Sie sind auf Seite 1von 10

Cómo alcanzar a gente que está lejos de Dios

Por By David Kinnaman

Hace dos años mi amigo Chris comenzó una iglesia. Su visión es relacionarse con gente que está lejos
de Dios.

Al principio la iglesia hacía los cultos el domingo por la mañana en un teatro. Aparte de los pisos
pegajosos y del apuro de terminar antes que comenzaran las películas, dio resultado. Con el tiempo
Chris se dio cuenta de que la enseñanza y los cantos en un teatro no eran lo ideal. El afán de armar y
desarmar todo cada semana, y también encontrar espacio para los niños, les hizo buscar otro lugar de
reunión.

Parte del evangelismo de la iglesia también provocó controversia. En los inicios de la iglesia, Chris y
otros miembros visitaban los bares para entablar conversaciones con la gente que los frecuenta. Ha
sido un trabajo duro para Chris, su familia, y quienes han estado con él desde el principio. La iglesia
marcha bien en la actualidad y ha alcanzado a muchos adultos jóvenes. Sin embargo, Chris admite
que ha sido difícil conseguir que la gente que está lejos de Dios asista a las reuniones, mucho menos
que participe.

CONTEXTO PARA EL ESTABLECIMIENTO DE IGLESIAS


La historia de Chris ilustra una realidad mucho mayor que está descubriendo la investigación
del Barna Group: aun cuando la proporción de gente no cristiana va en aumento en los Estados
Unidos, es más difícil que nunca establecer una iglesia que alcance a los inconversos.

La gente –particularmente los jóvenes– expresa más hostilidad, dudas, frustración, y escepticismo
hacia el cristianismo. Los inconversos opinan que los cristianos son sentenciosos, hipócritas, y
activistas políticos. También consideran que los cristianos han destacado la homosexualidad de entre
otros pecados. Han llegado a la conclusión de que el cristianismo es anticuado y aburrido, y que los
cristianos son ignorantes e hipócrotas y demasiado enfocados en obtener convertidos. Piensan que los
seguidores del Príncipe de Paz son incapaces de vivir en paz con los demás.

Estas declaraciones pueden parecer duras, pero brotan de una amplia investigación hecha entre
personas de 16 a 29 años. Opiniones negativas como éstas son comunes en la mentalidad de los
jóvenes de nuestra cultura. En una década, la percepción de los evangélicos ha llegado a ser ocho
veces menos favorable entre la juventud no cristiana cuando se la compara con la imagen que tienen
los inconversos de mayor edad.

Una reacción común de la gente joven acerca de la fe es que el cristianismo de la actualidad no es


como Jesús deseaba que fuera. O, como sugiere el libro de Dan Kimball: “Ellos simpatizan con Cristo,
pero no con la iglesia.” Aquí nos topamos con el término no cristiano. En nuestra investigación oímos
cosas como: “El cristianismo hace las cosas de un modo no cristiano”; “Han olvidado lo que significa
ser cristiano”; “La fe se ha descarrilado de las enseñanzas de Jesús”; “El cristianismo de la actualidad
ha llegado a ser una fotocopia, de una fotocopia, de una fotocopia; es una distorsión de lo que fue en
su origen”.

¿LO DESANIMA LA CRÍTICA?

Cuando Gabe Lyons, del Proyecto Fermi, y yo nos enfrentamos por primera vez con estas actitudes,
quedamos sorprendidos. ¿Están los jóvenes en lo cierto? ¿Acaso no dijo Jesús que seríamos
perseguidos y aborrecidos por ser sus seguidores?

Sin embargo, la pregunta que nos ha molestado por varios años ha sido: ¿Y si ellos estuvieran
reaccionando, no a nuestro estilo de vida justo sino a nuestra pretención de superioridad moral? ¿No
será, acaso, que no estamos siguiendo a Cristo como debiéramos? ¿Cambiaría eso el sentido de
nuestra culpabilidad?

Mientras luchábamos con esto, algunos pasajes de las Escrituras llegaron a ser vívidos recordatorios
de que aun cuando no nos comprendan, los cristianos no estamos autorizados a ofender a nuestro
prójimo. Meditamos en Romanos 2:24: “El nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles” a causa
de la fe hipócrita. Y Colosenses 4:5,6: “Andad sabiamente para con los de afuera” y “sea vuestra
palabra siempre con gracia”.
Aun cuando los que están fuera del cristianismo no siempre tengan una opinión correcta de nosotros,
los que estamos dentro de la fe también tenemos suposiciones que perjudican nuestro testimonio.
Aquí hay tres cosas inesperadas pero fascinantes que aprendimos. Primero, la mayoría de los
inconversos en los Estados Unidos de la actualidad tiene mucha experiencia en iglesias cristianas y con
cristianos. La mayoría de los inconversos son actualmente gente que estuvo en iglesias.

Descubrimos que los jóvenes inconversos con frecuencia comunicaron bastante compresión del tema.
Mencionaron que a veces alguien que presenta un cuadro positivo y vibrante de lo que significa ser
cristiano confundió sus puntos de vista negativos acerca de los cristianos. Uno de los comentarios fue:
“Sé que todos los cristianos no son malos, porque he tenido conversaciones con cristianos a quienes
respeto. Básicamente, los respeto porque ellos me respetan a mí.”

CÓMO ENTENDER A LA GENTE QUE ESTÁ LEJOS DE DIOS

Permítame describir cinco ideas basadas en la investigación respecto de los que están lejos de Dios,
los que observan al cristianismo desde el exterior.

Primero, debemos expresar que la idea de estar lejos de Dios no es enteramente exacta. Es
probablemente una manera que nos ayuda a describir nuestro intento como fundadores de iglesias de
alcanzar a la gente que no son sólo cristianos venidos de otras iglesias. Deseamos cultivar la vida
espiritual de personas que tienen poca experiencia con Cristo o poco entendimiento de lo que significa
seguirle. Esta es una loable motivación. Con la excepción de que debemos tener presente que todos
nosotros –pastor o no, cristiano o no– estamos infinitamente lejos de Dios pero al mismo tiempo
increíblemente cerca de Él. Esta tensión teológica nos recuerda que muchos de los que están fuera de
la iglesia están más cerca de Dios de lo que podríamos imaginar; del mismo modo como muchos que
estamos en la iglesia podemos estar solamente dando la apariencia de ser cristianos.
Esto conduce a una segunda observación acerca de los inconversos: en nuestra cultura americana, la
idea de que la mayoría de las personas tiene poca o ninguna experiencia con el cristianismo es
obviamente falsa. Aun cuando la gente joven tiene menos exposición al cristianismo que sus
predecesores, casi todos los jóvenes inconversos dicen que tienen cinco amigos cristianos; dos tercios
de ellos han tenido una conversación reciente con un cristiano en materias de fe; la mitad ha tenido
una conversación con alguien en años recientes para considerar el hacerse cristiano; y probablemente
cuatro de cada cinco jóvenes inconversos han ida a la iglesia en tiempos pasados.
A pesar de que la mayoría de los inconversos han estado expuestos al cristianismo, una tercera
observancia revelada por la investigación es que los jóvenes inconversos provienen de diferentes
trasfondos e ideas religiosas. Es importante considerar que las percepciones del cristianismo son
mayormente negativas entre quienes son ateos o agnósticos, comparadas con las de aquellos de otra
fe, o que son sincréticos (gente que mezcla y combina ideas e identidades espirituales de varias
tradiciones religiosas). Esto significa que debemos esforzarnos en entender la historia individual de las
personas para ministrarles con mayor eficiencia.

Una cuarta revelación acerca de los jóvenes inconversos es que, mientras que muchos tienen
mentalidad espiritual, ciertamente es menor que la mayoría de los jóvenes cristianos con los que
trabajamos. Efectivamente, mientras que tres cuartos de los jóvenes seguidores de Cristo (73%)
dicen que su espiritualidad es lo principal o una de sus más importantes prioridades, lo mismo es
cierto de sólo 30% de los jóvenes inconversos.

Aun así, entre inconversos y cristianos, los jóvenes parecen coincidir en parte en sus preferencias
espirituales. Por ejemplo, 67% de los cristianos dicen que buscan una fe que les parezca bien
personalmente; lo mismo es cierto para 69% de los jóvenes inconversos. En manera similar, hubo
coincidencia cuando se llegó al deseo de las formas de espiritualidad que “tienen sentido”, “que
fortalecen”, que pueden ser “experimentadas”, y que “facilitan la vida”. Por supuesto, el hecho de que
esta sea la clase de fe que la gente aspira tener, no significa necesariamente que sea la clase de fe
individualista que debiéramos cultivar. En muchas maneras, debiéramos apuntar en dirección
completamente opuesta.
Sin embargo, descubrimos una gran zona de diferencias que dice bastante acerca del abismo entre los
jóvenes cristianos y los inconversos: 72% de los jóvenes cristianos dijeron que desean una fe que “les
ayude a conectarse con Dios”, en tanto que solamente 26% de los jóvenes inconversos aspiran a una
experiencia similar. Esta notable diferencia sugiere que aquello que las iglesias tienen para ofrecer y
que transforma la vida –un lugar donde la gente puede experimentar a un Dios vivo y amoroso–
inspira escepticismo entre la gente que más deseamos alcanzar. Esto es precisamente uno de los
problemas en el empeño por alcanzar a aquellos que están lejos de Dios.

No obstante su comodidad en acercarse a Dios, una quinta revelación respecto de los jóvenes
inconversos es que ellos no son muy diferentes de los jóvenes cristianos. Nuestra investigación
muestra de manera consistente que los jóvenes cristianos son con frecuencia más como los jóvenes
inconversos que como los cristianos de mayor edad. Hay más cosas que unen a los jóvenes a través
de los grupos de fe que lo que los divide.

¿Qué significa esto? Los jóvenes, a pesar de su afiliación de fe, con frecuencia comparten la
camaradería, los desafíos de la vida, el modo de hablar, las experiencias, los héroes, y las
expectativas. Creo que por esta razón es raro ver a pastores de 50 ó 60 años que sean capaces de
conectarse con la generación de los que están entre los 20 y los 30. Para los comunicadores de mayor
edad puede ser bastante difícil conectarse con el lenguaje y los estilos de vida de una generación
miembros de otra tribu. Esta es también la razón de que muchos jóvenes dicen que prefieren estar
con sus compañeros no cristianos, antes que meterse en una “burbuja cristiana” con gente a la que no
conocen bien.

Algo que podemos aprender de esta investigación es que, aun cuando a usted no le guste o no acepte
estos cambios, como líder tiene que enfrentar estas tendencias. La iglesia está experimentando una
significativa tensión entre generaciones, y esto está afectando nuestra habilidad colectiva de alcanzar
a los jóvenes que están lejos de Dios.

IMPLICACIONES PARA EL ESTABLECIMIENTO DE IGLESIAS

¿Qué puede hacerse para comenzar nuevas congregaciones y ministrar con eficacia a una nueva
generación? Considere estos pasos prácticos:

1. Desarrolle una mentalidad con la visión de servir a la grey y fomentar el crecimiento


antes que edificar una iglesia.Los jóvenes inconversos no andan en busca de un experto en Biblia
al cual puedan acudir a escuchar una vez a la semana. Sin embargo, muchos pastores creen que la
mejor manera de discipular a los jóvenes adultos es conseguir que cada semana escuchen el sermón
dominical. Como hijo de pastor, yo entiendo y valorizo la enseñanza que transforma. Pero las cosas
deben ir en su debido lugar. Su habilidad como comunicador es secundaria; lo más importante es la
manera en que usted invierte en la juventud.

2. Invierta en los jóvenes cristianos y en los inconversos por medio de discipulado


vocacional.Ayúdeles a ver y desarrollar sus habilidades y sus puntos fuertes en el ámbito de carrera,
lugar de trabajo, y vocación. Más de 7 de 10 adultos en los Estados Unidos cree que están cumpliendo
el llamamiento de su vida. La idea de “llamamiento” no sólo se oye en círculos religiosos, y enmarca la
idea de que la gente quiere influir en los demás. La iglesia que usted funde puede ayudar a los
jóvenes a entender la relación entre su llamamiento personal y el reino de Dios.

3. Además de las clases bíblicas ofrezca cursillos y otras oportunidades de aprendizaje. Esta
es una generación que a pesar de tener acceso a toda clase de información y contenido, no ha
aprendido tanto como nos gustaría acerca de la vida. Las iglesias pueden enseñar a la siguiente
generación acerca de todo, desde historia hasta finanzas, desde relaciones hasta compromisos
políticos, desde ciencia hasta exégesis cultural. Considere cómo usted pudiera transformar su
congregación en un centro de aprendizaje, de modo que los jóvenes ya no puedan decir que los
cristianos son ignorantes y desubicados.

4. Despierte en los jóvenes conciencia global y provéales de herramientas para ayudar a los
pobres. Una joven cristiana dijo que estaba aburrida de su iglesia. Cuando se le preguntó el porqué
su respuesta no fue egoísta. “Deseo hacer algo”, dijo. Los pastores tienen que aprovechar esos
momento de conciencia y activismo global y dar oportunidad a los jóvenes para que ayuden los pobres
y den un buen ejemplo del amor de Cristo.

5. No tenga temor de tratar los asuntos difíciles y controversiales. La investigación muestra


que muchas iglesias evaden asuntos como ambientalismo, cuidado de animales, injusticias, tráfico de
humanos, ciencia y erudición, asuntos políticos y culturales, tecnología, y aun el evangelio, porque
temen que los hermanos los malentiendan. Sin embargo, esta generación está tratando asunto
delicados y exige respuestas sinceras y líderes transparentes. Algunas iglesias que encaran estos
asuntos descubren que es difícil retener a muchos de sus miembros más antiguos. Sin embargo, estas
son las iglesias que tienen más probabilidad de alcanzar a los jóvenes inconversos que están lejos de
Dios.
6. Considere maneras de profundizar las relaciones diarias, particularmente entre
generaciones. Pastor, usted puede ayudar a su congregación cultivando las relaciones personales
entre ancianos y jóvenes. No ejerza demasiado control sino dé lugar a la obra del Espíritu Santo. Ore
por ideas que conecten a las generaciones. Gran parte depende de usted, que como líder, dé el
ejemplo. ¿Está usted honrando a sus mayores? ¿Permite usted que los líderes jóvenes desarrollen y
compartan las labores de liderazgo?

IMPLICACIONES PARA LA COMUNICACIÓN

Si es más difícil alcanzar a los inconversos, es también más difícil enseñarles y predicarles. ¿Cómo un
maestro de la Biblia puede ayudar a la gente a dirigirse hacia un Dios santo, sin crear el efecto
opuesto de poner barreras para alcanzarlo? Aquí hay sugerencias tomadas de nuestras entrevistas con
personas como las que escuchan sus enseñanzas semana tras semana:
1. Usted tiene una responsabilidad: equilibrar sanamente la verdad y la gracia. Sin la verdad,
esta generación continuará deslizándose en un súper-individualismo moral y espiritual. Sin la gracia,
el mensaje de la aceptación incondicional de Jesucristo se pierde en un régimen basado en las obras.
En el nivel más básico, su predicación y enseñanza necesitan proveer ambos elementos del carácter
de Jesús (ver Juan 1:14).

2. Un tema relacionado es el ensimismamiento. La gente no se percibe a sí misma con claridad, y


tampoco puede empatizar con la manera en que otras personas ven el mundo. En consecuencia, la
iglesia con frecuencia perpetúa el pensamiento de nosotros contra ellos, aun cuando es el único lugar
en el universo donde estas categorías no debieran existir. Los cristianos deben cultivar amor a los
perdidos, del mismo modo como lo hizo Jesús. ¿Está usted motivando a los hermanos a temer al
mundo y a condenarlo? ¿O está usted ayudándolos a captar una visión de dar sus vidas –en forma
figurada y literalmente– para salvar a los perdidos?

3. Al reorientar las perspectivas es importante que las personas comprendan la importancia


de sus conversaciones y la elección de relaciones diarias. ¿En qué forma afectan sus palabras y
actitudes a la gente que le rodea? ¿Sabía usted, por ejemplo, que una de las razones más comunes de
que la gente no va a la iglesia es por la hipocresía de la gente que asiste a ella? Aun cuando no
siempre es así, tienen razón en su crítica. Debemos ayudar a los hermanos a que entiendan las
consecuencias de su conducta pecaminosa, pero también comunicar que Cristo nos ama, a pesar de
nuestras imperfecciones.

4. Un tema del Nuevo Testamento que nos parece raro es la dinámica de creyentes e
incrédulos.Esto es algo que a los norteamericanos –un pueblo cristianizado con una rica tradición
cristiana– nos cuesta entender en su totalidad; pero Pablo, que vivió en un contexto claramente
incrédulo, jamás defendió sus derechos de cristiano. En cambio, Pablo aceptaba a un mundo
pecaminoso y quebrantado, mientras que exigía santidad del pueblo de Cristo. Constantemente
escribía desde ambas perspectivas: apóstol (dirigente de iglesias) y misionero (apologista y
evangelista para los de afuera). Él exige de los cristianos altas normas, y reafirma que esas normas
no se aplican a los de afuera (1 Corintios 5). Puesto que la predicación de usted es oída por cristianos
e inconversos, usted es dirigente de cristianos pero también misionero a los inconversos.

Apenas hemos topado las bases de lo que significa fundar iglesias para gente que está lejos de Dios.
Esta labor no es fácil, sin embargo, es una de las actividades más satisfactorias de la vida. Pregúntele
a Chris, mi amigo fundador de iglesias.

Das könnte Ihnen auch gefallen