés Gómez coincide en clasificar este marcador como reformulativo de explicación, que
puede realizarse mediante el establecimiento de una equivalencia discursiva o mediante procesos
inferenciales. Así, distingue los siguientes valores de o sea, como subtipos de su función
reformulativa: asignación de referencia, explicitación de significado, definición, denominación,
conclusión-consecuencia y un valor modal (Garcés Gómez, 2008: 94).
Para Pons (2013), reformulación y conclusión son relaciones discursivas distintas: mientras la
conclusión refiere a estados de cosas, la reformulación es únicamente discursiva. Además, estas
operaciones reciben diferentes paráfrasis. Su estrecha vinculación se puede explicar desde una
perspectiva diacrónica: los marcadores prototípicos de reformulación pueden desarrollar valores
conclusivos, aunque esto no sucede a la inversa. El desarrollo diacrónico de este marcador y la
adquisición de nuevas funciones se vincula con su gramaticalización y el aumento progresivo de
su ámbito y de sus posiciones posibles en el discurso (Pons 2016: 348). Reformulación,
conclusión, marca de modalidad (de refuerzo o atenuación) y valor formulativo, relacionado con
la planificación discursiva, serían, desde esta perspectiva, funciones correlativas
diacrónicamente, que, desde el punto de vista sincrónico, conviven.
Antecedentes teórico-metodológicos
Si bien los marcadores del discurso tienen un amplio tratamiento en la bibliografía desde hace
varios años, el estudio de su relación con la procedencia geográfica y los rasgos sociales de los
hablantes que los emplean no es una de las principales perspectivas adoptada (Carbonero y
Santana, 2010). Cortés (1998), sin embargo, destaca la importancia del enfoque variacionista y
cuantitativo para el conocimiento de estas formas lingüísticas.
El presente trabajo pretende aportar un tratamiento cuantitativo a partir del relevamiento de
la frecuencia relativa de los marcadores de reformulación prototípicos en un grupo socioetario
determinado y del análisis de los valores semántico-discursivos y sus frecuencias relativas en
un marcador específico –o sea. Se adopta aquí, como punto de partida, una perspectiva
semasiológica (Casadó, 1991), centrada en las unidades discursivas que, prototípicamente,
siguiendo los listados arriba detallados de Martín Zorraquino y Portolés (1999), Garcés Gómez
(2008) y Fuentes (2009), cumplen la función de marcar reformulación.
Un abordaje similar se realiza en la serie de investigaciones sobre los Marcadores discursivos
en la norma culta hispánica (Valencia, 2014), que constituyen un antecedente importante para
este trabajo. En estos artículos se realiza un análisis cuantitativo de los marcadores del discurso
en la variante lingüística culta de distintas ciudades de Hispanoamérica. Se trata de análisis
comparativo-diacrónicos entre muestras de hace alrededor de 40 años y muestras actuales. En
ellos, se toman como punto de partida las clasificaciones y los listados de marcadores propuestos
por Martín Zorraquino y Portolés (1999) para realizar la cuantificación de sus frecuencias
relativas en las diferentes muestras. Dentro de esta serie, en el volumen dedicado a la Ciudad
de Buenos Aires (Borzi, 2014), en el que se analizaron entrevistas realizadas en la década del 60
y en 2012, se observaron, respecto de los marcadores de reformulación, las siguientes
tendencias:
4 El concepto de “muletilla” es variable para diferentes autores y pocas veces definido. Cuando se ofrece
una definición, no es infrecuente que se lo haga por la negativa o de manera aproximada. Así, Cortés (1991:
28-29) define las “muletillas” en relación con los expletivos como “el empleo abundantísimo e inconsciente”
de los expletivos, definidos a su vez como “términos vacíos de significado”. Para Ynduráin (1964: 3), por su
parte, se trata de palabras “despojadas de sentidos, y utilizadas como mero soporte de la conversación”. El
uso del término para la descripción de marcadores del discurso ha sido en ocasiones criticado por autores
que destacan la necesidad de reconocer una función para cada elemento discursivo (Pons, 1998: 206-207;
Borreguero Zuloaga y López Serena, 2011: 178). En ese sentido, se opta en este trabajo por evitar el término
y, en su lugar, describir el valor semántico-discursivo que se reconozca en cada ocurrencia del marcador.
Materiales y métodos
Para la conformación del corpus se adaptó el método Goal-Directed Interactive Think Aloud (GITA),
desarrollado por Cameron (2003) para el estudio de la comprensión de metáforas en niños. Se
trata de una técnica adaptada del Think Aloud, en la que se les pide a los individuos que reporten
sus pensamientos a medida que van leyendo un texto. A diferencia de esta última, GITA
proporciona una guía para la realización de la tarea de lectura: una serie de consignas que
funcionan como un objetivo orientado al participante. Estas consignas tienen la ventaja de
reducir la complejidad de los recursos metacognitivos puestos en juego y de asemejar la
realización de la tarea planteada por el investigador a la actividad cotidiana de lectocomprensión
textual que los sujetos llevan a cabo en el ámbito escolar.
Participaron 45 hablantes bonaerenses de entre 16 y 18 años de edad, divididos en 14 grupos
de entre 3 y 4 personas6. Se distribuyó una selección de 5 a 7 canciones en cada grupo, con las
siguientes indicaciones: en primer lugar, se les solicitó que hablaran de las canciones en general,
que dijeran de qué se trataban y las explicaran; en segundo lugar, que intentaran identificar el
género musical de procedencia de cada canción y justificaran el porqué de tal clasificación; en
tercer lugar, que dieran su opinión personal de cada canción. Si bien en la resolución de estas
tres tareas los hablantes suelen realizar actividades de reformulación, se planificó la cuarta
consigna para asegurar la elicitación de reformulaciones. En esta consigna se les solicitó a los
sujetos que explicaran el significado de expresiones, mayormente metafóricas, destacadas en
negrita en los textos. Como resultado del planteamiento de la tarea, en el corpus obtenido
predominan las heterorreformulaciones heteroiniciadas. El corpus de intercambios orales está
constituido por 14 grabaciones de entre 22 y 66 minutos de duración, que totalizan un poco más
de 10 horas de grabación.
Luego de su transcripción, la primera instancia de análisis consistió en una cuantificación de
índole semasiológica: se relevó la frecuencia de los marcadores de reformulación canónicos, a
partir de las listas que proporcionan Martín Zorraquino y Portolés (1999), Garcés Gómez (2008)
y Fuentes (2009). En segundo lugar, se realizó un análisis cualitativo de los valores
semánticodiscursivos de los o sea encontrados en el corpus. Para esto, se individualizaron las
instancias de aparición del marcador en cuestión y se analizaron las relaciones semánticas entre
los segmentos discursivos conectados. Por último, el trabajo realizado puso de manifiesto que
las operaciones discursivas de reformulación no siempre se señalan en este corpus mediante los
marcadores canónicos. Por esto, se realizó, finalmente, una búsqueda exploratoria de
reformulaciones señaladas mediante otros marcadores, no prototípicos.
5 Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el tipo textual que compone la muestra de este trabajo es
distinto (véase la sección siguiente), lo cual puede afectar la homogeneidad de los parámetros de la
comparación en algunos aspectos. Asimismo, cabe aclarar que en este trabajo no hay un contraste
diacrónico.
6 La experiencia se realizó en dos escuelas públicas céntricas de la zona Oeste del Gran Buenos Aires de
niveles académico y sociocultural similares. Adopto el término bonarenses para referirme a su procedencia
geográfica, siguiendo a Fontanella de Wainberg (1987, 2000), si bien la muestra se circunscribe a un ámbito
geográfico más limitado. Además, los sujetos pueden ubicarse en los estratos trabajador y medio-bajo,
teniendo en cuenta el modelo de estratificación social adoptado por Labov (1966).
Al igual que se observa para la norma culta de la Ciudad de Buenos Aires (Borzi 2014), entre los
marcadores canónicos con función reformulativa encontrados predominan los explicativos. Esta
predominancia se acentúa hasta ser casi total en el corpus aquí estudiado: de un total de 154
marcadores de reformulación canónicos, 153 fueron explicativos y sólo uno fue rectificativo
(Tabla 1).
Tipos de reformulaciones N %
Explicativos 153 99
Rectificativos 1 1
Distanciamiento 0 0
Recapitulativos 0 0
Total 154 100
Tabla 1. Distribución de los tipos de reformuladores
A su vez, también fue casi total la preponderancia de o sea entre los marcadores canónicos de
explicación. De esos 153 marcadores explicativos, 152 fueron o sea. 7 El caso restante es de es
decir. Así, la tendencia que se observa en Borzi (2014), según la cual en Buenos Aires, para la
norma culta, se ha pasado de preferir es decir a preferir o sea, se verifica e intensifica en este
corpus (Tabla 2).
Reformuladores explicativos N %
O sea 152 99
Es decir 1 1
Total 153 100
Tabla 2. Distribución de los reformuladores explicativos
Los ejemplos (1), (2) y (3) muestran los tres marcadores de reformulación canónicos
encontrados en el corpus: digo (1), o sea (2) y es decir (3). De ellos, como se dijo, solamente se
repite o sea en diferentes interacciones. Los otros dos son casos únicos.
(1) 1. A: hoy para colmo no salimos tarde viste’
2. N: no no
3. A: digo, no salimos temprano, qué bronca,8
(2) 1. L: no. es como dice te llevaré al cie:lo que nos amaremos por siempre.. no es lo que pasa ahora
2. tampoco.. es esas canciones que dice: te voy a amar hasta el final e:h viste’ de David Bisbal’.
3. que no lo puede cumplir nadie. siempre termina. esa canción es irrealista y esta no para mí,
4. esto es lo que pasa ahora
5. T: sí
6. G: sí tenés razón
7. L: porque siempre terminan las parejas o sea no duran toda la vida
8. T: sí
9. G: hay tantos divorcios
(3) 1. S: “yo la abrazo la bolaceo la chamuyo”… es como: onda:...
2. E: chamuyar’ pero abajo está chamuyar...
3. R: la sigo... onda la sigo
4. S: sí,. la acecho...
5. E: a:h.. bolaceo es eso
7 Se relevaron aquí únicamente los o sea que funcionan como conectores de reformulación.
8 Se subrayan los marcadores analizados. Las convenciones de transcripción se detallan al final del trabajo.
Valores de o sea N %
Los ejemplos (4) a (11) ilustran la variedad de usos del marcador: (4) a (7) muestran el valor
reformulador, siendo los dos primeros casos de heterorreformulaciones y los dos siguientes casos
de autorreformulaciones; (8) y (9) ejemplifican, respectivamente, el valor formulativo y el valor
modal del marcador; (10) y (11) exhiben su uso conclusivo-consecutivo.
(4) 1. Y: “estoy re loco”.. marito (?tor) obviamente <risas>
2. V: está re:. está re en pedo
3. Y: está re marito (?tor)
4. V: qué le pegó’
5. P: sí
6. Y: “la vida”
7. P: &no, dice “llevo vida de cabeza”.. o sea que:.. tiene todo:. para cualquier lado
8. Y: no sabe él ni dónde está parado
9. P: claro
(5) 1. F: así que es eso. e:s hacer que la gente e:h quebrar la memoria es como que: se olvide de todo
2. eso porque bueno,. a los gobernantes le conviene,
3. S: [“somos más]
4. E: [“somos más] que las letras de un. nom/ nombre”
5. F: o sea que somos más que: un documento,…
6. S: “me duele la caparazón”
En (4) se reformula la expresión de referencia “llevo vida de cabeza”, extraída de una de las
canciones que funciona como texto fuente para la realización de la tarea. El marcador conecta
esta expresión con la de tratamiento “tiene todo para cualquier lado”, de manera que “estar de
cabeza” es “estar para cualquier lado” (estar al revés). Se trata de una reformulación por
expansión, ya que la expresión reformuladora tiene una extensión semántica mayor que la
expresión de referencia. En (5), se reformula la expresión de referencia, también extraída de una
canción pero en este caso leída por un interlocutor,9 “letras de un nombre” (línea 4) como
“documento” (línea 5), mediante una reformulación denominativa, por reducción. El participante
“F” establece una equivalencia (parcial) entre la expresión de referencia y la de tratamiento, que
se fundamenta, por un lado, en la relación léxica holónimo-merónimo (las letras del nombre son
“una parte” del documento) y, por el otro, en el marcador mismo: o sea funciona como una marca
de que “letras de un nombre” y “documento” deben interpretarse como (parcialmente)
equivalentes. La reformulación concluye en esa intervención, ya que en la línea siguiente (línea
6), “S” presenta una nueva expresión a ser reformulada.
En estos ejemplos, o sea marca la heterorreformulación y establece la conexión entre la
expresión de referencia y la de tratamiento, independientemente de que una y otra sean
inicialmente enunciadas por diferentes interlocutores. En los ejemplos (6) y (7), en cambio, ER y
9 Dada la naturaleza de la tarea que los participantes están llevando a cabo, presentada en la sección de
metodología, no es infrecuente que uno de ellos lea o mencione la expresión a reformular (la expresión de
referencia, señalada en el texto fuente que es la canción) y otro realice la operación de
(hetero)rreformulación. Para facilitar el reconocimiento de este fenómeno, en la transcripción uso comillas
para señalar los segmentos que son citas al texto fuente que los participantes están leyendo.
ET son proferidas por un mismo hablante, quien vuelve sobre sus propias palabras para
reelaborarlas. O sea funciona como marcador de autorreformulación.
(6) 1. J: y le encajó una puñalada para qué:... cuando vio: mi amiga que le encajó una puñalada mi
2. amiga tiene no sé, veinte veinte,. menos,. diecinueve viente años,.. cuando vio, vos la ves’ es
3. FLACA o sea te digo es una pilTRAfa vos decís esta a QUIÉN le va a pega:r… lo agarró al chabón
4. con el cuchillo y todo’…le sacó el cuchillo lo MATÓ A PALOS PERO LO MATÓ:..y la otra piba ni
5. se metió,… la piba ni se metió mirá cómo lo estaba matando a palos
(7) 1. B: como que está:'. en esta frase como: “ya no escucha más cumbia' ya no es más
2. negro cabeza,”. e:h como.. como decía yo'. e:h la cumbia se: le genera a los/ a las personas'.
3. como nEgro, que hablan.. una persona:. no sé cómo explicarlo,... e::m... o sea una persona
4. particular,.. se le dice negro por e:l estilo de habla:r de co/ no de color de piel sino cómo habla:
5. cómo se vi:ste... y:: como que está tratando de: e:m... decir que no:. no es'. más. NEGRO'.. entre
6. comillas'.. porque ya no escucha más cumbia, está de/ de: cómo se llama esta'..
7. desprestigiAndo a la cumbia,
En (6) la reformulación se da a nivel léxico: se reformula “flaca” por “piltrafa” (línea 3), con un
matiz intensificador, que descansa especialmente en la relación léxica entre las palabras
conectadas y el comentario metadiscursivo “te digo”. La frecuente combinación entre
reformulación y calificación discursiva se hace evidente nuevamente en este ejemplo. El
comentario metadiscursivo “te digo” parece señalar la insuficiencia del calificativo “flaca” y la
necesidad de usar una expresión más descriptiva, “piltrafa”, a la vez que funciona intensificando
esta última. Por su parte, el marcador o sea señala el procedimiento reformulativo que se lleva
a cabo y posibilita la intensificación. En (7), el marcador cierra un intento de reformulación que
se muestra dificultoso para el hablante, como lo explicitan la expresión de calificación
metadiscursiva “no sé cómo explicarlo” (línea 3) y las diferentes huellas de verbalización (pausas,
interrupciones, alargamientos) presentes en toda la intervención. El foco de la reformulación se
desarrolla entre las líneas 2 y 4: la expresión de referencia “personas como negro” se reformula
como “una persona particular”. El marcador o sea sirve no sólo para señalar esta reformulación,
sino también para dar cierre a las expresiones de duda previas a la operación reformulativa.
Los ejemplos (6) y (7) muestran que incluso en casos en los que o sea cumple con su función
prototípica de marcar reformulación, esta operación puede realizarse en contextos discursivos
de refuerzo (ejemplo 6) o de dificultad en la formulación (ejemplo 7), para cuya expresión el
marcador colabora secundariamente. Según Pons (2016), en la diacronía, estos valores
adquirieron autonomía con posterioridad al uso reformulativo explicativo. En los ejemplos (8) y
(9) se ilustran estos valores funcionando de manera autónoma, independiente del valor
reformulativo.
(8) 1. P: cuando se colonizó América se mató a muchísima gente,. inclusive en la conquista del
2. desierto, pero dice: dice “con cimientos de dolor. a algún simio le robamos la tierra
3. y asesinamos lo mejor”,…
4. A: como que sí:: e:s de ese tiempo: como el país.. e:h
5. P: como que e:h de::/ no' pero de dónde' e:h de dónde. o sea podés sacar valores' e:m.
6. por ejemplo: de igualda:d, e:m:. de:: acá aunque es un país que se formó de inmigrantes’
7. e::h existe la: discriminación’. igual que::. e::h cómo se llama’ e:h el tema de lo:s de los pueblos
8. que estaban acá antes,. algo así como CÓMO se PUEde arma:r, digamo:s. e::h ya sea amo:r’
9. o valo:res’ si el cemento para construir eso fue:., e:h todo lo contrario,.
10. A: como que somos todo lo contrario, pero:… “el país se tambalea con cimientos de dolor’”
11. DIce tambaLEa, como que TIEMmbla,.. como que tiene mie:do... o como que no
12. tiene equilibrio,
(9) 1. U: está todo un conjunto de cosas,… el cinco bueno,. el cinco ya es como re
2. T: &RE Obvio,
3. U: cla:ro el tema principal es de
4. T: &tomar conCIENcia, o sea,
5. U: claro,. de la droga,. de los que te lleva a drogarte,
6. T: CLAro
En el ejemplo (8) se aprecia el valor formulativo de o sea. Esta función surge ante las
dificultades en la planificación y elaboración del mensaje (Pons, 1998) y constituye, en este caso,
una marca de la actividad de verbalización, entre las cuales pueden reconocerse, también en
este intercambio, la repetición, los alargamientos y las autointerrupciones (especialmente en
toda esta intervención, entre las líneas 5, donde aparece el marcador, y 9).
Complementariamente, si se focaliza en la función interactiva (Pons, 2006) o interaccional, que
señala los movimientos conversacionales de los interlocutores (Borreguero Zuloaga y López
Serena, 2011), o sea, junto con eh y los alargamientos vocálicos, colaboran en el mantenimiento
del turno de habla del participante “P”, quien evita, con estos recursos, las pausas largas y, con
ellas, que sus interlocutores identifiquen equivocadamente un lugar de transición pertinente
(Sacks, Schegloff y Jefferson, 1974)10. El ejemplo (9) ilustra el valor modal de refuerzo del
marcador, asociado regularmente a la posición final de intervención (Pons 1998, 2014, 2016;
Briz, 2002; Garcés Gómez, 2008). Mediante o sea, “T” refuerza la expresión anterior “tomar
conciencia”, a la vez intensificada suprasegmentalmente con la pronunciación enfática. Claro
contribuye a la expresión modal de evidencia, a la vez que, desde el punto de vista interactivo,
funciona expresando acuerdo entre los interlocutores (líneas 5 y 6). Este acuerdo se hace
evidente también por el encabalgamiento entre turnos en las líneas 1 y 2 y 3 y 4, en los que “T”
completa las frases iniciadas por “U”.
Por último, los ejemplos (10) y (11) ilustran el valor conclusivo-consecutivo del marcador.
(10) 1. L: “yo quise hacerlo y tú no querías y dijiste que nunca me lo perdonarías,. que tu papá fuera
2. un policía:.. a:h <cantando> que mi papá fuera un policía:a y yo un ladró:n”
3. N: a:h porque el papá es cAna boludo,
4. L: cla:ro... ahora me suena la/... “estoy sedie/ estoy herido estoy sufriendo:'”
5. N: o sea que no van a estar nunca juntos,. corta,. es un amor imposible,
(11) 1. S: "me puse delante de mis ojos para ver, chispas de oscuridad no es tan importante. Sé
2. que Dios es bipolar,” o sea,.. no era no era re católico,
En (10) o sea señala la conclusión que el hablante extrae de la premisa de que “el papá es
cana”: a causa de que el papá es cana “no van a estar nunca juntos”, y por eso se trata de “un
amor imposible” (línea 5). Esta lectura se refuerza por la presencia del conector causal porque
que precede a “el papá es cana” (línea 3). La relación no es, entonces, de reformulación (no hay
equivalencia en ningún grado entre “es cana” y “no van a estar nunca juntos”), sino de
consecuencia: o sea conecta aquí premisa y conclusión. En (11), el marcador conecta una
inferencia respecto del productor de la frase “Dios es bipolar”, a quien se le adjudica la
característica de no ser “re católico”. El razonamiento puede parafrasearse de la siguiente
manera: si en el texto fuente se dice que Dios es bipolar, entonces (o sea), quien hace esta
afirmación, quien produce el texto, no puede tratarse de una persona “re católica”. En este caso,
la conclusión se da respecto de la enunciación (del enunciador) y no del enunciado.
Para terminar, resta la cuestión de si o sea es realmente el marcador de reformulación
explicativa casi exclusivo usado por este grupo socioetario en este contexto discursivo o si
pueden postularse otras unidades que, si bien no aparecen en los listados de marcadores
prototípicos de la bibliografía sobre el tema, puedan estar cumpliendo aquí con esa función. Un
análisis exploratorio lleva a postular onda, tipo, corte que y como que como posibles marcadores
de reformulación en ciertos contextos. Sus usos reformulativos se ilustran en los ejemplos (12)
a (15):
(12) 1. M: como que toma vino y gaseosa no sé como: termidor'. dice que le re pego' y que/ dice
2. que no quiere decir nada también'. pero dice “ay qué va a decir lo/ la gilada”,
3. onda. su:s amigos,
(13) 1. R: no te hagas la otra corte que se hace la desentendida y no le pasa cabida, a:h
(14) 1. T: bueno,. “veo mi vida es un hilo en la madeja caprichosa de la historia,”...como que es una:.
2. pequeña parte'. de toda una historia
10 Sobre las funciones discursivas de eh, puede consultarse Blas Arroyo (1995).
En (12), onda señala la reformulación de “gilada” por “amigos”, y podría ser fácilmente
reemplazado no solamente por o sea, sino también por los marcadores prototípicos es decir, esto
es o con otras palabras. Se trata de una relación que se establece a nivel léxico de equivalencia
casi sinonímica. El ejemplo (13) es análogo: corte que marca una relación de reformulación por
expansión entre “no te hagas la otra” y “se hace la desentendida y no le pasa cabida”. La
expresión reformulativa especifica en qué consiste el comportamiento de “hacerse la otra”. De
manera similar, en (14) como que señala que “es una pequeña parte” está reformulando “un hilo
en la madeja” (líneas 1 y 2). Esta reformulación se produce con cierta inseguridad, que aparece
indicada por marcas de verbalización como las pausas y el alargamiento y el comentario
metadiscursivo atenuador “digamos”. Además, el mismo hablante reflexiona sobre el carácter
aproximativo de la reformulación propuesta al evaluar metadiscursivamente su intervención
diciendo que “tendría que haber una mejor explicación” (líneas 4 y 5).
(15) 1. I: qué quiere decir eso de “en los días que podemos vibrar”’
2. G: e:h eso:.. yo no la entendí
3. C: puede ser como disfrutar’ no sé:
4. I: o sea, vibrar sería algo bueno’
5. C: sí no sé:
6. I: y qué tiene que ver con disfrutar’
7. C: no sé. vibrar,. tipo estar bien.. o sea qué sé yo... no sé cómo explicarlo
Por último, en (15) tipo marca la relación de reformulación entre “vibrar” y “estar bien”. Se trata
de una reformulación que se presenta como dificultosa y con una importante carga de duda por
parte de los interactuantes. Estas dificultades se señalan con diferentes huellas de verbalización
(alargamientos, pausas y vocalizaciones) y con comentarios metadiscursivos (y metacognitivos)
explícitos: “no la entendí” (línea 2), “no sé” (líneas 3, 5 y 7), “qué sé yo” (línea 7) y “no sé cómo
explicarlo” (línea 7), junto con atenuadores como “puede ser”, “como” (línea 3) y el condicional
“sería” (línea 4). El marcador o sea aparece en este ejemplo con su valor formulativo (línea 7). En
el continuum entre equivalencia y diferencia que se puede expresar en las reformulaciones, este
ejemplo se encuentra más cercano al polo de la diferencia, que se indica no sólo por medio del
marcador de reformulación seleccionado, sino también por las huellas de verbalización y de
calificación, que señalan los procedimientos discursivos involucrados y el trabajo que supone la
operación de reformulación.
Discusión
aproximativo de esta operación discursiva, que se encuentra entre los polos de la equivalencia y
la diferencia.
En segundo lugar, también para el estudio de los marcadores un enfoque exclusivamente
semasiológico resulta insuficiente. Los ejemplos (4) a (11) permitieron mostrar que un marcador
prototípico —o sea— de una función discursiva —la reformulación— puede, en otros contextos,
cumplir otras funciones distintas. Para el caso de o sea, su alta frecuencia de aparición explica
su variabilidad funcional: es el elemento no marcado en la actualidad para marcar
reformulación, el más difundido entre los hablantes del español y menos restringido por el
registro. Por esto, es el que tiene la mayor capacidad para desarrollar polisemias (Pons 2014:
989).
La polifuncionalidad de los marcadores, se puede observar tanto desde el punto de vista
paradigmático, entre diferentes ocurrencias textuales de una misma forma, como del
sintagmático, cuando en ciertos contextos, para una ocurrencia se produce una convergencia de
valores semánticos en diferentes niveles discursivos (Pons 2006: 79; Borreguero Zuloaga y López
Serena, 2011: 181). Los ejemplos (4) a (11) permitieron reconocer la polifuncionalidad
paradigmática: la misma forma o sea, tiene, en diferentes contextos, valor reformulador,
conclusivo-consecutivo, modal o formulativo. Pero también, para los ejemplos (6) y (7) se analizó
la presencia de rasgos modales y formulativos, en usos predominantemente reformulativos de o
sea. Lo mismo se puede decir de tipo en (15), que presenta, al mismo tiempo, un valor
reformulativo y un valor modal atenuador.
La presencia de determinada forma no garantiza que se esté llevando a cabo determinada
función discursiva. Por el contrario, son muchos los factores que colaboran en la construcción
de significados, entre los cuales hemos analizado, en los diferentes ejemplos, las relaciones
léxico-semánticas sistemáticas entre las palabras involucradas, el modo de construcción de los
turnos en la conversación, la posición del marcador, la naturaleza de las unidades conectadas y
la combinación con otras huellas discursivas y con otros marcadores. En efecto, Gülich y Kotschi
(1995) subrayan que las huellas de verbalización, tratamiento y calificación suelen combinarse
en la producción discursiva. En los casos analizados, fue especialmente significativa la
asociación del marcador (es decir, o sea y tipo) con huellas de verbalización (autointerrupciones,
alargamientos y pausas) que indican dificultad en la producción en los ejemplos (3), (7), y (15),
combinados, a su vez, con comentarios metadiscursivos que explicitaron estos problemas de
producción, como “no sé qué es” (3), “cómo se llama” (7) o “no sé cómo explicarlo” (15). En el otro
extremo, los comentarios metadiscursivos también funcionaron en otros casos como marcas de
seguridad y de refuerzo, combinados con una pronunciación enfática: “te digo” (en el ejemplo 6)
y “RE obvio” (en 9). Por último, la combinación con otros marcadores también resultó
determinante para el análisis, como en el caso de claro (9), reforzando el aspecto modal o porque
(10), reforzando el aspecto conclusivo-consecutivo de o sea.
Conclusión
encontraron onda, corte que, como que y tipo. Se trata de expresiones polifuncionales, que, en
muchos casos, cumplen también con la función de expresar atenuación.
Para poder explicar estos resultados, desde el punto de vista teórico, resulta relevante
considerar la reformulación como un procedimiento que se encuentra en algún punto del
continuum entre los polos de la equivalencia y la diferencia. La reformulación podrá estar más
orientada hacia la equivalencia o más orientada hacia la diferencia, o, dicho de otro modo, el
hablante tomará más o menos distancia respecto de la expresión reformulativa realizada, de
acuerdo con los siguientes factores, que resultaron significativos en el análisis del corpus: 1) la
presencia e interacción con otras huellas discursivas (de verbalización y de calificación); 2) la
relación semántica y discursiva entre los segmentos textuales conectados; 3) el marcador
específico seleccionado para señalar la reformulación y la posición que este marcador ocupe en
la secuencia.
Para terminar, cabe destacar que estas conclusiones deberían probarse en corpus más
extensos y construidos mediante otros instrumentos. Sin embargo, sirven para continuar
verificando la marcada preponderancia de o sea en el español actual, con funciones cada vez
más extendidas. Asimismo, pueden funcionar como punto de partida para la búsqueda de otras
expresiones que pueden estar iniciando su camino hacia un uso discursivo como marcador de
reformulación.
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Convenciones de transcripción
Signo Significado
‘ Curva entonacional ascendente
, Curva entonacional descendente
MAYÚSCULAS Énfasis
: Alargamiento
/ Interrupción
. .. … Pausa: muy corta, corta, larga
& Encabalgamiento
[] Superposición
“entrecomillado” Citas al texto fuente
(?) Segmento supuesto
<> Comentario
Resumen
Introducción
La hipótesis inicial es que en la lengua general son más productivos o recurrentes los procesos
en los que el elemento culto involucrado resulta de un proceso de reducción previo, lo cual
dificulta la distinción entre los procesos de composición culta, composición patrimonial y
prefijación con elementos cultos. Por ende, la discusión se centrará en la delimitación de
procesos formales, en cómo se articulan estos procesos y en aspectos tales como la productividad
respecto del tipo de formante y los procesos de reducción.
En la exposición haremos el siguiente recorrido: en primer lugar, se hará un repaso de los
antecedentes de la discusión acerca de la delimitación de los procesos mencionados y la
productividad, por un lado, y precisaremos la metodología empleada, por otro. En segundo lugar,
se presentará la descripción y el análisis de los datos relevados teniendo en cuenta la
productividad de los procesos y las restricciones semánticas de los constituyentes. En tercer
lugar, se discutirán los datos. Por último, se harán unas breves conclusiones.
Castillo Benítez y forma parte de las investigaciones que se llevan a cabo en el marco del proyecto Semántica
y lexicografía: estudios en torno al nombre (Código 30/3217), Instituto del Desarrollo Humano, Universidad
Nacional de General Sarmiento, dirigido por Andreína Adelstein.
Antecedentes
Existen distintos criterios para establecer tipos de compuestos del español de acuerdo con
diversos aspectos de índole formal y semántica. Una posible clasificación es la distinción entre
composición patrimonial y composición culta en relación con el origen y el tipo de los elementos
que se combinan.
Por un lado, la composición patrimonial refiere a la combinación de dos o más palabras ya
existentes en el sistema lingüístico del hablante, es decir, bases libres que dan lugar a una nueva
palabra con un único significado. Por ejemplo, prensa rosa que, si bien existen por separado
prensa y rosa, su unión permite una única interpretación: ‘periodismo dedicado a informar sobre
la vida de las celebridades’3.
Por otro lado, la composición culta resulta de la combinación de temas grecolatinos que son
formantes no autónomos como, por ejemplo, phone- y –theke en fonoteca. Dentro de la
composición culta, podemos encontrar dos tipos de compuestos en los que intervienen los temas
cultos. En primer lugar, los compuestos cultos propiamente dichos que están formados a partir
de estos temas grecolatinos y que mantienen el orden determinante + determinado (o de núcleo
a la derecha) propios de la composición en las lenguas de origen (Adelstein, 1998). Por ejemplo,
ecología y teléfono. Se trata de compuestos endocéntricos ya que su núcleo se encuentra
especificado en la estructura. En segundo lugar, los préstamos cultos, que fueron creados en su
lengua de origen como filología y democracia y presentan estas mismas propiedades
estructurales.
Por otro lado, algunos autores (Cabré et al., 2002; Adelstein y Kuguel, 2008; De la Mata, 2013,
entre otros), distinguen la composición culta propiamente dicha de la composición a la manera
culta o híbrida, en la cual se combina un tema culto y una palabra de la lengua, manteniendo
el orden determinante + determinado, por ejemplo, biodegradable, ecobarrio y fotogalería.
También se ha reconocido la homonimia que se observa entre formantes y acortamientos de
compuestos cultos, como tele- en tanto formante griego (empleado en telescopio) y tele como
acortamiento de televisión (en telenovela), que impactan en subtipos distintos de compuestos a
la manera culta (cfr. Adelstein, 1996).
Otros autores plantean la dificultad de distinguir entre prefijación con elementos cultos y
composición culta (Varela y Martín García, 1999), es decir, discuten acerca de la delimitación
entre temas grecolatinos y prefijos. Este problema se profundiza cuando se toma como criterio
la frecuencia de la posición inicial del formante, tal como ocurre con mega-, auto-, radio-, hiper-
, micro-, pseudo-, mono-, entre otros. Val Álvaro sostiene que para delimitar las palabras
compuestas no basta con los criterios usuales como “la posibilidad de aparecer como morfemas
libres, la posición relativa del constituyente en la voz compleja o la capacidad de asignar categoría
al elemento resultante” (1999: 4776-7). Dentro de la perspectiva histórica, Marchand “distingue
entre composición con base neolatina y prefijación con base nativa” (citado por Val Álvaro, 1999:
4777). Es decir, ambos procesos comprenden una forma ligada en el primer constituyente, pero
la diferencia se encuentra en la naturaleza del segundo constituyente. En el caso de la
prefijación, el segundo constituyente es un afijo libre; mientras que, en el caso de la composición
culta, es de naturaleza ligada. Por ejemplo, mega- puede considerarse prefijo en el caso de
megacausa, pero tema grecolatino en megalópolis. Sin embargo, la falta de consenso sobre dicha
delimitación genera conflictos a la hora de clasificar las palabras neológicas en las bases de
datos. “Esta dificultad radica, en parte, en la propia definición de compuesto basada en la
independencia de los miembros que intervienen en la formación” (De la Mata, 2013: 243). En
ciertos casos, los elementos que se anteponen a una base son preposiciones o adverbios, lo cual
hace que los resultados se asemejen a la composición, debido a su carácter de autonomía. Por
ejemplo: sobrevolar, contrarrestar, anteponer. Además, hay que tener en cuenta que la distinción
entre prefijación y composición es bastante moderna, por ejemplo, aún en 1973 el Esbozo de la
Real Academia seguía considerando la prefijación dentro de los mecanismos compositivos (De la
3 En este trabajo se emplea la notación lingüística de utilizar las comillas simples para representar las
paráfrasis semánticas.
Mata, 2013). Por ende, para distinguir la prefijación de la composición no debemos valernos
únicamente de la autonomía de los miembros constitutivos, sino en los rasgos de cada proceso
en sí.
Estas dificultades en la delimitación entre tipos de composición y determinados casos de
derivación impactan en el ámbito de las aplicaciones léxicas como la lexicografía y la
tipologización de neologismos. En efecto, los problemas de delimitación de procesos se suelen
resolver de manera ad hoc en las tipologías de neologismos, consideradas en proyectos de
recolección y descripción de la innovación léxica. Existen diversos recursos y tipos a los que se
puede recurrir para clasificar las palabras en prefijadas o compuestas. Por ejemplo, el protocolo
de vaciado de textos de prensa escrita del Observatorio de Neología de la red de Antenas
Neológicas presenta una lista de prefijos para no generar errores en su clasificación. Y, a su vez,
tiene en cuenta la Taula de formants cultes distribuida por Realiter en 1997, para determinar
qué temas son cultos y cuáles no. Sin embargo, la metodología de trabajo que utiliza la red de
Antenas Neológicas (Observatorio de Neología 2004, Cabré 2009) se basa en una clasificación de
neologismos que genera dificultades a la hora de tipologizar compuestos. Por un lado, distingue
únicamente dos tipos de compuestos: la composición y la composición culta. Por otro lado,
propone la neología formal por sintagmación como diferente de la composición, proceso que en
la bibliografía es considerado composición sintagmática. A su vez, ofrece una única etiqueta para
los compuestos con elementos de origen grecolatino. En efecto, esto es atendible porque la
tipología de neologismos empleada impacta necesariamente en todas las fases del trabajo
neológico de los observatorios (detección, contrastación con diccionarios y clasificación) y no
únicamente en la fase de clasificación (cfr. Adelstein, 2015).
También es relevante para el trabajo neológico la noción de productividad. Suele hablarse de
modo general de productividad para hacer referencia al empleo de cierto proceso, regla o recurso
de formación de palabras desde una perspectiva sincrónica (Cabré et al., 2002; Adelstein et al.,
2008). Si bien existen estudios sobre productividad y composición (Fernández Domínguez 2009,
entre otros), la mayoría de los trabajos se ocupa de la derivación. Por otra parte, según ciertas
corrientes teóricas que vinculan la productividad con la vitalidad lingüística, la productividad se
refiere a la frecuencia de un proceso en la producción de neologismos (Cabré, et al., 2002). Así,
cabe destacar la relevancia que adquiere la composición culta sobre la composición patrimonial
en el último tiempo4. En este sentido, se “banaliza” el proceso de composición culta que suele
ser más productivo en el léxico especializado (Adelstein, 1996).
Metodología de trabajo
Para este trabajo, se empleó un corpus de neologismos nominales en los que intervienen
elementos cultos, registrados desde 2007 hasta 2017, especialmente los neologismos formados
con eco-, foto-, narco-, tecno- y tele-. Para ello, se recurrió fundamentalmente a la base de datos
de la red Antenas Neológicas, registrada en el Observatori de Neologia de la UPF (Universitat
Pompeu Fabra) (cfr. http://obneo.iula.upf.edu/bobneo/index.php). Esta base cuenta con datos
del español de la Argentina, México, Perú, Chile y España y el criterio de neologicidad es
estrictamente lexicográfico. Es decir, se consideran neológicas las formas no registradas en un
corpus de diccionarios, que incluye diccionarios generales y diccionarios regionales, como el
Diccionario integral del español de la Argentina (DIEA)5. Cabe señalar que algunos de los
neologismos estudiados ya se han registrado en la última edición del Diccionario de la lengua
4 Como señalan Guerrero Ramos y Pérez Lagos (2012), la composición culta le va ganando terreno a la
patrimonial como proceso para la creación de neologismos pertenecientes a la lengua común, por ejemplo,
los distintos neologismos formados con narco-, como narcobloqueo, narcoboda, narcobuzo, narcocorrupción,
narcocracia, narconovela.
5 A modo de ejemplo, considérese que el corpus de exclusión de Antenas Neológicas del nodo de Argentina
está compuesto por los siguientes diccionarios Diccionario de la lengua española de la Real Academia
Española (DRAE), Diccionario de uso del español de América y España (VOXUSO), Diccionario integral del
español de la Argentina (DIEA) y Diccionario del español de argentina, español de Argentina-español de
España (HAESNCH).
española de la Real Academia Española (DRAE). Para este estudio de neología nominal se utilizó
la metodología propia de un estudio lingüístico de orden teórico-descriptivo6.
Los datos relevados corresponden a neologismos nominales formados con los elementos eco,
foto-, narco-, tecno- y tele-, que resultan de distintos procesos de formación, lo cual evidencia,
como se verá, que tales elementos corresponden a distinto tipo de unidades.
Si bien todos los neologismos presentan la estructura determinante + determinado (o en otros
términos, de núcleo a la derecha) no todos ellos resultan de un proceso de composición culta
estrictamente.
En este análisis consideraremos compuesto culto a toda palabra que está formada por dos
temas de origen culto, es decir, que ambos componentes son de naturaleza ligada y de origen
grecolatino. Emplearemos compuesto híbrido, en cambio, para designar a la palabra formada por
un tema culto y una forma patrimonial no ligada. Cabrá considerar si las palabras formadas con
una abreviación se incluyen o no en esta última clase.
A continuación, se detallará el comportamiento de cada uno de los elementos estudiados, de
acuerdo con el corpus de neologismos considerado.
En el caso de eco-, se encontraron compuestos de distinto tipo. Por un lado, eco- es empleado
en compuestos terminológicos, ya sean cultos o híbridos. Así, por ejemplo, ecoesfera es un
compuesto híbrido formado con el tema eco- (del griego oikos, cuyo sentido es ‘casa’, ‘medio’ o
‘ámbito vital’); y ecocardiología resulta de la composición culta con el tema eco- con el sentido de
‘sonido’. En estos dos casos eco- es de naturaleza ligada. Por otro lado, los neologismos como
ecoterraza, ecoparque y ecorregión (y los que figuran en los ejemplos de más abajo, ecobaño,
econutrición, ecoladrillo) son el resultado de un proceso de adjunción del acortamiento del
compuesto culto ecología (o del adjetivo ecológico, -ca) a una palabra patrimonial. En estos casos,
eco- funciona como determinante, mientras que la palabra patrimonial funciona como
determinado, de la misma forma que ocurre con los compuestos cultos propiamente dichos.
(6) La nueva piel del acuario creará atmósferas y paisajes sonoros, acogerá esculturas de agua, ecoesferas
y terrazas naturales con cultivos hidropónicos, y habrá nuevos pabellones para comprar, comer y
descansar, que transformarán la entrada en un espacio social. [El País, España, 09/01/2007]
(7) Las carpas estarán emplazadas sobre plataformas de madera, al igual que los senderos del
campamento, para un mínimo impacto en el entorno y además con un carácter semipermanente: la
mayoría del campamento puede ser levantado al finalizar la temporada. Además, tendrán ecobaños y
generación eólica de electricidad. [El Mercurio, Chile, 02/11/2008]
(8) Tu especialidad es la econutrición. ¿Qué implica esta aproximación a la nutrición? Mi enfoque es sobre
el bienestar integral de la persona como ser individual y como parte del entorno. [El Comercio, Perú,
08/04/2012]
(9) En el patio del jardín, otros chicos preparan el compost para abonar la tierra de los plantines, mientras
sus padres construyen la "casita de juegos" confeccionada con ecoladrillos. [La Nación, Argentina,
02/11/2013]
6 Para llevar a cabo este trabajo, se descartaron algunos datos como econoblog y econoaula (donde eco- es
el acortamiento de economía) y nombres propios como Ecomarket o Ecopalabra. En el caso de los datos
registrados como préstamos, todos ellos del inglés, no serán descartados ya que serán útiles para demostrar
cómo este proceso de acortamiento surge también en esa lengua y, por ende, dificulta también la
delimitación entre los procesos morfológicos trabajados.
Algo similar ocurre con las formas foto-, narco-, tecno- y tele- que en la mayoría de los ne-
ologismos no corresponden a un tema culto sino, respectivamente, a las abreviaciones de
fotografía, narcotráfico/narcotraficante, tecnología y televisión (en ciertos casos, teléfono).
Así, respecto de tecno-, los neologismos como tecnoadicto, tecnoduda y tecnoestrés son
producto del acortamiento del compuesto culto tecnológico adjuntado a una palabra patrimonial;
el determinante toma el significado del compuesto no reducido (‘tecnológico’).
Con respecto a foto-, los neologismos como fotocédula, fotogalería y fotoeditor son también el
resultado de la composición del acortamiento del compuesto culto fotografía y una palabra
patrimonial. En estos casos, foto- también es el determinante y la palabra patrimonial funciona
como determinado. Como sucede con eco- y tecno-, el elemento acortado toma el significado del
compuesto no reducido y mantiene su carácter ligado. Sin embargo, luego del proceso de
acortamiento del compuesto culto foto- se lexicaliza como nombre con el significado de ‘fotografía’
y por lo tanto, deja de presentar las propiedades de un afijo ligado.
De la misma forma ocurre con los neologismos formados con narco-, tales como
narcosecuestro, narcoquiosco y narcoviolencia que son compuestos a partir del acortamiento
previo del compuesto híbrido narcotráfico/ narcotraficante y una palabra patrimonial. El primer
constituyente adquiere el significado del compuesto no reducido, mantiene su naturaleza ligada
y determina al segundo constituyente, tal como ocurre con los otros elementos analizados.
Véanse, los siguientes ejemplos:
(11) Del equipo que teníamos desde que éramos chicos, el arquero está preso, dos jugadores fueron
detenidos por un narcosecuestro y un delantero y un mediocampista terminaron muertos. [Clarín,
Argentina, 17/08/2015]
(12) La lista continuará con 67 narcoquioscos ya identificados. [Página/12, Argentina, 17/04/2014]
(13) Tradicionalmente, el Departamento de Estado emite advertencias sobre destinos de una peligrosidad
extrema o donde hay disturbios que pueden poner en peligro la vida de los estadounidenses que
viajan a estos lugares, como ha ocurrido recientemente con México debido a la narcoviolencia, o
Bolivia con las protestas en Potosí. [El Correo Digital, España, 02/11/2010]
Pero, al igual que foto-, narco- también se lexicaliza como nombre con el significado
‘narcotraficante’. Por otra parte, en una menor frecuencia, se registraron neologismos como
narcocultivo, narcolemia y narcoinvernadero donde narco- es el acortamiento de narcótico. Por
ejemplo,
(14) El crecimiento desbordado de los cultivos ilícitos en el país, el retorno a ese oprobioso podio global
de las naciones con mayores extensiones de narcocultivos, las estimaciones, referidas por este
mismo periódico, que indican que ya probablemente se han sobrepasado las 200.000 hectáreas. [El
Tiempo, Colombia, 07/03/2017]
(15) Ruvalcaba Gámez añadió que, de acuerdo con una investigación que realizó entre habitantes de la
comunidad Los Montoya, municipio de El Llano, donde se ubica el narcoinvernadero, éste llevaba
en funcionamiento varios años. [La Jornada, México, 22/10/2008]
ordenadores e Internet, herramientas que podrían llegar a ser más farragosas para algunos
pacientes. [El País, España, 17/04/2007]
(18) En un mundo donde la productividad y la disminución de costos son prioridad, las reuniones virtuales
(videoconferencias y telepresencia) crecen cada día más ya que ofrecen alternativas viables para
estar en contacto con el personal de la empresa, clientes y proveedores, sin necesidad de trasladarse
físicamente. [El Universal, Colombia, 17/03/2009]
(19) Sales Sevilla, realizador de cine médico-científico y técnico del Departamento de Cirugía de la Facultat
de Medicina i Odontologia de la Universitat de València (UV), se ha alzado con el premio a la mejor
película de cirugía que congrega todas las especialidades y técnicas quirúrgicas (microcirugía,
trasplantes, implantes, laparoscopia, robótica, telecirugía, cirugía metabólica, cirugía bariátrica y
nuevos equipos) en el XVIII Certamen Internacional Videomed 2012, informa la institución académica.
[La Verdad, México, 21/11/2012]
En las tablas (1) a (5) se muestran los porcentajes de las cantidades totales de algunos de los
ejemplos de los neologismos relevados (para la totalidad de resultados, véase el anexo (sección
(1) “Tipos de formantes, ejemplos y cantidades”).
fotoprotección,
foto- (del griego phos,
fotorrejuvenecimiento, 15 (21%)
‘luz’)
fotodepilación
fotocélula, fotodiario,
foto- (acort. de fotodocumental, 72
50 (69%)
fotografía) fotogalería, fotomulta,
fotoeditor
Fotocall, fotobook,
préstamos 7 (10%)
fotoblog, fotocollage
Tabla 2. Neologismos con foto-
narcocultivo, narcotes,
narco- (acort. de
narcolemia, 6 (6%)
narcótico, ‘drogas’)
narcoinvernadero
narco-estado,
narcocracia, 94
narcocorrupción,
narco- (acort. de
narcosecuestro,
narcotráfico/ 88 (94%)
narcoviolencia,
narcotraficante)
narcocriminal,
narcopolicia, narcozona,
narcoquiosco
préstamos - 0 (0%)
Tabla 3. Neologismos con narco-
tecnoestructura,
tecno- (del griego
tecnoburocracia,
tekhné, ‘arte, técnica u 10 (22%)
tecnoliberalismo,
oficio’)
tecnopolítica
tecnoestrés, tecnoduda, 45
tecno- (acort. de tecnopólis, tecnoadicto,
34 (76%)
tecnológico/a)) tecnoparque,
tecnosociedad
préstamos tecnolover 1 (2%)
Tabla 4. Neologismos con tecno-
teleaparición,
tele- (del griego téle,
telepresencia, 7 (11%)
‘lejos’)
teleportación, televía
telemedida,
teletramitación,
tele- (resemantización”) 30 (49%)
telecomunicador,
telecirugía 61
teleasistencia,
tele- (acort. de teléfono) 2 (4%)
telealarma
teleadicción, telenoticia,
tele- (acort. de
telepropaganda, 22 (36%)
televisión)
telemaratón
préstamos - 0 (0%)
Tabla 5. Neologismos con tele-
En suma, en estas tablas se puede observar que los elementos eco-, foto-, narco-, tecno- y tele-
participan en distintos procesos de formación de nuevas palabras, como el proceso de
composición culta o híbrida, en los cuales los elementos involucrados son de distinta naturaleza.
Sin embargo, esta productividad del proceso de formación de palabras no se observa para el
caso de tele- que presenta un 40% sobre una cantidad de 61 neologismos con tele-, incluso
cuando este porcentaje corresponde a dos tipos de acortamiento: tele- de televisión (36%), como
en teleadicción, y tele- de teléfono (4%) como en teleasistencia.
En cuanto a la composición con temas cultos, a diferencia de la composición con
acortamientos, se observa una menor productividad. En efecto, el porcentaje de neologismos que
se forman a partir del tema culto es mucho menor: eco- presenta un 2,86%, foto- un 21%, narco-
un 6% y tecno- un 22%. En correlación con lo que mencionamos antes, esto no sucede con la
forma tele- con el significado de ‘a distancia’, que presenta un 60% de los neologismos formados
con el tema griego:
(23) La obra, en todo caso, va a ser con peaje y será a través de televía de libre tránsito (free flow) [El
Mercurio, Chile, 31/05/2015]
7 Cabe aclarar que el 100% no es igual en todos los casos ya que cada uno varía en sus cantidades totales
(cfr. tablas).
Por otra parte, se pudo observar a partir de los datos que tele-, en tanto tema culto con
significado del griego ‘a distancia’, se resemantiza con el sentido de ‘algo que se realiza a distancia
y que está mediado por el uso de Internet’, por ejemplo, en neologismos como televenta,
telecontador, teleaula, teletramitación. Esto es interesante porque la forma tele- no solo presenta
homónimos entre un tema culto y los acortamientos, sino porque también corresponde a una
resemantización por especificación en la lengua moderna.
(24) Por esto, se debe formar al agente del call center o telemarketero en cinco áreas: ofimática […] y
gestión de call center (guion de llamadas, televentas, monitoreo y supervisión. [El Comercio, Perú,
01/05/2011]
(25) El proyecto europeo para la implantación en la capital de 1.500 telecontadores que servirán para
realizar la lectura del consumo del agua a distancia (sin la necesidad de que una persona se desplace
a realizar la medición) se ha ejecutado ya en un tercio de lo previsto [Diario de Burgos, España,
01/05/2015]
(26) Con este método, los maestros emiten desde un estudio y la señal es recibida por los estudiantes en
teleaulas o centros asociados que están siendo instalados en diferentes partes del país. [El tiempo,
Colombia, 01/02/2009]
(27) Los cinco programas que se pondrán en marcha en los próximos meses para la reducción de papeleo
y plazos comprenden la teletramitación, que en octubre alcanzará el nivel 4 -supone que todos los
procedimientos se podrán hacer de manera electrónica. [Diario de Burgos, España, 01/05/2016]
También se advierte que algunos neologismos son tomados como préstamos del inglés, es decir,
que el compuesto no se forma en castellano sino en el inglés, por ejemplo, tecnolover y fotoblog.
(28) Jetta 2.0, una apuesta accesible de Volkswagen dirigida a los tecnolovers. [La Gaceta de Salamanca,
España, 14/04/2014]
(29) Para la autora de Fijaciones hay dos tipos de fotoblogs: por un lado está la gente que le encanta poner
fotos suyas, de sus amigos, que utilizan la web como un diario personal y por otro lado hay gente
como yo que le gusta la fotografía y que no le gusta nada contar nada de su vida. [El País, España,
22/03/2006]
(30) Para lograr este fin, el equipo de Diario de Cádiz responsable de la publicación de las efemérides y la
página gráfica semanal Calle de la Bomba, han puesto en marcha el fotoblog Memoria De Cádiz con
imágenes de reuniones, lugares, personajes, curiosidades, publicaciones… todo aquello que nos
acerca el pasado y entender el hoy de la ciudad de Cádiz. [Diario de Cádiz, España, 21/11/2009]
Estos neologismos son ejemplos que demuestran que la productividad de la secuencia de
procesos de reducción de un compuesto culto y posterior composición es un fenómeno
translingüístico, asociado al carácter grecolatino de los formantes originales. De hecho, esta
secuenciación había sido planteada en relación con los internacionalismos (entre otros, cfr.
Adelstein 1996).
Finalmente, cabe aclarar que, si bien este trabajo se centra en los procesos de composición,
también se han registrado procesos de acronimia que tienen en posición inicial estos elementos
abreviados. Por ejemplo, ecocreto (acronimia de ecológico y concreto) y teleñeco (acronimia de
televisión y muñeco).
Otro aspecto importante para observar la productividad del proceso de formación con elementos
resultantes de acortamientos es el hecho de que la forma homónima del formante culto se
adjunta a lexemas de muy diversas clases semánticas. Por ejemplo, si se consideran los
neologismos nominales, se observa la siguiente distribución en clases que abarcan nombres
concretos así como nombres abstractos (para más detalles, véase el anexo, sección (2)
“Restricciones semánticas de los compuestos con acortamientos”).
Socio-
Objetos Personas u
Transporte Lugar Ideología económicos Abstracto
generales ocupaciones
o políticos
eco- 11 10 3 11 5 25 0
tecno- 9 6 0 6 3 0 11
foto- 45 2 0 0 0 0 5
tele- 10 2 0 0 0 0 9
narco- 20 24 21 11 0 5 5
Tabla 6. Clases semánticas de los constituyentes en compuestos con reducciones de
compuestos cultos
En el cuadro anterior (tabla 6), se puede observar que hay una mayor cantidad de neologismos
que refieren a objetos generales como en el caso de los formados por eco-, foto-, y narco- como
ecobolsa, fotomulta, narcocuenta y en menor medida tecno- y tele-. En relación con los
neologismos que refieren a personas u ocupaciones, la mayoría son formados por eco- y narco-
como ecoguía, ecoturista, narcomaestra, narcoempresario; y además, narco- lidera los ejemplos
de los neologismos que refieren a transportes, por ejemplo narcosubmarino, narcobarco, narcojet.
En lo que atañe a los neologismos que funcionan como nombres que refieren a lugares, estos
principalmente son formados por eco- y narco-, como ecobarrio, ecoparque, narcotienda,
narcoestado. En cuanto a los formantes que refieren a las ideologías u otros aspectos
socioeconómicos políticos, eco- es el único formante que tiene mayores ejemplos de ellos:
ecoactivismo, ecoterrorismo, eco-socialismo, ecofeminismo. Y, por último, en el caso de otros
nombres abstractos, estos están formados por elementos como tecno- y tele- principalmente, por
ejemplo, tecnoestrés, tecnoduda, tecnopesadilla, telepolítica, telemiseria, teleadicción.
Estos datos permiten dar cuenta de la gran productividad de los acortamientos al combinarse
con distintas categorías semánticas de nombres, y en los cuales se observa una mayor
versatilidad en eco- y narco-.
En relación con esto, también se observó que formantes como eco-, foto-, narco-, tecno- y tele-
suelen combinarse mayormente con palabras nativas y no con temas cultos, como veremos más
adelante.
(31) Con inversiones de dudosa oportunidad como las ecoterrazas o el nuevo contenedor del Museo de
Ciencia. [El Norte de Castilla, España, 02/02/2010]
(32) A diferencia de la fotonoticia, que debe de capturar un hecho inmediato, considero que en un
fotodocumental el fotógrafo tiene más libertad creativa para escoger el tratamiento. [El Mundo,
Colombia, 11/06/2005]
(33) [...] la construcción de los edificios institucionales relacionados con el tecnoparque, como pueden ser
un vivero de empresas o un centro de investigación y desarrollo tecnológico [...]. [El Sur, España,
24/05/2005]
(34) Exageraron la telenoticia del general llegando del Chocó. [El País, España, 17/12/2014]
En este apartado observamos que los elementos de origen culto presentan una gran
versatilidad para adjuntarse a distintas clases semánticas, lo cual habilita el aumento de su
productividad. Cabe preguntarse si esta versatilidad tiene alguna relación con aspectos
extralingüísticos relativos a necesidades denominativas asociadas a coyunturas
socioeconómicas y a avances tecnológicos y científicos.
Discusión
Los datos relevados no sólo permiten confirmar la hipótesis, sino reflexionar acerca del tipo de
unidades que actualmente resultan más productivas (que conllevan el acortamiento previo) y
realizar una discusión acerca de qué tipo de compuesto se trata aquel en el que estas unidades
participan.
Así, respecto de qué tipo de proceso es aquel en el que intervienen los acortamientos, es preciso
señalar que no se trata de compuestos cultos estrictamente (como ecografía, ecología) ni tampoco
de compuestos a la manera culta o híbridos (como teleconferencia), teniendo en cuenta el tipo de
constituyentes.
Desde el punto de vista estructural (i.e. orden de los constituyentes, relación
determinado/determinante), estos compuestos parecieran comportarse como los compuestos
cultos o a la manera culta, ya que son endocéntricos con núcleo a la derecha (estructura de
‘determinante + determinado’).
Desde el punto de vista de la naturaleza de los constituyentes, sin embargo, podría
considerarse otro tipo de proceso compositivo, ya que se trata de otro tipo de unidades: o son
nombres lexicalizados, en los que lo culto solo hace a una identidad formal (como foto, narco,
tele) o el acortamiento se comporta como un tema o prefijo (eco-, tecno-). En efecto, las
lexicalizaciones nominales se registran en diccionarios como el DRAE:
foto2 Acort. 1. f. fotografía.
narco Acort. 1. m. y f. narcotraficante.
tele Acort. 1. f. coloq. televisión.
Es decir, en algunos casos, el acortamiento previo da lugar a un formante ligado (eco-, tecno-),
pero en otros, el acortamiento posteriormente se lexicaliza como nombre (foto, narco, tele), con
un significado especificado. En futuros trabajos se podrá investigar si las diferencias entre los
tipos de unidades que resultan de los acortamientos se deben a cuestiones de frecuencia de uso.
Por otra parte, para el caso de los neologismos formados con narco u otros elementos
lexicalizados, cabe plantearse lo siguiente respecto del tipo de composición: ¿se trata de
compuestos híbridos, ya que el primer constituyente se comporta como un tema culto? ¿O, dado
que los constituyentes son ambos morfemas libres, cabría preguntarse si se trata de composición
patrimonial? ¿Estos formantes ya no perdieron, acaso, su condición de ligados? Si este es el
caso, dichos formantes con más razón entrarían en conflicto con la clasificación de composición
y prefijación.
En relación con esto, el DRAE no solo distingue tele- como formante culto y tele- como elemento
compositivo, sino que, con igual significado, distingue el elemento compositivo del nombre.
¿Entonces, son realmente elementos compositivos o nombres? ¿Y si consideramos que son
nombres y no nuevos formantes, se trata realmente de una composición patrimonial, teniendo
en cuenta el núcleo del compuesto?
tele-1 Del gr. τηλε-tēle-. 1. elem.compos. Significa 'a distancia'. Teléfono, televisión.
tele-2 Acort. De televisión. 1. elem. compos. Significa 'televisión'. Telebasura, telediario.
Tele Acort. 1. f. coloq. televisión.
En suma, ¿se trata de un tercer tipo de composición? ¿Hay un subtipo dentro de la composición
híbrida o a la manera culta? Evidentemente lo que rige aquí también, aun en el caso de
considerar una composición patrimonial, es que se trata de un compuesto N+N endocéntrico con
núcleo a la derecha.
Otro aspecto a destacar es que estos elementos no solo se combinan con palabras
patrimoniales sino también con temas cultos, como en narcocracia y tecnópolis, lo cual conlleva
reconsiderar si estos casos deben ser considerados como composición culta u otro tipo específico
de proceso en el cual el primer constituyente resulta de un proceso de acortamiento previo.
(35) Tal vez si hablamos de otra cosa que no sea la 'parapolítica', la narcocracia, la narcoextradición, [...],
logremos introducir un poco de aire fresco o, cuando menos, respirable. [El Tiempo, Colombia,
17/05/2008]
(36) Hay otras empresas pioneras del parque cuyo desarrollo coincide con la consolidación de la tecnópolis,
como Cetecom, Novafost o Ingenia, con más de 200 ingenieros en su plantilla. [El País, España,
10/12/2004]
Así, los neologismos como tecnódromo, tecnopólis, tecnófobo, tecnofilia, tecnofobia, tecnófilo y
narcocracia demuestran que el acortamiento, homónimo del formante grecolatino, se puede
combinar también con temas cultos, lo cual dificulta aún más la delimitación de los procesos.
(37) Y este año harán funcionar en el tecnódromo la cosechadora S670 para explicar cómo "sacarle jugo"
a la tecnología a las funciones de la agricultura de precisión y a la gestión de la información. [La
Nación, Argentina, 21/04/2017]
Finalmente, en todos los contextos citados en este trabajo podemos observar distintos
neologismos que ponen en cuestión las clasificaciones tradicionales de la composición y de la
delimitación entre procesos de prefijación y de composición. Principalmente, la discusión se
centra, como hemos mencionado, en el carácter de cada uno de los elementos de origen
grecolatino que intervienen en los procesos de creación de nuevas palabras, que de alguna
manera parecen modificar ciertas reglas sin transgredirlas en su totalidad. Es decir, neologismos
tales como ecobús, fotomulta, narcopolicía, tecnoparque y telemaratón, en donde el primer
constituyente es producto de un proceso previo de acortamiento, pueden ser estudiados como
procesos de composición patrimonial (dado que el acortamiento muchas veces conlleva la
lexicalización del elemento en cuestión, como sucede con foto, narco y tele) o composición híbrida.
Pero, cuando estamos ante ejemplos tales como narcocracia, tecnopólis y tecnodromo podría
pensarse en casos de composición culta propiamente dicha, debido a que el segundo formante
es un elemento culto, o en casos de composición hibrida, debido a que el primer elemento es
producto de un acortamiento en el español. Sin embargo, como ya hemos señalado, ninguno de
los neologismos trasgrede la característica estructural de los compuestos cultos que es ser
endocéntricos y mantener el núcleo a la derecha. Esta evidencia permite comprobar lo que Val
Álvaro (1999) y De la Mata (2013) señalan acerca de que la autonomía de los constituyentes de
un compuesto no basta para caracterizar una palabra compleja como compuesta, sino que se
debe estudiar las propiedades mismas de cada formación.
Conclusiones
Los datos relevados son, por un lado, un buen ejemplo para analizar los tipos de composición
en el español en relación con los tipos de elementos constituyentes. Por otro lado, los resultados
del análisis permitieron comprobar la hipótesis de la investigación acerca de que entre los
procesos de formación de palabras con elementos cultos son más productivos o recurrentes
aquellos en los que el elemento involucrado resulta de un proceso previo de reducción de un
compuesto culto. En efecto, hemos visto que esto ocurre con eco-, foto-, narco- y tecno-, pero no
con el formante tele-, que presenta mayor cantidad de ocurrencias como formante culto con
significado ‘a distancia’ o con su resemantización específica (‘algo que se realiza a distancia y
que está mediado por el uso de Internet’).
Hemos visto, por otra parte, que esta productividad impacta necesariamente en la delimitación
de los tipos de procesos involucrados. En efecto, el análisis evidencia la dificultad para delimitar
entre la composición culta propiamente dicha, la composición híbrida o a la manera culta, la
composición patrimonial y el proceso de prefijación. La composición culta presenta elementos
ligados, cuya propiedad entra en conflicto cuando el primer formante es resultado de un proceso
de acortamiento, como tecnópolis. En este caso y otros como tecnofobia y narcocracia, se observa
a primera vista que se trata de dos elementos cultos, sin embargo, el primero es el acortamiento
de tecnología. Por otra parte, se dificulta la delimitación entre la composición culta y la prefijación
ya que estos elementos suelen aparecer en posición inicial y carecen del carácter autónomo,
como se observa en compuestos con el acortamiento de eco-.
En lo que atañe a la composición híbrida o a la manera culta donde el primer constituyente es
un tema culto (teleportación, teleaparición) o en lo que refiere a casos donde el primer
constituyente es el resultado de un proceso previo de acortamiento y el segundo constituyente
una palabra de lengua patrimonial (tecnosociedad, tecnojuguete), son casos que no son fáciles de
distinguir de la composición patrimonial en neologismos como fotodiario, narcodelincuente y
teleadicción, ya que el primer elemento es de carácter libre, un nombre lexicalizado, y por tanto,
un compuesto N+N.
En síntesis, se observan distintos tipos de composición que ameritan un estudio más profundo.
Sin embargo, si se tienen en cuenta las propiedades sintácticas de todos ellos se tratan de
compuestos endocéntricos con núcleo a la derecha. Esto también se observa en los neologismos
tomados como préstamos del inglés: fotobook, fotocollage, fotoclick, lo cual plantea una primera
generalización interlingüística.
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Anexo
fototerapia, fotodepilación,
fotoprotección, fotoqueratitits,
fotorreceptor, fotorrejuvenecimiento,
foto- (del griego phos, ‘luz’) fotosensible, fototratamiento, 15 (21%)
fotovaporización, fotoxidación,
fotovoltaica, fotoeducación, fotofilia,
fotocoagulación, fotoenvejecimiento
narco guerrilla/narcoguerrilla,
narcoindulto, narco-
corrido/narcocorrido, narco-estado,
narco-euro, narcoadministración,
narcobienes, narcobloqueo,
narcoamenaza, narcocaso,
narcocorrupción, narcocracia,
narcocriminalidad narcocuenta,
narcocultura, narcodelincuencia,
narcodemocracia, narcopista,
narcodinero, narcodólar,
narcoliteratura, narcomafia,
narconovela, narcopobreza,
narcopropuesta, narcosecuestro,
narcosenderismo, narcosedenrista,
narcoserie, narcosocialismo,
narcotelenovela, narcoterror,
narcoterrorismo, narcoturismo,
narcoviolencia, narcovuelo, narco-
terrorista, narco-modelo, narcoabogado,
narco- (acort. de narcotráfico/
narcoasesino, narcoarroz, narcoestrella 88 (94%)
narcotraficante)
narcobuzo, narcocandidato,
narcocongresista, narcoavión,
narcoavioneta, narcocriminal,
narcopolicía, narcodictadura,
narcodistrito, narcoeconomía
narcoempresario, narcoenvío,
narcoestado, narcofamilia, narcofiesta,
narcogobierno, narcoguerra, narcojet,
narcomaestra, narcomensaje,
narcomula, narcoparamilitar,
narcoparamilitarismo,
narcoparapolítico, narcodelincuente,
narcopolítico, narcopresidnete,
narcopueblo, narcosecuestrador,
narcosubmarino, narcoquiosco,
narcomuseo, narconegocio,
narcorregión, narcorruta, narcosala,
narcoprostíbulo, narcoterroista,
narcozona, narcoturista, narcotienda,
narcotúnel
préstamos - 0 (0%)
Tabla 9
tecnoestructura, tecnofibra,
tecnoburocracia, tecnoética, tecnopicnic,
tecno- (del griego tekhné, ‘arte,
tecnopolítica, tecnocratización, 10 (22%)
técnica u oficio’)
tecnoimperialismo, tecnoliberalismo,
tecnomecánico
tecno academia, tecno escape,
tecnoduda, tecnoestrés, tecnoética,
tecnofascismo, tecnofilia, tecnófilo,
tecnofibra, tecnopesadilla,
tecnonaturaleza, tecnopólis,
tecnorreligión, tecnoadicción,
tecnoadicto, tecnobasura, tecnobici,
tecno- (acort. de tecnológico/a) tecnofobia, tecnofilosofía, tecnófobo, 34 (76%)
tecnogenio, tecnoguerra,
tecnohumanismo, tecnosfera,
tecnosociedad, tecnocapitalismo,
tecnocasa, tecnociencia, tecnódromo,
tecnoidentidad, tecnojuguete,
tecnomamá, tecnomedicina,
tecnoparque
Préstamos tecnolover 1 (2%)
Tabla 10
teleaparición, teledesayuno,
teledetección, teleportación,
tele- (del griego téle, ‘lejos’) 7 (11%)
teletransportación, teletransportador,
televía
Telemedida, telesecundaria,
telemonitorización, telentrada,
telerrehabilitación, telesalud,
telepresencia, teletramitación,
televenta, televigilancia, televoto,
teleeducación, teleanestesia,
tele- (resemantización) telecámara, telecirugía, teleaula, 30 (49%)
telecobranza, teleconferencia,
telemensaje, telecontador,
telecomunicador, telepeaje,
teletransporte, teleastronomía,
telecomando, teleformación, telegestión,
telelectura, telemedicina, telemercadeo
Nombre
Concreto
Lugar
Nombre
Concreto Fotoperiodista, fotoreportero
Persona/ocupación
Fotocontrol, fotodetector, foto electoral, foto fantasma, foto fija/fotofija, foto
reportaje, foto satélite, foto ensayo, foto atlas, foto blog, fotocasa, fotocédula,
Nombre fotoclick, totocollage, fotodiario, fotodiarismo, fotodocumental, fotoeditor,
Concreto fotoescultura, fotogalería, fotohistorieta, fotoimpresora, fotolavado, fotoleyenda,
Objeto general fotolibro, fotomosaico, fotomulta, fotolaminado, fotomaratón, fotomural,
fotonoticia, fotopapeletas, fotoperformance, fotorradar, fotorreportaje,
fotoserigrafía,fotovelada, fototipo, fototrampa, fototexto.
Nombre
fotodetección, foto denuncia, fototrampeo
Evento
Nombre concreto
Tecno academia, tecnoparque, tecnódromo, tecnopólis, tecnocasa, tecnosfera
Lugar
Nombre concreto
Tecnomelómano, tecnomamá, tecnogenio, tecnófobo tecnoadicto, tecnófilo
Persona
Nombre
Tecnoescape, tecnojuguete, tecnomedicina, tecnobici, tecnobasura, tecnofilosofía,
Concreto
tecnociencia, tecnofibra, tecnonaturaleza
Objeto general
Tecnoguerra, tecnosociedad, tecnoduda, tecnopesadilla, tecnoestrés, tecnoética,
Nombre abstracto
tecnofilia, tecnorreligión, tecnoadicción, tecnofobia, tecnoidentidad
Nombre abstracto
Tecnohumanismo, tecnocapitalismo, tecnofascismo
Ideología
Tabla 15
Nombre concreto
-
Lugar
Nombre concreto
Telespectador, teleasta
Persona/ocupación
Nombre concreto Teleaudiencia, telebancas, telecable, telecirco, teleconcurso, telenoticia,
Objeto general telenoticiero, telepropaganda, telemaratón, teleserie
Resumen
Introducción
En su empleo generalizado, la secuencia hasta cuándo introduce una interrogación parcial —es
decir cuyo término interrogativo indica la incógnita que la respuesta debe resolver— sobre el
término de un intervalo temporal durante el que se registra un estado o un proceso. En
interrogaciones directas, la expresión integra diversas configuraciones sintácticas: aparece en
inicio de frase, por ejemplo en (1), en formulaciones elípticas acompañada de sintagma nominal,
como en (2), o simplemente empleada como fragmento, en (3):
(1) ¿Cómo se realiza la selección?
Viajamos a cada región y realizamos audiciones allí, luego, en diciembre se realiza la final en Capital
Federal. […]
¿Hasta cuándo audicionan en el interior?
Hasta el 17. La información se puede conocer en www.balletindance.com.ar.
(Argentina) Clarín, 04/11/2002: “Becas de Julio Bocca y Ricky Pashkus”.
(2) R. – Ya sabe usted que nunca he sido llamado a La Moncloa. Así que... […]. Tiene que dejar ya de
escudarse y coger los mandos, que para eso le apoyamos.
P. – ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo ese apoyo?
R. – Antes le dije que el corto plazo es cosa de horas. Este país no puede esperar mucho.
(España) El Mundo, 27/11/1994: “Entrevista con Josep Antoni Durán I Lleida”.
(3) ¿Es una comedia?
Estamos realizando las funciones en el teatro La Casona.
¿Hasta cuándo?
En principio tenemos planeado quedarnos hasta el 8 de diciembre.
(Argentina) Clarín, 02/12/2002: “Telones y pantallas”.
Nótese que, en (4), aparece el estado cognitivo del hablante y la interrogación introducida por
hasta cuándo expresa la actitud de este ante el discurso precedente. En lugar de “aguardar” una
información temporal (hasta las 22 h, hasta el final de la cena, hasta que se firme el contrato, por
ejemplo), el locutor prosigue su discurso: Mi nombre es Lorenzo. Quiero que me llame Lorenzo.
1 La preposición hasta suele estudiarse dentro del binomio de términos correlativos desde…hasta (de modo
similar a de...a) donde desde expresa el límite inicial y hasta el límite final de una determinada trayectoria
espacial o temporal. Ambos relacionantes constituyen así los dos polos de un continuum en el que se
sobreentienden los puntos intermedios (Pavón Lucero, 1999: 596-598). Cabe resaltar que el binomio
desde…hasta enfatiza la extensión del intervalo espacio-temporal delimitado por ambos términos (por
ejemplo en “Esperé desde las 9 hasta las 16 la visita técnica y nunca vino”). Nótese la diferencia con el par
de…a, de significado más puntual: “Esperé de las 9 a las 16 la visita técnica y nunca vino”.
En (5), el hablante, que parece evocar un intercambio dialógico (temporalmente diferido) con la
dirección de la revista Caretas, los lectores de la publicación e incluso con un “auditorio
universal”, sitúa el enunciado interrogativo en una secuencia que marca su disconformidad con
un estado de cosas (se le sigue permitiendo a Vargas Llosa publicitar sus opiniones en contra
del Presidente) y recomienda el cese del proceso en curso (¡Zapatero a tus zapatos! Que se dedique
a escribir novelas […]). Como se verá más adelante, este recurso es afín al mecanismo de la
pregunta retórica.
Como rasgo perceptible adicional, la puntuación permite inferir una modificación prosódica
correspondiente a una evolución semántico-pragmática. En algunos casos los signos de
interrogación son reemplazados por punto final, como en (6):
(6) Gerardo […] No dispares. Pau, no vuelvas a disparar. Dame esa arma. (Silencio) No puedes hacer
esto.
Paulina Hasta cuándo me dices lo que puedo y no puedo hacer, lo que puedo y no puedo. Lo hice.
(Chile) Dorfman, Ariel (1995): Ariel La Muerte y la Doncella. Madrid: Ollero & Ramos.
Puede observarse entonces que ciertos empleos de la secuencia hasta cuándo adquieren un
valor pragmático peculiar: no parecen buscar información sino que exhiben una sensible
atenuación de su temporalidad, asumen una función conversacional y visibilizan la perspectiva
del hablante quien manifiesta su actitud hacia el discurso o la realidad intersubjetiva. Son estos
usos “subjetivizados” (sin descripción específica hasta el presente) los que nos proponemos
caracterizar en este trabajo.
El objetivo del presente estudio es describir el comportamiento semántico-pragmático de este
tipo de empleos no referenciales, en los que se reconocen rasgos de marcador discursivo (MD), y
2 Por supuesto, no se sugiere aquí que la puntuación equivale estrictamente a la notación de un fonólogo
que captura la prosodia ni que se trata de un recurso empleado uniformemente por todos los usuarios de
una lengua. Las marcas en el discurso escrito se toman en cuenta como indicios de un fenómeno
susceptible de indagación. Así, es notable que la variación en la puntuación se presente en los usos
subjetivizados y no en los empleos considerados como temporales
presentar una primera caracterización de tales usos a partir del análisis cuantitativo y cualitativo
de un corpus de producciones efectivas. Sustentan nuestra investigación los conceptos de
gramática emergente del discurso (Hopper, 1987), subjetivización (Traugott y Dasher, 2004;
Traugott, 2010) y pragmaticalización (Dostie, 2004).
Luego de una breve introducción de nuestro marco teórico, expondremos la hipótesis de
investigación para abordar, seguidamente, el análisis de un corpus de enunciados efectivos. El
estudio permitirá esbozar las principales tendencias de empleo de la secuencia. Al fin de este
recorrido, se propondrán las conclusiones provisorias de esta primera aproximación.
Enmarcada en una perspectiva cognitiva, nuestra descripción de los empleos de hasta cuándo
se apoya en una concepción holística de la construcción del sentido: este no se genera por adición
de unidades lingüísticas de contenido inmanente sino que se construye, contextualmente, en el
curso de transacciones entre todos los elementos concurrentes (Victorri y Fuchs, 1996; Cadiot y
Nemo, 1997; Cadiot y Visetti, 2001). Esta visión supone una inevitable integración de la
semántica y la pragmática: la interpretación de un enunciado se encuentra estrechamente ligada
a su valor pragmático —susceptible, incluso, de inducir un cambio semántico (Hopper y
Traugott, 2003 [1993]; Traugott, 2010)—.
Asimismo, nuestro análisis de hasta cuándo, lejos de discretizar sus empleos, plantea un
continuum entre enunciados próximos al polo de la temporalidad y empleos que se acercan
gradualmente al polo de la expresión de la subjetividad. Complementariamente, esbozamos una
continuidad entre enunciados interrogativos y asertivos tratando estas dos formas no como
dicotómicas sino como escalares: algunos enunciados formalmente interrogativos se ubican
cerca del polo de la pregunta mientras que otros se deslizan hacia el polo de la aserción
(KerbratOrecchioni, 1991; Borzi, 1999) bajo la forma de interrogaciones orientadas (Borillo,
1978;Escandell Vidal, 1999), dirigidas, incitativas, implicativas (Coveney, 2011) —especialmente
en el caso de la interrogación retórica que puede equivaler a una aserción enfática—.
En la misma perspectiva, nuestra reflexión se sitúa en el marco de una gramática emergente
(Hopper, 1987) según la cual las estructuras gramaticales, como resultante de rutinas
establecidas por los hábitos discursivos, constituyen estabilizaciones provisorias de una
incesante construcción en curso —proceso que da lugar a fenómenos de gramaticalización
(Hopper y Traugott, 2003 [1993]; Traugott y Dasher, 2004)—. Siguiendo a Dostie (2004: 28-29),
entendemos aquí la gramaticalización como fenómeno evolutivo en sentido amplio con tres
procesos posibles: lexicalización en los casos de migración de una unidad hacia la zona léxica,
gramaticalización como desplazamiento hacia la zona gramatical propiamente dicha y
pragmaticalización para el deslizamiento de una unidad hacia la zona pragmática. En este último
caso, una unidad léxica o gramatical puede desarrollar empleos en los que no juega un rol en el
plano referencial sino a nivel conversacional (2004: 27). Como resultado de este corrimiento,
dicha unidad puede comportarse como un marcador discursivo que permite al locutor
posicionarse con respecto a su propio discurso o al de su interlocutor (Dostie y Pusch, 2007: 5).
En general, esta evolución se caracteriza por un proceso de subjetivización (Traugott y Dasher,
2004; Traugott, 2010) en el que la unidad lingüística adquiere un valor más abstracto y da
cuenta de las perspectivas del hablante con respecto al evento comunicativo. Es así como los
sentidos asociados a ciertas expresiones se deslizan desde la descripción ‘externa’ de una
‘realidad objetiva’, en empleos en los que prevalece la información referencial (en este caso
particular, asociada a la temporalidad), hasta una descripción ‘interna’ de la percepción y de la
actitud del hablante, en una palabra, de su subjetividad, en empleos pragmaticalizados con
características de marcador discursivo3.
Hipótesis de investigación
Partiendo del marco teórico expuesto ut supra, postulamos que hasta cuándo es objeto de
pragmaticalización i.e. aparece en empleos que no corresponden a su uso referencial (búsqueda
de información sobre el punto de finalización de un intervalo temporal en el que se registra un
estado de cosas) sino a un uso interaccional (Escandell Vidal, 1999), ‘expresivo’ según Traugott
(2010) que, en el plano conversacional, pone de manifiesto la subjetividad del hablante, en otras
palabras, es susceptible de subjetivización tal como se entiende en Traugott (2010). En efecto,
visibilizando el término final de una extensión temporal, es decir, “lo que falta para llegar a un
determinado punto”, según el DUE, hasta cuándo introduce el estado cognitivo del hablante, esto
es, en el caso bajo análisis, su deseo de finalización del estado o proceso en curso.
Consideramos que, en tales ocasiones, la expresión tiende a comportarse como marcador
discursivo ya que, en virtud de la fuerza ilocutiva de la interrogación, la secuencia orienta las
inferencias del alocutario (Martín Zorraquino y Portolés Lázaro, 1999: 4057)4. Con eventuales
ajustes contextuales, hasta cuándo refleja el posicionamiento del hablante tanto con respecto al
discurso anterior o en desarrollo como en relación con estados o procesos inscriptos en la
realidad intersubjetiva. El marcador exhibe un valor pragmático recurrente: la indicación de
disconformidad y, específicamente, urgencia de cese y desistimiento. En las siguientes secciones,
abordaremos el estudio de estos empleos a partir de un corpus de enunciados efectivos.
Corpus y metodología
El cuerpo de datos compuesto por 267 empleos tomados del corpus CREA (31-03-2014), recoge
empleos de español peninsular e hispanoamericano, sobre una gran variedad genérica: ficción,
escritos periodísticos sobre política, economía, ciencias sociales, expresión oral, etc.5. En todos
los casos, se trata exclusivamente de empleos en posición inicial. En próximos desarrollos se
observarán otros posicionamientos e incluso eventuales coocurrencias del tipo dey /pero ¿hasta
cuándo?
El estudio se basó en un corpus escrito. Queda, por lo tanto, para futuras indagaciones el
tratamiento de la entonación, particularmente en el caso de la interrogación retórica y la
exclamación.
Para el estudio del comportamiento semántico-pragmático de los empleos de hasta cuándo, se
procedió a un análisis cuantitativo y cualitativo. Se evaluó, en primer lugar, la proporción de
empleos no denotativos a fin de dar cuenta de la importancia del fenómeno estudiado. En tal
sentido, el análisis contextual de los enunciados del corpus permitió esbozar un continuum de
empleos con una creciente subjetivización de hasta cuándo desde el polo de la temporalidad
hasta llegar a la expresión de la actitud del hablante hacia el discurso o la situación. Sin que se
trate de una discretización, identificamos dos grandes polos, cada uno con empleos prototípicos
y usos menos centrales. Para el uso típicamente temporal, en interrogaciones neutras como
pedido de información, se registran 137 casos (51,31 %) mientras que el empleo
predominantemente subjetivizado es apenas menos frecuente: 130 ocurrencias (48,69 %). Esta
proporción pone en evidencia que, si bien existe mayoría de empleos denotativos, la
realizaciones claramente expresivas como (4)-(8), aun si algunos empleos pueden sugerir un cierto fondo
de temporalidad por persistencia léxica (Hopper, 1991: 22).
4 Cabe recordar que los MD, resultado de procesos de gramaticalización (Briz Gómez, 2008), conforman
una clase difusa compuesta por unidades con grado de lexicalización variable (Rodríguez Somolinos, 2011:
5). Algunos se encuentran sólidamente implantados en el discurso y pueden considerarse como
prototípicos, otros parecen ocupar posiciones menos centrales o incluso periféricas. Consideramos que
hasta cuándo se ubica en una zona intermedia.
5 De las 278 ocurrencias originales, se apartaron 11 enunciados no pertinentes para esta investigación,
principalmente por empleos particulares de la preposición con sentidos que difieren de la marcación del
término de un intervalo temporal (De Bruyne, 1999: 677): hasta con el sentido de ‘solo’, ‘no antes de’
(Cierran hasta las nueve); (ii) uso vacío (Hasta las doce almorcé por ‘a las doce...’) e incluso empleos con el
sentido de desde, a partir de o recién (¿Hasta ahora te das cuenta que te equivocaste?). También fueron
dejados de lado los empleos autonímicos.
Contrariamente a lo que podría suponerse, las interrogaciones seguidas de respuesta son una
pequeña minoría (apenas 74, es decir 27,72%) mientras que los empleos sin inserción de
respuesta son mayoritarios: 193, o sea 72,28%. Cabe entonces concluir que hasta cuándo
interviene frecuentemente en enunciados que no parecen suscitar primordialmente un aporte de
información: veremos que, en numerosas ocasiones, la secuencia integra interrogaciones con
valor eminentemente interaccional.
Los casos en los que se registra respuesta (74 ocurrencias), son, en general, empleos
temporales en los que la interrogación tiene un valor transaccional de búsqueda de información
(Escandell Vidal, 1999: 3972) tal como ha podido apreciarse en los ejemplos (1)-(3). La
contestación, que se dirige al contenido proposicional de la pregunta, disipa la incógnita
planteada. En general, la respuesta se produce por parte del alocutario (53 casos) aunque, en
18 oportunidades, esta es proporcionada por el mismo locutor (particularmente luego de
interrogaciones anticipativas)6.
En los empleos subjetivizados, como en (9), la inserción de respuesta reviste carácter
excepcional: se registran solo tres casos. En estos usos, sin solucionar la incógnita planteada en
la interrogación, las réplicas tienen una función netamente interaccional y prevalece en ellas su
valor ilocutivo.
(9) – Joaqui, ¿ya leíste La Verdad?
– Hasta cuándo te voy a repetir que yo no leo esos pasquines, Vicky.
– Pero aquí tu chinita linda se los lee enteritos, Joaqui.
(Perú) Bryce Echenique, Alfredo (1986): Magdalena peruana y otros cuentos. Barcelona: Plaza y
Janés.
Puede advertirse que Pero aquí tu chinita linda se los lee enteritos, Joaqui no proporciona
información temporal sino que constituye una réplica contradictoria al enunciado anterior (Yo
no leo eso pasquines). Queda así de manifiesto el comportamiento subjetivizado de hasta cuándo
como lo indica, de modo coincidente, el reemplazo del signo de interrogación por el punto final,
característico de una oración declarativa.
En lo que respecta a los 193 enunciados en los que el enunciado encabezado por hasta cuándo
no está seguido de respuesta, destacamos cuatro casos: (i) enunciados interrogativos en las que
hasta cuándo opera como anáfora retórica, (ii) enunciados interrogativos en los que la expresión
integra una sucesión de interrogaciones con otros términos introductorios, (iii) enunciados
6 Con alto valor topicalizador, las interrogaciones anticipativas (Escandell Vidal, 1999: 3982), o ‘preanuncios’
(préannonces) según Coveney (2011: 121), escenifican un intercambio dialógico ficcional en el que el
hablante formula las preguntas a las que él mismo dará respuesta. Así, se hace avanzar el desarrollo del
tema atrayendo la atención del alocutario hacia la secuencia entrante. Es el caso de: “De ahí que Belloch,
con un ojo en ‘el jefe’ y otro en la opinión progresista, nade y guarde la ropa impulsando a la vez la
denegación del indulto y la concesión del régimen abierto a Amedo y Domínguez. ¿Hasta cuándo podrá
aguantar sin resbalar tan osado funambulista? Si todo sigue su curso normal, Luis Angel Rojo sólo le
sobrevivirá unos cuantos días. (España) Ramírez Codina, Pedro J. (1995): David contra Goliat. Jaque mate
al felipismo. Madrid.
En esta serie de interrogaciones, con especial énfasis en la noción de límite, puede percibirse
la continuidad temporo-espacial (hasta cuándo / dónde) para la marcación de la urgencia de
cese así como la expresión del reproche y reclamo: se trata de un estado de cosas intolerable que
urge limitar.
Cabe señalar que, contando las interrogaciones anafóricas con hasta cuándo y los
encadenamientos interrogativos con distintos encabezamientos, se registran 49 casos, es decir,
25, 39 % de los empleos sin respuesta.
(iii) Enunciados sin respuesta seguidos de enunciados declarativos:
Se registran 27 empleos temporales y 55 usos subjetivizados (un total de 82 ocurrencias). En
estos empleos, puede apreciarse que la interrogación, de marcado carácter interaccional, se
integra al flujo discursivo sin aguardar una respuesta.
(12) Cuando el teléfono se puso a sonar, Lilí estaba planchando en el comedor. Reanuda esta tarea, con
energía, desquitándose de la rabia que siente contra su hermana a golpes de plancha. Como en este
momento preciso la blusa que se le ofrece pertenece a Régine, la maltrata de una manera especial,
olvidando sádicamente el electrodoméstico sobre la espalda y el cuello de esta prenda para marcarla
para siempre con su rencor, mientras la llama con una voz enemiga:
7 De los 21 empleos mencionados, 7 suscitan una lectura temporal mientras que 14 corresponden a empleos
subjetivizados.
8 Para más detalles sobre secuencias interrogativas (sucesión de dos o más preguntas) de un mismo locutor
Como lo afirma Escandell Vidal (1984: 11), la interrogación retórica no es una interrogación de
duda, de ignorancia o de curiosidad: precisamente por su particular fuerza ilocutiva, funciona
como una aserción enfática y, por tal motivo, no “aguarda” respuesta. Lo que es más, la respuesta
es, en principio, conocida por ambos participantes del intercambio ya que “se sitúa en una
parcela del conocimiento compartido. Y lo que se pretende con la formulación interrogativa es
traerlo a la memoria del interlocutor, generalmente dentro de un discurso de tipo argumentativo”
(Escandell Vidal, 1984: 19). Efectivamente, estos enunciados poseen un valor argumentativo
intrínseco: el locutor hace como si la respuesta a la pregunta fuera evidente para ambos
interlocutores posicionando dicha respuesta como una verdad aceptada por el alocutario; la
interrogación retórica juega así un rol asertivo (Anscombre y Ducrot 1981: 14-15).
El uso retórico de hasta cuándo queda de manifiesto en empleos anafóricos con alto poder
persuasivo como los presentados, por ejemplo, en (10) y (11).
Con algo de humor, podríamos decir que desde Cicerón (con sus Catilinarias)9 hasta Diego
Capusotto con su parodia de los noticieros radiales (¡Hasta cuándo!), la expresión registra
numerosos empleos como estrategia retórica y sigue siendo de actualidad. Veamos el siguiente
caso:
(14) El señor Cruyff podrá ignorar el principio elemental al que me he referido antes, pero el señor Núñez
—que es un gran empresario— tiene el deber de conocerlo y de actuar en consecuencia. ¿Hasta
cuándo consentiremos que el señor Cruyff nos tome el dinero y el pelo? ¿Hasta cuándo permitiremos
que humille y maltrate a los jugadores y, luego, se queje de que no están motivados? Las respuestas
no pueden ser más claras y es la junta directiva la que tiene que contestar.
(España) La Vanguardia, 16/06/1995: “Cartas de los lectores” Barcelona.
9 Hasta cuándo, como interrogación retórica, aparece en la Primera Catilinaria de Cicerón (ed. en línea
2018): “¿Hasta cuándo has de abusar de nuestra paciencia, Catilina? ¿Cuándo nos veremos libres de tus
sediciosos intentos? ¿A qué extremos sé [sic] arrojará tu desenfrenada audacia?”
Se percibe, en este fragmento, una clara estrategia retórica de repetición que busca acentuar
el efecto argumentativo de la pregunta retórica con progresión ascendente. Contribuye al re-
sultado persuasivo, el empleo de la primera persona del plural (consentiremos, permitiremos). El
escenario presentado es, en general, el de un estado de cosas que se mantiene en el tiempo y
que el hablante presenta como indeseable para una subjetividad colectiva. Para ello, se apoya en
un conjunto de condiciones (explícitas o no) que sirven de instancia de validación para su
discurso. Se trata de situaciones presentadas como insostenibles que urge limitar, en este caso,
las actitudes abusivas del señor Cruyff (nos tome el dinero y el pelo, humille y maltrate a los
jugadores). Como estrategia de persuasión (orientada, en última instancia, a la acción), el
hablante interroga ficcionalmente al alocutario sobre el término de esa extensión temporal. Sin
embargo, no parece esperar una respuesta informativa (Hasta mañana, el año próximo, las
próximas elecciones) sino que busca obtener la adhesión a la aserción implícita en su enunciado
“falsamente interrogativo” que parte de una presuposición existencial característica de las
interrogaciones parciales.
Para mayor detalle, retomemos la primera de las interrogaciones que figuran en (14):
(14a) ¿Hasta cuándo consentiremos que el señor Cruyff nos tome el dinero y el pelo?
Si no se espera una respuesta informativa a (14a) (del tipo de Hasta el año próximo) y lo que
se busca es suscitar la adhesión a (14c), ¿qué aporta (14a) con respecto a (14d)? ¿De qué modo
la interrogación retórica con hasta cuándo guía la interpretación del oyente y da cuenta del
posicionamiento del hablante?
En (14d) el enunciado no presupone necesariamente la duración de un estado de cosas
existente: el cambio de polaridad en (14e) podría simplemente proponer que se impida el inicio
de un proceso. En cambio, en (14c) la inversión de polaridad apunta a frenar un asunto en curso.
Puede advertirse que el empleo de hasta cuándo evoca, en el conocimiento compartido, y
visibiliza, en el discurso, la aproximación a un límite (temporal o incluso nocional) imaginado
por el hablante. Instala de ese modo la noción de duración y esboza la perspectiva de la
finalización de un estado de cosas presentado como indeseable, penoso, insostenible.
En las secciones que siguen, examinamos otras características del entorno lingüístico recurrente
y de las condiciones de aparición de los empleos subjetivizados.
Es interesante notar que, en general, los dominios cognitivos predominantes aluden a estados
de cosas considerados como negativos: en las ocurrencias sin verbo, por ejemplo, hay una amplia
predominancia de lexemas connotados negativamente. De los 19 SN concurrentes con hasta
cuándo, 14 tienen connotación negativa, por ejemplo corrupción y estafa, populismo y mala fe,
los tiranos, la manipulación de los lectores, las inundaciones, la traición, la envidia y la ignorancia,
11 Por supuesto, hasta cuándo puede aparecer con valor temporal en interrogaciones parciales elípticas
como en el ejemplo (3). Sin embargo, a diferencia de los empleos pragmaticalizados, las interrogaciones
temporales no resultan opcionales puesto que su supresión afecta el contenido del discurso. Compárese (3)
a las formulaciones subjetivizadas de (13) y especialmente (15) en las que la omisión de la secuencia
disminuye la carga subjetiva pero no compromete la interpretación.
derrotas, esta tortura. En los empleos como fragmento o en oración, los contextos precedentes
también evocan, mayoritariamente, situaciones negativas, tal el caso de:
(16) Señor Ministro... ¿Hasta cuándo?... ¿Hasta cuándo se permitirá la persecución contra gran cantidad
de empresas disqueras y de ventas de compact disc, así como contra un gran porcentaje de
radiomisoras de la localidad? Es bueno que se le ponga un alto a las actuaciones de la Secretaria
Ejecutiva de Censura de esa institución. Hay mucho atropello y persecución. ¡Qué pasa!
(Panamá) El Siglo, 16/06/1997: “Policías” Panamá.
Como puede observarse, el ejemplo evoca un escenario sombrío (persecución, atropello) que
urge limitar (que se le ponga alto a las actuaciones de…).
En cuanto al perfilamiento de los estados de cosas escenificados en el intervalo temporal, se
registran, de modo recurrente, verbos de experimentación psicológica relacionados con el
padecimiento. Por ejemplo, en las construcciones con verbo, aparecen frecuentemente lexemas
tales como soportar (9 casos), tolerar (5), padecer (3), sufrir (3), aguantar (3). Es el caso de:
(17) ¿Hasta cuándo vamos a soportar que se insulte, se calumnie, que se saque el pasado a veces
falsamente, injuriosamente? ¿Hasta cuándo vamos a soportar, bueno, que se diga eso, que el
presidente González es el cerebro de veintiocho asesinatos?
(España) ORAL Hoy por hoy, 13/05/97, Cadena SER Magacines.
Cabe resaltar también la aparición de verbos como permitir, consentir, dejar, etc. Relacionados
con la modalidad volitiva, de valor esencialmente prospectivo, sobretodo en situaciones que se
consideran controlables por el individuo o la colectividad (y en las que se insta a la acción) o en
procesos que se consideran realizables, es decir compatibles con un conjunto de condiciones
previas (Gosselin, 2010: 354):
(22) ¿Puede saberse cómo pondrás coto a los crímenes de los asesinos? ¿Hasta cuándo permitirás que
esta chusma nos manche a todos con sus delitos?
(España) Rojas, Carlos (1980): El ingenioso hidalgo y poeta Federico García Lorca asciende a los
infiernos. Barcelona: Destino.
(23) Luego de todo lo que pasó con el pisco y los chilenos, ahora varios restaurantes y libros de cocina
mexicana en los Estados Unidos se atribuyen el cebiche como plato típico mexicano. ¿Qué está
pasando? ¿Hasta cuándo vamos a dejar que nos quiten nuestra identidad?12.
(Perú) Caretas, 12/07/2001: Gastronomía, cocina.
En lo que concierne a los tiempos de verbos, de modo congruente con la orientación prospectiva
de la expresión, en los datos analizados predomina el futuro simple (70 ocurrencias) —tal el caso
de los enunciados presentados en (14), (16), (18), (21), (22)—. En segundo lugar, aparece el futuro
perifrástico (51 casos) —por ejemplo en (5), (9), (12), (17), (23)—, seguido por el presente en 40
enunciados del tipo de (1), (4), (6), (8) —en ocasiones con perífrasis del tipo tener que como en
(19)—. En la misma línea prospectiva, se registran algunos empleos de condicional (8
enunciados). En cambio, el empleo de pretérito simple o de pretérito imperfecto es absolutamente
marginal (2 y 3 casos respectivamente).
En el cuerpo de datos, esta expresión de reclamo se materializa, desde el punto de vista genérico,
en las cartas de los lectores. Así, una significativa cantidad de ocurrencias se registra en los
espacios de prensa donde los lectores se interrogan —por ejemplo en (18 y (21)—, reflexionan —
(19) y (20)— y, fundamentalmente denuncian lo que consideran como actitudes impropias —(5) y
(7)—, tensiones —(19)—, maltrato —(14)—, atropellos —(16)—, abusos —(13)—.
La interrogación puede asimismo indicar la irritación del hablante ante un discurso o un estado
de cosas, como queda ilustrado en el intercambio transcripto en (25):
(25) EUGENIO (Hace un ronroneo.)...Entonces me animé y le pregunté: -¿Le parece que la escriba?...-
(Feliz.) ¡Y me hizo! (Hace un sonido de aprobación.)
ARÍSTIDES ¿Eso sólo te hizo?
EUGENIO ¿Y qué querés? Justo le estaba apuntando al bochín.
12 Cabe resaltar el alto potencial persuasivo del empleo de la primera persona del plural con carácter
inclusivo como puede apreciarse en (14), (17), (18), (19), (21), (23) y (24).
ARÍSTIDES ¡No! ¡No te hizo (Imita el gesto.) porque le estaba apuntando al bochín! ¡Te lo hizo porque
esa idea es un plomo! ¡Haceme el favor! ¿Hasta cuándo vas a seguir insistiendo? ¡¡No se puede creer!!
(Gira hacia el ropero, va hacia el mismo, se mete y lo cierra de un portazo.)
(Argentina) Rovner, Eduardo (1985): Sueños de náufrago. Buenos Aires: Corregidor.
Conclusión
Real Academia Española. Corpus de referencia del español actual, Banco de datos (CREA).
Recuperado de http://www.rae.es
Referencias bibliográficas
Resumen
En este trabajo analizamos el comportamiento del adjetivo propio/a en la variedad del español
coloquial del Uruguay, en construcciones como las siguientes: Los propios championes de
básketbol le regalaron a Juan; Presiento que se viene el propio baile mañana; Mi hermano hizo el
propio pastel de carne. Presentamos una serie de pruebas que demuestran que propio/a se ha
alejado de sus significados originales recogidos en las gramáticas (Demonte, 1999; Picallo y
Rigau, 1999; RAE-ASALE, 2009) (sentido anafórico, reflexivo y enfático) y sostenemos que al
combinarse con el artículo definido y el nombre conforma un sintagma determinante (en
adelante, SD) superlativo. Así, la construcción artículo definido + propio/a + nombre constituye
una descripción superlativa absoluta (Szabolcsi, 1989; RAE-ASALE, 2009; Gutiérrez-Rexach,
2010); esto es, designa una entidad cuyas propiedades son llevadas al grado extremo. Más
precisamente, proponemos que el potencial superlativo de propio/a lleva al grado extremo alguna
de las propiedades asociadas prototípicamente al nombre, definidas a partir de expectaciones
compartidas. En este sentido, propio/a no identifica con precisión la propiedad que lleva al
extremo; más bien la mera aproximación al significado de esta propiedad es suficiente a los
efectos comunicativos de los hablantes (Morzicky, 2016). Por ejemplo, el SD los propios
championes admitirá múltiples paráfrasis, de acuerdo a los fines comunicativos: ‘los más caros’
/ ‘los más lindos’ / ‘los más cómodos’ / ‘los más modernos’, etc. Asimismo, brindamos evidencia
a favor de que este SD superlativo designa una entidad única del orden de una clase (Carlson,
1977; Carlson y Pelletier, 1999); es decir, refiere al ejemplar que representa prototípicamente a
su clase.
1 Agradecemos a Virginia Bertolotti, Gabriela Resnik y Brenda Laca por sus aportes a la versión anterior de
este trabajo. Por supuesto, los errores que pueda presentar el trabajo son nuestros.
Introducción
2 No desconocemos que el fenómeno de la elatividad incluye también otras categorías gramaticales, como
lo evidencia la versión elativa del adverbio de manera mal (Se enamoró mal) y las construcciones con
se...todo (Se comió todo), estudiadas en Masullo (2017).
se combina principalmente con el verbo hacer y con otros pocos como ocurrir y suceder —aunque
muy poco frecuentes en la variedad del español del Uruguay—.
Por su parte, el sentido reflexivo de (8) presenta variantes. En algunos casos, si bien res-
tringidos, según la RAE-ASALE (2009, §13.1), propio/a puede alternar con la variante reflexiva
del posesivo su: por {propia ∼ su} iniciativa; aparecer sin determinante: actuó según propia de-
claración; alternar con su en casos como actuó en {defensa propia ∼ su defensa}, pero no admite
aparecer junto con su en el mismo sintagma nominal si su posición es pospuesta al nombre,
como se ve en los contrastes de deben hablar ustedes con {voz propia ∼ su voz ∼ su propia voz}
pero *con su voz propia. En todos los casos en que propio/a coocurre con el pronombre su, obliga
a que este reciba lectura reflexiva.
En lo que refiere al sentido enfático, RAE-ASALE (2009, §13.11) describe que en estas lecturas
propio/a puede ser parafraseado con expresiones vinculadas con contextos escalares. Así, (9)
puede interpretarse como {hasta ∼ incluso ∼ nada menos que} la mejor amiga la engañó. Estas
lecturas están asociadas con la noción de expectación, que supone cierta jerarquización tácita.
En nuestro caso, esto se explica al tener en cuenta que, del conjunto de las amigas, la que la
engañó fue la mejor amiga, y no otra de menor rango. De esta manera, propio/a destaca una
opción por oposición a otras.
Además, el sentido enfático del adjetivo propio/a da lugar a paráfrasis con adverbios de foco
como precisamente. Así, En la propia mañana del 29 de julio de 1983 se diagnosticó el primer
caso de SIDA en Uruguay puede interpretarse como ‘precisamente la mañana del 29 de julio de
1983 se diagnosticó el primer caso de SIDA en Uruguay’.
Como muestran los ejemplos, propio/a presenta dos posiciones, antepuesta y pospuesta al
nombre. En sus lecturas reflexiva y enfática aparece antepuesto al nombre, como se ve en (8) y
(9), mientras que la posposición se observa en las lecturas anafórica, y reflexiva, ilustradas en
(7) y (8).
Por último, cabe decir que cada una de las tres lecturas presenta cierta variabilidad en cuanto
al uso de determinantes. Como se observa, en la lectura anafórica propio/a únicamente se
combina con el pronombre neutro lo (7). Sin embargo, notamos que presenta mayor variabilidad
en la lectura reflexiva (8), mientras que la interpretación enfática (9) exige la presencia de un
determinante, ya sea definido o posesivo.
Hasta aquí presentamos brevemente la información que, a nuestro parecer, es relevante para
describir este fenómeno. Cabe notar que las obras citadas no mencionan explícitamente que se
trate de un adjetivo con contenido funcional, aunque sí sostienen que no se trata de un adjetivo
calificativo. De hecho, tanto los tres sentidos destacados en RAE-ASALE (2009) (anafórico,
reflexivo y enfático), como la descripción que hacen Demonte (1999) y Picallo y Rigau (1999)
reflejan nociones gramaticales. Como veremos a continuación, algunas de dichas nociones serán
retomadas y reformuladas en este trabajo, a los efectos de explicar el proceso de recategorización
de propio/a como un adjetivo superlativo.
En esta sección mostramos que el adjetivo propio/a en la variedad del español del Uruguay
presenta una serie de comportamientos que lo alejan de los significados recogidos en las
gramáticas que acabamos de presentar. Es decir, en ninguno de los casos que veremos en
adelante, la frase nominal con propio/a recibe interpretaciones reflexivas, anafóricas ni
enfáticas. Más bien, todas estas lecturas permanecen en nuestro estado de lengua, a la vez que
conviven con nuevos usos asociadas al ámbito de la elatividad.
En lo que sigue, presentamos, primero, una serie de pruebas que muestran que propio/a se
ha recategorizado como adjetivo elativo: revisamos su posición dentro del sintagma determinante
(SD), su compatibilidad con modificadores y afijos gradativos y su comportamiento como
constituyente focal. En segundo lugar, precisamos que propio/a conforma una descripción
superlativa del tipo absoluta (Szabolcsi, 1986) y atendemos algunas de las consecuencias
semánticas y sintácticas de esta postulación.
En la misma dirección, los afijos derivativos con significado gradativo —como -ísimo y -azo—
también son incompatibles con los superlativos, como se ve en (14), y también, como es de
esperar, con el superlativo mejor (15). Estos ejemplos evidencian, de nuevo, que no es posible
graduar una propiedad máxima.
(14) a. Ayer vi la *propísima peli.
b. Este pibe se compró el *propísimo Iphone.
(15) a. Ayer vi la *mejoraza peli.
b. Este pibe se compró el *mejorísimo Iphone.
3 Constatamos algunas ocurrencias en las que propio/a aparece en posición posnominal, pero combinado
únicamente con un SD indefinido: Fuimos a una fiesta propia y Tengo una remera propia. Al parecer, estas
construcciones también presentan una lectura elativa; aquí propio/a llevaría una propiedad a un grado
alto en una escala gradativa (‘Fui a una fiesta muy buena’ y ‘Tengo una remera muy buena’). Sin embargo,
cabe subrayar que en estas oraciones no es posible atribuirle a propio/a el grado máximo en dicha escala.
Es decir, propio/a no constituye aquí una expresión superlativa como las que nos proponemos analizar en
este trabajo.
Tercero, si bien el foco se asocia usualmente con una interpretación contrastiva ―en tanto se
contrasta con un conjunto de datos alternativos previamente introducidos en el discurso—, en
estos casos la información destacada no contrasta con ninguna otra. Dicho de otro modo, no se
descartan otras entidades de naturaleza similar, como muestran las continuaciones en (23) y
(24), que dan lugar a interpretaciones anómalas.
(23) El propio guiso de mi vieja me estoy comiendo, #no el más feo.
(24) La propia campera me compré, #no la más pedorra.
La lectura exclamativa que reciben estas construcciones queda de manifiesto mediante los
siguientes diagnósticos, tal como lo muestra Masullo (2017) 4 para dar cuenta de las expresiones
elativas. Precisamente, dada su naturaleza factiva, las descripciones definidas con propio/a
resisten la negación (29); rechazan la combinación con un elemento qu- ubicado en el lugar del
especificador del sintagma complementante (30) y no pueden ocurrir en oraciones de juicio,
dubitativas o desiderativas (31a-c) (Leonetti, 2014; Masullo, 2017; Resnik, 2013, 2016, 2018):
4 En Masullo (2017) se estudian algunas expresiones elativas que están asociadas con un rasgo de grado
extremo; por ejemplo, las construcciones con se...todo, como (¡) Los chicos se comieron todo en la fiesta(!), y
con el adverbio de manera mal, como (¡)Papá se enojó mal anoche(!) (Masullo, 2017: 109-110). En este
trabajo recogemos las pruebas de Masullo (2017) para dar cuenta de la naturaleza factiva y exclamativa de
la descripción definida superlativa con propio/a en posición focal.
Estas pruebas sugieren, entonces, que las construcciones artículo definido + propio/a + nombre
constituyen un SD superlativo. No obstante, cabe decir que, a diferencia del resto de los
superlativos, propio/a no lleva al extremo ninguna propiedad en particular. Esto es, mientras
que, por ejemplo, mejor lleva al grado extremo la propiedad de ‘ser bueno’ y peor, la de ‘ser malo’,
propio/a mantiene imprecisa su denotación (Morzicky, 2016). Específicamente, y como
desarrollaremos luego, sostenemos que propio/a selecciona al menos una de las propiedades
prototípicamente asociadas al nombre y la lleva al grado extremo. Pero, a diferencia de los
superlativos que contienen información léxica, propio/a, denota alguna propiedad asociada al
nombre solo a partir de expectaciones compartidas contextualmente y carece, por tanto, de
significado léxico. Dicho de otro modo, a pesar de su recategorización, propio/a mantiene su
carácter funcional, ya registrado en las gramáticas. Así, (27) se interpretará como los championes
‘más caros’, ‘más modernos’, ‘más deportivos’, etc., y (28), como el baile ‘más divertido’, ‘más
concurrido’, etc.
Hasta aquí revisamos algunas pruebas que nos permiten postular que las construcciones
artículo definido + propio/a + nombre constituyen un SD superlativo. Para ello, reparamos en su
posición y su combinatoria con modificadores y afijos gradativos. Luego, observamos que, como
foco antepuesto, esta construcción da lugar a lecturas exclamativas y propusimos que propio/a
es un superlativo impreciso (Morzicky, 2016). A continuación, revisamos los dos tipos de lectura
superlativa a los que da lugar una frase nominal superlativa (Szabolcsi, 1986), con el fin de
ahondar en el tipo de interpretación que recibe esta construcción.
En esta sección revisamos las posibles lecturas que adquieren las descripciones superlativas,
siguiendo la propuesta de Szabolcsi (1986): lectura superlativa comparativa y lectura superlativa
absoluta. A la luz de esta propuesta, sometemos la descripción superlativa con propio/a a
algunas pruebas que nos llevan a postular su lectura superlativa absoluta.
Según Szabolcsi (1986), las oraciones con descripciones superlativas dan lugar a ambigüedad,
es decir, presentan dos posibles interpretaciones: una absoluta y otra comparativa. Esta
ambigüedad es ejemplificada por el autor a partir de la siguiente oración:
(32) Juan escaló la montaña más alta.
En cambio, como ya señalamos, el SD superlativo la montaña más alta nunca puede ser el
elemento focalizado, independientemente de su función sintáctica. Como se ve, el SD de (35) es
un constituyente argumental, pero su focalización da como resultado oraciones dudosas.
(35) ?? Juan escaló [la montaña más alta]F el mes pasado, no la más baja.
Creemos que el hecho de que el SD superlativo imposibilite su contraste con otras opciones
alternativas se debe a que el constituyente superlativo restringe las opciones en favor de una
única alternativa posible; en este caso, la montaña más alta. La lectura de (32) supone, entonces,
que los demás individuos, a excepción de Juan, escalaron una montaña, pero en todos los casos
una más baja que la escalada por Juan.
Asimismo, las lecturas superlativa absoluta y superlativa comparativa dependen de la fuente
de dominio variable que contiene los individuos relevantes (Morzicky, 2016). Para las lecturas
absolutas, la fuente de dominio queda restringida al conjunto de todas las entidades (‘de todas
las montañas, Juan escaló la más alta’), mientras que en la lectura comparativa la fuente de
dominio se restringe al conjunto de las entidades escaladas, (‘de todas las montañas que han
sido escaladas, Juan escaló la más alta’). Nótese que ambas paráfrasis comienzan con un
sintagma preposicional, que es el que restringe el dominio de cuantificación en cada caso. En el
primero, el grado máximo depende únicamente de las alturas de las montañas, y, en el segundo,
el grado máximo depende de las alturas relativas a las montañas escaladas.
A partir de la presentación de estas dos posibles lecturas, en lo que viene mostramos que la
construcción superlativa con propio/a solo da lugar a la lectura absoluta, es decir, a lecturas
cuya fuente de dominio queda restringida al conjunto de todos los individuos de los cuales solo
se extrae uno. Asimismo, de dicha fuente de dominio se extraerá solo un individuo, pero en tanto
representante de una clase de individuos al que se le asocian ciertas propiedades prototípicas5.
Ofrecemos una serie de pruebas que descartan, entonces, la lectura superlativa comparativa y
que indican una lectura superlativa absoluta para nuestra construcción.
En lo que refiere a las pruebas que permiten descartar la lectura superlativa comparativa,
retomamos la correlación que se propone para esta lectura y el foco contrastivo. Recuérdese que,
tal como sostiene Szabolcsi (1986), en la lectura superlativa comparativa todos los constituyentes
de la oración, a excepción de la descripción superlativa, pueden ser focalizados y contrastados
con otros constituyentes —ver ejemplos (33)-(35)—. Por el contrario, si aceptamos que la
construcción artículo definido + propio/a + nombre da lugar a lecturas superlativas absolutas y
no comparativas, es de esperar que no sea posible focalizar ninguno de los constituyentes de la
oración, a excepción del SD superlativo.
(2016), en donde se estudian solo los superlativos morfológicos, como Floyd climbed the highest mountain
(Juan escaló la montaña más ala).
En efecto, como mostramos en (36) ninguno de los constituyentes parece recibir el acento
enfático, a excepción del SD superlativo los propios championes de básketbol. Como se ve en
(36a), el foco queda restringido al SD superlativo. Por el contrario, resulta forzosa o anómala la
focalización de cualquier otro constituyente, como queda ilustrado en (36b)-(36d).
(36) Ayer mis tíos le regalaron a Juan los propios championes de básketbol.
a. Ayer mis tíos le regalaron a Juan F[los propios championes de básketbol].
b. ?# Ayer F[mis tíos] le regalaron a Juan los propios championes de básketbol.
c. ?# Ayer mis tíos regalaron F[a Juan] los propios championes de básketbol.
d. ?# F[Ayer] mis tíos le regalaron a Juan los propios championes de básketbol.
Sin embargo, observamos que la descripción superlativa con propio/a es el constituye foco de
la oración, pero no puede ser interpretado como el foco contrastivo. Como atestiguan (37) y (38),
esta incompatibilidad se da tanto en posición inicial como en su posición canónica; es decir, en
posición preverbal y pospuesto al verbo, respectivamente.
(37) #F[Los propios championes] le regalaron a Juan, no los más baratos.
(38) #Ayer mis tíos le regalaron a Juan F[los propios championes], no los más baratos.
El rechazo al foco contrastivo puede ser explicado por dos motivos. En primer lugar, como ya
adelantamos, la anteposición focal no conlleva necesariamente una lectura contrastiva (Leonetti,
2014). En esta línea, observamos que la anteposición focal del SD superlativo es siempre
incompatible con el foco contrastivo, como se ilustra en (37) y (38).
Para explicar la anteposición focal sin lectura contrastiva, recurrimos a la noción de
miratividad (ver ejemplos de (21) y (22)) (Leonetti, 2014; Bosque, 2017; Gutiérrez-Rexach y
Andueza, 2017), que alude a la reacción emocional que experimenta el hablante al introducirse
información nueva o inesperada. Esta noción se contrapone, por tanto, con la de foco contrastivo,
que, como se dijo, exige la presuposición de cierta información introducida previamente en el
discurso a ser contrastada. Por el contrario, en nuestro caso, se trata de una situación por
completo novedosa, por la cual el hablante se muestra sorprendido.
Además, cabe decir que la miratividad es una de las propiedades características de las
oraciones exclamativas. De hecho, recuérdese que la descripción superlativa con propio/a en
posición focal antepuesta da lugar a lecturas exclamativas (ver ejemplos (27) y (28)).
En segundo lugar, consideramos que el rechazo al foco contrastivo también se explica por la
naturaleza semántica de propio. Como también ya se mencionó, este adjetivo carece de contenido
léxico y contiene únicamente potencial elativo. Este potencial se vincula, a su vez, con algunas
de las propiedades prototípicas asociadas al nombre de forma imprecisa Morzicky (2016). Así,
propio/a lleva al extremo una propiedad imposible de ser contrastada, en tanto no está
explicitada, más que por expectaciones compartidas contextualmente. No en vano los ejemplos
con el SD superlativo con propio/a admiten varias paráfrasis, según qué propiedad,
contextualmente compartida, se lleve al grado extremo. Como se ilustra en (39), resulta
incongruente contrastar una propiedad particular como “ser barato” con propio, ya que propio/a
da lugar a múltiples interpretaciones.
(39) #El propio auto se compró (el ‘más lindo’/ ‘el más cómodo’ / ‘el más nuevo’, etc.), no el más barato.
En resumen, los datos muestran que este SD superlativo es el único constituyente que puede
ser focalizado en la oración, lo que permite, por un lado, descartar la lectura superlativa
comparativa y, por otro, nos lleva proponer que recibe una lectura superlativa absoluta. Si bien
Szabolcsi (1989) no establece una relación, al menos de manera explícita, entre el SD superlativo
y el foco como prueba de la lectura absoluta, parece lógico inferir que en nuestros casos la lectura
absoluta requiere el SD superlativo focalizado. Asimismo, el rechazo al foco contrastivo pone de
manifiesto su vínculo con información nueva en la oración y su naturaleza semántica imprecisa.
Una segunda prueba que nos permite mostrar que el SD superlativo no opera a nivel de
individuos sino a nivel de clase es la elipsis verbal en construcciones compuestas por dos
oraciones coordinadas. En estas construcciones, una de las oraciones contiene la descripción
superlativa y la otra elide la frase verbal (y junto con ella la descripción superlativa), como se ve
en (44).
(44) Juan se compró la propia bicicleta y Pedro también.
Observamos que ambas descripciones superlativas —la explícita y la elidida— tienen valores
diferentes. Esto es, el material elidido y la descripción superlativa no comparten la misma
referencia. Sostenemos que en oraciones con estas características solo se satisface el contenido
descriptivo de la descripción superlativa, pero no la identidad de los individuos descritos en los
eventos. Así, en (44) se entiende que Juan y Pedro deben haber comprado distintas bicicletas y
esta es otra de las evidencias que nos lleva a proponer que las descripciones superlativas
presuponen la existencia de una única entidad del orden de una clase y no del de un individuo.
Asimismo, oraciones con continuaciones como las de (45) también constituyen una prueba de
que la descripción superlativa designa una entidad del orden de una clase.
(45) Juan y María se compraron la propia bicicleta,
a. la que estaba en la tienda de la esquina.
b. #la única que estaba en la tienda de la esquina.
Como se ve, (45) es compatible solo con la primera continuación (a), en la que el determinante
retoma el contenido descriptivo de la descripción superlativa de la oración principal (la propia
bicicleta). Se interpreta que Juan y María compraron cada uno una bicicleta y ambas entidades
recogen las características prototípicas de su clase.
Por el contrario, la interpretación de (45b) es semánticamente anómala. Esto se debe a que la
presencia del adjetivo única en el SD la única que estaba en la tienda de la esquina fuerza la
lectura del SD como designador rígido. Es decir, el adjetivo obliga a que el SD establezca una
relación biunívoca entre la expresión referencial y la entidad que designa. La anomalía semántica
de (45b) se debe, pues, a que la descripción superlativa no puede ser retomada por una expresión
que refiera a una entidad concreta. Estos datos confirman, nuevamente, que la descripción
superlativa no designa un individuo.
Para especificar la lectura de tipo, nos valemos de la clasificación de Carlson y Pelletier (1995).
Entendemos que el SD superlativo designa un espécimen representativo de una clase y por ello
en (45) es posible identificar dos entidades (bicicletas), siempre y cuando ambas cumplan con la
condición de ser ejemplares prototípicos de su clase.
Al postular la lectura de individuo representativo de una clase es de esperar que el SD
superlativo pueda aparecer en oraciones episódicas; esto es, oraciones que dan lugar a eventos
únicos y finitos o a eventos o individuos plurales. Así, en (46) se interpreta que Juan experimentó
una vez una paliza, que, asimismo, es ‘la más fuerte’, ‘la más violenta’, ‘la más dolorosa’, etc.,
según el conocimiento compartido; cumpliendo así con los requisitos de ser un buen ejemplar
representativo de su clase.
(46) Me comí la propia paliza en una batalla libre.
https://twitter.com/search?1=&q=Me%20com%C3%AD%201a%20propia%20paliza%20en%20un
a%20batalla%20libre.&src=typd
Por su parte, (47) recibe una lectura habitual que supone una actividad repetida en el tiempo.
Esta repetición da lugar a la pluralidad de eventos, pero también, y consecuentemente, a la
pluralidad de individuos, dado que a cada evento de cocinar le corresponde como resultado un
individuo particular. En este caso, el resultado, la torta pascualina, se realiza como el
representante de su clase, al cual se le asocian ciertas propiedades prototípicas (‘ser rica’, ‘ser
grande’, ‘tener mucho huevo’, etc.) que son llevadas al grado extremo.
(47) La abuela se manda siempre la propia pascualina.
Otra razón que nos permite confirmar que el SD superlativo designa una entidad representativa
de su clase es su imposibilidad de combinarse con predicados de nivel individual, tales como
gustar y odiar. A diferencia de los episódicos, este tipo de predicados expresan propiedades
estables o que permanecen por períodos extensos de tiempo. Como se ve en (48a) y (48b), la
anomalía reside en que estos contextos no permiten que de la clase de entidades se extraiga un
representante, como así lo requiere propio, es decir se trata en ambos casos de una lectura de
clase cerrada.
(48) a. #Odio la propia paliza en una batalla libre.
b. #Me gusta siempre la propia pascualina.
Hasta aquí hemos reparado en el aporte que hace el determinante a la construcción superlativa
y en la interpretación de lectura de clase a la que da lugar. En lo que sigue nos detenemos en el
aporte semántico de propio/a combinado con el nombre.
En este apartado nos detenemos en algunos aspectos de la naturaleza semántica del adjetivo
propio/a que reflejan su potencial superlativo y revisamos, brevemente, el tipo de nombre con el
que se combina.
Postulamos, como ya hemos introducido a lo largo del artículo, que propio/a lleva al extremo
al menos una de las propiedades prototípicas asociadas al nombre, en tanto representante de
su clase. Dicho de otro modo, propio/a contiene un grado máximo (gmáx), tal que al menos una
de las propiedades prototípicas asociadas a la entidad x alcanza ese grado gmáx. Así, por ejemplo,
en (49) propio/a lleva al grado máximo alguna de las propiedades comúnmente asociadas al
pastel de carne: la de ‘ser el más sabroso’ o la de ‘ser el más picante’ o la de ‘ser el más grande’,
etc.
(49) Hice el propio pastel de carne y ahora me voy a hacer la propia siesta.
https://twitter.com/kimvipe/status/903313363853344768
Asimismo, vale subrayar que propio/a no precisa en particular ninguna propiedad del nombre.
Más bien, esta información está dada pragmáticamente, de acuerdo con las expectaciones
compartidas de los hablantes. Así, entendemos que propio/a se integra a la clase de los
predicados imprecisos (cfr. Morzycki, 2016), en el sentido de que la mera aproximación al
significado (en el caso del pastel de carne será ‘el más sabroso’, ‘el más picante’ o ‘el más grande’)
es suficiente a los efectos comunicativos de los hablantes. Por eso, (49) podrá recibir múltiples
interpretaciones, siempre y cuando se cumpla con la condición de que cualquiera de esas
propiedades (imprecisas), asociadas al nombre, sean prototípicamente relevantes.
Una prueba que deja ver que las propiedades asociadas al nombre deben ser prototípicamente
relevantes reside en el tipo de propiedad que se recupera mediante alguna de las paráfrasis de
propio. Como se ilustra en (50a), propiedades tales como ‘rápida’ o ‘liviana’ son caracterizadoras
de la clase bicicleta y por eso pueden constituir una posible paráfrasis. Por el contrario, otras
propiedades, que no se asocian prototípicamente a la clase de bicicleta, como el color o la
nacionalidad, no son admisibles, ya que el potencial superlativo de propio/a queda únicamente
restringido a propiedades prototípicas. Por esto, (50b) resulta, al menos, anómala.
(50) Consiguió la propia bicicleta.
a. Consiguió la más rápida/liviana.
b. #Consiguió la más azul/la más uruguaya.
Hacemos ahora algunas observaciones respecto de los nombres que se combinan con propio.
Este adjetivo, si bien no impone restricciones léxicas, selecciona en todos los casos nombres
discontinuos, como los de (1)-(4), renumerados ahora como (51)-(54).
(51) Loco, la propia campera había, y me quedé sin plata.
(52) Tengo la propia familia y los propios amigos posta me hacen feliz.
(53) Encontré los propios auriculares y todavía andan.
(54) Todos son los propios temones.
A partir de estos registros6 sugerimos que cuando propio/a selecciona nombres continuos, se
comporta como cuantificador. De hecho, es posible establecer las siguientes paráfrasis: ‘mucho
embole’, ‘muchas ganas’, ‘mucha hambre, ‘mucha tristeza’ y ‘mucha lástima’, respectivamente.
Nótese que en ninguno de estos ejemplos queda disponible la interpretación superlativa, dado
que ‘la mejor hambre’ o ‘las mejores ganas’, y así en el resto de los ejemplos, resultan com-
binaciones anómalas.
Estos datos nos llevan a postular que la descripción definida con significado superlativo solo
admite nombres continuos, mientras que con la presencia de nombres discontinuos el artículo
pierde su naturaleza referencial y junto con él, el adjetivo pasa a comportarse como un
cuantificador complejo.
En resumen, en esta sección mostramos que propio/a presenta un potencial superlativo, pero
carece de significado preciso. Así, lleva al grado extremo algunas de las propiedades
prototípicamente asociadas al nombre, siempre y cuando este sea un nombre contable. Como
vimos, propio/a también se combina con nombres no contables, en cuyo caso se convierte en un
cuantificador (junto con el artículo definido) e inhabilita su lectura superlativa.
Conclusiones
6 Los datos que evidencian la combinación de propio/a con nombres continuos fueron extraídos de Twitter
pertenece. Es decir, propio, al igual que en su sentido original, selecciona una opción por
oposición a otras de menor rango. Retomamos también la idea de “expectación compartida” al
postular que las propiedades del nombre llevadas al extremo se determinan exclusivamente a
partir del contexto conversacional y es por ello que esta construcción da lugar a múltiples
interpretaciones. Asimismo, la paráfrasis con adverbios de foco que admite el sentido enfático
está estrechamente relacionada con la focalización del SD superlativo, en particular, con la
posibilidad de anteposición focal.
Así, con este trabajo aportamos evidencia a favor de que propio, en el habla coloquial del
Uruguay, se ha recategorizado como un adjetivo superlativo. En este sentido, su comportamiento
gramatical se asemeja al de otros adjetivos (como alto, zarpado y salado) que presentan una ruta
de gramaticalización similar (Costa, Malcuori y Oggiani, 2016; Resnik 2013, 2016, 2018). Sin
embargo, se diferencia de ellos por dos motivos: es un adjetivo que carece de significado léxico y
se recategoriza como superlativo y no como elativo. Así, el análisis de este fenómeno constituye
un aporte gramatical a las distintas formas en que se pueden manifestar los significados elativos.
Referencias bibliográficas
Resumen
Oración y discurso han sido objeto de análisis desde distintas perspectivas teóricas. Del
estructuralismo en adelante, el acto individual de apropiación de la lengua manifiesto en
secuencias de enunciados en el habla, se ha convertido en el punto de inflexión entre las
representaciones formales de la lengua y la secuenciación efectiva del discurso. Sin embargo,
prácticamente todas las definiciones de oración suponen la consideración de una estructura
lineal. En el marco del Modelo Generativo, según las líneas de investigación recientes1, la F(orma)
F(onética) de las representaciones constituiría sólo un epifenómeno, y las restricciones
sintácticas dependerían del componente C(onceptual) I(ntencional), cuyas representaciones no
requieren de orden lineal. Podemos suponer que la oración ha sido considerada una estructura
lineal porque el discurso lo es a partir de las imposiciones de FF. Existen rasgos sintáctico-
semánticos que tienen correlato fonológico, como la entonación en las preguntas (totales y QU-)
y en topicalizaciones o focalizaciones, también en ciertos fenómenos relacionados con el orden,
como la posición posverbal del SUJ con verbos no finitos; otro problema a considerar es el
fenómeno de la correferencia en el caso de los relativos que no se ajustan a las condiciones de
ligamiento. Esto último nos lleva a considerar la noción de subordinación y a explorar si es
legítimo incluir en el concepto “oración” las clases establecidas de oraciones subordinadas.
Nuestra hipótesis es en realidad muy amplia y es altamente probable que no lleguemos a
conclusiones demasiado firmes. Intentaremos determinar mediante la exploración en algunas
estructuras del español si es pertinente o no afirmar que la gramática investiga oraciones o, en
cambio, parece necesario proponer una unidad más amplia que estaría más cercana a la de FF
de una expresión lingüística.
Introducción
Un problema central del análisis gramatical es definir la unidad sobre la que se opera.
Prácticamente todos los enfoques teóricos coinciden en que la unidad de análisis es la oración,
noción que se intenta diferenciar de la de discurso. Cabe destacar que etimológicamente la
palabra proviene de oratio, orationis, que en latín significaba discurso.
Los límites entre la oración y el discurso resultan muchas veces poco precisos. Los fenómenos
más relevantes que han sido abordados en el estudio de las relaciones entre la sintaxis oracional
y la discursiva incluyen principalmente las estructuras con dislocaciones o desplazamientos a
posición inicial (periferia izquierda), producto de la representación del contenido informativo,
como la tematización y la focalización respectivamente; la fuerza ilocutiva de oraciones como las
interrogativas, exclamativas e imperativas en la realización de actos de habla que adquieren
significado completo en un contexto adecuado; las relaciones paratácticas, establecidas por las
conjunciones coordinantes y la yuxtaposición, y las hipotácticas, especialmente las estructuras
que integran a las relativas explicativas y a construcciones tradicionalmente denominadas
“subordinadas adverbiales impropias” en las que el evento denotado en una oración se vincula
con el de otra en una relación de condición, causa, fin o concesión. Si bien existen abundantes
trabajos sobre estos aspectos2, en la gran mayoría de los casos se parte de supuestos relativos a
la concepción de los objetos teóricos oración y discurso, se abordan fenómenos que caerían en
el dominio de cada uno pero no se ahonda en precisiones respecto de qué alcance tendría cada
dominio.
Los principales modelos teóricos del siglo XX han propuesto delimitaciones de ambos conceptos
desde diferentes perspectivas. A partir de las formulaciones de Ferdinand de Saussure (1945), y
sus desarrollos posteriores en el marco del modelo estructuralista, la secuenciación de
enunciados materializados en el habla ha pasado a constituir el eje de la relación entre las
representaciones formales de la lengua y la secuenciación efectiva del discurso.
Con el propósito de explorar el problema comenzaremos por una revisión de los principales
conceptos que, desde los enfoques teóricos más importantes en los estudios del lenguaje, han
sido utilizados para caracterizar la noción de oración. Luego presentaremos una propuesta, aún
en exploración, que intenta ofrecer una posible solución al problema a partir de la consideración
de los postulados centrales de la Teoría de la Relevancia desarrollada a partir de las indagaciones
de Sperber y Wilson (1986).
En los estudios de lingüística española, durante la segunda mitad del siglo pasado, resurgió el
interés por abordar el concepto de oración como objeto teórico gramatical. Los trabajos de Rojo
(1978), Lope Blanch (1979) y Gutiérrez Ordóñez (1984) son ejemplos de esto y ponen de
manifiesto la preocupación y la necesidad de revisar las nociones utilizadas en la tradición
gramatical española en un nuevo intento por esclarecer un problema de larga data, en el que
abundan tanto las imprecisiones conceptuales así como las confusiones terminológicas.
El número de definiciones empleadas es más que llamativo, según Gutiérrez Ordóñez (1984:
245) hasta el momento es posible identificar más de 300 definiciones del concepto de oración 3.
Por otra parte, sumado al problema de que no hay un único concepto, existe una variedad
importante de términos utilizados para designar categorías que a veces se entienden como
2 Bosque y Gutiérrez-Rexach (2009: 11 “Sintaxis y discurso”: 675-740), ofrecen una síntesis de las prin-
cipales cuestiones que es posible considerar en la relación entre oración y discurso. Una reseña de los
conceptos más relevantes están en Escandell Vidal (2006). Por otra parte, algunos trabajos que desarrollan
el tema son Bosque y Demonte (eds.) (1999: Vol. 3, Cuarta parte “Entre la oración y el discurso”: 3507-
4302.); Pascual y Romero (2014, 2016); Rodríguez Ramalle (2014).
3 Es además interesante observar una cuestión sobre la que Gutiérrez Ordóñez llama la atención: el hecho
de que en ninguno de los casos considerados los autores se plantean si la unidad “oración” es o no necesaria
para la descripción gramatical. “¿No resulta temerario cuestionar la necesidad de la oración cuando todo
el mundo está de acuerdo en afirmar que es necesaria?” (1984: 245).
sinónimo de oración pero muchas otras veces no, tal es el caso de frase, sentencia, proposición,
cláusula, enunciado, colon, inciso, entre otros menos comunes. Además, los criterios a los que se
ha recurrido para su caracterización han sido muy variados, entre ellos se han destacado los
semánticos, lógicos, psicológicos, funcionales y formales.
Para empezar, en un muy sintético repaso de la denominada tradición gramatical, podemos notar
que la idea de “sentido completo” fue la base de la caracterización de la cláusula durante el Siglo
de Oro4,también el eje de la noción de oración en Bello (1847) y en diferentes ediciones de la
Gramática de la Real Academia Española (RAE)5. Por otro lado, la gramática de Port-Royal, que
fue de gran influencia en la Gramática de la lengua castellana publicada por la RAE en 1771,
adoptó un punto de vista lógico en la medida en que concibió a la proposición como la expresión
verbal de un juicio6; revitalizaron así el logicismo aristotélico que marcó durante siglos el análisis
gramatical, hasta llegar en ciertas oportunidades a una fuerte asimilación entre gramática y
lógica, como ocurre en el Racionalismo. En el S XIX, los lingüistas neogramáticos continuaron
en esta línea. Los conceptos más utilizados a lo largo de este decurso fueron oración, proposición7,
sentencia, incluso enunciado.
Con el desarrollo de la psicología experimental durante los últimos años del S XIX, se
empezaron a aplicar conceptos psicológicos a los estudios sobre el lenguaje, algunos lingüistas
“han ofrecido visiones psicologistas de nuestra unidad H. Paul, W. Wundt, J. Vendryes, A.
Gardiner y P. Kretschmer, entre otros. Dentro de nuestra tradición gramatical, sobresalen los
nombres de Rodolfo Lenz y de Gili Gaya”. (Gutiérrez Ordóñez, 1984: 248-249)
En el S XX, en el libro considerado fundamento de la ciencia lingüística, el Curso de Lingüística
General, Ferdinand de Saussure (1945) afirma lo siguiente:
Una teoría muy extendida pretende que las únicas unidades concretas son las oraciones: no
hablamos más que por oraciones, y luego desglosamos las palabras. Pero, en primer lugar,
¿hasta qué punto pertenece la oración a la lengua? Si es cosa exclusiva del habla, imposible
pasar por unidad lingüística. Admitamos, sin embargo, que se descarta esta dificultad. Si nos
figuramos el conjunto de oraciones capaces de ser pronunciadas, su carácter más sor-
prendente es el de no asemejarse absolutamente entre sí. A primera vista se inclina uno a
equiparar la inmensa diversidad de oraciones a la diversidad no menor de los individuos que
componen una especie zoológica; pero es una ilusión: en los animales de una misma especie
los caracteres comunes son mucho más importantes que las diferencias que los separan; en
las oraciones, al revés, lo que domina es la diversidad, y cuando queremos buscar qué es lo
que las une a través de esa diversidad, nos encontramos, sin haberlo buscado, con la palabra
y sus caracteres gramaticales, cayendo así en las mismas dificultades (125).
Aquí se podría hacer una objeción. La oración es el tipo del sintagma por excelencia. Pero la
oración pertenece al habla, no a la lengua; ¿no se sigue de aquí que el sintagma pertenece al
habla? No lo creemos así (143).
En resumen, para Saussure la oración no es una unidad gramatical en tanto es un objeto del
habla y no del sistema formal de la lengua. A pesar de esto, todas las corrientes estructuralistas
posteriores se ocuparon de la oración como unidad de análisis, con intentos (casi siempre
fallidos) de elaborar una definición, o bien sostuvieron que carece de estatuto lingüístico debido
a la falta de una caracterización formal o bien se intentó discriminar una forma ideal, que
4 No obstante, Lope Blanch (1979: 47-48) presenta datos objetivos a fin de mostrar que los primeros gra-
máticos españoles tuvieron también una concepción formal de la oración, a pesar de que comúnmente se
los considera dentro de la perspectiva semántica y logicista.
5 Cfr. en Gutiérrez Ordóñez (1984).
6 Donzé (1970: 134)
7 Respecto de la oposición entre los conceptos de oración y proposición, es posible rastrear el origen del
arraigo que tuvo en la tradición española a partir del S XIX en la obra del venezolano Andrés Bello (1847).
Más allá de las diferentes perspectivas que se presentan en cada caso y que sintetizamos
anteriormente, creemos que los principales criterios empleados se pueden subsumir en dos
enfoques esenciales: el semántico-pragmático y el estructural.
Según se expone en Pascual (2017), entre los criterios semánticos han predominado los
enfoques psicológicos, lógicos y pragmáticos, caracterizados por el hecho de apelar a conceptos
muchas veces intuitivos, ambiguos e insuficientes en la medida en que no permiten distinguir
estructuras oracionales de fragmentos discursivos ni secuencias de oraciones de una oración
independiente.
A continuación, a título ilustrativo, pondremos en consideración algunas de las definiciones
más representativas de este punto de vista:
(1) “La definición de oración no es difícil. Es la expresión lingüística de una proposición. Intervienen en
ella un sujeto del cual se afirma algo y la afirmación que se hace respecto a ese sujeto” (Sapir, 1921:
45).
(2) “Un discurso se divide intencionalmente en partes bien diferenciadas para el espíritu del que habla
(…) Esta fragmentación mental del discurso en unidades psíquicas intencionales, a las que lla-
maremos desde ahora oraciones psíquicas, tiene su expresión fonética, comprensible siempre para
el oyente, en la curva melódica del lenguaje.”(Gili Gaya, 1961:18, “Punto de vista psicológico”)
“En lógica se llama oración (o proposición) a la expresión verbal de una juicio. El juicio es la relación
entre dos conceptos: sujeto y predicado” (21, “Definición lógica”).
“El núcleo de la unidad sintáctica es, para nosotros, un verbo en forma personal. (…) Todos los
elementos, palabras, frases u oraciones enteras, que se relacionen de modo mediato o inmediato con
un verbo en forma personal, forman con él una oración.” (22-23. “Definición gramatical”)
8 Cabe señalar que también incluye el concepto de cláusula, que define como “la categoría en la que tiene
lugar las que Martinet llama ‘funciones primarias’ (sujeto, predicado, complemento directo, etc.)”, es decir,
como una construcción predicativa en el sentido tradicional de unión de sujeto y predicado. Las cláusulas
se integran en la oración, unidad que las contiene y las supera. (1978: 47)
9 Este autor distingue entre cláusula (en el mismo sentido en que Rojo habla de enunciado, es decir, como
comunicativa, es la unidad superior de la Gramática; está compuesto por dos signos interrelacionados: por
una lado, lo que denomina signo enunciativo o formulación (constituido por un significante, el contorno
melódico, y un significado, los modos enunciativos o modalidades), que es el que dota al enunciado de la
función comunicativa; por otro, el esquema sintagmático (signo articulado ordenado en secuencia, es lo que
hay de común entre los enunciados “Ha venido el tren” y “¿Ha venido el tren?”), este esquema es el dominio
propio de la sintaxis. (1984: 252-253).
(3) “La intención del hablante divide la elocución en unidades de sentido completo en sí mismas llamadas
oraciones. Tener sentido completo quiere decir que contiene una enunciación (afirmativa o negativa),
una pregunta, un deseo o un mandato.”
“(…) la oración es la unidad más pequeña de sentido completo en sí misma en que se divide el habla
real.” (Real Academia Española, 1973: 349-350).
(4) “Las ORACIONES son unidades mínimas de predicación, es decir, segmentos que ponen en relación
un sujeto con un predicado […]” (RAE y AALE, 2010: §1.7.1a)
En un somero análisis de los aspectos más relevantes que se hacen evidentes en las
definiciones expuestas precedentemente, es posible destacar en principio el hecho de que
nociones como “proposición” y “sentido completo” resultan difíciles de precisar en términos
gramaticales. En primer lugar, la proposición es una unidad de la lógica y la semántica cuyo
alcance no es siempre coincidente con el de una oración. Observemos la construcción que sigue:
(5) La subida del dólar produjo una disminución considerable del poder adquisitivo de la población.
No obstante esto, no dudaríamos en afirmar que (5) constituye una sola oración. Por otra parte,
este criterio dejaría de lado a las oraciones interrogativas totales ya que, desde el punto de vista
de la semántica formal, sólo implican proposiciones las oraciones que pueden juzgarse como
verdaderas o falsas, por lo que las interrogativas no contienen ninguna proposición en tanto y
en cuanto representan una laguna veritativa sin especificar que sólo puede ser determinada en
las respuestas potenciales.
La idea de “sentido completo” es todavía más imprecisa. Consideremos los ejemplos dados a
continuación:
(8) ¡Qué frío!
(9) Chau.
(10) ¿En serio?
(11) Salida de camiones.
Nadie negaría que cualquiera de ellos tiene sentido completo aunque no sean oraciones. En
sentido estricto, constituyen fragmentos, enunciados cuya validez depende del contexto
comunicativo. En relación con este problema, Alonso y Henríquez Ureña (1938: 10) afirman que
tener sentido completo “quiere decir declarar, desear, preguntar o mandar algo”, de este modo
queda explícita la idea de que se asimila oración a acto de habla, tal como ocurre en la definición
dada por la RAE (3) que citamos anteriormente. En definitiva, creemos que estamos en presencia
de una perspectiva pragmática que entiende la oración como una unidad de comunicación y que,
por lo tanto, parece caer fundamentalmente en el dominio del discurso.
Si consideramos los criterios estructurales que se han utilizado para abordar el concepto de
oración, podemos afirmar que se suele recurrir a nociones distribucionales, suprasegmentales
(entonación y pausa) y de autonomía gramatical. Las que siguen, son algunas de las definiciones
más relevantes de este enfoque:
(12) “Una forma máxima en cualquier manifestación es una oración… toda manifestación, por tanto,
consta de una o más oraciones.” (Bloomfield, 1926: 153-154).
(13) “Una oración es una forma gramatical que no está en construcción con ninguna otra forma
gramatical: un constituto que no es un constituyente”. (Hockett, 1958: 201).
(14) “Una oración es una unidad gramatical entre cuyas partes constitutivas pueden establecerse
limitaciones y dependencias distribucionales pero que, en sí misma, no puede incluirse, a su vez,
en ninguna clase distribucional.” (Lyons, 1968: 178).
(15) “a) En español una oración debe tener por lo menos: 1) una palabra (obligatoriamente con acento
primario); 2) una figura tonal (por definición solidaria con una juntura terminal).
b) “Una oración es una clase cuyos componentes son: 1) sintáctico, es decir, una palabra o
construcción oracionales, en solidaridad con 2) suprasintáctico (suprasegmental), es decir, una
figura tonal.” (Kovacci, 1986: 16).
En términos generales, se puede observar que suele prevalecer la idea de que una oración es
una forma lingüística independiente, una estructura máxima caracterizada por el hecho de que
posee constituyentes y que no está incluida en un constructo superior que la contenga, lo que
puede fundamentarse en la ausencia de posibilidad de sustitución de una oración por otra, como
sí ocurre con sus constituyentes. De este modo, la noción de autonomía sintáctica, en la medida
en que no hay dependencia de otro conjunto, sería un rasgo determinante en la concepción del
objeto teórico oración, junto con la figura tonal que significaría una marca de carácter estructural
en el nivel suprasegmental. Tal concepción ha sido la más representativa del distribucionalismo
norteamericano de la primera mitad del siglo pasado, aunque también es posible rastrearla en
la tradición gramatical. Si analizamos los supuestos que estas afirmaciones conllevan, podemos
notar la existencia de, al menos, dos consecuencias que se hacen claramente visibles. La primera
es que una secuencia de constructos independientes estaría constituido por diferentes unidades
oracionales, como se podría creer que ocurre en el caso que sigue:
(16) ¡Atención! ¡Cruce peligroso!
La segunda es que cualquier secuencia que estuviera marcada por una figura tonal única sería
una única oración, como se esperaría en el siguiente ejemplo:
(17) Esperá que después te cuento.
No parece fácil fundamentar con criterios gramaticales que en (16) hay dos oraciones y en (17)
sólo una. A partir de las dificultades que surgen en cuestiones como estas, Bloomfield estableció
una distinción entre “oraciones completas” y “oraciones menores”, aunque pensamos que tal
delimitación no contribuye mucho a una caracterización sustantiva del concepto gramatical de
oración.
En este marco, la noción de oración tuvo varias definiciones debido al desarrollo histórico por el
que atravesó el modelo teórico generativo a lo largo de los últimos 70 años. Las primeras
formulaciones apuntaban a concebir la oración como “Un concepto básico o ‘primitivo’ en
lingüística: “1. La categoría gramatical oración (abreviada O) que aparece invariablemente en el
punto de partida de un diagrama arbóreo. 2. Un objeto lingüístico gramatical”. (Langedoen, 1969:
155)
Esta misma idea fue también expresada en términos axiomáticos del siguiente modo:
O SN FLEX SV
Este axioma aparece en Chomsky (1957). La oración coincide con la cadena terminal de
constituyentes luego de aplicarse las transformaciones necesarias.
En Chomsky (1965) también es un axioma y se postula la existencia de dos niveles de
representación, la Estructura Profunda (EP) y la Estructura Superficial (ES), más un conjunto
de reglas de inserción de los elementos léxicos, ausentes en Chomsky (1957). EP lleva a la
interpretación semántica y ES a la fonológica, es decir, cada oración tiene dos estructuras
distintas
En las propuestas posteriores se llega al esquema Y invertida y solo se interpreta ES tanto
fonológica como semánticamente (Chomsky 1968, 1975, 1976).
Chomsky (1981) formula el modelo de Rección y Ligamiento, luego denominado Principios y
Parámetros (P&P). La novedad de este modelo es la postulación de dos niveles de interfaz, Forma
Lógica (FL) y Forma Fonética (FF), sobre los que actúan los componentes interpretativos, pero se
mantiene el supuesto de que toda oración posee dos representaciones, tal como en el ejemplo
que sigue:
En este momento de la teoría una oración es una unidad predicativa con una estructura
interna, integrada por un Sujeto y un Predicado, producto de las proyecciones máximas de las
categorías léxicas N(ombre) y V(erbo), determinada por un núcleo, la FLEX(ión). La FLEX está
constituida por un conjunto de rasgos de dos clases: verbales, T(iempo), y nominales,
Conc(ordancia). La presencia del rasgo [+T] es fundamental para distinguir una oración de algo
que no lo es, como se puede apreciar si comparemos (20), una oración, con (21), un fragmento o
una construcción que podría formar parte de otra como subordinada no finita:
(20) Conozco la verdad.
(21) Conocer la verdad.
We begin by addressing the “what” question, referring back to our cartoon diagram for
language’s three components in chapter 1. The first component, language’s “CPU,” encom-
passes the basic compositional operation, Merge. The remaining two components, interfaces
to the sensorimotor and conceptual-intentional systems, map from the structures Merge
assembles to systems of “externalization” and “internalization.” Externalization includes
morphophonology, phonetics, prosody, and all the rest involved in realizing spoken or gestured
language or the parsing of speech or signed languages.
Internalization relates hierarchical structures built by Merge to systems of reasoning, infe-
rence, planning, and the like13.
11 En este ejemplo pasamos por alto el movimiento de verbo al núcleo FLEX. Recordemos que la ES
constituye la secuencia efectiva que produce e interpreta el hablante/oyente, en ella se representa la huella
(h), resultado de la operación de movimiento, coindizada con los elementos desplazados desde su posición
original.
12 “Esta arquitectura de las computaciones, si es sostenible, parece ser la mejor posible. ES y FL ya no son
formulables como niveles, por lo tanto, desaparecen junto con la Estructura-P, y las computaciones se
reducen a un solo ciclo.” (Nuestra traducción).
13 “Comenzamos abordando la pregunta "qué", refiriéndonos al diagrama de los tres componentes del
lenguaje en cap. 1. El primer componente, la "CPU" del lenguaje, abarca la operación de composición básica,
Ensamble. Los dos componentes restantes, interfaces con los sistemas sensoriomotriz y conceptual-
intencional, se proyectan a partir de las estructuras producidas por Ensamble a sistemas de
"externalización" e "internalización". La externalización incluye morfofonología, fonética, prosodia y todo lo
demás involucrado en la realización en el habla o en lengua de señas.
La internalización relaciona las estructuras jerárquicas construidas por Ensamble con los sistemas de
razonamiento, inferencia, planificación y similares” (Nuestra traducción).
Consideremos, por ejemplo, la producción de los sonidos necesarios en el habla: los órganos
de la voz son tan exteriores a la lengua como los aparatos eléctricos que sirven para transmitir
el alfabeto Morse son ajenos a ese alfabeto; y la fonación, es decir, la ejecución de las imágenes
acústicas, no afecta en nada al sistema mismo. En esto puede la lengua compararse con una
sinfonía cuya realidad es independiente de la manera en que se ejecute; las faltas que puedan
cometer los músicos no comprometen lo más mínimo esa realidad.
A tal separación de la fonación y de la lengua se nos podrá oponer las transformaciones
fonéticas, las alteraciones de sonidos que se producen en el habla y que ejercen tan profunda
influencia en los destinos de la lengua misma. ¿Tendremos verdaderamente el derecho de
pretender que una lengua en tales circunstancias existe independientemente de esos
fenómenos? Sí, porque no alcanzan más que a la sustancia material de las palabras. Si afectan
a la lengua como sistema de signos, no es más que indirectamente, por el cambio resultante
de interpretación; pero este fenómeno nada tiene de fonético."
¿Y ahora qué?
(22) y (23) están bien formadas de acuerdo a lo que sabemos de la gramática del español pero
contienen significados obvios, es decir, pueden comprenderse pero nadie pretendería comunicar
algo mediante estas expresiones aisladas.
(24) ¿Y ahora qué?
El título de este apartado no reúne las condiciones necesarias para considerarlo una oración,
sin embargo creemos que es relativamente aceptable porque remite al discurso previo y anticipa
lo que puede seguir.
La solución más obvia parece fácil, la contextualización puede proporcionarnos las condiciones
en las que estas expresiones serían consideradas legítimas. Si seguimos esa orientación debemos
dejar de lado la pretensión de diferenciar unidades gramaticales de unidades del discurso, y este
trabajo llegaría a su fin, es más, nunca debería haber sido iniciado.
La Teoría de la Relevancia (TR), iniciada en Sperber y Wilson (1986), es una teoría pragmática
que tiene la particularidad de fundamentarse en los datos lingüísticos para obtener las
interpretaciones completas que obtienen los que comprenden expresiones lingüísticas 14. Según
esta perspectiva, tal como afirma Leonetti (1986: 1), la pragmática es el estudio de la capacidad
de combinar el conocimiento tácito de la gramática con diferentes tipos de información
contextual, “tomada de la situación de habla, del contexto lingüístico previo o del conocimiento
del mundo de los hablantes; es esta capacidad la que nos permite adaptar de forma óptima
nuestro comportamiento lingüístico a nuestros objetivos e intereses."
Para la TR, gramática y pragmática son sistemas independientes interrelacionados 15. Leonetti
(1986: 6) presenta la relación en estos términos:
Una vez establecida la orientación general que parece adecuada para plantear las relaciones
entre gramática y pragmática, hay que preguntarse cómo se articula la interacción entre
ambas. Creo que las claves para una comprensión adecuada de este punto son las siguientes:
a) Los contenidos codificados por la gramática no deben confundirse con los contenidos que
los hablantes infieren a partir de ellos y de la información contextual disponible.
b) La sintaxis expresa instrucciones para el procesamiento y la interpretación de las
secuencias, y esas instrucciones en muchos casos definen las relaciones con el contexto.
c) Los efectos pragmáticos de las construcciones gramaticales se perciben con especial claridad
cuando se observan fenómenos gramaticales opcionales.
La relación entre elementos gramaticales y contexto no es simétrica:
[...] es la gramática, por su carácter sistemático y rígido, el elemento dominante en la
interacción con el contexto: si se produce algún desajuste o alguna inadecuación, es el
contexto lo que ajustamos para adecuarnos a las instrucciones codificadas por la gramática,
y no viceversa.
¿Con qué unidades trabaja la TR? En primer lugar, la mayoría de los investigadores coinciden
en que las estructuras construidas por la gramática ingresan al procesador contextual; algunos
la denominan Forma Lógica, otros Forma Proposicional. Ejemplificamos sucintamente el
procesamiento de algunas expresiones con fragmentos de un diálogo supuesto pero posible.
Supongamos que la madre de un niño pequeño llama por teléfono al médico pediatra que
atiende al niño y le dice:
(25) Estoy preocupada, el nene tiene temperatura.
14 Se pueden encontrar desarrollos posteriores de la TR en Leonetti (2001, 2006); Leonetti y Escandell Vidal
“Mejor” es comparativo, es decir que debe relacionar dos elementos lingüísticos de similar
categoría, y en esta expresión encontramos uno solo. En este caso se percibe que la inferencia
mejor que x surge porque un elemento lingüístico requiere de otro u otros. Téngase en cuenta
que (26) está bien formado y que no se trata de un caso de elipsis o vaciado; se debe completar
la expresión con algún elemento en la posición de x (una variable) por un requisito de un
elemento lingüístico. Dicho elemento podría estar en el discurso previo, pero no necesariamente,
puede inferirse sin que haya sido mencionado.
Proponemos otra emisión posible del médico en la misma situación:
(27) ¿Si va a mejorar pronto? Sí, mañana va a estar bien.
(31)
SC1
SC2 C’
Ø C’ C
C ST
Este análisis muestra que, en forma similar a lo analizado en (26), el significado de una
expresión lingüística debe completarse para que la misma resulte aceptable y que este
completamiento se produce tomando en cuenta propiedades de elementos y estructuras
gramaticales. Además el último ejemplo plantea la necesidad de recurrir al orden de los
constituyentes y a la entonación, expresada en la FF, para explicar la estructura gramatical.
Conclusión
Dado que nuestra investigación se encuentra en una fase inicial y, por lo tanto, abierta a futuras
indagaciones teóricas y empíricas, las conclusiones a las que podemos arribar por el momento
son sólo provisorias. De lo expuesto anteriormente, podemos concluir en lo siguiente:
(a) Las definiciones de las gramáticas tradicionales son muy variadas, a veces contradictorias
y no ofrecen una conceptualización asentada en factores consistentes. Se recurre a la
estructura, a nociones lógicas, a factores fonológicos o semánticos, etc., y carecen de
unicidad de criterio. Además, muchas de ellas no son inmanentes al sistema lingüístico,
por lo que no parecen ser pertinentes para definir una unidad de la gramática.
(b) Las nociones de Saussure (1945) son insuficientes y poco aplicables, es plausible que se
deba formular un concepto más abarcador que sintagma para investigar las estructuras
de una lengua. Tampoco se pueden dejar de lado los aspectos sonoros, es decir la
estructura fonológica.
(c) Las últimas afirmaciones de Chomsky nos parecen muy limitantes para determinar una
unidad de la gramática. La unidad sobre la que operan los estudios gramaticales no tiene
el grado de abstracción propuesto en Berwick y Chomsky (2017), aparentemente un
esquema jerárquico sin orden entre los constituyentes. Una cuestión pendiente es que la
propuesta mencionada alude a Ensamble como una operación en la que el orden no
importa, pero nada se dice acerca del Ensamble Interno (antes Movimiento) que ocasiona
un reordenamiento de los constituyentes luego de la aplicación de Ensamble Externo, esto
quedará para futuras investigaciones. Además no se puede dejar de lado la Externalización,
es decir FF. Los fenómenos gramaticales se analizan por lo general sobre una secuencia
linealizada de constituyentes con forma y significado.
(d) Las propuestas de la TR nos llevan a pensar que parece posible que en el trabajo concreto
las nociones de oración, enunciado, emisión o cualesquiera otras, resulten insuficientes o
incompletas, incluso confusas. Si el significado explícito es algo más que lo codificado por
el sistema lingüístico sería necesario reformular la unidad de análisis para tener cierta
certeza de que se está explicando con algo de profundidad cómo una secuencia de sonidos
se relaciona con una estructura de significado(s).
En este marco teórico se proponen las nociones de Forma Lógica o Forma Proposicional como
dato de entrada de un sistema interpretativo que permite que el destinatario logre la
interpretación más relevante de un enunciado. Esta interpretación surge, como ya se mencionó,
de una combinación de contenidos codificados lingüísticamente e inferidos pragmáticamente
mediante procesos deductivos, procesos que tienen en cuenta los rasgos de las expresiones
lingüísticas y rasgos aportados por elementos del contexto. Se construye una representación
denominada explicatura. Por ejemplo:
(33) Lo resolvió así, parece adecuado.
(33) contiene elementos no explícitos, variables sin contenido fonético: el SUJETO (función
gramatical) y Agente (papel temático) de ambos verbos, “resolvió” y “parece”; las referencias de
"lo" y "así"; y el complemento requerido por "adecuado".
Todos los elementos mencionados son variables que se deben inferir del contexto de la emisión,
inferencias controladas por el material lingüístico; es decir que se interpreta una estructura
como (34):
(34) a lo(b) resolvió así(c), d parece adecuado (para e).
(34) es la explicatura16de (33) y las letras en cursiva representan las variables que deben
saturarse para acceder a lo que la gramática tradicional denomina “sentido completo”, que, en
términos más formales, sería el significado explícito.
En definitiva, pensamos que un concepto plausible de unidad de análisis para un abordaje
gramatical debería ser similar a la noción de explicatura de la TR. Si bien esto parece un tanto
problemático por los muchos factores que se deberían considerar, creemos que podría ser una
orientación válida para futuras investigaciones, siempre que se tenga en cuenta como principio
rector la idea ya citada de Leonetti (1986:6) respecto a que la gramáticaes un conjunto de
instrucciones, sistemático y rígido, que domina la interacción con el contexto, ante una
inadecuación, lo que se ajusta es el contexto.
Referencias bibliográficas
16Setrata de una versión simplificada de la explicatura, faltaría considerar factores como la modalidad, la
entonación, etc.
Resumen
El presente trabajo parte del análisis de diversos neologismos semánticos, cuyo sentido neológico
corresponde a nombres abstractos temporales. Para ello se analizará la estructura semántica de
estos nombres, en particular el nivel de la estructura eventiva, tanto en su sentido establecido
como en su sentido neológico, desde la perspectiva del Léxico Generativo (Pustejovsky, 1995;
Busa, 1996). En trabajos anteriores se ha focalizado en el estudio de la estructura de qualia
(Adelstein y Straccia, 2014; Adelstein y Straccia, 2016) y de la estructura argumental (Straccia,
2016). Sin embargo, la estructura eventiva no ha sido aún muy analizada. En estudios recientes
(Adelstein y Straccia, 2017; Adelstein y Straccia, en prensa) se ha comenzado a estudiar con
mayor profundidad las modificaciones que se producen en relación con esta estructura. Trabajos
previos (Batiukova, 2006; García Fernández, 2004) han descrito, desde el modelo del Léxico
Generativo, los diversos tipos de eventos existentes (estado, proceso y transición). Se analizarán
aquí los tipos de evento que se observan en los distintos sentidos de los nombres analizados y el
modo en que se reflejan los aspectos cualitativos y cuantitativos de estos eventos en la estructura
eventiva. Se analizará, así, la estructura eventiva de nombres que, en su sentido neológico, se
pueden clasificar como nombres temporales (García Meseguer, 2007), como carpa, tijeretazo y
clonación. Se propone estudiar los cambios que se producen, al resemantizarse, en la estructura
eventiva de este tipo de nombres, siguiendo el modelo propuesto por el Léxico Generativo. De
este modo se busca aportar al análisis de los nombres temporales y, en particular, de la
estructura eventiva de dichos nombres.
Introducción
Los nombres temporales son una subclase de los nombres abstractos, y se pueden definir como
aquellos que designan eventos, sucesos instantáneos o periodos de tiempo. De acuerdo con
García Meseguer (2007), los nombres temporales son aquellos que pueden ser sujetos del verbo
tener lugar o aceptan la preposición durante. De acuerdo con su comportamiento, se pueden
subdividir en nombres eventivos, resultativos y durativos. Los nombres eventivos designan
eventos que tienen cierta duración y se definen como aquellos que pueden ser sujetos del verbo
tener lugar y además aceptan la preposición durante, como batalla y desfile. Los nombres
resultativos designan sucesos instantáneos, sin duración, y se definen como aquellos que
pueden ser sujetos del verbo tener lugar y además rechazan la preposición durante, como
asesinato y choque. Finalmente, los nombres durativos designan períodos de tiempo y se definen
como aquellos que aceptan la preposición durante y rechazan ser sujetos del verbo tener lugar,
como trayecto y embarazo. De modo similar, en Resnik (2010) se indican como propiedades de
los sustantivos eventivos “el que puedan ser sujeto de verbos del tipo tener lugar o de otros que
se refieren a límites del evento (empezar, durar, concluir, etc.) y objeto del verbo presenciar, tal
como sugiere Brucart” (apud Bosque, 1999a: 51).
Entre los nombres abstractos se incluyen, además de los nombres temporales, los nombres
que permiten designar conceptos que se encuentran fuera de lugar y tiempo. Así, Lyons (1977),
por ejemplo, distingue los nombres que designan entidades de segundo orden (eventos, procesos,
circunstancias, ubicados en el tiempo) de los que designan las entidades de tercer orden (como
conceptos, proposiciones e ideas, que poseen un nivel mayor de abstracción, debido a que están
fuera de lugar y tiempo), frente a los nombres relativos a las entidades de primer orden, que
corresponden a la designación de objetos concretos. Basado en el “sentido común” de Lyons
acerca de las entidades que se clasifican en entidades de primero, segundo y tercer orden,
Schmid (2000) argumenta que hay diversos grados de abstracción. En primer lugar, se observan
los nombres tradicionalmente considerados como entidades concretas que se encuentran
físicamente en el espacio, y que suelen tener propiedades conceptuales constantes. Incluye
animales, personas y otros organismos u objetos materiales. Los sustantivos de segundo y tercer
orden se suelen incluir dentro de la categoría de “nombres abstractos”, aunque afirma que las
entidades de tercer orden poseen un mayor nivel de abstracción, en la medida en que son ideas
que están fuera de lugar y tiempo.
Se analizarán diversos nombres que en su sentido neológico se interpretan como nombres
temporales (García Meseguer, 2007), con el propósito de analizar el modo en que se modifica la
estructura eventiva de estos nombres y observar además cómo se infraespecifica la información
en el nivel de la estructura eventiva.
En el Léxico Generativo (Pustejovsky, 1995) se plantea que todo ítem léxico posee cuatro niveles
de representación semántica: una estructura de qualia, una estructura de herencia léxica, una
estructura argumental y una estructura eventiva. En la estructura de qualia se representan los
ítems de acuerdo con cuatro aspectos de la palabra: quale formal (que permite distinguir un
objeto en un dominio más amplio), quale constitutivo (que establece la relación entre una entidad
y sus partes, e incluye datos relativos al material, el peso, las partes y los elementos cons-
tituyentes), quale agentivo (que señala los factores involucrados en su origen) y quale télico (que
especifica la función). En la estructura argumental, por su parte, se especifican los argumentos
que participan en él y el modo en que se realizan sintácticamente. Finalmente, en la estructura
eventiva se identifican los eventos asociados al ítem léxico. Esta estructura eventiva contiene
información referente al tiempo, el espacio y la causación y define el tipo de evento denotado por
un predicado o un sintagma, así como su estructura subeventiva.
En relación con los tipos de eventos, la clasificación más influyente es la de Vendler (1957),
que se basa en tres oposiciones aspectuales, que permiten definir cada tipo como un complejo
de rasgos: la dinamicidad, la puntualidad y la telicidad. De este modo, postula cuatro tipos de
eventos: estados (evento no dinámico, como saber, conocer, querer), actividades (evento dinámico
que progresa en el tiempo, como comer, leer, nadar), realizaciones (evento dinámico delimitado,
como correr una carrera, escribir una carta, construir) y logros (evento dinámico delimitado, de
duración muy breve, sin fases y que culmina en un punto, como reconocer, llegar, florecer),
caracterizados del siguiente modo:
Estados
Actividades
Realizaciones
Logros
Cuadro 1. Clasificación de eventos (Vendler, 1957)
Pustejovsky (1991) propone que los distintos tipos de eventos denotados por los predicados no
son entidades indescomponibles, sino que están compuestos de varios subeventos que pueden
ser de naturaleza distinta. Según este autor, la clasificación de Vendler puede ser traducida a la
teoría de la estructura subeventiva en tres categorías: estados (compuestos por un único evento),
procesos (una serie de eventos que identifican la misma expresión semántica) y transiciones
(eventos complejos formados por un proceso que produce un estado). De este modo, subsume
en las transiciones lo que Vendler dividía como realizaciones y logros.
Esta clasificación es retomada y criticada en Batiukova (2006), quien propone ocho clases de
estructuras eventivas: a) estado (evento simple, con duración y sin fases, como tener); b) proceso
1 (P1) (secuencia de eventos idénticos, no delimitado, con duración y fases; como nadar); c)
transición 1 (T1) (proceso o actividad que desemboca en un punto seguido de un cambio de
estado; p. ej., leerse un libro); d) logro 1 (L1) (evento delimitado, transición instantánea de un
estado a otro; como explotar); e) logro 2 (L2) (evento delimitado que culmina en un punto -la fase
inicial- y va seguido de un estado; como sentarse); f) logro 3 (L3) (evento delimitado que culmina
en un punto -la fase inicial- y va seguido de un proceso; p. ej., [empezar a] florecer); g) transición
2 (T2) (evento delimitado, que implica una transición entre dos puntos de culminación; tanto el
subevento inicial como el final pueden a su vez descomponerse en dos fases; como subir) y h)
proceso 2 (P2) (evento incrementativo o de acabamiento gradual; como engordar).
P1 L2
e e1 en
L1 E
L1 L2 L3
¬E E L1 E L1 P1
T2 P2
L3 L2 P1 (L2)
L1 (P1) L1 (E)
La clasificación es relativamente fija, aunque los eventos complejos están constituidos por
bloques más pequeños que en ocasiones se solapan. Estos ocho tipos eventivos pretenden ser
una clasificación exhaustiva (o casi exhaustiva) para el español.
En Jezek y Pustejovsky (2017) los autores retoman la clasificación entre estados, procesos y
transiciones observada en Pustejovsky (1991), pero subdividen las transiciones según se trate
de procesos que producen un estado (Transitionacc) o de estados que dan lugar a otro estado
(Transitionach).
Volviendo a la noción de la estructura eventiva de Pustejovsky (1995), las relaciones entre el
evento complejo y sus subeventos se pueden caracterizar en términos de orden parcial (≤), orden
parcial estricto (<), solapamiento (°) e inclusión (⊆). Estos operadores aspectuales permiten
focalizar una fase de un evento excluyendo o incluyendo otras. Un evento como “construir”, por
ejemplo, se caracteriza como un lexema que se puede descomponer en dos eventos: el primero
corresponde a un proceso y el segundo a un estado, y entre ambos subeventos se observa un
orden parcial estricto: el proceso debe ser anterior al estado.
En Jezek y Pustejovsky (2017) se propone una estructura eventiva dinámica, lo que implica
comprender la interacción entre la estructura eventiva y la estructura argumental, para
especificar el modo en que cambia el valor sobre las propiedades de los participantes en cada
estado intermedio durante el evento.
En trabajos previos hemos analizado los nombres neológicos abstractos, y hemos focalizado el
estudio en las estructuras de qualia (Adelstein y Straccia 2014, Adelstein y Straccia 2016) y en
la estructura argumental (Straccia 2017). En estudios recientes (Adelstein y Straccia 2017,
Adelstein y Straccia 2016) se ha comenzado a estudiar con mayor profundidad las modificaciones
que se producen en la estructura eventiva de los nombres al resemantizarse, en particular en
relación con el aspecto cuantitativo del ítem léxico. Allí, se ha observado que los nombres
analizados en ocasiones mantienen las mismas características en cuanto al aspecto cuantitativo
en la estructura eventiva (como sucede en cañonazo, que tanto su sentido establecido —“disparo
hecho con un cañon”— como su resemantización —“acción y efecto de descargar”— se puede
caracterizar como un evento puntual). Otros nombres, en cambio, modifican el aspecto
cuantitativo del ítem léxico al resemantizarse, como se observa en cachetazo, que pasa de ser un
evento puntual en su sentido establecido (“golpe dado en el cachete”) a ser un evento que se
prolonga en el tiempo en su sentido neológico (“hecho que conmueve”). En Adelstein y Straccia
(en prensa) se profundiza el análisis de esta estructura, a partir de la propuesta de Batiukova
(2006) acerca de los tipos de eventos, en nombres que corresponden al tipo Transiciones 1 y
Logros 1. Se ha observado allí que muchos de los nombres temporales poseen, en su sentido
establecido, una polisemia entre ACCIÓN y RESULTADO. Al resemantizarse, algunos de ellos
mantienen dicha polisemia (como sucede en maquillaje y blindaje) mientras que otros solo
presentan la lectura de RESULTADO. En estos nombres, como consecuencia de ello, se modifica el
tipo de evento y pasan a ser Estados (como sucede en anclaje, resemantizado con el sentido de
“efecto de fijar(se) algo en algo”).
Corpus y metodología
El trabajo se inscribe dentro de una investigación más amplia sobre los nombres abstractos, que
parte de la conformación de un corpus de textos correspondientes a noticias de los tres diarios
de mayor circulación de la Argentina (Clarín, La Nación y Página 12) de las secciones
pertenecientes al ámbito de la política y la economía. Una vez conformado el corpus textual, se
estableció, a partir de su lectura, un corpus de datos integrado por nombres abstractos
neológicos, integrado por un total de 256 neologismos nominales. La metodología para la parte
aplicada de detección de neologismos en la prensa sigue los lineamientos generales adoptados
por los observatorios de neología, que consisten en el vaciado de textos escritos, la contrastación
con un corpus de diccionarios y su posterior registro. En cuanto a la determinación del carácter
neológico, hemos seguido el criterio lexicográfico, tomando como corpus de exclusión
diccionarios del español general y del español de la Argentina de reciente publicación 2.
2 El corpus de exclusión está constituido por los siguientes diccionarios: Real Academia Española (2003)
Diccionario de la lengua española. 22ª edición. Disponible en [www.rae.es]; Battaner, P. (dir.) (2003)
Diccionario de uso del español de América y España. Barcelona: VOX; Haensch, G. & Werner, R. (dirs.)
(2001) Diccionario del español de la Argentina. Madrid: Gredos; Plager, F. (coord.) (2009) Diccionario integral
del español de la Argentina [DIEA]. Buenos Aires: Tinta Fresca.
El corpus de nombres que conforman la investigación más amplia se puede subdividir en dos
grupos: nombres cuyo sentido neológico corresponde a nombres abstractos temporales y
nombres cuyo sentido neológico corresponde a nombres abstractos mentales. Para la presente
investigación seleccionamos un grupo de nombres correspondientes al primer grupo (nombres
temporales) y ampliamos el corpus textual con textos de diferentes fuentes de la prensa escrita
en español posteriores a 2009. El corpus final analizado en el presente trabajo corresponde a los
siguientes 26 nombres: abrazo, anclaje 2, anclaje 3, balazo, blanqueo, blindaje, bocinazo, burbuja,
cachetazo, calesita, cañonazo, carpa, coletazo, corralito, diluvio, drenaje, latigazo, lavado,
maquillaje, pedaleo, reciclaje, rueda, tijeretazo, tormenta, tsunami y vendaval.
Finalmente, una vez conformado el corpus de nombres temporales, se ha accedido a un corpus
monitor, con diversas notas periodísticas, y se han seleccionado nuevos contextos de usos, con
el objetivo de profundizar sobre diversos aspectos del sentido neológico. Mediante la lectura de
nuevos contextos, se ha buscado constatar los sentidos neológicos, su frecuencia de uso y el rol
que desempeña el contexto en la interpretación del sentido neológico. Para la detección de los
distintos sentidos, tanto establecidos como neológicos, se observa la presencia de índices de
generación de sentido (IGS), caracterizados en Adelstein y Berri (2014) como aquellas piezas
léxicas o elementos léxico-gramaticales que operan mecanismos generativos dando lugar a una
determinada lectura del ítem léxico.3
Si bien desde el Léxico Generativo se postula que cada ítem léxico posee una estructura
semántica infraespecificada, debido a que el presente trabajo se propone analizar las
resemantizaciones que poseen los ítems léxicos y, en particular, el modo en que se especifica la
estructura eventiva en cada uno de sus sentidos, no se presenta una única estructura semántica
infraespecificada para cada palabras sino que se expone el modo en que la estructura semántica
se especifica en su sentido establecido y en su sentido neológico, con el objetivo de analizar
contrastivamente las diferencias entre ambas estructuras semánticas y observar las diferencias
entre ellas.
Análisis
3 Los mecanismos generativos propuestos en este modelo son la selección pura (que opera cuando el tipo
requerido por el predicado es directamente satisfecho por su argumento), la acomodación (cuando los
rasgos del argumento no concuerdan plenamente con los del predicado pero lo hacen de manera
subsidiaria, debido a que el argumento es un hipónimo del tipo seleccionado por el predicado) y la coerción
de tipo (que opera cuando el argumento no concuerda con el tipo requerido por el predicado y se activa sólo
cuando la estructura semántica infraespecificada contiene información que permite reinterpretarla tal como
lo exige el predicado, lo que da lugar a la introducción, si el predicado impone un tipo específico al
complemento, o a la explotación, cuando el predicado “explota” una de las posibilidades contenidas en el
argumento.
4 El dotted type (o tipo complejo) hace referencia a que un ítem léxico une en su estructura de qualia dos
tipos simples relacionados de una manera específica. El ejemplo clásico “libro” une a través de la relación
“contener” los tipos contradictorios de objeto físico e información. En el presente trabajo se observa si el
sentido neológico de los nombres analizados se puede caracterizar como dotted type, al unir los tipos ACCIÓN
• RESULTADO en su estructura de qualia.
analizados, al igual que en sus sentidos establecidos, presentan el tipo complejo de ACCIÓN •
RESULTADO. Los datos del análisis fueron agrupados en función de si los sentidos neológicos
mantienen o no la estructura eventiva del sentido establecido, con el objetivo de analizar, por
una parte, qué modificaciones conlleva el cambio de sentido de estos nombres en su estructura
semántica y, en particular, en la estructura eventiva, y, por otra, analizar la infraespecificación
propuesta en el modelo del Léxico Generativo en el nivel de la estructura eventiva.
De este modo, hemos observado cuatro grupos claramente diferenciados: 1) nombres que al
resemantizarse mantienen la estructura eventiva; 2) nombres que al resemantizarse presentan
solo uno de los subeventos del sentido establecido; 3) nombres que modifican el tipo de evento,
y 4) nombres que incorporan un evento, no presente en el sentido establecido.
Los nombres cuyos sentidos neológicos presentan la misma estructura eventiva que poseen en
los sentidos establecidos son abrazo (resemantizado con el sentido de “manifestación que
consiste en rodear con los brazos un lugar para protestar”), anclaje (como “medida económica
que consiste en fijar el tipo de cambio”), blindaje (con los sentidos de “acción y efecto de proteger
algo” y “medida económica para proteger el dinero”), bocinazo (“manifestación que consiste en
tocar la bocina”), cañonazo (“acción y efecto de descargar”), drenaje (“pérdida incontrolable de
algo”), latigazo (“acción y efecto de descargar”),maquillaje (“acción y efecto de disimular un hecho
y mejorar la apariencia de una situación”), pedaleo (“proceso financiero que consiste en invertir
la plata en un instrumento financiero”), reciclaje (“acción y efecto de someter a algo a una
renovación”), diluvio, tormenta, tsunami y vendaval (con los sentidos de “suceso que causa
destrucciones o grandes males”).
En su sentido establecido se trata de nombres que corresponden a distintos tipos de eventos,
y que al resemantizarse mantienen el mismo tipo de evento del sentido no neológico.
Encontramos eventos que se pueden caracterizar, en términos de De Miguel (apud Batiukova,
2006), como Transiciones 1, es decir, actividades que desembocan en un cambio de estado (como
se puede observar en nombres como abrazo, anclaje, blindaje, bocinazo, drenaje, maquillaje,
pedaleo y reciclaje), como Logro 1, es decir, transiciones instantáneas de un estado a otro (como
sucede en balazo, bombazo, cañonazo y latigazo) o como Proceso 1, es decir, secuencia de eventos
idénticos, con duración y no delimitado (diluvio, tormenta, tsunami y vendaval).
Estos nombres presentan tanto en los sentidos establecidos como neológicos el tipo complejo
ACCIÓN • RESULTADO. Como se puede observar, la presencia de diversos elementos léxicos permite
la lectura de una u otra faceta. De este modo, por ejemplo, que la coordinación con otros nombres
concretos habilita la lectura de RESULTADO, como en (2), mientras que la coaparición con verbos
como comenzar, como en (4), habilita la lectura de ACCIÓN:
(2) Pablo Moyano: "Si la CGT acepta un bonito o maquillaje, no tiene sentido seguir en ese espacio". (La
Nación, 09/10/2016).
(3) Será ese detalle del que siempre se acordará alguien en una reunión en la que se hable de la
movilización de este año, en un aniversario que comenzó con el latigazo que fue, especialmente para
los familiares de los desaparecidos, la imagen de Macri y de un presidente de Estados Unidos
internándose en el Parque de la Memoria. (Página 12, 26/3/2016).
maquillaje (Transiciones 1)
Sentido establecido Sentido neológico
EE: E1<E2 EE: E1<E2
E1= e1: proceso (maquillar: núcleo: e1) E1= e1: proceso (maquillar: núcleo: e1)
e2: estado (maquillar_estado: núcleo: e2) e2: estado (maquillar_estado: núcleo: e2)
E2= e3: estado (proteger) E2= e3: estado (proteger)
Figura 2
Los nombres que son Transiciones 1 y Procesos 1 se pueden caracterizar como durativos, en
cuanto a su aspectualidad cuantitativa. En el caso de los nombres que son Logros 1 (balazo,
bombazo, cañonazo y latigazo), se trata de eventos puntuales. Esta aspectualidad se mantiene
en el sentido neológico de estos nombres, tanto en lo que se refiere respecto de los nombres
durativos como de los puntuales. De este modo, los nombres que poseen un aspecto cuantitativo
durativo aceptan al resemantizarse la construcción con durante (ejemplos (4) y (5)) y otro tipo de
construcciones temporales que aluden a la extensión del intervalo en que el evento ocurre, como
adverbios u otros complementos que hacen referencia a la duración del evento (como en (6) y
(7)), lo que no es posible en los nombres puntuales:
(4) La presidenta estatal del DIF, Leticia Yunes, señaló que solicitará que durante el blindaje electoral no
le prohíban ejecutar el programa que ella creó por iniciativa propia. (ACP, 27/01/2018).
(5) Al mismo tiempo, dijo que durante la tormenta "no nos quedamos llorando" y cuestionó a quienes
desde la oposición lanzaron críticas contra la reforma militar anunciada días atrás: "Me sorprende, sus
candidatos proponían lo mismo". (El Día, 30/07/2018).
(6) Estamos en medio de una tormenta y el candidato que busca cambiar de trabajo hace una pausa, lo
mismo que las empresas que pensaban contratar. (La Nación, 02/09/2018).
(7) El reciclaje político en los últimos 20 años de poder político. (Manuel Dorville, 12/05/2017).
Se observa, por lo tanto, que estos nombres mantienen tanto el dotted type ACCIÓN • RESULTADO
como la estructura eventiva (y, en consecuencia, la misma aspectualidad cuantitativa) que
presentan en su sentido establecido.
(11) La campaña de Guillier recibió un cachetazo a comienzos de semana, en el último debate televisado,
cuando Piñera hizo gala de sus 30 años de experiencia política, su buen manejo del relato económico
que ha armado la derecha en base a mucha posverdad y anuncios catastróficos, lo que le valió
mostrar una impronta más convincente por más que el fondo de su discurso fuera absolutamente
refutable y exacerbado. (Página 12, 17/12/2017).
(12) Troglio recibió un nuevo cachetazo: ahora lo criticó el ministro de Economía (Clarín, 13/03/2008)
cachetazo
Sentido establecido: EE (L1) Sentido neológico: EE (E)
E1= e1: proceso (golpear: núcleo: e1) EE: E1= e1= estado (impacto núcleo: e1)
e2: estado (impactar: núcleo: e2)
E2= e3: estado (lastimar)
Figura 4
Un segundo grupo de nombres, de este modo, está constituido por aquellos que resemantizan
solo parte del tipo complejo, el sentido que hace al RESULTADO. Como consecuencia de ello, en su
sentido neológico modifican parte de la estructura subeventiva y pasan a ser, todos ellos,
nombres durativos.
Un tercer grupo de nombres está constituido por aquellos que modifican el tipo de evento al
resemantizarse. Como se puede observar, nombres como tijeretazo (cuyo sentido establecido,
“corte hecho de un golpe con las tijeras”, se resemantiza como “medida económica que consiste
en un recorte de dinero”), lavado y blanqueo (cuyos sentidos establecidos, “acción y efecto de
limpiar algo con agua u otro líquido” y “acción y efecto de poner blanco algo” se resemantizan
con el sentido de “operación que consiste en hacer que los activos obtenidos a través de
actividades ilícitas aparezcan como el fruto de actividades lícitas”) corresponden en su sentido
establecido a eventos de tipo Logro 1 (transición instantánea de un estado a otro), en el caso de
En cambio, en el sentido neológico (es decir, blanqueo y lavado como operaciones económicas)
se trata de Transiciones, no de procesos incrementativos, por lo que no pueden ocurrir de modo
gradual. Si bien se observan contextos en los que estos nombres aparecen con construcciones
que hacen referencia a la gradualidad (ejemplo (17)), el blanqueo de cada una de las partes se
realiza de modo no incrementativo:
(17) Por su parte, educadores santiagueños se movilizarán hoy en la capital provincial para reclamar un
aumento salarial, “blanqueo” gradual de los montos no remunerativos. (La Nación, 14/02/2014).
De este modo, mientras que en los nombres del grupo anterior (tijeretazo, cachetazo y anclaje)
el evento del sentido neológico correspondía a uno de los subeventos del sentido establecido (el
Estado, que constituye uno de los subeventos de las Transiciones 1 y Logros 1), en este grupo
de nombres el tipo de evento del sentido neológico (Transiciones 1) no se encuentra como
subevento de la estructura eventiva del sentido establecido (Logros 1 y Procesos 2), como se
puede observar en el Cuadro 3:
L1 P2
¬E E P1 (L2)
(18) Ese monto fue declarado ante la AFIP durante el blanqueo de capitales promovido por el gobierno de
su propio hermano, ocho meses después de la difusión de los Panamá Papers, donde se comprobó
que tanto él como su hermano Mariano Macri eran los dueños de la offshore creada por la investigada
Mossack Fonseca. (Página 12, 20/06/2018).
(19) El lavado de dinero duró desde 2005 a 2011 y marcó el primer caso en EEUU que vinculó el fraude
organizado de Medicare en el sur de Florida con el Banco Nacional de Cuba. (Martí Noticias,
23/03/2017).
(20) Air Europa ha vendido 200.000 reservas durante el tijeretazo y acusa a Iberia de rozar la ilegalidad
(hostelsur, 05/10/2004).
Se observa que estos nombres, al resemantizarse, modifican el tipo de evento, al pasar a ser
de tipo Transición 1. Esto se relaciona con las modificaciones que se producen en la estructura
argumentativa del sentido neológico, al incorporar argumentos de tipo abstracto.
En la estructura eventiva del sentido establecido de estos nombres se representa el evento del
quale télico (por ejemplo, girar, en el caso de calesita; alojarse, en el caso de carpa). Al
resemantizarse como nombres temporales, estos nombres pasan a ser nombres eventivos, lo que
se refleja tanto en el quale formal de la estructura de qualia como en la estructura eventiva:
Al resemantizarse como nombres temporales, todos ellos pasan a especificar el tipo de evento
como Transición 1, es decir, se trata de eventos delimitados, con duración, que culminan en la
fase final. En (25)-(28) se puede observar que estos nombres participan en contextos propios de
los nombres temporales; así, por ejemplo, aceptan la preposición durante, característica propia
de los nombres eventivos, de acuerdo con García Meseguer (2007):
(25) El sindicalista recordó que “ni siquiera” durante la Carpa Blanca docente instalada en abril de 1997
hubo una represión de estas características” (BingBangNews, 10/04/2017)
(26) ¿Alguien recuerda cómo durante el corralito muchos ciudadanos pudieron defender sus ahorros? (La
Nación, 18/04/2013).
(27) Del mismo modo, el valor de la firma ganadora, que se veía risiblemente elevada durante la burbuja,
más tarde se verá razonable. (La Nación, 8/12/2013)
(28) Asimismo se comentó —durante la rueda de Chicago— que Egipto podría comprar más trigo
norteamericano. (La Nación, 04/10/2001)
Este grupo, por lo tanto, está constituido por nombres que en su sentido establecido son de
tipo concreto y que, al resemantizarse y pasar a ser nombres temporales, incorporan un nuevo
evento en su estructura semántica.
Discusión
Procesos 2. Al resemantizarse, todos ellos pasan a ser de tipo Transición 1. En estos casos, se
puede observar que el cambio en la estructura eventiva se relaciona con los argumentos
involucrados. Mientras que en el sentido no neológico los argumentos involucrados son de tipo
concreto, al modificar su sentido se incorporan argumentos de tipo abstracto. Como señalan
Jezek y Pustejovsky (2017), la estructura eventiva se caracteriza por su dinamismo, que se debe
a la interrelación de esta estructura con las restantes, en particular con la estructura
argumental. De este modo, la incorporación de un argumento abstracto en lavado produce que
el proceso no sea incrementativo, tal como se caracterizan los Procesos 2, sino que sea una
Transición. Lo mismo sucede con tijeretazo, que al resemantizarse modifica sus argumentos (el
instrumento del sentido establecido, la tijera, pasa a ser una medida económica, mientras que
lo recortado pasa a ser un recurso económico) y, como consecuencia de ello, se modifica su
aspecto cualitativo, ya que deja de ser un evento puntual para pasar a ser durativo.
Finalmente, un último grupo involucra a aquellos nombres que en su sentido establecido son
concretos. En estos casos, mientras que en el sentido establecido la estructura eventiva se
vincula con el evento que aparece en el quale agentivo o en el quale télico, al resemantizarse
como nombres eventivos estos nombres incorporan un nuevo evento, ya no vinculado con los
qualia agentivo o télico sino relacionado con el quale formal.
Conclusión
En el presente trabajo hemos podido observar el modo en que se especifica la estructura eventiva
de diversos nombres al resemantizarse como nombres temporales. Al respecto, hemos observado
diversos comportamientos: i) algunos nombres mantienen el mismo tipo de evento (por lo que su
estructura eventiva se mantiene igual al especificarse en su sentido establecido o en su sentido
neológico); ii) otros nombres al resemantizarse focalizan una de las fases del evento presente en
el sentido establecido; iii) otros nombres, en cambio, modifican el tipo de evento que se observa
en la estructura semántica del sentido establecido; y, finalmente, iv) un último grupo de
nombres, no eventivos en su sentido establecido pero resemantizados como tales, incorporan un
nuevo evento en su estructura semántica.
Este análisis nos permite reflexionar acerca de una de las propiedades propuestas en el Léxico
Generativo, la infraespecificación. Si bien esta propiedad suele señalarse solo respecto de la
estructura de qualia, es esperable que esta sea una característica de las diversas estructuras de
la estructura semántica, ya que es precisamente esta falta de especificación de los ítems léxicos
lo que permite explicar la resemantización de los nombres, debido a que los valores de cada nivel
se generan y especifican en contexto de modo diverso, lo que da lugar a la polisemia. En relación
con la estructura eventiva, en este trabajo se ha observado que en algunos nombres (grupos 1 y
2) es posible postular una estructura eventiva infraespecificada que o bien se especifica del
mismo modo en los diversos sentidos del nombre (grupo 1) o bien se focaliza en uno de los
subeventos en el sentido neológico (grupo 2). En cambio, para los grupos 3 y 4 es preciso postular
o bien estructuras eventivas con un mayor nivel de infraespecificación, que permitan explicar el
cambio de un tipo de evento a otro al resemantizarse (grupo 3), o bien la existencia de entradas
léxicas independientes para ambos sentidos.
Estas conclusiones podrán ser contrastadas a través del análisis de un corpus mayor, que
permita analizar con mayor profundidad la resemantización de este tipo de nombres.
El análisis de un corpus más extenso permitirá observar, además, por una parte, si
determinados tipos de eventos (es decir, Procesos 1, Procesos 2, Transiciones 1, Logros, entre
otros) permiten prever, al resemantizarse el nombre, tipos de cambio específicos en la estructura
eventiva. Por otra parte, se podrá profundizar acerca de la relación de la estructura eventiva con
las otras estructuras de la estructura semántica, ya que estas no constituyen niveles aislados:
así, por ejemplo, la estructura eventiva y la estructura argumental interaccionan en el sentido
de que los subeventos de la estructura eventiva se encuentran identificados por los argumentos
de la estructura argumental, y la estructura eventiva y la estructura de qualia interaccionan
debido a que determinados tipos eventivos y sus partes (subeventos) están relacionados con
determinados roles de la estructura de qualia.
Referencias bibliográficas
Resumen
En el presente trabajo buscamos analizar e interpretar la concepción del lenguaje que guio la
labor filológica de Vicente Fidel López (1815-1903); específicamente, nos proponemos indagar
acerca del modo de apropiación que este intelectual argentino —considerado uno de los “hijos
de Mayo” (Rosenblat, 1960; Piccirilli, 1972; Lettieri, 1995; Auza, 2003-2004) o miembro de “la
generación del 42” (Arnoux, 2008)— efectuó sobre los postulados de base de la lingüística
histórico-comparativa del siglo XIX. Para ello, seleccionadas desde el punto de vista
historiográfico (Koerner, 1999; Auroux, 2006), según un criterio cronológico y temático
(Swiggers, 2009), recogemos una serie de cuatro intervenciones (1868, 1871a/b, 1880, 1896)
que, a nuestro entender, permiten representar la visión del lenguaje de López y el tipo de política
lingüística (Di Tullio, 2003, 2009) que este intelectual se propuso practicar sobre el imaginario
cultural de la época. Según interpretamos, el objetivo (civil y político) de López era velar por el
hallazgo, el establecimiento y la consolidación de una tradición cultural en relación con la
identidad de la nación argentina, en particular, y de los pueblos originarios de la región, en
general. De la lingüística hegemónica de la que este intelectual fue contemporáneo —signada
por el modelo naturalista, en pleno auge del paradigma schleicheriano (Koerner, 1978)— devino
el insumo metodológico con el que intentaba operar tal hallazgo. López no solo postulaba una
filiación genética entre el quichua y las lenguas arias en el afán de brindar prestigio al linaje de
algunas sociedades precolombinas, a las que consideraba emparentadas con las razas
pelásgicas, sino que también establecía un vínculo entre el desarrollo morfológico de un idioma
y la capacidad de organización política de una nación. Así, entendemos que cada vez que este
historiador y político argentino desplegaba sus modelizaciones de orden sociocultural se valía de
la lingüística (comparativa) como herramienta metodológica que le otorgaba estatuto científico a
sus argumentos.
Introducción
Aunque en sus comienzos se aprecie sumamente intuitiva, autodidacta, incluso auxiliar respecto
de otras disciplinas, y no podamos atribuirle el estatuto científico y el rigor de método que a la
postre alcanzó (sobre todo, durante la primera mitad del siglo XX), logramos contar ya dos
centurias de historia de reflexión lingüística en la Argentina. ¿En qué hechos nos basamos para
efectuar tal aseveración? A partir de la revolución de mayo de 1810, los intelectuales argentinos
y/o residentes del país se vieron en la necesidad de (re)conceptualizar la tradición y de forjar
(nuevas) representaciones a la luz de las que (re)definir los lazos con España, con los demás
países sudamericanos en formación y, eventualmente, con los pueblos originarios de la región.
Esto obligó a diferentes pensadores —no solamente gramáticos y filólogos, sino también políticos,
diplomáticos, abogados y hombres de ciencia en general— a contraer un profundo interés por la
cuestión idiomática. Los tiempos de la Independencia, entonces, interpelaron culturalmente a
los actantes del ámbito intelectual argentino, pues los invitaron, entre otras preocupaciones, a
entretejer un debate y a operar una toma de posición respecto de cuál debía ser la lengua
nacional, un elemento que (supuestamente) otorgaría legítima identidad y autonomía al país en
su proceso de conformación.
El relevo y la interpretación de este debate, al igual que el clima de beligerancia en el que
permanentemente se libró, fue objeto de indagación de numerosos trabajos (Fontanella de
Weinberg, 1988; Blanco, 1991, 1993; Velleman, 2001; Bordelois & Di Tullio, 2002; Di Tullio,
2003, 2007, 2010, 2015; Moure, 2004, 2005; Ennis, 2008; González, 2008; Degiovanni &
Toscano y García, 2010; Alfón, 2011; Glozman & Lauría, 2012; López García, 2015; entre otros
que mencionaremos a continuación); algunos de estos fueron de corte glotopolítico, otros de corte
historiográfico, pero todos ellos estuvieron principalmente orientados al análisis de la postura
adoptada por diferentes intelectuales del ámbito hispanoamericano, en general, y del ámbito
argentino, en particular, respecto de dicho debate. Estas investigaciones refirieron solo
indirectamente a los modelos filológicos que circularon en el incipiente desarrollo de la ciencia
argentina del siglo XIX y que sirvieron de sustento teórico-metodológico a las diversas
representaciones, fueran estas hispanófilas, hispanofóbicas u ofrecieran una posición de
equilibrio entre ambas; no obstante, el tratamiento de las problemáticas (tal como lo ofrecieron
los autores referidos) resulta un aporte fundamental para nuestra contribución, pues de una u
otra manera ellos facilitan la reconstrucción del contexto sociocultural en el que se situaron las
intervenciones y/o modelizaciones que nos proponemos analizar.
En el presente trabajo, entonces, buscamos analizar e interpretar críticamente la concepción
del lenguaje que guio la labor filológica de Vicente Fidel López (1815-1903); específicamente, nos
proponemos indagar acerca del modo de apropiación que este intelectual argentino —
considerado uno de los “hijos de Mayo” (Rosenblat, 1960; Piccirilli, 1972; Lettieri, 1995; Auza,
2003-2004) o miembro de “la generación del 42” (Arnoux, 2008)— efectuó sobre los postulados
de base de la lingüística histórico-comparativa del siglo XIX.
Para ello, seleccionadas desde el punto de vista historiográfico (Koerner, 1999, 2007; Auroux,
2006, 2007; Zamorano Aguilar, 2008, 2012), según un criterio cronológico y temático (Swiggers,
1980, 2009), recogemos una serie de cuatro intervenciones de López (1868, 1871a/b, 1880,
1896) que, a nuestro entender, permiten representar la visión del lenguaje de López y el tipo de
política lingüística (Di Tullio, 2003, 2009) que este intelectual se propuso practicar sobre el
imaginario cultural de la época.
Según veremos en lo que sigue, entendemos que el objetivo (civil y político) de López era velar
por el hallazgo, el establecimiento y la consolidación de una tradición cultural en relación con la
identidad de la nación argentina, en particular, y de los pueblos originarios de la región, en
general. De la lingüística hegemónica de la que este intelectual fue contemporáneo —signada
por el modelo teórico naturalista, en pleno auge del paradigma schleicheriano (Koerner, 1978,
1989; Portolés, 1986; Ennis y Pfänder, 2014)— devino el insumo metodológico con el que intentó
operar tal hallazgo. Advertimos que las interpretaciones y/o modelizaciones de orden
sociocultural que adquirieron forma en su producción discursiva recurrieron a la lingüística
(comparativa) como herramienta metodológica que le otorgaba estatuto científico a sus
argumentos.
Vicente Fidel López nació en Buenos Aires el 24 de abril de 1815; estudió en el Colegio Nacional
de Ciencias Morales (Cutolo, 1969). A partir de 1830, tuvo un rol protagónico en diferentes
puntos de encuentro de la que posteriormente se consagraría bajo el rótulo de “generación del
37 o de los proscritos”: primero en la “Asociación de Estudios Históricos y Sociales” en la casa
de Miguel Cané (1812-1863), luego en el “Salón literario” de Marcos Sastre (1808-1887) y,
finalmente, en la “Asociación de la Joven Argentina”, una agrupación clandestina, liderada por
Esteban Echeverría (1805-1851), que hacia 1846 pasaría a denominarse “Asociación de Mayo”.
Las reuniones libradas por López —con miembros de la luego llamada “generación del Himno
que anduvo proscripta” (Piccirilli, 1972): Juan María Gutiérrez (1809-1878), Juan Bautista
Alberdi (1810-1884), Bartolomé Mitre (1821-1906) y Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888),
entre otros— concentraban los intereses políticos de un grupo de intelectuales caracterizados
como “positivistas sui generis o prepositivistas” (Zea, 1949).
Vicente Fidel López completó sus estudios en la Universidad de Buenos Aires, donde se doctoró
en jurisprudencia y se recibió de abogado hacia 1839. Sin embargo, por problemas políticos con
el gobierno federal de Juan Manuel de Rosas (1793-1877), en 1840 debió marcharse, en principio
hacia Córdoba (Argentina), y un tiempo después hacia Santiago (Chile). Durante su exilio en el
país transandino, López se acopló a un movimiento cultural que luego fue denominado
“generación del 42”: un grupo de letrados —entre quienes también se destacaron Andrés Bello
(1781-1865) y los ya mencionados Sarmiento y Alberdi— cuya producción discursiva
(periodística, literaria y/o pedagógica) fue decisiva en la configuración de los imaginarios de las
naciones hispanoamericanas del siglo XIX. De este período de la actividad intelectual de López
fueron fruto el Curso de Bellas Letras (1845) —una obra que buscaba legislar el funcionamiento
retórico del lenguaje en el afán de formar a las nuevas clases dirigentes del Estado (Arnoux,
2008)— y el Manual de Istoria de Chile (1845) —un trabajo que intentaba entrelazar las
representaciones ideológicas de la Ilustración, la Revolución y la Independencia para construir
una representación de la “verdadera nación chilena” en el seno de la lucha política— (Arnoux,
2010).
En 1846, ya íntegramente formado en las más variadas manifestaciones del intelecto, López se
trasladó a Montevideo (Uruguay); allí transcurrieron su segundo y tercer exilios (Auza,
20032004). En 1852, una vez derrocado el régimen rosista a manos del ejército liderado por
Justo José de Urquiza (1801-1870), regresó por un lapso muy breve a Buenos Aires, donde fue
Ministro de Instrucción Pública y logró fundar la enseñanza normal en las escuelas, pero pronto
emigró nuevamente a Montevideo, ciudad en la que se estableció por casi dos décadas (1852-
1870).
Entre 1865 y 1869, aún asentado en tierras uruguayas, en sucesivas entregas de La Revista
de Buenos Aires (1863-1871) —dirigida por Vicente Quesada (1830-1913) y Miguel Navarro Viola
(1830-1890)—, López fue publicando una serie de artículos que sirvieron de base para el primero
de los materiales que analizaremos, en el que ya podía advertirse su capacidad de utilización
política de la ciencia del lenguaje (Coelho de Souza Rodrigues, 2013; Ennis, 2016, 2018).
En 1868, gracias al financiamiento de Urquiza —entonces gobernador de la provincia de Entre
Ríos (Argentina)—, en Montevideo, pero bajo el sello de una editorial parisina, López logró
publicar en formato libro, en lengua francesa —traducción de Gastón Maspero (1846-1916)
mediante—, Las razas arias del Perú. Se trató de una obra innovadora y controversial en la que
su autor sostenía con audacia la hipótesis del origen ario de la raza peruana y en la que
consideraba al quichua como una lengua aria aglutinante, pariente cercana del sánscrito y de
otras lenguas de Asia Central. En la Introducción —“Consideraciones generales sobre el
desarrollo de la lengua y de la civilización peruanas”— López tomaba como punto de partida una
distinción efectuada por Max Müller respecto de las lenguas habladas por las razas humanas;
de este modo, reconocía, por un lado, los dialectos nómades y/o espontáneos de los pueblos
ajenos al desarrollo histórico, y, por otro, los idiomas políticos y/o literarios producto de un
movimiento de concentración interior, posteriormente extendidos a diversas naciones (1868: 9).
Luego, tanto de unas como de otras, el autor afirmaba lo siguiente:
Las lenguas viven una vida independiente y se desarrollan de igual manera que las
sociedades humanas. Los habitantes de un vasto territorio, por más que pertenezcan a una
misma raza, se dividen en una multitud casi infinita de pequeñas tribus, casi iguales en
fuerza e influencia, sin una comunidad de acción o interés, sin un vínculo entre la política
y el comercio que los une; y así, el lenguaje, repartido en tantos dialectos diferentes como
tribus haya, varía incesantemente y se renueva casi por completo con el advenimiento de
una nueva generación (1868: 10; mi traducción).
relevadas entre las raíces y demás formas gramaticales de la lengua quichua con las raíces de
las lenguas arias originarias, y así buscó reconstruir —o bien hipotetizar— su historia.
En el análisis de López, el quichua y gran cantidad de lenguas americanas (muy probablemente
con ella emparentadas) respondían al mismo patrón de desarrollo que las lenguas antiguas y
modernas de Europa y Asia, y debían entonces ser tratadas con el mismo interés. Según el autor,
entonces, la moderna ciencia filológica nos proveía de las herramientas necesarias a partir de
las cuales inducir la procedencia de la lengua de los Incas y conjeturar la historia primitiva del
Perú (1868: 17).
En definitiva, ¿dónde residía la particularidad de su propuesta? De acuerdo con los términos
de la clasificación tipológica vigente, pero ofreciendo una apropiación inédita de los mismos,
López postulaba que el quichua era una lengua aria aglutinante. ¿En qué punto,
específicamente, se advertía la novedad? En que las lenguas arias y la propiedad estructural de
la aglutinación eran dos elementos que, según explicaba, resultaban contradictorios, razón por
la cual, anticipaba, muchos científicos “aullarían” al ver ambas palabras acopladas (1868: 21).
¿El motivo? Según los estudiosos, las lenguas arias nunca habían pasado por un período de
“relativa imperfección” como el de la aglutinación, y su impronta era, por el contrario, la flexión
gramatical (1868: 21). La hipótesis de López era, en definitiva, la planteada a través del siguiente
interrogante, que invitaba a pensar el origen del pueblo incaico como una ramificación temprana
cuyo antecedente troncal coincidía con el de las razas pelásgicas:
¿No es simple y natural admitir que una lengua cuyas raíces apuntan al origen ario, se
separó, por la posibilidad de migraciones, de sus hermanas asiáticas y europeas, se confinó
durante siglos en el corazón del sur de América, y se detuvieron sus formas en un período
transitivo a causa de una concentración política y social, y por lo tanto hoy se encuentran
en ella, con un fondo ariano, accidentes gramaticales que uno está acostumbrado a conocer
solo en las lenguas turanas? Este es precisamente el caso del quichua (1868: 23; mi
traducción).
filología hegemónica del período con el objeto de operar, a la luz de sus ideales, una intervención
lingüístico-política en el imaginario sociocultural de la nación. Específicamente, el intelectual
argentino se propuso caracterizar la noción de pueblo libre. Para ello, nuevamente consideró
pertinente tomar como punto de partida una distinción entre dos tipos de naciones civilizadas:
pueblos orgánicos y pueblos inorgánicos (1871a: 444). Mientras veía a los primeros conformados
por hombres libres, en los segundos no hallaba más que autómatas carentes de conciencia
acerca de la individualidad y cuyo accionar obedecía a impulsos únicamente colectivos.
El siguiente paso de la argumentación de López consistió en establecer un paralelo entre el
estudio político de las naciones y el estudio filosófico de las lenguas. La distinción entre dos
categorías de pueblos, según el autor, tenía su correlato idiomático, plasmado, por ejemplo, en
las propiedades morfológicas manifestadas por las clases de palabras de una lengua
determinada. Así, López caracterizaba la clase de palabra “verbo” en las lenguas inorgánicas:
[el verbo] no tiene más forma en ese estado que la del infinitivo que es el nombre del verbo,
ajeno a toda influencia de trabajo y de relatividad: vivir, por ejemplo, es una palabra, una
abstracción que no dice nada, es el simple nombre de una cosa indeterminada e inorgánica,
sin funciones de relación, como lo es estrella u hombre; y toda palabra es así, en las lenguas
originarias e inorgánicas un trozo fijo e invariable como un trozo de materia prima, es una
forma inerte que entra al discurso sin vida propia y sin capacidad para cambiar
intrínsecamente al influjo de sus relaciones [...] las palabras carecen de vida propia relativa:
no se asocian las unas al influjo de las otras; y tanto valdrán entre sí, tomándolas de la
última a la primera, como valdrán tomándolas del medio hacia cualquiera de sus extremos:
cada una es un trozo en bruto, inorgánico; y todo el idioma es por lo mismo una masa
compacta de moléculas iguales e inflexibles que son incapaces de otro modo que por su
alineación material, a la manera de los soldados, por un movimiento automático (1871a:
447).
Desde esta óptica, las lenguas aislantes correspondían a estadios primitivos del desarrollo
evolutivo: una palabra que no flexionaba y que no establecía relaciones de forma gramatical con
los demás elementos de la frase a la que pertenecía era, según López, semejante a un hombre en
estado salvaje, un individuo desligado de toda asociación. Por el contrario, las lenguas flexivas
correspondían, para el autor, a un estadio evolutivo superior en el que se desarrollaban hombres
libres en el marco de sociedades orgánicas:
En la lengua orgánica la palabra es una forma viva que no entra en la frase como simple
materia prima ni con peso en bruto, sino con modificaciones orgánicas relativas a la
persona, al tiempo, al modo y al número; es decir, con una infinidad de elementos de vida
propia, para variar y para cambiar intrínsecamente sus aspectos y funciones, modificando
a cada instante su sentido y el de la lengua al correr de las ideas: es pues cada palabra
una municipalidad lingüística y autónoma que dentro de sí misma tiene su propio gobierno,
para desempeñar el servicio de las ideas (1871a: 448).
En una obra de este género salen a la vida los fenómenos más recónditos del lenguaje
humano como hecho natural y como faz de ese desenvolvimiento moral de las naciones que
llamamos civilización. Desde los más remotos siglos la inconmensurable cadena de las
generaciones se va consignando, paso a paso, día por día, en las evoluciones que al través
del tiempo y del espacio, ha hecho cada palabra, cada inflexión gramatical, y cada forma
de un verbo. Sorprende, en efecto, cuando se penetra un poco en los secretos de la filología,
ver que en el análisis de un nombre cualquiera, de un pronombre, de un verbo, se pueda
encontrar trazada la genealogía de las ideas, de los hábitos, de las creencias y de las
revoluciones de que han vivido los pueblos que las pronunciaran, en las edades perdidas
de que no queda más recuerdo que esa misma palabra, enterrada como el fragmento de un
fósil en las capas más profundas donde se ha perdido la cronología de los tiempos. Hasta
el nombre de las naciones que la balbucearon por primera vez, y que se alzaron y se
disolvieron en medio de los cataclismos y de las evoluciones del crepúsculo primitivo, ha
desaparecido; y solo las tradiciones fragmentarias de la lengua madre escondidas en las
formas patológicas y en las alteraciones históricas de la palabra clásica, son el hilo que nos
queda para remontar la corriente de los siglos hasta la raíz común y originaria de las
desinencias y de las inflexiones del lejano tipo que sirvió de origen a las lenguas derivadas,
que llamamos indoeuropeas” 1880: vi).
En primer lugar, creemos que el extenso fragmento que recogimos pone al descubierto, a
nuestro criterio, los intereses cívicos y políticos que constituyeron el foco de atención de la labor
filológica de López. La comparación, el análisis de las semejanzas, la explicación de las
“relaciones de consanguinidad” o de “filiación genética”, la postulación de parentescos
lingüísticos y leyes que permitían explicar, con rigor científico, los cambios producidos en
diferentes lenguas a partir de un antecedente común, no estaban más que al servicio de su
política lingüística. En segunda instancia, consideramos que en el pasaje resulta fácilmente
visualizable el influjo de los postulados de base del paradigma schleicheriano, absolutamente
imbuido por la terminología naturalista que caracterizaba al campo científico en la época. Las
formas caducas del idioma devienen fósiles a los ojos del analista, del mismo modo que las
patologías escondidas en el pasado de las diferentes lenguas dan cuenta del carácter orgánico
del fenómeno lingüístico. En suma, en el discurso de López podía verse en la ciencia del lenguaje
una herramienta que suplía con su análisis las vacíos de conocimiento a los que el paso del
tiempo sometía a los hombres; en este sentido, definía la filología comparada como la “autopsia
de las palabras y de las formas gramaticales” (1880: vi).
Para explicar este último fenómeno, López se detenía en la “transformación natural” que se
registraba a través de la “p” española de la palabra /padre/ y de la palabra /pie/, que en inglés
había dado lugar a una “f” en las palabras /father/ y /foot/, respectivamente (1880: xiv). Luego
indicaba que de tal manera podíamos proceder con el resto del vocabulario, comparando con
familias de lenguas pertenecientes a ramificaciones vecinas:
[…] y así podríamos citar ejemplos infinitos de intercambios orgánicos y patológicos entre
todas las lenguas arianas, para justificar que la naturaleza de las letras que sirven de
formación a las raíces, diversamente apreciadas bajo la acción de una ley uniforme, es la
que rige estas variaciones que parecerían caprichosas y arbitrarias, si el análisis filológico
no pudiera seguir y establecer el encadenamiento lógico de su filiación, como va a verse en
esta gran obra del Sr. Calandrelli (1880: xiv).
Es por esto que el estudio del lenguaje comparado viene a ser estrictamente una ciencia
natural, igual a la geodesia y a la botánica por el método y por la seguridad con que procede
(1880: xiv).
Tenemos, pues, que el hecho más remoto, el más primitivo a que ha llegado la ciencia
histórica de los modernos, es la existencia incontrovertible de un idioma ARIACO que en
los tiempos “sin historia” hizo el mismo papel civilizador que la lengua latina ha
desempeñado en los tiempos históricos. Los que hablamos español en la América del Sur,
somos, pues, por la lengua y por la raza, legítimos descendientes de esa primitiva tradición
(1896: 30; las mayúsculas y las comillas son del original).
Por último, vale la pena destacar una vez más, en el discurso de López, el carácter netamente
instrumental de la metodología comparatista, en particular, y la auxiliaridad de la ciencia
filológica, en general; ambos atributos, pues, resultaban constitutivos de su realidad disciplinar:
Esta era finalmente la manera en la que López explicaba cuáles eran los aportes que podía
brindar el análisis lingüístico-gramatical a la hora de (re)interpretar la vida social de los pueblos
antiguos, o bien de (re)direccionar – en su caso, incluso, podríamos decir (re)instaurar – el
desarrollo integral de una civilización actual.
A los 87 años de edad, el doctor López falleció en Buenos Aires el 30 de agosto de 1903.
Conclusión
antigua Grecia y a las razas pelásgicas. Fortuna similar pretendía reconocer en el linaje de la
raza peruana: el comparatismo lingüístico resultaba el insumo metodológico de su hipótesis de
que el quichua había sido fruto de un desprendimiento directo y temprano de la lengua de los
pueblos prehistóricos correspondientes al antepasado helénico; la interpretación convertía a la
lengua del pueblo peruano en una lengua aria y, por lo tanto, perteneciente a la familia del
protoindoeuropeo.
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Resumen
En el presente trabajo analizamos desde una perspectiva formal el uso de las preposiciones en
niños hijos de migrantes paraguayos y el de sus padres, quienes residen en la ciudad de Buenos
Aires (barrio de Barracas, Villa 21). El input lingüístico que recibe este grupo de niños es variado
y en algunos casos ambiguo. Así, en el habla adulta se observan usos preposicionales que
difieren de lo esperado para el español rioplatense. Por otro lado, los niños reciben como input
propio del ámbito escolar los usos preposicionales estándares del español rioplatense. En un
trabajo previo (de los Ríos, 2016), encontramos un comportamiento claramente distintivo entre
variedades vinculado con los verbos direccionales en niños y adultos hablantes de español
paraguayo. Por otro lado, en investigaciones sobre la concordancia y la producción de clíticos y
de objetos nulos, observamos que los niños no eligen una única variedad en el proceso de
adquisición sino que intentan ser fieles al input de manera diferenciada para los distintos tipos
de construcciones (Avellana, Brandani, Schmitt y Forsythe, en prensa, Brandani y Schmitt,
2016). A partir de estos antecedentes, en este capítulo nos proponemos determinar la influencia
de un input variable en el proceso de adquisición del lenguaje y, en particular, interesa
determinar si los niños regularizan los datos que reciben o reproducen la variabilidad en las
construcciones preposicionales que producen. Analizamos datos de producción espontánea e
inducida a partir de un corpus original de hablantes migrantes paraguayos y sus hijos que viven
en Buenos Aires (Corpus ARPAR Contact, Schmitt, Avellana y Brandani, en elaboración) y
comparamos las producciones de los adultos con las de los niños. Esperamos, así, hacer desde
la adquisición del lenguaje un aporte a los estudios sobre las variedades de contacto.
Introducción
En el presente trabajo estudiamos desde una perspectiva formal el uso de las preposiciones en
las producciones de niños argentinos hijos de paraguayos y en las de sus padres. Para esto
analizamos un corpus de datos conformado por hablantes migrantes y sus hijos que residen en
la ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Barracas, Villa 21 (Corpus ARPAR Contact, Schmitt,
Avellana y Brandani, en elaboración)1.
Los objetivos del trabajo son, por un lado, estudiar en detalle el tipo de input que reciben los
niños, en particular en cuanto al sistema de preposiciones, el grado en el que este varía y el tipo
de preposiciones que se ven involucradas en los fenómenos de contacto. Por otro lado, buscamos
establecer si los niños regularizan el input o reproducen la variabilidad en las construcciones
preposicionales con el fin de determinar, de manera más general, la influencia que puede tener
un input variable, y en ocasiones ambiguo, en el proceso de adquisición del lenguaje.
Así, nos proponemos analizar el sistema de preposiciones que adquieren los niños argentinos
hijos de migrantes paraguayos que viven en Buenos Aires con el objetivo de hacer un aporte a
los estudios sobre las variedades de contacto, en este caso sobre el español paraguayo, desde la
adquisición del lenguaje considerando la lengua como un sistema de conocimiento internalizado.
La hipótesis general que guía el trabajo es que los niños no elegirán una única variedad en el
proceso de adquisición sino que intentarán ser lo más fieles posibles al input de manera
diferenciada para los distintos tipos de construcciones. Hemos explorado esta hipótesis en
investigaciones previas sobre la producción de los determinantes, la concordancia, la producción
de clíticos y de objetos nulos (Avellana et al., en prensa; Brandani y Schmitt, 2016).
El trabajo se organiza de la siguiente manera: en el segundo apartado presentamos el marco
teórico en el que se inscribe el trabajo y en el tercer apartado, desarrollamos una descripción del
funcionamiento de las preposiciones en el español paraguayo así como algunos antecedentes
sobre la adquisición de las preposiciones y las tareas que debe llevar a cabo el niño en el proceso
de adquisición del sistema de preposiciones. En el cuarto apartado presentamos la metodología
implementada para la conformación del corpus de datos. En el quinto apartado exponemos el
análisis de los datos y los resultados encontrados y, finalmente, en el último aparatado
presentamos las conclusiones de la investigación.
Marco teórico
En cuando al marco teórico, el presente trabajo se enmarca dentro del modelo de la Gramática
Generativa (Chomsky, 1981, 1986, 1995) y, en consecuencia, entendemos la lengua como un
sistema de conocimiento internalizado en la mente-cerebro del hablante, que forma parte de su
estructura mental. La adquisición de una gramática particular se explica a partir de proponer la
existencia de una facultad del lenguaje que forma parte de nuestra herencia biológica. Cuando
nacemos, esta se encuentra en su estado inicial (Gramática Universal). La Gramática Universal
está constituida por una serie de principios universales y cada uno de estos posee distintas
opciones de fijación asociadas. El niño reconoce qué valores de parámetros elegir en base a los
datos lingüísticos de su entorno (input) y solo así la facultad del lenguaje alcanza su estado de
madurez: la gramática de la lengua a la que un niño se halla expuesto.
A su vez, el modelo pretende dar cuenta de aquello que determina la variación inter e
intralingüística. De esta manera, se han formulado principios universales y parámetros
particulares asociados —modelo de Principios y Parámetros (Chomsky, 1981)— así como
propuestas que suponen que la variación está restringida a las propiedades de las categorías
funcionales (Chomsky, 1993, 1995). Esta posibilidad de formalización de la variación es
especialmente relevante para los objetivos de nuestro trabajo puesto que nos permite explicitar
1Los datos son recopilados en el marco de proyectos financiados por National Science Foundation - SBE
1656133 y HARP-MSU dirigidos por Cristina Schmitt. Agradecemos especialmente a los niños y los adultos
que participaron de las entrevistas, al Padre Toto y a la Casa Social y la Casa de la Cultura de Barracas.
en qué rasgos o categorías difieren o se asemejan las gramáticas de las dos variedades de español
analizadas.
Como se observa a partir de lo planteado anteriormente, el input que reciben los niños ocupa un
papel fundamental en el proceso de adquisición ya que es la evidencia que estos necesitan para
construir su gramática. En el modelo de la Gramática Generativa se postula que el input, de
manera idealizada, es un conjunto homogéneo de estímulos, sin embargo, la variación inter e
intralingüística es un hecho innegable incluso en comunidades mayormente monolingües. En
esta línea, teniendo en cuenta que los niños participantes de nuestro estudio crecen en un medio
bilingüe (en su entorno se habla español y guaraní) y bidialectal (escuchan español paraguayo
en sus hogares y español rioplatense fundamentalmente en el ámbito escolar), el input que
reciben tiene un carácter altamente variado y, en algunos casos, hasta pueda resultar ambiguo.
Por todas estas razones cabe preguntarse cómo incide la variación presente en el input sobre el
proceso de adquisición.
Una explicación posible para esta problemática se buscó en el papel que tiene la frecuencia en
el input de las distintas formas. Miller y Schmitt (2012), en un estudio realizado sobre la
adquisición de las marcas de plural en niños mexicanos y chilenos, encuentran que la frecuencia
ocupa un rol en este proceso: los niños que tienen un input con mayor cantidad de ocurrencias
de la marca de plural se acercan más a los patrones de producción adulta que aquellos niños
con un input con mayor cantidad de omisiones (226). Sin embargo, la frecuencia por sí sola no
es capaz de dar cuenta de todos los fenómenos observados, como el hecho de que la variante que
más usan los niños en su producción es la más infrecuente en el habla adulta. Es por estas
razones que las autoras arriban a la conclusión de que el tipo de input puede ser más relevante
que la frecuencia en el proceso de adquisición.
En esta línea, Hudson y Newport (2009) sugieren que el niño puede encontrar en el input
distintos patrones gramaticales. Por un lado, puede toparse con patrones determinísticos, es
decir, con una forma asociada siempre con el mismo significado. También puede encontrarse
con patrones variables pero gramaticalmente predecibles y consistentes a través de los hablantes
(155). Por último, puede observar tendencias inconsistentes donde la ocurrencia de una forma
no se produce sobre la base de ningún rasgo lingüístico o del contexto. Los niños que reciben
este tipo de input inconsistente parecieran estar sujetos a un proceso más costoso. Así, Miller
(2012) afirma que la adquisición de reglas variables implica más tiempo: los niños pueden
presentar una producción variable de manera temprana pero no demuestran el conocimiento
adulto completo acerca de las restricciones que gobiernan la distribución de las formas variantes
hasta los 6 o 7 años de edad (256).
Por otro lado, se ha relacionado la variabilidad del input con la regularización presente en la
producción infantil: los niños parecen superar los modelos inconsistentes regularizando los
patrones impredecibles con los que se encuentran (Singleton y Newport, 2004: 402). Además,
cuando en el input una de las variantes es la omisión de la forma, se ha observado que los niños
tienden a regularizar a cero, es decir, omiten consistentemente la forma en su propia producción
(Hudson Kam y Newport, 2009: 184).
Será relevante entonces tener en cuenta los distintos antecedentes expuestos en este apartado
en el análisis de las producciones infantiles de nuestro corpus.
Todos los niños participantes de este estudio tienen como lengua materna la variedad de español
paraguayo que se habla en la comunidad de la villa 21 de Barracas (Buenos Aires). Esta se
describe como una variedad de contacto ya que aquí, al igual que en Paraguay y otras zonas de
la Argentina, tiene lugar una situación de contacto lingüístico: muchos de los hablantes son
bilingües guaraní-español y algunos de ellos tienen solo el guaraní como lengua materna o L1.
Partiendo de estas consideraciones, es esperable encontrar fenómenos típicos del contacto de
lenguas en la gramática de la variedad estudiada. Incluso para algunos autores, como Corvalán
y De Granda (1982), la mayor parte de las características del español paraguayo se debe a la
influencia del guaraní y es una consecuencia directa del contacto lingüístico.
Independientemente de la validez de esta afirmación para todas las propiedades de la variedad
de contacto, adscribimos a modelos que entienden que es posible la transferencia de rasgos
sintácticos abstractos e incluso de la manera en la que dichos rasgos se realizan en la lengua
materna de los hablantes en otra lengua (cfr. Sánchez, 2003 y trabajos posteriores, Lardiere,
2008) y que esto genera sistemas que pueden ser tipológicamente novedosos (Thomason y
Kaufman, 1988; Aikhenvald y Dixon, 2006; Avellana y Brandani, 2016).
Además, esto también ocurre en otras lenguas romances (i.e. francés, italiano):
(4) Siamo andati in Argentina.
Ir pasado1°p.pl prep. Argentina
Fuimos a Argentina
Incluso cabe señalar que en el español general las preposiciones en y a pueden intercambiarse
cuando encabezan complementos de verbos como entrar, meter, caer o tirarse (Choi, 2001: 193)
como se observa en los siguientes ejemplos:
(5a) Al entrar a la habitación…
(5b) Entonces entró en la habitación.
Asimismo, la preposición por aparece en algunas formas del español paraguayo cuando no es
requerida:
(7) Cuido por la casa.
Esto último se relaciona con una incompatibilidad de valencias: existen verbos transitivos en
español que son intransitivos en guaraní y suelen estar acompañados por complementos con
posposición rehe(re) (equivalente a por, en, a o de) (Krivoshein y Corvalán, 1987: 61). Esto genera
que se construyan oraciones con complementos directos encabezados por preposición cuando el
español no lo requiere o que se utilice una preposición distinta a la esperada (i.e. la preposición
a con los complementos directos animados y específicos).
En el español en contacto con el guaraní aparece una estructura conformada por la preposición
para que aporta un valor prospectivo sobre el nombre o la cláusula que acompaña y que ocurre
frecuentemente junto a verbos como buscar, comprar, querer, entre otros (Avellana, 2014: 15):
(8) Busco para mi novio. (‘al que será mi novio’)
Esta se explica por la existencia en guaraní de un morfema -rã que marca aspecto prospectivo
en el dominio nominal o clausal mientras que el español carece de un morfema análogo que
exprese esa categoría en el ámbito nominal. En consecuencia, en el español de contacto se toma
la preposición para y se la resignifica para expresar este nuevo valor (Avellana y Brandani, 2016:
8).
Este tipo de construcción preposicional se diferencia de las construcciones expuestas
anteriormente puesto que amplía el inventario de rasgos del español mediante la aplicación de
rasgos existentes a dominios innovadores, i.e. la aplicación del valor prospectivo al ámbito
nominal.
De acuerdo con todo lo anterior, el input lingüístico que recibe el grupo de niños estudiado es
variado y en algunos casos ambiguo. En el español de contacto de los padres se observan
transferencias propias del contacto de lenguas (cambio y mezcla de código, préstamos léxicos y
gramaticales y calcos estructurales) (Avellana y Brandani, 2016: 15). Dentro de este tipo de
transferencias se encuentran las construcciones preposicionales descriptas en el apartado
anterior. Por otra parte, los niños reciben además como input la variedad del español rioplatense
en el ámbito escolar y en el barrio.
Si se observa lo que sucede para el caso de las preposiciones en particular, pareciera haber
entonces variación en el uso de esta categoría. Así, en relación con los verbos direccionales los
niños escuchan las siguientes estructuras en la variedad rioplatense:
(9) Se quedó en su casa.
(10) Fue a su casa.
En general se acepta que las preposiciones se adquieren de manera temprana: los niños
comienzan a usarlas en la etapa de dos palabras, al final del segundo año de vida (Morgenstein
y Sekali, 2009: 2). Según Brown (1973), para el inglés, las preposiciones están entre los primeros
veinte ítems de vocabulario que los niños producen y funcionan principalmente como
localizadores espaciales.
Por otra parte, Littlefield (2005) estudia las producciones de dos niñas hablantes de inglés y
postula que es necesario distinguir entre la adquisición de las preposiciones léxicas y las
preposiciones funcionales, ya que se adquieren a edades diferentes y con distintas tasas de error
(7). De acuerdo con el corpus analizado por Littlefield, las producciones de las niñas presentan
un aumento regular y relativamente rápido en el uso de las preposiciones léxicas, mientras que
las preposiciones funcionales recién aparecen en el habla espontánea cuando alcanzan un largo
medio de los enunciados (MLU) de 2.0 - 2.49 y con una tasa de ocurrencia muy baja. Observa,
a su vez, más errores con preposiciones funcionales que con preposiciones léxicas (40% vs. 12%).
En cuanto a la adquisición de las preposiciones del español en un contexto multidialectal, en
un trabajo previo encontramos un comportamiento distintivo en el uso de las preposiciones con
los verbos direccionales en español paraguayo (de los Ríos, 2016). Así, se analizó la producción
de otros niños y adultos que también forma parte del corpus (Corpus ARPAR Contact, Schmitt,
Avellana y Brandani, en elaboración). Como resultado hallamos que los adultos y los niños
utilizan tanto la preposición esperada para el español rioplatense (14) y (15) como la preposición
típica del fenómeno de contacto (16) y (17) para encabezar los locativos requeridos por los verbos
direccionales.
(14) Y un conejo se fue a su trabajo. (S 4;7)2
(15) Yo me fui a mi casa. (R)
(16) Y un león se fue en la calle. (S 4;7)
(17) Hace seis meses se mudó en Luján. (R)
La elección de una u otra preposición no parece estar relacionada con el verbo utilizado: existen
enunciados del mismo hablante que contienen idéntico lexema verbal pero se producen con una
preposición distinta en cada caso:
(18) Cuando ellos se van a la escuela empiezo a cocinar. (R)
(19) Y se van ya en Paraguay. (R)
(20) Y los ratoncitos se fueron a clase. (S 4;7)
(21) Y un león se fue en la calle. (S 4;7)
La elección tampoco pareciera depender del complemento que sigue a la preposición: la misma
frase nominal se presenta con diferentes formas preposicionales:
(22) Se va ella a su casa. (R)
2 En los ejemplos se indica entre paréntesis las iniciales de los hablantes y si se trata de producciones
Al indagar acerca del proceso de adquisición que atraviesan los niños, cabe preguntarse cuál es
la tarea que deben llevar a cabo para construir sus gramáticas. Así, en primer lugar, los niños
deben aprender las formas preposicionales (i.e. los ítems léxicos) y el funcionamiento particular
de cada preposición: contextos relevantes en los que se producen, esto es, verbos con los que se
combinan (por ejemplo, verbos direccionales o de permanencia) y el significado que aportan a la
construcción que encabezan. A su vez, los niños deben reconocer que las preposiciones
conforman una categoría no homogénea en cuanto a su adscripción a la clase de categorías
léxicas o funcionales. En este sentido, los niños deben ser capaces, además, de recuperar el
contenido léxico y/o funcional de cada una de las formas preposicionales: una misma
preposición puede funcionar como categoría con contenido semántico en un contexto y como
categoría funcional en otro. Por último, deben reconocer que las preposiciones conforman
inventarios cerrados de ítems léxicos de aparición frecuente en el input (Fang, 2000).
Además, como se mencionó anteriormente, la tarea de aprender los ítems léxicos y el
funcionamiento particular de cada preposición así como su significado puede resultar más
compleja si el input que reciben los niños es ambiguo.
Metodología
Para el presente trabajo utilizamos datos de producción espontánea y de una tarea de repetición
de oraciones. A continuación, se presentan los sujetos participantes de ambas tareas y se
describen las actividades.
Corpus
Analizamos los datos de un corpus original sobre el español en contacto con el guaraní en niños
y adultos paraguayos que residen actualmente en la villa 21 (Barracas, Buenos Aires) (Corpus
ARPAR Contact Schmitt, Avellana y Brandani, en elaboración). El corpus se conforma a partir
de la grabación de la producción de niños de 3, 4 y 5 años y de sus padres. Se incluyen datos de
producción espontánea como así también de ciertas tareas de producción inducida (repetición
de oraciones, denominación de objetos, elicitación de sintagmas determinantes y de clíticos).
Para el presente trabajo se tomaron 26 sesiones equivalentes a 34 horas de grabación.
Sujetos
Años de
Lengua con Lengua con
Adulto Edad L1 residencia en
niño pareja
Buenos Aires
AG 32 Guaraní Español Guaraní 9 años
YF 31 Guaraní Español Guaraní 9 años
BF 32 Guaraní Español Guaraní 9 años
CI 36 Guaraní/español Español Guaraní/español 10 años
LC 37 Guaraní/español Español Guaraní 20 años
JE 48 Guaraní/español Español Guaraní/español 23 años
PFD 23 Guaraní/español Español Guaraní/español 5 años
Tabla 1. Adultos participantes y sus lenguas
Por otra parte, todos los niños crecen en un contexto bilingüe ya que, como se observa en la
tabla anterior, se encuentran expuestos al guaraní y al español paraguayo. Además, su entorno
puede considerarse bidialectal puesto que también reciben la variedad de español rioplatense
fundamentalmente en la escuela.
En la tabla 2 se incluyen las parejas de padres y niños con la cantidad de enunciados
producidos por cada hablante durante las sesiones de grabación analizadas y el largo medio de
sus enunciados (MLU).
Tareas
Se realizó una serie de tareas de producción espontánea en las que el niño interactúa con su
madre o padre, con el investigador o con otro niño de la comunidad. Aquí tuvieron lugar distintos
tipos de actividades: narración de cuentos a partir de imágenes y juegos o charlas espontáneas
sin tema preestablecido. El adulto participó además de charlas espontáneas con otros adultos
de la comunidad y realizó con el investigador un cuestionario sociolingüístico para conocer el
grado de bilingüismo de los participantes. Este cuestionario constituye en sí mismo una muestra
de producción espontánea en la que los hablantes interactúan con el investigador.
Por otro lado, niños y adultos realizaron una tarea de repetición de oraciones. En esta tarea de
producción inducida el investigador lee una oración y el sujeto debe repetirla seguidamente. El
proceso se repite para los 20 estímulos que conforman la tarea. Las oraciones poseen distintos
tipos de estructuras que incluyen los rasgos y categorías gramaticales que se pretende evaluar
(i.e. género, número y concordancia, determinantes, preposiciones, clíticos pronominales,
etcétera).
de gramaticalización (lo que llamamos formas “no esperadas”) en relación con el funcionamiento esperado
para las preposiciones en el español rioplatense. Sin embargo, no se hace con esta clasificación de las
construcciones observadas un juicio prescriptivo o normativo sobre dichos fenómenos.
Como se observa en las tablas anteriores, las producciones esperadas de acuerdo con la
gramática del español rioplatense se dan con todas las preposiciones tanto en adultos como en
niños. Por su parte, las no esperadas ocupan entre el 1 y el 5% de las producciones, según la
preposición, y esto también ocurre tanto en las producciones adultas como en las infantiles.
En la siguiente tabla podemos observar la distribución de las preposiciones no esperadas,
según cada uno de los fenómenos relevados. Como se aprecia, los cuatro tipos de fenómenos se
dan tanto en la producción adulta como en la infantil.
Fenómeno de sustitución
Si consideramos cada uno de los fenómenos por separado, encontramos que la construcción que
más se observa, tanto en las producciones adultas como en las infantiles, es la de sustitución
de una preposición por otra. Si bien las sustituciones pueden involucrar las distintas
preposiciones analizadas, la preposición que más se produce cuando se espera otra es en y le
siguen las preposiciones a y por.
Se observa entonces un fenómeno sistemático de sustitución de la preposición en por a, que
ya fue observado en la bibliografía (Choi, 2001, cfr. tercer apartado). En cuanto a los verbos que
se ven involucrados en este tipo de construcción, encontramos que se trata de verbos de
movimiento como ir, irse, venir, subir, caerse, traer, entrar, llevar, salir y llegar, como se observa
en los ejemplos de (35) y (36).
(35) Prefiero irme en Argentina, en Buenos Aires le dijo. (CI)
(36) No vi, no vi mi, mi, mi_villano_favorito_tres, no me fui en el cine. (G 4;1)
Cabe señalar que si bien verbos como caerse y entrar pueden combinarse con las preposiciones
en y a en el español rioplatense (caerse al / en el pozo, entrar al /en el cuarto), como ya
mencionamos, en los casos relevados no resulta en estructuras gramaticales para el español
general como se observa en los ejemplos de (37) y (38).
(37) Igual se puede caer en su habitación de arriba, ay! (G 4;1)
(38) ? Entrás más en el fondo (JP)
Por otra parte, dado que los adultos producen ambos tipos de preposiciones en contextos
similares, entendemos que esto resulta en un input ambiguo para los niños. En las tablas 10 y
11 puede observarse la distribución de las sustituciones que involucran las preposiciones en por
a y, de manera separada, las que corresponden a las otras preposiciones analizadas.
en a 63% (50)
a en 6% (5)
Otras preposiciones de/para/por 31% (24)
Total 100% (79)
Tabla 10. Preposiciones involucradas en sustituciones en producción adulta
en a 31% (8)
a en 35% (9
Otras preposiciones de/para/por 34% (9)
Total 100% (26)
Tabla 11. Preposiciones involucradas en sustituciones en producción infantil
Si comparamos las producciones de los adultos con las de los niños en relación con el fenómeno
de sustitución, se observa que en las producciones infantiles se da la sustitución en ambos
sentidos en una proporción similar, a diferencia de lo que ocurre en las producciones adultas.
Es decir, en las producciones de los niños la preposición a sustituye a la preposición en además
de observarse el patrón de sustitución adulto, esto es, la preposición en sustituyendo a la
preposición a.
Por otra parte, si consideramos por separado los datos de las tareas de producción espontánea
y los de la tarea de producción inducida (repetición de oraciones), observamos que casi todos los
casos de formas no esperadas en la producción inducida son sustituciones de la preposición a
por en tanto en niños como en adultos. Este tipo de sustitución aparece también en la producción
espontánea de los niños pero no en la de los adultos.
Es suma, se observa que los niños utilizan la preposición en con un valor de dirección, como
sus padres, pero además reorganizan el patrón de sustitución y producen la forma a con un
valor locativo (en producción inducida y espontánea), construcción que apenas se observa en la
gramática adulta (cfr. ejemplo de (47) más abajo).
A continuación podemos observar otros ejemplos del funcionamiento de las preposiciones en y
a y lo que se manifiesta en cuanto al fenómeno de sustitución respecto de los valores que
adquieren estas preposiciones en español rioplatense y en el español de los adultos paraguayos
migrantes en Buenos Aires y en el de sus hijos.
Español rioplatense
en con valor locativo
(39) Se quedó en su casa.
En cuanto a los fenómenos de omisión y adición, este tipo de construcciones se observan en las
producciones adultas y en las infantiles pero en ambos casos en menor proporción que el
fenómeno de sustitución (cfr. antes tabla 8). Además, las omisiones y las adiciones se dan con
las cinco preposiciones analizadas (a, de, en, para y por) pero no se observa un patrón sistemático
de ocurrencia en este tipo de construcciones.
Si consideramos cada preposición por separado, encontramos que la que más se omite es a y
se trata tanto de preposiciones funcionales (es decir, la preposición a delante de OD animado)
como con contenido léxico (esto es, la preposición a con valor direccional).
Si bien el porcentaje de aparición de estos fenómenos es bajo, la variabilidad presente en los
datos adultos parece ser suficiente como para constituirse en un input ambiguo para los niños
puesto que esa variabilidad se ve reproducida en las emisiones infantiles.
Fenómeno de gramaticalización
A diferencia de lo que ocurre en la gramática adulta, si consideramos todos los casos de usos
de la preposición para en las producciones infantiles (346 casos), encontramos que solamente
tres de los ejemplos podrían considerarse como gramaticalizaciones de esta preposición, aunque
cabe señalar que no se trata de casos claros como se manifiestan en las producciones adultas.
Es decir que, en cuanto al uso de la preposición para con valor prospectivo, a diferencia de lo
que observamos en las producciones adultas, no se reproduce la variabilidad del input en las
producciones infantiles. Así, el caso de variación que resulta en una gramaticalización de un
rasgo aspectual existente pero en un dominio novedoso, aspecto prospectivo con la preposición
para en el dominio nominal, no parece haber sido adquirido por los niños. A continuación
presentamos ejemplos de las construcciones infantiles que podrían ser consideradas como
gramaticalizaciones de este tipo:
Conclusión
En este trabajo hemos analizado el uso de las preposiciones en hablantes de una variedad de
contacto. Para esto, nos propusimos relevar aquellos fenómenos que involucran las
preposiciones a, de, en, para y por en las producciones adultas de hablantes paraguayos que
han migrado a la Argentina y en las de sus hijos que se encuentran expuestos a un input variado.
En cuanto a los fenómenos relevados, los clasificamos en sustitución, omisión, adición y
gramaticalización de la preposición para. Hemos observado que las preposiciones se producen
de la manera esperada para el español rioplatense en una alta tasa de frecuencia pero que a su
vez tanto en las producciones adultas como en las infantiles es posible observar los distintos
fenómenos que se alejan de lo esperado para la gramática del español rioplatense y que en todos
los casos se dan con las diferentes preposiciones.
Uno de los fenómenos especialmente significativo es el de sustitución y, en particular, la
sustitución de la preposición en por a con valor direccional. Este tipo de producción aparece en
el habla adulta y en el habla infantil e involucra preposiciones léxicas. Sin embargo, en el habla
de los niños también hemos encontrado el patrón de comportamiento inverso, esto es,
sustituciones de la preposición a por la preposición en.
En cuanto a los fenómenos de omisión y adición, si bien ocurren en menor cantidad, cabe
destacar que la variabilidad presente en el habla adulta resulta significativa para los niños,
quienes la reproducen en sus producciones.
Frente a lo que se observó respecto de los fenómenos de sustitución, omisión y adición, el
fenómeno de gramaticalización de la preposición para, si bien aparece en la producción adulta,
no es reproducido en el habla infantil en igual medida. Creemos que este fenómeno merece ser
investigado con más detalle en un trabajo futuro en el que se evalúen en particular los factores
que inciden en su baja frecuencia de aparición en el habla de los niños, a partir de estudiar una
mayor cantidad de datos. Incluso cabría analizar si se trata de un fenómeno que tiende a
perderse en la gramática de aquellos hablantes adultos que han migrado hacia Buenos Aires
hace más tiempo.
De acuerdo con lo anterior, entendemos que en general los niños reproducen la variabilidad
del input en sus producciones y que este incide así en la configuración de la gramática infantil.
Sin embargo, esto no ocurre de la misma manera y con la misma frecuencia para los distintos
tipos de construcciones presentes en los datos que reciben los niños. En suma, los niños tratan
de ser fieles a los datos incluso si esto implica tratar de manera diferenciada las construcciones
preposicionales presentes en el input que está conformado por la variedad de español de contacto
que hablan los padres como por la variedad de español rioplatense propia del lugar de residencia.
Referencias bibliográficas
Resumen
Entre los siglos XIX y XX arribaron a la Argentina inmigrantes judíos de Europa oriental, cuya
lengua materna y étnica (Barrios, 2008) era el ídish. A partir del contacto (Klee y Lynch, 2009;
Medina López, 2002; Weinreich, 1953) con el español bonaerense (Fontanella de Weinberg,
2000), así como también, como consecuencia de políticas nacionales y de la propia comunidad
judía (Fischman, 2011; Fontanella de Weinberg, 1978; Skura y Fiszman, 2008), el ídish persiste
principalmente en selecciones léxicas ocasionales que realizan los hablantes. Profundizando
aproximaciones previas (Fainstein, 2017), en este trabajo indagamos qué expresiones
“atravesadas por el tabú” (Ainciburu, 2004) y originalmente utilizadas solo por hablantes de la
comunidad judía (préstamos intracomunitarios, [Hipperdinger, 2009]), “desbordaron” el uso
intracomunitario, generalizándose en la lengua intergrupal de otros sectores sociales. También
consideramos algunos motivos que pueden explicar su integración social. La investigación, de
carácter cualitativo, se realizó en Bahía Blanca (provincia de Buenos Aires) y se enmarcó en los
aportes de la sociolingüística interaccional (Gumperz, 1982b, 1982a, 2001; Tannen, 2004), de la
etnografía de la comunicación (Gumperz y Hymes, 1972; Saville Troike, 2005) y de la pragmática
sociocultural (Bravo, 2005; Bravo y Briz, 2004). En primer lugar, realizamos entrevistas a una
muestra equilibrada de hablantes, teniendo en cuenta las variables edad y género. Estas
entrevistas constaron de un cuestionario semiestructurado, para relevar las expresiones
atravesadas por el tabú que son préstamos del ídish y cuyo significado los hablantes conocen,
seguido de preguntas de respuesta abierta, para indagar tanto las causas de empleo de estos
préstamos como la manera en que los hablantes llegan a conocerlos. Entre los resultados
preliminares puede destacarse que los tres grupos etarios considerados utilizan préstamos del
ídish, pero algunos de los entrevistados de edad mayor (70+ años) e intermedia (45-55 años)
reconocen la difusión de esos préstamos a través de programas de televisión y radio.
Introducción
Europa hacia América. De manera particular en la Argentina, entre las últimas décadas del siglo
XIX y comienzos del XX, el número de inmigrantes llegó a representar “casi la mitad de la
población en las provincias económica y demográficamente más importantes y casi el 70% de la
población de la capital” (Fontanella de Weinberg, 1978: 5). La ciudad bonaerense de Bahía
Blanca no se vio exenta del carácter aluvial de este proceso inmigratorio, como se evidencia en
el Tercer Censo Nacional del año 1914, que registra que más de la mitad de la población no había
nacido en el país (Hipperdinger, 2018: 195). La afluencia inmigratoria trajo consigo una
multiplicidad de lenguas, principalmente las variedades provenientes de Italia, que coexistieron
con diversas lenguas inmigratorias como el inglés, el francés, el alemán y el griego (Hipperdinger,
2018).
En este contexto, los inmigrantes judíos fueron recibidos principalmente por Estados Unidos,
Canadá y la Argentina, adonde se trasladaron impulsados por un marco político-legislativo
favorable para el ingreso de inmigrantes. En la Argentina, la Constitución Nacional de 1853 y,
luego, la Ley de Inmigración y Colonización de 1876 (Ley 817) facilitaron su arribo (Visacovsky,
2015).
Así, en agosto de 1889 se registró el desembarco en la Argentina de 825 judíos provenientes
de localidades rusas y, dos años más tarde, comenzaron los grandes arribos, enmarcados por
“acuerdos de colonización agrícola entre el gobierno y la Jewish Colonization Association (JCA)”
(Visacovsky, 2015: 35), creada en Londres en el año 1891 por el filántropo Mauricio de Hirsch,
con el objetivo de ayudar a escapar a los judíos de Rusia de las persecuciones por parte del
régimen zarista. La JCA patrocinó los primeros asentamientos en las provincias de Santa Fe,
Buenos Aires, La Pampa, Santiago del Estero y Entre Ríos. Además, se fundaron colonias en las
provincias de Chaco y Río Negro, que no fueron patrocinadas por la JCA (Visacovsky, 2015).
Los contingentes judíos que arribaron entre el final del siglo XIX y la primera mitad del siglo
XX pertenecían en su mayoría al grupo asquenazí, proveniente de los actuales territorios
Alemania occidental, Polonia, Ucrania, Rusia y otros países eslavos (Visacovsky, 2015). Su
lengua era el ídish1, cuyo origen data de la Edad Media (Bussmann, 2006) y es el resultado de
una koineización de múltiples dialectos del alto alemán medio (Aslanov, 2011: 27) y, más tarde,
de lenguas eslavas, como consecuencia de los desplazamientos de los asquenazíes por Europa.
El ídish, entonces, fue la lengua étnica, materna y migratoria (Barrios, 2008) de los judíos que
migraron a la Argentina. Entendemos lengua étnica como “la variedad lingüística que se identifica
más estrechamente con la herencia cultural del grupo étnico, aquella que este interpreta como
propia y como símbolo de su identidad […]” (Barrios, 2008: 30). En cambio, se puede distinguir
la lengua materna, que se adquiere en el seno del hogar y es la de la socialización primaria, de
la lengua migratoria, que es la que el inmigrante tenía previamente a su partida y puede incluir
más de una lengua, como es el caso de los inmigrantes judíos hablantes de ídish.
Si consideramos la inserción de estos inmigrantes en la sociedad argentina, en el estudio
realizado por Virkel de Sandler (1977), se afirma que en las localidades bonaerenses de Colonia
Lapin y de Rivera la relación entre judíos y no judíos era constante y cordial, con una marcada
voluntad de integración. Prueba de ello es el respeto de todos los habitantes por las festividades
judías, la unión en los festejos conmemorativos de fechas patrias nacionales y la existencia de
matrimonios mixtos (Virkel de Sandler, 1977). Precisamente con una clara intención de
integrarse y participar en la comunidad argentina y, en particular, en su actividad política, los
1 En cuanto a la grafía con la que se escribe el nombre de esta lengua, el Diccionario de la Lengua Española
reconoce que, frente a la grafía peninsular “yidis” adoptada para representar la adaptación inglesa “Yiddish”
de la forma original del alemán “jüdisch”, en Argentina predomina la grafía “ídish”. En efecto, esta es la
variante gráfica empleada por investigadores argentinos especialistas en esta lengua, entre ellos Scherlis
Perel (2015, 2018), Skura y Glocer (2016), Aslanov (2011), Skura y Fiszman (2008) y por otros lingüistas
argentinos como Fontanella de Weinberg (1978) que también han considerado esta lengua en sus
investigaciones. De igual manera, se utiliza la misma grafía en el sitio web de la Fundación IWO (Instituto
Judío de Investigación), donde las letras “IW” de la sigla se corresponden con su nombre en ídish: Idisher
Visnshaftlejer Institut. Por todo lo señalado, en este trabajo también optamos por utilizar esa variante
gráfica.
por el hecho de que la entrevistadora integra también el grupo etario joven y consideramos que
estar conversando con una persona coetánea puede operar como un factor que reduzca las
restricciones frente al tabú.
Marco teórico
Contacto lingüístico
Como es sabido, dos lenguas están “en contacto” si se utilizan en una misma sociedad o, al
menos, en un sector de la población (Klee y Lynch, 2009). La transferencia, uno de los fenómenos
ocasionados por el contacto lingüístico, se caracteriza por “la imposición de pautas de una lengua
a cadenas formadas en otra” (Hipperdinger, 2001: 13). Esta influencia interlingüística puede
manifestarse en elementos fonético-fonológicos, morfológicos, sintácticos, léxicos, semántico-
pragmáticos o una combinación de ellos (Klee y Lynch, 2009).
El contacto se evidencia con mucha frecuencia en préstamos léxicos de una lengua a la otra,
ya que ese tipo de elementos es el que suele ser más influenciable por la lengua extranjera
(Castillo Fadic, 2002). Aunque no hay un consenso absoluto en la terminología sobre préstamo
lingüístico, en este trabajo entendemos préstamo como “la palabra que una lengua toma de la
otra sin traducirla” (García Yebra, 1984: 6).
Sin embargo, se debe indagar en el tipo y grado de integración lingüística y social (Gómez
Molina, 1999) de la transferencia para determinar si un efecto del contacto se trata de un
préstamo o de una interferencia. El primero se caracteriza por la permanencia de la transferencia
y el segundo por su carácter momentáneo (Hipperdinger, 2001: 14). Además, podemos
diferenciar entre préstamos no adaptados, que son aquellos que penetraron en una lengua sin
adaptaciones al sistema lingüístico receptor, y préstamos adaptados, que han sufrido
precisamente una adaptación morfológica, fónica u ortográfica a la lengua receptora (Castillo
Fadic, 2002: 474). En tal sentido, Hipperdinger (2016) aclara que las importaciones léxicas que
se encuentran integradas al uso cotidiano de la variedad lingüística receptora tienden a la
adaptación. Cuando este fenómeno es total, el préstamo ya no es reconocido como alóctono
(Hipperdinger, 2016: 271), por lo que se considera completamente integrado en la sociedad.
Como anticipamos en la introducción, Hipperdinger (2009) diferencia también entre los
préstamos intracomunitarios, que se utilizan solo dentro del grupo, y los préstamos que se
generalizan y son difundidos extragrupalmente. El uso de estos últimos desborda los límites
comunitarios.
Los factores que inciden en la penetración del préstamo léxico en la lengua recipiente son
múltiples y entre ellos podemos contar con los medios de comunicación que no solo favorecen
su ingreso (Castillo Fadic, 2002: 478), sino que también, confieren autoridad a personas como
periodistas, políticos o escritores, que serán los que garantizan la transmisión de aquellos
préstamos (Hagège, 1987).
Tabú lingüístico
Por su parte, el tabú lingüístico es otra temática muy estudiada desde distintas perspectivas. En
la bibliografía sociolingüística, en particular, se prefiere el término tabú, aunque puede
observarse que los estudios de origen francés utilizan de manera más frecuente la denominación
interdiction linguistique, mientras que la bibliografía anglosajona utiliza mayoritariamente la
expresión linguistic taboo (Cestero Mancera, 2015a; Montero Cartelle, 1981). Con independencia
de estas preferencias terminológicas en las aproximaciones teóricas existentes, es central para
nuestro trabajo tener presente los aportes en relación con la noción de imagen social de los
hablantes (Goffman, 1967), que las expresiones tabuizadas pueden amenazar (Brown y Levinson,
1992; Goffman, 1967). En este estudio, entonces, si bien se utilizará con mayor frecuencia el
término tabú, también emplearemos alternativamente las denominaciones interdicción, tabú
lingüístico o, para destacar su valor en la interacción verbal, expresión amenazadora/lesiva de
imagen.
En la discusión sobre el tabú y las expresiones que lo materializan, por último, es preciso,
también, definir en qué plano lo tabú es tabú. En la sociedad, lo tabuizado son comportamientos
y realidades que se conceptualizan por medio del lenguaje. En consecuencia, la interdicción
afecta los conceptos y los elementos léxicos que los expresan.
La semántica léxica resulta, entonces, indispensable no solo para conocer cuál es la forma y la
función del tabú lingüístico, sino también, para definir cuáles son las esferas que resultan
interdictas (Cestero Mancera, 2015a). Si bien son varias las categorizaciones que se han hecho
del tabú, nos resulta operativa la clasificación de cuatro esferas que Cestero Mancera (2015a,
2015b) retoma de Montero Cartelle (1981), a saber: la esfera mágico-religiosa (relacionada con la
muerte y enfermedad, la religión y lo sobrenatural), la sexual (actos y conductas, partes del
cuerpo, condiciones, etc.), la escatológica (actos, lugares y objetos, etc.) y la social (diferencias
sociales, acciones y defectos físicos o de carácter no deseables, etc.).
En el plano léxico, a través del eufemismo se rompe la asociación del elemento léxico con el
comportamiento o la realidad tabuizada. Es decir, el eufemismo evita la representación sucia,
molesta u obscena que se transmite a la palabra interdicta, en pos del cuidado de la decencia,
la prudencia, el pudor, etc. de los hablantes (Montero Cartelle, 1981), con lo que se elude su
posible pérdida de imagen (loss of face) (Allan y Burridge, 1991: 11).
A diferencia del tabú, que es prácticamente intemporal, el eufemismo, debido a su carácter
social y pragmático, suele tener una existencia fugaz, ya que generalmente termina adquiriendo
las connotaciones negativas del término que sustituye (Crespo Fernández, 2005). Además, su
relatividad es tal, que una misma expresión puede tratarse de un eufemismo o de un disfemismo,
dependiendo de variantes tales como la edad de los hablantes o el ambiente en que se enuncie
(Montero Cartelle, 1981: 25). Si bien el eufemismo y el disfemismo utilizan los mismos
dispositivos (devices) lingüísticos, el disfemismo busca reforzar el signo o concepto prohibido
(Casas Gómez, 2018: 16).
Montero Cartelle (1981) clasificó los recursos eufemísticos en paralingüísticos, formales y
semánticos y, dentro de la última categoría, incluye los extranjerismos, que también cumplen la
función de evitar la evocación del tabú. Sin embargo, tal como cualquier otra expresión
eufemística, este recurso permanece en su función hasta que se generaliza y pierde su capacidad
atenuadora (Montero Cartelle, 1981: 78). En cuanto al concepto de extranjerismo, Castillo Fadic
(2002: 473) explica que ha sido utilizado para denominar las voces de origen extranjero que no
han sido adaptadas al sistema fónico y morfológico de la lengua receptora, mientras que el
término préstamo ha sido empleado para las formas que sí fueron adaptadas. Sin embargo, la
autora también aclara que el sufijo despectivo –ismo, del primer concepto, no se corresponde a
una denominación neutra y científica, sino, más bien, purista. Por lo tanto en este trabajo, y en
concordancia con Castillo Fadic (2002), preferimos el término préstamo.
Metodología
grupo 2 (edad intermedia: 45-55 años) y grupo 3 (edad mayor: 70+ años). La separación etaria
de estos tres grupos es equivalente, es decir, cada uno está distanciado de los demás por 15
años, lo que favorece la identificación de las diferencias. Como señalamos en la formulación de
las hipótesis, la entrevistadora integra el grupo 1.
Las respuestas de las personas entrevistadas que sean citadas en este trabajo incluirán las
letras “F” o “M”, para género femenino o masculino respectivamente, seguido de un número que
corresponde al grupo del entrevistado (1, 2 o 3). Además, se agrega un número separado por un
guion, para identificar a cada entrevistado dentro del grupo etario.
Dado que esta investigación se relaciona con los aspectos que considera mi proyecto de
investigación doctoral2, para este trabajo nos concentramos en hablantes de la variedad de
español bonaerense que viven actualmente en la ciudad de Bahía Blanca y que no reconocen
tener ascendencia judía. Asimismo, neutralizamos en la muestra seleccionada la variable
socioeducacional y entrevistamos solo hablantes de nivel universitario, incluyendo a quienes
tienen carreras en curso o finalizadas. Por ello, las entrevistas se realizaron dentro de la
universidad (espacios comunes, bibliotecas y aulas).
Diseño de la entrevista
Selección de lenguas
La instancia de reconocimiento de palabras tabú consistió en una lista que incluía expresiones
correspondientes a las esferas social, escatológica y sexual en diversos idiomas3. Así, las
expresiones del ídish se presentaron acompañadas de otras voces interdictas de las tres esferas
en alemán, francés, griego, inglés, italiano y portugués, con el fin de poder incluir las expresiones
del ídish objeto de nuestro interés disimulando su centralidad para la entrevista.
Se trabajó con una lista en grafías estándares de cada una de las lenguas, sin atender al
conocimiento de su fonología que puedan tener o no los hablantes. En este sentido, se priorizó
el conocimiento eventual de la forma escrita y no de la realización oral de las voces, aspecto que
se considerará en otros trabajos. Respecto a este punto, en particular, la inserción en la lista de
voces griegas se justifica por la necesidad de incluir ejemplos de otra lengua que demande la
transliteración con el fin de que el ídish no fuera la única lengua transliterada en la lista de
2 El proyecto, titulado “Disfemismos y tabú lingüístico en el aula de Español como Lengua Extranjera (ELE):
influencia de las actitudes lingüísticas en la enseñanza y el aprendizaje de español en la universidad” se
encuentra aún en instancia de evaluación.
3 Para mantener la consistencia de nuestra labor, operamos aquí incluyendo las 43 expresiones ídish
palabras. Como es sabido, ambas lenguas emplean sistemas de escritura diferentes al de los
otros idiomas incluidos en la lista. También en relación con este punto, se aclara que, para el
caso del alemán, se eligió utilizar la aceptada grafía “ss” en lugar de la “β” para que sugiera de
manera más natural la realización fonológica de la palabra de préstamo a las personas
entrevistadas. Así, por ejemplo, en el caso de la expresión alemana para “mierda”, utilizamos la
grafía Scheisse en lugar de Scheiβe.
Por otra parte, en la inclusión del alemán se consideró también la relación de semejanza entre
las lenguas, aspecto de especial importancia para incluir voces del alemán en la medida que el
léxico y la pronunciación de esta lengua y del ídish presentan similitudes, debido al origen de la
lengua asquenazí.
Para la selección de las lenguas se atendió también a los aspectos diacrónicos del contacto.
Entre ellos, y en primer lugar, tuvimos en cuenta la importancia inmigratoria de distintos grupos
sociales. Una gran parte de las personas que arribaron a la ciudad de Bahía Blanca en el período
de entreguerras hablaba italiano, alemán, inglés, francés y griego, en un orden decreciente de
número de inmigrantes que utilizaban estas lenguas (Hipperdinger, 2018), factor que también
justifica la selección de expresiones de estos idiomas.
Además, en la determinación de las lenguas de origen de estas expresiones complementarias,
se tuvieron en cuenta factores sociales que hacen a la diacronía y a la sincronía de los contactos
lingüísticos entre lenguas inmigratorias y el español bonaerense. En este sentido, se
consideraron aspectos vinculados a la presencia que han tenido estas lenguas dentro del sistema
educativo nacional a lo largo del tiempo (el francés en el caso del grupo etario 3 y el inglés en los
de los grupos 2 y 1) y, en particular, a la posibilidad actual de su estudio en la Universidad
Nacional del Sur (institución donde se realizaron las entrevistas) y a su presencia en dicha
universidad a partir de la recepción de estudiantes internacionales que las hablan.
Asimismo, se escogió también el portugués, lengua con la que los hablantes bonaerenses tienen
contacto debido a la cercanía no solo genética, sino también, territorial y comercial en el marco
del Mercosur que la convierten en una de las alternativas en algunas escuelas de la ciudad.
Por último, en lo que hace a los factores sincrónicos que justifican la selección de lenguas, se
tuvo en cuenta un estudio realizado en Bahía Blanca (Hipperdinger, 2018), en el que se relevaron
algunas denominaciones comerciales de la ciudad. En esa oportunidad se concluyó que las
lenguas que integran el paisaje lingüístico urbano (Hipperdinger, 2018: 205) son el inglés, el
italiano y el francés, aunque también fueron contabilizadas, en menor medida, expresiones en
alemán y griego, entre otras. Así, resulta favorecido el reconocimiento de expresiones de estas
lenguas.
De las expresiones relevadas en nuestro trabajo previo se incluyeron en la lista 40 voces y, según
anticipamos, como excepción agregamos la forma adaptada tuje, que no fue relevada en esa
ocasión, pero que datos preexistentes nos permiten considerar como ejemplo de préstamo
“desbordado” y cuyo empleo entre los hablantes de español bonaerense en Bahía Blanca nos
interesa explorar.
Las expresiones que en el trabajo anterior se presentaron agrupadas, o bien por ser la forma
masculina o femenina de un adjetivo, o bien por ser variantes léxicas de una voz, se incluyeron
de manera aislada para favorecer su reconocimiento. En este sentido, aparecen por ejemplo los
dos géneros de las expresiones correspondientes a “boludo/a” (pots y potsa4, respectivamente).
Además, incluimos de manera aislada todas las variantes que se ofrecieron en el trabajo anterior
de la expresión “tetas” (sitques, tsitsn y tsitques).
4Incluimos las expresiones relevadas en las entrevistas realizadas en Fainstein (2017), con independencia
de que esta marca de género exista o no en ídish.
Asimismo, por una cuestión de diseño de la encuesta, en los casos en los que la misma voz fue
relevada de manera independiente, y también como parte de un sintagma nominal, optamos por
omitir una de las dos opciones.
Las voces fueron intercaladas con 39 expresiones de las otras lenguas. De estas, se distribuyen
tres en alemán, dos en francés, doce en griego, diez en inglés, cinco en italiano y siete en
portugués.
En la selección de las voces tabuizadas en las distintas lenguas, por su parte, se atendió a lo
que, a priori, consideramos que los entrevistados podrían o no reconocer, para generar así
motivación en la lectura de la lista. En consecuencia, se agregó una gran cantidad de voces en
inglés, que podrían ser más fácilmente reconocibles por los entrevistados, y también un número
elevado de léxico en griego, para no favorecer la expectativa de identificar todas las expresiones.
Las voces se presentaron en una hoja con seis columnas de entre 13 y 14 palabras de diferentes
lenguas. Cada columna tenía un color y una tipografía distinta para hacer una propuesta
atractiva desde lo visual que, a la vez, evitara la inferencia de algún criterio particular de
agrupamiento de las voces entre los entrevistados y estimularlos a leer todas las expresiones y
marcar las conocidas.
En el caso de la voz tuje(s), se entregaron de manera equilibrada listas de expresiones en las
que la variante no adaptada tujes aparece primero en la columna, seguida de tuje (como se puede
ver en la Figura 1) y viceversa, con el fin de evitar el condicionamiento de las respuestas.
Figura 1
A continuación analizaremos las respuestas brindadas por los entrevistados vinculadas con la
identificación de las interdicciones de préstamo de lenguas en general y, en segundo lugar, del
ídish en particular.
Entre los resultados de este estudio exploratorio puede destacarse que la mayoría de los
informantes respondió afirmativamente a la primera pregunta (“¿Conocés malas palabras en
otros idiomas?”), por lo que se pudo indagar con mayor profundidad en cuáles conocían.
En cuanto a las lenguas de procedencia, ninguna de las expresiones amenazadoras de imagen
mencionadas espontáneamente por los entrevistados fue en ídish. En las respuestas se
contabilizaron principalmente expresiones tabuizadas procedentes del inglés, pero también
algunas del francés, italiano, alemán (de las variedades estándar y la utilizada por los
descendientes de alemanes del Volga). Además, una entrevistada mencionó una interdicción en
la variedad peninsular del español (“coño”), fenómeno que podría considerarse un contacto
intralingüístico.
De las lenguas mencionadas, las expresiones más frecuentes fueron las inglesas fuck y fuck
you, aunque también se relevaron otras expresiones lesivas de imagen provenientes de esta
lengua. Algunas personas afirmaron utilizar los préstamos fuck y shit (la segunda también del
inglés) en situaciones cotidianas. Además, se relevaron las interdicciones merde y merda del
francés e italiano respectivamente. En cuanto al alemán, una persona mencionó Scheisse e
incluyó Sharts Aslo, afirmando que es una expresión de los alemanes del Volga. En relación con
los significados de estas expresiones, no todos los entrevistados afirmaron conocerlos, aunque
sí reconocieron estas expresiones como “malas palabras”.
Cuando se procedió a mostrar la lista de expresiones de tipo tabú, los tres grupos etarios
considerados identificaron algunas voces del ídish. A continuación, ordenaremos la información
sobre las expresiones reconocidas según la variable etaria, ya que, según nuestras hipótesis de
trabajo, la edad es una de las variables más relevantes para valorar hasta qué punto se trata de
préstamos de desborde en el caso de las voces tabuizadas de origen ídish exploradas en esta
oportunidad.
En primer lugar, si se considera a los hablantes más jóvenes, puede observarse que es el único
grupo donde dos entrevistados no detectaron ninguna expresión en ídish de la lista. Entre las
expresiones reconocidas por los otros dos hablantes, y de acuerdo con una de nuestras hipótesis
de trabajo, se encuentra la expresión adaptada tuje. Un resultado de interés en este sentido es
que dos personas de este grupo reconocieron también las expresiones tuje(s) y kish in tujes. Ahora
bien, interrogados sobre la lengua de procedencia, dos hablantes afirmaron que provienen de la
rusa o turca. En particular, una de las entrevistadas también mencionó la expresión kis mi tuje
(que en ídish sería kish main tujes, es decir, “besá mi culo”) que afirma conocer a través de la
abuela de ascendencia italiana.
Cuando se indagó por la relación entre tujes y tuje, por otro lado, quienes reconocieron la
expresión afirmaron que la primera es la forma plural, lo que demuestra que en ellos opera la
forma adaptada del préstamo.
En cuanto a la expresión buts (“boludo”) solo fue señalada por un entrevistado de este grupo
etario, pero no brindó información acerca del idioma del que podría provenir ni de su significado.
Quizás el hecho de mostrar la forma por escrito pudo haber condicionado su respuesta, como
sucedió con otros entrevistados que afirmaron que buts es “cola” (butt) en inglés, aunque
indicaron que la forma estaba escrita de manera incorrecta en la lista de expresiones que
entregamos. Cabe destacar que la relación de semejanza entre estas dos expresiones es
principalmente gráfica, aunque también, en alguna medida, fónica. Sin embargo, en el plano
semántico no están relacionadas, ya que la forma en ídish se refiere a una característica de la
personalidad no deseada (“boludo”) y, por lo tanto, se corresponde a la esfera social y la voz
inglesa es una forma disfemística para nombrar a una parte del cuerpo relacionada con las
esferas tabuizadas sexual y escatológica (“culo”). Además, la expresión del ídish se utiliza para
dañar la imagen de una persona, mientras que la inglesa solo puede causar ese efecto en caso
de ser empleada en contextos inapropiados. En tal sentido, tampoco existe una relación
pragmática entre ellas.
En relación con las actitudes de los hablantes del grupo etario más joven, y contrariamente a
lo esperado, se evidenció una predisposición negativa hacia la enunciación de expresiones
tabuizadas. Por ejemplo, cuando preguntamos a un entrevistado por las “malas palabras” que
conoce en otras lenguas, su respuesta fue: ¿Tengo que decirlas? (M1-1).
En contraste con el grupo etario 1, todos los hablantes de edad intermedia (grupo 2) reco-
nocieron al menos dos expresiones en ídish de la lista. Entre ellas, la totalidad afirmó conocer la
expresión tuje(s).
En cuanto al factor de penetración de los préstamos, los entrevistados hombres de este grupo
etario relacionaron la expresión con el humorista argentino Tato Bores y uno de ellos (M2-1)
aclaró que el comediante utilizaba la forma tujes para el sustantivo singular, aunque para él la
“–s” final es indicador de plural.
Respecto a la lengua de procedencia, una entrevistada afirmó que su origen es lunfardo y dos
afirmaron que proviene del “castellano”. Uno de los que reconoció esta voz en la lista mostró una
actitud negativa en relación a la interdicción tuje(s) al negar su existencia: Es castellano, pero en
realidad no existe (M2-1).
Por último, un informante afirmó que son palabras “en judío”, es decir, reconoció el origen
inmigratorio de las expresiones. Además, en cuanto al número de tuje(s), al igual que los de edad
joven, todos estos entrevistados afirmaron que la forma singular de este préstamo es sin “{–s}”,
lo que sugiere que la forma está adaptada.
En cuanto al nivel pragmático, una entrevistada (F2-2) propuso el uso de este préstamo en
frases como “fue/salió para el tuje”, que negó utilizar. Además, un informante formuló “te pego
una patada en el tujes” y “me va como el tujes” (M2-2). En este último caso, llamativamente
utilizó lo que él considera el plural de la palabra tuje. Es probable que su respuesta haya estado
condicionada por la evocación de los programas televisivos de Tato Bores, ya que el informante
aclaró que escuchó estas frases enunciadas por el humorista. También es posible que su
respuesta haya estado condicionada por la escritura de la expresión en la lista de palabras.
Otras interdicciones de origen ídish que fueron reconocidas por los hablantes de este grupo
etario incluyen buts, goishe cop (“cabeza de no judío”) y shicse (“sirvienta”). Estas dos últimas
presentan un matiz especialmente polémico dentro de la comunidad judía, ya que la primera se
emplea para referirse de manera despectiva a “quien no pertenece al grupo” y, la segunda, sirve
para referirse peyorativamente a una “mujer que realiza el trabajo doméstico como medio
laboral”. Varios miembros de la comunidad judía afirman que no utilizan la última expresión
con frecuencia por considerarla discriminatoria (Fainstein, 2017).
De manera similar a lo señalado previamente en el grupo de hablantes, con relación a buts,
puede observarse que solo un entrevistado reconoció esta expresión, pero afirmó que proviene
del inglés y que significa “cola”, tal como expresaron los informantes jóvenes, que presentaron
la misma confusión por la influencia del medio gráfico.
Además, una persona afirmó: Goishe cop y shicse me suenan a judío, me suenan hermosas, la
sonoridad me suena hermosa (M2-2). A pesar de que no consideramos que este último
entrevistado conozca las expresiones, ya que no las señaló en la lista ni afirmó reconocerlas,
consideramos relevante remarcar que, para él, se encuentra en el horizonte de opciones
idiomáticas la posibilidad de que las expresiones correspondan a una lengua relacionada con la
comunidad judía. Asimismo, el entrevistado muestra una asociación positiva entre la palabra y
su “sonoridad”. Por otra parte, el hablante, no vincula el concepto tabuizado con el plano
semántico de las voces, ya que lo desconoce.
Resulta de interés en vinculación con nuestras hipótesis de trabajo el contraste en las actitudes
de este mismo entrevistado, ya que, cuando tuvo que enunciar expresiones tabuizadas, utilizó
un tono de voz más bajo del habitual, mostrando así una actitud negativa hacia las expresiones
que nos interesan. Tal como afirma Montero Cartelle (1981: 46), la entonación es uno de los
recursos paralingüísticos del eufemismo, ya que a través del debilitamiento de la pronunciación
el hablante intenta evitar las evocaciones del tabú.
En cuanto a las personas del grupo etario 3, de entre 71 y 79 años, y al igual que el anterior,
todas reconocieron al menos una expresión proveniente del ídish de entre las ofrecidas por la
lista. Como excepción en relación a los dos grupos anteriores, un informante de sexo masculino
reconoció la interdicción de la esfera social meshíguene (“loco”), como detallaremos más adelante.
Sobre esta voz ídish, cabe destacar que intracomunitariamente existe también la variante
meshigás cuyo significado es el mismo y también fue incluida en la lista de expresiones
tabuizadas entregada a los informantes.
Entre las expresiones de nuestro interés señaladas por los hablantes de edad mayor, la mayoría
identificó la expresión tuje(s), aunque una mujer no reconoció tujes y un hombre desconoció la
forma con “–s”. Cuando se indagó acerca del origen de la expresión, dos entrevistadas, si bien
no reconocieron la lengua de origen, sí identificaron el grupo inmigratorio del que provienen las
expresiones, como podemos notar en sus afirmaciones: Son palabras que usan los judíos (F3-1)
y Es una palabra que dicen los judíos para decir “cola”. Vienen por la inmigración (F3-2). Como en
los grupos etarios 1 y 2, se reitera la fuerte asociación entre lengua y comunidad de habla étnica-
religiosa, aunque se desconozca el nombre de la lengua.
En lo que hace a los posibles empleos de estas expresiones, un entrevistado (M3-1) afirmó que
tuje es un sustantivo singular en español y formuló la frase “me fue como el tuje”. Esta misma
persona, al leer la frase kish in tujes preguntó si kish significa “beso” y dio por sentado el
significado de tujes, tal vez por considerarla parte ya del léxico español. Otro entrevistado (M3-
2), luego de expresar que desconoce interdicciones en otros idiomas alegando que no usa voces
tabuizadas (No, no puteo [M3-2]) formó la frase “le fue para el tujes” y la tradujo como “le fue para
el culo”, a pesar de que previamente había afirmado que tujes es el nombre alemán del órgano
sexual femenino. Esta persona reconoció en la lista las dos formas (tujes y tuje), pero formó la
frase con la forma de expresión más cercana al ídish original (tujes).
En relación al contacto que los informantes de mayor edad tuvieron con los inmigrantes,
cuando se le preguntó a este mismo entrevistado (M3-2) por su primera lengua, respondió que
es el español, pero aclaró que en el barrio donde se crio (Villa Mitre) convivían “el gringo zapatero,
el gringo albañil”, y los sirio libaneses. El informante agregó que estos últimos tenían un
programa en la radio LU3, llamado “Mundo árabe” y que era frecuente escucharlo en sus
hogares. Además, él frecuentaba casas de familias italianas, en donde no se hablaba español.
Consideramos su testimonio un claro ejemplo del tipo de contacto que las personas de más de
70 años tenían con las lenguas migratorias.
Por último, si bien en la investigación sobre el uso de expresiones tabuizadas en otras lenguas
se observa que estas voces suelen utilizarse como recurso eufemístico (Chamizo Domínguez,
2004: 47), con relación a la expresión tuje(s) una entrevistada afirmó: Me parece muy asquerosa,
me resulta muy ordinaria la gente que lo dice (F3-1). Como ya explicamos en el marco teórico, el
carácter eufemístico de los préstamos puede eventualmente desaparecer (Montero Cartelle,
1981: 39) e incluso convertirse en disfemismo (Chamizo Domínguez, 2004: 45). Precisamente,
puede sugerirse que el comentario de esta entrevistada señala la posibilidad de que la expresión
tuje(s) tenga, para algunos hablantes, un carácter disfemístico, ya que acentúa los elementos
más desagradables u ofensivos de una expresión tabuizada (Montero Cartelle, 1981: 87).
Es pertinente también detenernos a señalar las dos partes de la respuesta de esta entrevistada:
en primer lugar, para ella la expresión es desagradable y, en segundo lugar, por asociación, carga
de juicio negativo a las personas que la utilizan. Podemos entonces notar que, en esta respuesta,
la evaluación del lexema se transfiere a quien lo usa.
Dentro de este grupo etario, como ya anticipamos, un hombre reconoció la expresión
meshíguene (“loco”), que no había sido identificada en los grupos etarios 1 y 2: ¿Es del ídish? No
sé qué quiere decir. Lo escuché en los cómicos judíos de radio o televisión, como Tato Bores. El
ídish es la lengua de los judíos (M3-1). Aunque desconoce el significado de la expresión, el
comentario del hablante da a entender que conoce el origen ídish de la voz y menciona factores
de difusión del préstamo que también aparecen entre los del segundo grupo etario.
Conclusión
En relación con el papel del contacto más directo con los grupos inmigratorios, si bien nuestra
primera hipótesis afirmaba que el tercer grupo etario sería el que reconocería la mayor cantidad
de préstamos tabuizados del ídish, las entrevistas de este estudio exploratorio muestran que no
hay una diferencia significativa entre los hablantes mayores de 70 años y los hablantes de los
otros grupos: las personas de edad joven reconocieron un total de siete expresiones de origen
ídish, mientras que los de edad intermedia diez y los de edad mayor ocho.
Podemos destacar que solo dos hablantes del grupo de edad joven no reconocieron ningún
préstamo interdicto del ídish, mientras que el resto de los entrevistados identificó al menos uno.
A pesar de que los resultados de este estudio exploratorio evidencian que los hablantes del grupo
1 reconocen menos préstamos que los otros grupos, por la cantidad de respuestas consideramos
que los resultados no son conclusivos para confirmar o descartar nuestra primera hipótesis, que
postulaba que el grado de reconocimiento de los préstamos tabú de origen ídish se relaciona con
el tipo de contacto de los entrevistados con los grupos inmigratorios.
Según nuestra segunda hipótesis, la expresión tujes, o su adaptación tuje, desbordó el uso
intragrupal. En este sentido, y en relación también con la primera hipótesis, ningún informante
hizo alusión al vínculo con inmigrantes que hayan utilizado expresiones en ídish, por lo que estos
resultados sugieren que el tipo de contacto que los entrevistados tuvieron con estas personas no
está relacionado directamente con el reconocimiento o no de los préstamos. En cambio, algunos
entrevistados de los grupos 2 y 3 mencionaron factores que pueden haber favorecido la difusión
extragrupal de los préstamos, como programas de radio, televisión, programas deportivos y,
particularmente, el comediante Tato Bores, a quien consideramos uno de los garantes (Hagège,
1987) del préstamo tuje y de las expresiones que contienen esta voz. Podemos, entonces, afirmar
que uno de los principales factores que incidieron en la penetración de los préstamos léxicos
fueron los medios masivos de comunicación y no el tipo de contacto que tuvieron los
entrevistados con los inmigrantes.
También en vinculación con nuestra segunda hipótesis, podemos suponer que la expresión
tuje(s), en sus formas adaptada y no adaptada, considerada por algunos de nuestros
entrevistados como parte del léxico español o específicamente del lunfardo, ya no es reconocida
como alóctono. Sugieren esto las afirmaciones citadas entre los resultados de las entrevistas,
que indican que algunas de las expresiones tabuizadas de la lista pertenecen al español, lunfardo
o castellano. El hecho de que los informantes de los grupos 2 y 3 atribuyan el origen de estas
expresiones a una variedad local señala el grado de integración que tiene el préstamo tuje(s) en
su variedad lingüística, al menos para estos grupos etarios.
Aunque se trata de un estudio exploratorio, consideramos que los resultados permiten
confirmar nuestra segunda hipótesis y afirmar que la expresión tujes, que fue originalmente un
préstamo intracomunitario de la comunidad judía de Bahía Blanca, desbordó el uso intragrupal
y se generalizó extragrupalmente, gracias, en parte, a los medios de comunicación. Se evidenció,
además, que su empleo se realiza frecuentemente con un cambio morfológico (sin la “-s” que
indicaría plural en español). Sin embargo, los hablantes de más de 45 años y que no pertenecen
a la comunidad judía, ya no reconocen este préstamo como tal, sino como parte de la variedad
lingüística bonaerense.
Por último, y en relación con nuestra tercera hipótesis, concluimos, en primer lugar, que los
informantes de menor edad no mostraron una actitud más abierta a enunciar voces interdictas
y, en segundo lugar, que la edad de la entrevistadora no redujo sus represiones frente al tabú.
En este sentido, cabe realizar una observación metodológica, ya que no tuvimos en cuenta que
la decisión de realizar las entrevistas en espacios físicos vinculados con la universidad podría
traer como consecuencia imprevista el pudor y la reserva que mostraron algunos encuestados al
momento de enunciar las expresiones lesivas de imagen.
Como mostramos en la sección de análisis de los datos, estas reacciones de reserva se ponen
en evidencia, de manera muy clara, por ejemplo cuando ante la pregunta de un hablante que
duda sobre si debe enunciar aquellos préstamos tabú que conoce o ante el tono de voz más bajo
empleado por otro hablante al mencionar las interdicciones, en un uso claramente eufemístico.
Para finalizar, y en cuanto a los aspectos actitudinales en los que indagamos en este trabajo,
señalamos una contradicción en la conducta de algunos entrevistados de los grupos 2 y 3,
quienes expresaron que desconocen las interdicciones porque no las utilizan en su habla
habitual. Esta relación de causa-consecuencia no se condice con la afirmación de Jay (2000: 86)
que expresa que, a pesar de que algunos hablantes no utilizan interdicciones bajo ninguna
circunstancia, todos los adultos conocen expresiones de tipo tabú y saben cómo utilizarlas de
manera correcta y efectiva. En la práctica, varios de nuestros entrevistados formaron frases
incluyendo la expresión tuje(s). En tal sentido, y como afirma Jay (2000), el hecho de que algunas
personas utilicen o no interdicciones está relacionado con diversas razones neuro-psico-sociales.
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Resumen
En el presente capítulo examino los movimientos argumentativos que despliegan los abogados
de ciudadanos argentinos en rol de demandantes, y los abogados del Estado en rol de defensores,
en sus alegatos finales orales ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Las
herramientas conceptuales para el estudio de la argumentación en espacios institucionales
provienen de la fusión del Análisis del Discurso en Situación (Chouliaraki y Fairclough, 1999;
Fairclough, 2003), la Pragmática (van Eemeren y Grootendorst, 2003) y la Nueva Retórica
(Perelman y Olbrechts-Tyteca, 1989). Los datos recolectados mediante videograbaciones son
naturales y espontáneos, y fueron transcriptos para los fines de este estudio. El análisis revela
cómo los demandantes se orientan a persuadir al tribunal acerca de la responsabilidad del
Estado por la violación del derecho a la libertad de expresión. Además, pone de manifiesto cómo
la defensa rechaza esta acusación al cuestionar el tipo de razonamiento del que se deriva. El
rastreo de las analogías y las oposiciones en el discurso de la partes ante la Corte Interamericana
de Derechos Humanos (Corte IDH) pone de manifiesto tendencias respecto de la distribución y
las funciones de estos movimientos argumentativos y el modo en que estas operaciones se ven
implicadas en los procesos de universalización y relativización de los derechos humanos. De este
modo, se da cuenta de la función ideológica de la analogía en la expansión de los límites del
derecho a la libertad de expresión y de la función de la oposición y la identificación de una
excepción en la relativización de este derecho fundamental. Esta investigación constituye un
aporte al estudio de la argumentación en la interacción cara a cara en la sala de audiencias y
revela tensiones entre el Estado Argentino y sectores de su ciudadanía respecto de los límites
del poder estatal y del alcance de los derechos humanos.
Introducción
A partir de mediados del siglo XX, el interés por la argumentación como objeto de estudio se
renueva desde diversas perspectivas: la Lógica (Walton, 1989, 1995), la Filosofía (Toulmin, 1958,
1970), la Semántica (Ducrot, 2004), la Pragmática (van Eemeren y Grootendorst, 2003) y la
Nueva Retórica (Perelman y Olbrechts-Tyteca, 1989). Este estudio se nutre de las ideas
desarrolladas desde estas perspectivas, pero se inscribe principalmente en la tradición de los
estudios de la Nueva Retórica. Esta perspectiva teórica es la que mejor se adecua a los fines del
presente trabajo puesto que permite dar cuenta de los modos particulares y situados en los que
un orador se orienta a influir en la opinión de un auditorio concreto a través del despliegue de
una serie de argumentos encadenados y de un conjunto de operaciones retóricas orientadas a
la persuasión. Esta perspectiva destaca la relación dialéctica entre argumentación y auditorio,
junto con la relevancia de la argumentación persuasiva para la generación del consenso en las
sociedades democráticas.
Según Charaudeau (2009:280), la argumentación como práctica situada parte de la existencia
de una controversia y consiste en “imponer al interlocutor un marco de cuestionamiento, una
toma de posición y unos argumentos de prueba, con el fin de que este no encuentre ningún
contra argumento convincente y termine compartiendo la opinión del sujeto que argumenta”. A
pesar de no compartir todos los términos de esta definición, especialmente, el uso del verbo
‘imponer’, creo que sirve como punto de partida puesto que captura la naturaleza interaccional
de toda argumentación. Esta definición es además útil puesto que identifica una diferencia de
opinión en la base de la práctica argumentativa.
A saber, la argumentación ante la Corte IDH es ocasionada interaccionalmente a raíz de una
diferencia de opinión entre las partes en el litigio que debe ser resuelta por el tribunal. En este
contexto, la controversia gira en torno a si un Estado violó o no los derechos humanos
establecidos en la Convención Americana en perjuicio de su ciudadanía. Con el objetivo de influir
en esta deliberación, las partes en la litis presentan argumentos plausibles que permiten arribar
a una conclusión aparentemente racional. Estos argumentos retóricos (Schiffrin, 1987)
presentan una estructura básica que incluye una posición argumentativa y un apoyo
proveniente de la experiencia y del razonamiento. El foco analítico de esta publicación está
puesto en los tipos de razonamiento que utilizan las partes para apoyar una posición
argumentativa y en su manifestación discursiva a partir de la identificación de los movimientos
argumentativos más recurrentes en los textos. El análisis de las analogías y las oposiciones en
los alegatos de las partes pone de manifiesto la función argumentativa de estos movimientos
argumentativos en el género alegato. Además, revela tendencias en la distribución y combinación
de estas operaciones lógico semánticas que son interpretables en el marco social y político de las
tensiones entre un estado y sectores de su ciudadanía.
Perelman y Olbrechts-Tyteca (1989) llaman la atención sobre dos formas de argumentar
recurrentes en el ámbito judicial en los fundamentos de las sentencias de un tribunal. La primera
se funda en la analogía y en el principio de que es justo tratar de la misma manera a dos seres
semejantes. “Cuando una decisión autorizada ha tratado de cierta manera un caso relevante de
cierta categoría, parece justo y conforme a la razón tratar de la misma manera un caso
especialmente semejante” (Marafioti, 2010:153). De esta forma de argumentar conocida como la
técnica del precedente se parte de la mención de causas afines y anteriores para transformarlas
en una regla general que luego se aplicará a la presente causa. En el dominio de la
argumentación plausible, esta técnica es útil en tanto que sirve de apoyo para una opinión que
se presenta como racional.
La segunda forma de argumentar recurrente en el ámbito judicial según Perelman y Olbrechts-
Tyteca (1989) se basa en el establecimiento de una relación de oposición y consiste en reconocer
diferencias entre entidades aparentemente semejantes al introducir una condición excepcional
que establece una división dentro de una categoría. Esta división es útil en la argumentación
persuasiva puesto que posibilita tratar de una forma particular a determinados seres a partir de
la identificación de una excepción que los aparta de la norma. En este estudio indago acerca de
cómo la analogía y la oposición estructuran y sostienen una posición argumentativa en los
alegatos finales orales ante la Corte IDH. Asimismo, identifico tendencias respecto de cómo las
partes se inclinan hacia una u otra forma de apoyar una posición en relación con sus objetivos
comunicativos. Por último, a partir de los hallazgos del análisis del corpus de estudio, doy cuenta
de las posiciones de sujeto (Kress, 1989) que se construyen en los alegatos finales orales y del
posicionamiento (Davis y Harré, 1990) de los ciudadanos y los funcionarios del estado en tanto
productores textuales.
Antecedentes
Los antecedentes específicos para este estudio se encuentran en las investigaciones sobre la
argumentación retórica como una parte integral de la práctica social de la administración de
justicia en géneros discursivos interaccionales en fueros penales (Carranza, 2015) y civiles (Tracy
y Hodge, 2018). Estos estudios se han enfocado en la argumentación en diferentes etapas del
proceso judicial en la fase oral como los alegatos orales y las declaraciones testimoniales. Estos
antecedentes revelan un sesgo hacia el estudio de la argumentación en la práctica de la
administración de justicia en el ámbito nacional y provincial, al mismo tiempo que hacen
evidente un vacío respecto de estudios que exploren la argumentación situada en los foros
judiciales transnacionales y regionales.
Con el fin de expandir las fronteras del estudio de la argumentación retórica más allá de los
contextos institucionales locales, en este trabajo hago foco en la argumentación como modo
discursivo en los alegatos finales orales que se producen en una corte transnacional sobre
derechos humanos. En particular, analizo los movimientos argumentativos que despliegan las
partes con el fin de persuadir al tribunal respecto de la aceptabilidad de sus conclusiones. En
esta línea de investigación, los movimientos argumentativos son analizados en relación con su
función local y global en un texto y en relación con diferentes niveles de contexto (Halliday y
Hasan, 1989), que abarcan el acontecimiento social de la administración de justicia, las formas
de argumentar propias de la institución judicial en un periodo histórico particular y el contexto
socio cultural y político donde se observan formas de pensar y actuar ancladas a espacios físicos
y temporales. Los hallazgos de este estudio echan luz sobre las relaciones de poder en el mundo
global contemporáneo, en especial, acerca de los límites que los ciudadanos imponen al estado
y acerca de los límites que el estado impone a sus ciudadanos. Todas cuestiones que aquí se
plantean son clave para comenzar a comprender en profundidad las disputas políticas actuales
acerca de los derechos humanos y la libertad de expresión.
El corpus
1La audiencia Fontevecchia y D’amico vs Argentina se llevó a cabo los días 24 y 25 de agosto de 2011. Los
alegatos finales orales fueron presentados el último día. Esta audiencia trata la supuesta violación al
derecho de libertad de expresión de dos periodistas argentinos tras las condenas penales y civiles impuestas
por la publicación de información sobre el entonces presidente de la Nación Carlos Saúl Menem. El alegato
oral de la parte demandante estuvo a cargo de Eduardo Bertoni y de Gabriela Kletzel (min 00:02:54 –
00:35:05 Parte 4). El alegato de la defensa estuvo al mando de Gustavo Roque Stefanelli (min. 00:35:22 -
00:45:58).
2La audiencia Mémoli vs Argentina fue celebrada el 8 de febrero del 2013 por la supuesta violación al
derecho a la libertad de expresión por las condenas penales y civiles impuestas tras la publicación de
información sobre el manejo de fondos públicos de una asociación civil. El alegato final oral de la parte
demandante fue producido por Leopoldo Gold y Pablo Carlos Mémoli (min. 00:16:11-00:46:23 Parte 1). El
alegato de la parte demandada estuvo a cargo de Javier Salgado, Gonzalo Bueno y María Eugenia Carbone
(min. 00:48:27-01:29:15).
no lo hicieron.
pero en el mismo fallo detallan el caso Kimel.
la sala cuarta de la Cámara Federal de la Capital dice que corresponde recurso de revisión
y en dos carillas lo libera.
entonces nosotros planteamos.
Kimel sí Mémoli no?
por qué?
causas precedentes, el tribunal debe fallar a favor de los periodistas y condenar el uso de
procedimientos judiciales y medidas cautelares extendidos en el tiempo que afectan con
severidad la libertad de expresión.
El análisis de estos dos casos ilustrativos pone de manifiesto cómo el desarrollo de una analogía
por parte de dos oradores se pone al servicio de argumentar a favor de la responsabilidad estatal
de la República Argentina ante una violación del derecho a la libertad de pensamiento y
expresión. En ambos casos, extraídos del alegato de la demanda, la analogía establece una
relación de similitud entre un conjunto de causas diferentes que guía al tribunal para que falle
en una determinada dirección y de esta forma contribuya a expandir el alcance del derecho a la
libertad de expresión más allá de sus fronteras actuales.
Los siguientes dos casos ilustran también cómo la analogía cumple una función esencial de
soporte de una posición argumentativa en el alegato final oral de la parte demandante. Estos
casos provienen de la audiencia Fontevecchia y D’amico contra la Argentina, que versa sobre la
violación a la libertad de expresión de los periodistas de la revista Noticias.
En el caso (3), luego de reseñar la jurisprudencia de la Corte IDH y de otros tribunales
internacionales, el orador identifica una relación de calce perfecto entre lo allí se incluye dentro
de la categoría de publicaciones protegidas, por su carácter de interés público, y las
publicaciones realizadas por la revista Noticias. De este modo, el orador deja entrever que las
sanciones a la revista en el ámbito nacional fueron ilegales y supusieron una clara violación al
derecho a la libertad de expresión.
(3) Fontevecchia y D’amico contra la Argentina / alegato de la demanda
Eduardo Bertoni: difícilmente encontremos
en la jurisprudencia de esta corte
como en la jurisprudencia de otros tribunales internacionales
detalles que cuajen más a la perfección
que que estos hechos
son hechos ((los hechos sobre los que versan las publicaciones de la revista))
sin duda
de interés público.
En este fragmento, la selección léxica del verbo cuajar denota una relación de calce en un grado
superlativo, a la perfección, entre los hechos probados en la presente causa y las acciones
consideradas ilegales en todas las convenciones internacionales sobre derechos humanos y
libertad de expresión. Esta relación de ajuste es invocada por el orador a modo de apoyo para
defender la posición de que las publicaciones de Jorge Fontevecchia y Héctor D’amico deberían
haber sido protegidas y no censuradas. Dado que los jueces nacionales no lo consideraron así y
la Corte Suprema de Justicia de la Nación los condenó por ellas, esta analogía proyecta
responsabilidad internacional sobre la Argentina. En este alegato, la analogía sirve de apoyo para
defender la posición argumentativa de la demanda, al mismo tiempo que amplía el alcance de la
aplicación de la normativa internacional a una nueva causa.
El caso (4) ilustra cómo se desarrolla la analogía planteada en el alegato de la demanda para
así concluir sobre la responsabilidad estatal de la Argentina por la condena de los señores
Fontevecchia y D’amico.
(4) Fontevecchia y D’amico contra la Argentina / alegato de la demanda
Eduardo Bertoni: frente a expresiones que son de interés público
esta Corte Interamericana ha entendido que
aplicar responsabilidades ulteriores
no son necesarias(.)
por ejemplo
cuando esta Corte Interamericana desarrolló
el estándar del diferente umbral de protección
entre funcionarios públicos y privados.
está diciendo eso(.)
y recuerdo
casi parafraseando a la Corte que
cuando establecieron este umbral de diferente protección
En este fragmento, el conector lógico semántico aun cuando señala una relación de concesión
que conlleva una asimetría entre las proposiciones vinculadas. De este modo, las presuntas
víctimas interpusieron otros recursos que resultaban palmariamente improcedentes se destaca
como foco informativo, mientras que el objetivo perseguido por los señores Mémoli era el mismo
de Kimel, anular la condena penal y sus consecuencias en materia civil, se proyecta como
información de fondo. Aquí, la representación negativa del proceder de los peticionarios en la
presente causa como palmariamente improcedente tiene el efecto de introducir una excepción a
la responsabilidad estatal que se funda en la identificación de un error de procedimiento que es
atribuido a las supuestas víctimas.
En el caso (6), el orador de la defensa identifica el error de procedimiento en el que
supuestamente incurrieron las supuestas víctimas en la causa Mémoli. Esta acción tiene el
efecto de sostener la particularidad de la presente causa y la imposibilidad de realizar una
valoración analógica sobre la base de lo actuado en la precedente causa Kimel.
(6) Mémoli contra Argentina / alegato de la defensa
Gonzalo Bueno: en lugar de interponer un recurso de revisión
como lo hizo Kimel
los señores Mémoli optaron
una y otra vez
por recursos tendientes a plantear
la inconstitucionalidad de las calumnias e injurias.
lo que representó
una IMpropia utilización
de los recursos disponibles
en el ámbito interno(.)
En este fragmento, la expresión en lugar de introduce una relación de contraste entre las
causas Kimel y Mémoli que se pone al servicio de romper el enlace establecido por la demanda.
Al identificar una oposición entre el recurso de revisión interpuesto por Kimel y el recurso de
inconstitucionalidad presentado por Mémoli para anular los efectos de una condena por injurias
y calumnias, la defensa limita la relación de similitud entre estas dos causas. Su efecto es la
atribución de culpabilidad a las víctimas ante su forma de proceder equívoca, lo que se alega
contribuyó a que una medida cautelar se prolongara a lo largo del tiempo. Aquí también la
excepcionalidad de la presente causa se construye sobre la base de una caracterización negativa
del accionar de las víctimas como recurrente a través del uso de iterativos, una y otra vez, y de
adjetivos, impropia. Esta técnica de diferenciación en el alegato de la defensa tiene el efecto de
culpabilizar a las víctimas y se orienta a evadir responsabilidad estatal.
El análisis de los casos (5) y (6) pone de manifiesto el valor argumentativo de la oposición en el
alegato de la defensa del Estado ante la Corte IDH. Asimismo, constata que para mostrar
diferencias entre entidades que comparten una misma naturaleza, los oradores suelen acudir a
la representación de una condición suplementaria. Esta acción posibilita tratar de una forma
particular o excepcional a determinados sujetos a los que se les podrá aplicar normas diferentes
(Hunter & McDonald, 2017). En otras palabras, el establecimiento de una relación de oposición
en el alegato de la defensa ante la Corte IDH posibilita el cuestionamiento de una analogía a
partir de la introducción de una condición excepcional que es trazada con nitidez. Este
movimiento argumentativo se pone al servicio de invalidar la conclusión de que el Estado
Argentino es responsable de los cargos que se le imputan.
En los dos siguientes fragmentos, extraídos de la audiencia Fontevecchia y D’amico contra la
Argentina, la defensa cuestiona la equiparación de dos causas en las que el Estado está
En primer lugar, el orador cuestiona la posibilidad de una resolución en abstracto, esto es, una
sentencia del tribunal que no considere el contexto nacional en el que se produjeron los hechos
de la presente causa. Luego, el orador introduce una caracterización positiva cuasi hiperbólica
de las medidas importantísimas que fueron adoptadas por el Estado Argentino tras de la
sentencia de la Corte IDH en la causa Kimel contra la Argentina. Estas medidas, sostiene el
orador, fueron implementadas con el fin de garantizar que hechos como los que sucedieron en
la causa Kimel no volvieran a suceder en el ámbito del territorio nacional. La introducción de
este nuevo contexto como condición suplementaria tiene el efecto de posibilitar un tratamiento
diferenciado de la presente causa, lo que en definitiva se pone al servicio de mitigar la
responsabilidad estatal.
Por último, en el caso (8), el orador considera la posibilidad de que el tribunal, siguiendo los
argumentos de la demanda, realice una valoración analógica de los hechos en dos causas
semejantes. En este caso, el establecimiento de una relación de oposición señalada por “de lo
contrario” se pone al servicio de trazar los límites de la analogía y, en consecuencia, los límites
de un derecho fundamental.
(8) Fontevecchia y D’amico contra Argentina / alegato de la defensa
Gustavo Roque Stefanelli: ahora bien
no se podría ir más allá
del resultado de la sentencia del caso Kimel
en materia de calumnias e injurias.
ya que
el ejercicio de cada derecho fundamental
reconocido en la Convención Americana
se tiene que hacer con respeto y salvaguarda
de los demás derechos fundamentales.
de lo contrario
podría resultar en una tensión
entre libertad de expresión y derecho al honor y la intimidad
dejando sin protección determinadas situaciones(.)
argumento del supuesto peligro, sin embargo, no considera la relativa importancia del derecho
de la sociedad a estar informada sobre las acciones que realizan los más altos funcionarios
públicos frente al derecho a la privacidad de quienes deciden ejercer la función pública. En
consecuencia, presenta un razonamiento simplista, que considero perjudicial para el desarrollo
de las sociedades democráticas.
Los cuatro casos que han sido analizados en esta sección revelan otro patrón interesante. Esto
es que el movimiento argumentativo de oposición en los alegatos finales orales de la defensa del
Estado Argentino ante la Corte IDH tiene el efecto de limitar el alcance de un derecho
fundamental y la responsabilidad del estado por garantizar su ejercicio. En estos alegatos, el
orador suele partir de la mención de dos o más causas semejantes e identificar una oposición,
lo que hace que ya no sea posible aplicar una sentencia analógica. El efecto ideológico que se
desprende del establecimiento de una oposición es una ruptura, es decir, la identificación de
una excepción que establece los límites del derecho a la libertad de expresión, junto con
determinadas restricciones respecto de su protección y garantía estatal.
Discusión
Para este trabajo he llevado a cabo un análisis situado de dos movimientos argumentativos
recurrentes en los alegatos finales orales ante la Corte IDH: la analogía y la oposición. Este
análisis da cuenta de las manifestaciones características del modo argumentativo tanto a nivel
de la superficie de los textos como a nivel del género discursivo. En primer lugar, este trabajo da
cuenta de la función situada de la analogía en el alegato final oral de la parte demandante ante
la Corte IDH. En particular, el estudio revela que el establecimiento y el desarrollo de la analogía
es la principal técnica argumentativa de soporte que se manifiesta sistemáticamente en todos
los alegatos de la demanda. Tal como coinciden en señalar Perelman y Olbrechts-Tyteca (1989),
y Marafioti (2010), en el ámbito jurídico, esta técnica consiste en establecer una comparación
entre una causa nueva y una serie de causas precedentes. En el contexto particular de la Corte
IDH, la función que cumple el establecimiento de este tipo de analogía en el alegato de la
demanda es de apoyo a la posición argumentativa de que el Estado Argentino es responsable por
la violación del derecho a la libertad de expresión. Es así que, a partir del desarrollo de una
analogía, los abogados de periodistas argentinos en calidad de supuestas víctimas se orientan a
sostener la posición argumentativa de que el Estado debe hacerse cargo de la vulneración de
este derecho. Un efecto ideológico que se genera a partir de esta operación es la ampliación de
la protección de un derecho fundamental para el desarrollo de las sociedades democráticas a
hechos nuevos. Es por ello que aquí sostengo que la analogía en el discurso de las supuestas
víctimas de violaciones a la libertad de expresión se pone al servicio de la universalización de
este derecho. Es decir que a partir de esta operación se opacan las divergencias y las particulares
de los hechos probados en diferentes causas con el objetivo de promover una comprensión
amplia del derecho a la libertad de expresión, comprendido en las declaraciones y convenciones
internacionales y regionales sobre derechos humanos.
En segundo lugar, este estudio pone de manifiesto la ubicuidad del movimiento argumentativo
de oposición en los alegatos finales orales de la defensa del Estado Argentino ante la Corte IDH,
como una forma de rechazo a los argumentos de la demanda. Tal como coinciden en señalar
Perelman y Olbrechts-Tyteca (1989), y Hunter y MacDonald (2017), una forma particular de
establecer una oposición consiste en la identificación de un caso que no se ajusta a una norma
general. Esta técnica, conocida como la técnica de la excepción, plantea de forma clara una
distinción en términos de contraste entre dos entidades. En el contexto particular de la Corte
IDH, la identificación de excepciones en el discurso de los abogados del Estado Argentino, en
calidad de parte demandada, tiene como efecto apoyar la conclusión de que el estado no puede
ser considerado responsable por la vulneración de este derecho en todos los casos. El efecto
ideológico que genera es el de restringir, acotar y delimitar el alcance de los derechos de la
ciudadanía y los límites de la responsabilidad estatal en su función de garante.
que se manifiesta en no exigirles a través de sus sentencias compromisos que van más allá de
sus posibilidades o deseos.
Conclusión
Notación de transcripción
(.) Pausa
–– autocorrección
. Tono descendente
? Tono ascendente
: Sonido alargado
MAYÚSCULAS elevación de la voz
Referencias bibliográficas
Resumen
En este capítulo, nos interesa indagar en las prácticas discursivas de las instituciones
gubernamentales, entre las que incluimos lo que algunos autores denominan “discurso
institucional” (Wodak, 1997; Iedema, 2003; Mayr, 2008). Nos proponemos dar cuenta de las
especificidades y características de la comunicación de instituciones públicas con relación a
cómo estas construyen y ponen en circulación representaciones e identidades (Fairclough, 2003;
Fairclough y Fairclough, 2013) sobre sí mismas y sobre los beneficiarios de las políticas
públicas. De manera específica, buscamos describir, interpretar y explicar las estrategias
discursivas presentes en los textos de las páginas web de dos instituciones públicas argentinas.
Inscribimos nuestro trabajo en el marco teórico-metodológico del Análisis Crítico del Discurso
(Fairclough, 2003). Seleccionamos como corpus de análisis las páginas de inicio de dos sitios
web (www.conectarigualdad.gob.ar y www.bapc.buenosaires.gob.ar), que dependen del Gobierno
Nacional y del Gobierno de la Ciudad, respectivamente, y en los que se presentan lineamientos
de políticas públicas que llaman a la “participación” de la ciudadanía mediante plataformas
digitales. Encontramos una alternancia entre la estrategia de borramiento de los Agentes y la
conversacionalización, que expresa una asimetría de saber y poder entre la institución y sus
beneficiarios. De esta forma, se construye una representación de las instituciones analizadas
como expertos que brindan un servicio y de los beneficiarios como usuarios o consumidores.
Introducción
Este trabajo es parte de una investigación a largo plazo que se propone indagar las
transformaciones en los sistemas semióticos de las prácticas políticas en la Argentina, después
de 20011. En trabajos anteriores (Martínez Romagosa, 2017; Zukerfeld, 2017), observamos que
las comunicaciones oficiales del Ministerio de Educación de la Nación y el Gobierno de la Ciudad,
presentaban ciertas similitudes a la hora de construir representaciones sobre los beneficiarios 2
de políticas públicas3.
En este trabajo, nos interesa comenzar a indagar en lo que algunos autores denominan
discurso institucional (Wodak, 1997; Iedema, 2003; Mayr, 2008) para observar los alcances y
límites de estas definiciones en un corpus específico: las páginas de inicio de los sitios web de
dos instituciones gubernamentales que invitan a la participación de los ciudadanos en distintas
políticas públicas. Nos referimos a la página web de “Participación Ciudadana” 4 que depende del
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y a la de “Conectar Igualdad” 5 que depende del Ministerio
de Educación de la Nación6.
De manera general, nos proponemos revisar las caracterizaciones sobre el discurso
institucional propuestas desde el Análisis Crítico del Discurso (Fairclough, 1992; Wodak, 1997;
Iedema, 1998, 2000, 2003; Mayr, 2008). De manera específica, analizamos dos páginas web de
distintas gestiones gubernamentales7, no para señalar diferencias entre sí, sino para dar cuenta
de otras características que consideramos relevantes a la hora de analizar el discurso de las
instituciones gubernamentales. Al ser portales web que se crearon con el objetivo de brindar un
servicio a los ciudadanos e informar sobre una política pública, creemos que no solo se presenta
la institución sino que también aparecen representados sus beneficiarios. De esta forma,
intentamos mostrar cómo, a través de qué estrategias discursivas (Menéndez, 2012)8, las
instituciones (Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y Ministerio de Educación de la Nación)
construyen representaciones sociales (Raiter, 2016) de los ciudadanos, de la institución y de sus
políticas, en sus respectivas plataformas virtuales de comunicación oficial. Por último,
esbozamos posibles nuevas vías de trabajo para el análisis de las prácticas discursivas y los
cambios en las prácticas sociales. Si bien la comunicación de las instituciones públicas, como
veremos más adelante, se basa en una relación jerárquica entre la institución y sus beneficiarios,
creemos, como hipótesis preliminar, que los portales web que invitan a la participación de los
ciudadanos aparentan una relación simétrica entre los representantes de las instituciones y sus
destinatarios.
análisis de las transformaciones en los sistemas semióticos de las prácticas políticas en la Argentina post
2001” (20020170100336BA), dirigido por la Dra. Julia Zullo y codirigido por el Dr. Alejandro Raiter. El
proyecto está radicado en el Instituto de Lingüística de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad
de Buenos Aires y corresponde al período 2018-2020.
2Usaremos esta terminología para referirnos a los actores sociales mencionados en el corpus (familias,
docentes y estudiantes, por un lado, y vecinos de la ciudad, por el otro). No debe confundirse con la noción
del papel temático “Beneficiario”, que permite clasificar a los participantes (van Leeuwen, 2008).
3 En principio, en la cláusula, estos aparecían como Cognoscentes de procesos mentales (saber, proponer,
aprender) y eran las instituciones las que figuraban como Agentes de procesos transactivos. Notamos, de
este modo, una ausencia de agentes individuales que, a su vez, se complementaba con el uso de formas no
personales y nominalizaciones (participación ciudadana, el uso de internet, mejorar el espacio público,
mantener las condiciones de integridad e higiene del equipo).
4 http://bapc.buenosaires.gob.ar
5 http://conectarigualdad.gob.ar.
6 Actualmente Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología.
7 La página de Conectar Igualdad es del año 2010, de la gestión del gobierno nacional; la página de
Participación Ciudadana data del año 2016 y corresponde a la gestión del gobierno de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires.
8 La estrategia discursiva se define como “la reconstrucción analítica de un plan de acción que el
Algunos exponentes del Análisis Crítico del Discurso (Wodak, 1997; Iedema, 2000; Mayr, 2008)
plantean cuatro principales características para el discurso institucional: el anonimato, la
abstracción, los roles asimétricos y la reglamentación 9.
En cuanto a la primera característica, Wodak (1997) sostiene que en el discurso institucional
se eliminan los nombres de los representantes de las instituciones, de modo que los beneficiarios
no saben con quién están interactuando. Respecto a la segunda, Iedema (1998, 2003) señala
que la abstracción se realiza en los textos a través de un desplazamiento del aquí y el ahora
hacia una construcción espacio-temporal más distanciada. Gramaticalmente, la abstracción se
realiza por medio de estrategias que tienden a borrar la agentividad, como la pasivización, la
impersonalización y la nominalización 10 (Fairclough, 2003; van Leeuwen, 2008). En lo que
respecta a los roles asimétricos, este rasgo se relaciona con la estructura jerárquica que
caracteriza a la práctica institucional: las instituciones establecen una relación de poder sobre
sus beneficiarios, articulada de formas más o menos sutiles, de modo que pueden habilitar o no
la incidencia de estos últimos en las políticas públicas11. Wodak (1997) sostiene que
Las relaciones jerárquicas y de poder pueden ser articuladas tanto de forma explícita como
de forma implícita; en las instituciones muchos actos de habla incluyen órdenes, pero estos
son siempre unidireccionales; los expertos12 exponen las preguntas, los clientes deben
responderlas; los expertos a su vez pueden interrumpir, no así los clientes [...] (212).
En relación con lo anterior, por último, estos discursos suelen presentar “reglas” e
instrucciones de forma explícita cuyo efecto es condicionar el comportamiento de sus
beneficiarios (Iedema, 2003), así como también organizar las relaciones interpersonales (Wodak,
1997).
En su historización de los estudios sobre el poder institucional, Mayr (2008) distingue entre
aquellos aportes teóricos que han pensado las relaciones de poder y dominación que se dan en
las instituciones (Habermas, 1987; Althusser, [1970] 2010) y los que han adoptado una visión
más compleja del poder institucional. Estos últimos no lo conciben meramente como opresión
sino también como persuasión, consentimiento y complicidad (Gramsci, 1975; Foucault, 1979;
Iedema, 1998, 2000). En este sentido, estos estudios apuntan a la restricción que producen las
prácticas e instituciones burocráticas y administrativas y también a la habilitación en tanto
facilitan complejos procesos sociales. Veremos en nuestro corpus de análisis cómo se realiza
discursivamente esta tensión entre la limitación y la autorización en la representación de la
relación entre las instituciones y sus beneficiarios.
9 Los autores citan como trabajo precursor el de Agar (1985), que, desde una perspectiva etnográfica del
análisis de la conversación, propone tres rasgos característicos para el discurso institucional. En primer
lugar, el diagnóstico, es decir, los representantes de las instituciones deben diagnosticar a sus clientes,
describir sus problemas y proponer posibles soluciones. En segundo lugar, las directivas, esto es, los
representantes dicen a sus clientes lo que tienen que hacer. Por último, el reporte, los representantes de la
institución deben confeccionar un texto que circula de manera interna y que funciona como un resumen
de lo producido por la institución.
10 Estos autores retoman la propuesta de la Lingüística Crítica (Fowler y Kress, 1979) para el análisis de la
representación de actores sociales. Según Hodge y Kress (1993), estos recursos provocan una ausencia de
participantes en las cláusulas, así como también otros efectos que serán descritos en el apartado de la
metodología.
11 Siguiendo a Giddens (1993), las instituciones modernas están profundamente ligadas con mecanismos
de fiabilidad en sistemas abstractos, especialmente sistemas expertos, lo que en términos de Agar (1985)
implica en el discurso institucional roles asimétricos entre representantes “expertos” y representados “no
expertos”.
12 Wodak toma la noción de expertos de Giddens (1993) y la de clientes de Agar (1985).
Marco teórico-metodológico
De acuerdo al planteo de Norman Fairclough (1992, 2003), entendemos al discurso como una
pieza textual, como una instancia de práctica discursiva y como una instancia de práctica social.
Este enfoque tridimensional de discurso nos permite distinguir la materialidad discursiva, es
decir, los textos, de la forma de circulación de los discursos (sus condiciones de producción,
consumo y distribución) y su relación con la estructura y el cambio sociales. La vida social,
entonces, está compuesta por prácticas sociales (en el sentido de formas rutinizadas para actuar
en el mundo) y toda práctica involucra recursos materiales y simbólicos, de ahí que tenga algún
aspecto discursivo irreductible. Esto implica que el discurso está formado y restringido por la
estructura social y a la vez constituye lo social: el discurso construye identidades, relaciones
sociales y sistemas de creencias.
Algunos procesos de cambios discursivos descritos por Fairclough (1992, 2008) y Chouliaraki
y Fairclough (1999), característicos del “nuevo capitalismo”, resultan interesantes para el
análisis de la práctica discursiva institucional, específicamente la noción de
“conversacionalización”. Fairclough (2008: 180) señala que en el “nuevo capitalismo” se produce
una aparente democratización del discurso público, descrita en términos de “personalización
sintética”: una simulación de una conversación privada, cara a cara, que incluye la reducción
de las marcas explícitas de la relación asimétrica de poder entre la institución y sus beneficiarios.
El autor afirma que estas tendencias “se pueden relacionar a una expansión del discurso
conversacional del dominio privado del mundo de la vida al dominio institucional” (Fairclough,
1992: 98). Mayr (2008), por su parte, retoma estas nociones para explicar la reducción de las
marcas de la asimetría de poder y la simulación de informalidad como estrategia discursiva en
el discurso institucional en la forma actual del capitalismo.
En cuanto a la metodología, en este trabajo, nos focalizamos en el análisis de los elementos
textuales para dar cuenta del modo en el que se construyen representaciones de los actores
sociales e identidades13. Dividimos la presentación del análisis en tres apartados: procesos y
participantes, deixis pronominal y modalidad.
En primer lugar, para el análisis de la construcción de representaciones, dividimos el corpus
en cláusulas y las clasificamos, de acuerdo al modelo propuesto por la Lingüística Crítica (Fowler
y Kress, 1979; Hodge y Kress, 1993), en accionales (transactivas, no transactivas y
pseudotransactivas) y relacionales (ecuativas, atributivas, posesivas y locativas).
El modelo accional, como su nombre lo indica, se define sobre la acción, tanto en el mundo
físico como en el mental. Se distingue dentro de este modelo a las cláusulas transactivas que
involucran a dos participantes (un agente y un afectado, paciente o beneficiario); las cláusulas
no transactivas, en cambio, poseen un solo participante (actor o afectado); finalmente, las
cláusulas pseudotransactivas cuya estructura profunda es no transactiva pero en la superficie
tienen una estructura transitiva. Algunos casos de estos tres tipos de cláusulas son:
(1) Ideas que mejoren nuestra Ciudad (Transactiva)
(2) Escuelas de Innovación comenzó en Misiones las actividades del año [sic] (No transactiva)
(3) Aprendé a usar los comandos básicos del soft libre (Pseudotransactiva)
En el proceso relacional, por su parte, se establece la relación de una entidad con otro
elemento. Es el caso de “Participación Ciudadana es un espacio para todos los vecinos”. Hodge
y Kress (1993) distinguen cuatro subtipos: las cláusulas atributivas, en las cuales el participante
es definido a través de un atributo; las posesivas en donde la relación es de pertenencia o
posesión; las ecuativas, que definen a los participantes por un rasgo o característica y las
locativas o temporales, en las que se define al participante por su ubicación espacial o temporal.
13 Fairclough (2003) agrega en el análisis de la práctica discursiva la distinción entre discursos, estilos y
géneros, para referirse a la dimensión semiótica de la práctica social que constituye formas diversas de
representar, formas de ser y formas de actuar, respectivamente.
Uno de los objetivos que mencionamos en la introducción es observar los alcances y límites de
las caracterizaciones de discurso institucional que se plantean desde el Análisis Crítico del
Discurso (Fairclough, 1992; Chouliaraki y Fairclough, 1999; Wodak, 1997; Iedema, 1998, 2003;
Mayr, 2008) es por eso que elegimos analizar los textos que aparecen en dos portales web de
distintas gestiones gubernamentales y de dos políticas públicas diferentes con la intención de
evitar llegar a conclusiones sesgadas por los rasgos de estilo de una gestión.
Recolectamos el corpus de la página web de “Buenos Aires Participación Ciudadana”16 (a partir
de aquí, BAPC) y el portal del Programa “Conectar Igualdad” 17 (en adelante, PCI). Si bien estas
dos plataformas virtuales poseen especificidades propias, en tanto comunicaciones oficiales de
instituciones estatales poseen características en común, lo que nos va a permitir observar
14 Consideramos, siguiendo a la Lingüística Crítica, que toda clasificación está dada socialmente, impone
un orden y funciona como un instrumento de control sobre la experiencia y sobre las concepciones de la
realidad (Hodge y Kress, 1993).
15 Seguimos la propuesta de Zullo (2015), quien clasifica a los participantes de la cláusula como grupos,
que propuso el Gobierno porteño. La idea principal de este proyecto fue generar una plataforma virtual
para que los ciudadanos pudieran comunicarse con los representantes del Gobierno y participar de las
decisiones sobre los proyectos y obras en la ciudad. El servicio de “Participación Ciudadana” se divide en
cuatro ejes: la transparencia (que los ciudadanos puedan ver qué obras se están haciendo en la ciudad), la
votación (que pueda elegir qué proyectos quiere la ciudad, a través de la plataforma virtual), el voluntariado
(que los ciudadanos puedan participar activamente de los proyectos) y el diálogo (que los ciudadanos
puedan hablar de forma presencial con los representantes del Gobierno, a través de lo que denominan
“Desayunos con Horacio”).
17 El Programa “Conectar Igualdad” fue un proyecto creado en 2010 por el Gobierno Nacional, el ANSES, el
Imagen 1
Imagen 2
Imagen 3
Observamos en la Imagen 4, que en la parte superior de la página web del Programa Conectar
Igualdad también aparecen pestañas generales de las distintas secciones (“Sobre el Programa”,
“Autoridades”, “Noticias”, “Preguntas frecuentes”), un buscador, un contacto y el link a la página
principal. Más abajo, en recuadros de colores, encontramos las pestañas por destinatario, que
reenvían al escritorio de cada uno de estos (Alumnos, Docentes, Familias, Directivos, Referentes
Tecnológicos). Del lado izquierdo de la página hay tres imágenes que se van alternando
automáticamente, y documentan distintos eventos realizados en el marco del PCI. Esta sección
de “noticias” se modifica regularmente. El día en el que tomamos la muestra para analizar
(14/03/2015), las noticias son “Escuelas de Innovación publicó el E-book gratuito ‘Lengua y
Literatura y TIC’”, “Escuelas de Innovación comenzó en Misiones las actividades del año” y
“Bossio en Lanús: primera entrega de netbooks del año”. A la derecha de las noticias, un contador
de “netbooks entregadas” y links a “Novedades” (que también se van a actualizando), que
redireccionan a recursos para los distintos usuarios de las computadoras. Más abajo, como se
observa en la Imagen 5, a lo largo de toda la pantalla un recuadro titulado “Conocé tu netbook”
y, a la izquierda, una lista de “Preguntas frecuentes”. Por último, vemos en la Imagen 6 una
galería de fotos y galería de videos. A pie de página, aparecen reorganizadas todas las pestañas
de la página con subsecciones (Sobre el Programa, Perfiles, Recursos Educativos, Escritorios,
Noticias) que redireccionan a textos informativos sobre cada una.
Imagen 4
Imagen 5
Imagen 6
Para este trabajo, seleccionamos como corpus de análisis los textos de la página principal
(“Inicio”) de ambas páginas web, así como también las pestañas “BA Elige” y “Horacio, Diego y
Vos” de Participación Ciudadana y “Sobre el Programa” de Conectar Igualdad.
Análisis
Dividimos la exposición del análisis dedicando una subsección a cada una de las tres estrategias
discursivas examinadas. En primer lugar, presentamos la frecuencia de selección y distribución
de tipos de procesos y las formas en las que se clasifican a los participantes. En segundo lugar,
relevamos el uso de formas pronominales (personales y posesivas). Por último, presentamos el
análisis de la modalidad, es decir, el modo en el que el emisor se relaciona con lo que dice y,
consecuentemente, con su destinatario.
Participantes y procesos
En principio, notamos que los representantes de la institución aparecen como individuos, con
nombre o nombre y apellido (“Diego”, “Cristina Fernández de Kirchner”), mientras que los
beneficiarios aparecen colectivizados (“los vecinos”, “los docentes”) o dentro de un colectivo
indeterminado que incluye también a las instituciones (“todos los que vivimos en la Ciudad”). De
este modo, encontramos que se invierte la relación de anonimato que planteamos en la
introducción: son los beneficiarios los que, al estar colectivizados, están representados de
manera menos precisa. Esta asimetría en la clasificación de los participantes se replica en la
asociación a distintos tipos de procesos.
La jerarquización de la institución también se observa en los procesos relacionales. Pese a que
su aparición es poco frecuente en el corpus analizado (13 sobre el total de 109 cláusulas del
corpus), resulta interesante que en los textos las cláusulas relacionales ecuativas tienen como
entidad relacional a las instituciones:
(7) Participación Ciudadana es un espacio para todos los vecinos (BAPC).
(8) [Participación Ciudadana] [es] un espacio de charla (BAPC).
(9) [Conectar Igualdad] Se trata de una política de Estado (PCI).
34 31 28
Tabla 2. Distribución de procesos del modelo accional
Esto significa que la mayor parte de las acciones que aparecen en el corpus no implican
traslados de energía ni afectación de un participante sobre otro. Se trata mayoritariamente de
procesos que no presentan un participante explícito, pero que, por la flexión verbal, reponemos
que tienen como Agente a una segunda persona singular que refiere a los beneficiarios de las
políticas o actividades de la institución. Nos detendremos en esto en el análisis de la deixis
pronominal.
(10) Sumate (BAPC).
(11) Participá (BAPC).
(12) Accedé a Lecturas Grabadas (PCI).
(13) Descargá gratis los mapas para la escuela (PCI).
18 Nos referimos a la distinta configuración de roles participantes dentro del modelo accional. Consideramos
que existe una gradación entre cláusulas “más agentivas”, es decir aquellas que poseen un Afectado de
manera explícita, y cláusulas “menos agentivas”, esto es aquellas que no lo tienen.
Aun cuando los beneficiarios son Agentes, aquí resulta clara la distribución de tipos de proceso
por participante: así, si el PCI “impacta” (transactivo) en la vida de los estudiantes, estos son
exhortados con los imperativos “conocé” (pseudotransactivo) y “accedé” (no transactivo);
mientras los representantes de la institución están organizando y planificando las reuniones, los
ciudadanos son invitados a sumarse (10) y participar (11) en un futuro próximo.
(24) El Programa contempla el uso de las netbooks tanto en la escuela como en los hogares de los alumnos
y de los docentes, impactando de este modo en la vida diaria de todas las familias y de las más
heterogéneas comunidades de la Argentina (PCI).
(25) Accedé a Lecturas Grabadas, una colección de 32 cuentos (PCI).
(26) Conocé tu netbook (PCI).
En el caso del BAPC, incluso cuando tanto las instituciones como los beneficiarios son Agentes
de pseudotransactivos mentales, la institución o sus representantes realizan procesos mentales
más asertivos que los ciudadanos: mientras unos saben, los otros opinan o tienen inquietudes
o consultas; unos proponen “mejoras” y escuchan los “sueños” de los otros.
(27) Sabemos que hay temas que tienen mucha relevancia para todos los vecinos (BAPC).
(28) La opinión de los vecinos permite saber (BAPC).
(29) Escuchar sus ideas y sus sueños (BAPC).
(30) Proponer mejoras (BAPC).
Tanto la clasificación de los participantes como la distribución de los roles en las cláusulas
está marcada por la asimetría de poder y saber: las instituciones hacen (mejoran, distribuyen,
impactan, realizan, publican) y los beneficiarios reciben, se benefician, opinan, acceden y
conocen. Encontramos una proporción importante de nominalizaciones y formas verbales no
finitas en ambos textos (42 de las 109 cláusulas analizadas). Esto determina que hay procesos
para los que resulta muy compleja la reposición del agente.
Las nominalizaciones suprimen uno o más participantes del modelo accional. En consecuencia,
de acuerdo a los ejemplos presentados en la Tabla 3, no podemos recuperar quién es el
responsable de reparar la computadora cuando se rompe, o quién se reúne con los vecinos.
presenta como una entidad abstracta (“Participación Ciudadana”, “Escuelas de Innovación”, “Conectar
Igualdad”) realiza procesos que tienen afectados, esto implica que es más difícil recuperar quiénes son los
actores responsables de las acciones y a quiénes acudir ante un problema. Por el contrario, el nombre y
apellido de los funcionarios aparece junto a procesos que no tienen una afectación clara.
Otro efecto de la nominalización es que se transforma la acción en una entidad abstracta que
puede aparecer como participante en otros procesos y, por lo tanto, crea nuevas entidades
relevantes. Así, las “reuniones” aparecen como una característica del programa “Participación
Ciudadana”, pero sólo podemos reponer a los vecinos o a los ministros como participantes en
cada caso.
Asimismo, encontramos una gran cantidad de procesos en infinitivo, en cláusulas
subordinadas como término de circunstancias de fin. Esto implica que la acción no sólo aparece
sin participante asociado ni marcas de tiempo y modo, sino que su realización es potencial y
depende de alguna acción previa. En algunos casos, como en (23) y en (25) se trata de meras
propuestas o pretensiones.
(31) El Programa Conectar Igualdad fue creado en abril de 2010 a través del Decreto Nº 459/10 firmado
por la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, para recuperar y valorizar la escuela
pública (PCI)
(32) [Este proceso] que pretende generar profundas transformaciones para fortalecer la nueva escuela
(PCI)
(33) Todas las semanas Horacio se junta a desayunar con vecinos, para charlar y escuchar sus ideas y
sus sueños (BAPC)
(34) Conectar Igualdad se propone trabajar para lograr una sociedad alfabetizada (PCI)
(35) [un espacio para todos los vecinos para] trabajar juntos para lograrlo (BAPC)
Como adelantamos, en nuestro corpus no podemos reponer los agentes de los procesos
transactivos, que se refieren a las modificaciones y los “logros” que puedan traer las políticas
públicas. Identificamos las nominalizaciones y las formas no finitas como lo que Iedema (2003)
denomina “abstracción”. Entendemos que esta es otra estrategia por medio de la cual se opera
en el sostenimiento del poder de la institución sobre sus beneficiarios, en tanto se trata de una
representación vaga y relativamente anónima de las relaciones institucionales que impide
identificar con claridad quiénes son los que van a trabajar, quiénes lograrán la revalorización de
la escuela y del espacio público.
Deixis pronominal
Además, distinguimos dos formas en el uso del “nosotros” en la página web de Participación
Ciudadana:
(40) La Ciudad es mucho mejor cuando la construimos juntos.
(41) Decidamos juntos cuáles de ellas se harán realidad
(42) Incentivamos la participación en todas las obras, iniciativas y eventos de cada barrio
(43) La opinión de cada vecino es importante y permite saber en qué venimos bien
(44) Sabemos que hay temas que tienen mucha relevancia para todos los vecinos
Esto muestra una construcción distinta de la imagen del emisor (es decir, de la institución). El
emisor, en el caso de BAPC, a través de la alternancia señalada, construye su imagen como
ciudadano de forma simétrica con su destinatario (“nuestra ciudad”) y, como funcionario, de
forma asimétrica con su destinatario. El destinatario, en cambio, se incluye dentro del “nosotros”
pero también es apelado en segunda persona del singular ("podés ser parte", "sumate",
"compartí", “sus ideas”). En el caso de PCI, la relación se mantiene como
funcionario/beneficiario, en tanto se apela al destinatario solo por medio de la segunda persona
(“registrá tu netbook”, “generá”).
A partir del análisis de la deixis personal, observamos que el emisor propone un simulacro de
privacidad y construye una relación de cercanía con su destinatario. Fairclough (2008) identifica
a esta “personalización sintética” como una marca del cambio discursivo que denomina
“conversacionalización del discurso público”. Al mismo tiempo, esta intimidad se afirma como
simulacro: la segunda persona resulta indeterminada, el emisor se distancia de su destinatario
a través del uso del “nosotros” exclusivo. A continuación, veremos esta tensión entre intimidad
y distanciamiento en el análisis de la modalidad.
Modalidad
Conclusiones
2003) denomina “abstracción”. Hasta aquí, podemos decir que nuestro análisis se condice con
lo propuesto por las caracterizaciones planteadas al comienzo del artículo.
Sin embargo, encontramos que a la colectivización y la abstracción señaladas anteriormente
se le opone la individualización del destinatario, a través del uso de pronombres y de desinencias
verbales en segunda persona singular. Al mismo tiempo, esta intimidad se afirma como
simulacro: la segunda persona resulta indeterminada, el emisor se distancia de su destinatario
a través del uso del “nosotros” exclusivo y mediante las modalidades interrogativa e imperativa,
que señalan la asimetría de saber y poder que distingue a la institución de sus beneficiarios.
Esta alternancia es una forma en la que se expresa una relación de poder compleja de las
instituciones: al tiempo que se intenta establecer una relación de complicidad con sus
beneficiarios, se regulan y restringen las posibilidades de acción de los mismos (Mayr, 2008: 4).
De esta forma, se construye una representación (Raiter, 2016) de la institución como un
experto que brinda un servicio (el uso de una computadora o la participación en las decisiones
del gobierno) y de los beneficiarios como usuarios o consumidores de servicios, que poseen cosas
o espacios, pero las pueden usar de acuerdo a ciertas reglas que establece la institución.
Dado que este es un trabajo exploratorio, nos proponemos continuar la investigación sobre el
discurso institucional ampliando el corpus de análisis y el rango de recursos en juego. En futuros
trabajos, planeamos incorporar nuevas herramientas conceptuales y examinar otros modos
semióticos relevantes para la constitución de las páginas web de las instituciones.
Corpus
Referencias bibliográficas
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Habermas, J. (1987). Teoría de la acción comunicativa. Madrid: Taurus.
Resumen
Este capítulo tiene por objeto analizar cómo se distribuyen en el tiempo las actividades de
revisión de textos y cuál es la relación de tal distribución con la calidad de los textos producidos.
En el estudio se consideraron dos actividades de escritura relacionadas con la revisión: leer el
texto escrito al momento y modificar total o parcialmente el texto escrito. Los participantes del
estudio fueron 25 estudiantes de nivel superior de Mendoza (Argentina), que produjeron un texto
expositivo en sus computadoras personales en un contexto áulico. Para la recolección de datos
sobre las actividades de revisión activadas durante la composición escrita se empleó la técnica
writing log mediante el software GREDAPEC. En el análisis de la distribución temporal de las
actividades se consideraron tres momentos (inicio, medio y fin) y se distinguieron tres grupos de
participantes, según la calidad de los textos escritos (alta, media y baja). Los resultados sugieren
que la distribución temporal de la revisión tiene incidencia sobre la calidad de los textos
producidos. Las diferencias más notorias se hallaron en el final del proceso de escritura,
momento en el cual los escritores de textos de calidad alta revisaron su texto más que los demás
alumnos. En la organización temporal de la actividad de lectura del texto propio se produjeron
las mayores diferencias. Por su parte, la organización temporal de la actividad de modificación
del texto presentó similitudes en todos los alumnos, pero con diferencias en la cantidad de tiempo
general destinado a realizar correcciones en el texto.
Introducción
El presente estudio se encuadra en las investigaciones sobre el proceso de escritura desde una
perspectiva cognitiva y tiene los siguientes propósitos: a) analizar cómo los estudiantes de nivel
superior distribuyen en el tiempo las actividades de revisión de textos académicos expositivos y
b) relacionar la distribución de las actividades de revisión durante distintos momentos del
proceso de escritura con la calidad de los textos producidos. Partimos del supuesto de que las
actividades de revisión se distribuyen de diversas maneras a lo largo del proceso de escritura, lo
cual tendría relación con la calidad del texto resultante. Las actividades contempladas en la
revisión fueron: leer el texto escrito al momento y modificar total o parcialmente el texto escrito.
Salvo un estudio reciente de nuestra autoría acerca de la revisión en relación con la escritura
de reseñas en la universidad (Aguirre, Negri y López, 2018), no hemos hallado investigaciones
que aborden específicamente la distribución temporal de las actividades de revisión en
estudiantes argentinos universitarios y de nivel superior. Considerando esto, el presente trabajo
aportaría a la discusión sobre la relación entre los aspectos temporales de la revisión de textos
expositivos y su calidad a partir del análisis de algunas evidencias empíricas.
En primer lugar, ubicaremos este estudio en el marco de las investigaciones sobre el proceso
de revisión. En segundo lugar, precisaremos detalles en torno al diseño metodológico y,
finalmente, presentaremos y discutiremos los resultados obtenidos en torno a la relación entre
la distribución temporal de las actividades de revisión y la calidad de los textos expositivos
producidos.
Marco teórico
La revisión de un escrito supone una evaluación por parte del escritor en la que este compara
las diferencias entre el texto escrito hasta el momento y el que pretende producir. En este sentido,
la revisión implica detectar posibles desajustes, planear una solución para el problema
detectado, traducir lingüísticamente esa solución y, finalmente, reemplazar (parte de) el texto
previo por uno nuevo. Los cambios realizados en el texto escrito pueden ser de diversa naturaleza
y se pueden realizar en distintos momentos durante la producción de un texto. Teniendo en
cuenta estos aspectos, Rijlaarsdam, Couzijn y van Den Bergh (2004: 193) elaboran la siguiente
definición de la revisión:
El (co) autor o revisor revisa (parte de) el texto ya escrito, con un objetivo, en cierto nivel de
texto, en un momento determinado, con un efecto sobre la calidad del texto y con un costo
cognitivo (Rijlaarsdam, Couzijn y van Den Bergh, 2004: 193. Trad. Nuestra).
1 Estos estudios abordan lo que también se conoce como dinámica del proceso de escritura u orquestación
de los procesos de composición (Álvarez, 2014; Álvarez y García, 2014, 2015; García y Fidalgo, 2008).
texto escrito se ve fuertemente influida por el momento en que se activa determinado proceso.
Por ejemplo, usualmente, un texto tiene mayor calidad cuando las actividades relacionadas con
la revisión se intensifican hacia el final del proceso o cuando los procesos se activan con mayor
recursividad.
Las actividades de escritura ligadas al proceso de revisión son diversas. Podemos referirnos, a
partir de la literatura científica existente, a un grupo de investigaciones que considera dos
actividades cognitivas en el proceso de revisión y otro que distingue tres actividades cognitivas.
En el primer conjunto de estudios encontramos los trabajos de Torrance, Thomas y Robinson
(1999) quienes, al estudiar el proceso de escritura de ensayos por parte de estudiantes
universitarios de primer año, distinguieron entre las actividades de lectura del texto y su
modificación. Asimismo, García, Fidalgo y colaboradores, al analizar el proceso de composición
en niños de 8 a 10 años, distinguieron en la revisión dos actividades. En este caso, las
denominaron lectura y corrección de la redacción (De Caso, García, Díez, Robledo y Álvarez,
2010; Fidalgo, García, Torrance y Robledo, 2009, Fidalgo, Torrance y Robledo, 2009; García y
Fidalgo, 2008; García y Rodríguez, 2007).
Por otra parte, en el grupo de estudios que diferencian tres actividades cognitivas de revisión,
podemos mencionar los trabajos de Breetvelt et al. (1994) quienes al indagar en la escritura de
ensayos discriminaron entre la relectura, la evaluación y la revisión del texto propio (Breetvelt et
al., 1994; van Weijen, 2009; van Weijen et al., 2008). Asimismo, Álvarez (2014), Álvarez y García
(2014, 2015) y Díez Caso (2015) también distinguieron en la revisión tres actividades de
escritura, pero en este caso, fueron las siguientes: leer, corregir y cambiar información en el
texto.
En nuestra investigación, consideramos dos actividades de revisión: leer el texto escrito al
momento y modificar total o parcialmente el texto escrito. Ello se encuentra en consonancia con
el primer grupo de estudios arriba referido. Como puede apreciarse, la actividad de evaluación
del texto no aparece deslindada, ya que la consideramos dentro de la actividad de lectura del
texto, como uno de los propósitos del proceso de revisión (Hayes, 1996; Wengelin, Leijten y van
Waes, 2010).
La lectura del texto propio da cuenta de las acciones realizadas cuando se leen fragmentos del
texto que se está produciendo. Es la acción que efectúa el escritor cuando lee o relee su propio
texto, ya sea completo o ya sea algún fragmento, con varias finalidades: evaluar el texto para
adecuarlo a lo planificado, buscar alguna incorrección gramatical o controlar aspectos de forma,
entre otras finalidades. Por otra parte, concebimos la modificación del texto como la acción que
realiza el escritor cuando altera el texto ya producido. Durante la modificación se eliminan,
agregan, sustituyen o cambian de lugar caracteres, palabras, oraciones, párrafos o fragmentos
mayores.
Las actividades de revisión tienden, inicialmente, a una mejora del texto. En la revisión,
entonces, se consideran diversos aspectos de la calidad textual asociados con la adecuación, la
coherencia, la cohesión y el tipo de texto producido (Bañales, 2010, Cassany, Luna y Sanz, 2003;
Álvarez y García, 2014, 2015). En relación con el último aspecto, es decir, el tipo de texto
producido, consideramos los textos expositivos (o expositivos-explicativos) como un modo del
discurso, junto con los textos narrativos, descriptivos y argumentativos (Grabe, 2002; Paltridge,
2002; Smith, 2003).
Los modos del discurso son empleados en la constitución de diversos géneros discursivos.
Particularmente, y debido a que es el prototípico para la construcción y transmisión del
conocimiento, el modo expositivo es la base del discurso académico y constituye géneros tales
como informes, manuales, exposiciones orales, entre otros. El principal propósito de los textos
expositivos es comunicar información de manera clara, con cierta exhaustividad y organizada
jerárquicamente, para ser comprendida por el lector. Asimismo, estos textos se construyen a
partir del planteo de un problema de conocimiento que se intenta aclarar (Figueras y Santiago,
2000) y, para lograr tal propósito, se emplean procedimientos como la definición, la descripción,
la enumeración, la clasificación, la comparación-contraste, entre otros (Cubo de Severino, 2005;
Zamudio y Atorresi, 2000; Arnoux, Di Stéfano y Pereira, 2011).
Metodología
para resolver el problema planteado se ponen en juego de manera conjunta las habilidades de lectura y
escritura. Ello las hace más complejas que las tareas que solo no poseen el requerimiento de la lectura, al
tiempo que propician un proceso más recursivo, con más cambios en la activación de los procesos
cognitivos. Las tareas híbridas resultan de particular relevancia para desarrollar conocimientos en torno a
un tema, puesto que incrementan el potencial epistémico de la escritura y se encuentran relacionadas con
la transformación del conocimiento (Scardamalia y Bereiter, 1992). La complejidad de las tareas híbridas,
sin embargo, no es igual en todos los casos. La producción de un resumen de una sola fuente, por ejemplo,
será claramente menos demandante que la escritura de una síntesis de múltiples fuentes de información
(Arias-Gundín y Fidalgo, 2017; Mateos, Solé, Martín, Miras, Cuevas, y Castells, 2014; Spivey, 1997).
Se utilizaron las siguientes fuentes externas de información que los alumnos leyeron y
analizaron en forma domiciliaria:
Anula Rebollo, A. (1998). El abecé de la Psicolingüística. Madrid: Arco Libros. (capítulo 1)
Raiter, A. y Victoria Jaichenco (2002). Psicolingüística. Elementos de adquisición, comprensión,
producción y alteraciones del lenguaje. Parte I. Buenos Aires: Editorial Docencia. (capítulo 1)
Para la recolección de datos sobre las actividades de escritura activadas por los estudiantes
durante la composición escrita se empleó la técnica writing log mediante el software GREDAPEC.
La técnica seleccionada trabaja con la respuesta a un estímulo auditivo que se oye cada 60
segundos mientras se escribe un texto y permite la recolección de datos sobre las actividades
cognitivas manifestadas (Álvarez y García, 2014)4. Los participantes debían seleccionar, de una
lista de 8 actividades propuestas y cuya identificación ejercitaron previamente, la actividad que
estaban realizando en el momento. Para esto, leyeron enunciados transcriptos de un protocolo
de escritura y reconocieron en cada uno de ellos qué actividad de escritura estaba involucrada.
Las actividades propuestas fueron:
(1) leer o recordar la consigna de escritura, consistente en la lectura, relectura o recuerdo de
lo solicitado en la tarea de composición;
(2) buscar información, conformada por la lectura o relectura de un texto (o de varios) del cual
se extrae información;
(3) pensar qué escribir, consistente en la formulación o reformulación de las ideas que se
incluirán en el texto que se está produciendo;
(4) pensar cómo iniciar/continuar/finalizar la tarea, que da cuenta del planteo o replanteo de
los pasos necesarios para redactar el texto, mediante autoinstrucciones para iniciar el
texto, continuarlo o finalizarlo, tales como "primero, en diez minutos más o menos, voy a
hacer una introducción de media página o por ahí y cuando termine de escribir la reviso";
(5) ingresar texto nuevo, es decir, la escritura de caracteres nuevos en el texto;
(6) leer el texto escrito al momento, conformada por la lectura o relectura del texto que se
produce;
(7) modificar total o parcialmente el texto escrito, que implica corregir el escrito:
4 La técnica writing log o diario de escritura supone la realización de tres tareas: 1) redacción de un texto,
(8) hacer algo sin relación con la escritura del texto, es decir, cualquier actividad no ligada a
la escritura.
Cabe destacar que hubo un alto grado de acuerdo en la identificación de las actividades (kappa
de Cohen k= 0,64, p<0,000), lo que resulta favorable en función de la fiabilidad de los datos
aportados por los alumnos sobre su proceso de escritura. En este trabajo nos centramos en las
actividades (6) y (7), dado que son las que corresponden a la revisión.
Para poder analizar cómo se distribuyeron en el tiempo las actividades de revisión, tuvimos en
cuenta la división en tres partes de la duración total de la sesión de escritura (inicio, medio y
fin), como es usual en la literatura científica (Rijlaarsdam y van den Bergh, 1996; Aguirre, 2015;
Álvarez y García, 2015)5. Tal división permitió hacer contrastables los procesos de escritura que
tuvieron duraciones temporales distintas.
La calidad de los textos expositivos fue evaluada en forma holística, teniendo en cuenta
aspectos pragmáticos, del género discursivo, estructurales e informativos. La evaluación fue
realizada por dos jueces, con control del acuerdo interjueces (r=0,85, p<0,000), y la escala de
calificación osciló entre 1 y 5 puntos. La descripción de la calidad en cada punto de la escala fue
la siguiente:
5: El texto posee un registro formal que se mantiene y es consistente a lo largo del texto. Tiene
una finalidad explicativa en la que se comparan definiciones y se caracteriza la Psicolingüística,
según dos fuentes bibliográficas distintas. El escrito tiene las ideas fuertemente conectadas y
desarrolla el tema de forma lógica: presentación, una exposición de los conceptos según ambos
textos leídos y cierre con una conclusión que integra los dos textos o sintetiza los aportes
principales. El contenido es muy completo. Aborda en forma profunda la definición de
psicolingüística, la diferencia con la lingüística, su metodología de estudio.
4: El texto posee un registro formal que se mantiene y es consistente a lo largo del texto. Tiene
una finalidad explicativa en la que se comparan definiciones y se caracteriza la Psicolingüística,
según dos fuentes bibliográficas distintas. El escrito tiene las ideas relativamente conectadas, y
desarrolla el tema de forma relativamente lógica: presentación, una exposición de los conceptos
según ambos textos leídos y cierra con una conclusión que integra los dos textos o sintetiza los
aportes principales. El contenido es completo. Aborda la definición de psicolingüística, la
diferencia con la lingüística, su metodología de estudio.
3: El texto posee un registro formal pero que en algunas partes no es consistente. Tiene una
finalidad explicativa pero no compara definiciones o no caracteriza la psicolingüística, o no
considera las dos fuentes bibliográficas leídas. El escrito tiene los párrafos débilmente
conectados y desarrolla el tema de forma medianamente lógica. El contenido es medianamente
incompleto. Aborda la definición de psicolingüística o la diferencia con la lingüística o
metodología de estudio.
2: El texto posee un registro formal, pero en varias partes no es consistente o el texto no tiene
una finalidad explicativa o no compara definiciones o no caracteriza la psicolingüística, o no
considera las dos fuentes bibliográficas leídas. El escrito tiene los párrafos muy débilmente
conectados o el desarrollo del tema no sigue una forma lógica. El contenido es bastante
incompleto: no aborda la definición de psicolingüística o la diferencia con la lingüística o la
metodología de estudio.
1: El texto no posee un registro formal o no es consistente el registro a lo largo del texto. No
tiene una finalidad explicativa o no compara definiciones o no caracteriza la psicolingüística, o
no considera las dos fuentes bibliográficas leídas. El escrito tiene las ideas desconectadas y no
5Rijlaarsdam y van den Bergh (1996) dividen el tiempo de escritura en tres momentos (inicio, medio y fin)
y llaman episodio (episode) a cada una de las porciones temporales. En este estudio evitaremos el empleo
del término "episodio", ya que en las investigaciones del proceso de escritura es un término muy polisémico.
Por ejemplo, en investigaciones que utilizan como técnica el TAP (ThinkAloudProtocol) un episodio es la
secuencia de segmentos del protocolo en la cual se verifica la presencia de alguna categoría definida en el
modelo (Ericsson y Simon, 1993; van Someren, Barnard y Sandberg, 1994). En lugar de ello, a cada
momento temporal le llamaremos intervalo (Aguirre, 2015) o, simplemente, momento del proceso (Álvarez
y García, 2014, 2015).
Resultados y discusión
En esta sección presentamos los resultados obtenidos de la selección, por parte de los
participantes, de las actividades de escritura realizadas durante la composición de su texto. En
primer lugar, consideramos los datos relativos a la calidad de los textos, la duración de la sesión
de escritura y el tiempo total del proceso. En segundo lugar, describiremos en forma global el
proceso de producción de los distintos grupos de estudiantes. Luego, nos centraremos en la
descripción del proceso de revisión y, finalmente, presentaremos en forma discriminada los
resultados de los gráficos relativos a la lectura del texto escrito al momento y la modificación total
o parcial del propio texto.
La calidad de los textos expositivos producidos varió entre los participantes del estudio: el 40%
de los textos fue de calidad baja, el 36% de calidad media y solamente el 24% de calidad alta. La
extensión media de los textos también fue variable, notoriamente menor en los textos de calidad
baja (193 palabras) que en los decalidad media (425 palabras) y alta (374 palabras). Asimismo,
el tiempo promedio empleado en la producción del texto fue diverso en los tres grupos. Quienes
ocuparon menos tiempo para la escritura (29 min) produjeron textos de calidad baja, mientras
que aquellos escritores que dedicaron más tiempo a la tarea lograron una mejor calidad en su
producción: calidad media (41 min) y calidad alta (47 min).
Si indagamos en los datos acerca del tiempo empleado para realizar las distintas actividades,
podemos observar que el tiempo dedicado a la planificación, la textualización y la revisión difiere
en los distintos momentos del proceso de composición. A fin de indagar la distribución temporal
de tales actividades, cruzamos los tres momentos del proceso (inicio, medio y fin) con las tres
calidades de textos que discriminamos (alta, media y baja).
En relación con los procesos de escritura y su distribución temporal de acuerdo con la calidad
textual, hemos realizado un análisis cuantitativo. Las curvas del Gráfico 1 muestran una
diferencia en el modo como han distribuido los procesos de escritura los escritores de textos de
calidad alta, media y baja: más armónicamente los de calidad alta que los de calidad media y
baja.
Respecto de los datos aportados por los estudiantes sobre su proceso de composición, es decir,
sobre las actividades que ellos informaron que realizaban, se observa en el Gráfico 1 que la
planificación tiene una alta recurrencia en los procesos de los escritores de textos de calidad
baja6. Los escritores de textos de calidad media y alta también realizan actividades de
planificación, pero estas se encuentran distribuidas en forma proporcionada a lo largo del
proceso. De todos modos, en los tres tipos de escritores las actividades de planificación son
mayores en el primer momento temporal medido que en los dos restantes, con una diferencia de
20% entre el inicio y el final en los escritores de textos de alta calidad, 17% en los de media y de
14% en los de baja. Se observa en el caso de los tres grupos de escritores un predominio de la
actividad de textualización en el medio del proceso, pero una distribución relativamente
constante a lo largo de todo el proceso de escritura7. A continuación nos ocuparemos de las
características de la revisión. Para mostrar el detalle de dicho proceso, presentamos un gráfico
con los datos referidos a cada uno de los grupos de escritores (Gráfico 2).
6Se consideran como actividades de planificación: (1) leer o recordar la consigna de escritura, (2) buscar información, (3)
En el Gráfico 2 se observa como tendencia general para las tres calidades de textos un
incremento de la frecuencia de actividades de revisión conforme va avanzando el proceso de
composición. La diferencia más evidente entre los grupos está en la magnitud del aumento de la
revisión en el transcurso del tiempo. En el caso de los textos de calidad baja, el incremento de la
revisión entre el inicio del proceso y el final fue de 9,29% (Inicio: 2,20%, Fin: 11,49%), en tanto
que este fue notablemente mayor en las otras dos calidades: 26,56% (Inicio: 6,45%, Fin: 33,01%)
en calidad media y 26,06% (Inicio: 14,94%, Fin: 41%) en calidad alta.
Los escritores de textos de calidad baja y media revisan más en el primer intervalo del proceso
de escritura que en el segundo. Es probable que esa revisión tan temprana se asocie con
modificaciones de nivel superficial que no afecten mayormente el contenido, dado que en esa
instancia es escaso el texto escrito. No sucede esto en el caso de los escritores de textos de alta
calidad, para quienes la revisión se mantiene con una tendencia de crecimiento constante,
conforme avanza el proceso. En otras palabras, los escritores de textos de calidad baja y media
restan atención a actividades de revisión en el medio del proceso, en tanto que para los escritores
de textos de alta calidad la revisión va ganando preponderancia conforme avanza el tiempo de la
sesión de escritura, creciendo ininterrumpidamente hasta el final del proceso.
Como podemos observar en el Gráfico 2, la distribución temporal del proceso de revisión
presentó algunas diferencias en las tres calidades de textos consideradas. Para poder analizar
con mayor exhaustividad tales diferencias, distinguimos de qué manera se organizaron en el
tiempo las dos actividades de revisión consideradas en el estudio: leer el texto escrito al momento
y modificar total o parcialmente el texto escrito.
Tal como se aprecia en el Gráfico 3, en los escritores de textos de baja calidad, la lectura del
propio texto crece en forma constante y poco pronunciada a lo largo del proceso, con un aumento
total de 3,06% (Inicio: 0%, Fin: 3,06%). En cambio, en los escritores de textos de calidad media,
el crecimiento es abrupto, de 16,9% (Inicio: 0,85%, Fin: 17,75%). Es notable cómo, en este último
caso, la actividad de lectura del propio texto no sufrió, prácticamente, modificaciones, durante
el segundo intervalo. Finalmente, en los autores de escritos de alta calidad se mantiene la
tendencia del crecimiento sostenido a lo largo de todo el proceso, con un aumento del 10,96%
(Inicio: 4,69%, Fin: 15,65%).
Los escritores de textos de calidad baja leyeron poco su texto a lo largo de todo el proceso y
además no presentaron momentos significativos de intensificación de la lectura. Ello contrasta
con lo realizado por quienes produjeron textos de calidad media, que dedicaron bastante más
tiempo a la lectura del propio texto, concentrando tal actividad al final del proceso. A diferencia
de los dos grupos anteriores, los escritores de textos de calidad alta dedicaron, al igual que los
escritores de textos de calidad media, bastante tiempo a la lectura de su texto, pero ese tiempo
no se concentró exclusivamente al final del proceso, sino que se distribuyó a lo largo de todo el
tiempo de escritura.
La segunda actividad considerada en la revisión fue modificar total o parcialmente el texto. En
esta actividad también se hallaron diferencias entre los escritores, acorde con la calidad de los
textos producidos. Sin embargo, en este caso, las diferencias en la distribución temporal
estuvieron ligadas a la frecuencia de las actividades de modificación del texto en cada intervalo
de tiempo y no al modo de su distribución.
Como puede observarse en el Gráfico 4, los tres grupos de escritores trazan una curva
semejante, en la que el tiempo de modificación del texto decrece hacia el medio del proceso y se
incrementa de manera abrupta en el final. El tiempo dedicado a la modificación total o parcial
del texto tiene su punto máximo al final del proceso, con diferencias entre los escritores de las
tres calidades: 25,36% (calidad alta), 15,26% (calidad media) y 8,43% (calidad baja).
A la luz de los resultados presentados, es posible inferir que la diferencia de la calidad de los
textos no respondería al momento en que se produce la modificación del texto, sino a la cantidad
de tiempo invertido en tal actividad. En otras palabras, aquellos alumnos que emplearon más
tiempo en la modificación de su texto produjeron escritos de mejor calidad, de acuerdo con los
datos obtenidos en el estudio.
Conclusión
A lo largo de este capítulo analizamos el proceso de revisión de textos expositivos por parte de
estudiantes de nivel superior, considerando la distribución en el tiempo de las actividades leer
el texto escrito al momento y modificar total o parcialmente el texto escrito. Asimismo, relacionamos
la distribución de las actividades de revisión durante distintos momentos del proceso de escritura
con la calidad de los textos producidos.
A la luz de los resultados, concluimos que tanto la distribución en el tiempo de las actividades
de revisión como la frecuencia de la realización difieren entre los grupos de escritores de textos
de calidad alta, media y baja. En otras palabras, en línea con las investigaciones mencionadas
en nuestro marco teórico, concluimos que la calidad de los textos tiene relación con el momento
y la frecuencia de activación del proceso de revisión, pero señalaremos a continuación en forma
sintética los hallazgos más relevantes que hacen a las particularidades de nuestro estudio:
(a) Los escritores de textos de calidad alta revisaron su texto constantemente durante todo el
proceso y sobre todo al final, mientras que los escritores de textos de calidad media y baja
revisaron en mayor medida al comienzo y al final, reduciendo esta actividad en el medio del
proceso. En este momento, de acuerdo con la literatura existente, aumenta la textualización.
(b) En relación con cada una de las actividades involucradas en la revisión, los escritores de
textos de calidad baja leyeron su escrito en menor medida que aquellos que escribieron textos
de calidad media y alta. Estos últimos difirieron entre sí en que, en el caso de los escritores de
textos de calidad media, realizaron la lectura del propio texto al comienzo y al final del proceso,
mientras que los escritores de calidad alta lo hicieron en forma constante desde el inicio hasta
el final.
(c) Respecto de la actividad de modificación total o parcial del propio texto, se dio en los tres
grupos un crecimiento paulatino a lo largo del proceso. Lo que varió entre ellos fue la
preponderancia otorgada a esta actividad frente a las otras actividades propias del proceso de
escritura: los escritores de textos de alta calidad modificaron su texto en mayor medida que el
resto.
Para finalizar, consideramos de importancia destacar que este estudio contribuye al
conocimiento de las actividades cognitivas relativas a la revisión de textos expositivos escritos
por estudiantes de nivel superior, aportando datos empíricos que permiten observar la relación
entre los aspectos temporales de la revisión de textos expositivos y su calidad. Sin embargo, no
podemos pasar por alto que nuestra investigación posee un número relativamente pequeño de
participantes y se basa únicamente en las actividades que estos señalaron de modo consciente,
a través de la selección de diversas opciones. Para futuros trabajos, entonces, resta el desafío de
aumentar la cantidad de participantes, profundizar la recolección de datos a través de entrevistas
a los escritores, relacionar las actividades de revisión con las demás actividades involucradas en
el proceso de escritura y realizar un abordaje que permita diferenciar aspectos relativos al género
textual solicitado. Este conocimiento resultaría de utilidad para futuras investigaciones acerca
de los procesos de escritura y podrían redundar en el diseño de intervenciones pedagógicas
tendientes a lograr textos de alta calidad en el ámbito universitario.
Referencias bibliográficas
Resumen
Introducción
Como resultado de los contactos entre culturas, en la actualidad en la Argentina contamos con
una extensa bibliografía local sobre interacción en el aula, particularmente en lo referido a aulas
multiculturales y a la implementación de la Educación Intercultural Bilingüe (EIB) en el sistema
Son abundantes las investigaciones sobre aulas multiculturales ya que la diversidad del
alumnado parece ser la norma y no una rara característica debido al incremento de las
migraciones en varias partes del mundo. Rymes y Anderson (2004) realizaron una etnografía en
aulas de Estados Unidos y concluyeron que el manejo que los docentes hacen de las lenguas en
1Este estudio fue realizado con el beneficio de una beca de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la
Universidad Nacional de Córdoba.
el aula puede dar por resultado ya sea el reconocimiento de una lengua como valiosa o la
invisibilización de una lengua. En la ciudad de São Gabriel da Cachoeira, Amazonas, Shulist
(2017) examinó las consecuencias, sobre los programas lingüísticos escolares, de las
formulaciones políticas e ideológicas sobre las lenguas, la identidad aborigen y el territorio. Para
lograrlo, analizó dos situaciones sociolingüísticas diferentes, pero descubrió que en ambas las
barreras ideológicas acerca de las lenguas ejercen una gran influencia en la enseñanza de las
lenguas. En el trabajo de campo en un establecimiento escolar, tanto la cantidad de horas de
enseñanza como la forma de enseñanza de una lengua indígena están influenciadas, observó la
autora, por la ideología dominante que no reconoce el valor de las lenguas indígenas en una
ciudad moderna. En suma, tanto las estructuras ideológicas como las políticas sociales limitan
las oportunidades de enseñanza de una lengua indígena en la ciudad. Del mismo modo, en la
universidad peruana, Zavala y Córdova (2010) realizaron un estudio etnográfico enfocado en la
implementación del programa HATUN ÑAN que consiste en el ofrecimiento de cursos de
nivelación y reforzamiento académico a miembros de grupos históricamente discriminados para
ampliar las posibilidades de ingresar, permanecer y egresar de la educación superior. En esta
investigación, las autoras descubren que el racismo se ha entrelazado con cuestiones
geográficas, educativas y culturales. Así, afirman que la impronta colonial se mantiene aun luego
de la separación política institucional entre colonias y metrópolis y que la universidad constituye
una institución en la que esta impronta colonial se reproduce y actualiza a través de sus
imaginarios y proyectos.
En la Argentina, se han descripto especialmente clases a las que asisten alumnos de
comunidades indígenas, y se ha señalado la discordancia entre el sistema educativo y las
costumbres, valores y comportamientos típicos de los miembros de esas comunidades. Hecht
(2014) analizó la escolarización de la comunidad qom en Chaco y en Buenos Aires, y sugiere que
el contexto educativo se vuelve, eventualmente, un contexto propicio para la discriminación
étnica y racial.
También es pertinente el trabajo de Unamuno (2012) en Chaco donde estudió una institución
educativa en la cual se forman docentes indígenas, con el fin de descubrir el papel que cumplen
las lenguas en los procesos sociales de la población. Su trabajo muestra que las lenguas tienen
un rol clave en los procesos de lucha social y que la concepción del bilingüismo, las evaluaciones
sobre competencias lingüísticas y las prácticas lingüísticas en la escuela se distancian
ampliamente de las concepciones en los discursos oficiales sobre la EIB.
Del mismo modo, es oportuno nombrar el trabajo en la provincia de Santiago del Estero de
Andreani y Hecht (2012) quienes estudiaron las ideologías lingüísticas presentes en los procesos
de socialización bilingüe en niños y niñas de Cardón Esquina. Sus hallazgos revelan que la
escuela es un factor determinante en la prohibición del habla de quichua, por lo que esa es la
lengua que queda restringida al ámbito familiar, y aún ahí, su uso es limitado, ya que se cree
que, si se habla quichua, no se obtendrán buenos resultados en la escuela. También, Acuña
(2010) describe algunas situaciones de conflicto lingüístico que se dan en las escuelas y
reflexiona sobre las relaciones entre las distintas lenguas y su uso en el ámbito escolar. La autora
concluye, entre otras cosas, que el diagnóstico de las situaciones lingüísticas que se dan en las
áreas de lenguas en contacto y la normativa educativa parecieran estar en discordancia con la
opinión y la expectativa de los hablantes y docentes y con las variadas situaciones socio-
lingüísticas que se presentan en ámbitos donde conviven lenguas.
En vista de que, en ocasiones, el contexto educativo es un factor determinante para valorar lo
local o favorecer la discriminación y aumentar las inequidades socioeducativas (Hecht, 2014),
como también un espacio propicio para la promoción de ideologías, aquí considero necesario
explorar la relación entre las prácticas de los docentes en aulas con presencia étnica indígena y
las ideas sobre las lenguas que se hacen tácitamente disponibles para los alumnos y, así, mejorar
las prácticas de enseñanza adaptándolas a las necesidades de los alumnos. Las ideologías
lingüísticas han sido definidas desde perspectivas cognitivistas y perspectivas de planificación y
glotopolítica mientras que los antropólogos lingüistas, por ejemplo Irvine (1989; 2012), proponen
un enfoque social de las ideologías lingüísticas. En esta línea centrada en la unidad “grupo
social” se entiende que las ideologías lingüísticas son ideas acerca de los roles de la lengua como
miembros de experiencias sociales que contribuyen a la expresión del grupo. El presente trabajo
adopta este enfoque social y lo considera prioritario ya que, como propone Hamel (2013), no se
pueden comprender plenamente las políticas lingüísticas sin tener en cuenta cómo se construyen
identidades, procesos de diferenciación y estructuras de poder a través del uso de la lengua.
Las observaciones de clases se realizaron en tres grupos intactos de la escuela secundaria José
Lombardo Radice, en la localidad de Divisadero, provincia de San Juan. Esta escuela no funciona
dentro del marco de la EIB y tiene metodología urbana a pesar de estar ubicada en una zona
rural. En este establecimiento, se enseña inglés como lengua extranjera en todos los niveles, con
un total de 3 horas semanales. Los alumnos de primero, segundo, tercero, cuarto y quinto año
comparten la misma docente de inglés, Sonia2, y sexto año está a cargo de Ángela en el área de
inglés. Las docentes no son de la zona y viajan todos los días desde la capital de San Juan hasta
la escuela.
En general, los alumnos que asisten a esta escuela viven en Divisadero, Los Berros, Cienaguita,
Pedernal y Retamito. Estas localidades, vecinas y colindantes, se encuentran a unos 80 kms. al
sur de la ciudad de San Juan. La vida en la zona suele estar regida por la minería ya que es la
actividad principal del lugar y la mayoría de los habitantes trabajan en plantas productoras de
cal que funcionan las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
En esta zona, hay una cantidad importante de familias que pertenecen a la comunidad warpe,
y otras que tienen descendencia warpe pero no se reconocen como parte de la comunidad aún.
De acuerdo al censo nacional que se llevó a cabo entre 2004 y 2005, 14.633 personas se
autorreconocen como miembros de la comunidad warpe en todo el país. De éstos, 12.710 se
encuentran en la zona de Cuyo y la proporción de menores de 15 años es alta (Unicef, 2010).
2 Todos los nombres de los sujetos de investigación han sido reemplazados por pseudónimos.
Consideraciones metodológicas
Análisis
Examiné el discurso producido en prácticas áulicas ya que esta tarea tiene el valor de
proporcionar datos acerca de las ideas que circulan dentro del aula. También, permite dilucidar
ideas que son parte de la institución y que circulan en el sistema educativo en general ya que
las prácticas docentes no se llevan a cabo de manera aislada sino que forman parte de una
estructura mayor que es la institución y de una macroestructura que es el sistema educativo.
Es decir, el análisis de las prácticas de las docentes de lengua extranjera, en este estudio, se
ejecutó teniendo en cuenta el sistema del que forman parte y en el que son posibles.
Los procedimientos analíticos siguieron la secuencia usual de la descripción de patrones
interaccionales recurrentes y de detección de fragmentos textuales que se destacan como típicos
de una dinámica interaccional reconocible. Indagué sobre aspectos del contexto situacional y del
intertextual, es decir, la actividad que está teniendo lugar y su propósito, los participantes y las
relaciones entre ellos y presté atención a las convenciones de uso del inglés. Por último, tuve en
cuenta qué lengua es usada en distintos contextos y valoraciones explícitas o implícitas de una
lengua, sus usuarios, estilos, costumbres, prescripciones y prohibiciones de uso (dimensión de
las prácticas sociales).
Sonia
Sonia trabaja en la escuela hace 21 años y es la docente a cargo de las horas de inglés en todos
los años de la secundaria de primero a quinto. En este trabajo, ilustro la discusión del tema
únicamente con sus clases de cuarto y quinto año. Durante estas observaciones, advertí que usa
el inglés en pocos de sus enunciados y, cuando lo utiliza, suele ser solo en frases cortas o
expresiones idiomáticas. Durante la primera clase observada, se detectaron solo tres instancias
en las que Sonia usó frases en inglés. Dos de esas instancias son los ejemplos (1) y (2).
(1) Sonia: (...) ya que son aproximadamente como 5 alumnos, 6, de cada fila, (.) un grupo, otro grupo, otro
grupo ¿sí? y van a tener que pensar in English, agregar algo, es cuarto año ¿sí?
(2) Sonia: De la puerta para acá, están en inglés así que a crear in English, ¿listo?
En ambos turnos, la expresión “in English” es parte de enunciados imperativos donde el acto
de habla que se está llevando a cabo es el de dar una instrucción. Esta es una tendencia
predominante en todas las clases observadas de Sonia, es decir, no solo hace un uso mínimo del
inglés, sino que, cuando lo usa, suele ser en actos que expresan asimetría entre ella y los
alumnos. La tercera instancia en la que Sonia usó una expresión en inglés fue cuando un
alumno entró al aula 10 minutos antes de que terminara la clase como lo muestra el ejemplo (3).
(3) Sonia: Good night! (..) ¿Avisó que ha llegado?
El hecho de que Sonia dijera “Good night”, cuando eran las nueve de la mañana, hace que la
expresión sea sarcástica y que, por ende, constituya una reprimenda. Esta misma expresión
apareció en otras cinco clases observadas de Sonia y, en todos los casos, fueron dirigidas a algún
alumno que llegó tarde. Lo que constituye un punto de análisis interesante es el hecho de que
el inglés y no el español es el idioma que Sonia utiliza para comunicar reprimendas, incluso
cuando el resto de la clase se lleva a cabo casi en su totalidad en español. Es decir, el inglés solo
se usa en turnos en los que el significado interpersonal que se expresa es distanciamiento y
superioridad. Sin embargo, el extrañamiento que produce el uso de la lengua extranjera y no
internalizada, claramente percibida por todos los participantes como artificial y parte de una
puesta en escena, es también una distancia del acto que se realiza, por lo tanto, la reprimenda
queda atenuada porque está en una lengua ajena, que no se siente intensamente, ni es un
recurso habitual para expresar los sentidos plenamente.
Además, en las clases observadas, a menudo la expresión elegida es incorrecta. Eso se ilustra
en el ejemplo (3), también, puesto que el saludo equivalente a “Buenas noches” en inglés es
“Good evening” mientras que “Good night” es una despedida a quien se va a dormir.
Asimismo, cuando Sonia produce enunciados en inglés más allá de expresiones idiomáticas,
aparecen varias formulaciones que son consideradas agramaticales según lo que dicta la norma,
como muestran los ejemplos (4) y (5):
(4) Sonia: I give you the page
(5) Sonia: Thank you very much ((a Renzo que borró el pizarrón)). Ready? Vamos a trabajar en lo que
vamos a hacer en el pizarrón. Put the date, please.
En el ejemplo (4), el tiempo verbal utilizado no se corresponde con los usos que dicta la norma
para el presente simple del modo indicativo en inglés, ya que, de acuerdo a la norma, en esa
emisión debería utilizarse el verbo auxiliar “will”. En el ejemplo (5), “put” no es un verbo que
coloque con “the date” en inglés. Sonia no solo presenta imprecisiones en sus enunciados, sino
que también explica algunos temas de clase erróneamente, como muestra el ejemplo (6), una
contribución que Sonia produjo mientras explicaba la forma de la cópula en pasado simple.
(6) Sonia: […] y para todo el resto de los pronombres es were, ¿sÍ? (.) ¿Se acuerdan de los otros
pronombres? I, los dos you, we y they, se usa were. ¿Por qué? Porque antes en presente era are, ¿sí?
Eso es memoria.
En este turno se puede apreciar que Sonia no contempla el hecho de que, de acuerdo a la
norma en inglés, el pronombre personal “I” toma la forma “was” en el tiempo verbal pasado
simple.
Además, las clases de Sonia dejan en evidencia que el español prevalece dentro de la clase de
inglés. Esto también se puede inferir a partir de ciertos intercambios que se llevaron a cabo
durante las clases observadas, como muestra el ejemplo (7).
(7) Sonia: ¿Cómo lo muestran? Son valores, pero ¿cómo los muestran? No respetando a mi papá, a mi
mamá, a mis profesores
Amira: No nos interesa
María: No sé
Sonia: ¿Quieren trabajarlo en inglés?
Varios sujetos: No::
El segundo turno de Sonia, “¿Quieren trabajarlo en inglés?”, constituye una amenaza y es una
respuesta al desinterés que muestran los alumnos en los turnos anteriores. Este turno es
particularmente interesante porque es paradójico amenazar a los alumnos con tener que usar
inglés en la clase de inglés. De esta manera, este turno pone al descubierto las ideas de Sonia
acerca del español y el inglés. Evidentemente, para ella el español es la norma en la clase de
inglés y, por la naturaleza de las amenazas, este turno también revela que Sonia concibe el uso
de inglés para la comunicación como una experiencia negativa.
Esta concepción del español como la norma en la clase de inglés también puede percibirse en
otros intercambios producidos durante las clases observadas como lo muestra el ejemplo (8)
(8) Sonia: Escriba veinte palabras y tradúzcalas, y tradÚZcalas, con zeta y acento, tradÚZcalas,
tradÚZcalas
((Alguien golpea la puerta, una alumna se para, abre la puerta y se queda hablando con alguien en la
puerta. El resto de los alumnos comienzan a hacer ruido y Sonia se dirige hacia ellos nuevamente))
Sonia: Listen, listen, listen (.. .. ..) van a escribir una palabra abajo de la otra en castellano, dos puntos,
dos puntos
((La alumna que estaba hablando con alguien en la puerta entra y cierra la puerta haciendo un ruido
fuerte))
Sonia: ¿Cerró? ((a la alumna que cerró la puerta)). Dos puntos, en inglés, fonética y traducción, a ver si
hay otra distinta a la que ustedes han buscado
Este ejemplo es interesante si consideramos que en ninguna de las clases observadas, Sonia
hizo referencia a la ortografía o puntuación en inglés. En consecuencia, el hecho de que hiciera
referencia explícita a la ortografía y puntuación del español pone al descubierto que Sonia
implícitamente le da más valor al español que al inglés. Otro punto que es importante analizar
en el ejemplo (8) es que Sonia usa inglés únicamente en “Listen, listen, listen” para restaurar el
marco de participación que había sido interrumpido por el golpe de alguien llamando en la puerta
del aula. En este caso, el uso del inglés funciona como una señal de retorno al marco de
participación clase de inglés, pero su uso es paradójico en relación con el contexto lingüístico en
el que está inmerso. Es decir, en este caso como en muchos otros observados en las clases de
Sonia, el inglés funciona como una señal de comienzo, final o reanudación del marco “clase de
inglés”, pero las actividades que se llevan a cabo durante la clase de inglés en pocas ocasiones
están orientadas hacia el aprendizaje del inglés.
Ángela
(9) Ángela: Bien, chicas, si bien nos hemos presentado el primer día en castellano, yo quisiera que se
presente cada uno en inglés, que den todos los datos que recuerdan personales, que hablen de ustedes
primero, quiénes son, cuántos años tienen, dónde nacieron, eh, su familia, cómo está compuesta su
familia, ¿se animan? (.) lo que se acuerden, ¿sí?
Al pedirles a las alumnas que usen el inglés para hablar de ellas mismas y sus familias desde
el principio de la clase, Ángela conecta el aprendizaje de inglés con la realidad de las alumnas y
hace visible el valor utilitario de la lengua. En este tipo de ejercicio, se percibe una concepción
del inglés como instrumento para la comunicación. Además, en los turnos de Ángela, no solo
surge la percepción del inglés como un instrumento para la comunicación, sino que también
podemos detectar la idea de que el inglés es un medio para entender la propia realidad, como se
puede ver en el siguiente turno de Ángela (ejemplo 10):
(10) Ángela: […] Todo hoy en día viene en inglés, (.) vean una latita de durazno al natural, de un lado está
en castellano, del otro en inglés, ¿sí? Entonces, por ahí, tener presente esas cosas,(.) tomarnos el
tiempo para ir recordando cosas que ustedes han visto cuando han visto las comidas y demás. (.)
Hoy, yo tenía pensado, después de esto, y de esta presentación, y de que hablemos de la compañera,
y demás, (.) que hablemos un poco de verbos ¿sí? (.) Que hablemos del por qué tantos presentes en
inglés,(.) Dos han visto ustedes, el presente simple y el presente continuo ¿verdad?(..) Y ¿por qué dos?
¿Para qué me sirve a mí aprender esos tiempos de verbos? Cómo voy a formar esa oración o cómo la
aprendí a formar, qué vocabulario necesito ¿sí? y demás. Estaba pensando en eso para hoy.
Como se puede apreciar en el segundo enunciado de este turno, Ángela proporciona un ejemplo
familiar para las alumnas. Al brindar un ejemplo del diario vivir de las alumnas en el que el
inglés está presente, Ángela establece una relación entre el inglés y su vida cotidiana e,
implícitamente, muestra el valor de aprender inglés en el contexto inmediato de las alumnas.
Además, en “Que hablemos del por qué tantos presentes en inglés,(.) Dos han visto ustedes, el
presente simple y el presente continuo ¿verdad?(..) Y ¿por qué dos? ¿Para qué me sirve a mí
aprender esos tiempos de verbos? Cómo voy a formar esa oración o cómo la aprendí a formar, qué
vocabulario necesito ¿sí? y demás”. Ángela hace alusión a la utilidad de aprender ciertos tiempos
verbales, sus formas y significados. Así, a partir de estos enunciados, se puede inferir la
concepción del aprendizaje de inglés como un proceso reflexivo enfocado en el uso de diferentes
elementos lingüísticos para lograr la comunicación. Además, luego de esta introducción, Ángela
estimula el uso del inglés por parte de las participantes pidiéndoles que se presenten y cuenten
su rutina en inglés. Sin embargo, al igual que Sonia, tampoco incentiva el uso de inglés en juegos
de roles o en algún ejercicio que promueva la interacción. Es decir, en las clases de Ángela, si
bien aparece la noción del inglés como un instrumento para ser usado, su uso no es estimulado
con intensidad en el aula.
No obstante, la concepción del inglés como una herramienta para la comunicación también se
hace evidente en otros turnos de Ángela, como se puede observar en el ejemplo (11).
(11) Ángela: Bueno, aprender jugando es, es más divertido, y este año tiene dos partes, ¿sí? la parte de
poder divertirnos y aprender a través de canciones, de juegos, de videos que vamos a ver este año (.)
de películas que nos muestren un poco de su cultura, ¿sí? (.) De cómo, cómo es la cultura de ellos, qué
diferencias hay con las nuestras, (.) de sus hábitos, de sus costumbres y a través de eso aprender el
idioma.
El hecho de que en los turnos de Ángela aparece la idea de aprender a través del uso de la
lengua, pone al descubierto la noción del inglés como una herramienta para la comunicación.
Además, algo particularmente relevante en este turno es la relación entre lengua y cultura que
Ángela establece. La lengua no se representa como un objeto separado de la cultura, sino como
interrelacionado con la cultura a la cual pertenece y conforma. A pesar de ello, a partir de la
expresión “la cultura de ellos” en este turno, también se puede inferir la idea que todos los
angloparlantes son un grupo homogéneo que tienen una única cultura. Mientras que del plural
en “qué diferencias hay con las nuestras”, se puede inferir la idea que los hispanohablantes
tenemos variedades de culturas. Esta relación entre lengua y cultura, también, surge en otros
turnos de Ángela, como muestra el ejemplo (12).
(12) Ángela: Ellos tienen diferentes formas de expresar cosas, una de ellas es esta, la edad, años de viejo,
¿sí? yo soy años de viejo (..), años viejo, mmm, yo soy tantos años viejo, viejos dicen, según me
contaba mi amiga londinense, nacemos y envejecemos, empezamos a envejecer, entonces de ahí viene
ese years old. Yo soy tantos años viejo, mi tía es vieja, ideas son viejas, ¿sí? Entonces, los años los
contamos sobre eso, ¿por qué en las tortas de cumpleaños no está la vela que representa el año que
cumple esa persona?
En este turno, se puede apreciar cómo Ángela establece una relación entre una estructura
sintáctica y la perspectiva cultural que esa estructura transmite. Es decir, tanto en este turno
como en el anterior, es posible recuperar la idea de que aprender una lengua es aprender una
forma de ver el mundo, pero también se puede inferir la concepción de Ángela de los anglo-
parlantes como un grupo homogéneo.
Discusión
A partir de estos ejemplos seleccionados de múltiples casos similares, podría decirse que el
análisis de las prácticas docentes descubre la variedad y la heterogeneidad de ideas que se
transmiten a través de ellas. En esta transmisión, se están poniendo a disposición de los
alumnos solo algunas ideas y dejando otras de lado. Así lo sugiere el hallazgo de que los
diferentes usos que las docentes hacen de las lenguas, cómo hablan sobre ellas y en qué
situaciones las usan permiten inferir a cualquier participante del encuentro diferentes ideas
acerca de las lenguas. Es evidente que las prácticas docentes de Sonia transmiten ideas que no
fomentan el aprendizaje del inglés, sino que lo dificultan, mientras que las prácticas docentes de
Ángela hacen disponibles para los alumnos ideas acerca de la utilidad del inglés y otras ideas
que, si bien no promueven el aprendizaje de inglés, tampoco lo dificultan. Además, podría decirse
que, de algún modo, las prácticas docentes de Sonia son las que más influencia pueden tener
sobre las concepciones de los alumnos ya que tienen contacto con estas prácticas durante cinco
años consecutivos, por ende, las posibilidades de adquirir y naturalizar ciertas ideas aumentan.
No solo las lenguas que se usan y sobre las que se habla en el aula tienen relevancia en este
análisis. También es posible inferir otras ideas a partir del hecho de que, durante los numerosos
meses de observación en tres aulas, no fue posible observar ninguna instancia de referencia a
alguna lengua warpe. Es decir, el hecho de que en un contexto escolar con presencia étnica
warpe no se aproveche la clase de lengua extranjera para dialogar sobre las propiedades de las
lenguas warpes, su utilidad, sus aplicaciones y diferencias con el español y el inglés, revela la
negación de la existencia de estas lenguas y la invisibilización de esta cultura a través de la
invisibilización de su lengua ejecutando lo que Gualdieri (2004) denomina “invisibilización
étnica”.
Sin embargo, a diferencia de lo observado en ese antecedente, aquí se trata de las prácticas
cotidianas y espontáneas de educadores bien intencionados que están desaprovechando
oportunidades de capitalizar experiencias con las lenguas en tanto vivas y expresivas de contacto
social. Es decir, aun cuando las prácticas docentes no parecen deliberadamente antagónicas a
la lengua ancestral, transmiten ideas de manera implícita que parecen estar arraigadas
profundamente en una ideología homogeneizadora (Blommaert y Verschueren, 1991; 1998)
donde las diferencias son percibidas como peligrosas y centrífugas y, por ende, deben ser
eliminadas. Son estas ideas las que demuestran que las “políticas homogeneizadoras” (Hecht,
2007: 68), que apuntaron a la unidad lingüística nacional desde los comienzos de la Argentina
independiente, dejaron una huella en las representaciones acerca de las lenguas que aún
continúan circulando en contextos escolares plurilingües de forma hegemónica. Asimismo, si en
este punto de la discusión, tomamos en cuenta los hallazgos de Shulist (2017) en São Gabriel
da Cachoeira, se puede argumentar que las prácticas docentes reflejan ideas sobre las lenguas
que circulan en la sociedad y que penetran el contexto escolar y, a la vez, son reproductoras y
difusoras de esas ideas que se propagan de manera hegemónica en la sociedad. En consecuencia,
tanto los hallazgos aquí presentados como los de Shulist (2017) sirven de evidencia para el
postulado de Mancuso (2010) quien sostiene que la hegemonía no se puede transformar
fácilmente porque todos somos parte de ella.
Los resultados de este trabajo también convergen con los hallazgos de Rymes y Anderson
(2004) en Estados Unidos y de Andreani y Hecht (2012) en la Argentina, ya que demuestran que
la escuela puede contribuir a la promoción de ideas que fomenten la invisibilización de una
lengua o a la valoración de una lengua por encima de otras. Teniendo en cuenta el
funcionamiento de la economía lingüística en este contexto sociopolítico, se puede decir que son
las docentes y, por ende, es la institución escolar la que, al abogar por el uso del español en
todos los contextos dentro del contexto escolar promueve ideas de desigualdad entre las lenguas
y, por ende, indirectamente entre grupos de hablantes. Es decir, la institución implícitamente
favorece una jerarquía en la que no solo ciertas lenguas son dominadas por otras sino que
también, por asociación, ciertos grupos de hablantes son dominados por otros. De esta manera,
es posible deducir que, en el nivel ideológico, las prácticas de estas docentes indizan y
reproducen ideologías dominantes y convencionales sobre el valor de las lenguas ancestrales y
sus hablantes. Si analizamos los hallazgos de este trabajo a la luz de los de Zavala y Córdova
(2010), podemos agregar que la universidad no es la única institución educativa donde se
actualiza y reproduce la impronta colonial sino que también se hace presente en los contextos
escolares de niveles educativos más bajos y no solamente en los imaginarios de los actores
sociales y en los proyectos institucionales sino también en las prácticas docentes.
También es pertinente tomar el antecedente de Wortham (2008) quien sostiene que las
ideologías lingüísticas ayudan a explicar cómo la escuela contribuye a situar a los alumnos en
ciertos sectores sociales y a construir identidades. Siguiendo esta línea, se puede inferir que las
ideas ofrecidas a los alumnos son las que contribuyen en la construcción de sus identidades y
al posicionamiento de los alumnos en ciertos sectores sociales. Por ende, podría decirse que las
ideas transmitidas por Sonia favorecen la construcción de identidades monolingües que valoran
únicamente el español como la norma, mientras que las ideas facilitadas por Ángela son
contradictorias ya que, por un lado, contribuyen a la construcción de identidades plurilingües
que valoran las diferentes lenguas como formas de ver el mundo, pero por otro lado, alientan la
concepción de lenguas y culturas como homogéneas. En cuanto a las prácticas de ambas
docentes con respecto a la lengua warpe, se puede argumentar que estas contribuyen a la
construcción de identidades que no valoran la propia lengua ancestral ni la cultura que esta
lengua conforma. Siguiendo este razonamiento, se puede inferir que estas prácticas colaboran a
perpetuar la posición actual de las lenguas de los pueblos originarios en la Argentina, es decir,
a quedar “arrinconadas como las poblaciones que las hablan, a la espera de una redención de
los vencidos” (López, 2012:139).
En este punto, se vuelve pertinente la línea de pensamiento de Irvine y Gal (2000) quienes
postulan que los actores sociales poseen representaciones ideológicamente construidas de las
diferencias lingüísticas y actúan de acuerdo a ellas. En estas construcciones ideológicas, las
relaciones indicializadas se vuelven la base sobre las cuales otras relaciones entre signos son
construidas. En consecuencia, es posible decir que una práctica docente sin conciencia ni
reflexión acerca de las ideas y representaciones que se transmiten a través de las propias
prácticas puede contribuir a la promoción de ideas que desvaloricen algunas lenguas y, por ende,
algunas formas de conceptualizar el mundo. A su vez, pueden favorecer la construcción de
relaciones asimétricas o jerárquicas entre signos. Así, este trabajo suma evidencias a la visión
de Canagarajah (2003) quien sostiene que la enseñanza de una lengua no puede ser considerada
una actividad inocente, ya que posibilita la dominación ideológica y el conflicto social.
Conclusiones
Este trabajo tuvo como objetivo indagar acerca de las ideas sobre las lenguas que se transmiten
a través de las prácticas de docentes de lengua extranjera en aulas con presencia étnica warpe.
El análisis llevado a cabo demuestra que las prácticas docentes funcionan como transmisoras
de ideas acerca de las lenguas de toda índole al punto que pueden ser tanto inspiradoras del
aprendizaje de una lengua como facilitadoras de la invisibilización de una lengua y una cultura.
De esta manera, puedo concluir que, en esta época en la que hay una promoción continua de
estrategias de enseñanza-aprendizaje y de manuales colmados de recomendaciones sobre “cómo
enseñar”, el análisis de lo que verdaderamente se transmite en el aula en contextos pluriétnicos,
parece ser un foco que merece nuestra atención. Se intentó aquí tal planteo, no de manera
prescriptivista definiendo qué es lo correcto e incorrecto, sino a modo de reflexión sobre la
realidad actual, ya que para modificar ciertas prácticas es necesario conocerlas en profundidad
previamente.
Se hace relevante una agenda de investigación en el aula que tome la combinación de etnografía
y análisis del discurso como bases para comprender ideologías y que prioriza el análisis de la
actividad situada para lograr una perspectiva integral del fenómeno bajo estudio. Solo de esta
manera, es posible engendrar cambios para promover la interculturalidad en aulas
pluriculturales y compartir ideas que no posicionen una lengua por encima de otra, sino que
fomenten el respeto por las lenguas y las culturas.
Convenciones de transcripción
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Resumen
Las preguntas por cuáles son las clases de palabras, con qué criterios se distinguen y qué
relaciones mantienen entre sí son algunas de las más antiguas en los estudios sobre el lenguaje
y no pierden su vigencia. En este trabajo se apunta a proponer un modo diferente de enfocar el
fenómeno de la clasificación de las palabras desde una perspectiva cognitivo-funcional (Nuyts,
2004), con el fin de optimizar la enseñanza de este contenido. En particular, se desarrollarán los
siguientes aspectos: (a) la clasificación de las palabras debe basarse tanto en un criterio
semántico-pragmático como en uno gramatical (morfológico y sintáctico), (b) las clases de
palabras son conjuntos organizados alrededor de un prototipo o conjunto de efectos prototípicos,
(c) las categorías léxicas no constituyen compartimentos estancos, sino que existen
interferencias e intercambios entre ellas. Se ejemplificarán estos puntos con el caso de la
nominalización. El marco teórico de este estudio está conformado por la teoría de los prototipos
(Rosch, 1973), la teoría del nivel básico (Rosch y Mervis, 1975; Rosch, Mervis, Gray, Johnson y
Boyes-Braem, 1976), y algunos desarrollos teóricos sobre las clases de palabras, la
recategorización y las categorías híbridas (Albano y Giammateo, 2006; Rodríguez Espiñeira y
Pena, 2008; Bosque, 2015) y acerca de la nominalización (Picallo, 1999; Cuñarro, 2011; Iturrioz
Leza, 2000-2001).
Introducción
Desde las primeras inquisiciones sobre el lenguaje se han estudiado las clases de palabras. Esto
se debe a que se trata de un objeto de conocimiento esencial para todas las disciplinas que
abordan los distintos niveles de la lengua, si bien resulta de especial interés para la morfología,
la sintaxis y su interfaz. El problema está lejos de hallarse resuelto; por el contrario, se encuentra
plenamente vigente en la actualidad y es un ámbito que resulta atrayente para la investigación
lingüística por su complejidad y por las dificultades que presenta su abordaje.
En este trabajo, se propondrán algunas estrategias para intentar lograr una visión abarcadora
de este tema desde la Lingüística Cognitiva. Se desarrollarán algunos aspectos metalingüísticos
que sería interesante dejar en claro en la enseñanza sobre las clases de palabras. El más
importante (como en toda clasificación) es la clarificación del criterio con el que se abordan las
categorías léxicas (que debe ser tanto semántico-pragmático como gramatical). Se señalará que,
si se intenta abordar la clasificación de las palabras desde un enfoque cognitivo-funcional (Nuyts,
2004) se deben enfatizar dos puntos: (a) las clases de palabras se estructuran en torno a
ejemplares prototípicos y (b) forman un continuum. Este último punto nos conducirá a reparar
en que es posible, y, de hecho, un fenómeno muy común en los usos discursivos, el cambio de
categoría de las palabras o “recategorización” (Rodríguez Espiñera y Pena, 2008). Este último
asunto se ejemplificará mediante una breve presentación del caso de la nominalización.
El marco teórico de este trabajo está conformado por la teoría de los prototipos (Rosch, 1973,
1978), la teoría del nivel básico (Rosch y Mervis, 1975; Rosch et al., 1976), y algunos desarrollos
teóricos sobre las clases de palabras, la recategorización y las categorías híbridas (Albano y
Giammateo, 2006; Rodríguez Espiñeira y Pena, 2008; Bosque, 2015) y la nominalización (Picallo,
1999; Cuñarro, 2011; IturriozLeza, 2000-2001).
La Lingüística Cognitiva
1 Obsérvese que se habla de Lingüística Cognitiva, con mayúsculas. Esta distinción responde a la realizada
por Geeraerts (2006: 3). El uso de las mayúsculas señala un enfoque de estudio de la lengua que incluye
varias teorías lingüísticas como la de los prototipos y la de los marcos semánticos, reunidas bajo una
perspectiva común y que nació en la segunda mitad del siglo veinte. Cuando se habla de lingüística cognitiva
en minúsculas, se hace una alusión más genérica a cualquier estudio de la lengua como un fenómeno
mental.
2 Por supuesto que hay producciones automáticas, que, si bien en un principio han tenido una motivación
funcional, ya se han extendido, su uso se ha generalizado. Incluso, muchos cambios lingüísticos hacen que
las palabras pierdan su función originaria (v. gr. gramaticalización de las partículas a pesar de, encima,
mediante).
Una dimensión que es muy importante destacar en toda clase de lingüística es la dimensión
metalingüística, que incluye diversos aspectos como la explicitación del enfoque con el que se
estudian los fenómenos de la lengua, la clarificación de los significados y valores de la
terminología empleada e, incluso, algunos detalles de historia de la lingüística (status quaestionis
del tema que se esté abordando).
En el campo de la clasificación de las palabras, una consideración metalingüística esencial es
la de los criterios en los que se basa dicha clasificación. Los alumnos deberían conocer que hay
dos criterios básicos de distinción de clases léxicas: (a) un criterio semántico-pragmático y (b)
un criterio gramatical. El primer criterio se basa en el significado y el sentido asociados a las
distintas clases de palabras; el segundo, se basa en la morfología y sintaxis propias de cada una
de ellas. Como indica Delbecque (2008: 43),
Para las grandes categorías léxicas abiertas, los manuales escolares de gramática suelen
proponer una caracterización semántica prototípica basada en una ontología intuitiva: ‘un
sustantivo designa OBJETOS (personas, lugares y cosas)’, ‘un verbo designa EVENTOS
(acciones, procesos)’, ‘un adjetivo designa PROPIEDADES’. Salta a la vista la inadecuación de
estas definiciones para la descripción del uso: hay sustantivos que denotan propiedades
(anchura) o eventos (inundación), [...]. Como alternativa, es posible acudir a propiedades
3 En su vertiente conceptual, el significado de madre, por ejemplo, se define por hechos biológicos; en su
vertiente cultural, en cambio, conlleva una serie de asociaciones relativamente complejas, como el brindar
cariño y alimentar.
formales y criterios distribucionales para definir las clases de palabras. Pero entonces se
las convierte en categorías de una lengua particular, y se vuelve más difícil la comparación
y la tipología de lenguas. Lejos de verse suplantada por el desarrollo de métodos de
descripción formal, la caracterización tradicional se ha mantenido viva y resulta rela-
tivamente estable. Esto sugiere que estriba en una sólida base cognitiva: aplica, en efecto,
una heurística que privilegia los miembros prototípicos de una clase, a reserva de
incorporar otros miembros no prototípicos por extensión categorial. Para las dos principales
clases abiertas, el sustantivo y el verbo, es hoy día comúnmente aceptado que responden
a la distinción conceptual universal entre objetos y eventos.
Bosque (2015: 23) hace un comentario muy similar al de Delbecque en relación con los criterios
de categorización de las palabras: “casi todos los autores modernos reconocen que esta y otras
listas parecidas de estas clases de palabras están basadas en una extraña mezcla de criterios
(de ordinario semánticos para el sustantivo y el verbo; posicionales a veces para el adjetivo y la
preposición, simplemente imprecisos para el adverbio)”.
Sobre la organización prototípica de las categorías léxicas a la que hizo alusión Delbecque en
la cita precedente, se hablará en el apartado siguiente. Mediante el concepto de distribución
mencionado por Delbecque, se hace referencia a lo siguiente:
Dos elementos pertenecerán a la misma clase si son compatibles entre sí en los mismos
contextos sintagmáticos, es decir, si tienen la misma distribución en las oraciones. Dicha
conmutación puede provocar alteraciones semánticas, pero no de estructura; si provocan
alteraciones de estructura es porque no pertenecen a la misma clase. Según esto, podemos
decir que la distribución de una palabra, por ejemplo, se define por el conjunto de contextos
potenciales en los que puede aparecer u ‘ocurrir’. Así, el tipo de palabra a la que
tradicionalmente se llama adjetivo puede ser definido en español, entre otros, por los
siguientes contextos: a) Det - N; b) Det N -; c) Det N muy -; d) SN ser -; e) Lo -; etc. (Gonzalez
Calvo, 1982).
Para dar fin al hilo extendido sobre los criterios de clasificación de las palabras, baste proponer
que lo ideal es combinar el criterio semántico-pragmático con el gramatical. En cuanto a las
otras particularidades metalingüísticas que sería útil resaltar al enseñar las clases de palabras,
otros puntos que conviene tener en cuenta son los siguientes: (a) las denominaciones que reciben
en la bibliografía (partes de la oración, categorías léxicas, categorías gramaticales, clases de
lexemas, entre otras) y sus motivaciones o valores semánticos particulares, (b) las disciplinas
que con más propiedad se encargan del tema (morfología y sintaxis) y (c) las dificultades que
existen para definir la unidad “palabra”.
Respecto de las denominaciones que reciben las clases de palabras, es de gran utilidad
mencionarlas y explicar qué implicaciones acompañan a cada una de ellas. Por ejemplo, la
etiqueta partes de la oración proviene de la Antigua Grecia y responde a una concepción de las
clases de palabras como unidades con sentido completo, i. e., no ha llegado a una concepción
del morfema ni del sintagma (Gonzalez Calvo, 1982: 55). Sin embargo, si bien tiene ese aspecto
negativo, este término tiene como ningún otro un enfoque discursivo y deja en claro que las
clases de palabras solo pueden establecerse teniendo en cuenta qué papel cumple cada una de
ellas en las emisiones y no tomándolas como unidades aisladas.
Por otro lado, en relación con la etiqueta categorías gramaticales, esta resulta muy polisémica
(Rodríguez Espiñeira, 2008: 12), pues se llama categorías gramaticales a los morfemas flexivos
(número, género, tiempo, modo, aspecto, persona) (Pena, 1985), a las clases de palabras e incluso
a las funciones sintácticas. Bosque (2015: 13-14), por ejemplo, utiliza el término categorías
gramaticales para hacer referencia a las categorías léxicas y a categorías sintagmáticas como el
sintagma nominal, el sintagma verbal y el sintagma preposicional.
Respecto de las disciplinas donde se inscribe con más propiedad el tema de las clases de
palabras, es útil señalar a los alumnos que se trata de la morfología y la sintaxis. Si desconocen
en qué consisten estas áreas del conocimiento lingüístico, es recomendable darles algunas
aproximaciones hacia sus objetivos y objetos de estudio desde textos bibliográficos como el de
Escandell Vidal, Aguiar, Casado Fresnillo, Rodríguez y Polo Cano (2011). El objeto de estudio en
el que coinciden las dos disciplinas señaladas (morfología y sintaxis) es, justamente, la palabra,
que constituye la unidad mayor del análisis morfológico a la vez que la unidad menor del análisis
sintáctico.
En cuanto a las dificultades que existen para definir la unidad palabra, de hecho, es sabido
que en diversas lenguas no es fácil identificar estas unidades lingüísticas. Es el caso de las
lenguas aislantes, en las que los morfemas tienden a mantenerse separados unos de otros de
modo tal que cada morfema por sí solo forma una palabra. Otro caso que dificulta la definición
de la palabra es el de las lenguas polisintéticas, en las que hay diferentes morfemas que
constituyen una palabra-holofrase (Comrie, 1989 [1981]: 74-75).
El hecho de problematizar la definición de los límites del concepto de palabra no significa que
se deba descartar esa unidad lingüística en el análisis. De hecho, parece ser la unidad lingüística
por excelencia, la más prototípica cuando se piensa en la lengua. En efecto, cuando alguien tiene
problemas de dicción, cualquiera ellos sean, se lo envía a consultar el diccionario, que es
básicamente un repositorio de vocablos.
Para problematizar el asunto de los límites de la unidad palabra, se pueden presentar ejemplos
como los siguientes y discutir las dificultades que ofrecen para ser o no considerados palabras
en español: dáselo, se lo doy, coche-cama, colaborador, comer, comerán, correveidile. Esta
actividad imita a la que presenta Escandell Vidal en su Invitación a la Lingüística (2011a: 129).
Saliendo de la lengua española, también se puede problematizar la unidad palabra haciendo
referencia a los casos de las lenguas aislantes, en las que los morfemas tienden a mantenerse
separados y cada morfema forma una “palabra”, y las lenguas polisintéticas, en las que diferentes
morfemas constituyen una palabra-holofrase (Cfr. Comrie, 1989 [1981]: 71-75).
Entre las “soluciones” que se pueden dar al problema, se puede citar la clásica definición de
palabra de Bloomfield (1935): “Una palabra es la forma libre mínima”4 (en otros términos, una
forma que puede aparecer aislada constituyendo un enunciado). Esta definición es un tanto
restrictiva porque se orienta más hacia las clases categoremáticas de palabras en detrimento de
las clases sincategoremáticas. Una definición que puede completar la de Bloomfield es la de
Barrenechea (1963), que retoma Kovacci (1990: 29): “La palabra es el signo lingüístico cuyos
constituyentes inmediatos no permiten la separación ni la permutación del orden, o no
pertenecen a paradigmas cuyas unidades lo permitan”.
Dentro de las aclaraciones que se considera conveniente hacer a la hora de tratar la clasificación
de las palabras, se encuentra la organización por prototipos de las categorías en la mente
humana. Si se toma un enfoque prototípico para categorizar las palabras, las clases de palabras
se conciben como conjuntos organizados alrededor de un foco, llamado “prototipo”. A medida
que se pierden propiedades prototípicas, se arriba a la periferia de la clase, donde se ubican los
miembros periféricos o más marcados de la categoría.5
La teoría de los prototipos (Rosch, 1973; Rosch, 1978) se complementa con la teoría del nivel
básico (Rosch y Mervis, 1975; Rosch et al., 1976). Esta teoría propone que existen tres niveles
de categorización: el nivel superordinado, el básico y el subordinado. Ejemplos de cada uno de
estos niveles son animal, perro y caniche, respectivamente. Es en el nivel básico donde se produce
la mayoría de los “cortes básicos de la categoría” (Rosch et al., 1976: 8)6.
4 Traducción propia.
5La marcación hace referencia a la existencia de una mayor cantidad de contextos posibles para el prototipo
y contextos más restringidos para el miembro periférico (Company Company, 2003: 19).
6Traducción propia. Rosch et al. (1976: 385) afirman que el nivel básico es el más inclusivo de la categoría:
“La categorización básica es el nivel más general e inclusivo en el que las categorías pueden delinear
estructuras correlacionadas con el mundo real”. Esto se debe a varias razones. En primer lugar, sus
miembros poseen un número significativo de atributos en común. Además, pueden activar programas
motores claros, tienen formas parecidas y constituyen los ítems de cada categoría que con mayor facilidad
podemos distinguir. Por otra parte, el nivel básico es el que con mayor claridad permite formar una imagen
Como puede apreciarse en la consigna (1), se solicita al alumno utilizar la variabilidad (flexión)
o invariabilidad de las palabras como indicador de su adscripción a una determinada categoría
léxica. Además, esta prueba de reconocimiento se puede apoyar en la pregunta por la función de
cada palabra en la emisión (núcleo de un sintagma nominal, modificador de un sustantivo,
circunstancial, etc.). Similares consideraciones pueden hacerse en relación con la segunda
consigna, en la que lo interesante está en el hecho de que al alumno se le solicita justificar su
asignación categorial.
En cuanto al continuum entre categorías, un ejercicio que puede resultar de utilidad para
visualizarlo es el siguiente:
(3) Coloque las siguientes palabras en el continuum léxico-gramatical: corazón, de, prolijamente, prolijo,
hacia, desde, con, de, y, dulce, corriendo, enojado, saltar, traducción, fue, pero, bah, sí.
+Léxico +Gramatical
de una categoría concreta (para niños y adultos que adquieren el lenguaje) y es el que establece un uso
referencial más neutro (denotativo). Quizás por eso, es el más simple, en cuanto a su estructura
morfológica. Por último, constituye el nivel más homogéneo e informativo, en el que la mayoría de los
conceptos se organizan en la mente y el más necesario en el lenguaje.
Esta consigna retoma los planteos tradicionales que dividen las palabras en llenas y vacías o
léxicas y gramaticales (Lyons, 1981). Antes de plantear esta ejercitación, es necesario explicar
que según un criterio semántico macro, se distinguen estos dos grupos de categorías léxicas: las
de contenido mayormente léxico y las de contenido mayormente gramatical.
Las categorías llenas o léxicas son las que tienen un contenido referencial (significado léxico)
más o menos claro. Designan cosas, acciones, procesos, estados, cualidades, etc. Se ubican en
este grupo los sustantivos, los adjetivos y los verbos7, a los que pueden sumarse algunos
adverbios en “-mente”. El caso de los adverbios puede ser analizado en clase en vistas a
consolidar la idea de la existencia de un continuum intercategorial. Se pueden presentar
adverbios con significado más léxico (suavemente, lentamente) y otros de significado más
gramatical (v. gr., probablemente, seguro).
Son ejemplos de categorías llenas las siguientes palabras: casa, saltar, bonito, limpiamente. Se
trata de clases abiertas (se pueden incorporar y quitar miembros con facilidad) y accesibles a la
introspección: los hablantes pueden darles una definición (Escandell Vidal, 2011b: 30). Las
categorías vacías, funcionales o gramaticales son las que poseen significado gramatical. No
remiten referencialmente a entidades del mundo o imaginadas, sino a relaciones gramaticales.
En este conjunto se colocan los determinantes (artículos, cuantificadores), las conjunciones, los
adverbios aspectuales y focales (v. gr., precisamente, exactamente, especialmente), las
preposiciones y las interjecciones. Ejemplos: el, que, este, a, si, y. Forman clases cerradas y
resultan no accesibles a la introspección, en el sentido de que no es fácil para los hablantes
darles una definición (Escandell Vidal, 2011b: 30).
Un aspecto interesante para dialogar con los alumnos puede ser el hecho de que a dos de las
categorías mencionadas como funcionales se les puede otorgar algún grado de contenido léxico.
Se trata de las preposiciones y las interjecciones. En este sentido, Albano y Giammateo (2006:
56) afirman que la mayor parte de las preposiciones tiene significado léxico y no puramente
gramatical.8 En efecto, las preposiciones establecen relaciones semánticas que se asocian con
conceptos espaciales (físicos o figurados).
Un concepto que sería útil desarrollar cuando se enseñan las clases de palabras es el de la
recategorización, que se relaciona con lo explicado en el apartado precedente. Es a través de las
relaciones y diferencias entre categorías como se llega a un conocimiento cabal de ellas, pero
también identificando qué clases suelen recategorizarse como otras y cómo se produce dicha
recategorización.
Según la propuesta de Rodríguez Espiñeira (2008: 131-132), la recategorización consiste en un
proceso que implica una “descategorización”, la cual sucede cuando una palabra de una clase
se emplea con otras funciones, distintas de su/s función/es primaria/s (en el caso del verbo,
por ejemplo, “predicar”), lo cual trae como consecuencia que se pierdan algunas o muchas de
sus propiedades categoriales. A su vez, la palabra descategorizada adquiere propiedades de la
categoría léxica que realiza típicamente esas otras funciones.
7 Croft (2000) afirma que los sustantivos, los verbos y los adjetivos son las categorías principales de todas
las lenguas. Advierte que, si bien no todas las lenguas poseen las tres categorías como clases léxicas, sí
poseen “prototipos tipológicos” que pueden ser llamados nombre, verbo y adjetivo. En cuanto a los valores
semánticos que entran en juego, son la referencia a objetos, la predicación de una acción y la modificación
a través de una propiedad.
8 Las autoras distinguen entre preposiciones plenas, semiplenas y vacías (Albano y Giammateo, 2006: 58-
59). Preposiciones plenas son aquellas que poseen un contenido significativo inherente, el cual transmiten
al sintagma nominal que encabezan. Por ejemplo, desde indica 'origen'; durante, 'transcurso'. Preposiciones
semiplenas son las que introducen un complemento régimen. Tienen un contenido semántico no demasiado
específico, pero son esas y no otras las que el verbo exige. Preposiciones vacías o gramaticalizadas son las
que manifiestan exclusivamente una determinada función o relación sintáctica. Por ejemplo, a en los
objetos directos de persona o de cuando introduce el agente o paciente de las nominalizaciones (v. gr., el
sufrir de Ernesto; la destrucción de las torres gemelas).
La reificación es definida por López Samaniego (2013: 191) como el proceso por el cual la
predicación de un evento “pasa a construirse como un objeto unitario delimitado, concebido de
forma sintética o estática como unidad anclada en el espacio”.Si bien se ha resaltado el potencial
abstractivo reificador de proposiciones que posee la nominalización10, no se debe pasar por alto
que no solo se pueden reificar contenidos proposicionales. La nominalización opera sobre tres
tipos de realidades: propiedades, relaciones y proposiciones (Cfr. Gallegos Shibya, 2003: 152).
En todos los casos, la nominalización implica una técnica de abstracción.
La abstracción que implica le permite a la nominalización funcionar como anáfora en los textos
(Cfr. Iturrioz Leza, 2000-2001: 80). Otras funciones de las nominalizaciones en los textos son las
siguientes: economía lingüística, indicación del desconocimiento de datos argumentales,
intención ideológica de omitir información, efecto de objetividad y uso técnico metalingüístico.
Se puede profundizar en estas funciones con Gonzalez (2018). Para los fines del presente trabajo
solo es necesario explicarlas brevemente. Esta breve explicación de las funciones discursivas de
la nominalización se lleva a cabo en los siguientes párrafos.
9 Esta posición depende de la teoría que se asuma. Diversos autores (entre ellos, Kovacci, 1990) afirman
que el infinitivo no tiene flexión. En cambio, Anula Rebollo y Fernández Lagunilla (1995, 1997) sostienen
que el morfema 'r' del infinitivo es flexivo.
10 Iturrioz Leza (2000-2001: 76-77) señala que la abstracción sustantiva consiste en una paulatina pérdida
de las categorías que vinculan el enunciado con situaciones específicas, así como de otras propiedades
inherentemente verbales como la fuerza ilocutiva, el tiempo, el modo y el aspecto, la rección verbal, etc. El
objetivo de este proceso es el de “manipular estados de cosas como objetos” en el discurso.
La nominalización cumple una función fórica en gran número de textos (Peña Martínez, 2006;
López Samaniego, 2013). En general, se utiliza el recurso de nominalizar para hacer referencias
a lo dicho en un fragmento textual anterior (anáfora); en menor cantidad de ocasiones, para
enviar hacia fragmentos textuales posteriores en el discurso. Un ejemplo de anáfora es el
siguiente: se baten los huevos y se les agrega aceite. El batido debe ser enérgico. El nombre batido
hace referencia al proceso de batir que se nombró en la oración anterior. Además de referir, la
nominalización “reifica” los contenidos presentando como sustantivo la realidad que había sido
presentadaa través de un verbo de manera dinámica (cfr. López Samaniego, 2013: 191).
Un uso catafórico de la nominalización sería el siguiente: tuvimos dos encuentros: la reunión en
su casa y la cena en el restaurante que te comenté. El sustantivo encuentros se utiliza como
etiqueta que incluye las dos situaciones que se enuncian a continuación: la reunión hogareña y
la cena en el restaurante.
La función de economía lingüística de la nominalización (Palazón, 2008: 175) suele tener lugar
en la mayoría de los títulos y subtítulos de los textos. En estos casos, las nominalizaciones
permiten evitar el desarrollo de oraciones finitas, que son más extensas. En lugar de decir, por
ejemplo, Hoy se registró la casa de Cristina Fernández de Kirchner, se puede redactar un titular
del tipo de Registro de la casa de CFK.
Por otro lado, la utilización de la nominalización cuando se desconocen argumentales (quién
hizo la acción, con qué instrumento, etcétera) (Palazón, 2008: 175), se produce cuando dichos
argumentos son deducibles o irrelevantes, o cuando no se desea nombrarlos por razones
ideológicas. Por ejemplo, si le robaron sus pertenencias a una persona, es posible que se
desconozca la identidad del autor del robo o que no se desee revelar la de la víctima. En estos
casos se puede redactar un titular como el siguiente para dar la noticia del crimen: Robo en la
parada del micro en pleno día.
Otra función de la nominalización en los textos, especialmente importante en el discurso
académico, es la de producir en el lector una impresión de objetividad (Cinto, 2009: 183;
Quintero Ramírez, 2013: 178). Se puede apreciar este tipo de usos en casos como el experimento
arrojó los siguientes resultados en lugar de yo, investigador, hice un experimento y concluyo que…
La última función de la nominalización que se enunció es la metalingüística (Gonzalez, 2018:
62). Consiste en utilizar términos con cierto nivel de lexicalización. Esto es muy común con los
términos del registro científico; en lingüística, se hace uso de términos como marcación, (los)
derivados, nominalización, tradición discursiva, (los) contenidos, competencia y ocurrencias. Los
sustantivos con función metalingüística poseen un funcionamiento textual metadiscursivo más
o menos consciente, pues actúan como rótulos metalingüísticos para referirse a fragmentos
textuales o a otro tipo de realidades lingüísticas; por ejemplo, acciones relacionadas con el “decir”
(v. gr., redacción), formatos discursivos (v. gr., ilustración), operaciones conceptuales lingüísticas
(v. gr., introducción).
Un último aspecto que puede destacarse sobre la nominalización (y que se puede relacionar
con las funciones enumeradas) es que constituye un recurso muy utilizado en ciertas
comunidades discursivas. Se la emplea frecuentemente en el discurso periodístico, en el
académico (Cinto, 2009: 173), y en el registro técnico (v. gr., ámbito jurídico).
¿Qué tipo de consignas se le pueden plantear a los alumnos para funcionalizar los conceptos
desarrollados hasta aquí sobre la nominalización? Una manera en que se puede trabajar este
tema en el aula es pedir a los alumnos que transformen palabras de diversas categorías en
sustantivos. También se les puede solicitar hacer el camino inverso, desde la categoría meta a la
categoría origen. Además, se les puede preguntar por los valores discursivos que puede tener el
uso de una u otra forma en diversas clases de discursos con base en diversos fragmentos
extraídos de corpus. A continuación, presentamos algunas consignas de este tipo:
(4) Transforme las siguientes palabras en sustantivos.
a) Amar:
b) Familiar:
c) Parar:
d) Feo:
e) De que:
f) Pero:
g) Dulce:
(5) Enuncie las palabras de las que se obtuvieron los siguientes sustantivos:
a) (Los) pro:
b) Dulzura:
c) Baile:
d) Canción:
e) Laísmo:
f) (Lo) bueno:
g) (Los) pecadores:
(6) Enuncie las funciones discursivas que priman en el uso de las nominalizaciones resaltadas en los
siguientes fragmentos textuales. Las funciones que puede hallar son la anafórica, la de economía
lingüística, la indicación del desconocimiento de datos argumentales, la intención ideológica de omitir
información, la búsqueda de un efecto de objetividad y el uso técnico metalingüístico (cfr. Gonzalez,
2018):
a) Incendio en Maipú: no hubo heridos.
b) Esta transcripción pone de manifiesto el hecho de que no se puede hablar de un uso anómalo de
este recurso.
c) Robo millonario en Brasil.
d) La presentación tuvo muchos problemas técnicos.
e) Surgió la idea de transformar algunas de las historietas de Mafalda en una película. La animación
resultó ser muy entretenida.
f) La notación de los datos respondió a dos criterios.
g) Su ponencia me pareció muy interesante.
h) Para probar que las mujeres utilizan menos este recurso que los hombres se realizó una encuesta.
i) Los animales se acercaron lentamente al vehículo. Las personas que allí iban se asustaron mucho y
se desesperaron. El encuentro fue en un desastre.
c) En una estructura argumental expresada con verbo conjugado, asistimos al intento del hablante de
mostrar el proceso ‘en vivo’, con todo su dinamismo, en tanto que en una estructura construida con
un adjetivo derivado de verbo11, el proceso se muestra en un estado ya de resultado, de efecto, ya
de posibilidad, pero siempre con el reflejo, el destello de un evento verbal (Collado, 2012: 98).
Como puede apreciarse en las consignas (7), (8) y (9), una buena forma de comenzar a trabajar
con los verboides es solicitar a los alumnos que los identifiquen en los textos y sepan definir qué
etiqueta corresponde a cada uno de ellos (infinitivo, gerundio, participio). Un paso más en la
comprensión de esta clase de palabras conlleva la distinción de las propiedades verbales y las
correspondientes a otras categorías léxicas que manifiestan estos verboides. Por último, como
en toda consigna que trabaje aspectos de la lengua, es muy útil preguntar a los alumnos por los
valores discursivos que puede tener el uso de una u otra forma verboidal en diversos fragmentos
discursivos tomados de corpus reales. Esta comprensión de los significados transmitidos por las
elecciones particulares de cada hablante se puede profundizar si los alumnos realizan el ejercicio
de pensar otras maneras en las que el hablante podría haber dicho lo que dijo y qué
conceptualizaciones particulares hubieran expresado estas otras formas posibles de decirlo
(consigna 9).
Conclusiones
El tema de las clases de palabras es un asunto fundamental en los estudios lingüísticos. Por
ello, aquí se han revisado algunas caracterizaciones de este fenómeno y se ha propuesto un modo
de enfocarlo desde una perspectiva cognitivo-funcional (Nuyts, 2004), con el fin de aportar
algunas estrategias para la enseñanza de este contenido. Los puntos que se ha sugerido resaltar
a la hora de enseñar la clasificación de las palabras son los siguientes: (a) la clasificación de las
palabras debe basarse tanto en un criterio semántico-pragmático como en uno gramatical, (b)
las clases de palabras tienen una estructura basada en prototipos, (c) las categorías léxicas no
están claramente diferenciadas, sino que hay interferencias e intercambios entre ellas.
Algunas consignas que apuntan a reforzar estos aspectos son las siguientes: a) distinguir
palabras variables de invariables en enunciados reales, b) señalar la categoría de términos que
pueden adscribirse a más de una categoría en fragmentos discursivos, c) ubicar ítems léxicos
variados en el continuum léxico-gramatical.
Además, se ha señalado que puede resultar de gran utilidad a la hora de abordar el tema de
las clases de palabras comentar a los alumnos que existen recategorizaciones entre las diversas
categorías y ejemplificar esto con el caso de la nominalización y las categorías híbridas
(verboides). Para este punto, se sugirieron actividades como solicitar a los alumnos que
transformaran palabras de diversas categorías en sustantivos (y a la inversa). En cuanto a los
verboides, se propuso incentivar a los alumnos a que, además de identificarlos, señalaran su
naturaleza dual y detallaran las propiedades verbales y de otras clases léxicas que ponen de
manifiesto. En todos los casos, se destacó la importancia de reflexionar sobre los diferentes
valores discursivos que puede tener el uso de una u otra forma en diversas textualizaciones.
Para finalizar, se destaca como mérito de este estudio su aproximación hacia una temática
compleja, que desde hace tiempo invita a los gramáticos a pensarla en profundidad, y que resulta
de esencial importancia para la enseñanza de la lengua en la actualidad en todos los niveles
educativos.
11 La autora distingue entre adjetivos “genuinos”, que aparecen en función de modificadores directos y
expanden la referencia, y adjetivos derivados de verbos, que cumplen la función de predicativos y son
catalizadores de las predicaciones. Cfr. Collado (2012).
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Resumen
Introducción
1 Bossers (1991), Hacquebord (1989), Brisbois (1995), Bernhardt y Kamil (1995) y Carrell (1991) cons-
tituyeron un grupo que abordó el estudio de segundas lenguas teniendo en cuenta el impacto de la
alfabetización en lengua materna y la lectura en lengua extranjera.
específico de las áreas de las carreras de cada estudiante. A partir de este análisis se observó
que los estudiantes adquirían con facilidad el léxico académico específico pero no así el general
no cognado. Por no cognado nos referimos a aquella unidad léxica de la lengua meta que no
posee un equivalente o similar morfológico semántico o fonológico en la lengua materna y por
léxico académico general a aquel corpus lexical productivo en cuanto a la organización de un
texto académico y que marca giros en la lectura y la lectocomprensión.
Dentro del marco de Proyectos de Investigación comprendidos en las Programaciones
Científicas UBACyT2, hemos estado realizando un análisis de corpus de artículos de investigación
desde el año 1998. Estos trabajos nos han permitido determinar una selección de léxico
académico general funcional a la lectura de textos afines a las disciplinas de nuestra facultad.
En un trabajo previo comparamos la aparición de estas unidades léxico-gramaticales en textos
de divulgación científica y en artículos publicados en revistas académicas. Entendemos como
artículos de divulgación científica a aquellos dirigidos al público en general. Con los resultados
del análisis comparativo concluimos que existe un corpus léxico-gramatical que aparece con
mayor frecuencia en textos académicos que en textos de divulgación y que cumple dos funciones
básicas: anafórica o catafórica y organizadora de voces discursivas. Se trata de un corpus de
unidades de naturaleza interdisciplinaria, de frecuencia media en textos académicos y alto nivel
de abstracción que se utilizan con un significado desplazado. El análisis de los usos discursivos
muestra la importancia que tienen estas unidades para el establecimiento de relaciones de
cohesión en el discurso ya que relacionan conceptos que las preceden o que aparecen a
continuación y también ordenan paradigmas, ideas o conceptos (González, 2002: 1-7).
Denominamos a este corpus léxico académico general o categorizadores académicos y algunos
ejemplos son: issue, assumption, approach, device, feature, aim, goal, stance, tenets, traits,
underpinnings. En este trabajo, nos focalizaremos en un aspecto del modelo de lectura en
desarrollo: la adquisición de léxico académico general y el impacto de la aplicación de diferentes
tipos de estrategias de intervención pedagógica para acelerar el proceso.
2Modelo de adquisición de una lengua extranjera a través de las competencias receptivas (Proyecto Bienal
2001-2003), Modelo de lectocomprensión de textos académico en inglés como lengua extranjera (Proyecto
Bienal 2004-2007, Modelo de lectocomprensión de textos académicos escritos en inglés: relaciones
contrastivas y concesivas- heteroglosia (Proyecto Bienal 2010-2012), Modelo de lectocomprensión de textos
académicos escritos en inglés: relaciones contrastivas y consecutivas – heteroglosia Proyecto Bienal 2012-
2014), Modelo de lectura de textos académicos en inglés como lengua extranjera: conjunciones: léxico
académico general, organización retórica (Proyecto trienal (2014-2017).
tecnológicas, los jóvenes adquieren en forma incidental léxico general de la lengua extranjera
viendo películas o videos en la red, escuchando canciones de sus bandas favoritas, o utilizando
ciertas formas en inglés cuyo uso se ha incorporado al español cotidiano. Sin embargo, al acceder
a estudios universitarios los estudiantes carecen del conocimiento del léxico académico general
que se utiliza en las ciencias como así también de las construcciones gramaticales que
caracterizan al discurso científico en inglés, como las extensas nominalizaciones o metáforas
gramaticales como se las denominan en la Lingüística Sistémico Funcional (Halliday, 2014: 613).
Además, conocen conjunciones que se utilizan en la lengua oral pero no conocen aquellas formas
que son de uso frecuente en los trabajos escritos de la ciencia.
Con respecto al aprendizaje y enseñanza del léxico académico general, en nuestras prácticas
áulicas consideramos diferentes alternativas de intervención didáctica para facilitar la
adquisición de estas formas. Como en el primer momento del proceso de adquisición se reconoce
la forma de la unidad, una de las alternativas fue solicitar a los estudiantes que subrayaran,
rodearan con un círculo o utilizaran un marcador para iluminar todas las instancias de aparición
de las formas que ya habían sido focalizadas en lecturas anteriores. Otra forma de intervención
fue solicitar a los estudiantes completar cuadros de doble entrada con unidades de léxico
académico general y específico después de haber trabajado en clase sobre la importancia del
léxico académico general que se utiliza en todas las ciencias. Los estudiantes tenían que
recuperar las formas que aparecen en el texto leído y volcarlos en el cuadro. Una tercera forma
de intervención consistía en buscar la unidad en el texto y parafrasearla o dar un sinónimo en
español. En este caso, los estudiantes recuperaban no solo la forma sino también el significado
de la unidad durante la lectura. Como los porcentajes de aprendizaje de este léxico meta no
fueron los esperados, consideramos necesario evaluar el impacto de la complementación de estos
tipos de intervención con tareas de recuperación de las formas y los significados en otros cotextos
en lugar de restringirnos solamente a los textos leídos en clase. Por este motivo, nuestra hipótesis
inicial sostenía que la adquisición de léxico académico general se optimiza si además de las
tareas de focalización y reconocimiento, se incluyen tareas de recuperación de estas unidades
en otros cotextos.
sido adquirida cuando el lector puede proporcionar un equivalente en su lengua materna fuera
de contexto.
Una vez que se construyó este instrumento para el pre y el post-test, se seleccionaron
fragmentos de textos académicos auténticos que contenían las unidades meta: claim,
assumption, aim, features, goal. Con estos fragmentos se diseñaron cinco instrumentos para
realizar tareas de recuperación y reconocimiento en otros cotextos de cada unidad por separado
guiados por el docente y tres instrumentos para tareas de recuperación de las unidades en forma
combinada que fueron realizadas individualmente.
Antes de la administración final, se pilotearon los instrumentos en cuatro grupos intactos de
estudiantes de grado que estaban cursando el Nivel Superior durante el segundo cuatrimestre
del año académico 2015 quienes completaron el pre y el post-test. Dos de los grupos funcionaron
como grupo control y los otros dos como grupo experimental. El grupo control trabajó con las
tareas de focalización y reconocimiento que se utilizan usualmente en los cursos de lecto-
comprensión mientras que en el grupo experimental se incluyeron tareas de recuperación en
otros cotextos. Las tareas no presentaron dificultades para su resolución, por lo tanto, se
utilizaron los mismos instrumentos para la administración definitiva.
En la prueba definitiva intervinieron el grupo intacto de los 114 (ciento catorce) estudiantes que
estaban cursando en forma regular el Nivel Superior de los cursos de lectocomprensión en inglés.
Se dividió al universo de estudiantes en dos grupos: experimental y control. Ambos grupos
completaron un pre-test y post-test de reconocimiento de unidades léxicas fuera de cotexto antes
y después de la instrucción correspondiente. Para tratar de determinar los momentos de
adquisición de las conjunciones, se adaptó una tabla diseñada por Paribakht y Wesche (1997:
180) en la cual se incluyeron los siguientes ítems: 1) no recuerdo haber visto esta palabra, 2) vi
esta palabra pero no sé qué significa, 3) vi esta palabra antes y creo que significa……, 4) puedo
dar un equivalente en español de esta palabra. No se incluyó el último ítem de la tabla original
porque en el ítem 5 se requería a los estudiantes que escribieran una oración utilizando esa
unidad y en nuestros cursos no se solicita producción en la lengua extranjera.
Approach
Argue
Assumption
Claim
Framework
Issue
Goal
Source
Pattern
Thesis
Development
Aim
Feature
Trait
Tabla 1. Pre y post test de reconocimiento de unidades fuera de contexto
Una vez que se los estudiantes completaron el pre-test durante la segunda semana de clases,
comenzó el período de instrucción. Los estudiantes del grupo control trabajaron con tareas de
d. The wiki philosophy recognizes that within the broader community there is a wealth of knowledge.
Of course, some of that knowledge is accurate and some is inaccurate. Rather than appeal to
authorities directly (e.g., the peer-review process), wikis extend an open invitation to everyone
with the assumption that authorities on given topics will eventually show up and contribute what
they know about the topic. Thus, the success of a wiki is highly dependent upon drawing
numerous contributors.
Cragun, R. (2007). The Future of Textbooks? In Electronic Journal of Sociology
e. Adults often undervalue the intelectual achievements of very young children in mastering a
language or learning to use their eyes. This underestimation of the innate capacity of children to
learn is based on the assumption that anything that is not specifically taught cannot involve
much learning.
Akmajian, A., Demers, R., & Harnish, R. (1984). Linguistics: An Introduction to Language and
Communication. Cambridge, the MIT press.
6. What does ASSUMPTION refer to in paragraphs C, D, and E.
7. Discuss the following possible Spanish equivalents for ASSUMPTION and choose the best for each
fragment. Work in groups.
Deducción
Supuesto
Idea
Creencia
8. Which of the following adjectives can you combine with ASSUMPTION? Circle them. Basic Difficult
Fundamental Individual Literary Common General
9. Which text do you consider is most useful for remembering the meaning of ASSUMPTION? Justify
your choice.
Tarea 1
En esta actividad, los estudiantes trabajaron con la unidad assumption. En primer lugar,
tuvieron que reconocer la forma en los cinco fragmentos que iban a leer, luego subrayaron las
construcciones sustantivas en las que aparecía la unidad. Antes de seguir trabajando con la
unidad léxica, se les solicitó que, en grupos de pares, leyeran los datos bibliográficos de cada
fragmento para formular una hipótesis de lectura. Luego leyeron los fragmentos y escribieron
una oración síntesis. Estas tareas de anticipación o pre-lectura, lectura analítica y reformulación
personal de lo leído son actividades que se desarrollan en los cursos de lectocomprensión. Una
vez finalizadas las tareas de lectura, completaron tareas relacionadas con la unidad assumption.
Todas estas tareas las realizaron en pequeños grupos de tres o cuatro personas. En la tarea (6),
se les pidió que discutieran a qué se refiere el término assumption en tres de los cinco fragmentos
(C, D y E). En la tarea (7), debieron elegir posibles equivalentes en español de assumption para
cada fragmento. En este caso, se les proporcionó cuatro posibilidades: deducción, supuesto, idea
y creencia de las cuales solo se pueden aceptar supuesto y creencia. En la tarea (8), se les
proporcionó una lista de siete adjetivos para combinar con assumption, es decir, debían construir
colocaciones léxicas. Los adjetivos eran: basic, difficult, fundamental, individual, literary,
common, general. La lista de adjetivos no presentó dificultades para los estudiantes porque eran
formas cognadas o transparentes. De esta lista, los únicos adjetivos que pueden combinar con
la unidad meta son: basic, fundamental, common y general. Finalmente, se les solicitó una tarea
de reflexión metacognitiva con el objetivo de que los estudiantes reflexionaran sobre su proceso
de aprendizaje. Se les preguntó qué texto les resultó más útil para recordar el significado de
assumption y se les pidió que justificaran su elección.3 Finalmente, los grupos socializaron su
trabajo con la docente y el grupo total.
The chapter’s aim is to define and assess a new approach to urban planning.
We have as our goal the reformulation of current trends in the discipline.
Excerpt 2
1. Read the bibliographical data.
2. Scan the text. Look for three keywords. Advance a reading hypothesis.
3. Read the excerpt in detail. What is it about?
4. Now, replace the highlighted words by one of the following:
This article considers the concept of social inclusion from the perspective of sociology. In doing
so, it intends to complement the work of historians, economists, psychologists, and natural
scientists to better understand the origins of the social inclusion concept. It states that action
and efforts to include or exclude individuals and social groups are fundamental to society as
forces that govern through the oppressive or liberating effects such inclusionary or exclusionary
actions promote.
Allman, Dan. The Sociology of social Inclusion. SAGE Open, 2013: DOI 10.1177/2158244012471957
Excerpt 3
1. Read the bibliographical data.
2. Scan the text and circle 3 key words or phrases.
3. Scan the text again and pay attention to the connector In other words. What do you expect to find
after it?
4. Advance a reading hypothesis
5. Now read the whole text. What is it about?
6. Replace the words in bold using one of the following academic words:
The very concept of popular culture implies a kind of cultural stratification. …To designate
certain culture as popular is often a way of distinguishing that culture which is not “high”. Paul
Di Maggio has written about the complex process that Bostonian elites in the late nineteenth
century undertook to designate certain art as “high culture”. As Di Maggio demonstrates, the
objective of this process was to make distinctions between elites and nonelites, and to legitimate
the position of the elites. … The consequence of this symbolic work is the maintenance of social
stratification. In other words, culture is a mechanism of social reproduction, as demonstrated
by Bourdieu’s studies of cultural consumption (1977 and 1984). Bourdieu affirms that the main
objective is to use culture as capital-exchanging cultural knowledge for social or economic
capital. The cultural knowledge that is most valuable is precisely that knowledge that is
dominated by elites, and for which access by nonelites is often denied.
Now do the following exercises:
Choose the most appropriate noun to complete each sentence.
a. Rethinking teacher’s education, towards a new approach/research.
b. Epidemiological approach/research into asthma and allergic disease.
c. There is little approach to/research about that issue.
d. The last section identifies the major strengths of the approach/research.
2. Match the items on the right to their TRANSPARENT SYNONYMS on the left
RESEARCH
ASSESSMENT characteristic
STANCE investigation
AIM evaluation
FEATURE objective
GOAL position
ASSUMPTION supposition/hypothesis
TARGET
TRAIT
Tarea 7
En esta actividad se realizaron ejercicios en los que se combinaron varias unidades del léxico
académico general después de haber realizado tareas con cada unidad en forma individual. En
primer lugar, los estudiantes trabajaron con el breve fragmento (1) al que parafrasearon en
español y luego identificaron un sinónimo de objective y de evaluate en el párrafo. Los sinónimos
de estas dos formas cognadas o transparentes son aim y assess. En las tareas relacionadas con
el fragmento (2), los estudiantes leyeron los datos bibliográficos o realizaron una lectura rápida
para buscar tres palabras claves y formularon una hipótesis de lectura. Luego realizaron una
lectura analítica e indicaron el tema del texto respondiendo a la pregunta: What is the text about?
Después de la lectura del fragmento, los estudiantes debieron reemplazar tres formas cognadas
que estaban destacadas en el texto (perspective-intends- states) por su equivalente que podían
encontrar en una lista de cinco unidades (approach- aims- claims- assumption- issue). En el
fragmento (3), se solicitó la lectura de datos bibliográficos, la búsqueda de tres palabras o frases
claves y la focalización de la construcción in other words. Finalmente, los estudiantes formularon
una hipótesis de lectura, luego leyeron el texto y lo sintetizaron. Después de las actividades de
lectura, reemplazaron las unidades objective y affirms por dos formas de una lista de cinco
palabras: aim- claim- issue- theory- goal. En la siguiente tarea, seleccionaron el sustantivo más
adecuado para completar cada oración. En cada ejemplo se presentaron dos opciones. En la
última tarea combinaron una lista de unidades de léxico académico general no cognado, ubicado
en una columna a la izquierda con su equivalente cognado, ubicado en una columna a la
derecha.
Finalmente, durante la novena semana, se administró el post-test de reconocimiento de las
unidades seleccionadas.
Los resultados del pre y del post-test fueron analizados cuantitativamente y luego comparados
intra e intersujetos, es decir, se compararon las producciones de cada sujeto en ambos tests
para establecer los niveles de adquisición y también se compararon los resultados del grupo
experimental y del grupo control. Finalmente se tabularon los resultados obtenidos con los
respectivos porcentajes. En los totales se excluyeron los estudiantes que pudieron dar un
equivalente en español de las unidades léxico-gramaticales, tanto en el pre-test como en el post-
test porque se consideró que estos estudiantes conocían las unidades antes de la instrucción.
Finalmente, los datos se volcaron en la siguiente tabla:
No
Unidad Grupo Total Adquirido % %
adquirido
Experimental 37 18 48,65 19 51,65
Assumption
Control 56 11 16,67 45 68,18
Experimental 42 29 40,48 13 30,95
Claim
Control 62 5 7,57 57 91,94
Experimental 28 25 89,28 3 10,72
Goal
Control 46 21 31,82 25 54,35
Experimental 26 16 61,54 10 38,46
Aim
Control 60 19 31,67 41 68,33
Experimental 39 21 53,85 19 48,72
Feature
Control 61 12 19,67 49 80,33
Tabla 2
Del análisis de los resultados volcados en la tabla anterior se desprende que se lograron
mejores porcentajes de adquisición en los grupos experimentales. Un resultado adicional del
análisis de la toma es el escaso conocimiento del léxico meta que demuestran los estudiantes en
el pre-test como lo muestra la siguiente tabla:
Unidades
Unidad Grupo Sujetos %
conocidas
Experimental 43 6 13,95
Assumption
Control 66 10 15,15
Experimental 43 1 2,33
Claim
Control 66 4 6,06
Experimental 43 15 34,88
Goal
Control 66 20 30,30
Experimental 43 17 39,53
Aim
Control 66 6 9,09
Experimental 43 4 9,30
Feature
Control 66 5 7,57
Tabla 3
Los cursos regulares de Lectocomprensión en inglés son heterogéneos porque los estudiantes
pueden cursar en cualquier momento de la carrera, por lo tanto puede haber ingresantes o
estudiantes que están terminando su carrera en el mismo curso. Además, no se administra
ninguna prueba de nivel de inglés previo a la incorporación de los cursos. Por este motivo, en
todas nuestras investigaciones seleccionamos instrumentos para recabar información que
permita el control de las variables independientes: conocimientos de inglés, experiencia
universitaria y comprensión lectora en lengua materna. En este caso, se seleccionó una prueba
de nivel de inglés estandarizada para la primera variable y los resultados mostraron que el 80%
de los estudiantes tienen un nivel A1 mientras que el resto posee un nivel de inglés A2 según el
Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas.
También se administró una encuesta en la que se solicitaron datos personales tales como fecha
de nacimiento, fecha de ingreso a la universidad y cantidad de materias aprobadas. Se considera
que cuanto más adelantados estén en sus estudios, más experiencia en lectura de textos
académicos poseen los estudiantes como así también mayor frecuentación de léxico académico
en lengua materna. Teniendo en cuenta la información recabada, se tabularon los resultados y
se dividió a los estudiantes en tres grupos de acuerdo con su experiencia universitaria: el grupo
A estaba conformado por los que habían aprobado de una a cinco materias, el B por los que
habían aprobado entre 6 y 15 materias, y el C por los que habían aprobado más de dieciséis
materias; este grupo estaba finalizando sus estudios.
Siguiendo lo postulado por Elizabeth Bernhardt (2011: 31-39), quien sostiene que la
experiencia lectora en lengua materna explica el 20% del proceso de lectura, se diseñó otro
instrumento para relevar la comprensión lectora en lengua materna. Consideramos que la mayor
experiencia lectora en lengua materna impacta favorablemente en la lectura en lengua extranjera
como así también le permite al lector transferir estrategias de reconocimiento y adquisición de
léxico. Para la realización de la prueba se seleccionó un fragmento de la introducción de un libro
escrito por Burbules (1999), El diálogo en la Enseñanza: Teoría y Práctica, publicado en Buenos
Aires por Amorrortu Editores. En este fragmento, el autor debate con las posturas de Platón,
Freire y los post modernos para finalmente plantear su idea con respecto al uso del diálogo en
educación. Se les entregó el fragmento a los estudiantes, se les indicó que lo leyeran, luego se
retiró el texto y tuvieron que producir un texto paralelo con las ideas más importantes del texto
fuente es decir, se administró un protocolo retrospectivo de realización inmediata sin texto
presente. Para analizar los protocolos retrospectivos, se utilizó el modelo propuesto por García
Madruga, Elosúa, Gutiérrez, Luque, Gárate (2006: 151-157). Estos autores proponen seleccionar
las ideas principales y subideas del texto elegido y consideran que los mejores lectores son
aquellos que logran incluir la mayor cantidad de ideas importantes como así también establecer
lo que denominan escenarios, es decir marcos de referencia generales. En nuestro caso, tres
lectoras expertas leyeron el fragmento y acordaron cuáles eran las ideas principales y los
escenarios. Se acordó que en el fragmento había nueve ideas principales que corresponden a los
planteos de Burbules y trece subideas que son las propuestas de Platón y Freire. También se
determinaron tres escenarios o marcos significativos en los que se organizan las ideas que, en
este caso, son tres: las propuestas de Platón, Freire y Burbules. Finalmente, se tabularon los
resultados y de acuerdo con las ideas y escenarios relevados por cada estudiante, se los dividió
en tres grupos: el grupo 1 agrupó a los estudiantes que tienen poca experiencia como lectores,
el 2 a los de experiencia media y el 3 son lectores experimentados.
Interrelación de variables
Después de cruzar los datos de todas las pruebas para evaluar el impacto de las variables
independientes conocimientos de inglés, experiencia universitaria y experiencia lectora en lengua
materna concluimos que ninguna afectó la adquisición de las unidades meta.
Conclusión
Los resultados obtenidos muestran que los estudiantes que están en el último nivel de inglés
demuestran porcentajes bajos de adquisición de léxico académico general a pesar de las tareas
de focalización y reconocimiento llevadas a cabo por las docentes. Estos estudiantes quienes, en
su mayoría, poseen conocimientos básicos de la lengua inglesa (A1 y A2 según el Marco Común
Europeo de Referencia para las Lenguas) ingresan en los cursos de inglés sin conocer el léxico
académico general, que es el que caracteriza a los textos académicos, como quedó demostrado
en el trabajo de investigación en el que se compararon textos académicos y de revistas de
divulgación general (González, 2002: 1-7). Por lo tanto, el proceso de adquisición de estas
unidades se debe realizar durante los cursos de lectocomprensión. A fines de la década del 80 y
principios de los noventa consideramos que los estudiantes podían adquirir estas unidades en
forma incidental durante la lectura con escasa intervención docente como facilitadora del
proceso. Tomamos esa decisión teniendo en cuenta lo sostenido en la bibliografía existente tanto
para el aprendizaje de léxico en lengua materna (Nagy, Herman y Anderson, 1985: 251-252)
como para el aprendizaje de léxico en una lengua extranjera (Hulstijn, 1993: 145-146). Estas
investigaciones se concentraron en la enseñanza de usos generales de la lengua y no tuvieron
en cuenta ciertos usos específicos que corresponden a determinados géneros como el académico.
Por este motivo, sostenían que el léxico se adquiría durante la lectura extensiva a través de
frecuentes encuentros con las nuevas formas y que la instrucción explícita contribuía
mínimamente con el proceso de adquisición. La dificultad que plantea el léxico académico general
es que las unidades son de baja frecuencia de aparición lo que plantea un problema para su
adquisición si no se incorpora la instrucción explícita.
En los cursos de inglés de la Facultad de Filosofía y Letras, los resultados de adquisición de
este léxico sin instrucción explícita no fueron satisfactorios, por lo tanto decidimos implementar
tareas de focalización y recuperación de las unidades meta en los textos leídos por los
estudiantes (subrayado, circulado, iluminación de la unidad con un marcador y búsqueda de la
unidad en un párrafo). Adoptamos este cambio de estrategia teniendo en cuenta lo sostenido por
Paribakht y Wesche (1997: 175-177), quienes aceptan la importancia del aprendizaje incidental
pero consideran que el proceso se optimiza si al mismo tiempo se realiza una instrucción
sistemática de léxico especialmente si el tiempo de instrucción es breve. Zimmerman (1997: 17)
también apoya este abordaje dual del problema para acelerar la adquisición de léxico específico.
Nation (2000: 60) también afirma que los encuentros reiterados durante la lectura no siempre
son suficientes para lograr la adquisición de la unidad. De la lectura de la Tabla 3 se desprende
que este grupo de estudiantes que ya habían tenido instrucción sobre adquisición de léxico
académico durante dos cuatrimestres demostraron bajos niveles de adquisición del léxico
seleccionado. En el caso de la unidad assumption solamente la adquirieron, en promedio, un
14,55% de los estudiantes del grupo control y del experimental. Las unidades claim y feature
registraron los porcentajes promedio más bajos: 4,19% en el primer caso y 8,43% en el segundo.
La unidad aim fue adquirida por el 24,31% de los estudiantes de ambos grupos y la unidad goal
registró el más alto porcentaje de adquisición dentro de este grupo: 32,59%. Evidentemente, las
tareas de intervención pedagógica que veníamos desarrollando hasta el momento de la
implementación de este proyecto fueron efectivas solo para un número reducido de estudiantes
por lo que los resultados de esta investigación verifican nuestra hipótesis que sostiene la
necesidad de la incorporación de otros tipos de tareas en nuestras secuencias didácticas con el
objetivo de acelerar los tiempos de adquisición de estas unidades.
Si comparamos los logros de los estudiantes de los grupos experimentales con los avances de
los que estaban en el grupo control, observamos que los que recibieron el andamiaje provisto por
las tareas de recuperación en otros cotextos obtuvieron mejores porcentajes de adquisición como
se desprende de la lectura de la Tabla 2. Los estudiantes del grupo experimental lograron un
porcentaje de adquisición de 48,65% de la unidad assumption mientras que en el grupo control
la adquisición fue de 16,67%. En el caso de la unidad claim, un 40,48% de los estudiantes del
grupo experimental lograron adquirirla, sin embargo la adquisición disminuyó al 7,57% en el
grupo control. El porcentaje de adquisición de feature fue de 53,85% en el grupo experimental
pero en el grupo control disminuyó al 19,67%. En el grupo experimental se registró un alto
porcentaje de adquisición de la unidad goal: 89,28%, mientras que el porcentaje disminuyó al
31.82% en el grupo control. El porcentaje de adquisición de la unidad aim fue de 61,54% en el
grupo experimental y de 31,67% en el grupo control. Como se puede observar, se lograron
mayores porcentajes de adquisición en los grupos experimentales que se beneficiaron por el tipo
de tareas administradas, por lo tanto, consideramos necesario modificar nuestras estrategias de
intervención teniendo en cuenta estos resultados.
Los resultados obtenidos indican que es necesario incorporar en nuestras guías didácticas
tareas de recuperación de léxico académico general en otros cotextos y tareas en las que se
solicite a los estudiantes buscar colocaciones léxicas apropiadas para estas unidades, buscar
posibles sinónimos cognados como objective para las formas aim y goal, o reemplazar unidades
cognadas o transparentes por el léxico meta. También creemos que es importante incluir tareas
de reflexión metacognitiva es decir, reflexión sobre el propio proceso de adquisición por ejemplo
cuando se les pregunta qué fragmento les resultó más efectivo para poder recordar la palabra
sobre la que trabajaron. Esta investigación brindó un nuevo aporte al área lingüística de nuestro
modelo de lectura que se encuentra en constante construcción.
Referencias bibliográficas
Resumen
A partir de los años 90, la enseñanza del español en Brasil tuvo su auge a raíz del impulso del
Mercosur y de la presencia de empresas españolas en América Latina. Posteriormente, los
gobiernos sudamericanos del llamado “giro a la izquierda” buscaron un acercamiento, no
solamente comercial sino también político e identitario y se acentuó la necesidad de generar un
bilingüismo portugués/español en la región. Una de las medidas más importantes en este
contexto fue la sanción de la ley de oferta obligatoria de español en las escuelas secundarias de
Brasil en el año 2005, y luego siguió la Argentina, que sancionó una ley análoga de oferta de
portugués en el año 2009. Esta última no tuvo grandes efectos en los diseños curriculares
nacionales argentinos. En cambio, en el caso de Brasil, se elaboraron orientaciones curriculares
específicas para enseñar el español y, en el año 2012, esta lengua pasó a integrar el Programa
Nacional del Libro Didáctico (PNLD) junto con el inglés. El programa del Ministerio de Educación
de Brasil consiste en la selección y compra de libros didácticos para las disciplinas de las
escuelas públicas de todo el país que los soliciten. Desde una perspectiva glotopolítica, teniendo
en cuenta la coyuntura regional, haremos un análisis de los dos procesos de selección de los
libros didácticos, 2012 y 2015, que tuvieron lugar en un período favorable a la integración
regional política e identitaria. Analizaremos de qué forma el contexto político influyó en los
lineamientos estatales para elaborar los instrumentos lingüísticos de español en Brasil. Las
conclusiones parciales indican que en los documentos prescriptivos predomina un especial afán
por mostrar la riqueza y diversidad del mundo hispánico, que opaca la política lingüística
inicialmente direccionada a la integración regional.
Introducción
El presente trabajo se enmarca en una tesis de doctorado que venimos desarrollando sobre la
interrelación entre el proyecto político de integración regional, delineado entre los años 2003 y
2015, y la enseñanza de lenguas extranjeras en la Argentina y Brasil. En ese período se tomaron
medidas que buscaron proximidad entre los países de la región a nivel identitario y lingüístico.
Se sancionaron en Brasil y la Argentina leyes de oferta obligatoria de la lengua del otro: del
español en Brasil (Ley 11161 de 2005) y del portugués en la Argentina (Ley 26468 en 2009). La
ley brasileña de implementación del español en las escuelas secundarias fue revocada por
decrteto en 2017 por el gobierno de Michel Temer a pocos meses de asumir, y luego por ley (nº
13415) dentro de la reforma educativa en la que el inglés pasó a ser la única lengua extranjera
obligatoria1. En esta presentación enfocamos las políticas lingüísticas brasileñas sobre la
enseñanza del español en tanto disciplina de la enseñanza media 2 y específicamente, su
inclusión en el Programa Nacional del Libro Didáctico (abreviaremos PNLD) en las convocatorioas
de los años 2012 y 2015.
Con tal propósito, adoptamos la perspectiva glotopolítica, ya que buscamos comprender la
relación entre la sociedad y las acciones sobre el lenguaje. Analizaremos discursos sobre el
español en el sistema educativo brasileño, como son los que rigen el PNLD. Este programa
consiste en la selección, compra y distribución de manuales por parte del Estado a escuelas
públicas de todo el territorio. Los lineamientos para aprobar manuales didácticos para la escuela
secundaria son discursos de autoridad que movilizan ideologías lingüísticas con fuertes poderes
legitimadores y estabilizadores. Estos afectan lo real e imponen una visión sobre cómo debe ser
la enseñanza del español para todo el país.
La enseñanza de lenguas está directamente vinculada con decisiones políticas y con la
construcción de identidades (Arnoux, 2008; Arnoux, 2011). Una prueba de esto es el papel
central que tuvieron las lenguas en la construcción de las identidades nacionales en el siglo XIX.
En esta tarea, los instrumentos lingüísticos que circulan en las escuelas (gramáticas, manuales
escolares, antologías literarias, diccionarios, etc.) han adquirido un papel disciplinador y
reproducen determinadas memorias vinculadas con ideologías lingüísticas. La noción de
ideologema (Angenot, 1982) nos permite comprender cómo funcionan discursivamente las
representaciones sobre las lenguas. Se trata de lugares de referencia comunes en los que se
anclan las representaciones sociolingüísticas, como son el plurilingüismo, la diversidad
lingüística, el inglés como lingua franca, el panhispanismo. Estos funcionan como presupuestos
para naturalizar un determinado enunciado bloqueando la posibilidad de refutarlo o
problematizarlo.
En Brasil, el inglés y el español, en tanto disciplinas escolares, fueron las únicas dos lenguas
extranjeras que pasaron a ser parte del PNLD, legitimándose así como las dos lenguas
extranjeras, si bien las Orientaciones Curriculares de Enseñanza Media (OCEM, 2006) no
señalan ninguna en particular, exceptuando el español, que tiene su capítulo propio. El objetivo
de este estudio es observar cómo la implementación del español buscó actuar sobre las
representaciones de esta lengua en la escuela brasileña que históricamente había valorizado el
español peninsular, para pasar a valorar todas las variedades hispanohablantes. En este gesto
de política lingüística identificamos la adhesión al discurso hegemónico de valoración de la
diversidad con motivaciones globales que acaba desdibujando el propósito inicial de incluir esta
lengua en la enseñanza formal: la integración regional, proyecto que respondía a una serie de
políticas de la época que apuntaban a una soberanía de los países de la región (Parlasur, Unasur,
CELAC3).
Nos encontramos frente a una situación de política lingüística en la que el Estado brasileño
buscó regular la enseñanza del español en tanto lengua extranjera en la enseñanza media, y de
una planificación lingüística basada en discursos estatales y en un programa de compra de libros
1 Varios Estados y municipios han mantenido el español o han tomado medidas para que no se retire el
español de la enseñanza formal (Ver: Fernández, 2018).
2 El sistema educativo brasileño incluye nueve años de Ensino Fundamental y tres años de Ensino Médio.
3 El Parlamento del MERCOSUR (Parlasur) fue constituido en 2006. La Unión de Naciones Suramericanas
(Unasur) creada en 2008 estaba compuesta por doce países, entre ellos Brasil, y la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) incluye los 33 países de América Latina y Caribe y comenzó a
funcionar en 2011.
4 Se determinó que recibirían un libro por alumno todas las escuelas del Censo Escolar, realizado
anualmente por el Instituto Nacional de Estudos e Pesquisas Educacionais Anísio Teixeira (INEP), autarquía
federal encargada de censos y evaluaciones de la enseñanza y responsable por datos e informaciones sobre
la educación básica.
Sitio oficial del Fundo Nacional de Desenvolvimento da Educação,
http://www.fnde.gov.br/programas/programas-do-livro/livro-didatico/dados-estatisticos, consultado el
12/02/2018.
5 Corresponde al periodo que comprende del primero al noveno año de la enseñanza formal.
6 Sitio oficial del Fundo Nacional de Desenvolvimento da Educação, http://www.fnde.gov.br/programas-do-
7 Ibídem.
8 Algunas de estas entidades son: la Associação Brasileira de Editores de Livros (Abrelivros); la Associação
Brasileira de Autores de Livros Educativos (Abrale), la Câmara Brasileira do Livro (CBL) e o Sindicato
Nacional de Editores de Livros (SNEL) (ibídem).
9 Una de las discusiones sobre el PNLD que más repercusión tuvo en la opinión pública fue la polémica
sobre el libro, Por uma vida melhor, de la disciplina Lengua Portuguesa del Programa Nacional do Livro
Didático para a Alfabetização de Jovens e Adultos (2011). La prensa acusaba a los autores y al Programa
por haber aprobado un libro que enseñaba a hablar mal, debido a que presentaba diferentes variedades
diastráticas del portugués. Funcionarios ministeriales y lingüistas de diferentes universidades defendieron
el libro y la Asociación Brasileña de Lingüística (ABRALIN) publicó una nota de repudio contra la cobertura
tendenciosa de la prensa (disponible en https://jornalggn.com.br/blog/luisnassif/abralin-divulga-nota-
de-repudio, acceso: 12/02/2018).
materiales extras, charlas con los autores, talleres sobre el uso de los libros y videos
promocionales. Cassiano (2007) señala que se produce una verdadera competición entre las
editoriales aprobadas, “duelo de titanes”, dado el gigantesco mercado editorial que está en juego.
En el año 2010, las disciplinas Inglés y Español fueron incorporadas al PNLD de 5° a 8° año de
la enseñanza fundamental10 y, a partir de 2012, se incluyeron ambas lenguas al PNLD de la
enseñanza media, últimos tres años de la enseñanza obligatoria. Hasta la actualidad, hubo tres
procesos de selección para la enseñanza media: 2012, 2015 y 2018. Como mencionamos, el
programa solo funciona en las escuelas que solicitan los manuales; por este motivo, la cantidad
de libros adquiridos no refleja la totalidad de las escuelas públicas que incorporaron la lengua
española. Podemos observar la diferencia entre la cantidad de libros comprados de inglés y de
español en los PNLD 2012 y 2015 —convocatorias en las que nos centramos en el presente
trabajo— para tener una referencia del impacto del español en las escuelas. El PNLD 2012
compró 3.790.268 libros de inglés y 997.031, de español. En el PNLD 2015, la cantidad de libros
de inglés disminuyó a 2.979.462 y la cantidad de libros de español aumentó a más del doble:
1.918.667 (como vemos en el cuadro 1); de representar 1,25%, los libros de español
correspondientes al primer año pasan a un 2,25% de la totalidad de libros adquiridos. Entre las
dos convocatorias hubo un considerable aumento de libros de español.
Presentamos en la tabla 1, según los datos de la página del Ministerio de Educación de Brasil:
la inversión del Estado en la compra de manuales de enseñanza media, la cantidad de escuelas
beneficiadas y los libros adquiridos en los dos programas por lenguas y por editoriales.
En los procesos selectivos del PNLD de enseñanza media 2012 y 2015, se realizó una misma
convocatoria para todas las disciplinas de la enseñanza media (Lengua Portuguesa, Matemática,
Historia, Geografía, Física, Química, Biología, Sociología, Filosofía y Lengua Extranjera Moderna
—Inglés y Español—), con algunos criterios comunes y otros específicos por área y por materia.
La convocatoria dispone de requisitos formales, entre los que destacamos: 1) las publicaciones
deben estar organizadas bajo el mismo título en colecciones de tres volúmenes cada una (una
10 A raíz de la anulación de la Ley de oferta de español, la convocatoria de 2020 no presenta más la selección
para la disciplina español en la enseñanza fundamental (Edital, 01-2018, PNLD 2020 Disponible en:
https://www.fnde.gov.br/programas/programas-do-livro/consultas/editais-programas-
livro/item/11555-edital-pnld-202. Visto: 8/11/2018).
11 Fuente: http://www.fnde.gov.br/programas/programas-do-livro/pnld/dados-estatisticos (Visto:
14/03/2017)
para cada año de la enseñanza media); 2) cada volumen debe contar con una versión para el
alumno, otra para el profesor y un CD de Audio.
El documento que rige la convocatoria tiene una serie de requisitos extensos. Cada colección
debe estar estructurada a partir de una misma propuesta pedagógica con una progresión
didáctica articulada con los diseños curriculares. El manual del profesor debe explicitar la
orientación teórico metodológica y la articulación de los contenidos del libro entre sí y con las
otras áreas del conocimiento. Asimismo, debe incluir discusión sobre: la propuesta de evaluación
del aprendizaje, lecturas e informaciones adicionales al libro del alumno, bibliografía y
sugerencias de lecturas para la formación y actualización del profesor.
También se disponen indicaciones formales: en la tapa deben figurar título, identificación del
volumen, nombre de los autores, nombre del editor y en la contratapa es obligatoria la presencia
del himno nacional, junto con el número de ISBN. Se indica que los manuales deben seguir las
normativas sobre la educación, dispuestos por documentos nacionales: la Constitución, la Ley
de Directrices y Bases y resoluciones sobre normas específicas para la enseñanza media (PCN y
OCEM). Además, se retoman lineamientos del Exame Nacional do Ensino Médio12 (ENEM). Este
examen se centra en evaluar modos de lectura e interpretación de textos multimodales, a través
de preguntas de opción múltiple: “todas as situações de avaliação estruturam-se de modo a
verificar se o aluno é capaz de ler e interpretar textos em linguagem verbal e visual (fotos, mapas,
pinturas, gráficos, entre outros) e enunciados” (ENEM, 2005: 59). Además, en la matriz de
evaluación para las lenguas extranjeras (inglés y español), la habilidad destacada es poder usar
la lengua como instrumento para acceder a informaciones de otras culturas o grupos sociales.
Este modelo basado en la comprensión lectora va a influir en los métodos de las colecciones de
libros didácticos seleccionadas; incluso porque presentan en sus apéndices ENEMs de años
anteriores o exámenes de ingreso a universidades que se basan en modelos parecidos.
Los criterios específicos de selección de libros didácticos para la disciplina Lengua Extranjera
Moderna son comunes para inglés y español. Estos se centran en que la obra no reproduzca
estereotipos ni prejuicios hacia las culturas extranjeras y hacia la propia cultura. Se valora la
variedad de géneros en diferentes formatos y registros representados con textos auténticos y
originales. El manual debe proponer actividades de lectura con estrategias para la interpretación
sin descuidar otras habilidades. La sistematización lingüística tiene que realizarse a partir de
prácticas discursivas auténticas. Además, respecto del libro del profesor, destacamos que las
respuestas de las actividades no deben tener carácter exclusivo ni restrictivo “em especial
quando se refira a questões relacionadas à diversidade linguística e cultural expressa na língua
estrangeira” (Edital PNLD, 2012: 24-25). Se pretende que el discurso pedagógico no cierre
sentidos sobre todo en la consideración de la diversidad lingüística y cultural.
Estos criterios definen un tipo de abordaje de la lengua extranjera y de la lengua de
escolarización que privilegia una enseñanza centrada en textos auténticos representativos de la
diversidad de la lengua a enseñar y de la realidad brasileña, sin reduccionismo y evitando la
reproducción de estereotipos. La lengua extranjera al ser abordada en términos generales, sin
discriminar inglés y español, no tematiza las especificidades de la enseñanza de estas dos
lenguas disimiles en términos lingüísticos, geográficos, culturales y sociales. De esta forma,
consideramos que no se privilegian abordajes didácticos que tengan en cuenta el español como
una de las lenguas de la región y que considere una historia en común en tanto lenguas
presentes en este territorio resultado de la colonización y de la aculturación de pueblos
originarios y africanos trasladados por el sistema de esclavitud. Tampoco se contemplan las otras
lenguas del territorio brasileño que han sobrevivido a este proceso ni las lenguas de comunidades
inmigrantes que podrían aportar una visión plurilingüe y regional. Estas ausencias reflejan el
12 Se trata del examen que evalúa la enseñanza media realizado por el Instituto Nacional de Estudos e
Pesquisas Educacionais Anísio Teixeira (Inep) y por el Ministerio de Educación de Brasil (MEC). También,
permite al alumno ingresar en el Sistema de Selección Unificada (SISU) que le posibilita acceder a las
vacantes en las siguientes instituciones de enseñanza superior brasileñas: universidades federales,
institutos federales de educación, ciencia y tecnología y centros federales de educación tecnológica. Hay
instituciones, como es el caso de universidades que dependen de los estados, que no adoptan este sistema
sino que elaboran sus propios exámenes de ingreso.
Las Orientaciones Curriculares Nacionales para la Enseñanza Media (OCEM, 2006) presentan
un capítulo específico sobre la enseñanza de español en el que se trata en profundidad la
cuestión de las variedades lingüísticas. Esto contrasta con la lengua inglesa que no presenta
criterios particulares para seleccionar las variedades a enseñar. El capítulo sobre el español se
subdivide en los siguientes subcapítulos que problematizan esta cuestión: “2. Algumas
especificidades no ensino da língua espanhola a estudantes brasileiros”, “2.1 O que fazer com a
heterogeneidade do Espanhol?” “2.1.1 Qual variedade ensinar?” y “2.1.2 Qual variedade os
alunos devem aprender?” (OCEM, 2006: 134-137).
Se propone: “substituir o discurso hegemônico [da variedade peninsular] pela pluralidade
lingüística e cultural do universo hispanofalante” (2006: 134). Así, el discurso hegemónico que
privilegiaba la variedad peninsular es reemplazado por otro discurso hegemónico en el que se
valora la pluralidad y la diversidad. Según las OCEM, esta heterogeneidad no se restringe al
español sino que es propia de todas las culturas, pueblos, lenguas y lenguajes.
Se plantea desde el comienzo reemplazar la pregunta ¿qué español enseñar? a ¿cómo enseñar
el español? La lengua española es representada en tanto un idioma constitutivamente
heterogéneo y plural: “como ensinar o Espanhol, essa língua tão plural, tão heterogênea, sem
sacrificar as suas diferenças nem reduzi-las a puras amostragens sem qualquer reflexão maior
a seu respeito?” (OCEM, 2006: 134).
En este escenario dominado por la diversidad, el profesor debe tomar el papel de un articulador
de voces, de un mediador entre el estudiante brasileño y las diferentes variedades de español
colocadas todas en un mismo nivel jerárquico.
É claro que o fato de o professor empregar uma variedade qualquer não o exime do dever
de mostrar aos alunos que existem outras, tão ricas e válidas quanto a usada por ele, e,
dentro do possível, criar oportunidades da aproximação a elas, derrubando estereótipos e
preconceitos. Nesse sentido, o papel de professores passa a ser quase o de articulador de
muitas vozes (OCEM, 2006: 136).
Se propone desarrollar una consciencia crítica en el alumno para que pueda “optar” por la
variedad que le parezca más “viable” por la facilidad o por el gusto o porque se identifica más
con su cultura y con sus hablantes. De esta manera, la diversidad deja de ser un problema para
convertirse en un “abanico de opciones” que no se restringe a lo lingüístico sino que depende de
la heterogeneidad de cada “espacio social y cultural” que se focalice.
sobre tal decisão [o espanhol como Língua Estrangeira] pesa um certo desejo brasileiro de
estabelecer uma nova relação com os países de língua espanhola, em especial com aqueles
que firmaram o Tratado do Mercosul. Esse não é, no entanto, o único motivo para que se
ofereça um ensino de Espanhol de qualidade, nem o mercado deve ser o objetivo
fundamental para o ensino dessa língua (OCEM, 2006: 127).
Se vincula la ley de oferta de español con una política lingüística resultado del reordenamiento
global, que implicó la formación de integraciones entre países. La posición que asume el
documento es de la reflexión sobre estos procesos y sobre el lugar que el español y los pueblos
hispanohablantes pueden ocupar en este contexto. Más adelante, el documento trata la
resignificación del español a raíz del Mercosur y en función de sus proyecciones a diferentes
ámbitos de negocios, educativo, académico, político. Se señalan los diferentes grados de
aceptación por parte de la prensa pero no se explicitan posicionamientos glotopolíticos al
respecto.
El espacio regional o continental también es visibilizado cuando se cita al Marco Común de
Referencia Europeo (2002) para definir el enfoque metodológico basado en la acción. Con
resguardo, se señala que puede haber algunos puntos en común con la situación europea pero
que la realidad sudamericana es disímil. No obstante, no se profundiza sobre las características
de la realidad local; lo mismo sucede para la definición de competencia (inter)pluricultural que
es retomada del Marco. El documento da a entender que se interrelacionan en la clase de español
la cultura brasileña con el universo del español. De esta misma forma, es retomado en los libros
didácticos seleccionados por el PNLD (Rubio Scola, 2017).
Se acentúa que el abordaje de la lengua extranjera debe ser menos instrumental y más
formativo. Específicamente, en el caso de la lengua española, esta puede contribuir dada su
proximidad con la lengua portuguesa y la especial relación que mantienen. Respecto de la
selección de materiales didácticos, se hace énfasis sobre la necesidad de que estos contemplen
la realidad nacional, regional y local, en donde regional adquiere sentido de regiones dentro de
Brasil y que represente la lengua española como una lengua “genética y tipológicamente próxima
del Portugués” (OCEM, 2006: 155), dado que la relativa proximidad existente entre ambas
lenguas puede facilitar el aprendizaje o causar interferencias y malos entendidos. De esta forma,
se enfatiza en una proximidad lingüística basada en el mismo origen de ambas lenguas en la
península ibérica y no en la vecindad contemporánea, donde el portugués brasileño comparte
fronteras con muchos países de Hispanoamérica y casi todos los de América del Sur.
La singularidad de la lengua española en el espacio de enunciación brasileño y la “justa medida
de una cercanía” entre las dos lenguas es entendida “em toda sua heterogeneidade, e seus efeitos
na produção estrangeira dos brasileiros” (2006: 138). Al privilegiar el área idiomática y no el
territorio regional, el español consiste en una lengua extranjera próxima, sobre todo en términos
lingüísticos. Asimismo, la contextualización de la enseñanza de español para la escuela
brasileña, objetivo de las OCEM, adquiere dimensiones generales y, por lo tanto, no es situada.
De esta manera, se plantea que la formación de la ciudadanía se verá enriquecida al ser
confrontada con la alteridad, diversidad, heterogeneidad del español, debido a que ayudará a
construir su propia identidad, función que podría cumplir cualquier otra lengua extranjera.
En los posibles temas a ser abordados en materiales didácticos y clases, se incluyen políticas
lingüísticas, la diversidad de lenguas en los diferentes países de habla hispana y las lenguas
indígenas, sin especificar que estas pueden ser compartidas por los países de la región (como es
el caso del guaraní). Por otra parte, se privilegia el proceso de globalización y su relación con lo
local, “na sociedade contemporânea (questões locais e globais)” (2006: 150). De esta forma, el
gesto de lo local a lo global invisibiliza y naturaliza la ausencia de lo regional, las similitudes
entre países vecinos y una posible cooperación en defensa de intereses comunes.
A pesar de que se adopte una concepción de lengua atravesada por la historia y la ideología en
términos de Guimarães (2002) y de diferentes autores que articulan en sus análisis del español
en Brasil la dimensión política – Celada (2002), Fanjul (2002), entre otros -, no se afirma desde
el espacio de enunciación latinoamericano. Esto significaría considerar las condiciones de
producción de las variedades de español y portugués específicas de este espacio.
Conclusión
Para combatir la posición discursiva dominante en Brasil que ha venido privilegiando al español
peninsular se la reemplazó por otro discurso hegemónico centrado en la diversidad de las lenguas
de modo general, así como figura en la Declaración Universal de Derechos Lingüísticos de París
de 1996, y, de modo particular, la diversidad del español al ser hablado por diferentes países.
Sin embargo, la diversidad como ideologema en este contexto esconde las desigualdades de
fuerza entre países latinoamericanos y europeos y entre países hispanoamericanos entre sí. Una
valoración de las variedades podría contemplar la historia y, por lo tanto, la diferencia en el valor
atribuido a cada variedad. Además, en la historia de los países hispanoamericanos, existen varios
elementos heredados de la colonización y compartidos con la historia brasileña. Un
reconocimiento historizado de las variedades lingüísticas hispanoamericanas permitiría también
un abordaje más articulado con la Educación Interculural Bilingüe de lenguas originarias y con
el Programa de enseñanza de portugués y del español en la Frontera, que comenzó a funcionar
entre Brasil y los países limítrofes en el año 2007.
Diversidad, heterogeneidad y riqueza son los grandes ideologemas que han guiado la
enseñanza del español en el sistema formal brasileño. Asumiendo una dimensión regional, la
heterogeneidad podría contemplar los contactos e hibridaciones con las lenguas compartidas por
Brasil y los países hispanohablantes. Esto visibilizaría los rasgos en común de la diversidad
lingüística en Sudamérica, resultado de una misma historia de dominación europea. Además, a
lo largo de nuestra exposición hemos identificado una tensión entre el carácter nacional,
centralizado y unificado de la política de enseñanza del español como lengua extranjera en Brasil
y, por otro lado, casi de manera contradictoria, la exaltación de lo diverso y heterogéneo en la
enseñanza de esta “lengua extranjera” que no se amolda a límites nacionales, ni se compromete
con vínculos políticos entre los países cercanos.
Fuentes Consultadas
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Resumen
En las últimas décadas, los estudios sobre los conflictos en la comunicación médico/paciente se
han profundizado desde distintas perspectivas —humanidades médicas, comunicación, análisis
del discurso— en el ámbito hispanoparlante (Bañón Hernández, 2013). En términos generales,
se ha consensuado que una comunicación eficaz tiene efectos positivos en la pronta
identificación del diagnóstico y en la satisfacción del tratamiento (Cófreces, Ofman y Stefani,
2014). No obstante, se ha indicado que, al menos en la Argentina, el tiempo dedicado a la
cuestión en las carreras de medicina es todavía insuficiente. A raíz de ello, se han diseñado
materiales didácticos y cursos en distintos espacios institucionales, dedicados a reflexionar
sobre la comunicación con el paciente (Juárez, 2014). Este capítulo indaga comparativamente
qué saberes y destrezas sobre el uso del lenguaje tienen lugar, por un lado, en el Curso de
comunicación en ciencias de la salud que dirigen los doctores Doisenbant y Rachetta en el
Hospital de Clínicas; por otro, en los manuales producidos por la doctora Vidal y Benito que
operan como bibliografía en el Instituto Universitario CEMIC. En términos teóricos, el trabajo
articula la categoría de representaciones sociolingüísticas, es decir, aquéllas que refieren y
evalúan objetos lingüísticos (lenguas, variedades, registros) y que tienen lugar en diversos tipos
de textos que tematizan o regulan el uso del lenguaje (Arnoux y Del Valle, 2010). Asimismo, se
consideraron estudios que desde perspectivas discursivas han relevado problemáticas
representativas en la consulta en términos de interrupciones o uso de terminología ambigua
(Ainsworth-Vaughn, 2001; Fleischman, 2001). Se puede anticipar que ambos materiales buscan
establecer los usos riesgosos del lenguaje y oponerlos a los usos facilitadores en pos de la buena
comunicación. No obstante, las perspectivas se distancian en cuanto a proponer lineamientos
instructivos generales en la consulta frente a la posibilidad de generar una comunicación
personalizada con cada paciente.
Introducción
En las últimas décadas, los estudios sobre los conflictos en la comunicación entre médico y
paciente se han profundizado desde distintas perspectivas (humanidades médicas,
comunicación, análisis del discurso) y también desde estudios interdisciplinarios en el ámbito
1 Además del mencionado proyecto de enseñanza, Gutiérrez Rodilla lleva adelante distintas líneas de
investigación sobre este tema y coordina Panacea. Revista de Medicina, Lenguaje y Traducción, una de las
publicaciones en español fundamentales del área.
Por otra parte, fueron considerados aportes provenientes desde enfoques discursivos que
abordan las distintas aristas implicadas en el amplio campo de estudios sobre “Lenguaje y
Medicina”. En particular, se focalizaron aquellas reflexiones que consideran dificultades
comunicativas en la consulta médica a causa de problemáticas específicas tanto en términos
lexicales —uso de vocabulario especializado y de terminología ambigua— como en cuanto a
intervenciones enunciativas invasivas por parte del profesional —interrupciones, opiniones
prematuras, preguntas enjuiciadoras— (Ainsworth-Vaughn, 2001; Fleischman, 2001; Arana de
Amurrio, 2014; Fernández Peris, 2016).
Es posible anticipar que estos documentos han identificado fallas comunicativas que anclan
en un desconocimiento (o en un reconocimiento limitado) del paciente como interlocutor, por lo
que precisan orientar al médico a través de una guía de “usos riesgosos” del lenguaje que se
oponen a los “usos facilitadores” en pos de una buena comunicación. No obstante, las
perspectivas de los materiales se distancian en cuanto a proponer lineamientos instructivos y
generales en la consulta frente a la posibilidad de apostar a una comunicación personalizada
con cada paciente.
Hacia el año 2010, la Facultad de Medicina de la UBA comenzó a ofrecer, entre sus materias
complementarias, el “Curso de comunicación médica” bajo la dirección de Arnaldo Doisenbant
(Profesor Adjunto de Medicina Interna en la UBA y Doctor en Humanidades Médicas) y de Silvana
Rachetta (Profesora Adscripta de Medicina Interna en la UBA) 2. Hacia 2011 y con el propósito de
ampliar el auditorio a destinatarios de carreras afines, la actividad modificó su nombre por
“Curso de comunicación en Ciencias de la Salud” y se empezó a dictar en el Hospital de Clínicas
“José de San Martín”. El seminario cuenta con un equipo interdisciplinario de profesores
(sociólogos, antropólogos, psicólogos, además de médicos) y sus ejes principales son: la
comunicación verbal y no verbal; los aspectos éticos en la consulta; el diálogo con adolescentes,
jóvenes y adultos mayores; el caso de pacientes críticos y la comunicación de malas noticias,
entre otros. Se desarrolla a lo largo de ocho encuentros presenciales (de dos horas por semana).
El hecho de cursar el seminario e intercambiar ideas con el cuerpo docente, durante el segundo
cuatrimestre del año 2016, me permitió tener acceso a los distintos documentos (teóricos y
prácticos) así como participar de las actividades (situaciones, ejercicios, reflexiones) que
constituyen el espacio3.
En relación con la propuesta de la Dra. María del Carmen Vidal y Benito, especialista en
psicología médica, doctora en Salud Mental y profesora en múltiples espacios académicos
(CEMIC, Universidad Favaloro, FLACSO, entre otros), cuento con sus manuales Acerca de la
buena comunicación en medicina (2007a) y La relación médico paciente. Bases para una
comunicación a medida (2010). En una entrevista que la especialista otorgó frente al lanzamiento
del primer volumen mencionado, especificó que el mismo estaba dirigido a todos los médicos y
profesionales que integran equipos de salud y están en contacto con pacientes (enfermeros,
nutricionistas, kinesiólogos, psicólogos, terapistas ocupacionales, etc.) Asimismo, Vidal y Benito
señaló que se lo utiliza como bibliografía básica en la carrera de Medicina que se dicta en el
Instituto Universitario del Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas “Norberto
Quirno” (CEMIC), en las materias Psicología Médica I y II durante los dos primeros años de
2 Es importante aclarar que en las asignaturas que conforman la carrera de grado en Medicina de la UBA
pueden registrarse reflexiones sobre la comunicación médico/paciente, tanto en la materia Bioética 1
(primer año) como en Salud Mental (hacia el final de la carrera, durante el internado rotatorio).
3 Un rasgo a destacar, al realizar el curso, fue notar que gran parte del auditorio no estaba compuesto por
médicos, sino que se trataba sobre todo de trabajadores administrativos en el área de la salud pública, así
como enfermeros, podólogos, aunque también había algunos estudiantes y médicos recibidos. Más allá de
anticiparse como un posible indicador del limitado interés de los profesionales en esta dimensión de su
tarea, esta particularidad también modificó la dinámica del curso en tanto algunas de las actividades
efectuadas en clase (situaciones recreadas o preguntas de reflexión) no resultaban respondidas desde la
lógica del médico que, entiendo, era lo mayormente pretendido.
cursada y en Psicosemiología durante el tercer año (Vidal y Benito, 2007b). Entre otros temas,
los volúmenes abordan: los distintos modelos de relación médico/paciente; el vínculo del
profesional con familiares del paciente y con otros colegas; la comunicación verbal y no verbal;
la comunicación disfuncional; los tipos de entrevista; la empatía y la confianza; la comunicación
de malas noticias y la colaboración en la toma de decisiones.
Tanto Doisenbant y Rachetta como Vidal y Benito parten de la necesidad de extender y
profundizar la formación en comunicación en medicina. Ambos proyectos toman como base
indiscutible de su orientación los principios de la bioética así como una concepción de
comunicación entendida como proceso interactivo que,4 lejos de implicar la mera transmisión de
saberes ya mencionada, suponga un intercambio que también involucre emociones y cuestiones
afectivas, y en el que intervengan tanto elementos de naturaleza verbal como no verbal (Vidal y
Benito, 2010: 30-31, Dosienbant y Rachetta 2015: 79-80). Asimismo, coinciden e insisten en los
frutos otorgados por la buena comunicación en términos de: mayor precisión en el diagnóstico,
mejor vínculo y atención, mejor cumplimiento en el tratamiento, mejor calidad en las decisiones
de los pacientes, disminución de actitudes litigiosas por parte del paciente, entre otros logros
alcanzables (Vidal y Benito, 2010: 32; Doisenbant y Rachetta 2015: 80). Por supuesto, en ambos
materiales, las reflexiones sobre el uso del lenguaje resultan un elemento clave, como veremos a
continuación.
4 Los principios de la bioética son: a) el respeto por la autonomía, lo que implica el derecho de las personas
a decidir por ellas mismas; b) el principio de la beneficencia, esto es, la búsqueda del bien del paciente; c)
el principio de no maleficencia: es decir, no dañar al paciente ni exponerlo a riesgos innecesarios; d) el
principio del doble efecto, en tanto, propone que las acciones que indica el médico se realicen cuando lo que
se intenta es lograr el buen efecto, a pesar de que podría tener un resultado negativo; y e) principio de
justicia, que establece que todas las personas tienen la misma oportunidad de recibir la atención médica
que necesitan (Vidal y Benito, 2007, Cap. 1: 6).
Cuadro 1
Iniciar la consulta con preguntas generales o Evitar ir directo al punto (porque ciertos temas
expresiones abiertas: “¿Cómo andan sus cosas?”; personales pero importantes podrían quedar al
“Le escucho”; “¿Qué fue de sus cosas desde que nos margen): “¿A qué debo su visita?”; “¿Qué lo trae por
vimos?” (Doisenbant, 2010: 5). aquí?”; “¿Qué está haciendo Ud. en un consultorio
médico?”; “¿Qué molestias lo aquejan?”, “Hábleme
Utilizar expresiones que exponen interés e invitan
de su salud” (Doisenbant, 2010: 5).
a profundizar sobre el tema: “Ajá”, “Siga”,
“Explíquemelo un poco más”, “Si… siga”, “A ver… En tanto puede resultar muy significativa la
no se apuere”; “¿Cómo es eso?, o asentir con la información obtenida durante los primeros
cabeza y acompañar (y con ello, facilitar) el relato minutos, se debe oír sin interrumpir y sin opinar.
del paciente (Doisenbant, 2010: 5). Y si el paciente exige respuesta pronta, continuar
con la escucha o proponer enunciados tales como:
Efectuar comentarios que generen empatía: “Eso
“Aún no lo sé: primero deseo escucharle para tener
no debe de haberle sido fácil…”, “Son períodos muy
más claras las cosas” (Doisenbant, 2010: 5).
difíciles…”, acompañados por palabras de apoyo:
“Entiendo que con la cirugía podrá quedar mucho
mejor”; “Sé que pudo ir ampliando la dieta”; “He
observado que con los ejercicios físicos ha logrado
buenos progresos” (Doisenbant, 2010: 5-6).
Durante toda la anamnesis, mirar al paciente a los
ojos, con interés y amabilidad (Doisenbant, 2010:
6).
Como muestra el Cuadro 1, se explica y ejemplifica cómo iniciar el diálogo a través de preguntas
abiertas y generales, en lugar de introducir la conversación con un interrogante focalizado y que,
con ello, se omita la referencia a diversas cuestiones personales que podrían manifestar
importancia en el desarrollo de la consulta. Al respecto, Ainsworth-Vaughn (2001) ha analizado
las fases secuencias ritualizadas en la consulta y ha registrado la importancia acerca de que las
primeras fases del encuentro se introduzcan con mínimos comentarios iniciales por parte del
profesional con el fin de que se dé pie, se oriente y se apoye la formulación enunciativa del
paciente sobre su estado personal y sus emociones, en vez de concentrarse directamente en la
enfermedad o en el motivo de consulta (455)5. Asimismo, Doisenbant (2010) propone acompañar
la escucha con expresiones que muestren interés y comentarios que generen empatía, entendida
esta última como el esfuerzo sistemático por comprender “al otro desde el otro” (5). Fernández
Peris (2016) se refiere a una escucha activa que, acompañada del contacto visual, involucre
también al lenguaje no verbal y pueda estar atenta, por caso, a las miradas huidizas del paciente
frente a ciertas preguntas, a sus gestos de dolor, a su impulso por querer generar una contención
a través del tacto; o que sea capaz, por ejemplo, de validar la congruencia entre los gestos del
paciente y su lenguaje verbal (112). Por alterar este tipo de concentración y receptividad,
Doisenbant sugiere evitar las interrupciones, las opiniones demasiado tempranas o las
consideraciones sin escucha suficiente. Esta propuesta, forjada en una lógica contrastiva,
también puede rastrearse en los señalamientos durante la anamnesis particular:
5 La incorporación de tales instancias de apertura hacia el discurso del paciente ha puesto en discusión la enseñanza de
las seis fases secuenciales representativas de la consulta, enseñadas en las facultades de medicina estadounidenses (1.
Vincularse con el paciente; 2. Descubrir el motivo de la consulta; 3. Llevar a cabo una examinación; 4. Considerar la
condición del paciente; 5. Detallar el tratamiento o los próximos pasos; 6. Finalizar la consulta). Como señala Ainsworth-
Vaughn (2001), modificar tal estructura es una respuesta por parte de la sociedad norteamericana hacia los roles
tradicionalmente autoritarios de los médicos (454).
Cuadro 2
Guir la orientación general hacia el motivo de “Riesgo del interrogatorio inexperto”: poner
consulta: “Entendiendo esto que me cuenta, palabras en boca del paciente que no sean justas o
concentrémonos un poco más específicamente en que induzcan respuestas: “¿No sentía acaso como
qué lo trae a esta consulta…”; “¿Ud. me dijo que que el dolor corría por detrás, hacia todo su
ahora le estaba molestando el pecho?” miembro inferior?”; “Se sentía angustiado,
(Doisenbant, 2010: 7). ¿verdad?”; “Seguramente notó que el color de su
piel ha cambiado ¿no?” (Doisenbant, 2010: 8).
Efectuar un acercamiento progresivo, desde
preguntas abiertas hacia otras cada vez más Omitir la pronunciación de juicios personales o
cerradas: “¿Sentía algo?”; “¿Dolía?”; “¿Cómo era le sesgos que introduzcan respuestas falsas o
dolor?”; “¿Dónde dolía?”; “¿Irradiaba o sentía que sentimientos de culpa: “¿no habrá Ud. comido lo
corría ese dolor desde allí hacia otro lugar?” que no debe, no es cierto?” (Doisenbant, 2010: 8).
(Doisenbant, 2010: 7).
Al registrar datos de historia clínica, evitar el tono
Focalizar un tópico y buscar activamente excesivamente burocrático y enfatizar el interés
información imprescindible con preguntas (Doisenbant, 2010: 7).
precisas, claras y contundentes: “¿notó si el hecho
de comer algo en particular le generaba la
molestia?”; ¿”se cuida de alguna manera cuando
tiene relaciones sexuales?”; “¿en alguna
oportunidad no se cuidaron?” (Doisenbant, 2010:
8).
Se puede insistir con un ítem del relato de manera
delicada con la “técnica del eco”. Si dice “siento que
me molesta al orinar”, se le devuelve —afirmando
con gesto de interés— “le molesta al orinar”
(Doisenbant, 2010: 8).
Ante los silencios y la seriedad en la revisación de
estudios, pueden formularse comentarios empáticos
“No se asuste por mi silencio: es que me interesa
revisar con mucho cuidado…” (Doisenbant, 2010:
9).
Al cerrar la consulta, solicitar al paciente que repita
qué entendió para corroborar la comprensión del
diagnóstico y del tratamiento (Doisenbant, 2010:
11).
silencio atento, el mejoramiento cualitativo en la escucha y con la limitación de las palabras que
avanzan sobre el discurso del paciente. En “Language and Medicine”, Fleishman (2001) da
cuenta de estudios que han registrado cómo las interrupciones por parte del especialista en el
marco de la consulta pueden comenzar incluso 18 segundos después de iniciada la primera
respuesta por parte del paciente, rasgo que ejemplifica “el comportamiento de alto control por
parte del médico” (473)6.
En relación con esta dimensión correctiva que explicita el curso, es significativa la inclusión,
entre sus materiales bibliográficos, del artículo “El médico lenguaraz” (2012). Se trata del ensayo
formulado por el reconocido cardiólogo argentino Carlos Tajer, texto que se aleja por un momento
de las intervenciones del médico en la consulta para indagar la tendencia de los profesionales a
opinar sobre tratamientos ajenos, a establecer críticas o desautorizaciones sobre la palabra de
otros colegas o en contextos distintos a la consulta médica7. Dice Tajer (2012):
Creo sinceramente que los médicos no asumimos lo pesadas que pueden resonar nuestras
palabras. Mi madre suele repetir por años alguna frase que algún médico le dijo (“¡nunca
se deje tocar ese grano!”) como verdades históricas e incuestionables, sanmartinianas. Mis
propios pacientes me recuerdan frases aparentemente dichas por mí en momentos de
inspiración pronunciativa (“cuando le mostré la cámara gama hace tres años usted me
felicitó, me citó para dentro de diez años, no puedo olvidarme”). Así como una palabra
cálida puede demostrar simpatía y ayudar, los efectos adversos de la palabra médica
pueden ser terribles (4).
6 No obstante, Fleishman (2001) señala que no siempre las interrupciones pueden ser automáticamente
interpretadas como una violación a los derechos de habla del otro, sino que puede cumplir otras funciones
en el marco de la consulta (473).
7 Tajer es Director Médico del Hospital El Cruce (Florencio Varela), espacio donde coordina junto con la
Dra. Beatriz Caballeira (y equipo) los talleres de medicina narrativa. En efecto, Tajer y Caballeira se
refirieron a estos temas en el Panel “Lenguaje, discurso y salud. Perspectivas Latinoamericanas” en el
último Congreso SAEL (2018).
Cuadro 3
Comunicaciones que estimulan la confianza Comunicaciones que debilitan la confianza
Comprender y alentar la corrección del error: “La Juzgar o reprender: “La toma del medicamento no
toma del medicamento no era cada 12 hs. sino era cada 12 hs. sino cada 6 hs. Ud. no se está
cada 6 hs. Pero si tomando cada 12 hs. no curando porque toma mal la medicación. Debe
resultó, antes de cambiar de fármaco vamos a prestar más atención” (Vidal y Benito, 2007, Cap.
utilizarlo cada 6 hs. Para que no se confunda se 5: 8).
lo escribo” (Vidal y Benito, 2007, Cap. 5: 8).
Indicación cooperativa: “Tratemos de pensar qué Indicación autoritaria: “Ud. tiene que olvidarse de
tipos de alimentos son más tolerables para ud. que existe la sal. Después de todo es una cuestión
sin sal, o en todo caso la consulta con la dietista de costumbre” (Vidal y Benito, 2007, Cap. 5: 8).
podrá orientarla en una forma diferente de
cocinar” (Vidal y Benito, 2008, Cap. 5: 8).
Empatía: “Como ud. puede verlo, su esposa ha Distancia: “Su esposa ha mejorado todo lo que
ido mejorando con la rehabilitación y en este esperábamos. Ud. ya fue informado de que en
momento ya puede permanecer sentada bastante estos casos es improbable que vuelva a caminar
tiempo. Se la ve animada y con muchas ganas de y además siempre existe la posibilidad de una
seguir trabajando. Por suerte, sus funciones recidiva” (Vidal y Benito, 2007, Cap. 5: 8).
intelectuales se recuperaron por completo y,
aunque es poco probable que vuelva a caminar,
debemos seguir trabajando” (Vidal y Benito,
2007, Cap. 5: 8).
Flexibilidad: “Yo pensaba que ud. podía mane- Rigidez: “Ud. no necesita apoyo psicológico. Si así
jarse sin apoyo psicológico pero podemos hacer fuera, yo se lo habría indicado” (Vidal y Benito,
una consulta. En ese caso me gustaría que viera 2007, Cap. 5: 8).
a un colega de mi confianza” (Vidal y Benito,
2007, Cap. 5: 8).
A partir de la observación de los ejemplos, es posible abstraer y sistematizar con más precisión
ciertos elementos que determinan la disminución de la “confianza comunicativa”, en función de
una modificación enunciativa que excede la corrección mediante el silencio. Así pues, se busca
corregir el uso de imperativos en términos de órdenes o mandatos (“tiene que olvidarse de la
sal”), así como la articulación de aseveraciones o negaciones categóricas (“ud. no necesita apoyo
psicológico”). En lugar de ello, la propuesta sugiere considerar el uso de otras formas discursivas.
Por un lado, se registra la modalización de los enunciados en relación con una actitud de
posibilidad por parte del locutor a través de determinado tipo de verbos (“pienso que”) o de
expresiones adverbiales (“es poco probable”) que relativizan las certezas absolutas e introducen
probabilidades. Por otro, se detecta la articulación de una primera persona plural inclusiva
(“vamos”, “tratemos”, “podemos”) que se aleja del uso diferenciado de la primera y segunda
persona del singular (“ud. no necesita”, “ud. ya fue informado”, “yo se lo habría dicho”). Al
El otro volumen de Vidal y Benito, La relación médico paciente. Bases para una comunicación a
medida (2010) avanza unos pasos más en las exigencias de saberes y destrezas sobre el lenguaje
que se solicitan del médico. La buena comunicación parte no sólo del conocimiento del cuadro y
del diagnóstico del paciente, sino también del acercamiento y la captación de sus concepciones
personales acerca de la “salud/enfermedad”, así como de sus “modismos verbales” y de los
“significados verbales propios de su cultura, subcultura y grupo familiar” (Vidal y Benito, 2010:
40). Se solicita, asimismo, que el profesional detecte la utilización de términos extravagantes,
pocos comunes, con significado propio por parte del paciente para que luego pueda apropiarse
de los mismos y reutilizar al menos algunos de los vocablos registrados como más frecuentes
(Vidal y Benito, 2010: 157). En este sentido, la tarea exigida al profesional resulta más compleja
y desafiante a causa de las distintas operaciones solicitadas (atención, registro léxico y expresivo,
detección de frecuencia, reutilización de términos). Desde estos lineamientos, el texto también
mantiene la formulación contrastiva, por caso, en relación con la comunicación de “malas
noticias” o cuadros de gravedad.
Cuadro 4
Lenguaje facilitador Lenguaje riesgoso
Explicar el cuadro de relación con los síntomas, No interrumpir al paciente hasta que éste haya
conocimientos y preocupaciones del paciente expresado su idea.
(Vidal y Benito, 2010: 115). No excederse en la explicación (Vidal y Benito,
2010: 115).
Utilizar un lenguaje compatible con la estructura
de ideas y creencias del paciente para que éste
comprenda mejor los ejemplos y analogías que se
le propongan (Vidal y Benito, 2010: 128).
“Utilizar lenguaje claro y sencillo” (Vidal y Benito, Evitar tecnicismos así como palabras de uso
2010: 115). común pero de significado no compartido entre
pacientes y profesionales de la salud para sortear
malos entendidos. Por ejemplo, lo considerado
“raro”, fue interpretado con probabilidad de que
ocurriera del 24% por los pacientes y del 5% por
los médicos (Vidal y Benito, 2010: 123).
Utilizar un tono amable, cálido, cordial (Vidal y Evitar la pregunta invasiva retórica (“¿está de
Benito, 2010: 128). acuerdo, no?) o expresiones como “debía hacer
por sus nietos”, como refuerzo motivador. Apelar
al “debe ser” fomenta la obediencia culposa, lo
que atenta contra una decisión verdadera y
sostenible en el tiempo.
No juzgar las conductas de los pacientes ni
adoctrine (Vidal y Benito, 2010: 120)
Repetir puntos importantes, aclarar dudas. No “empujar” al tratamiento.
Verificar la comprensión de lo que dijo el paciente
(parafrasearlo) y verificar la comprensión del
paciente (preguntar y hacer repetir).
Proponer qué hacer, qué esperar y cómo seguir
(Vidal y Benito, 2010: 128).
En este caso, quedan más delimitadas las distintas dimensiones del lenguaje: el tono, por un
lado, el léxico, por otro. Dentro de la dimensión lexical, los problemas de polisemia en el uso de
aquellos términos que plantean distintas significaciones para el médico y para el paciente (me
referiré a este punto en el próximo apartado). Pero sobre todo se distancia del curso anterior, en
cuanto a su intención de profundizar la eficacia del intercambio a partir de la adecuación al
lenguaje y a las representaciones del paciente. Este lenguaje no sólo debe ser comprensible para
el interlocutor, sino que además debe ser compatible con su sistema de creencias.
Además, se especifica con más detenimiento el uso de “técnicas verbales”, recurso mediante el
cual el profesional estimula al paciente para que exprese preocupaciones, para que se manifieste
acerca de cuestiones sobre las que tiene poco registro, o para que considere las hipótesis del
médico. Si bien se reiteran con denominaciones similares algunas de las técnicas del Curso de
Doisenbant (por ejemplo, la “técnica del eco” por “repetir” —en ambos casos con el fin de
actualizar el interés en el discurso del paciente—), otras suponen un proceso de atención y
reflexión mucho más elaborado, así como destrezas y competencias de carácter psicológico sobre
las que estos materiales se proponen formar. Por ejemplo, la técnica “reflejar” implica que el
médico verbalice no sólo lo que el paciente dice sino también la emocionalidad que subyace a lo
ostensible, lo que se expresa mediante los gestos o las entonaciones para que florezcan los
contenidos no manifiestos del discurso y para que el paciente pueda reconocer sus angustias,
sus temores u otras emociones.
Cuadro 5
Parafrasear: el médico repite lo que el paciente Paciente: “Desde hace un tiempo me siento
dijo pero con sus propias palabras (Vidal y cansada todo el día, tengo pocas ganas de hacer
Benito, 2007: 10; 2010: 165). las cosas, hincho mucho a mi familia porque no
puedo decidir qué comida hacer o qué
comprar…”
Médico: “Se siente embarullada, como si las
tareas de todos los días fueran algo muy
complicado y muy trabajoso…”
Reiterar/repetir: el médico demuestra interés y Paciente: “Me siento mucho mejor con este
atención y, con ello, alienta al paciente para que tratamiento, pero descanso poco ya que me
continúe con lo que estaba diciendo, ya que al preocupa que el ataque se pueda volver a repetir.
reiterar manifiesta que está interesado (Vidal y A veces me despierto a la noche y me quedo
Benito, 2007: 11; 2010: 165). pensando en eso y en cómo hacer para que no me
pase otra vez…”
Médico: “Es decir que a pesar de que está mejor,
la preocupación de que el ataque se repita no lo
deja descansar”.
Paciente: “Así es doctor, tengo miedo a hacer
cualquier esfuerzo y que me dé otro ataque… Con
referencia a esto mi mujer me dijo que lo hablara
con Ud., se tata de las relaciones sexuales…
¿Será peligroso intentarlo de nuevo?” (Vidal y
Benito, 2007: 11).
Reflejar: el médico expresa verbalmente Paciente de 60 años, sexo masculino, diabético
(verbaliza) no sólo lo que el paciente dice sino desde hace 10 años, insulinodependiente desde
también la emocionalidad que subyace a lo hace 4 años. Siempre le costó sostener la dieta.
manifiesto y que se expresa mediante la Paciente: “Estoy muy bien, la glucosa está
gestualidad, los tonos de voz, etc. Propósito: que perfecta, corro todas las mañanas y desde que
surjan principalmente los contenidos no hago eso utilizo solamente 10 unidades de
manifiestos del discurso y que el paciente tome Insulina… Así que ayer fui al dentista porque
conciencia de sus propias emociones (Vidal y quiero colocarme implantes. Me dijo que se podía
Benito, 2007: 11; 2010: 165). hacer perfectamente. Voy a tener mejor
dentadura que a los 20 años…”
Médico: “Me alegro mucho por Ud. y de que todo
este esfuerzo que viene realizando le esté dando
sus frutos ¿Le comentó al dentista todo esto)
Paciente: “En realidad el dentista no sabe que soy
diabético…”
Médico: “¿Y su diabetólogo qué dice de los
implantes?
Paciente: “Bueno, en realidad de los implantes
hablamos el año pasado. En ese momento me
dijo que si no lograba controlarme el azúcar sería
imposible que pudieran hacérmelos. La verdad
me sentí desilusionado y me angustié mucho,
porque no quiero usar aparatos en los dientes
como los viejos. Hice un gran esfuerzo y él mismo
me felicitó por mi cambio de conducta…”
Médico: “A ver si entendí bien, su dentista no
sabe que Ud. es diabético y su diabetólogo no
sabe que le van a colocar los implantes. Hizo un
esfuerzo muy grande para lograrlo y ahora que
finalmente logró controlarse el azúcar, está
temeroso pensando en que a lo mejor no lo
autorizan para el arreglo de su dentadura.”
Paciente: “Es cierto. Me parece que tengo miedo a
que no me den permiso…”
Médico: “Ahora entiendo su preocupación. Pero
¿qué piensa hacer?”
Paciente: “Y… En realidad no está bien que no le
cuente todo esto a mi diabetólogo… Creo que lo
primero que voy a hacer, es tener una
conversación con él” (Vidal y Benito, 2007: 11).
En el sexto capítulo del libro Acerca de la buena comunicación en medicina (2007a), dedicado a
la “Entrevista Médica”, se distinguen las distintas clases de entrevistas: a) aquellas dedicadas a
recabar información (de admisión, para realizar una historia clínica, de seguimiento o evaluación
sobre tratamientos, de proyectos de investigación), b) entrevistas psicoterapéuticas, c)
entrevistas de médicos especialistas y d) entrevistas en casos de emergencia. Asimismo, según
la modalidad de las entrevistas, se diferencian las que son totalmente dirigidas (privilegiadas en
casos de emergencias), las semidirigidas y las libres (propias de terapias psicoanalíticas, por
ejemplo).
Un elemento clave para efectuar una entrevista eficaz ancla en los conocimientos para realizar
preguntas. El manual instruye entonces sobre los tipos de interrogantes que dispone el médico
y que utilizará no sólo según el tipo de entrevista en que se sitúe, sino también según la
personalidad, los condicionamientos y las capacidades del paciente. En este punto también
pueden confrontarse entre estrategias de facilitación y usos riesgosos del lenguaje al momento
de articular la pregunta. Si bien parece más sencillo proporcionar algunos ejemplos de estos
últimos, no habría un criterio único para definir las primeras pues dependería de las distintas
variables que hacen a la entrevista.
En este sentido, y de acuerdo al carácter y a los diferentes momentos de la consulta, se
recomienda la articulación de preguntas exploratorias, si lo que se busca es que el paciente
precise, por ejemplo, un síntoma que manifiesta; o de las preguntas clarificadoras, si lo que se
persigue es la obtención de más certezas en el mensaje del presente. Es interesante destacar que
la utilidad de estas últimas puede surgir no sólo cuando el paciente niega sus síntomas o utiliza
vocablos personales para definirlos, sino también cuando utiliza términos médicos pero de modo
erróneo. Como señala Fleischman, diversos problemas surgen cuando el registro profesional de
la medicina se superpone con el lenguaje común. El registro médico provee un código eficiente
para la comunicación entre especialistas pero que puede resultar opaco y confuso fuera de estos
intercambios. Ocurre que en el habla cotidiana o durante la consulta, los pacientes le otorgan
significados diferidos a determinados vocablos especializados. Fleischman (2001) confirma que
términos como “depresión”, “morbidez”, “histeria”, “desorden alimenticio” o “cuidados paliativos”
generan distintas concepciones para los médicos y para los pacientes (475).9 En lo que respecta
a las elecciones terminológicas, entonces, el médico debe estar preparado no sólo para evitar el
uso de un vocabulario ambiguo u opaco, o para reconocer y articular el léxico del paciente (como
veíamos en el apartado anterior), sino también para registrar y desentrañar estos fenómenos de
polisemia que tienen lugar en la consulta. Aún más, otros especialistas sostienen que el médico
debería poder entender e interpretar, incluso, lo que el paciente quiere decir pero no logra poner
en palabras (Arana Amurrio, 2014:1).
Paralelamente a los tipos de preguntas mencionados y de acuerdo al grado de control que el
médico necesita establecer sobre la información recibida, puede contar con otras formas
interrogativas. Por caso, las preguntas cerradas resultan operativas en el marco de una
emergencia, cuando lo que se precisa es obtener mensajes precisos y limitados. Si, en otros
contextos, el profesional considera terapéutico que el paciente asocie informaciones, tome
conciencia de sus síntomas o haga catarsis, recurrirá a las preguntas abiertas. Finalmente, una
entrevista con preguntas mixtas permite que el paciente se manifieste con cierta expansión pero
requieren que el médico sepa cómo intercalar breves interrogantes o interrupciones facilitadoras
con el fin de no perder el eje de la indagación. Al volver a los dos primeros cuadros presentados,
correspondientes a la propuesta de Dosienbant y Rachetta, veremos aquí otro distanciamiento.
Si para ellos, el diálogo debería transcurrir fluidamente de la pregunta abierta a la cerrada, Vidal
y Benito —al considerar los distintos tipos de entrevistas (no sólo la consulta clínica
9 Más allá de los problemas comunicativos concretos y específicos en la consulta que puede generar “esta
ambigua área gris entre dialectos”, Fleischman (2001) profundiza las implicancias de sus representaciones.
Por caso, señala que el término “morbidez”, moneda corriente en el discurso médico, despliega una carga
afectiva mucho más dañina en el lenguaje común (475).
prototípica)— abre las posibilidades y admite, por ejemplo, la apertura del intercambio con
preguntas cerradas iniciales en algunos casos específicos.
Así como estas preguntas (exploradoras o clarificadoras, cerradas o abiertas) podrían volverse
problemáticas efectuadas frente a específicos pacientes o en determinados contextos, Vidal y
Benito da cuenta de otras interrogaciones que son en sí mismas desafortunadas: se trata de las
“preguntas inadecuadas” o “pseudopreguntas”. Se las puede definir como enunciados
expresados bajo una modalidad interrogativa pero que ocultan o mitigan una hostilidad o
agresión subyacente hacia el paciente10. En este punto sí se prolongaría el enfoque de Doisenbant
y Rachetta y su consideración acerca de las preguntas que generan sentimientos de culpa. Puede
decirse que Vidal y Benito encuentra dos propósitos en estas preguntas, uno genuino y otro
aparente donde se oculta el primero. Así pues, un enunciado como “Ya le dije que el tratamiento
va a tardar... Ud. me tiene muy preocupado, me está dando mucho trabajo: ¿No le parece que
tendría que colaborar un poco más?” (Vidal y Benito, 2007, Cap. 6: 9), permitiría esconder una
amonestación bajo la forma de un sentimiento de preocupación. Un caso aproximado puede
ocurrir a través del uso preguntas retóricas que aparentan ser un consejo para lograr una
mejoría en el tratamiento pero que en realidad se proponen reprender y culpabilizar: “¿No le
parece que si se esfuerza un poco se podrá ir antes?” “¿Ud. no cree que si hace los buches como
le enseñó la enfermera, la boca le va a doler menos?” (Vidal y Benito, 2007, Cap 6: 9).
Es importante destacar que, en este punto, Vidal y Benito no está intentando corregir
problemáticas de un entrevistador inexperto, no se trata ya del médico que, a causa de una falta
de ejercicio en su actividad, formula una pregunta de manera inadecuada y con ello induce una
respuesta, sino del profesional cuya enunciación está condicionada por un componente
emocional. En otras palabras, estos consejos no se limitan necesariamente a un destinatario
novato en el campo de la salud, sino que también involucran a aquellos profesionales en
actividad, que no siempre tienen registro de su discurso o que no comprenden cuán crucial es
el momento de interpelación al paciente en pos de alcanzar ese vínculo de empatía que les
permita obtener respuestas genuinas, valiosas y útiles para encarar el tratamiento.
A causa del interés discursivo, resulta relevante concluir la reflexión sobre la propuesta de
Vidal y Benito a partir del siguiente enunciado que justamente refiere el problema de la
construcción del destinatario:
10 Los motivos que generan esta hostilidad (muchas veces inconsciente) en el profesional, señala la autora,
pueden ser variados e incluyen sensaciones de impotencia o fracaso motivadas por la falta de consulta o
por el abandono del tratamiento, por una evolución inesperada de la enfermedad, o bien pueden surgir
como reacción frente a pacientes agresivos o manipuladores (Vidal y Benito, 2007a. Cap. 6: 8-9).
11 Se han referido a este tema, desde la Escuela Francesa de Análisis del Discurso, M. Pêcheux (El análisis
automático del discurso, 1978); desde enfoques enunciativos, C. Kerbrat-Orecchioni (De la subjetividad en
el lenguaje, 1997); desde perspectivas retóricas y argumentativas, Ch. Perelman y L. Olbrechts (Tratado de
Argumentación, 1989); desde la mirada de la Lógica Natural, J. B. Grize (Lógica y Lenguaje, 1990 y Lógica
Natural y Comunicación, 1996); y desde enfoques del análisis argumentativo del discurso, R. Amossy
en la reflexión del médico sobre las implicancias discursivas en la comunicación. Desde esta
perspectiva no alcanzaría con aplicar ciertos consejos, reglas o convenciones generales. Al
apuntar a una comunicación más ideal, a partir de intentar compartir rasgos crono, socio y/o
dialectales con el paciente, paralelamente se presupone una dificultad mayor en lo que se espera
del médico a la hora de la consulta; pues se precisa, además de mayor tiempo en la consulta
(instancia que médicos de ámbitos públicos o de centros privados y medicinas prepagas
confirman no tener), también de saberes y competencias comunicativas específicas, tales como
las que forman parte de los contenidos de formación médica en CEMIC.
Conclusión
A partir de este primer acercamiento a los materiales referidos, es posible proponer algunas
conclusiones que tienen lugar en distintos niveles de la problemática abordada. En principio,
observar con entusiasmo cómo el universo médico, que a veces nos parece tan críptico,
manifiesta su interés y necesidad por abrirse y reflexionar sobre la importancia del uso del
lenguaje con el propósito de construir una comunicación eficaz y, con ello, alcanzar mejores
efectos terapéuticos.
En relación con la disposición sobre la articulación del lenguaje bajo una estructura
contrastiva (usos facilitadores frente a usos riesgosos), que se puede abstraer del recorrido por
ambas propuestas, entiendo que, lejos de verse como una formulación esquemática, opera
didácticamente (junto con la multiplicidad de ejemplos que se proponen) en función de un
destinatario poco entrenado en materia comunicativa o, menos aún, discursiva.
En lo que respecta a los usos riesgosos del lenguaje, es posible sistematizar algunas
consideraciones que se focalizan en diferentes dimensiones del lenguaje. En primer lugar, se
pueden establecer los lineamientos que anclan en la naturaleza de la intervención enunciativa
del profesional: riesgo por la selección léxica (formulaciones complejas, opacas o ambiguas),
riesgo por la entonación enunciativa (formulaciones distantes y autoritarias)12, riesgo por el uso
excesivo de la palabra (formulaciones avasalladoras e interrupciones continuas), riesgo por el
uso de enunciados modalizados (en este caso, en su variante lógica a partir de la actitud de
certeza absoluta del enunciador): formulaciones determinantes y categóricas; así como otros
tipos de riesgos inscriptos en las distintas intencionalidades que subyacen a los enunciados,
como las formulaciones enjuiciadoras, amonestadoras, culposas o inductoras de respuestas
específicas.
En segundo lugar, los fenómenos lingüísticos o micro-discursivos que dan lugar o caracterizan
tales intervenciones: uso de tecnicismos (en formulaciones complejas), uso de términos
polisémicos frente a distintos destinatarios (en formulaciones ambiguas), articulación de
imperativos (en formulaciones autoritarias), uso diferenciado de la primera y la segunda persona
del singular (en formulaciones distantes), uso de negaciones o afirmaciones absolutas y
conectores causales concluyente (en formulaciones determinantes y categóricas), uso de
preguntas retóricas (en formulaciones que inducen respuestas).
En tercer lugar, se pueden registrar los consejos y sugerencias para modificar las
intervenciones riesgosas mencionadas: además de la escucha atenta y silenciosa, las
formulaciones empáticas y facilitadores que, en términos discursivos más específicos, se
articulan a través de: el uso de léxico accesible y, si es posible, cercano al discurso del paciente;
la enunciación proyectada a través de una primera persona plural inclusiva; la incorporación de
comparaciones y de determinado tipo de metáforas; la articulación de enunciados modalizados
(“Nueva retórica y lingüística del discurso”, 2002), cuya mirada reflexiona sobre tales representaciones
recíprocas a partir de posibles articulaciones entre teorías enunciativas y argumentativas.
12 Dominque Maingueneau (1980) señala que el concepto de “distancia” permite examinar el proceso de
enunciación desde el punto de vista de la actitud del hablante y, aunque no habría clases de palabras
particulares que la materialicen de modo específico, confirma que en el código oral es la entonación el modo
más frecuente de expresar la distancia (134-135).
Corpus
Referencias bibliográficas
disconformidad, cap. 3 43
enunciado, cap. 5 75
explicatura, cap. 5 75
gramaticalización, cap. 4 59
neologismos, cap. 2 23
oración, cap. 5 75
pragmaticalización, cap. 3 43
productividad, cap. 2 23
reformulación, cap. 1 9