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CUSQUEÑOS
Introducción
El objetivo del presente ensayo es describir y analizar la situación del parto vertical
practicada actualmente por los pueblos indígenas andinos y amazónicos de nuestro
país y articular el rol del MINSA en la atención de la salud de los pueblos indígenas,
mediante la profundización del parto vertical, como política pública que reduzca y
desaparezca la mortandad materna. En tal sentido veremos el caso de las mujeres
indígenas de las comunidades campesinas de la provincia de Quispicanchi2 en el
departamento del Cusco, donde haremos previamente un diagnóstico de la
mortandad materna, para luego explicar la lógica cultural existente en las mujeres
andinas indígenas que practican el parto vertical, sus percepciones ideológico-miticas
y sus prácticas culturales. Finalmente alcanzaremos algunas propuestas para una
política de salud intercultural.
AÑO 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
PERU 596 508 513 524 481 457 445 440 382 409 209
CUS 45 19 25 21 17 21 26 21 20 30 11
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Docente universitario de la Universidad Andina del Cusco y consultor en desarrollo regional
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Lugar donde trabajamos como consultores de UNICEF.
Fuente: Dirección General de Epidemiologia. MINSA.ASIS- DIRESA.
Las muertes maternas son evitables en su gran mayoría; ya que las principales causas
y factores son conocidas, y a la vez el sector salud cuenta desde hace mucho tiempo,
con el saber científico y tecnológico para impedirlas. Se sabe que las muertes
maternas son causadas en su mayoría por problemas de hemorragias (42%) y ocurren
en el momento del puerperio (57%), siendo el momento más crítico en las 24 horas
luego del parto, tal como nos muestra el grafico.
Sabedores que la cosmovisión andina para los indígenas andinos es motivo de una
profunda interacción entre el hombre-naturaleza y sociedad3; esta relación se presenta
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Expresada en la lógica de reciprocidad, la cultura agro céntrica, el amor a los animales, el respeto a los
elementos de la naturaleza, las ofrendas hacia los dioses andinos, el dualismo, el valor hacia el trabajo
colectivo, las fiestas y tradiciones ligadas a las actividades agropecuarias y los ritos y mitos andinos.
de manera particular en relación al proceso de generación de vida y los cuidados hacia
las parturientas y de los recién nacidos.
En ese sentido, en el mundo indígena andino todos las cosas van a tener
significaciones “almacenadas” en símbolos, cuyo máximo exponente es el concepto
de pachamama, símbolo que va interpretar la relación entre el hombre y la naturaleza,
que como sabemos, la pachamama además de significar el universo, el orden, la
tierra, la naturaleza, es también fuente de vida; por ello los campesinos hablan de ella
como la que alimenta al hombre, la que cría a los hombres, a los animales, dadora de
cultivos, pastos, bosques, flora, fauna; es también una persona con poder, que tiene
vida, que su eficacia causa efectos, que otorga, pero también castiga. No es casual las
interpretaciones de ella como “madre”, “criadora”, “la que da frutos”, “es fértil”,
“amamantadora”; a la cual hay que acercarse no racionalmente sino emocionalmente
con cariño, ofrendas y agradecimiento mediante actos rituales y ceremoniales. Pero
también puede “agarrar” y causar daño.
Estas visiones culturales tiene que ver con el saber cultural de los indígenas andinos,
para quienes la forma como interpretar y explicar la realidad es mediante una visión
mítica mediante el cual trasmiten sus conocimientos de manera simbólica, dentro de
los cuales existen saberes empíricos, representaciones que no son estáticas, pues
cambia según las exigencias del grupo y se adapta a los cambios naturales y sociales.
Las complicaciones de la salud entonces puede producirse por uno o varios factores,
los mismos que requieren ser atendidos para el restablecimiento de la salud (vuelta al
equilibrio), para ello van a recurrir a los especialistas4 quienes conocen el “saber
mítico” para relacionarse con los dioses y van a usar el “saber empírico” para la
curación y sanación utilizando la medicina tradicional (biomedicina); todo ello bajo
practicas ritualizadas, donde se van a conjugar la relación con la naturaleza y los
espíritus.
El embarazo
Tejer o hilar, porque se cree que esto provocaría que el cordón umbilical se anude
alrededor del cuello del nonato y lo asfixie. (Relacionan el hilo o la lana con el
cordón umbilical).
Comprar ropa antes de tiempo para el futuro vástago, porque esta muestra de
ansiedad haría que los "malos espíritus" le quiten a su niño.
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Que toman diversas denominaciones como shamanes, curanderos, paqos, hampeq-runa, maycheros,
yatiris, brujos, altomisayoq, pampamisayoq, maestros, etc.
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Los campesinos cuando hablan de la Pachamama se refieren a que ella “da a luz” cada campaña
agrícola, “cria” a los hombres, a los cultivos y animales y también “se enoja” y “se resiente” cuando se
olvidan de ella, todo dentro de una lógica animista y de personalización sorprendentes.
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Que constituyen todavía el 60% de los partos campesinos, en tanto que el 40% son favorecidos por
atención en los centros de salud bajo la modalidad de parto vertical institucional.
Salir de la casa a altas horas de la noche porque corre el riesgo de que los "malos
espíritus " le roben el alma de la "wawa" y ésta nazca muerta.
La gestante no puede echarse a dormir cerca a los pozos ya que le puede agarrar
la tierra
Una mujer embarazada no puede ir a pastear sus animales sin usar una T´ipana o
imperdible, caso contrario su hijo se perderá.
El parto
La interpretación de estas creencias tiene que ver con que el embarazo, parto y
puerperio en la cultura andina es motivo de incertidumbre, temor y desconcierto sobre
la vida de la madre y del niño; en el mundo campesino esa tensión se disipa con el
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La ampliación de estudios en la zona aymara lo tenemos en (J. Davidson, 1983, p.69-81) y en R. Bolton
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“aire” sinónimo de “viento” como agente etiológico responsable de enfermedades nerviosas, tics,
dermatitis o epilepsia. En las zonas andinas del Cusco los indígenas clasifican hasta 5 tipos de “vientos”
que causan diversas enfermedades; en el caso de la placenta el viento que producen es de muerto.
ritual del lavado, quemado y entierro de la placenta produciendo un alivio emocional y
social a la familia y a toda la comunidad, de manera que con ese rito se influencia en
el mantenimiento del equilibrio entre el hombre y la naturaleza, más aun si se
considera que de por medio esta una relación entre las fuerzas del bien y del mal. No
olvidar que los campesinos organizan su experiencia cotidiana en unidades
significantes, donde la placenta simboliza la noche, la sombra y el niño la luz, estando
ambos unidos en una unidad en la siguiente forma:
PLACENTA NIÑO
RITUAL Luz
Sombra/noche
ALIVIO
noche
Muerte o infortunio Alegría, felicidad
Noche
El puerperio
La puérpera para evitar el sobreparto deberá permanecer en cama sin levantarse, por
lo menos quince días, mucho menos deberá tocar agua fría. Para que la mujer
debilitada por el enorme esfuerzo realizado durante el parto, recupere sus fuerzas, sus
familiares más cercanos efectúan la ceremonia costumbrista del "unu walthay" o
"walthachikuy". Este ritual se inicia con la preparación de un amasijo de hierbas
medicinales o "hampi qorakuna" entre las que están: flores de "yawar chonq'a, chiri,
salvia, mut'uy, zapatilla y romero; todo esto se muele en un batán, hasta que se logra
una sustancia verde espesa, la que se pone a hervir en una olla de barro, añadiéndose
chancaca, alfeñique, bálsamo de árnica y alcohol, hasta que se forma una masa. Este
preparado, en ausencia de flores, (en épocas de sequía) se hace con las raíces y
tallos de las mismas plantas. A esta ofrenda se agregan flores, dulces para que
"chupen las enfermedades".
La ceremonia del "hualtachikuy, se mida a los tres días de producido el parto, mientras
que la sangre de la matriz se va secando, y se realiza de la siguiente manera: Estando
la puérpera desnuda se procede a darle suaves masajes, al mismo tiempo que se le
va untando, las diversas partes del cuerpo inclusive el cuero cabelludo, hasta que
quede totalmente cubierta, con la masa caliente antes mencionada. Se comienza por
la cara, las manos y se termina en los pies. Dicen que esto se hace para "arreglar los
huesos" y que estos vuelvan a su posición normal. Inmediatamente después se
procede a envolverla fuertemente, con mantas que fueron calentadas al sol, una sobre
otra, cuidando que la mujer tenga las manos pegadas al cuerpo hasta dejarla
prácticamente como un fardo. Solamente queda libre la nariz para que pueda respirar.
Luego se le da a beber un jarrón de caldo de cabeza, lo más caliente posible, para que
transpire copiosamente; así permanece tres a cuatro horas, al cabo de las cuales, se
la descubre poco a poco, evitando que se resfríe, y se le seca con trapos limpios. Con
este procedimiento se logra que la mujer recupere las fuerzas perdidas, se le facilite
que su cuerpo retorne al estado anterior al embarazo y que se vayan, con el sudor,
todos los males, que le produjo la gestación. La matriz de la madre se limpia con
mates “frescos” de chiri chiri, cada 3 horas por ocho días consecutivos.
En relación al neonato se evita exponerlo al medio ambiente (frio, viento) que pueden
causarle enfermedades somáticas, también evitar caminar de noche o por cementerios
para prever que los espíritus de los muertos le afecten y evitar lugares, personas o
animales que le pudieran trasmitir energías negativas o apropiarse del espíritu del
bebe (“ojeado” o “cutipado”)9: de esta manera se protege al recién nacido por su
condición de indefenso. Esta etapa es fundamental el cuidado de la madre y del
neonato dado que fallecen por falta de cuidados.
El principal problema que tienen las mujeres campesinas cuando dan a luz es cuando
este tiene complicaciones y el parto se realiza en sus domicilios y se carece de
atención inmediata e intervención de ginecólogos, así como de medicinas, equipos y
condiciones mínimas de asepsia; a ello se añade la lejanía o carencia de acceso
carretero o comunicación con el centro de salud. Todo lo cual da como resultado las
muertes maternas.
El otro tema (así que se trate de partos normales) son las condiciones de higiene e
iluminación, dado que dan a luz en cuarto oscuro y con poca ventilación. Para la
atención del parto consideramos que no es conveniente, porque podría no ser visible o
pase desapercibido algún riesgo que pudiera presentarse para la madre o el niño,
como por ejemplo una hemorragia uterina, desgarros perineales o asfixia del recién
nacido.
El Estado peruano a través del Ministerio de Salud tiene lineamientos de política para
la promoción de la salud materna infantil, así en el eje de Equidad y Justicia Social de
las políticas de estado del Acuerdo Nacional, específicamente 13va política que dice:
Acceso Universal a los Servicios de Salud y a la Seguridad Social; donde una de sus
políticas refiere que el estado promoverá la maternidad saludable y ofrecerá servicios
de planificación familiar, con libre elección de los métodos y sin coerción”
(subrayado mio).
La forma más avanzada para lograr estos objetivos ha sido la dación de la Norma
técnica para la atención del parto vertical con adecuación intercultural
promulgada el año 2005, en el cual se dispone todos los protocolos para la atención,
control y cuidado a las gestantes indígenas bajo los principios de interculturalidad
combinando la biomedicina con los criterios de atención del parto desde la visión
cultural de los pueblos indígenas andinos y amazónicos. En nuestro caso, hemos
investigado la aplicación de esta norma técnica en los EESS de Catca, Quiquijana y
Ocongate.
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Desde la visión tradicional indígena las enfermedades en las personas se producen por 3 razones: por
mal comportamiento de las personas, por el enojo de la tierra que le pueda “agarrar” y por fuerzas de la
naturaleza (vientos, granizo, arco iris, manantes, quebradas).
Beneficios y ventajas del parto vertical
Los partos verticales con adecuación intercultural, pese a su incremento anual aún no
se han masificado en las provincias y distritos del Cusco, llegando solamente al 36.5%
en el año 2009 y para el año 2015 al 40%. Quiere decir que el 60% de gestantes
indígenas siguen dando a luz en sus domicilios bajo los métodos tradicionales y con
los riesgos arriba explicados.
La poca concurrencia a los centros de salud para dar a la luz de parte de las mujeres
campesinas se debe principalmente a las barreras culturales. Estas se producen
generalmente en el personal de salud por un conjunto de factores donde muchos
médicos, obstetrices, ginecólogos y enfermeras conservan aun ideologías y
comportamientos llenos de prejuicios, estereotipos, desinformación, racismo y
desprecio por la cultura de los pueblos indígenas andinos. La explicación de estos
problemas lo encontramos en la matriz estructural de nuestro país, en la herencia
colonial, en el sistema educativo, en los medios de comunicación, en los mecanismos
de dominación política, en la desigualdad social, aspectos cuya explicación rebasan el
presente artículo.
Indagando sobre las razones que argumentan las señoras campesinas para explicar
¿por qué no acuden a los servicios de salud?, sus respuestas son las siguientes:
− Sienten vergüenza y miedo porque las desnudan y las dejan en camillas junto a
otras mujeres y enfermeros varones.
− Consideran que en los establecimientos de salud el trato es frío, mecánico, a-
personal, sin calor humano.
− No respetan sus costumbres como amarrarse la cabeza o tomar mates.
− El personal de salud (especialmente médicos) no hablan su idioma, las
enfermeras las recriminan sus embarazos y se les trata con desprecio o
indiferencia.
− No se permite el ingreso del esposo o familiar a la sala de partos.
− Son obligadas a usar batas ginecológicas.
− El ambiente para el trabajo de parto era iluminado, frío y ruidoso.
− Los exámenes ginecológicos y obstétricos, así como la posición horizontal y el
uso de la camilla ginecológica, no respetan su pudor.
− No se le da importancia a la placenta.
− No son tratadas como personas por su nombre, “son números”.
Como hemos visto, cada pueblo tiene su propia concepción de salud y de enfermedad,
y un cuerpo de conocimientos, prácticas, recursos y terapeutas, los cuales se
estructuran en un sistema de salud particular (oficial-institucional, indígena), el
problema es que prevalece el sistema occidental biomédico que niega, ningunea o no
toma en cuenta los otros sistemas de salud indígenas, nativos o tradicionales
(andinos, amazónicos) que funcionan de manera paralela, cubriendo las necesidades
de salud de la población de menores recursos.
Los principios que animan a esta norma están claramente explicados en dicho
documento en el marco que la interculturalidad es un proceso de construcción de
relaciones dialógicas entre culturas diferentes.
En esta nueva propuesta normativa del Ministerio de Salud la atención vertical del
parto en los servicios de salud, exige una mayor comprensión de la cultura local, así
como buscar la oportunidad de interactuar con las parteras para un aprendizaje
intercultural mutuo, permitiéndonos conocer y aceptar algunas prácticas tradicionales
útiles e inocuas que debe incorporar en los servicios de salud; así como influir
positivamente para disminuir algunas prácticas nocivas de ellas, pero esencialmente
comprender por qué lo hacen y el valor simbólico que tienen para los indígenas.
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Sector que es maltratado por el Estado a falta de presupuestos adecuados para el sector salud, bajos
sueltos, condiciones laborales precarias, bajo estimulo, exceso de trabajo, presión política, etc.
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Los últimos avances de la medicina integrativa incorporan ambos sistemas de salud y reconocen el
valor científico de la etnomedicina y la fitoterapia.
De esta manera la propuesta de brindar servicios maternos con adecuación cultural
será una estrategia válida y creadora de espacios mayores para hacer de la salud de
nuestro país un ejemplo de reconocimiento y aplicación de sistemas de salud
diferentes y complementarios a la biomedicina.
El reto de aproximación hacia una salud intercultural es, sin duda, complejo y difícil.
Implica el intercambio crítico y creativo basado en el respeto a las diferencias, la
práctica de la tolerancia, la construcción conjunta y la toma de decisiones concertadas,
aspectos que no son sencillos de ponerlos en práctica porque los oferentes del
servicio de salud pertenecen a la cultura “peruana” (criolla-mestiza), dominante,
hegemónica que usualmente mira con desprecio y desconfianza otras formas de
diagnóstico, tratamiento y curación de las enfermedades.
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Que está ampliamente explicado en la Norma técnica.
Generar espacios de privacidad (biombos, separadores)
Facilitar la presencia durante el parto del esposo u otro familiar elegido por la
parturienta
Que la parturienta se sienta abrigada y cubierta (instalar estufas, lunas doble)
Mayor flexibilidad en horario de visitas
Informar siempre a la gestante y familiares que se le entregará la placenta para
que ellos realicen su ritual.
Organizar un botiquín con hierbas de mayor consumo local
Uso de platos de cerámico y cubiertos con mangos de madera
Permitir prácticas culturales que no contravengan con la salud de la gestante
(“hualtasqa”, colocación de turbante en la cabeza, pequeña mesa ritual)
Se usará de preferencia sábanas y frazadas de colores vistosos u oscuros,
puesto que las mujeres de la zona rural tiene temor y vergüenza de ensuciar
las sábanas blancas.
Permitir que las puérperas usen el chumpi o faja.
3) Conformar en los distritos Mesas Técnicas sobre salud materna infantil con
participación de todos los actores sociales institucionales, comunales y
autoridades, donde se establezca la obligatoriedad de la conformación de
Comités de Vigilancia Comunitaria en salud materna infantil.
Conclusiones
3. Para la atención del parto vertical se requiere que sea atendido bajo los
principios y protocolos de salud intercultural, diseñados en la Norma Técnica
del Ministerio de Salud, el mismo que requiere ser masificado como política
publica donde el personal de salud deberá ser capacitado en los servicios de
salud materna con parto vertical para entender y aceptar costumbres
campesinas.
BIBLIOGRAFIA
CAMINO, Lupe 1992: Cerros, Plantas y Lagunas Poderosas: La Médicina al Norte del
Perú, 1ra. Ed. CIPCA y CONCYTEC, Piura ‐ Agosto
ELIADE, Mircea 1996: El Chamanismo y las Técnicas Arcaicas del Èxtasis, Impreso en
México, D.F. – Fondo de Cultura Económica. Sexta reimpresión.