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GONZÁLEZ GUTIÉRREZ, Ghuniher Antonio. “EL DOCUMENTO PRIVADO COMO OBJETO DE LA
FUNCIÓN NOTARIAL (PROTOCOLIZACIÓN, ELEVACIÓN A PÚBLICO, AUTÉNTICA DE FECHA Y
AUTÉNTICA DE FIRMA)”. PÉREZ GALLARDO, Leonardo B. [Coordinador]. “Temas de derecho notarial: (con
especial referencia al derecho nicaragüense)”. Primera edición. Editorial SENICSA. Managua, Nicaragua,
2015. ISBN: 97-99964-857-8-7. P. 194.
2
Citado por: Ibid. Pp. 194-195.
3
Se ha destacado el hecho que en nuestro sistema de derecho notarial la denominación de acta notarial
conforma una de las partes grises del mismo al ser ambigua y no encontrarse definida de manera concreta. Al
respecto OSSORIO nos dice que por acta notarial podemos entender la “Relación que extiende el notario…para
acreditar de manera fehaciente uno o más hechos que presencia o autoriza”. “Diccionario de Ciencias
Jurídicas Políticas y Sociales”. Primera edición electrónica. Datascan, S.A. Guatemala, C.A. 7a Ave. 14-44
Zona 9 Edificio La Galería 2ndo Nivel Local 2. P 32.
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Ciato por: GONZÁLEZ GUTIÉRREZ. Óp. Cit. P. 197.
que el autor, probar la existencia del documento aunque este haya dejado de existir
(consecuencia que deriva de la fe pública notarial); sin embargo consideramos como grupo
y discrepando de la opinión del autor comentado que si bien las firmas adquieren
fehaciencia, la fecha y el lugar en el que dice el documento haber sido suscrito no
adquieren la fehaciencia antes mencionada, debido a que el notario no puede dar fe de un
hecho no presenciado, las firmas se excluyen de esto porque las partes, a opinión nuestra
deben de firmar como consecuencia de lo estatuido por el artículo 63 LN donde dice que la
protocolización debe realizarse con el consentimiento de las partes interesadas5.
Acertadamente GONZÁLEZ GUTIÉRREZ6 hace el señalamiento que la fecha adquiere
fehaciencia ex nuc (de ahora en adelante), ósea, desde la fecha en la que fue redactada y
suscrita por los interesados el acta notarial. Esto se encuentra en consonancia con lo
establecido por el art. 2387 C., este plantea que la fecha de un documento privado solo
consta desde el día que se presenta a un cartulario y es integrado a un registro público.
Haciendo una interpretación extensiva y coordinada con el art. 15 LN que en su inciso
cuarto, nos dice que el libro del notario donde el mismo ejerce la función notarial puede ser
llamado Registro; y, como es de esperarse como consecuencia lógica, podemos ver que este
llamado registro debe ser entendido como la: “habilitación legal concedida al notario y
que le posibilita el ejercicio de las funciones fedatarias tendientes a resguardar la certeza
y seguridad de los hechos, actos y negocios jurídicos...El protocolo, por su parte es la sola
colección ordenada cronológicamente de las escrituras autorizadas…”7. De esta forma, al
ser fedatario público y hacer ejercicio de la misma, podemos decir que el protocolo del
notario es un registro público, como último argumento argüimos el nombre que recibe en
Nicaragua todo profesional del derecho: Abogado y Notario Público.
Haciendo un análisis retrospectivo de lo que se ha estudiado en el curso, explique los
principios del notariado latino y su intersección con la figura del derecho.
El primer principio del derecho notarial, en relación con lo estudiado anteriormente, que
entra en relación directa con el capítulo objeto de estudio del libro de Temas de Derecho
Notarial del Dr. Pérez Gallardo es el principio de rogación. Este se relaciona con la
protocolización de los documentos privados en el sentido en que este ejercicio de la función
notarial no puede ser asumido de oficio por los notarios, sino a solicitud de las partes
interesadas a como se desprende del art. 2387 C., lo que quiere decir que es de ningún
efecto legal, inclusive hasta para garantizar la fehaciencia de la fecha, la protocolización
realizada por el notario de oficio y sin solicitud de las partes conformantes del acto jurídico.
Igual caso sucede con la autenticación de firmas en los actos que la ley, taxativamente, le
otorga intervención al notario; esto se desprende del hecho de que la asunción de la autoría
y la firma del documento es algo personalísimo pudiendo ser rogada su autenticación
únicamente por el autor.
5
Ibid. P. 196-199.
6
Ibid. P. 199
7
Ibid. Pp. 199-200.
Otro principio que se relaciona con el objeto de estudio es el del asesoramiento, este
implica que el notario debe de instruir a las partes sobre el acto que han realizado aunque el
mismo no se haya encontrado presente, así mismo se encuentra en el deber de ilustrar sobre
la validez o nulidad de sus cláusulas. El notario debe de estar conciente, al momento de
protocolizar o elevar a público el documento, así como al realizar la autenticación de fecha
y de firma, que este no se ha encontrado presente al momento de redactar y configurar el
instrumento por lo que este debe de ejercer su función como asesor para mejorar el
instrumento lo suficiente hasta el punto de que este sea perfeccionado y surta los efectos
deseados por las partes. Las principales consecuencias del hecho de que la autoría recayó
sobre las partes radican en que, por lo general, una asume la mayor parte de las cargas y se
observa una técnica jurídica defectuosa.
Hemos de señalar que somos partidarios de la tesis monista en el sentido de que no existe
una duplicidad de actos, ya que de ser así lo que ocurriría sería una novación, donde se deja
sin efecto el acto jurídico anterior y se suscribe uno nuevo con miras, además de constituir
una situación jurídica nueva, a producir los mismos o parecidos efectos. Lo que sucede es
que, el notario al momento de elevar a escritura pública un documento privado, atendiendo
el principio de asesoramiento, este procede a, en un primer lugar, transcribir íntegramente
el acto jurídico y en un segundo momento a revestirlo de las formalidades, suprimir las
cláusulas que adolecen de nulidad y reemplazarlas por unas que tiendan a producir los
efectos deseados. Llegando incluso a poder apartarse de lo establecido por las partes,
inicialmente, con la finalidad de que el acto se perfeccione y surta los efectos deseados, a la
vez que realiza un control de legalidad efectivo; claro está, todo esto se realiza con
autorización de las partes y por lo tanto estas deben de estar de acuerdo con lo que el
notario piensa realizar en aras de tutelar sus intereses. Sin embargo, al momento de
protocolizar documentos privados suscritos por las partes, el notario se ve impedido en gran
medida de realizar un control de legalidad, resumiéndose este a negarse a introducir el
documento en su protocolo si este adolece de nulidades, abuso manifiesto de derecho o por
que el objeto de acto deviene imposible o no resulta conforme a las voluntades de las
partes, pudiendo en el acto sugerir la novación de la obligación y la confección y creación
de un documento que se ajuste a las necesidades de las partes, caso en el cual si procede la
protocolización del documento, a través de la inserción del mismo en la escritura que se
pretende realizar.
En el supuesto en que el notario se encuentre con un documento privado que deba ser
otorgado en escritura pública como formalidad y requisito debe de abstenerse de elevarlo a
escritura pública debido a que contraria la naturaleza jurídica del documento mismo,
careciendo de valor legal alguno; en ese sentido el art. 2201 numeral .2 C., nos dice que si
falta algún requisito o formalidad, por defecto el acto adolece de nulidad absoluta ya que
atiende a la naturaleza jurídica del acto. Por otro lado el art. 2481 plantea la hipótesis de
que el acto bien pueda celebrarse por escritura pública o documento privado, pero que para
surtir sus efectos jurídicos debe ser elevado a escritura pública, autoriza al notario el poder
elevarlo debido a que el documento se reputa perfecto y simplemente es una formalidad la
que se requiere para que surta sus efectos de manera completa. En cuanto el art. 2449
cuando nos habla sobre la compulsión reciproca que pueden realizar los contratantes para el
otorgamiento de escritura pública, se presupone en actos que no requieren formalismo para
existir por que lo hacen per se, sin embargo, si atendiendo a la naturaleza del acto este es
nulo absolutamente por faltar la escritura pública, no existe manera de subsanarlo y por lo
tanto no operan las hipótesis legales de los arts. 2481 y 2449 C.; por lo tanto, la consulta
No. 16 del 22 de agosto de 1990 a la CSJ y citada por GÒNZALES GUTIÈRREZ no
presenta “tres artículos aparentemente contradictorios”8, lo que presenta es una confusión,
imposibilidad e incapacidad práctica de dilucidar el sentido y espíritu de la norma civil por
parte de nuestros ilustres magistrados de ese año; este mismo criterio es el seguido por
CUADRA ZAVALA9. El autor GÒNZALES GUTIÈRREZ señala acertadamente que es
una contradicción entre el sistema espiritualista y el formalista10.
Tenemos como otro principio relacionado el relativo a la interpretación que debe de atender
a la voluntad manifiesta de las partes, o sea, determinar si el documento privado que
presentan ante el contiene el acto adecuado a las partes o si debe ser sustituido. Otro
principio observado es el de calificación, debiendo el notario establecer la forma adecuada
donde se alcance la voluntad de las partes. En cuanto al principio de control de legalidad, el
notario debe de abstenerse de protocolizar o elevar a públicos actos jurídicos que sean
ilícitos, contrarios a las leyes, el orden público, la moral o las buenas costumbres; en caso
que adolezca de vicios, lagunas, inconsistencias, etc., es deber de este suplir estos defectos
con los llamados complementos de voluntad.
8
Ibid. P. 231.
9
Citado por: Ibid. Pp. 231 y 232.
10
Ibid. P. 232.
Realice un cuadro comparativo de similitudes y diferencias sobre los siguiente: a) Protocolización y elevación a documento
público, b) elevación de documento público y autentica de fecha, c) elevación a documento público y autentica de firma, d)
protocolización y autentica de fecha, e) protocolización y autentica de firma, f) autentica de fecha y autentica de firma.