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Introducción
Las galerías filtrantes, también llamadas túneles subterráneos o minas de captación
de agua, representan un método ancestral de aprovechamiento de aguas
subterráneas, sobre todo en regiones donde las fuentes superficiales han sido
escasas. Entre las más antiguas están las de Qaná, Jericó, Jerusalén, Marrakech,
etc. También hay antecedentes en la historia de este tipo de obras como los
conocidos “qanats” (Persia, India, Grecia, entre otros), canales subterráneos
artificiales que transportaban el agua a grandes distancias y los “foggaras” del
Magreb. También existen otros ejemplos como la de los “eres” canarios,
excavaciones sencillas en los subálveos de los barrancos (SANTAMARTA y
SUÁREZ 2015) o, como hace más de 1.500 años en la cultura Nazca, quienes
construían galerías de filtración para irrigar sus campos agrícolas y que aún, hoy en
día, se siguen utilizando (CEPIS 2002).
Galería filtrante en zanja. Fuente: CARE/AVINA 2012, p.64; WHO 1996 p.50
Para obtener un buen funcionamiento de las galerías filtrantes se requiere que se
planifiquen bien las diferentes etapas que conllevan a su construcción. Todo ello
dependerá de aspectos como: tipo del material a excavar; consolidación o dureza
del suelo; dirección, velocidad del movimiento y profundidad de las aguas
subterráneas; composición física, química y bacteriológica del agua, etc. Por
ejemplo, en lo que respecta a la consolidación, las galerías filtrantes pueden
construirse en rocas volcánicas, plutónicas, metamórficas, sedimentos
consolidados o carsificados (en menor grado) y, en especial, en rocas no
consolidadas (materiales sueltos como arcilla, arenas, gravas, etc.), ya que el agua
subterránea fluye con más facilidad a través de los espacios que hay entre los
granos. Igualmente, mejoran la disponibilidad de agua tanto en períodos secos (ya
que las aguas subterráneas circulan por el material aluvial que conforma el valle del
río) como en períodos lluviosos, cuando se recarga el acuífero gracias al caudal
superficial del río (CEPIS 2002).
En tercer lugar, las galerías propiamente dichas o túneles son parecidas a los
drenes por excavaciones en zanjas pero con la diferencia que, en vez de tuberías,
son túneles con dimensiones suficientes como para permitir la entrada tanto de
equipos y personas encargadas de su construcción y posterior mantenimiento. Las
excavaciones suelen iniciarse con una boca de entrada (pozo de visita) y tener
varios pozos de ventilación a lo largo de la extensión del conducto (galería). La parte
superior de la galería está ubicada en la zona húmeda, mientras que la parte inferior
está por debajo del nivel de agua en la zona de saturación (CEPIS 2003b; PÉREZ
DE LA CRUZ 2011). La construcción tanto de este tipo de galería filtrante como la
de los drenes es costosa y el diseño es complicado, por lo que se requiere de un
profesional capacitado. La mayor ventaja que tienen es que el agua que recolectan
está protegida de posibles contaminantes por ser obras que están completamente
bajo tierra (SMET and WIJK 2002).
Por último, las captaciones mixtas son una combinación entre las galerías
propiamente dichas y los drenes con captaciones verticales (pozos) que se
construyen en casos donde las aguas subterráneas se encuentran a mucha
profundidad. Se hace un pozo vertical hasta el punto donde se encuentra el nivel
freático y desde allí se realizan uno o más emboquillados o bocas de entrada en
sentido perpendicular a la dirección del flujo de las aguas; son los llamados pozos
radiales o pozos Ranney (CEPIS 2003b).
Consideraciones de diseño
Para poder diseñar una galería filtrante, se precisa de: plano cartográfico de la zona;
plano geológico y perfiles transversales, perfil estratigráfico; mapa de niveles de las
aguas subterráneas y de su variación en el año hidrológico; parámetros
hidrogeológicos determinados por ensayos de bombeo; y, análisis físico-químico y
bacteriológico del agua. De igual manera, es recomendable realizar un
reconocimiento in-situ de la zona para observar aspectos como el relieve,
afloramiento de rocas, posibles fuentes de contaminación, etc. y, también, definir la
mejor ubicación de la galería y la profundidad con el fin de poder garantizar el un
aprovechamiento de agua continuo durante todo el año, incluso en condiciones de
sequía (CEPIS 2003a).
Pozos de inspección: sólo es factible para casos donde la galería sea de gran
longitud, por lo que desde el pozo de visita (en el extremo donde se empieza el
conducto colector) se hacen otras cámaras que sirven no sólo para verificar el
correcto funcionamiento de la estructura, sino también para realizar más fácilmente
el mantenimiento requerido. La separación entre ellos varía según el diámetro de la
galería: para diámetros de hasta 20 cm, deben estar a 50 m; para diámetros
mayores a 20 cm, la distancia debe ser de 100 m. Tanto las paredes como el fondo
de estos pozos deben estar impermeabilizados, como ocurre en el pozo colector, y
deben cumplir los mismos requerimientos respecto a la tapa superior (CEPIS
2003a).
Idoneidad
Las aguas que se obtienen por medio de galerías filtrantes no requieren de procesos
de purificación o clarificación adicionales, siempre y cuando el agua cumpla con los
parámetros químicos y microbiológicos establecidos, pero se recomienda hacer un
tratamiento de desinfección con cloro como medida preventiva que contrarreste una
posible contaminación en la red de conducción, antes de que llegue a ser usada por
los consumidores. (AGUAS DEL NORTE s.f.; MONTEMAYOR y BARAHONA 1979).
La calidad bacteriológica del agua que produce una galería es difícil de predecir.
Cuando las galerías son poco profundas, depende de la contaminación
bacteriológica por acción humana (letrinas, lagunas de estabilización, lechos
percoladores, entre otras). El problema se agrava cuando el terreno que separa la
galería de las fuentes contaminantes es fisurado, cavernoso o arenoso (CEPIS
2002; MONTEMAYOR y BARAHONA 1979). En algunas regiones, las
investigaciones concluyen que la presencia de bacterias coliformes es rara para
galerías que estén cubiertas con más de 4 m de material saturado (MONTEMAYOR
y BARAHONA 1979).
Ventajas
Si la galería cumple con los requisitos de un buen diseño, construcción, operación
y mantenimiento, entonces el agua captada no requerirá de un tratamiento complejo
adicional
El agua que proviene de una galería filtrante solo requerirá de una desinfección
previa a su distribución a los usuarios, por lo que las cantidades de agua disponible
son más seguras
La construcción de una galería filtrante en sí es sencilla, no requiere de mano de
obra calificada para su ejecución
La excavación para construir la galería puede hacerse con equipo mecánico o
también manualmente, si se va a ubicar cercana a una corriente o en un acuífero
con escurrimiento propio
El agua captada en estas galerías posee una mayor pureza que la de aguas
superficiales. La filtración lenta a la que se ven sometidas las aguas subterráneas
remueve sólidos suspendidos y microorganismos
Representa una solución práctica para captar o disponer de mayor cantidad de agua
subterránea de acuíferos de poca profundidad
Desventajas
El diseño requiere de un profesional que genere especificaciones claras y concisas,
mientras que la construcción debe estar supervisada por una persona capacitada.
De no ser así, se corre el riesgo de un bajo rendimiento de la estructura
La calidad del agua captada por estas estructuras podría verse afectada por fuentes
contaminantes presentes en zonas de recarga
La cantidad de agua (volumen) que se extrae del subálveo podría afectar las
condiciones ambientales de aguas abajo
Por ser aguas que provienen del subsuelo pueden tener presencia de sales
minerales
Las formaciones no consolidadas son las que tienen más probabilidad de ser
explotadas para abastecer agua; sin embargo, normalmente son de origen marino,
por lo que podrían ser salobres y, por lo tanto, no aptas para ser consumidas
Las galerías suelen ser obras costosas, en términos de excavación, que dependen
muchas veces de las condiciones del terreno (consolidación o dureza), materiales
presentes en la zona, profundidad a la que se encuentran las aguas subterráneas,
etc.
Resumen ejecutivo
Las galerías filtrantes son obras hidráulicas construidas de forma horizontal y con
cierta pendiente (a diferencia de los pozos) que sirven para captar y extraer, en toda
su longitud, aguas subterráneas. Básicamente, se clasifican en galerías
propiamente dichas, zanjas/trincheras y drenes; necesitan de suelos permeables
permitiendo así la recolección de suficiente agua que es conducida luego hasta el
lugar donde una pequeña comunidad rural se abastece. En muchos casos, estos
sistemas de abastecimiento se usan junto con otros para aumentar la cantidad de
agua que se necesita en zonas que tienen bajo rendimiento hídrico (PÉREZ DE LA
CRUZ 2011; WHO 1996)